Celia Loren & Collen Masters - The Depraved Club 02 - Circle of Death PDF
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Esta traducción fue realizada sin fines de lucro, por lo cual no tiene costo alguno. Es una
traducción hecha por fans para fans.
Capítulo 1 Capítulo 14
Capítulo 2 Capítulo 15
Capítulo 3 Capítulo 16
Capítulo 4 Capítulo 17
Capítulo 5 Capítulo 18
Capítulo 6 Capítulo 19
Capítulo 7 Capítulo 20
Capítulo 8 Capítulo 21
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Capítulo 9 Capítulo 22
Capítulo 10 Capítulo 23
Capítulo 11 Capítulo 24
Capítulo 12 Epílogo
Sinopsis
He escuchado las terribles historias sobre el hombre que ellos llaman Devlin
Vile, pero cuando me di cuenta de que había una oportunidad de que su club
hubiera tomado a mi hermana, lo busqué de todas formas. Tenía que saber que
sucedió.
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Capítulo 1
Mis delgados dedos se aprietan alrededor de la fría barandilla de metal mientras
el yate salta sobre una ola alta y creciente. Un rocío de agua salada se estrella por
mi mejilla mientras mi largo cabello negro se agita violentamente al viento. Estoy
de pie justo en la proa de este lujoso barco, escudriñando el horizonte para
vislumbrar la tierra seca. La costa rocosa desaparece de la vista después de lo que
parece un abrir y cerrar de ojos. Toda esta locura se está desarrollando más rápido
de lo que jamás podría haber imaginado. No puedo evitar preguntarme si seré
capaz de mantener mi cabeza por encima del agua y ver mi misión. Pero al mirar
alrededor a las aguas abiertas del Océano Atlántico, sé una cosa con certeza:
Una fuerte ráfaga de música se escucha por encima de la cubierta, seguida por
un coro de risitas borrachas. Miro por encima de mi hombro mientras un trío de 6
magníficas jóvenes mujeres tropiezan a través de una puerta oscilante y salen al aire
libre, esparciendo mi soledad al viento salado. Ah bueno. Si quería paz y
tranquilidad, pude haberme quedado en Boston como la buena chica que siempre
he sido. Hasta ahora, eso es.
—¡Logan! ¿Qué haces aquí completamente sola? —pregunta una de las chicas,
una rubia de piernas largas llamada Brie—. La fiesta acaba de empezar abajo de la
cubierta.
—Eso es justo. —Asintió Ani, una morena delgada que también decidió darle
una oportunidad a su lado salvaje—. Por lo que he oído sobre El Club, vas a
necesitar toda la energía que puedas reunir. Se supone que los chicos son muy
despiadados.
—Oh, por favor, Brie —dice Kari riendo, rodando sus ojos—. Hace años que
nos estás hablando de este lugar.
—Desde que éramos unas pequeñas estudiantes de primer año —dice Ani
sonriendo y tomando un largo trago de su cóctel—. No me digas que este no es el
mejor regalo de graduación de todos los tiempos.
—Oh, Dios mío —dice suavemente Brie, casi dejando caer su cóctel por la
borda—. ¡Ahí está!
Dirijo mi mirada hacia el horizonte y siento que mi corazón se aloja
firmemente en mi garganta. Allí, a lo lejos, una larga franja de tierra se eleva de
entre el mar revuelto. En el crepúsculo, la isla no parece algo especial. Una línea de
costa escarpada da lugar a una extensión de bosques espesos. Apenas visible
encima de la línea de árboles está la imponente torre de vigilancia de una vieja base
militar. De mi investigación, sé que esta fortaleza se remonta a los días de la
revolución americana. Pero hoy en día esta isla no es lugar para un viaje de
amantes de la historia, eso es seguro.
A medida que el yate recorre las aguas grises del Atlántico hacia la isla, un
ruido bajo hace que mis oídos pinchen. El ritmo pulsa más ensordecedoramente
con cada momento que pasa. Me pregunto, por un segundo, si no estamos
experimentando problemas con el motor. Pero cuando la cacofonía de la dura roca
barre para completar el paisaje sonoro, me doy cuenta de que estoy escuchando una
línea de bajo pesado que rabia desde la orilla de la isla. Escuchamos la fiesta antes
de que la veamos, y sé que ésta es mi última oportunidad para retractarme... dejar
que la otra docena de chicas se adelanten y escurrirme de regreso a la orilla con la
cola entre mis piernas.
Un silbido largo y agudo del barco corta a través del aire brumoso mientras el
yate llega hasta un chirriante muelle que se dirige dentro de la isla. Me quedo
enraizada firmemente en la cubierta mientras la total y caótica escena bramando de
la isla aparece a la vista, desplegándose ante mis desconcertados ojos.
—No sé si puedo hacer esto —susurra Brie en pánico mientras nos dirigimos
hacia la frágil cubierta.
—¡Señoritas! —grita una voz que brota de más allá de mi campo de visión.
—Buena selección la de esta noche. —Sonríe, pasando una mano por su barba
rubia y arenosa—. Los chicos van a estar jodidamente sobre ustedes.
Una risita nerviosa recorre el grupo, pero ya puedo sentir los cuerpos a mi
alrededor empezando a relajarse. A pesar del borde peligroso de este hombre, hay
algo extrañamente reconfortante en su comportamiento.
—Aquí están las chicas —ruge por encima de la cacofonía de las voces alzadas
y la música volando—. ¡Tomen una copa, tomen un porro, agarren a un hombre, y
ténganlo!
—Cristo, amo un poco de carne fresca —gruñe un hombre alto y lobuno detrás
de nosotras. Desliza sus brazos alrededor de la delgada cintura de Kari, tirando de
ella firmemente contra su marcado cuerpo—. Y te ves lo suficientemente sabrosa
como para devorarte, niñita.
—¿Sus mamis y sus papis saben dónde están esta noche, pequeñas? —se burla
un hombre de pecho ancho con una melena salvaje, metiendo un mechón del
cabello de Brie detrás de su oreja.
—Sean buenos ahora —advierte Titán a los hombres que circulan—. Estas
chicas son nuestras invitadas esta noche. Hagámoslas sentir bien y bienvenidas.
El diablo.
Es todo lo que puedo hacer para beber a la vista de él, este hombre altanero en
el que he fijado mi mira. Lo he estado investigando durante semanas, buscando
fotografías policiacas y recortes de periódico, familiarizándome con cada aspecto de
su vida pública. Pero ninguna cantidad de investigación podría haberme preparado
para lo real.
Su cuerpo parece que fue cortado del mármol más suave, cada músculo se
destaca en perfecta definición. Pero se puede decir, solo por mirarlo, que esos
músculos no fueron esculpidos durante largas horas en el gimnasio. El suyo es un
cuerpo que ha vivido con esfuerzo y agresividad por décadas. Por toda una vida. Y
oh, cómo se nota.
Un jadeo se escapa de mis labios mientras sus ojos se encuentran con los míos.
El resto de la fiesta salvaje se desvanece a la vez que nuestras miradas se cierran.
Sus ojos sin fondo ven a través de mí, desvistiéndome hasta que estoy
completamente desnuda bajo su mirada. Una lenta sonrisa se extiende a través de
sus suaves labios mientras me mira derretirme ante él. Pero tan encantada como
estoy por su singular belleza brutal, no dejaré que llegue a mí tan fácil. Desde el
fondo, recojo mi moderación, mi compostura, mi frescura. Enderezando mi espina
dorsal, pongo una mano en mi cadera y sonrío de inmediato.
Por los momentos más breves, podría jurar que se sorprendió. Claramente, este
no es un hombre que está acostumbrado a hacer el primer movimiento. Mi corazón
se pone en marcha y golpea contra mi caja torácica mientras mete el frasco en el
bolsillo y da un paso hacia mí, rodeando la hoguera rugiente. Se acerca como un
animal salvaje, rodeando a su presa. Me vuelvo hacia él mientras se levanta ante
mí, estirando mi cuello para tomar su forma completa y escalofriante.
—Parece que podrías tomar una copa —gruñe, su voz rica y ronca. 12
Trago con fuerza, acerándome ante una presencia tan increíble e intimidante
como la suya. Con una mano milagrosamente firme, la meto en el bolsillo del
chaleco de cuero negro que estos chicos llevan como armadura, y envuelvo mis
dedos alrededor del frasco de acero fresco. Él levanta una ceja cicatrizada mientras
llevo el frasco a mis labios escarlata, tratando de no pensar en el hecho de que su
boca descansaba donde la mía está ahora. Puedo decir que está intrigado, sin estar
acostumbrado a ser abordado tan descaradamente. El whisky ahumado cubre mi
garganta mientras paso un enorme trago y le devuelvo el frasco con una sonrisa
traviesa.
—Es un placer. —Sonríe, colocando sus firmes manos en los puntos de mis
caderas—. Ahora, ¿qué vas a darme a cambio?
Su placer es la primera y única cosa en su cerebro, puedo decir eso con certeza.
Pero me he decidido a no doblarme tan fácilmente. Me aparto de él, golpeando sus
manos.
—Lo siento. No creo que haya escuchado tu nombre —digo, luchando con
fuerza para contener el temblor de mi voz.
—Eh. —Se ríe, mirándome de arriba abajo—. Este no suele ser un lugar donde
los nombres se negocian, nena.
Premio mayor.
Poco sabe él, por supuesto, que mi presencia aquí es lo más lejos de un
tropiezo. Soy una mujer en una misión. Una misión que tiene todo que ver con él,
como resulta. Pero mientras me lleno de su presencia embriagante; la forma
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altísima, la mirada ardiente, su olor ahumado y picante, decido que mientras esté
aquí, quizá me divierta un poco. Todo el trabajo y ningún juego nunca le ha hecho
bien a nadie, ¿verdad?
¿Es posible que este Devlin Vile sea tan peligroso como dicen que es? Solo hay
una manera de averiguarlo, me flexiono y doy un paso hacia él.
Capítulo 2
—La última vez que revisé —dijo Emma, levantando una ceja—. Ellos
perdieron el derecho a esta graduación sin sentido cuando se rehusaron a pagar por
tu educación porque tu especialización no les pareció.
Ella tiene un punto. Por todos los derechos, no debería tener ningún escrúpulo
acerca de abandonar la graduación a pesar de los deseos de mis padres. Yo soy
quien financió mi grado a través de una media docena de becas (y cerca de 50 mil
dólares en deuda de préstamos estudiantiles, por supuesto). Mis papás siempre me
dijeron mientras crecía que estarían más que felices de pagar por mi educación
universitaria, siempre que estudiara algo “práctico” como medicina o leyes. Pero
cuando decidí dedicarme a mercadotecnia y comunicaciones en su lugar, su oferta
de asistencia financiera fue arrebatada rápidamente.
—¿Por qué pagaríamos por un título que solo va a dejarte sin trabajo y viviendo
en nuestro sótano? —Se había burlado mi madre esa vez.
—Eso es verdad —digo—, yo como que pateé el culo de este grado, ¿eh?
—No es de extrañar que hayas tenido un momento tan fácil. Piensa en todo el
material que tienes allí. —Emma sonríe.
—Ja, ja —digo, sacando de mis hombros la ridícula toga verde—. Eres una
bromista regular, Emma Sanders.
—Vamos —dice Emma, poniéndose de pie—. Ya son las tres y cinco. Necesito
una bebida.
El día que cumplió dieciocho años, Juliet huyó. Había caído en una pandilla de
motociclistas locales, un grupo de chicos muy duros. Nos dejó una nota diciendo
que había decidido unirse a ellos como una especie de seguidora, y que no
debíamos buscarla. Era una adulta legal y demasiado obstinada para reconsiderar,
por lo que mis padres no tuvieron más remedio que dejarla ir.
Pero tanto como odio admitirlo, sigo sintiendo el impacto de lo que hizo Juliet.
Debido a su traición, mantengo mi corazón encerrado asegurándolo. Estoy 17
inmediatamente recelosa de alguien que quiere ser mi amigo, y soy insanamente
selectiva acerca de los chicos con los que incluso voy a considerar tener una cita.
No puedo soportar la idea de llegar a amar a alguien de la forma en que amaba a
Juliet, y que me deje. He jurado nunca permitir que me lastimen de esa manera otra
vez, y hasta ahora lo he conseguido muy bien. Puede que no sea la chica más
popular de la escuela, o que tenga más muescas en la columna de mi cama, pero al
menos rara vez soy vulnerable a la angustia.
Por supuesto, estar a salvo de la angustia significa también estar a salvo del
amor... pero eso es un enigma para abordar otro día.
Ni siquiera puedo leer las últimas líneas de texto: mi visión se humedece con
emoción y alegría. Dejo escapar un chillido de alegría, saltando de mi silla y
bailando extáticamente alrededor de mi dormitorio. En un instante, Emma está
justo detrás de mi puerta, mirándome perpleja mientras salto y bailo por todo el
lugar.
Emma puede no tener ningún interés en los blogs, pero incluso ella reconoce la
palabra “entrevista”.
—Bueno, sí. —Se encoge de hombros—. ¡Pero ¿no es mejor tener una
justificación para ello?!
Salimos a la cálida noche de mayo, con los brazos unidos. Mi cuerpo se siente
ingrávido a medida que avanzamos por las calles de Boston. Es como si pudiera
respirar libremente por primera vez en meses. Por fin, tengo una ventaja en un
trabajo que podría funcionar, un trabajo que mataría para tener. Tal vez no tendré
que colapsar en la vida de posgrado después de todo.
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Capítulo 3
Los poderes que están en Advance Media no pierden tiempo, eso es seguro.
Pocas horas después de responder a su primer correo electrónico, me programan
para una reunión con el editor en jefe de FootSoldier, Elliot Simmons, que tendrá
lugar al día siguiente. Mi estómago hace un triple giro cuando leo la hora para mi
cita, y apenas duermo esa noche. Sé que tengo que entrar en las oficinas de
FootSoldier en Boston con toda la confianza que pueda reunir, pero no puedo evitar
estar nerviosa. Hay tanto en esta entrevista yendo bien, mucho más de lo que me
gustaría admitir. Pero mientras estoy ocupada preocupándome por la inminente
reunión, pasa la noche. Es hora de levantarse y brillar, espero.
—Vas a destrozarlo. —Me asegura Emma esa mañana, metiendo una taza de
café en mis manos. Levanto la taza agradecidamente a mis labios, corriendo a
través de todas las típicas preguntas de entrevista en mi cabeza.
¿Cuáles son mis fortalezas y debilidades? ¿Dónde me veo en cinco años? ¿Qué
me hizo aplicar para Advance Media en particular? 20
El único problema es que mis respuestas parecen bastante frágiles de repente.
Con mis nervios tan controlados como podrían estar, empujo la pesada puerta
de metal y subo a un ascensor de aspecto industrial hasta el último piso del
almacén. Cuando las puertas se abren de nuevo, salgo a la oficina más genial que
jamás he visto. El piso entero ha sido remodelado y reutilizado como un espacio de
trabajo abierto. Las superficies sin terminar como el ladrillo expuesto y la madera
sin tratar dan al lugar una vibra tensa, pero los ordenadores portátiles de última
generación nada anticuados alineados a lo largo del escritorio de la comunidad.
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Aún más impresionante es la docena de personas trabajando en esos
ordenadores portátiles. Cada miembro del personal de FootSoldier es joven,
atractivo, y tan moderno como puede ser. Dudo que uno solo tenga más de treinta
años. Y aún más notable es el hecho de que todos menos tres de ellos son mujeres
que parecen estar alrededor de mi edad. Sabía que FootSoldier era una publicación
con visión de futuro, pero no tenía ni idea de que sus prácticas comerciales eran tan
progresivas.
Me doy la vuelta para encontrar a una mujer alta y esbelta detrás de mí. Ella
está balanceando una blazer impecablemente confeccionado, el cabello largo
ondulado y las gafas gruesas de borde negro.
—Bueno, qué suerte. —La mujer sonríe, dándole a mi mano extendida una
fuerte sacudida—. Por casualidad soy Elliot Simmons.
—Oh. Bien. Genial —le digo de mala gana, con la esperanza de que mi
vergüenza no haya pintado mis mejillas rojo fuego.
Vuelve una de las pantallas de la computadora hacia mí. Mis ojos se abren a
medida que veo el contenido de la información que se muestra allí: cada bit de mi
vida que existe en Internet. Fotos, videos, artículos, comentarios, Elliot repasó
todo. Sufro un breve momento de pánico, tratando de recordar si tengo fotos
embarazosas de fiesta o poemas de amor adolescentes desafortunados publicados
en la Web. Pero supongo que no estaría aquí si hubiera encontrado algo demasiado
atroz.
—¿Serías capaz de saber eso? —pregunto, con los ojos muy abiertos.
—Si es algo como el material que tienden a publicar, estoy en todo —le digo
con entusiasmo—. He sido una lectora de FootSoldier por mucho tiempo, y
realmente...
—Ah, estás bastante en línea con nuestro enfoque habitual. —Me interrumpe
Elliot—. Pero la tarea que tengo en mente para ti viene con un poco de... 23
exposición.
—¿Qué? Oh. No, estoy bien —digo rápidamente—, es solo... que he oído de
esa pandilla antes, es todo.
No tiene ninguna idea, señorita, pienso. Pero en voz alta digo—: Solo... nunca
tomé un proyecto como este antes. No sabría por dónde empezar, cómo tener
acceso a ese tipo de motociclistas. —Excepto directamente a través de mi hermana
mayor, pero Elliot no necesita saber sobre eso. Tengo la sensación de que ella se
lanzaría sobre esa conexión en un instante.
—Ni siquiera te he dicho la mejor parte todavía. —Se apresura Elliot—. Se dice
que llegan botes cargados de mujeres jóvenes que van a El Club, buscando la
experiencia del chico malo. Este lugar abastece exclusivamente a MC y pandilla de
tipos en estos días, así que todas estas chicas saltan en un yate y navegan allí en
busca de una noche salvaje. Estas muchachas consiguen vivir sus fantasías del chico
motociclista, y los motociclistas consiguen botes llenos de cosas bastante jóvenes
para jugar con ellas. Es como un Valhalla escapista de doble filo.
—No estoy sorprendida. —Elliot asiente—. La mayoría de las chicas que van a
El Club son de edad universitaria. La mayoría de las afluentes son del tipo de las
mejores escuelas, buscando los barrios pobres. Apuesto a que incluso conoces a
algunas chicas que ya han estado allí.
—Si pudieras llegar a esa isla —dice Elliot con seriedad—. Ve por ti misma lo
que pasa allí, solo imagina el tipo de historia que podrías escribir. Sería la primera
de su tipo, y tú eres exactamente la persona que la escribiría.
—Por eso eres perfecta. No quiero enviar a una chica fiestera, solo alguien que
puede desempeñar el papel —insiste Elliot—. Quiero que te infiltres en El Club, y
en el Circle of Death MC. Quiero presentarles a nuestros lectores la verdadera
cultura de los forajidos motociclistas. Pero lo que es más importante, quiero que te
involucres con un hombre en particular. El presidente del Circle of Death: Devlin
Vile.
—Eso parece una combinación cruel... —Me voy silencio cuando Elliot saca
una foto de cuerpo completo de nuestro objetivo propuesto en la pantalla de su
computadora.
Pero incluso si no hubiera una pequeña fortuna por escribir esta historia, sabía
en el segundo que Elliot dijo Circle of Death que iba a terminar tomando la
asignación. Tan traicionada y herida como sigo sintiéndome por la deserción de mi
hermana, no puedo dejar pasar esta oportunidad de encontrarla de nuevo. La
posibilidad de volver a verla me habría dado razones más que suficientes para
aceptar el trabajo. Y cuando mis ojos vuelan a la imagen de Devlin Vile, ardiendo
en la pantalla de la computadora de Elliot... Bueno, parece que de repente esta
decisión es una obviedad.
—No sé por qué insistes en vestirte como uno de esos hippies de Brooklyn todo
el tiempo —dice mi madre en forma de saludo—. Te verías muy bonita si haces un
pequeño esfuerzo.
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—Hola a ti también, mamá. —Sonrío firmemente, hundiéndome en la silla
libre en su mesa—. Hola, papá. ¿Cómo van las cosas?
—Estoy segura de que no nos echarán por culpa de mi pobre gusto. —Sonrío,
arrancando un menú y enterrando mi nariz en la lista de vinos.
—Espero que tengas razón —suspira, tomando un sorbo de agua con gas. La
conversación se detiene cuando ella y yo regresamos a nuestras esquinas. Papá, en
toda su ausencia de paz, no es más sabio para la tensión entre su esposa e hija.
Algunas cosas nunca cambian.
—Oh no... —Ella gime—. No vas a ser uno de esos hackers, ¿verdad? ¿Cómo
en House of Cards? Vi que el episodio donde estaban sentados alrededor de alguna
oficina terrible en sillones.
—Oh, creo que he oído hablar de ellos. —Mi padre asiente con la cabeza.
—Si se requiere ocupar cualquier espacio público o lo que sea, creo que
deberías rechazarlo. —Mi madre asiente con la cabeza.
Dudo antes de responder, insegura de cuál podría ser la reacción de mis padres.
—Sería... um... un bono de diez mil dólares, en realidad.
Un pesado momento de silencio cae sobre nosotros como una losa de cemento.
