Mais Cap. 3

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CAPITULO 3

3. MARCO CONCEPTUAL DEL MODELO DE ATENCIÓN INTEGRAL DE SALUD


FAMILIAR, COMUNITARIO E INTERCULTURAL- MAIS-FCI
3.1. Salud
El MAIS-FCI asume el concepto de salud dado por la Organización Mundial de la Salud
(OMS) en su Constitución de 1948, define salud como el estado de completo bienestar
físico, mental, espiritual, emocional y social, y no solamente la ausencia de afecciones
o enfermedades. La salud implica que todas las necesidades fundamentales de las
personas estén cubiertas: afectivas, sanitarias, nutricionales, sociales y culturales.
La salud9 entendida en una doble dimensión: como producto de las condiciones sociales
y biológicas y a la vez como productor de condiciones que permiten el desarrollo integral
a nivel individual y colectivo, se construye en el marco de las condiciones económicas,
sociales, políticas, culturales, ambientales, de las formas de relación con los grupos
sociales, de las formas en que cada sociedad se organiza para la distribución de los
bienes, entre ellos los servicios de salud y de cómo a nivel individual y sobre una base
biológica y espiritual se procesan estas condiciones.
En palabras de Del Bosque S. (1998, pp. 20) “La salud se crea donde la gente vive, ama,
trabaja, y se divierte: es la integración entre ambientes y gentes, en el proceso de la vida
diaria lo que crea un patrón de salud”.
La salud como productor de desarrollo implica un esfuerzo consciente de los individuos
y los grupos sociales, en función del mejoramiento de las condiciones de vida, de la
generación de oportunidades, adquiere un papel de cohesión social y puede constituirse
en una de las fuerzas que juega un papel constructivo en el proceso de desarrollo social.
El cuidado de la salud es un eje estratégico del desarrollo individual y colectivo, un
elemento clave para la consecución del buen vivir. Como señala Betancourt Z. (2011) “la
salud y la enfermedad son formas de caminar por la vida”
La salud y el enfoque de la Atención Primaria de Salud APS-R están en estrecha
relación con la noción de desarrollo humano sustentable, que trasciende el sentido
de generación de riqueza económica pues plantea el desarrollo como el logro de
bienestar y generación de oportunidades en el presente y para las generaciones futuras.
El bienestar significa la satisfacción de necesidades materiales y espirituales, la
potenciación de las capacidades humanas, la libertad, el ejercicio de derechos, la
participación, el cuidado de los recursos naturales y los ecosistemas, el reconocimiento
y respeto a la diversidad, es decir, el mejoramiento de la calidad de vida. Citando a Max
N. (1986), “el mejor proceso de desarrollo será aquel que permita elevar más la calidad
de vida de las personas”
La Constitución Ecuatoriana, desde una visión integral de la salud (Capítulo segundo,
Art. 32) reconoce la salud como un derecho fundamental que tiene que ser garantizado
por el Estado y cuya realización se vincula al ejercicio de otros derechos que sustentan
el Buen Vivir.
9
Estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad.
OMS 1946

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En este marco, el MAIS-FC se orienta a la construcción, cuidado y recuperación de


la salud en todas sus dimensiones: biológicas, mentales, espirituales, psicológicas y
sociales. Y pone en el centro de su accionar la garantía del derecho a la salud de las
personas, las familias, la comunidad y desde este enfoque organiza las modalidades
y contenidos de la prestación de servicios integrales, la articulación intersectorial y la
participación ciudadana.
3.2. Determinantes de la Salud
Se denomina al conjunto de procesos que tienen el potencial para generar protección o
daño, para la salud individual y colectiva. Factores complejos que al actuar de manera
combinada determinan los niveles de salud de los individuos y comunidades.
Se refiere a las interacciones entre las características individuales, los factores sociales y
económicos, y los entornos físicos, en estrecha relación con la distribución de la riqueza
en la población y no solo con su producción. (Health Canadá 2000)
Los determinantes de salud que el MAIS-FCI lo asume es el modelo elaborado por
la Comisión de Determinantes Sociales de la OMS son: APS-R, Atención Primaria en
Salud-Renovada.
Ilustración 1
Marco Conceptual de los Determinantes de la Salud.

