Alimentos Funcionales

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Alimentos funcionales

Historia

Los alimentos funcionales tienen


su origen en Japón en la década
de los años 30, donde el Dr.
Minoru Shirota realizó una
investigación sobre leche
fermentada con fines preventivos
en las enfermedades
gastrointestinales. 

Después, en la década de los años


50 la Organización Mundial de la
Salud (OMS), estableció
programas de enriquecimiento de
alimentos para luchar contra la
desnutrición en las zonas más
desfavorecidas. Y a partir de la
década de los 80, dado el
aumento en la esperanza de vida
y el aumento de los costes
sanitarios el gobierno Japonés,
pensó en mejorar los alimentos
como una vía para mejorar la
salud de los ciudadanos.

Así, el concepto de alimentos funcionales fue inventado en Japón en 1984, por


científicos que estudiaban la relación entre nutrición, satisfacción sensorial y
“fortificación”, como elementos para favorecer aspectos específicos para la salud.

En Europa los alimentos funcionales se introdujeron más tarde, hacia la década de los
90 como consecuencia de un nuevo estilo de vida asociado a la vida laboral, un aumento
del poder adquisitivo y la innovación en la industria alimentaria.

Alimentos funcionales en Europa

Como ya hemos comentado, los alimentos funcionales surgen ante los cambios en el
estilo de vida de la población. Se recomienda seguir una alimentación variada,
equilibrada y moderada para prevenir ciertas enfermedades y mantener un buen estado
de salud. Sin embargo, estos cambios en los estilos de vida como la falta de tiempo para
cocinar, el ritmo de vida actual, la falta de actividad física y la gran disponibilidad de
alimentos ofertados han puesto de manifiesto desequilibrios alimentarios produciendo
un aumento de ciertas enfermedades, entre las que destacan las cardiovasculares como
primera causa de muerte y de hospitalización en España.
Hay que destacar que las
enfermedades
cardiovasculares
consumen el principal
porcentaje del gasto
sanitario en los países
desarrollados y suelen
estar relacionadas con
factores de riesgo
modificables como el
colesterol, la
hipertensión, etc. La Organización Mundial de la Salud estima que un 50% de las
personas no cumple con las recomendaciones de los expertos respecto a hábitos de vida
y alimentación.

En respuesta a este problema, la ciencia de la nutrición se encuentra ante un nuevo y


revolucionario reto: la búsqueda de nuevos alimentos y/o compontes alimentarios que
aseguren el estado de salud y reduzcan el riesgo de padecer ciertas enfermedades.
Además, podría reducir los futuros costes derivados del tratamiento de estas
enfermedades. En este punto interviene de una manera significativa la industria, ya que
es la principal encargada de la elaboración y producción de los alimentos.

Por tanto, en los alimentos funcionales se integran dos puntos muy importantes y muy
distintos. Por un lado tenemos la ciencia de la nutrición, encargada de investigar y
probar los nuevos compuestos y/o alimentos que se van desarrollando y por otro lado la
industria, productores y distribuidores del alimento que va a llegar finalmente hasta
nuestras manos, los consumidores.

Hoy en día, todos nosotros, los consumidores, no solo deseamos alimentarnos bien, sino
que además demandamos y deseamos que el alimento tenga un beneficio específico
sobre su salud, ya que cada vez, tenemos más interiorizado que la alimentación es uno
de los pilares para envejecer con calidad de vida.

Es importante resaltar que la


alimentación constituye un
pilar fundamental, tanto en
la prevención como en el
tratamiento de muchas
enfermedades y que algunos
alimentos tiene la capacidad
de actuar como tratamiento
de algunas patologías.

Actualmente en España se comercializan algo más de 200 tipos diferentes de alimentos


funcionales. La industria de alimentos funcionales tiene un ritmo de crecimiento del
14%, según datos de Nielsen.

