Trabajo Final MF

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Universidad Católica del Cibao

UCTAECI

La Vega, Rep. Dom.

Presentado por:
Perla Denisse Olivares
2015-1244

Facilitador/a:

Dra. Yajaira Rodríguez

Asignatura:

Medicina Física y Rehabilitación

Tema:

Artritis Reumatoide, Osteoporosis y Fibromialgia


Artritis reumatoide
Es una enfermedad en la que se inflaman las articulaciones produciéndose dolor,
deformidad y dificultad para el movimiento, aunque también puede afectar otras partes
del organismo. Es una enfermedad crónica, con una baja frecuencia de curación
espontánea, aunque con un tratamiento adecuado se consigue un buen control de la
enfermedad en la mayoría de los casos. Las molestias y limitaciones que ocasiona la
artritis reumatoide varían mucho de un enfermo a otro, de modo que no hay dos enfermos
iguales.
La artritis reumatoide es una de las más de 100 enfermedades reumáticas existentes, con
un pronóstico y un tratamiento específicos, por lo que el diagnóstico ha de ser preciso
(generalmente realizado o confirmado por un reumatólogo). Es más frecuente en mujeres,
pero también afecta a varones. No es una enfermedad propia de la edad avanzada y
aunque puede aparecer en ancianos, se presenta con mayor frecuencia entre los 45 y los
55 años. Asimismo, una forma muy similar de artritis puede afectar a los niños.
La artritis reumatoide es una enfermedad en la que se produce la inflamación de la
membrana sinovial de múltiples articulaciones. Esta inflamación va a ser la responsable
del dolor, de la hinchazón y de la sensación de rigidez que se puede notar por las mañanas.
Algunas articulaciones se afectan más que otras, y hay algunas que casi nunca se alteran.
La persistencia de la inflamación de la membrana sinovial condiciona que el lugar del
hueso en el que se fija la membrana sinovial se dañe dando lugar a pequeñas muescas
(erosiones). Además, la inflamación mantenida de una articulación hace que el cartílago,
que permite el rozamiento suave entre los huesos, adelgace y desaparezca. Con el
tratamiento se puede conseguir que la inflamación de la membrana sinovial se controle,
pero el daño ya producido en el hueso y en los cartílagos es irreparable.
En la piel pueden encontrarse los llamados nódulos reumatoides que son abultamientos
duros (nódulos) que aparecen en zonas de roce, como son los codos, el dorso de los dedos
de las manos y de los pies, la parte posterior de la cabeza, la zona del talón, etc. También
se pueden localizar en el interior del organismo, aunque raramente producen lesiones de
relevancia para la salud. Estos nódulos son la consecuencia de la actividad de la
enfermedad. Muchas veces desparecen espontáneamente o con el tratamiento, aunque en
ocasiones hay que eliminarlos con cirugía. Sequedad de la piel y de las mucosas.
La artritis reumatoide puede originar inflamación y atrofia de las glándulas que producen
lágrimas, saliva, jugos digestivos o flujo vaginal. Cuando esto ocurre se habla de
síndrome de Sjögren secundario a artritis reumatoide.
La artritis reumatoide se presenta con más frecuencia en personas con una especial
predisposición, sin embargo, no es una enfermedad hereditaria. La causa es desconocida.
Se sabe que hay alteraciones del sistema inmunológico o de defensa del organismo. La
inflamación que se produce en las articulaciones es la consecuencia de la invasión de la
membrana sinovial por células inmunitarias que dañan la articulación. La capacidad de
defensa ante infecciones es prácticamente normal en los pacientes con artritis reumatoide.
La inflamación de las articulaciones produce dolor e hinchazón. El dolor articular es el
síntoma más frecuente en la artritis reumatoide y la hinchazón articular puede ser más o
menos visible por el paciente. A veces sólo el reumatólogo puede detectar esta hinchazón
mediante la palpación de las articulaciones. Las articulaciones que se inflaman con más
frecuencia son las muñecas, los nudillos, las articulaciones de los dedos de las manos y
de los pies, los codos, los hombros, las caderas, las rodillas y los tobillos. El dolor del