Mis padres me miran, desconcertados por la figura que acabo de escupir. Pero solo
toma un segundo antes de que mi madre se recupere.
—Logan —dice con severidad—. Ese tipo de dinero no solo cae del cielo así.
No hay manera de que esto sea una oportunidad legítima.
—Tengo que estar de acuerdo con tu madre aquí —dice mi padre con
seriedad—. Suena como si estuvieras cayendo presa de algún engaño, Logan.
—Podrías tomar el año para aplicar, vivir en casa con nosotros, y conseguir
una pista para una carrera real —dice mi madre—. Basta de esta tontería de blogs
de alto nivel.
—Esta oferta de trabajo que te han dado... Simplemente no suena bien para
nosotros —continúa mi papá—. Parece que esas personas solo están tratando de
llevarte a dar un paseo.
—Entonces deja de actuar como una. —Ella casi sisea—. Y mantén la voz
baja. Estamos en público, en caso de que no te hayas dado cuenta.
—Lo siento papá —le digo con firmeza—. Parece que he perdido el apetito.
Además, no querría aprovecharme de tu generosidad. Creo que es mejor solo
dejarlos a ustedes.
—¿Por qué estás haciendo esto? —sisea mi madre—. ¿Por qué no puedes
mostrarnos un poco de respeto, Logan?
No sé cuánto tiempo pasa antes de que sienta que puedo seguir adelante. Pero
mis lágrimas han sido reparadoras. Cuando me levanto de nuevo temblorosamente,
he tomado una decisión. No voy a dejar que la duda o la incertidumbre me
detengan por más tiempo. Así que, ¿Y qué si no tengo un sistema de apoyo que me
sostiene? Eso no va a impedir que de un paso en la cuerda floja por más tiempo...
no importa cuán arriesgado y francamente loco que pueda ser.
Hola Elliot,
Fue realmente maravilloso conocerte esta tarde. Estoy tan emocionada de que me
llamaras para discutir una posición en FootSoldier. Sé que te dije que me gustaría tomar
el día para pensar en tu oferta, pero pocas horas han sido suficientes. Estaría encantada
de aceptar mi primera tarea, la historia que discutimos esta mañana, y comenzaré a
trabajar en ella de inmediato. Gracias de nuevo por darme esta increíble oportunidad. No
te arrepentirás, te lo prometo.
Sinceramente,
Logan Farrah.
Logan,
Saludos,
E.S.
Vas a hacer un gran trabajo. Leo esas palabras una y otra vez. El estímulo es un
concepto tan poco familiar para mí que casi se siente como una lengua extranjera.
Pero y basta de estar abatida por eso. Tengo trabajo que hacer.
Todos mis músculos duelen cada vez que levanto la fría botella de cerveza
hacia mi boca. Sin embargo, es un buen dolor, el dolor de un largo y duro trabajo
bien hecho. Mis hermanos y yo hemos estado en el camino por toda una semana,
reforzando nuestras operaciones a lo largo de la costa. Había unas pocas cabezas
que necesitaban ser golpeadas, un poco de endurecimiento para ser hecho, pero 34
todos dijeron que el Circle of Death MC está más fuerte que nunca. Y estoy tan
orgulloso por eso.
—Parece que podrías beber otra. Y ya somos dos —dice Packer, caminando
alrededor de la barra y arrebatando un par de cervezas frías de la nevera maltratada
pero bien surtida. Abre las botellas y desliza una a través de la barra para mí—.
Otro viaje exitoso —dice, tintineando su botella contra la mía y tomando un largo
trago.
En estos días, Packer mide cerca de un metro ochenta y tres centímetros de alto
y es fuerte como un buey. Tiene cabello rubio rojizo y una docena de tatuajes
grabados por todo su cuerpo. Pero cuando lo conocí por primera vez, no era más
que un delgado y ansioso niño de Vermont con un don para arreglar motocicletas.
Eso debe haber sido ya hace una década.
Apoyado contra la pared con sus gruesos brazos cruzados está Brutus, nuestro
viejo Enforcer1. Está constituido como un maldito tanque, y es por mucho el más
mezquino de nuestro equipo. Brutus es nuestro músculo, el perro de ataque que
lanzamos a las personas que se atreven a sobrepasarnos. Me sentiría mal por
ponerlo a hacer todo el trabajo sucio, excepto que parece que le gusta bastante.
Del otro lado de la barra está Xan, nuestro hijo de puta residente con aspecto
de modelo, y Otis, el más viejo de nuestro grupo y el único miembro original que
queda. El Circle of Death MC empezó justo después de la Guerra de Vietnam,
cuando un grupo de chicos de Nueva Inglaterra volvió a los Estados Unidos y se
1
Enforcer – Persona contratada para hacer el trabajo desagradable o tareas polémicas.
dieron cuenta de que no querían hacer nada con las vidas que dejaron atrás. Eso es
lo mejor sobre la vida fuera de la ley, siempre está ahí para aquellos que más lo
necesitan.
Estos siete hombres son mi familia, más cercanos que los de carne y sangre.
Moriría por cualquiera de ellos y sé que harían lo mismo por mí. Nuestro club,
construido sobre un antiguo muelle de pesca y reforzado a lo largo de los años, es
una fortaleza arreglada. Nuestra casa. Tiene un bar, donde entretenemos a nuestros
amigos y, por supuesto, las chicas que vienen a buscar refugio y brazos fuert es para
sostenerlas. Tiene una “capilla” en la parte de atrás, una sala cerrada donde los
hermanos pueden convocar y dar forma al futuro del club. Incluso tiene un par de
botes atados a lo largo del muelle, para viajes de pesca y escapadas rápidas de los
policías, dependiendo del día.
—Parece ser el lugar, ¿eh Jim? —dice el más rubio de los hombres al otro. Su
peinado cabello rubio brilla, incluso en la tenue luz del bar.
—Yo diría que sí, Mike —responde su compañero, lanzándome una sonrisa de
anuncio de pasta de dientes.
—Este no parece ser el lugar para ninguno de ustedes dos —les digo a los
hombres, dando un paso amenazador hacia adelante. —Les sugiero que regresen al
club náutico si buscan una bebida. Aquí no somos grandes amantes del champán.
—Debes ser Devlin Vile —dice el rubio, Mike, extendiendo una mano para mí.
—Muy bien, muy bien —dice Mike amablemente, metiendo las manos en los
bolsillos—. Jim y yo representamos a la corporación Leviathan. Estoy seguro de
que has oído hablar de nosotros. Somos un conglomerado multinacional con
muchos intereses y recursos variados e integrados.
—Y prefiero hablar de qué diablos esperan que llevemos por todo el país por
ustedes —escupí.
Mike y Jim intercambian una rápida mirada antes de continuar. Oh, esto
debería ser bueno.
—Tienes razón —dice Jim—. Estamos buscando que algunos bienes más
delicados sean distribuidos desde nuestro principal sitio en Miami a nuestra
clientela a lo largo de la costa este, y cruzando la frontera canadiense. Realmente
creemos que ustedes son la organización perfecta para este trabajo. Lo único…
Los bordes de mi visión se ponen blancos mientras una oleada de furia corre a
través de mi cuerpo, trayéndome a mis pies una vez más. Levanto mi metro
ochenta y tres y me enderezo, sintiendo mi núcleo entero hincharse con
indignación viciosa, peligrosa. —Estás hablando de tráfico de personas —digo, mi
voz un gruñido mortal.
Eso funciona. En un abrir y cerrar de ojos, los dos hombres se han puesto de
pie y empiezan a escabullirse. Para no ser despojado de su deber, Brutus agarra a
cada uno por el pescuezo y los lanza sin ceremonias a través de la puerta principal.
Mis hermanos se alegran, burlándose de los hombres mientras se apresuraban a
retirarse. Pero tan satisfecho como estoy de ver el miedo en sus ojos, todavía estoy
muy disgustado por su propuesta como para reír. El día en que permita que mi MC
se mezcle con traficar drogas y chicas jóvenes para millonarios idiotas ese día
entrego mi parche de Presidente. 39
—Vamos, Dev —dice Packer, dando una palmada en mi hombro. Olvídate de
esos idiotas.
—Te tengo, Dev —dice Xan desde debajo de la barra, rozando su cola de
caballo sobre su hombro. Sube por la longitud de madera áspera y balancea las
piernas, recogiendo una botella de whiskey y alineando una docena de vasos—.
Todos podríamos tomar un trago, creo.
—Haz que el mío sea doble —dice Otis, golpeando la barra con los puños—.
No sé en lo que se está convirtiendo el mundo, con hombres como esos que
mostraron sus caras aquí.
Al otro lado del bar, alguien enciende de vuelta el sonido con una patada
rápida. Me vuelvo para ver a una esbelta y hermosa mujer que se inclina sobre la
polvorienta máquina, una nueva caja de cerveza a sus pies. Ella quita su cortina de
cabello negro sedoso sobre su hombro, revelando las palabras cosidas en la parte
trasera de su chaleco de cuero negro: Propiedad de Packer.
—¿Quién mató las melodías? —pregunta ella al otro lado de la barra, volviendo
su bello rostro hacia el grupo.
—Mi punto exactamente. —Sonrío—. He estado pensando que podría ser una
buena idea para escapar. Recargar, desenrollarnos. Sacar nuestras malditas caras de
fiesta.
—¿Y si les dijera que he estado oyendo hablar de un lugar que solo quiere a gente
41
de nuestra clase como invitados? —le pregunto al grupo—. Algunos otros clubes de
motociclistas ya han tropezado en el lugar, así que me tomé la molestia de
conseguir la dirección. Nos han invitado a quedarnos todo el tiempo que queramos.
Un club con una reputación como la nuestra es un buen negocio para estos chicos.
Pasar los días bebiendo, fumando, follando, viviendo la buena vida. ¿Suena como
algo que todos pueden ponerse detrás?
—En realidad fue demasiado fácil. —Me río, apoyada contra nuestro sofá
raído—. Resulta que decenas de mujeres jóvenes están visitando este lugar todo el
tiempo mientras que diferentes grupos de hombres ricos se refugian allí. En este
momento, uno de los grupos en la residencia pasa a ser este club de motocicletas,
pero hay todo tipo de chicos allí. Empresarios, gestores de fondos de cobertura,
equipos deportivos profesionales, lo que quieras. Pero las chicas que usualmente lo
frecuentan suelen ser universitarias. Buscando salir de sus zonas de confort, ya
sabes.
—Mi último novio era tres meses mayor que yo, te lo haré saber. Y en el
equipo de esgrima —bromeo.
—Estoy hablando en serio, Logan —insiste Emma, tomando mi mano entre las
suyas—. Esto suena increíblemente arriesgado. Está pagando sus préstamos y
¿conseguir este trabajo realmente vale la pena para ti?
—Hay, un, un poco más que eso —digo lentamente, encontrando su mirada lo
mejor que puedo—. El MC sobre el que voy a escribir... se llama el Circle of Death.
El mismo club con el que mi hermana Juliet huyó cuando yo era niña.
—Oh, Logan... —Emma respira, sus dedos apretando alrededor de los míos—.
Lo siento mucho, ni siquiera pensé en hacer la conexión.
—Todos estos años, he tenido que aceptar el hecho de que nunca volvería a
verla —continué, hablando alrededor del nudo duro de mi garganta—. Ella no dejó
exactamente una dirección o número de celular cuando se fue, pero de repente,
tengo una pista. Tal vez no salga. Tal vez ya no está con el MC. Tal vez ni siquiera
está viva. Pero tengo que averiguarlo por mí misma, Emma. Y si eso significa
ponerme en riesgo... bueno, eso es algo con lo que puedo vivir.
Mi pequeña amiga no dice una palabra. Ella simplemente envuelve sus brazos 43
alrededor de mí y presiona su ligero cuerpo contra el mío. La abrazo ferozmente,
sabiendo que esta es su manera de darme la bendición por esta loca misión. Con su
apoyo, siento que realmente puedo dar el siguiente paso en este viaje salvaje.
—Hay algunas chicas de nuestra escuela que van a El Club mañana por la
noche —proseguí—. Brie, Ani, Kari, las conozco un poco desde el primer año.
Pero han aceptado dejarme ir. Conseguir ser invitada a esa isla está todo sobre a
quién conoces, y conjeturo que conocen la gente correcta. Todo está preparado.
—Lo sé, pero tengo que tender la mano, ella es mi única conexión aquí.
—Sólo por la noche, al menos esta vez —le aseguro suavemente—. Pero podría
ser el primero de muchos viajes.
—Lo prometo —respondo con seriedad—. Tan cuidadosa como puedo ser.
Casi.
44
Capítulo 7
La noche siguiente, me encuentro de pie en el muelle de un ostentoso club de
yates en el puerto de Boston justo antes del atardecer. Tiré del borde de mi mini
falda negra, ajusto las correas de mi sedosa blusa blanca. Soy más que un poco
consciente de las miradas que estoy consiguiendo de los hombres y mujeres
adinerados descansando sobre sus barcos a mi alrededor. Esto no es exactamente
mi hábitat natural, eso es seguro.
Me vuelvo a ver una pequeña cabeza roja que me dice hola con una mano
furiosamente desde la cubierta de un enorme y brillante yate atado al final del
muelle. Sonriendo, me dirigí hacia el barco, tratando de no torcerme el tobillo
mientras mis tacones peleaban con los tablones de madera del muelle. Error de
novato, Farrah, me reprendo. ¿Quién lleva stilettos a una orgía de isla aislada?
—Ven arriba —dice Kari, acunando un cóctel rosa en su mano muy cuidada—.
¡La fiesta acaba de empezar!
Tragando con fuerza, camino hacia la entrada del yate. Rechazando vacilar o
dudar, doy mi primer paso en el barco. Aquí va nada.
—Espero que todos los motociclistas se parezcan a ese chico del programa —
dice insípidamente en mi oído una de las chicas que no conozco. Parece que los
únicos puntos de referencia de cualquiera de estas señoritas tienen para los tipos de
MC son de telenovelas y películas de acción. Pero desde la pequeña Juliet me contó
sobre sus propias experiencias con la vida fuera de la ley, las chicas aquí están en un
rudo despertar.
El yate avanza a través del Atlántico, acercándonos cada vez más a nuestro
destino. Incluso cuando me dejo llevar a la proa por un soplo de aire fresco, no
puedo callar mi corazón que late violentamente. Siento como si me estuviera
hundiendo en el lado de un acantilado, libre y sin peso por el momento, pero
acelerando hacia un final absoluto y desordenado. Solo mantén tu mente en tu
tarea, me recuerdo a mí misma, obtener la historia, encontrar a Juliet si puedo, eso
es todo. Es más fácil decirlo qué hacerlo.
La escena caótica que rabia a mi alrededor se desvanece cuando pongo los ojos
en Devlin Vile por primera vez en carne y hueso. Las imágenes no podían hacerle
justicia a su tamaño y solidez. La vitalidad y virilidad que hierve en cada músculo y
tendón. Se eleva sobre la hoguera, los tatuajes se entrelazan a través de su forma
perfectamente equilibrada que se destaca en las sombras. A través de su pecho, la
palabra latina para el diablo, Diabolus, se desplaza en la escritura áspera.
Ciertamente se parece a una especie de rey demonio, presidiendo esta escena
borracha, iluminada por el fuego. Y supongo que eso significa que voy a hacer de él
el diablo que conozco.
Voy a arruinar cada onza de mi valor mientras Devlin levanta un frasco a sus
perfectos labios. Sus rasgos parecen haber sido forjados de hierro, lanzados en las
llamas más brillantes e implacables. Esos altos pómulos, esa mandíbula afilada y
desaliñada, su nariz recta y sus ojos resplandecientes... No creo que sea el fuego
altísimo el que me haga sentirme caliente y molesta.
Las miradas de Devlin oscilan hacia mí y se mantienen. Miro, sin aliento,
mientras se fija en mí, de pie solo delante del fuego. Todas las otras mujeres que
llegaron aquí esta noche han sido arrebatadas, pero no yo. Es como si tuviera la
sensación de que estoy aguantando su atención sola. Es casi demasiado hermoso,
demasiado atractivo cómo para mirarlo de frente, pero fuerzo mis ojos a
encontrarse con los suyos. No puedo ser la primera en apartar la vista.
Miro como su enfoque me taladra como un láser. Está intrigado por mí, lo sé.
Le hago llegar mi invitación a través de la hoguera, los estridentes acontecimientos
que nos rodean se desvanecen en el fondo. Vuelve a meter el frasco en el bolsillo de
su chaleco de cuero y observo los parches que usa con orgullo en su pecho. “Circle
of Death MC” se lee en la primera, y debajo de ello una sola palabra, “Presidente”.
Si había alguna duda sobre este ser el hombre que estoy buscando, se ha ido ahora.
Rodea el fuego, abriéndose paso hacia mí.
Su voz rica y ronca envía un rayo de sensación por mi espina dorsal. Ignoro la
oleada de miedo y emoción, y alcanzo una mano en su chaleco, arrebatando el
frasco. Ansioso por un zumbido calmante, le doy un trago al whisky y le disparo
una sonrisa perversa al presidente del MC.
48
—Gracias —respondo, estirando el cuello para captar su forma completa y
escalofriante.
Con descaro, coloca sus manos sobre mis caderas llenas. Tengo que obligarme
a no saltar a su repentino avance. Aun así, no puede hacer que piense que voy a ser
algo fácil. Alejo sus manos y doy un paso atrás.
—Eh —se burla—. Este no suele ser un lugar donde los nombres se negocian,
nena.
—Hola, Devlin —le digo, forzándome a seguir respirando mientras sus ojos
bordean la longitud de mi cuerpo escasamente vestido—. Soy Logan.
—Bueno Logan —dijo Devlin dando un paso más hacia mí—. Bienvenida a El
Club. Apuesto a que estás lista para una muestra de la acción aquí. No te
preocupes, me aseguraré de que no te vayas a la cama con hambre. Confía en mí, sé
cómo llenar a una chica.
—No creo, niña. Lo sé. Por eso estás aquí, ¿no? —Se ríe, trazando un dedo por
la longitud desnuda de mi brazo—. ¿Para pasar la noche con un hombre de verdad?
¿Alguien que realmente puede hacer un número en ti?
—Algo así —digo, con la mayor indiferencia posible—. ¿Es eso lo que eres?
¿Un hombre deverdad?
—Con todo respeto. —Me río con ligereza, agachándome bajo su brazo—, no
sabes nada de mí. O de mi vida.
49
—Seguro lo hago. ¿Qué, piensas que eres misteriosa para mí o algo así? —
dispara en respuesta, cogiendo mis muñecas en sus manos viciosas—. Las chicas
que vienen aquí desde el continente tienen la misma historia. Mis muchachos y yo
solo hemos estado aquí un par de semanas, pero aprendo muy rápido.
—Por favor, déjame ir —le digo con firmeza, tirando de la garra inquebrantable
de Devlin.
—¡Esa eres toda! —grita, tirando de mí con fuerza contra su increíble cuerpo—.
Venga. No tienes que ser tímida, nena. Sé que es difícil, decir lo que realmente
quieres en voz alta. Diciendo que todo lo que quieres es que yo te ensucie. Te
enseño lo que realmente es una buena follada. Por suerte, puedo leer tu mente
como un libro abierto. Y es una lectura caliente.
Dejé escapar un grito sorprendido al sentir que mis pies abandonaban el suelo
del bosque. La escena de la hoguera se pone nerviosa cuando Devlin me pone sobre
su ancho hombro, llevando una mano por la parte de atrás de mi muslo desnudo y
tonificado.
—¡Déjame, idiota! —grito, golpeando mis puños contra su espalda con cuero—
. ¿Qué eres, un hombre de las cavernas o algo así?
—Lo digo en serio, Devlin gruño—. Esto no es para lo que estoy aquí.
—Claro que lo estás. No tienes que ser tímida conmigo —insiste, esa mano
deslizándose sobre el firme ascenso de mi culo—. Confía en mí, nena. Sé
exactamente lo que tú...
—Pequeña niña, yo podría aterrizar de cien metros de distancia solo por mirar
en el camino correcto. —Sonríe, apoyándose contra un tronco de árbol grueso y
cruzando los brazos—. Pero, en mi vasta experiencia, a la mayoría de las chicas les
gusta ser barridas de sus pies. O ser arrebatadas, tal vez.
Estamos muy alejados de la fiesta, solo él y yo. Lejos de las llamas demoníacas
y parpadeantes, ciertamente se parece más a un hombre real y humano. Él sigue
siendo la persona más guapa que he visto de cerca, eso es seguro. Pero sigue siendo
mortal, por lo tanto, en teoría, alcanzable. Lo miro mientras saca un cigarrillo del
empaque en el bolsillo y se ilumina. Con cada arrastre, sus rasgos esculpidos se
iluminan en la oscuridad. Y cada vez, siento un tirón de deseo en el centro de mis
entrañas. ¿Cómo voy a investigar a este tipo si no puedo dejar de mirarlo fijamente?
—Así que, Logan —dice, exhalando una nube azul de humo de cigarrillo—.
¿Me estás diciendo que has traído a ese cuerpo sexy hasta aquí, a una isla llena de
criminales y mujeriegos, por qué no estás buscando solo una noche con un tipo
peligroso, experimentado y mayor cómo el tuyo?
