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Heinz Kohut

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Heinz Kohut.

La Psicología del Self

En la obra de Kohut podemos diferenciar tres períodos.

Un primer período de trabajos de Psicoanálisis aplicado, especialmente en relación con la


música, el arte y la creatividad. También aborda la temática del desarrollo de valores específicos
del ser humano en situaciones de crisis y tensión extrema.

Un segundo período que abarcaría hasta sus trabajos de 1971 que culminan con la publicación
de “Análisis del Self”. En esta etapa formula su teoría del narcisismo como fuente del desarrollo
independiente de la libido. En 1966 en “Formas y transformaciones del narcisismo”, Kohut
señala que el destino del narcisismo no es su desaparición si no su transformación en cuatro
categorías básicas de la maduración.

a) La aceptación de la propia transitoriedad (vida-muerte)


b) El desarrollo del sentido del humor
c) La sabiduría
d) La adquisición de la empatía

También este período realiza aportes técnicos de importancia, sobre todo en relación a la
transferencia.

En un tercer período publica en 1977 “Restauración de sí mismo”. Aquí crea una bifurcación
teórica sustancial al afirmar que el Self contiene de aparato psíquico y es una estructura más
abarcativa que el mismo.

En el cuarto período, en “Introspección, empatía y salud mental” (1981) propone cambiar el


mito de Edipo por el mito de Odiseo. Sostiene que Edipo no comienza su drama con la muerte
del Padre sino que debería comenzar con la expulsión que el Padre hace del Hijo mandándolo a
matar.

Otras contribuciones del autor

 Declaración de la imprescindibilidad de un ambiente humano que reciba al bebé con


disponibilidad.
 Se ocupa intensamente de las definiciones de salud.
 Inclusión del material más cercano a la conciencia del paciente, sin descuidar el análisis
de los significados más profundos, inconscientes, disociados, reprimidos.

Aportes a la Teoría y Técnica Psicoanalítica

Kohut fue un autor que parte, al igual que Freud, de su experiencia en la clínica psicoanalítica y
en el trabajo con sus pacientes. Analizándolos encuentra que la clásica teoría del impulso y la
defensa, así como la del desarrollo libidinal con sus fases oral, anal y fálico-genital le resultaban
insuficientes. Si bien comienza trabajando según la línea freudiana, percibe que existe un
número de pacientes que no eran analizables por estos medios, fundamentalmente por el tipo de
transferencia que ellos establecían, que iba más allá de la transferencia neurótica y que da en
llamar Transferencia Narcisista. De estos pacientes, por la particular transferencia que
establecen, Kohut dirá que padecen trastornos narcisistas.

1. Heinz Kohut. La Psicología del Self


Hay varios términos que se manejan dentro de la teoría del self que conviene aclarar ya que a la
luz de la misma adquieren un significado un tanto diferente al que usualmente manejamos.
Entre ellos narcisismo, empatía, self.

Narcisismo. Kohut se enfrentó a los prejuicios que le quitaban al narcisismo su justo lugar en la
vida de los seres humanos. El narcisismo tiene una mala reputación en función de su
interpretación como lo esencial del egoísmo y el amor a sí mismo, repudiado –dice Kohut- tanto
por la moral cristiana como por la judía, o sea por la civilización de Occidente.
La propuesta de Kohut es la de un desarrollo biaxial de la libido, con uno de los ejes recorriendo
el camino descripto por el psicoanálisis y el otro por el desarrollo del narcisismo, que
continuaría a lo largo de toda la vida.
Agrego entonces a la conocida teoría del desarrollo psicosexual y a la teoría de las relaciones
objetales una descripción de las Transformaciones del Narcisismo.
Estas transformaciones están descritas en su artículo “Formas y Transformaciones del
Narcisismo” (1969, Revista de Psicoanálisis Nº 2). Esencialmente postula que existe un proceso
evolutivo del narcisismo primario y que no hay una desaparición del narcisismo cuando se
establecen las cargas del objeto.
Recordemos que en la teoría psicoanalítica clásica se da primero el autoerotismo (sin referencia
a un Yo total), satisfacción en el propio cuerpo, y eventualmente con instintos parciales. Luego,
el narcisismo, donde, el sujeto se toma a sí mismo como objeto de amor y por último se daría la
carga del objeto.
También se llegaría al narcisismo (en la patología grave) cuando la carga del objeto, por
regresión, vuelve al yo y es lo que conocemos por narcisismo secundario.
En la segunda tópica Freud plantea que el narcisismo primario es ano-objetal o sea, no carga los
objetos. También habla del Yo como reservorio narcisista de la libido.
Clínicamente cuando se habla de narcisismo casi siempre tiene un carácter peyorativo y esto es
lo que viene a corregir la propuesta de Kohut.

