Celia Loren & Collen Masters - The Depraved Club 02 - Circle of Death PDF

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traducción hecha por fans para fans.

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Esperamos disfruten la historia.


Índice
Sinopsis Capítulo 13

Capítulo 1 Capítulo 14

Capítulo 2 Capítulo 15

Capítulo 3 Capítulo 16

Capítulo 4 Capítulo 17

Capítulo 5 Capítulo 18

Capítulo 6 Capítulo 19

Capítulo 7 Capítulo 20

Capítulo 8 Capítulo 21
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Capítulo 9 Capítulo 22

Capítulo 10 Capítulo 23

Capítulo 11 Capítulo 24

Capítulo 12 Epílogo
Sinopsis
He escuchado las terribles historias sobre el hombre que ellos llaman Devlin
Vile, pero cuando me di cuenta de que había una oportunidad de que su club
hubiera tomado a mi hermana, lo busqué de todas formas. Tenía que saber que
sucedió.

Su encanto diabólico y sexy exterior casi me hicieron olvidar la verdad, es un


proscrito culpable de crímenes innombrables, un dios por derecho propio,
ferozmente leal a su club y a nadie más…

En el momento en que me dijo que me quería, debería haberme aterrorizado.


Cuando dijo que quería todo de mí, como lo quisiera él, yo debería haber huido
lejos, pero rápidamente aprendí que el Presidente del Circle of Death Motorcycle
Club no toma un “no” por respuesta.

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Capítulo 1
Mis delgados dedos se aprietan alrededor de la fría barandilla de metal mientras
el yate salta sobre una ola alta y creciente. Un rocío de agua salada se estrella por
mi mejilla mientras mi largo cabello negro se agita violentamente al viento. Estoy
de pie justo en la proa de este lujoso barco, escudriñando el horizonte para
vislumbrar la tierra seca. La costa rocosa desaparece de la vista después de lo que
parece un abrir y cerrar de ojos. Toda esta locura se está desarrollando más rápido
de lo que jamás podría haber imaginado. No puedo evitar preguntarme si seré
capaz de mantener mi cabeza por encima del agua y ver mi misión. Pero al mirar
alrededor a las aguas abiertas del Océano Atlántico, sé una cosa con certeza:

Ahora no hay vuelta atrás.

Una fuerte ráfaga de música se escucha por encima de la cubierta, seguida por
un coro de risitas borrachas. Miro por encima de mi hombro mientras un trío de 6
magníficas jóvenes mujeres tropiezan a través de una puerta oscilante y salen al aire
libre, esparciendo mi soledad al viento salado. Ah bueno. Si quería paz y
tranquilidad, pude haberme quedado en Boston como la buena chica que siempre
he sido. Hasta ahora, eso es.

—¡Logan! ¿Qué haces aquí completamente sola? —pregunta una de las chicas,
una rubia de piernas largas llamada Brie—. La fiesta acaba de empezar abajo de la
cubierta.

—Estoy ahorrando mi energía para la isla —le digo, fingiendo que no me


interesa cuando ella salpica un poco de piña colada sobre mi minifalda negra.

—Eso es justo. —Asintió Ani, una morena delgada que también decidió darle
una oportunidad a su lado salvaje—. Por lo que he oído sobre El Club, vas a
necesitar toda la energía que puedas reunir. Se supone que los chicos son muy
despiadados.

—¡Aquí está la esperanza! —grita la tercera chica, una pequeña pelirroja


llamada Kari—. Si no estoy completamente agotada con una bruma de sobredosis
sexual para cuando la mañana florezca, voy a pedir el rembolso de mi dinero.
—¡Kari, eres tan mala! —grita Brie, sus ojos azules se ensanchan como
platillos—. Todavía no puedo creer que nos hablaras de esto.

—Oh, por favor, Brie —dice Kari riendo, rodando sus ojos—. Hace años que
nos estás hablando de este lugar.

—Desde que éramos unas pequeñas estudiantes de primer año —dice Ani
sonriendo y tomando un largo trago de su cóctel—. No me digas que este no es el
mejor regalo de graduación de todos los tiempos.

—Sé que tienes razón. —Suspira Brie, inclinándose intranquila contra la


barandilla—. Supongo que estoy un poco... nerviosa. Han sido nada más que
muchachos de fraternidad para mí durante los últimos cuatro años. Esto va a ser...
totalmente un cambio de ritmo.

—¿Te asusta no poder manejar a un hombre de verdad? —bromea Ani.

—Tal vez un poco —admite Brie.

—No te preocupes —dice Kari, pasando un brazo alrededor de la cintura de su


rubia amiga—. Todas nos cuidaremos la una a la otra. Y cuando llegue la mañana,
regresaremos a tierra firme, sanas y salvas. No dejaremos que ninguno de los
grandes y malos motociclistas nos muerda. No demasiado duro, de todos modos.
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—Tengo que decir —remarca Ani, desplazando su mirada hacia mí—. Estaba
un poco sorprendida cuando tú pediste venir esta noche, Logan.

—Sí. —Kari está de acuerdo, levantando la cabeza hacia mí—. Nunca


pareciste ser una chica fiestera en la escuela.

—¿Qué puedo decir? —Me encojo de hombros, sonriendo tan alegremente


como puedo—. Supongo que la gente cambia.

Las chicas aceptan mi vaga respuesta y caen en vertiginosas especulaciones


sobre lo que nos espera esta noche. Apenas y las conocía mientras estábamos juntas
en Boston. Pero en el segundo que me di cuenta de sus planes para visitar El Club
como un premio de graduación, se convirtieron en mis más valiosas conocidas. No
cualquier jovencita puede conseguir un viaje a El Club, después de todo. Un paseo
de la alegría en este yate es casi malditamente imposible de conseguir, a menos que
conozcas a la gente correcta. Por suerte para mí, éstas tres resultan ser exactamente
las personas correctas. Hablo acerca de la red de antiguos alumnos.

—Oh, Dios mío —dice suavemente Brie, casi dejando caer su cóctel por la
borda—. ¡Ahí está!
Dirijo mi mirada hacia el horizonte y siento que mi corazón se aloja
firmemente en mi garganta. Allí, a lo lejos, una larga franja de tierra se eleva de
entre el mar revuelto. En el crepúsculo, la isla no parece algo especial. Una línea de
costa escarpada da lugar a una extensión de bosques espesos. Apenas visible
encima de la línea de árboles está la imponente torre de vigilancia de una vieja base
militar. De mi investigación, sé que esta fortaleza se remonta a los días de la
revolución americana. Pero hoy en día esta isla no es lugar para un viaje de
amantes de la historia, eso es seguro.

A medida que el yate recorre las aguas grises del Atlántico hacia la isla, un
ruido bajo hace que mis oídos pinchen. El ritmo pulsa más ensordecedoramente
con cada momento que pasa. Me pregunto, por un segundo, si no estamos
experimentando problemas con el motor. Pero cuando la cacofonía de la dura roca
barre para completar el paisaje sonoro, me doy cuenta de que estoy escuchando una
línea de bajo pesado que rabia desde la orilla de la isla. Escuchamos la fiesta antes
de que la veamos, y sé que ésta es mi última oportunidad para retractarme... dejar
que la otra docena de chicas se adelanten y escurrirme de regreso a la orilla con la
cola entre mis piernas.

Pero luego pienso por un momento en lo que estaría dejando atrás. Un


apretado apartamento de dos dormitorios, cuentas sin pagar, una búsqueda de
trabajo infructuosa, una cuenta bancaria cada vez más menguante... Tengo que 8
admitir que no tengo nada por lo que cual volver. Nada que perder. Hubo un
tiempo en el que ese pensamiento me habría entristecido. Pero ahora, me doy
cuenta de que residir en mi soledad y miedo no me llevará a ninguna parte. Tengo
que encararlos. Enfrentar este lugar. Tomar acción por primera vez en mi vida. Y si
termino siendo destruida en el proceso... bueno, al menos habré vivido algo.

Un silbido largo y agudo del barco corta a través del aire brumoso mientras el
yate llega hasta un chirriante muelle que se dirige dentro de la isla. Me quedo
enraizada firmemente en la cubierta mientras la total y caótica escena bramando de
la isla aparece a la vista, desplegándose ante mis desconcertados ojos.

En el centro de un gran claro en el bosque, una masiva fogata ruge, enviando


fieras llamas saltando y lamiendo en el oscuro cielo nocturno. Docenas de figuras
sombrías se retuercen y se arremolinan en la luz del fuego, ondulando con la pesada
y pulsante música que sale y viaja a través del agua. Las botellas de vidrio capturan
el resplandor de la hoguera mientras se elevan a los labios sedientos, y una veintena
de puntas de cigarrillo ardiendo se iluminan en la oscuridad como un enjambre de
luciérnagas diabólicas.

Longitudes de miembros desnudos y torsos resplandecen y brillan en la luz roja


del fuego. Hombres y mujeres están dispuestos a través de cada superficie a la vista,
teniéndose entre sí sin inhibiciones. Es una maldita orgía... y estamos a punto de
entrar en medio de ella.

—No sé si puedo hacer esto —susurra Brie en pánico mientras nos dirigimos
hacia la frágil cubierta.

Nos unimos a un puñado de otras jóvenes, acurrucadas delante de la


intimidante escena que nos rodea. Claramente ninguna de nosotras ha pasado sus
veinte años. Demonios, algunas de nosotros apenas tenemos dieciocho. Pero hay
algo que todos tenemos en común: estamos aquí para pasar una noche entre los
hombres más duros, peligrosos y sexys que probablemente nos encontraremos
jamás. Cada una de nosotros tomó la decisión de venir aquí por su propia voluntad.
Todas tenemos diferentes motivos para buscar este lugar ya fuera por escape,
aventura o curiosidad. Yo, estoy aquí en busca de las respuestas que desde hace
tiempo me han eludido. Respuestas sobre mi pasado que podrían acabar formando
mi futuro. Y no me iré hasta que las haya encontrado.

Siento al grupo de chicas apretarse a mi alrededor mientras el yate se aleja,


dejándonos para enfrentar la noche por nuestra cuenta. Como uno solo, volvemos
nuestra mirada hacia la isla, hacia el lugar de donde solo hemos oído hablar en
susurros y rumores. El lugar simplemente llamado El Club. Cuando escuché por
primera vez de este lugar único-en-su-clase, me pregunté por su nombre 9
indescriptible. Pero lo que rápidamente estoy llegando a entender es que El Club
desafía cualquier otra descripción. Tiene que ser visto para ser creído.

—¡Señoritas! —grita una voz que brota de más allá de mi campo de visión.

El resplandor amarillo de una linterna oxidada corta a través de la oscuridad,


iluminando la forma alucinante del hombre grande que hace su camino hacia
nuestro pequeño grupo. Su sonrisa amplia y astuta es lo primero que noto. Pero no
solo sus dientes son enormes. Cada pedazo de su cuerpo parece ser de talla grande,
desde su bíceps abultado a esa espesa barba. Es lo más parecido a un gigante que he
visto de cerca. Pero algo me dice que probablemente no sea un gigante de la
variedad “amable”.

El imponente hombre se cierne sobre el grupo, unos treinta centímetros más


alto que cualquiera de nosotras, aún con tacones altos. Lleva el cabello largo
recogido en una cola de caballo, un chaleco de cuero sin mangas sobre una playera
blanca y unos vaqueros azules bien gastados. Las puntas de acero de sus botas
brillan incluso en la oscuridad. Examina a cada uno de nuestros rostros ansiosos
inclinados hacia arriba, asintiendo en aprobación.

—Buena selección la de esta noche. —Sonríe, pasando una mano por su barba
rubia y arenosa—. Los chicos van a estar jodidamente sobre ustedes.
Una risita nerviosa recorre el grupo, pero ya puedo sentir los cuerpos a mi
alrededor empezando a relajarse. A pesar del borde peligroso de este hombre, hay
algo extrañamente reconfortante en su comportamiento.

—Mi nombre es Titán —continúa—. Yo soy lo que podrían llamar el comité de


bienvenida. Es mi trabajo asegurarme de que las cosas en El Club funcionen sin
problemas. Asegurarme de que todos se diviertan. Para eso están las chicas, ¿no?
¿Un buen momento?

—Eso es correcto —dice Kari.

—Aja —añade Ani.

—Bueno, entonces, ciertamente han venido al lugar correcto —nos asegura


Titán, extendiendo sus musculosos brazos—. Les prometo que esta será una noche
que recordarán por el resto de sus vidas. Ahora, ¿por qué no me siguen, y vamos a
empezar esta fiesta?

Nos apresuramos a seguir a Titán mientras se aleja, llevándonos hacia el


corazón pulsante y palpitante de la fiesta. A medida que nos adentramos en los
bosques, veo que las mismas sombras están vivas con abandono orgiástico. Mi
mandíbula casi golpea el suelo rocoso cuando veo a una mujer desnuda apoyada 10
contra un árbol de roble por su musculoso compañero, sus caderas tronando
violentamente mientras sus gritos de éxtasis son arrastrados por la música. Observo
como Brie avista la pareja, todo el color drenándose de su rostro. Una cosa es clara
por el momento: El Club no es lugar para los débiles de corazón.

Siento el calor de la hoguera antes de que hayamos entrado en el claro. El


crujido de las llamas atraviesa el aire del verano, enviando una espesa nube de
humo rodando sobre las copas de los árboles. Titán se vuelve hacia nuestro grupo
mientras nos abalanzamos a lo largo de la fogata.

—Aquí están las chicas —ruge por encima de la cacofonía de las voces alzadas
y la música volando—. ¡Tomen una copa, tomen un porro, agarren a un hombre, y
ténganlo!

Un vitoreo aumenta proveniente del conjunto de hombres y mujeres que nos


rodean, todos estirando el cuello para ver la nueva mercancía.

—Cristo, amo un poco de carne fresca —gruñe un hombre alto y lobuno detrás
de nosotras. Desliza sus brazos alrededor de la delgada cintura de Kari, tirando de
ella firmemente contra su marcado cuerpo—. Y te ves lo suficientemente sabrosa
como para devorarte, niñita.
—¿Sus mamis y sus papis saben dónde están esta noche, pequeñas? —se burla
un hombre de pecho ancho con una melena salvaje, metiendo un mechón del
cabello de Brie detrás de su oreja.

—Sean buenos ahora —advierte Titán a los hombres que circulan—. Estas
chicas son nuestras invitadas esta noche. Hagámoslas sentir bien y bienvenidas.

Con su demanda, el enjambre de motociclistas voluminosos y barbudos hasta el


pecho desciende sobre nuestro grupo. Salgo del camino mientras las muchachas son
arrebatadas, a izquierda y derecha. No estoy aquí para acostarme con cualquier
chico motociclista, después de todo. Tengo mis metas establecidas mucho, mucho
más altas.

Escaneo las caras alrededor del resplandor rugiente, buscando a mi objetivo.


Pero no tengo que buscar mucho tiempo. Allí, al otro lado del fuego, se alza el
hombre por el cual he llegado tan lejos.

Preside la fiesta como un dios por derecho propio. Su asombroso cuerpo se


cierne sobre el fuego, como si prestasen el fuego a su calor. Con los gruesos brazos
cruzados sobre su pecho desnudo, se para con los pies firmemente plantados. Nada
en el cielo o en la tierra podría mover a este hombre un centímetro, eso es muy
claro. Líneas oscuras y negras serpentean a lo largo de su pecho y hombros 11
definidos, bordeando sus brazos en configuraciones vertiginosas. Pero el tatuaje
más prominente se destaca en relieve, centrado en sus pectorales bronceados. En
letras gruesas y garabatosas, se lee: “Diabolus”.

El diablo.

Es todo lo que puedo hacer para beber a la vista de él, este hombre altanero en
el que he fijado mi mira. Lo he estado investigando durante semanas, buscando
fotografías policiacas y recortes de periódico, familiarizándome con cada aspecto de
su vida pública. Pero ninguna cantidad de investigación podría haberme preparado
para lo real.

Su cuerpo parece que fue cortado del mármol más suave, cada músculo se
destaca en perfecta definición. Pero se puede decir, solo por mirarlo, que esos
músculos no fueron esculpidos durante largas horas en el gimnasio. El suyo es un
cuerpo que ha vivido con esfuerzo y agresividad por décadas. Por toda una vida. Y
oh, cómo se nota.

Levanta un frasco de acero a sus labios firmes y llenos. Lo miro, transfigurado,


mientras toma del licor, su mandíbula afilada como una cuchilla de afeitar. Sus
altos pómulos, su nariz recta y su gruesa barba negra harían que la mayoría de los
modelos lloraran de envidia, pero no hay ninguna vanidad en el rostro de este
hombre. Él sabe que es magnífico, poderoso e intimidante, pero no tiene que tratar
de ser ninguna de esas cosas. Simplemente lo es.

Un jadeo se escapa de mis labios mientras sus ojos se encuentran con los míos.
El resto de la fiesta salvaje se desvanece a la vez que nuestras miradas se cierran.
Sus ojos sin fondo ven a través de mí, desvistiéndome hasta que estoy
completamente desnuda bajo su mirada. Una lenta sonrisa se extiende a través de
sus suaves labios mientras me mira derretirme ante él. Pero tan encantada como
estoy por su singular belleza brutal, no dejaré que llegue a mí tan fácil. Desde el
fondo, recojo mi moderación, mi compostura, mi frescura. Enderezando mi espina
dorsal, pongo una mano en mi cadera y sonrío de inmediato.

“Dos pueden jugar a este juego”, pienso para mí.

Por los momentos más breves, podría jurar que se sorprendió. Claramente, este
no es un hombre que está acostumbrado a hacer el primer movimiento. Mi corazón
se pone en marcha y golpea contra mi caja torácica mientras mete el frasco en el
bolsillo y da un paso hacia mí, rodeando la hoguera rugiente. Se acerca como un
animal salvaje, rodeando a su presa. Me vuelvo hacia él mientras se levanta ante
mí, estirando mi cuello para tomar su forma completa y escalofriante.

—Parece que podrías tomar una copa —gruñe, su voz rica y ronca. 12
Trago con fuerza, acerándome ante una presencia tan increíble e intimidante
como la suya. Con una mano milagrosamente firme, la meto en el bolsillo del
chaleco de cuero negro que estos chicos llevan como armadura, y envuelvo mis
dedos alrededor del frasco de acero fresco. Él levanta una ceja cicatrizada mientras
llevo el frasco a mis labios escarlata, tratando de no pensar en el hecho de que su
boca descansaba donde la mía está ahora. Puedo decir que está intrigado, sin estar
acostumbrado a ser abordado tan descaradamente. El whisky ahumado cubre mi
garganta mientras paso un enorme trago y le devuelvo el frasco con una sonrisa
traviesa.

—Gracias —le digo, pasando un mechón de cabello negro sobre mi hombro


desnudo.

—Es un placer. —Sonríe, colocando sus firmes manos en los puntos de mis
caderas—. Ahora, ¿qué vas a darme a cambio?

Su placer es la primera y única cosa en su cerebro, puedo decir eso con certeza.
Pero me he decidido a no doblarme tan fácilmente. Me aparto de él, golpeando sus
manos.

—Lo siento. No creo que haya escuchado tu nombre —digo, luchando con
fuerza para contener el temblor de mi voz.
—Eh. —Se ríe, mirándome de arriba abajo—. Este no suele ser un lugar donde
los nombres se negocian, nena.

—Hazme reír —insisto, demasiado consciente de la ardiente sensación que su


mirada deja en su estela mientras se arrastra a lo largo de mi cuerpo.

—Soy Devlin Vile —me dice, su voz plena y segura.

Premio mayor.

—Hola Devlin —ronroneo, bajando la guardia un poco—. Soy Logan. Logan


Farrah.

—Bueno Logan —continúa Devlin, cerrando el cuidadoso espacio que he


puesto entre nosotros—, bienvenida a El Club. Apuesto a que estás lista para una
muestra de la acción aquí. No te preocupes, me aseguraré de que no te vayas a la
cama con hambre. Confía en mí, sé cómo llenar a una chica.

—Ah, apuesto a que lo haces —contesto.

Poco sabe él, por supuesto, que mi presencia aquí es lo más lejos de un
tropiezo. Soy una mujer en una misión. Una misión que tiene todo que ver con él,
como resulta. Pero mientras me lleno de su presencia embriagante; la forma
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altísima, la mirada ardiente, su olor ahumado y picante, decido que mientras esté
aquí, quizá me divierta un poco. Todo el trabajo y ningún juego nunca le ha hecho
bien a nadie, ¿verdad?

¿Es posible que este Devlin Vile sea tan peligroso como dicen que es? Solo hay
una manera de averiguarlo, me flexiono y doy un paso hacia él.
Capítulo 2

El sonido de un silbido sarcástico aparta mi atención del espejo de cuerpo


entero. Me volteo para ver a mi compañera de cuarto Emma recargada contra el
marco de la puerta, sonriendo ante mi presentación actual.

—Hola, sexy mama —se burla—. ¿Puedo tener algo de eso?

Frunzo el ceño ante mi reflejo, toda desagradable con el birrete y la toga. He


estado intentando convencerme de que todo el traje no es tan terrible… pero no es
de utilidad. Me veo como un gran bombón de pascua verde que alguien puso en el
microondas.

—Eres tan afortunada de no tener que atravesar la ceremonia graduación. — 14


Suspiro, sacudiendo la borla hecha jirones de mi birrete lejos de mi cara—. ¿Tal vez
pueda contratar un doble que pueda ir en mi lugar o algo? Seguramente hay una
sección en Craiglist para eso.

—O puedes solo saltarte la cosa completa como cualquier humano sensible. —


Emma se encoje de hombros, poniendo su corto cabello rubio detrás de sus oídos.

—Lo desearía —me quejo, hundiéndome en mi estrecha cama con la hirviente


y sudorosa toga—. Mis padres nunca me hablaran de nuevo si no me aparezco.

—La última vez que revisé —dijo Emma, levantando una ceja—. Ellos
perdieron el derecho a esta graduación sin sentido cuando se rehusaron a pagar por
tu educación porque tu especialización no les pareció.

Ella tiene un punto. Por todos los derechos, no debería tener ningún escrúpulo
acerca de abandonar la graduación a pesar de los deseos de mis padres. Yo soy
quien financió mi grado a través de una media docena de becas (y cerca de 50 mil
dólares en deuda de préstamos estudiantiles, por supuesto). Mis papás siempre me
dijeron mientras crecía que estarían más que felices de pagar por mi educación
universitaria, siempre que estudiara algo “práctico” como medicina o leyes. Pero
cuando decidí dedicarme a mercadotecnia y comunicaciones en su lugar, su oferta
de asistencia financiera fue arrebatada rápidamente.
—¿Por qué pagaríamos por un título que solo va a dejarte sin trabajo y viviendo
en nuestro sótano? —Se había burlado mi madre esa vez.

Y para mi disgusto, ella parecía haber tenido un argumento válido. Me voy a


graduar de la universidad al final de la semana, y he pasado la mayor parte del año
enviando síntesis curricular tras síntesis curricular a todos los medios de
comunicación y publicación en el país. En ese tiempo, he tenido exactamente
cuatro entrevistas mediocres y cero ofertas de trabajo. Estoy a punto de entrar en el
mundo real con un cargamento de deuda, sin trabajo, y una actitud algo fatalista
acerca de mis perspectivas. Justo como mi madre predijo en aquel entonces.

—Lo siento, no debería haberlo traído a colación. —Suspira Emma,


sentándose a mi lado en la cama. Miro como ella pone sus piernas delgadas debajo
de si, ágil como un gatito. Siempre he estado un poco celosa del pequeño cuerpo de
mi mejor amiga. Soy una mujer joven relativamente alta, de un metro ochenta para
ser exactos, y fui una flor temprana en cuanto a curvas se refería. He llegado a amar
a mi llena y voluptuosa figura, pero nunca escuché el final de ello por parte de mi
mamá mientras crecía. Ella nació en Japón, y siempre se jactó de una figura súper-
esbelta. Mi hermana mayor, Juliet, heredó su tipo de cuerpo, pero yo lo heredé de
mi padre de origen inglés. No puedes escoger a tus padres, y ciertamente no puedes
escoger lo que obtienes en cuanto al tema genético.
15
—Por lo menos te estás graduando como la mejor de tu grado —señala
Emma—, ni siquiera creo que se molesten en clasificarnos en el departamento de
Bellas Artes, pero si lo hicieran, ciertamente no querría saber acerca sobre eso.

—Eso es verdad —digo—, yo como que pateé el culo de este grado, ¿eh?

—¡Te lo dije! —Emma sonríe—. Incluso te las arreglaste para atrapar a un


novato en psicología como una especie de superhéroe académico.

—Para ser justos —señalé—. Mis clases de psicología eran en su mayoría


introductorias. Y todo lo que hicimos en su mayor parte fue completar extraños
cuestionarios de personalidad y tratar de psicoanalizar a nuestros padres.

—No es de extrañar que hayas tenido un momento tan fácil. Piensa en todo el
material que tienes allí. —Emma sonríe.

—Ja, ja —digo, sacando de mis hombros la ridícula toga verde—. Eres una
bromista regular, Emma Sanders.

—Estoy aquí toda la semana —ataca ella, acostándose en mi cama—. ¿No te


alegra quedar atrapada conmigo en el futuro previsible?

—Realmente lo estoy —le digo sinceramente.


Emma y yo hemos estado viviendo juntas desde el segundo año de pregrado,
cuando fuimos asignadas al azar al mismo dormitorio. Pensarías que no habría
mucho de qué hablar entre nosotras, ella es una pintora abstracta, yo soy del tipo de
medios de comunicación. Pero en una escuela invadida por la vida griega y el
atletismo duro, tuvimos la suerte de encontrarnos. Seguimos juntas por el resto de
nuestras carreras de pregrado, y solo encontramos un pequeño apartamento de dos
dormitorios para compartir después de la graduación. Emma ya ha conseguido un
trabajo como asistente de un artista aquí en Boston, y aunque no he tenido tanta
suerte en cuanto al trabajo, estoy decidida a no regresar a casa con mis padres. No
me importa si tengo que tomar café, pasear perros, o cuidar a unos horribles niños
ricos. Voy a hacer que funcione.

—Vamos —dice Emma, poniéndose de pie—. Ya son las tres y cinco. Necesito
una bebida.

—Sí, está bien. —Estoy de acuerdo, recogiendo mi largo cabello negro en un


moño y asegurándolo con mis palillos para el cabellos de marca, la única cosa que
heredé de mi madre, además de la furiosa ansiedad social—. Realmente podría
tomar uno, después de hoy.

Emma salta para encontrar su bolso mientras me dejo caer en mi silla de


escritorio, revisando distraídamente mis páginas de medios sociales y blogs 16
favoritos. No hay mucho que ver en Facebook y lo que sea, como de costumbre. No
tengo exactamente un grupo grande de amigos. O cualquier grupo de amigos, para
el caso. Está Emma, seguro, y algunas personas de mis grupos de estudio y clases,
pero no muchas personas que considerara amigos honestos, a pesar de cómo
Facebook pudiera llamarlos. Pero para ser honesta, mi falta de amigos íntimos tiene
perfecto sentido.

A veces se dice que las hermanas tienen el factor de mejores amigas


incorporado, y para mí y mi hermana Juliet, esto era absolutamente cierto. Al
menos, lo fue cuando éramos pequeñas. Ella es dos años mayor, y yo la idolatraba
completamente mientras crecíamos. Juliet siempre me guiaba hacia las aventuras
épicas y las locuras divertidas. Ya sea que estuviéramos presentando musicales de
Spice Girls a gran escala en nuestro dormitorio compartido, aprendiendo a hacer
carritos en el patio trasero, o secuestrando el estuche de maquillaje de mi madre
para hacer un cambio de estilo subrepticios (y mal ejecutados), nunca hubo un
momento aburrido con Juliet alrededor.

Pero a medida que crecíamos, ese espíritu aventurero se volvía rebelde. Mi


madre era una maestra estricta, y mi padre dejaba que ella dominara a la familia, y
a nosotras, las niñas, con un puño de hierro. Ella y Juliet chocaban incesantemente
desde el momento en que mi hermana llegó a su adolescencia. Y cuanto más
intentaba mi madre de contenerla, más desesperadamente Juliet quería volar. Para
el momento en que tuvo diecisiete años, Juliet estaba totalmente fuera de control.
Festejando todas las noches, bebiendo y fumando, durmiendo alrededor,
involucrándose en cada pedacito de comportamiento destructivo imaginable. Le
supliqué que tuviera cuidado, que se cuidara a sí misma. La amaba más que a nadie
en la Tierra, pero mi amor no era suficiente para hacerla quedarse.

El día que cumplió dieciocho años, Juliet huyó. Había caído en una pandilla de
motociclistas locales, un grupo de chicos muy duros. Nos dejó una nota diciendo
que había decidido unirse a ellos como una especie de seguidora, y que no
debíamos buscarla. Era una adulta legal y demasiado obstinada para reconsiderar,
por lo que mis padres no tuvieron más remedio que dejarla ir.

Estaba devastada por su abandono y decidida a no ser nunca como ella. Me


concentré en mis estudios, mi escritura, e hice mi mejor esfuerzo para ponerla fuera
de mi mente. Pero sin importar lo bien que me fue en la escuela, cuántos premios
gané, en cuántas universidades entré, ningún logro era lo suficientemente bueno
como para disipar el fantasma de mi hermana de los corazones de mis padres. No
fue hasta que me fui a la universidad que finalmente me sentí libre de su persistente
y sofocante presencia.

Pero tanto como odio admitirlo, sigo sintiendo el impacto de lo que hizo Juliet.
Debido a su traición, mantengo mi corazón encerrado asegurándolo. Estoy 17
inmediatamente recelosa de alguien que quiere ser mi amigo, y soy insanamente
selectiva acerca de los chicos con los que incluso voy a considerar tener una cita.
No puedo soportar la idea de llegar a amar a alguien de la forma en que amaba a
Juliet, y que me deje. He jurado nunca permitir que me lastimen de esa manera otra
vez, y hasta ahora lo he conseguido muy bien. Puede que no sea la chica más
popular de la escuela, o que tenga más muescas en la columna de mi cama, pero al
menos rara vez soy vulnerable a la angustia.

Por supuesto, estar a salvo de la angustia significa también estar a salvo del
amor... pero eso es un enigma para abordar otro día.

Estoy a punto de cerrar mi portátil cuando un nuevo correo electrónico aparece


en mi bandeja de entrada con un ding. Echo un vistazo al mensaje, esperando algo
de publicidad chatarra sobre agrandamiento de pene o algo así. Pero la línea de
asunto del correo electrónico hace que mi corazón se salte un latido.

Solicitud de entrevista de Advance Media, Re: Logan Farrah

—Mierda —susurro, abriendo apresuradamente el mensaje. Envié mi


currículum al gigante de los medios de comunicación Advance en un caprichoso
deseo hace unos meses. ¿Podrían estar seriamente considerándome para una
pequeña entrevista? Leí el correo electrónico con el aliento contenido.
Estimada Sra. Farrah,

Hemos recibido su curriculum vitae y estamos muy impresionados con su récord


académico y sus logros. Si está disponible, nos gustaría programar una entrevista con usted en
los próximos días. Uno de nuestros populares medios de comunicación está buscando
colaboradores editoriales. Pensamos que usted sería una pieza maravilloso para la publicación
en línea, FootSoldier. Si está interesada, háganoslo saber para que podamos enviar su
información al editor de FootSoldier. Esperamos con interés escuchar de usted…

Ni siquiera puedo leer las últimas líneas de texto: mi visión se humedece con
emoción y alegría. Dejo escapar un chillido de alegría, saltando de mi silla y
bailando extáticamente alrededor de mi dormitorio. En un instante, Emma está
justo detrás de mi puerta, mirándome perpleja mientras salto y bailo por todo el
lugar.

—¿Qué demonios está pasando? —pregunta ella, aturdida por mi arrebato.

—¡Acabo de recibir un correo electrónico de Advance Media! —grito,


abrazando a Emma por los hombros.

—¿Bien...? —contesta. Emma no es exactamente la persona más conectada del


planeta. 18
—Poseen, como, cada blog y publicación en línea en la Costa Este. Por lo
menos los que valen la pena leer —balbuceo—. Hay una vacante en un sitio,
FootSoldier, ¡y quieren que vaya a una entrevista!

Emma puede no tener ningún interés en los blogs, pero incluso ella reconoce la
palabra “entrevista”.

—¡Logan, eso es maravilloso! —grita, lanzando sus brazos alrededor de mí—,


sabía que algo iba a llegar para ti. Eres demasiado brillante para no ser arrebatada.

—Bueno, todavía no me han arrebatado. —Me río—. Pero he estado leyendo a


FootSoldier durante años. Realmente me gusta su estética, y creo que mi estilo de
escritura es justo su prototipo.

—En otras palabras, estarían locos por no contratarte —responde Emma


sonriendo.

—Definitivamente soy una buena pieza para el trabajo —permito.

—Ugh. Esa cosa de la modestia va a ser tu muerte. —Emma se ríe,


liberándome de su abrazo de oso—. ¡Esto requiere una bebida de celebración!
—¿No estábamos ya saliendo a tomar algo? —le pregunto.

—Bueno, sí. —Se encoge de hombros—. ¡Pero ¿no es mejor tener una
justificación para ello?!

—Te lo concederé. —Me río, agarrando mi cartera y arrastrando a Emma por


la puerta.

Salimos a la cálida noche de mayo, con los brazos unidos. Mi cuerpo se siente
ingrávido a medida que avanzamos por las calles de Boston. Es como si pudiera
respirar libremente por primera vez en meses. Por fin, tengo una ventaja en un
trabajo que podría funcionar, un trabajo que mataría para tener. Tal vez no tendré
que colapsar en la vida de posgrado después de todo.

19
Capítulo 3
Los poderes que están en Advance Media no pierden tiempo, eso es seguro.
Pocas horas después de responder a su primer correo electrónico, me programan
para una reunión con el editor en jefe de FootSoldier, Elliot Simmons, que tendrá
lugar al día siguiente. Mi estómago hace un triple giro cuando leo la hora para mi
cita, y apenas duermo esa noche. Sé que tengo que entrar en las oficinas de
FootSoldier en Boston con toda la confianza que pueda reunir, pero no puedo evitar
estar nerviosa. Hay tanto en esta entrevista yendo bien, mucho más de lo que me
gustaría admitir. Pero mientras estoy ocupada preocupándome por la inminente
reunión, pasa la noche. Es hora de levantarse y brillar, espero.

—Vas a destrozarlo. —Me asegura Emma esa mañana, metiendo una taza de
café en mis manos. Levanto la taza agradecidamente a mis labios, corriendo a
través de todas las típicas preguntas de entrevista en mi cabeza.

¿Cuáles son mis fortalezas y debilidades? ¿Dónde me veo en cinco años? ¿Qué
me hizo aplicar para Advance Media en particular? 20
El único problema es que mis respuestas parecen bastante frágiles de repente.

Soy genial en el afecto de reusarme a comunicarme y terrible en la


disponibilidad emocional. Esperemos no estar durmiendo en el sillón en el sótano
de mis padres. Porque realmente necesito un trabajo, por favor solo contrátenme.

Sí. Esta cosa debería ir genial.

Paso mis dedos a través de mi cabello revuelto. FootSoldier es una inquieta


publicación dura y valiente. Sus historias siempre están un paso por delante de la
opinión pública y la conciencia. Los escritores que lo hacen bien allí son en su
mayoría milenarios y ligeramente hipster, pero también a menudo son mujeres, lo
cual es un gran negocio para cualquier sitio popular. Intenté vestirme de acuerdo,
con pantalones vaqueros negros y ajustados, una blusa blanca y una chaqueta color
carbón. Y, por supuesto, un poco de mi lápiz labial rojo favorito, la única cosa con
la cual nunca salgo de casa. Solo tendré que esperar mezclarme con los nativos.

—De acuerdo. Es hora de enfrentarse a la música —dije, dejando caer mi taza


de café escurrida en el fregadero.

—Ese es el espíritu. Creo —responde Emma, dándome un rápido abrazo—. No


vuelvas hasta que consigas un buen trabajo.
—Pero no hay presión, ¿verdad? —murmuro, saliendo a enfrentar el día.

En el momento en que llego a la entrevista, mi mente está corriendo


rápidamente. He cometido el error de fijar demasiado en esta entrevista. No puedo
salir de esto. Si lo hago, se acabó el juego. De pie frente al modesto y renovado
almacén que sirve de oficina de FootSoldier, me obligo a hacer una pausa y respirar.
Puedes hacer esto, me animo a mí misma. Recuerda, te llamaron por una razón.

Con mis nervios tan controlados como podrían estar, empujo la pesada puerta
de metal y subo a un ascensor de aspecto industrial hasta el último piso del
almacén. Cuando las puertas se abren de nuevo, salgo a la oficina más genial que
jamás he visto. El piso entero ha sido remodelado y reutilizado como un espacio de
trabajo abierto. Las superficies sin terminar como el ladrillo expuesto y la madera
sin tratar dan al lugar una vibra tensa, pero los ordenadores portátiles de última
generación nada anticuados alineados a lo largo del escritorio de la comunidad.
21
Aún más impresionante es la docena de personas trabajando en esos
ordenadores portátiles. Cada miembro del personal de FootSoldier es joven,
atractivo, y tan moderno como puede ser. Dudo que uno solo tenga más de treinta
años. Y aún más notable es el hecho de que todos menos tres de ellos son mujeres
que parecen estar alrededor de mi edad. Sabía que FootSoldier era una publicación
con visión de futuro, pero no tenía ni idea de que sus prácticas comerciales eran tan
progresivas.

—Tú debes ser Logan —dice una voz desde mi hombro.

Me doy la vuelta para encontrar a una mujer alta y esbelta detrás de mí. Ella
está balanceando una blazer impecablemente confeccionado, el cabello largo
ondulado y las gafas gruesas de borde negro.

—Esa soy yo —respondo, metiendo mi cartera bajo un brazo y extendiendo mi


mano libre—. Estoy aquí para una entrevista con Elliot Simmons.

—Bueno, qué suerte. —La mujer sonríe, dándole a mi mano extendida una
fuerte sacudida—. Por casualidad soy Elliot Simmons.

—¿Eres...? —Empiezo, antes de que pueda detenerme.


—Una chica. Sí. —Elliot se ríe—. Relájate, no eres la primera persona que ha
venido aquí esperando ver a un tipo detrás del escritorio del editor. Es un síntoma
de los tiempos de enfermedad en que vivimos, amiga mía. No sostengo el sexismo
socialmente condicionado de las personas contra ellos.

—Oh. Bien. Genial —le digo de mala gana, con la esperanza de que mi
vergüenza no haya pintado mis mejillas rojo fuego.

—Vamos a conocernos ¿verdad? —dice Elliot, llevándome a su oficina, un


cubo de paredes de cristal aparte del área de trabajo del grupo.

Me acomodo en una silla ante el elegante escritorio moderno de Elliot. Ella


tiene tres pantallas de computadora organizadas alrededor de su espacio de trabajo,
cada una llena de artículos en progreso, sitios de noticias y complejas líneas de
código. Elliot debe ser un editor ferozmente competente para hacer un seguimiento
de todo esto, o bien una genio de la computadora. Ella se hunde en su silla de cuero
y me da una larga y dura mirada. Levanto mi barbilla, preparándome para el
intenso interrogatorio que seguramente está a punto de darme. Pero en vez de
lanzar su primera ronda de preguntas, ella asiente.

—Me gusta lo que estás haciendo, Logan —dice Elliot pensativa.


22
De nuevo, sus palabras me toman por sorpresa. —Oh, gracias —respondo, sin
saberlo. ¿Tal vez mi ropa está haciendo más trabajo de lo que habría adivinado?

—No soy una gran admiradora de la entrevista estándar —prosigue—, prefiero


un enfoque más orientado a la investigación a la contratación.

Vuelve una de las pantallas de la computadora hacia mí. Mis ojos se abren a
medida que veo el contenido de la información que se muestra allí: cada bit de mi
vida que existe en Internet. Fotos, videos, artículos, comentarios, Elliot repasó
todo. Sufro un breve momento de pánico, tratando de recordar si tengo fotos
embarazosas de fiesta o poemas de amor adolescentes desafortunados publicados
en la Web. Pero supongo que no estaría aquí si hubiera encontrado algo demasiado
atroz.

—Guau —digo en voz baja—. Minucioso.

—Minucioso, seguro. Y muy informativo —dice, mirándome por encima de


sus dedos—. Tienes una gran voz, Logan. Muy sencilla. Muy medida. Nivelada,
pero inquebrantablemente inquisitiva. Creo que es exactamente lo que necesitamos
por aquí.

—¿De verdad? —pregunto, mis esperanzas aumentando como mercurio en un


día de 100 grados.
—De verdad —confirma—. Además, no tienes ningún hábito odioso social de
los medios de comunicación. O un fac sobre tu gato. O una adicción porno en línea,
por lo que puedo decir.

—¿Serías capaz de saber eso? —pregunto, con los ojos muy abiertos.

—Ah, absolutamente. —Sonríe—. Pero como he dicho, has pasado la pre-


entrevista-Google con colores voladores. Me gustaría saltar y darte tu primera tarea
de prueba. Ver de qué estás hecha, por así decirlo. Si me gusta tu primer artículo,
estás contratada. Si no... Bueno. Puedes deducir el resto.

—Claro. —Asiento con entusiasmo—. Muchas gracias por...

—No me lo agradezcas todavía —insiste, apoyándose en su silla—. No te he


dicho cuál es la misión.

—Si es algo como el material que tienden a publicar, estoy en todo —le digo
con entusiasmo—. He sido una lectora de FootSoldier por mucho tiempo, y
realmente...

—Ah, estás bastante en línea con nuestro enfoque habitual. —Me interrumpe
Elliot—. Pero la tarea que tengo en mente para ti viene con un poco de... 23
exposición.

—¿Qué quieres decir? —pregunto.

—Bueno, por lo general nuestros escritores se basan en la investigación en línea


para reunir pruebas y anécdotas sobre sus historias —dice Elliot—. La mayoría de
las personas y corporaciones que investigamos aquí están terriblemente mal
equipadas para mantener a los investigadores de tecnología avanzada fuera de sus
negocios. Habrá un componente de eso en lo que le estoy pidiendo que hagas, al
principio. Pero la mayor parte de tu investigación será un poco más... analógica.

—De acuerdo —digo lentamente—, todavía estoy contigo.

—Súper —dice Elliot, alineando su mirada intencional en mí—. Esto es lo que


tengo en mente para tu primera asignación, Logan. A menos que haya estado
viviendo bajo una roca durante los últimos cinco años, sabes que la curiosidad
colectiva del país se ha desplazado hacia lo que me gusta llamar “los estilos de vida
marginales”. Comunas. Cultos. Y, más específicamente para nuestros propósitos,
forajidos.

—...forajidos —repito sin comprender. ¿Cómo en el Viejo Oeste o algo así?


¿Dónde podría ir ella con esto?
—Forajidos, sí. Los forajidos de las bandas de motociclistas en particular. Los
clubes de motociclistas, como son llamados por aquellos que los conocen —dice
Elliot entusiasmada—. Culpa a Sons of Anarchy, supongo, pero todo el mundo
parece totalmente fascinado por la cultura fuera de la ley de esos MC estos días.

Me trago una oleada de aprensión. Mi impresión sobre los motociclistas no es


exactamente halagadora para ellos. —Suena... interesante. —Me las arreglo para
decir.

—Muy interesante. Para nosotros y para nuestros lectores —continúa—, me he


sentido particularmente fascinada por un MC local, lo siento es un tipo de club de
motociclistas, que opera a lo largo de la costa este. Son exactamente el tipo de
grupo en el que nuestros lectores estarán interesados, un poco amoral, muy
reservados. Los miembros se lo llaman el Circle of Death.

La oficina se balancea salvajemente a mi alrededor mientras mi mente es


lanzada a un bucle de grado A. No puedo creer lo que estoy escuchando. O más
bien, no puedo creer lo que estoy escuchando de nuevo. Ese nombre, Circle of
Death, está grabado en mi memoria como si fuera con una marca blanca. Ése es el
nombre de la cuadrilla de motociclistas con la que Juliet huyó cuando tenía
dieciséis. Esa es la llamada "familia" por la que dejó atrás a su verdadera familia.
Por eso fue que me dejó atrás. 24
—¿Estás bien, Logan? —preguntó Elliot—. Parece como si hubieras visto un
fantasma.

—¿Qué? Oh. No, estoy bien —digo rápidamente—, es solo... que he oído de
esa pandilla antes, es todo.

—No me sorprende. Ellos son francamente famosos por aquí —responde


Elliot—. El Circle of Death MC es parte del sindicato del crimen organizado más
grande de la costa este. Han estado involucrados en toda clase de actividad ilegal a
lo largo de los años. Pero lo más intrigante de ellos, para mí, es que nadie ha
intentado detenerlos.

—¿No querrás que yo intente...? —exclamé, desconcertada.

—Ah, Dios no. —Elliot se ríe—. No te voy a mandar a cazarlos ni a


lastimarlos ni a nada de eso. No te enviaría a una misión suicida. No para tu primer
trabajo, por lo menos. No, lo que tengo en mente es más editorial. Una exposición
del estilo de vida, si lo deseas. Una mirada dentro del mundo de los endurecidos y
rudos hombres del Circle of Death MC. ¿Ves a dónde voy con este ángulo?

—Sí, creo que sí —le digo con vacilación.


—Pareces preocupada —observa Elliot.

No tiene ninguna idea, señorita, pienso. Pero en voz alta digo—: Solo... nunca
tomé un proyecto como este antes. No sabría por dónde empezar, cómo tener
acceso a ese tipo de motociclistas. —Excepto directamente a través de mi hermana
mayor, pero Elliot no necesita saber sobre eso. Tengo la sensación de que ella se
lanzaría sobre esa conexión en un instante.

—Esa es la cosa —dice, agitando mis temores a un lado—, sé exactamente


cómo conseguir que accedas. O mejor dicho, sé exactamente cómo puedes obtener
acceso. Tienes que hacer que suceda por ti misma.

—¿Tú dices? —digo, tratando de mantener el temor de mi voz.

—Se rumorea que el Circle of Death ha estado pasando algo de tiempo


últimamente en un lugar llamado El Club —dice Elliot.

—¿Eso es, como un bar o algo así...? —le pregunto.

—No exactamente —dice Elliot—. Es más como... quédate conmigo, aquí... un


paseo para los depravados. Un destino remoto para todas las cosas dionisíacas.
Bebidas, drogas, sexo, lo que quieras. Un genio compró esta isla aislada frente a la
costa, hay una fortaleza revolucionaria por allí, solía ser algún tipo de mirador y la
25
convirtió en este semillero de libertinaje. Loco, ¿eh?

—Perturbador. —Estoy de acuerdo sinceramente.

—Ni siquiera te he dicho la mejor parte todavía. —Se apresura Elliot—. Se dice
que llegan botes cargados de mujeres jóvenes que van a El Club, buscando la
experiencia del chico malo. Este lugar abastece exclusivamente a MC y pandilla de
tipos en estos días, así que todas estas chicas saltan en un yate y navegan allí en
busca de una noche salvaje. Estas muchachas consiguen vivir sus fantasías del chico
motociclista, y los motociclistas consiguen botes llenos de cosas bastante jóvenes
para jugar con ellas. Es como un Valhalla escapista de doble filo.

—Santa mierda... —digo en voz baja, mi recuerdo movido por el entusiasmo


de Elliot—. Santa mierda, he oído a la gente hablando de esto en mi escuela.

—No estoy sorprendida. —Elliot asiente—. La mayoría de las chicas que van a
El Club son de edad universitaria. La mayoría de las afluentes son del tipo de las
mejores escuelas, buscando los barrios pobres. Apuesto a que incluso conoces a
algunas chicas que ya han estado allí.

Una docena de susurros oídos por casualidad revolotean por mi memoria.


Trozos de conversaciones negociadas entre amigas a mitad de las clases y en las
últimas filas de salas de conferencias. Nunca presté mucha atención cuando las
chicas se dedicaban a sus fines de semana salvajes en El Club. Pero cuanto más
pienso en ello, más parecen coincidir sus historias con la descripción de Elliot sobre
este refugio de moteros.

—Si pudieras llegar a esa isla —dice Elliot con seriedad—. Ve por ti misma lo
que pasa allí, solo imagina el tipo de historia que podrías escribir. Sería la primera
de su tipo, y tú eres exactamente la persona que la escribiría.

—¿Realmente quieres que yo tome esta tarea? —pregunto, tragando con


fuerza—. No soy exactamente lo que llamarías... salvaje, o...

—Por eso eres perfecta. No quiero enviar a una chica fiestera, solo alguien que
puede desempeñar el papel —insiste Elliot—. Quiero que te infiltres en El Club, y
en el Circle of Death MC. Quiero presentarles a nuestros lectores la verdadera
cultura de los forajidos motociclistas. Pero lo que es más importante, quiero que te
involucres con un hombre en particular. El presidente del Circle of Death: Devlin
Vile.