—No diría eso, exactamente —respondo, divertida por su sentido del humor, a
pesar de mí—. Simplemente no creo que haya algo particularmente sexy en ser
arrastrada por el pelo a la cueva de un hombre. Prefiero conocer a un tipo, primero.
O por lo menos intercambiar más de unas frases gruñidas antes de hacer el
desagradable.
—No —le digo en voz baja—. ¿Va a ser un problema para ti?
—Sabes que podría dar un paseo a ese grupo de chicas que acaban de llegar y
aterrizar a cualquiera que yo quiera, ¿cierto? —desafía, aplastando el cigarrillo bajo
el talón de su bota de punta de acero—. Demonios, podría atrapar a tres de ellas al
mismo tiempo y realmente tengo una fiesta.
—¿Por qué no me dices qué es lo que estás buscando, si no es una polla rígida y
una follada rápida en el bosque? gruñe Devlin, plantando una mano por encima de
mi hombro. Apenas unos centímetros de espacio entre nosotros, y toma cada onza
de mi concentración para formar una respuesta.
Devlin lanza la cabeza hacia atrás y deja escapar una carcajada. Deslizando su
grueso brazo acordonando alrededor de mi cintura, me conduce hacia la hoguera
en el claro. —Finalmente. Algo en el que ambos podemos entrar dice—. Además,
necesitarás un poco de lubricación antes de que estés lista para mí.
—Este lugar tiene un... efecto intenso en todas las personas que lo buscan —
dice Devlin, apretándome la cintura—. Excepto en ti, ¿verdad?
—Aquí es lo primero que debes saber sobre mí —dice, su voz baja y ronca—.
No hago una charla dulce. Estropea el jodido pensamiento.
—¿Qué va a ser, para ustedes dos? —pregunta la camarera, una belleza rubia
de botella que está sin blusa. Naturalmente.
—Llena de sorpresas, ¿no? Haz dos whiskies —le dice Devlin a la mujer—. Y
hazlos dobles.
Con una sonrisa plácida, saca una botella de licor increíblemente cara y nos
vierte a cada uno un vaso profundo. Mis ojos se abren, imaginando lo que esas
bebidas deben costar. No estoy en la práctica de dejar a los chicos compren mis
rondas para mí. Será mejor empezar a practicar ahora.
—¿No vamos a brindar? —le pregunto a Devlin, mientras hace disparar hacia
tras la humeante bebida en un trago grande.
—Tal vez. —Me encogí de hombros. Ya me estoy divirtiendo mucho con esta
asignación. Mantener la atención de un hombre como Devlin me hace sentir
poderosa. Lista. En control.
—Bien. Jesús —contesta, alzando el vaso con cautela—. Aquí tienes, Logan.
La chica más rara y más sexy que he encontrado en esta roca.
Después de eso, voy a beber. —Me río, tintineando mi copa contra la suya.
Dejé que Devlin me llevara lejos del grupo de chicas y motociclistas reunidos
alrededor del fuego. Mi corazón se aloja en mi garganta mientras veo hacia dónde
me conduce, directamente hacia la inmensa fortaleza centenaria que ha llegado a
albergar a El Club. Siento el resto de mi licor fuerte, fijándome a una onza extra de
coraje líquido.
—Te ves un poco pálida allí —remarca Devlin, mirándome por encima de su
amplio hombro—. Pensé que eras una mujer sin sentido del mundo, Logan. No me
digas que tienes miedo de ver de qué se trata realmente este lugar.
El Club se encuentra en el punto más alto de la isla, rodeado por todos los
lados por el espeso bosque rocoso. Una parte de mí estaba esperando un pequeño
puesto de vigilancia pequeño, pero este antiguo edificio está lejos de poco. Es del
tamaño de una mansión, alta y ancha. Las torres de El Club sobre la línea de los
árboles, mirando abajo en las escenas salvajes del libertinaje desplegándose
alrededor de la isla con aprobación. Las puertas delanteras de la estructura están
abiertas, la puerta alta y arqueada parece una boca sonriente, lista para tragarme.
Miro sus sombríos rasgos, esos ojos oscuros e ilegibles. A pesar del hecho de
que acabo de conocerlo, y sé muy bien que es un peligroso bandido, me encuentro
confiando en que me conduzca a través de la noche ilesa. Hay algo en él que
reconozco. Algo en lo que puedo tener fe, y tal vez incluso entiendo. Solo capto
destellos de la misma, a fuego lento bajo su peligrosa actitud, pero juro que está ahí.
O tal vez es solo la bebida y mi lívido repentinamente hiperactivo hablando. De
cualquier manera, es mi compañero de esta noche. Puedo también darle el
beneficio de la duda.
A pesar de que los bosques justo más allá de estos muros de piedra están
poblados por los miembros de MC en residencia aquí en la isla, todo tipo de
hombres se apiñan en el interior de este carnaval vicioso. Tipos de negocios con
dientes blanqueados y piel bronceada, delgados genios de Silicon Valley en cuellos
negros de tortuga, músicos sucios, gánsteres resbaladizos, parece que los hombres
de todas las clases sociales han sido atraídos por la canción de sirena de El Club.
—¿Crees que puedes manejarlo? —grita sobre la música, sus oscuros ojos
brillantes de intriga y deseo.
El más breve hechizo de sorpresa complaciente corre a través de él, dando paso
a una profunda oleada de fervor lujurioso. Envuelve sus brazos alrededor de mi
espalda, aplastándome hacia él. Su mandíbula fuerte me abre la boca, y su lengua
segura y experta se desliza contra la mía. El sabor de él es tan intoxicante como
cualquier cosa que he derramado en mi garganta esta noche. Entierro mis dedos en
su cabello negro, dejando que mis dientes se cierren alrededor de su labio inferior.
57
Se chupa en una respiración aguda mientras lo muerdo, torciendo mi cuerpo
alrededor, de modo que mi espalda está presionada contra su pecho vestido de
cuero. Él baja sus labios firmes hasta el largo y desnudo tramo de mi garganta. Un
gemido bajo se levanta de mi boca y se pierde en la música alegre mientras me besa
a lo largo de mi cuello, pellizcando mi piel pálida, sensible. Sus manos se deslizan a
lo largo de mi torso, deslizándose por la tela sedosa de mi blusa con facilidad.
Entrecierro mis ojos en un placer estático mientras toma mis pechos en sus manos
capaces, rozando sus pulgares contra mis endurecidos pezones.
Solo que esta vez, estoy más que feliz de dejar que me lleve.
Capítulo 8
Incluso después de que me levanto de nuevo a la superficie de la conciencia,
mantengo mis ojos felizmente cerrados. Las sábanas suaves se envuelven alrededor
de mí como una nube de algodón, el mundo entero sombreando el rosa pálido de
mis párpados. Me siento mejor descansada de lo que he hecho durante años, desde
antes de comenzar la universidad, estoy segura. Cada célula de mi cuerpo se siente
rejuvenecida, deliciosamente relajada. Me acurruco más cerca en el cálido y sólido
abrazo que me acuna, esperando que este momento siga para siempre…
Hasta que mi mente se pone al día con mi cuerpo y despierto con una sacudida.
Mis ojos se abren, aterrizando primero en los fuertes brazos entintados, que están
envueltos firmemente alrededor de mi cuerpo casi desnudo. Alargo mi cuello para
encontrar los rasgos durmientes de Devlin descansando sobre la almohada a mi
lado. La alarma se estrella a través de mi cuerpo apenas despierto, y suelto un
chillido agudo de angustia. Me arrastro fuera de la cama, esforzándome por
recordar dónde estoy, exactamente, dónde estoy.
58
La habitación que me rodea es cavernosa y elegante en su sencillez moderna.
Las paredes están pintadas de un profundo y oxidado rojo, el mobiliario y el piso
hechos de tablones de madera anchos y lisos. Una amplia cama king se coloca
contra la pared, equipada con el mejor algodón egipcio. Y allí, en medio del gigante
nido, despertándose de un profundo sueño, está Devlin.
—No voy a acercarme a ti hasta que me digas cómo fue que acabé en tu cama.
Miro hacia abajo en pánico y la camiseta blanca y bragas que de alguna manera
llegué a usar. Lo último que recuerdo de anoche es salir de la pista de baile con este
hombre. No recuerdo haber regresado a su habitación, ni haberme cambiado de
ropa, ni haber consentido en tener relaciones sexuales—. Oh, Dios mío... —
murmuro, envolviendo mis brazos alrededor de mi cintura—. ¿Dormimos juntos
anoche?
—Podrías decir eso —dice Devlin, sentándose con una ligera sonrisa en su
rostro.
—No recuerdo nada —digo suavemente, luchando contra las lágrimas
aterrorizadas.
Una pequeña oleada de alivio pasa sobre mí. No hay dolor entre mis piernas,
no hay evidencia de hacer el amor. Pero, ¿cómo diablos conseguí emborracharme
tan rápidamente? Yo solo tenía, qué, ¿dos bebidas y media? ¿Tal vez tres?
—Lo siento —le murmuro a Devlin—. Estoy un poco asustada. Necesito juntar
mis cosas y llegar al muelle antes de que el barco…
Pero con una perfecta y terrible sincronización, mis palabras son cortadas por
59
el silbido largo y triste de un barco. El sonido que hizo nuestro yate cuando se alejó
de la isla anoche. Me apresuro a la pared del fondo, hecha enteramente de ventanas
de piso a techo, y corro las cortinas. Parpadeo en el sol de la mañana, enfocándome
en la vista amplia de la isla a nuestro alrededor. Mi corazón se hunde al ver el barco
que me llevó a este lugar, deslizándose por la lisa superficie del océano hacia el
continente. Un grupo de chicas desaliñadas se paran en la cubierta, despidiéndose
de los hombres de cuyas camas han salido.
—¿Día extra? —pregunta Devlin, abriendo sus ojos—. ¿En serio? Logan, ese
yate solo llega una vez por semana.
—¿Qué? —Respiro, mi voz hueca.
—Parece que vas a estar aquí por un tiempo —dice, apoyando las manos en
mis temblorosos hombros—. No puedo decir que estoy decepcionado.
En una oleada de pánico, lo rodeo, abro la puerta y salgo al pasillo. Tengo que
tomar ese yate. Voy a chapotear como perro detrás de ellos si tengo que hacerlo.
Me tiro por el pasillo alfombrado en una carrera, ignorando el hecho de que no
tengo ni idea de a dónde voy. Oigo a Devlin llamándome después de que recuerdo
mi camiseta y bragas. Estoy tan abrumada por lo desesperado de la situación que ni
siquiera veo una de las puertas de otro dormitorio abrirse en el pasillo. En el
momento en que veo la delgada figura saliendo a mi camino, no puedo detener mi
propio impulso. Choco a toda velocidad con el otro huésped, enviándonos caer al
suelo en un haz de miembros enredados.
—¿Qué diablos haces aquí? —pregunta Juliet, dejando caer mi mano como si
mi tacto la hubiera quemado. Un repentino rubor sube a mis mejillas mientras me
levanto de la alfombra del hotel. Decepción, vergüenza y años de resentimiento
luchan por el control de mi corazón.
—¿Qué crees que estoy haciendo aquí? —contesto fríamente—. Estoy viviendo
un poco. ¿O eres la única hermana Farrah a la que se le permite tener una vida
propia?
—Mi hermana pequeña. Es cierto —dice Juliet, cruzando sus esbeltos brazos.
—Jesucristo, Dev. —Juliet emana—. Es como, diez años más joven que tú.
61
—Siete años, en realidad —dejo escapar. Devlin y Juliet me miran con
curiosidad. Mierda. La única razón por la que sé la edad real de Devlin es porque
he estado estudiando todos los detalles de su vida. ¿Voy a derrumbar mi propia
cubierta en mi primer día aquí?. Solo una conjetura —añado débilmente.
—Lo que sea —dice Juliet, rodando los ojos—. Todavía está jodido, Dev.
Pensé que estabas por encima de cortejar a las universitarias que andan por aquí.
—No soy una universitaria —respondo, harta del tono de desprecio de Juliet—.
No sé por qué estás tan molesta por mi presencia aquí, pero…
—No es solo por ti por lo que estoy molesta —me interrumpe—. Son las chicas
ricas que vienen aquí.
—Odias que te recuerden que también eres una de esas chicas ricas en el
interior —respondo.
El brillo que ella me nivela hace que mi sangre se enfríe. Sin otra palabra, mi
hermana gira sobre su talón y regresa como una tormenta a su habitación, cerrando
la puerta detrás de ella. Un largo y pesado momento de silencio pasa entre Devlin y
yo en el pasillo. ¿Va a cuestionarme sobre mi relación con Juliet? ¿Castigarme por
molestarla?
—Así que... —dice bruscamente, metiendo las manos en los bolsillos de sus
vaqueros. Me doy cuenta, con una sacudida de anhelo, que se ha olvidado de
ponerse una camiseta todavía. Es completamente imposibles de apartar la mirada
de los duros paneles de su pecho, sus innumerables abdominales y esos fascinantes
tatuajes.
—No sé tú —dice Devlin, con una sonrisa retorciendo sus labios—, pero yo
podría necesitar un poco de comida. Me río en voz alta por su casual sugerencia.
Tomándome de la mano, Devlin me devuelve hacia su habitación—. Venga. El
servicio de habitaciones esta sobre mí.
Una pila corta de panqueques y tres tazas fuertes de café más tarde, estoy
empezando a sentirme más como un ser humano de nuevo. Devlin no dice mucho
mientras como mi comida, pero puedo sentir su mirada curiosa en mí todo el
tiempo. Probablemente no sabe qué hacer conmigo. Entre mi descarada respuesta a
su atención anoche, nuestra lujuria en la pista de baile, mi pánico esta mañana, y el
extraño nuevo chisme acerca de yo siendo la hermana de Juliet, debo ser un
misterio tanto para él como para mí.
—Bien —le respondo, arrastrando mis rodillas contra mi pecho—. Tú has eso.
Más que nada, pienso para mí. Pero en voz alta logro chillar. Estoy bien.
—¿Estás ahí fuera... por dos semanas? —pregunta sin aliento—. ¿Esas perras se
fueron sin ti esta mañana?
—Parece. —Me río, mirando hacia la puerta del baño—. Él era mi... cita para
la tarde. Por así decirlo.
—¡No! No, por supuesto que no. —Me apresuro a tranquilizarla—. Quiero
decir, bailamos por un tiempo. Y definitivamente nos besamos. Y pude haber
dormido en su cama.
—¡Logan!
—Pero no tuvimos sexo ni nada, lo prometo —le digo—. Solo estoy haciendo
mi trabajo, tratando de averiguar todo de él. De todo este lugar.
Antes de que pueda responder, oigo que la ducha se apaga. Devlin saldrá en
cualquier momento.
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—Tengo que irme —le digo a Emma, dejando caer mi voz a un susurro—. Solo
quiero que sepas que estoy a salvo, y encontraré una manera de llegar a casa. Nada
me va a pasar, estaré bien. Oh, y también, Juliet está aquí. Acabo de encontrarme
con ella, literalmente.
—Solo dime una cosa antes de irte —insiste—. Este beso con Devlin Vile.
¿Cómo demonios fue?
Pero antes de que Emma pueda decir otra palabra, la puerta del baño se abre.
De inmediato pongo mi teléfono de nuevo en mi bolso e intento parecer calmada
mientras una nube de vapor se despliega a través de la puerta abierta. Estoy a punto
de hablar cuando la forma imponente de Devlin surge como un barco que corta una
espesa niebla. Y de repente, olvido cada palabra que he conocido.
Se para en la puerta, fresco de la ducha. Su cuerpo fuerte y equilibrado logra ser
intimidante, incluso en este momento de relajación. Unos riachuelos de agua
corren por sus gruesos brazos, su duro pecho, el musculoso "V" de su cintura. Pero
por todo esto, hay un detalle de la apariencia de Devlin que triunfa, sobre todo, en
este momento...
Devlin está completamente desnudo ante mí, una débil sonrisa se extiende
sobre sus labios mientras avista mi expresión atónita. Trato de mantener mis ojos
de vagar a lo largo de la deliciosa longitud de él, pero estoy lejos de tener la
suficiente fuerza de voluntad para controlar mi mirada. Mis ojos descienden por su
musculoso pecho y su torso, aterrizando directamente en ese otro músculo. El que
me he estado preguntando secretamente desde que lo sentí presionado contra mí
tan urgentemente anoche en la pista de baile.
Siento que mi boca se abre cuando veo la polla asombrosa de Devlin. Nunca en
mi vida he pensado que la anatomía masculina era particularmente hermosa por sí
sola... hasta ahora, eso es. Largo, grueso, la línea bien formada, es algo digno de
contemplar en su propio derecho. Y lo más asombroso, ya está duro. Y cada vez
más duro con cada segundo que mantengo mis ojos fijos en su longitud hermosa.
65
—¿Puedes culparme? —pregunta Devlin, su voz baja y lujuriosa—. Acontece
que hay una mujer sexy sentada en mi dormitorio, después de todo.
—Lo que quieras. Puedes tomar prestada mi llave. —Se encoge de hombros,
poniéndose un par de calzoncillos negros—-. Puedo esperar. No por mucho tiempo,
pero...
Sin palabras, aparto mis ojos de su pecho reluciente, agarro mi bolso y salgo
por la puerta. Puedo oír su risa satisfecha mientras camino por el pasillo hasta los
ascensores. A pesar de mí, me detengo justo fuera de la puerta de Juliet. Mi
solitaria niña de dieciséis años está gritando para que derribe la puerta, la abrace y
le diga lo mucho que la he extrañado durante todos estos años. Pero harta, mi
veinteañera, todavía esta dolida por su despido de esta mañana. Es la que me
abandonó, dejándome sin una mejor amiga y hermana mayor. Ella debe ser la que
esté haciendo un esfuerzo para remendar las cosas, ahora.
Una cosa es segura, pienso para mí, haciendo mi camino fuera de este hotel
extraño a la luz de la madrugada. Esta pequeña excursión no podría ser más jodida.
66
Senderismo no es exactamente una opción, dado que los únicos zapatos a mi
disposición son de tres pulgadas de tacón. Descalza, recorro mi camino por el
espeso bosque, hacia el muelle donde desembarqué anoche. Cuerpos en diferentes
estados de desnudez duermen en las sombras de árboles antiguos mientras paso.
Hombres y mujeres están envueltos en los brazos dormidos del otro,
profundamente en sueños ebrios. El suelo está lleno de latas, botellas aplastadas y
colillas de cigarrillos. La fogosa hoguera se ha quemado hasta cenizas humeantes, y
el sol está empezando a echar un vistazo por encima de las copas de los árboles.
Doy un paso a los anchos tableros del muelle, envolviendo mis brazos
alrededor de mi cintura. Mirando hacia fuera a través de la superficie lisa del
océano, trato de calmar mis pensamientos compitiendo. Estoy atrapada aquí por
una semana entera, excepto por mi hermana hostil y el irresistiblemente sexy
pseudo-guardián. Toda esta isla está llena de hombres buscando algo joven y
vulnerable para cazar, y yo también podría tener una diana en mi pecho.
—Puedes manejar esto. —Me animo a mí misma—. Sabes lo que tienes que
hacer aquí. Solo mantén el juicio sobre ti, y todo saldrá bien.
Con una respiración profunda y firme, alcanzo mi bolso y saco mi teléfono una
vez más. Mando un texto a mi editor sobre mí estado varada, también. Tal vez
pueda enviar a alguien para rescatarme. O al menos decirme qué diablos debo
hacer ahora.
Hola Elliot. Resulta que el único barco de esta roca se fue sin mí. Estoy con Vile, y
tengo algunas impresiones realmente sólidas del lugar después de anoche. Me encantaría
regresar a tierra firme lo antes posible, sin embargo. ¿Algunas ideas?
¿Me estás tomando el pelo? Eso es GENIAL. Quédate allí todo el tiempo que puedas. Y
Logan, no dudes en ser creativa en tus técnicas de investigación. No voy a juzgarte si quieres
tomar un enfoque más cercano con Vile. Mantenme informada sobre lo que descubras. ¡Esta
va a ser la mejor historia que hayamos publicado! Xoxo
Miro fijamente el mensaje de Elliot. ¿Me está dando el visto bueno para irme y
ensuciarme con el presidente del Circle of Death... por el bien de mi historia? Debo
haber perdido la clase de periodismo 101 donde discutieron ese enigma de ética
particular. Después de todo, no se supone que debes nombrar tus fuentes. Estoy
segura de que tampoco debes follarlos.
Por primera vez en mi vida adulta, estoy empezando a desear haber ido a la
escuela de medicina cómo mis padres querían después de todo. 67
Capítulo 9
El día ofrece una suspensión del sexy caos de El Club. Tengo la sensación de
que la mayoría de las personas aquí permanecen nocturnas durante sus estancias,
despertando solo para fiestas las noches de distancia. Esta relativa paz y
tranquilidad es una bendición pequeña pero bienvenida mientras hago mi plan de
juego para la próxima semana. No sé cuánto tiempo pasa mientras me siento en ese
muelle, calmándome poco a poco. Pero una vez que tengo la cabeza recta, rastreo
mi camino de regreso a la habitación del hotel.