cuello puede también ser debido a la artritis reumatoide y debe ser comunicado al médico.
Además del dolor y la hinchazón, por las mañanas puede haber dificultad para el inicio
de los movimientos (rigidez matutina) de duración variable, y que puede llegar a ser
incluso de horas. La inflamación persistente puede acabar dañando los huesos, ligamentos
y tendones que hay alrededor.
La consecuencia será la deformidad progresiva de las articulaciones y la pérdida
reducción de la movilidad articular, lo que puede llevar al enfermo a un cierto grado de
discapacidad para hacer algunas tareas de la vida diaria. Otros síntomas menos frecuentes
pueden tener que ver con alteraciones de la enfermedad a otros niveles o con efectos poco
deseables de los tratamientos que se utilizan.
Para saber si una persona padece una artritis reumatoide, el reumatólogo valora los
síntomas que se han señalado previamente y realiza una exploración de las articulaciones
para comprobar si están o no hinchadas. Hay sin embargo muchas otras enfermedades
reumáticas que pueden producir molestias similares. Por este motivo los hallazgos que se
pueden encontrar en las radiografías y algunos estudios analíticos (factor reumatoide) son
de gran utilidad para confirmar el diagnóstico.
La artritis reumatoide no tiene en el momento actual un tratamiento curativo, lo que no
significa que no exista tratamiento alguno. Es más, van apareciendo nuevos
medicamentos que permiten controlar la enfermedad en un porcentaje cada vez más
elevado de pacientes.
Hay que evitar en lo posible una vida agitada, con gran actividad física o con estrés
psíquico. Conviene dormir una media de 8-10 horas nocturnas, y viene bien una siesta de
30 minutos. Puede ser de utilidad comenzar el día con un baño de agua caliente, que
contribuirá a disminuir la rigidez o el agarrotamiento matutino. Si hay posibilidad de
elegir el trabajo, hay que evitar actividades que precisen esfuerzos físicos, obliguen a estar
mucho tiempo de pie, o necesiten de movimientos repetitivos, sobre todo con las manos.
No es saludable practicar deportes con contacto físico y aquellos en los que sean
frecuentes los saltos o choques. Es conveniente montar en bicicleta por terrenos llanos y
sin riesgo de atropello, así como nadar o pasear. En los periodos de poca inflamación es
muy recomendable practicar algún ejercicio físico de forma habitual y sin cansarse.
Durante el reposo hay que adoptar una postura adecuada, evitando doblar las
articulaciones. El uso de un calzado adecuado es fundamental. Conviene un zapato
elástico pero firme. Es mejor evitar los de plástico o material sintético
Es obvio que la obesidad supone una carga adicional para las articulaciones de las caderas,
de las rodillas y de los pies. Por este motivo es recomendable adelgazar o evitar el
sobrepeso según los casos. La dieta típica mediterránea, rica en legumbres, ensalada,
aceite de oliva y pescado, puede ser. beneficiosa. La actividad sexual puede verse
parcialmente afectada por el deterioro articular. Es conveniente comunicar al médico este
problema con el fin de buscar medidas adecuadas.
Una articulación inflamada debe ser mantenida en reposo. No hay que atender a consejos
de familiares o amigos animando a mover una articulación inflamada “para evitar que se
anquilose”. La excesiva utilización de una articulación inflamada favorece que se
produzca daño irreversible en los huesos que forman la articulación en cuestión.
Es útil aprender a contraer los músculos. Son los denominados ejercicios “isométricos”.
En esencia consisten en poner en tensión los músculos que hay alrededor de las
articulaciones, pero sin que éstas se muevan. Mantener contracciones musculares de 20
segundos de duración 10 veces al día proporciona un adecuado tono muscular.
El tratamiento de la artritis reumatoide con medicamentos incluye dos grupos de
fármacos: Uno de ellos engloba a los que sirven para aliviar el dolor y la inflamación a
corto plazo. Son útiles para bajar la inflamación y sobrellevar el dolor del “día a día”,
pero no sirven para modificar la evolución de la enfermedad a largo plazo. En este grupo
