Derecho Civil
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CLASIFICACIÓN:
En primer lugar, acudir a una técnica de reproducción asistida demanda un costo elevado,
puesto que los centros de atención de fertilidad no cuentan con precios accesibles a la mayoría
de la población. Esta puede llegar a costar hasta 11 mil soles en las clínicas privadas del país,
sin incluir los costos de exámenes médicos que se recomiendan para el descarte de
enfermedades que pueden complicar el embarazo. Cabe precisar que los costos disminuyen si
existe la posibilidad de realizarlos en algún establecimiento del Estado.
En segundo lugar, de acuerdo al artículo 7 de la Ley General de Salud, se ha inferido que este
método no está permitido, en tanto que la condición de madre genética y madre gestante no
recae en la misma mujer. Incluso los precios para acceder a esta son más elevados a causa de
la supuesta prohibición; en otros casos las parejas prefieren viajar a países en los cuales está
permitido realizarla y al regresar al territorio nacional recurren a fraudes legales que les
permita reconocer a ese niño como suyo.
En tercer lugar, si el embarazo llega a su término, puede darse el caso de que la mujer que ha
gestado no desee entregar al bebé. Esto porque es evidente que al portar un embarazo se crea
un vínculo entre la madre gestante y el bebé que alumbra. Dicha relación se concretiza en el
momento en que la mujer hace el primer contacto con el recién nacido, como suele pasar
inmediatamente después del parto. Incluso, no es descabellado pensar que, aunque el fin haya
sido altruista, la gestante exija un beneficio económico.
JURÍDICA
El primer desafío de regularla es que se despejen todas las dudas referidas a la errónea
interpretación del artículo 7 de la Ley General de Salud. De otra manera, será
imposible proteger los derechos constitucionales de los integrantes de la nueva familia
que nace, pues seguirían emitiéndose pronunciamientos contradictorios respecto a
este artículo. Asimismo, que se establezca que la maternidad subrogada gestacional
altruista solo podrá ser utilizada ante la infertilidad certificada de la pareja que desee
acudir a esta.
El segundo desafío es que la regulación debe enmarcarse en la gratuidad de esta
técnica, es decir, deben centrarse en la solidaridad y en el altruismo. El simple hecho
de que en un pacto o contrato de este tipo se incluya alguna cláusula referida a un
pago que no se relacione con los gastos propios del embarazo deberá ocasionar la
nulidad de aquel.
El tercer desafío es que deje en claro cómo se procedería ante la negativa de la madre
gestacional de entregar al bebé al término del embarazo, y de ceder todos los
derechos que les corresponderían a los padres biológicos.
El cuarto desafío es que se establezca un límite de edad para la mujer que subroga,
pues podría atentarse contra la vida de esta al permitirse que geste un embarazo a una
avanzada edad. Asimismo, se reduciría el porcentaje de éxito de la implantación y del
término del embarazo porque la edad es un factor determinante para el éxito de este.