La Perfecta Cocinera Argentina
La Perfecta Cocinera Argentina
La Perfecta Cocinera Argentina
La perfecta
cocinera
argentina
Reedición históRica: el pRimeR
libRo de cocina aRgentina
publicado en 1888
Prólogo
Por Dolli Irigoyen
9
que recorre 413 recetas, incluyendo platos dulces y salados, carnes y
pescados, aves y legumbres.
Leer este libro da cuenta de cruces y de costumbres de la época,
de cocinas de banquetes pero también de los platos populares. Cuando
encuentro las recetas de la ambrosía, de los bizcochuelos, de los alfa-
jorcitos y de los dulces, pienso en la cocina de convento que trajeron
las monjas de España. En las iglesias, las claras de los huevos se usaban
para almidonar los altares y la ropa de los curas; por eso la yema so-
brante se mezclaba con azúcar como ingrediente fundamental en mu-
chas de estas preparaciones. Me sorprendo también con la aparición
de productos de lujo importados, en un país tan lejos del mundo. Hay
recetas con chocolate, con coco, con bacalao y ostras. Surge la presencia
de una cocina francesa dominante, incluso en los nombres de muchos
platos, como el “filet de pescado á lo Meunier” o los “pains fondants”.
Y dicen presente las recetas criollas, con empanadas, humitas y guisos
del norte. Son todas recetas que cruzan el país, trasladándose boca en
boca por el propio personal de servicio con el que contaban las más im-
portantes casas coloniales de la época.
Nosotros, quienes formamos A.C.E.L.G.A. (Asociación de Cocineros
y Empresarios Ligados a la Gastronomía Argentina), estamos convenci-
dos de la importancia que tiene bucear en nuestros orígenes, entender
cómo nos alimentábamos, cuáles eran nuestras costumbres, los feste-
jos y los encuentros familiares. Siempre está dando vueltas la pregunta
de qué es la cocina argentina. Y libros como este nos ayudan a esbo-
zar una respuesta, mostrando reformulaciones y adaptaciones donde
lo inmigrante se cruza con lo criollo y lo nativo, todo tamizado por el
producto local. Muchas de las recetas del libro se siguen haciendo hoy
en día, y esta edición permite ver cómo se las pensaba hace más de 130
años. Otras ya están olvidadas, y esperamos que estas páginas permitan
recuperarlas. Leer, investigar, practicar y cocinar nos convoca, como so-
ciedad, a poner en valor la cultura local.
Este libro aparece en Argentina en el momento justo: hoy los co-
cineros estamos recuperando muchos platos de la historia de nuestro
país. En los viajes que realicé, recorriendo todo el territorio argentino,
encontré no sólo productos de gran calidad sino también a muchos
productores pequeños defendiendo sus ideas y tradiciones. Recetas
que antes eran exclusivas de los hogares son ahora propuestas por los
10
mejores restaurantes, como la humita, la morcilla, los embutidos, las
croquetas, los guisados, todo en un contexto de cambio en la gastrono-
mía mundial. Ya desde hace más de una década que Francia perdió ese
liderazgo omnipotente que tenía; con Ferran Adrià a la cabeza, España
ganó protagonismo, pero aún más importante, cada país del mundo
entendió que tenía su propia importancia en el mapa culinario, reva-
lorizando lo propio. Así, los argentinos dejamos de mirar hacia afuera
y nos permitimos dirigir los ojos hacia nuestras regiones y tradiciones,
donde aparece lo autóctono pero también productos que, sin ser nati-
vos, son parte de nuestra cultura, como el vino y el aceite de oliva, tan
importantes para la gastronomía local.
Sin dudas, hay una gran cocina argentina por fortalecer, para que
siga creciendo. Y este libro nos ayuda a entenderla. Es un libro que todo
cocinero querrá tener, para ampliar su mirada sobre los orígenes de
muchos platos, pero también es un libro para todos aquellos a los que
simplemente les guste cocinar, descubriendo recetas tradicionales que
difícilmente encuentren en otros lados. La cocina es cultura, tradición
y cambio. Es, a fin de cuentas, una manera de reconocernos, como par-
te de un país y de una historia que se sienta alrededor de la mesa.