Empatía. Para Kohut es la capacidad que tiene una persona de ponerse dentro del otro y
comprender lo que le pasa. Se distingue de la simpatía ya que esta solo sería un
acompañamiento afectivo. La empatía supone dos procesos, uno de observación empática y otro
de inmersión o comprensión.
Es la capacidad usada primariamente por la madre y secundariamente por el analista para
entender a quien no puede o no sabe expresar lo que le ocurre o lo que está más allá de lo
expresado.
Es un concepto central en esta teoría ya que las fallas empáticas son las que producen la ruptura
de la continuidad existencial.
Cuando se rompe la configuración psicológica primaria aparecen las pulsiones en estado libre,
desvinculadas de una estructura interpersonal que las contenga.
Otro concepto importante, es el de Rabia Narcisista. Para Kohut la agresión es una disposición;
Kohut no incluye en su teoría la pulsión de muerte o la agresividad, como destructividad
primaria.
La agresividad, para Kohut, se manifiesta como rabia narcisista cuando los objetos del self no
cumplen con lo que el bebé (o el adulto) espera de ellos. Esta frustración desencadenaría la rabia
narcisista.
Otra idea del autor es el concepto de Hombre Culpable versus Hombre trágico. El hombre
culpable es el hombre del conflicto, de la culpa, de la prohibición, del Edipo, del parricidio. El
hombre trágico, en cambio, es el del mandato interior, el que tiene que desarrollar un plan

2. Heinz Kohut. La Psicología del Self


interior de vida, el que tiene que dejar muchas veces su placer acumulando tensión y displacer
en un nivel y satisfacción en el otro. Este nivel podría ser también el del self, el del espacio que
incluye el del aparato psíquico.

El self. Kohut parte del concepto ya enunciado en 1950 por H. Hartmann cuando dice que el
narcisismo es la “catexia libidinal del self” distinguiéndolo del concepto del yo, al cual
describe como una instancia del aparato mental que es definida por sus funciones, en tanto que
el self es la representación del sí mismo “Lo contrario a la carga del objeto no es la carga del
yo sino la carga del self” (Hartmann 1950)
El self o sí mismo si bien también es un concepto dentro de la teoría, se encuentra más ligado a
lo experiencial y a lo emocional. Es un concepto de menor nivel de abstracción.
Kohut, en un principio habla del self en un sentido estricto –“Análisis del Self” (1971)- lo
considera como un contenido del aparato mental definiéndolo como “una estructura catectizada
instintualmente que tiene una continuidad temporal”. Si bien no es una instancia, es una
estructura dentro del aparato que tiene representación tanto en el ello, como en el yo y en el
super yo.
A medida que Kohut avanza en su teorización el self va cobrando importancia progresiva hasta
constituirse en el “centro del universo psicológico del individuo”, otorgándole al mismo un
sentido amplio y que hace referencia a la persona total con el aparato psíquico como contenido
de dicha estructura más abarcativa.

¿Cómo se constituye el self? Según Kohut, estrictamente hablando no existe un self en el


