Los Chiquitanos
Los Chiquitanos
Los Chiquitanos
El pueblo chiquitano habita la región de la Gran Chiquitania, que está situada al norte de Santa Cruz
de la Sierra y abarca las provincias Ñuflo de Chávez, Velasco, Ángel Sandoval, Chiquitos y Germán
Busch. Los chiquitanos se dividen en diferentes grupos, por lo general denominados según la antigua
Misión jesuítica alrededor de la cual se agrupan las comunidades: los chiquitanos de San Javier,
Concepción, San Ignacio de Velasco, San Miguel, San Matías, San Rafael, San José de Chiquitos y
Santo Corazón; existen, además, otras zonas chiquitanas que no tienen una relación directa con las
Misiones: Lomerío, una antigua zona de refugio de los chiquitanos; Bajo Paraguá, antes zona de
bosques de caucho y Roboré, donde se asentaron los chiquitanos en la época de la construcción del
ferrocarril entre Santa Cruz y Corumbá en Brasil.
80.000 personas
Los chiquitanos hablan el besiro o monkox, llamado en español chiquitano, una lengua aislada que
no guarda relación con otros idiomas. Existen variaciones entre las diferentes zonas chiquitanas. Así,
el besiro de Concepción y Lomerío no es exactamente igual que el de San Ignacio y San Miguel. Esta
lengua es considerada sumamente amplia y compleja, cuyo aprendizaje ausaba grandes dificultades
a los jesuitas que guiaban las Misiones de la Chiquitania en los siglos XVII y XVIII.
Una de las particularidades del besiro o monkox es la existencia de un hablar femenino y un hablar
masculino: la mujer no puede emplear el hablar masculino, a no ser que esté relatando lo dicho por
un hombre o representando a otra persona. El hombre emplea ambas formas, tanto el hablar
femenino como el masculino.
4. ¿Por qué recibieron el nombre de “los chiquitos” por parte de los españoles en el siglo XVI?
Los llamaban “los chiquitos” porque tenían casas con puertas tan bajas que sólo podían entrar a
gatas.
grupos indígenas. No existía un grupo que se llamara chiquitano. El pueblo que hoy se
autodenomina como tal, recibió este nombre de los españoles en el siglo XVI.
Un grupo de españoles retornó de una expedición con cuentos sobre fabulosas riquezas en el
interior del país. Este país llamado “El Dorado” da un nuevo objetivo a las incursiones españolas: en
adelante, los conquistadores estarán movidos por la búsqueda de las supuestas riquezas que se
encontrarían al norte de esa región.
Entre 1692 y 1767, los jesuitas fundaron diez Misiones, en las cuales asentaron a aproximadamente
60.000 indígenas de diversas culturas y lenguas. De esta manera, los españoles lograron la
“pacificación” de una parte de los grupos étnicos de la región, entre los cuales muchos pedían ser
acogidos en las Misiones para escapar de los abusos de los cruceños y de los cazadores de esclavos
que llegaron desde la costa atlántica de lo que hoy es Brasil. Además buscaron atención médica de
las pestes, que habían llegado con los conquistadores. Otros grupos, sin embargo, huían de los
religiosos selva adentro o asaltaban las Reducciones.
En los siguientes años, los jesuitas fundaron otras 9 Reducciones, llegando a un número total
de 10:
La creación de las Misiones obedecía a criterios muy diversos y hasta opuestos. El gobernador de
Santa Cruz pidió la reducción de los indígenas para “pacificarlos”, es decir, tenerlos bajo un mayor
control, al mismo tiempo que las Misiones eran consideradas como un baluarte contra las
incursiones de los bandeirantes. Por otro lado, los cruceños recibieron a los jesuitas de manera
hostil, debido a que éstos intentaban impedir que capturasen a los indígenas para venderlos.
