Sermones de Adoracion

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CON CADA RESPIRO

OBJETIVO:

La adoración debe ser el fundamento de nuestra vida, tanto en


actitud como en práctica.

Adoración es una palabra bíblica difícil de definir adecuadamente. Como sucede


con el exquisito perfume de una rosa o el delicioso sabor de la miel, es más fácil
experimentarla que describirla. Pero el aspecto más importante de la adoración
no es la experiencia ni la expresión humana, sino su objeto. La Biblia nos dice
que adoremos solamente a Dios.

Comencemos leyendo el Salmo 96.1-9

SEGÚN WWW.HYMNARY.ORG, 211 HIMNOS BASAN SUS LETRAS


EN EL SALMO 96. ALGUNOS DE LOS MÁS CONOCIDOS SON: “OH,
QUE TUVIERA LENGUAS MIL”, “CANTAD ALEGRES A DIOS” Y “¡AL
MUNDO PAZ, NACIÓ JESÚS!”
Cantad a Jehová cántico nuevo; cantad a Jehová, toda la tierra. Cantad a Jehová, bendecid su nombre; anunciad de día en día su salvación. Proclamad
entre las naciones su gloria, en todos los pueblos sus maravillas. Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; temible sobre todos los dioses.
Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; pero Jehová hizo los cielos. Alabanza y magnificencia delante de él; poder y gloria en su santuario.
Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos, dad a Jehová la gloria y el poder. Dad a Jehová la honra debida a su nombre; traed ofrendas, y venid a sus

.
atrios. Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad; temed delante de él, toda la tierra

Para ayudarnos a tener una comprensión más profunda, consideremos las


siguientes descripciones de la adoración:

 Es el desbordamiento de un corazón agradecido, inundado por la grandeza y la


bondad de Dios (Salmo 145).
 Es el derramamiento de un alma en paz en la presencia de Dios, teniendo la
seguridad absoluta de su aceptación por medio de Cristo (Filipenses 4.4-7).
 Es la ocupación del corazón, no con sus necesidades ni incluso con sus bendiciones,
sino con Dios mismo (Deuteronomio 6.5-7).

“PODEMOS ADMIRAR SIN ADORAR, PERO NO PODEMOS ADORAR


SIN ADMIRAR, PORQUE ADORACIÓN ES ADMIRACIÓN LLEVADA AL
INFINITO. DE LA MISMA MANERA, PODEMOS HONRAR LO QUE NO
ADORAMOS, PERO NO PODEMOS ADORAR A QUIEN NO
HONRAMOS”. –W. TOZER”
Tanto la palabra hebrea (sagad) como la griega (proskuneó) traducidas como
“adorar”, expresan reverencia, pleitesía, adoración y postración.

La adoración es el propósito divino al cual hemos sido llamados, tanto para ahora
como para la eternidad. De todas las criaturas de la Tierra, solo los seres
humanos tenemos la facultad de adorar, ya que únicamente nosotros fuimos
hechos a la imagen de Dios y concebidos para comunicarnos con Él. El Salmo 96
está lleno de descripciones del Señor que inspiran la alabanza del salmista.
Vemos una vez más que el enfoque es totalmente exaltar a Dios.

 Cada experiencia, situación o emoción puede convertirse en adoración


cuando estamos enfocados en Dios. Aunque las emociones pueden provocar
y acompañar a la adoración, ellas no son el propósito. Una profunda conciencia
del pecado, una lección de humildad, el temor y el temblor, una gran tristeza o
una pérdida, una admiración reverente, un amor desmesurado, una satisfacción
y una gratitud incontenibles, o simplemente un anhelo de conocer más a Dios –
todo esto puede llevarnos a la adoración.

 La adoración se expresa de varias maneras. En la cultura cristiana


actual, a veces definimos la adoración como música, pero es mucho más que
eso. El Salmo 96 menciona el canto, pero también incluye la palabra – la
proclamación de la salvación, la gloria y las obras de Dios – así como traerle
ofrendas. La forma en que adoramos también puede diferir. Puede tener lugar
en el retiro personal o en un grupo, con silencio o exclamaciones gozosas, o en
la abnegación y el servicio.

 El todo de la adoración es Dios. Cuanto más profundo sea nuestro entendimiento


de la autorevelación de Dios en la Biblia, mayor será nuestra adoración. Y como el Señor
es santo, debemos también adorarle en santidad. Un estilo de vida de prácticas y
actitudes pecaminosas hace que la adoración sea hipócrita e inútil. Puesto que el objetivo
de la adoración es exaltar y magnificar a Dios, debemos también tener una actitud
humilde y reverente al adorar.