Devlin está vestido cuando vuelvo. Sinceramente no puedo decir si estoy más
aliviada o decepcionada por ese hecho, probablemente es mejor no pensar en ello
ahora. Lleva una camiseta blanca y pantalones vaqueros rotos, con su chaleco de
cuero negro descansando reverentemente sobre la cómoda. Mis ojos se posan en el
sigilo que está escrito en la parte trasera de su chaleco: es un círculo con un x a
través de él. Lo reconozco de una de mis clases de historia como un símbolo
arcaico de la muerte. Por encima de la imagen, el título Circle of Death MC está
garabateado, y por debajo, sección de la costa este. 68
Ahí estás dice Devlin, mientras me paso más allá en su espaciosa habitación.
Solo quería venir a coger el resto de mis cosasle digo, tratando de no notar lo
bien que sus vaqueros encajan.
Devlin... No tenías que hacerlo le digo, movida por el gesto de todos modos.
Quiero decir, en serio. No deberías.
¿Qué más ibas a hacer, pedirle a Juliet que te deje acampar en su piso?Se ríe.
Relájate. No fue un problema. Sigue, echa un vistazo.
Entrando en el espacio elegante, veo que una serie de ropa y artículos de
tocador me están esperando en la cama. Y no es solo cosas esenciales con las que
mi habitación ha sido abastecida, tampoco. Un nuevo portátil está sentado en el
escritorio en la esquina, y la cocina está llena de botellas de bebidas finas y deliciosa
comida.
Yo haré de cuidador mientras estés aquí. No es un papel sexual al que estoy
acostumbrado, pero me imagino, qué diablos. Devlin continúa, cruzando la
habitación hacia mí. Siento un tirón justo detrás de mi ombligo cuando él se acerca,
como si una cuerda invisible me estuviera tirando hacia su cuerpo que se acercaba.
Estoy fascinado por ti, Logan. Cada otra chica que viene alrededor ha sido
más que feliz de tenerme follándolas de inmediato y enviándolas a casa. Pero no tú.
¿Qué... qué es eso? le pregunto, apoyando mis manos en la suave camiseta de
algodón que cubre sus pectorales.
Sí lo haces, en el fondo cada mujer lo sabe gruñeDevlin, rozando sus labios
contra mi garganta, algunas simplemente no pueden admitirlo. Su rastrojo hace
cosquillas en mi piel tierna, sus labios llenos mirándome. Un arrebato de placer me
atraviesa al pensar en este hombre que me lleva a la cama, haciéndome suya,
mostrándome el camino. Y oye, mi redactor dijo que debía intentar un enfoque más
práctico...
Las manos de Devlin recorren todo mi cuerpo dispuesto. Desliza las manos por
debajo de mi blusa, su toque convierte mi piel en llamas con la sensación. Gimo
mientras arrastra sus dedos hacia mis pechos, acunándolos en sus enormes y fuertes
manos. Jadeo mientras pellizca mis pezones duros. Mezclando solo un toque de
dolor en el placer que recorre a través de mí. Mis caderas se mueven contra las
suyas, y puedo sentir que comienza a responderme también. No puedo ignorar el
dolor palpitante entre mis piernas, la humedad repentina allí. Sé que acabo de
conocerlo. Sé que esto es una locura. Pero me he decidido a salir de mi zona de
confort, ¿verdad? Este es un primer paso tan bueno como cualquiera.
Corro mis manos hacia arriba del cuerpo de Devlin mientras trae sus labios a
los míos. Nuestras lenguas se enredan cuando deja que sus manos se deslicen sobre
mi estómago, los dedos rozando los picos de mis caderas. Mi cuerpo comienza a
temblar cuando siento las yemas de sus dedos contra la piel desnuda de mis muslos.
La necesidad palpitante en mi sexo ahoga cualquier pensamiento racional que
pueda permanecer en mi mente. Todo lo que puedo pensar es lo bien que se sentiría
tenerlo resbalándose dentro de mí, sentirlo pulsando y flexionando contra mi carne
más tierna.
Un leve gemido se me escapa mientras desliza una mano entre mis piernas,
dejando correr sus dedos por el delgado panel de algodón de mis bragas. Me sonríe,
sintiendo que estoy mojada para él.
Más de lo que nunca he deseado a nadiejadeo, todo mi cuerpo gritando por él,
para meter esos dedos en mí. Tanto que podría simplemente... empujarte a esa cama
y sentarme a horcajadas sin pensarlo dos veces.
Toma mi cara hacia arriba en mis manos y me besa, duro y profundo. Su dura
y poderosa lengua llena mi boca, y el sabor de él me envuelve. Maldita sea. No
puedo creer que haya estropeado mi oportunidad de tenerlo aquí y ahora. Supongo
que está tomando la parte superior de nuevo, lo que demuestra que puede jugar
duro para conseguir.
72
Capítulo 10
Devlin hace los arreglos para que el resto de mi día la pase perfectamente
relajada como sea posible. Esto aún es un sitio vacacional, con libertinaje y todo.
Ha organizado tratamientos de spa, masajes e incluso una clase de yoga
restaurativa para mí. Sé que está tratando de soltarme para que finalmente pueda
tener su camino conmigo, pero eso honestamente solo hace que todo el día sea aún
más dulce. Y como todos los hombres ricos y sus compañeras aún duermen tan
temprano en el día, tengo El Club solo para mí. Por ahora, al menos. Trato de
tomar notas mentales cuidadosas en cada paso del camino, mejor para construir mi
artículo para FootSolider cuando llegue el momento.
Pero con cada hora que paso aquí, me resulta más difícil mantener mi
investigación en el frente de mi mente. Esta isla está tan lejos de todo lo que he
conocido que casi se siente como si el resto del mundo real ni siquiera existiese.
Trato de no imaginar cómo podría describir esta isla, este club, a cualquiera que no
lo ha visto de cerca. La forma en que te cambia totalmente, te convierte en alguien
completamente nuevo... ¿cómo podría explicar eso a la gente que no lo ha sentido 73
por sí mismos?
—Devlin está durmiendo al lado, sí —le digo, sorprendida por lo casual que 74
hemos tomado para actuar en medio de esta situación de locos—. ¿De qué quieres
hablar?
Antes de que pueda negarme, Juliet agarra mi brazo y me tira por el pasillo. Mi
hermana mayor nunca aprendió a aceptar un “no” cómo respuesta, en lo que
respecta a sus aventuras propuestas.
—Mira —dijo, nivelando sus ricos ojos marrones hacia mí—, siento haber
actuado como una perra esta mañana cuando descubrí que estabas aquí. Tienes que
entender lo totalmente sorprendida que estaba de verte. Fue súper desorientador, y
me asusté. No estaba preparada para una reunión familiar, ¿sabes?
—Eso, está bien —respondo, apartando la mirada para mirar a través del
agua—. Solo pensé, después de todo este tiempo, habrías estado feliz de verme, o
algo. No esperaba que me hicieras un desfile o algo así, pero... ¿me has echado de
menos desde que te fuiste?
—Por supuesto que te he echado de menos. Tienes que saber eso —dice Juliet,
arrojando su sedoso cabello sobre su hombro—, y estoy feliz de verte, Logan.
Realmente lo estoy. Es increíble, cuánto has crecido. Es solo que... verte aquí es
como si mi vieja vida invadiera la nueva que he construido para mí. Es como si
hubieras arrastrado toda mi historia a esta isla contigo. Toda mi mierda no resuelta
con mamá y papá, y la forma en que fuimos criadas... Eres un recordatorio vivo de
todas las cosas de las que hui. Todas las cosas que dejé atrás.
—Bueno, por supuesto que lo soy —digo con mi voz fría y uniforme—, soy
una de las cosas que dejaste atrás, después de todo.
—¿Entonces por qué no me dijiste a dónde ibas? —la corté, limpiando mis
enojadas lágrimas—. ¿Por qué no llamaste, ni escribiste, ni nada, Juliet? Éramos
tan cercanas de pequeñas. Eras mi héroe. Y me abandonaste. Me dejaste para lidiar
con mamá y papá por mi cuenta. Me dejaste sin mi mejor amiga.
—Si hubiese habido otro modo, lo habría tomado —dice Julieta con urgencia,
agarrándose a mis manos—. Pero tienes que entender, Logan, no tenía otra opción.
Era miserable en esa ciudad. En esa casa. Con todas las reglas de mamá, sus
estándares, sus expectativas imposibles... Yo estaba tan deprimida, tan convencida
de que no valía nada. Porque en sus ojos, yo no lo valía. Cuan do encontré el club de
motociclistas, encontré aceptación por primera vez en mi vida. Nadie estaba
tratando de cambiarme, obligarme a ser algo que no era. Los chicos me aceptaron
exactamente por quién yo era, y me aceptaron sin un segundo pensamiento. Me
han amado.
El rostro de Devlin resplandece ante mis ojos ante las palabras de Juliet. Su
comprensión, su insistencia de mi valor y merecedora... ¿es el tipo de aceptación
del que está hablando?
—Así que, este Packer. ¿Él es tu novio, o…? —le pregunto, totalmente
ignorante de la terminología de MC como soy—. Lo siento, realmente no sé cómo
funcionan estas cosas en tu mundo. Ni siquiera sé cómo funcionan las citas y es
mierda en mi mundo.
—En realidad —dice Juliet, respirando hondo—. Las novias y novias no son 76
realmente una cosa en la vida del MC. La mayoría de las chicas que cuelgan
alrededor del club solo son dulces culos. Como groupies, usualmente. Cualquiera
de los chicos puede dormir, festejar con ellas, o lo que sea. Pero si un hermano
quiere hacer a una chica suya, se convierte en su dama. Eso significa que esta fuera de
los límites de cualquier otra persona. Es como ser una esposa, en términos de club.
Y a veces también las damas se convierten en verdaderas esposas, también.
—Espera. ¿Eres… la verdadera esposa de Packer? —pregunto, con los ojos muy
abiertos.
—¿Qué pasa? —pregunta—. Pensé que te sentirías feliz por eso. Es algo tan
normal, cosas de la vida real para hacer…
—Si te hace sentir mejor, nadie estuvo excepto el juez de paz y un par de
testigos dice—. No te perdiste de mucho.
—Así que… —dice Juliet, sentándose en una roca plana con vista al mar—.
Ahora que he dejado caer esa bomba, ¿te importa si pregunto cómo diablos es que
terminaste aquí?
—Solo me preocupa que se ponga feo para ti sin darte cuenta —insiste Juliet—.
Quiero decir, Cristo, ¿en serio pasaste toda la noche con Dev?
—Sí —le digo, tirando de las rodillas a mi pecho—. Sí, congeniamos tan pronto
como llegué aquí.
—Tú y Devlin Vile congeniaron —repite, estrechando los ojos hacia mí.
—He conocido a Devlin desde hace mucho tiempo, Logan —dice Juliet,
tratando de elegir sus palabras sabiamente—. No es exactamente el tipo cariñoso y
78
gentil.
79
Capítulo 11
La isla entera comienza a agitarse al segundo en que el sol se hunde en el
horizonte. Como una gran y poderosa bestia despertando de un sueño profundo, El
Club se despierta hambriento, deseando por cada bocado en el que pueda hundir
sus garras letales. Solo puedo esperar que el hambre de Devlin por mí sea
igualmente feroz esta noche.
—Tal vez no quiero que guardes tus manos para ti. —Sonrío, haciendo un
pequeño giro para su beneficio—. ¿Alguna vez pensaste en eso?
—Bueno, por mucho que me gusta escuchar eso, no se trata de lo que quieres
—me recuerda Devlin, cruzando los brazos—. Se trata de si estás lista para mí.
Recuerda lo que hablamos.
Puedo sentir el calor de la hoguera que oscila antes incluso de entrar en el claro
una vez más. Es difícil creer que fue justo anoche que puse ojos en este lugar por
primera vez. Hace apenas veinticuatro horas, estaba rodeada por un grupo de
chicas asustadas, siendo yo otra de la manada. Y esta noche, estoy paseando a esta
reunión al lado de Devlin Vile. Ya, mi mente se está adaptando a la locura del
lugar. ¿O está simplemente tan centrada en Devlin que no hay espacio para
cualquier miedo o incertidumbre?
—Ahí está —grita una voz desde el otro lado del fuego—. Nos preguntamos
81
cuándo aparecerías, Dev.
Miro a través del claro y veo a un hombre sonriente con el cabello rubio
arenoso que nos saluda con la mano. Él es unos centímetros más bajo que Devlin,
pero amplio e imponente de todos modos. Y sentada en su rodilla no está otra que
Juliet. Ella asiente de manera significativa al gigante rubio, gesticulando “Este es
Packer” hacia mí. Así que este es el hombre con el que mi hermana está casada,
¿eh? Tengo que decir, que lo ha hecho bastante bien por sí misma. Está casi al nivel
de Devlin en cuanto a atracción sexual de chico malo... casi.
—¿Qué está pasando, hermano? —le dice Devlin a Packer, dándole una
palmada en el hombro.
—Debes ser nuestra nueva invitada —dice con una sonrisa amistosa.
Packer suelta una risa del vientre y me tira de un abrazo de oso en su lugar. —
Cualquier familia de Jules es mi familia también —grita—. ¡Bienvenida, hermanita!
Devlin coge un par de cervezas de una nevera cercana y las abre para nosotros.
Afortunadamente acepto una botella helada mientras Juliet la mira, lanzando sus
ojos entre mí y Devlin.
—Las cosas estarán un poco más tranquilas aquí esta noche —me dice ella—.
Bueno, tan tranquilas como siempre con estos maníacos dando vueltas.
—Eres tan loca como nosotros —dice riendo Packer, poniendo un brazo sobre
los esbeltos hombros de Juliet.
—Lo que quiero decir es que las cosas se ponen un poco fuera de control
cuando las chicas civiles pasan —continúa Juliet—. Sin ofender, Logan. Packer y
yo tratamos de mantenernos alejados cuando esa camarilla en particular baja, por
82
lo que no estaba a mano para interceptarte anoche. No sé qué demonios sucede con
esas chicas cuando aterrizan en esta roca, pero sí sé que no quiero tener nada que
ver con eso. Pero esta noche, son solamente los hermanos y las chicas que trajeron
para el viaje. ¿Quieres conocer a todos?
—Si lo estás, ¡eso nos hace dos! —Se ríe su compañero cuando nos acercamos.
—Tienen que ser gemelas —dice el primer hombre, mirando entre Juliet y yo
con una sonrisa retorcida en su rostro—. Me encantan las gemelas.
—Este es Leon y este es Lobo —dice Juliet, asintiendo a los hombres bajo y
alto respectivamente—. Son nuestro capitán de camino y sargento de armas.
—¿Qué es esto, una jodida milicia? —susurro.
—Jules nos dijo que su hermana había salido a la orilla —refunfuñó Lobo.
—Estos dos son Chip y Dean. Ellos son nuestro tesorero y secretario —
continúa mi hermana, deteniéndose ante dos chicos más jóvenes. El primero se
parece notablemente a Harry Potter, si Harry Potter se fuera de Hogwarts y se
uniera a una pandilla de motociclistas. El segundo tiene una postura impecable y
un pelo corto y rubio. Lo reconozco como el hombre de Kari, con el que estuvo
anoche mi pelirroja conocida de la escuela.
Incluso sin un yate cargado de jóvenes bonitas, los hombres del Circle of Death
saben pasar un buen rato. Corren a través de historias de sus aventuras en la
carretera (tanto legales como ilegales), se lanzan insultos el uno al otro, toman
cerveza y whisky como agua, y suben el rock pesado mientras la noche continúa.
Unos culos dulces han sido traídos al paseo para mantener la compañía de los
miembros de MC, disparándome miradas escépticas y francamente hostiles
mientras me siento junto a Devlin. Si cada culo dulce está esperando convertirse en
la dama de un miembro, mi presencia junto a la joya de la corona del MC no debe
ser muy bienvenida.
Mientras pasa una mano por mi espalda, tengo que admitir que no me importa
mucho, de cualquier manera. La sensación se apodera de mi espina dorsal ante su
toque, que irradia a cada centímetro de mi cuerpo. Si la fascinación de Devlin
conmigo está destinada a ser de corta duración o eterna, no hará una diferencia esta
noche. Esta noche, solamente me interesa una cosa: demostrarle a Devlin que estoy 85
dispuesta a ceder ante él, como quiere que lo haga. Él y Juliet me han dicho, a su
manera, que no puedo tomar lo que tiene reservado para mí. Tengo que
demostrarles, y a mí misma, que puedo tomarlo. Quiero. Pero más que eso,
necesito.
—Todo esto está bien aquí, pero podría hacer algo. Vamos... al casino —
sugiere Devlin, gritando por encima de la música.
—Tengo que pedir prestada a tu hermana —le dice Devlin a Juliet, cuyos
labios están fijados permanentemente en los de Packer.
Juliet estrecha sus ojos marrones hacia él. —¿Entonces no te importa si Packer
y yo vamos?
Siento una punzada de molestia por ella tratando de descarrilar mi partida con
Devlin.
Casi irrumpo hacia el bar de aspecto rústico, dejando a los chicos de MC detrás
para poder tener una palabra con mi hermana fugitiva. El camarero nos
proporciona dos tragos profundos, y bajo el mío sin una palabra a Juliet. Ella hace
lo mismo, secándose los labios con el dorso de su mano. El poco de whisky me ha
dado el coraje que necesito para enfrentarme a ella. Nunca he sido muy buena para
pararme ante Juliet.
—Puede que Devlin no necesite una chaperona —replica ella—, pero tú sí. Has
estado aquí por un día, y ya crees que entiendes cómo funcionan las mentes de
estos chicos. Noticia de última hora, pequeña hermana: no tienes ni idea.
—Siempre seré tu hermana mayor —me dice, estirándose para poner una
delgada mano en mi brazo—. Te guste o no.
—Por favor, déjame ver cómo sale esta cosa con Devlin —le suplico—. Nunca
había conocido a un hombre como él antes, Juliet.
—Eso es porque no hay otro hombre como Devlin Vile —dice ella, sacudiendo
la cabeza—. No puedes estar preparada para lo que él podría hacerte, porque no
hay nadie por ahí que podría haberte preparado para él.
Mis gemidos son arrastrados por la pulsante música rock a todo volumen a
nuestro alrededor. Me alegro de estar escondida en las sombras del bosque mientras
Devlin cierra sus dientes alrededor de la cuerda sosteniendo cerrado el frente de mi
corsé, tirando ferozmente. Mis pechos salen de su jaula de cuero, y Devlin bebe a la
vista de mi carne expuesta. Deja que mis brazos caigan alrededor de sus hombros
mientras él lleva ambas manos a mis pechos, bajando sus labios a mis duros y
tiernos pezones.
—Dev... —gimo, mientras toma uno de esos picos rosados entre sus labios.
Pulsante necesidad atraviesa mi corazón mientras chupa y besa mis pezones,
amasando mis pechos con sus manos capaces. Jadeo mientras muerde, apenas lo
suficiente, enviando una sacudida de dolor delicioso bailando a lo largo de mis
nervios. Con cada segundo que él pasa satisfaciéndome, puedo sentir su miembro
asombroso cada vez más duro, cada vez más listo para mí.
Levanto mis ojos a los suyos. Las palabras que quiero decir se evaporan bajo el
calor ardiente de su mirada. En algún lugar dentro de mí, puedo sentir algo
cambiando, bloqueando resueltamente en su lugar. Por primera vez en mi vida,
todo lo que honestamente quiero es entregarme a este hombre. No hay nada falso
ni forzado sobre mi afán de dejarme ir. Le digo la verdad.
—Quiero que me tomes donde quieras, cuando quieras —digo con voz suave—
. Quiero que tengas tu camino conmigo, Dev. Haz lo que quieras conmigo. Por 88
favor.
Sus ojos ardientes brillan con energía lujuriosa. Una amplia y magnífica sonrisa
brota del rostro de Devlin mientras toma mi barbilla en su mano firme.
—Esa es la cosa más sexy que he escuchado en mi vida —dice, su voz grave de
necesidad—. No eres como ninguna mujer que haya conocido, Logan. ¿Sabes eso?
—¿Cómo soy diferente? —le pregunto, pasando mis manos por su corto y
oscuro cabello.
Camino hacia el centro del dormitorio mientras Devlin cierra de golpe la puerta
del lugar. Esa última, ensordecedora grieta envía un estremecimiento de
anticipación por mi espina dorsal. Nos enfrentamos a través de la amplia
habitación, pero se siente como si hubiéramos estado esperando por esto durante
toda nuestra vida. Y de alguna manera, tal vez lo hacemos.
—Vas a hacer exactamente lo que diga, ahora —me dice Devlin, su voz
rastrillando a lo largo de la parte inferior de su registro—. ¿Me escuchas?
89
—Sí —Respiro—, puedo hacer eso. Cualquier cosa que digas, Dev.
Tengo que luchar para evitar que mis excitados dedos se muevan demasiado
rápido mientras tomo los cordones del corsé como sujetador. Cálmate, solo
cálmate… me entreno, tirando suavemente los cordones. Poco a poco, la parte
superior se afloja. Mantengo los ojos en Devlin mientras la apretada prenda de
cuero finalmente cae, mis pechos saliendo para que él los vea. Mis hombros
retroceden mientras estoy de pie medio desnuda ante él. Su extasiada mirada me
llena de una sensación de valor. No es que todas las mujeres puedan mantener su
atención así, Juliet lo dijo. A pesar que es el único tomando las decisiones, soy la
que siente más poderosa en el segundo.