Devlin Vile. El nombre resplandece en mi mente como un lengüetazo de


llamas. Un estremecimiento se escurre por mi columna, vértebra por vértebra,
mientras imagino cómo debe lucir este hombre. De lo que sería capaz. 26
—Él es el presidente más joven del club en el registro, apenas de treinta —
continúa Elliot—. Vino de absolutamente nada. Y la mejor parte es, que es el hijo
de puta más sexy en el que probablemente pondrás alguna vez tus ojos.

—Eso parece una combinación cruel... —Me voy silencio cuando Elliot saca
una foto de cuerpo completo de nuestro objetivo propuesto en la pantalla de su
computadora.

Me sorprende que mi mandíbula no golpee el escritorio de Elliot. Santa mierda.


Ella no estaba exagerando. El hombre es la imagen de alto, construido, y
absolutamente magnífico. Sus oscuras y sombrías facciones son tan cortantes como
sus músculos definidos. Su forma imponente está perfectamente equilibrada, y cada
centímetro de piel desde su cuello hacia abajo parece estar entintado con
intrincados tatuajes. Él es el epítome del chico malo sexy. A diferencia de cualquier
hombre que haya conocido en mi vida.

—¿Este es el tipo que quieres que investigue, entonces? —digo lentamente.

—Eso es correcto —dice Elliot—. Me traes una historia sobre el depravado,


sexy e ilícito estilo de vida de Devlin Vile, y tienes un trabajo. Por no mencionar un
bono inicial de $ 10.000.
—Lo siento, no creo haber escuchado eso correctamente —comienzo a decir—.
¿Dijiste…?

—Diez mil dólares, sí —confirma Elliot, divertida por mi expresión burlona.

Trato de no envolver mi cabeza alrededor de la idea de diez mil dólares. Esa


cantidad de dinero representaría un gran cambio para mí. Cambiaría mi vida.
Podría cancelar los pagos de préstamos estudiantiles de los próximos dos años con
una sola asignación. La perspectiva de ser capaz de hacerlo por mi cuenta tan
pronto después de graduarme es suficiente para hacer mi boca agua.

Pero incluso si no hubiera una pequeña fortuna por escribir esta historia, sabía
en el segundo que Elliot dijo Circle of Death que iba a terminar tomando la
asignación. Tan traicionada y herida como sigo sintiéndome por la deserción de mi
hermana, no puedo dejar pasar esta oportunidad de encontrarla de nuevo. La
posibilidad de volver a verla me habría dado razones más que suficientes para
aceptar el trabajo. Y cuando mis ojos vuelan a la imagen de Devlin Vile, ardiendo
en la pantalla de la computadora de Elliot... Bueno, parece que de repente esta
decisión es una obviedad.

—¿Qué dices, Logan? —pregunta Elliot—. ¿Puedo contar contigo?


27
—¿Podría... tener un día para pensar en ello? —pregunto nerviosa, incapaz de
dar el paso por el momento—. Es una decisión bastante grande para mí, ¿sabes?

—Por supuesto. —Sonríe—. Convérsalo con la almohada, piensa en ello, y


vuelve a mí tan pronto como puedas. ¿Todo bien?

Se levanta de su escritorio y extiende su mano hacia mí. Me levanto,


estrechando su mano. Puedo sentir, en este momento, que toda mi vida está a
punto de cambiar. Pero la pregunta es, ¿cómo? Y, ¿estoy realmente lista para ello?
Capítulo 4
Puedo ver la nariz de mi madre arrugada desde el otro lado de la habitación en
el momento en que entro en el restaurante. No había tiempo para ir a casa y
cambiarme antes de reunirme con mis padres para el almuerzo, y sé que mi ropa
urbana a la cadera seguro que harán que la piel de mamá se arrastre. Ella hizo una
reserva para nosotros en un ostentoso restaurante italiano situado en uno de los
barrios más lujosos de Boston, y no pude decir que no. Están en la ciudad por un
par de días para verme recibir mi supuestamente “inútil” diploma, lo que significa
que esperan que yo pase cada momento libre mostrándoles los alrededores de
Boston. Realmente amo a mis padres, no me malinterpretes, pero llevarlos por la
ciudad mientras mi madre está siendo quisquillosa con todo y mi papá está fuera de
zona no son exactamente mi idea de un buen momento.

—No sé por qué insistes en vestirte como uno de esos hippies de Brooklyn todo
el tiempo —dice mi madre en forma de saludo—. Te verías muy bonita si haces un
pequeño esfuerzo.
28
—Hola a ti también, mamá. —Sonrío firmemente, hundiéndome en la silla
libre en su mesa—. Hola, papá. ¿Cómo van las cosas?

—Buenos días, cariño —dice amablemente, apretando mi mano a través de la


mesa. Eso es lo más cariñoso a lo que llegamos alguna vez en nuestra familia, la
verdad sea dicha. No somos exactamente del tipo de abrazos.

—¡¿Estás usando vaqueros?! —pregunta mamá, horrorizada. Ella mira


ansiosamente alrededor del restaurante, comprobando para ver si estamos
recibiendo miradas despectivas de cualquier otro de los comensales a causa de mi
traje escandalosamente casual.

—Estoy segura de que no nos echarán por culpa de mi pobre gusto. —Sonrío,
arrancando un menú y enterrando mi nariz en la lista de vinos.

—Espero que tengas razón —suspira, tomando un sorbo de agua con gas. La
conversación se detiene cuando ella y yo regresamos a nuestras esquinas. Papá, en
toda su ausencia de paz, no es más sabio para la tensión entre su esposa e hija.
Algunas cosas nunca cambian.

—Entonces, Logan. ¿Estás emocionada por tu graduación? —pregunta él,


sonriéndome calurosamente. Su rostro redondeado y amistoso, sus ojos con gafas y
su expresión abierta me tranquiliza, como siempre.
—Estoy emocionada de graduarme —confirmo—. Va a ser agradable,
finalmente estar en el mundo real.

—¿Entonces has encontrado algún tipo de trabajo? —pregunta mi madre,


francamente sorprendida.

—Bien. Sí. He recibido una oferta bastante interesante —comienzo.

—Interesante... —repite mi madre sospechosamente—. Eso no suena bien.

—Por el contrario —respondo—, podría ser muy bueno. Estaba en la entrevista


antes de venir a encontrarme con ustedes. Lo que explica mi traje menos que
formal, en realidad. Quería igualar la estética de la empresa.

—Oh no... —Ella gime—. No vas a ser uno de esos hackers, ¿verdad? ¿Cómo
en House of Cards? Vi que el episodio donde estaban sentados alrededor de alguna
oficina terrible en sillones.

—Estoy bastante segura de que eran bloggers, mamá, no de hackers —la


corrijo—. Y no, eso no es exactamente lo que estaría haciendo. El trabajo al que me
llamaron hoy es más en la línea del periodismo de larga duración.

—¡Periodismo! —exclama mi papá alegremente—. ¡Eso suena genial!


29
—He leído que es un campo moribundo —refunfuña mamá—. Pero sigue
adelante.

—Bueno, el lugar en que me entrevistaron es una publicación llamada


FootSoldier —les digo—. Es una salida filiar de Advance Media.

—Oh, creo que he oído hablar de ellos. —Mi padre asiente con la cabeza.

—Estoy segura de que lo has hecho —respondo, animada por su entusiasmo—.


Tienen toneladas de diferentes revistas, periódicos, publicaciones en línea, en todo
el espectro. Pero FootSoldier es todo sobre el periodismo de investigación y ensayos,
centrado en la política, la cultura, el estilo de vida, ese tipo de cosas. El editor está
dispuesto a dejarme hacer una grieta en mi primera asignación de inmediato.

—Si se requiere ocupar cualquier espacio público o lo que sea, creo que
deberías rechazarlo. —Mi madre asiente con la cabeza.

—No, te lo aseguro —continúo—. Pero definitivamente es diferente a cualquier


cosa que haya tomado antes. Y si hago un buen trabajo con esta primera historia,
seré oficialmente contratada. Hay un bono bastante grande adjunto a esta primera
asignación, también.
—¡Eso es maravilloso! —dice mi papá—. ¿Qué tan grande es el bono del que
estamos hablando?

Dudo antes de responder, insegura de cuál podría ser la reacción de mis padres.
—Sería... um... un bono de diez mil dólares, en realidad.

Un pesado momento de silencio cae sobre nosotros como una losa de cemento.
Mis padres me miran, desconcertados por la figura que acabo de escupir. Pero solo
toma un segundo antes de que mi madre se recupere.

—Logan —dice con severidad—. Ese tipo de dinero no solo cae del cielo así.
No hay manera de que esto sea una oportunidad legítima.

—Tengo que estar de acuerdo con tu madre aquí —dice mi padre con
seriedad—. Suena como si estuvieras cayendo presa de algún engaño, Logan.

—No es un engaño —digo, molesta por su tono condescendiente—. ¿De


verdad crees que soy lo suficientemente ingenua como para ser envuelta en algún
tipo de estafa...?

—¡Pues claro que lo eres! —Se ríe mi madre—. No tienes experiencia en el


mundo real, Logan. No sabes de lo que la gente es capaz. Y lo ansiosa está la
mayoría de la gente por aprovecharse de una joven desesperada como tú.
30
—¿Así que ahora estoy desesperada y soy una idiota? —le pregunto
amargamente—. Pensé que ustedes dos estarían felices por mí. Trabajos como éste
no son exactamente fáciles de conseguir.

—Simplemente estamos preocupados, Logan —dice mi padre—. Prefiero que


aceptes un trabajo que viene con un riesgo un poco menor, es todo. Ya sabes, no es
demasiado tarde para empezar a pensar en la escuela de posgrado para el próximo
año, cariño.

—Podrías tomar el año para aplicar, vivir en casa con nosotros, y conseguir
una pista para una carrera real —dice mi madre—. Basta de esta tontería de blogs
de alto nivel.

—Esta oferta de trabajo que te han dado... Simplemente no suena bien para
nosotros —continúa mi papá—. Parece que esas personas solo están tratando de
llevarte a dar un paseo.

—Simplemente no tienes la experiencia de vida para poder verlo —comenta mi


madre, señalándole al camarero que llene su vaso de agua—. Tómalo de nosotros,
querida.
Prácticamente puedo sentir el vapor saliendo de mis oídos mientras miro de un
lado a otro entre mis padres, sonriendo serenamente hacia mí desde la mesa.

—¿No tengo la experiencia de vida? —digo lentamente, mi voz llena de


indignación concentrada—. He estado cuidando de mí misma durante años. Desde
que empecé la escuela. ¿O se han olvidado que entré en la universidad por mi
cuenta?

—Fue tu decisión no estudiar algo práctico —dice mi madre—. Sabes que


habríamos pagado si hubieras ido a por las matemáticas, o por la ciencia...

—Pero no lo hice. Elegí estudiar lo que realmente me apasiona. ¿Conoces el


término, apasionado?

—No uses ese tono conmigo, Logan —advierte mi madre.

—No me hables como si yo fuera una niña petulante —le respondo.

—Entonces deja de actuar como una. —Ella casi sisea—. Y mantén la voz
baja. Estamos en público, en caso de que no te hayas dado cuenta.

—¿Por qué no tomamos un respiro y pedimos algo de almuerzo, ¿de acuerdo?


—interviene mi papá, tratando de jugar al guardián de la paz—. Déjanos invitarte
31
una buena comida, Logan.

—Lo siento papá —le digo con firmeza—. Parece que he perdido el apetito.
Además, no querría aprovecharme de tu generosidad. Creo que es mejor solo
dejarlos a ustedes.

—Estás exagerando como siempre, Logan —suspira mi madre—. Pero si tienes


que ir a tranquilizarte un poco, entonces por todos los medios hazlo. Nos vemos en
la ceremonia mañana.

—En realidad, mamá, no creo que vaya a la graduación —le digo,


levantándome—. Pero ustedes dos son bienvenidos a ir y pasar un buen rato.

—¿Por qué estás haciendo esto? —sisea mi madre—. ¿Por qué no puedes
mostrarnos un poco de respeto, Logan?

—Porque parece que no puedes mostrarme nada a cambio —digo


tristemente—. Tal vez, una vez que te demuestre que puedo mantenerme mientras
hago lo que amo, empezarás a ver de lo que estoy hecha. Pero honestamente,
mamá, no estoy conteniendo la respiración. Disfruta tu almuerzo.
Me alejo de mis padres y me apresuro a salir de su mesa. Lo último que quiero
es que vean las lágrimas decepcionadas y frustradas que fluyen por mis mejillas.
Nada de lo que he hecho en el pasado ha sido lo suficientemente bueno para ellos,
pero honestamente pensé que este trabajo podría finalmente ser la cosa que los
impresionaría. Tal vez incluso convencerlos de que soy tan determinada e
inteligente como siempre esperaron que fuera. Supongo que era solo mas ilusiones
vacías.

Boston está absolutamente lleno de familias felices en medio de las festividades


de graduación. Retomo mi camino a través de los grupos bulliciosos y sonrientes
mientras camino de regreso a mi apartamento sola, incapaz de contener mis
lágrimas. Daría cualquier cosa para tener una familia llena de apoyo y amorosa. Un
grupo que siempre me apoyara, sin importar qué. Tal vez Juliet tenía la idea
correcta, buscando una en otro lugar.

Para cuando finalmente regreso a mi apartamento, siento que he sido golpeada


por una bola demoledora emocional. Emma está fuera paseando con sus amigos
pretensiosos por la tarde, así que el apartamento está totalmente vacío. Echo un
vistazo alrededor del espacio raído, escuchando los sonidos amortiguados de la
ciudad filtrarse a través de las paredes. No creo que me haya sentido tan sola en mi
vida, no cuando salí de casa para ir a la universidad, ni siquiera cuando Juliet se
fue. Sin nadie alrededor para verme, me hundo en el polvoriento suelo de madera 32
dura y suelto el buen y honesto sollozo que se ha estado acumulando en mi interior
durante más tiempo de lo que me importa admitir.

No sé cuánto tiempo pasa antes de que sienta que puedo seguir adelante. Pero
mis lágrimas han sido reparadoras. Cuando me levanto de nuevo temblorosamente,
he tomado una decisión. No voy a dejar que la duda o la incertidumbre me
detengan por más tiempo. Así que, ¿Y qué si no tengo un sistema de apoyo que me
sostiene? Eso no va a impedir que de un paso en la cuerda floja por más tiempo...
no importa cuán arriesgado y francamente loco que pueda ser.

Con determinación de acero, me siento frente a mi portátil y preparo un nuevo


correo electrónico para Elliot Simmons.

Hola Elliot,

Fue realmente maravilloso conocerte esta tarde. Estoy tan emocionada de que me
llamaras para discutir una posición en FootSoldier. Sé que te dije que me gustaría tomar
el día para pensar en tu oferta, pero pocas horas han sido suficientes. Estaría encantada
de aceptar mi primera tarea, la historia que discutimos esta mañana, y comenzaré a
trabajar en ella de inmediato. Gracias de nuevo por darme esta increíble oportunidad. No
te arrepentirás, te lo prometo.
Sinceramente,

Logan Farrah.

Apenas golpeo enviar y me levanto de mi escritorio cuando una respuesta de


Elliot llega timbrando en mi bandeja de entrada.

Logan,

Fantásticas noticias. Me alegro de tenerte con nosotros. Adelante y comienza tu


investigación preliminar de una vez. Tendrás todos los recursos que necesites de FootSoldier en
el camino, puedo asegurártelo. Vas a hacer un gran trabajo, avísame si tienes alguna
pregunta.

Saludos,

E.S.

Vas a hacer un gran trabajo. Leo esas palabras una y otra vez. El estímulo es un
concepto tan poco familiar para mí que casi se siente como una lengua extranjera.
Pero y basta de estar abatida por eso. Tengo trabajo que hacer.

Me paso el resto de la noche recorriendo las páginas de medios sociales de mis


33
compañeros de clase, foros universitarios y salas de chat oscuras, buscando formas
de entrar en El Club. Es sorprendentemente fácil de averiguar cuáles de mis
conocidos de la universidad han estado allí antes. En nada de tiempo, me topo con
un intercambio de Facebook entre algunas chicas acomodadas que vivían en mi
residencia de primer año. Su cabecilla, una niña llamada Kari, parece empeñada en
visitar El Club, y está tratando de convencer a sus amigas Ani y Brie.

Suena como el billete para mí.


Capítulo 5
Devlin

Apoyándome contra la sólida barra de roble, inhalo profundamente llenando


mis pulmones con los olores de whiskey y humo de leña me llenan de satisfacción y
me relajan mientras los bebo. Maldita sea, es bueno estar en casa.

Todos mis músculos duelen cada vez que levanto la fría botella de cerveza
hacia mi boca. Sin embargo, es un buen dolor, el dolor de un largo y duro trabajo
bien hecho. Mis hermanos y yo hemos estado en el camino por toda una semana,
reforzando nuestras operaciones a lo largo de la costa. Había unas pocas cabezas
que necesitaban ser golpeadas, un poco de endurecimiento para ser hecho, pero 34
todos dijeron que el Circle of Death MC está más fuerte que nunca. Y estoy tan
orgulloso por eso.

—¿Qué estás bebiendo, Dev? —pregunta alguien por encima de mi hombro.

—¿Qué más? —respondo, levantando mi botella mientras me vuelvo para ver a


mi mano derecha, Packer, de pie justo detrás de mí. Incluso ahora, en la seguridad
de nuestro propio club, él tiene mi espalda. Eso es lo que llamo lealtad.

—Parece que podrías beber otra. Y ya somos dos —dice Packer, caminando
alrededor de la barra y arrebatando un par de cervezas frías de la nevera maltratada
pero bien surtida. Abre las botellas y desliza una a través de la barra para mí—.
Otro viaje exitoso —dice, tintineando su botella contra la mía y tomando un largo
trago.

—Mierda sí. —Sonrío, saboreando un profundo trago de cerveza helada—.


Somos imparables estos días, amigo mío.

—Gracias a ti —dice, el orgullo brillando a través de su voz áspera.

En estos días, Packer mide cerca de un metro ochenta y tres centímetros de alto
y es fuerte como un buey. Tiene cabello rubio rojizo y una docena de tatuajes
grabados por todo su cuerpo. Pero cuando lo conocí por primera vez, no era más
que un delgado y ansioso niño de Vermont con un don para arreglar motocicletas.
Eso debe haber sido ya hace una década.

Nos conocimos cuando aún éramos prospectos de los reclutas de Circle of


Death, intentando demostrar que éramos dignos de ser miembros parcheados. Cabe
decir que lo demostramos muy bien. En diez años, Packer y yo hemos pasado de
prospectos a Vice Presidente y Presidente del MC, respectivamente. Hemos
construido un área de la Costa Este del Circle of Death y la hemos hecho más
grande de lo que ha sido. A Packer le gusta darme todo el crédito a mí, y estoy más
que feliz de tomar la mayor parte, pero él y los otros hermanos han sacado su peso
y algo más.

Echo un vistazo alrededor de la barra de la casa club, hacienda un balance de


mis compañeros. Está Packer, por supuesto, mi mejor amigo y VP. Luego está
Lobo, nuestro sargento enArmas, y Leon, nuestro capitán de Ruta, primos que han
estado alrededor incluso más tiempo que nosotros. Lobo es alto y delgado, mientras
que Leon es más bajo y ancho de pecho. Nunca te imaginarías que están
relacionados, excepto que son gruesos como los ladrones que una vez fueron. Esos
dos son caballos de batalla y maestros feroces, asegurándose de que el resto de los
chicos permanezcan en la línea y en la pista. Están jugando billar, cada uno con un
culo dulce colgando de su brazo. 35
Nuestro tesorero y secretario entraron en el desplegado del Circle of Death
después de unos años de que fui parcheado. Chip, el tesorero, es un genio de la
computadora con una greña de pelo negro y un brillo maníaco en su ojo. Dean, el
secretario, es el más tranquilo del grupo, un veterano de la guerra de Irak con un
corte de pandilla rubio y ojos azules brillantes. Solo tienen veintitantos años, pero los
he visto montar, luchar y hacer una fiesta dura con los mejores de nosotros. Chip y
Dean están esparcidos por el sofá de cuero negro en la esquina, escuchando un
poco de rock pesado que sale de nuestro equipo de sonido.

Apoyado contra la pared con sus gruesos brazos cruzados está Brutus, nuestro
viejo Enforcer1. Está constituido como un maldito tanque, y es por mucho el más
mezquino de nuestro equipo. Brutus es nuestro músculo, el perro de ataque que
lanzamos a las personas que se atreven a sobrepasarnos. Me sentiría mal por
ponerlo a hacer todo el trabajo sucio, excepto que parece que le gusta bastante.

Del otro lado de la barra está Xan, nuestro hijo de puta residente con aspecto
de modelo, y Otis, el más viejo de nuestro grupo y el único miembro original que
queda. El Circle of Death MC empezó justo después de la Guerra de Vietnam,
cuando un grupo de chicos de Nueva Inglaterra volvió a los Estados Unidos y se

1
Enforcer – Persona contratada para hacer el trabajo desagradable o tareas polémicas.
dieron cuenta de que no querían hacer nada con las vidas que dejaron atrás. Eso es
lo mejor sobre la vida fuera de la ley, siempre está ahí para aquellos que más lo
necesitan.

Estos siete hombres son mi familia, más cercanos que los de carne y sangre.
Moriría por cualquiera de ellos y sé que harían lo mismo por mí. Nuestro club,
construido sobre un antiguo muelle de pesca y reforzado a lo largo de los años, es
una fortaleza arreglada. Nuestra casa. Tiene un bar, donde entretenemos a nuestros
amigos y, por supuesto, las chicas que vienen a buscar refugio y brazos fuert es para
sostenerlas. Tiene una “capilla” en la parte de atrás, una sala cerrada donde los
hermanos pueden convocar y dar forma al futuro del club. Incluso tiene un par de
botes atados a lo largo del muelle, para viajes de pesca y escapadas rápidas de los
policías, dependiendo del día.

En general, es un bonito lugar patea culos para colgar su sombrero.

Justo cuando me estoy volviendo para terminar mi bien merecida cerveza,


siento una ráfaga de viento fresco y salado en mi espalda. Mis sentidos agudos
recogen el cambio en la habitación cuando la puerta del bar se abre, arrojando un
largo rectángulo de la luz de la tarde a través de las tablas cubiertas de aserrín.
Estoy sobre mis pies en un instante. La música y la conversación se cortaron
mientras dos extraños cruzaban el umbral de nuestra casa. 36
No tenemos muchos extraños aquí en la casa club. El ocasional pescador o
vagabundo, claro, pero nadie como los dos hombres que caminan en medio de
nuestro espacio. Están ataviados con abrigos deportivos y pantalones apretados, y
prácticamente puedo oler el dinero en ellos. Ellos apestan a dinero. Su cabello está
cuidadosamente peinado, y sus caras están bronceadas y limpias. Se parecen a la
clase de snobs que solían mirarme hacia abajo cuando era apenas un pobre niño de
Massachusetts occidental con una mamá libre y soltera. Puedo estar lejos de ser
pobre estos días, pero nunca olvidaré cómo sentía ser tratado como la suciedad por
los individuos como éstos.

—Parece ser el lugar, ¿eh Jim? —dice el más rubio de los hombres al otro. Su
peinado cabello rubio brilla, incluso en la tenue luz del bar.

—Yo diría que sí, Mike —responde su compañero, lanzándome una sonrisa de
anuncio de pasta de dientes.

—Este no parece ser el lugar para ninguno de ustedes dos —les digo a los
hombres, dando un paso amenazador hacia adelante. —Les sugiero que regresen al
club náutico si buscan una bebida. Aquí no somos grandes amantes del champán.

Mis hermanos se ríen rudamente y se ponen de pie, asintiendo con la cabeza


para que las muchachas reunidas se dirijan a las habitaciones traseras. Los dos
extraños, Jim y Mike, miran alrededor del bar con sonrisas débiles y divertidas en
los labios. Ellos no tienen el menor temor de nosotros, un error que nadie comete
por mucho tiempo.

—Debes ser Devlin Vile —dice el rubio, Mike, extendiendo una mano para mí.

—Jodidamente cierto, lo soy —digo, ignorando su mano extendida y cruzando


los brazos—. ¿Y quién diablos son ustedes imbéciles?

—Mi nombre es Mike Jacobs, este es Jim Paulson —continúa, desconcertado


por mi rechazo—. Hemos venido con una propuesta de negocio para usted, señor
Vile. La corporación que representamos está en el mercado para un grupo de su...
especialidad. Y nos han dicho que eres un experto en hacer negocios.

—Eh, eh —gruño, levantando una ceja al insufrible hombre—. ¿Y qué


corporación podría ser la que representas, Mike?

—¿Podríamos discutir los detalles en privado? —sugiere, mirando alrededor a


mis hermanos que hacen muecas.

—No hay oportunidad —le digo con un leve movimiento de la cabeza—.


Cualquier cosa que quieras lanzar, puedes decirla a todos nosotros. Somos una
unidad. No tenemos secretos.
37
—Qué admirable —interviene el otro tipo, Jim.

—Muy bien, muy bien —dice Mike amablemente, metiendo las manos en los
bolsillos—. Jim y yo representamos a la corporación Leviathan. Estoy seguro de
que has oído hablar de nosotros. Somos un conglomerado multinacional con
muchos intereses y recursos variados e integrados.

—¿Qué quiere decir eso? —le gruñe Leon a Lobo.

—Básicamente, significa que hay muchos, muchos componentes en nuestro


negocio —dice Jim, mirando por debajo a nuestro canalla capitán.

—Estamos tratando de contratar a un grupo como el suyo para un trabajo de


distribución —continúa Mike—. Su organización tiene una reputación de éxito y,
lo que es más importante, prácticas comerciales poco ortodoxas. Leviathan está
específicamente interesada en su club como un socio potencial.

Me meto una mano a través de mi cabello negro, tomando un momento para


considerarlo. No estoy a punto de rechazar lo que suena como un trabajo
increíblemente lucrativo, incluso si me dan ganas de golpear a estos do s idiotas en la
cara, solo por principio. Tengo que ver por mi club, incluso si eso significa
asociarnos con basuras ricas de vez en cuando.

—¿Qué tipo de mercancías están distribuyendo, exactamente? —pregunto,


apoyándome contra la barra.

—Podemos entrar en detalles más adelante —dice Jim a la ligera, poniendo mi


pregunta de lado—. Preferimos hablar de lo que Leviathan podría hacer por su...

—Y prefiero hablar de qué diablos esperan que llevemos por todo el país por
ustedes —escupí.

Mike y Jim intercambian una rápida mirada antes de continuar. Oh, esto
debería ser bueno.

—Tienes razón —dice Jim—. Estamos buscando que algunos bienes más
delicados sean distribuidos desde nuestro principal sitio en Miami a nuestra
clientela a lo largo de la costa este, y cruzando la frontera canadiense. Realmente
creemos que ustedes son la organización perfecta para este trabajo. Lo único…

—Los bienes, Jimmy —escupo—. ¿Qué son estos delicados bienes?

—Narcóticos, en su mayoría —dice Mike a la ligera.


38
—¿Y qué más? —presiono. De ninguna manera serían tan cautelosos si solo
fueran drogas que estaban buscando mover.

—También ofrecemos a algunos de nuestros clientes... compañía —admite Jim.

Los bordes de mi visión se ponen blancos mientras una oleada de furia corre a
través de mi cuerpo, trayéndome a mis pies una vez más. Levanto mi metro
ochenta y tres y me enderezo, sintiendo mi núcleo entero hincharse con
indignación viciosa, peligrosa. —Estás hablando de tráfico de personas —digo, mi
voz un gruñido mortal.

—Para decirlo sin rodeos —dice Jim, su sonrisa de megavatios vacilando


ligeramente—. Hay un gran mercado, en estos días.

—Un mercado para un grupo de muchachas menores de edad, secuestradas y


forzadas a follar con cualquier hombre que pague por ellas, ¿quieres decir? —gruño,
avanzando hacia los hombres.

Los dos embaucadores miran alrededor mientras el Circle of Death va cerrando


filas alrededor de ellos. Finalmente, su confianza comienza a agrietarse. Ellos están
empezando a darse cuenta del peligroso lugar en que sus jefes de mierda
corporativa les han puesto.

—Ustedes entran en mi casa —continúo, mirándolos con furia hirviendo en mi


corazón—, ¿y me piden que arrastre a mi club a través de la tierra para tu maldito
balance? Podemos ser proscritos, pero nunca nos rebajaríamos a su nivel, patéticos
pedazos de mierda.

—Por lo menos tómate algún tiempo y considera… —comienza a decir Jim.

—¡Fuera de mi vista! —rugí. Empujé a Jim con brusquedad contra Mike,


enviándolos a ambos por el polvoriento suelo—. Salgan por sus propios pies o los
arrastramos en bolsas de cuerpos. Su elección, hijos de puta.

Eso funciona. En un abrir y cerrar de ojos, los dos hombres se han puesto de
pie y empiezan a escabullirse. Para no ser despojado de su deber, Brutus agarra a
cada uno por el pescuezo y los lanza sin ceremonias a través de la puerta principal.
Mis hermanos se alegran, burlándose de los hombres mientras se apresuraban a
retirarse. Pero tan satisfecho como estoy de ver el miedo en sus ojos, todavía estoy
muy disgustado por su propuesta como para reír. El día en que permita que mi MC
se mezcle con traficar drogas y chicas jóvenes para millonarios idiotas ese día
entrego mi parche de Presidente. 39
—Vamos, Dev —dice Packer, dando una palmada en mi hombro. Olvídate de
esos idiotas.

—Sí —gruño, pasando una mano por mi mandíbula desaliñada—. Podría


necesitar cambiar a whiskey si voy a lavar el sabor de esa conversación de mi boca.

—Te tengo, Dev —dice Xan desde debajo de la barra, rozando su cola de
caballo sobre su hombro. Sube por la longitud de madera áspera y balancea las
piernas, recogiendo una botella de whiskey y alineando una docena de vasos—.
Todos podríamos tomar un trago, creo.

—Haz que el mío sea doble —dice Otis, golpeando la barra con los puños—.
No sé en lo que se está convirtiendo el mundo, con hombres como esos que
mostraron sus caras aquí.

Mis hermanos se reúnen alrededor de la barra mientras el puñado de culos


dulces reaparece. Se han estado escondiendo en las habitaciones que mantenemos
en la parte trasera de la casa club para... fines recreativos. Xan pone un mechón de
pelo rubio ceniza suelto detrás de su oreja, sus lindos labios de muchacho fruncidos
en concentración mientras derrama una docena de tragos perfectos.
—Por el Circle of Death —dice, mientras tomamos un vaso—. ¡Los criminales
más honorables de la Costa Este!

Un rugido de acuerdo se eleva alrededor del grupo mientras que drenamos


nuestros tragos al mismo tiempo. A pesar de mi furia hirviente, le hace a mi
corazón bien compartir una bebida con mis hombres. He trabajado duro para
hacernos a prueba de balas contra la ley, y cada uno de ellos está tan comprometido
con esta vida como yo. Por más mierda que el mundo tenga, nunca estaré sin
respaldo.

Al otro lado del bar, alguien enciende de vuelta el sonido con una patada
rápida. Me vuelvo para ver a una esbelta y hermosa mujer que se inclina sobre la
polvorienta máquina, una nueva caja de cerveza a sus pies. Ella quita su cortina de
cabello negro sedoso sobre su hombro, revelando las palabras cosidas en la parte
trasera de su chaleco de cuero negro: Propiedad de Packer.

—¿Quién mató las melodías? —pregunta ella al otro lado de la barra, volviendo
su bello rostro hacia el grupo.

—Hola nena —dice Packer, cruzando la habitación a su vieja dama—. Hemos


estado lidiando con un problema de ratas, aquí. Me alegro que te lo hayas perdido.
40
—Casi me topo con un par de hijos de puta con aspecto de bichos al entrar —
observa la mujer, plantando una mano en su cadera—. ¿Debería haber terminado el
trabajo para ustedes, muchachos?

—Siempre un jugador de equipo. —Packer se ríe—. Por eso te amo, nena.

Él la recoge en un abrazo firme, plantando un beso abrasador en su boca.


Sacudo la cabeza, sonriendo a la pareja. Desde que Jules empezó a estar con
nosotros en Boston hace unos años, ella y Packer han sido inseparables. Ella
primero vino alrededor como un culo dulce, diecisiete y la mirada para rebelarse un
poco contra sus estrictos padres. Pero Packer se enamoró de ella en un momento, y
la convirtió en su mujer en el segundo en que cumplió dieciocho años. Se cambió
de ciudad con nosotros cuando volvimos a nuestra sede aquí en Maine y no ha
mirado atrás desde entonces.

—Ahora que Jules ha decidido agraciarnos con su presencia. —Sonrío,


atrayendo de nuevo la atención del grupo—. Tengo una proposición que me
gustaría hacerles saber a todos ustedes.

—No otro trabajo todavía —gime Chip—. ¡Acabamos de regresar de la


carretera, Dev!
—Cállate, Chip —murmura Dean, codeando a su compañero en las costillas—.
Muestra algo de respeto.

—No es otro trabajo lo que tengo en mente —continúo—. Justo lo opuesto.


Dado lo bien que estuvo nuestro último viaje, me preguntaba qué pensarían de un
poco de… vacaciones.

Una docena de mandíbulas caen a mi alrededor al mencionar la palabra con


“v”.

—Dev... nunca hemos tomado tiempo libre —señala Lobo.

—Mi punto exactamente. —Sonrío—. He estado pensando que podría ser una
buena idea para escapar. Recargar, desenrollarnos. Sacar nuestras malditas caras de
fiesta.

—¿Y dónde, exactamente iríamos? —Packer se ríe—. No creo que la mayoría


de los pueblos estén ansiosos de darnos la bienvenida con los brazos abiertos.

—Realmente no puedo vernos acurrucándonos en Martha's Vineyard —señala


Jules.

—¿Y si les dijera que he estado oyendo hablar de un lugar que solo quiere a gente
41
de nuestra clase como invitados? —le pregunto al grupo—. Algunos otros clubes de
motociclistas ya han tropezado en el lugar, así que me tomé la molestia de
conseguir la dirección. Nos han invitado a quedarnos todo el tiempo que queramos.
Un club con una reputación como la nuestra es un buen negocio para estos chicos.
Pasar los días bebiendo, fumando, follando, viviendo la buena vida. ¿Suena como
algo que todos pueden ponerse detrás?

—¿Qué demonios es este lugar? —pregunta bruscamente Brutus.

Les doy una sonrisa traviesa a la habitación, a mis hermanos. —Simplemente


se llama El Club —les digo—. Por lo que he oído, es tan cerca del cielo de los MC
como se puede llegar. ¿Entonces qué dicen? ¿Están interesados en soplar un poco
de vapor durante unas semanas o qué?

Tomo su rugido de asentimiento como un “sí” de corazón. Parece que el Circle


of Death se está dirigiendo a su propia isla paraíso para un hechizo.
Capítulo 6
Logan

—No sé si debería estar emocionada o aterrorizada por ti —dice Emma,


finalmente recuperando la habilidad de formar palabras después de que le conté la
asignación de FootSoldier.

—Ya sé que es mucho para asimilar —respondo, llenando la copa de vino


hasta el borde—. ¡Imagínate cómo me sentí, escuchándolo por primera vez!

Estamos sentadas juntas en el piso de la sala de estar de nuestro apartamento


estéril, compartiendo una botella de Malbec. Es la noche de la ceremonia de
graduación de nuestra escuela, un rito que ambas decidimos abandonar. La culpa
me invade cuando pienso en donde dejé las cosas con mis padres el otro día, pero
trato de dejarlo ir. Acabo de aclararle a Emma los detalles de mi extraña oferta de
trabajo y la primera historia que me han asignado. 42
—¿Y realmente has encontrado una salida a esta exclusiva isla? —pregunta mi
mejor amiga—. ¿Cómo diablos has hecho eso?

—En realidad fue demasiado fácil. —Me río, apoyada contra nuestro sofá
raído—. Resulta que decenas de mujeres jóvenes están visitando este lugar todo el
tiempo mientras que diferentes grupos de hombres ricos se refugian allí. En este
momento, uno de los grupos en la residencia pasa a ser este club de motocicletas,
pero hay todo tipo de chicos allí. Empresarios, gestores de fondos de cobertura,
equipos deportivos profesionales, lo que quieras. Pero las chicas que usualmente lo
frecuentan suelen ser universitarias. Buscando salir de sus zonas de confort, ya
sabes.

—¿Sus zonas de confort? —replica Emma— ¿Qué hay de tu zona de confort?


Ni siquiera has salido con un compañero de clase superior. ¿Qué vas a hacer con
algún tipo de motorista de cuarenta y tantos endurecido?

—Mi último novio era tres meses mayor que yo, te lo haré saber. Y en el
equipo de esgrima —bromeo.

Emma tiene un punto, por supuesto. He estado un poco nerviosa,


preguntándome qué oportunidad tengo de captar la atención de un bombón de
clase mundial como Devlin Vile. No estoy exactamente llena de artimañas
femeninas, aquí.

—Estoy hablando en serio, Logan —insiste Emma, tomando mi mano entre las
suyas—. Esto suena increíblemente arriesgado. Está pagando sus préstamos y
¿conseguir este trabajo realmente vale la pena para ti?

—Hay, un, un poco más que eso —digo lentamente, encontrando su mirada lo
mejor que puedo—. El MC sobre el que voy a escribir... se llama el Circle of Death.
El mismo club con el que mi hermana Juliet huyó cuando yo era niña.

—Oh, Logan... —Emma respira, sus dedos apretando alrededor de los míos—.
Lo siento mucho, ni siquiera pensé en hacer la conexión.

—Todos estos años, he tenido que aceptar el hecho de que nunca volvería a
verla —continué, hablando alrededor del nudo duro de mi garganta—. Ella no dejó
exactamente una dirección o número de celular cuando se fue, pero de repente,
tengo una pista. Tal vez no salga. Tal vez ya no está con el MC. Tal vez ni siquiera
está viva. Pero tengo que averiguarlo por mí misma, Emma. Y si eso significa
ponerme en riesgo... bueno, eso es algo con lo que puedo vivir.

Mi pequeña amiga no dice una palabra. Ella simplemente envuelve sus brazos 43
alrededor de mí y presiona su ligero cuerpo contra el mío. La abrazo ferozmente,
sabiendo que esta es su manera de darme la bendición por esta loca misión. Con su
apoyo, siento que realmente puedo dar el siguiente paso en este viaje salvaje.

—Hay algunas chicas de nuestra escuela que van a El Club mañana por la
noche —proseguí—. Brie, Ani, Kari, las conozco un poco desde el primer año.
Pero han aceptado dejarme ir. Conseguir ser invitada a esa isla está todo sobre a
quién conoces, y conjeturo que conocen la gente correcta. Todo está preparado.

—¿Brie Whittington? Recuerdo que hubo un escándalo con ella y con mi


profesor de Sociología el año pasado. Ella no parece tomar las mejores decisiones...

—Lo sé, pero tengo que tender la mano, ella es mi única conexión aquí.

—¿Entonces vas a pasar la noche? —pregunta Emma con esperanza.

—Sólo por la noche, al menos esta vez —le aseguro suavemente—. Pero podría
ser el primero de muchos viajes.

Nos sentamos en silencio juntas, tomando este hecho, después de un tiempo,


deja escapar un suspiro y fuerza una sonrisa alentadora en sus labios.
—Supongo que tienes que ir a infiltrarte en un complejo sexual secreto, cortejar
al presidente de una pandilla de motociclistas malvados y encontrar a tu hermana
perdida hace tiempo. No es exactamente lo mismo en un día de trabajo, ¿verdad?

—No exactamente —sonrío.

—Sólo prométeme que tendrás cuidado —suplica ella.

—Lo prometo —respondo con seriedad—. Tan cuidadosa como puedo ser.

—Y lleva protección —añade—. No se puede ir a una orgia sin un cajón de


condones, ¿verdad?

—Palabras de sabiduría de Emma Sanders. —Me río, feliz por su ligereza.


Bromear sobre esta asignación casi borra mi miedo a lo que estoy a punto de hacer.

Casi.

44
Capítulo 7
La noche siguiente, me encuentro de pie en el muelle de un ostentoso club de
yates en el puerto de Boston justo antes del atardecer. Tiré del borde de mi mini
falda negra, ajusto las correas de mi sedosa blusa blanca. Soy más que un poco
consciente de las miradas que estoy consiguiendo de los hombres y mujeres
adinerados descansando sobre sus barcos a mi alrededor. Esto no es exactamente
mi hábitat natural, eso es seguro.

—¡Logan! llama una voz melancólica—. ¡Aquí, cariño!

Me vuelvo a ver una pequeña cabeza roja que me dice hola con una mano
furiosamente desde la cubierta de un enorme y brillante yate atado al final del
muelle. Sonriendo, me dirigí hacia el barco, tratando de no torcerme el tobillo
mientras mis tacones peleaban con los tablones de madera del muelle. Error de
novato, Farrah, me reprendo. ¿Quién lleva stilettos a una orgía de isla aislada?

—Hola, Kari —digo mientras me acerco al yate, mirando hacia el trío de 45


bellezas que serán mis compañeras de viaje esta noche—. Hola, Brie, Ani...

Kari, la pelirroja, encabezó esta pequeña misión, arrastrando a la rubia


bombástica Brie y a la morena Ani. Me pregunto si solo me dejará venir para que
haya una niña con el cabello negro, étnicamente ambigua para redondear la estética
del grupo. Si es así, al menos ha funcionado a mi favor. Hurra, la diversidad, pienso
con ironía.

—Ven arriba —dice Kari, acunando un cóctel rosa en su mano muy cuidada—.
¡La fiesta acaba de empezar!

Tragando con fuerza, camino hacia la entrada del yate. Rechazando vacilar o
dudar, doy mi primer paso en el barco. Aquí va nada.

Me encuentro con las chicas de mi escuela, dejándolas dirigirme a la cabina


principal donde un bar ha sido completamente abastecido para la ocasión. Unas
ocho chicas se han congregado ya, y cada una está tomando felizmente un cóctel
congelado u otro. Una margarita es empujada en mi mano en el segundo que entro,
pero quien no puedo decir. Los altavoces de la cabina resuenan con el top pop 40
en el aire, y en poco tiempo siento una claustrofobia poderosa. Las emocionadas
voces de las chicas que me rodean, la embriagadora mezcla de demasiados
perfumes opuestos y rocíos corporales, e incluso un sorbo de mis bebidas
fuertemente vertidas me envuelven. Si ya me siento abrumada, ¿qué voy a hacer
una vez que desembarquemos? Dejé mi bebida de inmediato, jurando mantener mi
cabeza.

—Espero que todos los motociclistas se parezcan a ese chico del programa —
dice insípidamente en mi oído una de las chicas que no conozco. Parece que los
únicos puntos de referencia de cualquiera de estas señoritas tienen para los tipos de
MC son de telenovelas y películas de acción. Pero desde la pequeña Juliet me contó
sobre sus propias experiencias con la vida fuera de la ley, las chicas aquí están en un
rudo despertar.

El yate avanza a través del Atlántico, acercándonos cada vez más a nuestro
destino. Incluso cuando me dejo llevar a la proa por un soplo de aire fresco, no
puedo callar mi corazón que late violentamente. Siento como si me estuviera
hundiendo en el lado de un acantilado, libre y sin peso por el momento, pero
acelerando hacia un final absoluto y desordenado. Solo mantén tu mente en tu
tarea, me recuerdo a mí misma, obtener la historia, encontrar a Juliet si puedo, eso
es todo. Es más fácil decirlo qué hacerlo.

Mientras mi soledad es interrumpida por mi trío de compañeras de clase


borrachas, la veo en la distancia: la isla que he estado temiendo y soñando por estas
últimas noches sin dormir. Y allí, que se eleva por encima de la línea de árboles
como un ser imponente propio, es la majestad de ladrillo y mortero de El Club en 46
sí.

Originalmente construido como un fuerte de la Guerra Revolucionaria, el


edificio fue convertido en una prisión para los criminales locos a mediados de 1800.
Durante más de un siglo, esas murallas albergaron a algunos de los criminales más
perturbados y violentos que fueron juzgados a lo largo de la costa este. La cárcel
cerrada por la década de 1960, y fue comprada por un inversor privado hace unos
diez años. El nuevo propietario evisceró el fuerte-convertido-en-prisión, dejando
gran parte del sucio y misterioso exterior del lugar intacto. En estos días, está
equipado con lujosas habitaciones, spas y saunas, bares, un casino, y todo lo demás
podrían entusiasmar la imaginación de los hombres ricos que lo frecuentan. Es un
patio de recreo para los adinerados y cachondos, y estoy a punto de caminar justo
en el centro del mismo.

La noche ha caído para el momento en que llegamos a la orilla, y la escena


ilícita que encontramos es iluminada solo por la luz de una hoguera furiosa. Los
cuerpos se retuercen y se multiplican por todas partes donde veo,
despreocupadamente acariciándose al aire libre. La bebida fluye libremente, el
humo penetrante deriva claramente del olor terroso del fuego. Después del aroma
perfumado y femenino de la cabina del yate, este nuevo aroma me atrae
extrañamente.
La docena de mis compañeras y yo salimos al muelle y miro, sorprendida, ante
la indignante y sexy locura que se desarrolla ante nuestros ojos. Antes de que
alguien pueda cambiar de opinión, el yate se aleja con un grito de su silbato, casi
suena triste. De la oscuridad, aparece una figura gigantesca, su rostro espeso
iluminado por la luz de una linterna. Se presenta a nosotros como Titán, el
guardián de esta isla. Puedo decir que él está tratando de ponernos a todos a gusto
con su actitud alegre y amistosa, pero puedo sentir a las chicas tensándose a mi
alrededor, todavía. Están todas comenzando a caer en la cuenta exactamente en lo
que se han metido.

Nos conduce a través de un laberinto de árboles altísimos y antiguos, hacia la


hoguera que surge y se quema en un claro del bosque. Por todas partes, los sonidos
de la roca que grita y las voces que gritan hacia fuera en éxtasis se mezclan en el
aire del verano. Las puntas de los cigarrillos rojos arden en la oscuridad a medida
que se elevan a labios llenos y enrojecidos. Ya me siento totalmente intoxicada,
pero intento forzar las nubes de mi mente. Necesito ser fuerte esta noche, mantener
mi ingenio sobre mí. Son la única defensa que tengo, después de todo.

Numerosas miradas hambrientas se abren camino al entrar en la luz del fuego.


Una manada de carne fresca, por así decirlo. Veo cómo las rodillas de Brie
empiezan a temblar a la vez que nos encontramos con una manada de formas que
se ciernen. Una por una, las niñas son recogidas con la promesa de una bebida o un 47
rostro guapo. Pero yo no. Sé exactamente a quién busco. El magnífico presidente
del Circle of Death, Devlin Vile, un hombre que solo he visto en fotografías
granuladas y fotografías policiales antiguas.

Hasta este momento, eso es.

La escena caótica que rabia a mi alrededor se desvanece cuando pongo los ojos
en Devlin Vile por primera vez en carne y hueso. Las imágenes no podían hacerle
justicia a su tamaño y solidez. La vitalidad y virilidad que hierve en cada músculo y
tendón. Se eleva sobre la hoguera, los tatuajes se entrelazan a través de su forma
perfectamente equilibrada que se destaca en las sombras. A través de su pecho, la
palabra latina para el diablo, Diabolus, se desplaza en la escritura áspera.
Ciertamente se parece a una especie de rey demonio, presidiendo esta escena
borracha, iluminada por el fuego. Y supongo que eso significa que voy a hacer de él
el diablo que conozco.

Voy a arruinar cada onza de mi valor mientras Devlin levanta un frasco a sus
perfectos labios. Sus rasgos parecen haber sido forjados de hierro, lanzados en las
llamas más brillantes e implacables. Esos altos pómulos, esa mandíbula afilada y
desaliñada, su nariz recta y sus ojos resplandecientes... No creo que sea el fuego
altísimo el que me haga sentirme caliente y molesta.
Las miradas de Devlin oscilan hacia mí y se mantienen. Miro, sin aliento,
mientras se fija en mí, de pie solo delante del fuego. Todas las otras mujeres que
llegaron aquí esta noche han sido arrebatadas, pero no yo. Es como si tuviera la
sensación de que estoy aguantando su atención sola. Es casi demasiado hermoso,
demasiado atractivo cómo para mirarlo de frente, pero fuerzo mis ojos a
encontrarse con los suyos. No puedo ser la primera en apartar la vista.

Miro como su enfoque me taladra como un láser. Está intrigado por mí, lo sé.
Le hago llegar mi invitación a través de la hoguera, los estridentes acontecimientos
que nos rodean se desvanecen en el fondo. Vuelve a meter el frasco en el bolsillo de
su chaleco de cuero y observo los parches que usa con orgullo en su pecho. “Circle
of Death MC” se lee en la primera, y debajo de ello una sola palabra, “Presidente”.
Si había alguna duda sobre este ser el hombre que estoy buscando, se ha ido ahora.
Rodea el fuego, abriéndose paso hacia mí.

—Pareces como si pudieras tomar un trago —gruñe Devlin.