Contexto socioeconómico y político. Se refiere a factores estructurales del sistema


social que afectan de forma significativa a la estructura social. Se incluyen los siguientes
aspectos: a) gobierno en su aspecto amplio, b) políticas macroeconómicas como, por
ejemplo, las políticas fiscales o las políticas que regulan el mercado de trabajo; c) políticas
sociales que afectan al mercado de trabajo, al estado del bienestar y a la distribución de
la tierra y la vivienda; d) otras políticas públicas (educación, atención sanitaria, etc.), y e)
valores sociales y culturales, como el valor que la salud y los servicios de salud tienen
para la sociedad. Aún se dispone de pocos estudios que relacionen el contexto político

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con la salud y las desigualdades en salud de la población, aunque ya hay algunos que
demuestran la influencia de la tradición política en la salud, en el sentido de que los
países con tradición socialdemócrata potencian un estado del bienestar más extenso,
con menos desigualdades de renta y políticas de pleno empleo, y logran mejores
resultados en algunos indicadores de salud (sobre todo, se ha estudiado la mortalidad
infantil) y menores desigualdades de salud. (Krieger Et al, 2005)
Posición socioeconómica. En este apartado también se incluyen determinantes
estructurales de las desigualdades en salud, como los distintos ejes de desigualdad de
la estructura social, en concreto la clase social, la posición socioeconómica, el género
y la pertenencia étnica. Estos ejes determinan las oportunidades de tener una buena
salud y ponen de manifiesto la existencia de desigualdades en salud debidas a las
jerarquías de poder o de acceso a los recursos, en las que resultan más beneficiadas
las personas de clases sociales privilegiadas (Krieger Et al, 2000), o grupos que
detentan el poder en las relaciones sociales. La desigualdad que se produce se define
relacionalmente, en el sentido de que el mayor poder y el mejor acceso a los recursos
por parte de las personas más privilegiadas están en relación con el menor poder y el
peor acceso de las más desfavorecidas. Estos ejes de desigualdad están relacionados
con el concepto de discriminación o de «las relaciones de clase, género o etnia injustas
basadas en prácticas institucionales e interpersonales donde miembros de un grupo
dominante adquieren privilegios a base de subordinar a otras personas, y justifican
estas prácticas mediante ideologías de superioridad o diferencias», que se denominan
clasismo, sexismo o racismo. (Lynch Et al, 2000)
Los determinantes intermedios o factores intermediarios. La estructura social
determina desigualdades en los factores intermediarios, los cuales, a su vez, determinan
las desigualdades en salud. Estos factores son: a) las circunstancias materiales, como
la vivienda, el nivel de ingresos, las condiciones de trabajo o el barrio de residencia; b)
las circunstancias psicosociales, como la falta de apoyo social, las situaciones de estrés
(acontecimientos vitales negativos), el poco control, etc.; c) los factores conductuales y
biológicos, como los estilos de vida que dañan la salud, y d) el sistema de salud, pues
aunque los servicios sanitarios contribuyen muy poco a las desigualdades en salud, el
menor acceso a ellos y su menor calidad para las personas de clases sociales menos
favorecidas es una vulneración de los derechos humanos. Además, el pago de los
servicios de salud puede llevar a la pobreza a la población de estas clases sociales.
Determinantes ambientales. La interacción entre elementos naturales y sociales
contribuye a la generación de condiciones de protección o riesgo para la salud. Según
el informe Landone (1974), se estima que un 20% de la mortalidad en los países puede
ser atribuida a riesgos ambientales.
La protección de la salud depende de la capacidad de la sociedad para mejorar la
interacción entre la actividad humana y el ambiente químico, físico y biológico. Esto
debe hacerse de manera que promocione la salud humana y prevenga la enfermedad,
manteniendo el equilibrio y la integridad de los ecosistemas, y evitando comprometer el
bienestar de las futuras generaciones. (Placeres Et al, 2007)
En el país, los determinantes ambientales tienen una gran relevancia en la exposición
a condiciones de riesgo, por ejemplo las limitaciones en el acceso a agua segura,
servicios básicos, a condiciones para la seguridad alimentaria, que afecta sobre todo a
las poblaciones de zonas rurales y barrios populares de las ciudades.

