Las Bodas Del Cordero

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FECHA: GUAYAQUIL 19 FEBRERO 2021

NOMBRE: CARLOS CASTRO BAJAÑA


MAESTRO: ROYER ANGULO
MATERIA: ESCATOLOGIA
CURSO: SEGUNDO AÑO
COORDINAR CUANDO APROXIMADAMENTE SERÁN LAS BODAS DEL
CORDERO LINEAS DE TIEMPO, VERSÍCULOS BÍBLICOS, PROFESIAS

Las Bodas del Cordero


El segundo evento subsiguiente al Rapto de la Iglesia es, Las bodas del
Cordero. Para comprender todo lo relacionado con las Bodas del Cordero,
es necesario un entendimiento de la historia del sistema matrimonial
judío, tal y como era practicado en aquellos días. Cuatro etapas distintivas
formaban este sistema.
El primer paso: El padre del novio hacía los arreglos para las bodas y
pagaba el precio por la novia. El tiempo del arreglo variaba. A veces
tomaba lugar cuando los contrayentes eran muy pequeños; en otras
ocasiones, se llevaba a cabo un año antes de la boda.
Comúnmente los novios no se conocían, sino hasta el día de la boda.
El segundo paso: El ir a traer a la novia. Esto podía ocurrir en un año o
más, después de que el primer paso había tomado lugar. El novio iba a la
casa de la novia para traerla a su propia casa. En conexión con este paso,
dos cosas más deben ser notadas.
Primero: Era el padre de la novia quien determinaba el tiempo.
Segundo; Previo a que el novio fuera a traer la novia, él debía tener un
lugar preparado para ella, donde ambos habían de morar.
El tercer paso: la ceremonia de bodas, a la que muy pocos eran invitados.
Previo a la ceremonia de bodas, la novia pasaba por una inmersión ritual
para su limpieza.
El cuarto paso: La fiesta de bodas, que podía durar hasta siete días.
Muchos eran los invitados a la fiesta de bodas, más que los invitados a la
ceremonia de bodas.
En las Bodas del Cordero estarán presentes los cuatro pasos del sistema
de las bodas judías.
Primero, Dios el Padre hizo los arreglos para Su Hijo y pagó el precio por la
novia; en este caso, el precio fue la sangre del Mesías. Esta es la base para
lo que dice Efesios 5:25–27: Maridos, amad a vuestras esposas, así como
Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella; para santificarla
limpiándola en el lavamiento del agua por la palabra, para presentársela
gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa
semejante; sino que fuese santa y sin mancha. Así como pasaba un
periodo largo de tiempo entre el primer y Segundo paso en el sistema
judío de bodas, así ha sido el caso aquí. Cerca de dos mil años han pasado
desde que el primer paso tomó lugar. Pero en 1 Tesalonicenses 4:13–18 el
segundo paso ocurrirá; eso ya lo hemos analizado en conexión con los
eventos del Rapto. El Rapto corresponde a ir a traer a la novia. Yeshua
vendrá en las nubes para traer a Su Novia a Su Hogar en el Cielo.
Solamente Dios el Padre sabe el tiempo de este evento (Mat 24:36). Aún
más, esto no sucederá sino hasta que el lugar de residencia ya haya sido
preparado (Jn 14:1–3).
En el Cielo, el tercer paso tomará lugar. Ésta es la ceremonia de bodas
descrita en Apocalipsis 19:6–8: Y oí como la voz de una gran multitud, y
como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos,
diciendo: ¡Aleluya, porque reina el Señor Dios Todopoderoso! Gocémonos
y alegrémonos y démosle gloria; porque han venido las bodas del Cordero,
y su esposa se ha aparejado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino
fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es la justicia de los
santos. La ceremonia de bodas toma lugar en el Cielo y envuelve a la
Iglesia. Que esto habrá de tomar lugar después del Tribunal del Mesías es
evidente en el versículo 8, pues vemos a la Iglesia vestida de lino fino, que
es la justicia de los santos. Esto quiere decir que toda la madera, heno y
hojarasca ha sido quemada y todo el oro la plata y las piedras preciosas
han sido purificadas. El Tribunal del Mesías, corresponde al ritual de
limpieza de la novia.
