Serie 37°, 2011
Serie 37°, 2011
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E
n este trabajo se analizan las caracterís- taron en total veintiocho pueblos, entre ellos, la
ticas conservacionistas de las unidades de actual cabecera municipal Tlayacapan.3
producción tradicional locales (UPT), co- En 1522, la región fue sometida primero por
mo base de propuestas comunitarias para mitigar los aztecas y luego por Hernán Cortés, al vencer
la crisis socioambiental que enfrenta México. La lo- a los xochimilcas en los cerros de El Sombrerito
calidad de estudio fue San José de los Laureles, an- y Zihuapapalotzin o Cerro las Mariposas. Desde
teriormente llamado Tlalmimilolpan. El significado 1988, por el grado de salud de sus ecosistemas, la
de este nombre es “lugar de las hojas sagradas” región se integró al área natural protegida (ANP)
o “sobre las hojas redondas”, el cual se refiere al denominada Corredor Biológico Chichinautzin.4 En
árbol de laurel (Litsea glaucencens Kunt.). En la la actualidad, San José de los Laureles tiene 1 244
época de dominio mexica, las hojas de este árbol habitantes, de los cuales el 50.16% son hombres y
se empleaban para el pago de tributo al tlatoani; el 49.84% mujeres. A pesar de ser considerada co-
ahora son colectadas por personas ajenas al lugar mo una de las comunidades indígenas de los Altos
para su venta en los mercados regionales. La co- de Morelos, solo el 7.96% de sus habitantes habla
munidad de San José de los Laureles tiene ascen- idioma náhuatl.5
dencia nahua altamente marginal,1 cuyo origen se
remonta a la ocupación olmeca, correspondiente al Problemática local
preclásico (1500 a. C.). En 917 d. C. comenzaron
2
En los inicios del siglo XXI, México enfrenta una
las incursiones en esta región de las tribus xochi- profunda crisis socioambiental que afecta a las co-
milcas de ascendencia tolteca, las cuales conquis- munidades originarias sumiéndolas en la pobreza
1
Estudios de población en Morelos, Gobierno del estado de Morelos-Coespo, Cuernavaca, 2000.
2
Druzo Maldonado Jiménez, Cuauhnáhuac y Huaxtepec (Tlahuicas y Xochimilcas en el Morelos Prehispánico), UNAM-
CRIM, Cuernavaca, 1990.
3
Anuario Estadístico del Estado de Morelos 2000, INEGI/Gobierno del estado de Morelos, Cuernavaca, 2005.
4
“Decreto en el que se declara el Área de Protección de la Flora y Fauna Silvestre, ubicada en los municipios de Hui-
tzilac, Cuernavaca, Tepoztlán, Jiutepec, Tlalnepantla, Yautepec, Tlayacapan y Totolapan, Morelos”, Diario Oficial de
la Federación, 29 de noviembre de 1988.
5
Anuario Estadístico…, op. cit.
inventio 5
extrema, según sus índices de desarrollo humano6 y La segunda dimensión es de escala global, resul-
según el deterioro de sus recursos naturales. tado del proceso de modernización que conlleva la
Esta condición conflictiva se agudiza porque la transformación intensiva de los sistemas locales8 y,
normatividad agraria, forestal y ambiental cancela por lo tanto, de la tradición cultural que se trans-
los saberes históricos sobre el manejo y uso de los fiere de una generación a otra. Las acciones socia-
recursos naturales, además de legitimar la pérdida les cambian en función de una serie de actitudes,
del derecho de uso local del territorio y vulnerar el valores de uso y valores de cambio que un grupo
significado cultural de los componentes que confor- sociocultural le otorga a sus recursos, porque re-
man los saberes compartidos y disponibles. En las presentan el trasfondo simbólico de su interacción
áreas protegidas como el corredor Chichinautzin la cotidiana con el mercado, pero cuya profundización
crisis tiene dos dimensiones: lleva a la invalidación de sus acervos culturales y a
La primera reside en que la calidad de vida de la profesionalización de ciertas funciones culturales
los habitantes se vulnera por condiciones de espe- (por ejemplo, en la producción y en la medicina)
culación de la función de dichas áreas, problemas que empiezan a ser controladas por nuevos exper-
técnicos y de gestión. Estas dificultades empeoran
7
tos (agrónomos y médicos occidentales) vinculados
porque los grupos originarios desconocen la norma- con la modernización económica y sociocultural.