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El Ecuador se encuentra amenazado por la acción de varios fenómenos geológicos:


sismos, erupciones volcánicas e inestabilidad de terrenos, además de inundaciones
sequías, granizadas, heladas, entre otros, debido a su ubicación geográfica en el
denominado Cinturón de Fuego del Pacífico. Además, la actividad humana ha generado
y genera deforestación, incendios forestales, derrames de petróleo, contaminación con
sustancias químicas peligrosas, contaminación del agua superficial y subterránea que,
en conjunto, pueden ocasionar desastres, y provocar un impacto importante en la salud
directamente o alterando la disponibilidad de alimentos y del agua de calidad sanitaria.
Ilustración 2
Determinantes de la Salud

Fuente: Marck Lalonde, 1974.

3.3. Enfoques del MAIS


3.3.1 La Atención Primaria de Salud Renovada (APS-R)
La APS-R es una estrategia que orienta el desarrollo de los sistemas de salud. Su
implementación como todo proceso social, ha estado sujeta a las contradicciones e
intereses económicos y políticos que configuran las formas de organización de las
sociedades.
La APS-R tiene sus raíces en la APS formulada en Alma Ata (1978) que esta, a su
vez recogió el pensamiento y práctica de la medicina social que inicio la reflexión y
demostración de los determinantes sociales de la salud y la inequidad en el acceso a los
servicios que en la década de los setentas toma mucho impulso sobre todo en América
Latina, unida a los procesos libertarios y de cambio social, surgiendo así valiosas
experiencias locales que desde la reivindicación del derecho a la salud, pusieron sobre
el tapete la necesidad de trabajar en torno al mejoramiento de la calidad de vida y la
participación como elementos sustanciales para el logro de la salud.

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A partir de la Declaración de Alma Ata (1977) la estrategia de APS toma importancia para
los Estados y las políticas nacionales de salud, sin embargo del reconocimiento formal,
su aplicación es limitada en la mayoría de países.
Otro aporte de esta declaración es que identificó requisitos previos para la salud, tales
como un ecosistema estable, justicia social, equidad, y recursos como la educación,
alimentos e ingresos. (Bolívar K., 2011).
Posteriormente, en 1986 se realiza en Ottawa, la Primera Conferencia Internacional de
Promoción de la Salud, que define a la promoción como “el proceso de capacitar a las
personas para que aumenten el control sobre su salud, y para que la mejoren. Para
alcanzar un estado adecuado de bienestar físico, mental y social, un individuo o un
grupo debe ser capaz de identificar y llevar a cabo unas aspiraciones, satisfacer unas
necesidades y cambiar el entorno o adaptarse a él”.
La OMS (1986) plantea la necesidad de implementar acciones orientadas al mejoramiento
de la calidad de vida de la población como una condición ineludible para el logro de la
salud. La estrategia de promoción de la salud establece algunos lineamientos como
reorientar el modelo de atención hacia un enfoque integral en el que las acciones de
prevención y promoción de la salud son los ejes fundamentales, la construcción de
políticas públicas saludables, intervenciones intersectoriales, la promoción de estilos de
vida y espacios saludables, y la participación activa de la población.
Otro hito importante fue la conferencia de Santa Fe de Bogotá en 1992, en donde se
plantea la necesidad de armonizar el desarrollo económico con el mejoramiento de las
condiciones de bienestar y equidad social como condiciones indispensables para el
logro de salud. En ese sentido “el desafío de la Promoción de la Salud en América Latina
consiste en transformar las relaciones excluyentes conciliando los intereses económicos
y los propósitos sociales de bienestar para todos, así como en trabajar por la solidaridad
y la equidad social, condiciones indispensables para la salud y el desarrollo”.10
En la década del 90, el embate del pensamiento y la práctica neoliberal incidieron en que
la Estrategia de APS se reduzca a intervenciones puntuales, focalizadas, locales y de
bajo costo, coartando su potencial transformador, se institucionalizó las intervenciones
focalizadas y de bajo costo para los pobres y se estimuló el crecimiento y consolidación
de la salud como una mercancía impulsando las acciones de salud centradas en el
enfoque curativo.
La evidencia del fracaso del modelo de desarrollo economicista y de las políticas
neoliberales, que en el campo de la salud significo profundizar la inequidad en el acceso
a condiciones de vida saludables y a los servicios de salud, ha incidido en que se
reposicione la estrategia de la APS como eje de los procesos de transformación de los
sistemas de salud bajo los siguientes objetivos:
• Facilitar la inclusión social y la equidad en salud
• Promover los sistemas de salud basados en APS
• Potenciar la promoción de la salud y promover la atención integral e integrada
• Fomentar el trabajo intersectorial y sobre los determinantes
• Orientar hacia la calidad de la atención y seguridad del paciente
• Fortalecer los recursos humanos en materia de salud

10
Declaración de la Conferencia Internacional de Promoción de la Salud, Bogotá:1992

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Tanto la Constitución Política como el Plan de Desarrollo para el Buen Vivir, establecen
que la estrategia de Atención Primaria de Salud, debe ser la base de la organización y
funcionamiento del Sistema Nacional de Salud y de la Red Pública Integral de Salud.