PREGUNTAS
 ¿Cómo definiría usted a la adoración? ¿Se centra más su adoración en lo
que usted experimenta, o en el carácter de Dios?

 ¿Qué atributos de Dios ve usted en el Salmo 96 que pudieran inspirar su


adoración?
TEMA: ADORACIÓN DESBORDANTE

¿Alguna vez trató usted de definir lo que es la adoración?

Alguna vez trató usted de definir lo que es la adoración? Puede ser difícil
describir exactamente lo que significa esta palabra, incluso si usted ha estado
participando en ella durante toda su vida. Normalmente asociamos la
adoración con los servicios de la iglesia y la música, pero ella   implica mucho
más. Sin lugar a dudas, lo mejor que podemos hacer para tener una
comprensión más clara es examinar las Sagradas Escrituras. La primera
mención en cuanto a la adoración en la Biblia se encuentra en Génesis 22 —la
historia de la obediencia de Abraham. Cuando recibió la orden de ofrecer a su
hijo Isaac en sacrificio, Abraham dijo a los jóvenes que lo acompañaban:
“Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos,
y volveremos a vosotros” (v. 5). Esto puede parecer muy diferente a lo que
hoy en día llamamos adoración, pero contiene algunas características
comunes. Adorar es devoción y obediencia desbordantes que brotan de un
corazón rendido y de una mente totalmente dedicada al Señor.
Cuando nos sentimos cerca de Dios, o si las circunstancias son positivas, la
alabanza surge fácilmente. Pero otras veces nos sentimos más como Abraham,
porque la adoración es difícil o exige un alto precio. Ahí es cuando necesitamos
enfocarnos en lo que el Señor ha dicho, en vez de hacerlo en lo que nos dicen
nuestros sentidos terrenales, en cuanto a las circunstancias que estemos
enfrentando.

Adorar es devoción y obediencia desbordantes que


brotan de un corazón rendido y de una mente totalmente
dedicada al Señor.

La Palabra de Dios nos enseña de innumerables maneras; y aprender a adorar no


es la excepción. La Biblia, por medio de su rico lenguaje y de los muchos
ejemplos de hombres y mujeres fieles, puede enseñarnos no solamente cómo
ofrecer a Dios nuestra alabanza y nuestra devoción, sino también cómo
escucharle y prestar atención a las indicaciones del Espíritu. Cuando imitamos el
ejemplo de Abraham y respondemos con fe y obediencia a Dios, estamos
adorándole.

Si usted está pasando por una temporada de gozo o de tristeza, de infortunio o


de prosperidad, de enfermedad o de salud, no se desanime —recuerde que
siempre hay motivos para honrar y exaltar al Señor.

 
TEMA: ¿A QUIÉN ESCUCHAMOS?
Texto biblico: JUAN 14.26; 16.13
INTRODUCCIÓN
En esta generación donde la electrónica ha dado auge a la comunicación
¿habrá algunos que aún escuchan a Dios? El Señor desea comunicarse con
nosotros y nos ha hablado desde el tiempo de la creación. En el Antiguo
Testamento habló por medio de los profetas.En el Nuevo Testamento lo hizo por
medio de su Hijo (He 11, 2). Y es por medio del Espíritu Santo que continúa
comunicándose en nuestros días (Jn 1613).La pregunta no es si aún nos habla;
el problema radica en que sepamos escuchar su voz.
1. NUESTROS OÍDOS SE SINTONIZAN CON AQUELLO QUE CAUTIVA NUESTRA MENTE Y
CORAZÓN

 Si nuestra mirada está puesta en este mundo, solo escucharemos su


mensaje. Sin embargo, si hemos puesto nuestro corazón en Cristo,
dedicaremos tiempo a escucharlo y dejarnos guiar por sus palabras.
2. ¿POR QUÉ HAY PERSONAS QUE NO ESCUCHAN A DIOS?