tividad establecida por decreto. En San José de los Estas modificaciones obstaculizan la integración
Laureles, por ejemplo, el decreto del área prote- de nuevos saberes y conocimientos en la práctica
gida no modificó los problemas legales por el apro- cotidiana, limitan el acceso de cualquier integran-
vechamiento convencional de los recursos. Pero te de una comunidad cultural a ellos, por lo cual
la mayoría de los habitantes no lo conocen, y solo son reemplazados por nuevos modos de producción
hasta que son detenidos por realizar extracciones cuyas directrices se imponen desde las institucio-
se enteran de las restricciones; por otro lado, los nes gubernamentales.9
que tienen información parcial siguen manejando el La tradición cultural de sobrevivencia cancela-
bosque clandestinamente para autoabasto y venta. da lleva a la disolución de las comunidades campe-
6
Sistema Nacional de Indicadores sobre la Población Indígena de México, CDI/PNUD, México DF, 2008, con base en
el XII Censo General de Población y Vivienda 2000, INEGI, México DF, 2000, e Índice de Marginación a Nivel Localidad
2000, Conapo, México DF, 2002.
7
Marcelo de Luca, “Percepción del medio ambiente en las comunidades afectadas por la Reserva de la Biosfera Mari-
posa Monarca”, Documentos de trabajo. Serie jóvenes investigadores, núm. 5, 2004, pp. 7-38.
8
E. Gómez-Baggethun, S. Mingorria, V. Reyes-García, L. Calvet y C. Montes, “Traditional ecological knowlwdge trends
in the transition to a market economy: empirical study in the Doñana Natural Areas”, Conservation Biology, núm. 3,
vol. 24, 2010, pp. 721-729.
9
Veronika Sieglin, Modernización rural y devastación de la cultura tradicional campesina, UANL/Plaza y Valdés, Mon-
terrey/México DF, 2004.
6 inventio
VOCES Y TRAZOS DE MORELOS
sinas,10 ante lo cual el gobierno no plantea políti- La conservación comunitaria de las UPT es un
cas de mitigación; al contrario, cada vez muestra ejemplo de resistencia cultural cuya sistematiza-
menos disposición y capacidad para suplir sus ya ción da permanencia a las actividades producti-
devaluadas funciones. vas con base en el saber tradicional. Asimismo,
En San José de los Laureles se propicia la mar- consolida argumentos que apoyan la recuperación
ginalidad, como en la mayoría de las comunidades de derechos sobre el uso y manejo de recursos na-
del corredor Chichinautzin, porque el sistema eco- turales.
nómico imperante, por un lado, empuja a estas a El Programa de Desarrollo Comunitario Susten-
participar en un mercado global para el cual no table representa la pertinencia social del trabajo
están preparadas, y por el otro, les prohíbe las ac- académico y facilita la reversión del conocimiento
tividades extractivas que han realizado en su te- (teoría) de las UPT (práctica) y de la cosmovisión
rritorio históricamente; es decir, el valor de uso de los habitantes de San José de los Laureles en re-
otorgado por los habitantes a sus recursos natura- lación con un segmento de sus recursos naturales.11
les se sustituye por el valor de cambio establecido Con ello se fortalece la organización de los pueblos
por el mercado externo. Esto, junto con el saqueo originarios para la defensa de sus derechos huma-
de los productos naturales, pone en riesgo la pro- nos y la conservación de sus tierras, agua y aire.12
piedad comunal. Por ejemplo, las superficies de las
comunidades vegetales disminuyen a favor de la El proceso y sus productos
producción de monocultivos como el jitomate y el La conservación de los recursos vegetales que for-
nopal, que son manejados por acaparadores que man parte de las actividades productivas de los
controlan su distribución y comercialización. habitantes de San José de los Laureles se descri-
Frente a esta problemática socioambiental, se bió como base de la estructuración de propuestas
elaboró un programa denominado de Desarrollo Co- participantes de manejo conservacionista de los
munitario Sustentable, a partir de un diagnóstico recursos, y de la cultura y el territorio. Dichos ar-
participante integral. Aquí se presentan los resul- gumentos, reunidos en el mencionado programa,
tados de la condición conservacionista comunitaria permitirán gestionar la recuperación de los dere-
de las actividades derivadas del análisis de las uni- chos de los habitantes del pueblo sobre su patri-
dades de producción tradicional. monio natural. En este caso, el orden metodológico
10
Jürgen Habermas, La construcción del materialismo histórico, Taurus, Madrid, 1992.