Su voz rica y ronca envía un rayo de sensación por mi espina dorsal. Ignoro la
oleada de miedo y emoción, y alcanzo una mano en su chaleco, arrebatando el
frasco. Ansioso por un zumbido calmante, le doy un trago al whisky y le disparo
una sonrisa perversa al presidente del MC.
48
—Gracias —respondo, estirando el cuello para captar su forma completa y
escalofriante.

—Es un placer. Sonríe—. Ahora, ¿qué vas a darme a cambio?

Con descaro, coloca sus manos sobre mis caderas llenas. Tengo que obligarme
a no saltar a su repentino avance. Aun así, no puede hacer que piense que voy a ser
algo fácil. Alejo sus manos y doy un paso atrás.

—Lo siento. No creo que me haya escuchado tu nombre —remarco, alzando


una ceja.

—Eh —se burla—. Este no suele ser un lugar donde los nombres se negocian,
nena.

—Hazme reír —digo con firmeza.

—Soy Devlin —me dice con orgullo.

—Hola, Devlin —le digo, forzándome a seguir respirando mientras sus ojos
bordean la longitud de mi cuerpo escasamente vestido—. Soy Logan.
—Bueno Logan —dijo Devlin dando un paso más hacia mí—. Bienvenida a El
Club. Apuesto a que estás lista para una muestra de la acción aquí. No te
preocupes, me aseguraré de que no te vayas a la cama con hambre. Confía en mí, sé
cómo llenar a una chica.

—Ah, apuesto a que lo haces —susurro. O al menos, apuesto a que eso es lo


que piensas.

—No creo, niña. Lo sé. Por eso estás aquí, ¿no? —Se ríe, trazando un dedo por
la longitud desnuda de mi brazo—. ¿Para pasar la noche con un hombre de verdad?
¿Alguien que realmente puede hacer un número en ti?

—Algo así —digo, con la mayor indiferencia posible—. ¿Es eso lo que eres?
¿Un hombre deverdad?

—Sabes quién soy. Y probablemente te asuste la mierda, ¿no? Apuesto a que


no tienes idea de cómo es eso —gruñe, su dulce y picante suspiro caliente contra mi
cuello—. Estar con un hombre de verdad.

—Con todo respeto. —Me río con ligereza, agachándome bajo su brazo—, no
sabes nada de mí. O de mi vida.
49
—Seguro lo hago. ¿Qué, piensas que eres misteriosa para mí o algo así? —
dispara en respuesta, cogiendo mis muñecas en sus manos viciosas—. Las chicas
que vienen aquí desde el continente tienen la misma historia. Mis muchachos y yo
solo hemos estado aquí un par de semanas, pero aprendo muy rápido.

—Por favor, déjame ir —le digo con firmeza, tirando de la garra inquebrantable
de Devlin.

—Navegas aquí en tus pequeños cruceros de placer, aburrida de tus chicos de


fraternidades y de tus hombres calientes e hípsteres —continúa, divertido por mis
inútiles intentos de escape—. Estás buscando algo nuevo. Algo en el borde. Algo
que puedas decirles a tus hermanas de la hermandad en el próximo mezclador de
cócteles o lo que sea, la mierda.

—Estás muy lejos —le respondo bruscamente—. Esa no soy yo.

—¡Esa eres toda! —grita, tirando de mí con fuerza contra su increíble cuerpo—.
Venga. No tienes que ser tímida, nena. Sé que es difícil, decir lo que realmente
quieres en voz alta. Diciendo que todo lo que quieres es que yo te ensucie. Te
enseño lo que realmente es una buena follada. Por suerte, puedo leer tu mente
como un libro abierto. Y es una lectura caliente.
Dejé escapar un grito sorprendido al sentir que mis pies abandonaban el suelo
del bosque. La escena de la hoguera se pone nerviosa cuando Devlin me pone sobre
su ancho hombro, llevando una mano por la parte de atrás de mi muslo desnudo y
tonificado.

—¡Déjame, idiota! —grito, golpeando mis puños contra su espalda con cuero—
. ¿Qué eres, un hombre de las cavernas o algo así?

—¡Vamos, vive un poco! —grazna, llevándome hacia el denso bosque. Por


todas partes, sus compañeros de MC están apuntando y riendo, animándolo
mientras me lleva hacia la oscuridad. Avanza rápidamente, cubriendo el suelo. Con
cada paso, los sonidos de la hoguera se desvanecen un poco más. ¿Dónde coño cree
que me va a llevar?

—Lo digo en serio, Devlin gruño—. Esto no es para lo que estoy aquí.

—Claro que lo estás. No tienes que ser tímida conmigo —insiste, esa mano
deslizándose sobre el firme ascenso de mi culo—. Confía en mí, nena. Sé
exactamente lo que tú...

Sus palabras se interrumpieron en un gemido mientras retrocedo mi rodilla y la


metía en su tripa. Finalmente, sus brazos se aflojan, y yo me desplazo de su 50
inquebrantable agarre. Bailo más allá de su alcance mientras se endereza,
mirándome con una mezcla de intriga y asombro. Además de un poco de
indignación echada en buena medida.

—Allí. —Respiro, enderezando mi ropa—. Sabes, si yo quería un montón de


juego de paja, podría haber ido a la casa de fraternidad. ¿No sabes cómo conseguir
una chica sin literalmente tirarla por encima del hombro?

—Pequeña niña, yo podría aterrizar de cien metros de distancia solo por mirar
en el camino correcto. —Sonríe, apoyándose contra un tronco de árbol grueso y
cruzando los brazos—. Pero, en mi vasta experiencia, a la mayoría de las chicas les
gusta ser barridas de sus pies. O ser arrebatadas, tal vez.

—No esta chica —le informo.

Estamos muy alejados de la fiesta, solo él y yo. Lejos de las llamas demoníacas
y parpadeantes, ciertamente se parece más a un hombre real y humano. Él sigue
siendo la persona más guapa que he visto de cerca, eso es seguro. Pero sigue siendo
mortal, por lo tanto, en teoría, alcanzable. Lo miro mientras saca un cigarrillo del
empaque en el bolsillo y se ilumina. Con cada arrastre, sus rasgos esculpidos se
iluminan en la oscuridad. Y cada vez, siento un tirón de deseo en el centro de mis
entrañas. ¿Cómo voy a investigar a este tipo si no puedo dejar de mirarlo fijamente?
—Así que, Logan —dice, exhalando una nube azul de humo de cigarrillo—.
¿Me estás diciendo que has traído a ese cuerpo sexy hasta aquí, a una isla llena de
criminales y mujeriegos, por qué no estás buscando solo una noche con un tipo
peligroso, experimentado y mayor cómo el tuyo?

—No diría eso, exactamente —respondo, divertida por su sentido del humor, a
pesar de mí—. Simplemente no creo que haya algo particularmente sexy en ser
arrastrada por el pelo a la cueva de un hombre. Prefiero conocer a un tipo, primero.
O por lo menos intercambiar más de unas frases gruñidas antes de hacer el
desagradable.

Levanta su ceja cicatrizada hacia mí, la esquina de su boca retorciéndose en


una sonrisa. Bueno, bueno. Parece que estaba equivocado. No eres como las
chicas con las que solemos salir aquí, ¿verdad? —pregunta, con voz lujuriosamente
baja.

—No —le digo en voz baja—. ¿Va a ser un problema para ti?

—Mierda, no —dice, tomando una larga calada de su cigarrillo—. Me he


estado aburriendo un poco de muchachas universitarias que se lanzan a mí.
Demasiado fácil. Pareces ser más un desafío. Y me gusta un pequeño reto.
51
—Bueno, odio romperlo contigo. —Me río, plantando mis manos en mis
caderas. Pero si estás tratando de asumir este desafío en particular, estás en un
comienzo difícil.

Mi respiración se atrapa en mi garganta mientras las nubes de tormenta ruedan


a través de los ojos oscuros de Devlin. Tengo que cuidarme, asegurarme de no
empujar a este tipo demasiado lejos. Claro, es guapo y encantador, pero también
dirige una pandilla de bandidos y criminales. Estoy sola en esta isla, para todos los
efectos. Si algo me pasara, nadie se daría cuenta hasta que fuera demasiado tarde.
Tengo que recordar con quién estoy tratando, aquí.

—Sabes que podría dar un paseo a ese grupo de chicas que acaban de llegar y
aterrizar a cualquiera que yo quiera, ¿cierto? —desafía, aplastando el cigarrillo bajo
el talón de su bota de punta de acero—. Demonios, podría atrapar a tres de ellas al
mismo tiempo y realmente tengo una fiesta.

—Pero tú no estás interesado en el resto de las chicas —digo, juntando mis


manos detrás de mi espalda—. Estás interesado en mí.

—Eres un maldito lector de mentes, nena. —Sonríe, cerrando el espacio entre


nosotros.
Me apoyo contra un amplio tronco de abedul, aplastando mi espalda contra la
lisa madera. Mi corazón late violentamente contra mi pecho mientras Devlin se
acerca. Espontáneamente, la imagen de él empujándome contra este árbol y
teniendo su camino conmigo viene a mi mente. Sacudo la cabeza, desalojando la
sorprendente imagen. Normalmente, no soy arrastrada por el calor del momento.
Pero de nuevo, nunca he encontrado un momento, o un hombre tan caliente antes.

—¿Por qué no me dices qué es lo que estás buscando, si no es una polla rígida y
una follada rápida en el bosque? gruñe Devlin, plantando una mano por encima de
mi hombro. Apenas unos centímetros de espacio entre nosotros, y toma cada onza
de mi concentración para formar una respuesta.

—Para empezar... ¿mencionaste una bebida? —digo suavemente, levantando


mi cara hacia la suya.

Devlin lanza la cabeza hacia atrás y deja escapar una carcajada. Deslizando su
grueso brazo acordonando alrededor de mi cintura, me conduce hacia la hoguera
en el claro. —Finalmente. Algo en el que ambos podemos entrar dice—. Además,
necesitarás un poco de lubricación antes de que estés lista para mí.

—Guacala —digo, golpeándolo en el brazo y mordiendo mi sonrisa.


52
Cuando salimos del bosque a la luz de las llamas, mi mandíbula casi golpea el
suelo frondoso. Alrededor del fuego, las chicas con las que me presenté en El Club,
están tumbadas en las piernas de los tipos del MC. Se han ido todas las inhibiciones
que trajeron a la isla con ellas. Kari tiene su lengua en la garganta de un tipo rubio
con chaleco, Brie está a horcajadas sobre el hombre canoso que parecía
aterrorizarla solo momentos antes, y Ani está sin blusa, moliendo en contra del más
modelo de los miembros MC. Es como si todas las chicas hubieran caído bajo un
hechizo o algo así.

—Cristo murmuro—. Eso no tardó mucho.

—Este lugar tiene un... efecto intenso en todas las personas que lo buscan —
dice Devlin, apretándome la cintura—. Excepto en ti, ¿verdad?

—No pareces demasiado embrujado —respondo, mirándolo en la luz naranja.

—Ahí es donde te equivocas —murmura en mi oído, dejando que sus manos


vaguen por mi cuerpo—. Pero no es El Club lo que me hace tambalearme, nena.
Eres tú.

—Dulce conversación. —Sonrío, atreviéndome a dejar que mis dedos vaguen


por su duro pecho—. Estás haciendo un progreso real, Devlin.
Tira de mí fuertemente contra su costado, como si me protegiera de los tipos
borrachos e idiotas que deambulaban y tropezaban alrededor del fuego.

—Aquí es lo primero que debes saber sobre mí —dice, su voz baja y ronca—.
No hago una charla dulce. Estropea el jodido pensamiento.

Por primera vez, me doy cuenta de la áspera barra de madera construida en el


bosque enfrente de nosotros. Examino el equipo a medida que avanzamos. A
primera vista, la barra es poco más que una larga losa de madera apoyada por
algunos troncos cortados. Pero detrás de ella, oscurecido por un poco de follaje, se
abren brillantes frigoríficos industriales y herramientas, el estado real de los equipos
de arte. Volviendo hacia el fuego, veo que no es casual en absoluto, sino una llama
cuidadosamente construida dispuesta en un pozo de fuego bien hecho y
cuidadosamente disfrazado. Todos los toques rústicos alrededor de este lugar son
solo para mostrar. Me pregunto si los propietarios intercambiaron la estética de
cada grupo que rueda aquí; hogueras para los motociclistas, piscinas infinitas para
los codiciosos banqueros, ese tipo de cosas.

—¿Qué va a ser, para ustedes dos? —pregunta la camarera, una belleza rubia
de botella que está sin blusa. Naturalmente.

—Whisky limpio —le digo. 53


Devlin levanta las cejas hacia mí. —¿Whisky? Cristo. No hay bebidas
femeninas para ti, ¿eh?

—No en tu vida. —Le devuelvo la sonrisa.

—Llena de sorpresas, ¿no? Haz dos whiskies —le dice Devlin a la mujer—. Y
hazlos dobles.

Con una sonrisa plácida, saca una botella de licor increíblemente cara y nos
vierte a cada uno un vaso profundo. Mis ojos se abren, imaginando lo que esas
bebidas deben costar. No estoy en la práctica de dejar a los chicos compren mis
rondas para mí. Será mejor empezar a practicar ahora.

—¿No vamos a brindar? —le pregunto a Devlin, mientras hace disparar hacia
tras la humeante bebida en un trago grande.

Me mira como si acabara de hablar francés. —¿Brindar? ¿Dónde mierda te


crees que estás? —Se ríe.

—Venga. ¿Aquí está...? —le dije, tragando una sonrisa.


Devlin me mira hacia arriba y hacia abajo, su mirada deja trazos de calor
mientras mira a mi piel desnuda. —¿Qué estás haciendo, tratando de hacerme
saltar a través de aros para ti o algo así? —preguntó sospechosamente.

—Tal vez. —Me encogí de hombros. Ya me estoy divirtiendo mucho con esta
asignación. Mantener la atención de un hombre como Devlin me hace sentir
poderosa. Lista. En control.

—Bien. Jesús —contesta, alzando el vaso con cautela—. Aquí tienes, Logan.
La chica más rara y más sexy que he encontrado en esta roca.

Después de eso, voy a beber. —Me río, tintineando mi copa contra la suya.

El whisky quema deliciosamente mientras se desliza por mi garganta,


calentándome de adentro hacia afuera.

—Ataca chica. Ahora vámonos —dice Devlin, cogiendo mi muñeca en su


mano fuerte y me da un tirón fuera de la barra.

—¿A dónde me llevas ahora? —pregunto, plantando mis pies.

—Vas a terminar ese whisky y bailar conmigo —responde, apartando un


mechón de cabello negro de mi cara. Y no te molestes en negarte. He terminado
54
de aceptar un no por respuesta.

Dejé que Devlin me llevara lejos del grupo de chicas y motociclistas reunidos
alrededor del fuego. Mi corazón se aloja en mi garganta mientras veo hacia dónde
me conduce, directamente hacia la inmensa fortaleza centenaria que ha llegado a
albergar a El Club. Siento el resto de mi licor fuerte, fijándome a una onza extra de
coraje líquido.

Tengo la sensación de que voy a necesitarlo.

—Te ves un poco pálida allí —remarca Devlin, mirándome por encima de su
amplio hombro—. Pensé que eras una mujer sin sentido del mundo, Logan. No me
digas que tienes miedo de ver de qué se trata realmente este lugar.

—Para nada —grito.

—Bien —responde, mientras nos acercamos a la imponente estructura de


piedra. Porque no estoy ni de cerca de terminar contigo por la noche.

El Club se encuentra en el punto más alto de la isla, rodeado por todos los
lados por el espeso bosque rocoso. Una parte de mí estaba esperando un pequeño
puesto de vigilancia pequeño, pero este antiguo edificio está lejos de poco. Es del
tamaño de una mansión, alta y ancha. Las torres de El Club sobre la línea de los
árboles, mirando abajo en las escenas salvajes del libertinaje desplegándose
alrededor de la isla con aprobación. Las puertas delanteras de la estructura están
abiertas, la puerta alta y arqueada parece una boca sonriente, lista para tragarme.

—Aquí vamos —dice Devlin con una amplia sonrisa.

Miro sus sombríos rasgos, esos ojos oscuros e ilegibles. A pesar del hecho de
que acabo de conocerlo, y sé muy bien que es un peligroso bandido, me encuentro
confiando en que me conduzca a través de la noche ilesa. Hay algo en él que
reconozco. Algo en lo que puedo tener fe, y tal vez incluso entiendo. Solo capto
destellos de la misma, a fuego lento bajo su peligrosa actitud, pero juro que está ahí.
O tal vez es solo la bebida y mi lívido repentinamente hiperactivo hablando. De
cualquier manera, es mi compañero de esta noche. Puedo también darle el
beneficio de la duda.

Nos zambullimos a través de las puertas abiertas de El Club, la mano firme de


Devlin apretada firmemente alrededor de mi muñeca. El túnel de piedra por el cual
hacemos nuestro camino está débilmente iluminado con antorchas montadas en
apliques en las paredes. Un segundo conjunto de pesadas puertas de roble
reforzadas con tirantes de hierro aparece ante mis ojos apenas adaptados. Esta
entrada falsa debió haber servido para mantener a los enemigos fuera durante la 55
Guerra Revolucionaria y para mantener a los reclusos después. Pero, ¿qué guardan
las imponentes puertas ahora?

Un destello metálico me llama la atención mientras la luz de las antorchas baila


contra un objeto delgado que Devlin saca de su chaleco. Parece casi una de esas
tarjetas de crédito de platino de lujo. Extiende el misterioso objeto hacia la puerta y
lo introduce en una ranura oscura. El ruido pesado y estridente de una cerradura se
abre a través del oscuro pasillo. Esa cinta brillante es una tarjeta llave, me doy
cuenta, mientras el segundo grupo de puertas se balancea hacia adentro. Sostengo
la respiración, preparándome para mi primer vislumbre del interior cubierto de El
Club.

La sobrecarga sensorial golpea en mí como una tonelada de ladrillos,


golpeando el aire de mis pulmones. Es como si acabáramos de dar un paso de mil
millas desde los bosques de Nueva Inglaterra hasta los lugares más deslumbrantes
de Las Vegas. El espectacular techo de espejos amplifica la ya increíble extensión
de El Club. Una extensión de delicias terrenales se extiende ante nosotros. Black
Jack, dados y mesas de póker están diseminadas en la sala principal, rivales en
número solo con las plataformas giratorias que llevan postes de nudistas relucientes
y ondulantes mujeres casi desnudas.
Sonriendo, la camarera con forma de Barbie vestida de cóctel vaga por el suelo,
con bandejas de champán, platos de cocina gourmet, y cajas de puros cubanos.
Sumergida en el centro del espacio hay una brillante pista de baile, presidida por
una cantante que haría que Jessica Rabbit se sintiera completamente tímida.

A pesar de que los bosques justo más allá de estos muros de piedra están
poblados por los miembros de MC en residencia aquí en la isla, todo tipo de
hombres se apiñan en el interior de este carnaval vicioso. Tipos de negocios con
dientes blanqueados y piel bronceada, delgados genios de Silicon Valley en cuellos
negros de tortuga, músicos sucios, gánsteres resbaladizos, parece que los hombres
de todas las clases sociales han sido atraídos por la canción de sirena de El Club.

Miro a Devlin Vile, con la mandíbula abierta y sorprendida. Pero lo más


desconcertante de todo es que los ojos del presidente del Circle of Death están fijos
en mi rostro. En medio de este circo carnal, indulgente, lleno de mujeres mucho
más convencionalmente hermosas que yo, parecería que Devlin solo tiene ojos para
mí.

—¿Crees que puedes manejarlo? —grita sobre la música, sus oscuros ojos
brillantes de intriga y deseo.

Me cuadré contra su cuerpo tambaleante, levantando la barbilla desafiante. En 56


respuesta a su pregunta, arranco una flauta de champaña de una bandeja que pasa y
la dreno en un trago largo y burbujeante. La habitación ya está empezando a
inclinarse sobre su eje mientras entrelazó mis dedos con los de Devlin y lo empujó
hacia la abarrotada pista de baile.

—Supongo que eso lo responde. —Se ríe, mientras entramos en la masa de


miembros que se retorcían.

Siento sus manos firmes en mi cintura mientras me da la vuelta para


enfrentarme a él, atrayéndome fuertemente contra su cuerpo sólido. Jadeo mientras
golpea sus caderas afiladas contra mí, mis brazos caen alrededor de sus hombros.
Su polla es dura como una roca, presionando urgentemente contra mí cuando
caemos en el baile. Miro hacia arriba en su rostro intencionado, irresistible,
sorprendido y más excitado de lo que me importa admitirlo.

—Parece que la verdadera pregunta es… —gruñe, deslizando sus manos a lo


largo de la curva de mi culo—, ¿crees que puedes manejarme?

—Devlin. —Respiro, atreviéndome a correr una mano a través de su cabello


negro—. Puedo seguro como el infierno intentarlo.

A medida que la cantante zorra se lamenta en una interpretación sexy e


hinchada de "House of the Rising Sun", me entrego al glorioso y abrumador
momento. Entre el licor y el deseo pulsante que se forma en mi vientre, no puedo
sostener un solo cuidado o preocupación que vino conmigo a esta isla. Todo lo que
puedo pensar es la sensación de Devlin Vile presionado contra mí, la dura longitud
de su miembro hinchado moliendo en mí. Mis caderas giran locamente mientras la
música se precipita a un crescendo, el aplastamiento de la gente a nuestro alrededor
azotando y girando cada vez más rápido.

Devlin me agarra la mano con fuerza y me hace girar, sacándome de la


multitud con una sonrisa traviesa. Una risa completa escapa de mi garganta
mientras me envuelve en sus brazos musculosos. Me presiono contra su pecho,
colapsando en el sólido peso de él. Me sostiene mientras mi cuerpo se afloja,
renuncia a su lucha contra la decencia y el decoro. Antes de darse cuenta de que
estoy haciendo, tomo el rostro perfecto y barbudo de Devlin en mis manos y
levanto mis labios ansiosamente a los suyos.

El más breve hechizo de sorpresa complaciente corre a través de él, dando paso
a una profunda oleada de fervor lujurioso. Envuelve sus brazos alrededor de mi
espalda, aplastándome hacia él. Su mandíbula fuerte me abre la boca, y su lengua
segura y experta se desliza contra la mía. El sabor de él es tan intoxicante como
cualquier cosa que he derramado en mi garganta esta noche. Entierro mis dedos en
su cabello negro, dejando que mis dientes se cierren alrededor de su labio inferior.
57
Se chupa en una respiración aguda mientras lo muerdo, torciendo mi cuerpo
alrededor, de modo que mi espalda está presionada contra su pecho vestido de
cuero. Él baja sus labios firmes hasta el largo y desnudo tramo de mi garganta. Un
gemido bajo se levanta de mi boca y se pierde en la música alegre mientras me besa
a lo largo de mi cuello, pellizcando mi piel pálida, sensible. Sus manos se deslizan a
lo largo de mi torso, deslizándose por la tela sedosa de mi blusa con facilidad.
Entrecierro mis ojos en un placer estático mientras toma mis pechos en sus manos
capaces, rozando sus pulgares contra mis endurecidos pezones.

Ni un segundo pasa para que no esté al tanto de su dura dureza de roca


presionando contra mi culo. Nunca he tenido una noche de pie en mi vida, nunca
supe que podría desear a alguien tanto después de unas pocas horas. Pero sé que, si
no me voy a la cama con este hombre esta noche, me arrepentiré por el resto de mi
vida. Me giro de nuevo para enfrentarlo y correr mis manos a lo largo de su polla
asombrosa. Ardiendo de necesidad en nuestra mirada compartida mientras que
rozo mis dedos encima y abajo por su longitud, sintiéndolo endurece aún más en
mi asimiento. Me siento volar en el aire mientras Devlin me levanta del suelo una
vez más, llevándome fuera de la multitud que se agolpa, moviéndose hacia un
rincón más privado de El Club.

Solo que esta vez, estoy más que feliz de dejar que me lleve.
Capítulo 8
Incluso después de que me levanto de nuevo a la superficie de la conciencia,
mantengo mis ojos felizmente cerrados. Las sábanas suaves se envuelven alrededor
de mí como una nube de algodón, el mundo entero sombreando el rosa pálido de
mis párpados. Me siento mejor descansada de lo que he hecho durante años, desde
antes de comenzar la universidad, estoy segura. Cada célula de mi cuerpo se siente
rejuvenecida, deliciosamente relajada. Me acurruco más cerca en el cálido y sólido
abrazo que me acuna, esperando que este momento siga para siempre…

Hasta que mi mente se pone al día con mi cuerpo y despierto con una sacudida.
Mis ojos se abren, aterrizando primero en los fuertes brazos entintados, que están
envueltos firmemente alrededor de mi cuerpo casi desnudo. Alargo mi cuello para
encontrar los rasgos durmientes de Devlin descansando sobre la almohada a mi
lado. La alarma se estrella a través de mi cuerpo apenas despierto, y suelto un
chillido agudo de angustia. Me arrastro fuera de la cama, esforzándome por
recordar dónde estoy, exactamente, dónde estoy.
58
La habitación que me rodea es cavernosa y elegante en su sencillez moderna.
Las paredes están pintadas de un profundo y oxidado rojo, el mobiliario y el piso
hechos de tablones de madera anchos y lisos. Una amplia cama king se coloca
contra la pared, equipada con el mejor algodón egipcio. Y allí, en medio del gigante
nido, despertándose de un profundo sueño, está Devlin.

—¿Cómo... qué diablos está pasando? —exijo, mi respiración viniendo en


ráfagas poco profundas—. ¿Dónde estoy?

—Tranquilízate, cariño —dice Devlin soñoliento, apoyándose en un brazo


musculoso—. Solo vuelve aquí…

—No voy a acercarme a ti hasta que me digas cómo fue que acabé en tu cama.
Miro hacia abajo en pánico y la camiseta blanca y bragas que de alguna manera
llegué a usar. Lo último que recuerdo de anoche es salir de la pista de baile con este
hombre. No recuerdo haber regresado a su habitación, ni haberme cambiado de
ropa, ni haber consentido en tener relaciones sexuales—. Oh, Dios mío... —
murmuro, envolviendo mis brazos alrededor de mi cintura—. ¿Dormimos juntos
anoche?

—Podrías decir eso —dice Devlin, sentándose con una ligera sonrisa en su
rostro.
—No recuerdo nada —digo suavemente, luchando contra las lágrimas
aterrorizadas.

—No me sorprende. —Se encoge de hombros—. Te desmayaste tan pronto


como salimos de la pista de baile. Pensé en dejarte pasar la noche en mi habitación.
Asegurarme de que nadie más tratara de hacer su camino hacia ti. Espero que no te
importe que te ayudara a ponerte algo más cómodo para dormir. Te prometo que
no pasé mucho tiempo observándote.

—¿Cómo sé que estás diciendo la verdad? —pregunto suavemente.

La sonrisa de Devlin se desvanece rápidamente. —No follo a las chicas que


están demasiado borrachas para juntar dos palabras —me informa—. No necesito
caer tan bajo. Pero gracias por tu voto de confianza.

Una pequeña oleada de alivio pasa sobre mí. No hay dolor entre mis piernas,
no hay evidencia de hacer el amor. Pero, ¿cómo diablos conseguí emborracharme
tan rápidamente? Yo solo tenía, qué, ¿dos bebidas y media? ¿Tal vez tres?

—Lo siento —le murmuro a Devlin—. Estoy un poco asustada. Necesito juntar
mis cosas y llegar al muelle antes de que el barco…

Pero con una perfecta y terrible sincronización, mis palabras son cortadas por
59
el silbido largo y triste de un barco. El sonido que hizo nuestro yate cuando se alejó
de la isla anoche. Me apresuro a la pared del fondo, hecha enteramente de ventanas
de piso a techo, y corro las cortinas. Parpadeo en el sol de la mañana, enfocándome
en la vista amplia de la isla a nuestro alrededor. Mi corazón se hunde al ver el barco
que me llevó a este lugar, deslizándose por la lisa superficie del océano hacia el
continente. Un grupo de chicas desaliñadas se paran en la cubierta, despidiéndose
de los hombres de cuyas camas han salido.

El grupo se fue sin mí.

—¡Mierda! —grito, atravesando la habitación hacia la puerta del dormitorio—.


¡Oh, mierda!

—¿Qué vas a hacer, nadar detrás de ellos? —pregunta Devlin, bloqueando mi


camino a la puerta—. El barco ya zarpó, nena. Literalmente.

—No puedo simplemente quedarme aquí —exclamo, tratando de empujar su


masa inamovible fuera del camino—. ¿Qué voy a hacer por un día entero extra en
esta roca?

—¿Día extra? —pregunta Devlin, abriendo sus ojos—. ¿En serio? Logan, ese
yate solo llega una vez por semana.
—¿Qué? —Respiro, mi voz hueca.

—Parece que vas a estar aquí por un tiempo —dice, apoyando las manos en
mis temblorosos hombros—. No puedo decir que estoy decepcionado.

En una oleada de pánico, lo rodeo, abro la puerta y salgo al pasillo. Tengo que
tomar ese yate. Voy a chapotear como perro detrás de ellos si tengo que hacerlo.
Me tiro por el pasillo alfombrado en una carrera, ignorando el hecho de que no
tengo ni idea de a dónde voy. Oigo a Devlin llamándome después de que recuerdo
mi camiseta y bragas. Estoy tan abrumada por lo desesperado de la situación que ni
siquiera veo una de las puertas de otro dormitorio abrirse en el pasillo. En el
momento en que veo la delgada figura saliendo a mi camino, no puedo detener mi
propio impulso. Choco a toda velocidad con el otro huésped, enviándonos caer al
suelo en un haz de miembros enredados.

—¿Qué mierda te pasa? —exclama la mujer con la que he chocado. Su voz es


dulce como la miel, pero cortante. Suena extrañamente familiar, como si la hubiera
escuchado en mil sueños recurrentes.

—Lo siento mucho —hablo efusivamente, subiendo a mis rodillas y ofreciendo


una mano a la mujer—. Deja que te ayude.
60
Su rostro está oscurecido por una ola de cabello negro y sedoso que se cae a
medida que alcanza mi mano extendida. Cuando sus rasgos son finalmente
revelados, siento que el tiempo se detiene a mi alrededor. Sentada a mi lado en la
alfombra de felpa es un fantasma. Una aparición de mi pasado, desde hace tiempo
desaparecida del mundo tal y cómo lo conozco.

—¿Logan? —susurra Juliet, mirándome con incredulidad absoluta.

—Hola, Sis —susurro—. Que gusto encontrarte aquí...

—Oh, bueno. —Oigo a Devlin decir mientras galopa detrás de nosotros—.


Aquí nadie está conmocionado. —Él mira perplejo entre las dos mientras miramos
a los ojos de la otra, con las manos aún entrelazadas—. Oigan... ¿Se conocen
ustedes o algo así?

—Podrías decir eso —murmuro.

—¿Qué diablos haces aquí? —pregunta Juliet, dejando caer mi mano como si
mi tacto la hubiera quemado. Un repentino rubor sube a mis mejillas mientras me
levanto de la alfombra del hotel. Decepción, vergüenza y años de resentimiento
luchan por el control de mi corazón.
—¿Qué crees que estoy haciendo aquí? —contesto fríamente—. Estoy viviendo
un poco. ¿O eres la única hermana Farrah a la que se le permite tener una vida
propia?

—Hermana —dice Devlin, frunciendo el ceño—. Jules, ¿esto es… es ella...?

—Mi hermana pequeña. Es cierto —dice Juliet, cruzando sus esbeltos brazos.

—Tú hermana menor, tal vez —respondo—, pero ya no soy exactamente


pequeña.

—Eso es seguro —murmura Devlin, sonriéndome.

El ojo de Juliet resplandece cuando capta el conocimiento que Devlin y yo


compartimos.

—Tienes que estar jodidamente bromeando —dice ella, su voz elevándose


acaloradamente—. ¿En serio, han pasado la noche juntos?

—Técnicamente hablando. —Me encojo de hombros, extrañamente


complacida de estar alterando las plumas de Juliet.

—Jesucristo, Dev. —Juliet emana—. Es como, diez años más joven que tú.
61
—Siete años, en realidad —dejo escapar. Devlin y Juliet me miran con
curiosidad. Mierda. La única razón por la que sé la edad real de Devlin es porque
he estado estudiando todos los detalles de su vida. ¿Voy a derrumbar mi propia
cubierta en mi primer día aquí?. Solo una conjetura —añado débilmente.

—Lo que sea —dice Juliet, rodando los ojos—. Todavía está jodido, Dev.
Pensé que estabas por encima de cortejar a las universitarias que andan por aquí.

—No soy una universitaria —respondo, harta del tono de desprecio de Juliet—.
No sé por qué estás tan molesta por mi presencia aquí, pero…

—No es solo por ti por lo que estoy molesta —me interrumpe—. Son las chicas
ricas que vienen aquí.

—Odias que te recuerden que también eres una de esas chicas ricas en el
interior —respondo.

El brillo que ella me nivela hace que mi sangre se enfríe. Sin otra palabra, mi
hermana gira sobre su talón y regresa como una tormenta a su habitación, cerrando
la puerta detrás de ella. Un largo y pesado momento de silencio pasa entre Devlin y
yo en el pasillo. ¿Va a cuestionarme sobre mi relación con Juliet? ¿Castigarme por
molestarla?

—Así que... —dice bruscamente, metiendo las manos en los bolsillos de sus
vaqueros. Me doy cuenta, con una sacudida de anhelo, que se ha olvidado de
ponerse una camiseta todavía. Es completamente imposibles de apartar la mirada
de los duros paneles de su pecho, sus innumerables abdominales y esos fascinantes
tatuajes.

—Así que —le respondo, tragando un suspiro de confusa frustración—. ¿Qué


debería hacer ahora?

—No sé tú —dice Devlin, con una sonrisa retorciendo sus labios—, pero yo
podría necesitar un poco de comida. Me río en voz alta por su casual sugerencia.
Tomándome de la mano, Devlin me devuelve hacia su habitación—. Venga. El
servicio de habitaciones esta sobre mí.

—No tienes que... —Empiezo a protestar.

—Acabas de conseguir quedar atrapada en una isla remota y ganado un gran


momento con tu propia carne y sangre —señala Devlin—. Esa tiene que ser la
mañana más mierda registrada. Al menos déjame comprarte algunos panqueques o 62
algo, ¿de acuerdo?

—De acuerdo. —Permito, intrigada por la cautelosa hospitalidad de Devlin—.


Si insistes.

Una pila corta de panqueques y tres tazas fuertes de café más tarde, estoy
empezando a sentirme más como un ser humano de nuevo. Devlin no dice mucho
mientras como mi comida, pero puedo sentir su mirada curiosa en mí todo el
tiempo. Probablemente no sabe qué hacer conmigo. Entre mi descarada respuesta a
su atención anoche, nuestra lujuria en la pista de baile, mi pánico esta mañana, y el
extraño nuevo chisme acerca de yo siendo la hermana de Juliet, debo ser un
misterio tanto para él como para mí.

Y para ser honesta, me gusta eso.


—Creo que voy a calentar la ducha —dice, levantándose del amplio asiento de
la ventana que hemos estado compartiendo.

—Bien —le respondo, arrastrando mis rodillas contra mi pecho—. Tú has eso.

—¿Quieres unirte a mí o qué? —pregunta diabólicamente, metiendo un largo


mechón de cabello negro detrás de mi oreja.

Más que nada, pienso para mí. Pero en voz alta logro chillar. Estoy bien.

—Tú pérdida. —Devlin se encoge de hombros, y se adentra en el baño


cavernoso. Espero hasta que oigo el agua empezar a correr, luego me muevo a
través de la habitación hacia mi bolso. Mis dedos están temblando mientras busco
por mi teléfono. ¿A quién diablos puedo llamar para pedir ayuda? No puedo llamar
a la policía, ni a la guardia costera, ni Dios lo quiera, a mis padres. Eso solo deja
una opción.

—¡Logan! —grita Emma, tomando mi llamada en el primer tono—. ¿Dónde


diablos estás? Dijiste que volverías...

—Ha habido un poco de inconveniente en el plan, Em —susurro, apoyada


contra la pared—. Parece que... perdí mi viaje. 63
—Buen Dios —gime Emma. Puedo oírla palmear su palma contra su frente—.
Bien, ¿cuándo saldrá el próximo barco? ¿O hay un horario, o.…?

—No exactamente —murmuro a regañadientes—. La palabra es, no habrá otro


yate viniendo por una semana más.

Emma se queda sin habla, tratando de procesar este giro de los


acontecimientos.

—¿Estás ahí fuera... por dos semanas? —pregunta sin aliento—. ¿Esas perras se
fueron sin ti esta mañana?

—Parece ser el caso —respondo débilmente—. Pero no entres en pánico, o...

—¿Qué quieres decir con no entres en pánico? —exclama ella—. ¿Cómo no


estás entrando en pánico?

—No tengo idea —le digo honestamente—. Probablemente, estoy en estado de


shock o algo así. Anoche fue... ni siquiera sé cómo empezar a hablar de ello. Este
lugar es irreal. No hay reglas, no hay inhibiciones, no hay límites.
—¿Conseguiste un atisbo de ese tipo Vile? —pregunta—. ¿El Soldado de
Infantería del que quieres escribir?

—Parece. —Me río, mirando hacia la puerta del baño—. Él era mi... cita para
la tarde. Por así decirlo.

—¡¿Qué?! —grita. Sostengo el teléfono lejos de mi oído mientras su voz se


eleva en volumen y tono—. ¡¿Pasaste la noche con un asesino?! ¿Ustedes...?

—¡No! No, por supuesto que no. —Me apresuro a tranquilizarla—. Quiero
decir, bailamos por un tiempo. Y definitivamente nos besamos. Y pude haber
dormido en su cama.

—¡Logan!

—Pero no tuvimos sexo ni nada, lo prometo —le digo—. Solo estoy haciendo
mi trabajo, tratando de averiguar todo de él. De todo este lugar.

—¿Y cómo piensas resolverlo? —presiona—. Eso suena como un eufemismo si


alguna vez he oído uno.

Antes de que pueda responder, oigo que la ducha se apaga. Devlin saldrá en
cualquier momento.
64
—Tengo que irme —le digo a Emma, dejando caer mi voz a un susurro—. Solo
quiero que sepas que estoy a salvo, y encontraré una manera de llegar a casa. Nada
me va a pasar, estaré bien. Oh, y también, Juliet está aquí. Acabo de encontrarme
con ella, literalmente.

—Vas a dejar caer eso sobre mí y colgar, ¿no? —pregunta Emma.

—Tengo miedo —respondo.

—Solo dime una cosa antes de irte —insiste—. Este beso con Devlin Vile.
¿Cómo demonios fue?

—Fue… increíble. —Suspiro—. Simplemente increíble.

Pero antes de que Emma pueda decir otra palabra, la puerta del baño se abre.
De inmediato pongo mi teléfono de nuevo en mi bolso e intento parecer calmada
mientras una nube de vapor se despliega a través de la puerta abierta. Estoy a punto
de hablar cuando la forma imponente de Devlin surge como un barco que corta una
espesa niebla. Y de repente, olvido cada palabra que he conocido.
Se para en la puerta, fresco de la ducha. Su cuerpo fuerte y equilibrado logra ser
intimidante, incluso en este momento de relajación. Unos riachuelos de agua
corren por sus gruesos brazos, su duro pecho, el musculoso "V" de su cintura. Pero
por todo esto, hay un detalle de la apariencia de Devlin que triunfa, sobre todo, en
este momento...

No tiene una prenda de ropa en todo su cuerpo.

Devlin está completamente desnudo ante mí, una débil sonrisa se extiende
sobre sus labios mientras avista mi expresión atónita. Trato de mantener mis ojos
de vagar a lo largo de la deliciosa longitud de él, pero estoy lejos de tener la
suficiente fuerza de voluntad para controlar mi mirada. Mis ojos descienden por su
musculoso pecho y su torso, aterrizando directamente en ese otro músculo. El que
me he estado preguntando secretamente desde que lo sentí presionado contra mí
tan urgentemente anoche en la pista de baile.

Siento que mi boca se abre cuando veo la polla asombrosa de Devlin. Nunca en
mi vida he pensado que la anatomía masculina era particularmente hermosa por sí
sola... hasta ahora, eso es. Largo, grueso, la línea bien formada, es algo digno de
contemplar en su propio derecho. Y lo más asombroso, ya está duro. Y cada vez
más duro con cada segundo que mantengo mis ojos fijos en su longitud hermosa.
65
—¿Puedes culparme? —pregunta Devlin, su voz baja y lujuriosa—. Acontece
que hay una mujer sexy sentada en mi dormitorio, después de todo.

—¿Este hotel tiene una política de no-toalla, o algo? —pregunto suavemente,


tratando de forzar algo de ligereza en mi voz.

—¿Qué, no tengo permitido caminar por mi propia habitación en mi estado


natural? —Devlin se ríe, entrando en el dormitorio.

Me levanto del suelo mientras se acerca, tratando de apaciguar la insana


carrera de deseo rugiendo a través de mí. Todo lo que quiero es pasar mis manos
por todo ese cuerpo duro, rastrillar mis uñas a través de su ancha espalda mientras
me aplana contra su cama, conduciendo esa deliciosa polla de él a través de mí.

—Voy... iré a tomar un poco de aire —digo, resbalando en la minifalda de


anoche y girando sobre mi talón—. Regresaré en un segundo.

—Lo que quieras. Puedes tomar prestada mi llave. —Se encoge de hombros,
poniéndose un par de calzoncillos negros—-. Puedo esperar. No por mucho tiempo,
pero...

—¿Esperar? —respondo, mirando por encima del hombro—. ¿Esperar para


qué?
—Esperar a que dejes ir lo que sea que te impide lanzarte a mí ahora. —
sonríe—. No te preocupes. Este lugar te relajará en poco tiempo. Ya verás.

Sin palabras, aparto mis ojos de su pecho reluciente, agarro mi bolso y salgo
por la puerta. Puedo oír su risa satisfecha mientras camino por el pasillo hasta los
ascensores. A pesar de mí, me detengo justo fuera de la puerta de Juliet. Mi
solitaria niña de dieciséis años está gritando para que derribe la puerta, la abrace y
le diga lo mucho que la he extrañado durante todos estos años. Pero harta, mi
veinteañera, todavía esta dolida por su despido de esta mañana. Es la que me
abandonó, dejándome sin una mejor amiga y hermana mayor. Ella debe ser la que
esté haciendo un esfuerzo para remendar las cosas, ahora.

Una cosa es segura, pienso para mí, haciendo mi camino fuera de este hotel
extraño a la luz de la madrugada. Esta pequeña excursión no podría ser más jodida.

66
Senderismo no es exactamente una opción, dado que los únicos zapatos a mi
disposición son de tres pulgadas de tacón. Descalza, recorro mi camino por el
espeso bosque, hacia el muelle donde desembarqué anoche. Cuerpos en diferentes
estados de desnudez duermen en las sombras de árboles antiguos mientras paso.
Hombres y mujeres están envueltos en los brazos dormidos del otro,
profundamente en sueños ebrios. El suelo está lleno de latas, botellas aplastadas y
colillas de cigarrillos. La fogosa hoguera se ha quemado hasta cenizas humeantes, y
el sol está empezando a echar un vistazo por encima de las copas de los árboles.

Doy un paso a los anchos tableros del muelle, envolviendo mis brazos
alrededor de mi cintura. Mirando hacia fuera a través de la superficie lisa del
océano, trato de calmar mis pensamientos compitiendo. Estoy atrapada aquí por
una semana entera, excepto por mi hermana hostil y el irresistiblemente sexy
pseudo-guardián. Toda esta isla está llena de hombres buscando algo joven y
vulnerable para cazar, y yo también podría tener una diana en mi pecho.

—Puedes manejar esto. —Me animo a mí misma—. Sabes lo que tienes que
hacer aquí. Solo mantén el juicio sobre ti, y todo saldrá bien.

Con una respiración profunda y firme, alcanzo mi bolso y saco mi teléfono una
vez más. Mando un texto a mi editor sobre mí estado varada, también. Tal vez
pueda enviar a alguien para rescatarme. O al menos decirme qué diablos debo
hacer ahora.

Hola Elliot. Resulta que el único barco de esta roca se fue sin mí. Estoy con Vile, y
tengo algunas impresiones realmente sólidas del lugar después de anoche. Me encantaría
regresar a tierra firme lo antes posible, sin embargo. ¿Algunas ideas?

Sus textos regresan casi de inmediato.

¿Me estás tomando el pelo? Eso es GENIAL. Quédate allí todo el tiempo que puedas. Y
Logan, no dudes en ser creativa en tus técnicas de investigación. No voy a juzgarte si quieres
tomar un enfoque más cercano con Vile. Mantenme informada sobre lo que descubras. ¡Esta
va a ser la mejor historia que hayamos publicado! Xoxo

Miro fijamente el mensaje de Elliot. ¿Me está dando el visto bueno para irme y
ensuciarme con el presidente del Circle of Death... por el bien de mi historia? Debo
haber perdido la clase de periodismo 101 donde discutieron ese enigma de ética
particular. Después de todo, no se supone que debes nombrar tus fuentes. Estoy
segura de que tampoco debes follarlos.

Por primera vez en mi vida adulta, estoy empezando a desear haber ido a la
escuela de medicina cómo mis padres querían después de todo. 67
Capítulo 9
El día ofrece una suspensión del sexy caos de El Club. Tengo la sensación de
que la mayoría de las personas aquí permanecen nocturnas durante sus estancias,
despertando solo para fiestas las noches de distancia. Esta relativa paz y
tranquilidad es una bendición pequeña pero bienvenida mientras hago mi plan de
juego para la próxima semana. No sé cuánto tiempo pasa mientras me siento en ese
muelle, calmándome poco a poco. Pero una vez que tengo la cabeza recta, rastreo
mi camino de regreso a la habitación del hotel.

Devlin está vestido cuando vuelvo. Sinceramente no puedo decir si estoy más
aliviada o decepcionada por ese hecho, probablemente es mejor no pensar en ello
ahora. Lleva una camiseta blanca y pantalones vaqueros rotos, con su chaleco de
cuero negro descansando reverentemente sobre la cómoda. Mis ojos se posan en el
sigilo que está escrito en la parte trasera de su chaleco: es un círculo con un x a
través de él. Lo reconozco de una de mis clases de historia como un símbolo
arcaico de la muerte. Por encima de la imagen, el título Circle of Death MC está
garabateado, y por debajo, sección de la costa este. 68
Ahí estás dice Devlin, mientras me paso más allá en su espaciosa habitación.

Sabía que no podrías permanecer lejos por mucho tiempo.

Solo quería venir a coger el resto de mis cosasle digo, tratando de no notar lo
bien que sus vaqueros encajan.

Espero que no te importecontinúa, pasando una mano por su pelo aún


húmedo. Me tomé la libertad de pedirle al El Club que abriera esta habitación en
una suite, ya que te quedarás un rato. Tu habitación está justo ahí.

Sigo la mirada de Devlin hacia una puerta previamente oculta. Tomando un


paso tentativo hacia adelante, veo que se abre desde el suyo en un segundo
dormitorio, cocina y medio baño.

Devlin... No tenías que hacerlo le digo, movida por el gesto de todos modos.
Quiero decir, en serio. No deberías.

¿Qué más ibas a hacer, pedirle a Juliet que te deje acampar en su piso?Se ríe.
Relájate. No fue un problema. Sigue, echa un vistazo.
Entrando en el espacio elegante, veo que una serie de ropa y artículos de
tocador me están esperando en la cama. Y no es solo cosas esenciales con las que
mi habitación ha sido abastecida, tampoco. Un nuevo portátil está sentado en el
escritorio en la esquina, y la cocina está llena de botellas de bebidas finas y deliciosa
comida.

¿Hiciste todo esto, también? pregunto, volteándome para encontrar a Devlin


inclinado casualmente contra el marco de la puerta.

¿Quién más? Sonríe. ¿Qué, pensaste que iba a mantenerte encerrada en mi


armario toda la semana o algo así?

Oye, no sé en qué estás. Me río, medio bromeando.

Yo haré de cuidador mientras estés aquí. No es un papel sexual al que estoy
acostumbrado, pero me imagino, qué diablos. Devlin continúa, cruzando la
habitación hacia mí. Siento un tirón justo detrás de mi ombligo cuando él se acerca,
como si una cuerda invisible me estuviera tirando hacia su cuerpo que se acercaba.

Estoy fascinado por ti, Logan. Cada otra chica que viene alrededor ha sido
más que feliz de tenerme follándolas de inmediato y enviándolas a casa. Pero no tú.

No lo sé, creo, manteniendo los labios firmemente cerrados.


69
Sé lo mucho que me deseas, Logancontinúa Devlin, plantando las manos en mi
cintura. Lo hiciste muy claro anoche. Especialmente una vez que la última bebida
aflojó realmente bien tu lengua. Y aunque podría ponerte en esa cama en este
momento, me has rogado por mí en cuestión de minutos. Tengo una idea mejor
para nosotros.

¿Qué... qué es eso? le pregunto, apoyando mis manos en la suave camiseta de
algodón que cubre sus pectorales.