recién nacido sino que el mismo se constituye en el segundo año de vida. Lo que sí existe o
debería existir desde los comienzos de la vida es un ambiente que provea de lo necesario para su
estructuración y desarrollo.
Dice el autor que así como existe un ambiente físico adecuado para recibir al niño (oxígeno,
temperatura, etc.) también debe existir un ambiente psicológico adecuado a las necesidades
psicológicas del recién nacido.
Este ambiente psicológico está representado fundamentalmente por los padres a los que Kohut
denomina Objetos del Self (Self-objeto). Los primeros objetos del self por lo tanto serán para el
niño los padres, reales y concretos, los cuales deberán responder empáticamente a las
necesidades del bebé. Importa remarcar la diferencia con la noción de objetos internos de la
escuela inglesa, los cuales a partir del interjuego de proyección-introyección que realiza el bebé
son parte constitutiva del llamado mundo interno o fantasía. Estos objetos del self si bien son
vividos por él como prolongación de su cuerpo o como parte de su sí mismo en formación y
están cargados con libido narcisista, son objetos externos.
Estos objetos son de dos tipos:
1. Objetos del self reflejante o especular que confirman al niño su sentido innato de
vigor, grandeza y perfección. Más tarde los relaciona con las ambiciones.
2. Objetos del self imago parental idealizada a los cuales el niño mira y con los cuales
se fusiona para obtener la calma, infalibilidad y omnipotencia. Lo ubica en relación a
los ideales.
Si estos objetos del self responden empáticamente tanto a las necesidades de especularidad
como a las de idealización que experimenta el niño, se irá constituyendo el self.
El self por lo tanto no irrumpe en un momento determinado en la vida del niño sino que su
estructuración es un proceso que requiere además que las respuesta de los objetos del self se den
en un continuo espacio-temporal.

3. Heinz Kohut. La Psicología del Self


A este proceso por el cual el niño va reemplazando paulatinamente a los objetos del self por su
propio self Kohut los llama Internalización transmutativa y lo define como un proceso de
“transformaciones y reinternacionalizaciones donde se internalizan las funciones del self”. El
mismo muestra las diferentes fases por las que atraviesa el niño en su relación con los objetos
del self, como se va separando de ellos y los destinos de la carga que catectizaron a los objetos
del self.
Esta Internalización transmutativa presenta tres etapas:
1. El niño tiene que haber hecho la experiencia de satisfacción de la necesidad
correspondiente a la fase de desarrollo: la especular con el objeto reflejante y la
idealizadora con la imago parental idealizada.
2. Debe producirse una frustración tolerable con el objeto para que el niño considere la
retracción de la carga.
3. Esta frustración se debe producir en el momento adecuado de la fase de desarrollo por
la que atraviesa el niño.

Este proceso de internalización transmutativa lleva a la formación de estructuras que producirán


reconocimiento, confort, protección, estimulación, aprobación, confianza, etc. Aspectos que
antes cumplían los objetos del self.
Como consecuencia de esto, a partir del segundo año de vida se estructura lo que Kohut
denomina “núcleo del self”, siendo este “la base de nuestra sensación de ser un centro
independiente de iniciativa y percepción, integrado con nuestras ambiciones e ideales más
básicos y con nuestra experiencia de que el cuerpo y la mente constituyen una unidad en el
espacio y un continuo en el tiempo”.
Este self para Kohut tendrá una estructura bipolar, que se corresponde con los dos tipos de
objetos del self con los cuales se relaciona: el polo de las ambiciones (objeto reflejante) y el
polo de los ideales (imago parental idealizada), Entre estos polos se crean tensiones que
denomina “arco de tensiones”. En él se darían los diferentes tipos de talentos y habilidades de
un individuo. Kohut lo denomina como “la corriente constante de actividad psíquica concreta
que se da entre los dos polos del sí mismo”. Es decir, las actividades básicas de una persona que
se ve impulsada por sus ambiciones y guiada por sus ideales.
Importa destacar que si bien las relaciones con los objetos del self son estructurantes del propio
self del niño en los comienzos, según Kohut las relaciones con los objetos del self no
desaparecen y subsisten en las relaciones objetales maduras, ya que todos necesitamos vernos
reflejados y tener objetos idealizados a lo largo de la vida.
Kohut, estrictamente hablando, en los comienzos no habla de relaciones con los objetos del self
sino que el niño realiza lo que él llama “acoplamiento funcional”, por lo cual concluye que lo
que el niño incorpora de los objetos del self son sus funciones. Por ello va a decir “Lo que
influye en el carácter del self del niño no es tanto lo que los padres hacen sino lo que son”,
dando a entender con esto que la estructuración de un self saludable en el niño va a depender
fundamentalmente de la integridad y salud del self de los padres.