Los jesuitas, por su parte, evidentemente estaban movidos por la “salvación de los infieles”. Una vez
instalados en la Chiquitania, los religiosos vieron las Reducciones también como refugios de los
indígenas ante los asaltos de cruceños y bandeirantes, y se consideraban a ellos mismos como
protectores de los indígenas, visión compartida con todos aquellos indígenas que habían pedido
cobijo en las Misiones. Las Reducciones cambiaron por completo la vida de los indígenas. Tuvieron
que acostumbrarse a una vida sedentaria en pueblos grandes, someterse a la tutela de los
misioneros y a toda una jerarquía de autoridades, y trabajar según un ritmo establecido. Si bien los
jesuitas brindaron protección a los indígenas, les privaron al mismo tiempo de una
vida independiente bajo una organización y con una cultura autónomas. De la unificación de los
múltiples pueblos indígenas y de la evangelización surgió el pueblo chiquitano tal como lo
conocemos hoy en día.
11. ¿Qué son las TCO y cuáles son las TCOs ubicadas en la región chiquitana?
La promulgación de la nueva ley de tierras, la Ley INRA, en 1996, ha revertido este proceso:
actualmente, los chiquitanos están tramitando ante el Estado la titulación de sus territorios,
llamados “Tierras Comunitarias de Origen”. Los chiquitanos viven en comunidades dispersas donde
hacen sus chacos y a veces crían ganado. Pero también practican la caza, pesca y recolección. Estas
actividades requieren de espacios extensos con una gran diversidad de flora y fauna En las últimas
décadas, los bosques alrededor de las comunidades chiquitanas han sido invadidos por grandes
propiedades ganaderas, empresas madereras, por mineros y otra gente que explota los recursos
naturales. Algunas consecuencias de esta explotación han sido la desaparición de las maderas
valiosas, y los animales silvestres se han retirado al monte, de manera que hoy en día los chiquitanos
tienen cada vez más dificultades para cazar.
Sus gestiones fueron exitosas, ya que en 1996 se aprobó la Ley INRA, que permite la titulación de
territorios indígenas, llamadas Tierras Comunitarias de Origen (TCO). Los chiquitanos han solicitado
la titulación de 6 TCOs: Lomerío, Monteverde, Bajo Paraguá, Santo Corazón, San José y Otuquis.
Desde 1995 existe además una representación de todo el pueblo chiquitano, la Organización
Indígena Chiquitana – OICH, que aglutina a las once centrales chiquitanas. Las diferentes Centrales
están afiliadas a la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia, CIDOB, que representa a todos los
indígenas de las tierras bajas ante el Estado boliviano y organismos internacionales. Su demanda
principal es la titulación de los territorios y una mayor participación como ciudadano.
Originalmente, las viviendas típicas de los diferentes grupos chiquitos eran pequeñas y redondas,
con una puerta baja por la que había que entrar a gatas. Estas casas cerradas servían tanto para
protegerse contra los mosquitos en la época de lluvias, como contra las flechas enemigas. En las
Reducciones, los indígenas vivían en grandes casas alargadas dispuestas alrededor de la plaza
central, que todavía se pueden observar en antiguas Misiones como Concepción y San Javier.
Antiguamente, la vestimenta de los indígenas variaba según el grupo. Algunos andaban desnudos,
otros llevaban un taparrabo de piel. Con seguridad, esto era lo más adecuado para la vida en el
bosque, donde la ropa se queda atrapada en las ramas y los matorrales. Entre los chiquitos había
grupos entre los cuales las mujeres usaban una especie de camisa larga, el tipoy. Muchos indígenas
utilizaban además las pinturas corporales y los tatuajes. Hoy en día los chiquitanos se identifican
nuevamente con su cultura, que también se expresa en el uso de su vestimenta típica, el tipoy, que
las mujeres llevan en las ferias, los domingos y los días de fiesta.
Tradicionalmente, la economía chiquitana, como la de todos los pueblos indígenas de las tierras
bajas, era una economía de subsistencia, en la que no se generaban excedentes, sino que cultivaban,
pescaban y cazaban tan sólo para el autoconsumo. Sin embargo, ahora los chiquitanos también
necesitan dinero, razón por la cual trabajan estacionalmente fuera de su comunidad y también
venden algunos de sus productos.
16. ¿Qué son los jichis en la cosmovisión chiquitana y qué función cumplen?
