Modulo 1 Ubicacion Geografica e Historia 1

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Curso Virtual de Contenidos Básicos

Proceso de Selección para Curso de Oficiales 2022

Secretaría de Selección e Ingresos


Instituto Superior de Seguridad Aeroportuaria
POLICÍA DE SEGURIDAD AEROPORTUARIA

Material de Estudio

1
MODULO I

UBICACIÓN GEOGRÁFICA
E HISTORIA
DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

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UBICACIÓN GEOGRÁFICA DE LA ARGENTINA

Conceptos Básicos
1.- Puntos Cardinales
En un sistema de coordenadas geográficas, el eje de las ordenadas estaría descrito por
la línea Norte–Sur, que se corresponde con el eje de rotación terrestre.
Los puntos cardinales son los cuatro sentidos que conforman un sistema de referencia
cartesiano para representar la orientación en un mapa o en la propia superficie
terrestre.
El Norte es la dirección que lleva hacia el punto imaginario del eje de rotación terrestre
ubicado en el Océano Glacial Ártico (Polo Norte).
El Sur es la dirección que lleva hacia el punto imaginario de rotación terrestre ubicado
en el Continente Antártico (Polo Sur).
La línea Éste-Oeste es perpendicular a la línea Norte-Sur.
El Este, que viene señalado por el lugar aproximado donde sale el sol cada día (en
nuestro caso, en verano).
El Oeste, el punto indicado por la puesta del sol en su movimiento aparente (también
en nuestro caso en verano).
Esta composición genera cuatro ángulos de noventa grados que a su vez se dividen por
las bisectrices, generando Noroeste, Sudoeste, Nordeste y Sudeste. Se repite la misma
operación y se obtiene la Rosa de los Vientos, que es usada en navegación desde
tiempos ancestrales.

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2.- Paralelos y Meridianos
Los meridianos y paralelos son conceptos geográficos que consisten en líneas
imaginarias que se utilizan para orientarse en la superficie de nuestro planeta, y sirven
para ubicar cualquier punto en su superficie.

Los meridianos son las líneas que forman semicircunferencias máximas imaginarias de
un globo planetario que pasan por los Polos Norte y Sur. Son líneas imaginarias cuya
utilidad principal es poder determinar la posición en Longitud (es decir este-oeste) de
cualquier lugar de la Tierra respecto a un meridiano de referencia o meridiano 0
(también llamado meridiano de Greenwich). Los meridianos se encuentran separados 1
grado entre sí, de forma que el globo planetario queda dividido en trescientos sesenta
"grados". Como todos los meridianos convergen en los polos, no son líneas paralelas, si
no que más bien dividen a la tierra en “gajos”.
Los grados (°) luego se subdividen en 60 minutos (') y cada minuto en 60 segundos ('').
Existen varias maneras de medirla y expresar la longitud de un punto cualquiera:
Entre 0° y 360°, aumentando hacia el Este del meridiano 0° (el grado 360 coincide,
claro, con el grado 0).
Entre 0° y 180º indicando a qué hemisferio (Occidental o W —del inglés West, nombre
en este idioma del punto cardinal Oeste— u Oriental o E —punto cardinal Este—)
pertenece.

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Los paralelos son unas líneas imaginarias circulares que se utilizan en las coordenadas
geográficas para determinar la latitud de un lugar, es decir, qué tan lejos se encuentra
ese punto del Ecuador. La latitud va de 0° (ecuador) a 90° (polos) y puede ser Norte o
Sur. A su vez los grados se dividen en minutos (') y estos en segundos ('').
Existen cinco paralelos principales que reciben un nombre particular:
- Ecuador, (latitud 0°). En el Ecuador el Sol culmina en el cenit en el equinoccio de
primavera y de otoño.
- Trópico de Cáncer (latitud 23° 27' N). Es el paralelo más al Norte en el cual el Sol
alcanza el cenit. Esto ocurre en el solsticio de junio.
- Trópico de Capricornio (latitud 23° 27' S). Es el paralelo más al Sur en el cual el Sol
alcanza el cenit, es decir, el punto más alto de su elevación sobre el horizonte. Esto
ocurre en el solsticio de diciembre.
- Círculo Polar ártico (latitud 66° 33' N = 90° - 23° 27'). Es el paralelo más al Norte en
el cual tienen lugar la noche polar y el sol de medianoche en el hemisferio Norte.
Estos eventos ocurren en los solsticios de invierno (diciembre) y verano (junio)
respectivamente.
- Círculo Polar antártico (latitud 66° 33' S). Es el paralelo más al Sur en el cual tienen
lugar la noche polar y el sol de medianoche en el hemisferio Sur. Estos eventos, en
el círculo polar antártico, ocurren en los solsticios de invierno (junio) y verano
(diciembre) respectivamente.

Entre los paralelos, que nos permiten ubicar la latitud norte o sur, y los meridianos, que
nos permiten ubicar la longitud este u o este, podemos ubicar cualquier punto de la
tierra con precisión.

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Por ejemplo, el Obelisco de la Ciudad de buenos Aires está a 34 grados 36 minutos 14
segundos, Latitud Sur y 58 grados 22 minutos 54 segundos de longitud, o simplemente
34°36′14″S 58°22′54″.

3.- Hemisferios
Dividiendo la Tierra en dos con el plano que define la línea del Ecuador, se obtienen los
hemisferios norte (o boreal o septentrional), y sur (o austral o meridional),
conformando dos mitades exactas del globo terráqueo.
Dividiendo la Tierra en dos con el plano que definen el meridiano de Greenwich
(longitud 0°) y su antimeridiano (180º) se obtienen dos hemisferios. Al hemisferio que
queda al oeste del meridiano de Greenwich, se le llama hemisferio occidental. Al
hemisferio que queda al este del meridiano de Greenwich se le llama hemisferio
oriental.

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Actividad propuesta: En un mapa, planisferio o globo terráqueo, señale a los principales
meridianos y paralelos.

Posición relativa de la Argentina


La República Argentina se halla enteramente ubicada en el cuadrante suroccidental, es
decir al sur del Ecuador y al oeste del Meridiano de Greenwich.
Es atravesada por el paralelo llamado “Trópico de Capricornio” en la porción
continental Americana y por el círculo polar Antártico en la porción Antártica.
Es un país bicontinental pues ocupa parte del continente americano y parte del
antártico. De acuerdo a este concepto, la Isla Grande de Tierra del Fuego ocupa la parte
media de la república.
Junto a la República de Chile, ARGENTINA ocupa el extremo sur del continente
americano, situación que algunos autores han definido como peninsular.
Actividad Propuesta: En un planisferio o globo terráqueo ubique el Continente
Americano, El sub-continente América del Sur, y el continente antártico.

Límites y fronteras
El “límite” es la línea que divide dos soberanías, es decir, un país de otro, o una
provincia de otra.
La “frontera” es una porción de territorio, de ancho variable que contiene al límite y
que comparten dos soberanías o países
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Los límites son siempre artificiales, ya que la naturaleza no pone límites sino que éstos
son dispuestos por la organización política de los estados. Muchas veces se seleccionan
elementos naturales para “apoyar” un límite pero si no hay en la naturaleza nada
contundente que sirva de límite se eligen paralelos, meridianos, puntos o líneas.
De acuerdo a lo expresado los límites se clasifican, según el elemento sobre el que son
trazados, en:
- Naturales: Ríos, Montañas, Mares u Océanos.
- Artificiales:
o Geodésicos: Paralelos y Meridianos
o Geométricos: Puntos y Líneas

Imaginemos que el país A y B son limítrofes. Entre ambos países se producen


intercambios e influencias políticas, de relaciones internacionales, económicas,
culturales, sociales.
Cuando las fronteras son permeables es común que en una faja a ambos lados del
límite se permita el libre tránsito de las personas y el intercambio de bienes y servicios;
en este espacio se tienden a integrar y fundir las costumbres, la vestimenta, el lenguaje,
etc. Esta área es el que denominaremos como frontera.
Mientras la influencia entre ambos países sea similar, las fronteras desarrolladas a
ambos lados del límite mantendrán el mismo ancho. Pero si uno de los dos países tiene
mayor “influencia” sobre su vecino, extenderá la faja de frontera más allá del ancho
normal.
La República Argentina limita: al norte, con Bolivia, Paraguay y Brasil; al sur, con Chile y
el océano Atlántico; al este con Paraguay, Brasil, Uruguay y el océano Atlántico y al
oeste, con Chile, separada por la Cordillera de los Andes.
La Antártida Argentina se halla comprendida entre el sector chileno, por el oeste, y un
sector pretendido por varios países, por el este.

Regiones Geográficas
Argentina presenta una gran variedad de regiones: la Pampa húmeda, la Pampa seca —
algunas veces consideradas como una única región llamada Región Pampeana—, las
Sierras Pampeanas, Cuyo, el Noroeste Argentino o NOA, La Región Chaqueña, la
Mesopotamia, la Patagonia y la Antártida.
Las riquezas naturales de la Argentina son inmensas. De acuerdo al más reciente
informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Argentina es el noveno país
(entre más de 150) con mayor riqueza y biodiversidad natural. En 2011, las Cataratas
del Iguazú (en la Provincia de Misiones) fueron consagradas como una de las Siete
Maravillas Naturales del mundo.