Arco de tensión

PA PI

Talento, habilidades

4. Heinz Kohut. La Psicología del Self


Para la psicología psicoanalítica del Self ante el fracaso del narcisismo primario del bebé se
pueden describir tres variantes:
1. Las elecciones del objeto
2. La formación del self grandioso (depositario de la omnipotencia primitiva)
3. La formación de la imago parental idealizada (que también recibe los residuos del
narcisismo primitivo)

El self grandioso se interrelaciona con el objeto de self reflejante, conformando este (de manera
especular) el sentido innato de vigor, grandeza y perfección del self. Manifestándose esto a
través de conductas exhibicionistas y de búsqueda de aprobación. Para Kohut esto se juega
especialmente con la madre o con el objeto de self maternal.
El bebé también se interrelaciona con la imago parental idealizada que le otorgará la imagen de
calma, infalibilidad y omnipotencia que le permite calmar sus ansiedades.
Queda entonces de esta manera constituido lo que Kohut llama Estructura bipolar del self
normal.

Para comprender la dinámica del self con sus objetos cito a Kohut y Woolf:
“La fortaleza de estos tres principales constituyentes del self, la elección de sus contenidos
específicos, la naturaleza de su relación –por ejemplo, cuál de ellos terminará por predominar-
y su progreso hacia la madurez y la realización potencial a través de acciones creativas, están
menos sometidos a la influencia de aquellas respuestas de los objetos del self determinadas por
sus ideas con respecto a la educación del niño, que por las que expresan el estado del propio
self nuclear de esos objetos. En otras palabras lo que influye sobre el carácter del self del niño
no es tanto lo que los padres hacen sino lo que son. Si los padres no tienen conflictos con sus
propias necesidades de brillar y triunfar en la medida en que es posible gratificarlas en
términos realistas, si entonces el orgulloso exhibicionismo del self incipiente del niño
encontrará una respuesta de aceptación. Por duros que sean los golpes a los que la
grandiosidad del niño está expuesto frente a las realidades de la vida, la sonrisa orgullosa de
los padres que mantiene vivo un resto de la omnipotencia original, que se conservará como
núcleo de la autoconfianza y la seguridad interna con respecto a la propia valía que sustentan
a la personalidad sana durante toda la vida. Y lo mismo puede decirse con respecto a nuestros
ideales. Por grande que sea nuestra desilusión a medida que descubrimos las debilidades y
limitaciones de los objetos del self idealizados de nuestra vida temprana, su autoconfianza
cuando nos sostenían, su seguridad cuando nos permitían fusionar nuestro estrecho contacto
con sus cuerpos relajados cuando nos tenían en sus brazos permanecerá como el núcleo de la
fortaleza de nuestros principales ideales y la serenidad que experimentamos a medida que
vivimos nuestra existencia orientada por nuestras metas internas.”

La transferencia, según la Psicología del Self


Distintos tipos.

Freud al hablar de la transferencia en el tratamiento analítico la toma como la relación que


establece el paciente con su analista, depositando y transfiriendo al mismo sentimientos
correspondientes a sus primeros objetos amorosos. El analista representa así en la transferencia
una figura de la infancia, especialmente valorada y cargada libidinalmente.
No nos detendremos a hablar de los distintos tipos de transferencia estudiados por Freud pero si
diremos que habla de la Transferencia Neurótica, o sea la transferencia que establecen los
pacientes que padecen de histerias, neurosis obsesivas y neurosis de angustia (fobias).

5. Heinz Kohut. La Psicología del Self


Una de las razones que llevó a Kohut a formular su teoría del self fue que en su práctica clínica
se encontró con pacientes que no establecían transferencia neurótica y que no podían ser
interpretados con la teoría clásica del impulso y la defensa, pero que de todas maneras
establecían un vínculo transferencial, a este le llama, Transferencia Narcisista.
Vimos anteriormente que el narcisismo para Kohut no es conceptualizado de igual manera que
lo hace Freud. Para Freud el narcisismo es anoobjetal, y para Kohut el niño y también el adulto,
mantiene con sus objetos del self relaciones narcisistas. Por lo tanto entre paciente y analista se
recrearán en la Transferencia vínculos de esta naturaleza.
Menciona Kohut tres tipos de transferencia que se corresponden con los tres tipos de objetos del
self.
1. Transferencia Especular. En ella se reviven etapas tempranas del desarrollo en la que
el niño tiene fantasías omnipotentes mediante las que alimenta un self grandioso. Los
demás solo existen en tanto son reflejos del exhibicionismo y la grandiosidad.
El analista funciona como un espejo que refleja la imagen del paciente brindándole
cohesión y continuidad temporal.
El paciente se exhibe y necesita que alguien le refleje este exhibicionismo y se lo
devuelva para que su self adquiera solidez, lo que constituye la base de la autoestima.
En otras ocasiones la Transferencia Especular se expresa como una fantasía de fusión
con un objeto del self grandioso y omnipotente. El paciente ensancha sus propios
límites e incluye la imago del analista.
2. Transferencia Idealizadora. En esta se reactiva la relación con un objeto del self al
que se vivencia como fuente de toda calma y seguridad. Como toda la felicidad reside
en el objeto idealizado, el individuo se siente vacío e impotente cuando se separa de él.
Por esto procura que la unión no tenga interrupción alguna.
3. Transferencia gemelar o alter ego. Constituye la reactivación de un vínculo con un
objeto del self vivenciado como su gemelo, esto es, un ser con el que se comparten
ideales, ambiciones y metas. En un principio Kohut piensa que esta transferencia era
una forma especial de la Especular pero luego la toma como un tipo diferente. EL
paciente repite el estilo de relación construida durante la latencia, cuando las
necesidades de un niño son por ejemplo las de trabajar junto a su padre con los mismos
elementos y realizando igual trabajo.