En las tradicionales actividades de agricultura, caza, pesca y recolección juegan un papel importante
los jichis. Los jichis son los espíritus que regulan la relación entre los seres humanos y la naturaleza:
vigilan que el hombre sólo saque de la naturaleza lo que necesita para su subsistencia. Si el hombre
obedece a las normas establecidas por los jichis, éstos le proporcionan lo requerido y si no las
cumple lo castigan. Los jichis vigilan que los humanos no abusen de la naturaleza. De tal manera, el
cazador sólo puede matar la cantidad de animales que necesita para la alimentación de la familia o
los miembros de su comunidad. Es obligación del cazador matar al animal con un tiro preciso para
que no sufra, y de no ser así, el animal herido va donde el dueño del bosque para ser curado.
17. ¿Cuántos tipos de chamanes existen en la cultura chiquitana y qué papel cumplen?
Los chamanes son los personajes centrales en el tradicional sistema religioso chiquitano.
El oboix posee la facultad de hechizar a la gente, introduciendo diversos objetos, como cabellos,
pequeños huesos, ramitas, etc., en su cuerpo. También puede envenenar a las personas, y en este
caso se lo denomina como picharerurr. El hechicero tiene la facultad de convertirse en diferentes
animales, como tigre, sapo, tortuga, murciélago o algún pájaro, o hacerse invisible, lo que le facilita
envenenar a la gente.
Los niños chiquitanos gozan de gran libertad, aunque también van aprendiendo algunos quehaceres
domésticos. Cuando el niño nace, a veces el padre lo acaricia mucho, lo alza, baila y juega con él. Eso
no sirve porque el niño entonces siempre busca estar cerca de su padre y queda llorando cuando el
papá no está. No quiere agarrar el pecho de su madre y ya no se calla. Eso sucede porque el alma del
niño se ha juntado con el padre. En ese caso, el padre tiene que volver con los pañales y los vestidos
del niño al sitio adonde él había llevado el alma. Ahí tiene que irse, tiene que fumar un cigarro y
tiene que llamar el alma, recogerla y volver a casa. Así vuelve al almita al cuerpo del niño. Al igual
que en la mayoría de los pueblos indígenas, los niños chiquitanos gozan de gran libertad y raras
veces se los reprende. Desde muy pequeños van aprendiendo las tareas que les tocará realizar
cuando sean mayores. Este aprendizaje se desarrolla normalmente imitando a los adultos y los niños
no lo sienten como una carga, a pesar de que aprenden muchas destrezas que los niños de la ciudad
adquieren sólo cuando ya son adultos. Así, todos los niños cuidan a los menores, frecuentemente
niñas y niños aprenden a cocinar y especialmente los varones ayudan a los padres en las labores
agrícolas.
19. ¿Cómo es la vejez y muerte entre los chiquitanos?
Los ancianos son muy respetados por la gran experiencia que han acumulado en el transcurso su
vida, aunque han perdido la autoridad que tenían tradicionalmente en la sociedad chiquitana. La
muerte es algo temido por los chiquitanos, ya que siempre existe el peligro que las almas sigan
vagando por el mundo y asusten a la gente.
Se dice que el espíritu del alma del difunto tiene que regresar todos los días. Volviendo de nuevo al
mismo lugar donde dejó su sangre, llora, se queja y grita, dando miedo a todos los vecinos. También
cuando una mujer o un hombre son buenos, el alma sale nomás, pues ha derramado su sangre en la
tierra y aún está en ella. Toda esa tierra se tiene que raspar, llevarla al cementerio y echarla donde
está enterrada la persona; así recién se va el espíritu y no vuelve más.
A los españoles no les importaban que los indígenas quisieran mantener sus culturas.
Muchos pueblos indígenas han desaparecido desde que Cristóbal colon pisó américa. Cuando el
nuevo asentamiento español, miles esclavos fueron considerados “encomiendas” manteniéndolos
así en situaciones inhumanas.
La vida entre los blancos y los indígenas, significó cambiar en mayoría sus culturas y tradiciones.
Puesto que los españoles decidían que nuevas cosas se sembraba o que herramientas se utilizaba.