Tarea Autonoma 02 Ariana Figueroa

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Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación

Escuela de Educación Inicial

Unidad #02

Tarea autónoma #02

Realizado por:

Ariana Figueroa

Asignatura:

Desarrollo Integral Infantil

Docente:

Ruth Holguín

Nivel:

Quinto “A”

Periodo:

Octubre 2021-Febrero 2021


Resumen:

Competencias y experiencias del Desarrollo infantil integral en los niños/as


de 0-5 años

Las Competencias y experiencias del desarrollo integral de los niños y niñas, el cual se define
como un derecho universal que considera aspectos físicos, psíquicos, afectivos, sociales y cognitivos,
asequibles a todos, independientemente de la condición familiar o personal. El desarrollo infantil
integral de los niños y las niñas se da en todos los espacios en los que se encuentran y lo propician
todas las personas que se hallan en su entorno, sin embargo, en algunas circunstancias no se
descubren actores comprometidos y dinámicos frente a este proceso que es vital en los primeros años
de la infancia.

Hay estudios que evidencian acerca del primer ciclo de vida, que va desde la concepción hasta
los cinco años y particularmente los tres primeros años de vida, donde se define el desarrollo de las
habilidades destrezas y aptitudes para la vida, instituyéndose un “nuevo pensamiento”. El desarrollo
infantil integral en la actualidad, es considerado como una etapa trascendental, que contempla desde
la concepción hasta el fin de la vida, este se da a las condiciones del ser, al entorno en el que se
desenvuelve, su historia de vida, su evolución, disminución de sus funciones y su plasticidad.

Al nacer él bebe, su cerebro tiene un peso de tan solo el 25% de su peso adulto, el 75%
restante tiene su evolución en la relación con el contexto, mediada por la interrelación con los adultos.
Desde la concepción neurológica el desarrollo no es lineal; es decir no es un proceso constante de las
etapas, existen transformaciones que no son rígidas.

Desde lo afectivo, social y cognoscitivo no comienza desde cero; se detecta una base de
funcionamiento de sus procesos. No tiene un final en cuanto a los procesos del conocimiento; se
presenta una reorganización cognitiva que no tiene límites puntuales. Desde lo afectivo, social y
cognoscitivo no comienza desde cero; se detecta una base de funcionamiento de sus procesos.

Tipos de competencias y experiencias en los niños/as de 0-5

 ¿Qué se entiende por competencias y experiencias?

Las competencias como parte del desarrollo infantil integral son capacidades que facilitan el
hacer, saber hacer y poder hacer que los niños y niñas muestran en el transcurso de su evolución. La
movilización hace parte de las competencias, posibilita la generalidad de las acciones utilizadas en
entornos determinados y a su vez, permite diferenciar los ejercicios en cada contexto específico. La
competencia entonces moviliza y fortalece el conocimiento que brota de una realidad concreta, hacía
varias situaciones, y es de representación dócil.
Las experiencias reorganizadoras, son el compendio de capacidades previas que posibilitan el
acceso a nuevas innovaciones y concepciones, permiten la movilización hacia pensamientos
complejos e interrelación con el mundo circundante. En el proceso educativo se deben desarrollar las
competencias; la educación para la primera infancia va más allá de la preparación para la escuela, se
propician experiencias significativas en los niños y niñas, el crecimiento y desarrollo adecuado y un
acompañamiento intencionado, para la generación de ambientes de socialización, 6 donde se sientan
seguros y sanos.

Independientemente del contexto todos los niños y las niñas adquieren competencias que les
ayudan a transformar su relación con el entorno. Se complejizan en la medida en que el niño y la niña
se enfrentan a juegos y actividades que implican esfuerzos y retos, nuevos conocimientos, desarrollar
mayores habilidades o adoptar ciertos Valores y Actitudes.

 Las Experiencias Reorganizadoras.