Este mandato implica reorientar el modelo de atención hacia un modelo que fortalezca la
promoción y la prevención; implementar estrategias que permitan el acceso equitativo y
continuo a servicios integrales de salud, que se adecuen a las necesidades y demandas
de la población, reconociendo y dando respuesta a las especificidades que devienen de
la diversidad étnica y cultural, del momento del ciclo vital, de género y territorial. Implica
también la articulación intersectorial y la participación ciudadana en torno a procesos
de desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida. La Atención Primaria no significa
exclusivamente servicios en el I nivel de atención, sino que considera que el I nivel de
atención es la puerta de entrada a los otros tres niveles más complejos de atención, con
la finalidad de dar atención integral y específica a las demandas individuales.
3.3.2 Epidemiologia Comunitaria en el Modelo de Atención Integral de Salud y
en la Red Pública Integral de Salud.11
Es una concepción metodológica y una herramienta para el análisis de la realidad y la
transformación de la misma, con la participación activa de la comunidad, constituyéndose
en un elemento clave para la implementación del Modelo de Atención.
La Epidemiología Comunitaria se caracteriza por:
• Los datos epidemiológicos que se generan no tienen un camino unidireccional
(desde la periferia hacia el centro) si no que transitan en un camino de ida y
vuelta, donde se validan, se enriquecen y finalmente se convierten en elementos
fundamentales para el diálogo en y con las comunidades.
• No excluye el uso de la tecnología informática y de las telecomunicaciones, pero se
fundamenta en el uso de la palabra, de la escucha, del pensamiento, de la reflexión;
habilidades humanas que, hasta donde se conoce, no han sido todavía superadas
por ningún software, Smartphone o red neural.
• Es una herramienta de uso popular, sirve para: “conocer mejor la realidad en la que
vivimos para poder transformarla”.
• Concibe a la comunidad como un conjunto de personas que comparten un interés
o un problema común y no solamente como un lugar delimitado geográfica y
demográficamente, por lo general aislado, deprimido y exótico.(Tognoni, 1998)
• Da mucha importancia al papel de la comunidad en el campo de la investigación,
que a través de un proceso sistemático y participativo evalúa permanentemente
en qué medida el(los) derecho(s) que ha(n) sido reconocido(s) está(n) siendo
garantizado(s).
Para su implementación se ha desarrollado una serie de herramientas didácticas,
sencillas pero que encierran una gran profundidad de conceptos; tendrán que ser
incorporadas en el trabajo de los equipos de salud y de los actores comunitarios.

11
Documento preparado por el Dr. Juan Moreira, La Epidemiologia Comunitaria en el Modelo de
Atención Integral de Salud, Quito.2011

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3.3.3 La Participación Social en el Modelo de Atención Integral de Salud y en la


