Gestión Ambiental en Bolivia INFORME
Gestión Ambiental en Bolivia INFORME
Gestión Ambiental en Bolivia INFORME
EN
BOLIVIA
1. ¿Qué es la gestión ambiental?
La gestión ambiental es el plan de actuación con el que se intenta organizar toda la
serie de actividades humanas de forma que impacten lo menos posible en el medio
ambiente, buscando así un desarrollo sostenible y un equilibrio entre los intereses
económicos y materiales del ser humano, y la conservación del medio ambiente, del
cual dependemos.
2. ¿Qué es la gestión ambiental en Bolivia?
En Bolivia la gestión ambiental está a cargo directamente del Ministerio de
Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente. Este ministerio tiene tres funciones
básicas:
a) La planificación del desarrollo nacional y el ordenamiento territorial.
b) La protección de los recursos naturales y del medio ambiente.
c) La organización y fomento de la participación popular.
3. ¿Qué prioridades da la población a la gestión ambiental en Bolivia?
LIDEMA (Liga de defensa del medio ambiente) desde su creación en 1985 se ha
constituido en la institución ambientalista más importante de Bolivia, a través de un
trabajo efectivo de sus instituciones miembro, entre las que se han contado
prestigiosas y reconocidas instituciones de los diferentes departamentos del país.
Como parte de su trabajo en incidencia, LIDEMA ha reflexionado sobre la situación
ambiental del país y los desafíos que se vienen en este año de cambios políticos. Así,
ha seleccionado algunos temas que considera prioritarios.
1. Incendios forestales
2. Cambio climático
3. Planes territoriales de desarrollo integral
4. Gestión de residuos y economía circular
5. Áreas protegidas
6. Minería
7. Manejos de recursos hídricos
8. Degradación de suelos y seguridad alimentaria
9. Delitos contra la fauna
10. Monitoreo, evaluación e investigación
4. Principales problemas ambientales en Bolivia
Los grandes problemas ecológicos existentes no coinciden necesariamente con los
del resto del planeta; si bien es cierto que éstos afectan al país, para los bolivianos
existen algunas prioridades que deberán ser atendidas inmediatamente.
a) Incendios forestales
Un promedio de 4 millones de hectáreas al año se ha quemado en Bolivia entre el
2001 y el 2019, según un análisis realizado por la Fundación Amigos de la
Naturaleza (FAN). El año 2010 casi se llegó a los 10 millones de hectáreas
arrasadas, mientras que en el 2019 se superaron los 6 millones de hectáreas. Las
cifras demuestran que los incendios forestales se han convertido en uno de los
problemas más preocupantes en Bolivia. Bolivia tiene leyes que favorecen la
conservación de los bosques, sin embargo, es el país con el mayor índice de emisión
de gases de efecto invernadero. Se deben buscar alternativas basadas en mantener
los bosques en pie. Bolivia es el país más amazónico de la región pues nuestra
Amazonía es grande en relación con el tamaño de nuestro territorio. María Teresa
Vargas, directora ejecutiva de la Fundación Natura Bolivia, comenta que hay más
de nueve normas que facilitan el cambio de uso de suelo y que los incendios son una
respuesta a estas políticas. Desde los perdonazos, que son leyes que perdonan la
deforestación en lugar de cobrar las multas hasta las leyes que facilitan el cambio de
uso de suelo. Si Bolivia quiere acceder a los fondos verdes debe tener un
compromiso serio con sus bosques, cuya institución actualmente lidera una
propuesta para recuperar el bosque seco Chiquitano. Durante los incendios
forestales de 2019, la Chiquitanía fue el ecosistema más afectado en Bolivia con 5.7
millones de hectáreas devastadas. En el 2020 perdió también más de 2.3 millones de
hectáreas.
b) La contaminación del ambiente
La contaminación del aire es el cambio producido en la composición o las
propiedades de la atmósfera por efecto de substancias que afectan su calidad y, por
lo mismo, su uso potencial. A menudo, las substancias emitidas no causan efectos
nocivos en forma directa, sino que éstos son productos de las reacciones de las
substancias químicas en la atmósfera. Los efectos de la contaminación del aire
repercuten en daños materiales, así como en efectos sobre plantas y animales y
sobre la salud humana. La contaminación atmosférica puede ser causada por tres
fuentes principales:
-El tráfico vehicular.
-El uso doméstico (por ejemplo, la quema de basura o el uso de combustibles)
-Industrias grandes y pequeñas.