Se habla de ‘experiencias reorganizadoras’ con la idea de distinguir algunas capacidades de


los niños que cumplen una función especial en su desarrollo. Se sabe que todas sus actividades no
tienen la misma importancia, algunas cumplen funciones básicas y en su conjunto, experiencias y
capacidades, que tienen distintos niveles. Las experiencias reorganizadoras’ se definen porque
constituyen una síntesis del conocimiento previo y simultáneamente sirven de base para desarrollos
posteriores más elaborados. Las experiencias reorganizadoras’ transforman la manera como los bebés
o los niños entienden el mundo, fortalecen su comprensión acerca de la realidad y les abren horizontes
no previstos.

 Clasificación de competencias y experiencias reorganizadoras por etapas

La noción de competencia se refiere a capacidades generales que posibilitan los ‘haceres’,


‘saberes’ y el ‘poder hacer’, que los niños manifiestan a lo largo de su desarrollo. Estas capacidades
surgen de la reorganización de sus afectos y conocimientos al interactuar con los otros, con sus
entornos y con ellos mismos. El término experiencia reorganizadora se refiere a un funcionamiento
cognitivo que marca momentos cruciales en el desarrollo, pues ellos sintetizan el conocimiento previo
y simultáneamente sirven de base para desarrollos posteriores, más elaborados. Una experiencia
reorganizadora más que acumulación, es el resultado de la integración de capacidades previas, que
permiten a los niños acceder a nuevos ‘saberes’ y ‘haceres’ y movilizarse hacia formas más complejas
de pensamiento y de interacción con el mundo.
 Relación entre experiencias previas reorganizadoras y competencias

Desde su nacimiento, los bebés poseen y desarrollan funcionamientos afectivos, cognitivos y


sociales que les permiten adaptarse a su entorno y que resultan sorprendentes y complejos por su
eficacia. Éstos dan cuenta de la existencia de una capacidad general que se concreta en el ejercicio de
procedimientos o ‘haceres’ refinados, que, en su conjunto, les permiten construir un ‘saber hacer’ y
más adelante un ‘poder hacer’ cada vez más sofisticado y específico. por ejemplo, son los momentos
de alimentación.

Las competencias tienen la forma de un ‘hacer’, que posibilitan la adaptación –si no comen no
sobreviven, progresivamente avanzan a ‘saber hacer’, y después, a partir de la reorganización de los
funcionamientos acumulados, su actividad se transforma en ‘poder hacer’. Una vez los bebés han
elaborado un procedimiento que les permite ‘poder comer’, pueden aplicar las acciones coordinadas
aprendidas, a todo tipo de objetos. Ahora dirigen hacia su boca todo lo que llega a sus manos.

El estudio de éstas requiere observar sus desempeños y actividades ante situaciones variadas.
Es así como ciertos desempeños resultan indicadores de la existencia de una competencia dada,
desarrollo infantil y competencias en los niños y niñas. Por ejemplo, la motricidad fina, un ‘hacer’ que
la escuela considera muy importante, se hace evidente, por medio de situaciones como colorear,
punzar, ensartar, rasgar, delinear, etc.

 Competencias iniciales de los niños y niñas de 0-5 años

Se entiende por competencias iniciales a la capacidad del niño y de la niña de poner en


práctica de forma integrada, en contextos y situaciones diferentes, tanto los conocimientos teóricos,
como las habilidades o conocimientos prácticos, así como las actitudes personales adquiridas. El
concepto de competencia va, más allá del saber estar y del saber hacer o aplicar, ya que incluye
además el saber ser o estar. Según quedó establecido en la LOEI, las competencias básicas son:

Autonomía personal y social.


Competencia en comunicación lingüística.
Competencia matemática.
Competencia emocional y ciudadana.
Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico.
Tratamiento de la información y competencia digital.
Competencia cultural y artística.
Competencia para aprender a aprender.
Autonomía e Iniciativa Personal

Esta competencia se basa en el conocimiento de sí mismo que va construyendo el niño y la


niña a través de su interacción con el medio, con sus iguales y con los adultos y en su capacidad para
actuar por iniciativa propia. La niña y el niño del segundo ciclo de Educación Infantil, a medida que
conoce y controla su propio cuerpo, se muestra progresivamente más seguro de su propia eficacia en
el manejo de diferentes útiles; de su capacidad para realizar y concluir ellos solos las rutinas
personales de alimentación, vestido, aseo y descanso; y de enfrentarse a nuevas situaciones y
actividades con iniciativa, asumiendo aquellos riesgos que se siente capaz de controlar.