están los llamados antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) y los glucocorticoides. Los
antiinflamatorios no esteroideos son medicamentos eficaces.
Si no mejora de sus síntomas o no tolera el antiinflamatorio prescrito, hay que consultar
al reumatólogo para probar otro. Los glucocorticoides (derivados de la “cortisona”)
utilizados de forma juiciosa, a dosis moderadas y para unas indicaciones concretas que el
reumatólogo conoce, permiten en muchos casos mejorar la calidad de vida a largo plazo,
aventajando a los efectos secundarios que se producen a estas dosis. El otro gran grupo
es el de los llamados fármacos modificadores de la enfermedad. Estos medicamentos no
sirven para tratar el dolor en un momento determinado, sino que actúan haciendo que la
actividad de la enfermedad a largo plazo sea menor. Tardan en hacer efecto semanas e
incluso meses. No son eficaces en el 100% de los enfermos, por lo que es habitual que el
médico tenga que prescribir varios de forma secuencial hasta encontrar aquel que sea más
eficaz y mejor tolerado. En este grupo entran el metotrexato, la sulfasalazina, las sales de
oro, la cloroquina, la ciclosporina, la D-penicilamina, la azatioprina, etc. En general
requieren control por parte del reumatólogo y estrecha colaboración del paciente.
Uno de los elementos implicados en el mantenimiento de la inflamación en pacientes con
artritis reumatoide, es una sustancia fabricada por células inflamatorias llamado factor de
necrosis tumoral (TNF). En los últimos años se han desarrollado unos medicamentos que
son capaces de bloquear específicamente el TNF, como el infliximab, el etanercept y el
adalimumab. Son fármacos eficaces para el control de la inflamación y del dolor en un
porcentaje variable de pacientes con artritis reumatoide y generalmente son bien
tolerados. Se desconoce su impacto en otras áreas de la salud a largo plazo y su precio es
muy elevado.
Si con el tratamiento prescrito se consigue mejoría del dolor y de la inflamación en
general, pero persiste alguna articulación inflamada, hay que hacerlo saber al médico.
Una vez descartada alguna complicación, se puede actuar localmente mediante
infiltraciones con el fin de reducir la inflamación. El reumatólogo sabe cuándo infiltrar,
qué infiltrar y cada cuánto tiempo, con el fin de no producir daño, sino todo lo contrario.
También es posible actuar localmente sobre articulaciones especialmente inflamadas con
material ortopédico especial. Es posible que durante la evolución de la enfermedad,
alguna articulación resulte especialmente dañada y sea necesario realizar algún tipo de
cirugía reparadora. Llegado el momento oportuno, el reumatólogo informará sobre estas
posibilidades de tratamiento.
Padecer una artritis reumatoide no obliga a evitar el embarazo. Dos tercios de las mujeres
con artritis reumatoide experimentan durante el embarazo una mejoría transitoria de la
enfermedad, pero conviene recordar que la crianza y el cuidado de un recién nacido
exigen un esfuerzo físico considerable que puede aumentar las molestias de la paciente
en los meses siguientes al parto.
Osteoporosis
La osteoporosis es una enfermedad en la que la masa ósea está disminuida, se afecta la
microarquitectura del hueso y hay un aumento de la fragilidad ósea. Esta combinación
patológica aumenta el riesgo de fractura principalmente en la cadera, columna y muñeca.
principalmente en la cadera, columna y muñeca.
La osteoporosis se puede dividir en:
• Primaria: Osteoporosis post-menopáusica en las mujeres y osteoporosis senil en
hombres.
• Secundaria: aquellas asociadas con enfermedades hereditarias o adquiridas o a
una alteración fisiológica
Fisiopatología
El peak de masa ósea se alcanza entre los 25 y 30 años y está determinado por múltiples
factores, siendo el principal, el factor genético. También son importantes los factores
nutricionales, la actividad física y endocrinos. El balance en la remodelación ósea se
mantiene hasta los 40 años, luego de lo cual se altera el balance entre la formación y la
resorción ósea lo que produce la osteoporosis. Se produce la fase de pérdida ósea donde