Dolli Irigoyen
11
La perfecta cocinera
argentina
1. Alfajores
A
Se baten 12 yemas de huevo1 y 2 claras con 1/2 libra de azúcar, se
le pone 1/2 libra de harina y se pone extendida en latas al horno,
el espesor será según se quieran hacer los alfajores de más ó menos
cantidad de hojas.
2. Alfajores de maicena
1 paquete de maicena, 1/4 de manteca, 1/4 libra de azúcar molida,
4 yemas, 2 claras y una copita de Oporto ó Jerez, se amasa todo bien,
se corta con molde, y en latas se pone al horno. Después se le pone
el dulce.
43
3. Alfajores de Prudencia
1 docena de yemas, 1 libra de harina, 1 cucharada de grasa, sal y le-
vadura; primero se baten los huevos hasta que estén bien espesos,
se les pone de á poco la harina; la grasa bien deshecha, la levadura
y sal; se sigue poniendo harina hasta que esté la masa para sobar. La
levadura se deshace en un poquito de agua.
5. Alfajores Eugenia
Se toma la masa y se soba hasta que haga globitos con 12 yemas de
huevo bien batidas, 1 libra de harina, 1 cucharada de grasa y levadu-
ra en cantidad de un huevo de gallina, la que se disuelve en medio
vaso de agua tibia; se hacen los alfajores y se ponen en el horno bien
caliente.
6. Alfajor de Mendoza
12 yemas, 1 libra de harina y 2 claras muy batidas, se amasan bien
con un poco de sal y anís en grano, luego se cortan los alfajores y se
pinchan con un tenedor y se ponen á cocer en agua hirviendo; los
que suban se sacan y se ponen al horno.
7. Alfajores de mandioca2
1 libra de almidón de mandioca, 1/2 libra de azúcar, 1/4 libra de
harina, 1/2 libra de manteca, 4 yemas y 1 clara; todo bien unido se
amasa un poco, se estira con el palote, se corta con un molde redon-
do y se ponen al horno. Después se les pone dulce de leche y alrede-
dor grageas ó almendras picadas y tostadas.
44
8. AIfajores á lo Cané 3
Se baten mucho 1 docena de yemas de huevo y se echa 1 copa de agua
tibia (grande), sal y se le va poniendo 1 libra de harina tomándose con
la mano hasta que esté la masa. Se saca y se pone encima de la mesa
con una gran cucharada de grasa derretida y se soba mucho, se estira
muy fina la masa y se cortan los alfajores y después de sacarlos del hor-
no se les pone dulce de leche y se juntan las tapas y gragea alrededor.
10. Ambrosía
1 libra de azúcar, 2/4 litro de leche, 1/2 libra de almendras pisadas,
se mezclan y se pone al fuego á tomar punto, se deja enfriar y se le
pone cinco yemas batidas; se pone al horno.
45
á cocer á fuego lento; lo que esté se pone sobre los bizcochos y se
polvorea con canela.
14. Armonías
Se untan moldecitos de quimbos (ó más altos) con azúcar apenas
quemada. Se baten apenas las yemas y se mezclan con almíbar muy
espeso cuando tibia, revolviéndolo bien mientras se le echa el almí-
bar. Cantidad para cada yema de huevo: 1 cucharada de azúcar en
almíbar. Se llenan los moldes y se ponen en baño de María en la asa-
dera al horno. Se dejan enfriar para sacarlos y se les pone almendras
tostadas muy picaditas, ó si se quiere gragea. Al almíbar se le echan
una gotitas de esencia de vainilla.
46
cucharada de humita, enseguida un pedazo de manteca y más hu-
mita arriba. Se tapa y se mete al horno.