Me vas a pertenecer el resto de la semana. Sonríe, rodeando mi cintura con


sus brazos fuertes. Voy a asegurarme de que tienes todo lo que necesitas, que
ningún otro tipo se te acerque. Confía en mí, quieres que alguien te proteja. No
quieres saber de qué son capaces algunos de los tipos de aquí.

¿Y qué esperas, a cambio de esta protección? pregunto suavemente, mi


cabeza girando mientras la cercanía de Devlin me ponía en alto.

Esperaba que me lo pidieras dice, bajando la cara lentamente hacia la mía.


Espero que seas toda mía, Logan.
Lo miro fijamente, respirando su increíble presencia. ¿Quieres que tenga sexo
contigo? casi susurro.

Bueno, obviamente.Se ríe. Pero eso no es todo. No solo quiero follarte,


Logan. Quiero que te pongas enteramente en mis manos. Déjate ir, sé
completamente sumisa a mí. Déjame tomarte como quiero. Puedo decir que eres
una mujer de voluntad. Dudo que haya habido un hombre al que estarías dispuesta
a entregarte, de esa manera. Quiero ser el primero en tenerte así.

Nunca he hecho algo así antes.Respiro, memorizando la sensación de su


cuerpo contra mí. No sé cómo... Lo que quiero decir es que no sé lo que significa
ser sumisa, supongo.

Sí lo haces, en el fondo cada mujer lo sabe gruñeDevlin, rozando sus labios
contra mi garganta, algunas simplemente no pueden admitirlo. Su rastrojo hace
cosquillas en mi piel tierna, sus labios llenos mirándome. Un arrebato de placer me
atraviesa al pensar en este hombre que me lleva a la cama, haciéndome suya,
mostrándome el camino. Y oye, mi redactor dijo que debía intentar un enfoque más
práctico...

Hay algo en la naturaleza fugaz de nuestro arreglo que está aplastando


lentamente mis inhibiciones. A pesar de que sus palabras pueden haber enviado a 70
las mujeres cincuenta años atrás, mi cuerpo no puede dejar de responder al suyo.
Cierro los ojos mientras me besa a lo largo de mi cuello, mi clavícula, hacia mi
pecho. Me doblo contra él, dejándome tomar el peso de mí en sus brazos. Nunca he
sido el tipo sumisa. Nunca deje que un hombre, o alguien, tenga control total sobre
mí. Pero si hay alguien a quien quiero que me lleve de esa manera, es Devlin Vile.
Hay algo en él que entiendo, inherentemente, su confianza, sinceridad, deseo,
poder... Solo puedo imaginar lo que es capaz. Las cosas que podía hacerme.

Las manos de Devlin recorren todo mi cuerpo dispuesto. Desliza las manos por
debajo de mi blusa, su toque convierte mi piel en llamas con la sensación. Gimo
mientras arrastra sus dedos hacia mis pechos, acunándolos en sus enormes y fuertes
manos. Jadeo mientras pellizca mis pezones duros. Mezclando solo un toque de
dolor en el placer que recorre a través de mí. Mis caderas se mueven contra las
suyas, y puedo sentir que comienza a responderme también. No puedo ignorar el
dolor palpitante entre mis piernas, la humedad repentina allí. Sé que acabo de
conocerlo. Sé que esto es una locura. Pero me he decidido a salir de mi zona de
confort, ¿verdad? Este es un primer paso tan bueno como cualquiera.

Corro mis manos hacia arriba del cuerpo de Devlin mientras trae sus labios a
los míos. Nuestras lenguas se enredan cuando deja que sus manos se deslicen sobre
mi estómago, los dedos rozando los picos de mis caderas. Mi cuerpo comienza a
temblar cuando siento las yemas de sus dedos contra la piel desnuda de mis muslos.
La necesidad palpitante en mi sexo ahoga cualquier pensamiento racional que
pueda permanecer en mi mente. Todo lo que puedo pensar es lo bien que se sentiría
tenerlo resbalándose dentro de mí, sentirlo pulsando y flexionando contra mi carne
más tierna.

Un leve gemido se me escapa mientras desliza una mano entre mis piernas,
dejando correr sus dedos por el delgado panel de algodón de mis bragas. Me sonríe,
sintiendo que estoy mojada para él.

Jodidamente me encanta lo mucho que me deseas gruñe, acunando mi sexo en


su mano segura.

Te deseo, Devlin susurro.

¿Cuánto me deseas? exige, metiendo dos dedos debajo de la banda de mis


bragas. Dime. Ahora.

Más de lo que nunca he deseado a nadiejadeo, todo mi cuerpo gritando por él,
para meter esos dedos en mí. Tanto que podría simplemente... empujarte a esa cama
y sentarme a horcajadas sin pensarlo dos veces.

Lo imagine gruñe, y da un paso lejos de mí. Sus manos se levantan de mi


cuerpo, dejándome boquiabierta y confundida ante él. Le miro implorante y sonríe
71
tranquilamente y cruza sus gruesos brazos.

¿Por qué te detuviste? jadeo.

Te dije que te enseñaría a someterte responde, enderezando su camiseta.

Claramente no estás lista tú misma para entregarte a mí. Esta es tu primera


lección. Cuando puedas ponerte enteramente en mis manos, entonces te daré lo que
quieras, ¿entiendes?

Pero yo... yo habría... balbuceo, hundiéndome en el borde de la cama gigante


de mi nueva habitación.

No lo haríasinsiste Devlin, cepillando mi cabello negro detrás de mi oreja.


Aún no. Pero llegarás, Logan. Soy todo lo que tienes en esta roca. Y tú eres la
única mujer que me interesa aquí. Solo espera, vamos a tener la semana más sexy e
increíble. Tan pronto como estés lista para dejarme tomarte.

Toma mi cara hacia arriba en mis manos y me besa, duro y profundo. Su dura
y poderosa lengua llena mi boca, y el sabor de él me envuelve. Maldita sea. No
puedo creer que haya estropeado mi oportunidad de tenerlo aquí y ahora. Supongo
que está tomando la parte superior de nuevo, lo que demuestra que puede jugar
duro para conseguir.

Pero infierno si no estoy lista para jugar su juego, también.

72
Capítulo 10
Devlin hace los arreglos para que el resto de mi día la pase perfectamente
relajada como sea posible. Esto aún es un sitio vacacional, con libertinaje y todo.
Ha organizado tratamientos de spa, masajes e incluso una clase de yoga
restaurativa para mí. Sé que está tratando de soltarme para que finalmente pueda
tener su camino conmigo, pero eso honestamente solo hace que todo el día sea aún
más dulce. Y como todos los hombres ricos y sus compañeras aún duermen tan
temprano en el día, tengo El Club solo para mí. Por ahora, al menos. Trato de
tomar notas mentales cuidadosas en cada paso del camino, mejor para construir mi
artículo para FootSolider cuando llegue el momento.

Pero con cada hora que paso aquí, me resulta más difícil mantener mi
investigación en el frente de mi mente. Esta isla está tan lejos de todo lo que he
conocido que casi se siente como si el resto del mundo real ni siquiera existiese.
Trato de no imaginar cómo podría describir esta isla, este club, a cualquiera que no
lo ha visto de cerca. La forma en que te cambia totalmente, te convierte en alguien
completamente nuevo... ¿cómo podría explicar eso a la gente que no lo ha sentido 73
por sí mismos?

Después de que regreso a mi nuevo dormitorio, me doy un baño largo y


caliente. Y, por supuesto, una sesión prolongada y humeante de amor propio está
en orden, también. Me toco en la cálido y perfumada agua, imaginando a Devlin
todo el tiempo. El orgasmo que ondula a través de mi cuerpo solo pensando en él es
más satisfactorio que la mayoría del sexo que he tenido en mi vida. De verdad.

La noche comienza a descender mientras me deslizo dentro de ropa nueva que


Devlin proveyó para mi estancia. Faltan todavía horas para que la fiesta de la
noche comience, así que me pongo un vestido casual amarillo con unos zapatos sin
tacón. Mi cabello cae suelto sobre mis hombros, y aplico una capa ligera de
maquillaje para pulir mi aspecto. Tal vez pueda apuntar algunas notas en mi nueva
computadora de marca antes de que la noche realmente inicie, comenzando a
pensar en mi ángulo para esta pieza.
Estoy a punto de sentarme en mi escritorio cuando escucho que tocan a la
puerta. Voy a abrir, preguntándome si Devlin ordenó algo de servicio al cuarto para
mí, o algo así. Estoy comenzando a sentir un poco de hambre, después del largo día
de agua de pepino y no mucho más. Abro la puerta, rezando porque aparezca algo
de comida caliente esperando por mí del otro lado.

La vista que de hecho me confronta es lejos de bienvenida.

—Hola, hermana dice Juliet, manteniendo sus brazos firmemente cruzados


enfrente de su pecho. Está de pie enfrente de mi puerta vistiendo una blusa halter
negra, vaquero de corte muy corto, y un chaleco de Circle of Death que le
pertenece—. Pensé en darte una revisada. Asegurarme que aún estás viva y todo
eso.

—Cuán considerada digo rotundamente, plantando una mano en mi cadera.


En mi vestido brillante, soleado y zapatillas de deporte blancas, parezco la buena
chica gemela de la malvada Juliet.

—Escucha. ¿Podemos dar un paseo o algo así? Quiero hablar contigo —


presiona mi hermana—. Estoy asumiendo que tu... um... guardián está ¿dormido?

—Devlin está durmiendo al lado, sí —le digo, sorprendida por lo casual que 74
hemos tomado para actuar en medio de esta situación de locos—. ¿De qué quieres
hablar?

—Todo, para empezar. —Se ríe—. Venga. Vamos a disfrutar de un poco de


aire fresco antes de que se llene de humo de marihuana y ruidos sexuales.

Antes de que pueda negarme, Juliet agarra mi brazo y me tira por el pasillo. Mi
hermana mayor nunca aprendió a aceptar un “no” cómo respuesta, en lo que
respecta a sus aventuras propuestas.

El anochecer se reúne alrededor de nosotras mientras caminamos en silencio


por el denso bosque. Pasamos por las ramas y cantos rodados, arroyos y arbustos,
cada una de nosotras tratando y no para romper el incómodo lapso en la
conversación. Tenemos cerca de seis años de palabras tácitas colgando fuertemente
entre nosotros, y sacudir el peso no va a ser fácil. Finalmente, cuando llegamos a
un claro a lo largo de la costa rocosa, Juliet se vuelve hacia mí con un suspiro.

—Mira —dijo, nivelando sus ricos ojos marrones hacia mí—, siento haber
actuado como una perra esta mañana cuando descubrí que estabas aquí. Tienes que
entender lo totalmente sorprendida que estaba de verte. Fue súper desorientador, y
me asusté. No estaba preparada para una reunión familiar, ¿sabes?
—Eso, está bien —respondo, apartando la mirada para mirar a través del
agua—. Solo pensé, después de todo este tiempo, habrías estado feliz de verme, o
algo. No esperaba que me hicieras un desfile o algo así, pero... ¿me has echado de
menos desde que te fuiste?

—Por supuesto que te he echado de menos. Tienes que saber eso —dice Juliet,
arrojando su sedoso cabello sobre su hombro—, y estoy feliz de verte, Logan.
Realmente lo estoy. Es increíble, cuánto has crecido. Es solo que... verte aquí es
como si mi vieja vida invadiera la nueva que he construido para mí. Es como si
hubieras arrastrado toda mi historia a esta isla contigo. Toda mi mierda no resuelta
con mamá y papá, y la forma en que fuimos criadas... Eres un recordatorio vivo de
todas las cosas de las que hui. Todas las cosas que dejé atrás.

—Bueno, por supuesto que lo soy —digo con mi voz fría y uniforme—, soy
una de las cosas que dejaste atrás, después de todo.

Mi hermana está en silencio por un rato, solo llevándome adentro. Lágrimas


calientes me pinchan los ojos, pero hago mi mejor esfuerzo para parpadear. No
quiero darle la satisfacción de verme llorar. Ya no somos así de cercanas.

—Logan... —dice finalmente, la dureza en su voz disminuyendo—. Sabes que


no fuiste tú de lo que huía. Nunca quise estar separada de ti, perderme tanto de tu 75
vida...

—¿Entonces por qué no me dijiste a dónde ibas? —la corté, limpiando mis
enojadas lágrimas—. ¿Por qué no llamaste, ni escribiste, ni nada, Juliet? Éramos
tan cercanas de pequeñas. Eras mi héroe. Y me abandonaste. Me dejaste para lidiar
con mamá y papá por mi cuenta. Me dejaste sin mi mejor amiga.

—Si hubiese habido otro modo, lo habría tomado —dice Julieta con urgencia,
agarrándose a mis manos—. Pero tienes que entender, Logan, no tenía otra opción.
Era miserable en esa ciudad. En esa casa. Con todas las reglas de mamá, sus
estándares, sus expectativas imposibles... Yo estaba tan deprimida, tan convencida
de que no valía nada. Porque en sus ojos, yo no lo valía. Cuan do encontré el club de
motociclistas, encontré aceptación por primera vez en mi vida. Nadie estaba
tratando de cambiarme, obligarme a ser algo que no era. Los chicos me aceptaron
exactamente por quién yo era, y me aceptaron sin un segundo pensamiento. Me
han amado.

Pero te amé demasiado susurro, apretando la mano de mi hermana. Te


quise más que nadie en este mundo, ¿por qué no era eso suficiente?

—Verás un día. —Sonríe tristemente—. Cuando encuentres a alguien que te


entienda, te acepte completamente, te haga sentir como si fueras la persona más
increíble, hermosa e insustituible del planeta... no serás capaz de vivir sin él
tampoco.

El rostro de Devlin resplandece ante mis ojos ante las palabras de Juliet. Su
comprensión, su insistencia de mi valor y merecedora... ¿es el tipo de aceptación
del que está hablando?

—¿Eso es lo que te dio toda la familia del Circle of Death? —pregunto


suavemente.

—Bueno, un miembro en particular. —Juliet sonríe, sintiendo mi corazón


calentándose a ella por fin—. Se llama Packer. En el segundo que comencé a andar
con el MC, nos emparejamos. Nunca hubo ninguna pregunta. Él fue la primera
persona que me tuvo, sabía lo que quería, lo que necesitaba. Justo así. Hemos
estado juntos por años, ahora.

—Así que, este Packer. ¿Él es tu novio, o…? —le pregunto, totalmente
ignorante de la terminología de MC como soy—. Lo siento, realmente no sé cómo
funcionan estas cosas en tu mundo. Ni siquiera sé cómo funcionan las citas y es
mierda en mi mundo.

—En realidad —dice Juliet, respirando hondo—. Las novias y novias no son 76
realmente una cosa en la vida del MC. La mayoría de las chicas que cuelgan
alrededor del club solo son dulces culos. Como groupies, usualmente. Cualquiera
de los chicos puede dormir, festejar con ellas, o lo que sea. Pero si un hermano
quiere hacer a una chica suya, se convierte en su dama. Eso significa que esta fuera de
los límites de cualquier otra persona. Es como ser una esposa, en términos de club.
Y a veces también las damas se convierten en verdaderas esposas, también.

—Espera. ¿Eres… la verdadera esposa de Packer? —pregunto, con los ojos muy
abiertos.

Juliet me da la espalda y veo las palabras garabateando en la parte trasera de su


corte: Propiedad de Packer.

—Lo soy. —Sonríe, volviéndose hacia mí.

—¿Estás casada? —pregunto de nuevo, dando un paso lejos de ella.

—¿Qué pasa? —pregunta—. Pensé que te sentirías feliz por eso. Es algo tan
normal, cosas de la vida real para hacer…

—Te casaste sin mí. No estuve en tu boda —la interrumpo.

—Bueno, no… —admite.


—Pero hicimos un juramento de meñique que seríamos dama de honor la una
de la otra —suelto, sabiendo muy bien que sueno como una niña de diez años—.
Íbamos a escoger nuestros vestidos juntas, y organizar la fiesta de despedida de
soltera… quiero decir, no querría nada de esa mierda rosada, con volantes ahora
tampoco, ¡pero ni siquiera me permitiste saber que tu boda estaba sucediendo!

—Si te hace sentir mejor, nadie estuvo excepto el juez de paz y un par de
testigos dice—. No te perdiste de mucho.

Ni siquiera sé qué decir. Tengo muchas preguntas sobre la vida de Juliet


durante los últimos seis años. Pero incluso si tenemos mucho más de una semana
para ponernos al día, temo que la brecha entre nosotras es demasiado vasta para
atravesarla. El mayor motivo por la que tome esta asignación fue para encontrar a
mi hermana, conectar con ella de nuevo. Pero ¿si esta conexión es simplemente…
imposible?

—Así que… —dice Juliet, sentándose en una roca plana con vista al mar—.
Ahora que he dejado caer esa bomba, ¿te importa si pregunto cómo diablos es que
terminaste aquí?

Mi estómago da vuelta por la pregunta. ¿Qué, está leyendo mi mente o algo?


siempre fuimos telepáticas cuando éramos pequeñas. ¿Tiene sospechas de mis 77
motivos ocultos para escapar a esta paradisiaca depravada isla, sin mencionar a su
nueva familia?

—Um… bueno, escuche a algunas chicas hablando de este lugar —digo,


sentándome a su lado—. Y pregunté si podría venir. Ver de qué se trataba.

—Pero nunca habías entrado a este tipo de cosas —señala Juliet.

—Nunca me conociste después de los dieciséis años. No sabes a que me dedico


respondo.

—Sí, de acuerdo. —Se ríe, empujándome suavemente—. Así que ¿estás


diciéndome que mi hermanita, la sobresaliente estudiante, matemática, estrella del
equipo de fútbol, abstemia buena chica de repente desarrollo un gusto por los
motociclistas y el alboroto?

—Claro, porque no —respondo, esquivando la pregunta.

—Me sorprendiste, entonces. —Se encoge de hombros—. Espero que no te


importe que te lo diga, pero todavía no me parece el tipo que busca esto.
—Me estoy divirtiendo bastante hasta ahora —le digo. Y eso no es mentira
tampoco. Claro, nunca quise quedarme aquí, pero ahora estoy en las manos de
Devlin Vile… tal vez no me importe estar varada en una isla después de todo.

—Solo me preocupa que se ponga feo para ti sin darte cuenta —insiste Juliet—.
Quiero decir, Cristo, ¿en serio pasaste toda la noche con Dev?

Una vez más, la cosa de lectura de mente es demasiado espeluznante.

—Sí —le digo, tirando de las rodillas a mi pecho—. Sí, congeniamos tan pronto
como llegué aquí.

—Tú y Devlin Vile congeniaron —repite, estrechando los ojos hacia mí.

—¿Eso es tan imposible de imaginar? —pregunto, molesta por su escrutinio.

—Algo así. —Se ríe.

—¿Por qué, porque no soy sexy, o interesante, o lo suficiente salvaje para


atraparlo? —presiono.

—He conocido a Devlin desde hace mucho tiempo, Logan —dice Juliet,
tratando de elegir sus palabras sabiamente—. No es exactamente el tipo cariñoso y
78
gentil.

—Soy perfectamente consciente de qué tipo de hombre es —le respondo, un


poco acaloradamente.

—Créeme. No lo haces —insiste Juliet—, no después de una noche. Devlin es


uno de los bandidos más cruelmente leales, y despiadados que he conocido en mi
vida. Es uno de mis mejores amigos, y lo amo como a un hermano, pero puede ser
peligroso, Logan. Y nunca ha sido uno para mantener a la misma chica, noche tras
noche.

—¿No crees que pueda mantener su interés? —exijo.

—No creo que ninguna mujer pueda. —Se encoge de hombros.

—Bueno, ¿qué si te dijera que prometió cuidarme durante la semana?

—Te preguntaría que espera a cambio, y sí realmente estás dispuesta a darlo —


dice Juliet enfáticamente.
Mis mejillas brillan rojas cuando recuerdo el intercambio con Devlin más
temprano. Los términos que estableció para mí: una semana con él a cambio de
absoluta sumisión.

—No te avergüences—continua Juliet—. No es que todas las mujeres pudieran


mantenerlo por una noche, por no hablar de dos. Mira, si no puedes mantenerle el
ritmo de aquí en adelante, o decides que no quieres, yo te cuidaré. Lo prometo.

Y aunque aprecio la oferta de buena voluntad de mi hermana, lo único que


puedo pensar en respuesta a su advertencia es: desafío aceptado.

—Solo tendremos que ver cómo va la semana, supongo —le digo,


levantándome de nuevo—. Pero aún no me des por perdida, sis.

—Tengo la sensación de que sería un error. —Sonríe, uniendo los brazos


conmigo mientras nos dirigimos hacia las imponentes paredes de El Club—. Tal
vez ambos tengan más en común de lo que pienso.

79
Capítulo 11
La isla entera comienza a agitarse al segundo en que el sol se hunde en el
horizonte. Como una gran y poderosa bestia despertando de un sueño profundo, El
Club se despierta hambriento, deseando por cada bocado en el que pueda hundir
sus garras letales. Solo puedo esperar que el hambre de Devlin por mí sea
igualmente feroz esta noche.

Me doy un vistazo en la ventana oscura de mi habitación. El corpiño de cuero


ajustado y micro pantalones cortos que he elegido están mostrando mis curvas en
todas las formas correctas. Gracias a Dios que Juliet subió un poco de peso desde
que la vi por última vez, o de lo contrario estas prendas se mantendrían en su lugar
por nada más que esperanzas y sueños. He torcido y prendido mi cabello en una
caída de gruesos rizos negros que caen en cascada por mi espalda desnuda. Botas
de cuero hasta la rodilla y ojos ahumados completan el atuendo. Ahora solo tengo
que esperar que a Devlin le guste el resultado final tanto como a mí.

Aplicando un rápido golpe de en lápiz labial rojo de marca, tomo un respiro y 80


toco tentativamente la puerta de su dormitorio.

—Ven aquí, nena. —Le oigo decir en voz alta.

Una emoción recorre mi corazón mientras empujo a través de la barrera entre


nuestros respectivos espacios. Al entrar, Devlin se encoge de hombros en su chaleco
de cuero. Sus pantalones vaqueros negros y camiseta gris oscura se ven contra sus
músculos perfectos, definiendo su forma equilibrada y elegante. Cada uno de
nosotros se detiene en nuestro camino mientras miramos al otro, atrapados en la
quietud.

—Mierda. —Devlin silba, con los ojos clavados a lo largo de mi cuerpo


escasamente vestido—. ¿Cómo diablos se supone que debo guardar mis manos para
mí cuando vienes aquí con ese aspecto?

—Tal vez no quiero que guardes tus manos para ti. —Sonrío, haciendo un
pequeño giro para su beneficio—. ¿Alguna vez pensaste en eso?

—Bueno, por mucho que me gusta escuchar eso, no se trata de lo que quieres
—me recuerda Devlin, cruzando los brazos—. Se trata de si estás lista para mí.
Recuerda lo que hablamos.

—Creo que estoy... —empiezo a decir.


—Lo sabré cuando lo estés. No te preocupes —me interrumpe, caminando a
través de la habitación hacia mí—. Y confía en mí. En el segundo en que estés lista,
realmente lista... eres toda mía, nena. —Él me recoge en sus brazos, plantando otro
beso abrasador en mi boca ansiosa—. Ahora vamos. No queremos que la fiesta
empiece sin nosotros, ¿verdad?

Puedo sentir el calor de la hoguera que oscila antes incluso de entrar en el claro
una vez más. Es difícil creer que fue justo anoche que puse ojos en este lugar por
primera vez. Hace apenas veinticuatro horas, estaba rodeada por un grupo de
chicas asustadas, siendo yo otra de la manada. Y esta noche, estoy paseando a esta
reunión al lado de Devlin Vile. Ya, mi mente se está adaptando a la locura del
lugar. ¿O está simplemente tan centrada en Devlin que no hay espacio para
cualquier miedo o incertidumbre?

—Ahí está —grita una voz desde el otro lado del fuego—. Nos preguntamos
81
cuándo aparecerías, Dev.

Miro a través del claro y veo a un hombre sonriente con el cabello rubio
arenoso que nos saluda con la mano. Él es unos centímetros más bajo que Devlin,
pero amplio e imponente de todos modos. Y sentada en su rodilla no está otra que
Juliet. Ella asiente de manera significativa al gigante rubio, gesticulando “Este es
Packer” hacia mí. Así que este es el hombre con el que mi hermana está casada,
¿eh? Tengo que decir, que lo ha hecho bastante bien por sí misma. Está casi al nivel
de Devlin en cuanto a atracción sexual de chico malo... casi.

—¿Qué está pasando, hermano? —le dice Devlin a Packer, dándole una
palmada en el hombro.

—La pandilla está aquí ahora —responde Packer, mirando al círculo—.


Tenemos una parrilla, hamburguesas y hot dogs listos, un montón de cerveza... —
Arrastra mientras me ve, a medias escondida detrás de la forma masiva de Devlin.

—Debes ser nuestra nueva invitada —dice con una sonrisa amistosa.

—Ésta es Logan —dice Devlin, atrayéndome hacia el círculo—. Logan,


Packer.
—Jules me contó todo sobre nuestra visitante sorpresa. —Packer asiente,
mirándome a la luz del fuego—. Encantado de conocer a un miembro de la familia
de mi dama, por fin.

—Me alegro de conocer a un miembro de mi familia... ¿viejo? —respondo


torpemente, tendiéndole la mano para que la sacudiera.

Packer suelta una risa del vientre y me tira de un abrazo de oso en su lugar. —
Cualquier familia de Jules es mi familia también —grita—. ¡Bienvenida, hermanita!

Devlin coge un par de cervezas de una nevera cercana y las abre para nosotros.
Afortunadamente acepto una botella helada mientras Juliet la mira, lanzando sus
ojos entre mí y Devlin.

—Las cosas estarán un poco más tranquilas aquí esta noche —me dice ella—.
Bueno, tan tranquilas como siempre con estos maníacos dando vueltas.

—Eres tan loca como nosotros —dice riendo Packer, poniendo un brazo sobre
los esbeltos hombros de Juliet.

—Lo que quiero decir es que las cosas se ponen un poco fuera de control
cuando las chicas civiles pasan —continúa Juliet—. Sin ofender, Logan. Packer y
yo tratamos de mantenernos alejados cuando esa camarilla en particular baja, por
82
lo que no estaba a mano para interceptarte anoche. No sé qué demonios sucede con
esas chicas cuando aterrizan en esta roca, pero sí sé que no quiero tener nada que
ver con eso. Pero esta noche, son solamente los hermanos y las chicas que trajeron
para el viaje. ¿Quieres conocer a todos?

No tengo la oportunidad de responder antes de que Juliet me agarre la muñeca


y comenzara a arrastrarme alrededor del fuego para saludar a su familia elegida.
Devlin camina detrás de nosotras, asegurándose de que el resto de los hermanos
sepan que me han hablado. No puedo decir que me moleste, ya sea, algunos de los
hermanos MC parecen un poco más ásperos en los bordes de los que puedo
manejar por mi cuenta.

—¿Estoy viendo doble? —ladra un hombre alto y delgado, de casi cuarenta


años, dándole un codazo en las costillas a un hombre canoso más bajo.

—Si lo estás, ¡eso nos hace dos! —Se ríe su compañero cuando nos acercamos.

—Tienen que ser gemelas —dice el primer hombre, mirando entre Juliet y yo
con una sonrisa retorcida en su rostro—. Me encantan las gemelas.

—Este es Leon y este es Lobo —dice Juliet, asintiendo a los hombres bajo y
alto respectivamente—. Son nuestro capitán de camino y sargento de armas.
—¿Qué es esto, una jodida milicia? —susurro.

—Básicamente. —Se encoge de hombros.

—Jules nos dijo que su hermana había salido a la orilla —refunfuñó Lobo.

—Tú eres tan caliente como ella. —Leon asiente sabiamente.

—¿Gracias? ¿Creo? —murmuro, mientras Juliet tira de mí. Oí a Devlin


susurrarle una advertencia a Leon y a Lobo para que se enfriaran mientras nos
retiramos. Es bueno tener algo de respaldo, tengo que admitirlo. Incluso si Devlin
está actuando por posesividad tanto como cualquier otra cosa.

—Estos dos son Chip y Dean. Ellos son nuestro tesorero y secretario —
continúa mi hermana, deteniéndose ante dos chicos más jóvenes. El primero se
parece notablemente a Harry Potter, si Harry Potter se fuera de Hogwarts y se
uniera a una pandilla de motociclistas. El segundo tiene una postura impecable y
un pelo corto y rubio. Lo reconozco como el hombre de Kari, con el que estuvo
anoche mi pelirroja conocida de la escuela.

—¿Cómo va? —pregunta Chip, el chico que luce como mago.

—Encantado de conocerte —dice su amigo cortés. Su extrañamente formal


83
saludo trae una pequeña sonrisa a mi rostro. Supongo que la vida fuera de la ley
realmente atrae a todo tipo.

—Ese embustero de allá es Brutus —dice Juliet, señalando al rudo y peligroso


hombre que maneja la parrilla—, pero él no es de saludar.

—Sí, tengo esa impresión —murmuro.

—Aquí tenemos a Xan —continúa, arrastrándome hacia un bello hombre con


un largo y rubio cabello blanquecino y labios llenos como modelo de revista.
Levanta su cerveza y me guiña un ojo, y veo a Devlin dispararle una mirada de
advertencia.

Me encanta cómo es protector conmigo, incluso con sus propios hermanos.


Supongo que habito algo así como un extraño espacio como una mujer que pasa el
rato con estos chicos por primera vez. Mi condición de hermana de Juliet, huésped
del Club, y compañera elegida de Devlin no me hacen un trasero dulce, pero
ciertamente no una dama. No estoy segura si una palabra existe para lo que soy
para estos chicos. Tal vez, si estoy siendo honesta conmigo, esa palabra es
simplemente “desconocida”.
—Este viejo excéntrico es Otis —continúa Juliet mientras pasamos al hombre
más viejo del lugar.

—Bueno, no son ustedes dos un espectáculo. —Curva alrededor de un bocado


de hamburguesa—. Le hace bien al corazón de un anciano, verlas a ustedes dos
juntas. Me encanta un buen par de hermanas.

Presentaciones completadas, Juliet me devuelve alrededor del círculo. Packer


ha reunido unos cuantos platos llenos de barbacoa, y me doy cuenta de lo
hambrienta que estoy.

—Aquí tienes. —Él sonríe, entregándome un plato cargado—. Éntrale, chica.

—Bienvenida al Circle of Death —sonríe Juliet, tintineando su botella de


cerveza contra la mía.

—Pero en realidad no estoy... en el círculo, ¿verdad? —le pregunto a Devlin


con voz baja.

—Por la semana lo estás —dice, poniendo una mano en la parte baja de mi


espalda—. Así que relájate, cariño. Confía en mí, sabemos pasar un buen rato por
aquí. 84
Me siento con mi delicioso plato de comida, mi cerveza fría, el magnífico
hombre que ha tomado el gusto por mí, mi hermana y su marido. Es como si
hubiera entrado en alguna versión bizarra de mi vida donde este tipo de cosas es la
norma. No hay nada que hacer, que rodar con ello, supongo.

Incluso sin un yate cargado de jóvenes bonitas, los hombres del Circle of Death
saben pasar un buen rato. Corren a través de historias de sus aventuras en la
carretera (tanto legales como ilegales), se lanzan insultos el uno al otro, toman
cerveza y whisky como agua, y suben el rock pesado mientras la noche continúa.
Unos culos dulces han sido traídos al paseo para mantener la compañía de los
miembros de MC, disparándome miradas escépticas y francamente hostiles
mientras me siento junto a Devlin. Si cada culo dulce está esperando convertirse en
la dama de un miembro, mi presencia junto a la joya de la corona del MC no debe
ser muy bienvenida.

Pero incluso si yo quisiera estar en cualquier parte excepto en el lado de Devlin,


él no lo permitiría. Si uno de nosotros se mueve un centímetro, el otro lo sigue. Es
como si nuestros cuerpos hubieran sido calibrados, sincronizados entre sí. Nunca
he experimentado algo parecido. Mis pensamientos siguen remontándose hasta el
dormitorio de Devlin mientras me pregunto cómo esa sensación de unión se
traduciría en una situación más... íntima. Tengo que apretar mis muslos juntos para
contener mi necesidad palpitante, solo de pensar en ello.
Juliet se alza felizmente en el regazo de Packer, trabando los labios con su
marido. No pueden mantenerse alejados por un segundo. Tan triste como estoy de
haberme perdido la boda de mi hermana, aunque pequeña, no puedo dejar de estar
feliz por ella. Todavía hay mucho en lo que debemos trabajar, pero de todos modos
es mi hermana. Ella ha encontrado una manera de disfrutar de su vida, y un
hombre con quien compartir esa felicidad. Puedo decir por la forma en que Packer
mira a Juliet cuan profundamente la ama. Todos deberíamos tener tanta suerte de
encontrar a un tipo que nos mire de esa manera.

Pero justo cuando se me ocurre ese pensamiento, siento que la mirada de


Devlin se balancea en mi dirección. Alzando mis ojos para encontrarme con los
suyos, me quedo sin aliento por la intensidad que encuentro allí. Él fija su mirada
en mi rostro, y es como si el resto del mundo ni siquiera existiera para él. Tal vez he
encontrado a alguien que se preocupa por mí de la manera que merezco. Pero ¿es
realmente atención y admiración lo que Devlin siente por mí, o simplemente
lujuria?

Mientras pasa una mano por mi espalda, tengo que admitir que no me importa
mucho, de cualquier manera. La sensación se apodera de mi espina dorsal ante su
toque, que irradia a cada centímetro de mi cuerpo. Si la fascinación de Devlin
conmigo está destinada a ser de corta duración o eterna, no hará una diferencia esta
noche. Esta noche, solamente me interesa una cosa: demostrarle a Devlin que estoy 85
dispuesta a ceder ante él, como quiere que lo haga. Él y Juliet me han dicho, a su
manera, que no puedo tomar lo que tiene reservado para mí. Tengo que
demostrarles, y a mí misma, que puedo tomarlo. Quiero. Pero más que eso,
necesito.

A medianoche, me siento perfectamente en casa entre estos chicos malos del


MC. Probablemente estaría un poco menos cómoda si su presidente no me cuidara,
asegurándose de que ningún otro hombre intentara arrebatarme. Puedo decir que el
resto de los hermanos de Devlin no están para joderlos. Incluso los más tímidos de
ellos podrían causar graves daños si son provocados.

—Todo esto está bien aquí, pero podría hacer algo. Vamos... al casino —
sugiere Devlin, gritando por encima de la música.

—Oh —le contesto, intrigada pero mucho más ansiosa de regresar


directamente a su habitación—. Sí. Está bien. Eso suena bien.

—Tengo que pedir prestada a tu hermana —le dice Devlin a Juliet, cuyos
labios están fijados permanentemente en los de Packer.

—¿Para qué? —pregunta Juliet, levantándose. Suena más que un poco


sospechosa acerca de las intenciones de Devlin.
—Alguien tiene que soplar en mis dados —responde Devlin, sonriendo
mientras serpentea un brazo alrededor de mi cintura.

Juliet estrecha sus ojos marrones hacia él. —¿Entonces no te importa si Packer
y yo vamos?

Siento una punzada de molestia por ella tratando de descarrilar mi partida con
Devlin.

—Antes de partir, quiero tomar un trago más con mi hermana —digo,


agarrando la mano de Juliet y tirando de ella fuera del regazo de Packer—. Vamos,
Jules.

Casi irrumpo hacia el bar de aspecto rústico, dejando a los chicos de MC detrás
para poder tener una palabra con mi hermana fugitiva. El camarero nos
proporciona dos tragos profundos, y bajo el mío sin una palabra a Juliet. Ella hace
lo mismo, secándose los labios con el dorso de su mano. El poco de whisky me ha
dado el coraje que necesito para enfrentarme a ella. Nunca he sido muy buena para
pararme ante Juliet.

—Devlin y yo no necesitamos una chaperona —le digo, cortando por lo sano—


. Este tipo de cosas puede haber estado bien cuando tenía catorce años y fui a mi 86
primera cita, pero soy una mujer adulta. Necesito que me den mi espacio.

—Puede que Devlin no necesite una chaperona —replica ella—, pero tú sí. Has
estado aquí por un día, y ya crees que entiendes cómo funcionan las mentes de
estos chicos. Noticia de última hora, pequeña hermana: no tienes ni idea.

—Y nunca voy a tener una pista si sigues tratando de cuidarme —le


respondo—. Perdiste tu tarjeta protectora de hermana mayor cuando me
abandonaste para esta vida. No puedes empezar a actuar como una ahora.

—Siempre seré tu hermana mayor —me dice, estirándose para poner una
delgada mano en mi brazo—. Te guste o no.

—Por favor, déjame ver cómo sale esta cosa con Devlin —le suplico—. Nunca
había conocido a un hombre como él antes, Juliet.

—Eso es porque no hay otro hombre como Devlin Vile —dice ella, sacudiendo
la cabeza—. No puedes estar preparada para lo que él podría hacerte, porque no
hay nadie por ahí que podría haberte preparado para él.

—Ese es mi riesgo —le digo finalmente.


Y aunque ella no dice otra palabra, puedo ver la comprensión floreciendo en
sus ojos marrones. Sabe todo sobre tomar riesgos, después de todo. Y ella también
sabe que a veces los mayores riesgos; huir de una mala situación para lo
desconocido, poner su confianza en las manos de otra persona, son los que
simplemente tienes que tomar si alguna vez vas a encontrar tu felicidad. Es ese
conocimiento compartido, creo que finalmente la hace retroceder. Resuelto que
finalmente está dispuesta a dejarme ir, me giro sobre mis talones y tomo una
respiración profunda, haciendo mi camino a donde Devlin Vile se encuentra,
esperando.

—¿Todo bien? —pregunta, deslizando un brazo musculoso sobre mis hombros.

—Todo genial —le respondo, inclinándome hacia él mientras me aleja del


fuego. En cuestión de momentos, los árboles nos tragan, la escena de la hoguera se
desvanece detrás de nosotros. Miro a Devlin mientras nos encontramos solos otra
vez—. Solo seremos los dos en el casino después de todo.

—Eso es bueno —gruñe, su mano corriendo a lo largo de mí—. Porque no te


voy a llevar al casino, Logan.

Aspiro una respiración mientras gira rápidamente, presionándome fuerte


contra el tronco de un grueso árbol, antiguo. Él me clava allí con sus poderosas 87
caderas, sus ojos oscuros perforando en mí intensamente. Envuelvo mis brazos
alrededor de sus hombros, la intensidad de su mirada haciendo que la sangre en mis
venas corra como loca. Devlin me coge las muñecas con una mano firme y las atrae
sobre mi cabeza. Mi cuerpo está abierto para él, listo para él, mientras trae su boca
a la mía.

Estoy temblando cuando su lengua roza y llena mi boca, su mano libre


explorando cada curva e inclinación de mi forma. Sé muy bien que tengo que jugar
bien mis cartas, aquí. Si quiero que Devlin me lleve a la cama, y ah, cómo deseo
eso, tiene que saber que estoy dispuesta a soltar las riendas. Lista para que él tome
la iniciativa, completamente.

Me relajo en su ardiente abrazo, arqueando mi espalda mientras él toma mis


firmes pechos, apenas contenidos por el corsé de cuero negro. Devlin puede
sentirme entregándome a él, y sus atenciones se hacen aún más serias. Su polla está
tiesa y palpita contra mí mientras lleva sus labios a mi pecho, besando a lo largo de
la hinchazón de mi escote.

Mis gemidos son arrastrados por la pulsante música rock a todo volumen a
nuestro alrededor. Me alegro de estar escondida en las sombras del bosque mientras
Devlin cierra sus dientes alrededor de la cuerda sosteniendo cerrado el frente de mi
corsé, tirando ferozmente. Mis pechos salen de su jaula de cuero, y Devlin bebe a la
vista de mi carne expuesta. Deja que mis brazos caigan alrededor de sus hombros
mientras él lleva ambas manos a mis pechos, bajando sus labios a mis duros y
tiernos pezones.

—Dev... —gimo, mientras toma uno de esos picos rosados entre sus labios.
Pulsante necesidad atraviesa mi corazón mientras chupa y besa mis pezones,
amasando mis pechos con sus manos capaces. Jadeo mientras muerde, apenas lo
suficiente, enviando una sacudida de dolor delicioso bailando a lo largo de mis
nervios. Con cada segundo que él pasa satisfaciéndome, puedo sentir su miembro
asombroso cada vez más duro, cada vez más listo para mí.

—Quiero tenerte aquí mismo —gruñe, su aliento caliente en mi cuello—.


¿Quieres que te tome, Logan? ¿Aquí y ahora?

Levanto mis ojos a los suyos. Las palabras que quiero decir se evaporan bajo el
calor ardiente de su mirada. En algún lugar dentro de mí, puedo sentir algo
cambiando, bloqueando resueltamente en su lugar. Por primera vez en mi vida,
todo lo que honestamente quiero es entregarme a este hombre. No hay nada falso
ni forzado sobre mi afán de dejarme ir. Le digo la verdad.

—Quiero que me tomes donde quieras, cuando quieras —digo con voz suave—
. Quiero que tengas tu camino conmigo, Dev. Haz lo que quieras conmigo. Por 88
favor.

Sus ojos ardientes brillan con energía lujuriosa. Una amplia y magnífica sonrisa
brota del rostro de Devlin mientras toma mi barbilla en su mano firme.

—Esa es la cosa más sexy que he escuchado en mi vida —dice, su voz grave de
necesidad—. No eres como ninguna mujer que haya conocido, Logan. ¿Sabes eso?

—¿Cómo soy diferente? —le pregunto, pasando mis manos por su corto y
oscuro cabello.

—No sé cómo explicártelo —dice, sacudiendo la cabeza—. Pero puedo


asegurarte como el infierno que te lo puedo mostrar.
Capítulo 12
Volamos a través del oscuro, denso bosque, a través del caos girando en el
casino de El Club. Con cada paso, cada momento pasando, otro pedacito del
mundo exterior cae alejándose. Para cuando regresamos a la espaciosa habitación
de Devlin, cerrando la puerta detrás de nosotros, es como si fuéramos las últimas
dos personas en la tierra. Esta habitación también puede ser el mundo entero, todo
lo que nos interesa o importa.

Camino hacia el centro del dormitorio mientras Devlin cierra de golpe la puerta
del lugar. Esa última, ensordecedora grieta envía un estremecimiento de
anticipación por mi espina dorsal. Nos enfrentamos a través de la amplia
habitación, pero se siente como si hubiéramos estado esperando por esto durante
toda nuestra vida. Y de alguna manera, tal vez lo hacemos.

—Vas a hacer exactamente lo que diga, ahora —me dice Devlin, su voz
rastrillando a lo largo de la parte inferior de su registro—. ¿Me escuchas?
89
—Sí —Respiro—, puedo hacer eso. Cualquier cosa que digas, Dev.

—Buena chica. —Sonríe.

Meto un mechón de cabello detrás de la oreja, sintiéndome repentinamente


joven e inexperta bajo su feroz mirada. Nerviosa, doy un paso hacia él.

—No —dice firmemente—. Quédate justo donde estás.

Me detengo en seco. Cada nervio está atento a su siguiente orden. Esa


conexión sincronizada que floreció entre nosotros cuando nos sentamos junto al
fuego está marcada hasta mil. Esta cercanía es diferente a cualquier cosa que he
experimentado con otro hombre antes. Pero de alguna manera, no es abrumador.
No es aterrador. Es… empoderamiento, de alguna manera.

—Desnúdate para mí —dice, sus inquebrantables ojos oscuros—. Ve lento.

Tengo que luchar para evitar que mis excitados dedos se muevan demasiado
rápido mientras tomo los cordones del corsé como sujetador. Cálmate, solo
cálmate… me entreno, tirando suavemente los cordones. Poco a poco, la parte
superior se afloja. Mantengo los ojos en Devlin mientras la apretada prenda de
cuero finalmente cae, mis pechos saliendo para que él los vea. Mis hombros
retroceden mientras estoy de pie medio desnuda ante él. Su extasiada mirada me
llena de una sensación de valor. No es que todas las mujeres puedan mantener su
atención así, Juliet lo dijo. A pesar que es el único tomando las decisiones, soy la
que siente más poderosa en el segundo.

—Ahora la falda —exhorta.

Puedo ver el largo contorno de su miembro duro como roca desde el otro lado
de la habitación. Tan lentamente como puedo aguantar, engancho los pulgares en
la cintura de la pequeña falda. Centímetro a centímetro, libero la prenda sobre el
nacimiento de mi culo, las bien formadas caderas, los fuertes muslos. Con un
susurro, la falda caer alrededor de mis pies. Me enderezo, de pie ante Devlin en
nada más que una pequeña tanga negra.

Él esta enraizado al suelo, bebiéndome. Puedo decir que quiere romper a través
de la habitación, arrojarme a la cama, y tener su camino conmigo. Todo su cuerpo
está tenso y listo, pulsando por su deseo por mí. Pero también sé que no hará eso.
Él es demasiado fuerte y no ha terminado de probarme todavía.

—Ponte sobre tus manos y rodillas —me dice—, y gatea hasta mi cama.

Suspiro profundamente ante su orden. Hay algo tan primitivo, tan básico sobre
lo que me ha pedido. Nunca he hecho algo como esto para un hombre; ningún 90
hombre lo ha pedido. Pero entonces, Devlin no es cualquier hombre.

Con un estruendoso corazón, lentamente bajo a mis rodillas, en el centro de la


cavernosa y lujosa habitación, me arrodillo delante de Devlin Vile. Espero sentirme
avergonzada, sometiéndome a sus caprichos. Pero en su lugar solo me siento…
excitada. Iluminada. Me forzó a seguir, plantando las manos sobre el suave y duro
piso de madera. Cuanto más me muevo poco a poco hacia la carnalidad pura, más
sexy y fuerte me siento.

Una salvaje, perversa sonrisa se extiende a través de mi rostro mientras


balanceo el cuerpo hacia la cama. Arrastrándome en cuatro patas, puedo sentir los
ojos de Devlin rasgando a través de mi piel desnuda, ardiendo con feroz necesidad.
Mi cuerpo se relaja en esta sumisa felicidad, mi autoconciencia cayendo como una
segunda piel. Estiro mi columna vertebral, arrastrándome sobre la gigante cama de
Devlin. El colchón es firme debajo de mí, absolutamente lo mejor para lo que él ha
planeado, estoy segura.

Me vuelvo hacia Devlin, esperando instrucciones. Pero no concede otra


anhelada orden. No todavía. Lentamente, deliberadamente, da un paso hacia mí
por fin. Luego otro. Y otro. Cada pisada me golpea como una onda expansiva
cuando aterriza. Con reverencia, desliza de su chaleco del Circle of Death,
colocándolo sobre la cómoda como un caballero colocando abajo la espada. El
símbolo del club destaca en la oscura habitación blanca contra el brillante cuero
negro. El cuerpo de Devlin está prácticamente estallando a través de las capas de
tela que lo envuelven cuando se pone de pie frente a mí. Me hundo de regreso sobre
los talones, manos plantadas firmemente en la cama.

—Quieres que te folle —dice. No es una pregunta.

—Sí —Inhalo—, quiero que me folles, tan mal.

—Siéntate en el borde de la cama —me dice—, y abre las piernas. Ve. Lento.

Mi cuerpo duele por saltar, lanzarse sobre él. Pero mi mente y el autocontrol
ganan el día una vez más. Desdoblo las largas piernas y las bajo sobre el lado de la
cama, plantando los pies sobre el piso de madera. Las rodillas se separan mientras
me inclino hacia atrás en mis antebrazos, mirando hacia el esculpido y serio rostro
de Devlin.

—Más. —Devlin respira, poniéndose de pie entre mis piernas extendidas.

Las rodillas comienzan a temblar mientras las abro aún más, mi pulsante y
dolorido sexo apenas ocultó por la pequeña tanga. Y estoy húmeda, la intensidad
de su atención más que suficiente para encenderme.

—Eso está bien —dice, suspendiendo sus fuertes manos hacia mí, por fin.
91
Maldigo, podría correrme al segundo que sus dedos se balanceen contra mi
piel. Un estremecimiento se agita a través de mi centro cuando él roza a lo largo de
mis muslos, hundiéndose de rodillas entre mis piernas.

—Tranquila, nena. —Sonríe, plantando sus manos en mis tonificados muslos—


. Apenas te he tocado.

—Solo… no puedo creer conseguí estar contigo —susurro, mientras sus dedos
suben lentamente por mi piel—. No puedo creer que me desees así.

Sus manos se detienen en su ascenso, su agarre se aprieta. —No solo te deseo,


Logan —dice ferozmente—. Quiero tenerte. Mantenerte. Quiero darte todo.

—¿Todo? —Suspiro—. ¿Cómo… que?

—Recuéstate. —Sonríe—. Y lo verás.

Bajo hacia la enorme cama, extendiéndome abierta para Devlin cuando lo


hago. En este momento, confió en el con todas las fibras de mi ser. Soy suya para
hacer lo que desee, y nunca me he sentido más segura en mi vida.
Devlin se encoge saliendo de su camiseta, revelando su marcado torso para mí
una vez más. Sus músculos ondulan con cada minúsculo movimiento cuando
desliza los dedos debajo de la banda de mi tanga y la aparta en un rápido
movimiento. Un bajo, gutural gemido escapa de sus labios a la vista de mi coño,
abierto ante él, mis pechos subiendo y bajando con cada acelerado aliento, mi
cabello negro extendido debajo de mí a través de su cama.