 No tienen una relación personal con Él. Aunque el Señor llama a todas
las personas al arrepentimiento, las que le rechazan no pueden
escucharlo.
 No esperan que el Señor les hable. Sin embargo, el deseo de Dios es
guiar a sus hijos en todo momento.
 El mensaje del mundo opaca la voz de Dios. En vez de estar
preocupados por los asuntos del mundo, los creyentes debemos desear
conocer la mente de Dios y lo que desea hacer en nosotros.
 No creen que les haya hablado antes. Es por eso que no creen que les
hablará jamás. Sus mentes están cerradas a la voz de Dios. Pues no
apartan tiempo para escucharle cuando habla.
 Están muy ocupadas. Algunos cristianos no pasan tiempo con el Señor,
por tanto no pueden escuchar su voz.
 Por baja autoestima. Aquellas que tienen que lidiar con una baja
autoestima no se dan cuenta de cuán valiosas son ante los ojos de Dios,
y cuánto desea comunicarse con ellas.
 Están enojadas con Dios. Algunas veces las personas no comprenden
por qué el Señor ha permitido que cosas malas les sucedan, y se enojan
al tal punto que cierran sus oídos a la voz de Dios.
 Han descuidado la lectura y el estudio de la Palabra de Dios. El ignorar la
Biblia incrementa una mentalidad mundana y hace que nuestro deseo de
 escuchar la voz de Dios mengue.
 Algunas tienen un espíritu rebelde. Tratan de cubrir el vacío que tienen
en su interior con los placeres de este mundo en vez de buscar a Dios.
 Son engañadas por el sonido de este mundo. Han sintonizado de tal
forma su mente y corazón con lo que el mundo les ofrece, que no tienen
ningún interés en escuchar la voz del Señor.
 El pecado les impide escuchar a Dios. Cada vez que los creyentes le
damos cabida al pecado en nuestra vida, bloqueamos nuestros oídos
espirituales.
TEMA: ¿CÓMO IDENTIFICAR LA VOZ DE DIOS?
1. INTRODUCCION
Cuando sea difícil discernir entre la voz del Señor y nuestros propios
pensamientos, recordemos lo siguiente:
Su voz está de acuerdo con su Palabra.
Aquello que habla a nuestros corazones no puede estar en contradicción con el mensaje
de la Biblia.
Su mensaje casi siempre está en conflicto con la naturaleza humana.
En ocasiones el Señor nos pedirá aquello que parece ser imposible, pero Él es fiel para
capacitarnos. Siempre desentona con las ideas del mundo. Dios nunca nos guía para
hacer aquello que contradice su Palabra, por el contrario, nos llevará a hacer lo que
contradice al mundo.
El Señor desafía nuestra fe.
Como desea que nuestra fe crezca, en ocasiones nos llama a enfrentar nuestros temores
y a confiar en Él.
Su voz es calmada.
En vez de responder a nuestras oraciones en forma dramática, el Señor casi siempre
habla a nuestro corazón calmadamente, cuando menos lo esperamos.
Nos habla de manera específica. Su deseo es que entendamos lo que nos dice, pues
nos ama de manera especial.
2. ¿POR QUÉ NECESITAMOS ESCUCHAR A DIOS?
 Porque nos guiará y dará aquello que en verdad necesitamos:
 Para tomar decisiones. Desea guiar cada uno de nuestros pasos, pues se interesa
por cada aspecto de nuestra vida.
 Para animarnos. Nadie puede animar nuestro corazón como el Señor, pero para
que esto suceda debemos escucharle.
 Para ser consolados. Necesitamos que nos recuerde que nos ama
incondicionalmente y que desea ayudarnos siempre.
 Para ser fortalecidos. Dios es quien puede sostenernos y darnos las fuerzas y la
determinación para continuar adelante.
 Para conocer la voluntad del Padre. Si en verdad deseamos conocer su voluntad,
debemos dejar de hablar, para así poder escuchar su voz.
 Para recibir lo mejor. El Señor siempre desea lo que es mejor para nosotros, solo
debemos dejarnos guiar por Él.
 Para tener la seguridad de la salvación. La única manera de acallar nuestras
dudas es escuchando al Señor. Él nos salvó de una vez y para siempre. Para
beneficiarnos con su protección. Cuando seguimos la dirección de Dios y tomamos
buenas decisiones, nos protege de lo malo.
TEMA: LOS EFECTOS DE NO ESCUCHAR A DIOS
TEXTO BIBLICO: Jn 1613

1. ¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS DE NO ESCUCHAR A DIOS?