11
Rafael Monroy, Hortensia Colín y S. Roque (comps.), Los pueblos de Morelos cabalgan por la vida, UAEM, Cuernava-
ca, 2009.
12
Patricia Shanley, Leda Luz, Jurandir Galvao, Margaret Cymerys, “Traducción de datos áridos para las comunidades
forestales: la ciencia ofrece incentivos para la conservación”, Documento de la Red 19e, Red Forestal para el Desarrollo
Rural, 1996, pp. 8-22.
inventio 7
consistió en levantar cuarenta encuestas, ya que a conservacionista de los sistemas de producción re-
partir de la número treinta y cinco la información gistrados en las encuestas, entrevistas y talleres.
sobre el manejo y uso de los recursos vegetales de
las UPT no presentaba diferencias. Resultados
Mientras tanto, la organización de la comuni- El trabajo participante en San José de los Laureles
dad se identificó por medio de entrevistas semies- confirma que sus habitantes conservan elementos
tructuradas,13 las cuales se aplicaron a actores so- de su organización vernácula, a través de la cual se
ciales clave seleccionados por su conocimiento de
14
ejerce un poder de tipo tradicional fundamentado
la tradición o por su liderazgo en la comunidad. 15
en un conjunto de reglas, reconocido por ellos co-
Con ellos se diagnosticaron los saberes acerca del mo base de sus raíces culturales y de los rituales de
uso y manejo de las plantas en las UPT, en forma la vida cotidiana.16
participante y desde la perspectiva etnobiológica. Los líderes tienen la capacidad de influir en
Al final del proceso se convocó a los poblado- el grupo social, y su posición no se pierde con los
res a participar en tres talleres para intercambiar cambios de representantes, como sucede con la or-
información. A partir de una dinámica grupal se ganización comunal, que tiene un poder legal-bu-
esquematizaron las formas en que los talleristas rocrático. Ambos liderazgos coexisten de manera
explicaron los cambios en la cubierta vegetal du- inequitativa para vincularse con el exterior, porque
rante los últimos veinte años. También se discutie- no se reconoce el peso cultural de la tradición, aun
ron las limitantes de acceso o uso de los recursos cuando esta se materializa en la conservación de
naturales, así como sus medidas de mitigación y los recursos vegetales en las actividades producti-
sus mecanismos de evaluación. Lo anterior permi- vas primarias de la comunidad. Tampoco se valoran
tió compartir la concepción de la conservación de las ventajas de la continuidad de este liderazgo
la comunidad con los académicos. para fortalecer los procesos reivindicatorios de de-
Para cerrar el trabajo en el pueblo se hicieron rechos de los pueblos originarios de participar en la
cinco recorridos de campo en los que se aplicó la planeación de su propio desarrollo.
observación directa, técnica útil para verificar la Las limitantes de acceso a los recursos natura-
presencia de especies vegetales silvestres y cul- les y a su uso por estar en el área natural protegida
tivadas, así como algunos indicadores de manejo (ANP) propician la crisis socioambiental (Tabla 1),
13
M. M. E. Galeano, Estrategias de investigación social cualitativa, La Carrera Editores, Medellín, 2007.
14
E. García-Frapolli, V. M. Toledo y J. Martínez-Alier, “Apropiación de la naturaleza por una comunidad maya yucateca:
un análisis económico-ecológico”, Revista Iberoamericana de Economía Ecológica, vol. 7, 2008, pp. 27-42.