—Eres jodidamente hermosa, Logan —gruñe, inclinándose sobre mi


tembloroso cuerpo.

Antes que pueda formar una sola palabra coherente, siento dos firmes dedos
presionando contra mi resbaladizo sexo. Dejo escapar un largo, agudo gemido
mientras el traza mi longitud, deslizando el otro brazo alrededor de la parte baja de
la espalda. Me atrae hacia él mientras sus dedos memorizan cada centímetro de la
rosada y sedosa carne, profundizando a cada paso. Mi espalda se arquea cuando
finalmente desliza esos gruesos, magistrales dedos firmemente dentro de mí,
flexionando contra ese tierno punto justo detrás del ombligo. Un duro pulso de
placer fluye de mi cuerpo cuando sus dedos chocan con mi punto g. ¿Cómo puede
ya saber exactamente cómo tocarme?

Lleva sus labios a mis pechos, besando y tirando de los pezones con los dientes.
Las ondas de sensación chocan a través de mi centro mientras pulsa sus dedos 92
profundamente dentro de mí. Agarro puñados de ropa de cama cuando su pulgar
encuentra mi duro y dolorido clítoris. Rota largos y deliciosos círculos alrededor de
ese sensible nudo, y mis ojos se hacen mierda cuando el éxtasis se acerca a su
crescendo. Puedo sentirlo en todas partes, su boca y manos trabajándome hacia un
eufórico frenesí.

Con una última deliciosa mordedura del pezón, baja su boca hasta mi coño
finalmente. Presionando los muslos hacia arriba y los abre con sus firmes manos,
mueve la mirada hacia arriba para encontrar la mía. La visión de él allí, listo ante
mi húmedo, desnudo sexo, casi me envía sobre el borde. Y eso es antes de que
incluso me haya tocado. Puedo sentir su aliento contra esa superficialidad, y mi
clítoris grita por su toque.

Una sonrisa se extiende por sus labios, haciendo que sus rasgos sean incluso
más perfectos. Trae esa magistral boca llena a mi sexo, lamiendo a lo largo de mi
abertura. Abro la boca con cada maravilla sin palabras mientras me acaricia con la
lengua, separado la sedosa carne con cada vuelta contemplándome distraídamente.
Se centra en mi duro, tierno clítoris, sacudiéndolo y amasándolo con la punta de su
hábil lengua. Grito mientras me envía hacia el borde, mis rodillas temblando
incontrolablemente.
—Vas a correrte para mí —gruñe, ahorrando preciosos segundos para su
siguiente demanda—. Quiero saborearte. Córrete para mí, Logan. Ahora.

Y con un último, firme golpe de su perfecta lengua, lo hago. Dejo caer en


cascada a través de mi cuerpo, el placer que se ha acumulado hasta un punto de
fiebre dentro de mí. Desborda a través de las venas, a lo largo de cada nervio,
rompiendo paredes que ni siquiera sabía que existían. Me corro duro en la boca de
Devlin esperando mientras acuna mi culo en sus enormes manos. Él bebe cada
pedacito de mí, lamiendo mi placer como ambrosia. Cuando alcanzó la cima de mi
felicidad y comienzo el largo descenso hacia la tierra, miró fijamente a Devlin con
asombro.

—Dev, eso… eso fue… —tartamudeo, completamente sin saber qué hacer.

—Lo sé, nena —murmura, lamiendo el sabor de sus firmes labios—. ¿Y


adivina qué? Eso fue solo el comienzo.

Una risa aturdida se alza por mi garganta cuando Devlin se apodera de mis
caderas y me voltea sobre mi estómago. Miro por encima del hombro y miro
mientras abre la hebilla del cinturón, saliendo de sus desgastados pantalones,
colocando un condón sobre su asombrosa polla. De repente, allí está de nuevo, sin
ropa sobre ese perfecto cuerpo. Mi mirada viaja a lo largo de su variedad de 93
músculos, aterrizando finalmente sobre esa longitud palpitante entre sus piernas.
Siento a mis ojos abrirse de par en par ante la magnitud de su enorme pene. La
plena, dura expansión de ella es una maravilla para contemplar, y me encuentro
preguntándome si puedo tomarlo completamente dentro de mí. Nunca he estado
con alguien tan grande antes.

—Jesucristo, Dev —susurro, mientras se arrodilla sobre mí en la cama—. Va a


ser mi muerte.

—Oye. Hay peores maneras de irse. —Sonríe, corriendo las manos hacia abajo
a lo largo de mi columna vertebral, sobre el aumento de mi culo.

—¿Y si no puedo…? —comienzo, tratando de ocultar mi rubor de él.

—Logan —dice tomando mi barbilla en su mano y girando mi rostro hacia el


suyo. Él está empezando a mirarme atentamente, y siento que mis miedos se
apartan. Hay algo más profundo que lujuria en su mirada. Algo que sabe y cuida.
Algo que se parece mucho al verdadero afecto. —Escúchame. Fuimos construidos
el uno para el otro. ¿No puedes sentir eso? No hay nada que no podamos hacer.
¿Confías en eso? ¿Confías en mí?

—Absolutamente —digo suavemente. Y es verdad. Confió en Devlin con mi


cuerpo, mente e incluso mi corazón.
—Bien —dice, agarrando mis caderas—. Porque no soy lo suficientemente
cruel para que ninguno de los dos espere por más tiempo.

Me tira hacia arriba hasta mis manos y rodillas, y siento la hinchada punta
presionando contra mi húmeda hendidura. Tomo una profunda respiración,
estabilizándome. Toda mi vida se desvanece frente a este instante momentáneo.
Estoy lista.

Devlin se presiona en mí, separando mis rosados labios con su asombrosa


polla. Mi boca se abre cuando me llena, centímetro a centímetro, balanceándose
suavemente en mi cuerpo tembloroso. Puedo sentirme estirada para acomodar su
enormidad.

—Cristo. Estás tan apretada —gime encima de mí, sus manos apretando
alrededor de mis caderas.

Nuestros satisfechos gemidos resuenan al unísono cuando finalmente se desliza


todo el camino en mi cuerpo ansioso. Esta tan profundo, tas expansivamente
enorme, que juro que podría romper a través de mí. Pero eso es un riesgo que estoy
más que dispuesta a tomar.

Devlin retrocede y se conduce dentro de mí mientras me presiono contra él. No 94


podemos contenerlo más. Nuestros cuerpos se mueven juntos, cada vez más rápido
con cada paso. Grito mientras Devlin se siente de maravilla dentro de mí,
conduciendo su pene cada vez más profundo. Me golpeo contra él, elevada sobre la
sensación de él llenándome. Quiero tanto de él como pueda conseguir. Joder,
quiero todo.

—Me tienes justo en el borde, Logan —gruñe entre diente apretados.

—Déjame sentirte correrte dentro de mí —le suplico—. Devlin, necesito


sentirte…

—Dilo de nuevo —gruñe, acercándose a mi cuerpo y encontrando mi clítoris


una vez más.

—Córrete para mí —ruego, gritando mientras pasa sus dedos por el duro
nudo—. Por favor…

Pero mis palabras son cortadas cuando Devlin golpea dentro una última vez.
Lo siento correrse en una acelerada oleada, llenando cada centímetro de mí. Su
cuerpo se arquea sobre el mío mientras su placer chorrea en mi ansioso cuerpo.
Durante el momento más largo, estamos suspendidos juntos en un arrebatador
silencio, totalmente fuera del tiempo. Es absolutamente perfecto.
Colapsamos el uno dentro del otro, nuestros cuerpos doblándose en una
maraña de miembros. Devlin me empuja contra su jadeante pecho, y descanso mi
mejilla allí, felizmente sonriendo. Después de un hechizo, salimos de las
profundidades de nuestro feliz agotamiento, buscando aire.

—No sé cómo diablos sigues soltero, sabiendo cómo tratar a una mujer así. —
Me rio—. Me sorprende que alguien dejó que te escaparas.

—Honestamente —dice, su voz llena de asombro—. Eso no es… como las


cosas suelen ir para mí.

—¿Qué quieres decir? —pregunto, mirándolo en la luz baja.

—Bueno —comienza, dejando escapar un largo y agotado suspiro—. No sé


cómo decir esto sin que parezca como un embravecido, arrogante imbécil…

—Oh, esto debe ser bueno. —Me rio, apoyándome sobre un codo—. Continua.

—Supongo que por lo general, cuando estoy durmiendo con una chica, estoy
bastante envuelto en bajar, pasar un buen rato, y seguir adelante… —dice Devlin,
totalmente sin vergüenza.

—Ah. Un verdadero tipo de golpéalas y déjalas…. —bromeo—. Estoy


95
prácticamente extasiada.

—Oh, dame un puto descanso. —Se ríe, balanceando su poderoso cuerpo sobre
el mío y sujetándome ligeramente contra la cama—. Cuando duermes con un tipo,
¿seriamente estas invirtiendo más en su placer que en el tuyo? ¿O simplemente
intentas se sacar algo de él y estar en tu camino feliz?

Inclino la cabeza pensativamente. Devlin hace un buen punto. En el pasado,


mis experiencias sexuales básicamente ascendieron a mí girando el pulgar mientras
algún torpe chico universitario se movía alrededor durante un tiempo, esperando
llegar contra todas las extrañas probabilidades. Siempre fue una especie de tarea de
estar teniendo que subsistir. Al igual como el hilo dental, solamente que de alguna
manera menos sexy.

—Supongo que nunca me he sentido… conectada a alguien antes. No como


esto —digo suavemente, trazando un dedo a los largo de la afilada, mandíbula sin
afeitar de Devlin.

—Eso no hace dos, nena. —Sonríe, mordiendo juguetonamente mi mano—.


Cuando estoy contigo, soy como un hombre poseído. Tengo que tenerte
completamente. Darte mi todo. Todo a la vez. Y tengo que saber si estás allí
conmigo.
—Lo estaba. Lo estoy —le aseguro—. No entiendo bien, pero entregándome a
ti así… me hace sentir tan fuerte. Tan segura.

—Así que. Te gustó eso. —Sonríe, pasando una mano por mi lado—. ¿Te gustó
que te dijera que hacer?

—Realmente lo hizo —le digo, mordiendo mi labio—. ¿Eso me convierte en


una especie de bicho raro, o…?

—Te hace sexy como el demonio —me dice Devlin, resueltamente—. No


puedo decirte lo caliente que fue, teniéndote aferrada a cada palabra. Colocándote
en las malditas cuatro para mí. Teniendo una mujer como tú, poniendo mucha fe
en mí, me hace sentir como un hombre mejor, Logan.

—Y sabiendo que puedo inspirar eso en ti, la forma en que me tomas —le digo,
mi voz se suaviza—. Me hace sentir como la mujer que siempre he querido ser.

—Bueno… suertudos —dice Devlin, su voz más tranquila de lo que he


escuchado.

Trae sus labios a los míos, besándome suavemente, cuidadosamente.

No te adelantes, Farrah, me reprendo.


96
Por segunda noche, me quedo dormida envuelta en los brazos de Devlin Vile.
Y aunque he bebido más que un poco, sé que recordaré cada segundo de esta
noche. Algo está cambiando en mí, algo fundamental. No sé qué significará ese
cambio, pero sé que tengo la intención de darle la bienvenida con los brazos
abiertos.

Especialmente si conduce a más noches como está.


Capítulo 13
Las siguientes treinta y seis horas pasan rápidamente en una fiebre de
inimaginable goce erótico. Devlin y yo simplemente nos negamos a dejar nuestra
suite. Nos tomamos el uno al otro tantas veces, en tantas maneras, que el día se
esfumó en un incesante holgorio de hacer el amor. Ya me había arrojado a mí
misma a Devlin más de lo que capazmente manejable, después de todo. Podía
también ver todas las maravillosas cosas que esas manos pueden hacerme.

Nos movemos continuamente entre apasionadas folladas, pacífico sueño ligero,


y la ocasional ronda de excelente servicio a la habitación. Todo el rato, nos
asistimos con la reserva personal de fino whisky de Devlin. Incluso cuando
tratamos de detenernos para tomar una ducha y limpiarnos, terminé encajada a los
azulejos, montando el perfecto y jabonoso cuerpo de Devlin hasta que ambos lo
perdíamos.

Todo sea dicho, son los días de acostarse de mi vida entera.


97
No es hasta la mañana de mi tercer día entero en la isla que nos dignamos a
salir de nuestro nido de amor. Para ser sincera, ambos estamos fuertemente
necesitados de un poco de luz solar y podría ser bueno para el Circle of Death saber
que su presidente está aún vivo y coleando.

Nos pusimos algunas ropas casuales, sonriendo como lunáticos todo el tiempo.
Elijo una camiseta blanca lisa y vaqueros cortados corto para el día, mientras
Devlin se decide por unos pantalones de algodón negros y una camisa de franela.
Decidimos pasar el día explorando la inmensa isla, así que ambos nos ponemos
unas botas de caminata, también.

Terminado un servicio de habitación de desayuno con tostadas con mucha


mantequilla, huevos revueltos, tocino, y café exquisito, estudio mi nuevo
compañero de cama con impresión reverencial. Compartimos el asiento de la
ventana, mirando afuera sobre el maravilloso Atlántico y el bosque esparcido todo
alrededor. Devlin me siente mirándolo y amplía sus ojos en horror falso.

—¿Qué? —pregunta él—. ¿Tengo algo de huevo en mi cara o algo?

—No. —Me rio, sirviendo otro poco de crema en mi café—. Yo solo... no


puedo creer completamente que esto está pasándome, eso es todo.
—¿Por qué es eso? —pregunta él—. Además del hecho de que la historia de
nuestro encuentro fortuito fue un poco, ya sabes, inusual.

—Supongo que solo no estoy acostumbrada a ser así... de feliz —admito,


elevando mis ojos a los suyos—. He pasado mucho de mi vida estando enojada.
Sobre Juliet, sobre cómo nos criaron mis padres, sobre nunca sentirme suficiente
para nadie. Pero estos últimos días, es loco, solo no puedo realmente interesarme
sobre nada de eso.

—Eso es lo que una buena acostada haría por ti —guiña Devlin, tomando una
gran mordida de la tostada.

—Es en serio, Dev. —Me rio, empujándolo juguetonamente—. Creo que


realmente eres bueno para mí, tú loco hijo de perra.

—Que bueno que pienses eso —responde él, posando una mano sobre mi
rodilla—, porque estoy comenzando a sospechar que eres la mejor jodida cosa que
alguna vez me haya pasado. Pero no lo dejes subir a tu cabeza o algo, cariño.
Podría ser solo este condenadamente delicioso tocino hablando.

—Estoy segura de que lo es. —Sonrío, reuniendo mi cabello en una cola de


caballo alta—. ¿Qué dices, quieres recorrer el camino? 98
—Seguro —responde Dev—. Solo déjame juntar mi mierda.

Empujo mis rodillas contra mi pecho, mirándolo distraídamente mientras


Devlin reúne sus suministros para nuestro día de caminata. Él echa varias cosas en
una estropeada y antigua mochila y cruza el dormitorio hasta la caja fuerte,
golpeando el código y abriéndola. Levanto una ceja a sus espaldas. ¿Qué objeto de
valor pretende llevar a nuestra pequeña jornada? Pero mi estómago se voltea sobre
sí mismo cuando veo lo que Devlin saca de la caja fuerte.

—¿Q-qué es eso? —pregunto, aunque lo sé muy bien.

Devlin mira abajo al revolver que sacó de la caja fuerte. Él lo empuja en la


parte trasera de sus vaqueros, mirándome burlonamente. —Es mi pistola —dice él
indiferentemente—. Solo por si acaso.

—¿Por si acaso qué? —pregunto—. ¿Vas a tratar de derribar un oso o algo


mientras estemos de un lado para el otro?

—¿Tienes algún problema con que lleve un arma? —pregunta Devlin, la


molestia pintándose en su voz—. Porque no es exactamente negociable para mí,
Logan.
—Es eso entonces —digo decididamente, cruzando mis brazos.

—Apuesta tu trasero a que haré eso —dice acaloradamente—. No estoy libre


de enemigos, cariño. Caminar por ahí desarmado no es una opción para mí.

—Eso hace el vagar a través del bosque contigo un poco menos atractivo, tengo
que admitirlo —le digo honestamente.

—¿En serio? —se burla él, bastante áspero.

—¿No tengo permitido interesarme en el hecho de que estés arrastrando por ahí
una máquina de matar? —presiono.

—Lo que no tienes permitido hacer es volverte loca por completo al segundo en
que capturas el más ligero vistazo de mi vida real —dispara de regreso—. Me
conociste en mis jodidas vacaciones, Logan. Este lugar, El Club, este es un
descanso para mí y los chicos. La vida real de MC no es sobre servicio de
habitación y días de spa. Es rudo, y es feo, y no es para un débil de corazón.

—¿Eso es lo que crees que soy? —pregunto, herida por sus crueles palabras—.
¿Débil de corazón?

—Tú dime —dice él, su mandíbula apretada—. ¿Vas a correr aterrada al


99
segundo en la mierda se vuelva real a mi alrededor?

—Yo... Yo no lo haré... —tartamudeo. Honestamente, ni siquiera pensé sobre


lo que yo haría cuando acabara este fin de semana. Cuando tenga la oportunidad
de regresar a Boston, a mi vida real y a mi nuevo empleo. No puedo imaginarme
volteando y alejándome de Devlin... pero ciertamente tampoco puedo imaginarme
saltando sobre su Harley y manejar hasta el atardecer.

—Mierda —dice Devlin, empujando una mano a través de su cabello negro—.


Esto es mucho para ti ahora mismo. Gritarte no va a ayudar.

—Está bien —lo tranquilizo, abrazando mis rodillas—. Esta cosa entera solo...
es tan nuevo. Y tan grande. Solo necesito un poco de tiempo para descubrir lo que
pienso sobre todo esto. Lo que siento.

—Sí. Seguro —dice Devlin, su sonrisa apretada y no convincente del todo—.


¿Sabes qué? Solo no lidiemos con la charla grande e importante ahora mismo. Es
demasiado temprano para la mierda emocional. Solo salgamos a conseguir aire
fresco, y olvidémonos de eso por ahora.

—Suena bien para mí —respondo, apresurándome para juntar mis propias


cosas. Espero que él no pueda sentir el pequeño rayo de tensión deslizándose a
través de mi cuerpo en el despertar de nuestras acaloradas palabras. Pero ahora que
la pregunta está abierta, no sé si seré capaz de sacarla de mi mente. Porque en
varios cortos días, realmente tendré que tomar una decisión, ¿me quedo, o me voy?

El aire salado espolvoreado de pino no hace maravillas por mi espíritu, lo


voltea. Devlin y yo nos deslizamos fuera de las pesadas puertas frontales de El Club
y nos dirigimos juntos hacia el bosque. En cuestión de minutos, es como si la
civilización misma ha dejado de existir. La única evidencia de vida humana aquí
afuera en el bosque es la vista siempre presente de la torre de seguridad de El Club.
Aparte de eso, estamos solos por completo.

Respiro profundo, fresca brisa en mis pulmones, dejando que la vigorizante


caminata ablande mi mente llena de problemas. En los días anteriores, he estado
tan envuelta en la abrumadora maravilla que es Devlin Vile que puse mi vida real
totalmente fuera de mi mente. Pero ver a Devlin con esa arma llevó a todas mis
100
obligaciones y responsabilidades a elevarse de regreso en mi cerebro. Solo estoy
aquí fuera sobre esta roca para reunir información sobre El Club, y Devlin y sus
hermanos para mi historia. Todo este tiempo, no he conseguido nada más que un
spa sucio, trabajando sobre un ángulo para mi pieza de FootSolider. La culpa y el
auto-odio repta a través de mi mente mientras caminamos más profundo dentro del
bosque. ¿Cómo podré ser alguna vez capaz de escribir una palabra sobre Devlin, el
club de motociclista Circle of Death, o incluso El Club, después de todo lo que pasó
esta semana? ¿Cómo seré capaz de alejarme y volver a mi vida real?

Y si soy honesta conmigo misma... ¿realmente quiero hacerlo?

El sonido de elevadas voces roncas me distrae de mis reflexiones. Adelante,


Devlin volteó su rostro hacia el ruido, levantando una mano hacia mí. Detengo mis
pasos, mirando mientras sus cejas se alzan. En un latido, su cuerpo se pone rígido y
en alerta, cada músculo suyo tenso. Noto que él está listo para una pelea. Y en
lugar de querer huir, me encuentro extrañamente hipnotizada por su
transformación. Quiero estar a su lado para ver qué pasa después, incluso saltar
dentro de la pelea, si él me necesita. Haría cualquier cosa por Devlin, me doy
cuenta.

Ahora hay un jodido pensamiento atemorizante, justo allí.


Justo cuando parece como si Devlin va a saltar en la acción, el sonido de la
distintiva risa estridente de Packer suena a través del bosque. A la vez, Devlin y yo
nos relajamos. Él toma mi mano y me dirige fuera del camino, directo hacia las
bulliciosas voces. Caminamos fuera del bosque y nos encontramos de pie sobre una
baja playa rocosa. Y allí frente a nosotros, en toda su gloria, está el resto de Circle
of Death.

—¿Qué están haciendo ustedes, malditos, teniendo una fiesta de playa sin
nosotros? —ruge Devlin, fingiendo indignación mientras nos aproximamos hacia el
medio de sus hermanos.

—¡Allí están! —grita Packer desde el oleaje—. Pensamos que habían huido en
la noche o algo.

—Nosotros seguro lo hicimos —dice Juliet, espiando alrededor del corpulento


cuerpo de su esposo. Siento a mi hermana estudiándome atentamente, y me
sonrojo a la vez. Estoy segura de que ella puede ver exactamente lo que Devlin y yo
hemos estado haciendo todo este tiempo. Pero suficientemente extraño, no parece
como si lo desaprobara.

—Llegaron justo a tiempo para algo de comida —dice Xan desde la soleada
roca que él colonizó. 101
—Brutus tiene hamburguesas y salchichas en la parrilla —añade Leon,
pasándole a Lobo otra cerveza de la hielera.

—¿Dónde han estado niños, de cualquier forma? —pregunta Otis, desde su


lugar supervisando a Brutus en la parrilla.

—Vamos. No en frente de los niños. —Devlin sonríe, asintiendo hacia Chip y


Dean. Los dos miembros más jóvenes del MC están lanzando una pelota de fútbol
en el oleaje, pero abandonan su juego inmediatamente en el rostro de nervadura de
Devlin.

—¿Quieres una cerveza, cariño? —me dice Lobo. Estoy sorprendida porque se
dirige directamente a mí. Hasta ahora, los hermanos se han comunicado conmigo
casi estrictamente a través de Devlin.

—Me encantaría una —digo, felizmente aceptando la botella.

—Oye Dev, déjame conseguir tu oído por un segundo —dice Packer,


acercándose hacia nosotros desde el oleaje.

Packer guía a Devlin alejándose varios pasos, y volteo para inspeccionar la feliz
escena. Estoy menos que sorprendida de encontrar a Juliet esperando a mi lado, las
manos plantadas sobre sus caderas vestidas de bikini. No puedo evitar más que
mirar abajo hacia su perfectamente bronceado cuerpo un poco envidiosa mientras
ella se para allí. Mamá siempre fue rápida en elogiar la esbelta figura de Juliet sobre
mi más curvilíneo cuerpo. Esos viejos celos son difíciles de olvidar. Mi hermana
ladea su cabeza hacia mí, una media sonrisa torciendo sus labios.

—No voy a preguntarte por un paso-por-paso —me dice ella claramente,


exprimiendo su largo cabello negro—. Te sonrojas demasiado fácil de cualquier
forma. Pero sería un fracaso de hermana mayor si no preguntara... ¿cómo estuvo?

—Más increíble de lo que posiblemente pudiera decirte —digo, impresionada


sobre cuán fácil es hablar con mi hermana.

—Eso es bueno. —Ella sonríe, dándome una juguetona palmada en el


trasero—. Parecía como si pudieras necesitar una buena follada. O veinte.
Además, han sido dos noches enteras y él aún te mantiene alrededor. Tú debes
realmente importar, pequeña hermana. Supongo que las habilidades increíbles en el
dormitorio corren en la familia.

—No le digas a mamá. —Guiño.

Juliet ríe, imaginando el horror de nuestra madre si ella pudiera ver a sus niñas 102
ahora. Por primera vez desde que llegué a esta isla y muy literalmente me encontré
con mi hermana, me siento como si estamos en el mismo equipo de nuevo. O al
menos, que estamos yendo allí.

—Parece como que te sobreestimé, Logan —dice Juliet, deslizando un brazo


alrededor de mi cintura—. Pensarías que yo lo sabría mejor en esta altura. ¿Crees
que puedes perdonarme?

—Esa es una clase de hazaña —le recuerdo.

—Bueno. Considéralo, de todas formas —dice ella, su sonrisa debilitándose


solo una sombra—. Solo disfrutemos el día, ¿eh?

Afortunadamente, decidí usar un traje de baño bajo mis ropas de caminata,


solo en caso de que Devlin y yo gustáramos de una zambullida en algún punto.
Levanto mis capas externas, deshaciéndome de mi camiseta y pantalones cortos
sobre la rocosa costa. Estoy un poco nerviosa al principio por estar tan escasamente
vestida entre los hermanos moteros de Dev, pero ellos no parecen lo más mínimos
interesado por mí. Supongo que el mensaje de Devlin que estoy demostradamente
conseguida funcionó fuerte y claro. Además, los sujetos tienen bastantes dulces
traseros alrededor para entretenerlos, sin mencionar las otras chicas que trabajan en
la isla. Ellos ciertamente no quieren atención femenina.
Juliet enlaza sus dedos con los míos y me jala hacia el agua. Irrumpimos en el
oleaje sujetadas de las manos, lloriqueando cuando el agua fría nos empapa. En ese
momento, es casi como si nada hubiera pasado entre nosotras. Como si fuéramos
las mismas pequeñas niñas que jugaban en la playa en las vacaciones familiares en
Cape Cod. Esto me pasa por la cabeza, salpicando alrededor en el mar con Juliet,
que podríamos ser esas pequeñas niñas de nuevo. O al menos las versiones
crecidas. Ella prácticamente me invita de regreso a su vida, todo lo que necesito
hacer es aceptar su invitación.

Podría tener a mi hermana de regreso. Y todo lo que tengo que hacer es abrazar
esta familia que ella encontró. No puedo decir que no es una oferta tentadora.

Mientras emerjo fuera del agua fría, localizo a Devlin y Packer dando zancadas
de regreso hacia la rocosa playa. Preocupación aprieta mis nervios mientras noto
una nublada mirada en el rostro de Dev. Juliet frunce el ceño mientras nota el
semblante similarmente inquieto de Packer. Mi hermana y yo intercambiamos
mirada e inmediatamente tomamos nuestro camino hacia la costa. Es increíble,
cuan rápidamente nuestra línea de telepatía ha regresado. Pero es hermandad,
supongo.

—¿Qué pasa, bebé? —le dice Juliet a Packer, depositando una mano sobre su
ancho hombro. 103
—Un poco de persistentes negocios que solo no quieren morir —dice Packer,
sin sonreír.

—¿Todo bien, entonces? —le pregunto a Devlin, tomando su mano en la mía.

Él mira hacia abajo a mí con ojos afligidos. Pero incluso a través de su


molestia, puedo ver cuán agradecido está de tenerme a su lado.

—Nada sobre lo que necesites preocuparte —me tranquiliza, poniendo un


brazo a través de mis hombros desnudos—. Lo prometo.

—De acuerdo, entonces —digo, sin convencerme por completo por su


declaración—. Sí tú lo dices.

—¿Por qué no conseguimos algo de comida? —continúa Devlin, cambiando el


tema fuerte—. Estoy jodidamente famélico.

Le permito guiarnos, dirigiéndonos hacia la parrilla para algunas provisiones


muy necesitadas. Lo que sea que Packer le haya dicho a Devlin, puedo decir que
está pesando fuertemente sobre él. Lo miro de cerca mientras agarra un par de
hamburguesas para nosotros y reclama una amplia roca para que comamos en ella.
—¿Estás seguro que estás bien? —le pregunto en una voz baja, mientras me
siento junto a él.

—Estaré mejor una vez que coma algo. —Se ríe él bruscamente, yendo de prisa
hacia su hamburguesa.

—Es solo que... si algo está pasando contigo, o los MC, puedes decirme —
presiono—. Eso es para lo que estoy aquí.

—Logan —dice Devlin filosamente, su paciencia totalmente gastada—. Te diré


lo que necesites saber, cuando necesites saberlo. Los negocios del Circle of Death
no tienen nada que ver contigo, ¿de acuerdo? Solo déjalo, maldición.

Sé que debo evitar mis ojos, murmurar una disculpa, pretender que nada pasó.
Pero nunca aprendí como mantener mi lengua cuando mi temperamento es
avivado.

—Así que, ¿solo debería callarme y jugar a la niña buena hasta que me envíes
de regreso a tierra firme, es eso? —Me arrebato acaloradamente.

—No pongas palabras en mi boca —me advierte Devlin.

—No tengo muchas opciones, cuando tú no vas a ofrecerme algo de ti mismo.


104
—Salgo disparada—. Solo porque sigo tu liderazgo en el dormitorio, no significa
que tenga pensado dejarme pisar por ti en la vida real, Dev. Por favor dime que esa
cualidad no está perdida en ti.

—Logan, no quieres saber algo sobre los negocios de mi club —dice Devlin,
discutiendo, su voz incluso zumbante—. Solo te enloquecería. Como ver mi arma
lo hizo esta mañana. Solamente tenemos esta semana juntos, y no planeo asustarte
para que te alejes tan pronto. Confía en mí, cuanto menos sepas sobre mi vida real,
más feliz serás.

—Solo quiero ayudarte —digo, alcanzando su mano—. Pareces tan molesto,


y…

—Demonios, Logan, termina con esta mierda, ¿podrías? —explota Devlin,


alejando mi mano de la suya con un golpe—. ¿Qué parte de “déjalo” no
jodidamente entendiste?

Sus palabras me cortan por la rapidez. Un repentino arrebato de dolor retuerce


mi corazón. Para mi sorpresa, punzantes lágrimas saltan a mis ojos. Volteo
rápidamente lejos de Devlin, negándome a dejarlo verme llorar. Me levanto de la
roca y me apresuro lejos.
—¿A dónde vas? —demanda Devlin, agarrándome por la muñeca.

—Solo necesito un segundo —murmuro, tratando de hablar a través del nudo


en mi garganta.

—Logan. ¿qué demonios está pasando? —pregunta él, consiguiendo un buen


vistazo de mis ojos llenos de lágrimas. Su repentina preocupación envía gordas y
saladas gotas a rodar por mis mejillas.

—Pensé que no íbamos a hacernos ninguna pregunta el uno al otro —digo,


enojo y dolor compitiendo por control de mi mente y corazón—. Déjame ir, Dev.

—Bien —dice él cortante, dejando caer mi brazo con un poco más de fuerza de
la que debía—. Haz lo que sea que quieras, Logan. No soy tu jodida madre.

Tengo que luchar por tragar el repentino sollozo mientras me separo de Devlin;
entrando al bosque una vez más. Él no se mueve para seguirme mientras me voy.
Dios sabrá que Devlin es el más inflexible y recto hombre que alguna vez he
conocido. Supongo que fue una ilusión asumir que él correría un poco por mí. Pero
mientras huyo a través del follaje, escucho un diferente par de pasos sobre mi
rastro.

—Logan, ¡espera! —dice Juliet detrás de mí.


105
—Déjame sola —le digo, escogiendo mi camino entre la gruesa maleza. Pierdo
el rastro de alguna forma, y violentas espinas están arañando mis piernas desnudas.
Me rindo de tratar de mantener las lágrimas de caer por mi rostro mientras
finalmente me detengo.

—Cariño, ¿qué está mal? —pregunta Juliet, su respiración entrecortada por la


persecución.

—Yo solo... me siento tan perdida —tartamudeo, peleando por hablar entre
mis lágrimas. Me hundo en el suelo del bosque, inclinándome hacia atrás contra un
roble elevado—. Este lugar me tiene toda confundida.

—¿Es realmente este lugar el que está lanzándote en un círculo? —pregunta


Juliet gentilmente, arrodillándose junto a mí—, ¿o es Dev?

—Por supuesto que es Dev —le digo—. Pero no solo es él. Es solitario aquí
afuera. Encontrarte después de todos estos años. Preguntarme si incluso quiero
regresar a mi vida que está esperando en tierra firme…
—¿Has estado pensando sobre... quedarte? ¿Con nosotros? —pregunta Juliet.
Miro arriba, sorprendida de oír una nota de esperanza en su voz. Allí no trato de
esconder mis sentimientos de ella.

—No puedo evitar preguntarme como será —digo suavemente. Se siente


osado, incluso admitir tanto a mi hermana. Como si al ponerle voz a mis deseos
secretos, no tendría otra opción más que hacerlos. Pero quizás eso no sería una
cosa tan terrible, perseguir algo que quiero para cambiar.

—Estoy segura de que no tengo que decirte eso —continua Juliet, envolviendo
sus brazos alrededor de sus rodillas—. Pero nuestro mundo puede ser un jodido
lugar atemorizante. Y una vez que abraces la vida ilegal, no hay ninguna forma de
regresar.

—Esa es la cosa, Juliet —digo—. No tengo nada por lo que regresar. Quiero
decir, supongo que estoy en mi camino de vivir el sueño del milenario licenciado, o
lo que sea. Tengo un apartamento en Boston con mi mejor amiga, un nuevo
empleo que aclarará mis préstamos estudiantiles pronto…

—¿Préstamos estudiantiles? —pregunta Juliet, distraída—. ¿Qué pasó con


mamá y papá pagando por tu educación?
106
—Recuerda su advertencia. —Sonrío con arrepentimiento—. Ellos solo
acordaron pagar si estudiábamos algo sensato. Yo era una estudiante de
comunicaciones.

—Uff —gruñe Juliet—. Mamá debe haber lanzado al aire su bendita mierda.

—Ese es el eufemismo de la década. —Río, limpiando las persistentes lágrimas


de mis mejillas.

—Pero tú tienes un gran trabajo elegante esperándote —continua Juliet—. Eso


debe ser bastante satisfactorio, ser capaz de empujarlo en su cara.

Pienso sobre la reacción de mis padres cuando les dije sobre mi actuación
con FootSolider. Satisfactorio no es exactamente la palabra que hubiera usado para
describir ese encuentro.

—Todo es un poco... complicado, para ser honesta —susurro, notando que la


última cosa que quiero discutir con Juliet es el hecho de que realmente estoy aquí
para escribir una exposición sobre su nueva familia.

—¿Te importa si te ofrezco un consejo de hermana mayor? —pregunta ella,


mirándome atentamente en la leve luz del bosque.
—Dispara —le digo—. Ciertamente podría necesitar algunas palabras de
sabiduría ahora mismo.

—Obviamente tienes mucho en tu mente, y una gran decisión que hacer —


comienza Juliet, posando una mano sobre mi brazo—. Sé que estás asustada de
considerar lo que sería realmente unirte a nosotros, quedarte con Devlin. Pero
tienes que comprometerte a preguntarte eso a ti misma. Realmente sostener esa
opción y mirarla a los ojos. Sin medias tintas aquí, Logan. Imagina lo que tu vida
sería sin nosotros, sin Devlin. Pregúntate si podrías vivir así. Si la respuesta es sí, si
podrás manejar regresar a tu vida normal, deberías hacer eso. La vida de motorista
no es tolerar nada más que compromisos a toda prisa. Si incluso la más pequeña
parte de ti quiere ir a casa, entonces ve. No te culparé por eso.

—¿Y qué si... no puedo hacer eso? Ir a casa, me refiero —pregunto


tranquilamente—. ¿Qué si este es el único lugar para mí, después de todo?

La sonrisa de Juliet es radiante en el reunido ocaso. —Entonces te recibiremos


con los brazos abiertos, hermanita —susurra ella.

Cierro mis ojos mientras ella planta un beso sobre mi frente. Es la misma cosa
que ella solía hacer cuando éramos pequeñas, cada vez que despertaba de un mal
sueño o regresaba a casa después de un terrible día en la escuela. En este momento, 107
me siento a salvo. Cómoda. Cuidada de una manera en que no lo he estado desde
el día que Juliet se fugó de casa. ¿Cómo puedo empacar y dejarla a un lado, cuando
acabo de encontrarla de nuevo?

—Voy a regresar con los chicos —me dice, alisando mi cabello fuera de mi
rostro—. Ve por un paseo largo, Logan. Aclara tu cabeza. Hazte esas preguntas.
Sabrás en tu corazón cuando lo descubras. Creo en ti.

Y sin otra palabra, ella se marcha. Estoy sola al final, mirando el sol ponerse
sobre la línea de árboles. Temblorosamente, me pongo de pie del suelo cubierto de
hojas. Sin saber a dónde me estoy dirigiendo, me dirijo a través del bosque una vez
más.

Con cada profunda respiración de aire fresco, mis pensamientos se vuelven más
puros. Más enfocados. Estoy pasando en una encrucijada en mi vida. Por un
camino está la vida urbana, conducida a la carrera que pensé que siempre quería.
Por el otro está una vida con Devlin como una mujer del Circle of Death. Me
imagino tomando el primer camino, volviéndome loca para calificar en una
posición editorial, lentamente trabajando mi camino hacia arriba de la cadena
alimenticia, derramando mi corazón y alma en mi trabajo. Entonces mis
pensamientos cambian a la otra vida que podría reclamar como mía, montando en
la parte trasera de la Harley de Devlin, conociendo a Juliet de nuevo, alejando el
resto del mundo para vivir por nuestras propias reglas. Noto, mientras
verdaderamente considero mis opciones, que hay una importante diferencia entre
esos dos caminos: Si voy a casa, tengo la oportunidad de ser exitosa. Si me quedo,
tengo la oportunidad de ser feliz.

Y cuando pienso sobre eso de esa manera, noto que no hay ninguna opción que
tomar, después de todo.

108
Capítulo 14
La noche ha vuelto a caer en la isla una vez más cuando me deslizo dentro de
las paredes de El Club. Empleo mi tarjeta llave exclusiva para escabullirme dentro
de la fortaleza de piedra, filtrándome a la suite que estoy compartiendo con Devlin.
Me siento más ligera de lo que he estado en meses, años, al casi volar hasta
nuestras habitaciones. Abrí la puerta de mi dormitorio, me arrojé dentro y envolví
mis brazos firmemente alrededor de mi cintura. Tan pronto como Devlin vuelva
para la noche, voy a decirle sobre la decisión que he tomado.

Rápidamente, antes de que vuelva a aparecer, saco mi celular de mi tocador y


preparo un nuevo correo electrónico para enviarle a Elliot Simmons. Mis dedos
tiemblan mientras disparo mi misiva.

Elliot,

Quiero agradecerte nuevamente por darme un tiro en mi primer trabajo como


periodista profesional. He aprendido mucho de esta experiencia, y sé que resultará ser 109
formativa para mí, no solo profesionalmente, sino también personalmente. Tan
agradecida como estoy por la oportunidad, he llegado a la conclusión de que no soy la
persona adecuada para escribir esta historia. Resulta que estoy demasiado involucrada
con el tema en cuestión. Espero que lo entiendas, y otorgues tu generoso adelanto a otro
nuevo graduado en necesidad.

Todo lo mejor,

Logan Farrah.

Y con el toque rápido de un botón, el mensaje se envía. Estoy libre de mi


misión, libre de mi vieja vida. Libre de hacer lo que me plazca de aquí en adelante.
Es una nueva sensación, la libertad. Pero creo que voy a llegar a amarla.

Miro hacia arriba como una figura elevada aparece en la puerta de la segunda
habitación. Devlin ha vuelto temprano a casa. Sus rasgos son serios, decididos. Hay
palabras en la punta de su lengua, igual que en las mías. Como uno, tomamos una
rápida inhalación y volamos con nuestra verdad:

—Quiero quedarme —digo en un apuro.

—Quiero que me digas —dice, en el mismo instante.


Sonriendo, corremos hacia el otro lado de la amplia habitación. Llevo mis
brazos alrededor de sus amplios hombros y siento mis pies levantándose del piso
mientras me coge en sus brazos. Y aunque Devlin es el que me sostiene, sé que se
está poniendo tanto en mis manos como yo en las suyas. Ninguno de nosotros
aprendió a confiar en otra persona, nunca tuvo a alguien que nos enseñara cómo
hacerlo. Pero en este momento, sé que podemos enseñarnos uno al otro. Tengo fe
en nosotros.

Sonrío mientras Devlin me da vueltas y presiona fuerte mi espalda contra la


pared del dormitorio. Sus poderosas caderas me sujetan allí, suspendidas por su
fuerza. Apoyado como siempre por su necesidad ilimitada y sin fondo para mí.
Envuelvo mis largas piernas alrededor de su cintura estrecha mientras me besa,
duro. El sabor de él bombardea mis sentidos mientras su lengua entra en mi boca.
En un instante, me siento borracha sintiéndome fuera de mí, su cuerpo duro
presionando contra mí, la promesa de una vida con él.

Tal vez todo esto resulte ser un terrible error. Tal vez mi corazón se va a
diezmar por este hombre increíble ante mí. Tal vez me caiga de la parte de atrás de
una Harley, o sea secuestrada, o encuentre que todo lo que quiero es una casa en
los suburbios con algunos niños y un jardín de hierbas. Pero para este momento,
todo lo que quiero en el mundo es Devlin Vile y su loco, jodido mundo.
110
—Siento haberte alejado —murmura, apoyando su frente contra la mía—. He
estado golpeando mi cabeza contra el hecho de que te vas al final de la semana. No
pude entender por qué me estaba matando por saber que solo estarías en mi vida
por unos días más. Soy un poco lento, supongo.

—¿Por qué te estaba matando, Dev? —pregunto, tomando su cara entre mis
manos—. Sé por qué no podía soportar la idea de irme, pero tengo miedo de decirlo
en voz alta...

—Creo que puedo adivinar. —Devlin sonríe, pasando sus manos por todo mi
cuerpo—. Pero si lo hace más fácil si derramo las tripas primero... me estoy
enamorando de ti, Logan. Me estoy enamorando de ti.

—Para decirte la verdad, Dev. —Respiro, una sonrisa extática—. Creo que ya
me he enamorado.

Pero las palabras no pueden hacer justicia a lo que sentimos por más tiempo.
Nuestros cuerpos no serán alejados el uno del otro. Rasgamos apenas bastantes
capas de ropa para conectar de la manera más íntima que podemos. Grito mientras
Devlin se hunde en mí una vez más, sosteniéndome firmemente contra la sólida
pared de El Club. Y todo el tiempo, lo único que puedo pensar es:

Esto está ocurriendo. Mierda, esto realmente está sucediendo.


Capítulo 15

Es pasada la medianoche antes de que la caballería llegue.

Casi dormida en su liso escritorio, Elliot Simmons balbuce a por atención


mientras oye las puertas del elevador industrial deslizarse abiertas. La editora frota
sus ojos cansados por la pantalla, desplazando sus gafas de marcos gruesos.
Necesita lucir alerta, tranquila, inquebrantable. El problema es que, no tiene
posesión de ninguna de esas cualidades, para el momento. En realidad, está
exhausta, rendida, e indecisa. Pero no puede dejar que sus visitantes sepan la
peligrosa verdad. Su vida depende de eso.

—Es mejor que tengas buenas noticias, Simmons —arrastra las palabras una
arrogante voz desde las sombras del piso de la bodega. 111
—No te habría llamado por nada menos que grandes noticias —responde
Elliot, de pie para saludar a sus llamadores de medianoche.

Su estómago se revuelve inquietamente mientras dos hombres se precipitan en


su oficina revestida de cristal. Ellos lucen más o menos como los sujetos de los que
pasó rodeada los primeros años profesionales; hombres limpios, ricos, a la moda con
dientes blancos y piel bronceada. Pero sabía lo suficientemente bien no ignorarlos.
Ha visto lo qué les pasa a esos quienes los subestimaban y más importante, la gente
para la que trabajaban.

—Así que, suéltalo —dice el primer hombre, el más rubio de los dos. ¿Qué es
tan importante que tengamos que apresurarnos aquí en el medio de la noche?

—Esto es —dice Elliot, volteando una de sus tantas pantallas de computadoras


para enfrentar a los hombres.

Ellos se inclinan hacia la pantalla, entornando los ojos al mensaje expuesto allí.
Es un correo que Elliot recibió solo horas atrás, un correo que de una vez se levantó
y quebró su espíritu. Por un lado, el mensaje significaba que su rol en este
desastroso drama desplegándose estaba acabado. Por el otro, significaba que otra
joven inocente había decidido correr primero hacia el mortal peligro. Elliot casi se
encontró esperando que esta pudiera huir, escapar de la trampa en la que ella
misma cayó presa hace tantos años atrás. Incluso si ella misma era castigada, eso
significaría que sus captores eran falibles. Pero por supuesto, ese no era el caso.

—Tan agradecida como estoy por la oportunidadlee de la pantalla el segundo


hombre, elevando su voz burlonamente en un tono femenino, he llegado a la
conclusión de que no soy la persona correcta para escribir esta historia.

—Resulta que estoy demasiado cerca del tema en cuestióncompleta el hombre de


cabello claro, sonriendo maliciosamente por las palabras frente a él. Bueno, no es
esto dulce.

—Parece como si nuestros desafortunados amantes han caído engatusados,


rectos, y hundidos. Se ríe el más oscuro de los hombres. Eso no tomó demasiado,
Mike.

—Nunca lo hacen, Jim dice su compañero, sonriendo con suficiencia. Pero


de nuevo, esas parejas son diseñadas para producir toda clase de fuegos artificiales.
¿No es cierto, cariño?

Elliot sonríe valerosamente, pero su fracturado corazón se tensa bajo la


burla. No fue demasiado tiempo desde que era una joven mujer ambiciosa, usada
inconscientemente como anzuelo para un hombre influyente del que sus valiosos 112
servicios fueron requeridos por la Corporación Leviathan. Él era un renegado
periodista experto, ella era una reportera novata de veintiún años. Fueron puestos
en el camino del otro y se enamoraron el uno por el otro instantáneamente. Para el
momento en que ellos notaron que Elliot había sido especialmente escogida para
ser su ruina, era demasiado tarde. Él fue obligado a revelar una fuente sensible de la
corporación a cambio del cuidado y seguridad de Elliot.

Para crédito de Leviathan, había sido cuidada de cada forma, profesional y


financieramente. Y la seguridad solo le costó el amor de su vida. Desde que había
sido usada como ventaja para Leviathan, había sido forzada a actuar casi como un
agente, enviando otras chicas a las metas de Leviathan. Esta nueva chica era solo la
última en una larga línea de víctimas de Leviathan y, por extensión, de Elliot.

—¿Tienes algo un poco más... lascivo que podamos llevarle al jefe? —pregunta
el hombre llamado Mike. Un correo es bueno y todo, pero sabes que a ellos le
gusta un poco más excitante que enviar de regreso a la oficina central.

—Creo que conseguí justo la cosa —dice Elliot, sacando un montón de nuevos
archivos en su computadora. Es solo sonido, mayormente. Fui capaz de
interceptar el micrófono de su teléfono. Pero hay varias fotografías de primera,
también.
Elliot aprieta reproducir en un corto archivo de audio, y de repente la cerrada
oficina se llena con los sonidos del coito. Se encoje cuando oye la voz de Logan
Farrah, la brillante, sensible y prometedora chica joven quien se sentó en su oficina
menos de una semana atrás. Ella había estado tan llena de vida, tan llena de
esperanza. Y estoy ayudando a destruirla, piensa Elliot con desaliento.

—Esa es la voz de Vile seguro. El hombre llamado Jim asiente. Reconocería
ese gruñido en cualquier sitio. Veamos algunas fotografías.

Ignorando la oleada de náuseas que rueda a través de su estómago, Elliot saca


un manojo de borrosas fotos de seguridad, tomadas por una serie de cá maras
escondidas. Dos cuerpos; uno joven y voluptuoso, el otro musculosamente destacado,
entrelazados íntimamente en cada toma. Sus rostros estaban congelados en
máscaras de deleite extático. Elliot toma un vistazo a ellos y siente demasiada
segura que va a enfermarse.

—Esa es la cosamurmura Mike, su rostro sonrojado con excitación.

—Todo está aquí —dice Elliot rápidamente, extendiendo un pequeño thumb


drive2 a los hombres bien vestidos.

—Buen trabajo, Simmonsdice Jim, guardando en su bolsillo la memoria. 113


Parece que tu etapa de esta operación acabó. Estaremos en contacto sobre tu
siguiente misión.

—En realidad —dice Elliot rápidamente, mientras los hombres voltean para
irse, estaba esperando que podrían pasarle un mensaje al jefe por mí, sobre mis...
responsabilidades en esta corporación.

Mick ladea una ceja a la editora. —Continúapronuncia él lentamente.

