Van Gennep, A. Los Ritos de Paso (Capítulos 1, 2, 6 e Conclusão)

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Ciencias sociales Arnold van Gennep

Los ritos de paso

El libro de bolsillo
Antropología
Alianza Editorial
12 LOS RITOS DE PASO

ciones comparativas. De otro modo, cada capítulo hubie-


ra exigido un volumen. Creo, sin embargo, que mi de- 1. Clasificación de los ritos
mostración será suficiente, y ruego al lector que lo com-
pruebe aplicando el Esquema de los Ritos de Paso a los
hechos de su ámbito personal de estudio.
Una parte de la sustancia del presente libro ha sido ob-
jeto de comunicación, casi en forma de cuadro general,
en el Congreso de Historia de las Religiones celebrado en
Oxford el pasado mes de septiembre; presentaron el tra-
bajo los señores Sidney Hartland, J. G. Frazer y P. Al-
phandéry.
Estoy, asimismo, agradecido a mi editor y amigo, M. E.
Nourry, bien conocido -bajo seudónimo- por los folclo-
ristas: se ha interesado por el desarrollo de este volumen, El mundo profanoy el mundo sagrado
me ha comunicado documentos y me ha dejado en liber-
tad para remodelarlo a mi antojo. De modo que el editor Cada sociedad general incluye varias sociedades especia-
ha sufrido en carne propia tanto al sabio como al amigo. les, que son tanto más autonomas y de contornos tanto
Espero, sin embargo, que, al menos, no sea también víc- más precisos cuanto menor es el grado de civilización en
tima del lector. que se halla la sociedad general. En nuestras modernas
sociedades sólo hay una separación algo neta entre la so-
A.v.G. ciedad laica y la sociedad religiosa, entre lo profano y lo
sagrado. Desde el Renacimiento, las relaciones entre estas
Clamart, diciembre de 1908 dos sociedades especiales han experimentado, en el inte-
rior de las naciones y de los Estados, todo tipo de oscila-
ciones. Pero esa división se registra en todos los Estados
de Europa, y es de tal género que las sociedades laicas,
por una parte, y las sociedades religiosas, por la otra, se
mantienen separadas entre sí por sus bases esenciales.
Asimismo, la nobleza, las finanzas, la clase obrera, atra-
viesan las naciones y los Estados, sin preocuparse, teóri-
camente al menos, por las fronteras. Cada una de estas
categorías contiene a su vez categorías de menor ampli-
tud: alta nobleza e hidalgos rurales, grandes y pequeños
14 LOSRITOSDE PASO 1, CLASIFICACIÓN DE LOS R1TOS
15

financieros, profesiones, oficios diversos. Para pasar de tre los semicivilizados desempeña un papel considerable
una a otra, para que un campesino se convierta en obre- en virtud de la separación de los sexos en materia econó-
ro, e incluso para que un peón se haga albañil, es preciso mica, política y sobre todo mágico-religiosa. La familia,
cumplir determinadas condiciones que tienen, sin em- por su parte, constituye también entre ellos una ~mdad
bargo, en común lo siguiente: son únicamente de carác- fundada sobre bases bien más estrechas, bien mas am-
ter económico o intelectual; a diferencia de lo que ocurre plias que entre nosotros, pero en cualquier caso estricta-
cuando se pasa de laico a sacerdote, o a la inversa: en este mente delimitadas. Cada tribu, forme o no parte de una
caso, es preciso realizar ceremonias, es decir, actos de un unidad más amplia tendente a la nación, posee una indi-
tipo especial, que suponen una cierta inclinación de la vidualidad cuya rigidez recuerda la imperante en las ciu-
sensibilidad y una cierta orientación mental. Entre el dades griegas. En fin, a todos estos modos de agrupa-
mundo profano yel mundo sagrado hay incompatibili- miento se añade otro, que carece de equivalente exacto
dad; hasta tal punto que la transición del uno al otro pre- entre nosotros: el de las generaciones o clases de edad.
cisa de un período intermediario.
A medida que se desciende en la serie de las civilizacio-
nes -tomando esta palabra en su más amplio sentido-, se Las etapasde lavida individual
constata un mayor predominio del mundo sagrado sobre
el mundo profano; en las sociedades menos evoluciona- La vida individual, cualquiera que sea el tipo de sociedad,
das que conocemos engloba casi todo: nacer,parir,cazar consiste en pasar sucesivamente de una edad a otra y de
etcétera, son en ellas actividades vinculadas a lo sagrado una ocupación a otra. Allí donde tanto las edades co~o
por múltiples dimensiones. Asimismo, las sociedades es- las ocupaciones están separadas, este paso va acampana-
peciales están organizadas sobre bases mágico-religiosas, do de actos especiales, que por ejemplo en el caso de nues-
yel paso de una a otra adquiere el aspecto del paso espe- tros oficios constituyen el aprendizaje, y que entre los se-
cial que entre nosotros se señala mediante ritos determi- micivilizados consisten en ceremonias, porque ningún
nados: bautismo, ordenación, etc. También aquí ciertas acto es entre ellos absolutamente independiente de lo sa-
sociedades especiales atraviesan varias sociedades gene- grado. Todo cambio en la situación de un individuo com-
rales; aSÍ, por ejemplo, un grupo totémico constituye una porta acciones y reacciones entre lo profano y lo sagrado,
misma unidad a través de las tribus de Australia, y sus acciones y reacciones que deben ser reglamentadas YVIgI-
miembros se consideran hermanos a idéntico titulo que ladas a fin de que la sociedad general no experimente mo-
todos los sacerdotes católicos cualquiera que sea el pais lestia ni perjuicio. Es el hecho mismo de vivir el que nece-
en que vivan. El caso de las castas es ya más complejo, sita los pasos sucesivos de una sociedad especial a otra y
puesto que a la noción de parentesco se añade una espe- de una situación social a otra: de modo que la vida indivi-
cialidad profesional. Si,en nuestras sociedades, la solida- dual consiste en una sucesión de etapas cuyos finales y co-
ridad sexual se halla reducida a un minimum teórico, en- mienzos forman conjuntos del mismo orden: nacimiento,
16 WS RITOS DE PASO l. CLASIFICACIÚN DE LOS RITOS 17

pubertad social, matrimonio, paternidad, progresión de conocer en todos los casos sus razones de ser y su meca-
clase, especialización ocupacional, muerte. Y a cada uno nismo con la suficiente certidumbre como para poder ca-
de estos conjuntos se vinculan ceremonias cuya finalidad tegorizarlos con seguridad. El primer punto obtenido ha
es idéntica: hacer que el individuo pase de una situación sido la distinción entre dos clases de ritos: 1, los ritos sim-
determinada a otra situación igualmente determinada. Al patícos': 2, los ritos de contagio.
ser el mismo su objeto, es del todo necesario que los me-
dios para alcanzarlo sean, si no idénticos en los detalles, al
menos análogos, modificándose, por lo demás, el indivi- La escuela animista y la escuela delcontagio
duo, puesto que va dejando tras de sí varias etapas y fran-
quea varias fronteras. De ahí la semejanza general de las Son ritos simpáticos los que se fundamentan en la cre-
ceremonias del nacimiento, de la infancia, de la pubertad encia en la acción de lo semejante sobre lo semejante, de
social, de los esponsales, del matrimonio, del embarazo, lo contrario sobre lo contrario, del continente sobre el
de la paternidad, de la iniciación a las sociedades religio- contenido y a la inversa, de la parte sobre el todo y a
sas y de los funerales. Por lo demás, ni el individuo ni la la inversa, del simulacro sobre el objeto o el ser real y a la
sociedad son independientes de la naturaleza, del univer- inversa, de la palabra sobre el acto. Han sido delimita-
so, que se halla también sometido a ritmos que ejercen su dos por E. B. 'Iylor- y estudiados en varias de sus formas
efecto reactivo sobre la vida humana. También en el uni- por la escuela animista: A. Lang", E. Clodd", E. Sidney
verso hay etapas y momentos de transición, marchas ha-
cia adelante y estadios de detención relativa, de suspen- 1. Conservo a propósito el término «simpático», por más que Frazer,
sión. También se deben relacionar con las ceremonias de H. Hubert, Haddon, etc., hayan admitido una magia simpática que
se subdividiría en magia de contagio y magia homeopática. Ello les
paso humanas las que se refieren a las transiciones cósmi- obliga a crear una sección especial para la magia dinamista; y, por otra
cas: de un mes a otro (ceremonias de la luna llena, por parte, a homeopática habría que agregar alopática, o enanteropética,
ejemplo), de una estación a otra (solsticios, equinoccios), etc. (cf. mi recensión de las Lectures 011 the early history ofthe Kingship,
de FRAZER, Rev. Hist. Re!. 1906, t. LlII, pp. 396-401). Asimismo, la clasi-
de un año a otro (día de Año Nuevo, etc.). ficación de HUBERT y MAUSS, Esquisse d'une théorie générale de la ma-
gie, pp. 62 Yss., 66 y ss., es demasiado artificial; terminan por hacer de
las «representaciones abstractas e impersonales de similaridad, conti-
Elestudio de losrítos güidad y contrariedad, tres caras de una misma noción», la noción de
lo sagrado, que coincide también con la noción de mana, la cual a su vez
«es el género del que lo sagrado es la especie».
Me parece, por consiguiente, racional agrupar conjunta- 2. E. B. TYLOR, Primitive Culture, 2 vols., Londres, Le ed., 1871; trad. fr.
mente todas estas ceremonias, siguiendo un esquema de la 2."ed., París, 1876;4." ed., Londres, 1903.
3. A.lANG, Myth, Ritual and Reiígíon, 2 vols., Londres, I.'' ed. 1891;
cuya elaboración detallada es, sin embargo, difícil toda-
trad. fr. 1 vol., París, 1898; TheMakingofReligion, Londres, I.'' ed. 1899;
vía. Si bien, en efecto, el estudio de los ritos ha realizado 2."ed. 1900; Magic and Reiigíon. 1901, etc.
grandes progresos estos últimos años, estamos lejos de 4. E. CLüDD, Tom tu Tot, Londres, 1898.
18 LOS RITOS DE PASO l. CLASiFiCACiÓN DE lOS RITOS 19

Hartland", etc., en Francia por A. Réville", 1. Marillier", base misma de la Civilización Primitiva de TyIor, obra
etcétera; en Alemania por Liebrecht", R. Andree", Th. que durante una treintena de años ha servido de marco
Koch!", F. Schulze!', etc.; en Holanda por Tiele!", A. Wil- para todo tipo de investigaciones complementarias.
ken!", A. C. Kruijt!", etc.; en Bélgica por E. Monseur'", A. Una orientación diferente había surgido a la luz con
de Cock; en los Estados Unidos por Brinton 16, etc. Es dig- Mannhart'", que permaneció ignorado hasta que su con-
no de destacar) sin embargo) que la escuela animista no tinuador,]. G. Prazer!", mostró el partido que se podía
haya elaborado una clasificación rigurosa de las creen- sacar de esta dirección nueva. Mannhardt y Frazer, a su
cias y de los ritos que ha delimitado, y que las obras de los vez, hicieron escuela, al tiempo que Robertson Smith rs
sabios de esta escuela sean en menor medida ensayos de venía a aportarles un filón nuevo, el estudío de lo santo,
sistematización que recopilaciones de paralelismos, con- de lo sagrado, de lo puro y lo impuro. Esta escuela com-
siderados aisladamente de sus medios y sin relación con prende entre otros sabios: Sidney Hartland-", E. Craw-
las secuencias rituales. Hay que ver en ello, sin duda, la Iey", A. B. COOk2 2 • Miss E. Harrisorr", B. [evons'", en In-
influencia de A. Bastian, que, tras haber elaborado en su glaterra; A. Dieterich-", K. Th. Preuss-", en Alemania;
juventud la teoría de los Voelkergedanke, se atuvo a ella Salomon Reinach-", Hubert y Mauss-", en Francia; Hoff-
hasta el final de su larga carrera. Esta influencia está en la
17. MANNHARDT, Antike Wald -und Feldklte, I." ed. 1877; 2. a ed. 1905;
5. E. SIONEY HARTLAND, The scienceoffairy tales, Londres, 1891; The MythologischeForschungen (póstuma), 1884.
LegendofPerseus, 3 vols., 1895-1896, algunos capítulos. 18. J. G. FRAZER, The Colden Bough, l.a ed., 2 vols., Londres, 1890; 2.a
6. A. RÉVILLE, Proiegomenes de Ihistoire des religions, París, 1881; Les ed., 3 vols., 1900; 3. aed., 1905yss.
religionsdes peuples non-civílises, París, 2 vols., 1883, etc., cuyos puntos 19. Robertson SMITH, The Religion ofthe Semites, Londres, l," ed.
de vista siguen siendo todavía los de M. REVON, Le shinntoisme, París, 1889; nueva ed. 1907; trad. al. por Stübe, Die Religion der Semiten, Pri-
1905-1906. burgo de Brisgovia, 1899, traducción que será la única que aquí se cita.
7. 1. MARILLIER, La survivance de í'áme et l'idée de[ustice, París, 1894; 20. E. SlDNEY HARTLAND, «The Lengend ofPerseus», algunos capítu-
numerosos análisis en la Revue de l'HistoiredesReligions,hasta 1906. los, y numerosos análisis en Folk-Lore,Londres.
8. LIEBREcHT,Zur Volkskunde, 1879. 21. E. CRAWLEY, TheMystic Rose,Londres, 1903.
9. R. ANDREE, Ethnographische Parallelen, dos series, Leipzig, 1878 22. A. B. COOK, «The European Sky-god», Folk-Lore, 1905-1908, yartí-
y 1889. culos en The Ciassícal Review.
10. TH. KOCH, Zum Animismus derSüdamerikanischen lndianer, Ley- 23. E. HARRISON, Prolegomena to the study ofgreek relígion, Oxford
den, 1900. 1903. '
11. F. SOtULZE, Der Petíschismus, Leipzig, 1871; Psychologieder Na- 24. JEVONS, Introduction to the historv ofreligion, Londres, 1896.
turvoiker, Leipzig, 1900. 25: ~. DIETERICH, Bine Mithras Liturgie, Leipzig, 1903; Mutter Erde,
12. TIELE, HistoíredesReligions,etc. Leipzig, 1905, etc.
13. J. A. WIl.KEN, Het animisme bij den volken van den Indischen Archi- 26. K. !H. ~REUSS, «Phallische F:uchtbarkeitsdamonen als 'Irager des
peí. Indische Gids, 1885-1886, etc. altmexikamschen Dramas}},Archlvfür Anthropologie, 1904.
14. A. C. KRl:UT, Hetanimisme in den Indischen Archipel, La Haya, 1907. 27. S. REINACH, Cultes, Mythes et Religions (recopilación de artículos
15. E. MONSEUR, «I'áme pupilline», Rev. Hist.ReL, t,XLJ (1905), pp. 1-23, publicados desde 1892),3 vols., París, 1905-1908.
y «L'áme paucet», íbíd., pp. 361-375. 28. H. HUBERT y M. MAUSS, «Essai Sur la nature et la fonction du sacri-
16. D. E. BRlNTON, The Religion ofprimitivepeoples, Nueva York, 1897,etc. fice}},Année sociologique, t. 11,1898.
20 LOSRITOS DE PASO l. CLASII:ICAl.IÓN DE LOS RITOS 21