Con todo ello, hemos realizado este tema de alimentos funcionales para aclarar las
dudas que nos puedan surgir sobre este tema como qué son, qué beneficios tiene y a
quién van dirigidos.
¿Qué son los alimentos funcionales?

El término “alimentos funcionales” es una


denominación genérica que representa más un
concepto que un grupo bien definido de alimentos, y
engloba a todos aquellos alimentos que poseen
propiedades que son beneficiosas para la salud, que van
más allá de las atribuidas a los nutrientes que
contienen.

Así, se define un alimento funcional como cualquier


alimento o ingrediente alimentario que puede producir
un efecto beneficioso para la salud, además de su
tradicional función nutricional. Estas propiedades
beneficiosas se deben a la presencia de compuestos
biológicamente activos que se encuentran en el
alimento.

Para que un alimento se considere alimento funcional debe cumplir las siguientes
condiciones generales:

 Debe producir un efecto fisiológico beneficioso sobre el estado de salud físico o


mental, y/o reducir el riesgo de enfermedad.

 Las citadas propiedades beneficiosas sobre la salud deben estar demostradas


mediante una sólida y verdadera base científica.

 El componente alimentario responsable de sus efectos fisiológicos debe ser


caracterizado por sus propiedades físicas y químicas, así como identificado y
cuantificado por los métodos analíticos posibles.

 El compuesto citado tendrá que haber sido evaluado en poblaciones humanas en


relación con su absorción, distribución, metabolismo, excreción y metabolismo
de acción.

 Debe ser efectivo en todos los miembros de una población (edad, constitución
genética, etc.).

 Debe mantener las características propias de un alimento, es decir, no puede


presentarse en forma de píldoras, cápsulas, comprimidos, polvos, etc.
permitiendo ser integrados en la alimentación habitual del individuo.

 Las cantidades del consumo necesarias para manifestar sus efectos beneficiosos
tienen que ser las habituales en un patrón normal de alimentación.

Estas condiciones generales pueden variar ligeramente


dependiendo del país donde nos encontremos. Así en Japón
es imprescindible que los alimentos o ingredientes sean de
origen natural, mientras que en Estados Unidos se incluyen
en esta categoría alimentos que son suplementados con
ingredientes (denominados “alimentos de diseño”) como por ejemplo, los transgénicos
(alimentos no naturales).

Incluso dentro de Europa, dado que por el momento no existe una legislación común en
todos los países que la forman, cada país puede desarrollar sus propias normativas.

Por tanto, un alimento funcional, dependiendo del país considerado puede ser uno de los
incluidos a continuación:

 Alimento natural.

 Alimento procesado, al que se le han añadido o eliminado


ciertos componentes.

 Alimento en que la composición de uno o más de sus


componentes (nutrientes o no nutrientes) se ha modificado,
mediante técnicas de ingeniería genética, con el fin de
aumentar sus características funcionales.

 Alimento en los que tecnológica o biotecnológicamente


se les ha modificado la biodisponibilidad de uno o más de
sus componentes.

Cualquier combinación de estas posibilidades.

mentos y componentes alimentarios en los alimentos funcionales actuales

Es de gran importancia
identificar los compuestos
presentes en los alimentos que
provocan un efecto beneficioso
para la salud. Gracias a las
investigaciones realizadas en los
distintos alimentos, se han
podido identificar numerosos
compuestos o nutrientes que
producen estos efectos positivos
y con ellos, la industria se hace
responsable de la elaboración y
producción de los distintos
alimentos funcionales.

Según el origen de los alimentos


podemos diferenciar entre alimentos de origen vegetal y animal. A continuación iremos
describiendo algunos de los compuestos, sus efectos en la salud y algunas
investigaciones sobre la relación entre el compuesto y su efecto.