Los niveles de contaminación del aire en La Paz y otras ciudades de Bolivia son
todavía bajos, si se comparan con otros centros urbanos del continente; sin embargo,
en la época seca los campesinos tienen la costumbre de quemar sus campos para la
siembra, costumbre generalizada en los pastizales del Beni que ocasionan una
bruma permanente por espacio de varios días. La contaminación del aire se produce
por refinerías de petróleo, fundiciones y plantas de volatización minera. Los
procesos de explotación minera producen polvos de silicio y aluminio que causan
silicosis(La silicosis es la neumoconiosis(conjunto de enfermedades pulmonares
debido a la inhalación de polvo o residuos orgánicos) producida por inhalación de
moléculas de sílice. Las manufacturas que producen mayor contaminación del aire
en Bolivia son las fábricas de cemento y cal, las industrias de transformación de
papel, las fábricas de ácido sulfúrico, de jabón y detergentes, las productoras de
textiles de algodón, las cervecerías y los hornos industriales; pero en general su
impacto es local. Si consideramos nuestra situación actual, en un par de décadas
esto ya no tendrá remedio alguno. Existen opciones fáciles que podemos adoptar: la
separación de basura, el compostaje, la reutilización de materiales, el rechazo a los
productos plásticos de un solo uso (por ejemplo, bombillas y envases de comida
para llevar). Las modificaciones importantes de la superficie terrestre pueden alterar
en cierta medida el clima local y regional. Pero el problema global más agudo en la
actualidad es la acumulación de dióxido de carbono, que proviene de la combustión
de hidrocarburos, carbón y leña, y de la deforestación. El efecto de invernadero
causado por la acumulación de gases no tiene en cuenta las fronteras nacionales.
Los impactos en la atmósfera de un país pueden afectar los recursos vivos de otros
países, tanto de manera directa como por alteración de las condiciones climáticas.
c) Cambio climático
A través del “Acuerdo de París”, Bolivia y otros 186 países se han comprometido a
limitar el aumento de la temperatura del planeta a 2 grados centígrados. Esto debería
lograrse mediante la aplicación de políticas y medidas que reduzcan las emisiones
de gases de efecto invernadero (GEI), entre otros. Sin embargo, a la fecha las
medidas tomadas no han sido suficientes; se necesita masificar el uso de energía
renovable, por ejemplo. La voluntad política es también insuficiente; los países no
pudieron llegar a ningún acuerdo efectivo durante la reciente Conferencia de las
Partes de la Convención sobre Cambio Climático. Como si no fuera poco, eventos
como los incendios forestales en Bolivia y otras partes de Sudamérica, en África y
ahora en Australia han emitido grandes cantidades de gases de efecto invernadero a
la atmósfera, acelerando el calentamiento del planeta. Los efectos del cambio
climático ya son una realidad en Bolivia, el derretimiento de los glaciares y las
sequías cada vez más fuertes son una muestra. Esto impacta directamente al
suministro de agua para aproximadamente un tercio de la población y en diferente
medida al sector agrícola en distintas regiones del país. Necesitamos adaptarnos a
las nuevas condiciones climáticas actuales y futuras y para esto serán necesarias
medidas integrales y flexibles en términos de prevención y protección ante desastres
naturales, seguridad alimentaria, y otros. Si bien no estamos entre los países con
mayores emisiones de GEI, no podemos decir que nuestras emisiones son
insignificantes.
d) Contaminación del agua
A pesar de su aparente abundancia, el agua dulce es uno de los recursos naturales
más limitados y críticos para la humanidad. En Bolivia, ninguna entidad realiza
programas consistentes para el diagnóstico y el control de la contaminación de los
cuerpos de agua, si bien existen muchas instituciones relacionadas con su uso y
manejo, las cuales no trabajan en forma coordinada. Se carece, en general, de
información precisa sobre el grado y naturaleza de la contaminación. Una de las
mayores causas de contaminación en Bolivia es la industria minera. Entre los
contaminantes que ésta industria produce se encuentran ácidos, bases, iones
metálicos y no metálicos. Las industrias lanzan también en forma indiscriminada e
incontrolada, residuos orgánicos e inorgánicos a los cauces de los ríos. Mataderos,
curtiembres, fábricas de alimentos y bebidas y muchas otras vierten residuos no
tratados directamente a los ríos que atraviesan los centros urbanos, como el
Choqueyapu en La Paz o el río Rocha en Cochabamba. Estos ríos han sido un factor
determinante en la diseminación del cólera en ambas ciudades. Una de las
actividades ilícitas de mayor daño a la población boliviana y al medio ambiente es
sin lugar a dudas el procesamiento de la hoja de coca para la obtención de cocaína,
porque lanza al agua cantidades importantes de ácido sulfúrico y clorhídrico,
gasolina, kerosén, acetona, éter y otros solventes. Sin embargo, también la lucha
contra las drogas contribuye a la contaminación de suelos y agua por el uso de
herbecidas de alto poder destructivo para la erradicación de los arbustos de coca. En
Bolivia, la contaminación del agua que más afecta a la población, sobre todo
urbana, es la contaminación biológica. Una de las mayores causas de mortalidad
infantil en nuestro medio son las enfermedades diarréticas agudas, trasmitidas por el
agua. Solamente el 40% de las habitaciones urbanas tienen acceso al agua potable y
el 20% tiene algún sistema de disposición de excreta, sea por alcantarillado, pozo
ciego o fosa séptica. En la mayoría de las calles, fuera del centro mismo de las
ciudades, las aguas servidas corren al aire libre y sirven de lugar de juego para los
niños, cuando no para lavar ropa, utensilios de cocina o enjuagar recipientes para la
venta domiciliaria de leche. Incluso las casas que poseen alcantarillado, envían los
afluentes hacia los ríos sin ningún tipo de tratamiento previo. En la ciudad de La
Paz las aguas contaminadas son usadas río abajo para el riego de hortalizas, con la
consiguiente prevalencia de enfermedades transmisibles y parásitos, como la
cisticercosis(La cisticercosis es una infección causada por los estados larvarios de la
Tenia Taenia solium, después de que una persona ingiere los huevos de la tenia. Las
larvas se adhieren a tejidos como los músculos y el cerebro, formando cisticercos
(quistes) ) además de varios protozoarios intestinales.