Red Pública Integral de Salud
La APS renovada está fuertemente ligada a procesos de organización y participación
social que se construyan desde las necesidades y demandas más sentidas de los seres
humanos. La posibilidad de generar espacios democráticos deliberativos y asociativos
de poder ciudadano pueden convertirse a corto y mediano plazo en la oportunidad de
generar procesos de trasformación en el ámbito de la salud y la calidad de vida.
El MAIS-FCI se orienta a generar condiciones y mecanismos que contribuyan a que las
personas y las organizaciones sociales locales tengan el control sobre los determinantes
sanitarios, a través de procesos de información, educación permanente y activa
participación, facilitando el pleno ejercicio de sus derechos y responsabilidades en
salud.
La generación de condiciones saludables no es posible sin participación activa de las
personas como sujetos de derecho, que tienen la misión de construir sus organizaciones
representativas para conocer, acordar, ejecutar y evaluar conjuntamente con los equipos
de salud las intervenciones del modelo de atención. La organización local se constituye
en la contraparte de veeduría del ejercicio del derecho a la salud y el funcionamiento de
la red de servicios.
3.3.4 Enfoque de Interculturalidad en el Modelo de Atención Integral de Salud
y en la Red Pública Integral de Salud
La lucha y demandas de las nacionalidades, pueblos indígenas, montubio y afro
ecuatorianos del país, ha permitido el reconocimiento constitucional del Ecuador como
un país intercultural y plurinacional, lo que establece una nueva lógica de organización
del Estado y sus instituciones para garantizar sus derechos.
La hegemonía del enfoque occidental en el quehacer sanitario y la incapacidad que han
tenido las políticas y programas de salud para comprender, respetar e incorporar los
conocimientos y prácticas de salud ancestrales de la medicina tradicional y medicinas
alternativas, se expresa entre otros aspectos en las profundas limitaciones de acceso
a los servicios de salud, especialmente a los pueblos y nacionalidades indígenas y afro
ecuatorianos.
Para el sector salud el reto fundamental es incorporar de manera transversal el enfoque
intercultural en el modelo de atención y gestión, y que los recursos de la medicina
tradicional y medicinas alternativas sean complementarios.
La incorporación de la interculturalidad implica fundamentalmente un posicionamiento
ético y político de reconocimiento y respeto a la diversidad que permita una interacción
horizontal y sinérgica, sustentada en el conocimiento, el diálogo y el irrestricto respeto
a los derechos de las personas.
En este sentido, el MSP a través de la Dirección Nacional de Salud Intercultural y
Derechos, ha implementado importantes avances en cuanto a la incorporación del
enfoque intercultural y la adecuación cultural de los servicios, particularmente de los
servicios de atención a la mujer embarazada y la atención del parto con resultados
muy positivos en cuanto a acceso y disminución de complicaciones y riesgos para la
madre y el/la niña. Por otra parte, a nivel local existe una red de agentes de salud de la

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medicina indígena y tradicional que históricamente han tenido un papel protagónico en


la atención y cuidado de la salud de la población.
El fortalecimiento del MAIS-FC implica por lo tanto definir e implementar estrategias
que permitan incorporar el enfoque holístico de la salud de las culturas ancestrales y
operativizar el enfoque intercultural en los diferentes niveles de atención, Para lograrlo,
se requiere, entre otras acciones, la formación y capacitación del recurso humano en el
enfoque intercultural, generar actitudes y condiciones para garantizar una interacción
con las y los usuarios respetando sus conocimientos y prácticas de salud, con la activa
participación de los actores de la medicina ancestral y alternativa, que contribuyan a
recuperar, fortalecer y potenciar sus saberes y prácticas en función de una atención
integral.
Es así que la interculturalidad en salud se vincula como el enfoque que permite la inter-
relación entre culturas sanitarias distintas, aquella que se da entre los proveedores
de salud que tienen en sus orígenes, en su preparación y formación, concepciones y
prácticas distintas, contribuyendo a responder adecuadamente a las necesidades de
las y los usuarios que por su origen tienen y generan distintas demandas de atención
en salud.
La organización de los servicios de salud al interior del Sistema Nacional de Salud,
incorporando el enfoque intercultural permite acercar los servicios a la población porque
reduce las barreras de acceso sociocultural principalmente.
Desde la oferta de servicios de atención en salud la interculturalidad como enfoque
busca hacer efectivo el mandato constitucional donde se establece la conformación
y presencia efectiva de los proveedores de las medicinas occidentales, en conjunto
con las medicinas alternativas y complementarias, que interrelacionados logren el
bienestar del individuo, familia y comunidad respetando y considerando sus situaciones
y condiciones diversas, a fin de que la provisión de servicios cumpla con criterios de
pertinencia, coherencia y correspondencia.
La Interculturalidad en el Modelo de Atención Integral de Salud: Reconoce la Gestión
y Atención de Salud Intercultural: Corresponde a la unidad hacer operativo el mandato
constitucional, diseñando los mecanismos que posibiliten la coordinación entre los
sistemas de salud occidental y de los pueblos diversos, ancestrales, tradicionales y
alternativos, garantizando la atención de las personas usuarias con el debido respeto
a sus derechos humanos según su elección, así mismo fomentando la promoción de la
salud desde su cosmovisión, proyectando las prácticas saludables.
El reconocimiento de la diversidad cultural implica un DIÁLOGO INTERCULTURAL, cuyo
fundamento es el reconocimiento del otro sin barreras, ni jerarquías sociales en el que
por una parte el Estado y los pueblos, nacionalidades indígenas, afro ecuatorianos,
montubios y mestizos, puedan debatir la prestación de un servicio integral adecuado a
su cosmovisión y / o en su defecto se valore, respete su propio sistema, garantizando el
acceso conforme a su elección en un plano de igualdad.12