la edad y la menopausia son factores determinantes.
En la osteoclastogénesis son fundamentales la IL-6 e IL-11 y su acción es inhibida por
los esteroides sexuales, siendo esto, fundamental en el balance entre actividad
osteoblástica y osteoclástica
Diagnóstico
La aproximación al paciente con osteoporosis es mediante la evaluación de los factores
de riesgo y la medición de densidad ósea. La osteoporosis primaria es la más frecuente,
pero es importante descartar otras patologías y condiciones médicas asociadas con
osteoporosis, éstas incluyen patologías endocrinas, hematológicas, reumatológicas,
gastrointestinales, entre otras. El diagnóstico es principalmente densitométrico, pero
puede establecerse al ocurrir fracturas en sitio típico con un trauma mínimo.
Factores de riego para fractura y osteoporosis
• Tabaquismo
• Uso de corticoides por más de tres meses
• Baja ingesta de calcio
• Consumo de alcohol
• Baja de peso
• Déficit estrogénico antes de los 45 años
• Alteraciones visuales
• Demencia
• Caídas recientes
• Baja actividad física
• Historia de fractura
• Historia de fractura osteoporótica en un familiar de primer grado
Densitometría ósea:
La medición de densidad ósea puede ser usada para establecer o confirmar el diagnóstico
de osteoporosis y predecir el riesgo futuro de fracturas. A menor densidad mineral ósea
mayor riesgo de fractura
La medición de densidad mineral ósea puede ser efectuada en cualquier sitio, pero el
cuello del fémur es el sitio que predice mejor el riesgo de fractura de cadera y el de otros
sitios esqueléticos. De tal manera, las recomendaciones están basadas en la densidad del
cuello del fémur.
La densidad mineral ósea predice el riesgo de fracturas, pero no las personas que tendrán
una fractura.
Las indicaciones de densitometría ósea son: Mujeres sobre 65 años, postmenopáusicas
con uno o más factores de riesgo o postmenopáusicas que hayan presentado alguna
fractura.
Marcadores bioquímicos de recambio óseo:
Los marcadores de recambio óseo no constituyen un elemento diagnóstico en la
osteoporosis. Son útiles en el seguimiento para evaluar la eficacia de la terapia, pueden
detectar cambios más precoces que la densitometría. Tienen gran variabilidad entre
pacientes y presentan variación circadiana por lo que no son tan utilizados. Constituyen
un examen complementario a la densitometría.
Existen marcadores de formación y de resorción ósea:
Formación:
• Fosfatasas alcalinas óseas
• Osteocalcina
• Péptidos terminales del procolágeno I
Resorción:
• Calcio
• Hidroxiprolina
• Piridinolinas
• Fosfatasas ácidas
Terapia:
Todos los pacientes que son considerados para terapia farmacológica deben, previamente,
tomar en cuenta todos los factores de riesgo para fractura y osteoporosis.
Existen recomendaciones para todos los pacientes con osteoporosis que entran a un
programa de tratamiento.
Recomendaciones universales
• Ingesta de calcio diario en al menos 1200 mg. por día
• Vitamina D 400-800 UI/día en riesgo de deficiencia
• Ejercicio regular
• Prevención de caídas
• Evitar el uso de tabaco
• Evitar el uso de alcohol.
A quienes tratar:
• T-score bajo 2 DS sin factores de riesgo
• T-score bajo 1.5 DS con uno o más factores de riesgo
• Fractura vertebral o de cadera previa
Fármacos
Bifosfonatos:
Como derivados del pirofosfato, se unen ávidamente al fosfato de calcio de la
hidroxiapatita, inhibiendo tanto la formación como la disolución de critales. A nivel
celular, inhiben la diferenciación, el reclutamiento y la actividad de los osteoclastos,
alterando tanto su morfología como su funcionamiento. No afectan directamente la acción
osteoblástica, por lo que la formación de hueso nuevo puede seguir frente a una resorción
disminuida.
✓ Alendronato
• Aprobado por la FDA
• Estudios muestran que en 3-4 años aumentan la masa ósea y disminuyen la
incidencia
• de fractura en un 50% (cadera, vertebral y no-vertebral)
Dosis:
• Prevención: 5 mg/día
• Tratamiento: 10 mg/día.
• Risedronato
• Aprobado por la FDA
• Aumenta la masa ósea y disminuye el riesgo de fractura vertebral en un 40%, y
las no-vertebrales en un 30% en un período de tres años.
• Dosis: 5 mg/día