15
H. Colín y R. Monroy, “Formas de apropiación tradicional en el Corredor Biológico Chichinautzin”, en R. Monroy y H.
Colín (eds.), Aportes Etnobiológicos. Red Regional de Recursos Bióticos, UAEM-CIB, Cuernavaca, 2004, pp. 21-48.
16
Max Weber, Economía y sociedad: tipos de comunidad y sociedad, FCE, México DF, 1944.
8 inventio
VOCES Y TRAZOS DE MORELOS
Tabla 1.
inventio 9
la cual pone en riesgo la conservación de la vegeta- dad se reporta tanto en el bosque templado como
ción que los habitantes del lugar mantienen como en los huertos frutícolas tradicionales, y el gor-
evidencia de su saber tradicional. dolobo (Gnaphalium oxyphyllum DC), con 32.5%.
Por su manejo, las UPT registran dos tipos de En segundo lugar, la categoría “plantas secas”
vegetación y un agroecosistema con denominación presentó los mayores porcentajes de frecuencia
local: “monte” es el nombre local del bosque de de mención; llorasangre (Bocconia arborea Wats)
pino-encino17 y de la vegetación secundaria o plan- tuvo 62.5%, el cuachalalate (Amphipterygium ads-
tas silvestres que crecen en los campos; a la selva tringens Schltdl) 35% y la prodigiosa (Brickellia sp.)
baja caducifolia solo se la describe como “plantas
18
30%. Para la misma variable, los “patios” o huertos
secas”, y a los huertos frutícolas tradicionales19 se frutícolas tradicionales tuvieron los siguientes por-
les denomina “patios”. centajes: el guayabo (Psidium guajava L) 32.5%, el
Las especies vegetales de las tres UPT mencio- aguacate (Persea americana Mill.) 25% y la Annona
nadas se agrupan en silvestres (61.71%), toleradas cherimolla Mill 22.5%.
(que nacen solas, 22.65%), cultivadas (8.59%) e in- Se registraron diez categorías de uso con las si-
ducidas (a veces se siembra, 7.03%). Las últimas guientes proporciones: medicinal, 46.15%; alimen-
forman cercas vivas que limitan áreas de cultivo o tario, 31.73%; energético, 18.26%; construcción,
patios. En ellas se identificaron 104 plantas rela- 14.42%; ornato, 13.46%; condimento, 7.69%; cercos
cionadas con tres formas de crecimiento, 42 árbo- vivos, 6.73%; forrajero, 3.84%; místico-religioso,
les, 42 hierbas y veinte arbustos. 3.84%, y artesanías, 1.92%. El uso múltiple de las
El “monte” tiene el primer lugar en frecuencia especies por UPT se manifiesta en el número de
de mención de especies en las encuestas; el ocote categorías de uso por planta (Tabla 2).
(Pinus montezumae Lamb) representa el 62.5% y el El conocimiento de los recursos naturales de-
género Quercus, con seis especies, representa el termina los derechos sobre su uso y manejo y, por
52.5%. Todas tienen cinco categorías de uso. Tam- tanto, su inserción en la normatividad de cada área
bién son relevantes el laurel (Litsea glaucescens natural requiere de su sistematización y soporte en
Kunth), con 42.5%, árbol nativo que en la comuni- la ley de derechos de las comunidades originarias.
17
J. Rzedowski, Vegetación de México. 1ª ed. digital, Conabio, México DF, 2006; V. Flores y P. Gerez, Biodiversidad y
conservación en México: vertebrados, vegetación y uso del suelo, Conabio, México DF, 1994.
18
F. Miranda y E. Hernández-X., “Los tipos de vegetación de México y su clasificación”, Boletín de la Sociedad Botánica
de México, núm. 28, 1963, pp. 29-179.
19
“Desarrollo de los huertos tradicionales”, FAO, Department of Agriculture, 2007.