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El territorio continental argentino está situado entre la Cordillera de los Andes, el
Océano Atlántico Sur y el Continente Antártico.
En el país se pueden distinguir tres grandes zonas geográficas claramente diferenciadas:
La zona central y norte, de llanuras.
La zona sur, de mesetas.
La zona oeste, montañosa.
En el norte del país se encuentran regiones de vegetación densa; en algunos sectores la
misma es boscosa y en otros es selvática, compuesta por la Región Chaqueña y los
Esteros del Iberá; estas zonas de abundante vegetación se mezclan con otras extensas
zonas de palmares y pastizales. La región misionera es una región diferenciada, siendo
una prolongación de las sierras del Brasil, con serranías bajas pero accidentadas, de
clima subtropical, muy húmedo y vegetación selvática. El extremo noroeste del país
está ocupado por una región de meseta alta llamada Puna o Altiplano.
En el centro del país se encuentra la llanura pampeana, que se puede dividir en dos
regiones: Pampa húmeda y Pampa occidental o seca. Esta última tiene un clima más
continental. En la Pampa húmeda la Sierra de la Ventana y Tandilia (con un máximo de
altura apenas superior a los 500 metros sobre el nivel del mar) son los únicos
accidentes geográficos que quiebran la monotonía del paisaje y son los restos de una
cordillera muy antigua. La llanura pampeana es apta para el cultivo de cereales y
oleaginosas, así como también para la ganadería.
En el centro-oeste del país se encuentra la región de Cuyo, que está constituida por las
provincias de San Juan, Mendoza y San Luis, donde predomina un relieve montañoso,
serrano, con escasa vegetación.
En el sur del país (sector americano sin contar la Antártida Argentina) se encuentra la
Patagonia, una extensa zona de mesetas y serranías de origen precámbrico, que
comprende a las provincias de Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del
Fuego. La Patagonia es rica en hidrocarburos (gas y petróleo), como así también la
plataforma continental argentina, base del Mar Argentino, rico en especies como
merluza, salmón, etc. En la precordillera se encuentran yacimientos minerales de
distinta variedad, como uranio, plata, etc.
En el noreste y centro-este del país se ubican los ríos más importantes, que
corresponden a la Cuenca del Plata, la tercera cuenca en extensión del Hemisferio
Occidental. Los principales cursos fluviales de la mencionada cuenca son los siguientes:
Paraguay, Bermejo, Pilcomayo, Salado (del Norte), Uruguay y el más largo, el Paraná.
Los dos últimos avanzan juntos hasta encontrarse en el estuario del Río de la Plata.
Dicho estuario es el más grande del planeta y afluye en la sección del Océano Atlántico
que corresponde al Mar Argentino. La tierra que se encuentra entre ambos ríos es
llamada Mesopotamia y es compartida por las provincias de Misiones, Corrientes y
Entre Ríos.
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La Argentina tiene 4989 km de costas oceánicas en su sector americano. La zona del
océano Atlántico sobre la plataforma continental es inusualmente ancha y se la
denomina Mar Argentino, el cual cuenta con importantes recursos pesqueros e
hidrocarburíferos. Las costas que baña el mar varían entre zonas de dunas y
acantilados. La alternancia de corrientes frías de la Antártida y cálidas del Brasil permite
que la temperatura de las costas no descienda uniformemente con el descenso en la
latitud, sino que tenga variaciones.

División Política
El sistema federal argentino está conformado por sujetos políticos de existencia
necesaria: Las provincias, a las que se sumó en 1994 la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
Además de los territorios de las provincias forman parte del territorio nacional los
espacios marítimos y aéreos de jurisdicción federal.
Argentina extiende su soberanía sobre el mar adyacente a sus costas y de sus islas, así
como también sobre el lecho y subsuelo de las áreas marinas, sus recursos vivos y
minerales, y sobre su espacio aéreo marino.

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La Antártida
El 26 de abril de 1990, con la sanción de la Ley 23775, los hasta entonces territorios
nacionales conocidos como Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur pasaron
a convertirse en una nueva provincia argentina. En lo que respecta al denominado
“Sector Antártico Argentino”, la soberanía exclusiva se encuentra sujeta al régimen del
Tratado Antártico firmado en 1959 por el cual doce países signatarios, incluida la
Argentina, sostenían reclamos de esa naturaleza sobre distintos sectores del
“continente helado”. El Artículo IV del Tratado contiene una salvaguarda de las
reivindicaciones de soberanía respecto de la Antártida así como de sus fundamentos. La
Argentina es Parte Consultiva del Tratado Antártico, que fue ratificado en fecha
reciente y cuya secretaría permanente tiene sede en Buenos Aires desde el año 2004.

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Lo concreto es que ese tratado protege a la Antártida durante las próximas cinco
décadas, dado que los países firmantes se han comprometido a realizar estudios físicos,
meteorológicos, oceanográficos y biológicos pero no pueden realizar ninguna
explotación económica, ni atentar contra el medio ambiente.

La República Argentina tiene presencia y reivindica soberanía sobre el sector delimitado


por el paralelo 60º Sur y el Polo Sur, y los meridianos 25º y 74º de longitud Oeste. Estos
dos últimos corresponden a los límites extremos longitudinales de la Argentina: 74º
Oeste marca el punto más occidental del límite con Chile (el Cerro Bertrand, Provincia
de Santa Cruz) y el meridiano 25º Oeste corresponde a las islas Sándwich del Sur
(Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur). La superficie del
Sector Antártico Argentino es de aproximadamente 1.461.597 km², de los cuales
965.314 km² corresponden a tierra firme.

Los argumentos más potentes del reclamo argentino, tienen que ver con la posición
geográfica de contigüidad de la porción antártica respecto del extremo sur del país; la
continuidad geológica con nuestro territorio; la instalación y ocupación permanente de
bases destinadas a la actividad científica en ese suelo por más de un siglo; y la herencia
histórica desde la época de la colonización y exploración española. En la actualidad,
nuestro país administra trece bases o estaciones, seis son permanentes y operan todo
el año, mientras que las restantes lo hacen sólo durante los meses de verano.

HISTORIA DE LA REPUBLICA ARGENTINA

1. Etapa Precolonial
Antes de 1492 no existía en América ningún país tal cual los conocemos. El espacio
era ocupado por aborígenes; las culturas más avanzadas eran las Mayas, Aztecas e
Incas, que ocupaban América Central (las dos primeras) y la región central Andina
(los Incas).

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En el territorio que hoy corresponde a nuestro país, estos grupos se hallaban en
el actual noroeste argentino (NOA) y en la zona andina hasta el norte de
Mendoza. Tenían influencia incaica, eran sedentarios, construían sus hogares con
materiales perdurables y se dedicaban a la agricultura. Ejemplo de estas sociedades
son los Diaguitas, los Omaguacas y los Huarpes.
En cambio, ocupaban gran parte del territorio argentino, sobre todo el centro- este y
sur patagónico, pueblos nómades que se dedicaban a la caza, pesca y recolección de
frutos. Entre estos últimos encontramos a Tobas, Matacos, Pampas y Tehuelches.

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2. Etapa colonial
En 1492, Cristóbal Colón llegó a América. Sin duda, no "descubrió" el continente, pero sí
lo dio a conocer a Europa, que era un espacio de hegemonía mundial en ese momento
de la historia.
El descubrimiento del Océano Pacífico realizado por Balboa, en 1513, impuso la
necesidad de encontrar un paso (marítimo-oceánico) que uniera el Atlántico con el
Pacífico.
Es con esta finalidad que España orientó sus viajes hacia el sur. También necesitaba
contener la expansión de Portugal, que llegó hasta el Río de la Plata. La difusión de las
leyendas sobre las riquezas que había en la zona Del Plata alentó a la corona española
para intensificar la conquista de estas tierras. Se proyectó establecer una serie de

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ciudades que permitieran el camino a la zona del oro y de la plata (el Alto Perú, hoy
Bolivia), y a la vez sirvieron de barrera a las ambiciones portuguesas.
Se dieron tres corrientes colonizadoras:
- Corriente Rio de la Plata – Asunción: partían principalmente desde Asunción y lograron
fundar las ciudades de Buenos Aires, Santa Fe, Concepción del Bermejo y Corrientes.
- Corriente de Perú y Tucumán: partían principalmente de Perú y el norte de Chile y
lograron fundar las ciudades de Santiago del estero, Tucumán, Córdoba, Salta, La Rioja,
Jujuy y Catamarca.
- Corriente del Oeste: partían desde Chile y lograron fundar Mendoza, San Juan y San
Luis.

2.1. El Virreinato del Río de la Plata

Entre 1775 y 1776 los avances portugueses, y británicos sobre La Patagonia y Malvinas,
llevaron a que España decidiera separar una parte de los territorios dependientes del
Virreinato del Perú, estableciendo así el Virreinato del Río de la Plata con carácter
provisorio en 1776.
Este virreinato fue el más extenso de la América Española. Fue organizado
administrativamente por medio del sistema de intendencias. Los intendentes eran
nombrados directamente por el rey y cumplían funciones de justicia, hacienda, policía y
guerra.

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La economía rioplatense se basaba en la ganadería practicada en el litoral y Buenos
Aires. La ganadería atravesó distintas etapas:
• Difusión del ganado (hasta 1600): los primeros ganados fueron traídos por los
conquistadores, que rápidamente se reprodujeron por todo el territorio.
• Las Vaquerías (1600-1750): cuando el ganado de las ciudades comenzó a mermar,
comenzó la caza del ganado cimarrón (salvaje), tarea realizada por los gauchos, que
consistía en extraer solamente el cuero y el sebo, desaprovechando la carne.
• Las Estancias (1759-1810): permitieron un aprovechamiento más completo del
ganado, mediante la extracción del sebo y el cuero, pero sobre todo la salazón de
carnes.
Un papel fundamental cumplieron los Jesuitas en el Río de la Plata. Esta orden instalada
en el siglo XVII en nuestro territorio organizó grandes unidades económicas en las
cuales trabajaban cientos de indígenas. Practicaban la agricultura, explotación de la
yerba mate, el pastoreo y diversos oficios, que significaron un notable avance en los
lugares donde asentaban sus “misiones”. La orden fue expulsada del territorio en 1767,
y poco después fue disuelta por el papado (más tarde rehabilitada).
Tras la Revolución Francesa, Napoleón Bonaparte se lanzó a la conquista de gran parte
de Europa con el ejército francés. Como parte de esta estrategia bloqueó el tránsito de
productos de las colonias americanas a Europa. Sumado a esto Gran Bretaña había
perdido recientemente a su principal colonia, que se había independizado (Los Estados
Unidos de Norteamérica), por lo que realizó expediciones armadas a la América
española para romper el monopolio del comercio con España, y abrir estas tierras al
comercio inglés.
En 1806 y 1807 se concretaron dos invasiones inglesas en el Río de la Plata, pero el
pueblo de Buenos Aires se autoorganizó y resistió heroicamente, expulsando a los
invasores. Al hacerlo sin ayuda de España, la confianza en la fuerza de las autoridades
españolas se debilitó, y la idea independentista se fortaleció.
En los tres años siguientes, mientras que en España reinaba el caos a causa de la
invasión de Napoleón, los dos últimos virreyes que residieron en Buenos Aires (Liniers y
Cisneros) debieron enfrentar continuas conspiraciones revolucionarias independentistas
contra la corona española.

3. Etapa independiente
3.1. El proceso de la Independencia
La independencia fue el resultado de un extenso proceso en el cual los y las habitantes
del Río de la Plata tomaron conciencia de su propia identidad, sus valores, recursos y
posibilidades. Los orígenes de este desarrollo se encuentran en el siglo XVII (cuando se
debilitaron los lazos coloniales entre España y el Virreinato), y en el siglo XVIII (cuando

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los Borbones aumentaron el control sobre la colonia provocando el enojo de los
criollos).
Motivos para la independencia:
a- Postergaciones políticas y sociales de los criollos: los altos cargos de gobierno y las
posiciones de privilegio estaban reservados los españoles, no pudiendo acceder a ellos
los criollos (inmigrantes nacidos en nuestro territorio).
b- Problemas económicos: las economías regionales se veían perjudicadas por el
sistema de monopolio comercial con España. Los criollos pretendían comerciar
libremente con el extranjero.
c- Cuestiones ideológicas: Desde la Ilustración Europea y sobre todo cuando estalló la
Revolución Francesa (Siglo XVIII) se divulgaron nuevas ideas acerca de la igualdad, la
libertad y la soberanía del pueblo, incompatibles con el sistema colonialista.
d- Enfrentamiento entre las potencias europeas: España perdió supremacía, Francia
dominaba el continente europeo e Inglaterra tenía el control sobre los mares y gran
parte del mundo.
e- La situación política de España: el rey español Fernando VII fue obligado a renunciar
por Napoleón en 1808. Los españoles formaron Juntas encargadas del gobierno de las
regiones. Los criollos consideraron que al no existir el rey español tenían el derecho de
elegir su propia forma de gobierno.