12
La Dirección Nacional de Interculturalidad, Derechos y Participación en Salud del MSP está
trabajando en una propuesta conceptual y metodológica para la incorporación del enfoque
intercultural y de género en las políticas y en el MAIS

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3.3.5 Integrar a la Salud Mental en el Modelo de Atención Integral de Salud y


en la Red Pública Integral de Salud
La Salud Mental es definida como un estado de armonía y equilibrio del ser humano,
que le permite sentirse bien consigo mismo, realizarse en relación a sus creencias,
interactuar de una manera consciente, coherente y respetuosa con su entorno cultural,
social, natural y con “el otro”; desarrollar valores y suscitar condiciones éticas, para
construir un proyecto de vida y desarrollarse como sujeto de derechos.13 En este sentido,
es más que la mera ausencia de trastornos mentales; e incluye bienestar subjetivo,
autonomía, competencia y reconocimiento de la habilidad de realizarse intelectual y
emocionalmente.
La salud mental también se refiere a la posibilidad de acrecentar la competencia de
los individuos y comunidades para alcanzar sus propios objetivos (OMS, 2004). En
este sentido, la salud mental es materia de interés para todos, y no sólo para aquellos
afectados por un trastorno mental.
En el Ecuador la Constitución de la República señala la importancia de la asistencia
psicológica para garantizar estabilidad física y mental14 a la población. De igual manera
en la Ley Orgánica de Salud constan artículos relacionados directamente con algunos
tópicos de la salud mental15 y en el Plan Nacional para el Buen Vivir se inscriben de
manera tácita aspectos relacionados a la promoción de la salud mental.16
Bajo estos instrumentos legales el Modelo de Atención Integral de Salud, enfatiza en
la importancia de intervenir en las condiciones de esta dimensión de la salud,17 y la
incorporación de la Salud Mental Comunitaria en los planes de salud y la organización
de los servicios,18 superando los Modelos: Curativo y Clínico Biológico19 que marcan
aún el quehacer de los servicios psiquiátricos y de salud mental en el país.
13
Definición tomada del Encuentro Nacional “Salud Mental para el Nuevo Milenio” y en donde se
planteó la Política Pública de Salud Mental para el Buen Vivir. Dirección Nacional de Atención Integral
de Salud Mental. 2009
14
Artículo 38 literal 9, que se refiere a políticas públicas y programas de atención a las personas
adultas mayores.
15
Como en el capítulo IV, Art 31 que se refiere a la Violencia como problema de salud pública.
De igual manera en el capítulo VII lo relacionado con tabaco, bebidas alcohólicas, psicotrópicos,
estupefacientes y otras substancias que generan dependencia, entre otros temas.
16
De manera más evidente se aprecia en los Objetivos Nacionales para el Buen Vivir. Uno de ellos:
Auspiciar la igualdad, cohesión e integración social y territorial en la diversidad.
17
La salud mental y los riesgos ambientales son en la actualidad condiciones y problemas que deben
suscitar la atención prioritaria del sector salud. Tal es así que la violencia hacia la mujer, el maltrato
infantil y los suicidios consumados constituyen problemas de salud pública por la alta frecuencia en
que se producen y las graves consecuencias que generan a nivel individual, familiar y social. MSP.
Modelo de Atención con Enfoque Comunitario, Familiar e Intercultural. Ecuador 2011
18
En este modelo los servicios se estructuran de acuerdo a las necesidades de las personas y a sus
condiciones bio-psico-sociales. Éstos funcionan con equipos multiprofesionales e interdisciplinares
que, a diferencia de otros modelos (Curativo y Bio clínico) permite tres desplazamientos que lo
configuran: a) del sujeto enfermo a la comunidad. b) del hospital a los Centros Comunitarios de Salud
Mental y, c) Del Psiquiatra al Equipo de Salud Mental.
19
El Modelo Curativo parte de la premisa que el paciente es potencialmente peligroso para sí o
para otros, esto explica que se actúe aislándolo de la sociedad. La atención está enfocada en el
internamiento en hospitales psiquiátricos, la misma que no está sometida a mayores controles,
constituyéndose por regla general en indefinida e indebida, por no efectuarse por razones sanitarias
sino sociales. En cambio, para el Modelo Clínico Biológico, la enfermedad mental tiene una base
biológica compleja por lo que su tratamiento debe estar en manos de médicos especialistas que
trabajen en centros de alta complejidad. Tiene su apogeo en el siglo XIX, tiempo en el cual se piensa
que todas las enfermedades tienen una base biológica, prescindiendo de otras etiologías. Como
consecuencia de ello surgen prácticas cuestionables a la luz de la valoración actual de los derechos
humanos como el coma hipoglicémico, terapia malárica, lobotomía prefrontal y el electroshock TEC.