Puedo ver el largo contorno de su miembro duro como roca desde el otro lado
de la habitación. Tan lentamente como puedo aguantar, engancho los pulgares en
la cintura de la pequeña falda. Centímetro a centímetro, libero la prenda sobre el
nacimiento de mi culo, las bien formadas caderas, los fuertes muslos. Con un
susurro, la falda caer alrededor de mis pies. Me enderezo, de pie ante Devlin en
nada más que una pequeña tanga negra.
Él esta enraizado al suelo, bebiéndome. Puedo decir que quiere romper a través
de la habitación, arrojarme a la cama, y tener su camino conmigo. Todo su cuerpo
está tenso y listo, pulsando por su deseo por mí. Pero también sé que no hará eso.
Él es demasiado fuerte y no ha terminado de probarme todavía.
—Ponte sobre tus manos y rodillas —me dice—, y gatea hasta mi cama.
Suspiro profundamente ante su orden. Hay algo tan primitivo, tan básico sobre
lo que me ha pedido. Nunca he hecho algo como esto para un hombre; ningún 90
hombre lo ha pedido. Pero entonces, Devlin no es cualquier hombre.
—Siéntate en el borde de la cama —me dice—, y abre las piernas. Ve. Lento.
Mi cuerpo duele por saltar, lanzarse sobre él. Pero mi mente y el autocontrol
ganan el día una vez más. Desdoblo las largas piernas y las bajo sobre el lado de la
cama, plantando los pies sobre el piso de madera. Las rodillas se separan mientras
me inclino hacia atrás en mis antebrazos, mirando hacia el esculpido y serio rostro
de Devlin.
Las rodillas comienzan a temblar mientras las abro aún más, mi pulsante y
dolorido sexo apenas ocultó por la pequeña tanga. Y estoy húmeda, la intensidad
de su atención más que suficiente para encenderme.
—Eso está bien —dice, suspendiendo sus fuertes manos hacia mí, por fin.
91
Maldigo, podría correrme al segundo que sus dedos se balanceen contra mi
piel. Un estremecimiento se agita a través de mi centro cuando él roza a lo largo de
mis muslos, hundiéndose de rodillas entre mis piernas.
—Solo… no puedo creer conseguí estar contigo —susurro, mientras sus dedos
suben lentamente por mi piel—. No puedo creer que me desees así.
Antes que pueda formar una sola palabra coherente, siento dos firmes dedos
presionando contra mi resbaladizo sexo. Dejo escapar un largo, agudo gemido
mientras el traza mi longitud, deslizando el otro brazo alrededor de la parte baja de
la espalda. Me atrae hacia él mientras sus dedos memorizan cada centímetro de la
rosada y sedosa carne, profundizando a cada paso. Mi espalda se arquea cuando
finalmente desliza esos gruesos, magistrales dedos firmemente dentro de mí,
flexionando contra ese tierno punto justo detrás del ombligo. Un duro pulso de
placer fluye de mi cuerpo cuando sus dedos chocan con mi punto g. ¿Cómo puede
ya saber exactamente cómo tocarme?
Lleva sus labios a mis pechos, besando y tirando de los pezones con los dientes.
Las ondas de sensación chocan a través de mi centro mientras pulsa sus dedos 92
profundamente dentro de mí. Agarro puñados de ropa de cama cuando su pulgar
encuentra mi duro y dolorido clítoris. Rota largos y deliciosos círculos alrededor de
ese sensible nudo, y mis ojos se hacen mierda cuando el éxtasis se acerca a su
crescendo. Puedo sentirlo en todas partes, su boca y manos trabajándome hacia un
eufórico frenesí.
Con una última deliciosa mordedura del pezón, baja su boca hasta mi coño
finalmente. Presionando los muslos hacia arriba y los abre con sus firmes manos,
mueve la mirada hacia arriba para encontrar la mía. La visión de él allí, listo ante
mi húmedo, desnudo sexo, casi me envía sobre el borde. Y eso es antes de que
incluso me haya tocado. Puedo sentir su aliento contra esa superficialidad, y mi
clítoris grita por su toque.
Una sonrisa se extiende por sus labios, haciendo que sus rasgos sean incluso
más perfectos. Trae esa magistral boca llena a mi sexo, lamiendo a lo largo de mi
abertura. Abro la boca con cada maravilla sin palabras mientras me acaricia con la
lengua, separado la sedosa carne con cada vuelta contemplándome distraídamente.
Se centra en mi duro, tierno clítoris, sacudiéndolo y amasándolo con la punta de su
hábil lengua. Grito mientras me envía hacia el borde, mis rodillas temblando
incontrolablemente.
—Vas a correrte para mí —gruñe, ahorrando preciosos segundos para su
siguiente demanda—. Quiero saborearte. Córrete para mí, Logan. Ahora.
—Dev, eso… eso fue… —tartamudeo, completamente sin saber qué hacer.
Una risa aturdida se alza por mi garganta cuando Devlin se apodera de mis
caderas y me voltea sobre mi estómago. Miro por encima del hombro y miro
mientras abre la hebilla del cinturón, saliendo de sus desgastados pantalones,
colocando un condón sobre su asombrosa polla. De repente, allí está de nuevo, sin
ropa sobre ese perfecto cuerpo. Mi mirada viaja a lo largo de su variedad de 93
músculos, aterrizando finalmente sobre esa longitud palpitante entre sus piernas.
Siento a mis ojos abrirse de par en par ante la magnitud de su enorme pene. La
plena, dura expansión de ella es una maravilla para contemplar, y me encuentro
preguntándome si puedo tomarlo completamente dentro de mí. Nunca he estado
con alguien tan grande antes.
—Oye. Hay peores maneras de irse. —Sonríe, corriendo las manos hacia abajo
a lo largo de mi columna vertebral, sobre el aumento de mi culo.
Me tira hacia arriba hasta mis manos y rodillas, y siento la hinchada punta
presionando contra mi húmeda hendidura. Tomo una profunda respiración,
estabilizándome. Toda mi vida se desvanece frente a este instante momentáneo.
Estoy lista.
—Cristo. Estás tan apretada —gime encima de mí, sus manos apretando
alrededor de mis caderas.
—Córrete para mí —ruego, gritando mientras pasa sus dedos por el duro
nudo—. Por favor…
Pero mis palabras son cortadas cuando Devlin golpea dentro una última vez.
Lo siento correrse en una acelerada oleada, llenando cada centímetro de mí. Su
cuerpo se arquea sobre el mío mientras su placer chorrea en mi ansioso cuerpo.
Durante el momento más largo, estamos suspendidos juntos en un arrebatador
silencio, totalmente fuera del tiempo. Es absolutamente perfecto.
Colapsamos el uno dentro del otro, nuestros cuerpos doblándose en una
maraña de miembros. Devlin me empuja contra su jadeante pecho, y descanso mi
mejilla allí, felizmente sonriendo. Después de un hechizo, salimos de las
profundidades de nuestro feliz agotamiento, buscando aire.
—No sé cómo diablos sigues soltero, sabiendo cómo tratar a una mujer así. —
Me rio—. Me sorprende que alguien dejó que te escaparas.
—Oh, esto debe ser bueno. —Me rio, apoyándome sobre un codo—. Continua.
—Supongo que por lo general, cuando estoy durmiendo con una chica, estoy
bastante envuelto en bajar, pasar un buen rato, y seguir adelante… —dice Devlin,
totalmente sin vergüenza.
—Oh, dame un puto descanso. —Se ríe, balanceando su poderoso cuerpo sobre
el mío y sujetándome ligeramente contra la cama—. Cuando duermes con un tipo,
¿seriamente estas invirtiendo más en su placer que en el tuyo? ¿O simplemente
intentas se sacar algo de él y estar en tu camino feliz?
—Así que. Te gustó eso. —Sonríe, pasando una mano por mi lado—. ¿Te gustó
que te dijera que hacer?
—Y sabiendo que puedo inspirar eso en ti, la forma en que me tomas —le digo,
mi voz se suaviza—. Me hace sentir como la mujer que siempre he querido ser.
Nos pusimos algunas ropas casuales, sonriendo como lunáticos todo el tiempo.
Elijo una camiseta blanca lisa y vaqueros cortados corto para el día, mientras
Devlin se decide por unos pantalones de algodón negros y una camisa de franela.
Decidimos pasar el día explorando la inmensa isla, así que ambos nos ponemos
unas botas de caminata, también.
—Eso es lo que una buena acostada haría por ti —guiña Devlin, tomando una
gran mordida de la tostada.
—Que bueno que pienses eso —responde él, posando una mano sobre mi
rodilla—, porque estoy comenzando a sospechar que eres la mejor jodida cosa que
alguna vez me haya pasado. Pero no lo dejes subir a tu cabeza o algo, cariño.
Podría ser solo este condenadamente delicioso tocino hablando.
—Eso hace el vagar a través del bosque contigo un poco menos atractivo, tengo
que admitirlo —le digo honestamente.
—¿No tengo permitido interesarme en el hecho de que estés arrastrando por ahí
una máquina de matar? —presiono.
—Lo que no tienes permitido hacer es volverte loca por completo al segundo en
que capturas el más ligero vistazo de mi vida real —dispara de regreso—. Me
conociste en mis jodidas vacaciones, Logan. Este lugar, El Club, este es un
descanso para mí y los chicos. La vida real de MC no es sobre servicio de
habitación y días de spa. Es rudo, y es feo, y no es para un débil de corazón.
—¿Eso es lo que crees que soy? —pregunto, herida por sus crueles palabras—.
¿Débil de corazón?
—Está bien —lo tranquilizo, abrazando mis rodillas—. Esta cosa entera solo...
es tan nuevo. Y tan grande. Solo necesito un poco de tiempo para descubrir lo que
pienso sobre todo esto. Lo que siento.
—¿Qué están haciendo ustedes, malditos, teniendo una fiesta de playa sin
nosotros? —ruge Devlin, fingiendo indignación mientras nos aproximamos hacia el
medio de sus hermanos.
—¡Allí están! —grita Packer desde el oleaje—. Pensamos que habían huido en
la noche o algo.
—Llegaron justo a tiempo para algo de comida —dice Xan desde la soleada
roca que él colonizó. 101
—Brutus tiene hamburguesas y salchichas en la parrilla —añade Leon,
pasándole a Lobo otra cerveza de la hielera.
—¿Quieres una cerveza, cariño? —me dice Lobo. Estoy sorprendida porque se
dirige directamente a mí. Hasta ahora, los hermanos se han comunicado conmigo
casi estrictamente a través de Devlin.
Packer guía a Devlin alejándose varios pasos, y volteo para inspeccionar la feliz
escena. Estoy menos que sorprendida de encontrar a Juliet esperando a mi lado, las
manos plantadas sobre sus caderas vestidas de bikini. No puedo evitar más que
mirar abajo hacia su perfectamente bronceado cuerpo un poco envidiosa mientras
ella se para allí. Mamá siempre fue rápida en elogiar la esbelta figura de Juliet sobre
mi más curvilíneo cuerpo. Esos viejos celos son difíciles de olvidar. Mi hermana
ladea su cabeza hacia mí, una media sonrisa torciendo sus labios.
Juliet ríe, imaginando el horror de nuestra madre si ella pudiera ver a sus niñas 102
ahora. Por primera vez desde que llegué a esta isla y muy literalmente me encontré
con mi hermana, me siento como si estamos en el mismo equipo de nuevo. O al
menos, que estamos yendo allí.
Podría tener a mi hermana de regreso. Y todo lo que tengo que hacer es abrazar
esta familia que ella encontró. No puedo decir que no es una oferta tentadora.
Mientras emerjo fuera del agua fría, localizo a Devlin y Packer dando zancadas
de regreso hacia la rocosa playa. Preocupación aprieta mis nervios mientras noto
una nublada mirada en el rostro de Dev. Juliet frunce el ceño mientras nota el
semblante similarmente inquieto de Packer. Mi hermana y yo intercambiamos
mirada e inmediatamente tomamos nuestro camino hacia la costa. Es increíble,
cuan rápidamente nuestra línea de telepatía ha regresado. Pero es hermandad,
supongo.
—¿Qué pasa, bebé? —le dice Juliet a Packer, depositando una mano sobre su
ancho hombro. 103
—Un poco de persistentes negocios que solo no quieren morir —dice Packer,
sin sonreír.
—Estaré mejor una vez que coma algo. —Se ríe él bruscamente, yendo de prisa
hacia su hamburguesa.
—Es solo que... si algo está pasando contigo, o los MC, puedes decirme —
presiono—. Eso es para lo que estoy aquí.
Sé que debo evitar mis ojos, murmurar una disculpa, pretender que nada pasó.
Pero nunca aprendí como mantener mi lengua cuando mi temperamento es
avivado.
—Así que, ¿solo debería callarme y jugar a la niña buena hasta que me envíes
de regreso a tierra firme, es eso? —Me arrebato acaloradamente.
—Logan, no quieres saber algo sobre los negocios de mi club —dice Devlin,
discutiendo, su voz incluso zumbante—. Solo te enloquecería. Como ver mi arma
lo hizo esta mañana. Solamente tenemos esta semana juntos, y no planeo asustarte
para que te alejes tan pronto. Confía en mí, cuanto menos sepas sobre mi vida real,
más feliz serás.
—Bien —dice él cortante, dejando caer mi brazo con un poco más de fuerza de
la que debía—. Haz lo que sea que quieras, Logan. No soy tu jodida madre.
Tengo que luchar por tragar el repentino sollozo mientras me separo de Devlin;
entrando al bosque una vez más. Él no se mueve para seguirme mientras me voy.
Dios sabrá que Devlin es el más inflexible y recto hombre que alguna vez he
conocido. Supongo que fue una ilusión asumir que él correría un poco por mí. Pero
mientras huyo a través del follaje, escucho un diferente par de pasos sobre mi
rastro.
—Yo solo... me siento tan perdida —tartamudeo, peleando por hablar entre
mis lágrimas. Me hundo en el suelo del bosque, inclinándome hacia atrás contra un
roble elevado—. Este lugar me tiene toda confundida.
—Por supuesto que es Dev —le digo—. Pero no solo es él. Es solitario aquí
afuera. Encontrarte después de todos estos años. Preguntarme si incluso quiero
regresar a mi vida que está esperando en tierra firme…
—¿Has estado pensando sobre... quedarte? ¿Con nosotros? —pregunta Juliet.
Miro arriba, sorprendida de oír una nota de esperanza en su voz. Allí no trato de
esconder mis sentimientos de ella.
—Estoy segura de que no tengo que decirte eso —continua Juliet, envolviendo
sus brazos alrededor de sus rodillas—. Pero nuestro mundo puede ser un jodido
lugar atemorizante. Y una vez que abraces la vida ilegal, no hay ninguna forma de
regresar.
—Esa es la cosa, Juliet —digo—. No tengo nada por lo que regresar. Quiero
decir, supongo que estoy en mi camino de vivir el sueño del milenario licenciado, o
lo que sea. Tengo un apartamento en Boston con mi mejor amiga, un nuevo
empleo que aclarará mis préstamos estudiantiles pronto…
—Uff —gruñe Juliet—. Mamá debe haber lanzado al aire su bendita mierda.
Pienso sobre la reacción de mis padres cuando les dije sobre mi actuación
con FootSolider. Satisfactorio no es exactamente la palabra que hubiera usado para
describir ese encuentro.
Cierro mis ojos mientras ella planta un beso sobre mi frente. Es la misma cosa
que ella solía hacer cuando éramos pequeñas, cada vez que despertaba de un mal
sueño o regresaba a casa después de un terrible día en la escuela. En este momento, 107
me siento a salvo. Cómoda. Cuidada de una manera en que no lo he estado desde
el día que Juliet se fugó de casa. ¿Cómo puedo empacar y dejarla a un lado, cuando
acabo de encontrarla de nuevo?
—Voy a regresar con los chicos —me dice, alisando mi cabello fuera de mi
rostro—. Ve por un paseo largo, Logan. Aclara tu cabeza. Hazte esas preguntas.
Sabrás en tu corazón cuando lo descubras. Creo en ti.
Y sin otra palabra, ella se marcha. Estoy sola al final, mirando el sol ponerse
sobre la línea de árboles. Temblorosamente, me pongo de pie del suelo cubierto de
hojas. Sin saber a dónde me estoy dirigiendo, me dirijo a través del bosque una vez
más.
Con cada profunda respiración de aire fresco, mis pensamientos se vuelven más
puros. Más enfocados. Estoy pasando en una encrucijada en mi vida. Por un
camino está la vida urbana, conducida a la carrera que pensé que siempre quería.
Por el otro está una vida con Devlin como una mujer del Circle of Death. Me
imagino tomando el primer camino, volviéndome loca para calificar en una
posición editorial, lentamente trabajando mi camino hacia arriba de la cadena
alimenticia, derramando mi corazón y alma en mi trabajo. Entonces mis
pensamientos cambian a la otra vida que podría reclamar como mía, montando en
la parte trasera de la Harley de Devlin, conociendo a Juliet de nuevo, alejando el
resto del mundo para vivir por nuestras propias reglas. Noto, mientras
verdaderamente considero mis opciones, que hay una importante diferencia entre
esos dos caminos: Si voy a casa, tengo la oportunidad de ser exitosa. Si me quedo,
tengo la oportunidad de ser feliz.
Y cuando pienso sobre eso de esa manera, noto que no hay ninguna opción que
tomar, después de todo.
108
Capítulo 14
La noche ha vuelto a caer en la isla una vez más cuando me deslizo dentro de
las paredes de El Club. Empleo mi tarjeta llave exclusiva para escabullirme dentro
de la fortaleza de piedra, filtrándome a la suite que estoy compartiendo con Devlin.
Me siento más ligera de lo que he estado en meses, años, al casi volar hasta
nuestras habitaciones. Abrí la puerta de mi dormitorio, me arrojé dentro y envolví
mis brazos firmemente alrededor de mi cintura. Tan pronto como Devlin vuelva
para la noche, voy a decirle sobre la decisión que he tomado.
Elliot,
Todo lo mejor,
Logan Farrah.
Miro hacia arriba como una figura elevada aparece en la puerta de la segunda
habitación. Devlin ha vuelto temprano a casa. Sus rasgos son serios, decididos. Hay
palabras en la punta de su lengua, igual que en las mías. Como uno, tomamos una
rápida inhalación y volamos con nuestra verdad:
Tal vez todo esto resulte ser un terrible error. Tal vez mi corazón se va a
diezmar por este hombre increíble ante mí. Tal vez me caiga de la parte de atrás de
una Harley, o sea secuestrada, o encuentre que todo lo que quiero es una casa en
los suburbios con algunos niños y un jardín de hierbas. Pero para este momento,
todo lo que quiero en el mundo es Devlin Vile y su loco, jodido mundo.
110
—Siento haberte alejado —murmura, apoyando su frente contra la mía—. He
estado golpeando mi cabeza contra el hecho de que te vas al final de la semana. No
pude entender por qué me estaba matando por saber que solo estarías en mi vida
por unos días más. Soy un poco lento, supongo.
—¿Por qué te estaba matando, Dev? —pregunto, tomando su cara entre mis
manos—. Sé por qué no podía soportar la idea de irme, pero tengo miedo de decirlo
en voz alta...
—Creo que puedo adivinar. —Devlin sonríe, pasando sus manos por todo mi
cuerpo—. Pero si lo hace más fácil si derramo las tripas primero... me estoy
enamorando de ti, Logan. Me estoy enamorando de ti.
—Para decirte la verdad, Dev. —Respiro, una sonrisa extática—. Creo que ya
me he enamorado.
Pero las palabras no pueden hacer justicia a lo que sentimos por más tiempo.
Nuestros cuerpos no serán alejados el uno del otro. Rasgamos apenas bastantes
capas de ropa para conectar de la manera más íntima que podemos. Grito mientras
Devlin se hunde en mí una vez más, sosteniéndome firmemente contra la sólida
pared de El Club. Y todo el tiempo, lo único que puedo pensar es:
—Es mejor que tengas buenas noticias, Simmons —arrastra las palabras una
arrogante voz desde las sombras del piso de la bodega. 111
—No te habría llamado por nada menos que grandes noticias —responde
Elliot, de pie para saludar a sus llamadores de medianoche.
—Así que, suéltalo —dice el primer hombre, el más rubio de los dos. ¿Qué es
tan importante que tengamos que apresurarnos aquí en el medio de la noche?
Ellos se inclinan hacia la pantalla, entornando los ojos al mensaje expuesto allí.
Es un correo que Elliot recibió solo horas atrás, un correo que de una vez se levantó
y quebró su espíritu. Por un lado, el mensaje significaba que su rol en este
desastroso drama desplegándose estaba acabado. Por el otro, significaba que otra
joven inocente había decidido correr primero hacia el mortal peligro. Elliot casi se
encontró esperando que esta pudiera huir, escapar de la trampa en la que ella
misma cayó presa hace tantos años atrás. Incluso si ella misma era castigada, eso
significaría que sus captores eran falibles. Pero por supuesto, ese no era el caso.
—¿Tienes algo un poco más... lascivo que podamos llevarle al jefe? —pregunta
el hombre llamado Mike. Un correo es bueno y todo, pero sabes que a ellos le
gusta un poco más excitante que enviar de regreso a la oficina central.