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3.2. La Revolución de Mayo de 1810
A mediados de mayo, un barco inglés trajo la noticia de los últimos acontecimientos en
España. Al saber que había desaparecido la Junta Central española los criollos ya no
aceptaron la autoridad del rey y exigieron la reunión de un Cabildo Abierto para discutir
la formación de un nuevo gobierno. Finalmente, el 25 de mayo de 1810, luego de tres
intensas jornadas políticas, se formó la Primera Junta de gobierno patrio (denominada
oficialmente Junta Provisional Gubernativa). La mayoría de sus integrantes pertenecían
a los grupos militares (Cornelio Saavedra y Miguel de Azcuénaga) e intelectuales
(Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli) que habían preparado el
movimiento revolucionario. Se contaba también con la presencia de un representante
de la iglesia católica (Manuel Alberti) y de comerciantes españoles de importancia,
como Domingo Matheu y Juan Larrea, que podían gestionar la obtención de recursos
económicos y disminuir las quejas de los españoles en el Río de la Plata.

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3.3. Los primeros gobiernos patrios (1810-1820)
Los años que siguieron a la Revolución de Mayo fueron de gran inestabilidad política: se
estaba organizando un nuevo Estado y no se lograba concretar un acuerdo sobre las
formas de gobierno a adoptar. Después de la revolución de 1810, surgieron diferentes
ideas respecto de la forma en que debía organizarse el país. Desde la instalación de la
primera junta se sucedieron varios gobiernos: la Junta Grande (1810-1811), el Primer
Triunvirato (1811-1812), el Segundo Triunvirato (1812-1814) y Los Directorios (1814-
1820).
La declaración de la Independencia:
A comienzos de 1816 la situación era muy difícil para los patriotas. La contrarrevolución
de los realistas, leales a la Corona Española, avanzaba por todo el continente
americano. El gobierno de Buenos Aires convocó entonces a un Congreso en Tucumán,
donde el 9 de julio se declaró solemnemente la Independencia de las Provincias Unidas
del Río de la Plata.
En el Congreso de Tucumán se debatió también sobre la instalación de una república o
monarquía. Quienes preferían una monarquía argumentaban que un sistema de este
tipo lograría el rápido reconocimiento de la independencia por parte de las potencias
europeas; la instalación de una república, podría ser mal vista en las otras cortes
europeas por su vinculación a los ideales de la Revolución Francesa. Entre 1817 y 1820
la política del Directorio se encaminó a concretar este proyecto.

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3.4. La separación de las provincias, 1820-1829
En 1820, luego de la batalla de Cepeda, en la que las fuerzas federales dirigidas por los
caudillos artiguistas Estanislao López y Francisco Ramírez derrocaron al Partido
Directorial, centralista, se disolvió el órgano de gobierno central y Buenos Aires dejó de
ser la capital de Las Provincias Unidas del Rio de La Plata. En la mayoría de las antiguas
Intendencias comenzaron los procesos de organización que llevaron a la formación de
las actuales provincias, donde los caudillos de la zona, personas influyentes, fueron
elegidos como gobernadores. Algunos se habían destacado en la defensa de las
fronteras o la lucha por la independencia. Otros eran importantes hacendados,
convertidos en comandantes de milicias. Partidarios de las ideas federales, pretendían
un gobierno central que respetara las autonomías de las provincias: que cada una
pudiera elegir a sus propios gobernantes y manejar los recursos económicos de sus
territorios. Entre los caudillos más representativos se encuentran: José G. Artigas (líder
de la Banda Oriental y Entre Ríos), Francisco Ramírez (Entre Ríos), Estanislao López
(Santa Fe), Juan B. Bustos (Córdoba), Facundo Quiroga (La Rioja), Manuel Dorrego y
posteriormente Juan Manuel de Rosas (Buenos Aires).
Durante todo este período de separación de las provincias, se establecieron diferentes
tratados y pactos interprovinciales con el fin de aunar diversos objetivos políticos y
económicos. Entre los más importantes, podemos mencionar:
• Tratado de Pilar (23 de febrero de 1820): este tratado estableció la paz entre
Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. Invitaba a las provincias a reunirse en un Congreso
en San Lorenzo (Santa Fe) y declaraba la libre navegación de los ríos.
• Tratado de Benegas (24 de noviembre de 1820): este tratado puso fin a las
hostilidades entre Buenos Aires y el Litoral. Estableció también la reunión de un
Congreso en Córdoba y cancelaba así lo dispuesto en el Tratado del Pilar. Buenos Aires
debía pagar como recompensa económica a Santa Fe 25.000 cabezas de ganado. El
hacendado Juan Manuel de Rosas se hizo cargo de la obligación de reunirlas, pagando
su costo el gobierno de Buenos Aires.
• Tratado del Cuadrilátero (25 de enero de 1822): se firmó entre Buenos Aires, Santa
Fe, Entre Ríos y Corrientes, para poner fin a los conflictos armados, conciliar intereses
económicos y defenderse de la amenaza que representaba la presencia portuguesa en
la Banda Oriental. En relación con la organización nacional, se determinaba no concurrir
a la reunión del congreso de Córdoba prevista en el tratado de Benegas, pero quedaba
abierta la posibilidad para la reunión de un futuro Congreso general. Se aceptaba la
libre navegación de los ríos.
En 1824 se inauguró el Congreso Constituyente en la provincia de Bs. As. El mismo, dictó
en 1826 la Ley de Presidencia que establecía un gobierno unificado y el nombramiento
de B. Rivadavia como presidente y la Ley de Capitalización, por el cual gran parte de la
provincia de Bs. As. se convirtió en capital nacional.

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El Congreso también sancionó la Constitución de 1826, que establecía la forma
Representativa y Republicana bajo la unidad de régimen (mediante el cual los
gobiernos provinciales quedaban bajo la total dependencia del Presidente de la
Nación).
Rivadavia llevó a cabo un plan de reformas con el fin de crear un estado moderno, y
para eso necesitaba mejorar la situación financiera, política, militar y cultural del país.
Sus reformas estaban influenciadas por el liberalismo: libertades políticas, garantías de
la propiedad privada, incorporación al mercado mundial y limitación del poder de la
Iglesia.
Su política económica se orientó a sostener la expansión de la ganadería, y por eso
aplicó el sistema de enfiteusis, por el cual el gobierno bonaerense entregó importantes
extensiones de tierras públicas en arrendamiento de largo plazo o perpetuidad a ricos
propietarios.
También endeudó fuertemente al país con la banca extranjera, mediante el empréstito
Baring, acercando al país a los intereses de dominio mercantil ingleses. Rivadavia
renunció a la presidencia en 1827.

3.5. Unitarios y Federales


Desde 1810 un problema constante fue la forma de organización política del estado. En
relación a esto existieron dos posturas diferentes, cuyo enfrentamiento ha
caracterizado la política argentina hasta nuestros días.
1- Régimen centralizado o unitario: sus partidarios querían organizar el país con un
sistema liberal y centralizado. Querían transformar la cultura económica, social y
política del país de acuerdo con los ideales del liberalismo político y económico.
Defendían un gobierno central fuerte que administraría las provincias. Consideraban
esencial dictar una constitución.
2- Régimen descentralizado o federal: sus partidarios querían organizar el país en
varios estados menores autónomos. Rechazaban el sistema liberal y centralizado.
Querían conservar las estructuras económicas, sociales y políticas del país. No
consideraban una necesidad la redacción de una constitución, antes optaron realizar
pactos interprovinciales.
Las ideas unitarias tuvieron mayor éxito en Buenos Aires y las federales en las
provincias.
Ambos sectores formaron bloques provinciales, que se mantuvieron enfrentados por
muchos años.
1- Liga unitaria: fue formada en 1830 bajo la hegemonía del líder militar José María
Paz entre las siguientes provincias: Córdoba, La Rioja, Mendoza, San Juan, Catamarca,
Santiago del Estero, Tucumán y Salta. Conformaron una alianza ofensivo-defensiva y se
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comprometieron a no realizar tratados unilaterales y establecieron como objetivo
común la constitución del estado nacional y la reunión de un congreso. Esta Liga se
formó después que dos revoluciones derrocaran a las autoridades legítimas; en Buenos
Aires el General unitario Juan Lavalle destituyó y fusiló al gobernador Manuel Dorrego,
federal; y en Córdoba, el General José María Paz (unitario) derrocó al gobernador Juan
Bautista Bustos (federal) tras vencerlo en la batalla de San Roque.
2- Pacto Federal: fue firmado en 1831 entre Buenos Aires, Santa fe, Entre Ríos y
Corrientes. Desde entonces, el poder político lo tuvo el gobernador de Buenos Aires,
Juan Manuel de Rosas, quien era el líder del partido federal. La guerra civil fue cruenta y
violenta. Las provincias conformaron una alianza ofensivo-defensiva para auxiliarse
militarmente. Adoptaron la forma republicana y federal. Establecieron la libertad de
navegación de los ríos interiores entre las provincias y acordaron la reunión de una
comisión representativa.