 Alimentos de origen vegetal


 Alimentos de origen animall
 Alimentos y componentes alimentarios: Alimentos de origen vegetal
 Los alimentos de origen vegetal han sido objeto de gran interés para la búsqueda
de compuestos biológicamente activos, a los cuales, se les atribuyen las
propiedades beneficiosas de dicho alimento. Por ello, se han realizado
investigaciones con el fin de identificarlos, y como consecuencia se han
identificado docenas de compuestos.
 Dado su origen vegetal, han recibido el nombre de sustancias fitoquímicas.
Algunos ejemplos de estos alimentos que
presentan estas sustancias son:
 Avena: es una buena fuente de fibra
soluble. Actualmente existen evidencias
científicas de que el consumo de este
alimento vegetal reduce los niveles
plasmáticos de colesterol total y LDL, y
como consecuencia reduce el riesgo de
enfermedades cardiovasculares
(Thongoun P., 2013).
 Se ha estimado que el consumo diario de 60g de harina de avena o 40g
de salvado de avena puede reducir el 5% del colesterol plasmático.
Soja: desde la década de los 90, la soja ha sido objeto de atención por su
alto contenido en proteínas y la elevada calidad de la misma. Contiene
isoflavonas a las cuales se les atribuye el efecto hipocolesterolemiante de
la soja (reduce el colesterol plasmático). También contiene otros
compuestos como inhibidores de proteasas, fitoesteroles, soponinas,
etc., a los que se les atribuye un efecto anticancerígenos.
 En un metanálisis se observó que las isoflavonas de la soja podrían
disminuir el riesgo de padecer cáncer de mama en mujeres asiáticas pre y
post menopáusicas. Sin embargo no observaron esta asociación en
mujeres de países del Este (Chen M.,
2014).
 Semillas de lino: el interés de este
alimento está basado hasta ahora en las
características de su aceite. El aceite de
linaza contiene rico la mayor cantidad de
ácido graso linolénico contiene
aproximadamente un 57% respecto a los
ácidos grasos totales. Sin embargo el interés se ha centrado en unos
compuestos asociados a la fibra, los lignanos. Estos compuestos se han
asociados a la prevención de cánceres dependientes de ciertas hormonas,
disminución de los niveles plasmáticos de colesterol total y LDL
(Almario, R.U., 2013).
 Tomates: en los últimos años, los
tomates han recibido una especial
atención debido al posible papel en la
reducción del cáncer debido a su alto
contenido en licopeno.
 En un estudio de cohorte, realizado en
47.000 varones, se ha demostrado que el
consumo de tomates y productos
derivados, diez o más veces por semana,
disminuye el riesgo de desarrollar cáncer de próstata avanzando en un
50% respecto a aquellos que nos los ingieren. En otros estudios, también
relacionan el consumo de tomates y por consiguiente del licopeno que
contienen, con su efecto en la prevención del cáncer de próstata
(Silberstein T., 2013)
 Los mecanismos de acción que tratan de justificar este efecto en la
reducción del cáncer se basan en su función antioxidante. Se estima que
la función antioxidante del licopeno puede ser el doble de activa que el
del β-caroteno.
 Ajos y otras especies del género Allium: el ajo es el alimento vegetal
más nombrado en la literatura por sus propiedades medicinales. Los
efectos beneficiosos sobre la salud son numerosos, incluyendo:
preventivo del cáncer, antibiótico, antihipertensivo e
hipocolesterolémico.
 El bulbo intacto del ajo, contiene un
aminoácido aromático, denominado
alliína, y cuando se rompen los dientes
(con un golpe) este aminoácido se libera y
se transforma en otros compuestos que
contienen sulfuros, algunos de los cuales
están siendo estudiados en la prevención
del cáncer.
 Los compuestos del ajo parecen inhibir la
formación de tumores en numerosos
modelos experimentales y este efecto
parece que también se observa en humanos. Sin embargo, en humanos
todavía los estudios son algo contradictorios (Guercio V., 2014).
 También se la han atribuido efectos positivos en la prevención de las
enfermedades cardiovasculares por su efecto sobre la presión arterial
(Shouk R., 2014) y sobre el colesterol sanguíneo (Ried K., 2013).
Diferentes estudios sugieren que el consumo de 800mg de ajo al día, el
equivalente a medio o un diente entero de ajo, pueden disminuir los