Así, siguiendo al Rapto de la Iglesia en la que el novio trae a la novia
consigo a Su hogar en el cielo, y siguiendo al Tribunal del Mesías, que
resulta en la novia vestida de lino blanco, la ceremonia de bodas toma
lugar antes de la actual Segunda Venida del Mesías.
En este contexto de Apocalipsis 19, los versículos 1–10 describen los
eventos en el Cielo, previos a la Segunda Venida, mientras que los
versículos 11–21 describen la Segunda Venida y los eventos subsiguientes.
Lo que cuidadosamente debemos notar aquí es que la Iglesia ya está en el
Cielo, antes de la Segunda Venida. Además, la Iglesia ya ha estado en el
Cielo lo suficiente para haber pasado por el Tribunal del Mesías. Esto
claramente enseña que el Rapto y la Segunda Venida no son la misma
cosa; deben estar separados por cierta duración de tiempo. Previamente,
hemos citado varios pasajes para demostrar que el Rapto vendrá antes de
que comience la Tribulación, Apocalipsis 19:6–8 es una evidencia más
acerca de esto.
La ceremonia de bodas tomará lugar en el Cielo, después del Rapto y
antes de la Segunda Venida, e incluirá sólo a los santos de la iglesia
El cuarto paso, la fiesta de bodas, tomará lugar en la tierra después de la
Segunda Venida, y con la fiesta, el Reinado Mesiánico dará comienzo. Por
esta razón, algunas de las parábolas del Reinado del Mesías son en
referencia a la fiesta de bodas (Mat 22:1–14; 25:1–13). Mientras que la
ceremonia de bodas envuelve sólo a la Iglesia, la fiesta de bodas incluye a
los santos del Antiguo Testamento y a los santos de la Tribulación. Está
claro en las Escrituras que los santos del Antiguo Testamento no serán
resucitados con Cristo antes de la Tribulación, sino que serán resucitados
con los santos de la Tribulación, después que ésta haya pasado; esto es,
después de la Segunda Venida. Esto lo podemos ver en Daniel 12:2, que
describe la resurrección de los santos del Antiguo Testamento, pero el
tiempo de Daniel 12:2 será después de los eventos de la Tribulación, de la
cual ha estado hablando desde Daniel 11:36.
La invitación ya ha salido en Apocalipsis 19:9: él me dijo: Escribe:
Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero.
Y me dijo: Éstas son palabras verdaderas de Dios.
El resultado de la invitación es su resurrección y la fiesta de bodas, la cual
durará al menos siete días, y tal vez concluirá el Intervalo de la Fiesta de
los Setentaicinco Días. El más probable escenario es que inaugurará el
Reinado Mesiánico por los primeros siete días, ya que la parábola de la
fiesta de las bodas está conectada con el Reino. Una de estas parábolas de
la fiesta de bodas se encuentra en Mateo 22:1–14: Y respondiendo Jesús,
les volvió a hablar en parábolas, diciendo: El reino de los cielos es
semejante a un rey que hizo bodas a su hijo, y envió a sus siervos para que
llamasen a los convidados a las bodas; mas no quisieron venir. Volvió a
enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, mi comida
he preparado, mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo
está preparado; venid a las bodas. Pero
ellos, lo tuvieron en poco, y se fueron, uno a su labranza, y otro a sus
negocios; y los otros, tomando a sus siervos, los afrentaron y los mataron.
Y oyéndolo el rey, se indignó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos
homicidas, y puso a fuego su ciudad.
Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; pero
los que fueron convidados no eran dignos. Id, pues, a las salidas de los
caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. Y saliendo los siervos por
los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y
buenos; y las bodas fueron llenas de convidados. Y cuando el rey vino para
ver a los convidados, vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda, y
le dijo: Amigo, ¿cómo entraste acá sin estar vestido de boda? Mas él
enmudeció.
Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, llevadle y
echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos.