3.6. La época de Rosas (1829-1852)


Rosas gobernó la provincia de Buenos Aires en dos períodos: 1829-1832 y 1835-1852, y
se convirtió en la figura de mayor relevancia política del país. La Sala de Representantes
(Poder Legislativo Provincial) le otorgó Poderes Especiales que daban más atribuciones
al Poder Ejecutivo, en tanto las provincias le delegaron el manejo de las relaciones
exteriores. Durante su segundo gobierno también la Sala de Representantes le otorgó la
“suma del poder público”, lo que implicaba que se mantenía la división de poderes del
Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) pero el Ejecutivo podía tomar decisiones sin
consultar a los otros poderes. Rosas reestableció el orden en Buenos Aires e impuso su
hegemonía sobre el resto de las provincias, sobre todo cuando los ejércitos federales
derrotaron al ejército unitario. Luego de la derrota del General Paz, las provincias de la
liga unitaria se adhirieron al pacto federal.
En lo político, Rosas consideraba que todavía no era necesario dictar una Constitución,
sino simplemente establecer Pactos Interprovinciales.
En lo económico, no aceptaba nacionalizar los ingresos que generaban las rentas de
aduana en Buenos Aires.
En lo ideológico, Rosas consideraba que el gobernante ideal era el autócrata paternal: el
que ejerce el gobierno absoluto, pero actúa en forma protectora con sus seguidores.
En lo social, Rosas contó con el apoyo de los sectores adinerados de Buenos Aires,
vinculados a las actividades ganaderas y al comercio exterior, pero también tuvo gran
adhesión de los sectores populares.
Entre sus opositores estaban los unitarios exiliados del país y un grupo de jóvenes
intelectuales (“la generación del 37") que defendían una política que tomaba elementos
tanto del federalismo como de los unitarios. Su representante más conocido fue
Esteban Echeverría.
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En cuanto a la política exterior, Rosas tuvo dos enfrentamientos con Francia e
Inglaterra:
• 1- Bloqueo francés: Los franceses rechazaban la intervención del gobierno de
Buenos Aires en la Banda Oriental donde el caudillo Fructuoso Rivera había derrocado
al presidente Manuel Oribe. Como Rivera apoyaba a los unitarios que luchaban contra
Rosas, este apoyó a Oribe. Los franceses rechazaban las medidas proteccionistas de
Rosas y exigían la libre navegación de los ríos interiores argentinos. Temerosos de que
una victoria de Oribe estableciera el proteccionismo en ambas márgenes del río de la
Plata y la Banda Oriental se volviera a unir a la Confederación Argentina, bajo la excusa
de la ley de 1821 decidieron intervenir bloqueando el puerto de Buenos Aires y
apoyando con dinero y armas los levantamientos unitarios contra los gobiernos
federales. Uno a uno fueron vencidos. Los franceses finalmente accedieron a la firma
del acuerdo Arana – Mackau en 1840 por el que Rosas reconoció a los franceses los
mismos derechos que a los argentinos, pero los franceses harían lo propio en Francia
con los argentinos. Francia reconoció la soberanía argentina en los ríos interiores y la
flota francesa se retiró disparando 21 cañonazos como saludo y desagravió a la bandera
argentina.
• 2- Bloqueo anglo-francés: a raíz del sitio de Montevideo por parte de Buenos Aires,
los comerciantes británicos y franceses se vieron perjudicados en sus negocios, además,
al igual que durante el bloqueo francés, rechazaban la política proteccionista de Rosas y
exigían la libre navegación de los ríos interiores argentinos para expandir sus
mercados, en pleno proceso del imperialismo. A raíz de esto iniciaron un bloqueo de
los puertos del Río de la Plata. Rosas defendió los intereses nacionales y no cedió a las
presiones extranjeras, resistiendo militarmente y combinando la fuerza con una hábil
gestión desde la Cancillería. Demostrando una gran perspicacia estratégica Rosas
destruyó a la flota invasora en la Batalla de Vuelta de Obligado en 1845. A raíz de esto,
los ingleses se retiraron en 1847 y los franceses lo hicieron en 1849 mediante los
tratados Arana – Southern y Arana - Lepredour. Se reconoció la soberanía argentina en
los ríos interiores, se realizó el mismo gesto de desagravio a la bandera argentina que
durante el bloqueo francés, saludándola con 21 disparos de cañón al retirarse la flota, y
se devolvió todo lo tomado durante el bloqueo.

4.- Buenos Aires y la confederación Argentina: (1852-1862)


Rosas fue vencido en la batalla de Caseros (1852) por el ejército de Justo José de
Urquiza, ex jefe militar federal, ahora aliado con algunos líderes unitarios contra Rosas.
Urquiza organizó el Ejército Grande (integrada por fuerzas argentinas, uruguayas y
brasileñas) para hacerle frente. Urquiza exigía la sanción de una Constitución, la libre
navegación de los ríos interiores y una política económica más liberal. Por otro lado, el
creciente poder de Urquiza por sus éxitos militares en el Litoral había generado una
disputa por el liderazgo en el Partido Federal.

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Luego de la derrota de Rosas en Caseros, se inició una nueva etapa para sentar las bases
de la organización nacional. Varios factores dificultaron esta tarea:
• Los conflictos entre Buenos Aires, el litoral y el interior.
• La falta de una autoridad nacional.
• El atraso de los medios de transportes y comunicación.
• La inestabilidad económica y política.
En esas circunstancias era necesaria una alianza entre los sectores dirigentes de las
provincias. En 1852, Urquiza se reunió con los representantes de Santa Fe, Corrientes
y Buenos Aires para firmar el Protocolo de Palermo, por el cual:
• Se entregaba a Urquiza el manejo de las relaciones exteriores.
• Se proponía la reunión de un Congreso Nacional.
Ese mismo año se firmó el Acuerdo de San Nicolás, que estableció la reunión de un
Congreso Nacional en Santa Fe para dictar una constitución y nombrar a Urquiza como
Director Provisorio de la Confederación. Además, el acuerdo determinaba la libertad de
comercio, la libre navegación y la distribución proporcional de las rentas aduaneras.
De esta manera, a pesar de los conflictos con Buenos Aires, las provincias lograron llegar
a un entendimiento que hizo posible el dictado de la Constitución de 1853 y la
organización nacional bajo el sistema federal.
4.1. Constitución Nacional de 1853
La misma estableció el sistema representativo, republicano y federal de gobierno, que
garantizaba los derechos de los ciudadanos y las autonomías provinciales. Dispuso
además la libre navegación de los ríos y la distribución de las rentas nacionales.
El 9 de Julio de 1853 todas las provincias juraron la Constitución Nacional de 1853
menos Buenos Aires que, en disconformidad, dictó su propia constitución.

Situación económica:
- Buenos Aires: poseía el puerto, un activo comercio y los ingresos de la aduana.
Contaba además con la organización institucional de la provincia, con una población
elevada y con el importante desarrollo ganadero.
- La Confederación de provincias: tuvo que enfrentar diversos problemas económicos
al no contar con los ingresos de la aduana y no poder atraer capitales extranjeros para
invertir en la región. Tanto en lo financiero como en lo político, la Confederación
dependía de la provincia de Entre Ríos, y sus recursos eran escasos para sostener al
Estado Nacional.

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La creciente tensión entre Buenos Aires y la Confederación llevó al enfrentamiento de
los ejércitos. Las fuerzas de Buenos Aires, dirigidas por Mitre, y las de la Confederación
dirigidas por Urquiza, protagonizaron la batalla de Cepeda (1859) en la que Mitre fue
derrotado. Como consecuencia de este enfrentamiento se firmó el Pacto de San José de
Flores, por el cual:
• Buenos Aires se declaraba integrante de la Confederación y aceptaba revisar la
constitución de 1853
• La aduana dejaba de estar en poder de la Provincia de Buenos Aires y pasaba al
poder de la Nación.
Nuevos desacuerdos entre Buenos Aires y la Confederación llevaron a un segundo
enfrentamiento en la batalla de Pavón (1861), en la que triunfaron las fuerzas de Mitre,
quien ese mismo año fue elegido presidente del país, que tomó el nombre de República
Argentina.
4.2. La consumación de la unidad nacional (1862-1880)
En esta etapa se inició la construcción del Estado, proceso que se prolongó después de
1880 hasta alcanzar su consolidación definitiva. Buenos Aires logró el consenso de los
grupos sociales representativos del litoral y el interior.
La democracia era todavía un tema pendiente, pues las elecciones se realizaban con una
mínima participación del electorado y estaban dominadas por los jefes de partidos
locales vinculados a los sectores mercantiles y propietarios de tierra.
El curso de la organización nacional estuvo dirigido por tres personalidades que
ejercieron la presidencia y que, pese a sus diferencias, compartieron objetivos comunes:
• Bartolomé Mitre (1862-1868) político, historiador y militar.
• Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874) político, docente y escritor.
• Nicolás Avellaneda (1874-1880) político, jurista y escritor.
Los objetivos primordiales de sus gobiernos fueron:
• Afianzar las instituciones del estado: para ello se mejoró el sistema
administrativo y fiscal, se reorganizó el poder judicial y se dictaron los códigos de
comercio, civil, y penal, se fundaron escuelas y se dio un fuerte impulso a las
ciencias en general.
• Integrar la economía nacional al mercado mundial: el país se convirtió en un
exportador de bienes primarios. Es por eso que se dio un fuerte impulso a la
producción agropecuaria y sus exportaciones, mediante:
• a- La atracción de capitales para invertir en obras y producciones.
• b- La atracción de mano de obra (inmigrante).

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• c- Desarrollo de los medios de transportes y comunicación (ferrocarriles).
• d- Incorporación de nuevas tierras (la "conquista del desierto").
Mientras tanto, el resto de las provincias conformó la llamada Liga de los Gobernadores,
que logró el nombramiento de su candidato para la presidencia nacional en 1880 (Julio
Argentino Roca).
En dicho año se dictó la Ley de Federalización de Buenos Aires, por la cual la principal
ciudad de esta provincia se convirtió en la capital del Estado: la "Capital Federal”.
4.4. La Generación del 80`
A partir de 1880 se dieron grandes transformaciones políticas, económicas, sociales y
culturales que marcaron el inicio de la Argentina moderna:
1- Se consolidó la organización del Estado Nacional:
- Se creó un gobierno central fuerte.
- Se federalizó Buenos Aires.
- Se formó un ejército nacional.
- Se organizó un sistema fiscal.
- Se delimitaron las fronteras.
- Se aplicó la intervención federal en las provincias.
- El poder se concentró en un sector social adinerado.
- Se practicaba el sistema electoral de “voto cantado” lo que permitía a los patrones
condicionar el voto de sus empleados; el fraude electoral, en consecuencia, era la
regla.
2- La economía argentina se incorporó al mercado mundial como productora de
materias primas (carnes y cereales) con el llamado Modelo Agroexportador, lo cual
suponía dejar en segundo plano la industrialización de nuestro país (la producción de
productos elaborados). Este modelo implicaba la concentración de tierras y recursos
naturales en pocas manos y muy poca distribución de la riqueza.
- Se estimuló la inversión de capitales extranjeros en infraestructura, particularmente la
relacionada con la exportación de productos agropecuarios (ferrocarriles, puertos,
caminos, puentes, frigoríficos). Con ello, Inglaterra ganó mucho espacio en la
economía argentina, convirtiéndose en su principal socio y en el poder dominante en
la estructura productiva.
- Se extendió notablemente la red ferroviaria.
- Se estimuló la producción vacuna y ovina en la pampa húmeda.