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El modelo comunitario de salud mental permite comprehender al individuo en sus


dimensiones biológicas, psicológicas, culturales, sociales y políticas; fortalece la
participación de la comunidad en la planificación y desarrollo de actividades orientadas
al cuidado de la salud mental, la prevención, identificación, manejo y el seguimiento de
las personas con trastornos y/o afectaciones mentales en sus comunidades, además
de reducir la estigmatización y discriminación de las personas que estén afectadas por
algún trastorno.
3.3.6 Integrar la Investigación, la formación y capacitación del talento humano
El MAIS plantea fortalecer los procesos de investigación, formación y capacitación del
talento humano y que la producción de conocimientos se constituya en una herramienta
para contribuir al mejoramiento de las condiciones de salud y vida de la población.

El talento humano constituye el pilar fundamental del cambio en el modelo de atención,


los procesos de formación, capacitación y la investigación se orientan a lograr excelencia
técnica, integralidad y compromiso.
Se implementará estrategias para el desarrollo y la gestión del talento humano a
través de procesos de capacitación continua, la carrera sanitaria y la formación en los
servicios. En el primero y segundo nivel se incorpora especialistas en Medicina Familiar
y Comunitaria y Técnicos de Atención Primaria de Salud el segundo y tercer nivel se
formaran especialistas en las áreas que son pertinentes. y en el cuarto nivel constituirá
el gran espacio para las grandes especialidades y la investigación científica
3.3.7. Los Cuidados Paliativos en el Modelo de Atención Integral de Salud20 y en
la Red Pública Integral de Salud
Uno de los retos del MAIS-FC, es incorporar el abordaje y servicios de cuidados
paliativos.

Los cuidados paliativos se orientan entre otros aspectos, a ofrecer atención integral
a la persona que está en fase terminal del proceso de enfermedad, atendiendo las
necesidades biológicas, psicosociales y espirituales hasta el momento de morir y, a la
familia y la comunidad facilitando el acompañamiento del paciente y apoyo incluso en
el proceso de duelo.
Durante todo el ciclo vital de las personas se pueden presentar enfermedades que
amenazan la vida, sin posibilidad de curación y por lo tanto requieren cuidados paliativos,
que se deben prestar en los tres niveles de atención de acuerdo a los protocolos
establecidos por la Autoridad Sanitaria Nacional, cumpliendo actividades de promoción,
prevención, tratamiento activo, intervenciones interdisciplinarias en estrecha relación
con la familia y la comunidad.
3.4 Prioridades y Estrategias Nacionales
Las prioridades nacionales se orientan a movilizar los recursos en función del logro
de objetivos y metas de corto y mediano plazo. Son estrategias que requieren una
intervención intersectorial y que se orientan a modificar los factores o determinantes
críticos que generan la prioridad sanitaria, por el impacto en la población y en el
desarrollo del país. Se enmarcan en las políticas y metas nacionales establecidas en el
Plan de Desarrollo para el Buen Vivir, acuerdos internacionales como los Objetivos de
20
Acuerdo Ministerial para Cuidados Paliativos. Marzo 2011

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Desarrollo del Milenio (ODEM).


El MSP ha definido estrategias nacionales de acuerdo a las prioridades y perfil
epidemiológico de la población como la ENIPLA, Nutrición Acción-Desnutrición Cero,
Prevención y Atención Integral a personas con problemas crónico-degenerativos,
tuberculosis, VIH-SIDA, entre otras, que se vinculan a las metas del Plan Nacional del
Buen Vivir. Anexo 1 (Estrategias Nacionales en Salud)

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