Clasificación psicopatológica según la teoría del self

Como vimos anteriormente Kohut diagnostica sus pacientes a partir del vínculo transferencial
que los mismos establecen. Observa que la Transferencia no es la clásica Transferencia
Neurótica estudiada por Freud sino la Transferencia Narcisista. La patología neurótica tiene
como conflicto nodal el Complejo de Edipo, a la que llamará patología del conflicto. La
patología narcisista va más allá del Edipo, o sea tiene su origen en etapas más primitivas del
desarrollo y la denomina patología del déficit, haciendo referencia al déficit que ha sufrido el
self en dichos momentos.

Patología del conflicto Patología Narcisista


Complejo de Edipo Déficit en desarrollo temprano del self
Transferencia Neurótica Transferencia Narcisista
Mecanismos de defensa neuróticos Mecanismos de defensa más primitivos
Self constituido Self con fallas en la constitución

6. Heinz Kohut. La Psicología del Self


Las fallas en la constitución del self bipolar normal se pueden dar un cualquiera de las etapas
que hemos señalado cuando hablamos del proceso que se conoce como internalización
transmutativa.
Ahora bien, es importante considerar que fallas aisladas en cualquiera de las etapas de la
internalización transmutativa no producirán patología. Tiene que haber reiteración de fallas de
parte de los objetos del self, y esto último sucederá cuando los padres padezcan, ellos mismos,
de fallas en la estructura de su self. Por lo tanto va a depender, si los objetos fallan en forma
reiterada, el que se den o no cuadros patológicos y también hay que considerar cual de los
objetos del self es el que ha fallado. La falla de cada uno de los dos objetos del self que
intervienen, a través de su interrelación con el niño, en la constitución del self normal, producirá
cuadros clínicos con características propias.
El cuadro clínico variará de acuerdo a la frecuencia y magnitud del fallo del objeto del self y
también al momento evolutivo que se produzca.
Las características del self normal son su cohesión, vitalidad y funcionamiento armónico.
La patología altera estas características y de un self cohesivo puede haber variaciones hasta
llegar a su fragmentación; de ser vital a tener grados de debilitamiento; de funcionar
armónicamente a padecer diferentes grados de desorganización hasta llegar al caos.
Kohut describe dos mecanismos a los cuales el aparato psíquico recurre ante fallas en el
desarrollo del self, que son las estructuras defensivas y las estructuras compensatorias. Ambas
estructuras tienen por finalidad cubrir el defecto estructural del self.
Las estructuras defensivas solo cubren el defecto del self y las compensatorias, por
compensación, atenúan las consecuencias del defecto.
Con respecto a las estructuras compensatorias se puede pensar por ejemplo, que si se ha
producido un defecto en el polo de las Ambiciones-Exhibiciones, porque falló la función
reflejante del objeto del self, se va a producir una compensación en el polo de los Ideales y en
ese caso el sujeto intenta compensar las deficiencias de la autoestima persiguiendo objetivos que
se vinculan a ideales.
La psicología psicoanalítica del self ha hecho una clasificación de los cuadros psicopatológicos
que se relacionan con las ideas que han desarrollado acerca del self, y a esto nos vamos a
dedicar en el punto siguiente.