niveles de colesterol en un 9-12%. Sin embargo, no existen suficientes
evidencias para recomendarlo de forma diaria en la práctica clínica ni se
conoce exactamente el compuesto responsable de este
efecto.
 Brócoli y otras especies de crucíferas: a estos alimentos
se les atribuyen propiedades anticancerígenas. Este efecto
es atribuido a la presencia de glucosinolatos. Cuando
estos compuestos se liberan se degradan en otros
compuestos, como por ejemplo en índoles e
isotiocianatos. A ambos compuestos se les atribuyen
efectos en la prevención del cáncer.
 En algunos estudios realizados en ratas, se observó este efecto
anticancerígeno del brócoli e incluso antiinflamatorio, sin embargo los
resultados no pueden generalizarse a otras especies de crucíferas
(Brassicas) (Lippmann D., 2014).
 Cítricos: numerosos estudios han demostrado que
desempeñan un papel preventivo en una gran variedad
de cánceres en humanos. Tiene importantes nutrientes
como la vitamina C, folatos y fibra, pero se le atribuye esta propiedad a
otro compuesto, el denominado limoneno.
 Se han realizado numerosos estudios con este compuesto en gran
variedad de tumores, tanto espontáneos como inducidos, y los estudios
sugieren que es un buen candidato para la prevención del cáncer, dada su
actuación en la fase inicial de la carcinogénesis
(desarrollo del cáncer).
 Té: es la segunda bebida más consumida en
el mundo. La atención ha recaído sobre el
contenido en compuestos polifenólicos (tienen
un carácter antioxidante), especialmente en las
variedades del té verde. Estos compuestos
pueden llegar a representar el 30% del peso
seco de las hojas frescas. Se han realizado
estudios de estos compuestos por su efecto en la prevención del cáncer,
sin embargo, los estudios no han sido concluyentes.
 Se ha sugerido que los efectos beneficiosos del té podrían estar
restringidos a elevadas ingestas y a sólo poblaciones de alto riesgo de
padecer cáncer.
 Vino y uva: particularmente el vino tinto puede
reducir el riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares. Este efecto es bien conocido y se
atribuye a su contenido en compuestos fenólicos
(Ziberna L., 2013).
 Aceite de oliva: se caracteriza por su riqueza en
ácido oleico (w-9), superior a la de otros aceites
comestibles. Además contiene otros compuestos a
los cuales, se les atribuyen propiedades
antiinflamatorias, como el escualeno.
 La primera mención del posible efecto beneficioso
del aceite de oliva para la salud fue en el Estudio de
los Siete Países. Recientemente, se ha publicado el
estudio PREDIMED (2013), en el cual se ha estudiado el efecto de la
dieta Mediterránea en las enfermedades cardiovasculares. En este último
estudio, se concluyó que una alimentación enriquecida con aceite de
oliva o frutos secos, puede reducir la incidencia de enfermedades
cardiovasculares.
 Alimentos diversos que contienen oligosacáridos: existen múltiples
alimentos que contienen oligosacáridos ya que forman parte de la fibra
vegetal. Contribuyen con la proliferación de ciertas especies de la
microbiota intestinal, por lo que se consideran prebióticos. Por ejemplo:
espárragos, cebollas, remolacha, etc.
 Alimentos diversos que contienen fitoesteroles: los
esteroles vegetales o fitoesteroles representan en el reino
vegetal el equivalente al colesterol vegetal. Se encuentran en
las distintas partes de los vegetales, por lo que forman parte
de la dieta habitual. Sin embargo, su ingesta varía
enormemente dependiendo de los hábitos alimentarios del
individuo, llegando a una variabilidad en la ingesta de
esteroles vegetales entre 500 y 160mg/día.
 Se les atribuyen propiedades hipocolesterolemiantes dado que impiden la
correcta absorción del colesterol animal y como consecuencia, reducen el
colesterol plasmático. Este efecto ha sido demostrado con un consumo
diario de 1,5-2,5g/día, provocando reducciones del colesterol total del
10% y colesterol LDL del 8%.
 Incluso se han realizado estudios en niños con hipercolesterolemia y se
ha obteniéndo como resultados una reducción significativa del colesterol
LDL (Garoufi A., 2014).
 Por ello, hoy en día se adicionan esteroles vegetales a múltiples
alimentos funcionales, como por ejemplo, las margarinas o yogures
líquidos.