mann-Krayer-", en Suiza, etc. De hecho, las escuelas de Clasificación de losritos: animistas o dinamistas,
Bastian y Tylor, por una parte, de Mannhardt, Robertson simpáticos o decontagio, positivos o negativos,
Smith y Frazer por otra, se relacionan estrechamente en- directos o indirectos
tre sí.
Esta doble corriente ha permitido constatar que junto a ri-
tos simpáticos y ritos con base animista existen grupos de
La escuela dinamista ritos de base dinamista (impersonal) y ritos de contagio,
fundándose estos últimos en la materialidad y la transmisi-
Entretanto nacía una escuela nueva, la escuela dinamista; bilidad, por contacto o a distancia, de las cualidades natu-
R. R. Maretr'", en Inglaterra, y [, N. B. Hewitt'", en los Es- rales o adquiridas. Los ritos simpáticos no son necesaria-
tados Unidos, adoptaron una posición netamente en mente animistas, ni los ritos de contagio necesariamente
contra de la teoría animista, mostraron su insuficiencia dinamistas; se trata de cuatro categorías independientes
ya entrevista por Tiele (polizoísmo o polízoolatrismo'") entre sí, pero que han sido agrupadas por parejas por dos
y fundaron la teoría dinamista, que fue luego desarrolla- escuelas que estudian los fenómenos mágico-religiosos
da por K. Th. Preuss, en Alemania"; por 1. R. Famell'", desde un punto de vista diferente.
A. C. Haddon" y Sidney Hartland"', en Inglaterra; Hu- Además, un rito puede actuar directa o indirectamente.
bert y Mauss'", A. van Gennep", en Francia, etc., teoría Por rito directo se entenderá aquel que posee una virtud efi-
que recluta cada vez más seguidores en la actualidad. ciente inmediata, sin intervención de agente autónomo: la
imprecación, el hechizo, etc. Por el contrario, el rito indirec-
29. HOFFMANN-KRAYER, Die Fruchtbarkeitsriten in derSchweiz, Ar-
to es una especie de choque inicial, que pone en movimiento
chivos suizos de tradiciones populares, 1908.
30. R. R. MARETT, «Preanimistic Religion», Folk-Lore, t. Xl (1900), una potencia autónoma o personificada, o toda una serie de
pp. 162-182; «From spell to reayen., ibid., t. xv (1904), pp. 132-165. potencias de ese orden, por ejemplo, un demonio o una clase
31. J. N. B. HEWITT, «Orenda and a definition of religion», American de espíritus, o una divinidad, los cuales intervienen en bene-
Anthropologist, nueva serie, t.IV (1902), pp. 33-46.
ficio de aquel que ha realizado el rito: voto, oración, cultos
32. C. P.TIELE, Religions (Encycl. Brit.} ypassim en sus obras.
33. K. TH. PREUSS, «Der Ursprung der Religion und Kunst», Globus, 24 en el sentido habitual de la palabra. etc. El efecto del rito di-
nov. 1904 a 29 junio 1905, in-4, 54 p. recto es automático; el del rito indirecto, por reacción. Los
34. 1. R. FARNELL, The evolution ofreligion. Londres, 1905. ritos indirectos no son necesariamente animistas: al frotar
35. A. C. HADDoN,Magic and Fetishism, Londres, 1906.
36. S. HARTLANlJ, Address to the anthrop. sect. Brit. Ass. Adv. Sc.,
una flecha contra cierta piedra, el nativo de Australia Cen-
York, 1906,in-16, 14p. tralla carga con una potencia mágica llamada arungquiltha,
37. H. HUBERT y MAUSS, «Esquisse d'une théorie générale de la ma- y al lanzarla en dirección al enemigo, cuando la flecha cae,
gie», Ann. 50c., t. VII (1904), pp. 1-146.
la arungquiltha sigue la tangente y golpea al enemígo": la
38. A. VAN GENNEP, Tabou et Totémisme a Madagascar, París, 1903-
1904; Mythes et Légendes d'Australie, París, 1906; «Animisme et dyna-
mismen.De Beweging, Ámsterdam, 1907, pp. 394-396. 39. Cf. Mythes et Lég. Austr., p. LXXXVI.
22 LOS RITOS DE PASO l. CLASIFICAC¡ÚNDELOSRITOS 23

fuerza se ha transmitido, por tanto, con ayuda de un ve- Ritos animistas


hículo, yel rito es dinamista, por contagio e indirecto.
Ritos simpáticos Ritos de contagio
En fin, cabe aún distinguir ritos positivos, que son
Ritos positivos Ritos negativos
voliciones traducidas en acto, y ritos negativos. Éstos re-
Ritos directos Ritos indirectos
ciben habitualmente el nombre de tabúes. El tabú es una
prohibición, una orden de «no hacer», de «no actuar». Ritos dinamistas
Psicológicamente, responde a la noluntad, como el rito
positivo a la voluntad, es decir, traduce también una ma- ASÍ, en el caso de una mujer encinta) no comer moras
nera de querer: es un acto y no la negación de un acto. porque el niño quedaría marcado es ejecutar un rito di-
Pero así como vivir no consiste en un no-actuar conti- namista contagionista directo negativo; para un marino
nuo, así mismo el tabú no puede constituir por sí solo que ha estado en peligro de perecer, ofrecer como exvo-
un ritual, y menos aún una magia". En este sentido el to un barquito a Nuestra Señora de la Guardia es ejecutar
tabú no es autónomo; no existe más que en cuanto con- un rito animista simpático indirecto positivo. Y así suce-
trapartida de los ritos positivos. Dicho de otro modo, sivamente. Quizás se descubran aún otras clases de rito.
cada rito negativo posee ciertamente su individualidad Pero éstas ya engloban un número considerable. La difi-
propia si se le considera aisladamente, pero el tabú en cultad consiste inicialmente en saber con exactitud, en
general no puede ser comprendido más que en relación cada caso) cómo interpretar el rito, y ello tanto más cuan-
con los ritos «activos», con los que coexiste en el ritual: to que si un mismo rito es susceptible de varias interpre-
el defecto de [evons, de Crawley, de Salomon Reinach, taciones) también es frecuente que una misma interpreta-
etcétera, es no haber captado esta relación de depen- ción valga para varios ritos muy diferentes por su forma.
dencia recíproca. La dificultad consiste sobre todo en distinguir si un rito
Un mismo rito puede, por tanto, entrar en cuatro cate- determinado es esencialmente animista o dinamista, si,
gorías al mismo tiempo, y hay por ende dieciséis posibi- por ejemplo, tal rito de traspaso de una enfermedad tiene
lidades de clasificación para un rito dado, al eliminarse por objeto el traspaso de la enfermedad en tanto que cua-
las cuatro contrarias, conforme al cuadro siguiente: lidad, o la expulsión del cuerpo del paciente de una en-
fermedad personificada, de un demonio o espíritu de la
40. Sobre el tabú como rito negativo, c. A. VAN GENNEP, Tabou et Tot. enfermedad. Y más en concreto: el rito de pasar bajo o a
Mad., 1904, pp. 26-27, 298, 319; HUBERT y MAuss, Esquisse, p. 129;Yso-
bre el tabú como magia negativa, J. G. FRAZER, Kingship, pp. 52, 54, 56, través de algo, que más adelante se discutirá, se presta a
59, así como mi recensión de ese libro, Rev. de Tííist. des reí, 1906, varias interpretaciones) animista e indirecta la una) dina-
t. LIII, pp. 396-401; YMARETT, «Is taboo a negative magici», Anthrop. mista y directa la otra. Hay que reconocer que, de cara a
Essayspresented toE. B. Tylor, Oxford, 1907, Pp- 219-234. Como es más
esta investigación) los tratados generales, en los que casi
fácil enumerar lo que no se debe hacer que lo que se debe o puede hacer,
los teóricos, al encontrar en todos los pueblos amplias series de tabúes, siempre el autor se ha limitado a presentar, de un rito,
prohibiciones, impedimentos, etc., han sobreestimado su importancia. aquellos elementos que le eran actualmente útiles, sólo
24 LOSRITOS DE PASO l. CLASIFlCAC¡()N DE LOS RITOS 25

con escasa frecuencia aportan alguna ayuda de cara a do e! presente volumen, en el que he intentado agrupar
una sistematización aceptable; por lo demás, suelen cla- todas las secuencias ceremoniales que acompañan el
sificar los ritos con arreglo a sus semejanzas formales (ef. paso de una situación a otra y de un mundo (cósmico o
los trabajos de los folcloristas) más que según sus meca- social) a otro. Dada la importancia de estas transiciones,
nismos. considero legítimo distinguir una categoría especial de
En un mismo conjunto de ceremonias, la mayor parte ritos de paso. los cuales se descomponen, al analizarlos,
de los ritos pormenorizados entran en una misma catego- en ritos de separación, ritos de margen y ritos de agrega-
ría. Así, la mayor parte de los ritos de embarazo son dina- ción. Estas tres categorías secundarias no se hallan
mistas contagionistas directos y negativos; la mayor parte igualmente desarrolladas en una misma población ni en
de los de parto son animistas simpáticos indirectos positi- un mismo conjunto ceremonial. Los ritos de separación
vos. Pero nunca se tratamás que de una proporción:en el están más desarrollados en las ceremonias de los funera-
centro mismo de un ritual animista positivo se hallará, les; los ritos de agregación, en las del matrimonio; en
como contrapartida, un grupo de ritos dinamistas positi- cuanto a los ritos de margen, pueden constituir una sec-
vos, o animistas eontagionistas indirectos. Limitaciones ción importante, por ejemplo en el embarazo, el noviaz-
de espacio me han impedido en cada caso indicar la cate- go, la iniciación, o reducirse a un mínimo en la adop-
goría en que se clasificacada rito pormenorizado; pero re- ción, el segundo parto, el nuevo casamiento, el paso de
cuérdese al menos que no interpreto los numerosos ritos la segunda a la tercera clase de edad, etc. Si el esquema
a los que aquí se pasa revista en e!sentido de una explica- completo de los ritos de paso incluye, por consiguiente,
ción unilateralde los mecanismos. en teoría, ritos preliminares (separación). liminares
(margen) y postliminares (agregación), en la práctica
dista mucho de haber una equivalencia de los tres gru-
Elesquema de losritosde paso pos, bien por su importancia, bien por su grado de ela-
boración.
Una vez establecida la clasificación de los mecanismos, Por lo demás, en algunos casos el esquema se desdo-
se vuelve relativamente fácil comprender las razones de bla: tal es e! caso cuando e! margen se halla lo bastante
las secuencias ceremoniales. Hay que destacar que tam- desarrollado como para constituir una etapa autónoma.
bién en este caso apenas han intentado los teóricos es- De este modo, por ejemplo, el noviazgo se configura
tablecer una clasificación de esas secuencias. Existen como un período marginal entre la adolescencia y el
excelentes trabajos sobre este o aquel elemento de una matrimonio; pero e! paso de la adolescencia al noviazgo
secuencia, pero pueden citarse muy pocos que persigan (1os esponsales) comporta una serie especial de ritos de
de principio a fin una secuencia entera, y menos aún que separación, de margen y de agregación al margen; y e!
estudien esas secuencias relacionándolas unas con otras paso de los esponsales (noviazgo) al matrimonio, una
(cf. e!cap. 10). A un intento de ese género está consagra- serie de ritos de separación de! margen, de margen se-
26 LOSRITOSDEPASO 1. CLASIFICAC¡ÚNDEWSRITOS 27

