Mais Cap. 3
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con la salud y las desigualdades en salud de la población, aunque ya hay algunos que
demuestran la influencia de la tradición política en la salud, en el sentido de que los
países con tradición socialdemócrata potencian un estado del bienestar más extenso,
con menos desigualdades de renta y políticas de pleno empleo, y logran mejores
resultados en algunos indicadores de salud (sobre todo, se ha estudiado la mortalidad
infantil) y menores desigualdades de salud. (Krieger Et al, 2005)
Posición socioeconómica. En este apartado también se incluyen determinantes
estructurales de las desigualdades en salud, como los distintos ejes de desigualdad de
la estructura social, en concreto la clase social, la posición socioeconómica, el género
y la pertenencia étnica. Estos ejes determinan las oportunidades de tener una buena
salud y ponen de manifiesto la existencia de desigualdades en salud debidas a las
jerarquías de poder o de acceso a los recursos, en las que resultan más beneficiadas
las personas de clases sociales privilegiadas (Krieger Et al, 2000), o grupos que
detentan el poder en las relaciones sociales. La desigualdad que se produce se define
relacionalmente, en el sentido de que el mayor poder y el mejor acceso a los recursos
por parte de las personas más privilegiadas están en relación con el menor poder y el
peor acceso de las más desfavorecidas. Estos ejes de desigualdad están relacionados
con el concepto de discriminación o de «las relaciones de clase, género o etnia injustas
basadas en prácticas institucionales e interpersonales donde miembros de un grupo
dominante adquieren privilegios a base de subordinar a otras personas, y justifican
estas prácticas mediante ideologías de superioridad o diferencias», que se denominan
clasismo, sexismo o racismo. (Lynch Et al, 2000)
Los determinantes intermedios o factores intermediarios. La estructura social
determina desigualdades en los factores intermediarios, los cuales, a su vez, determinan
las desigualdades en salud. Estos factores son: a) las circunstancias materiales, como
la vivienda, el nivel de ingresos, las condiciones de trabajo o el barrio de residencia; b)
las circunstancias psicosociales, como la falta de apoyo social, las situaciones de estrés
(acontecimientos vitales negativos), el poco control, etc.; c) los factores conductuales y
biológicos, como los estilos de vida que dañan la salud, y d) el sistema de salud, pues
aunque los servicios sanitarios contribuyen muy poco a las desigualdades en salud, el
menor acceso a ellos y su menor calidad para las personas de clases sociales menos
favorecidas es una vulneración de los derechos humanos. Además, el pago de los
servicios de salud puede llevar a la pobreza a la población de estas clases sociales.
Determinantes ambientales. La interacción entre elementos naturales y sociales
contribuye a la generación de condiciones de protección o riesgo para la salud. Según
el informe Landone (1974), se estima que un 20% de la mortalidad en los países puede
ser atribuida a riesgos ambientales.
La protección de la salud depende de la capacidad de la sociedad para mejorar la
interacción entre la actividad humana y el ambiente químico, físico y biológico. Esto
debe hacerse de manera que promocione la salud humana y prevenga la enfermedad,
manteniendo el equilibrio y la integridad de los ecosistemas, y evitando comprometer el
bienestar de las futuras generaciones. (Placeres Et al, 2007)
En el país, los determinantes ambientales tienen una gran relevancia en la exposición
a condiciones de riesgo, por ejemplo las limitaciones en el acceso a agua segura,
servicios básicos, a condiciones para la seguridad alimentaria, que afecta sobre todo a
las poblaciones de zonas rurales y barrios populares de las ciudades.
A partir de la Declaración de Alma Ata (1977) la estrategia de APS toma importancia para
los Estados y las políticas nacionales de salud, sin embargo del reconocimiento formal,
su aplicación es limitada en la mayoría de países.
Otro aporte de esta declaración es que identificó requisitos previos para la salud, tales
como un ecosistema estable, justicia social, equidad, y recursos como la educación,
alimentos e ingresos. (Bolívar K., 2011).
Posteriormente, en 1986 se realiza en Ottawa, la Primera Conferencia Internacional de
Promoción de la Salud, que define a la promoción como “el proceso de capacitar a las
personas para que aumenten el control sobre su salud, y para que la mejoren. Para
alcanzar un estado adecuado de bienestar físico, mental y social, un individuo o un
grupo debe ser capaz de identificar y llevar a cabo unas aspiraciones, satisfacer unas
necesidades y cambiar el entorno o adaptarse a él”.
La OMS (1986) plantea la necesidad de implementar acciones orientadas al mejoramiento
de la calidad de vida de la población como una condición ineludible para el logro de la
salud. La estrategia de promoción de la salud establece algunos lineamientos como
reorientar el modelo de atención hacia un enfoque integral en el que las acciones de
prevención y promoción de la salud son los ejes fundamentales, la construcción de
políticas públicas saludables, intervenciones intersectoriales, la promoción de estilos de
vida y espacios saludables, y la participación activa de la población.
Otro hito importante fue la conferencia de Santa Fe de Bogotá en 1992, en donde se
plantea la necesidad de armonizar el desarrollo económico con el mejoramiento de las
condiciones de bienestar y equidad social como condiciones indispensables para el
logro de salud. En ese sentido “el desafío de la Promoción de la Salud en América Latina
consiste en transformar las relaciones excluyentes conciliando los intereses económicos
y los propósitos sociales de bienestar para todos, así como en trabajar por la solidaridad
y la equidad social, condiciones indispensables para la salud y el desarrollo”.10
En la década del 90, el embate del pensamiento y la práctica neoliberal incidieron en que
la Estrategia de APS se reduzca a intervenciones puntuales, focalizadas, locales y de
bajo costo, coartando su potencial transformador, se institucionalizó las intervenciones
focalizadas y de bajo costo para los pobres y se estimuló el crecimiento y consolidación
de la salud como una mercancía impulsando las acciones de salud centradas en el
enfoque curativo.