 En la siguiente tabla, se resumen los alimentos mencionados, sus


correspondientes compuestos y los efectos que provocan en la salud:

Alimento Compuesto identificado Efecto en la salud


Avena Fibra soluble Reduce el colesterol (enfermedades
cardiovasculares)
Soja Isoflavonas Reduce el colesterol (enfermedades
Inhibidores de proteasas cardiovasculares)
Fitoesteroles Anticancerígeno
Saponinas
Semillas de lino Lignanos Prevención de cánceres dependientes
de hormonas
Tomate Licopeno Reducción del cáncer
Ajos y otras especies del Alliína y productos de su degradación Prevención del cáncer
género Allium (compuestos sulfurados) Antibiótico
Antihipertensivo
Reduce el colesterol (enfermedades
cardiovasculares)
Brócoli y otras especies de Glucosinolatos y productos de su Anticancerígeno
crucíferas degradación (índoles e isotiocianatos)
Cítricos Limoneno Prevención del cáncer
Té Compuestos polifenólicos Prevención del cáncer
Enfermedades cardiovasculares
Vino y uva Compuestos fenólicos Reducción de las enfermedades
cardiovasculares
Aceite de oliva Ácido oleico (w-9) Propiedades antiinflamatorias
Escualeno (enfermedades cardiovasculares)
Alimentos diversos que Oligosacáridos (fibra vegetal) Prebióticos, son beneficiosos para la
contienen oligosacáridos microbiota intestinal
Alimentos diversos que Esteroles vegetales o fitoesteroles Reducción del colesterol
contienen fitoesteroles (enfermedades cardiovasculares)