cundario y de agregación al matrimonio'. Este encabal- de tabú, que se limita a suprimir la cualidad impura,
gamiento se constata también en el conjunto constitui- bien ritos propiamente activos, que otorgan la cualidad
do por los ritos del embarazo, del parto y del nacimien- de pureza.
to. No por intentar agrupar todos estos ritos con la
mayor claridad posible se me oculta que, al tratarse de
actividades, es imposible alcanzar en estas materias una La nociónde losagrado
clasificación tan rígida como pueda serlo la de los botá-
nicos, por ejemplo. Esto me lleva a hablar rápidamente de lo que puede lla-
Lejos de mí pretender que todos los ritos del naci- marse la rotación o bivalencia" de la noción de sagrado.
miento, de la iniciación, del matrimonio, etc., no son Esta representación (y los ritos que le corresponden) se
más que ritos de paso. Pues además de su objeto general, caracteriza por el hecho de que es alternativa. Lo sagrado
que es asegurar un cambio de estado o el paso de una so- no es, de hecho, un valor absoluto, sino un valor que in-
ciedad mágico-religiosa o profana a otra, cada una de dica situaciones respectivas. Un hombre que vive en su
estas ceremonias tiene su propio objeto. Asimismo, las casa, en su clan, vive en lo profano; vive en lo sagrado
ceremonias del matrimonio comportan ritos de fecun- desde el momento en que parte de viaje y se halla, en cali-
dación; las del nacimiento, ritos de protección o de pre- dad de extranjero, en las proximidades de un campamen-
dicción; las de los funerales, ritos de defensa; las de la to de desconocidos. Toda mujer, al ser congénitamente
iniciación, ritos de propiciación; las de ordenación, ritos impura, es sagrada en relación a todos los hombres adul-
de apropiación por la divinidad, etc. Todos estos ritos, tos; si queda encinta, se convierte además en sagrada
que tienen un fin especial y actual, se yuxtaponen a los para las demás mujeres del clan, a excepción de sus pa-
ritos de paso o se combinan con ellos, a veces de manera rientes próximas; y son estas otras mujeres las que pasan
tan íntima que no se sabe si tal rito pormenorizado es, entonces a constituir frente a ella un mundo profano que
por ejemplo, un rito de protección o un rito de separa- incluye también en ese momento a los niños y a los hom-
ción. Este problema se plantea, entre otros casos, a pro- bres adultos. Todo brahmán vive en el mundo sagrado
pósito de las diversas formas de los ritos llamados de pu- por su nacimiento; pero existe una jerarquía entre las fa-
rificación, que pueden ser bien una simple suspensión milias de brahmanes, que convierte en sagradas unas en
relación a otras. En fin, al cumplir los ritos llamados de
,. La palabra francesa jiancaiiies se utiliza para designar tanto el noviaz-
go como los esponsales, es decir, tanto el acto de prometerse en matri- purificación, la mujer que acaba de parir se incorpora a la
monio, que establece e inaugura el noviazgo (acto habitualmente acom-
pañado de una ceremonia más o menos compleja), cuanto el período de >1- En el Addendum a que nos referimos en la primera N. del T., al co-

noviazgo propiamente dicho que media entre dicha promesa y el casa- mienzo del texto (d. p. 9), se nos informa de que en el margen de la pri-
miento efectivo: según se trate de lo uno a lo otro hemos traducido mera línea de esta página, como probable alternativa a la palabra pivote-
jíancailles por esponsales o por noviazgo. Téngase esto en cuenta a 10 ment (rotación), aunque sin explícita remisión al texto, A. van Gennep
largo de todo el cap. VII. [N. del T.] había anotado la palabra bivalence (bivalencia). [N. del T.]
28 LOSRITOS DE PASO l. CLA5IFICACIÓ!'i DE LOS RITOS 29

sociedad general, pero sólo en secciones especiales: su antropomórfica o amorfa (Dios). Estas teorías constitu-
sexo, su familia, etc.; permanece en lo sagrado por lo que yen la religión, cuya técnica (ceremonias, ritos, culto) lla-
se refiere a los hombres iniciados y a los actores de las ce- mo magia. Como esta práctica y esta teoría son indisolu-
remonias mágico-religiosas. De tal forma que se registra bles -convirtiéndose en metafísica la teoría sin la
alternativamente un desplazamiento de los «círculos má- práctica, y en ciencia la práctica fundada en otra teoría-,
gicos" en función del lugar que se ocupe en el marco de la emplearé siempre el adjetivo mágico-religioso.
sociedad general. Quien pase por estas alternativas a lo Se obtiene así el siguiente cuadro:
largo de su vida sentirá, en un momento dado, en virtud
del juego mismo de las concepciones y clasificaciones, l." TEORÍA (Religión)
que gira" sobre sí mismo y contempla lo sagrado en lu- I I
gar de lo profano, o a la inversa. Tales cambios de estado dinamismo animismo
(monista; impersonalista) (dualista, etc.; personalista)
no ocurren sin que se perturbe la vida social y la vida in-
dividual, siendo precisamente el objetivo de un buen nú-
I I I I
totemismo espiritismo polidemonismo teísmo
mero de ritos de paso el aminorar los efectos nocivos de (con los estadios intermedios)
esas perturbaciones. Hasta qué punto se contempla ese
cambio como real y grave lo demuestra la repetición, en 2." TÉCNICA (Magia)
todo tipo de ceremonias y en los pueblos más diversos, de (Ritos)
I I I
los ritos de muerte al mundo anterior y de resurrección al
simpáticos directos positivos
mundo nuevo de que se habla en el capítulo 9, ritos que
constituyen la forma más dramática de los ritos de paso. de contagio indirectos negativos
(tabú)

Religión y magia

Me queda por precisar brevemente el sentido de las pala-


bras empleadas. Por dinamismo se entenderá la teoría
impersonalista del mana; por animismo, la teoría perso-
nalista, bien sea la potencia personificada en un alma
única o múltiple, una potencia animal o vegetal (tótem),

41. Este giro ya lo había captado bien Robertson SMITH, Die Religion
der Semiten, pp. 327-328, e índice s. v. tabú. Cf.Ios pasos de 10sagrado a
lo profano, y viceversa, entre los tarahumara y los huichol de México
(Lur-urourz, Unknow Mexico, Londres, 1900,2 vols., passim).
2. ELPASOMATERIAL 31

Tabúes depaso
2. El paso material
Aunque por regla general el territorio ocupado por una
tribu semicivilizada esté definido sólo por accidentes na-
turales, sus habitantes y sus vecinos conocen muy bien los
límites territoriales a que se extienden sus derechos y pre-
rrogativas. Pero ocurre a veces que el límite natural es una
roca o un árbol, un río o un lago sagrados, que está prohi-
bido franquear o rebasar bajo pena de sanciones sobrena-
turales. Este caso parece, sin embargo, bastante raro. Con
frecuencia el límite está marcado por un objeto, poste,
pórtico, piedra en pie (mojón, término, ete.), que han
Fronteras y límites sido situados en ese lugar con acompañamiento de ritos
de consagración. La protección de la prohibición puede
A fin de fijar las ideas, hablaré en primer lugar del paso ser inmediata o mediata (divinidades de las fronteras, re-
material. En nuestros días, y salvo para los escasos países presentadas, por ejemplo, sobre los kudurru babilónicos;
que han conservado el pasaporte, ese paso es libre en las Herrnes, Príapo', etc .• divinidades de los límites, etc.).
regiones civilizadas. La frontera, línea ideal trazada entre Mediante la colocación o la fijación ceremoniales de los
mojones y postes, no es visible más que en los mapas, mojones o de los límites (carro, piel de anímal cortada en
exageradamente. Pero no quedan muy lejos los tiempos tiras, foso. etc.), una agrupación determinada se apropia
en que el paso de un país a otro y, en el interior de cada de un determinado espacio del suelo, de tal manera que
país. de una provincia a otra, incluso antiguamente de un penetrar. siendo extranjero. en ese espacio reservado es
dominio señorial a otro, iba acompañado de formalida- cometer un sacrilegio a idéntico título que penetrar, sien-
des diversas. Estas formalidades eran de orden político, do profano, en un bosque sagrado, un templo, etc. Se ha
jurídico y económico; pero eran también de tipo mágico- confundido a veces esta santidad del territorio así delimi-
religioso; por ejemplo, las prohibiciones para los cristia-
1. Sin prejuicio de ulterior demostración, ésta es mi interpretación de
nos, los musulmanes, los budistas, de entrar y residir en la asociación casi universal de los límites con el falo: se da: 1.°, asimila-
la parte del globo no sometida a su fe. ción entre la estaca o la piedra en pie y el pene en erección; 2.°, idea de
Es este elemento mágico-religioso el que aquí nos im- unión, por asociación con el acto sexual que tiene un valor de coadyu-
vante mágico; 3.°, idea de protección, en virtud del poder de las cosas
porta, y para verlo actuando en toda su plenitud es preciso puntiagudas (cuernos, dedos, etc.) para «reventar» la influencia malé-
remontarse a tipos de civilización en donde lo mágico-reli- fica, el genio maligno, etc.; 4.°, muy raramente idea de fecundación del
gioso usurpa, o usurpaba, un terreno que en la actualidad territorio y de sus habitantes. El elemento fálico de los postes, hermas,
es ya únicamente dominio laico. etcétera, no tiene, por tanto, casi nada de sexual propiamente dicho.
32 LOS RITOS DE PASO 2. ELPASOMATERIAL 33

tado con la creencia en la santidad de la tierra entera, en cijadas. El medio más simple consiste en colocar en me-
tanto que Tierra-Madre'. En China, según los documen- dio, o a través del camino, un paquete de hierbas, un tro-
tos más antiguos, no era la Tierra la que era una divini- zo de madera, una estaca provista de un haz", etc.
dad': pero cada parcela de suelo era un bien sagrado para Más complicada resulta ya la erección de un pórtico,
sus habitantes y sus poseedores. Al igual que Loango", al acompañado o no de objetos naturales' o de estatuas más
parecer, y lo mismo ocurría con el territorio de las ciuda- o menos toscas", procedimientos diversos que no es del
des griegas, de Romas, etc. caso describir aquí en detalle",
La prohibición de penetrar en tal territorio tiene por
tanto el carácter de un interdicto propiamente mágico-
6. A las referencias dadas por H. GRIERSON, The sílent trade, Edim-
religioso, interdicto que se expresa en el mundo clásico burgo, 1903, pp. 12-14, nota 4 (en donde desafortunadamente se con-
con ayuda de mojones, de muros, de estatuas, y con ayu- funden los ritos de apropiación y los tabúes de paso), hay que añadir:
da de medios más simples entre los semicivilizados. Ob- DENNETT, loco cit., pp. 90, 153, nota, 192; PECHUEL-LoESCHE, loc. cít.,
páginas 223-224, 456, 472, etc.; BüTTIKOFER, Reisebilder aus Liberia,
viamente estos signos no se colocan a lo largo de toda la
Leyden, 1890,1. IJ, p. 304; A. VAN GENNEP, Tabou, Tot. Mad., París,
línea fronteriza como entre nosotros los postes, sino sólo 1904, páginas 183-186 (tabúes de paso); J. M. M. VAN DERBURGT, L'U-
en los lugares de paso, sobre los caminos o en las encru- rundi..., Bar-Ie-Duc, 1904, s. v. Iviheko, etc. La costumbre de hincar en
tierra una estaca coronada por una gavilla de paja, para prohibir el
paso por un sendero o la entrada a un campo, se halla muy difundida
2. Más adelante, a propósito del nacimientoyde la infancia, podrá ver- en Europa.
se la discusión de varias interpretaciones, falsas en mi opinión, de 7. Du CHAILLU, L'Afrique sauvage, París, 1868, p. 38: pórtico con plan-
A. DIETERICH, Mutter Erde, Leipzig, 1905. tas sagradas, cráneo de chimpacé, etc. (Congo); pórticos formados por
3. «Había un dios del suelo [en la antigua religión china] en cada can- dos estacas clavadas en tierra sosteniendo una vara transversal de la que
tón [sin duda para 25 familias]; el rey tenía un dios del suelo para su cuelgan cráneos, huevos, etc., son frecuentes en la Costa de Marfil como
pueblo y uno para su uso personal; lo mismo ocurría con cada señor tabúes de paso y protección contra los espíritus (comunicación oral de
feudal, con cada grupo de familias, más tarde con cada dinastía impe- Maurice Delafosse); PECHUEL-LoESCHE, Volkskunde von Loango, Stutt-
rial; estos dioses presidían la guerra concebida como castigo; se les re- gart, 1907, fig. de las pp. 224 y472; etc.
presentaba por una pieza de madera y estaban ásociados a las divinida- 8. Cf. entre otros para Surinarn, K. MARTTN en Bijdr. Taal-Land- Volkel-
des de las cosechas. Todo parece indicar que la diosa-tierra es posterior, kunde Ned. lndíe, 1. XXXV (1886), pp. 28-29, Yfig. 2, con una estatua de
resultante de varios sincretismos.» Cf. Ed. CHAVANNES, «Le dieu du sol doble rostro que yo he comparado con el «Ianus bifrons», Rev. Trad.
dans l' ancienne religion chinoise», Rev. de í'Híst. des Reí., 1901, t. XLJIl, pop., 1907, pp. 97-98, lo que confirma la teoría de J. G. FRAZER, King-
páginas 124-127, 140-144. ship, Londres, 1906, p. 289.
4. Compárese E. DENNEl'l; At the back ofthe black man's mínd, Lon- 9. A veces se coloca una empalizada atravesando el camino (Du CHAI-
dres, 1906, y PECHUEl,-LoESCHE, Volkskunde von Loango, Stuttgart, LLU, íoc. cit., p. 133) para impedir a las enfermedades que entren en el te-
1907. rritorio de las aldeas, como en Loango; BÜTTIKOFER, loc. cit., p. 304: ba-
5. Véase la interesante discusión de W. Warde FOWLER sobre la lustra- rrera de esteras para impedir el acceso al bosque sagrado donde se
tío pagi, en Anthropology and the Classics, Oxford, 1908, pp. 174-178; realizan los ritos de iniciación; tal es quizá el sentido de la barrera de ra-
los lectores del presente volumen admitirán más bien, así lo espero, que majes o de esteras que se levanta, en el mismo lugar, en Australia, en
la lustratio no es otra cosa que un rito de separación territorial, cósmica Nueva Guinea, y no sólo, como suele creerse, para esconder a los profa-
o humana (regreso de la guerra, etc.). nos lo que allí ocurre.
34 LOSRITOS DE PASO 2. ELPASOMATERIAL
35