La evidencia del fracaso del modelo de desarrollo economicista y de las políticas
neoliberales, que en el campo de la salud significo profundizar la inequidad en el acceso
a condiciones de vida saludables y a los servicios de salud, ha incidido en que se
reposicione la estrategia de la APS como eje de los procesos de transformación de los
sistemas de salud bajo los siguientes objetivos:
• Facilitar la inclusión social y la equidad en salud
• Promover los sistemas de salud basados en APS
• Potenciar la promoción de la salud y promover la atención integral e integrada
• Fomentar el trabajo intersectorial y sobre los determinantes
• Orientar hacia la calidad de la atención y seguridad del paciente
• Fortalecer los recursos humanos en materia de salud
10
Declaración de la Conferencia Internacional de Promoción de la Salud, Bogotá:1992
Tanto la Constitución Política como el Plan de Desarrollo para el Buen Vivir, establecen
que la estrategia de Atención Primaria de Salud, debe ser la base de la organización y
funcionamiento del Sistema Nacional de Salud y de la Red Pública Integral de Salud.
Este mandato implica reorientar el modelo de atención hacia un modelo que fortalezca la
promoción y la prevención; implementar estrategias que permitan el acceso equitativo y
continuo a servicios integrales de salud, que se adecuen a las necesidades y demandas
de la población, reconociendo y dando respuesta a las especificidades que devienen de
la diversidad étnica y cultural, del momento del ciclo vital, de género y territorial. Implica
también la articulación intersectorial y la participación ciudadana en torno a procesos
de desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida. La Atención Primaria no significa
exclusivamente servicios en el I nivel de atención, sino que considera que el I nivel de
atención es la puerta de entrada a los otros tres niveles más complejos de atención, con
la finalidad de dar atención integral y específica a las demandas individuales.
3.3.2 Epidemiologia Comunitaria en el Modelo de Atención Integral de Salud y
en la Red Pública Integral de Salud.11
Es una concepción metodológica y una herramienta para el análisis de la realidad y la
transformación de la misma, con la participación activa de la comunidad, constituyéndose
en un elemento clave para la implementación del Modelo de Atención.
La Epidemiología Comunitaria se caracteriza por:
• Los datos epidemiológicos que se generan no tienen un camino unidireccional
(desde la periferia hacia el centro) si no que transitan en un camino de ida y
vuelta, donde se validan, se enriquecen y finalmente se convierten en elementos
fundamentales para el diálogo en y con las comunidades.
• No excluye el uso de la tecnología informática y de las telecomunicaciones, pero se
fundamenta en el uso de la palabra, de la escucha, del pensamiento, de la reflexión;
habilidades humanas que, hasta donde se conoce, no han sido todavía superadas
por ningún software, Smartphone o red neural.
• Es una herramienta de uso popular, sirve para: “conocer mejor la realidad en la que
vivimos para poder transformarla”.
• Concibe a la comunidad como un conjunto de personas que comparten un interés
o un problema común y no solamente como un lugar delimitado geográfica y
demográficamente, por lo general aislado, deprimido y exótico.(Tognoni, 1998)
• Da mucha importancia al papel de la comunidad en el campo de la investigación,
que a través de un proceso sistemático y participativo evalúa permanentemente
en qué medida el(los) derecho(s) que ha(n) sido reconocido(s) está(n) siendo
garantizado(s).
Para su implementación se ha desarrollado una serie de herramientas didácticas,
sencillas pero que encierran una gran profundidad de conceptos; tendrán que ser
incorporadas en el trabajo de los equipos de salud y de los actores comunitarios.
11
Documento preparado por el Dr. Juan Moreira, La Epidemiologia Comunitaria en el Modelo de
Atención Integral de Salud, Quito.2011
12
La Dirección Nacional de Interculturalidad, Derechos y Participación en Salud del MSP está
trabajando en una propuesta conceptual y metodológica para la incorporación del enfoque
intercultural y de género en las políticas y en el MAIS
Los cuidados paliativos se orientan entre otros aspectos, a ofrecer atención integral
a la persona que está en fase terminal del proceso de enfermedad, atendiendo las
necesidades biológicas, psicosociales y espirituales hasta el momento de morir y, a la
familia y la comunidad facilitando el acompañamiento del paciente y apoyo incluso en
el proceso de duelo.
Durante todo el ciclo vital de las personas se pueden presentar enfermedades que
amenazan la vida, sin posibilidad de curación y por lo tanto requieren cuidados paliativos,
que se deben prestar en los tres niveles de atención de acuerdo a los protocolos
establecidos por la Autoridad Sanitaria Nacional, cumpliendo actividades de promoción,
prevención, tratamiento activo, intervenciones interdisciplinarias en estrecha relación
con la familia y la comunidad.
3.4 Prioridades y Estrategias Nacionales
Las prioridades nacionales se orientan a movilizar los recursos en función del logro
de objetivos y metas de corto y mediano plazo. Son estrategias que requieren una
intervención intersectorial y que se orientan a modificar los factores o determinantes
críticos que generan la prioridad sanitaria, por el impacto en la población y en el
desarrollo del país. Se enmarcan en las políticas y metas nacionales establecidas en el
Plan de Desarrollo para el Buen Vivir, acuerdos internacionales como los Objetivos de
20
Acuerdo Ministerial para Cuidados Paliativos. Marzo 2011