Fibromialgia
La fibromialgia (FM) es una forma de dolor musculosquelético, difuso, crónico y benigno
de origen no articular. Se caracteriza por la combinación de varios síntomas y
principalmente por la presencia subjetiva de dolor generalizado, fatiga, rigidez matutina
y trastorno del sueño junto con la reproducibilidad a la presión de múltiples puntos
dolorosos.
Afecta al 5% de la población mayor de 18 años. Su prevalencia es del 2-6% en la consulta
de medicina general y en la consulta de reumatología según distintos autores, es del 3,7-
20% con una incidencia del 3.9% en mujeres entre 20-40 años y 5.8% entre 40-60 años.
Etiopatogenia
Se desconoce cuál es la etiología concreta de la enfermedad a pesar de que se han
propuesto diversos mecanismos, entre ellos alteración de la fase 4 del sueño (no-REM),
factores psicológicos (ansiedad, depresión, hipocondriasis, etc.), alteraciones del sistema
nervioso autónomo o anomalías musculares. Determinadas enfermedades se encuentran
asociadas a la fibromialgia, compartiendo con ella la influencia de las alteraciones
psicológicas en su desarrollo como el Síndrome de colon irritable, las cefaleas de tipo
migrañoso o el síndrome premenstrual
Características clínicas
Los pacientes se quejan de dolor generalizado y rigidez de tronco y cintura escapular, así
como pélvica, debilidad, mala tolerancia al ejercicio, siendo uno de los principales
exacerbantes del dolor.
Dolor generalizado: El paciente puede expresar dolor generalizado en todo el cuerpo o
bien en la mitad de éste, en la parte derecha o la izquierda por encima o, más raramente,
por debajo de la cintura.
Las áreas que provocan más dolor subjetivo son la región lumbar, cervical, hombros,
caderas, rodillas, manos y pared torácica, y en menor porcentaje codos, tobillos y muñecas
Fatiga: Se presenta en 75-91% de los pacientes tanto en la forma juvenil como en adultos,
sin causa que lo justifique. El paciente se manifiesta cansado, sobre todo por las mañanas
al levantarse. La fatiga puede mejorar después, aunque puede reaparecer, de forma
prematura, con el desarrollo de la jornada.
Alteraciones del ciclo sueño/vigilia: Las alteraciones del sueño de estos pacientes suelen
ser variables de unos a otros, desde la dificultad para conciliarlo, tener sueño agitado y
superficial, entrecortado, hasta dormir pocas horas consecutivas. En cualquier caso, es un
sueño no reparador y ocurre en un 67% de los pacientes; por tanto, el sujeto se levanta
con la sensación de no haber descansado.
Rigidez: Se presenta principalmente por la mañana al levantarse, sobre todo en las manos
al realizar movimientos, con sensación de hinchazón limitante en el 60%, no se prolonga
más de media hora, tal y como sucede en las enfermedades articulares inflamatorias.
Dolor abdominal: Ocurre en el 25%, se puede manifestar como Sx de colon irritable con
dolor abdominal difuso asociado a dolor tipo cólico y urgencia para defecar varias veces
al día, sin presencia de hallazgos patológicos en las heces.
Cefalea: Las cefaleas coincidentes son habituales en un 54% de los casos ya sean de tipo
tensional o difusas, desencadenadas a veces por los mismos mecanismos que el dolor