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- Se extendieron las tierras cultivables, lo que permitió un desarrollo del cultivo de
cereales. Particularmente, aumentó notablemente la exportación de trigo.
- Se estimularon la formación de colonias agrícolas en el interior.
- Cobraron importancia los frigoríficos, que monopolizaron la producción y venta de la
carne.
3- La sociedad se modificó por el aporte inmigratorio europeo:
- A partir de 1880 se produjo una fuerte corriente inmigratoria europea,
particularmente española e italiana. Llegaron a nuestro país más de 6 millones de
inmigrantes, principalmente hombres. Además de italianos y españoles, en menor
número también llegaron franceses, alemanes, ingleses y suizos; que se asentaron en
las ciudades de Buenos Aires, Rosario y Córdoba.
- El sector social más poderoso estaba integrado por los grandes propietarios de tierras
y comerciantes.
- El sector social medio estaba integrado por medianos propietarios, pequeños
ganaderos, funcionarios, profesionales y comerciantes menores.
- El sector popular estaba integrado por los trabajadores rurales y urbanos.
- Disminuyó el analfabetismo gracias a la aplicación de la Ley de Educación 1.420 (1884),
que establecía la educación común, laica, gratuita y obligatoria hasta los 14 años.
- Se fundaron diversas organizaciones obreras para defender los intereses de los
trabajadores. Predominantemente socialistas y anarquistas.
Durante 1890 se produjo una fuerte crisis económica que afectó al país y desencadenó
graves conflictos políticos. La crisis afectó al crecimiento económico, produjo la quiebra
de numerosas empresas, la suba de los precios y el aumento de la huelgas. Diferentes
sectores opositores se unieron para realizar una revolución que tuvo como resultado la
renuncia del entonces presidente Juárez Celman.
Surgió un nuevo partido político. La Unión Cívica, que en 1891 se dividió en dos
tendencias: la Unión Cívica Nacional (liderada por Mitre) y la Unión Cívica Radical
(liderada por Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen), que representaba los intereses de la
clase trabajadora. La primera apoyaba la continuación del sistema político con la idea de
realizar cambios graduales, la segunda exigía el sufragio universal. Ante la negativa de
los hombres de la Generación del ’80, adoptaron el lema “abstención y revolución”, no
participando en las elecciones y realizando levantamientos armados para que se
modificara el sistema de sufragio.
En 1910 fue elegido presidente Roque Sáenz Peña quien promulgó en 1912 la Ley
Electoral, que estableció el voto universal, secreto y obligatorio. Esta reforma electoral
permitió a la Unión Cívica Radical acceder a la presidencia del país. Debemos recordar
que sin embargo el sistema no era verdaderamente “universal” pues hasta entonces
27
sólo participaban varones. El voto femenino, que convertiría al sistema en
verdaderamente universal, debería esperar 35 años más.

5. El radicalismo en el poder (1916-1930)


Con la aplicación de la Ley Sáenz Peña, el radicalismo pudo llegar al poder a través de
elecciones limpias: Hipólito Yrigoyen ocupó la presidencia ente 1916 y 1922, y
nuevamente entre 1928 y 1930; mientras que Marcelo T. de Alvear ocupó el periodo
intermedio entre 1922 y 1928.
Durante esta etapa la democracia restringida dio paso a un sistema más amplio de
participación, mediante la intervención de los sectores populares.
El lema de Yrigoyen fue la reparación nacional: enmendar las injusticias impuestas por el
gobierno conservador anterior, mediante la democratización política, la vigencia de la
Constitución, elecciones limpias, sufragio universal y acceso político de todos los
grupos al gobierno.
A pesar de sus intenciones debió enfrentar un serio problema: los representantes del
régimen conservador tenían mayoría en el Congreso y el Poder Judicial, y obstaculizaron
continuamente los intentos de reformas del radicalismo.
El radicalismo era un movimiento político que agrupaba un sector amplio de la
población, era el único partido con alcance nacional y masivo, y era aceptado tanto en
los sectores medios como en los sectores humildes.
El programa del partido radical se basaba en el respeto a la Constitución Nacional.
Entre los acontecimientos más importantes que ocurrieron en esta etapa, podemos
mencionar:
• La reforma universitaria de 1918: los estudiantes de las universidades nacionales y
provinciales reclamaron una renovación académica, mediante nuevos planes y métodos de
estudio, mayor participación de los estudiantes y renuncia de profesores desacreditados.
• La semana trágica de 1919: la crisis económica generada por el achicamiento de los
mercados después del fin de la Primera Guerra Mundial y la influencia de las ideas anarquistas
y marxistas se combinaron para generar violentas manifestaciones. Lo que comenzó siendo
una huelga de los obreros de una empresa metalúrgica de Buenos Aires (en reclamo por una
jornada laboral de 8 horas y aumento salarial), se convirtió en un enfrentamiento entre la
policía y los obreros. Esta huelga impulsó movimientos similares en varias ciudades del
interior. Aunque finalmente se aceptaron los reclamos de los obreros, se persiguió a sus
dirigentes y se destruyeron sus locales partidarios. Se produjo una dura respuesta de las
autoridades que generaron cientos de muertos.

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5.1. El impacto de la Primera Guerra Mundial en la Argentina
Ante el enfrentamiento bélico mundial, Yrigoyen mantuvo la neutralidad, que implicó
continuar con el abastecimiento de carnes y cereales a los aliados. Esta situación
benefició a los sectores ganaderos, ya que produjo un aumento de las exportaciones de
carne enlatada y frazadas, sin embargo se estancaron las exportaciones de maíz y carne
refrigerada, ocasionando una fuerte disminución de los ingresos de la aduana.
La guerra paralizó las importaciones de bienes industriales y de capitales que venían de
Europa. El gobierno procuró entonces proteger la industria con el fin de favorecer el
proceso de sustitución de importaciones que consistía en remplazar los productos
extranjeros importados por productos de fabricación nacional.
Como consecuencia de la imposibilidad de importar combustible, en 1922 el gobierno
creó los yacimientos petrolíferos fiscales (YPF), empresa estatal para la explotación y
comercialización del petróleo, producto estratégico, y sus derivados.

5.2. El impacto de la crisis económica mundial de 1929


Una nueva crisis económica mundial afectó duramente a nuestro país: cayeron las
ganancias de las exportaciones, disminuyeron las reservas de oro, se redujeron los
sueldos, aumentó el desempleo, subieron los precios y aumentaron las huelgas.
Distintos sectores conservadores aprovecharon el creciente descontento con el
gobierno de Yrigoyen y organizaron un golpe de estado en 1930 para derrocarlo.

6. El golpe de 1930 y la restauración conservadora (1930-1943)


El 6 de Septiembre de 1930 se realizó el golpe de estado que derrocó al presidente
constitucional, Hipólito Yrigoyen. Fue liderado por el militar José Félix Uriburu, con el
apoyo de cadetes del Colegio Militar de la Nación. Yrigoyen fue obligado a renunciar y,
por vez primera en nuestro país, se rompió el orden constitucional y comenzó un
fenómeno político que afectaría la salud democrática y la continuidad de los gobiernos
democráticos desde entonces y hasta 1983, situaciones en las cuales las Fuerzas
Armadas actuarían como ariete político de los grupos conservadores.
Uriburu disolvió el Congreso, destituyó a la mayoría de los gobernadores y encabezó un
gobierno integrado por conservadores propietarios y financistas.
El gobierno de Uriburu comenzó con la ruptura del orden constitucional, reprimió con
dureza la disidencia por parte de los grupos radicales, comunistas y anarquistas. Tras las
elecciones, en las que se proscribió al candidato radical, Marcelo T. de Alvear, el ciclo
continuó con Agustín P. Justo como presidente.
Se considera al gobierno de 1930 como una "Restauración Conservadora", porque
retornó al poder aquel grupo social minoritario y privilegiado que lo había tenido antes
del gobierno radical. Este gobierno excluyó de la participación política a la mayor parte
29
de la población e implementó nuevamente el fraude electoral. Por eso también se
conoce a esa década como “Década Infame”.
6.1. La intervención del estado en la economía
Los gobiernos de Uriburu y Justo implementaron una serie de medidas para aumentar
el control de la producción, el comercio y la recaudación de impuestos. Dicha
planificación económica terminó con el periodo económico liberal, sustituyéndolo por
la práctica de la dirección económica por parte del Estado. La preocupación principal fue
regular el nivel de producción y de consumo para evitar gastos e inflación. Para tal, fin
se instalaron Juntas Reguladoras de la producción: de granos, carnes, yerba mate,
algodón y vino. Las mismas entregaban subsidios a los productores y establecían los
procedimientos de producción y venta. Para aumentar los ingresos estatales se crearon
nuevos impuestos y se aumentaron los existentes.
6.2. El tratado Roca-Runciman
Fue firmado entre Argentina e Inglaterra en 1933. Recordemos que desde fines del siglo
XIX Inglaterra era en principal socio económico internacional. Dicho tratado establecía:
- Para la Argentina: que Inglaterra no impondría restricciones a las importaciones de
carne de la Argentina, y en el caso de verse obligada a reducirlas se comprometía a
consultarlo con el gobierno argentino.
- Para Inglaterra: este país obtenía impuestos más bajos para la importación de
productos industriales y obtenía un trato privilegiado para sus empresas establecidas en
Argentina. Además obtenía el monopolio del transporte en Buenos Aires y del
transporte de la carne.
El tratado es recordado como un hito histórico que muestra cómo Inglaterra afianzó su
dominio económico sobre la Argentina.
6.3. El impacto de la Segunda Guerra Mundial en nuestro país
En 1938 gana las elecciones fraudulentas Roberto Ortiz, secundado por Ramón Castillo.
Al estallar la II Guerra Mundial (1939-1945), ocupaba la presidencia de nuestro país que
apoyaba fuertemente a los aliados. Sin embargo, ante el avance y la expansión alemana,
muchos sectores mostraban mayor simpatía por las ideologías fascistas. Ante tal
situación, la Argentina optó por declararse "nación no beligerante", es decir: neutral.
La II Guerra Mundial aumentó la importancia política de los sectores militares y llevó a
la formación de dos bandos entre las fuerzas políticas: los conservadores y nacionalistas
se inclinaron a favor del Eje (Alemania, Japón e Italia) y los radicales y socialistas a favor
de los aliados (Rusia, Inglaterra, EE.UU. y otros).
En 1940, Ortiz delegó el poder en Ramón Castillo, quien gobernó sin tener en cuenta al
Congreso, estableció el estado de sitio y cedió a las demandas del ejército. El 1942, Ortiz
muere y Castillo asume la presidencia.