e) Degradación de suelos
Alrededor de la mitad del territorio boliviano tiene suelos degradados y sufre
procesos de desertificación. Esta es una de las razones que impide a Bolivia
incrementar su productividad agrícola. En términos técnicos , el uso de técnicas
agrícolas inadecuadas, el sobrepastoreo, la deforestación y el cambio climático
producen erosión y consecuentemente desertificación. En términos sociales, la
pobreza y desinformación del campesino fomentan las malas prácticas y presionan a
las comunidades a migrar a otras zonas, cambiar de cultivos y modificar sus medios
de vida. El Estado ha invertido mucho en sistemas de riego últimamente; sin
embargo, agua no es todo lo que se necesita en el sistema agrario. Es necesario
incrementar la extensión agrícola y el asesoramiento a productores y municipios,
articulando gestión estatal con el trabajo que desarrollan las ONGS. Además, las
inversiones en el sector agropecuario deberían incluir planes de restauración de
suelos, práctica de la agricultura sin arado y muchas otras técnicas que ya han
probado factibilidad y rentabilidad, sobre todo en agricultura a pequeña escala. Es
importante mencionar que los territorios más afectados (altiplano y valles
interandinos) producen gran parte de nuestras verduras y frutas, que son alimentos
básicos para asegurar una dieta nutritiva. Por ende, la desertificación va más allá de
un problema ambiental y productivo. Es un problema de seguridad alimentaria y
salud pública.
f) El peligro de la actividad minera
La actividad minera y metalúrgica causa considerables cambios en el medio
ambiente: degradación de la tierra, desbosque y contaminación de aguas y aire. La
magnitud de la degradación ambiental depende de la tecnología usada y de las
prácticas de gestión ambiental, como subraya Warhurst (1994). Hay tecnología y
prácticas que son más degradadoras que otras. De manera más general, la actividad
minera al ocuparse de extraer materiales depositados por la naturaleza durante
millones de años, que se encuentran bajo sistemas de equilibrio ecológico, rompe
este equilibrio desencadenando una serie de efectos que dañan el medio ambiente,
en diversos grados. La actividad minera afecta cada año a la salud de un número
significativo de personas, con las clásicas patologías: tuberculosis, silicosis o una
combinación de ambas. Paralelamente, la contaminación minera incrementa
exponencialmente el número de personas en riesgo sanitario al comprometer la
salud de los pobladores de comunidades situadas en las áreas de influencia de las
zonas mineras o aguas abajo. Las aguas procedentes de las áreas mineras muchas
veces son utilizadas por comunidades que no están directamente involucradas en la
actividad, tanto para el consumo humano como para las tareas agrícolas. El
consumo de esta agua generará al inicio problemas subclínicos, luego
anatomofuncionales localizados y posteriormente un deterioro sistémico, que
dependerá del grado, tipo y tiempo de exposición. Por otra parte, el uso agrícola
crea un nuevo y adicional elemento de riesgo, ya que los productos de áreas
contaminadas por actividad minera, están ingresando al mercado de poblados o
ciudades aledañas incrementando el número de la población expuesta. La
contaminación minera no sólo afecta el agua, sino todos los sistemas ambientales:
suelo, aire, flora y fauna . El megaproyecto minero aurífero de la Corporación
Minera de Bolivia (Comibol) es el que más preocupa este proyecto se ejecutaría en
la cuenca del río Madre de Dios, y afectaría severamente la Reserva Manuripi. A
inicios de diciembre, el presidente Luis Arce se reunió con los representantes de las
14 Federaciones de Cooperativas Mineras de Bolivia (Fencomin) para trabajar en el
plan de reactivación de este sector. El mandatario señaló, a través de su cuenta de
Twitter, que el sector minero es “importante para la economía boliviana”. Este es un
tema clásico y recurrente en cualquier lista de temas ambientales prioritarios. Es
preocupante el avance tan corto que Bolivia ha tenido hasta ahora en la prevención
y gestión de la contaminación por actividades mineras. Esto se explica en parte
porque la legislación nacional en temas mineros es condescendiente con malas
prácticas en el uso del agua. Considerando que el PIB de Bolivia ha estado sobre
4% algunos años y que la minería contribuye significativamente a las arcas del
Estado, es injustificable que no se cuente con un sistema institucionalizado,
confiable, sostenible y eficiente para asegurar operaciones mineras con el menor
impacto ambiental y social posible. A diferencia del tema de gestión de residuos
municipales, es poco lo que la población puede hacer para facilitar la gestión de
residuos mineros. Si las autoridades nacionales y locales no actúan, los conflictos ya
existentes empeorarán.
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