 Si optamos por ignorar su voz, el mundo nos alejará cada vez más de su
presencia.
 Seremos fácilmente engañados.
 Tomaremos decisiones equivocadas con base en Nuestro razonamiento
humano y no en la dirección Divina.
 Tomaremos decisiones que sean de nuestro agrado y que satisfagan
nuestro apetito carnal.
 Nuestras decisiones pueden hacer que desperdiciemos la oportunidad que
Dios nos da de recibir lo que ha preparado para nuestra vida.
 Nuestras malas decisiones afectarán a nuestra familia, pues todos sufren
cuando un ser querido se niega a seguir la dirección del Señor.
 Habrá consecuencias eternas. Para aquellos que son incrédulos está en
juego su destino eterno. Y los cristianos que ignoran la voz de Dios pueden
llegar a perder bendiciones eternas.
2 ¿ESCUCHA USTED LA VOZ DE DIOS Y LE OBEDECE DIARIAMENTE?
Si no es así, ¿cómo puede implementar a partir de hoy una estrategia diaria para
escuchar a Dios? ¿Cómo pueden sus amigos, familiares y congregación ayudarle
en su esfuerzo? Esa es la única manera en la que podrá recibir recompensas para
esta vida y también para la venidera.
TEMA: AMAR A DIOS COMO ÉL DESEA
TEXTO BIBLICO MATEO 22.34-40
1. INTRODUCCION
 Si le pregunta a cualquier persona si ama a Dios, lo más probable es
que responda que sí.
No obstante, muchas personas creen con sinceridad que aman al Señor
pero están equivocadas. Quizás ni siquiera lo conocen. Nuestras palabras
no son prueba de amor. De hecho, usamos la palabra “amor” a la ligera, la
atribuimos tanto a nuestros seres más queridos como a nuestras
preferencias más triviales. Cuando los fariseos desafiaron al Señor
Jesucristo a mencionar el mayor mandamiento, Él les contestó: “Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”
(Mt 22.37). Es por eso que el Señor ha de ocupar el lugar prioritario en
nuestros corazones y nuestro amor por Él debe impactar cada aspecto de
nuestra vida.
2. ¿QUE SIGNICADO EL MAYOR MANDAMIENTO DE MAT.22:37?
 Amar al Señor con todo nuestro corazón, toda nuestra alma y toda nuestra
mente significa expresarle amor continuamente en lo más íntimo de nuestro
ser, tanto emocional como mentalmente.
 Nos entregamos por completo a Dios para cumplir su propósito y darle
gozo. Nuestros ojos se abren para conocer sus buenos propósitos, y en
consecuencia, desear honrarle con nuestra obediencia.
3. LA EVIDENCIA DE NUESTRO AMOR A DIOS
Si en verdad amamos al Señor, nuestra vida será transformada:
 Le obedeceremos y serviremos.
 Hablaremos a otros de Él.
 Confiaremos en Él.
 Tendremos comunión con Él.
 Lo adoraremos y le daremos nuestros diezmos y ofrendas.
 Defenderemos a Dios y al evangelio.
 Meditaremos en su Palabra.
 Estaremos dispuestos a sufrir por Él.
TEMA: AMAR SIN CONFUSION
TEXTO BIBLICO: 1 JUAN 1.9
1. CONCEPTOS ERRÓNEOS EN CUANTO A AMAR A DIOS
Lamentablemente, muchas personas no entienden cómo amar a Dios. Incluso
creyentes sinceros pueden perderse esta maravillosa experiencia debido a varios
conceptos erróneos:
Confundimos reverenciar a Dios con amar a Dios.
Podemos reverenciarlo al reconocer que Él es santo y justo. Pero eso no necesariamente
significa que le hemos entregado por completo nuestro corazón, alma y mente.
Confundimos necesitar a Dios con amar a Dios.
La mayoría de nosotros no tardamos en llevar nuestras preocupaciones a Él en oración.
Sin embargo, eso es una mera evidencia de nuestra necesidad de Dios, mas no de
nuestro amor por Él.
Confundimos servir a Dios con amar a Dios.
En lugar de ser motivadas por su devoción a Cristo, algunas personas simplemente
disfrutan la satisfacción de servir.
Confundimos ofrendar o diezmar con amar a Dios.
Si ofrendamos o diezmamos solo porque nos han enseñado a dar, o porque sabemos que
Debemos hacerlo, nuestro amor por Dios no tiene lugar en nuestra generosidad.
Confundimos hablar de Dios con amar a Dios.
Cantar, enseñar, predicar y compartir el evangelio quizás no sean expresiones de amor a
Dios si actuamos solo por obligación.