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Mantuvo la neutralidad durante la segunda guerra, por miedo a que el comercio
marítimo se viera amenazado por la guerra en el Atlántico.
La industria nacional se desarrolló durante la II Guerra Mundial, debido a las bajas de las
importaciones de Gran Bretaña y al crecimiento de las industrias nacionales livianas y de
artículos de consumo (textiles y alimentos). Sin embargo, se continuaban necesitando
del exterior los metales, las máquinas y el combustible.
Durante esta etapa se persiguió continuamente a los dirigentes obreros, socialistas y
anarquistas. Se reprimieron las huelgas y se anuló la legislación laboral del gobierno de
Yrigoyen. Para hacer frente a esta situación, los obreros organizaron en 1930 la
Confederación General del Trabajo (CGT).
7. Los tiempos del peronismo (1943-1955)
A partir de 1930, las fuerzas armadas se fueron transformando en una fuerza política
más. Sin embargo, dentro de ellas existían dos tendencias:
1- Una corriente mayoritaria: partidaria de un golpe de estado que impusiera un
gobierno liberal y se inclinara hacia el Bando Aliado.
2- Una corriente minoritaria: partidaria de un golpe de estado para mantener la
neutralidad y buscar la industrialización del país.
Esta última corriente se agrupó en una logia militar nacida en el ejército entre 1942 y
1943: el Grupo de Oficiales Unidos (GOU), siendo uno de sus integrantes más
destacados el coronel Juan Domingo Perón.
En junio de 1943, un golpe de estado desplazó a Castillo del poder y ocupó su lugar una
Junta Militar, encabezada por el general Arturo Rawson, sustituido a los dos días por
Pedro P. Ramírez.
El gobierno de facto (de hecho) disolvió los partidos políticos, censuró a la prensa,
intervino las provincias y las universidades, impuso la enseñanza religiosa y prohibió las
huelgas. A fines del mismo año, Ramírez fue desplazado por el ejército y remplazado por
el general Edelmiro Farell (miembro del GOU). En febrero de 1945, la Argentina declaró
la guerra a Alemania y el Japón, con el fin de obtener reconocimiento diplomático por
parte de EE.UU y poder ingresar a la futura ONU.
En ese gobierno, el coronel Perón se destacó por su habilidad política, su carisma,
elocuencia y habilidad en el trato con los grupos antagónicos. Durante la presidencia de
Farell fue ministro de guerra y luego vicepresidente; sin embargo, el cargo que le dio
mayor popularidad fue el de Secretario de Trabajo y Previsión Social, desde donde
realizó una intensa actividad en defensa de los trabajadores.
Perón quería evitar una revolución obrera de izquierda, realizando desde el Estado una
"revolución pacífica", asegurando la protección laboral (aumento salarial, vacaciones
pagas, pensiones y jubilaciones, pago por accidentes de trabajo y planes de viviendas,
disminución de la desocupación).
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En septiembre de 1945, diversos sectores opositores a Perón (empresarios, radicales,
socialistas, progresistas, conservadores y militares profesionalistas) organizaron una
marcha en la que exigían: elecciones libres, libertad de prensa y renuncia de Perón.
Ante ésta presión, Perón fue destituido y encarcelado.
El 17 de octubre de 1945 una enorme manifestación de trabajadores avanzó por la
ciudad de Buenos Aires hacia la Plaza de Mayo exigiendo la liberación de Perón y la
restitución de sus cargos. Esta fecha se convirtió en un símbolo para el peronismo.
Perón organizó el Partido Laborista (más tarde transformado en Partido Peronista)
integrado por sectores sindicales y obreros y un sector del partido radical. Con este
partido ganó las elecciones de 1946 con la fórmula presidencial: Perón-Quijano.
El proyecto de Perón se basaba en la construcción de una Nueva Argentina (diferente de
la Argentina oligárquica anterior), que estaba fundada en tres pilares fundamentales:
• 1- Justicia social: distribuir equitativamente los ingresos, terminar con la riqueza
concentrada en unos pocos y terminar con la explotación de los obreros.
• 2- Soberanía Política: rechazar las influencias exteriores en las decisiones políticas
nacionales.
• 3- Independencia Económica: lograr un desarrollo económico autónomo, aumentar
la producción y nacionalizar los servicios públicos y el comercio exterior.
El gobierno peronista se caracterizó por estimular la participación directa del estado en
las cuestiones económicas. Para eso, creó el IAPI (Instituto Argentino para la Promoción
del Intercambio) con el fin de tener fuerte injerencia en el comercio exterior y
redistribuir el ingreso del sector agrícola al sector industrial. El IAPI compraba la
totalidad de la producción agrícola, que luego comercializaba en el Exterior; las
ganancias eran usadas con fines sociales y para promover la industrialización.
El gobierno peronista consideraba que la planificación de la economía era esencial para
lograr el desarrollo del país. Por eso es que la política económica se basó en la
aplicación y evaluación de Planes Quinquenales, que establecían las medidas a tomar en
materia económica durante cinco años.
El apoyo principal del gobierno peronista fueron los sectores populares, representados
principalmente por el sindicalismo y la Confederación General de los Trabajadores
(CGT). Además, por sus medidas de justicia social, tuvo el apoyo de desempleados,
ancianos, amas de casa y peones rurales; gran parte la de ayuda era canalizada a través
de la Fundación Eva Duarte (fundada en 1948). A raíz de las medidas peronistas,
muchos sectores, hasta ese entonces marginados, mejoraron su nivel de vida y su
participación política.

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Un importante hito en la lucha por los derechos de las mujeres se dio con la sanción
del sufragio femenino.
La Ley 13.010 de sufragio femenino, también conocida como Ley Evita, fue sancionada
en Argentina el 9 de septiembre de 1947 y promulgada el 23 de septiembre,
estableciendo este último día como "Día Nacional de los Derechos Políticos de la
Mujer".
La ley significó el reconocimiento de la igualdad de derechos políticos entre mujeres y
hombres, entre ellos el derecho de las mujeres a elegir y ser elegidas para todos los
cargos políticos nacionales, y estableció en este país el sufragio verdaderamente
universal. Fue aprobada durante el gobierno de Juan Domingo Perón y se puso en
vigencia por primera vez en las elecciones presidenciales de 1951.

En 1949, el gobierno realizó una Reforma Constitucional que posibilitaba la reelección y


expandía y hacía explícitos gran número de derechos sociales (como el derecho al
trabajo y a la seguridad social, participación de los empleados en la ganancia de las
empresas, limitación de jornada laboral, vacaciones, etc.) que durante su presidencia
Perón había hecho efectivos.
Comenzó su segundo mandato presidencial en 1952; sin embargo la situación era muy
distinta a la de su primer gobierno. En esta etapa debió hacer frente a diversos
problemas: disminuyeron las exportaciones de carne y productos industriales, aumentó
la deuda externa con EEUU, aumentó la inflación y decayó la producción petrolera.
En este contexto, la oposición al peronismo creció fuertemente:
• Los empresarios y los propietarios rurales no estaban de acuerdo con los beneficios
sociales que se les había otorgado a los obreros y peones del campo.
• Las Fuerzas Armadas se oponían a las movilizaciones obreras y a la subordinación al
Poder Ejecutivo.
• La Iglesia Católica se distanció del peronismo por su fuerte intervención en materia
educativa y reaccionó ante la prohibición de la enseñanza religiosa en las escuelas.

En junio de 1955, fuerzas sublevadas de la Armada bombardearon la Casa de Gobierno,


ante lo cual el gobierno estableció el estado de sitio. Por la tarde, grupos de peronistas
enardecidos por el bombardeo incendiaron varias iglesias aumentando el clima de caos y
división. Este suceso repercutió negativamente en la imagen del gobierno y muchos
militares indecisos se sumaron a las filas de los golpistas. En septiembre se produjo una
rebelión cívico militar exigiendo la renuncia del presidente, y culminó en un golpe de
33
estado liderado por las fuerzas armadas, que llevó al exilio y la proscripción política de Juan
Domingo Perón por 18 años.

8. La democracia violentada: gobiernos democráticos y golpes de estado (1955-1976)


Tras el golpe de 1955, asumió como presidente provisional el general Eduardo Lonardi, cuyo
lema de gobierno fue: "ni vencedores ni vencidos". Pero fue reemplazado ese mismo año por
el general Pedro Eugenio Aramburu, un acérrimo anti-peronista.

El nuevo gobierno (autodenominado Revolución Libertadora) disolvió el Partido Justicialista,


intervino la CGT, despidió empleados públicos y docentes, modificó la política económica y
reimplantó la Constitución de 1853, derogando la de 1949. En 1956 un intento de rebelión por
parte de sectores leales al gobierno peronista desplazado fue respondido violentamente con
el fusilamiento de los principales responsables.
En lo económico, la Revolución Libertadora adoptó un programa liberal basado en la apertura
del país a las empresas y capitales extranjeros. Se solicitaron préstamos al FMI (Fondo
Monetario Internacional), comenzando una deuda externa que se extendió y multiplicó por
años. Se implementó entonces el Plan Prebish (por el economista que lo estipuló), que
intentó: disminuir los salarios y el gasto público, devaluar el peso, fomentar las exportaciones
de carnes y cereales y terminar con las subvenciones a las empresas.

8.1. El desarrollismo
En las elecciones de 1958, con el peronismo prohibido, resultó elegido presidente Arturo
Frondizi (1958-1962) por la Unión Cívica Radical Intransigente, gracias al apoyo decisivo de
Perón desde el exterior y el voto de sus seguidores.
Su gobierno se caracterizó por la imposición de un programa económico desarrollista, que
proponía el desarrollo industrial acelerado, la entrega de préstamos a las industrias y la
reducción de las importaciones de petróleo (lo cual ocasionó graves problemas al gobierno),
con el objetivo de hacer al país autosuficiente en la producción petrolera.
Aunque en un principio se obtuvieron algunos logros económicos estratégicos, aumentaron
los problemas sociales y la alianza con el peronismo se resintió. A pesar de ello Frondizi
permitió presentarse a un candidato peronista en la Provincia de Buenos Aires, y tras ganar
éste las elecciones, las Fuerzas Armadas volvieron a poner en jaque al gobierno democrático,
al que en 1962 asestaron un nuevo golpe de estado, forzando la renuncia de Frondizi, que fue
reemplazado por el presidente del Senado, José María Guido.
Durante el gobierno de J.M. Guido, tuvo lugar un enfrentamiento armado entre dos
sectores de las Fuerzas Armadas:
• Los Azules o Legalistas, que proponían el respeto a la Constitución y la no
proscripción del peronismo.

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• Los Colorados, acabadamente antiperonistas.
Finalmente, se impusieron los azules, y en 1963 se convocó a elecciones.