Hay que destacar, que los alimentos que tienen un efecto anticancerígeno,
siempre están referidos a la prevención del mismo, es decir, a prevenir el
desarrollo del cáncer en sus distintas fases. En ningún caso se refiere a que la
ingesta de alguno de estos alimentos tenga un efecto curativo en cánceres ya
desarrollados. Su consumo se recomienda como medida preventiva pero no
curativa.
 Alimentos y componentes alimentarios: Alimentos de origen animal
 Por otro lado, también se han realizado investigación sobre los alimentos de
origen animal que contiene compuestos que producen un beneficio para la salud
y que pueden formar parte de alimentos funcionales.
 Algunos de estos alimentos son:
 Pescado: desde que se descubrió la
baja tasa de mortalidad por enfermedades
cardiovasculares en la población
esquimal, cuya alimentación está basada
en el consumo de alimentos de origen
marino, las investigaciones se han
centrado en el papel de los ácidos grasos
poliinsaturados w-3 en la prevención de
algunas enfermedades como el cáncer y
las enfermedades cardiovasculares.
 El efecto cardioprotector del pescado se ha asociado por una parte a la
capacidad del ácido graso w-3 para disminuir los niveles de triglicéridos
en un 25-30% (no siendo efectivos en la reducción del colesterol total ni
LDL) y, sobre todo, por su capacidad antiagregante (disminuye la
viscosidad de la sangre). Este último efecto, se ha atribuido a la presencia
de eicosanoides.
 Por ello, según los efectos mencionados, se recomienda el consumo de
pescados azules, ricos en ácidos grasos w-3, en las dietas
cardiosaludables (Piñeiro-Corrales, G., 2013).
 Productos lácteos: los derivados lácteos pueden
ser considerados como alimentos funcionales, no
sólo por ser la fuente de calcio por excelencia, que
les permite desempeñar su importante papel en la
prevención de la osteoporosis y posiblemente
también en el cáncer de colon.
 Las últimas investigaciones se han centrado en los
productos lácteos fermentados, conocidos como
probióticos, ya que los alimentos son el vehículo
de los microorganismos vivos hasta el intestino,
donde producen su efecto beneficioso al mejorar
el balance de su microflora intestinal.
 Se han identificado en torno a 400 especies de bacterias que pueden
colonizar el tracto gastrointestinal humano, de las cuales se han dividido
en dos categorías: las beneficiosas, como Bifidobacterium
Bifidobacterium y Lactoballius, y las perjudiciales, como Enterobacterias
y Clostridium.
 Los principales probióticos son los lactobacilos, bifidobacterias y
algunas levaduras, a los cuales se les han atribuido distintos efectos
beneficiosos entre los que destacamos: hipocolerterolémico,
anticancerígenos y actúan evitando que otros microorganismos
perjudiciales se desarrollen en el intestino. Más recientemente, se le han
atribuido propiedades moduladoras del sistema inmunológico.
 Las evidencias apoyan el papel de los probióticos en la reducción del
riesgo de cáncer, particularmente el de colon. Hoy en día, se sabe que las
bacterias lácticas presentes en los lácteos fermentados pueden alterar o
modular la actividad de diferentes enzimas fecales, que pueden
desempeñar un papel en el desarrollo del cáncer de colon (Ramírez
Ramírez, JC., 2011).
 El efecto sobre el sistema inmunológico se ha atribuido al efecto de los
probióticos en la estimulación de la formación de anticuerpos,
aumentando así la respuesta inmune.
 Otros componentes presentes en los productos lácteos que han sido
relacionados con efectos beneficiosos sobre la salud son: el ácido
linoleico conjugado, dado que reduce el riesgo de carcinogénesis, los
esfingolípidos, podrían modular la diferenciación celular y la
carcinogénesis, y el ácido butírico de la leche, que no está presente en
ningún alimento común, es el sustrato energético por excelencia de las
células del colon.
 Ternera: la incorporación de este
alimento dentro de la categoría de
alimento funcional es bastante reciente,
ya que fue a finales de la década de los
80 cuando se aisló por primera vez, un
ácido graso con propiedades
anticancerígenas, el ácido linoleico
conjugado (ALC).
 El ALC se ha encontrado en alta
concentración en la grasa de los
rumiantes (ternera, cordero y productos
lácteos). Se ha demostrado que este compuesto es efectivo en la
supresión de tumores de estómago, colon y mama en animales de
experimentación. En estudios con modelos en mamíferos, el ALC ha
sido un efectivo anticarcinógeno en una proporción en sus dietas de 0,1-
1%, que es una cantidad superior al consumo estimado en humanos
(1g/persona/día).
 Con consecuencia de estos resultados se han realizado investigaciones
con el fin de aumentar el contenido de ALC en la leche de vaca y en la
carne de los rumiantes mediante cambios en la alimentación de los
animales (Martínez Marín, A.L., 2007). Así se ha descrito que cuando
los rumiantes comen forraje verde, el contenido de ALC intramuscular
aumenta más que cuando se les alimenta con raciones concentradas y de
paja.
 Hay que destacar que se desconoce el mecanismo de acción por el cual el
ALC actúa como un anticancerígeno modulando el desarrollo de
tumores.

 En la siguiente tabla, se resumen los alimentos mencionados, sus
correspondientes compuestos y los efectos que provocan en la salud:

Alimento Compuesto identificado Efecto en la salud


Pescado Ácidos grasos w-3 Enfermedades
cardiovasculares
Productos Probióticos Enfermedades
lácteos cardiovasculares
Prebióticos
Cáncer gastrointestinal
Ácido linoleico conjugado
(ALC) Infecciones
gastrointestinales
Esfingolípidos
Modulador del sistema
Ácido butírico inmune
Ternera Ácido linoleico conjugado Distintos tipos de cáncer
(ALC)

 Fuente Mataix, 2009.