Competencia En Comunicación Lingüística

Esta competencia está relacionada con el desarrollo y uso adecuado de las destrezas básicas
del lenguaje: escuchar, hablar, leer y escribir. El desarrollo de esta competencia contribuye de manera
muy especial al desarrollo equilibrado del niño y la niña a nivel personal y social, permitiéndoles:
crear vínculos con los demás y con el entorno, comprender y transformar la realidad, construir la
convivencia y desarrollar una personalidad firme y segura.

Competencia Matemática

Esta competencia inicia en los niños y niñas en las habilidades matemáticas básicas, que le
permitirán construir su pensamiento lógico necesario para el desarrollo progresivo de esta
competencia. Con la construcción del pensamiento lógico se ponen las bases para que el niño y la niña
utilicen el mismo de forma automatizada en la resolución de problemas que se les puedan plantear, ya
sea en el aula o en cualquiera de los otros ámbitos donde se desenvuelve de manera habitual.

Competencia Social y Ciudadana

Se entiende que la persona adquiere esta competencia mediante el desarrollo progresivo de


habilidades sociales necesarias para relacionarse con los demás, de una forma equilibrada y
satisfactoria, interiorizando las pautas de comportamiento social que rigen la convivencia y ajustando
su conducta a ellas. A través del desarrollo de estas habilidades, el niño y la niña se inician en la
adquisición de la competencia social, que es la base sobre la que construirán su comportamiento
ciudadano y democrático.

Competencia en el Conocimiento y la Interacción con el Mundo Físico

Esta competencia pretende que los alumnos amplíen su conocimiento de las personas, los
objetos y otros elementos que conforman el mundo que les rodea, desarrollando las habilidades y
destrezas necesarias para interpretar la realidad. El niño y la niña en la etapa de Educación Infantil
sienten una gran curiosidad por su entorno, así a través del juego, la manipulación, la experimentación
e interactuando con el mundo que les rodea se iniciará en la adquisición de esta competencia.

Tratamiento de la Información y Competencia Digital

Esta competencia hace referencia al inicio del desarrollo de habilidades para buscar, obtener,
procesar y comunicar la información y transformarla en conocimiento. De una forma natural, a través
del juego, la niña y el niño interiorizan y aprenden el código informático como un elemento más de su
universo cognitivo, lo que les permitirá ir desarrollando la competencia suficiente para un uso
progresivamente más autónomo del ordenador como un recurso más de conocimiento que
complementa a los ya existentes en el aula.

Competencia Cultural y Artística

En la etapa de Educación Infantil, la adquisición de esta competencia debe ser entendida en


una doble dimensión: en el contexto de acercamiento de los alumnos al mundo que les rodea y, de
forma paralela, como el desarrollo de sus capacidades creativas. 17 El desarrollo de la competencia
cultural y artística ayudará a las niñas y los niños a desarrollar todas sus capacidades expresivas,
valorando positivamente su propia creatividad y la de los demás, disfrutando con ellas y desarrollando
valores de esfuerzo personal y solidario.

Competencia para Aprender a Aprender

La adquisición de esta competencia supone una mejora en la capacidad de aprender de forma


autónoma ya que permite apoyarse en aprendizajes y experiencias anteriores con el fin de utilizar y
aplicar los nuevos conocimientos y capacidades en distintos contextos. Para el desarrollo de esta
competencia, el niño y la niña tienen que iniciarse en tomar conciencia de sus propias capacidades
intelectuales y limitaciones, sabiendo qué puede hacer por sí mismo y qué cosas son las que tiene que
hacer con ayuda de otras personas.