8.2. Arturo Illia


En las elecciones presidenciales de 1963, resultó elegido Arturo Illia (candidato de la Unión
Cívica Radical del Pueblo). Su gobierno otorgó importancia a la actividad del parlamento y se
caracterizó por la obediencia de las normas constitucionales.
En lo económico, buscó defender el mercado interno y el capital nacional. Era partidario de
la intervención del estado en la economía, y por eso decidió ejercer un fuerte control sobre
los precios.
Según algunos historiadores, el error de Illia fue no intentar obtener el apoyo del peronismo
(como Frondizi), razón por la cual no tenía respaldo alguno de la clase obrera y del
sindicalismo, ni de los sectores rurales e industriales. Sólo contaba con el apoyo de la clase
media radical. A la oposición, se sumaron las Fuerzas Armadas, que en junio de 1966
realizaron, una vez más, un golpe de estado que desplazó a Illia y puso en su lugar al general
conservador Juan Carlos Onganía (antes líder de la facción de los “azules”). A partir de
entonces se inició la llamada "Revolución Argentina".

8.3. El régimen de Onganía y el surgimiento de organizaciones políticas clandestinas


Onganía disolvió el Congreso y los partidos políticos, destituyó los jueces, gobernadores e
intendentes; censuró la prensa, disminuyó el número de empleados y confiscó bienes. Era un
gobierno de ideología autoritaria y burocrática, inclinado al liberalismo económico.
En lo económico, se devaluó la moneda, se redujeron los salarios, se cobró impuestos a las
exportaciones, se fomentaron las inversiones extranjeras y la instalación de multinacionales
(empresas que actúan en varios países).
Diversos sectores se opusieron al autoritarismo de este gobierno: agroexportadores,
industriales, políticos, militares y estudiantes. En 1969, estalló en Córdoba un movimiento de
oposición conocido como "Cordobazo". Comenzó siendo una protesta de estudiantes y
obreros. Este movimiento se extendió a varias provincias y el nivel de violencia alcanzado
deterioró mucho la imagen presidencial.
Como respuesta al duro régimen militar, y también como efecto del éxito de la revolución
socialista en Cuba, en la década de 1960, surgieron en la clandestinidad numerosas
agrupaciones políticas contrarias al gobierno: Las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y el
Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), de tendencia marxista; luego, en 1970, surgió
Montoneros, una agrupación surgida de sectores católicos, nacionalistas y de izquierda que
se volcaron al peronismo. En la década de 1970 estas organizaciones actuaban
principalmente mediante ataques a dependencias de las fuerzas militares, policiales y de

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seguridad, con el objetivo de debilitar al gobierno mientras que consolidaban políticamente
para lograr un cambio de régimen.
En esos momentos el mundo estaba dividido prácticamente en dos como consecuencias de
la Guerra Fría. Después de la Segunda Guerra Mundial, dos nuevas grandes potenciales
imperiales surgieron: Estados Unidos y Rusia. Estados Unidos lideró la ofensiva del sistema
capitalista y actuó como promotor de la implantación de reformas económicas liberales, que
muchas veces imponía mediante la intervención militar o apoyando golpes de estado. Rusia
dominó gran parte de Europa del Este y creó la “Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas”,
bajo un régimen socialista pero fuertemente autoritario. Ambas potencias intervenían
apoyando y promoviendo levantamientos o guerras civiles en otros países, a la vez que
llevaban una competencia armamentista y tecnológica (por ejemplo, en la conquista del
espacio, lanzando satélites, misiones tripuladas, etc.). Los movimientos con tendencia al
socialismo que operaban en la clandestinidad, o creían en la vía revolucionaria, a menudo
contaban con el apoyo y la promoción de Rusia y el bloque soviético. Los golpes de Estado
para implantar economías liberales y reprimir movimientos socialistas (clandestinos o no),
contaban con el apoyo y la promoción de EE.UU.
9. La vuelta del peronismo
En este contexto mundial de fuerte polarización entre sectores de derecha e izquierda (o
capitalistas vs. socialistas), el peronismo seguía proponiéndose como “la tercera vía”. En
1972 se formó una coalición entre partidos opositores a los militares, agrupados en el
FREJULI (Frente Justicialista de Liberación), cuya fórmula con Héctor Cámpora como
presidente ganó en las elecciones de 1973. Cámpora, que era un histórico dirigente
peronista, renunció a los pocos meses, para convocar a nuevas elecciones, en las que se
pudiera presentar J.D. Perón que seguía proscripto y fuera de país. Así, resultó triunfante en
las elecciones la fórmula Juan Perón-María Estela Martínez de Perón. Tras 18 años de
prohibición, inestabilidad y violencia política, Perón volvía a la Argentina.
El recién elegido presidente lanzó un acuerdo entre los sectores políticos y sociales. Para
detener la inflación se estableció un aumento salarial inicial, para luego suspender los
incrementos durante dos años. El Programa de Reconstrucción y Liberación Nacional
preparado por el gobierno pretendía lograr el crecimiento de la economía, pero la crisis de
1973 (por el aumento del precio del petróleo en el mundo) lo impidió.
Algunos de los movimientos políticos que apoyaron la vuelta de Perón como una vía hacia el
socialismo, como Montoneros, rompieron con él, y pasaron nuevamente a la clandestinidad.
Lo que supuso un aumento de la violencia política en el país.
El primero de julio de 1974 murió Perón. Su esposa y vicepresidenta, María Estela Martínez,
ocupó la presidencia. Durante su gobierno se profundizó la crisis económica. El ministro de
economía (Celestino Rodrigo) impuso una devaluación de más del 100% y un alza igual en los
precios, lo que provocó una gran conmoción económica y social conocida como el
"Rodrigazo".

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A esta crisis, se sumó un clima de violencia generado por las acciones de los grupos
clandestinos a los que se sumaba la infausta “Triple A” (Alianza Anticomunista Argentina),
una organización parapolicial integrada por peronistas de ultra derecha, matones sindicales y
grupos de las fuerzas de seguridad, liderada por uno de los Ministros del Gobierno de
Martínez de Perón, José López Rega.

10. La última dictadura (1976-1983)


Con la excusa de combatir a los grupos de izquierda y acusando de debilidad al
gobierno de Martínez de Perón, El 24 de marzo de 1976, la Junta de Comandantes en
Jefe de las tres fuerzas armadas integrada por Videla (Ejército), Massera (Marina) y
Agosti (Fuerza Aérea) tomó el poder mediante un golpe de estado y dio lugar al
régimen que llamó “Proceso de Reorganización Nacional”.

La Junta Militar adoptó estrategias clandestinas parapoliciales, fuera de la ley, contra


las organizaciones político–militares de izquierda, poniendo en marcha el “Terrorismo
de Estado” con la excusa de la defensa del orden constitucional. El proceso de
represión se extendió contra todos los sectores opositores, especialmente los que
rechazaban el modelo económico de características liberales. Dando lugar a la época
más oscura del Argentina en el Siglo XX, signada por la comisión masiva de delitos de
lesa humanidad (“contra la humanidad”).

El ministro de economía Martínez de Hoz, pretendía lograr una apertura completa de la


economía nacional al mercado mundial. Las bases de su propuesta eran la liberación de
la economía, la expansión del sector financiero, la adquisición de préstamos externos y
el ingreso de capitales del exterior. En los inicios de 1980, este proyecto económico
entró en crisis: quebraron muchos bancos, cerraron empresas, bajaron los salarios y
aumentaron las manifestaciones. El aparato industrial argentino, que desde 1945 había
sobrevivido a las sucesivas crisis, encontró en la dictadura del “Proceso” su punto de
declive decisivo frente a la apertura de la economía a las importaciones.

Videla fue remplazado por Viola, y éste fue remplazado por Galtieri. En este clima se
inició la Guerra de Malvinas, en gran parte como una forma de provocar la unidad
nacional que diera nuevas fuerzas al proyecto político del “Proceso”.

En abril de 1982, unidades de las Fuerzas Armadas argentinas desembarcaron en las


islas e izaron la bandera nacional. El gobierno inglés ordenó el envío de una flota para
recuperarlas. Se inició así la contienda militar entre la Argentina y Gran Bretaña por la
posesión de las islas. El gobierno ocultaba la marcha desfavorable del
enfrentamiento, hasta que el 14 de junio los militares argentinos presentaron su
rendición. Esta guerra dejó como saldo más de 649 argentinos muertos y alrededor de
1.500 heridos. Galtieri renunció y fue remplazado por el General Bignone, que llamó a
elecciones.

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12. El regreso de la Democracia
12.1. Alfonsín y la recuperación democrática (1983-1989)
El 30 de octubre de 1983, luego de siete años de dictadura militar, se realizaron nuevas
elecciones democráticas, que otorgaron el triunfo al candidato radical Raúl Alfonsín. Su
gobierno debió llevar adelante la disputa por la consolidación de la democracia y sus
instituciones, en un contexto aun signado por la amenaza militar y de grupos civiles
corporativos. Instancias paradigmáticas de este proceso fueron:
- El Juicio a las Juntas Militares del “proceso”, que marcó un hito histórico mundial sobre
cómo se puede reconstruir el Estado de Derecho tras años de intervenciones militares.
- La sanción de la Ley de Defensa Nacional.
- La adopción del Plan Austral, que más abajo desarrollaremos.
- Los levantamientos militares de Semana Santa, que significaron nuevos intentos
militares contra el estado de derecho, pero que fueron desarticulados mediante la
negociación.
- Las leyes de Obediencia Debida y Punto Final; como consecuencia de la negociación
anterior, estas leyes permitieron a los militares poner un límite a los juicios a los cómplices
de la última dictadura y provocaron una enorme crisis en la confianza de la ciudadanía en el
gobierno de Alfonsín (décadas más tarde serían declaradas inconstitucionales).
A nivel económico, el gobierno democrático recibió de la dictadura un país excesivamente
endeudado y con su aparato productivo muy diezmado. A esto se le sumaba un mercado
internacional deprimido y los precios de las principales exportaciones argentinas a la baja. La
crisis del sector externo se agudizó tras la subida repentina de los intereses de la deuda. Su
plan económico se caracterizó por un intento inicial de inspiración desarrollista, basado en la
renegociación de la deuda externa, tendiente a fortalecer el mercado interno y la producción
industrial, mediante el aumento de salarios, políticas públicas como el Plan Alimentario
Nacional, control de tarifas y también del tipo de cambio.
Al poco tiempo, jaqueado por tendencias inflacionarias y en el medio de presiones internas y
externas, se dio paso al Plan Austral, de características más liberales, con metas de inflación,
ajuste del gasto público e inicio de privatizaciones en el sector público. Estas medidas
pretendían atraer la inversión privada, nacional y extranjera. El plan funcionó un tiempo,
aunque no logró consolidarse ni contener las diversas tensiones al interior de la economía
nacional, desatándose finalmente un proceso hiperinflacionario, con sus consecuencias de
caos social en 1989. Este mismo año se celebraron las elecciones, y por primera vez en
mucho tiempo un presidente constitucional electo para tal función otorgaba la banda
presidencial a otro presidente constitucional electo tras un período (casi) cumplido y de
normalidad institucional. Desafortunadamente, por el clima de caos social desatado debió
adelantarse la fecha de entrega.
12.3 El período menemista (1989-1999)
En 1989 fue elegido presidente Carlos Saúl Menem del partido justicialista, quien recibió la
banda presidencial de Raúl Alfonsín, del partido radical. Se marcaba así el inicio de una
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nueva institucionalidad democrática, que aún continúa y que pudo incluso sortear la crisis
social más profunda de nuestro país (2001-2002), sin subvertir al régimen constitucional.
En 1991 se puso en marcha el plan de convertibilidad del Ministro Domingo Cavallo que
implicó un intensivo proceso de privatizaciones y reforma estructural del Estado, que se
achicó exponencialmente y cedió sus facultades de incidencia en el planeamiento productivo
nacional. Es decir, supuso la liberalización de la economía, por la cual el Estado le cedió
posiciones estratégicas a los principales actores del mercado (multinacionales financieras) y
a organismos internacionales de crédito (como el FMI). Hasta 1996 el plan fue muy exitoso
en estabilizar la economía, detener la inflación y la devaluación, pero a costa de empobrecer
al sistema industrial, que caía frente a la apertura a las importaciones, lo que explicaba el
creciente desempleo.
A pesar de alinearse internacionalmente con EE.UU. el gobierno de Carlos Menem hizo un
avance muy importante en la integración regional sudamericana, al suscribir la firma del
tratado del Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