Laszonas sagradas terialmente y mágico-religiosamente, durante un tiempo


más o menos prolongado, en una situación especial: flota
Entre nosotros, actualmente, un país toca con otro; no entre dos mundos. Es esta situación la que designo con el
ocurría lo mismo en otros tiempos, cuando el suelo cris- nombre de margen, y uno de los objetos de! presente libro
tiano no constituía aún más que una parte de Europa; en es demostrar que este margen, ideal y material a la vez, se
torno a ese suelo existía toda una banda neutra, dividi- halla presente, de forma más o menos pronunciada, en
da en la práctica en secciones, las marcas. Éstas fueron todas las ceremonias que acompañan al paso de una si-
poco a poco reculando, hasta desaparecer, pero e! térmi- tuación mágico-religiosa o social a otra.
no literal de marca conservó el sentido literal de paso de Dicho esto, veamos algunas descripciones de ceremo-
un territorio a otro a través de la zona neutra. Las zonas nias de paso materia!. Cuando un rey de Esparta partía
de este género desempeñaron un importante papel en la hacia la guerra ofrecía un sacrificio a Zeus; y si los hados
antigüedad clásica, sobre todo en Grecia; eran el lugar eran favorables, un portafuego tomaba fuego de! altar y
de mercado, o e! lugar de combate!". Entre los sernicivi- lo llevaba al frente del ejército hasta la frontera; allí, e! rey
lizados se halla esta misma institución de la zona; pero sacrificaba de nuevo, y si los hados eran de nuevo favora-
sus límites son menos precisos, porque los territorios ya bles, pasaba la frontera y e! portafuego seguía precedien-
apropiados son poco numerosos y están a la vez poco ha- do al ejército t t. Se ve aquí claramente en acción e! rito de
bitados. Estas zonas son, por lo general, un desierto, un separación del territorio propio en e! momento de entrar
pantano y sobre todo la selva virgen, donde cada cual en la zona neutra. Varios ritos de paso de fronteras han
puede viajar y cazar con pleno derecho. Dada la rotación sido estudiados por Clay Trumbull tl , que cita el siguien-
de la noción de sagrado, los dos territorios apropiados te: cuando e! general Grant llegó a Assiout, lugar fronte-
son sagrados para quien se halla en la zona, mientras que rizo, para desembarcar, se sacrificó un buey cuya cabeza
la zona es sagrada para los habitantes de los dos territo- y cuerpo se colocaron a uno y otro lado de la pasarela, de
rios. Quienquiera que pase de uno a otro se halla así ma- tal forma que Grant tuvo que pasar entre ambos, a horca-
jadas sobre la sangre derramada", Este rito de pasar en-
la. Sobre estas zonas sagradas y bandas de territorio neutro, d. tre un objeto cortado en dos, o entre dos ramas, o bajo al-
H. GIERSON, loe. cit., pp. 29, 56-59, Y sobre las fronteras y marcas de guna cosa, es un rito que hay que interpretar, en cierto
fronteras sagradas en Palestina y Asirio-Babilonia, H. GRESSMANN,
«Mythische Reste in der Paradieserzahlung», Arch. für Religionswis-
senschaft, 1. X (1907), pp-361-363, nota. Sobre la fiesta de las Termínalia 11. «Cf J. G. FRAZER, The Golden Bough, 2. a ed., Londres, 1900,1. 1,
en Roma, Warde FOWLER, The Roman Festivals, Londres, 1899, pp. 352- página 305.
327; parece probable que el monte Capitalino haya sido originariamen- 1~. H. Clay TRUMB~LL, The threshold covenant, Nueva York, 1896, pá-
te uno de esos terrenos neutros de que hablo (cf. ibídem, p. 317), hacien- gmas 184~ 196. Este h~ro, ~uydifícil de encontrar, me lo ha prestado Sa-
do de frontera entre la ciudad del Palatino y la del Quirinal; cf también loman ReI.nach,a quien quiero aquí hacer público mi agradecimiento.
Roscher's Lexikon, s. v. luppírer. col. 668, y W. FOWLER en Anthropology 13. La tesis de Tr~mbull es que la sangre derramada es un símbolo, si
and the Clasics, Oxford, 1908, pp. 181 Yss., sobre el pomerium. no un agente de alianza.
LOSRITOS DE PASO 2. ELPASOMATERIAL 37
36

número de casos, coma un rito directo de paso, alusivo a Toda la armadura de la puerta forma un conjunto, y si los
que se sale así de un mundo anterior para entrar en un ritos especiales difieren es por motivos técnicos inmedia-
mundo nuevo':'. tos: se rocía el umbral con sangre, con agua lustral; se em-
badurnan los montantes con sangre, con perfumes; se
cuelgan o se clavan sacra en ellos, al igual que en el arqui-
La puerta, el umbral, elpórtíco trabe. Por no haber comprendido esto, Clay Trumbull, en
la monografía que ha consagrado a «la alianza por el um-
Los procedimientos de que hemos venido hablando se bral», ha pasado justo aliado de la interpretación natural,
aplican no sólo cuando se trata de un país o de un territo- aunque haya escrito, a propósito del umbral de bronce en
rio, sino también de un pueblo, de una ciudad, del barrio Grecia: «se trata de un sinónimo arcaico del límite exterior
de una ciudad, de un templo, de una casa. Pero entonces del dominio espiritual». Precisamente: la puerta es ellími-
la zona neutra se estrecha progresivamente, hasta redu- te entre el mundo exterior y el mundo doméstico cuando
cirse (salvo para el pronaos, el nartex, el vestibulum, etcé- se trata de una habitación común; entre el mundo profano
tera) a una simple piedra, a una viga, a un umbral'". El yel mundo sagrado cuando se trata de un templo!" Así,
pórtico-tabú-de-paso se convierte aquí en la poterna de «pasar el umbral» significa agregarse a un mundo nuevo.
las murallas, en la puerta de los muros de barrio, en la Constituye también un acto importante en las ceremonias
puerta de la casa. También puede ocurrir que el carácter del matrimonio, de la adopción, de la ordenación y de los
sagrado no se localice únicamente en el umbral, sino que funerales.
sean asimismo sagrados los dinteles y el arquitrabe'". No insisto más aquí en los ritos de paso de la puerta
porque varios de ellos aparecerán descritos en los capítu-
los siguientes. Obsérvese que los ritos realizados en el
14. Una compilación de estos ritos se ha publicado en Me!usina; algu-
nos implican la transferencia de una enfermedad, pero los comúnmente umbral mismo son ritos de margen. Como ritos de sepa-
conocidos como ritos de «purificación» implican la idea del paso de lo ración del medio anterior, hay ritos de «purificación» (la-
impuro a lo puro. Todas estas nociones, y como consecuencia los ritos varse, limpiarse, etc.), seguidos de ritos de agregación
que les corresponden, se amalgaman casi siempre en un mismo com-
(presentación de la sal, comida en común, ete.). Los ritos
plejo ceremonial. . .
15. Para los detalles de los ritos de paso del umbral, remito al libro de del umbral no son, por consiguiente, ritos «de alianza»
Trumbull: es frecuente prosternarse ante el umbral, besarlo, tocarlo con
la mano, pisar sobre él, o bien, por el contrario, quitarse el calzado, o
salvarlo de una zancada, o ser transportado por encima, etc. Cf tam- 1867, t. 1,pp. 121-122, yt.1I, pp. 310-312; W. GRUBE, PekingerVolkskun-
bién W. CROOKE, «The lifting of the bride», Polk-Lore, t. XIII (l902), de, Berlín, 1902, pp. 93-97; para las ornamentaciones mágicas, sobre
páginas 238-242. Todos estos ritos varían de un pueblo a otro y se .c?m- todo el armazón de la puerta, d. TRUMBULL, loe.cit., pp. 69-74 Y323.
plican cuando el umbral es la sede del genio de la casa o de la familia, o 17. No hay por qué interpretar, con TRUMBULL, el umbral como el altar
de un dios del umbral, etc. primitivo y el altar como el umbral trasplantado ni por qué atribuir a la
16. Cf una lista detallada de las prácticas chinas relativas a las puertas sangre, en los ritos relativos al umbral, una importancia mayor que al
en DOOLITTLE, Sociallife ofthe Chinese (Pou-Tchou), Nueva York, agua o al simple contacto como rito de agregación o de alianza.
LOSRITOSDE PASO
38 2. ELPASQMATERIAI 39

propiamente hablando, sino ritos ?e preparación p.a.ra la Lasdivinidadesdelpaso


alianza, precedidos a su vez por ntos de preparacion al
margen. . .. Hasta aquí el pórtico ritual ha actuado directamente.
~ Propongo en consecuencia llamar ritosprellmznares a Pero en otros casos es la sede de divinidades especiales.
los ritos de separación del mundo antenor, ritos limina- Estos «guardianes del umbral», desde el momento en que
res a los ritos ejecutados durante el estadio de margen y adquieren, como en Egipto, en Asirio-Babilonia (drago-
ritos postliminares a los ritos de agregación al mundo nes alados, esfinges, monstruos de todo tipo )20, en China
nuevo. (estatuas), unas proporciones monumentales, desplazan
El pórtico rudimentario de África es muy probable- la puerta y el umbral a la categoría de telón de fondo; las
mente la forma inicial de los pórticos aislados, que han oraciones y los sacrificios se dirigen en adelante sólo a
alcanzado tan gran desarrollo en Extremo-Oriente!", ellos: el rito de paso material se ha convertido en un rito
donde no sólo se han convertido en monumentos inde- de paso espiritual. Ya no es el acto de pasar lo que consti-
pendientes, de un valor arquitectónico propio (pórticos tuye el tránsito, es una potencia individualizada la que
de divinidades, de emperadores, de VIudas, etc.), SIllO asegura ese paso inmaterialmente",
que, además, al menos en el sintoísmo y en ~l taoís~o) Ahora bien, es raro que estas dos formas se presenten
son utilizados como instrumentos ceremoniales (vease aisladamente: en la inmensa mayoría de los casos se com-
en los ritos de la infancia). Esta misma evolución, del binan. Y se puede asistir, en efecto, en las diversas cere-
pórtico mágico al monumento, parece haber sido la monias, a la alianza del rito directo con el rito indirecto,
del arco del triunfo romano: el triunfador tenía primero del rito dinamista con el rito animista, bien sea para su-
que separarse del mundo enemigo, mediante una serie primir los obstáculos que puedan oponerse al paso, bien
de ritos, para poder entrar -por su paso bajo el arco- en sea para efectuar tal paso.
el mundo romano; el rito de agregación era aquí el sacri-
ficio a Júpiter Capitalino y a las divinidades protectoras
20. Sobre estas divinidades v los ritos relacionados con ellas, véase
de la ciudad!".
E. LEFEf\VRE, Rites Egyptiens; constructíon et proteetion des édifi-ees. PubI.
Ec. Lettres d' AIger, París, 1890; para los toros alados asirios, d. p. 62.
21. Sobre las divinidades del umbral, cf. además de TRuMBuLL, op.
cit., pp. 94 Yss.; FARNELL, Anthropological Essays presentad lo E. B. Ty-
lor, Oxford, 1907, p. 82; J. G. FRAZER, ib., p. 167; China: por lo general,
18. En China: Gl5BERT COMBAZ, Sepuítures imperiales de la Chine, Shen-Shu y Iu-Lti (cf. DE GROOT-CHAVANNES, Les fétes annuellement
Bruselas, 1907, pp. 27-33; DüOLlTTLE, loe. cit., t. 11, pp. 299-300; en Ja- célébrées a Emouy, París, 1886, pp. 597 Yss.), pero en Pekín también
pón: W. E. GRIFFIS,ap. TRL'MBULL, loco cit., apéndice, pp. 320-324; B.- Ch'in-Ch'iung v Yu-chih-kung tci. GRUBE, Pek. Volksk., pp. 93-94); Ja-
H. CHAMBERLAIN, Things ]apanese, Tokio y Londres, 1890, p. 356, s.v. pón: Is. BIRD, Unbeaten Tracks in lapan, Londres, t. 1, pp. 117,273; Mi-
toríi; R. MUNRO, Primitive Culture in]apan, Tokio, 1905, p. 144. . chel REVON, «Le Shinntolisme», Rev. de í'Histoíre des Re!., 1905, t. 11,
19. Para la secuencia de los ritos del triunfo, véase MONTFAUCON,Antl- páginas 389 y 390; MUNRO, Primitive culture in ]apan, Yokoha-
quités expliquees; París, 1719, fol., t. IV, pp. 152-161. rna, 1906, página 114; etc.
40 LOSRITOS DE PASO 2. ELPASOMATERIAL 41