—Si es posible, me gustaría tomar una posición más secundaria dice Elliot,
levantando su barbilla. Quizás algo consultivo, menos involucrado. La vida
editorial me ha tratado bien, pero es mucho con lo que lidiar. Creo que es hora de
pasar la estafeta…

—Ya, ya, Elliot dice Jim, chasqueando su lengua. Sabes que el jefe nunca
continuará eso. Eres demasiado valiosa para esta operación para él cómo para
dejarte ir ahora.

2
Thumb Drive se refiere a unos de los términos originales que describían aparatos de memoria
flash que los apodaban "thumb drives", por carencia de un mejor nombre, ya que parecían o eran del
tamaño de un pulgar (thumb).
—No estaría yéndome dijo Elliot apresuradamente, solo no estaría lidiando
con este aspecto del negocio…

—Corta esa mierda, Simmons dice rápidamente Mike, perdiendo su paciencia


de una vez. Sabes tan bien como nosotros que la única manera de salir de este
trabajo es en un ataúd. Ese fue el acuerdo que tú hiciste con la corporación.
Recuerda, cuando ellos decidieron no solo poner una bala a través de tu cráneo y
enterrarte en una tumba poco profunda en su lugar.

—La mayoría de chicas en tu posición no consiguen tal generoso trato


continúa Jim, su sonrisa desagradable y siniestra. Deberías tomarte un minuto
para recordarte a ti misma cuan afortunada eres, Elliot. Cuanto le perteneces a
Leviathan. Lo menos que podrías hacer es ayudarnos en esta pequeña habilidad,
¿no lo crees?

Desconcertada, Elliot evade su mirada de los hombres frente a ella. Muerde su


lengua hasta que saborea sangre, mil palabras no dichas luchando por escapar de su
boca. Todo lo que quiere es golpear la mierda fuera de estos jodidos, uno a la vez, y
desaparecer sin un rastro. Pero por supuesto, esa no es una opción. Leviathan la
encontraría al final. Leviathan siempre consigue lo que quiere.

—Esa es una niña buenadice Mike tranquilamente, poniendo una mano sobre el 114
brazo de Elliot.

La editora salta lejos de su toque, y los hombres ríen cruelmente, paseando


fuera de su oficina y dentro del elevador del almacén. No es hasta que oye la puerta
frontal cerrarse de un azote, escuchando mientras sus autos conducen lejos dentro
de la noche, que Elliot se hunde contra el suelo de su oficina, llorando. Sus agudos
llantos llenan el abandonado espacio de su oficina, haciendo eco en las altas
paredes.

—Nunca me libraré de ellos solloza para sí misma, meciéndose atrás y


adelante sobre el suelo de madera dura. No importa qué, nunca me libraré de esos
malditos.

Se permite llorar hasta que el sol de la mañana comienza a iluminar el cielo


fuera de las ventanas de su oficina. En vano, trata de decirse a sí misma que es solo
otro día. Ha vendido bastantes chicas estafándolas antes, solo para sacudirse a sí
misma y continuar como si nada hubiera ocurrido. Pero algo sobre esta última
chica, Logan, lo hacía imposible para soportarlo.

Cuando el primer bloguero de FootSoldier llega para el día, Elliot está reuniendo
sus cosas y caminando a la puerta.

—¿A dónde estás saliendo? pregunta un escritor sénior.


—Estoy tomando un día personaldice Elliot vagamente, caminando hacia el
elevador. Tengo algunas cosas que atender. Continúen sin mí. Son FootSoldier,
después de todo.

Y con eso, el elevador baja cerrándose. Elliot Simmons está en el viento.

115
Capítulo 16
El agua de baño deliciosamente hirviendo da vueltas contra mi piel cómo me
instalo de nuevo contra el pecho de Devlin. Han sido unos pocos, pero largos días
de senderismo, natación, y vigorosas folladas. Hemos decidido que merecemos un
baño largo y caliente antes de que el libertinaje de esta noche empiece de nuevo en
serio. Pero incluso en este momento de descanso, mi mente está trabajando para
acomodar todo lo que estoy aprendiendo, aquí. Sostengo ocho dedos, marcándolos
mientras me examino una vez más.

—Así que tú eres el presidente —digo, bajando un dedo—, Packer es el VP —


otro dedo hacia abajo—, Lobo es el capitán de Ruta y…

—Lobo es el sargento de Armas —me corrige Devlin, pasando sus manos por
mis brazos jabonosos—. Leo es el capitán de Ruta.

—Mierda. Claro —digo, sacudiendo la cabeza—. Entonces Chip es el


Tesorero, Dean es el Secretario, Otis es el último miembro fundador, Brutus es el 116
Ejecutor, y Xan... establece el vestidor, supongo.

—Eso es correcto. —Devlin se ríe—. Pero no va a haber un concurso, ya sabes.

—Lo sé. —Sonrío, dándome la vuelta para enfrentarme a él en el baño


expansivo. Pero quiero saber mi mierda si voy a estar rodeando del Circle of Death
de aquí en adelante.

—Es una noción muy admirable —dice Devlin, poniendo sus manos en mis
muslos debajo del agua tibia—. Pero estoy teniendo problemas para concentrarme
en algo admirable cuando estás sentada delante de mí desnuda.

—Lo siento. ¿Te estoy distrayendo? —Sonrío, levantándome del baño caliente.
Remolinos de agua corren sobre mis curvas mientras me muevo para salir de la
bañera.

—Vuelve aquí —ordena Devlin, su voz tranquila y uniforme.

Enseguida, obedezco, dando vueltas para mirarlo de nuevo. Una oleada de


anticipación fluye a través de mí mientras su tono se oscurece. He llegado a amar
seguir sus instrucciones, mostrándole que puedo igualar su intensidad, su deseo.
Con cada mando suyo obedezco, me siento más fuerte. Más querida. Nunca pensé
que sería posible sacar poder de la sumisión, pero eso es exactamente lo que sucede
cuando dejo que Devlin haga lo que quiera conmigo. Siempre está tan superado,
tan transformado por su falta de mí. Me hace sentir increíble.

—Acércate más —dice, poniendo sus manos en los laterales de la bañera de


mármol. Su cabello negro está húmedo, alejado de su frente. Sus rasgos finos se
enrojecen con el calor del baño, y cada uno de sus músculos resplandece en el aire
iluminado por las velas. Mi sexo pulsa con impaciencia mientras relajo mi cuerpo
de nuevo en el agua, poniéndome entre sus piernas extendidas.

—Tócame —continúa, nivelando su mirada oscura en mi cara vuelta hacia


arriba.

—¿Así? —pregunto, pasando mis manos por sus muslos esculpidos. No puedo
evitar molestarlo un poco, incluso en estos momentos apasionados. He aprendido
que le gusta un poco de retroceso de mí, de vez en cuando.

—Envuelve tus manos alrededor de mi polla —dice lentamente, deletreándolo


para mí. Su brusquedad me hace temblar de placer. Obedientemente, tomo su
miembro masivo en mis manos. Está duro como la piedra, listo y esperándome.

—Apenas puedo agarrarme de ti, eres tan grande —susurro, moviendo mis
dedos por el largo de su eje. 117
—Te encanta lo enorme que soy, ¿no? —Sonríe, dejando caer su cabeza
mientras lo acaricio.

—Realmente lo hago —murmuro, pasando mis pulgares a lo largo de la cabeza


redonda y tierna de su pene. Suelto una mano, buscando sus bolas. Mis puntas de
los dedos rozan su saco hinchado mientras apretaba mi agarre en su grueso
miembro.

Los ojos de Devlin se cierran en un silencio dichoso, y puedo sentir ese lugar
entre mis propias piernas dolorido de placer. Complacer a Devlin, hacerle sentir
increíble y cuidado, me saca tanto como ser complacida yo misma. Mientras sus
manos se aprietan alrededor del borde de la bañera de mármol, puedo sentir mi
sexo golpeando con deseo. Es como si estuviera absorbiendo las ondas de su placer.
Somos un circuito cerrado, Dev y yo. Cada emoción y chispa de sensación que nos
ponemos en marcha entre nosotros vuelve, redoblado, a nosotros mismos.

Tengo que decir, es un arreglo bastante fabuloso.

—Dale la vuelta —dice Devlin de repente, sentándose en la bañera caliente.

Sin otra palabra, le doy la espalda, jadeando mientras lo siento agarrar mis
caderas. Con un tirón firme me tira en su regazo. Gemimos juntos mientras su
polla asombrosa penetra directamente en mi cuerpo. Me reclino contra él,
deslizándome sobre su enorme longitud, atrayéndolo hasta dentro. Sus brazos se
aprietan alrededor de mi cintura delgada mientras siento que su polla atraviesa lo
más profundo de mí.

Me balanceo contra el cuerpo marcado de Devlin mientras se mete en mí, una


y otra vez. Sus manos se cierran alrededor de mis pechos, sus dedos amasando y
pellizcando mis pezones duros. Su p ene está golpeando contra mi punto g,
enviándome en espiral cada vez más cerca del borde de la felicidad. Met e los dedos
a través de mi negro y largo cabello, sorprendida por la sensación de él tan profundo
dentro de mí.

—Quiero que te toques —gruñe Devlin, su voz áspera y desgarrada en mi oído.

—¿Ahora mismo? —jadeo, mirando hacia atrás a sus ojos oscuros y ardientes.

—Ahora —ordena, enterrando sus dedos en mi cabello.

Llevo mis manos hacia abajo a mi sexo mientras cabalgo a Delvin en feroces
embestidas. Justo cuando coloco dos dedos contra mi duro e hinchado clítoris, tira
de mis largos mechones. El súbito y brusco tirón me pone mareada de emoción, y
froto círculos impacientes alrededor de ese duro nudo de nervios entre mis piernas. 118
Un pozo de placer se hincha en mi corazón, listo para derramarse a través de mí.

—Estoy tan cerca —jadeo, rebotando salvajemente en la polla de Devlin.

—Vente conmigo —ordena, tirando de mi cabello más apretado mientras


golpea mi interior.

Ya sea que sus propias palabras o su miembro masivo golpeando en ese lugar
delicioso que me envía en el borde, no puedo decir. Todo lo que sé es que estoy
perdida. Ni siquiera trato de tragar el grito de éxtasis que se derrama de mí cuando
Devlin y yo estallamos juntos. Puedo sentirlo entrando en mí, duro y rápido.
Muevo las caderas contra las suyas mientras me llena, sosteniéndome contra él.
Nuestros cuerpos se relajan en el otro como nuestros orgasmos gemelos barren,
dejándonos gastados y felices... si no tan limpio cómo cabría esperar de un baño.

Devlin pone sus labios contra mi garganta, besándome profundamente. Sin


prisas. Me acomodo contra su pecho, una lenta sonrisa extendiéndose por mi cara.
Tenemos que tomarnos nuestro tiempo ahora, me doy cuenta. Ahora que he
decidido no correr de regreso a Boston, para quedarme con el MC en el futuro
previsible, no hay necesidad de precipitarse. Podemos simplemente disfrutar de
nosotros mismos, el uno al otro, en nuestro ocio. Es un lujo que nunca pensé llegar
a experimentar con Devlin.
Por supuesto, las cosas serán diferentes una vez que dejemos la isla. El MC se
establece para partir el día siguiente de mañana, después de algunas sema nas largas
de fiesta sin fin. Circle of Death puede estar fuera de la ley, pero todavía tiene asuntos
propios. Solo tengo una comprensión muy floja de cómo el club mantiene su
fortuna considerable, pero es como Devlin dijo una y otra vez, yo sabré lo que
necesite saber cuándo necesite saberlo. Esa es una píldora difícil de tragar, con mi
curiosa mente periodística. Pero puedo intentar lo mejor posible. Por él.

Eventualmente, Devlin me ayuda a salir de la tina profunda y me da una toalla


de hotel suave. Me envuelvo, disfrutando de la sensación del algodón suave contra
mi piel desnuda. Juliet me ha asegurado que los miembros de Circle of Death no
viven en casuchas sucias, como algunas películas y programas de televisión te
harían creer. La mayoría de los chicos mantienen buenas casas cerca de la sede, de
hecho. Pero por muy agradable que sea la excavación de Devlin, no creo que nada
de lo que experimente de aquí en adelante pueda compararse con la grandeza de El
Club.

Miro a través de la habitación a la forma desnuda de Devlin, cómo


pensamientos del futuro zumban de mi mente. Hemos decidido que, en lugar de
regresar a mi apartamento en Boston, regresaré a Maine con el Circle of Death y veré
de qué se trata su vida. Me quedaré con Dev mientras Juliet me enseña las cuerdas.
Devlin y yo estamos teniendo mucho cuidado de no echa r a perder ningún título, 119
como “novia” o “dama” o cualquier otra cosa similar. Esta situación nos tiene fuera
de nuestras zonas de confort. Lo estamos averiguando a medida que avanzamos.
No hay razón para estropear cualquier cosa por tratar de ponerle una etiqueta,
¿verdad?

—Maldita sea —gruñe Devlin, envolviendo una toalla alrededor de su cintura


estrecha—. Estoy seguro de que te alegras de haber perdido ese barco tuyo, nena.

Me río, de pie frente al amplio espejo del baño. Es increíble cómo me siento
cómoda, parada desnuda delante de Devlin con el cabello mojado y sin una mancha
de maquillaje en mi cara. Solo ha pasado cinco días, y ya me siento más a gusto
con él que con cualquier hombre con quien haya salido. Aprieto mi cabello largo,
estudiando su cuerpo perfecto en el espejo delante de mí.

—Eso nos hace a nosotros dos, Dev —le digo.

—Quédate ahí —dice, entrando en el dormitorio—. Tengo una sorpresa para ti.

Sacudo la cabeza, sonriendo. —Ya he decidido quedarme contigo, Dev —le


grito. No necesitas seguir mimándome.

—Bueno, espero que no te importe demasiado —responde, reapareciendo en la


puerta con una bolsa de prendas negras. Porque no planeo detenerme pronto. Tú
estás con el presidente del Circle of Death, nena. Eso significa que tienes que vivir a
lo grande en pequeño.

Mis ojos se abren mientras Devlin desabrocha la bolsa de la prenda, revelando


un vestido de noche color escarlata. Me giro para tomar el increíble vestido, casi
con miedo de tocar algo tan fino.

—Pensé que podríamos usar una noche fuera de los bosques . —Sonríe Devlin,
divertido por mi expresión desconcertada—. Es decir, si no te importa vagabundear
por los chicos con finanzas de las caballerizas que acaban con todas las mesas de
blackjack.

—Creo que podemos hacerlo. —Sonrío, pasando una mano por el sedoso
vestido rojo. Se mueve como líquido bajo mis dedos. Esto debía haberle costado a
Devlin una fortuna—. El MC debe estar teniendo un año bastante bueno, si puedes
permitirme derrochar en mí así.

—No tienes que preocuparte por eso. —Se ríe entre dientes, el MC nunca ha
sido más fuerte. Financiero o de otra manera.

—¿Así que cualquier otra noticia que Packer tenía para ti el otro día es cuidada
ahora? —digo, tratando de sonar casual. Todavía no hemos discutido realmente el 120
estallido de ese día. O la lucha entre nosotros que siguió.

Puedo sentir que Devlin comienza a retirarse en el momento en que presiono


para obtener detalles sobre el MC. Pero para mí feliz sorpresa, él ofrece una
respuesta real.

—Eso es un... dolor de cabeza en desarrollo. —Entregándome mi vestido—.


Hay otro grupo que quiere hacer negocios con nosotros, y parece que no entienden
que nunca va a suceder.

—¿No estás interesado en colaborar con ellos? —pregunto.

—No en lo más mínimo —dice Devlin firmemente—. Están en una mierda


desagradable, esos tipos. Drogas, armas, tráfico humano.

—Jesús —susurro, sintiendo mi estómago revolviéndose ante la idea de que


Devlin se mezclara con todo eso.

—Sí —dice, cruzando los brazos—. Cómo he dicho, mi club no va a ninguna


parte cerca de esas cosas. Pero estos chicos no aceptarán un no, cómo respuesta.
Ellos nos quieren para la distribución, y sus medios de persuasión son un poco
demasiado... agresivos a mi gusto.
—¿Por qué no pueden encontrar a alguien más para hacer su trabajo sucio por
ellos? —le pregunto.

—Ellos quieren lo mejor —dice con orgullo Devlin—. Pero me encanta lo


defensiva que te pones en nuestro nombre.

—No puedo evitarlo. —Me encogí de hombros—. Entre tú y Juliet, todas las
personas que más me importan en el mundo están en el Circle of Death.

Me muerdo la lengua, mirando a Devlin para ver si he ido demasiado lejos.


Tratamos de alejarnos de los murmullos sentimentales y amorosos entre nosotros.
Y ahora mismo, puedo sentir que estoy cruzando la línea. Pero Devlin lo lleva a
buen ritmo, gracias a Dios.

—De todos modos, estoy seguro de que pronto se retirarán —dice—. Trataron
de pasar por uno de nuestras sucursales más pequeñas. Esa es la noticia que Packer
tuvo para mí el otro día. Tuvimos que deshacernos del hermano que compraron.
Pero todo se ha cuidado ahora. No hay otros eslabones débiles de los que
preocuparse.

—¿Qué quieres decir cuando dices “deshacerse de”? —pregunto nerviosa.

—Prueba ese vestido —responde Devlin, esquivando mi pregunta por


121
completo. Quiero ver lo jodidamente sexy que te ves en él.

Me deja sola para prepararme para la noche. No puedo evitar estar un poco
perturbada por los detalles del negocio del club de Devlin. Casi sería más fácil si
supiera todo sobre la situación actual. Conocer solo unos cuantos detalles deja a mi
imaginación en libertad. Pero supongo que la única manera de confiar en más
información es demostrar mi confianza.

La vergüenza persistente tira de mi corazonada mientras me maquillo para la


noche. No escapa que mis motivos para venir a esta isla me conviertan en la
persona menos digna de confianza imaginable para el Circle of Death. A pesar de
que oficialmente he matado la historia que estaba destinada a escribir sobre Devlin
y los chicos, no puedo dejar de sentirme culpable de todo el asunto. ¿Debo aclarar a
Dev cómo acabé aquí?

—No seas estúpida —murmuro para mí, pasando un poco de rojo sobre mis
labios—. Tienes una gran cosa, aquí. No hay necesidad de joderlo con la
divulgación completa.

Con mi maquillaje de zorra completado y mi cabello alisado en largas y negras


olas, estoy lista para caer en el vestido que Devlin, generosamente compró para mí.
Me paso con reverencia hacia el vestido, sosteniendo mi aliento mientras tiro la
cremallera hacia atrás. Cuando me vuelvo para mirarme en el espejo, apenas
reconozco a la persona que mira de regreso.

El vestido carmesí mira elegantemente contra cada curva mía, mostrando mi


busto completo, cintura cincelada y culo firme. Me veo como una mujer adulta de
mundo. Todo el efecto es abrumador. Fortalecedor.

—No pensé que pudieras verte más sexy. —Oigo a Devlin gruñir desde la
puerta. Pero voy a ser condenado...

Me doy la vuelta para enfrentarme a él, mi rostro rompiendo en una sonrisa


perversa. Nunca me he sentido más bella en mi vida que cuando sus ojos están
sobre mí.

—Es divertido. —Me río, cruzando el baño hacia él—. Tienes la misma mirada
hambrienta en tus ojos si estoy usando ropa de senderismo o un vestido de noche.

—Eres jodidamente hermosa en ambos. —Se encoge de hombros—. No hay


nada que puedas hacer que me haga quererte menos.

Otra sacudida de culpa me atrae. Sospecho que se una cosa que, de hecho, hará
que Devlin no sea un fan de Logan Farrah. Pero no hay necesidad de pensar en eso
ahora.
122
—¿Quieres vestirte para que puedas mostrarme a todos los banqueros
destartalados de abajo? —pregunto, entrelazando mis brazos alrededor del cuello de
Devlin.

—Lo que quiero es tirarte contra la pared y follarte hasta que grites —responde,
tirando de mí con fuerza contra su cuerpo—. Pero no quiero estropear tu cabello.

—Eres incorregible —bromeo, plantando un beso en el pectoral definido de


Dev. Sonrío al ver que una marca de labios rojos deja su estela, justo a través de la
“D” mayúscula de su tatuaje Diabolus.

—Cuando se trata de ti, seguro como el diablo lo soy —dice, acariciando mi


barbilla en su mano—. Sabes, pensé que me arrepentiría de dejar este lugar, después
de esta semana. ¿Pero ahora que sé que vienes conmigo? No me importa lo más
mínimo.

—Es mutuo, Dev. —Sonrío—. No puedo esperar a ver cómo es tu vida real.

—Y no te vas a asustar —dice firmemente. No puedo decir si es una pregunta o


una declaración—. No vas a correr tan pronto como veas cómo es mi mundo. Lo
que realmente soy.
—Por supuesto que no —digo suavemente, poniendo mis manos en su firme y
desnudo pecho.

—Bien —dijo con voz ronca—, porque no podía tomar eso, Logan. Realmente
no podría.

Es lo más cercano que ha llegado a sonar sentimental. Pero algo me dice que
este hombre no va a ir suave y blando sobre mí, no importa lo mucho que nos
preocupamos el uno del otro. ¿Y, honestamente? Eso está bien para mí.

—Estás atrapado conmigo, Vile —digo, mirando hacia arriba en esos


interminables ojos oscuros—. Así que acostúmbrate a la idea, ¿sí?

—Suena bien. —Se ríe, dando un fuerte apretón a mi culo.

—Vístete, animal. —Me río, empujándolo juguetonamente lejos—. Tenemos


un casino para tomar, ¿recuerdas?

A regañadientes, se digna a ponerse su mejor traje, una pieza oscura de carbón.


Lo observo mientras se prepara, asombrada de tener el privilegio de verlo así. Para
el resto del mundo, Devlin Vile es un criminal despiadado y endurecido. Soy la
única que lo conoce como un hombre de verdad. Una persona. No es una
oportunidad que estoy buscando perder, tampoco. ¿Quién habría pensado que la
123
única persona para inspirar fe y confianza en mí sería alguien tan temido y
vilipendiado por el resto del mundo?

—Está bien —dice Devlin, adecuado y magnífico como siempre—. Vamos a


hacer esto.

Engancho mi brazo en el suyo, orgullosa de ser la mujer a su lado por la noche.


Y por mucho más de una noche, si tengo algo que decir en el asunto.
Capítulo 17
Devlin

Cada cabeza se gira a medida que Logan y yo caminamos hacia el piso


principal de El Club. Tanto hombres como mujeres se quedan atrapados por la
visión de mi chica, y no los culpo. Todavía abriré el cráneo de alguien que intente
hacer un movimiento en ella, sin embargo, no puedo culparlos por mirar.

¿Qué está mirando todo el mundo? me murmura, su agarre apretándose en


mi brazo.

A ti, nena. Todos te están mirando le digo.

Logan lanza sus ojos hacia mí mientras la llevo al mar de hombres ricos y
mujeres escasamente vestidas. No tiene ni idea de lo increíblemente sexy que es. Ni
idea de nada. Pero ese desinterés en el poder de su buena apariencia es parte de lo 124
que me atrae hacia ella. Ha llegado tan lejos en la vida usando solo su cerebro,
nunca recurriendo a su atractivo sexual para conseguir lo que quiere. Es un
poderoso atributo.

Logan es una rara especie aquí en El Club. Aparte de Juliet y un par de otras
esposas ricas, todas las mujeres de esta isla son empleadas de El Club. Chicas
trabajadoras. Ellas hacen funcionar todo alrededor de aquí, desde las mesas de
cartas, las barras, a los servicios más íntimos. Luego, por supuesto, hay las chicas
de la parte continental que vienen a la fiesta por la noche. Mañana debemos subir a
otra embarcación. Pero Logan incluso se destacó de esas chicas desde el momento
en que puso un pie sobre esta roca. Mi chica es única.

¿Qué es esta mierda de “mi chica”? Me pregunto, mientras conduzco a Logan


hasta el largo bar que rodea la habitación. He estado secretamente pensando en ella
como mía toda la semana. Y ahora que está de acuerdo en regresar a Maine
conmigo, ese pensamiento está en marcha. El problema es que la vida de MC
realmente no acomoda a los visitantes ocasionales. Logan no es un culo dulce o
una dama, pero persistente en el medio terreno no es realmente el Circle of Death.
En algún momento, ese puente tendrá que ser cruzado. O bien, quemado.
Dos whiskies. Limpios le digo a la camarera, una mujer vestida como una
sexy reina de corazones. Es convencionalmente caliente, pero no está a la altura de
la mujer a mi lado.

Logan mira a través del caleidoscopio expansivo y giratorio de una habitación,


acomodándose elegantemente en su taburete. Incluso hace girar el whisky viéndose
de forma elegante. Tengo que seguir recordándome que no soy solo un matón de
motociclistas que no la merece. Puedo haber empezado como un niño pobre del
oeste de Massachussetts, pero me he construido en el Devlin jodido Vile. Nunca
dejaré de estar orgulloso de lo lejos que he llegado.

No es que realmente me preocupe ser lo suficientemente bueno para Logan.


Estoy muy sorprendido de haber encontrado a mi pareja. Siempre he sido un tipo
de hombre dominante. Diablos, no estaría donde estoy ahora si no fuera así. Pero
nunca antes había conocido a una mujer que me pudiera poner de rodillas
solamente hundiéndose en las suyas. Cada vez que Logan se entrega a mí, soy
como un hombre poseído por la necesidad de complacerla. Para demostrarle lo
agradecido que estoy por su poder, su gracia, todo su ser malo.

No tengo ni idea de cómo darle sentido, pero no me quejo de la dinámica, eso


es seguro.
125
¿En qué piensas, semental? me pregunta ahora Logan, tomando un largo y
delicioso sorbo de whisky.

Una suposición. Sonrío, pasando un brazo alrededor de su diminuta cintura.

Acabamos de llegar aquí. Se ríe, empujándome juguetonamente. Todavía


no puedes llevarme a la cama.

Bien. Suspiro, fingiendo estar molesto. Vamos a la mesa de blackjack


entonces. Cuanto antes arrojemos algunas fichas y un poco de dinero en efectivo,
antes podré arrancar ese vestido de ese cuerpo perfecto.

Logan me dispara su mirada más sexy y traviesa mientras entrelaza sus dedos
con los míos y me tira en la refriega del piso del casino. Me acerco detrás de ella,
asegurándome de que todo el mundo sabe exactamente con quién vino aquí. Teje a
través de la multitud como un pescardo3, pero yo prefiero moverme como un gran
tiburón blanco, separando el enjambre como voy.

Justo cuando Logan se acerca a la mesa de blackjack, me encuentro cara a cara


con dos peces pequeños que no quieren nadar fuera de mi camino. Si no lo golpean,

3
Pescardo - Es un pez de pequeño tamaño, que vive en bandadas en agua dulce y es muy voraz.
podría tener que tragarlos enteros. Miro con indignación a los dos hombres que se
han colocado firmemente en mi camino. Tan pronto como he puesto nombres a sus
rostros presumidos de mierda, siento mi sangre subir a ebullición.

Hola, de nuevo, señor Vile. Sonríe el pendejo rubio de Leviathan que se


presentó a mi cuartel general justo antes de nuestro viaje. Lujo verte aquí.

Es mejor que salgas de mi vista. Rápido gruño. O no puedo ser responsable
por lo que te haga.

Estoy seguro. Sonríe el segundo, hombre más oscuro.

Vamos a necesitar que se unan a nosotros para una pequeña charla dice el
primer hombre.

No en tu vida, Mike me burlo, empujando más allá de las pequeñas mierdas.

No se trata de nuestras vidas en este momento dice el segundo hombre.

Me vuelvo a mirar hacia ellos, todo mi cuerpo vibrando con rabia reprimida.
¿Acaso me has amenazado, Jimmy? pregunto, mi voz baja y mortal.

Eso no era tanto una amenaza como una promesa responde Jim, cruzando
126
los brazos. Miro cómo sus ojos gravitan hacia abajo a mi pecho, y mi mirada la
sigue.

Joder murmuro, viendo el punto rojo de la visión de un tirador, justo allí


sobre mi corazón. Parece que tienen respaldo.

¿Estás convencido? pregunta Mike, con una sonrisa en su rostro bronceado.

Miro a Logan mirando hacia mi dirección sobre las cabezas de Mike y Jim. Las
esquinas de su boca son torcidas en preocupación, y puedo decir que está a punto
de venir hacia mí si no la tranquilizo. Yo forcé mi expresión en uno de calma y
levanto mi mano, señalándole que todo está bien. Sus ojos permanecen en los míos
por medio segundo más antes de que se vuelva a regañadientes al juego. Nos hemos
hecho muy bien leyéndonos el uno al otro, pero me alegro de que no pueda ver
todo el camino a través de mí, todavía.

Vamos les digo a los de trajes costosos delante de mí.

Buen hombre. Sonríe Mike, palmeándome en el hombro.

Toma cada pedacito de restricción que tengo para no romperle su brazo fuera.
Por algún esfuerzo hercúleo, me abstengo, y dejo que los hombres me llevan lejos a
través de El Club lleno de gente. Me permito una última mirada a Logan que
también está viéndome. Le disparo una sonrisa tranquilizadora. No tiene sentido
preocuparla, ¿verdad? Tácticas de susto a un lado, estos idiotas no son ningún
partido para mí.

Y tampoco son sus sádicos jefes Leviathan.

Me alejo del suelo de El Club, a través de una puerta discreta. Las luces del
casino rápidamente se desvanecen en nuestra estela mientras caminamos más y
más profundo en el vientre de la bestia que es El Club en sí.

¿Colega tienes cuidado de ponerme al corriente, aquí? —pregunto, jugando al


matón tonto.

—Estoy seguro de que sabes de qué se trata, señor Vile —dice Mike crispado,
entrando en lo que parece un elevador de carga.

—No eres tan estúpido cómo parece, después de todo —agrega Jim, siguiendo
a Mike en la lata de metal.

Aprieto los dientes mientras paso detrás de ellos, viendo la luz roja parpadeante
de una cámara de seguridad por encima. Me imaginé que todo el club estaba
cubierto de cámaras y micrófonos, este lugar solo parece remoto y rústico, pero está
127
sin duda equipado con todo el hardware más reciente. Estos dos deben sentirse
bastante seguros en su seguridad, con todas mis acciones capturadas en la cámara.
La pregunta es, ¿por qué no son más asustadizos acerca de nivelar las armas a los
patrocinadores de El Club, a la vista?

El ascensor se detiene bruscamente y las puertas se abren a un largo y blanco


pasillo que brilla bajo las luces fluorescentes. Bueno, eso no es amenazante en
absoluto, ¿verdad? Pienso para mí, siguiendo a Mike y Jim mientras pasean por el
pasillo como si fuera un maldito jardín de rosas.

Las puertas con candado se alinean en el vestíbulo, y lo que ocultan es la


suposición de cualquiera. Pero al final del pasillo, una simple y única puerta está
abierta. Desde aquí, se parece a cualquier otra oficina en la esquina. Pero me da la
sensación de que estoy en una sorpresa desagradable, de todos modos.

—Entra —dice Mike, mientras me detengo antes de la última puerta—. Está


esperándote.

Aprovechando mi altura completa, paso por delante de mis escoltas y casi no


entro en la oficina. Puede también enfrentar lo inevitablemente frontalmente,
¿verdad? Y, además, estoy muy ansioso por algunas respuestas, aquí.
La amplia oficina se abre ante mí. Me doy cuenta enseguida de que la
habitación es circular, con enormes ventanas que resuenan en el espacio, mirando
por toda la isla. Debemos estar en la vieja torre de vigilancia. Realmente puedes
mantener un ojo en todo desde este lugar. Especialmente cuando se tiene en cuenta
el banco de monitores de seguridad que se ciernen sobre un solo escritorio en el
camino.

Transmisión en vivo de todos los rincones de la isla fluyen desde esas pantallas.
Alguien está observando de cerca a la gente que sale a esta roca. En por lo menos
dos monitores, cuerpos desnudos se retuercen, claramente follando. Supongo que
nada está fuera de límites para quien se sienta detrás de ese gran escritorio de lujo.

—Me alegro de conocerle, señor Vile —dice una voz enfermiza y dulce de
detrás del escritorio. Una silla de cuero alta se aleja de mí, oscureciendo el altavoz.

—No puedo decir que sea mutuo —gruño, mientras Jim cierra la puerta de la
oficina, dejándome solo con el hombre misterioso, aquí.

—Vamos —continúa la voz—, esa no es forma de comenzar una reunión de


negocios.

—¿Es eso lo que es esto? —le pregunto—. Porque desde donde estoy de pie, 128
esto se parece a una escena de una pobre imitación del padrino. ¿Quién diablos eres
tú, y qué diablos quieres?

Mientras miro, la silla de respaldo alto gira lentamente alrededor. Casi tengo
que entornar los ojos para tomar la figura sentada delante de mí. Un hombre ligero,
no más alto que un metro y medio, está encaramado en el cuero fino, mirándome
por encima de los largos y tempestuosos dedos. Su elegante traje italiano se ha
adaptado a su cuerpo pequeño y delgado, y su pelo blanco es peinado en una cofia
perfecta. Gafas gruesas hacen sus ojos azules acuosos salir de su delgada cara. Todo
dicho, es un pequeño tipo que mira extraño, pero no estoy a punto de descartarlo
ahora. Siempre son los pequeños que traen más músculo, después de todo.

—Perdóname por no haberme presentado antes —continúa con su voz


melosa—. Me llamo Lester Klein.

—Bien Les —digo bruscamente, cruzando mis brazos—. Tienes una manera
divertida de hacer presentaciones.

—Tú no eres un hombre fácil de conseguir. —Se ríe Klein, de pie desde su silla.
Se ve aún más pequeño en sus pies que sentado—. Hice enviar un par de mis
emisarios a tu sede, no te olvides. Pero deduzco que no causaron una buena
primera impresión.
—Esa es una forma de expresarlo. —Sonrío, recordando la mirada de terror en
los rostros de esos imbéciles mientras mis muchachos los sacaban de nuestra sede—
. Pero lleguemos a esto. No soy uno de andarse por las ramas.

—Agradezco tu franqueza. —Asiente Klein, sacando una boquilla de oro del


bolsillo de su chaqueta y sacando un cigarrillo—. Estoy seguro de que has
adivinado quién es lo que represento.

—Leviathan —digo, mi voz goteando de desprecio.

—Eso es correcto. —Sonríe Klein serenamente, encendiendo su cigarrillo—. La


Corporación Leviathan todavía está muy interesada en contratar a tu club de
motocicletas para un trabajo de distribución ligera.

—¿El transporte de las niñas víctimas de la trata son su idea de trabajo ligero?
Hiervo.

—Ah. Mis disculpas —continúa Klein, sacudiendo la cabeza—. Supongo que


es un tema muy delicado para ti, ¿no? Trabajadores del sexo y similares, quiero
decir.

Mi visión se pone blanca con rabia en la implicación de este pequeño hijo de


puta. —¿Qué se supone que significa eso? —gruño.
129
—Dadas las inclinaciones profesionales de tu madre —dice Klein a la ligera—.
Se deduce que serías sensible sobre ese tipo de cosas.

Me agacho a través del espacio y agarro el frente del traje fino de Klein. Lo
alzo al aire, sus pequeños pies no patean nada mientras el cigarrillo cae de sus
sorprendidos labios. Todo lo que quiero es enviar su cuerpo chocando a través de
una de esas altas ventanas. Pero antes de que pueda mover otro músculo, la puerta
de la oficina se abre.

—Retrocede, Vile. —Escucho a Mike gritar desde el otro lado de la habitación.

—Bájalo —agrega Jim. Mis oídos recogen el sonido de dos pistolas que están
siendo armadas.

Miro hacia arriba en el rostro de Lester Klein, la ira surgiendo a través de mis
venas. ¿Cómo sabía esto de mi madre? Se aseguró de que nadie se enterara de sus
esfuerzos ocasionales, de última hora, para evitar que muriéramos de hambre.
Incluso yo nunca podría hacerle admitir la naturaleza de sus reuniones con los
varios hombres que aparecerían en nuestra puerta en el medio de la noche. Nunca
quiso que yo supiera la verdad, nunca quiso que yo supiera lo que fue forzada a
hacer por el bien de nuestra familia de dos personas.
—No se puede hablar de la madre de un hombre y esperar no ser maltratado
digo, empujando a Klein contra el escritorio y dando un paso—. No voy a
empezar a lanzar golpes con dos pistolas apuntando en mi espalda. Quieres hablar
de negocios, habla de negocios. Deje los asuntos personales fuera de ello.

—Vamos —dice Klein, rozando la parte frontal de la chaqueta de su traje—.


Cuándo se desentrañan los asuntos personales y empresariales, ¿verdad?

—¿Así es cómo conseguiste una pequeña oficina aquí? ¿Un arreglo personal?
presiono—. Dudo que El Club aprecie que secuestres a uno de sus estimados
invitados. ¿Leviathan tiene algo que resolver con las personas que dirigen este
conjunto o qué?

—Ciertamente se podría decir. —Sonríe Klein —. Los intereses de Leviathan y


El Club están, digamos, entrelazados. Y ahora mismo, esos intereses implican que
aceptes trabajar para nosotros por fin.

—¿Qué te hace pensar que voy a ceder ahora? —Me río rudamente—.
Apareces en mi cuartel general, te digo que te vayas a la mierda. Tratas de comprar
una de mis sucursales más pequeñas, trato con el problema de la única manera que
sé cómo. ¿Ahora me traes aquí y empiezas a agitar las armas? Adivina qué, la
respuesta sigue siendo jodidamente no. No sé qué tácticas de negociación suelen 130
funcionar para ti, pero enojar al tipo que estás tratando de persuadir es una
estrategia bastante mierda. No me vas a matar. Me necesitas demasiado. Me parece
que estás sin movimientos.

—Tienes razón sobre una cosa —reconoce Klein, asintiendo con la cabeza para
que Mike y Jim bajen sus armas—. No vamos a matarte, Devlin. Eso sería un
enorme desperdicio de talento. Pero no estamos por encima de derramar alguna
otra sangre. Sangre que puedes encontrar más preciada que la tuya.

Klein se aleja del banco de monitores detrás de su escritorio, dándome una


vista completa. Una por una, las pantallas se cortaron a una sola imagen. Mi
estómago se contrae dolorosamente mientras toda la pared de los monitores se
desliza sobre el hermoso rostro de Logan. Todavía está sentada en esa mesa de
blackjack, tratando de no parecer nerviosa. Pero puedo ver muy bien que está
preocupada, y con muy buenas razones cómo resulta.

—Entendemos que has tomado un gran gusto por una mujer. Logan Farrah,
¿verdad? —dice Klein, cruzando los brazos.

—No tiene nada que ver con esto —digo, mi voz baja y desigual—. Quédate
lejos de ella.
—Estaríamos más que felices de dejar a señorita Farrah intacta —insiste
Klein—. Si te comprometes a cooperar, eso es.

La furia y el terror batallan por el control de mi mente. Miro hacia el rostro de


Logan, paralizado.

—¿La estás usando como palanca contra mí? —gruño—. ¿Qué clases de
monstruos son?

—La clase trabajadora, señor Vile —responde Klein con una sonrisa
enfermiza—. Te preocupa mucho la señorita Farrah. Nosotros nos preocupamos
mucho por nuestros esfuerzos comerciales. Si simplemente aceptas trabajar para
nosotros, ambas cosas de las que nos preocupamos pueden seguir existiendo en paz
y buena salud. Pero si todavía te niegas a darnos lo que queremos... Bueno. Me
temo que nuestras pérdidas serán pagadas con una pérdida muy significativa de las
tuyas.

—La matarás —digo, mi voz hueca—. La matarás si no estoy de acuerdo con


tus términos.

—Eso es lo largo y lo corto de eso —dice Klein, aplaudiendo las manos—.


Lástima que tuviera que llegar a esto, ¿no crees? Pero es lo que es. ¿Qué dices si 131
pasamos por alto este desagrado?

Lucho por tener una idea de mis pensamientos. Tiene que haber una salida de
esto. Algo que todavía no he descubierto.

—Dame la noche para pensar en esto —le digo a Klein—. Mi club y yo


estamos dejando esta roca una vez que mañana por la noche ha ido y venido.
Tendré una respuesta antes de que nos vayamos.

—Estoy seguro de que podemos esperar un día más por tu cooperación —dice
Klein, extendiendo su mano para que la estrechara. Le agarro la mano, deseando
poder aplastar sus diminutos dedos todo el rato—. Solo recuerda —continúa,
mientras me vuelvo para irme—. Leviathan tiene su ojo en ti, Vile. Será mejor que
vigiles tu paso.

Con un breve gesto de asentimiento, hago mi rápida salida. Mi mente se


tambalea violentamente mientras trato de pensar en este terrible desastre. Tan
enojado como estoy con Leviathan, con Klein, con El Club, estoy aún más furioso
conmigo mismo. Al llegar a preocuparme por Logan, me he vuelto vulnerable a
este tipo de manipulación. Peor aún, he vuelto vulnerable a mi club. He fallado por
completo, jodido más allá de la reparación. No hay manera de que esta mierda
pueda terminar bien.
Ahora, lo mejor que puedo hacer es controlar el daño. Y si mi propia felicidad
es una de las cosas que resulta irreparable, que así sea. Dios sabe, soportaré
cualquier dolor que tenga. Siempre y cuando las personas que me importan salgan
de esto en una sola pieza. Especialmente Logan. No me molesto en la esperanza de
que pueda mantenerla ahora, pero me condenaré si no voy a mantenerla a salvo.

Le debo eso al menos.

132
Capítulo 18
Logan

Sin Devlin a mi lado, se agotan la magia delas luces giratorias y los sonidos
caóticos del casino. La escena que se desarrolla a mi alrededor se vuelve grotesca,
abrumadora, asquerosa, incluso. Por mucho que me asegure que todo está bien, mi
intuición está gritando todo lo contrario. El pánico serpentea a través de mí
mientras espero a que Devlin reaparezca. Por último, la presión es demasiado para
mí para soportar. Mi cabeza nada con los peores escenarios de casos mientras
renuncio a mis preocupaciones y huyo de la casa de la risa depravada que es la
planta principal de El Club.

Cálmate, me insto a mí misma, deslizándome por los pasillos tranquilos de la


antigua fortaleza. Dev no se habría ido si estuviera en peligro real. Probablemente
solo tenía que pagar una cuenta con El Club o algo así. Tal vez uno de sus
hermanos MC estaba causando problemas en el bosque. Cualquiera que sea el
133
problema, estoy segura de que hay una explicación perfectamente razonable.

—Claro —me burlo, metiendo la tarjeta en la puerta de mi dormitorio—.


Porque razonable es lo que Devlin Vile hace mejor.

Paso a la habitación oscura, respirando un suspiro de alivio mientras cierro la


puerta detrás de mí. Sin duda, me puedo relajar ahora. Incluso si la preocupación
sigue tirando insistentemente en los bordes de mi mente. Me dirijo hacia el cuarto
de baño, ansiosa por lavar mi elegante maquillaje a favor de algo más sutil. Esto de
vestirse como una cosa de princesa ha sido divertido, pero me siento tan hermosa
en pantalones cortos y una camiseta alrededor de Dev.

Justo cuando alcanzo la puerta del cuarto de baño, las luces parpadean a mi
alrededor. Una oleada de miedo detiene mi corazón por un golpe mientras miro
salvajemente alrededor de mi dormitorio. Pero entonces Devlin aparece en el
umbral entre nuestras habitaciones, y una risa sobresaltada sale de mi pecho.

—Me asustaste como la mierda —digo, sacudiendo mis nervios lo mejor que
puedo—. ¿Dónde diablos has desaparecido, Dev? Me hiciste pensar lo peor.
—No quise asustarte —responde. La nota fría en su voz impulsa la ligereza de
mi corazón. Miro hacia él en la penumbra, observando con cautela su expresión
estoica. Nunca me ha mirado con tal... desinterés.

—¿Hay algo mal, Dev? —le pregunto, caminando tentativamente hacia él.

—Nada que no pueda ser enderezado. —Se encoge de hombros, cruzando sus
gruesos brazos sobre su pecho. Está despojado de su elegante traje y lleva su
uniforme estándar de vaqueros, una camiseta y su amado chaleco.

—¿Nuestra velada está terminada, entonces? —pregunto, perpleja—. Pensé que


querías que jugásemos a lo elegante esta noche, o…

—Esta noche ha terminado —dice en breve. Todo esto ha terminado.

Tomo una respiración profunda para estabilizarme. Sin duda, realmente no


puedo escuchar estas palabras que vienen de los labios de Devlin. Apartando los
ojos, miro al resto de la habitación por fin. Todas mis pertenencias han sido
empacadas en un juego de equipaje que combinan. La cama está hecha y las
sábanas encima. No queda evidencia de que haya estado aquí. El temor comienza a
crecer dentro de mí, como a regañadientes junto las piezas.

—¿Voy a algún sitio? —pregunto en voz baja, alzando los ojos hacia Dev.
134
—Te vas a casa —me dice, sin ceremonia—. Cuando ese yate salga del
continente mañana por la noche, te estarás subiendo en él.

Lo miro sin comprender. ¿Es una broma? Hace solo unas horas, estábamos
haciendo planes para mi vida con el Circle of Death. No puede ser serio con todo
esto. Tal vez me está poniendo a prueba. O.… algo.

—Devlin —digo, luchando por mantener la voz tranquila—. ¿De dónde viene
esto, de repente? Te lo dije, no quiero volver a Boston. Quiero quedarme contigo.

—Las circunstancias han cambiado. —Se encoge de hombros—. Ser etiquetada


junto conmigo ya no es una opción, Logan.

—¿Etiquetados juntos? —pregunto, incrédula—. No soy tu hermana menor,


Dev. Soy…

—¿Qué? ¿Qué eres para mí? —pregunta desapasionadamente—. No eres un


trasero dulce. No eres mi novia. Estás segura de que no eres mi dama. No hay lugar
para ti en mi vida. En mi club. Era ridículo que fingiéramos lo contrario. Esta
semana ha sido un buen momento, pero seamos reales, Logan. Volver a Maine
conmigo nunca iba a salir bien.
—¿Por qué estás diciendo esto? —pregunto, luchando por hablar alrededor del
nudo en mi garganta—. Creí que te preocupabas por mí, Dev. Sé que te preocupas
por mí.

—Nos hemos divertido mucho —permite, sacando un paquete de cigarros de


su chaleco—. Pero vamos, Logan. No eres del tipo MC. Nunca has sido follada
correctamente antes de que yo viniera, y no estás pensando con claridad.

La ira corta a través de mi confusión, difuminando los bordes de mi visión.


Este no es el Devlin que conozco hablando. Este es el acto que pone para el resto
del mundo. Estamos más cerca que esto ahora, más allá de toda la postura del
chico malo. Está tratando de ser cruel, tratando de alejarme. ¿Pero por qué? ¿Qué
podría haber cambiado en la mera hora que pasamos separados? Debe haber sido
dicho algo por esos hombres en trajes, descubierto sobre algo que lo está obligando
a tirarme.

—Oh, carajo —murmuro, envolviendo los brazos alrededor de mi cintura. Solo


hay una cosa que podría haber cambiado rápidamente la opinión de Devlin sobre
mí. Alguien debe haberle avisado sobre mis verdaderas intenciones por estar aquí
en El Club. ¿Le contó Elliot de alguna manera, solo para joderme? ¿Podría haber
estado tan molesta por haber abandonado FootSoldier?
135
—Sé que es repentino, pero lo superarás —continúa Devlin, volviéndose para
irse. Puedes quedarte a dormir toda la noche, si quieres. Pero si prefieres ir con tu
hermana…

—Lo has averiguado, ¿verdad? —pregunto, corriendo para coger la puerta


antes de que se cerrara detrás de él. Sabes sobre el artículo.

Ahora es el turno de Devlin para sorprenderse. Su persona de tipo duro se


quiebra solo un pelo mientras se vuelve hacia mí. ¿El artículo? pregunta, su
mirada ardiente agujereándome. ¿Qué artículo, Logan?

Mi boca se abre sin palabras en su ira inminente. ¿Se está burlando de esto solo
para castigarme? ¿O realmente me enredé sin razón? Retrocedo desesperadamente,
alejándome de su forma asombrosa.

—No importa —le digo rápidamente—. Solo pensé...

—¿De qué artículo hablas, Logan? —presiona, me apoyo en mi habitación


impecable—. Dime. Ahora.

No me he dejado otra opción que limpiarme. Ya ha decidido patearme a la


acera, después de todo. ¿Qué tengo que perder?
—Mi artículo para FootSoldier —digo, mi voz temblando—. Alguien debe
habértelo contado. ¿Por qué otra cosa habrías decidido deshacerte de mí de
repente?

—No sé de ningún artículo tuyo —dijo Devlin con dureza—. Pero ahora estoy
muy jodidamente curioso. ¿Quieres dejarme entrar en el gran y maldito secreto?

Estoy presionada contra la pared del dormitorio, literalmente apoyada en una


esquina. No quiero temblar delante de Devlin.

—Fui contratada por una publicación en línea llamada FootSoldier para escribir
un artículo sobre El Club —revelo—. Por eso vine a esta isla en primer lugar.