2. ¿POR QUÉ HAY PERSONAS QUE NO AMAN A DIOS?


Hay personas que dicen que aman a Dios pero no quieren saber nada de Jesucristo. No
obstante, ya que el Padre y el Hijo son uno, nadie que rechace a Cristo puede amar a
Dios (Jn 14.1). Aunque el amor de Dios se extiende a todos, muchos lo rechazan porque:

 No lo conocen.

 Le tienen miedo al juicio divino.

 Les incomoda, ya que su pecado no se mezcla con

 La santidad de Dios.

 Tendrían que cambiar su estilo de vida.


 Sienten que cohíbe su conducta.

 Les hace sentir incertidumbre del futuro porque no tienen seguridad de lo que les
espera después de la muerte.

 Debido a circunstancias inexplicables de su vida, no entienden por qué el Señor


permite que sucedan tragedias y desastres. No se dan cuenta de que Dios tiene
un propósito definido y Misericordioso en todo lo que permite.
TEMA: ¿POR QUÉ DEBEMOS AMAR A DIOS?
TEXTOBIBLICO: Ezequiel 18.4
INTRODUCCION
El Señor es nuestro maravilloso Padre celestial, si no lo amamos, perdemos la más
sublime relación que podemos experimentar. De hecho, no podemos amar genuinamente
a otras personas si primero no amamos al Señor. Él es quien nos da la capacidad de
amar incluso a las personas más difíciles de amar. El Señor se nos ha dado a conocer en
las páginas de la Biblia y mediante Jesucristo. Mientras más sabemos de Él, más razones
descubriremos para amarlo. Considere que:
1.Él nos creó.
El Soberano del universo quiso crearnos a cada uno de nosotros. Él es la única razón por
la cual existimos.
2.Envió a su hijo Jesucristo al mundo por dos razones
Principales: para mostrarnos al Padre de una manera más íntima, y para que diera su vida
en Rescate por muchos, y así pudiésemos ser perdonados y tuviésemos una relación
personal con Dios.
3. No ha hecho muchas promesas.
Tan solo esto debería darnos la motivación necesaria para amar a Dios con todo nuestro
corazón. Por ejemplo, Él ha prometido:
• No desampararnos ni dejarnos (He 13.5).
• Suplir todas nuestras necesidades (Fil 4.19).
• Contestar nuestras oraciones (Mt 7.7).
• Perdonar todos nuestros pecados (1 Jn 1.9).
• Darnos dones espirituales. Él nos ha dado al menos un don espiritual que nos ayuda a
tener vidas productivas y fructíferas, y a lograr todo lo que nos encomiende.
• Llenarnos de su Espíritu Santo, quien nos impulsa a vivir de una manera que le agrada y
honra.
Conclusión
Cuando otros observan su vida, ¿pueden ver que hay algo especial y diferente en usted?
¿Tal diferencia es marcada porque su comunión con el Señor es mucho más estrecha
ahora que antes? ¿Puede usted afirmar que la satisfacción y el contentamiento que tiene
son mayores a los que podría obtener como resultado de la popularidad, prosperidad y
éxito de este mundo?
¿Cree que su amor por Dios ha aumentado a medida que lo conoce mejor? ¿Ha llenado
ese amor su vida de tal manera que puede mostrar a otros que solo vive para glorificar al
Señor y cumplir sus planes?
TEMA: ¿CAMINA USTED CON DIOS?
TEXTO BIBLICO Génesis 5.21-24
¿Qué desearíamos que las personas recordaran de nosotros al llegar el final de nuestra
vida? Probablemente desearíamos ser recordados por haber sido bondadosos, amorosos,
generosos y sabios. O quizás por las habilidades y talentos que teníamos. O por la manera
en la que nos relacionamos con las demás personas. Si usted es un creyente en Cristo, el
mayor elogio que puede recibir es ser reconocido como alguien que caminó con Dios.
Requisitos para caminar con Dios Sin embargo, aquellos de nosotros que ya hemos
depositado nuestra fe en Jesucristo como nuestro Salvador, buscamos la ayuda de Dios,
pues deseamos vivir de tal manera que podamos honrarle y agradarle. Para que podamos
caminar con Dios como Noé y Enoc lo hicieron, debemos cumplir los siguientes requisitos:
 Aceptar al Señor Jesucristo como Salvador personal.
Este es el primer y más importante requisito que debemos tener en cuenta, pues
solo podemos venir a Dios por medio de su Hijo (Jn 14.6). Nuestro andar con Dios