Guía Práctica: Áreas de desarrollo de los alimentos funcionales

Como hemos comentado anteriormente, en


los alimentos funcionales hay una parte
muy importante de la investigación en los
alimentos que se corresponde con la parte
de la ciencia de la nutrición, y por otro lado
estaría la industria como principal
encargada de la elaboración y producción
de estos alimentos.

Hasta ahora hemos comentado las


investigaciones sobre los distintos
compuestos presentes en los alimentos, sin embargo, ahora esos compuestos ya
estudiados y que se ha demostrado su eficacia en humanos, se van a traducir en
alimentos que estén disponibles en los mercados, los alimentos funcionales.

Hoy en día estamos expuestos a una gran publicidad que hace referencia a este tipo de
alimentos, y cabe destacar, que la principal diana terapéutica bajo la cual se están
desarrollando nuevos productos son las siguientes:

Salud cardiovascular: productos que ayudan a reducir el

colesterol como lo esteroles/estanoles vegetales, fibra,


proteínas de soja, etc.
Así, podemos encontrar yogures y margarinas enriquecidos
con esteroles vegetales.
 

Obesidad: con  menos calorías, azúcares, grasas saturadas, etc.

En general, en la mayoría de los productos que consumimos podemos


encontrar modalidades “light” en muchos tipos de alimentos. Cuando
aparece la mención de alimento “light” significa que ese alimento
tiene un 30% menos de calorías que el alimento original, es decir, la
mayonesa light contiene el 30% menos de calorías que la mayonesa
normal. Podemos encontrar este tipo de alimentos en: mayonesas,
refrescos, natas, alimentos en los que se especifica que tienen menor
contenido en grasa (0% materia grasa), mermeladas, etc.
También podemos encontrar zumos industriales sin azúcares
añadidos, galletas con menor contenido en grasa, etc.
Hay que tener en cuenta que aportan menos calorías que el mismo tipo de alimento
original, pero continúan aportando, y si se toma más cantidad de este tipo de alimentos
por el hecho de ser “bajos en calorías” se puede provocar una ganancia de peso.

Salud inmune: con probióticos y prebióticos (aparato digestivo).


En el mercado podemos encontrar los probióticos como tal, en
general, en capsulas, pero dado que estamos hablando de alimentos
funcionales, tenemos que hablar de un alimento físico como tal. En
general, los probióticos se encuentran en alimentos fermentados en
general, como los yogures y los quesos.
Por otra parte los prebióticos se encuentran principalmente en
alimentos ricos en fibra, como las frutas, verduras y alimentos
integrales. Por ejemplo: cereales fortificados con fibra y minerales.

El rendimiento: alimentos con DHA y EPA, omega 3, vitaminas del grupo B, etc.
Estos componentes se les adicionan a una gran variedad de alimentos, como por
ejemplo la leche enriquecida con omega 3, los huevos con omega 3, etc.

Antienvejecimiento: productos enriquecidos con vitaminas y

antioxidantes. Por ejemplo: zumos enriquecidos con vitaminas,


minerales y/o fibra.

Salud ósea: alimentos con refuerzo de calcio y  vitamina D.


Los principales alimentos funcionales dirigidos hacia la salud
ósea son la leche y yogures enriquecidos con ambas sustancias.
Salud infantil: productos con ácidos grasos esenciales omega 3 y 6,
con menos grasas saturadas, con menos azúcares, etc.
En este apartado podemos encontrar gran diversidad de alimentos
funcionales. La mayoría de las leches infantiles llevan adicionados
uno o varios de estos componentes con el fin de garantizar un buen
desarrollo mediante una lactancia artificial.