El Mercado Común del sur (Mercosur) es un proceso de integración regional fundado en


1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. En fases posteriores, el Mercosur ha
incorporado a Venezuela y Bolivia, encontrándose el primero actualmente suspendido
del bloque y el segundo en proceso de adhesión.
El Mercosur se basa en una Carta Democrática que no permite la pertenencia al bloque
de países no democráticos, y estableció una zona de libre comercio y acuerdos de arancel
común, así como diversos mecanismos de complementación productiva y de integración
económica, social y cultural, incluyendo la libre circulación de los ciudadanos del bloque.
Los idiomas oficiales del Mercosur son el español, el portugués y el guaraní.
Por otro lado, el Mercosur se constituye como el área económica y plataforma industrial,
más dinámica, competitiva y desarrollada, no sólo de Latinoamérica, sino de todo el
hemisferio sur. Está considerado como el cuarto bloque económico del mundo, en
importancia y volumen de negocios, y la quinta economía mundial, si se considera el PIB
nominal producido por todo el bloque.

En 1993, el gobierno convocó a una Convención Nacional para reformar la constitución y


permitir la reelección presidencial. La Reforma Constitucional de 1994, sin embargo, fue más
importante que eso, pues, entre otras cosas incorporó al rango constitucional numerosos
tratados internacionales de derechos humanos que la Argentina ya había firmado y
ratificado previamente, y creó numerosos organismos de control independientes del Poder
Ejecutivo. Esto significó un enorme salto para la expresión jurídica de derechos humanos
fundamentales que en la Constitución se encontraban de forma implícita.

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´

Las once normas internacionales incluidas por la reforma de 1994 fueron:


Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
Declaración Universal de Derechos Humanos.
Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica).
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Convención Sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial.
Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer.
Convención Contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
Convención Sobre los Derechos del Niño.
Con posterioridad a 1994 (y hasta 2018) tres nuevos tratados de derechos humanos adquirieron jerarquía
constitucional en Argentina, por obra del art. 75, inciso 22:
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas (jerarquizada en 1997).
Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad
(jerarquizada en 2003).
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (jerarquizada en 2014).

Otra reforma estructural definitiva del período fue lograr finalmente la desmovilización
política de las Fuerzas Armadas que, desde entonces, no volvieron a intentar gravitar por vías
de hecho (por la fuerza) en el régimen político argentino, ni a cuestionar la democracia o el
orden constitucional.
En 1995 el Jefe del Estado Mayor Conjunto, Gral. Martín Balza hizo un anuncio histórico de
reconocimiento de responsabilidad de las fuerzas armadas por violaciones sistemáticas de
los derechos humanos realizadas la última dictadura cívico-militar argentina, y ordenó a
sus soldados desobedecer las órdenes inmorales que pudieran darse en el futuro.
El presidente Menem fue reelecto en 1995. En este período los efectos del plan económico
comenzaron a ser desalentadores. La valorización financiera en detrimento del desarrollo
productivo, tuvo consecuencias negativas sobre todo en términos de actividad económica y
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generación de empleo. Se llegó a niveles de desempleo récord y la matriz industrial de la
Argentina estaba en pleno declive.

12.4 El período de la Alianza


Con un clima de creciente desempleo, desigualdad, y reducción de la industria nacional. En
las elecciones de 1999 fue elegido presidente Fernando de la Rúa. Nuevamente, se producía
una alternancia política en el gobierno, con normalidad institucional, a pesar de la crisis
social. El gobierno de De la Rúa mantuvo los grandes lineamientos económicos del gobierno
anterior (incluyendo finalmente al mismo ministro de economía Domingo Cavallo), sostenido
por el incremento del proceso de endeudamiento y sucesivas restructuraciones de la deuda
externa. Durante los dos años que duró su gobierno se agudizó la recesión económica; el
desempleo y la pobreza alcanzaron niveles récord para la historia de nuestro país, y esto iba
acompañado por una constante fuga de capitales. Para detener esa fuga de dinero, el
ministro Cavallo impuso una restricción al retiro de divisas en los bancos (el llamado
“corralito”), con lo que desató una corrida bancaria y una intensa protesta general en
diciembre de 2001 que provocó el final de su gobierno; y de un proceso político y
económico en Argentina.

12.5 Inestabilidad política y gobierno interino

Diciembre de 2001 y los primeros meses de 2002 marcarían un período de numerosas


protestas sociales en un clima de pauperización y empobrecimiento general, intentos de
democracia directa a través de asambleas populares e inestabilidad del gobierno del Poder
Ejecutivo, que entre las últimas semanas de 2001 y la primera de 2002, vio desfilar una serie
de por lo menos cinco presidentes interinos.

El 2 de enero de 2002, por Asamblea Legislativa (el Poder Legislativo reunido en pleno) se
designó presidente interino a Eduardo Duhalde. Este periodo se puede caracterizar a partir
del default de la deuda externa (se declaró formalmente que la Argentina no podía pagar la
deuda contraída), una devaluación del peso, medidas espontáneas tendientes a la
reactivación productiva e intentos de contención de la pobreza y la grave crisis social en que
se encontraba el país. Duhalde logró ordenar el clima social tumultuoso de comienzos del
año 2002, pero también fue acusado de echar mano de la violencia institucional para
hacerlo. Llamó a elecciones en marzo del año 2003.

12.6 El período kirchnerista

En las elecciones de 2003 fue elegido Néstor Kirchner, por retiro del segundo candidato,
Carlos Menem, de la segunda vuelta o “balotaje”.

Aquí se inició un proceso que marcó la escena política del país durante doce años, teniendo
en cuenta las sucesivas presidencias de 2007 y 2011 de Cristina Fernández de Kirchner.
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Todas ellas ganadas por elecciones libres y universales, lo que marcó otro hito institucional
en nuestro país. Además, en 2007 fue la primera vez que una mujer accedió al máximo cargo
electivo de nuestro país, lo que también significó un hito en la lucha por la igualdad de
género.

Sus gobiernos lograron acumular un muy importante caudal político, a partir de las políticas
de Derecho Humanos, apelando a la mayor participación, subiendo el nivel de intensidad del
debate político y aplicando políticas de inclusión social. A nivel económico se caracterizó por
llevar adelante un proceso de industrialización por sustitución de importaciones, ya
intentado en otros períodos en Argentina. Se basó en una fuerte negociación y quita de
deuda externa, promoviendo una mayor injerencia del Estado en la economía, una política
fiscal expansiva, políticas sociales como la Asignación Universal por Hijo, medidas
arancelarias, control cambiario y del comercio exterior.

Entre 2008 y 2018 funcionó también la UNASUR como un audaz intento de integración
regional
más allá
La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), es un organismo de del
integración suramericano compuesto por Bolivia, Guyana, Surinam y
Venezuela y Perú. Su objetivo es «construir una identidad y ciudadanía
suramericana y desarrollar un espacio regional integrado». Tenía un aspecto
más político que el Mercosur pues apuntaba más a la defensa geoestratégica
de la región frente a posibles injerencias externas, y a la colaboración mutua
entre los Estados.
El organismo surgió en 2008 con la firma del Tratado Constitutivo de Unasur, el
cual entró en vigor en 2011. Estuvo integrado originalmente por los doce
Estados independientes de Suramérica, cuya población conjunta de más de 400
000 000 de habitantes representaba el 68 % de la población de América Latina.
Tras una serie de elecciones en las que accedieron al gobierno partidos que se
oponían a ella, en 2018, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú
decidieron suspender su participación en el organismo. A partir de ese
momento varios países anunciaron su salida definitiva, con lo cual quedó
prácticamente disuelta.

Mercosur.

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Los últimos años este período quedaron marcados el estancamiento de las políticas
económicas expansivas debido la contracción del comercio internacional y problemas para
acceder al financiamiento externo (es decir, que no se accedía a los préstamos
internacionales). La inflación subía gradual pero sostenidamente, y la sociedad se encontraba
fuertemente polarizada respecto de su opinión sobre el gobierno.

12.7 La Alianza Cambiemos y la vuelta al liberalismo económico.

Finalmente a finales del 2015, en un contexto de desgaste político, se llamó a elecciones. En


diciembre de 2015 segunda vuelta (o balotaje), en una elección ajustada, resultó electo
Mauricio Macri del partido Juntos por el Cambio, opositora al gobierno anterior.
Nuevamente se pusieron en marcha planes de liberalización o “apertura” de la economía a
los capitales internacionales, apostando a que esto generaría la llegada de inversiones
extranjeras que harían crecer el empleo y la actividad económica del país, cosas que
finalmente no ocurrieron. Para ello se planteó recortar los salarios y derechos laborales,
como forma de atraer a la inversión externa, y recortar varias políticas sociales de inclusión
social del kirchnerismo, para reducir el déficit en las cuentas públicas. Para sostener la
unidad política, se apoyó en la polarización política que se había generado en el período
anterior, pero hacia 2019 los indicadores sociales mostraban un aumento de la pobreza, la
concentración de la riqueza, y a pesar de ello, el problema inflacionario seguía escalando.
Esto produjo una caída en la confianza política en el gobierno.

Es así que en 2019 es elegido Alberto Fernández, nuevamente del partido justicialista, bajo la
idea de volver a industrializar la economía, reducir la pobreza y retomar políticas de
derechos humanos discontinuadas por el gobierno anterior.

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