10 inventio
VOCES Y TRAZOS DE MORELOS
Tabla 2. Unidades de producción tradicional y uso múltiple de las especies vegetales (UPT)
La problemática local es producto de la rela- incluir a las mujeres en la formulación de las estra-
ción histórica de comunidad de San José de los Lau- tegias de conservación de los recursos naturales y
reles con su territorio, sobre el cual ha ejercido sus de la cultura, con base en la forma en que tradicio-
derechos de apropiación; pero esta se agudizó con nalmente se ha manejado el monte (sistemas agro-
el decreto del área protegida. Las evidencias que forestales), las plantas secas y los patios de las ca-
persisten del saber tradicional constituyen argu- sas. El usufructo de los recursos naturales a través
mentos sistematizados para legitimar y fortalecer de proyectos sustentables solo podrá ser adminis-
las estrategias de reivindicación tanto de la cultura trado por miembros honorables de la comunidad y
como de los derechos campesinos e indígenas terri- nunca por personas externas y todos los proyectos
toriales, laborales, humanos y sociales en las leyes que se ejecuten en San José de los Laureles debe-
correspondientes. rán considerar su impacto sobre “nuestros recursos
La asamblea comunitaria asume la responsabi- naturales, nuestro territorio y cultura, además de-
lidad de organizar los grupos de trabajo colectivo e ben generar ingresos económicos”.20
20
Opinión de la comunidad.
inventio 11
Conservación comunitaria crecimiento reconocidas, como los sistemas agro-
El diagnóstico participante fue analizado en talle- forestales21 para el bosque templado y la selva ba-
res, lo que permitió entender dos principios de la ja caducifolia. Además, permitirá la recuperación
conservación comunitaria: la revaloración de su or- de sus unidades productivas tradicionales o culti-
ganización tradicional y el liderazgo, pues ambos vos básicos a partir de especies criollas con valor
facilitan el diseño y operación de los proyectos de de uso, como la milpa,22 así como con posibilida-
desarrollo. des de aumentar su valor de cambio en la comer-
La organización de la comunidad se consoli- cialización por medio de la producción orgánica.
dará con mecanismos de participación social pro- Para resolver los problemas agudos de pobreza,
pios, que impulsen la capacidad autogestiva para deterioro ambiental y erosión cultural, se esbozó
restablecer el control de su territorio, acotado al un proyecto de turismo alternativo por medio del
uso conservacionista y al mantenimiento de los cual los dueños del saber expliquen a los visitantes
recursos de suelo, agua, aire, minerales y fauna su práctica de conservación del territorio.23
silvestre. También promoverá la recuperación del Por último, el significado cultural expresado en
control cultural, que supone la toma de decisiones variables como la frecuencia de mención de cada
para salvaguardar sus propios valores. planta y el uso múltiple permite seleccionar grupos
La potencialidad del conocimiento comunita- de especies para cada proyecto productivo,24 a di-
rio es fundamental para construir alternativas de ferencia de los programas gubernamentales, que le
aprovechamiento sostenido, espacial y temporal, dan prioridad a cultivos monoespecíficos como el
de los recursos naturales del pueblo, particular- nopal que, como se señaló, impactan severamente
mente de la vegetación que incluye las formas de en la diversidad local.
21
L. Krishnamurthy y M. Ávila, Agroforestería básica, PNUMA (Textos Básicos para la Formación Ambiental 3), México
DF, 1999.
22
Víctor M. Toledo, “Los ejidos y comunidades, lugar de inicio del desarrollo sustentable en México”, Revista de la
Universidad de Guadalajara, dossier Desarrollo sustentable ¿Realidad o retórica?, núm. 6, agosto-septiembre de 1996,
pp. 28-34; A. L. Anaya, R. Cruz Ortega, L. Ramos, J. Hernández y V. Nava, “Perspectiva de estudio de la alelopatía en
los agroecosistemas tradicionales de México”, en S. del Amo (ed.), Cuatro estudios sobre sistemas tradicionales, INI
(Serie de Investigaciones Sociales 17), México DF, 1988, pp. 31-53.
23
Enrique Leff, Racionalidad ambiental, la reapropiación social de la naturaleza, Siglo XXI, México DF, 2004.
24
Rafael Monroy y Hortensia Colín, Manejo integrado de recursos, UAEM-CIB, Cuernavaca, 1995.
12 inventio