Además se están desarrollando alimentos funcionales específicos para grupos reducidos


de la población:

 Alimentos para la mujer:


Las mujeres tienen
necesidades nutricionales
únicas debido a los
cambios que
experimentas sus cuerpos
a lo largo de las diversas
etapas de su vida
(embarazo, lactancia,
menopausia). Alimentos
destinados a las mujeres:
leche con isoflavonas o
yogures con enriquecidos
con calcio para la prevención de la osteoporsis.

 Alimentos para deportistas, como por ejemplo: bebidas especiales para


deportistas o barritas energéticas con mayor contenido en sales minerales,
proteínas, etc.
Guía Práctica: ¿A quién van dirigidos los alimentos funcionales?

Los alimentos funcionales pueden formar parte de la alimentación de cualquier


persona. Pero además, están especialmente indicados en aquellos grupos de
población con necesidades nutricionales especiales como las embarazadas y
los niños, o con estados carenciales, intolerancias a determinados alimentos,
colectivos de riesgo de determinadas enfermedades, como las enfermedades
cardiovasculares, gastrointestinales, osteoporosis, etc., y personas mayores.

Guía Práctica: ¿Cómo están regulados?

Las condiciones de higiene y seguridad de los alimentos funcionales están


reguladas como cualquier otro alimento. En el caso de nuevos alimentos y
nuevos ingredientes alimentarios están regulados bajo una normativa
específica.

Además, la legislación española, al igual que la de la Unión Europea,


contempla que cuando se realicen afirmaciones relativas a que un producto  está
enriquecido con algún nutriente, el envase debe contener obligatoriamente el etiquetado,
indicando el aporte real del producto en ese componente.

Con respecto al etiquetado, la presentación y la


publicidad, la Unión Europea determina que la
información que se incorpora a los envases y a la
publicidad no puede atribuirse propiedades preventivas,
de tratamiento o curación de una enfermedad.

Debido al creciente interés por los alimentos


funcionales, la UE, a través del organismo FUFOSE
(Functional Food Science in Europe), va a regular las
alegaciones sanitarias, es decir, la información dirigida al consumidor sobre los efectos
beneficiosos que este tipo de alimentos ejercen para la nutrición y la prevención de
enfermedades.

Cabe mencionar la existencia de diferentes piezas de legislación europeas que cubren


diversos aspectos específicos de seguridad alimentaria
(http://europa.eu.int/comm/food/food/labellingnutrition/index_en.htm), como las
relacionadas con los contaminantes, riesgos microbiológicos, higiene, radiación,
alimentos dietéticos, alimentos fortificados y suplementos, aditivos, saborizantes, aguas,
así como las cuestiones asociadas con los controles oficiales y los sistemas de alerta
rápida.
La UE exigirá que las alegaciones sanitarias de todos los alimentos funcionales estén
científicamente probadas.

Anexo

Podemos encontrar alimentos funcionales naturales y modificados. Los alimentos


funcionales naturales son alimentos que contienen propiedades beneficiosas por sí
mismos, sin necesidad de que se realice ninguna modificación, como por ejemplo:
tomates, brócoli, yogures, pescado etc. Sin embargo los modificados pueden ser muy
variados, vamos a poner algunos ejemplos de alimentos modificados:

 Alimentos a los que se les añade algún componente, como por ejemplo:
omega 3 o jalea real.


 Alimentos en los que se sustituye un componente por otro, como por
ejemplo: azúcar por edulcorantes (mermeladas o refrescos light), grasa por
hidratos de carbono o proteínas, etc.


 Alimentos a los que se les elimina algún componente: leche desnatada
(eliminan la grasa), alimentos para celiacos (sin gluten), para hipertensos
(sin sal) etc.


 Alimentos a los que se les aumenta la concentración de algún componente,
como por ejemplo: leches enriquecidas en calcio y vitamina D, zumos
enriquecidos con vitamina C o cereales con ácido fólico. 


 Alimentos a los que se les altera la biodisponibilidad de algún componente
(se enriquece el alimento y se mejora su biodisponibilidad), como por
ejemplo: los yogures con esteroles vegetales.

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