Losritosde entrada pondiente se halla la prohibición, para el rey o el sacerdo-


te, de atravesar este o aquel río, o los cursos de agua en ge-
Entre los ritos de paso material conviene aún citar los del neral. Asimismo, el embarque y desembarco, el acto de
paso de los puertos de montaña, que incluyen el depósito montar en coche o en palanquín, de montar a caballo
de diversos objetos (piedras, trapos, pelos, etc.), ofren- para salir de viaje o de bajarse de él, etc., van frecuente-
das, invocaciones al genio del lugar, etc.: Marruecos (ker- mente acompañados por ritos de separación al partir, de
kur), Mongolia, Tíbet (obo), Assam, Andes, Alpes (capi- agregación al volver.
llas), etcétera. El paso de un río va acompañado con
frecuencia de ceremonia", y como rito negativo corres-
Lossacrificios defundación
22. Véanse, entre otros, H. GAIDOZ, Le dieu gaulois du soleil, París,
1886, p. 65; son destacables las ceremonias de construcción yde prime- En fin, en algunos casos, los sacrificios llamados de funda-
ra utilización de los puentes (cf. pontifex). En cuanto a los ritos consis-
tentes en pasar entre o por debajo de alguna cosa, han sido recopilados
ción y de construcción entran en la categoría de los ritos de
en Mélusine y por casi todos los folcloristas. No estaría fuera de lugar paso. Llama la atención que se los haya estudiado aislada-
discutirlos todos de nuevo, pero no puedo emprender aquí esa tarea. mente cuando forman parte de un conjunto ceremonial
Me limitaré por tanto a citar lo siguiente, tomado de KRASCHENINNI- homogéneo) la ceremonia del cambio de residencia",
KOV, Histoire et description du Kamtchatka, Amsterdam, M. M. Rey,
1760, t. 1, pp. 130-131, Y cf. p. 136,
«POCO después se trajeron a la yurta (cabaña lapona) ramas de abedul, sagradas acumuladas en los vestidos; el objeto ritual más importante, el
con arreglo al número de familias. Cada kamtchadal cogió una de esas tonchitche, que constituye con «la hierba dulce», etc., la categoría de los
ramas para su familia, y tras haberla doblado en círculo, hizo que pasa- sacra; y las ramas convertidas en recipientes de lo sagrado.
ran a través de ella por dos veces su mujer y sus hijos, los cuales al salir de El paso bajo los arcos sagrados hace desaparecer automáticamente
dicho círculo se pusieron a dar vueltas en torno. Entre ellos se llama a en quienes los atraviesan el carácter sagrado que habían adquirido al
esto purificarse de sus faltas.» Pues bien, las detalladas descripciones de ejecutar las complicadas ceremonias cuyo final marca este rito, yesos
Krascheninnikov revelan que el abedul es un árbol sagrado para los arcos son el pórtico que separa el mundo sagrado del mundo profano;
kamtchadales y que es utilizado ritualmente en la mayor parte de las ce- tras su regreso a 10profano, los actores de la ceremonia pueden utilizar
remonias; la interpretación, por tanto, puede ser: 1.'', ha habido santifi- de nuevo la gran puerta de la cabaña.
cación directa por influjo del abedul, que es puro; 2.°, ha habido transfe- 23. Sobre los sacrificios de construcción, véase P.SARTORJ, «Ueber das
rencia de la impureza de las gentes al abedul, lo que concordaría con la Bauopfer», Zeitschrift für Ethnologie, 1898, pp. 1-54, que no se ha dado
continuación de la ceremonia: «Cuando todos se hubieron purificado, los cuenta de que algunos son ritos de apropiación. Para los ritos franceses,
kamtchadales salieron de la yurta con esas pequeñas ramas por la jupana cf. P. SÉBILLOT, Le Folk-Lore de Prance, París, 1907, 1. IV, pp. 96-98, Y
o por el primer hueco, siendo seguidos por todos sus parientes de ambos para diversas teorías, TRL'MBUlL, loe. cit., pp. 45-47; WESTERMARCK,
sexos. Una vez que estuvieron fuera de la yurta, pasaron por segunda vez The origin and development ofmoral ideas, Londres, 1. 1, 1906, pp. 461 Y
a través del círculo de abedul, después de lo cual clavaron en la nieve esas ss. Estos ritos entran en una categoría más amplia a la que denomino ri-
varas o pequeñas ramas, inclinando la punta hacia Oriente. Los kamtcha- tos de/a primera vez (cf. capítulo 9). El hechizo 43, 3-15 del Kausika Su-
dales, tras haber tirado en ese lugar todo su tonchitche y haber sacudido fra (W. CALAND, Altindisches Zauberrítual, La Haya, 1900, pp. 147-148)
sus vestidos, entraron en la yurta por su verdadera boca y no por la jupa- se refiere no sólo a la construcción y a la entrada, sino que hace asimis-
na». Dicho de otro modo, se quitan de encima: las impurezas materiales mo mención al cambio de residencia de personas y animales.
42 LOS RITOS lJE PASO
1. ELPASOMATERIAL 43

Toda casa nueva permanece tabú hasta que, mediante Losritosde salida
ritos apropiados, se la convierte en noa 2 4 • Este levanta-
miento de tabú es, por sus formas y su mecanismo, el A los ritos de entrada en la casa, e! templo, etc., corres-
mismo que cuando se trata, por ejemplo, de un territo- ponden ritos de salida, que son ya idénticos, ya inversos.
rio o de una mujer, etc., sagrados: hay lavado, o lustra- En la época de Mahoma, los árabes, al entrar o al salir,
ción, o comensalidad. Otras prácticas tienen por objeto acariciaban con la mano al dios doméstico:": el mismo
hacer que la casa se mantenga entera, no se derrumbe, gesto era, por tanto, según el momento, un rito de agrega-
etcétera. Y se equivocan quienes han querido ver en ción o un rito de separación. Asimismo, todo judío pia-
muchas de ellas supervivencias y deformaciones de un doso, cada vez que atraviesa la puerta principal de su
antiguo sacrificio humano. A los ritos de supresión de casa, toca con e! dedo de su mano derecha la mazuza, co-
tabú, de fijación de un genio protector, de transferencia frecillo fijado al montante de la puerta, en el que hay un
de la primera muerte, de seguridad futura de todo or- papel, una tira de tela, etc., que tiene escrito o bordado e!
den, suceden ritos de agregación: libaciones, visita cere- sagrado nombre de Dios (Shaddai): a continuación se
monial, consagración de las diversas partes, reparto del besa un dedo y dice: «¡ElSeñor preserva tu salida Ytu en-
pan, de la sal, de una bebida, comida en común (en trada a partir de este momento y para siempre jamás!»?",
Francia: «pendre la crérnaillere» "}. Estos ritos son pro- añadiéndose aquí el rito verbal al rito manual. Es preciso
piamente ritos de identificación de los habitantes futu- señalar que, por lo general, sólo la puerta principal, bien
ros con su nueva residencia. Cuando son los proplOs ha- consagrada por un rito especial, bien en virtud de su
bitantes, por ejemplo, un novio o un joven esposo orientación en una dirección favorable, es la sede de ritos
ayudado por su familia o su mujer, etc., los que han de entrada y de salida, careciendo el resto de las aberturas
construido la casa, los ritos se inician al comienzo mis- de ese mismo carácter de margen entre el mundo familiar
mo de la construcción. y el mundo exterior.
De ahíla preferencia de los ladrones (me refiero a las ci-
vilizaciones distintas a la nuestra) por entrar a través de
24. Cf para una ceremonia típica, HILDBURGH, «Notes 00 sinhalese sitios distintos a la puerta"; de ahíla costumbre de hacer
magic»,]ourn Anthrop. lnst., t. XXXVIII (,1908),~. 190. . que el cadáver salga por la puerta de atrás o por la venta-
" La locución francesa «pendre la crémaillere» tiene hoy el sentido ge-
nérico de «festejar el estreno de una casa»; su significado literal, «colgar na, la de no dejar entrar y salir a la mujer durante su em-
las Ilares» (cadena de hierro pendiente en el cañón de la chimenea, con barazo o sus reglas más que por la puerta secundaria, la de
un gancho inferior para colgar la caldera), remite sin du~a al a~to culi- hacer que e! cadáver del animal sagrado sólo penetre por
nario que precedía a la comida en común con que se festejaba la maugu-
ración de un hogar.
Digamos también que en el Addendum a que no~ r~ferimos ~l co- 25. Robertson SMITH, Die Religion der Semíten, p. 187.
mienzo figura la siguiente indicación: «Frase a suprimir: Estos ntos ... 26. ClayTRuMBuLL, ThresholdCovenant, pp. 69-70 (Siria).
nueva residencia». [N. del T.] 27. HELBIG (nota añadida en el Addendum).
44 LOS RITOS DE PASO

la ventana o por una brecha, etc. Estos ritos tienen por ob-
jeto no polucionar un paso que debe permanecer libre 3. Los individuos y los grupos
una vez que ha sido consagrado como tal por ritos espe-
ciales; asimismo, en él no se debe ni escupir, ni correr, etc.
A veces, el valor sagrado del umbral se repite en todos
los umbrales de la casa: en Rusia he visto casas en las que
sobre el umbral de cada habitación estaba clavada una de
esas pequeñas herraduras que protegen el tacón de las
botas: en esas casas, cada habitación tenía su icono.
En todo caso, para comprender los ritos relativos al
umbral conviene recordar que éste no es más que un ele-
mento de la puerta y que la mayor parte de estos ritos
deben tomarse en el sentido directo y material de ritos
de entrada, de espera para la agregación o de salida", es La situacióny elcarácter delextranjero
decir, de ritos de paso.
Se puede considerar cada sociedad general como una es-
pecie de casa dividida en habitaciones y pasillos de pare-
des tanto menos espesas y con puertas de comunicación
tanto más amplias y menos cerradas cuanto más cerca se
halle esa sociedad de las nuestras en cuanto a la forma de
su civilización. Entre los semicivilizados, por el contra-
rio, estos compartimentos se hallan cuidadosamente ais-
lados los unos de los otros, y para transitar entre ellos se
precisan formalidades y ceremonias que presentan una
estrechísima analogía con los ritos de paso material a los
que acabamos de referirnos.
Todo individuo o agrupación que no posea, ni por su
nacimiento ni por especiales cualidades adquiridas, un
,.. Donde el original dice «ritos de entrada, de espera y de salida» el derecho inmediato a entrar en una determinada casa de
Addendum corrige: «ritos de entrada, de espera para la agregación o de ese tipo y a instalarse en una de esas subdivisiones, se ha-
salida», al tiempo que nos informa de una duda o vacilación del autor lla en virtud de ello en un estado de aislamiento manifies-
(Van Gennep) en la corrección: «La palabra sortie (salida) -dice el
Addendum- había sido sustituida por séjour(estancia) y posteriormen- to de dos maneras, que pueden darse en forma separada
te restablecida». [N. del T.} o combinada. En la medida en que se hallan fuera de esa
98 LOS RITOS DE PASO

el totemismo es en definitiva un sistema de finalidad eco-


nómica, es normal también que, en uno ti otro momento, 6. Los ritos de iniciación
el niño sea agregado a su tótem, aunque ya se halle empa-
rentado con él por su nacimiento. Estos ritos de agrega-
ción al grupo totémico antropoanimal o antropovegetal
o antropoplanetario son la exacta contrapartida de los ri-
tos de agregación a la familia, a la que parece, sin embar-
go, que el recién nacido debería pertenecer también auto-
máticamente, por el hecho mismo de haber nacido de
cierta madre y quizá de cierto padre. Pero esto nos lleva
de nuevo a considerar los ritos de agregación a socieda-
des especiales determinadas.

Las clases de edad y las sociedades secretas han sido


objeto recientemente de dos monografías, una de
H. Schurtz', otra de Webster-', en las que, sin embargo,
no se ha concedido suficiente atención al estudio de las
ceremonias que aseguran el acceso a las mismas. Aun-
que H. Webster ha consagrado además un capítulo a los
ritos, sólo los ha estudiado aisladamente, y no deja de
ser curioso que no se le haya ocurrido compararlos des-
de el punto de vista de sus secuencias. Por añadidura,
estos dos autores, imbuidos de la idea de que la inicia-
ción coincidía con la pubertad y de que todas estas ce-
remonias tienen como punto de partida ese fenómeno
fisiológico, se han dejado llevar a teorías generales
Birth), etc. Para casos de presentación a la luna, véase J. G. FRAZE:H,
inadmisibles. Schurtz remite todo al «instinto de socia-
Adonis, Atis, Osiris, 2." cd., Londres, 1907, pp. 373 Yss. La mayoría de los bilidad», a lo que podríamos llamar el instinto gregario,
ritos que cita son efectivamente simpáticos, basándose en la idea de que pero sin conseguir hacernos comprender ni las varia-
el crecimiento de la luna favorece el crecimiento del niño. Recuérdese, ciones de las instituciones consideradas ni la naturale-
en fin, que la luna, el sol, etc., son a veces tótems y que en ese caso, como
entre ciertos amerindios, la presentación al astro es un rito de agrega-
ción al grupo totémico; a veces es un rito de agregación a la divinidad, l. H. SCHURTZ, Altersklassenund Mannerbúnde, Leipzig, 1902.
considerándose en adelante al recién nacido como "el hijo del sol». 2. H. WFBSTER, Primitive secretsocieties, Nueva York, 1908.