Trastornos secundarios y primarios del self

Los trastornos secundarios del self son aquellas reacciones que algunos sujetos, teniendo un self
bien constituido, padecen determinadas circunstancias vitales. Un self bien estructurado tolera
bien los cambios que en la autoestima producen tanto los éxitos como los fracasos, con sus
correspondientes emociones (alegrías o desesperanzas).
Kohut también coloca dentro de estos trastornos secundarios las reacciones ante un
padecimiento físico y también las incapacidades que acompañan una neurosis estructural.
Los trastornos primarios del self abarcan varios cuadros clínicos que tienen relación con la
severidad y naturaleza del daño que ha sufrido el self. Por ejemplo, si el self ha sufrido daños
permanentes y prolongados, mostrará diversos grados de fragmentación, de debilitamiento y de
desorganización y aparecerán todos los síntomas que corresponden a una psicosis. Estos son los
cuadros en que la interacción con los objetos del self ha sido crónicamente deficiente,
fundamentalmente en sus respuestas especulares.

También dentro de los trastornos primarios del self se ubican los estados fronterizos que
también padecen fragmentación, debilitamiento y desorganización del self en forma permanente

7. Heinz Kohut. La Psicología del Self


y prolongada, pero a diferencia de las psicosis, las manifestaciones clínicas que corresponden a
los déficits de estructuración del self se encubren múltiples defensas.

Con respecto a los trastornos primarios del self que recién hemos citado no nos extenderemos
más para así poder centrarnos en el estudio de aquellos trastornos primarios del self que de
alguna manera han significado el nacimiento y el desarrollo de la psicología psicoanalítica del
self.

Antes de pasar a la descripción de los trastornos narcisistas de la conducta y de la personalidad,


es importante aclarar que estos son los únicos cuadros que la psicología psicoanalítica del self
consideran analizables, no siendo analizables por lo tanto las psicosis y los cuadros fronterizos.

Trastornos narcisistas de la personalidad y la conducta

Los pacientes que pertenecen a este cuadro clínico padecen una gran vulnerabilidad narcisista,
son personas que tienen dificultades para tolerar los fracasos, las postergaciones y las
dificultades corrientes. Son muy susceptibles. La dificultad mayor reside en la dificultad que
tienen para regular su autoestima.

Los trastornos narcisistas de estos pacientes se pueden agrupar en cuatro esferas:


a) La Sexual: falta de interés; fantasías perversas; fantasías más que actividades; actos
perversos; actuaciones eróticas.
b) La Social: inhibiciones laborales; incapacidad de formar o mantener vínculos
significativos; actividades delictivas; actuaciones; conductas llamativas.
c) La Psicosomática: preocupaciones hipocondríacas acerca del cuerpo y la menta;
trastornos neurovegetativos; modificaciones circulatorias periféricas.
d) En sus aspectos personales: falta de humor; falta de empatía por otras personas; falta
del sentido de la proporción; mentiras patológicas; rabietas.

Pero si bien todos estos diagnósticos tienen valor, para Kohut el diagnóstico se hace
fundamentalmente por el tipo de transferencia que establecen estos pacientes. El diagnóstico
definitivo del trastorno del self y del tipo al que pertenece, se hará de acuerdo a la transferencia.

Síndromes de la patología del self

Ahora vamos a abocarnos a la descripción de algunos cuadros que resultan clínicamente útiles
para la identificación de las distintas alteraciones en la constitución y desarrollo del self que
estamos tratando en esta clase.

Self subestimulado: por la ausencia en la infancia de respuestas estimulantes de parte


de los objetos del self son personas que carecen de vitalidad, padecen de tedio y apatía.
Estas personalidades recurren a diferentes estímulos que les provocan una pseudo
excitación que evita la sensación de vacío. Por ejemplo, en la esfera sexual recurren a
actividades promiscuas, perversiones; y en la esfera no sexual a adicciones, juego por
dinero y además tienen un estilo de vida que se caracteriza por la hipersociabilidad.
Ahora bien, debajo de estas estructuras defensivas se encuentra una depresión vacía.

8. Heinz Kohut. La Psicología del Self


Self fragmentado: es un estado que surge por la ausencia de respuestas integradoras
por parte de los objetos del self en la infancia. Son pacientes que reaccionan con
síntomas de fragmentación frente a desilusiones poco importantes. Por ejemplo, estas
personas ante desaires triviales en su vida cotidiana responden con una profunda pérdida
del sentido de la continuidad de su self en el tiempo y de su cohesión en el espacio y
todo esto produce una profunda ansiedad, preocupaciones hipocondríacas.