Las competencias básicas son, pues, aquellos conocimientos, destrezas y actitudes que todos
los individuos necesitan para su realización y desarrollo personal, y su inclusión en la sociedad. Por su
propia naturaleza, están estrechamente ligadas al curso de la vida y de la 18 experiencia, por lo que no
pueden exigirse en un nivel inicial. Se adquieren y mejoran a lo largo de las diferentes etapas
educativas. Deberían haberse adquirido al final de la enseñanza obligatoria, y tendrían que constituir
la base de un continuo aprendizaje a lo largo de toda la vida.
Experiencias previas Reorganizadoras en los Niños/as de 0-5 Años

Se habla de ‘experiencias reorganizadoras’ con la idea de distinguir algunas capacidades de


los niños que cumplen una función especial en su desarrollo. Se sabe que todas sus actividades no
tienen la misma importancia, algunas cumplen funciones básicas y en su conjunto, experiencias y
capacidades, tienen distintos niveles de importancia. Las ‘experiencias reorganizadoras’ se definen
porque constituyen una síntesis del conocimiento previo y simultáneamente sirven de base para
desarrollos posteriores más elaborados.

Las ‘experiencias reorganizadoras’ transforman la manera como los bebés o los niños
entienden el mundo, fortalecen su comprensión acerca de la realidad y les abren horizontes no
previstos. Es Importante señalar que su presentación en períodos de edad, no exige su aparición en
una edad precisa y que la no ‘aparición’ de la experiencia a una determinada edad, no señala
necesariamente un déficit. Sin embargo, el agente educativo debe estar atento al desarrollo de los
niños para identificar oportunamente aquellos con necesidades educativas especiales y atenderlas con
profesionalismo.

Los bebés descubren la permanencia de los objetos

Al finalizar el primer año de vida, ocurre una reorganización radical en el desarrollo de los
bebés. Antes de esa revolución, ellos actúan como espectadores de lo que pasa en el mundo, pero 19
de todas maneras sus conductas preferidas son oír, explorar y esperar. Alrededor del noveno mes y
hasta el décimo quinto, no sólo exploran y esperan, sino que intervienen y resuelven problemas
simples: jalan la cuerda que suelta el sonajero tirado a los lejos en el piso para alcanzarlo; tiran
incansablemente los objetos al vacío para verlos caer, con gran desespero de los cuidadores que deben
recogerlos; buscan objetos que han desaparecido ante sus ojos.

Los niños aprenden el uso social de los objetos

El uso social de los objetos por parte de los bebés constituye otra ‘experiencia reorganizadora’
que permite identificar su entrada a la cultura. Desde antes de cumplir el año, han aprendido a utilizar
la cuchara, el balde, el peine, el vaso, o cada uno delos objetos de su entorno, de acuerdo con los usos
que la cultura les asigna. Por ejemplo, “llevan la cuchara a la boca” y no sólo la golpean, o la agitan o
sacuden, como hasta el momento lo hacían. Este cambio se da gracias a un aprendizaje, a una
apropiación del mundo de los ‘usos’, que viene a ser como una especie de ‘bautismo cultural’;
algunos autores consideran este cambio como un proceso clave a partir del cual los niños se apropian
de manera pragmática o práctica de la cultura que los rodea.
El niño lee la mente de los otros

Un buen ejemplo de otra experiencia reorganizadora es la capacidad que los niños adquieren
alrededor de los tres años para atribuir estados mentales como intenciones, sentimientos, creencias,
afectos y entender que esos estados determinan las acciones del otro. A esta edad, los niños ‘pueden
leer lo que el otro piensa o siente’. Pero, ¿de qué se trata esta capacidad y por qué resulta tan
importante? Los agentes educativos pueden encontrar evidencia de esta capacidad si juegan a decirle
un secreto a dos muñequitos, luego un muñequito se pone triste y el otro alegre. Después les pide que
adivinen qué pudo haberles pasado.

Los niños que formulan hipótesis

Otra ‘experiencia reorganizadora’ por excelencia, que aparece desde los tres años, o incluso
antes y que se desarrolla ampliamente en los años siguientes, es la capacidad de formular hipótesis;
esto es, establecer suposiciones, considerar causas que dan como resultado posibles consecuencias y a
partir de ellas, predecir lo que puede suceder. La formulación de hipótesis es posible porque los niños
son capaces de relacionar los deseos y los pensamientos de los otros, las características de los objetos,
con los fines que persiguen.