Los ojos de Devlin se abren con furiosa incredulidad. Una cosa es cierta: nunca
ha oído nada de esto antes. Me he jodido totalmente.

—Has venido aquí para escribir sobre El Club —repite, cada palabra saturada
de desdén—. ¿Y cuál sería exactamente tu ángulo? ¿Bastante pequeña muchacha
rica juega los barrios bajos con algún gran motorista malo? ¿Vas a escribir sobre
nosotros? ¿Sobre mí?

No tiene sentido mentirle, pero tampoco puedo decir la verdad. Las palabras 136
simplemente se niegan a formarse en mi lengua. Pero este es Devlin. Puede leer la
verdad en mi rostro culpable.

—No fue solo El Club del que viniste a escribir —dice, con voz hueca—. Has
venido a escribir sobre mí. ¿No es así? Por eso estabas tan decidida a captar mi
atención aquella primera noche aquí. Todo fue una mentira de mierda.

No tiene sentido negarlo. Ya sabe que descubrió la verdad. Intento y parpadeo


lejos las lágrimas que se levantan en mis ojos, pero no sirve de nada. Siguen por mi
rostro, dejando rastros salados a través de mi maquillaje cuidadosamente aplicado.
¿Cómo pude haber sido tan estúpida, hablando de esto? Si alguna vez hubo alguna
posibilidad de que Devlin cambiara de opinión, se ha deshecho. Sus ojos están
llenos del dolor de la traición, el ultraje de ser perjudicado por alguien que al que le
has confiado con todo el corazón.

—Lo siento Dev —susurro llorando, escondiendo mi cara en mis manos—.


Pensé que ya lo habías descubierto. Pensé que era por eso que me querías lejos.
¿Por qué otra cosa...?

—Nunca me hubieras dicho si no pensabas que me había enterado en otro


lugar dice, apretando los dientes—. Nunca habrías limpiado esto. Me hubieras
dejado creer que te importaba una mierda mientras me minabas por alguna maldita
historia.
—No, Dev. No era así. —Lloro—. Maté la historia, a la segunda que supe que
me estaba enamorando de ti. Es verdad, he venido aquí para echar un vistazo a tu
vida, para ver cómo eras en realidad. Pero una vez que te conocí...

—No sabes lo primero de mí, pequeña niña —ruge Devlin, golpeando su puño
contra la pared junto a mi cabeza—. No te olvides nunca de eso.

Salto lejos de él, de repente aterrorizada de su brutal fuerza. En un abrir y


cerrar de ojos, Devlin se ha ido de alguien que me importa a alguien que temo. Y
esa transformación rompe mi corazón más que nunca.

—Tienes que creerme, yo no estaba tratando de hacerte daño —le suplico,


retrocediendo lejos de él a través de la habitación.

—No te hagas ilusiones —escupe, con las manos en puños furiosos—. Nunca
podrías hacerme daño. Nadie puede hacerme daño. Soy irrompible.

—Bien. Eso debe de ser muy bueno para ti —susurro ferozmente—. Porque me
estoy sintiendo muy rota, ahora mismo.

—Pequeña niña, no sabes el significado de la palabra —escupe, moviendo la


cabeza como un toro dispuesto a cargar. Por un momento breve y aterrador, creo
que va a correr directamente hacia mí, a derrumbarme con un golpe rápido. Pero en
137
cambio se vuelve y sale de mi habitación en tres pasos largos. Oigo abrir la puerta
de su dormitorio y golpear con una grieta resonante. Justo así, se ha ido,
dejándome temblando y perdida en su estela.

Me hundo en el suelo de madera, mi sedoso vestido escarlata se agrupa a mi


alrededor. El choque me invade los sentidos mientras lucho por darle sentido a lo
que acaba de suceder. Pero intento y puedo, no puedo retorcer el orden de este giro
insano de los acontecimientos. Mi pecho se agita con sollozos entrecortados
mientras me derrumbo en mí, un montón estremeciéndome en el suelo. Esto debe
ser alguna ilusión, algún terror nocturno que se disipará con el sol naciente.
Seguramente, esto no está sucediendo realmente. O al menos eso es lo que espero,
al dejar que el cansancio me arrastre hacia abajo en un sueño atormentado,
incómodo.
Capítulo 19
Un insistente sonido de golpeo finalmente arrastra mi mente de vuelta a la
superficie de la vigilia. Alguien está llamando, no; golpeandoa mi puerta,
llamándome desde el pasillo.

¡Logan! ¡Logan! Abre la maldita puerta demanda Juliet, su voz


inconfundible. Abre la puerta o la romperé yo misma.

Vete. Me las arreglé para graznar, raspando a través de mi garganta seca. Me
levanto con los brazos rígidos y temblorosos. ¿Cuánto tiempo he estado desmayada
en el implacable piso de madera?

¿Qué diablos está pasando? pregunta Juliet, sacudiendo el pomo de la


puerta. Has estado DEA desde ayer por la tarde. Son casi las 7 de la mañana.

¿Qué? exclamé, saltando a mis pies. Me tambaleo ligeramente, el vértigo


tomando feroz agarre de mi cuerpo. He estado desmayada durante horas y horas en 138
este suelo frío y duro. Me siento como si hubiera sido golpeada en cada centímetro
de mi vida. Pero Devlin nunca puso una mano en mí, por supuesto.

Devlin. En el momento en que su nombre viene desgarrando mi mente, siento


que las líneas de culpa de mi corazón se abren una vez más. A medida que los
acontecimientos de la noche pasada se estrellan contra mí, sé con certeza que no he
despertado de un mal sueño. Me he despertado en uno. Tropecé hacia la puerta,
abriéndola para admitir a mi hermana. La mirada de frustración en su bello rostro
se desvanece en desconcertada preocupación mientras me mira a mí.

Jesús, Logan... Respira, envolviéndome en sus brazos. ¿Qué te ha pasado?


¿Estás bien?

No lo creo, Jules digo, y los sollozos me alcanzan una vez más. No estoy
segura si alguna vez estaré bien de nuevo.

Juliet me lleva de vuelta a mi cama, dejándome sobre el edredón de almohada


mientras se apresura a cerrar y bloquear la puerta detrás de nosotras. Se está
moviendo como alguien en alerta alta mientras se asegura de que estamos seguras
en mi habitación empacada.

—¿Dónde está Dev? —pregunta, posándose en el borde de la cama—. ¿Por qué


no está contigo ahora mismo?
—Él... Yo... —tartamudeo, incapaz de forzar las palabras a través de mis
dientes. Solo se fue, Jules. Ha acabado conmigo.

—¿Qué quieres decir con que se fue? —pregunta, alisando mi pelo


despeinado—. ¿Adónde se fue, Logan?

—No tengo ni idea. —Lloro, acurrucándome en mi lado con mi vestido


carmesí—. Íbamos a pasar la noche en el casino juntos. Vivirlo antes de que nos
dirigiéramos al continente. Pero justo cuando llegamos allí, estos dos tipos lo
interceptaron y lo llevaron a alguna parte. Esperé tanto tiempo cómo pude, pero me
asusté de estar sola después de una hora y volví aquí. Cuando entré, todas mis
cosas estaban empacadas, y Devlin me dijo que me estaba enviando a Boston.

—No lo entiendo —dice Juliet, frunciendo el ceño—. Pensé que habías


decidido venir en el camino con nosotros. Tú y Devlin la estaban pasando tan bien.
¿Qué diablos ha cambiado?

—No tengo ni idea —gemí, parpadeando a mi hermana a través de mi máscara


de lágrimas—. Es como si se hubiera convertido en una persona diferente en la
hora en que se había marchado con esos hombres. Era tan frío conmigo. Era como
si la semana pasada ni siquiera hubiera pasado. Y luego... Oh, Jules. Lo jodí todo.
139
—¿Qué quieres decir? Esto no suena como si fuera tu culpa, cariño —dice,
tratando de consolarme.

—Pero lo es —insisto, tomando su mano en la mía—. Juliet... Hay tanto que


no sabes. Sobre mí, sobre por qué estoy aquí. Me odiarías si supieras.

—Soy tu hermana, Logan —dice Juliet, fijándome con una mirada firme—.
Nada de lo que hiciste podría hacerme odiarte. ¿Lo entiendes? Ahora, ¿por qué no
me das toda la historia? De principio a fin.

Tomo una respiración profunda y firme y dejo que mi alma se derrame. Le


cuento a mi hermana mayor de todo: la asignación de FootSoldier, mis motivos
ocultos para venir a la isla, el hecho de que Devlin Vile fue mi objetivo todo el
tiempo, la extraña crueldad indiferente con la que me soltó anoche. No dejo un solo
detalle. Cuando mi confesión está completa, levanto mis ojos a Juliet, temerosa de
lo que podría encontrar allí. Pero en lugar de odio, o disgusto, o piedad, solo veo el
perdón. Amor.

—Escúchame, Logan —dice con ferocidad, tomando mi cara manchada de


lágrimas en sus manos—. No has hecho nada malo. No tenías ni idea de que ibas a
enamorarte de Dev cuando tomaste esa asignación. ¿Y quién podría culparte de
tomarlo, con ese bono, y las esperanzas de encontrarme en el proceso? Tú
rechazaste el trabajo tan pronto como comenzaste a tener sentimientos por él, e
incluso le fuiste sincera al final. Lo que lo está obligando a rechazarte es mucho
más grande que un blog inútil, eso es seguro.

—Pero ¿qué lo hace hacer esto? —pregunto desesperadamente—. ¿Por qué me


aleja?

—Los dos hombres que interceptaron a Dev en el casino —dice Juliet, pensando
en voz alta—. ¿Eran chicos pijos? ¿Impecables y bien cuidados? ¿Uno con el cabello
claro, el otro oscuro?

—Sí... Sí, lo eran —le digo, recordando la escena de anoche—. ¿Los conoces?

—Suenan como estos dos tipos que vinieron husmeando por el cuartel general
del Circle of Death antes de salir aquí —dice, sus ojos se estrechan—. De lo que me
dice Packer, estaban tratando de reclutar al MC para ejecutar trabajos para alguna
gran empresa. La Corporación Leviathan, eso es lo que era.

—¿Qué querría una gran corporación con una pandilla de forajidos? —le
pregunto.

—Distribución. Suena como Leviathan tiene algo menos-que-legal producto


quiere mover a lo largo de la costa este. Han estado acosando a nuestros
muchachos durante meses.
140
—Dev mencionó un grupo que estaba tratando de comprar una pequeña
sucursal del Circle of Death... —digo, juntando las piezas—. ¿Crees que fue
Leviathan también?

—No me sorprendería. —Juliet frunce el ceño.

—¿Puedes preguntarle a Packer si sabe algo? Supongo que no sé dónde está


Dev ahora.

—Esa es la cosa —dice Juliet, sacudiendo la cabeza—, iba a ver si Dev sabía a
dónde se había dirigido Packer. Salió de la habitación hace una hora y no puedo
encontrarlo en ninguna parte. No puedo encontrar a ninguno de los hermanos, por
cierto.

—Oh, Dios mío. —Inhalo—. ¿Crees que les ha pasado algo?

—No —dice Juliet con confianza—. Son el Circle of Death.Las cosas no los
pillan con la guardia baja. Mi conjetura es que están convocando en alguna parte
fuera del alcance, encontrando alguna manera de cómo proceder. Si Leviathan está
haciendo esto agresivo, podría ser hora de tomar alguna acción seria.
—¿Qué tipo de acción? —pregunto, casi con miedo de saber la respuesta.

—Bajar de esta roca, para empezar —dice Juliet—. Vamos a querer alejarnos lo
más posible de esos hijos de puta. No son solo algunos conglomerados de gran
tamaño que buscan algunas estrategias de distribución creativa. Las cosas en las
que están metidos son jodidas. No son solo drogas y armas. Están corriendo chicas,
también.

—¿Chicas? ¿Cómo las niñas traficadas? —pregunto incrédula.

—Exactamente —dice Juliet, asintiendo solemnemente—. Devlin nunca


permitiría que el MC se mezclara en esa mierda. Pero si Leviathan no tiene reparos
en secuestrar niñas menores de edad y venderlas una por una, estoy segura de que
no serán tímidos con sus métodos de intimidarnos a trabajar con ellos. O por lo
menos intentarlo.

—No estamos a salvo aquí, ¿verdad? —pregunto, mi voz callada con el miedo
que invade.

—No mientras Leviathan esté aquí también —confirmó Juliet, apretándome


fuertemente las manos.

—¿Crees que... por eso Dev estaba tratando de asustarme de vuelta al continente?
141
—le pregunto, espero cortar a través de mi terror—. ¿Estaba tratando de
mantenerme a salvo al llevarme al barco de esta noche?

—Esa es mi conjetura. —Asiente Juliet.

Dejo salir un sonido aliviado que es tanto un sollozo como una risa. Sabía que
Devlin estaba tratando de expulsarme a propósito. Él quería que estuviera fuera de
peligro si las cosas se fueran al sur con esta empresa sombría. Solo estaba tratando
de protegerme, aunque eso significara herirme en el proceso. Eso significa que
todavía se preocupa por mí... o lo hacía, hasta que fui y le conté sobre el artículo.
Ahora es una incógnita si aún podrá perdonarme.

—Tenemos que encontrar a los chicos —digo resueltamente—. Solo déjame


cambiarme, y…

—Si los hermanos se han ido a algún lugar para reunirse, no podremos
encontrarlos —me dice Juliet.

—Bueno, ¿qué diablos vamos a hacer?

—La última vez que lo comprobé, tenías un bote que atrapar —dijo Juliet con
tranquila resolución.
La miro sin comprender. —Tú... ¿quieres que me vaya también? —pregunto.

—Quiero que estés a salvo —me corrige, poniendo una mano en mi mejilla—
.Eres mi hermanita, Logan. Si algo te pasara aquí, bajo mi vista, nunca me
perdonaría. Si Dev cree que es mejor que regreses al continente por ahora, confío
en su juicio.

—Pero ¿qué hay de ti? —le dije—. ¿Y tú seguridad?

—No tomes esto por el camino equivocado, pero he estado lidiando con chicos
malos durante años —Se ríe—, yo sé cómo cuidar de mí misma. Acabas de entrar en
esta vida. No estás lista para afrontar lo peor.

—No sabes de lo que soy capaz —le digo en voz baja, mi voz de acero con
determinación.

—Y tú no sabes de qué son capaces estos hijos de puta de Leviathan —dice con
severidad—. Por favor, Logan. Simplemente haz lo que Devlin dice y vuelve a
Boston. Cuando las cosas se calmen, te encontraremos otra vez. Puedes venir con
nosotros, tal como lo planeamos.

—No puedes prometerme eso —le digo, sacudiendo la cabeza. 142


—Sí puedo —dice con ferocidad, sus ojos oscuros ardiendo—. Ya te he perdido
una vez, Logan. No voy a hacerlo de nuevo.

Me empuja en un abrazo rápido, y envuelvo mis brazos alrededor de su cuerpo


delgado. Nos abrazamos estrechamente, terminando nuestra promesa en este
abrazo. Sé que debería escuchar a Dev y Juliet, regresar a casa hasta que las cosas
se calmen. Ellos saben lo que es mejor, aquí. Tengo que confiar en eso.

—Muy bien —susurro—. Me iré.


Capítulo 20
Devlin

á ñ

Me desmayo por la mayor parte de la noche. Entre mi encuentro con Lester


Klein, la tensión de fingir indiferencia hacia la mujer más increíble que he
conocido, y su bola de confesión, parece que el mundo entero se está
desmoronando bajo mis pies. No estoy seguro de cuánto tiempo desgarro el bosque
después de dejar la habitación de Logan. Todo lo que sé es que el sol ya se ha
levantado por el tiempo que vuelvo a tener mi ingenio sobre mí. Me encuentro
parado en una esquina de la roca, mirando hacia el Atlántico. He perdido suficiente
tiempo en esta espesa niebla de rabia. Es hora de actuar.

Sosteniendo mi tierra en este rincón aislado, hago rodar unos cuantos textos
convocando a mis hermanos. Me aseguro de no mencionar detalles, Leviathan
143
podría estar monitoreando nuestros teléfonos, también. A medida que el Circle of
Death se moviliza, alcanzo el bosque circundante para cámaras y micrófonos. No
hay ninguno que pueda encontrar, pero eso no significa que no están realmente allí.
Después de ver ese banco de monitores en la oficina de Klein, no estoy tomando
nada por sentado.

Uno por uno, mis hombres aparecen fuera del bosque. El día sigue siendo
nuevo, pero en el segundo que me ven enfadado, se despiertan rápido. No tengo
que decir una palabra para telegrafiarles que la mierda grave está bajando. Cuando
Otis, el movimiento de nuestros miembros, llega finalmente, es hora de convocar.
Llamo a los hombres tan cerca de las olas que se estrellan como sea posible, con la
esperanza de que el sonido ahogue nuestra conversación si en el bosque escucha.

—¿Qué ocurre, Dev? —pregunta Packer, con la frente temblorosa.

—Nada bueno —respondo bruscamente—. He encontrado a unos viejos


amigos anoche. Los representantes de Leviathan que se presentaron a la sede. Me
presentaron a su jefe, Lester Klein, quien insistía bastante en que yo repensara mi
decisión de mantenerme alejado de la corporación.

—¿Bastante insistente? —pregunta Dean, cruzando los brazos—. ¿Qué significa


eso?
—No tengo miedo de meter unas pistolas en mi cara, para empezar —les digo a los
hombres—. Y ciertamente no por encima de amenazar a nosotros y a nuestra gente.

—Deberíamos dejar que El Club sepa que tienen un problema de bichos —gruñe
Leon.

—Estoy seguro de que no tomarían demasiado amablemente a un montón de


trajes que nos amenazan en su roca —continúa Lobo.

—Tengo la sensación de que El Club es muy consciente de la presencia de


Leviathan. Klein tiene una oficina de mierda en la torre de vigilancia.

Como uno, las miradas de los hermanos oscilan hasta la imponente torre, que
se cierne sobre las copas de los árboles.

—Vamos a tener que subir nuestra hora de salida —les digo a los hombres.

—Eso es jodidamente seguro. —Otis asiente.

—¿Cuál es el plan, entonces? —preguntaXan. Parece que El Club no es muy


acogedor de llegadas y salidas no anunciadas.

—Es verdad. Los muelles se observan muy cuidadosamente por aquí —


144
respondo—. Vinimos aquí en nuestro maldito barco —dice bruscamente Brutus—,
vamos a entrar y salir de aquí.

—El Club atrapa los barcos de los huéspedes en el agua —le respondo—. Es
como un maldito servicio de aparcacoches para yates. Afortunadamente,
conocemos al hombre que tiene todas las llaves.

—Titán —dice Packer.

—Exacto —le respondo. El portero. Él mismo es un ex bandido. Será


simpático a nuestras necesidades.

—Entonces, ¿cuál es el plan? —preguntaChip con ansiedad.

—Hay un yate de universitarias que viene esta noche —le digo a los hombres.
Esa será nuestra cobertura. Después de que todas las niñitas han llegado a tierra,
todos vamos a bordo, secuestramos el yate y conducimos a donde nuestro barco está
anclado. Saltaremos a nuestro propio barco, nos aseguraremos de que el capitán del
yate se mantenga en silencio y salgamos de aquí antes de que Leviathan pueda
detenernos. Si esperamos hasta mañana, sé que nos habrán puesto en el cierre.

—¿Y si están listos para que hagamos algo así? —pregunta Dean.
—Eso es para lo que tenemos armas, amigo mío —digo con tristeza.

El silencio desciende sobre el grupo. Ninguno de nosotros estaba esperando


una batalla cuando salimos aquí para un retiro.

—Lamento que haya llegado a esto —les digo a los chicos—. Pero estoy seguro
de que esta es la mejor salida. Todo lo que tenemos que hacer es llegar a nuestro
barco y estaremos en casa libres.

—¿Qué hay de nuestras chicas? —pregunta Leon—. Tenemos un par de culos


dulces de que preocuparnos.

—Por no hablar de Jules y Logan —señala Packer.

—No podemos poner al corriente a esas dos en el plan hasta que esté en
marcha digo severamente. Logan sabe que está subiendo a ese yate, pero no que
estaremos allí también.

—¿Por qué no simplemente decirle, para que podamos tener un plan de juego
limpio? —pregunta Lobo. Aquí no puede haber confusión.

Klein amenazó con matarla si no cooperaba. —Tuve que poner en marcha una
explosión en nuestra suite para el beneficio de las cámaras de seguridad. No le
145
harán daño si piensan que ella y yo terminamos. Tiene que pensar que ya he
terminado con ella. Packer, tienes que mantener a Jules en la oscuridad, también.
Si están listos para herir a Logan, estarán listos para hacerle daño también.

—Está bien —dice Packer, a regañadientes—, pero normalmente no suelo guardar


cosas de mi dama.

—Solo dile que necesita asegurarse de que Logan se suba al yate. Eso la llevará
al muelle —le ofrezco. Sé que esto es una situación de mierda, muchachos, pero lo
lograremos.

—Por supuesto que lo haremos —grita Otis.

—Somos el Circle of Death —añade Xan.

—De ninguna manera no podemos superar a un montón de malditos trajes


continúa Leon.

Miro a mi alrededor a mis hermanos reunidos, cada uno dispuesto a seguir mi


ejemplo. Mi corazón astillado se hincha de orgullo. No puedo pensar en lo que
sucede después de escapar de esta maldita roca. Si hay o no hay futuro para Logan
y yo ahora, después de las revelaciones de anoche. Podemos averiguarlo cuando
volvamos a estar a salvo. Estaremos a salvo otra vez.

—El yate estará aquí a las nueve de la noche —le digo a mis hermanos. Estén
fuera de las paredes de El Club, listos para moverse para entonces. Dejen atrás todo
lo que han traído, no podemos tener a Leviathan sabiendo que nos estamos
preparando para mudarnos. Esta es nuestra oportunidad de salir antes de que hayan
encerrado la isla. No lo estropeemos.

—No lo haremos, Dev —dice Packer, palmeándome en el hombro—. Puedes


contar con nosotros.

—Joder, puedo —sonrío. Vuelve a El Club. Vive por las próximas horas,
porque este lugar está a punto de estar muy atrás.

Así cómo llegaron, los hombres se alejaron, tambaleándose por los caminos
para no despertar sospechas. Solo Packer permanece detrás conmigo, de pie en la
costa rocosa de la isla.

—Sé directo conmigo, Dev —dice, mirando más allá de los rompedores—. ¿Qué
clase de oportunidad tenemos de salir de esta roca ilesos?

—Honestamente Packer, no tengo ni puta idea —admito, mis dientes apretados.


146
Klein y sus muchachos no están solos en esta isla. ¿Quién sabe cuántos de los
empleados de El Club pertenecen a Leviathan, esta isla es probablemente propiedad
dela Corporación. No sé en quién puedo confiar, salvo en ustedes, muchachos. Pero
este es nuestro mejor tiro. Puedes confiar.

—Lo hago —asiente Packer con la cabeza. Sabes que te seguiré adondequiera
que vayas, Dev.

—Lo sé —le digo. Y te doy las gracias por eso. Ahora regresa y asegúrate de
que Jules esté lista para ir. Querrá asegurarse de que Logan se suba al yate cuando
llegue, pero no hay necesidad de decirle que todos estaremos subiendo, también.
Ella y Logan son prácticamente telepáticas. No podemos dejar que ninguna
conozca toda la verdad todavía.

Packer asiente sin decir palabra y se da la vuelta. Sé que le incomoda mentir le a


su dama, aunque sea solo una mentira de omisión. Pero Logan tiene que pensar
que está fuera de mi vida. Si Klein no la ve angustiada, fuera de sí, sabrá que
todavía puede usarla para hacerme daño. Y eso no va a suceder. No si puedo
evitarlo.
Ahora tengo que ponerme una cara feliz, que el Leviathan piense que tienen un
tiro en cortejarme. Reacio a dejar mi rincón remoto del mundo, me vuelvo a
caminar hacia El Club.

Mi cabeza se aprieta a un lado cuando algo frío y distintamente metálico


golpea contra mi sien. Me tambaleo unos pasos, cegado por el repentino impacto.
El choque da lugar a un dolor insoportable cuando la sangre baja a mis ojos,
cegándome de inmediato. Cruel risa suena a través de los árboles mientras me
estabilizo, golpeando mis manos en puños. Es posible que no pueda ver, pero
todavía puedo lanzar un puñetazo.

—¿Cómo es que todavía está de pie? —Oigo una voz familiar, zalamera en voz
en voz alta.

—No tengo idea. Pero sé cómo arreglarlo —responde vagamente un segundo


locutor.

Siento un fuerte suspiro a través de mis dientes cuando siento una jeringuilla
hundirse en el músculo de mi muslo. Antes de que pueda reunir una sola célula
para luchar contra mis agresores, el mundo se desdibuja en un torbellino enfermizo
antes de volverse negro a mi alrededor.
147
Capítulo 21
Logan

Doy una última mirada a mi habitación en El Club, luchando para evitar que
me trague completa. He aprendido mucho acerca de mí dentro estas cuatro paredes:
mi cuerpo, corazón, lo que quiero de la vida. Y tengo que agradecer a Devlin por
todo esto. O podría, si lo veo de nuevo, eso es.

No pienses en eso ahora, me reprendo, alisando la parte delantera de una


sencilla blusa de seda. Una vez más me he puesto la ropa que llevaba mi primera
noche aquí, cuando salí de ese yate y entre a un mundo que nunca podría haber
imaginado. Mis palitos de metal favoritos, los que mi madre me compro,
mantienen mis rizos negros en su lugar mientras doy la espalda a este sagrado
espació.
148
Pensar en mi madre aquí, en medio de toda esta locura, envía una ola de
remordimiento estrellándose a través de mí. Mis padres tenían razón desde el
principio. Había más en este trabajo de lo que jamás podría haber sabido. Pero tan
mal como todo se ha ido, no puedo arrepentirme de haber tomado la tarea.
Encontrando y perdiendo a Devlin tan pronto puede doler como una perra, pero
todavía es mejor que nunca haberlo conocido en primer lugar.

Juliet está esperándome en el pasillo del hotel con Packer a su lado. Devlin
debe haber enviado a su VP como respaldo para asegurarse que realmente subo a
ese yate. Supongo que cualquier reunión con los hermanos desaparecidos ha
terminado. Tengo una curiosidad mortal acerca de lo que está pasando, pero sé que
es mejor no preguntar.

—¿Devlin va a venir y decir adiós antes de irme? —le pregunto a Packer,


alzando una bolsa en mi hombro.

—No lo dijo —responde Packer brevemente, revisando el reloj—. Son diez


para las nueve. Será mejor que vayamos al muelle.

Juliet entrelaza los dedos conmigo mientras bajamos por los sinuosos pasillos
de El Club. Sabe lo difícil que esto es para mí, estoy segura. Confió en mi hermana
y la decisión conjunta de Dev de enviarme a casa implícitamente, pero desearía que
también mi intuición estuviera a bordo para su plan de acción. Por mucho que me
deshaga de las preocupaciones, hay un temor presente en mi intestino que algo
sobre toda esta situación es raro.

El Club ya está removiéndose con sexy abandono esta noche. La escena a la


que salimos en el bosque es familiar ahora. Hombres gritan y vociferan alrededor de
la furiosa hoguera, bebiendo cervezas y pasándose porros con mujeres de largas
piernas alrededor de ellos. Puntas de cigarrillos brillan en la oscuridad como ojos
demoniacos. El aire es pesado con humo de madera y hierba, el olor de la bebida y
sexo. Y aunque me he sentido segura toda la semana bajo el ojo vigilante de
Devlin, la isla parece más siniestra esta noche que nunca antes. ¿Por qué demonios
no puedo calmarme y confiar que todo va a estar bien?

Juliet me lleva al muelle con Packer justo detrás de nosotras. Solo son las nueve
y la forma familiar y gigantesca del guardián de El Club, Titán, está iluminado por
una luz de linterna. Él gira su enorme frondoso rostro hacia nosotros mientras nos
acercamos. Y aunque lo recuerdo como jovial, sus rasgos son sombríos esta noche.

—¿Todo bien? —pregunta Packer al gigante, su voz baja y confidencial.

—Todo bien —confirma Titán. 149


Levanto una ceja a los hombres. Sin duda, arreglando el paso de regreso a
tierra firme no podría haber sido mucha resistencia. Estoy a punto de preguntarles
qué diablos sucede cuando el triste lamento de una sirena de niebla atrae mi
atención. En el agua, un buque se acerca. Música pop Peppy y tintineo de risa
flotan a través de las olas, atrapando mi oído. Allí, bajando hacia la isla, es el yate
que me trajo aquí hace una semana. No puedo dejar de odiar al mismo barco
viniendo para arrastrarme lejos de Devlin, aunque sea su orden.

—Tienes personas esperando por ti en Boston, ¿Verdad? —pregunta Juliet


ansiosamente.

—O algo así. —Me encojo de hombros, apretando su mano.

—Estaremos de regreso por ti pronto, ¿está bien? —susurra, empujándome en


un apretado abrazo—. Te amo, hermanita.

—También te amo —susurro, emoción engrosando mi voz.

Miro por encima de mi hombro mientras el yate se desliza hasta el muelle. Una
docena de ansiosos jóvenes rostros se asoman desde la proa de la nave. Pensar que
alguna vez estuve entre su número… es incomprensible ahora. Estas chicas no son
las personas a las que pertenezco. Pertenezco al Circle of Death, con mi hermana,
con Devlin. Y aunque Juliet prometió encontrarme de nuevo, no puedo forzar mis
pies a dar un solo paso hacia el buque.

—Déjame quedarme —le suplico repentinamente, mientras Titán invita a las


nuevas chicas a bajar del yate—. Tal vez puedo ayudar.

—Puedes ayudar a ponerte a salvo —dice Juliet con firmeza.

Mirando entre mi hermana y Packer, busco una onza de movilidad. Pero no.
Están fijos en su decisión. Con miedo creciente, me vuelvo a la pandilla de chicas.
No tengo otra alternativa que marcharme, tomar mis órdenes como un buen
soldado. Veo como Titán las conduce hacia adelante, para disfrutar una salvaje
noche entre los proscritos y ricachones. Pero justo cuando la manada está a punto
de pasar por delante de mí, siento una esbelta mano que se cierra alrededor de mi
muñeca.

La alejo ante el inesperado toque. Con cada nervio enrollado como un resorte,
lista para gritar. Pero cuando echo un vistazo a la chica quien se ha alejado de la
manada, mi boca cae abierta con desconcertada sorpresa.

—¿Emma? —exclamó, mirando a mi mejor amiga con nada menos que una
perplejidad absoluta—. ¿Qué… como estas…? 150
—Me sorprende que me hayas reconocido en esta reunión —dice Emma, con
una sonrisa que no le llega a los ojos. Lleva un minivestido ajustado color azul,
tacones por las nubes, su corto cabello rubio despeinado y sexy. Es un grito
bastante lejos de su aspecto habitual de pantalones salpicados de pintura y flojas
camisetas sin manga. Pero no es solo su ropa que me hace tambalear, es el extraño
hecho que de repente apareció en esta roca.

—No es que no esté emocionada de verte… pero ¿qué estás haciendo aquí? —le
pregunto, tomando sus manos en la mía.

—Honestamente, Logan, no iba a venir a buscarte. No al principio. Confío en


que cuides de ti misma —dice rápidamente Emma, ojos fijos en mí—. Sabía que
podías manejar lo que estuviera ocurriendo aquí. Y además, tenías
un soldado detrás de ti. Pensé que no dejarían que nada malo sucediera a uno de
sus escritores en el campo.

—Entonces, ¿por qué…? —comencé.

—Fui enviada a buscarte —susurra Emma con urgencia. Busca dentro de su


pequeño bolso adornado y enseña un pedazo de papel escrito—. Enviado con este
mensaje. Ella dijo que estabas en problemas, y no había otra forma de llegar a ti, así
que…
—¿Quién es ella…? —interrumpí.

—Mira por ti misma —responde Emma, empujando la carta en mis manos.

Con mi corazón apretado firmemente en la garganta, abro la nota y comienzo a


leer. La apresurada escritura esta garabateada en toda la página… tengo que
esforzarme para descifrar el mensaje.

Aquí Elliot. Si estás leyendo este, significa que Emma ha logrado encontrarte. Me
acerque a ella con este mensaje, sabiendo que sería capaz de llegar a El Club sin llamar la
atención. No pude enviar un correo electrónico o texto porque mi empresa observa mis
movimientos en líneas, así que fui a tu dirección esperando encontrar a alguien.

Seré breve: estas en un terrible peligro. Tu tarea como FootSoldier fue una trampa, de la
que me avergüenzo de haber sido parte. Fuiste enviada a mí por La Corporación Leviathan
para ser utilizada para tener influencia contra Devlin Vile en su continua búsqueda de
servicios de su club. Te eligieron basado en una serie de pruebas de personalidad que te fueron
administradas a través de un profesor comprado en tu escuela. Los resultados de las pruebas y
el tipo físico fueron considerados la perfecta combinación para la personalidad y preferencias
de Vile. 151
Leviathan te llevo a ti y Vile a The Club sabiendo que caería uno por el otro, y que
entonces podrían usarte para persuadirlo. Herirlo. Siento haberte llevado a esta terrible
trampa. Una vez estuve en tu lugar… engañada por Leviathan para destruir a un hombre por
el que llegué a preocuparme. Desde entonces, he sido cautiva de la corporación, obligada a
enviar a tantas chicas a destinos similares. Pero ya no más. Si puedo intervenir antes que
Leviathan te destruya, tal vez estaré a un paso más cerca del perdón por todo lo que he hecho.
Probablemente, me matarán por entregarte este mensaje. Probablemente lo merezco.

No estás a salvo en ninguna parte de esa isla. Leviathan es dueño de El Club en si, y de
todas las personas que allí trabajan. Utilizan El Club como un escenario para este tipo de
trampa. Atraen a las chicas de tierra firme de boca en boca, y las drogan en el paseo en bote.
¿Te diste cuenta de lo perdido que todo el mundo estuvo después de una o dos copas en el
viaje? Estos son hijos de puta sádicos. Tienes que irte, Logan. Huye y no mires atrás. Aún
puedes tener una oportunidad.

Buena Suerte… E.

Miro fijamente el mensaje de Elliot mientras el mundo gira a mi alrededor. Es


demasiado para tomar, demasiado para creer todo a la vez. Pero antes de que toda
la verdad se asiente sobre mí, sé que lo que ella ha escrito es verdad. Mi intuición
era correcta después de todo. Todos estamos en grave peligro.
—Logan. —Escucho a Juliet decir tentativamente. Su voz viene a mí como si
fuera a una gran distancia—. Logan ¿quién es esta? ¿Qué está pasando?

—Soy Emma —dice mi mejor amiga a mi hermana—. Debes ser Juliet. Logan
me ha dicho… mucho de ti.

—Eh —dice Juliet, cruzando los brazos sobre su pecho—. No te ha


mencionado en absoluto.

Temblando con el impacto de la carta de Elliot, finalmente levanto la mirada


hacia Emma y Juliet. Se miran una a otra con desconfianza, mirándose con
creciente recelo. Pero mi mirada se arrastra lejos de su mirada fija cunado me doy
cuenta de la media docena de otros cuerpos que acaban de aparecer en el muelle.
Todos los hermanos de Devlin se han reunido aquí bajo la cubierta de la oscuridad.
Todo el Circle of Death se ha congregado… excepto su miembro más importante.

—¿Qué están haciendo todos aquí? —pregunto a Juliet en un susurro. Sé que


no están solo deseándome buen viaje.

—Yo… no tengo idea —responde Juliet, frunciendo el ceño—. Bebé, ¿Qué


diablos está pasando? No necesitamos a todo el club para asegurarnos que Logan
suba a ese yate. 152
—Devlin lo explicará todo cuando llegue aquí —dice Packer, poniendo una
manos en mi hombro. La ahuyento, pánico creciendo en mi pecho.

—¿Dónde está él? ¿Dónde está Dev? —pregunto con urgencia, apretando la
carta de Elliot en un apretado puño.

—Debería estar aquí. En cualquier momento —dice Packer, pasando una


mano por su cabello rubio arenoso—. Debe haber sido detenido en alguna parte.

—¿Están listos para hacer esto? —pregunta bruscamente el gigante—. Su


ventana está cerrándose rápidamente, amigos míos.

—¿De qué está hablando? —le pregunto a Packer

—Yo misma estoy bastante curiosa —añade Juliet.

—Logan —susurra Emma—. No leí la carta ni nada, pero la mujer que me


envió me hizo bastante claro que debíamos salir de aquí.

—Tu pequeña amiga lo tiene claro —nos dice finalmente Packer a las tres—.
Hay algo malo en esta roca. Devlin nos reunió esta mañana para decir lo mismo.
No solo eres tu quien subirá a ese yate, Logan. Todos lo estamos haciendo.
Saldremos en nuestro propio yate y regresaremos al cuartel.

—¿Por qué no me dijiste nada de esto? —pregunta Juliet, herida por la omisión
de Packer.

—Dev quería que Logan se mantuviera pensando que habían terminado —dice
Packer, evitando mis ojos—. Hay algunos hijos de puta de Leviathan aquí en El
Club quienes estaban amenazando con herir a Logan si Dev no cooperaba. Tenía
que parecer que Logan ya no estuviera unida a Dev, o de lo contrario cualquier
cosa podría haber sucedido. Y si iban a venir por Logan, habrías sido la siguiente,
nena. Tuvimos que mantenerlas en la oscuridad. Pero ahora ya sabes, y es hora de
moverse.

—Leviathan no está solo aquí en El Club —susurro, con los ojos muy
abiertos—. El Club pertenece a Leviathan. Si Devlin no está aquí, como dijo que
estaría, significa que ellos lo tienen.

—¿De que estás hablando, Leviathan es el dueño de El Club? —pregunta


Packer—. Logan ¿qué…?

Pero antes que él pueda escupir la última de sus palabras, estoy fuera como un 153
tiro. Dejo caer las maletas y la carta de Elliot sobre el crujiente muelle mientras mis
pies me llevan lejos de los hermanos reunidos, lejos del yate, lejos de cualquier
esperanza de una escapada fácil. Devlin está en alguna parte de esta isla, y se en mi
corazón que está en peligro.

—¡Logan, para! —grita Juliet, tratando de agarrarme mientras me desplazo.

El Circle of Death se cierra a mi alrededor, tratando de evitar que me aleje


volando. Pero ni siquiera ellos pueden retenerme. No de Devlin. Me lanzo
alrededor de sus brazos extendidos y escapo por el muelle, las irregulares tablas
crujen debajo de mis pies corriendo. No tengo un plan, o siquiera la esperanza de
rescatar con éxito a Dev. Pero sea lo que sea, todavía tengo que intentarlo. Mi
mente racional puede estar gritándome que entre en el yate y navegue a salvo con el
resto del MC, pero mi cuerpo y corazón no hacen caso.

La isla está repleta de gruñidos, cuerpos gimiendo mientras rasgo a través de


los bosques en busca de Devlin Vile. Soy vagamente consciente de que parte de la
fiesta de escape se ha separado en mi búsqueda, pero soy más ágil que el hermano
promedio del MC. Tejo a través del bosque, determinada a perderlos. Sé que se irán
sin mí, abordarán el yate y volverán a la seguridad. Emma, Juliet, todos ellos estará
a salvo. Pero no voy a dejar a Devlin aquí para enfrentar a Leviathan solo. No sin
mí.
Irrumpo en un pequeño claro en el bosque y me detengo, mis pulmones
ardiendo con el esfuerzo de mi vuelo. Sigo adelante, un pinchazo todo brilla en las
sombras. Por un momento, parece la colilla de un cigarro encendido. Pero mientras
lo miro, veo que el punto está parpadeando. Es una cámara, montada en los
árboles. Dios sabe cuántas de esas has estado espiando todo este tiempo. Doy un
paso hacia el dispositivo oculto, nivelando mi furiosa mirada hacia la intermitente
luz.

—Sé que lo tienes —gruño a la cámara, sabiendo que en algún lugar Leviathan
está observando. Escuchando—. Tienes a Devlin en algún lugar en esta isla, y
quiero que regrese. Sé porque me trajiste aquí. Bueno, ahora me tienes. Haz tu
mierda.

Lapalabras se derraman fuera de mí espontáneamente. No tengo gran esquema,


aquí. Solo un desesperado deseo de ser llevada a Devlin. Cuando volvamos a estar
juntos, podemos averiguar qué hacer. Como un equipo. Pero primero, tengo que
encontrarlo.

Una rama se rompe detrás de mí en el bosque. Me doy vuelta, esperando ver a


un de los hermanos de Devlin que ha sido enviado para atraparme. Pero mis
expectativas se desvanecen cuando veo a tres mujeres sin expresión salir de los
árboles rodeándome. Las reconozco como empleadas de El Club están entre la 154
legión de mujeres quienes dirigen este lugar de arriba abajo. Por lo general. Están
sonriendo detrás de mesas de blackjack o barras. Pero no tienen sonrisas para mí
esta noche.

—Ven con nosotras —ordena la mujer directamente delante de mí, su cuerpo


casi desnudo brillando a la luz de la luna.

—¿Van a llevarme a Devlin? —pregunto, tirando en puño las manos.

—Más o menos —dice la mujer a mi derecha.

—Pero hay otras personas que se mueren por conocerte primero —añade la
mujer a mi izquierda.

Cierran fila a mi alrededor, y un frío temor pulsa a través de mis venas.

—Espera —digo, levantando las manos—. No tienes que lastimarme. Iré


tranquilamente, lo prometo.

—Eso es lo que todos dicen. —La primera mujer suspira, chasqueando los
dedos a las otras.
En un instante, dos brazos sorprendentemente fuertes me tienen en un apretado
agarre. Apenas he separado mis labios para protestar cuando siento un dolor agudo
penetrando mi muslo. Una de las mujeres ha clavado una larga y brillante aguja en
el muslo. Trato de preguntar qué es lo que ha inyectado a mi sangre corriendo, pero
mi boca está demasiado floja. Los bordes de mi visión borrosa, y me siento deslizar
en una oscuridad, hueca oscuridad.

La última sensación que registro en mi mente retrocediendo rápidamente es la


de ser llevada arriba desde el piso del bosque. Estoy siendo llevada a algún lugar,
más allá del alcance de Circle of Death, o cualquier persona que pueda ser capaz de
salvarme. Pero mientras me lleven a Devlin, sé que puedo enfrentarme a cualquier
cosa que me está esperando cuando vuelva a abrir los ojos.

Podría jurar, mientras me desvanecía del mundo, que escuche la voz de Juliet
llamándome desde algún lugar en el bosque. Pero seguramente el sonido es solo un
fantasma, un sueño. Seguramente ella sabe lo suficientemente bien como para salir
de aquí mientras pueda. Al menos, eso es lo que espero.

155
Capítulo 22
Devlin

Sangre embarrada y sudor goteando prácticamente me ciegan mientras miro de


reojo hacia las penetrantes luces fluorescentes. Perdí la noción del tiempo
completamente desde que desperté aquí, atado con esposas de metal a una dura
silla que ha sido atornillada al suelo. Quizás han sido horas, quizás días. No puedo
comenzar a suponer. Hay un enorme espejo cubriendo la pared frente a mí,
reflejando mi lamentable imagen de regreso a mis hinchados ojos. Me veo como el
demonio, sangriento y golpeado. Pero mi pelea no ha huído de mí aún. Por la
millonésima vez, hablo a la cámara apuntada hacia mí en la esquina del techo.

—¿Por qué no envían a alguien aquí para enfrentarme?—gruño, luchando


contra mis restricciones—. ¿Creen que me romperé si me mantienen atado lo
suficiente? No pueden jodidamente romperme. Devlin Vile no se rompe. Así que
¿por qué no terminan con esta mierda y hablamos sobre esto como jodidos hombres
156
de negocios, ustedes cobardes?

—El tiempo para eso acabó, señor Vile—dice una dulce voz que llena la
habitación.

Miro alrededor, tratando de conseguir un vistazo de Lester Klein. Pero él no


está en ningún sitio a la vista en esta pequeña celda estéril en la que me tienen
encerrado. Una ligera risa llena el espacio mientras giro de mi cuello en esta
dirección o aquella.

—Estoy mirando desde lejos, no te preocupes—dice Klein casualmente. Su voz


está comenzando a verterse dentro de la habitación a través de un altavoz encima,
noto.

—¿Demasiado asustado para ensuciar tus pequeñas manos, Les?—me burlo a


la cámara—. Ven aquí y enfréntame, tú hijo de puta.

—Realmente prefiero no hacerlo—responde la voz de Klein—. Te ves bastante


desastroso en este momento. Temo que sus negociaciones civiles no consigan un
cierre, señor Vile. Leviathan le ha dado cada oportunidad para cooperar a lo largo
de camino. Tú nos forzaste a implentar... medidas más drásticas.
Mi mandíbula se tensa por su tono siniestro. Seguramente, para este momento
mis hermanos deben haberse ido con las chicas fuera de esta roca. Ellos sabrían
mejor que el plan se arruinó por mi ausencia. Confío en ellos para que descubran el
siguiente paso sin mí, confío que puedan llegar por sí mismos y con Logande
regreso a tierra firme a salvo. Lo que significa que lo que sea que Leviathan tenga
planeado para mí, tan lejos como sus mejoradas tácticas de negociación vayan, solo
tendrá mi trasero sobre la línea. Y mientras yo sea el único lastimado, sé que puedo
manejar cualquier cosa que ellos me lancen.

—Haz lo peor, Les —gruño, lanzando mi cabeza desafiante.

—Como quieras. —El hombre suspira.

La pared de espejo en frente de mí comienza a perder su brillo. Mi imagen se


desvanece ante mis ojos mientras la superficie reflectante cambia a una hoja de
cristal a prueba de golpes. Ha sido de doble cara todo este tiempo. Mirando
fijamente a través del cristal, veo una habitación idéntica a esta. Debo estar
atrapado en el largo corredor blanco, detrás de una de esas puertas sin marcar. Pero
¿por qué ellos abrieron esta segunda habitación para que yo mire?

—Temo que esto va a ser demasiado implacentero para ti—dice la voz de Klein
desde arriba. 157
—¿Qué va a ser…?—comienzo a preguntar, pero las palabras son expulsadas
fuera de mí mientras la puerta de la otra habitación se abre.

Tres empleadas mujeres de El Club están luchando por mover algo sobre el
umbral, o más bien, a alguien. Toma todo de las tres mujeres maniobrar el cuerpo
inmóvil que están arrastrando hacia la celda. Sé de inmediato de quién puede ser
ese cuerpo.

—No—gruño, mientras las mujeres bajan en el inconsciente cuerpo de Logan


contra el despiadado suelo—. ¿Qué demonios le hiciste, Klein, tú jodido
enfermo…?

—No mucho. Aún—responde la voz de Klein—. Ella está sedada, justo como
tú lo estuviste.

—Ella debería estar muy lejos a estas alturas —gimo, mirando el precioso
rostro inquebrantable de Logan. ¿Cómo demonios se las arregló Leviathan para
capturarla? ¿Y qué iban a hacer, ahora que la tenían aquí?

—Entendí que ese era tu plan. —Klein se ríe—. Pero la señorita Farrah aquí
tenía otras ideas. Al segundo en que notó que no la acompañarías fuera de la isla,
ella se entregó a nosotros. Un gesto bastante conmovedor, en mi opinión.
—Maldita sea, Logan —me quejo, mis dientes apretados. La culpa corre a mi
acelerado corazón. A pesar de mis mejores esfuerzos de conducirla lejos, ella aun
así vino hacia mí en mis momentos difíciles. ¿Qué hice alguna vez para merecer esa
clase de lealtad?

—Fue un buen plan; tratar de convencernos que ya no te preocupabas por ella


—continua Klein desde la distancia—. Pero la verdad está escrita sobre todo tu
rostro, señor Vile.

Ni siquiera tengo un momento para conseguir una palabra en el costado antes


de que la puerta de la celda de Logan se abra de nuevo. Asco retuerce mi estómago
mientras dos rostros muy familiares aparecen en la entrada. Mike y Jim, los jodidos
de Leviathan quienes han estado en mi caso por meses ahora, caminando
tranquilamente dentro de la habitación de Logan. Ellos miran lascivamente a su
inconsciente forma con nada más que una hambrienta lujuria. Terror frío desciende
sobre mí mientras leo sus intenciones en esos lujuriosos ojos.

—No la toquen —rujo, tirando desesperadamente mis restricciones. Cada


músculo mío se reúne para liberarme de mis ataduras, pero no son útiles. No puedo
llegar a ella.

—Tú te provocaste esto a ti mismo, señor Vile —me dice Klein sobre los 158
altavoces—. Y a ella, también.

Miro mientras Mike y Jim rodean el cuerpo de Logan, enrollando sus mangas e
intercambiando miradas cómplices. Me siento como si fuera a enfermarme cada
vez que sus ojos vagan sobre su caída forma. Ellos no pueden hacer esto. No puedo
dejar que hagan esto.

—Mostraste tu punto Klein—grito, forzando contra mis cadenas—. Aleja a tus


perros y trabajaremos en alguna clase de acuerdo. ¿Bien?