comienza una vez que hemos creído en Cristo y le hemos recibido como nuestro
Señor.
 Escucharlo.
El tiempo que pasamos a solas con Él, mientras leemos y reflexionamos en su
Palabra y oramos es esencial. Esta es la manera en la que nos instruye y guía a
diario. Y cada vez que sea necesario, podemos venir ante su presencia para pedirle
la sabiduría y dirección que nos haga falta.
 Confiar en Él.
En Proverbios 3.5, 6 se nos dice: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te
apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará
tus veredas”. Si no confiamos en el Señor, no le seguiremos, sino que
dependeremos de nuestro propio entendimiento. Sobre todo, cuando sus caminos
no parecen tener sentido, de acuerdo a nuestra lógica humana. Debemos recordar
que nunca podremos comprender a cabalidad los caminos del Señor; pero
podemos confiar en que siempre nos guiará por la senda correcta.
 Estar de acuerdo con Él.
Si no estamos de acuerdo con su dirección y pensamos que conocemos un mejor
camino, nos engañamos a nosotros mismos al creer que todo nos saldrá bien. En
su Palabra Dios nos dice que debemos seguirle y no dejarnos guiar por nuestro
limitado conocimiento. Solo el Señor es omnisciente, omnipotente y
omnipresente. Debemos someternos a su voluntad y no esperar que Él se someta
a la nuestra.
 Obedecerlo.
Si afirmamos estar de acuerdo con Dios y con su Palabra, pero no le obedecemos,
no caminamos con Él. El Señor requiere que hagamos lo que nos pida, en el
momento en el que nos lo pida y de la manera en la que nos diga que lo hagamos.
Sin obediencia, no podemos ser verdaderos seguidores de Cristo. Esto debe ser
parte de nuestro estilo de vida. Cada mañana debemos despertar con el deseo de
someter nuestra voluntad ante la suya, confiar en su dirección y seguir su liderazgo
a cada paso que demos.
 Ir en la misma dirección que vaya Él.
El Señor tiene un propósito específico para cada uno de nosotros. Es por eso que
debemos buscar su voluntad cada día y vivir comprometidos a obedecer en lo que
nos pida hacer, por el poder de su Espíritu Santo, quien nos guía a tomar
decisiones sabias. Aunque otros caminos pueden parecer más cortos o rápidos,
solo el camino de Dios es el correcto. Y, en ocasiones, tendremos que poner a un
lado nuestros deseos personales o alejarnos de otras personas que transitan en
dirección contraria.
 Ir al mismo paso que vaya Él.
Lo ideal es caminar juntos, en la misma dirección y al mismo paso. En ocasiones, o
nos retrasamos, o nos impacientamos y deseamos adelantarnos a Dios, pues no
queremos esperar. Es por eso que es tan importante que la Biblia venga a ser parte
de nuestro diario vivir. La Palabra de Dios es nuestro compás, el cual nos muestra
si avanzamos en la dirección correcta y a la velocidad adecuada. Es al leer la Biblia
que venimos a ser más receptivos a la voz del Señor, para poder obedecerle. Y,
como es omnisciente y conoce el futuro, podemos estar convencidos que su
tiempo para nuestra vida siempre es el mejor.
 Amarlo.
Si en verdad amamos a Dios, haremos lo que nos pida, pues solo desearemos
agradarle y obedecerle. Nos mantendremos atentos para recibir su dirección y
esperar en su voluntad.
 Abandonar el pecado.
Para caminar con Dios necesitamos tener un corazón puro. Al pecar, debemos
arrepentirnos de inmediato y buscar al Señor para pedirle que nos indique
cualquier otro pecado escondido que pueda estar presente en nuestra vida.
Solamente así podremos desechar el pecado para vivir en santidad tomados de la
mano de Dios, mientras nos deleitamos en obedecerle.
 Perseverar en una vida de santidad.
Dios nos ha llamado, no a una vida perfecta, sino a una vida sometida y
comprometida con su santa voluntad. Es al perseverar en la santidad, que
podremos confesar y arrepentirnos de nuestros pecados inmediatamente, para ser
perdonados y purificados por el Señor (1 Jn 1.9).

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