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100 LOSRITOS DE PASO 6_ LOS RITOS DEINIClAC],)N 101

za de las instituciones correspondientes. Webster cons- mente considerables', hasta tal punto que resulta incon-
truye a priori un tipo primitivo de clase de edad y de so- cebible que pueda fundarse una institución sobre un ele-
ciedad secreta y casi no ve otra cosa por todas partes que mento tan poco determinable y tan poco constante
desviaciones y degeneraciones de ese tipo hipotético. como la pubertad. Incluso en Europa, estas variaciones
no responden a las prescripciones legales. En Roma, las
chicas son legalmente núbiles a los doce años, pero sólo
Lapubertad fisiológica y lapubertad social la duodécima parte de las jóvenes romanas tiene sus re-
gias a esa edad; la inmensa mayoría no las tiene hasta los
En el presente capítulo se empezará por demostrar que la catorce o quince años, y algunas. excepcionalmente, des-
pubertad fisiológica y la «pubertad social» son dos cosas de los nueve años. En París, la edad legal para casarse
esencialmente diferentes y que sólo en raras ocasiones con- es de quince (?) años y seis meses; pero la media de la pu-
vergen. A continuación se examinarán las ceremonias de bertad es de catorce años y cuatro meses según Brierre
iniciacion de todo tipo, es decir, no sólo aquellas que dan de Boismont, y de quince años y cuatro meses según
acceso a las clases de edad y a las sociedades secretas, sino
también las que acompañan a la ordenación del sacerdote 3. PLoss-BARTELS, Das Weib, s.- ed., Leipzig, 1905, t. 1, pp. 394-420,
y del mago, a la entronización del rey, a la consagración de han reunido una considerable cantidad de documentos sobre la prime-
ra aparición, tanto normal como anormal (a partir de dos meses, etc.),
los monj esy las monjas, de las prostitutas sagradas, etc. de las reglas en los diversos pueblos. La fecha de las primeras reglas de-
En el caso de las chicas, la pubertad física se manifies- pende a la vez:del clima, del alimento, de la profesión yde la herencia. A
ta por el hinchamiento de los senos, el ensanchamiento los observadores, médicos en su mayoría, les cuesta tanto ponerse de
acuerdo acerca de la edad media de las primeras reglas, en una pobla-
de la pelvis, la aparición de pelo en el pubis y sobre todo
ción un poco considerable, tomada en bloque (Francia, Rusia, etc.), o
por el primer flujo menstrual. Parecería sencillo, por incluso en una región limitada (gran ciudad, p. ej.), que supondría con-
tanto, fechar en ese momento el paso de la infancia a la vertir en excelentes estadísticos a los negros, pobladores de Oceanía, et-
adolescencia. En realidad, las cosas discurren de modo cétera' el suponerles capaces de haber podido descubrir la media para
sus propias tribus, antes de toda investigación metódica sobre la in-
muy distinto en la vida social, lo cual se explica en pri- fluencia del clima y de la nutrición. El cuadro para 584 mujeres de To-
mer lugar por hechos que son también de tipo fisiológi- kio es el siguiente:
co: 1.0, el goce sexual no depende de la pubertad, sino A los once años, 2; a los doce años, 2; a los trece años, 26; a los cator-
que se experimenta, según los individuos, bien antes, ce años, 78; a los quince años, 224; a los dieciséis años, 228; a los dieci-
siete años, 68; a los dieciocho años, 44; a los diecinueve años, 10; a los
bien después; el espasmo puede producirse incluso va- veinte años, 2.
rios años antes; de tal forma que la pubertad sólo tiene Las medias para África son las siguientes:
importancia por lo que se refiere a la capacidad de con- Wolofs, once a doce años; Egipto, diez a trece años (Pruner-Bey), o
nueve a diez años (Rigler): bagos, dieciséis años; suaheli, doce a trece
cebir; 2.°, la primera sangre no aparece a la misma edad
años; wanjamwesi, doce a trece años; beréberes de Egipto, quince a die-
en las distintas razas ni en los diferentes individuos den- ciséis; Somalia, dieciséis años; Loango, catorce a quince, raramente
tro de una misma raza. Estas variaciones son extremada- doce, árabes de Argel, nueve a diez; Fezzan, diez a quince años.
102 LOS RITOSUEPASO 6. LOS RITOS DE INICIAC¡OX 103

Aran, siendo anterior para las clases ricas que para las ser la actividad social de la mujer mucho más simple que
clases obreras. Así, pues, en Roma la pubertad social es la del hombre.
anterior, y en París posterior, a la pubertad fisíológica. La cuestión es más complicada en el caso de los varones:
Más valdría, por tanto, dejar de llamar ritos de la pu- aquí la variabilidad es aún más considerable, pues la pri-
bertad a los ritos de iniciación. Nada más lejos de mí, sin mera emisión de esperma puede verse precedida por emi-
embargo, que la intención de negar la existencia de ritos siones de mucus, dado que con frecuencia pasa inadverti-
de la pubertad fisiológica, ritos que en algunos casos ex- da para el sujeto y que, en fin, suele producirse en la mayor
cepcionales coinciden con ritos de iniciación. En tales ca- parte de los individuos por influencia de un choque exte-
sos se aísla a las chicas e incluso a veces se las considera rior cuya fecha depende de circunstancias imposibles de
primero muertas, luego resucitadas': en cambio, otros prever ni de dirigir. De ello se sigue que la pubertad de los
pueblos" carecen de cualquier tipo de rito en ese momen- chicos la cifra la opinión general en el crecimiento de la
to, por más que posean ritos de iniciación social. barba, de los pelos del pubis, etc. Pero también en eso las
Todo induce a pensar que la mayoría de estos ritos, variaciones étnicas e individuales son considerables.
cuyo carácter propiamente sexual no cabe negar, y de los Así pues, tanto para uno como para otro sexo la puber-
que se dice que convierten en hombre o en mujer -o que tad física es un momento muy difícil de fechar, yesta difi-
conceden la aptitud para serlo-, pertenecen a la misma cultad explica que sean pocos los etnógrafos y explorado-
categoría que ciertos ritos del corte del cordón umbilical, res que han hecho investigaciones sobre ella. Lo cual hace
de la infancia o de la adolescencia; son ritos de separación aún más imperdonable el haber aceptado la expresión
del mundo asexuado, seguidos de ritos de agregación al «ritos de pubertad» para designar al conjunto de ritos,
mundo sexual, a la sociedad restringida constituida por ceremonias y prácticas de todo tipo que marcan en los di-
los individuos de uno o de otro sexo, sociedad esta que versos pueblos el paso de la infancia a la adolescencia.
atraviesa todas las demás sociedades generales o especia- Conviene, por consiguiente, distinguir la pubertad social
les. Esto es válido sobre todo a propósito de las chicas 6, al de la pubertad física, del mismo modo que se distingue
entre un parentesco físico (consanguinidad) y un paren-
4. Numerosos datos han sido reunidos por J. G. FRAZER, Goldon tesco social, entre una madurezfísica y una madurezsocial
Bough, 1. III, pp. 204-233; cf. también HUTTER, Nord-Hinterland von (mayoría de edad), etc.
Kamerun; Brunswick, 1902, p. 427; STEVENSON, «The Zuni», XXIII
Merece la pena destacar que incluso observadores pru-
Ann. Rep. Bur. Etnol., pp. 303-304, etc.; C. G. Du BOIS, The religion ofthe
Luisenio Indians ofSouthern California, Univ. Cal. Publ., t. VIll, núme- dentes, y que han publicado, cuando menos, elementos
ro 3,1908, pp. 93-96.
5. JENKS, The Bontoc Igorrot, Philippines Dep. Int. Ethnol. Survey mismo pueblo; además, la perforación del himen no es únicamente una
Publ., t. 1, 1904, pp. 66 Yss. preparación para el coito, sea nupcial, sea anterior al matrimonio, o
6. Llegaríamos a resultados idénticos comparando la edad a que se rea- para los esponsales. Sobre este rito, cf., entre otros, H. SmNEY HART-
liza la desfloración artificial (perforación del himen) con la de la puber- LAND, «At the temple of Mylitta», en Anthrop. Essays presentados por
tad: salvo raras excepciones, una y otra no se hallan en relación en un E. B. TYI.OR, Oxford, 1907, pp. 195-198.
104 LOSRITOS DE PASO 6. LOS RITOS DE ]!\'¡CIAC¡()]\; 105

precisos de apreciación, no han sabido ver que se trataba período dure muchísimo tiempo prueba que se trata,
de dos fenómenos distintos y se han servido, por tanto, de como entre los chinos!', de la «pubertad social», Tampoco
la palabra pubertad en uno u otro sentido alternativamen- entre nosotros coincide la edad en que se permite a los jó-
te. Veamos algunos ejemplos de esta confusión, tras haber venes casarse con el momento de su pubertad fisiológica:
descrito cuidadosamente las «ceremonias de la pubertad» si un día llegan a coincidir estos dos momentos, uno social,
de las muchachas entre los indios thornson, ceremonias otro físico, será como consecuencia del progreso científico.
que se realizan lejos del pueblo, en una choza especial, Entre los hotentotes, los varones permanecían en la so-
y que comportan tabúes, lavados, ritos simpáticos", etc. ciedad femenina e infantil hasta los dieciocho años 12; en
Teit añade: «con frecuencia se prometía a las muchachas cambio, entre los elema del golfo Papú, la primera cere-
siendo aún niñas con hombres veinte años mayores que monia se realiza cuando el niño tiene cinco años; la se-
ellas, pero sólo se las consideraba hábiles para casarse gunda, cuando tiene diez, y la tercera no parece llegar sino
cuando habían terminado todas las ceremonias concer- mucho tiempo después, puesto que hace del niño un gue-
nientes a la llegada a la pubertad, es decir, alrededor de los rrero propiamente dicho, libre para casarse!", En definiti-
diecisiete o dieciocho años, y a veces a los veintitrés-", Se va, a la cuestión que plantea Leo Probenius!" sin intentar
concederá que la pubertad física difícilmente puede ser la siquiera responderla con precisión -«¿coincide el mo-
causa principal de ceremonias tan largas y que compren- mento del noviciado en cierta medida con la madurez se-
den en sus detalles varias etapas. En el caso de los varones, xualt»-, contesto claramente: no; y lo hago con tanto más
se dice claramente" que el tipo de ceremonias a realizar de- énfasis por cuanto que las ceremonias de la primera
pende de la profesión (cazador, guerrero, etc.) que se pro- menstruación'> o bien existen en pueblos que carecen de
pongan abrazar, y que cada adolescente las inicia a partir ritos de iniciación, o bien * poseen un carácter más acusa-
del día en que ha soñado por vez primera con una flecha, do sólo porque se trata en efecto de la primera aparición 16
una canoa o una mujer, lo cual, por lo general, ocurre en- de un fenómeno que posteriormente irá siempre acompa-
tre los doce y los dieciséis años. Asimismo, en las «ceremo-
nias de la pubertad» entre los lillooet de la Columbia Bri-
11. Cf. más arriba, pp. 79, 85.
tánica 10 boda indica que se trate de pubertad física, sino 12. P. KOLBEN, The present state of the Cape ofGood Hope, t. I, p. 121,
que todo, por el contrario, y en especial el hecho de que citado por WEBSTER, íoc.cit., p. 23.
para los jóvenes aspirantes a convertirse en chamanes el 13. J. HOLMES, «Initiation ceremonies of the natives of the Papuan
Gulf», Iourn. Anthr. Inst., 1. XXXII (1902), pp. 418-425.
14. 1. FROBEN1US, «Die Masken und Geheimbünde Afrikas», Nova
7. T. TElT, Tne Thomson Indíans ofBritish Columbia, [es. N. Pacif Ex- Acta Leopoldina, etc. Halle, 1898, p. 217.
ped, 1. 1(Nueva York, 1898-1900), pp. 311-321. 15. Cf., entre otros, J.-C. FRAZER, Golden Bough, 2.a ed., 1. 1,p. 326.
8. Ibidem,p.321. " Según figura en el Addendum. Van Gennep suprimió en su ejemplar
9. Ibidem,pp.317-318. personal desde «o bien existen... » hasta H ... , o bien», ambos inclusive.
10. J. TEIT, The Lillooet lndians, Iesup. N. Pac. Exp., t. ll, Leiden y Nue- [N. del T.]
va York, 1906, pp. 236-267. 16. cr.más adelante, cap. 9.
106 LOS RITOS DE PASO 6. LOSRITOS \)E INICIACIÓl\ 107

ñado de ritos especiales debidos a la cualidad impura tan- tiempo a niños de desarrollo físico-sexual diferente. Ade-
to de la mujer como tal cuanto de su sangre menstrual. más, en una misma región, habitada por poblaciones del
La distinción entre la pubertad física y la pubertad so- mismo tipo somático (raza), se observan notables varia-
cial se aprecia aún con mayor claridad en ciertas ceremo- ciones. Así, por ejemplo, en las regiones de Marruecos!"
nias de los toda", que practican la poliandria y se prome- exploradas por Doutté nos encontramos con que la cir-
ten en matrimonio desde los tres años. Poco tiempo antes cuncisión se realiza: entre los dukkála, de siete a ocho días
de la pubertad fisiológica, un hombre de sección diferen- después de nacer o a los doce o trece años; entre los re-
te a la del prometido de la muchacha acude de día al pue- hamma, de los dos a los cinco años; en Fez, entre los dos y
blo de ésta y extiende su capa de manera que les cubra a los diez años; en Tánger, a los ocho años; entre los jbala,
los dos; permanecen así algunos minutos y luego el hom- de los cinco a los diez años; en los alrededores de Moga-
bre se va. Quince días después, un hombre bien confor- dor, de los dos a los cuatro años; en Argelia, entre los mu-
mado y fuerte, sin que importe la sección y clan a que sulmanes ortodoxos, a los siete ti ocho años, cuando no a
pertenece, viene a pasar la noche en compañía de la mu- los siete días justos de nacer, o al menos lo más pronto po-
chacha y la desvirga. «Esto debe ocurrir antes de la puber- sible-". Se podría trazar un cuadro semejante con ayuda
tad, y pocas cosas desacreditan tanto a la mujer como no de los materiales reunidos por R. Andree'", por el doctor
ejecutar esta ceremonia; puede hasta impedirle casarse.» Lasnet en Senegal"', etc. Así pues, un mismo rito marca
y las ceremonias del matrimonio propiamente dicho no
empiezan hasta los quince o dieciséis años, o sea, algunos 19. DOUTTÉ,Merrákech, París, 1904, pp. 262-263, 351-352, ete.
años después de la pubertad. 20. Que la extirpación del clítoris también es independiente de la pu-
bertad fisiológica, pero determina la pubertad social (aquí, el derecho
a casarse), se desprende de los datos siguientes, que elaboro a partir de
PLOSS y BARTELS, Das Weib, 8. a ed., 1905, t. I, pp. 248-249:
La circuncisión Arabia, algunas semanas después del nacimiento; Somalia, tres a
cuatro aftas; Egipto meridional, nueve a diez años; Nubia, primera in-
Las variaciones en la edad a que se practica la circunci- fancia; Abisinia, hacia los ocho años o el Bü."día después del nacimien-
to; Delta o Níger, durante la infancia, sin edad fija; malinkés, bambaras,
sión hubieran debido hacer comprender por sí solas que doce a quince años; malayos, etc., en el momento de comenzar la segun-
se trata de un acto de carácter social y no fisiológico lB. En da dentición; javaneses, seis a siete años; makassares, tres a siete años;
un elevado número de pueblos la operación se realiza a gorontalos, nueve, doce o quince años; etc.
21. R. ANDREE, «Beschneidung», en Ethnographische ParaUe/en, 2. a se-
intervalos bastante alejados, por ejemplo, cada dos, tres,
rie, Leipzig, lSS9, pp. 166-212.
cuatro o cinco años, de suerte que se circuncida al mismo 22. En: Une mission au Sénégal, París, 1900, p. 14 (moros, siete años),
lOS (khassonké, a partir de la infancia y tanto más tarde, hasta los quin-
ce años, cuanto más rica sea la familia); la edad habitual (peuls, p. 64;
17. H. Rrvsns, The Toda, Londres, 1905, pp. 502-503. malinké, p. 88; sereres, p. 145, etc.) es de diez a quince años, pero las cir-
l S. Véase a qué extraños resultados se ha visto llevado WEBSTER, loe. cuncisiones se realizan a intervalos más o menos alejados, según el nú-
cit., caps. II y IJI, ypp. 36, 200-201, 205-206. mero de hijos.
108 LOS RITOS DE PASO 6. LOSRITOSDEIN1CIAU();-J 109