difuso Raynaud Like: En un 10-40% de los pacientes.
Exploración física
El único dato positivo es la presencia de múltiples puntos dolorosos, extremadamente
dolorosos a la palpación, que desencadenan un característico “salto”, por parte del
paciente, de huida o defensa llamada jump sign.
Puntos dolorosos: Los puntos dolorosos deben de palparse con el pulgar, imprimiendo
una fuerza de 4 kg aproximadamente, ya que se considera que éste es el límite a partir del
cual es normal sentir el dolor.
Aplicando 4 kg la sensibilidad es del 100% y la especificidad del 58.7%, mientras que
con 3 kg la sensibilidad es del 89.3% y la especificidad del 93.5%19.
El diagnóstico es principalmente clínico y es recomendable utilizar los criterios de
clasificación, siendo los más aceptados en la actualidad los propuestos por el American
College of Rheumatology en 1990.
Clasificamos a un paciente de fibromialgia según estos criterios si refiere:
✓ Dolor generalizado de al menos 3 meses de evolución.
✓ Dolor a la palpación en 11 o más de los 18 puntos seleccionados.
Diagnóstico diferencial
• Artritis crónica juvenil (ACJ) y lupus eritematoso sistémico (LES).
• Miopatías inflamatorias.
• Secundario a trastornos endocrinos.
• Síndrome de hiperlaxitud ligamentaria.
• Síndrome de fatiga crónica.
• Síndrome de dolor miofascial.
Estudios complementarios
Los estudios complementarios son característicamente normales. La enfermedad suele
tener un curso crónico, en ocasiones con intensidad variable, generalmente no requiere
controles de laboratorio
Tratamiento
Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) son utilizados en la fibromialgia.
Los analgésicos, además de controlar el dolor, pueden incrementar la eficacia de otros
agentes terapéuticos, evitando los efectos secundarios de los AINEs. Entre los fármacos
a utilizar está el paracetamol y la codeína.
Los antidepresivos tricíclicos, que actúan a nivel del SNC, han demostrado su efectividad
en numerosos trabajos controlados, siendo la amitriptilina y la ciclobenzaprina los más
efectivos respecto a los grupos control. La amitriptilina es un antidepresivo tricíclico que
inhibe la recaptación de la serotonina, con porcentajes de mejoría variable a corto plazo
en cuanto el dolor y número de puntos dolorosos. Su efecto debe esperarse a partir de la
segunda semana de tratamiento y la dosis debe ajustarse para cada paciente entre 5 y 50
mg/día. La ciclobenzaprina, otro fármaco tricíclico con capacidad miorrelajante, también
se ha mostrado efectiva, sobre todo a corto plazo, sola o combinada con analgésicos. Las
dosis para utilizar oscilan entre 10 y 40 mg/ día, mejorando la fatiga, principalmente el
sueño, así como el número de puntos dolorosos.
Referencias bibliográficas
https://www.ser.es/wp-content/uploads/2015/09/02.pdf
http://publicacionesmedicina.uc.cl/ApuntesReumatologia/Pdf/Osteoporosis.pdf
http://publicacionesmedicina.uc.cl/TemasMedicinaInterna/pdf/Osteoporosis.pdf
https://dspace.uib.es/xmlui/bitstream/handle/11201/2842/TFG_GBIQ_RAOrellana.pdf?sequenc
e=1&isAllowed=y
https://www.medigraphic.com/pdfs/medsur/ms-2005/ms052a.pdf

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