—Creo que conseguí justo la cosa —dice Elliot, sacando un montón de nuevos
archivos en su computadora. Es solo sonido, mayormente. Fui capaz de
interceptar el micrófono de su teléfono. Pero hay varias fotografías de primera,
también.
Elliot aprieta reproducir en un corto archivo de audio, y de repente la cerrada
oficina se llena con los sonidos del coito. Se encoje cuando oye la voz de Logan
Farrah, la brillante, sensible y prometedora chica joven quien se sentó en su oficina
menos de una semana atrás. Ella había estado tan llena de vida, tan llena de
esperanza. Y estoy ayudando a destruirla, piensa Elliot con desaliento.
—Esa es la voz de Vile seguro. El hombre llamado Jim asiente. Reconocería
ese gruñido en cualquier sitio. Veamos algunas fotografías.
—En realidad —dice Elliot rápidamente, mientras los hombres voltean para
irse, estaba esperando que podrían pasarle un mensaje al jefe por mí, sobre mis...
responsabilidades en esta corporación.
—Si es posible, me gustaría tomar una posición más secundaria dice Elliot,
levantando su barbilla. Quizás algo consultivo, menos involucrado. La vida
editorial me ha tratado bien, pero es mucho con lo que lidiar. Creo que es hora de
pasar la estafeta…
—Ya, ya, Elliot dice Jim, chasqueando su lengua. Sabes que el jefe nunca
continuará eso. Eres demasiado valiosa para esta operación para él cómo para
dejarte ir ahora.
2
Thumb Drive se refiere a unos de los términos originales que describían aparatos de memoria
flash que los apodaban "thumb drives", por carencia de un mejor nombre, ya que parecían o eran del
tamaño de un pulgar (thumb).
—No estaría yéndome dijo Elliot apresuradamente, solo no estaría lidiando
con este aspecto del negocio…
—Esa es una niña buenadice Mike tranquilamente, poniendo una mano sobre el 114
brazo de Elliot.
Cuando el primer bloguero de FootSoldier llega para el día, Elliot está reuniendo
sus cosas y caminando a la puerta.
115
Capítulo 16
El agua de baño deliciosamente hirviendo da vueltas contra mi piel cómo me
instalo de nuevo contra el pecho de Devlin. Han sido unos pocos, pero largos días
de senderismo, natación, y vigorosas folladas. Hemos decidido que merecemos un
baño largo y caliente antes de que el libertinaje de esta noche empiece de nuevo en
serio. Pero incluso en este momento de descanso, mi mente está trabajando para
acomodar todo lo que estoy aprendiendo, aquí. Sostengo ocho dedos, marcándolos
mientras me examino una vez más.
—Lobo es el sargento de Armas —me corrige Devlin, pasando sus manos por
mis brazos jabonosos—. Leo es el capitán de Ruta.
—Es una noción muy admirable —dice Devlin, poniendo sus manos en mis
muslos debajo del agua tibia—. Pero estoy teniendo problemas para concentrarme
en algo admirable cuando estás sentada delante de mí desnuda.
—Lo siento. ¿Te estoy distrayendo? —Sonrío, levantándome del baño caliente.
Remolinos de agua corren sobre mis curvas mientras me muevo para salir de la
bañera.
—¿Así? —pregunto, pasando mis manos por sus muslos esculpidos. No puedo
evitar molestarlo un poco, incluso en estos momentos apasionados. He aprendido
que le gusta un poco de retroceso de mí, de vez en cuando.
—Apenas puedo agarrarme de ti, eres tan grande —susurro, moviendo mis
dedos por el largo de su eje. 117
—Te encanta lo enorme que soy, ¿no? —Sonríe, dejando caer su cabeza
mientras lo acaricio.
Los ojos de Devlin se cierran en un silencio dichoso, y puedo sentir ese lugar
entre mis propias piernas dolorido de placer. Complacer a Devlin, hacerle sentir
increíble y cuidado, me saca tanto como ser complacida yo misma. Mientras sus
manos se aprietan alrededor del borde de la bañera de mármol, puedo sentir mi
sexo golpeando con deseo. Es como si estuviera absorbiendo las ondas de su placer.
Somos un circuito cerrado, Dev y yo. Cada emoción y chispa de sensación que nos
ponemos en marcha entre nosotros vuelve, redoblado, a nosotros mismos.
Sin otra palabra, le doy la espalda, jadeando mientras lo siento agarrar mis
caderas. Con un tirón firme me tira en su regazo. Gemimos juntos mientras su
polla asombrosa penetra directamente en mi cuerpo. Me reclino contra él,
deslizándome sobre su enorme longitud, atrayéndolo hasta dentro. Sus brazos se
aprietan alrededor de mi cintura delgada mientras siento que su polla atraviesa lo
más profundo de mí.
—¿Ahora mismo? —jadeo, mirando hacia atrás a sus ojos oscuros y ardientes.
Llevo mis manos hacia abajo a mi sexo mientras cabalgo a Delvin en feroces
embestidas. Justo cuando coloco dos dedos contra mi duro e hinchado clítoris, tira
de mis largos mechones. El súbito y brusco tirón me pone mareada de emoción, y
froto círculos impacientes alrededor de ese duro nudo de nervios entre mis piernas. 118
Un pozo de placer se hincha en mi corazón, listo para derramarse a través de mí.
Ya sea que sus propias palabras o su miembro masivo golpeando en ese lugar
delicioso que me envía en el borde, no puedo decir. Todo lo que sé es que estoy
perdida. Ni siquiera trato de tragar el grito de éxtasis que se derrama de mí cuando
Devlin y yo estallamos juntos. Puedo sentirlo entrando en mí, duro y rápido.
Muevo las caderas contra las suyas mientras me llena, sosteniéndome contra él.
Nuestros cuerpos se relajan en el otro como nuestros orgasmos gemelos barren,
dejándonos gastados y felices... si no tan limpio cómo cabría esperar de un baño.
Me río, de pie frente al amplio espejo del baño. Es increíble cómo me siento
cómoda, parada desnuda delante de Devlin con el cabello mojado y sin una mancha
de maquillaje en mi cara. Solo ha pasado cinco días, y ya me siento más a gusto
con él que con cualquier hombre con quien haya salido. Aprieto mi cabello largo,
estudiando su cuerpo perfecto en el espejo delante de mí.
—Quédate ahí —dice, entrando en el dormitorio—. Tengo una sorpresa para ti.
—Pensé que podríamos usar una noche fuera de los bosques . —Sonríe Devlin,
divertido por mi expresión desconcertada—. Es decir, si no te importa vagabundear
por los chicos con finanzas de las caballerizas que acaban con todas las mesas de
blackjack.
—Creo que podemos hacerlo. —Sonrío, pasando una mano por el sedoso
vestido rojo. Se mueve como líquido bajo mis dedos. Esto debía haberle costado a
Devlin una fortuna—. El MC debe estar teniendo un año bastante bueno, si puedes
permitirme derrochar en mí así.
—No tienes que preocuparte por eso. —Se ríe entre dientes, el MC nunca ha
sido más fuerte. Financiero o de otra manera.
—¿Así que cualquier otra noticia que Packer tenía para ti el otro día es cuidada
ahora? —digo, tratando de sonar casual. Todavía no hemos discutido realmente el 120
estallido de ese día. O la lucha entre nosotros que siguió.
—No puedo evitarlo. —Me encogí de hombros—. Entre tú y Juliet, todas las
personas que más me importan en el mundo están en el Circle of Death.
—De todos modos, estoy seguro de que pronto se retirarán —dice—. Trataron
de pasar por uno de nuestras sucursales más pequeñas. Esa es la noticia que Packer
tuvo para mí el otro día. Tuvimos que deshacernos del hermano que compraron.
Pero todo se ha cuidado ahora. No hay otros eslabones débiles de los que
preocuparse.
Me deja sola para prepararme para la noche. No puedo evitar estar un poco
perturbada por los detalles del negocio del club de Devlin. Casi sería más fácil si
supiera todo sobre la situación actual. Conocer solo unos cuantos detalles deja a mi
imaginación en libertad. Pero supongo que la única manera de confiar en más
información es demostrar mi confianza.
—No seas estúpida —murmuro para mí, pasando un poco de rojo sobre mis
labios—. Tienes una gran cosa, aquí. No hay necesidad de joderlo con la
divulgación completa.
—No pensé que pudieras verte más sexy. —Oigo a Devlin gruñir desde la
puerta. Pero voy a ser condenado...
—Es divertido. —Me río, cruzando el baño hacia él—. Tienes la misma mirada
hambrienta en tus ojos si estoy usando ropa de senderismo o un vestido de noche.
Otra sacudida de culpa me atrae. Sospecho que se una cosa que, de hecho, hará
que Devlin no sea un fan de Logan Farrah. Pero no hay necesidad de pensar en eso
ahora.
122
—¿Quieres vestirte para que puedas mostrarme a todos los banqueros
destartalados de abajo? —pregunto, entrelazando mis brazos alrededor del cuello de
Devlin.
—Lo que quiero es tirarte contra la pared y follarte hasta que grites —responde,
tirando de mí con fuerza contra su cuerpo—. Pero no quiero estropear tu cabello.
—Es mutuo, Dev. —Sonrío—. No puedo esperar a ver cómo es tu vida real.
—Bien —dijo con voz ronca—, porque no podía tomar eso, Logan. Realmente
no podría.
Es lo más cercano que ha llegado a sonar sentimental. Pero algo me dice que
este hombre no va a ir suave y blando sobre mí, no importa lo mucho que nos
preocupamos el uno del otro. ¿Y, honestamente? Eso está bien para mí.
Logan lanza sus ojos hacia mí mientras la llevo al mar de hombres ricos y
mujeres escasamente vestidas. No tiene ni idea de lo increíblemente sexy que es. Ni
idea de nada. Pero ese desinterés en el poder de su buena apariencia es parte de lo 124
que me atrae hacia ella. Ha llegado tan lejos en la vida usando solo su cerebro,
nunca recurriendo a su atractivo sexual para conseguir lo que quiere. Es un
poderoso atributo.
Logan es una rara especie aquí en El Club. Aparte de Juliet y un par de otras
esposas ricas, todas las mujeres de esta isla son empleadas de El Club. Chicas
trabajadoras. Ellas hacen funcionar todo alrededor de aquí, desde las mesas de
cartas, las barras, a los servicios más íntimos. Luego, por supuesto, hay las chicas
de la parte continental que vienen a la fiesta por la noche. Mañana debemos subir a
otra embarcación. Pero Logan incluso se destacó de esas chicas desde el momento
en que puso un pie sobre esta roca. Mi chica es única.
Logan me dispara su mirada más sexy y traviesa mientras entrelaza sus dedos
con los míos y me tira en la refriega del piso del casino. Me acerco detrás de ella,
asegurándome de que todo el mundo sabe exactamente con quién vino aquí. Teje a
través de la multitud como un pescardo3, pero yo prefiero moverme como un gran
tiburón blanco, separando el enjambre como voy.
3
Pescardo - Es un pez de pequeño tamaño, que vive en bandadas en agua dulce y es muy voraz.
podría tener que tragarlos enteros. Miro con indignación a los dos hombres que se
han colocado firmemente en mi camino. Tan pronto como he puesto nombres a sus
rostros presumidos de mierda, siento mi sangre subir a ebullición.
Es mejor que salgas de mi vista. Rápido gruño. O no puedo ser responsable
por lo que te haga.
Vamos a necesitar que se unan a nosotros para una pequeña charla dice el
primer hombre.
No en tu vida, Mike me burlo, empujando más allá de las pequeñas mierdas.
Me vuelvo a mirar hacia ellos, todo mi cuerpo vibrando con rabia reprimida.
¿Acaso me has amenazado, Jimmy? pregunto, mi voz baja y mortal.
Eso no era tanto una amenaza como una promesa responde Jim, cruzando
126
los brazos. Miro cómo sus ojos gravitan hacia abajo a mi pecho, y mi mirada la
sigue.
Miro a Logan mirando hacia mi dirección sobre las cabezas de Mike y Jim. Las
esquinas de su boca son torcidas en preocupación, y puedo decir que está a punto
de venir hacia mí si no la tranquilizo. Yo forcé mi expresión en uno de calma y
levanto mi mano, señalándole que todo está bien. Sus ojos permanecen en los míos
por medio segundo más antes de que se vuelva a regañadientes al juego. Nos hemos
hecho muy bien leyéndonos el uno al otro, pero me alegro de que no pueda ver
todo el camino a través de mí, todavía.
Toma cada pedacito de restricción que tengo para no romperle su brazo fuera.
Por algún esfuerzo hercúleo, me abstengo, y dejo que los hombres me llevan lejos a
través de El Club lleno de gente. Me permito una última mirada a Logan que
también está viéndome. Le disparo una sonrisa tranquilizadora. No tiene sentido
preocuparla, ¿verdad? Tácticas de susto a un lado, estos idiotas no son ningún
partido para mí.
Me alejo del suelo de El Club, a través de una puerta discreta. Las luces del
casino rápidamente se desvanecen en nuestra estela mientras caminamos más y
más profundo en el vientre de la bestia que es El Club en sí.
—Estoy seguro de que sabes de qué se trata, señor Vile —dice Mike crispado,
entrando en lo que parece un elevador de carga.
—No eres tan estúpido cómo parece, después de todo —agrega Jim, siguiendo
a Mike en la lata de metal.
Aprieto los dientes mientras paso detrás de ellos, viendo la luz roja parpadeante
de una cámara de seguridad por encima. Me imaginé que todo el club estaba
cubierto de cámaras y micrófonos, este lugar solo parece remoto y rústico, pero está
127
sin duda equipado con todo el hardware más reciente. Estos dos deben sentirse
bastante seguros en su seguridad, con todas mis acciones capturadas en la cámara.
La pregunta es, ¿por qué no son más asustadizos acerca de nivelar las armas a los
patrocinadores de El Club, a la vista?
Transmisión en vivo de todos los rincones de la isla fluyen desde esas pantallas.
Alguien está observando de cerca a la gente que sale a esta roca. En por lo menos
dos monitores, cuerpos desnudos se retuercen, claramente follando. Supongo que
nada está fuera de límites para quien se sienta detrás de ese gran escritorio de lujo.
—Me alegro de conocerle, señor Vile —dice una voz enfermiza y dulce de
detrás del escritorio. Una silla de cuero alta se aleja de mí, oscureciendo el altavoz.
—No puedo decir que sea mutuo —gruño, mientras Jim cierra la puerta de la
oficina, dejándome solo con el hombre misterioso, aquí.
—¿Es eso lo que es esto? —le pregunto—. Porque desde donde estoy de pie, 128
esto se parece a una escena de una pobre imitación del padrino. ¿Quién diablos eres
tú, y qué diablos quieres?
Mientras miro, la silla de respaldo alto gira lentamente alrededor. Casi tengo
que entornar los ojos para tomar la figura sentada delante de mí. Un hombre ligero,
no más alto que un metro y medio, está encaramado en el cuero fino, mirándome
por encima de los largos y tempestuosos dedos. Su elegante traje italiano se ha
adaptado a su cuerpo pequeño y delgado, y su pelo blanco es peinado en una cofia
perfecta. Gafas gruesas hacen sus ojos azules acuosos salir de su delgada cara. Todo
dicho, es un pequeño tipo que mira extraño, pero no estoy a punto de descartarlo
ahora. Siempre son los pequeños que traen más músculo, después de todo.
—Bien Les —digo bruscamente, cruzando mis brazos—. Tienes una manera
divertida de hacer presentaciones.
—Tú no eres un hombre fácil de conseguir. —Se ríe Klein, de pie desde su silla.
Se ve aún más pequeño en sus pies que sentado—. Hice enviar un par de mis
emisarios a tu sede, no te olvides. Pero deduzco que no causaron una buena
primera impresión.
—Esa es una forma de expresarlo. —Sonrío, recordando la mirada de terror en
los rostros de esos imbéciles mientras mis muchachos los sacaban de nuestra sede—
. Pero lleguemos a esto. No soy uno de andarse por las ramas.
—¿El transporte de las niñas víctimas de la trata son su idea de trabajo ligero?
Hiervo.
Me agacho a través del espacio y agarro el frente del traje fino de Klein. Lo
alzo al aire, sus pequeños pies no patean nada mientras el cigarrillo cae de sus
sorprendidos labios. Todo lo que quiero es enviar su cuerpo chocando a través de
una de esas altas ventanas. Pero antes de que pueda mover otro músculo, la puerta
de la oficina se abre.
—Bájalo —agrega Jim. Mis oídos recogen el sonido de dos pistolas que están
siendo armadas.
Miro hacia arriba en el rostro de Lester Klein, la ira surgiendo a través de mis
venas. ¿Cómo sabía esto de mi madre? Se aseguró de que nadie se enterara de sus
esfuerzos ocasionales, de última hora, para evitar que muriéramos de hambre.
Incluso yo nunca podría hacerle admitir la naturaleza de sus reuniones con los
varios hombres que aparecerían en nuestra puerta en el medio de la noche. Nunca
quiso que yo supiera la verdad, nunca quiso que yo supiera lo que fue forzada a
hacer por el bien de nuestra familia de dos personas.
—No se puede hablar de la madre de un hombre y esperar no ser maltratado
digo, empujando a Klein contra el escritorio y dando un paso—. No voy a
empezar a lanzar golpes con dos pistolas apuntando en mi espalda. Quieres hablar
de negocios, habla de negocios. Deje los asuntos personales fuera de ello.
—¿Así es cómo conseguiste una pequeña oficina aquí? ¿Un arreglo personal?
presiono—. Dudo que El Club aprecie que secuestres a uno de sus estimados
invitados. ¿Leviathan tiene algo que resolver con las personas que dirigen este
conjunto o qué?
—¿Qué te hace pensar que voy a ceder ahora? —Me río rudamente—.
Apareces en mi cuartel general, te digo que te vayas a la mierda. Tratas de comprar
una de mis sucursales más pequeñas, trato con el problema de la única manera que
sé cómo. ¿Ahora me traes aquí y empiezas a agitar las armas? Adivina qué, la
respuesta sigue siendo jodidamente no. No sé qué tácticas de negociación suelen 130
funcionar para ti, pero enojar al tipo que estás tratando de persuadir es una
estrategia bastante mierda. No me vas a matar. Me necesitas demasiado. Me parece
que estás sin movimientos.
—Tienes razón sobre una cosa —reconoce Klein, asintiendo con la cabeza para
que Mike y Jim bajen sus armas—. No vamos a matarte, Devlin. Eso sería un
enorme desperdicio de talento. Pero no estamos por encima de derramar alguna
otra sangre. Sangre que puedes encontrar más preciada que la tuya.
—Entendemos que has tomado un gran gusto por una mujer. Logan Farrah,
¿verdad? —dice Klein, cruzando los brazos.
—No tiene nada que ver con esto —digo, mi voz baja y desigual—. Quédate
lejos de ella.
—Estaríamos más que felices de dejar a señorita Farrah intacta —insiste
Klein—. Si te comprometes a cooperar, eso es.
—¿La estás usando como palanca contra mí? —gruño—. ¿Qué clases de
monstruos son?
—La clase trabajadora, señor Vile —responde Klein con una sonrisa
enfermiza—. Te preocupa mucho la señorita Farrah. Nosotros nos preocupamos
mucho por nuestros esfuerzos comerciales. Si simplemente aceptas trabajar para
nosotros, ambas cosas de las que nos preocupamos pueden seguir existiendo en paz
y buena salud. Pero si todavía te niegas a darnos lo que queremos... Bueno. Me
temo que nuestras pérdidas serán pagadas con una pérdida muy significativa de las
tuyas.
Lucho por tener una idea de mis pensamientos. Tiene que haber una salida de
esto. Algo que todavía no he descubierto.
—Estoy seguro de que podemos esperar un día más por tu cooperación —dice
Klein, extendiendo su mano para que la estrechara. Le agarro la mano, deseando
poder aplastar sus diminutos dedos todo el rato—. Solo recuerda —continúa,
mientras me vuelvo para irme—. Leviathan tiene su ojo en ti, Vile. Será mejor que
vigiles tu paso.
132
Capítulo 18
Logan
Sin Devlin a mi lado, se agotan la magia delas luces giratorias y los sonidos
caóticos del casino. La escena que se desarrolla a mi alrededor se vuelve grotesca,
abrumadora, asquerosa, incluso. Por mucho que me asegure que todo está bien, mi
intuición está gritando todo lo contrario. El pánico serpentea a través de mí
mientras espero a que Devlin reaparezca. Por último, la presión es demasiado para
mí para soportar. Mi cabeza nada con los peores escenarios de casos mientras
renuncio a mis preocupaciones y huyo de la casa de la risa depravada que es la
planta principal de El Club.
Justo cuando alcanzo la puerta del cuarto de baño, las luces parpadean a mi
alrededor. Una oleada de miedo detiene mi corazón por un golpe mientras miro
salvajemente alrededor de mi dormitorio. Pero entonces Devlin aparece en el
umbral entre nuestras habitaciones, y una risa sobresaltada sale de mi pecho.
—Me asustaste como la mierda —digo, sacudiendo mis nervios lo mejor que
puedo—. ¿Dónde diablos has desaparecido, Dev? Me hiciste pensar lo peor.