—Es demasiado tarde para eso. —Suspira Klein—. El tiempo para acuerdos ha
pasado, señor Vile. Esto ya no es para intentar persuadirte. Es simplemente para
castigarte.

—¿Podemos hacerlo, jefe?—pregunta Jim en voz alta, disparándome una


mirada malvada—. No puedo esperar mucho más.

—Por supuesto —responde Klein—. Has lo que harás con ella. Solo recuerden
tomar turnos, chicos. No alejes la mirada ahora, señor Vile. Saca tus ojos, y ellos
solo avanzaran y la matarán inmediatamente. Vamos, ahora. No arruines la
diversión de todos.
Un lamentoso rugido sin palabras se eleva fuera de mí mientras Jim y Mike
bajan sobre el cuerpo de Logan. Y por primera vez en mi vida, entiendo lo que
significa sentirse completa y puramente inútil.

159
Capítulo 23
Logan

Desde algún sitio muy alejado, un sonido nada parecido a cualquier cosa que
hay oído alguna vez suena. Es un llanto de profunda desesperación que me alcanza
a través de la pesada oscuridad, sacudiéndome fuera de mi profundo ensueño
infinito. Me siento a mí misma ascender, de regreso al mundo de la vida. Sombras
y colores comienzan a flotar ante mis ojos pesadamente caídos. Sonidos y
sensaciones se hacen conocidos para mí: la fría y dura superficie debajo de mí, el
murmullo de voces masculinas, el penetrante brillo de luces fluorescentes. Y por
supuesto, el agudo y furioso llanto que me arrastró de regreso de la profundidad.

—La quiero primero—dice una aduladora voz sobre mí.

—No en esta vida —responde otro, indignado y estridente.


160
Con un gran esfuerzo, me las arreglo para abrir mis párpados a la fuerza.
Agudo dolor se dispara a través de mí mientras el brillo de la habitación de paredes
blancas quema mis corneas. Poco a poco, detalles se solidifican frente a mi
desconcertada mirada. Estoy en una pequeña habitación en algún sitio, acostada
sobre el suelo. Hay otras dos personas aquí conmigo, discutiendo sobre algo. Mis
sentidos están nublados, mi cuerpo aletargado. Incluso mi mente se siente muy
lenta mientras lucha para sumar dos más dos.

Finalmente, mi mirada se posa sobre otra forma, oscurecida por un panel de


grueso cristal. El fuerte y furioso cuerpo echa humos, se retuerce, ruge con
abandono. El reconocimiento se golpea en mí con la fuerza de un mazo. Devlin
está allí. Viéndose listo para romper el mundo en pedazos. Él está atado a una silla
en una habitación que es el reflejo de en la que desperté. ¿Dónde demonios
estamos? ¿Qué lo tiene consumido con tal rabia?

—No quiero follarla después de que la dejes toda pegajosa —insiste una voz
encima.

—Se supone que compartamos, idiota—responde el otro—. Uno de nosotros


tiene que aceptar conseguir las sobras. Pero ese no seré yo.
Puro horror me golpea de regreso al momento presente. Un fuerte arrebato de
adrenalina expulsa todo el letargo de mi mente y cuerpo. Todo regresa a mí de
repente: el escape fallido, el secuestro, incluso la identidad de los hombros
acechando sobre mí. Gateo sobre mis cuatro miembros y me aplano a mí misma
contra la blanca pared detrás de mí, batiendo mi mirada alrededor de toda la
pequeña celda.

—Mira quién decidió bendecirnos con su presencia —pronuncia lentamente el


hombre rubio frente a mí. Uno de los trajeados quien alejó a Devlin del casino la
otra noche.

—Esto solo se vuelve más interesante. —Sonrie su compañero de cabello


oscuro.

—Logan. —Escucho gritar a Devlin. Su voz está amortiguada por el cristal


grueso, pero inconfundible aun así. Él me mira desde su propia celda, alivio y rabia
torciendo sus rasgos. Lo miro a través de la barrera, miedo estableciéndose en cada
nervio tenso mío. Sé, en este momento, que él no puede salvarme de cualquier
brutalidad que estos hombres tienen en mente.

—Oh querida —murmura una dulce voz pequeña que no reconozco,


vertiéndose en mi celda de un altavoz oculto—. Estaba bastante esperanzado de 161
que no estuvieras consciente para esto, querida. Tú solo eres una víctima inocente.
Daño colateral, en realidad.

—Déjame salir de aquí —carraspeo.

—Temo que eso no es posible —responde la empalagosa voz—. Verás, le


prometí a mis dos colegas aquí un poco de diversión. Y no voy a negarles a ellos su
necesidad.

—¿A cuál de nosotros quieres primero?—Sonríe el hombre moreno, mientras él


y su compañero avanzan hacia mí.

—Soy mejor follando, te prometo eso. —Se ríe el rubio.

—Manténganse lejos de mí, maldición—grito, doblando mis manos en


puños—. ¿O qué?—Ríe el primer hombre—. Parece que tu perro guardián está
atado por completo.

Miro hacia Devlin, esforzándose contra las ataduras que lo sostienen. Es


verdad. Estoy por mi cuenta, aquí. Pero eso no significa que voy a rendirme sin
pelear. Mi intensamente sobreprotectora madre nos tuvo a Juliet y a mí en clases de
defensa personal para el momento en que teníamos doce. Seguramente algo de ese
entrenamiento está pegado. Mientras el rubio arremete por mí, noto que solo hay
una manera de descubrirlo.

Con un chillido desigual, empujo mi palma rápidamente hacia arriba,


alcanzando la nariz bien formada de mi atacante rubio. Un asqueroso crujido suena
a través del espacio mientras él tropieza hacia atrás, un rocío de brillante sangre
roja coloreando la habitación blanca. Mi mano palpita por el impacto, pero el
lamento enojado del hombre prueba que él está incluso peor que yo.

—Jódeme —chilla él, acunando su rostro—. Creo que está rota.

—Puedes comprarte una nueva —gruñe el hombre de cabello oscuro,


atrapando mi brazo y torciéndolo detrás de mi espalda—. Parece que yo iré primero
después de todo.

Adrenalina corre através de mí, me siento poseída mientras mis instintos se


encargan y estampo el talón de las botas de caminata de mi hermana contra el
puente de los zapatos de fino cuero italiano de mi atacante. Él inhala una profunda
respiración, aflojando su agarre sobre mi brazo solo un poco. Ladeo mi codo y lo
golpeo atrás contra su estómago. Este segundo golpe es suficiente para sacudirlo.
Tosiendo, él se tambalea lejos de mí cuando la incorpórea voz grita desde encima.
162
—Pensé que ustedes dos eran hombres—chilla la voz—. ¡Prueben que tengo
razón, maldita sea!

Mis dos asaltantes se reúnen con sus palabras, precipitándose hacia mí una vez
más. Insegura de cómo manejarlos a ambos a la vez, dudo. Ellos me taclean hacia
el frío suelo, clavando mis hombros al suelo. Peleo contra sus fuertes brazos
mientras el pánico amenaza con sobrepasar mi mente.

—Olvídate sobre quién va primero. Ella tiene suficientes agujeros para ambos
—gruñe el rubio, balanceándose a sí mismo encima de mí mientras desabrocha su
cinturón.

—Mejor le sacaré algunos dientes primero. Odio una chica que tiene
demasiados dientes. —Sonríe su amigo, levantando un puño sobre su cabeza.

Pero su fanfarronada solo sirve para distraerlos. Llevo mi rodilla arriba hacia la
entrepierna del rubio. Él rueda a un lado, su boca abierta en un silencioso aullido
torturado. Me tambaleo a mis pies, sacudiéndome con rabia y terror. Oscuras y
largas mechas caen a través de mi campo de visión mientras la hebilla de metal se
sale de mi cabello.

—¡Solo mátenla entonces, si no pueden jodidamente atraparla!—grita la voz a


través del altavoz.
—Mi arma...No tengo mi arma...—gime el hombre más oscuro.

Un llanto sin palabras de exasperación y disgusto sale a través del altavoz


mientras los hombres se las arreglan para levantarse del suelo. Golpeando bajo los
pensamientos que ellos deben tener, no hay nada más que malicia en sus ojos. Ellos
me matarán con sus manos desnudas si los dejo, eso está muy claro.

El tiempo se ralentiza a un paso de tortuga mientras ellos se lanzan hacia mí de


nuevo, listos para finalizar el trabajo. Un destello de metal atrapa mi ojo mientras
localizo los palillos de mi cabello que se soltó de mis mechones. Mis ojos se posan
sobre el gran y filoso prendedor. No pierdo un momento en un segundo
pensamiento, agarrando un palillo en cada mano. Con desesperada fuerza
implacable, arremeto salvajemente contra el hombre más cercano.

Sus ojos se amplían en sorpresa mientras conduzco un palillo directo a su


garganta. Por un momento, la escena está perfectamente quieta. Permanezco de pie
con el palillo de cabello enterrado en la yugular del rubio mientras su amigo mira
impactado. Pero cuando giro mi arma hacia atrás, el flujo de sangre de su nariz rota
es empequeñecido por la sangre que se vierte lejos de su cuello.

Mientras él cae a sus rodillas frente a mí, balbuceando e impactado, me ajusté


contra su amigo de cabello oscuro. El segundo hombre voltea para mirarme con ira 163
y algo que parece mucho asombro. Él está demasiado abrumado con la muerte de
su amigo para pensar claramente. Con un grito primitivo, él se apresura hacia mí.
Solo necesito sostener el segundo palillo hacia afuera frente a mí con una fuerte
mano, empujándola en el último momento mientras él se clava a sí mismo contra la
gran barra de metal, su boca cayendo abierta en una perfecta “o”. Su cuerpo se
desliza hacia el suelo, mientras él incrédulamente empuja al broche aún atascado
en su estómago.

Miro abajo a los hombres caídos, su sangre haciendo un charco sobre el frío
suelo debajo de ellos. Aún están vivos, sangre espumando sobre sus
conmocionados labios. Pero dudo que ellos puedan soportar mucho más. Pesado
silencio llena la pequeña habitación, roto solamente por el estruendoso latido de mi
propio corazón. Aunque solo he actuado en desesperada defensa propia, una frase
se desplaza a través de mi mente una y otra vez:

¿Qué acabo de hacer?

Mientras los dos hombres a mis pies caen en silencio, me las arreglo para girar
mis ojos arriba hacia Devlin una vez más. Él me mira con ojos amplios en
asombro. Él es incapaz de asimilar la escena reproduciéndose frente a él. Y eso nos
hace dos.
—Estás muerta, niñita —dice la voz desde encima. La dulzura de su voz solo
hace su promesa más escalofriante—. Te mataré yo mismo, así que ayúdame…

—Tendrás que capturarme primero—susurro. Giro sobre mis talones, dándoles


mi espalda a los atacantes caídos. Una salvaje y sollozante risa se lanza de mi
garganta mientras localizo su regalo de despedida para mí.

—Gracias por dejar la puerta abierta, caballeros —digo, volando a través de la


habitación y abriendo con fuerza la puerta de mi celda. Ellos ni siquiera se
molestaron en bloquearla detrás de ellos, tan convencidos de que sería una víctima
fácil. Esa desestimación quizás les costó su vida, pero podría solo salvar la mía.

Patino fuera de la puerta, encontrándome en un largo corredor blanco.


Volteando hacia la puerta junto a la mía, agarro la perilla y empujo como loca,
desesperada por liberar a Devlin de su celda. Pero esta segunda puerta está
bloqueada. Golpeo con fuerza la barrera sin ventanas, sabiendo que mi fuerza no
será suficiente para salvarlo, ahora.

—¡Dev! ¡Devlin!—grito, lanzando mi golpeado hombro contra la inamovible


puerta—. Maldita sea, no voy a dejarte atrás. No ahora…

Pero mis palabras se me escapan por uno ruidoso lamento ensordecedor, 164
alguna clase de sirena. Una alarma. Retrocedo mientras cada puerta a lo largo del
pasillo se abre, la de Devlin incluida. A todo mi alrededor, sucios cuerpos se
tambalean fuera de las ahora abiertas puertas, sus rostros escépticos. Parece que
Leviathan tiene un hábito de tomar cautivos. En algún sitio en lo profundo de mi
mente, recuerdo que este lugar solía ser una prisión para criminales locos. Un lugar
perfecto para que la Corporación Leviathan aloje a sus rehenes.

La puerta de la celda de Devlin se abre, y me lanzo dentro. Destruyo mi


cerebro, tratando de descubrir como liberarlo de sus ataduras. Pero cuando veo, las
esposas de acero manteniendo sus muñecas, tobillos y torso inmovilizados se abren.
Son mecanizadas, también. Abrumado, él tropieza a sus pies de la silla atornillada
al suelo y voltea en mi camino. Con el dolor y el letargo olvidados, brinco hacia su
esperado abrazo. Sus fuertes, brazos impacientes se cierran a mi alrededor, e
incluso en medio de todo este caos, sé que estoy segura una vez más.

—Guardemos la reunión sexual para más tarde, ¿sí?—sugiero.

—Suena como un plan —concuerda él.

Sin tiempo de sobra, cortamos nuestro abrazo corto y salimos rápidamente


hacia el corredor. Todo a nuestro alrededor, cuerpos gritan y tropiezan, la aguda
sirena continúa encima. Devlin y yo intercambiamos miradas, sin ninguna idea de
por qué todas las celdas de repente se abrieron.
Eso es, hasta que olemos el humo.

165
Capítulo 24
Voces gritando, calor hirviendo y cuerpos tambaleándose nos rodean por todos
lados cuando llegamos a la planta baja de El Club. Corriendo hacia la salida más
cercana, finalmente podemos ver la causa de todo el caos, la razón por la cual las
alarmas han estallado por todo El Club. Un incendio ha estallado en el piso del
casino, y solo parece que se está extendiendo.

—Cuando llueve sobre mojado —grita Devlin.

—Solo tú puedes bromear en un momento como este —le contesto gritando.

—Lo que sea que hagas —dice, echando una mirada a mí a través del aire
engrosado por el humo—, no me sueltes la mano.

Justo cuando el calor del fuego que invade amenaza con abrumarnos, Devlin y
yo salimos disparados al aire libre del bosque. Con los pechos agitados, nos
detenemos el tiempo suficiente para hacer balance de la situación. Las alarmas de 166
incendio cortaban el aire ahumado, mezclándose con gritos asustados de los
clientes y empleados de El Club por igual.

—¿Cuál es nuestro próximo movimiento? —le pregunto a Devlin.

—Todo depende de mis hermanos —responde, corriendo a través de los


bosques oscurecidos.

Él conduce el camino de regreso al muelle, al lugar donde me separé del resto


del MC. Los tablones son arrastrados con frenéticos hombres y mujeres, sus gritos
de pánico sonando a nuestro alrededor.

—¿Cómo diablos vamos a salir de esta roca? —demanda un hombre rotundo


con un traje fino.

—¡Todas las salidas de El Club han sido selladas! —exclama una mujer con un
bikini dorado—. A la gerencia no le importa una mierda si hay gente todavía
dentro.

—¿Quizá intenten encerrar a alguien? —agrega un hombre de cabello plateado.


Devlin y yo intercambiamos una oscura mirada a esta última idea. ¿Leviatán
preferiría que nosotros y sus otros prisioneros nos quemáramos a negarse a doblar a
su voluntad? De alguna manera eso no me sorprende en absoluto.

La luz brillante de una linterna me llama la atención, y me vuelvo para ver a


Titán de pie en el otro extremo del muelle, por encima sobre los cuerpos revoltosos
alrededor. Y allí, junto a él, hay una mujer ligera que se vuelve aún más diminuta
junto a su enorme figura.

—¡Titán! ¡Emma! —grito, corriendo hacia el muelle hacia mi amiga con Devlin
a cuestas.

—¡Logan! Gracias a Dios —grita Emma, lanzando sus temblorosos brazos


alrededor de mis hombros.

—¿Por qué todavía estás aquí? —exijo, agarrando sus esbeltos hombros—
.¿Dónde están los demás?

—Ellos siguieron adelante con el plan informa Titán. Tomaron el yate y lo


montaron para encontrar el barco que trajeron aquí. Pero han estado fuera por
mucho tiempo.

—¿Sin embargo, están todos juntos? —demanda Devlin.


167
—Todo excepto Packer y Jules —responde Titán, mirando a su alrededor las
caras rebosantes del muelle—. Espera. ¿No están con ustedes?

—¿Con nosotros? —interrumpí—. No, ¿por qué estarían con nosotros?

—Se separaron del grupo para ir a buscarlos —me dice Emma—. Dijeron que
tenían un plan para sacarlos.

Devlin y yo nos dirigimos hacia El Club, cada uno de nosotros pensando lo


mismo: podemos apostar una conjetura sobre quién comenzó el fuego, ahora. Las
estrechas ventanas del complejo desordenado brillan de color naranja a medida que
el resplandor adquiere ímpetu, pero el flujo de cuerpos revueltos desde dentro de El
Club se ha agotado. Todo el mundo que tenía posibilidad de escapar ya lo ha hecho
y el resto han sido encerrados en el interior.

—Las puertas han sido selladas —respiro, mirando con impotencia a Devlin—.
¿Y si siguen allí?

Antes de que Devlin pueda responder, Emma deja escapar un grito de alivio,
señalando a través del agua negra del Atlántico.
—¡Están de vuelta! —dice, agarrándose a mi brazo—. ¡Han vuelto!

Devlin, Titán y yo levantamos la vista para ver dos faros cortando la espesa
oscuridad del mar. Las órbitas gemelas crecen más grandes como una lancha
grande ruge hacia el muelle. Los millonarios en pánico se abrazaron para ver el
barco, esperando una salida de la isla en llamas. Pero los hombres de este bote
salvavidas solo tienen ojos para nosotros.

—¡Dev! —grita Lobo, de pie en la proa del bote—. ¡Date prisa hombre!

—No sabemos cuánto tiempo tenemos..., Jesucristo, ¿qué está pasando ahí
arriba? —pregunta León, entrecerrando los ojos al fuerte en llamas desde su lugar
junto a Lobo.

—Alguien ha iniciado un incendio —grita Titán, a medida que el barco se


desliza a una parada a lo largo del muelle.

—¿Dónde está Packer? —pregunta Dean desde el barco—. Fue a buscarte


cuando tomamos el mando del yate.

—Dijo que tenía un plan para... fumar a todo el mundo fuera del Club —
agrega Chip, con los ojos muy abiertos mientras se da cuenta de las implicaciones
de sus palabras.
168
—Tenemos que volver por ellos —le digo a Devlin, agarrándolo de la mano y
tirando de él contra la marea de cuerpos que se alejan de El Club. Puedo decir que
está indeciso, pero yo no lo estoy—. Dev, mi hermana podría estar dentro de ese
edificio —le digo con firmeza—. Todo porque ella vino a buscarme. No voy a dejar
esta isla sin ella.

—Tienes razón. —Devlin asiente, agarrándose a mis manos—. Los traeremos


de regreso, Logan.

—¡Aléjate de allí! —Oímos a Bruto rugir. Se balancea con hombres y mujeres


desesperados que se meten en el barco del Circle of Death. Las masas podrían
abrumar y hundir la nave en su pánico.

—Devlin, tenemos que salir de aquí —insiste Xan desde la cubierta del barco—
. Nos estamos quedando sin tiempo.

—No puedo irme sin Packer y Jules —les dice Devlin a sus hermanos—. Solo
paren aquí mientras volvemos a mirar…

—¡No hay tiempo para eso! —grita Otis al lado de Xan.


—¡Sube al maldito barco, Vile! —ruge Lobo.

—Solo mantengan las cosas aquí, muchachos. Asegúrense de que ninguno de


esos ricos hijos de perras los agarren. Logan y yo volveremos por Jules y Packer.
Todos podemos salir de esto juntos, lo sé.

Aunque no están de acuerdo con su presidente, los hermanos aprietan los


dientes y sacan sus armas, nivelando sus miradas hacia la gente que intenta abordar
el bote. Dean extiende una mano a Emma, que me mira con terror.

—Anda —la exhorto—. Estarás a salvo con ellos.

Mi mejor amiga asiente y acepta la mano de Dean, subiendo al bote con Titán
sobre sus talones. El resto de los hombres y las mujeres en el muelle se alejan de la
matanza de armas de los MC hombres sostienen señalando a ellos.

—Está bien —dice Devlin—. Vamos a hacer esto, Logan.

Nos estrechamos las manos y cuadramos los hombros al club humeante. Pero
justo cuando nos movemos para dar nuestro primer paso, una risa
repugnantemente dulce resuena a través del muelle. De las sombras del bosque, la
figura de un hombre delgado emerge, sus gafas gruesas brillando en los faros de
nuestro barco de escape. Iluminado por el resplandor en crecimiento de El Club,
169
avanza hacia nosotros. Y tampoco está solo. A su paso, una docena de fornidos
hombres, silenciosos y amenazadores, cada uno armado con rifles de asalto de
grado militar. Los otros clientes asustados renuncian a sus intentos de abordar
nuestro barco en un abrir y cerrar de ojos y corren hacia los bosques oscuros. Mejor
de pie que acribillado con balas.

—Klein —gruñe Devlin al pequeño hombre mientras se acerca—. Señor Vile


—regresa el hombrecito—. Ciertamente sabes cómo hacer una salida.

Reconozco su voz aguda al instante. Él era el que presionaba a mis presuntos


violadores del altavoz en mi celda. Mi estómago se vuelve con disgusto cuando se
acerca, pero mantengo la cabeza erguida.

—No quiero más derramamiento de sangre esta noche —dice Devlin, dando
un paso para bloquearme de la línea de armas de asalto apuntando directamente a
nosotros—. Solo queremos que Packer y Juliet regresen, y nos pondremos en
camino.

—Packer y Juliet… —el hombre llamado Klein reflexiona—. ¿Sería ese rubio
fornido hombre de tus conocidos y la mujer rubia saldada a su lado?

—Sí —respiro—, devuélvanoslos.


Una risotada sube entre la docena de hombres armados que rodean el muelle.
Klein sonríe serenamente, negando con la cabeza.

—Me temo que no será posible —dice ligeramente. Siento mi sangre correr fría
mientras continua, sus manos entrelazadas detrás de la espalda—. Fue un buen
plan, comenzando ese fuego en el casino. Fuiste capaz de salir de sus celdas, justo
como lo planearon. Dudo mucho que tus dos amigos sean tan impermeables a las
llamas como estos muros de piedra. Nos aseguramos de encerrarlos dentro antes de
sellar las salidas. Muy considerado de ellos, para construir su propia pira funeraria.

Un rugido desgarra fuera de mi garganta ante las palabras de Klein. Espero


colapsar, desplegarme en la desesperación, pero en lugar de eso, siento mis piernas
bombeando debajo de mí mientras me lanzo hacia la garganta del hombre. Devlin
me atrapa antes de que pueda lanzarme al pequeño, despreciable asesino.

—¡Ve! —grita Dev.

—Mátalos a todos —dice Klein con una sonrisa.

Disparos estallan alrededor, como una serie de truenos en miniatura. Los


hermanos de Circle of Death abren fuego sobre la guardia de Klein, mientras los
hombres de El Club devuelven la descarga. Deviln y yo corremos a traves el fuego 170
cruzado, acelerando a través de las desiguales tablas del muelle hacia el bote que
espera. Dev me coge en sus fuertes brazos y casi me lanza hasta Titán antes de
trepar a la cubierta el mismo.

—Ve bajo cubierta —me ordena Devlin. Es una orden que no dudo en seguir.
Corro hacia abajo mientras desgarramos la costa, disparos lloviendo todavía sobre
nosotros. Emma esta acurrucada, llorando de miedo. Llevo los brazos alrededor de
mi mejor amiga, empujándola apretadamente contra mi pecho. Estoy demasiada
ida, demasiado sorprendida para llorar. Sé que el torrente está llegando, pero
mientras Ella siga en peligro, tengo un trabajo que hacer que me distrae de mi
propia angustia. La protegeré, verla a salvo de regreso en la orilla. Todavía puedo
proteger a alguien que me importa esta noche.

Seguimos navegando, atravesando las altas olas del Atlántico. Por fin, los
disparos cesan. Solo entonces confío en que realmente hemos escapado del alcance
El Club. Al menos, por ahora. Superada, Emma se hunde en un turbulento sueño,
su diminuta forma encrespada contra la mía. Y cuando el movimiento del barco se
estabiliza, también me permito dormir. Esta vez, sin embargo, ni siquiera me
molesta en rezar para despertar de la escena de pesadilla de esta noche.

Se en mi corazón que nunca lo haré.


—Logan. Logan, nena. Despierta —murmura Devlin sobre mí.

Me sacudo del superficial sueño, cada musculo dolorido. Los oscuros ojos de
Devlin se ciernen justo ante los míos, llenos de preocupación y angustia. Titán está
a su lado listo para cuidar de Emma. Suavemente agito a mi amiga despertando,
alisando su cabello rubio mientras se levanta de su sueño.

—¿Lo logramos? —pregunta, su voz suave y alta.

—Depende a que te refieres —dice Devlin solemnemente, ayudándome a


ponerme de pie—. Al menos regresamos a tierra firme.

Hacemos nuestro camino a cubierta. La luz de la mañana apenas comenzando


a aclarar el cielo sobre nosotros. El bote, acribillado con agujeros de baja pero a
flote absolutamente igual, está atracado al lado de una línea de rocosa playa. Unos
cuantos otros barcos estas amarrados a este lado, cada uno llevando el signo del
Circle of death. Titán aleja a Emma, dándonos a Devlin y a mí un momento a
171
solas.

—¿Dónde estamos? —le pregunto a Devlin, mi voz irregular y hueca.

—Estamos en casa —dice, envolviendo un brazo protector alrededor de mi


cintura—. Este es nuestra sede.

Levanto la mirada y veo una serie de viejas estructuras construidas en el


muelle. Es un lugar sin flores, sin adornos. He estado curiosa por ver la sede del
MC, tan ansiosa por comenzar mi vida aquí. Pero no puedo encontrar una onza de
alegría o entusiasmo en mi corazón ahora.

—Es cierto, ¿no? Lo que nos dijo Klein —susurro, alzando los ojos a Devlin.

—No podemos estar seguros —dice, con la mandíbula apretada—. Pero puedo
sentirlo en el estómago, Logan.

—Yo también —admito, mi corazón amenazando con estallar en mil


fragmentos amargos—. Realmente se han ido ¿verdad? Packer y Jules…

No responde, simplemente me jala en un aplastante abrazo. Las lágrimas que


he esto tragando finalmente le levantan en mis ojos, derramándose fuera de mí en
un apuro de desesperación. Todo mi cuerpo está lleno de sollozos mientras la
realidad de nuestra pérdida se lava sobre mí. La conmoción de este descubrimiento,
el recuerdo de los hombre quienes probablemente dejamos a morir, es demasiado
abrumador.

—No solo ellos —finalmente Devlin logra decir.

—¿Qu… Qué? —tartamudeo, mirándolo a través de los llorosos ojos—. En el


tiroteo —continua, su voz llena de dolor—. Tomamos algunos de los hombres de
Klein, pero…

—No —respiro, sosteniéndome contra la sólida forma de Dev—. ¿Quién…?

—Otis —responde, dejando caer la cabeza—. Perdimos a Otis en la pelea.

Llevo mis brazos alrededor de los hombros de Devlin, apretándolo hacia mí.
Estamos de pie juntos en el muelle, el cielo iluminado encima. Un nuevo día está
amaneciendo, el primero de haber escapado de las garras de Leviathan, de El Club.
Pero cualquier sentido de victoria se ha desvanecido… asesinado junto a nuestros
hermanos y hermanas. Regresando a nuestra nueva vida juntos de suponía que
sería gozoso, revelador. Pero ahora, está lleno de tragedia.

—Todos podríamos haber sido asesinados —gruñe Devlin, negando con la


172
cabeza—. Todo el club. Tú… hubiera sido mi culpa. Todo esto es mi culpa.

—No —digo con ferocidad, cogiendo su rostro en mis manos—. Esto es culpa
de Klein. Culpa de Leviathan. No tuya.

—Lleve a mis hermanos al peligro. Nunca debería haberlos llevado a esa roca
—continua, mirando fijamente a través del agitado mar.

—Hiciste todo lo que podías para llevarlos con seguridad a casa —susurro con
ferocidad.

—Packer. Jules —dice con tristeza, incapaz de pronunciar sus nombres sin
dolor.

—Lo sé —susurro, descansando un beso en su desaliñada mejilla—. Pero se


han ido, Devlin. Tenemos que ayudarnos unos a otros a través de esto, ahora.

Él me mira, como si estuviera sorprendido por mis palabras.—¿Te… te


quedaras conmigo? —Inhala, incrédulo—. ¿Después de todo lo que pasó?

—No hay otro lugar en el que quiera estar —le digo con ferocidad—. Ahora
más que nunca.
Devlin lleva sus labios a los míos, besándome fuerte y profundamente.
Nuestros corazones están destrozados, nuestro futuro incierto. Pero a través de
todo el peligro, la destrucción, el terror y la rabia, nos tenemos uno al otro. Y
encontraremos una manera de seguir viviendo… por aquellos que hemos perdido,
por nosotros mismos, y lo más importante, por los demás.

173
Epílogo

Tiro la gruesa camisa de franela más firmemente alrededor de mi cuerpo


mientras el frío viento de septiembre bordea el agua. La brisa salada arroja mi
cabello negro mientras estoy parada en el borde del muelle, mirando hacia el mar
de la tarde. Se siente como una vida atrás que llegamos aquí al cuartel general de
Circle of Death huyendo de los hombres trastornados de la Corporación Leviatán.
Pero al mismo tiempo, los recuerdos de aquella noche, esa semana, son deliciosos y
dolorosamente frescos como si ocurrieron ayer. Las mejores y peores horas de toda
mi vida hasta ahora ocurrieron en el espacio de esa semana. No es de extrañar que
todavía esté procesando todo lo que sucedió.

El sonido tranquilizador de un motor Harley que se aproxima me llama la


atención. Mirando por encima de mi hombro, miro como cuatro enormes motos 174
rugen en el complejo del Circle of Death. Los chicos han vuelto de su carrera. Me
precipito a través de las tablas de madera mientras los hombres desmontaban,
Leon, Lobo, Dean, y al frente, Devlin Vile. Mi hombre levanta su casco de media
concha y mete una mano a través de su cabello negro como jarro. Al verme, se abre
una sonrisa agradecida. Él todavía parece agradablemente sorprendido cada vez
que vuelve a encontrarme esperando aquí. Pero supongo que eso es justo. El
experimento de nuestra vida compartida sigue siendo bastante nuevo.

—¿Cómo les fue? —pregunto, envolviendo mis brazos alrededor del torso duro
de Devlin.

—Bueno, como es de esperarse —responde, poniendo un brazo sobre mi


hombro.

—El resto de las secciones están bastante sacudidos por lo que Leviathan trató
de sacar con nosotros —dice Leon, mientras nos dirigimos a la casa club.

—Tuvimos que aplastar un poco de disentimiento. —Lobo gruñe—. Había


algunos miembros que pensaron que deberíamos haber dejado que esos hijos de
puta nos compraran.

—¿Estás hablando en serio? —pregunto enojada.


No te preocupes. Esos miembros han sido... tratados —dice Dean. Él camina al
otro lado de Devlin, de pie un poco más alto ahora que lleva el parche VP. El título
fue pasado a él ante la estela de la muerte de Packer. Dean es uno de los miembros
más jóvenes de aquí, un poco mayor que yo. Pero él hará un vicepresidente
increíble, todos nosotros lo creemos.

Me inclino un poco más cerca de Devlin, feliz de considerarme una parte del
“nosotros” que es el Circle of Death. Después de que escapamos de El Club y
volvimos aquí, finalmente pude ver la historia del engaño del Leviathan. Emma me
contó todo lo que sabía antes de devolverse a Boston. Después de rechazar la tarea
de FootSoldier, Elliot Simmons siguió a Emma y le dijo todo lo que pudo. Las
manos de Elliot habían estado atadas por Leviathan durante mucho tiempo; la nota
de advertencia que envió junto con Emma era la extensión de lo que podía hacer
por mí. Desde que volví al continente, he visto un montón de entradas de blog y
artículos que informan de que Elliot ha desaparecido. Solo puedo esperar que
finalmente escapara de las garras de la Corporación, que aún no la han alcanzado.

Devlin y yo entramos en la casa del club, fuera del frío aire de la tarde. De
inmediato me siento aliviada. Segura dentro de estas paredes. Solo han pasado
unos meses, pero la casa club del Circle of Death ha llegado a sentirse más como en
casa que en cualquier lugar que he vivido. La sólida barra de roble, las amplias
planchas de madera y las paredes de ladrillo al descubierto, las filas y filas de 175
botellas de licor y el puñado de caras conocidas por todas partes me sirven para
tranquilizarme. Nunca he entendido antes de este verano lo que Juliet debe haber
visto en la forma proscrita, pero ahora sé muy bien por qué eligió esta vida para
ella.

Una punzada de dolor me agarra al pensar en el nombre de mi hermana. Miro


hacia la pared trasera del bar mientras nos acercamos, apoyando mis ojos en los
tres cuadros que colgamos allí en memoria de nuestros amigos caídos. Las caras
sonrientes de Packer, Juliet y Otis nos vigilan mientras hacemos todo lo posible por
soldar. Le dimos a Otis un serviciode Circle of Death, al que asistieron todas las
secciones a distancia. Fue el último miembro original del MC, su paso marcó una
nueva era de la historia de este club. Una nueva generación ha tomado las riendas,
y quien lidera la carga no es otro que Devlin Vile. Mi hombre.

El memorial que celebramos para Packer y Juliet fue más pequeño, más íntimo.
Nunca recuperamos sus cuerpos de El Club quemado que se convirtió en su tumba.
No había manera de que pudiéramos volver a esa roca para buscarlos después de
nuestra fuga. Pero aunque no tenemos ninguna prueba física de su muerte, todos
sabemos en nuestros corazones que se han ido. Durante un par de semanas después
del incendio, todos albergamos la esperanza tácita de que el par surgiera en alguna
parte, habiendo escapado por su cuenta. Pero esas esperanzas se disiparon a
medida que pasaban las semanas. Tuvimos un pequeño servicio para ellos en el
muelle de la sede, solo yo y los seis miembros sobrevivientes del Circle of Death.
No me molesté en informar a mis padres sobre el evento. Para ellos, Juliet ha
estado muerta por años.

—¿Algo de beber, muchachos? —pregunta Xan detrás del bar.

—Abso-jodida-lutamente —responde Lobo, estableciéndose en el bar junto a


Leon.

—Vamos a tener una ronda en la casa, Xan —dice Devlin, reuniendo a los
miembros del MC—, culos dulces, y un puñado de regulares prospectos.

La abigarrada tripulación de supervivientes y amigos se reúne a lo largo de la


barra para reclamar sus vasos. Devlin desliza su brazo alrededor de mi cintura
mientras eleva su copa a la congregación de forajidos.

—Quiero tomar un momento para reconocer que día es —comienzaDevlin,


mirando hacia arriba a los tres retratos que cuelgan sobre la barra—. Hoy se
cumplen tres meses desde que perdimos a nuestro hermana y hermanos, Packer,
Otis y Juliet. El último vínculo con el pasado de nuestro club, y dos de los
campeones de su futuro nos fueron robados. Pero con su ayuda, determinación y
apoyo, el Circle of Death está encontrando nuevos caminos hacia adelante. Vamos 176
a reconstruir. Creceremos. Seremos más fuertes que nunca. Los tres miembros que
perdimos estarían tan orgullosos de nosotros, de la forma en que lo estamos
llevando a cabo. Querrían que avanzáramos, hacer que este club sea aún más una
fuerza a tener en cuenta. Y seamos honestos, querrían que pasáramos bien mientras
honramos sus recuerdos.Así que levantemos nuestros vasos por los que hemos
perdido y sigamos levantándolos. Ponga en marcha la música, saquen algunos
porros y diviértase un poco por aquí. Por ellos.

—Por ellos —repite el grupo reunido, drenando sus vasos con vigor. Voces
llenas de sorpresa llenan el bar mientras sonríen por las caras que me rodean.
Estamos afrontando las angustias y las penurias, pero también podemos hacerlo
con las sonrisas en la cara y el whisky en el estómago.

Alguien arroja un poco de rock pesado en el tocadiscos y Xan mantiene las


bebidas viniendo como nuestro barman de facto. El ambiente en el bar es más
ligero de lo que ha sido en tres meses. Perder a Packer, Juliet y Otis al mismo
tiempo nos ha unido más fuertemente que nunca. No sé cómo podría incluso
empezar a imaginar la meteorización de esta pérdida sin mi nueva familia a mi
lado. Especialmente el nuevo, emocionante, incomparable hombre en mi vida.

Me deslizo hacia donde Devlin está en el bar, acomodándome sobre su regazo.


Sus fuertes brazos me rodean mientras miramos a través del bar. Dean y Brutus
están encerrados en un magistral juego de billar con Chip tomando apuestas. Lobo
y Leon tienen cada uno un culo dulce en ambos brazos como ellos cuentan la
heroica escapada que hicimos desde El Club hace tres meses. Xan se desliza otro
par de cervezas a través de la barra para mí y Devlin, que felizmente tomamos.

—¿Todavía te alegra que hayas vuelto conmigo? —pregunta Devlin, pasando


una mano por mi brazo. He envuelto mi franela alrededor de mi cintura, dejando
desnudos mis brazos.

—Más que nunca —le aseguro, tomando un trago de cerveza—. ¿Aún estas
contento de que yo viniera?

—Nada nunca me ha hecho más feliz. —Me sonríe, acercándome.

—A mí tampoco —le digo honestamente. Incluso con todo lo que hemos


estado trabajando en estos últimos tres meses, nunca me he sentido como si
perteneciera en cualquier lugar más que aquí. Pasé gran parte de mi infancia y
adolescencia sintiendo que no era lo suficientemente bueno, que no tenía nada que
esperar. Devlin Vile y el Circle of Death cambiaron todo eso. Me tomaron cuando
no tendría ningún otro sitio a donde ir, como lo hicieron con Juliet todos esos años
atrás. Supongo que mi hermana y yo somos más parecidas de lo que nunca
sospechamos. Siempre me arrepentiré de no haber tenido más tiempo para conocer
a Jules. Pero estando aquí con el Circle of Death, siento que todavía estoy cerca de 177
ella. Aun honrando su legado, de alguna manera.

No he dado a mis padres nuevos detalles sobre mi vida y mi paradero. Mejor


dejar que sigan pensando que estoy reuniendo material para algún artículo u otro.
Ciertamente estoy reuniendo experiencia aquí, aunque no es el tipo que escribes
para las masas. La única otra persona de mi vieja vida en la que tuve que
despedirme fue Emma. Espíritu libre que es, comprendió por qué necesitaba
quedarme con Dev. Toda mi vida anterior está en el espejo retrovisor, ahora. He
tenido la idea de compartir lo que he aprendido, del hecho de que hay profesores
que venden la información de sus estudiantes en Boston, al empleo de mujeres
jóvenes como carnada por gente como Leviathan. Pero esa corporación no debe ser
jodida a la ligera. Tengo que elegir el momento adecuado para atacar de nuevo. Por
ahora, recuperarnos es el nombre del juego. Recuperarme, y deleitándome en mi
nueva vida al lado de Devlin Vile.

Para el momento en que la medianoche rueda alrededor, la casa club del Circle
of Death está repleto de alegría, energía salvaje. Las voces borrachas gritan y
claman como viejos amigos y nuevas aventuras de recuento, llamadas cercanas, y
cuentos hilarantes de altos y secuestros por igual. La bebida fluye como el agua, y
la música baja por el aire. Todo el mundo está tan envuelto en el espíritu de fiesta
que nadie se da cuenta, ya que Devlin me levanta de mis pies y todo menos me
lleva de la casa club.
Doy enormes tragos de aire salado de la noche, saboreando el frío de ella
contra mi piel enrojecida. Al abrir mis brazos al cielo nocturno estrellado, me siento
liviana y libre, desembarazado por primera vez en meses. Devlin tiene razón.
Tenemos que seguir viviendo, seguir creciendo. Es lo que los que perdimos
hubieran querido para nosotros.

—La vida fuera de la ley te queda bien. —Devlin sonríe, agarrando mis caderas
por detrás.

Descanso mi peso sobre él mientras envuelve sus brazos alrededor de mi


cintura. Su rasposa mandíbula roza mi mejilla, enviando un escalofrío de placer por
mi espina dorsal. Todavía no puedo creer que tengo este hombre increíble para mí
misma, estos días.

—Espero que no te importe salir temprano de la fiesta —dice, pasando sus


fuertes manos por mis costados—. Pero no puedo apartar mis manos de ti un
segundo más.

—No te lo estoy pidiendo —murmuro, retorciéndome de placer bajo su toque.


Ya puedo sentir que está creciendo duro para mí. Nunca dejaré de estar asombrada
y emocionada por lo excitado que se enciende. Hablando de un ganar-ganar.
178
—Vamos —gruñe, alejándome del bullicioso bar, a lo largo de la costa rocosa.
Hay un puñado de dormitorios construidos en la parte trasera de la casa club, pero
el presidente del Circle of Death recibe cuartos todos los suyos. Una pequeña
cabaña al estilo Cape Code se encuentra en una colina con vistas al complejo y al
mar por igual. Es este lugar al que he venido a llamar a casa. Está bien cuidado y
limpio, pero libre de cualquier campana o silbatos. El nido de amor perfecto para
una pareja como nosotros. Cuando nos acercamos a la estructura pequeña y
majestuosa, Devlin me recoge en sus brazos como una nueva novia. Él casi derriba
la puerta, llevándome de regreso a la casa que compartimos.

En un movimiento rápido, Devlin cierra de golpe la puerta detrás de nosotros y


me azota alrededor, presionándome contra la puerta de madera sólida. Me río con
alegría, envolviendo mis piernas alrededor de su cintura mientras me fija allí. Sus
labios llenos encuentran los míos, y el sabor de él me embruja los sentidos por
milésima vez. En lugar de acostumbrarnos a nuestra apasionada necesidad el uno
del otro, el fuego de nuestra necesidad solo se anima cada vez que tocamos.

Planto mis pies en el suelo, extendiéndome hacia abajo para correr mis manos
a lo largo de la larga y dura polla e Devlin. Un gemido se eleva en mi garganta
mientras lo tomo en mis manos. Pero antes de que pueda abrir la hebilla del
cinturón, Devlin me coge las muñecas, obligándome a encontrar su mirada.

—Ponte en la cama —me ordena—. Ahora.


Me alejo de él y hago lo que manda. Sus ojos recorren todo mi cuerpo mientras
me alejo de él en el dormitorio que hemos venido a compartir. Cuando llego al
borde del colchón, me inclino sobre mis manos y rodillas. Gateando sobre las
amplias sábanas de la cama, siento que sus manos se cierran alrededor de mis
caderas una vez más.

—De espaldas —me dice. Me doy la vuelta de inmediato, dejando que mis
piernas se abran cuando él se arrodilla sobre mí, su cuerpo asombroso erizado de
lujuria. Devlin baja hacia mí, trayendo sus labios a la tierna piel de mi garganta—.
Quédate perfectamente quieta —murmura—, lo digo en serio.

Me obligo a no aferrarme a Devlin mientras sus labios bordean mi piel


desnuda. Sus besos recorren mi clavícula, hasta mis pechos, hasta que finalmente
cierra sus dientes alrededor del escote de mi delgada camiseta de algodón, tirándola
hacia abajo y lejos. Tira de las capas de mi ropa con los dientes, hasta que mis
pechos están desnudos y agitando ante él. Devlin chupa y muerde mis pezones
mientras empuja mi falda de mezclilla. Mi cuerpo entero está temblando, tratando
de evitar agarrarlo.

Él se arrastra por la longitud de mi cuerpo listo, flexible, y lo siento quitar mis


bragas con sus dientes hambrientos. La urgencia primordial de cada una de sus
acciones me tiene húmeda y ansiosa entre mis piernas. Gimo mientras siento la 179
lengua de Devlin trazando a lo largo de mi raja, separando mis labios rosados con
cada golpe. Él mira hacia mi clítoris palpitante, y una presión profunda y pulsante
se apaga como un cohete en mi corazón.

—Estás siendo tan buena. —Sonríe, alzando sus ojos a los míos.

—¿Sabes cómo me vuelves loca, Dev? —jadeo.

—Adelante. Tómalo todo —dice—. Tienes mi permiso.

Rasgo el resto de la ropa de mi cuerpo mientras Devlin se quita sus pantalones


vaqueros y playera. Nos observamos el uno al otro por unos instantes antes de
reunirnos una vez más. Él me fija al amplio colchón mientras envuelvo mis brazos
alrededor de sus amplios hombros. Gritamos como uno mientras que él conduce su
pene dentro de mí, llenándome con cada centímetro de esa magnífica longitud,
pulsando. Aguanto para la vida querida como Devlin empuja dentro de mí,
entrando más y más profundo con cada golpe. Mi cabeza cae de nuevo contra el
colchón como su polla colisiona con ese punto dulce dentro de mí, una y otra vez.

A medida que avanzamos hacia alturas inimaginables de dicha, es como si


fuéramos las únicas dos personas en el mundo entero. El peligro y la violencia que
se encuentran en espera, todas las cosas que van a chocar en la noche, que no
significa nada para nosotros ahora. Todo lo que importa es el uno al otro. Miro a
Devlin con asombro mientras el placer monta deliciosamente en mi corazón. Su
cuerpo rasgado, asombroso cuerpo sobre mí, las líneas de tinta de sus tatuajes y los
cortes definidos de sus músculos un tapiz elaborado que solo yo sé de memoria.
Incapaz de contenerme, cojo su cara en mis manos y lo beso, duro y profundo.

Es ese beso que lo hace.

Nos volcamos al borde juntos, viniéndonos duro y fuerte. Devlin me llena con
su felicidad creciente como la sensación irradia a los mismos bordes de mi cuerpo.
Nos juntamos, pasamos y nos sentimos saciados, al menos por esta noche. Me
empuja hacia él, apretándome la espalda contra su pecho. Poco a poco, nuestra
respiración se iguala. Nos las arreglamos para volver a nuestros sentidos una vez
más como el sueño se arrastra adentro para demandarnos por algunas horas.

Es tan tranquilo aquí, lejos de la bulliciosa ciudad que dejé atrás. El único
sonido más allá de nuestras paredes es el estrellarse de las olas contra la orilla.
Nunca supe que podría estar contenta con una vida tan renegada. Pero entonces,
nunca conté con conocer a nadie como Devlin Vile.

—Yo solo... quería decirte gracias, Dev —susurro, entrelazando mis dedos con
los suyos.
180
—¿Por qué? —pregunta él, su aliento caliente contra mi garganta.

—Por... todo esto —digo maravillosamente—. Por dejarme entrar en tu vida.


Por verme, aceptarme por lo que realmente soy. Y por seguir queriendo que me
quede.

—No tienes que agradecerme nada de eso —dice, volviendo mi rostro hacia el
suyo—. Nunca podría haber sido de otra manera, una vez que nos conocimos.
Estamos construidos el uno para el otro. Nada nos puede mantener alejados. Y
nada podría cambiar lo que tenemos.

—Bueno, todavía así. —Sonrío, trazando las líneas de su tatuaje Diabolus con
la punta de mi dedo—. Todavía me siento muy afortunada de haberme encontrado
contigo, loco hijo de puta.

—Sé que es una locura decirlo, con todo lo que hemos pasado ya —dice, de
repente serio—. Pero me has hecho más feliz de lo que he estado en mi vida.
Espero que lo sepas, Logan.

—Lo hago —le digo, es la verdad—. Me siento igual. —No tiene sentido, pero
no pienso cuestionarlo tanto.
—No sé a dónde va esto, tú y yo —continúa. —Nunca me había sentido así
antes, con nadie. Pero estoy dispuesto a entenderlo a medida que avanzamos.

—Eso es todo lo que quiero —le aseguro—. Tú eres todo lo que quiero.

—Bien bueno. —Él sonríe, mordisqueando juguetonamente en mi oído—.


Porque es mutuo, nena. Y siempre obtengo lo que quiero.

Me río entre dientes mientras Devlin me envuelve en sus brazos. La nuestra no


puede ser la charla más convencional de almohada, pero no la cambiaría para nada.
No cambiaría esta vida por nada. Puede ser un camino incierto, peligroso e
impredecible, pero es sin duda un infierno de paseo. Especialmente con Devlin Vile
haciendo la conducción.

FIN 181
Sobre las Autoras

Celia Loren
Ella es una autora de Romance Contemporáneo. Siempre ha sido una ávida
lectora y al crecer devoraba libros. Ahora pasa su tiempo escribiendo historias de
romance que siempre quiso leer. Ella integra su increíble imaginación, inigualable
ética de trabajo, y traviesa personalidad a la mezcla.

182

Colleen Masters
Creció en Central Jersey y estudió Teatro e Inglés en la Universidad de
Monmouth. Su sueño siempre ha sido hacer de la escritura su profesión, así que se
mudó a NYC hace años y se puso a trabajar en ello para hacer su sueño realidad.
183

Realizado sin fines de lucro para promover la lectura.


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