bien la entrada en la infancia, bien la entrada en la adoles- que, al dejar la operación huellas indelebles, la agrega-
cencia, pero sin que tenga nada que ver con la pubertad ción sea definitiva. La circuncisión judía no ofrece nada
física. de particular: se presenta claramente como «un signo de
Hay pocas prácticas sobre las que se haya disertado alianza» con una determinada divinidad y como la señal
tanto y tan alegremente. De todos los trabajos que conoz- de pertenencia a una misma comunidad de fieles";
co sobre la circuncisión, el de Richard Andree sigue sien- En definitiva, si se tiene en cuenta también la extirpa-
do el que mejor da cuenta de la complejidad del proble- ción del clitoris y de los labios mayores", la perforación
ma. Sin embargo, no ha puesto de relieve el importante del himen y la sección del perineo, así como la subinci-
hecho de que no se puede comprender la circuncisión si sión, se constata que el cuerpo humano ha sido tratado
se la examina aisladamente; conviene situarla dentro de como un simple trozo de madera que cada cual ha tallado
la categoría de prácticas del mismo género, es decir, en la y arreglado a su modo: se ha cortado lo que sobresalía, se
categoria de aquellas prácticas que, por ablación, seccio- han agujereado las paredes, se han labrado las superficies
namiento o mutilación de cualquier parte del cuerpo, planas, y a veces con auténticos derroches de imagina-
modifican de forma visible para todos la personalidad de ción, por ejemplo en Australia. Entre todas estas prácti-
un individuo. Con toda razón ha asimilado Doutté-' la
circuncisión al primer corte de pelo y a las ceremonias de
26. La teoría de J. G. FRAZER (The Independent Review, 1904, pp. 204y
la primera dentición, o Lasch-" y Westerrnarck-" a otras
siguientes), para quien se sacrifica una parte del individuo con objeto
mutilaciones corporales; pero Lasch se equivocó al en- de salvar el resto del mismo, no da cuenta más que de algunos hechos;
tenderlas como ritos de purificación, y Westermarck, al la de CRAWLEY (The Mystic Rose, Pp- 396, 397), para quien la circunci-
interpretar toda la serie de mutilaciones como prácticas sión y la perforación del himen tienen como finalidad "remediar el peli-
gro hylo- idealtstico que resulta de un cierre aparente», es un tanto fan-
destinadas a atraer al sexo femenino. Cortar el prepucio tástico; la de Ad. RETNACH (el,a lutte de Iacob et de Moíse avec Iahvé
equivale exactamente a sacar un diente (Australia, etc. J, a et l'ongine de la circoncision», Rev. des Et. Ethnogr. et Sociol., 1908,
cortar la última falange del dedo meñique (África del Pp. 360, 362), para quien la circuncisión es una especie de bloodcove-
Sur), a cortar el lóbulo de la oreja, a perforar el lóbulo, el nant, introduce un elemento inútil, el de la sangre (pues habría que de-
mostrar que la sangre de la herida, y suele producirse bien poca, se re-
septum, el himen o a practicar tatuajes o sacrificios, a cogía y era objeto de ritos ulteriores); aun cuando valga para los judíos,
cortar el pelo de cierta manera: se saca al individuo muti- no explica ni la circuncisión ni la extirpación entre los semicivilizados.
lado de la humanidad común mediante un rito de separa- También R. ANDREE, loe. cit., pp. 206-207, se adhiere en última instan-
cia a la explicación por la santidad de la sangre derramada.
ción (idearle corte, de perforación, etc.), que automática- 27. La longitud del clítoris varía con los individuos y las razas. En algu-
mente le agrega a un grupo determinado; y de tal manera nos casos puede ser que la extirpación tenga por objeto suprimir el
apéndice en virtud del cual la mujer se asemeja al hombre (lo cual es
23. DOUTTÉ, Merrákech, t. 1, p. 353. exacto desde el punto de vista anatómico) y que no se trate más que de
24: R. LASCH, Mitteilungen de la Soc. Anth. de Viena, 1901, pp. 21 Ysi- un rito de diferenciación sexual del mismo género que la primera impo-
gurentes. sición (ritual) del vestido, de los instrumentos y útiles, etc., especiales
25. W ESTERMARCK, Moral ideas, t. 1, p. 205. de cada sexo.
111
110 lOS RITOSDE PASO 6. lOS RITOS DEl\"ICJ A(J(jj\

cas, la circuncisión es aún una de las más simples y de las Las mutilaciones corporales
menos graves; de cara a su interpretación normal, es ver-
daderamente lamentable que la hayan practicado los ju- Desde la perspectiva del presente libro, carece por comple-
díos, pues a consecuencia de ello los innumerables co- to de interés la cuestión de si cada tipo de mutilación se ha
mentaristas de la Biblia le han asignado un lugar aparte, inventado una sola vez, transmitiéndose a continuación
al que no tiene ningún derecho. Si los judíos se hubieran en préstamo de pueblo en pueblo, o si se ha inventado va-
vinculado a ]ahvé perforándose el septum, ¡cuántos erro- rias veces de modo independiente. Señalo únicamente
res se habría ahorrado la literatura etnográfica! que, al ser cada tipo de mutilación un procedimiento de
Hay varias razones para no concebir la circuncisión diferenciación colectiva, el préstamo no puede realizarse
como algo relaciouado con la procreación: l.", porque la entre tribus limítrofes, siendo posible únicamente en el
edad en que se la practica varía entre el séptimo día y los caso de que dicha forma, aún desconocida, pueda servir
veinte años (o más tarde en caso de adopción, de conver- para diferenciar más a un grupo dado de sus vecinos.
sión al judaísmo, al Islam, etc.); 2.", porque la practican, Las mutilaciones son un medio de diferenciación defi-
junto a otras mutilaciones de los órganos sexuales, pobla- nitivo; hay otros, como el llevar un atuendo especial o
ciones que ignoran el mecanismo fisiológico de la pro- una máscara, o también las pinturas corporales (con tie-
creación:": S.", porque parece más bien oponerse al coito,
árabes longitudes desproporcionadas. Éste es otro de los puntos sobre
al disminuir el deseo como consecuencia de la menor el que serían muy útiles encuestas de cierta amplitud. L~ vieja teoría de
sensibilidad del glande. Asimismo, la extirpación del clí- la significación sexual la sostiene aún el P. LACRAN(;E (Et.l~des sur les re-
toris (es decir, la ablación de un centro erógeno), la sec- ligionssemuíques, pp. 242 Yss.): «Es como una consagración, por u~ sa-
crificio sangriento, de la vida sexual en la que en adelante se admite al
ción del perineo y la subincisión del pene disminuyen joven», y por el P. SCIII\IIDT (en Anthropos, 1908, pp. 6~2~6?~, nota):
también la excitación sexual. En el fondo, los semicivili- «Parece cada vez más manifiesto que en los pueblos sernicivilizados la
zados no han querido llegar tan lejos: han tallado órga- circuncisión debía, según sus ingenuas y erróneas suposiciones, facili-
tar el acto de la generación, practicandose, en la mayoría de los casos,
nos que, del mismo modo que la nariz o la oreja, atraen la
durante esas misteriosas fiestas de la pubertad, cuando se alcanza la
mirada porque sobresalen, y que pueden, a consecuencia edad vir-il». Sería imposible acumular en menos palabras tantos errores
de su constitución histológica, sufrir todo tipo de trata- teóricos como los expuestos por estos eruditos. En cuanto a PREUSS, en
miento sin daño alguno para la vida ni para la actividad Globus, 1. LXXXVI, p. 362, piensa que la circuncisión facilita «el soplo
generador» mediante el cual el padre transmite su alma al niño; del mis-
individual". mo modo, SCHl..'lnZ cree que la circuncisión tiene por objeto facilitar la
generación (loe. cít., pp. 96-97). Todo esto estaría muy bien si los semici-
28. Cf. mis Mythes et Légendesd'Australie, cap. V,y Man, 1907 y] 908. vilizados supieran, tan bien como nuestros mé~icos y mejor que n~~s­
29. El prepucio cortado se tira o se conserva, ete. Las maneras de actuar tros campesinos, a qué atenerse sobre el mecamsmo de la concepcron.
varían infinitamente a este respecto, como ya se dijo a propósito del cor- Aconsejo vivamente a quienes estén interesados por estas cuestIOnes
dón umbilical, de los cabellos, etc., ef. más atrás, p. 80. Téngase presente que lean los Étudesde Psychologie sexueiíe, de Havelock ELU~, DIl.; Weil,
que la longitud del prepucio varía según las razas y que, relativamente de PLOSS y BARTF.LS, y, en general, tratados detallados de fisiología y de
corto entre los pueblos rubios de Europa, alcanza entre los negros y los psicología sexuales.
112 LOS RITOSDE PASO ~. LOS RITOS DE IKICIACIÚN 113

rras de color, sobre todo) que marcan una diferenciación que al menos lo parece-, se le separa definitivamente de su
temporal. Veremos cómo éstos desempeñan un papel madre, que con frecuencia estalla en llanto. Como dice
considerable en los ritos de paso, pues se repiten con mo- Howitt de los kurnai: «La intención de todos los actos de
dificaciones a cada cambio en la vida del individuo. esta ceremonia es acarrear un cambio momentáneo en la
vida del novicio; el pasado debe ser separado de él (cut
off) por un intervalo que nunca podrá ser nuevamente
Clanes totémicos salvado. El parentesco con su madre en calidad de niño es
bruscamente roto y, a partir de ahí, queda adscrito a los
Dicho esto, conviene examinar en detalle algunas se- hombres. Debe abandonar todos los juegos y todos los de-
cuencias. Empiezo por la iniciación a las sociedades toté- portes de su infancia, al mismo tiempo que se rompen los
micas. antiguos vínculos domésticos entre él y su madre o sus
Gracias sobre todo a Spencer y Gillen", a W. E. Roth-", hermanas. Se convierte ahora en un hombre, instruido y
a A. W. Howitt" y a R. H. Matthews 33, se conocen hasta en consciente de los deberes que le incumben en su calidad
sus más mínimos detalles las ceremonias de iniciación al de miembro de la comunidad murring»:". Lo que Howitt
grupo totérnico en varias tribus australianas. Transcurren dice de las ceremonias de los kurnai vale para las de las de-
entre el décimo y el trigésimo año. El primer acto consiste más tribus del sur, del sureste, de la Australia central, etc.
en una separación del medio anterior, mundo de las mu- En algunas de éstas se considera al novicio como muer-
jeres y de los niños; como en el caso de la mujer encinta, to, y permanece muerto mientras dura el noviciado. Éste
hay reclusión del novicio en la selva, en un lugar especial, se prolonga por un tiempo más o menos largo y consiste
en una cabaña especial, etc., acompañada de tabúes de en un debilitamiento corporal y mental del novicio, desti-
todo tipo, sobre todo alimenticios. La vinculación del no- nado sin duda a hacerle perder toda memoria de su vida
vicio a su madre dura aún algún tiempo; pero siempre lle- infantil. A continuación viene una parte positiva: ense-
ga un momento en que, por un procedimiento violento -o ñanza del código consuetudinario, educación progresiva
por ejecución ante el novicio de las ceremonias totémicas,
30. SPENCER y GIl.LEN, The Native tribes ofCentral Australia, Lon- recitado de mitos, etc. El acto final es una ceremonia reli-
dres, 1899, pp. 212-386; The Northern tribes of Central Australia, giosa (allí donde existe la creencia en Daramulun, etc.) y,
Londres, 1904, pp. 328-379. sobre todo, una mutilación especial, que varía con las tri-
31. W. E. ROTH, Ethnological Studies among the North- West-Central
Queensland Aborígenes, Brisbane, 1897, y North Queensland Ethno- bus (se extrae un diente, se practica una incisión en el
graphyBulletins, años 1901 yss. pene, etc.) y que hace al novicio idéntico por siempre a los
32. A. W. HOWITT, The Native tribes ofSouth and South-East Australia, miembros adultos del clan. A veces la iniciación se realiza
Londres, 1904, pp. 509-677.
de una sola vez; otras veces, por etapas. Allí donde se (00-
33. R. H. MATTHEWS, numerosos artículos en las Revistas de las Socie-
dades de Antropología de París, Viena, Londres, Washington y las so-
ciedades científicas de Australia. 34. HOWITT, S. E. Tr., p. 532.
114 LOS RITOS DE PASO ó. LOSHrJ'OSLlEJ",IClAC!,):\' 115