20. Adobo
Vinagre, pimentón, orégano, ajos pisados, cominos, ají molido, lau-
rel, pimienta en grano y sal, se mezcla todo y se adoba con esto.
21. Bizcochos
B
Se mezcla 1 libra de harina, 1/2 libra de azúcar, 1/2 libra de mante-
ca, 2 yemas batidas y 1 copa de jerez, se hacen las masas de la forma
que se quiera y se ponen al horno.
47
24. Bizcochos á la Magdalena
Se baten bien 10 yemas y 6 claras; se le añade 1 libra de azúcar mo-
lida, cuando esté bien mezclado se le pone 1 1/2 onzas de manteca
derretida y zumo de limón, se bate y se le pone 1 libra de harina; se
pone en moldes de lata untados con manteca y encima se les pone
almendras peladas picadas, y se ponen al horno 1/2 hora. Se sacan
de los moldes bien fríos.
5 Bicarbonato de sodio, aparece en varias recetas del libro como “soda” y tam-
bién como “carbonato”.
48
28. Bizcochos dulces criollos
Se hacen lo mismo que el pan, pero al tomar la masa se la toma con
6 cucharadas de azúcar en polvo, ó mejor dicho, azúcar al paladar.
49
32. Bizcocho (batalla) con vainilla
3/4 libra de harina, 24 yemas, 18 claras, 3/4 de azúcar vainillada, se
bate todo y se pone al horno.
34. Brisselets
1 libra de harina, 6 gramos de manteca derretida, 6 gramos de azú-
car, 2 huevos, 1 limón rallado, 1 narigada de sal; se amasa sobre
mármol y se deja descansar la masa un rato antes de servirse. Se cor-
tan masas de la forma que se quiere y se meten al horno.
35. Bizcotines
Se pisa mucho 1/2 libra de almendras con 4 claras batidas, se le
agrega 3/4 libras de azúcar y se pone al horno, dándoles la forma
con el saco8.
36. Bizcochuelo
Se baten 5 huevos con 1/4 libra de azúcar molida hasta que suba
mucho, se le pone 1/4 libra de chuño9 y se pone en una lata al horno.
8 Muy posiblemente, el saco sea lo que hoy conocemos como manga pastelera.
9 Almidón de papa.
10 El uso de los vocablos en francés (a diferencia del chuño mencionado an-
teriormente) posiblemente refiera a un producto importado, así como sucede
con las “caraway seeds”.
50
38. Bizcochuelo de Avelina
12 huevos, 1 libra de azúcar, 1/2 libra de flor de harina y 1 limón. Se
bate 1 yema con un poco de azúcar y así sucesivamente hasta que
se concluyan las yemas y el azúcar; después se agrega de á poco las
claras batidas á nieve alternadas con harina y enseguida el jugo de
limón. Se pone 1 hora en el horno caliente.
40. Bollitos
12 yemas y 6 claras de huevo, 1/2 libra azúcar, 1/2 de manteca, 2 copi-
tas de anís. Se baten bien los huevos, el azúcar y la manteca, y luego se
agrega al anís y la cantidad necesaria de harina para formar los bollitos.
Se ponen al horno á fuego lento en latas, polvoreados con harina.
41. Bombas
Se pone en una cacerola un vaso de agua, dos cucharadas de grasa
ó manteca y un poquito de sal; lo que esté hirviendo se le pone
1/2 libra de harina y se revuelve hasta que esté cocido, se quita del
fuego y se deja enfriar; después se le va poniendo de á un huevo
hasta ocho, batiéndoles bien. Se pone en una lata al horno por cu-
charadas como merengues, las que estén tostadas se sacan, se les
abre con un cuchillo por un lado y se le pone crema, que debe ser
espesa y muy dulce.
51
nera, la que se prepara mojándola con agua y azúcar molida. Alrede-
dor del budín se le pone dulce de huevos.
11 Si bien por aquellos años ya existía una incipiente industria del dulce de
leche, aún era común elaborarlo en las mismas casas.
52