Una vez alcanzan sus objetivos y ejercitan la actividad realizada, los niños ‘saben’ como
actuar la próxima vez; pero lo más importante es que ‘saben que saben’, es decir han construido una
nueva competencia como resultado de la coordinación de capacidades nuevas – la atribución de
estados mentales en el otro y la formulación de hipótesis – con la inferencia como nueva herramienta
cognitiva o de pensamiento.

Importancia de la atención infantil integral

El desarrollo emocional, social y físico de un niño pequeño tiene un impacto directo en su


desarrollo general y en el adulto que se convertirán. Por esto es muy importante comprender la
necesidad de invertir en los niños pequeños, ya que así se maximiza su bienestar en el futuro. Las
niñas y los niños son titulares de derechos, entre ellos, a recibir cuidados y educación inicial, así como
a vivir en un medio ambiente sano y sustentable, y en condiciones que permitan su desarrollo integral:
físico, mental, material, espiritual, ético, cultural y social.

La Primera Infancia comprende desde el nacimiento hasta el ingreso a la educación primaria.


Particularmente, los primeros tres años de vida se caracterizan por ser el periodo en el que se forma la
arquitectura del cerebro a partir de la interacción entre la herencia genética y las influencias del
entorno en el que viven niñas y niños. El Cuidado Cariñoso y Sensible es un modelo que establece
cinco factores para influir positivamente en el desarrollo de la Primera Infancia: Salud, nutrición,
seguridad y protección, una atención que responda a las necesidades del niño/niña, y el inicio del
aprendizaje a una edad temprana

Agentes que intervienen para el desarrollo psicoevolutivo integral.

Interrelación de los agentes que intervienen en el desarrollo psicoevolutivo. Existen agentes


facultados para la socialización de los niños y las niñas: La familia, el plantel educativo, los medios de
información en la sociedad y otras herramientas propias de su edad como son: Los juegos, las fabulas,
entre otras. En el proceso de socialización, e interrelación también se presenta el desarrollo de afectos
los vínculos afectivos que permiten la interacción con otros niños y niñas, donde aprenden como se
viene mencionando anteriormente una serie de prácticas sociales, que lo inducen a tener autocontrol
de su comportamiento y el desarrollo de sus procesos cognoscitivos, a partir de los conocimientos
aprehendidos de los otros individuos y la sociedad.

La Familia

Es inevitable mencionar a la familia como miembro activo en el proceso de desarrollo sin


embargo esto exige el cambio de mentalidad de los padres y madres y también el de la maestra. Una
concepción predominante que tienen los padres respecto a la función que cumple el jardín infantil es
la de “cuidar a los niños y niñas mientras ellos trabajan”. Gallego y Fernández (2003. Pág. 38) Para
los padres y madres, quienes sentirán apoyo de personal cualificado, idóneo para el proceso formativo
de sus hijos e hijas; para los maestros y maestras, quienes desempeñan su función acorde con los
principios familiares.

Las Maestras

Las maestras y los maestros cumplen una función vital dentro del jardín infantil ya que son las
personas que van a estar en estrecha relación con los niños y niñas y las familias. Además, sirven de
puente entre las condiciones familiares y las personales que puedan brindar algún tipo de asesoría para
la solución de sus problemas o satisfacción de necesidades, (profesionales de apoyo). Adicionalmente
la labor del maestro, es prestar atención a las condiciones ambientales dentro y fuera del aula según
las necesidades de los niños y las niñas.

AGENTES EDUCATIVOS

Los niños y niñas entre 0 meses y 6 años están rodeados permanentemente con adultos que
ayudan a la satisfacción de sus necesidades básicas diarias. Se pueden destacar en primer lugar los
pertenecientes a su grupo familiar (padres, hermanos y otros miembros), pero además de ellos se
encuentran otras personas que apoyan el proceso de crianza y educación de los niños y niñas como:
Cuidadores ocasionales o permanentes que asumen el cuidado y atención de los menores en diferentes
espacios, como el lugar de residencia de los niños o la de los cuidadores “las Personas que atienden a
los niños y las niñas en espacios institucionales de primera infancia: educadores profesionales,
auxiliares, personal de servicio, otros profesionales tales como psicólogos, educadoras especiales, etc.
que dan apoyo especializado de acuerdo con las necesidades de los niños y las niñas

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