—No quise asustarte —responde. La nota fría en su voz impulsa la ligereza de
mi corazón. Miro hacia él en la penumbra, observando con cautela su expresión
estoica. Nunca me ha mirado con tal... desinterés.
—¿Hay algo mal, Dev? —le pregunto, caminando tentativamente hacia él.
—Nada que no pueda ser enderezado. —Se encoge de hombros, cruzando sus
gruesos brazos sobre su pecho. Está despojado de su elegante traje y lleva su
uniforme estándar de vaqueros, una camiseta y su amado chaleco.
—¿Voy a algún sitio? —pregunto en voz baja, alzando los ojos hacia Dev.
134
—Te vas a casa —me dice, sin ceremonia—. Cuando ese yate salga del
continente mañana por la noche, te estarás subiendo en él.
Lo miro sin comprender. ¿Es una broma? Hace solo unas horas, estábamos
haciendo planes para mi vida con el Circle of Death. No puede ser serio con todo
esto. Tal vez me está poniendo a prueba. O.… algo.
—Devlin —digo, luchando por mantener la voz tranquila—. ¿De dónde viene
esto, de repente? Te lo dije, no quiero volver a Boston. Quiero quedarme contigo.
Mi boca se abre sin palabras en su ira inminente. ¿Se está burlando de esto solo
para castigarme? ¿O realmente me enredé sin razón? Retrocedo desesperadamente,
alejándome de su forma asombrosa.
—No sé de ningún artículo tuyo —dijo Devlin con dureza—. Pero ahora estoy
muy jodidamente curioso. ¿Quieres dejarme entrar en el gran y maldito secreto?
—Fui contratada por una publicación en línea llamada FootSoldier para escribir
un artículo sobre El Club —revelo—. Por eso vine a esta isla en primer lugar.
Los ojos de Devlin se abren con furiosa incredulidad. Una cosa es cierta: nunca
ha oído nada de esto antes. Me he jodido totalmente.
—Has venido aquí para escribir sobre El Club —repite, cada palabra saturada
de desdén—. ¿Y cuál sería exactamente tu ángulo? ¿Bastante pequeña muchacha
rica juega los barrios bajos con algún gran motorista malo? ¿Vas a escribir sobre
nosotros? ¿Sobre mí?
No tiene sentido mentirle, pero tampoco puedo decir la verdad. Las palabras 136
simplemente se niegan a formarse en mi lengua. Pero este es Devlin. Puede leer la
verdad en mi rostro culpable.
—No fue solo El Club del que viniste a escribir —dice, con voz hueca—. Has
venido a escribir sobre mí. ¿No es así? Por eso estabas tan decidida a captar mi
atención aquella primera noche aquí. Todo fue una mentira de mierda.
—No sabes lo primero de mí, pequeña niña —ruge Devlin, golpeando su puño
contra la pared junto a mi cabeza—. No te olvides nunca de eso.
—No te hagas ilusiones —escupe, con las manos en puños furiosos—. Nunca
podrías hacerme daño. Nadie puede hacerme daño. Soy irrompible.
—Bien. Eso debe de ser muy bueno para ti —susurro ferozmente—. Porque me
estoy sintiendo muy rota, ahora mismo.
Vete. Me las arreglé para graznar, raspando a través de mi garganta seca. Me
levanto con los brazos rígidos y temblorosos. ¿Cuánto tiempo he estado desmayada
en el implacable piso de madera?
No lo creo, Jules digo, y los sollozos me alcanzan una vez más. No estoy
segura si alguna vez estaré bien de nuevo.
—Soy tu hermana, Logan —dice Juliet, fijándome con una mirada firme—.
Nada de lo que hiciste podría hacerme odiarte. ¿Lo entiendes? Ahora, ¿por qué no
me das toda la historia? De principio a fin.
—Los dos hombres que interceptaron a Dev en el casino —dice Juliet, pensando
en voz alta—. ¿Eran chicos pijos? ¿Impecables y bien cuidados? ¿Uno con el cabello
claro, el otro oscuro?
—Sí... Sí, lo eran —le digo, recordando la escena de anoche—. ¿Los conoces?
—Suenan como estos dos tipos que vinieron husmeando por el cuartel general
del Circle of Death antes de salir aquí —dice, sus ojos se estrechan—. De lo que me
dice Packer, estaban tratando de reclutar al MC para ejecutar trabajos para alguna
gran empresa. La Corporación Leviathan, eso es lo que era.
—¿Qué querría una gran corporación con una pandilla de forajidos? —le
pregunto.
—Esa es la cosa —dice Juliet, sacudiendo la cabeza—, iba a ver si Dev sabía a
dónde se había dirigido Packer. Salió de la habitación hace una hora y no puedo
encontrarlo en ninguna parte. No puedo encontrar a ninguno de los hermanos, por
cierto.
—No —dice Juliet con confianza—. Son el Circle of Death.Las cosas no los
pillan con la guardia baja. Mi conjetura es que están convocando en alguna parte
fuera del alcance, encontrando alguna manera de cómo proceder. Si Leviathan está
haciendo esto agresivo, podría ser hora de tomar alguna acción seria.
—¿Qué tipo de acción? —pregunto, casi con miedo de saber la respuesta.
—Bajar de esta roca, para empezar —dice Juliet—. Vamos a querer alejarnos lo
más posible de esos hijos de puta. No son solo algunos conglomerados de gran
tamaño que buscan algunas estrategias de distribución creativa. Las cosas en las
que están metidos son jodidas. No son solo drogas y armas. Están corriendo chicas,
también.
—No estamos a salvo aquí, ¿verdad? —pregunto, mi voz callada con el miedo
que invade.
—¿Crees que... por eso Dev estaba tratando de asustarme de vuelta al continente?
141
—le pregunto, espero cortar a través de mi terror—. ¿Estaba tratando de
mantenerme a salvo al llevarme al barco de esta noche?
Dejo salir un sonido aliviado que es tanto un sollozo como una risa. Sabía que
Devlin estaba tratando de expulsarme a propósito. Él quería que estuviera fuera de
peligro si las cosas se fueran al sur con esta empresa sombría. Solo estaba tratando
de protegerme, aunque eso significara herirme en el proceso. Eso significa que
todavía se preocupa por mí... o lo hacía, hasta que fui y le conté sobre el artículo.
Ahora es una incógnita si aún podrá perdonarme.
—Si los hermanos se han ido a algún lugar para reunirse, no podremos
encontrarlos —me dice Juliet.
—La última vez que lo comprobé, tenías un bote que atrapar —dijo Juliet con
tranquila resolución.
La miro sin comprender. —Tú... ¿quieres que me vaya también? —pregunto.
—Quiero que estés a salvo —me corrige, poniendo una mano en mi mejilla—
.Eres mi hermanita, Logan. Si algo te pasara aquí, bajo mi vista, nunca me
perdonaría. Si Dev cree que es mejor que regreses al continente por ahora, confío
en su juicio.
—No tomes esto por el camino equivocado, pero he estado lidiando con chicos
malos durante años —Se ríe—, yo sé cómo cuidar de mí misma. Acabas de entrar en
esta vida. No estás lista para afrontar lo peor.
—No sabes de lo que soy capaz —le digo en voz baja, mi voz de acero con
determinación.
—Y tú no sabes de qué son capaces estos hijos de puta de Leviathan —dice con
severidad—. Por favor, Logan. Simplemente haz lo que Devlin dice y vuelve a
Boston. Cuando las cosas se calmen, te encontraremos otra vez. Puedes venir con
nosotros, tal como lo planeamos.
á ñ
Sosteniendo mi tierra en este rincón aislado, hago rodar unos cuantos textos
convocando a mis hermanos. Me aseguro de no mencionar detalles, Leviathan
143
podría estar monitoreando nuestros teléfonos, también. A medida que el Circle of
Death se moviliza, alcanzo el bosque circundante para cámaras y micrófonos. No
hay ninguno que pueda encontrar, pero eso no significa que no están realmente allí.
Después de ver ese banco de monitores en la oficina de Klein, no estoy tomando
nada por sentado.
Uno por uno, mis hombres aparecen fuera del bosque. El día sigue siendo
nuevo, pero en el segundo que me ven enfadado, se despiertan rápido. No tengo
que decir una palabra para telegrafiarles que la mierda grave está bajando. Cuando
Otis, el movimiento de nuestros miembros, llega finalmente, es hora de convocar.
Llamo a los hombres tan cerca de las olas que se estrellan como sea posible, con la
esperanza de que el sonido ahogue nuestra conversación si en el bosque escucha.
—Deberíamos dejar que El Club sepa que tienen un problema de bichos —gruñe
Leon.
Como uno, las miradas de los hermanos oscilan hasta la imponente torre, que
se cierne sobre las copas de los árboles.
—Vamos a tener que subir nuestra hora de salida —les digo a los hombres.
—El Club atrapa los barcos de los huéspedes en el agua —le respondo—. Es
como un maldito servicio de aparcacoches para yates. Afortunadamente,
conocemos al hombre que tiene todas las llaves.
—Hay un yate de universitarias que viene esta noche —le digo a los hombres.
Esa será nuestra cobertura. Después de que todas las niñitas han llegado a tierra,
todos vamos a bordo, secuestramos el yate y conducimos a donde nuestro barco está
anclado. Saltaremos a nuestro propio barco, nos aseguraremos de que el capitán del
yate se mantenga en silencio y salgamos de aquí antes de que Leviathan pueda
detenernos. Si esperamos hasta mañana, sé que nos habrán puesto en el cierre.
—¿Y si están listos para que hagamos algo así? —pregunta Dean.
—Eso es para lo que tenemos armas, amigo mío —digo con tristeza.
—Lamento que haya llegado a esto —les digo a los chicos—. Pero estoy seguro
de que esta es la mejor salida. Todo lo que tenemos que hacer es llegar a nuestro
barco y estaremos en casa libres.
—No podemos poner al corriente a esas dos en el plan hasta que esté en
marcha digo severamente. Logan sabe que está subiendo a ese yate, pero no que
estaremos allí también.
—¿Por qué no simplemente decirle, para que podamos tener un plan de juego
limpio? —pregunta Lobo. Aquí no puede haber confusión.
Klein amenazó con matarla si no cooperaba. —Tuve que poner en marcha una
explosión en nuestra suite para el beneficio de las cámaras de seguridad. No le
145
harán daño si piensan que ella y yo terminamos. Tiene que pensar que ya he
terminado con ella. Packer, tienes que mantener a Jules en la oscuridad, también.
Si están listos para herir a Logan, estarán listos para hacerle daño también.
—Solo dile que necesita asegurarse de que Logan se suba al yate. Eso la llevará
al muelle —le ofrezco. Sé que esto es una situación de mierda, muchachos, pero lo
lograremos.
—El yate estará aquí a las nueve de la noche —le digo a mis hermanos. Estén
fuera de las paredes de El Club, listos para moverse para entonces. Dejen atrás todo
lo que han traído, no podemos tener a Leviathan sabiendo que nos estamos
preparando para mudarnos. Esta es nuestra oportunidad de salir antes de que hayan
encerrado la isla. No lo estropeemos.
—Joder, puedo —sonrío. Vuelve a El Club. Vive por las próximas horas,
porque este lugar está a punto de estar muy atrás.
Así cómo llegaron, los hombres se alejaron, tambaleándose por los caminos
para no despertar sospechas. Solo Packer permanece detrás conmigo, de pie en la
costa rocosa de la isla.
—Sé directo conmigo, Dev —dice, mirando más allá de los rompedores—. ¿Qué
clase de oportunidad tenemos de salir de esta roca ilesos?
—Lo hago —asiente Packer con la cabeza. Sabes que te seguiré adondequiera
que vayas, Dev.
—Lo sé —le digo. Y te doy las gracias por eso. Ahora regresa y asegúrate de
que Jules esté lista para ir. Querrá asegurarse de que Logan se suba al yate cuando
llegue, pero no hay necesidad de decirle que todos estaremos subiendo, también.
Ella y Logan son prácticamente telepáticas. No podemos dejar que ninguna
conozca toda la verdad todavía.
—¿Cómo es que todavía está de pie? —Oigo una voz familiar, zalamera en voz
en voz alta.
Siento un fuerte suspiro a través de mis dientes cuando siento una jeringuilla
hundirse en el músculo de mi muslo. Antes de que pueda reunir una sola célula
para luchar contra mis agresores, el mundo se desdibuja en un torbellino enfermizo
antes de volverse negro a mi alrededor.
147
Capítulo 21
Logan
Doy una última mirada a mi habitación en El Club, luchando para evitar que
me trague completa. He aprendido mucho acerca de mí dentro estas cuatro paredes:
mi cuerpo, corazón, lo que quiero de la vida. Y tengo que agradecer a Devlin por
todo esto. O podría, si lo veo de nuevo, eso es.
Juliet está esperándome en el pasillo del hotel con Packer a su lado. Devlin
debe haber enviado a su VP como respaldo para asegurarse que realmente subo a
ese yate. Supongo que cualquier reunión con los hermanos desaparecidos ha
terminado. Tengo una curiosidad mortal acerca de lo que está pasando, pero sé que
es mejor no preguntar.
Juliet entrelaza los dedos conmigo mientras bajamos por los sinuosos pasillos
de El Club. Sabe lo difícil que esto es para mí, estoy segura. Confió en mi hermana
y la decisión conjunta de Dev de enviarme a casa implícitamente, pero desearía que
también mi intuición estuviera a bordo para su plan de acción. Por mucho que me
deshaga de las preocupaciones, hay un temor presente en mi intestino que algo
sobre toda esta situación es raro.
Juliet me lleva al muelle con Packer justo detrás de nosotras. Solo son las nueve
y la forma familiar y gigantesca del guardián de El Club, Titán, está iluminado por
una luz de linterna. Él gira su enorme frondoso rostro hacia nosotros mientras nos
acercamos. Y aunque lo recuerdo como jovial, sus rasgos son sombríos esta noche.
Miro por encima de mi hombro mientras el yate se desliza hasta el muelle. Una
docena de ansiosos jóvenes rostros se asoman desde la proa de la nave. Pensar que
alguna vez estuve entre su número… es incomprensible ahora. Estas chicas no son
las personas a las que pertenezco. Pertenezco al Circle of Death, con mi hermana,
con Devlin. Y aunque Juliet prometió encontrarme de nuevo, no puedo forzar mis
pies a dar un solo paso hacia el buque.
Mirando entre mi hermana y Packer, busco una onza de movilidad. Pero no.
Están fijos en su decisión. Con miedo creciente, me vuelvo a la pandilla de chicas.
No tengo otra alternativa que marcharme, tomar mis órdenes como un buen
soldado. Veo como Titán las conduce hacia adelante, para disfrutar una salvaje
noche entre los proscritos y ricachones. Pero justo cuando la manada está a punto
de pasar por delante de mí, siento una esbelta mano que se cierra alrededor de mi
muñeca.
La alejo ante el inesperado toque. Con cada nervio enrollado como un resorte,
lista para gritar. Pero cuando echo un vistazo a la chica quien se ha alejado de la
manada, mi boca cae abierta con desconcertada sorpresa.
—¿Emma? —exclamó, mirando a mi mejor amiga con nada menos que una
perplejidad absoluta—. ¿Qué… como estas…? 150
—Me sorprende que me hayas reconocido en esta reunión —dice Emma, con
una sonrisa que no le llega a los ojos. Lleva un minivestido ajustado color azul,
tacones por las nubes, su corto cabello rubio despeinado y sexy. Es un grito
bastante lejos de su aspecto habitual de pantalones salpicados de pintura y flojas
camisetas sin manga. Pero no es solo su ropa que me hace tambalear, es el extraño
hecho que de repente apareció en esta roca.
—No es que no esté emocionada de verte… pero ¿qué estás haciendo aquí? —le
pregunto, tomando sus manos en la mía.
Aquí Elliot. Si estás leyendo este, significa que Emma ha logrado encontrarte. Me
acerque a ella con este mensaje, sabiendo que sería capaz de llegar a El Club sin llamar la
atención. No pude enviar un correo electrónico o texto porque mi empresa observa mis
movimientos en líneas, así que fui a tu dirección esperando encontrar a alguien.
Seré breve: estas en un terrible peligro. Tu tarea como FootSoldier fue una trampa, de la
que me avergüenzo de haber sido parte. Fuiste enviada a mí por La Corporación Leviathan
para ser utilizada para tener influencia contra Devlin Vile en su continua búsqueda de
servicios de su club. Te eligieron basado en una serie de pruebas de personalidad que te fueron
administradas a través de un profesor comprado en tu escuela. Los resultados de las pruebas y
el tipo físico fueron considerados la perfecta combinación para la personalidad y preferencias
de Vile. 151
Leviathan te llevo a ti y Vile a The Club sabiendo que caería uno por el otro, y que
entonces podrían usarte para persuadirlo. Herirlo. Siento haberte llevado a esta terrible
trampa. Una vez estuve en tu lugar… engañada por Leviathan para destruir a un hombre por
el que llegué a preocuparme. Desde entonces, he sido cautiva de la corporación, obligada a
enviar a tantas chicas a destinos similares. Pero ya no más. Si puedo intervenir antes que
Leviathan te destruya, tal vez estaré a un paso más cerca del perdón por todo lo que he hecho.
Probablemente, me matarán por entregarte este mensaje. Probablemente lo merezco.
No estás a salvo en ninguna parte de esa isla. Leviathan es dueño de El Club en si, y de
todas las personas que allí trabajan. Utilizan El Club como un escenario para este tipo de
trampa. Atraen a las chicas de tierra firme de boca en boca, y las drogan en el paseo en bote.
¿Te diste cuenta de lo perdido que todo el mundo estuvo después de una o dos copas en el
viaje? Estos son hijos de puta sádicos. Tienes que irte, Logan. Huye y no mires atrás. Aún
puedes tener una oportunidad.
Buena Suerte… E.
—Soy Emma —dice mi mejor amiga a mi hermana—. Debes ser Juliet. Logan
me ha dicho… mucho de ti.
—¿Dónde está él? ¿Dónde está Dev? —pregunto con urgencia, apretando la
carta de Elliot en un apretado puño.
—Tu pequeña amiga lo tiene claro —nos dice finalmente Packer a las tres—.
Hay algo malo en esta roca. Devlin nos reunió esta mañana para decir lo mismo.
No solo eres tu quien subirá a ese yate, Logan. Todos lo estamos haciendo.
Saldremos en nuestro propio yate y regresaremos al cuartel.
—¿Por qué no me dijiste nada de esto? —pregunta Juliet, herida por la omisión
de Packer.
—Dev quería que Logan se mantuviera pensando que habían terminado —dice
Packer, evitando mis ojos—. Hay algunos hijos de puta de Leviathan aquí en El
Club quienes estaban amenazando con herir a Logan si Dev no cooperaba. Tenía
que parecer que Logan ya no estuviera unida a Dev, o de lo contrario cualquier
cosa podría haber sucedido. Y si iban a venir por Logan, habrías sido la siguiente,
nena. Tuvimos que mantenerlas en la oscuridad. Pero ahora ya sabes, y es hora de
moverse.
—Leviathan no está solo aquí en El Club —susurro, con los ojos muy
abiertos—. El Club pertenece a Leviathan. Si Devlin no está aquí, como dijo que
estaría, significa que ellos lo tienen.
Pero antes que él pueda escupir la última de sus palabras, estoy fuera como un 153
tiro. Dejo caer las maletas y la carta de Elliot sobre el crujiente muelle mientras mis
pies me llevan lejos de los hermanos reunidos, lejos del yate, lejos de cualquier
esperanza de una escapada fácil. Devlin está en alguna parte de esta isla, y se en mi
corazón que está en peligro.
—Sé que lo tienes —gruño a la cámara, sabiendo que en algún lugar Leviathan
está observando. Escuchando—. Tienes a Devlin en algún lugar en esta isla, y
quiero que regrese. Sé porque me trajiste aquí. Bueno, ahora me tienes. Haz tu
mierda.
—Pero hay otras personas que se mueren por conocerte primero —añade la
mujer a mi izquierda.
—Eso es lo que todos dicen. —La primera mujer suspira, chasqueando los
dedos a las otras.
En un instante, dos brazos sorprendentemente fuertes me tienen en un apretado
agarre. Apenas he separado mis labios para protestar cuando siento un dolor agudo
penetrando mi muslo. Una de las mujeres ha clavado una larga y brillante aguja en
el muslo. Trato de preguntar qué es lo que ha inyectado a mi sangre corriendo, pero
mi boca está demasiado floja. Los bordes de mi visión borrosa, y me siento deslizar
en una oscuridad, hueca oscuridad.
Podría jurar, mientras me desvanecía del mundo, que escuche la voz de Juliet
llamándome desde algún lugar en el bosque. Pero seguramente el sonido es solo un
fantasma, un sueño. Seguramente ella sabe lo suficientemente bien como para salir
de aquí mientras pueda. Al menos, eso es lo que espero.
155
Capítulo 22
Devlin
—El tiempo para eso acabó, señor Vile—dice una dulce voz que llena la
habitación.
—Temo que esto va a ser demasiado implacentero para ti—dice la voz de Klein
desde arriba. 157
—¿Qué va a ser…?—comienzo a preguntar, pero las palabras son expulsadas
fuera de mí mientras la puerta de la otra habitación se abre.