El asunto en esta parábola es que los que fueron originalmente invitados a
la fiesta de bodas, los Fariseos y la generación judía del tiempo de Yeshua,
no participarán de esta fiesta del reino debido a que han cometido el
pecado imperdonable. Sin embargo, la generación de judíos de la
Tribulación sí participará. Pero esto incluirá sólo a los creyentes; los no
creyentes serán lanzados a las tinieblas de afuera y excluidos del Reino
Mesiánico. Esta parábola trata con los judíos que entrarán, y los que no
entrarán en el Reino.
Una segunda parábola se encuentra en Mateo 25:1–13: Entonces el reino
de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas,
salieron a recibir al esposo. Y cinco de ellas eran prudentes, y cinco
insensatas. Las insensatas, tomaron sus lámparas, no tomando consigo
aceite. Mas las prudentes tomaron aceite en sus vasos, juntamente con
sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y
a la media noche fue oído un clamor: He aquí, viene el esposo; salid a
recibirle. Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y aderezaron sus
lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro
aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
Mas las prudentes respondieron, diciendo: No; no sea que no haya
suficiente para nosotras y vosotras, id más bien a los que venden, y
comprad para vosotras. Y entre tanto que ellas iban a comprar, vino el
esposo; y las que estaban apercibidas entraron con él a las bodas; y se
cerró la puerta. Y después vinieron también las otras vírgenes, diciendo:
¡Señor, señor, ábrenos! Pero él, respondiendo, dijo: De cierto os digo: No
os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo
del Hombre ha de venir.
El contraste aquí no es entre dos clases de creyentes, sino entre creyentes
y no-creyentes.
Los creyentes son las vírgenes prudentes que tienen aceite, símbolo del
Espíritu Santo, mientras que los no-creyentes son vírgenes insensatas que
no toman aceite consigo, así, las insensatas fueron excluidas de la fiesta
de bodas, el Reino Mesiánico, porque el Señor
no les conocía, mientras que las vírgenes prudentes entraron con él a las
bodas. Basado en la aplicación de la parábola de Mateo 25:31–46, estos
dos grupos de vírgenes representan a gentiles creyentes y no-creyentes en
la Tribulación. Esta parábola trata con gentiles que entrarán en el Reino, y
los que no entrarán.
Isaías también conecta el Reino con una fiesta y una resurrección de
muertos: Isaías 25:6–8: Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a
todos los pueblos banquete de grosuras, banquete de vinos añejos, de
gruesos tuétanos, y de vinos añejos bien refinados. Y destruirá en este
monte la máscara con la que están cubiertos todos los pueblos, y el velo
que está extendido sobre todas las naciones. Sorberá a la muerte en
victoria; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y
quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha
dicho. En un sentido, en esta ocasión habrá una doble fiesta de bodas; una
para la Iglesia como la Novia del Mesías y otra para Israel como la Esposa
de Jehová que vuelve a casarse con Él.
Una cosa más que podemos notar del sistema de bodas judío es el hecho
de que Juan el Bautista se refirió a sí mismo de una manera especial: En
Juan 3:27-30 Juan negó dos cosas: primero, negó que él era el novio
porque él no era el Mesías. Segundo, él también negó ser la Novia, o parte
de la Novia. Por el contrario, Juan el Bautista se clasificó a sí mismo en una
tercera categoría, como el amigo del novio, él no se consideró como
miembro de la Novia del Mesías, la Iglesia. Ya que Juan fue el último
profeta del Antiguo Testamento. De ello podemos entender exactamente
dónde entrarán los santos del antiguo Testamento junto con las santos de
la Tribulación: Ellos son “los amigos del novio” y son los invitados a la cena
de las bodas del Cordero en Apocalipsis 19:9.

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