Self sobreestimulado: se relaciona con las respuestas no empáticas excesivas e


inadecuadas “con respecto a la fase por parte de los objetos del self en la infancia, sea a
las actividades del polo exhibicionista grandioso del self incipiente del niño o a las
actividades del polo que tiene que ver con los ideales o a ambos” (Kohut y Wolf). Estos
son pacientes en los cuales la producción y la creación les producen temor por sus
intensas ambiciones que “habían permanecido atadas a fantasías grandiosas no
modificadas” (Kohut).

Self sobrecargado: aquí ha fallado el objeto del self omnipotente, no brindándose para
que el self pueda fusionarse con la serenidad del mismo. Esto produce “la ausencia de la
capacidad autotranquilizadora que protege al individuo normal de sentirse traumatizado
por la difusión de sus emociones, en particular la ansiedad” (Kohut). El mundo para
estos pacientes es peligroso, hostil y en algunas oportunidades nos hacen pensar en
cuadros paranoicos. Son pacientes suspicaces, hipersensibles a los estímulos externos
que en ciertas oportunidades los viven como ataques.

Aparte de la descripción de determinados síndromes que recién hemos descripto, Kohut también
menciona una tipología de personalidades narcisistas que se observan con frecuencia. De forma
resumida haremos una enumeración de algunos de estos tipos de personalidades narcisistas.

Personalidades hambrientas de espejo: son personas que buscan que objetos que los
admiren y confirmen en su “self famélico” (Kohut). Buscan llamar la atención para
defenderse de la sensación que les produce la falta de autoestima. Buscan
continuamente objetos del self que los atiendan y confirmen. Como se puede observar,
en la descripción de estas personalidades, la falla se ubica en la interrelación del self con
el objeto del self reflejante.

Personalidades hambrientas de ideal: son personas que buscan incesantemente


objetos del self a los cuales admirar ya sea por su prestigio, inteligencia, poder, etc.
Aquí lo que ha fallado es la interacción del self con la imago parental idealizada.

Personalidades hambrientas de fusión: tienden a controlar sus objetos del self debido
a la falta de estructuración psíquica, relacionada esta falta, a las alteraciones producidas
por la deficiente interrelación del self con el objeto especular o idealizado. Son personas
con un self muy debilitado que necesitan de objetos del self en lugar de una estructura
del self. Viven a los otros como a su propio self y justamente por esto les cuesta tolerar
la independencia de los objetos y necesitan la presencia constante de los mismos.

Objetivos terapéuticos según esta teoría

Lograr la cohesión del self.

9. Heinz Kohut. La Psicología del Self


Restauración funcional de la estructura del self, que se logra por:
Reforzamiento del polo debilitado.
Apuntalamiento de estructuras compensatorias.
Recuperar la capacidad creativa y productiva.
Posibilidad de establecer relaciones empáticas con sus objetos del self en su vida actual.
Incremento de la autoestima y sensación de continuidad en el tiempo y espacio.

En “Como cura el análisis” Kohut sostiene que la cura en el análisis no guarda relación con la
expansión del dominio del yo y de la conciencia sino que tiene que ver con una nueva
oportunidad de maduración.

Kohut rescata el valor de la:


Interpretación como prueba para el paciente de que fue comprendido.
Abstinencia.
Comprensión (incluye también la frustración)

BIBLIOGRAFIA

Lerner, Hugo Teórico Nº 9 y 10 Cátedra de la Psicología del Yo, UBA (1987)


Hoffmann, Juan Miguel La Psicología psicoanalítica del self, Revista de Psicoanálisis 1
Nº 2 (1979)
Algunos comentarios sobre la vida de Heinz Kohut, Revista
Argentina de Clínica Psicológica II, pp. 80-90 (1993)
Kohut, Heinz Análisis del self, Amorrortu, Buenos Aires (1977)
Formas y transformaciones del narcisismo, Journal of the
American Psychoanalytic Association, XIV, 2 (1966)
La restauración del sí mismo, Paidós, España (1980)
Kohut, Heinz y Wolf, E. Los trastornos del self y su tratamiento, Revista de Psicoanálisis
1 Nº 2 (1979)

10. Heinz Kohut. La Psicología del Self

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