Tres empleadas mujeres de El Club están luchando por mover algo sobre el
umbral, o más bien, a alguien. Toma todo de las tres mujeres maniobrar el cuerpo
inmóvil que están arrastrando hacia la celda. Sé de inmediato de quién puede ser
ese cuerpo.
—No mucho. Aún—responde la voz de Klein—. Ella está sedada, justo como
tú lo estuviste.
—Ella debería estar muy lejos a estas alturas —gimo, mirando el precioso
rostro inquebrantable de Logan. ¿Cómo demonios se las arregló Leviathan para
capturarla? ¿Y qué iban a hacer, ahora que la tenían aquí?
—Entendí que ese era tu plan. —Klein se ríe—. Pero la señorita Farrah aquí
tenía otras ideas. Al segundo en que notó que no la acompañarías fuera de la isla,
ella se entregó a nosotros. Un gesto bastante conmovedor, en mi opinión.
—Maldita sea, Logan —me quejo, mis dientes apretados. La culpa corre a mi
acelerado corazón. A pesar de mis mejores esfuerzos de conducirla lejos, ella aun
así vino hacia mí en mis momentos difíciles. ¿Qué hice alguna vez para merecer esa
clase de lealtad?
—Tú te provocaste esto a ti mismo, señor Vile —me dice Klein sobre los 158
altavoces—. Y a ella, también.
Miro mientras Mike y Jim rodean el cuerpo de Logan, enrollando sus mangas e
intercambiando miradas cómplices. Me siento como si fuera a enfermarme cada
vez que sus ojos vagan sobre su caída forma. Ellos no pueden hacer esto. No puedo
dejar que hagan esto.
—Es demasiado tarde para eso. —Suspira Klein—. El tiempo para acuerdos ha
pasado, señor Vile. Esto ya no es para intentar persuadirte. Es simplemente para
castigarte.
—Por supuesto —responde Klein—. Has lo que harás con ella. Solo recuerden
tomar turnos, chicos. No alejes la mirada ahora, señor Vile. Saca tus ojos, y ellos
solo avanzaran y la matarán inmediatamente. Vamos, ahora. No arruines la
diversión de todos.
Un lamentoso rugido sin palabras se eleva fuera de mí mientras Jim y Mike
bajan sobre el cuerpo de Logan. Y por primera vez en mi vida, entiendo lo que
significa sentirse completa y puramente inútil.
159
Capítulo 23
Logan
Desde algún sitio muy alejado, un sonido nada parecido a cualquier cosa que
hay oído alguna vez suena. Es un llanto de profunda desesperación que me alcanza
a través de la pesada oscuridad, sacudiéndome fuera de mi profundo ensueño
infinito. Me siento a mí misma ascender, de regreso al mundo de la vida. Sombras
y colores comienzan a flotar ante mis ojos pesadamente caídos. Sonidos y
sensaciones se hacen conocidos para mí: la fría y dura superficie debajo de mí, el
murmullo de voces masculinas, el penetrante brillo de luces fluorescentes. Y por
supuesto, el agudo y furioso llanto que me arrastró de regreso de la profundidad.
—No quiero follarla después de que la dejes toda pegajosa —insiste una voz
encima.
Mis dos asaltantes se reúnen con sus palabras, precipitándose hacia mí una vez
más. Insegura de cómo manejarlos a ambos a la vez, dudo. Ellos me taclean hacia
el frío suelo, clavando mis hombros al suelo. Peleo contra sus fuertes brazos
mientras el pánico amenaza con sobrepasar mi mente.
—Olvídate sobre quién va primero. Ella tiene suficientes agujeros para ambos
—gruñe el rubio, balanceándose a sí mismo encima de mí mientras desabrocha su
cinturón.
—Mejor le sacaré algunos dientes primero. Odio una chica que tiene
demasiados dientes. —Sonríe su amigo, levantando un puño sobre su cabeza.
Pero su fanfarronada solo sirve para distraerlos. Llevo mi rodilla arriba hacia la
entrepierna del rubio. Él rueda a un lado, su boca abierta en un silencioso aullido
torturado. Me tambaleo a mis pies, sacudiéndome con rabia y terror. Oscuras y
largas mechas caen a través de mi campo de visión mientras la hebilla de metal se
sale de mi cabello.
Miro abajo a los hombres caídos, su sangre haciendo un charco sobre el frío
suelo debajo de ellos. Aún están vivos, sangre espumando sobre sus
conmocionados labios. Pero dudo que ellos puedan soportar mucho más. Pesado
silencio llena la pequeña habitación, roto solamente por el estruendoso latido de mi
propio corazón. Aunque solo he actuado en desesperada defensa propia, una frase
se desplaza a través de mi mente una y otra vez:
Mientras los dos hombres a mis pies caen en silencio, me las arreglo para girar
mis ojos arriba hacia Devlin una vez más. Él me mira con ojos amplios en
asombro. Él es incapaz de asimilar la escena reproduciéndose frente a él. Y eso nos
hace dos.
—Estás muerta, niñita —dice la voz desde encima. La dulzura de su voz solo
hace su promesa más escalofriante—. Te mataré yo mismo, así que ayúdame…
Pero mis palabras se me escapan por uno ruidoso lamento ensordecedor, 164
alguna clase de sirena. Una alarma. Retrocedo mientras cada puerta a lo largo del
pasillo se abre, la de Devlin incluida. A todo mi alrededor, sucios cuerpos se
tambalean fuera de las ahora abiertas puertas, sus rostros escépticos. Parece que
Leviathan tiene un hábito de tomar cautivos. En algún sitio en lo profundo de mi
mente, recuerdo que este lugar solía ser una prisión para criminales locos. Un lugar
perfecto para que la Corporación Leviathan aloje a sus rehenes.
165
Capítulo 24
Voces gritando, calor hirviendo y cuerpos tambaleándose nos rodean por todos
lados cuando llegamos a la planta baja de El Club. Corriendo hacia la salida más
cercana, finalmente podemos ver la causa de todo el caos, la razón por la cual las
alarmas han estallado por todo El Club. Un incendio ha estallado en el piso del
casino, y solo parece que se está extendiendo.
—Lo que sea que hagas —dice, echando una mirada a mí a través del aire
engrosado por el humo—, no me sueltes la mano.
Justo cuando el calor del fuego que invade amenaza con abrumarnos, Devlin y
yo salimos disparados al aire libre del bosque. Con los pechos agitados, nos
detenemos el tiempo suficiente para hacer balance de la situación. Las alarmas de 166
incendio cortaban el aire ahumado, mezclándose con gritos asustados de los
clientes y empleados de El Club por igual.
—¡Todas las salidas de El Club han sido selladas! —exclama una mujer con un
bikini dorado—. A la gerencia no le importa una mierda si hay gente todavía
dentro.
—¡Titán! ¡Emma! —grito, corriendo hacia el muelle hacia mi amiga con Devlin
a cuestas.
—¿Por qué todavía estás aquí? —exijo, agarrando sus esbeltos hombros—
.¿Dónde están los demás?
—Se separaron del grupo para ir a buscarlos —me dice Emma—. Dijeron que
tenían un plan para sacarlos.
—Las puertas han sido selladas —respiro, mirando con impotencia a Devlin—.
¿Y si siguen allí?
Antes de que Devlin pueda responder, Emma deja escapar un grito de alivio,
señalando a través del agua negra del Atlántico.
—¡Están de vuelta! —dice, agarrándose a mi brazo—. ¡Han vuelto!
Devlin, Titán y yo levantamos la vista para ver dos faros cortando la espesa
oscuridad del mar. Las órbitas gemelas crecen más grandes como una lancha
grande ruge hacia el muelle. Los millonarios en pánico se abrazaron para ver el
barco, esperando una salida de la isla en llamas. Pero los hombres de este bote
salvavidas solo tienen ojos para nosotros.
—¡Dev! —grita Lobo, de pie en la proa del bote—. ¡Date prisa hombre!
—No sabemos cuánto tiempo tenemos..., Jesucristo, ¿qué está pasando ahí
arriba? —pregunta León, entrecerrando los ojos al fuerte en llamas desde su lugar
junto a Lobo.
—Dijo que tenía un plan para... fumar a todo el mundo fuera del Club —
agrega Chip, con los ojos muy abiertos mientras se da cuenta de las implicaciones
de sus palabras.
168
—Tenemos que volver por ellos —le digo a Devlin, agarrándolo de la mano y
tirando de él contra la marea de cuerpos que se alejan de El Club. Puedo decir que
está indeciso, pero yo no lo estoy—. Dev, mi hermana podría estar dentro de ese
edificio —le digo con firmeza—. Todo porque ella vino a buscarme. No voy a dejar
esta isla sin ella.
—Devlin, tenemos que salir de aquí —insiste Xan desde la cubierta del barco—
. Nos estamos quedando sin tiempo.
—No puedo irme sin Packer y Jules —les dice Devlin a sus hermanos—. Solo
paren aquí mientras volvemos a mirar…
Mi mejor amiga asiente y acepta la mano de Dean, subiendo al bote con Titán
sobre sus talones. El resto de los hombres y las mujeres en el muelle se alejan de la
matanza de armas de los MC hombres sostienen señalando a ellos.
Nos estrechamos las manos y cuadramos los hombros al club humeante. Pero
justo cuando nos movemos para dar nuestro primer paso, una risa
repugnantemente dulce resuena a través del muelle. De las sombras del bosque, la
figura de un hombre delgado emerge, sus gafas gruesas brillando en los faros de
nuestro barco de escape. Iluminado por el resplandor en crecimiento de El Club,
169
avanza hacia nosotros. Y tampoco está solo. A su paso, una docena de fornidos
hombres, silenciosos y amenazadores, cada uno armado con rifles de asalto de
grado militar. Los otros clientes asustados renuncian a sus intentos de abordar
nuestro barco en un abrir y cerrar de ojos y corren hacia los bosques oscuros. Mejor
de pie que acribillado con balas.
—No quiero más derramamiento de sangre esta noche —dice Devlin, dando
un paso para bloquearme de la línea de armas de asalto apuntando directamente a
nosotros—. Solo queremos que Packer y Juliet regresen, y nos pondremos en
camino.
—Packer y Juliet… —el hombre llamado Klein reflexiona—. ¿Sería ese rubio
fornido hombre de tus conocidos y la mujer rubia saldada a su lado?
—Me temo que no será posible —dice ligeramente. Siento mi sangre correr fría
mientras continua, sus manos entrelazadas detrás de la espalda—. Fue un buen
plan, comenzando ese fuego en el casino. Fuiste capaz de salir de sus celdas, justo
como lo planearon. Dudo mucho que tus dos amigos sean tan impermeables a las
llamas como estos muros de piedra. Nos aseguramos de encerrarlos dentro antes de
sellar las salidas. Muy considerado de ellos, para construir su propia pira funeraria.
—Ve bajo cubierta —me ordena Devlin. Es una orden que no dudo en seguir.
Corro hacia abajo mientras desgarramos la costa, disparos lloviendo todavía sobre
nosotros. Emma esta acurrucada, llorando de miedo. Llevo los brazos alrededor de
mi mejor amiga, empujándola apretadamente contra mi pecho. Estoy demasiada
ida, demasiado sorprendida para llorar. Sé que el torrente está llegando, pero
mientras Ella siga en peligro, tengo un trabajo que hacer que me distrae de mi
propia angustia. La protegeré, verla a salvo de regreso en la orilla. Todavía puedo
proteger a alguien que me importa esta noche.
Seguimos navegando, atravesando las altas olas del Atlántico. Por fin, los
disparos cesan. Solo entonces confío en que realmente hemos escapado del alcance
El Club. Al menos, por ahora. Superada, Emma se hunde en un turbulento sueño,
su diminuta forma encrespada contra la mía. Y cuando el movimiento del barco se
estabiliza, también me permito dormir. Esta vez, sin embargo, ni siquiera me
molesta en rezar para despertar de la escena de pesadilla de esta noche.
Me sacudo del superficial sueño, cada musculo dolorido. Los oscuros ojos de
Devlin se ciernen justo ante los míos, llenos de preocupación y angustia. Titán está
a su lado listo para cuidar de Emma. Suavemente agito a mi amiga despertando,
alisando su cabello rubio mientras se levanta de su sueño.
—Es cierto, ¿no? Lo que nos dijo Klein —susurro, alzando los ojos a Devlin.
—No podemos estar seguros —dice, con la mandíbula apretada—. Pero puedo
sentirlo en el estómago, Logan.
Llevo mis brazos alrededor de los hombros de Devlin, apretándolo hacia mí.
Estamos de pie juntos en el muelle, el cielo iluminado encima. Un nuevo día está
amaneciendo, el primero de haber escapado de las garras de Leviathan, de El Club.
Pero cualquier sentido de victoria se ha desvanecido… asesinado junto a nuestros
hermanos y hermanas. Regresando a nuestra nueva vida juntos de suponía que
sería gozoso, revelador. Pero ahora, está lleno de tragedia.
—No —digo con ferocidad, cogiendo su rostro en mis manos—. Esto es culpa
de Klein. Culpa de Leviathan. No tuya.
—Lleve a mis hermanos al peligro. Nunca debería haberlos llevado a esa roca
—continua, mirando fijamente a través del agitado mar.
—Hiciste todo lo que podías para llevarlos con seguridad a casa —susurro con
ferocidad.
—Packer. Jules —dice con tristeza, incapaz de pronunciar sus nombres sin
dolor.
—No hay otro lugar en el que quiera estar —le digo con ferocidad—. Ahora
más que nunca.
Devlin lleva sus labios a los míos, besándome fuerte y profundamente.
Nuestros corazones están destrozados, nuestro futuro incierto. Pero a través de
todo el peligro, la destrucción, el terror y la rabia, nos tenemos uno al otro. Y
encontraremos una manera de seguir viviendo… por aquellos que hemos perdido,
por nosotros mismos, y lo más importante, por los demás.
173
Epílogo
—¿Cómo les fue? —pregunto, envolviendo mis brazos alrededor del torso duro
de Devlin.
—El resto de las secciones están bastante sacudidos por lo que Leviathan trató
de sacar con nosotros —dice Leon, mientras nos dirigimos a la casa club.
Me inclino un poco más cerca de Devlin, feliz de considerarme una parte del
“nosotros” que es el Circle of Death. Después de que escapamos de El Club y
volvimos aquí, finalmente pude ver la historia del engaño del Leviathan. Emma me
contó todo lo que sabía antes de devolverse a Boston. Después de rechazar la tarea
de FootSoldier, Elliot Simmons siguió a Emma y le dijo todo lo que pudo. Las
manos de Elliot habían estado atadas por Leviathan durante mucho tiempo; la nota
de advertencia que envió junto con Emma era la extensión de lo que podía hacer
por mí. Desde que volví al continente, he visto un montón de entradas de blog y
artículos que informan de que Elliot ha desaparecido. Solo puedo esperar que
finalmente escapara de las garras de la Corporación, que aún no la han alcanzado.
Devlin y yo entramos en la casa del club, fuera del frío aire de la tarde. De
inmediato me siento aliviada. Segura dentro de estas paredes. Solo han pasado
unos meses, pero la casa club del Circle of Death ha llegado a sentirse más como en
casa que en cualquier lugar que he vivido. La sólida barra de roble, las amplias
planchas de madera y las paredes de ladrillo al descubierto, las filas y filas de 175
botellas de licor y el puñado de caras conocidas por todas partes me sirven para
tranquilizarme. Nunca he entendido antes de este verano lo que Juliet debe haber
visto en la forma proscrita, pero ahora sé muy bien por qué eligió esta vida para
ella.
El memorial que celebramos para Packer y Juliet fue más pequeño, más íntimo.
Nunca recuperamos sus cuerpos de El Club quemado que se convirtió en su tumba.
No había manera de que pudiéramos volver a esa roca para buscarlos después de
nuestra fuga. Pero aunque no tenemos ninguna prueba física de su muerte, todos
sabemos en nuestros corazones que se han ido. Durante un par de semanas después
del incendio, todos albergamos la esperanza tácita de que el par surgiera en alguna
parte, habiendo escapado por su cuenta. Pero esas esperanzas se disiparon a
medida que pasaban las semanas. Tuvimos un pequeño servicio para ellos en el
muelle de la sede, solo yo y los seis miembros sobrevivientes del Circle of Death.
No me molesté en informar a mis padres sobre el evento. Para ellos, Juliet ha
estado muerta por años.
—Vamos a tener una ronda en la casa, Xan —dice Devlin, reuniendo a los
miembros del MC—, culos dulces, y un puñado de regulares prospectos.
—Por ellos —repite el grupo reunido, drenando sus vasos con vigor. Voces
llenas de sorpresa llenan el bar mientras sonríen por las caras que me rodean.
Estamos afrontando las angustias y las penurias, pero también podemos hacerlo
con las sonrisas en la cara y el whisky en el estómago.
—Más que nunca —le aseguro, tomando un trago de cerveza—. ¿Aún estas
contento de que yo viniera?
Para el momento en que la medianoche rueda alrededor, la casa club del Circle
of Death está repleto de alegría, energía salvaje. Las voces borrachas gritan y
claman como viejos amigos y nuevas aventuras de recuento, llamadas cercanas, y
cuentos hilarantes de altos y secuestros por igual. La bebida fluye como el agua, y
la música baja por el aire. Todo el mundo está tan envuelto en el espíritu de fiesta
que nadie se da cuenta, ya que Devlin me levanta de mis pies y todo menos me
lleva de la casa club.
Doy enormes tragos de aire salado de la noche, saboreando el frío de ella
contra mi piel enrojecida. Al abrir mis brazos al cielo nocturno estrellado, me siento
liviana y libre, desembarazado por primera vez en meses. Devlin tiene razón.
Tenemos que seguir viviendo, seguir creciendo. Es lo que los que perdimos
hubieran querido para nosotros.
—La vida fuera de la ley te queda bien. —Devlin sonríe, agarrando mis caderas
por detrás.
Planto mis pies en el suelo, extendiéndome hacia abajo para correr mis manos
a lo largo de la larga y dura polla e Devlin. Un gemido se eleva en mi garganta
mientras lo tomo en mis manos. Pero antes de que pueda abrir la hebilla del
cinturón, Devlin me coge las muñecas, obligándome a encontrar su mirada.
—De espaldas —me dice. Me doy la vuelta de inmediato, dejando que mis
piernas se abran cuando él se arrodilla sobre mí, su cuerpo asombroso erizado de
lujuria. Devlin baja hacia mí, trayendo sus labios a la tierna piel de mi garganta—.
Quédate perfectamente quieta —murmura—, lo digo en serio.
—Estás siendo tan buena. —Sonríe, alzando sus ojos a los míos.
Nos volcamos al borde juntos, viniéndonos duro y fuerte. Devlin me llena con
su felicidad creciente como la sensación irradia a los mismos bordes de mi cuerpo.
Nos juntamos, pasamos y nos sentimos saciados, al menos por esta noche. Me
empuja hacia él, apretándome la espalda contra su pecho. Poco a poco, nuestra
respiración se iguala. Nos las arreglamos para volver a nuestros sentidos una vez
más como el sueño se arrastra adentro para demandarnos por algunas horas.
Es tan tranquilo aquí, lejos de la bulliciosa ciudad que dejé atrás. El único
sonido más allá de nuestras paredes es el estrellarse de las olas contra la orilla.
Nunca supe que podría estar contenta con una vida tan renegada. Pero entonces,
nunca conté con conocer a nadie como Devlin Vile.
—Yo solo... quería decirte gracias, Dev —susurro, entrelazando mis dedos con
los suyos.
180
—¿Por qué? —pregunta él, su aliento caliente contra mi garganta.
—No tienes que agradecerme nada de eso —dice, volviendo mi rostro hacia el
suyo—. Nunca podría haber sido de otra manera, una vez que nos conocimos.
Estamos construidos el uno para el otro. Nada nos puede mantener alejados. Y
nada podría cambiar lo que tenemos.
—Bueno, todavía así. —Sonrío, trazando las líneas de su tatuaje Diabolus con
la punta de mi dedo—. Todavía me siento muy afortunada de haberme encontrado
contigo, loco hijo de puta.
—Sé que es una locura decirlo, con todo lo que hemos pasado ya —dice, de
repente serio—. Pero me has hecho más feliz de lo que he estado en mi vida.
Espero que lo sepas, Logan.
—Lo hago —le digo, es la verdad—. Me siento igual. —No tiene sentido, pero
no pienso cuestionarlo tanto.
—No sé a dónde va esto, tú y yo —continúa. —Nunca me había sentido así
antes, con nadie. Pero estoy dispuesto a entenderlo a medida que avanzamos.
—Eso es todo lo que quiero —le aseguro—. Tú eres todo lo que quiero.
FIN 181
Sobre las Autoras
Celia Loren
Ella es una autora de Romance Contemporáneo. Siempre ha sido una ávida
lectora y al crecer devoraba libros. Ahora pasa su tiempo escribiendo historias de
romance que siempre quiso leer. Ella integra su increíble imaginación, inigualable
ética de trabajo, y traviesa personalidad a la mezcla.
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Colleen Masters
Creció en Central Jersey y estudió Teatro e Inglés en la Universidad de
Monmouth. Su sueño siempre ha sido hacer de la escritura su profesión, así que se
mudó a NYC hace años y se puso a trabajar en ello para hacer su sueño realidad.
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