sidera al novicio como muerto, se le resucita y se le enseña memoria de Boas"; Entre los australianos, el derecho a
a vivir, pero de modo distinto a como lo ha hecho durante formar parte del clan totémico se transmite hereditaria-
la infancia. Cualesquiera que sean las variaciones de deta- mente, entre los kwakiutl se adquiere además por el ma-
lle, se llega siempre a distinguir una secuencia conforme trimonio; pero de todas maneras, el individuo sólo se in-
al esquema general de los ritos de paso.". corpora a él gracias a las ceremonias de paso, que le
separan de su medio anterior para agregarle al nuevo me-
dio restringido. Si entre los australianos se separa al niño
Fraternidades mágico-religiosas de su madre, de las mujeres y de los niños, entre los kwa-
kiutl el mundo anterior lo personifica un «espíritu» que se
Las «fraternidades» mágico-religiosas están fundadas trata de exorcizar, punto de vista idéntico al de los cristia-
esencialmente en la organización de clan, es decir, de in- nos que exorcizan a Satán durante el bautismo. La idea de
dividuos socialmente emparentados; pero son, sin em- muerte y de resurrección también la volvemos a encontrar
bargo, otra cosa. Al menos, aun cuando en la Columbia aquí. En fin, la agregación a la sociedad consiste en la ad-
Británica el clan totémico subsista aún idéntico a la frater- quisición del «espíritu» protector colectivo del clan, equi-
nidad, existe aparte y junto a ella en las llanuras, y ha de- valente del tótem australiano.
saparecido entre los indios pueblo, donde la fraternidad El animismo es más pronunciado entre los omaha,
es de base territorial (cf.Ios tusayan, los hopi, etc.). Para ojibwe, etc., donde el protector a adquirir está más indivi-
las ceremonias de iniciación de los kwakiutl, remito a la dualizado y pierde todo carácter específico. ¡. H. Kohl ha
descrito con detalle" las ceremonias de admisión a «la or-
35. Por lo general, se atribuye una importancia exagerada al destino del den de los mide» entre los ojibwe. La secuencia es la si-
trozo de prepucio cortado; como ya he dicho, este pedazo del individuo
participa sin duda de su antiguo portador, pero no más que los cabellos guiente: construcción de una cabaña sagrada", se ata el
cortados, los recortes de uñas, la saliva, la orina, etc., o que los dientes niño a una tabla y se comporta durante toda la ceremonia
extraídos, también como rito de iniciación. En las tribus australianas corno si hubiera perdido toda personalidad; se viste, pin-
que ejecutan este rito, el diente es recogido y conservado con esmero
(HcnVITT, S. E. Tr., pp. 542, 562, 565, 569, etc.: SPENCER y GILLEN,
ta, etc., a los participantes; procesión general en el interior
North. Tr., p. 594), o bien pulverizado, mezclado con carne e ingurgita- de la cabaña; los jefes-sacerdotes-magos matan a todos los
do por la madre o la abuela del iniciado, según sea éste hembra o varón, asistentes; a continuación resucitan uno tras otro; la pro-
o bien finalmente enterrado (North. Tr., pp. 593, 594); este diente es cesión, la masacre y la resurrección se llevan a cabo tras
siempre un objeto en alguna medida sagrado (ibid., pp. 594, 595); sin
embargo, entre los kaitish se deja el diente en tierra, donde haya caído, y
no se cree que pueda ser utilizado para operaciones de magia (ibid., pá- 36. BOAS, en Report Un. Sto Nat. Mus.for 1895, Washington, 1897, me-
gina 589). Por consiguiente, si sólo nos basamos en los ritos, no veo en moria analizada detalladamente por Schurtz (salvo para los ritos) ypor
virtud de qué el prepucio habría de ser la sede de la fuerza vital en ma- Webster; cf también Handbook (~f the American índíans. t. 1, Washing-
yor medida que el pelo, los dientes, las uñas, la orina, la sangre o las de- ton, 1907, s. v. Kwakiutl.
fecaciones; seguramente no es ni la sede de la fuerza de reproducción ni 37. J. H. KOHL, Kitschi-Gami, Brcrnen, 1859, t. r,pp. 59-76.
una especie de embrión animado e independiente. 38. lbid., 1. TI,p. 71.
116 LOSRITOS DE PASO 6. LOSRlTOSDEINICIAC¡ÚN 117

cada escena importante de la ceremonia; el padre, acom- te además de varias «fraternidades», de la lluvia, etc., o má-
pañado por los padrinos y madrinas, presenta su hijo a los gico-religiosas, etc., para cada una de las cuales difieren los
jefes y a continuación baila con los que le acompañan. Así ritos de iniciación?". El esquema de los ritos de entrada du-
hasta el mediodía; por la tarde se exponen los sacra, rama- rante la iniciación voluntaria al Ko'tikili es el siguiente:
jes cubiertos por una tela en el centro de la choza, mar-
chando en procesión a su alrededor una vez, cinco veces, 1.°, el padrino introduce al novicio en el kiwitsiwe; 2.0,
etcétera, hasta que la tela queda cubierta por un montón de dos mujeres colocan sobre las espaldas del novicio cuatro
conchas coloreadas que cada cual ha ido dejando caer tapices plegados en cuatro; 3.°, el padrino envuelve la ca-
de su boca; luego la procesión vuelve a empezar, recogien- beza del novicio con una tela, de manera que no pueda
do al pasar una concha cada uno, que se utilizará como po- ver nada; 4.°, el novicio recibe de cada una de las cuatro
derosa «medicina» al haberse vuelto sagrada. Después, y divinidades sayathlia (hombres que llevan máscaras) gol-
por turno, todos los asistentes, fumando si son hombres pes de ramas de yuca en la espalda por cuatro veces; 5.°,
(acto ritual), se acercan a tocar el tambor sagrado y a can- cada mujer recibe de cada sayathlia un golpe de yuca en la
tar una especie de oración. Hacia el anochecer, recepción espalda, y se retiran los cuatro tapices; 6.°, el joven recibe
por los jefes y sacerdotes de los regalos ofrecidos por el pa- de nuevo cuatro golpes de cada dios; 7.°, el padrino quita
dre, a quien dan a cambio «medicinas», amuletos, etc.; dis- la tela y fija una pluma de águila, ornamento sagrado, a la
curso del gran-sacerdote solicitando <da bendición divina cabellera del novicio; 8. 0, los cuatro dioses se quitan su
de Kitschimanitu»; comida en común, de maíz cocido en máscara y el novicio reconoce que se trata de hombres;
agua, en la que los niños reciben su parte; durante la cere- 9.°, cuatro novicios son conducidos ante los cuatro sa-
monia el niño recibe un nombre. yathlia y reciben de ellos una máscara y una rama de
Entre los zuni de Arizona, cada niño varón debe ser re- yuca; 10.°, los novicios golpean a cada sayathlia con esa
cibido en el Ko'tikili (fraternidad mitológica), asociándole rama en los brazos derecho e izquierdo y en los tobillos
a uno de los kiwitsiwe (casa de ceremonias sagradas, espe- derecho e izquierdo; 11.°, los novicios devuelven su más-
cie de templo), que tiene que ser el del marido, o bien el del cara a cada sayathlia; 12.°, éstos vuelven a ponerse su
hijo primogénito o hermano primogénito de la comadro- máscara y golpean a cada padrino en los brazos y los to-
na que ha traído el niño al mundo; ese mismo hombre sir- billos, terminándose así la iniciación:". Obsérvese que en
ve al niño de padrino durante la iniciación, sea ésta invo- toda esta ceremonia la flagelación tiene claramente el
luntaria (a temprana edad) o voluntaria (hacia los doce o sentido de un rito de separación al principio, de un rito
trece años"). Cada individuo, hombre o mujer, forma par- de agregación más tarde. Se registra una aplicación idén-

40. Cf. ibídem, sobre todo pp. 490-511, 522-527, 532-549, 550-564,
39. M. C. STEVENSON, «The Zuni Indians, their mythology, esoteric 570-572,578 Yss.; en segundo lugar, 413, 415, 421, 426, etc.
fraternites and cerernonies», XXIII, Ann. Rep. Bur. Am. Ethnol., Wash- 41. Ibídem, pp. 103-104; para la iniciación de los niños en edad tempra-
ington, 1904, p. 65. na, d. ibid., pp. 94-101.
118 IDS lUTOSDE PASO 6. LOS RITOS DE lMCIACIÚN 119

tica de la flagelación" en los ritos de iniciación de los na- ca; por lo demás, es privilegio del iniciado poder mani-
vajo:", cuya secuencia es casi la misma que la precedente, pular sin peligro sobrenatural los sacra síguiendo reglas
variando únicamente el número de actores divinos, de precisas, yesos dos elementos constituían también los
golpes recibidos, etc. Por lo demás, los novicios son obje- puntos culminantes de la iniciación a los misterios asiáti-
to de aspersiones de harina, y éstas únicamente suelen cos, griegos, etc.
darse en la iniciación de las mujeres, a las que se toca por Sumamente interesante es el ritual de los bautismos re-
otra parte con sacra especiales (espiga con cuatro granos petidos a que se someten los sabeos, cuya religión, sedi-
muy apretados, todo ello fijado a cuatro ramas de yuca). centemente fundada por San Juan Bautista, es una amal-
Se toca con estos sacra y se rocía con harina sucesivamen- gama de mazdeísmo, judaísmo, cristianismo, islamismo,
te la planta de los pies, las palmas y los antebrazos, la par- etcétera. Hay tres categorías de bautismo: 1.0, el del niño
te superior del pecho y las clavículas, los omóplatos, los (con un año); 2.°, como purificación de manchas diver-
dos vértices de la cabeza. Obsérvese la analogía de estos sas; 3.°, el bautismo colectivo, durante los cinco días de la
ritos con los del bautismo cristiano: son ritos de agrega- fiesta anual Pancho. Se es sabeo de nacimiento; ningún
ción a la comunidad. Debo añadir que no hay edad fija extranjero puede ser admitido a la religión de los suba:
para la iniciación y que ésta se debe repetir cuatro veces no hay, por tanto, ritos de separación"; Esto asigna a la
con la misma secuencia para que el individuo pueda asis- sociedad sabea un lugar especial.
tir a todas las ceremonias sin excepción y llevar máscaras
sagradas. Los últimos actos son: ] ,0, revestirse de la más-
cara; 2. o, la aspersión de la máscara por el novicio con el Socíedades secretas
polvo sagrado; 3.°, la inhalación por el candidato de
humo sagrado. Al principio se había volcado un recipien- Las «sociedades secretas», tanto de Oceanía (excepto
te para que sirviera de tambor; ahora se le vuelve boca Australia) como africanas, no tienen por objeto, como
arriba y la ceremonia se termina. Antes de examinar los clanes totémicos y las fraternidades, un control de la
otras secuencias, insisto en destacar que el acto central, naturaleza, sino que, aun presentando un carácter mági-
tanto en América del Norte como en Australia, consiste co-religioso, poseen más bien una finalidad política y
en desvelar a los novicios que los Ogros de su infancia son económica, en el sentido humano de la palabra. Por su
simples sacra, rombo en Australia?", máscara en Améri- aspecto general, e incluso a veces en los detalles, los ritos
de iniciación son, con todo, semejantes a los que acaba-
42. Sobre la flagelación como rito de iniciación, cf datos interesantes mos de estudiar. El paralelismo es especialmente llamati-
en LAFITAC, Moeurs des Sauvages Amériquains, París, 1724, t. 1, p. 273. vo en el caso de los ritos del Congo, detalladamente des-
43. Wash. MATTHEl.VS, « The Night Chant, a Navaho ceremorry», Mem.
Am. Mus. Nat. tu«, Nueva York, t. VI (1902), pp. 116-120.
44. Cf. sobre estos Ogros divinos, mis Mythes et Légendes d'Australie, 45. Para los detalles, véase N. SIOUFFI,Études sur la religion des Soub-
capítulo VII, Les deux doctrines religieuses et le rhombe sacre. bas ou Sabéens, leurs dogmas, leurs moeurs, París, 1880, pp. 76-82.
120 LOS RITOS DE PASO 6. LOS RITOS DE INICIAClÚN 121

critos por M. de jonghé 6 , que desafortunadamente los toxicación por el vino de palma, con efectos anestési-
consideró «ritos de la pubertad», por más que la edad de cos'"), en relación con el cual ha «muerto», y se le agrega
los novicios oscilara entre siete y veinte años, siendo a! nuevo medio. Luego viene el período de margen: muti-
la edad más común de diez a quince'"; pero se ignora la laciones corporales (circuncisión, que a veces se practica
edad exacta de la pubertad fisiológica entre los negros del en edad temprana, sin conexión con la sociedad secreta),
Congo. Por otra parte, no todos los miembros de las tri- pinturas corporales (en blanco>', en rojo); los novicios
bus del Bajo Congo están obligados a afiliarse a! nkimba van desnudos durante toda la práctica de las pruebas: es
o al niembo, lo cual no sólo muestra que se trata sin lugar que, al estar muertos, no deben salir de su retiro ni mos-
a dudas de sociedades especiales restringidas, a las que trarse a la gente de fuera; introducción por el nganga
seguiré llamando «secretas»:", sino también, y sobre (sacerdote-mago); lengua especial; alimento especia! (ta-
todo, que la pubertad, la generación y el derecho a casar- búes alimenticios). A continuación vienen los ritos de
se no intervienen para nada en las ceremonias que dan reintegración al medio anterior, elemento que no tiene ra-
acceso a aquéllas. Estas sociedades secretas, tanto en el zón de existir para los iniciados al clan totémico o a la fra-
Congo como en el golfo de Guinea, atraviesan las tribus ternidad: los iniciados simulan que no saben andar, ni
(unidades geográficas). Casi no se admite en ellas más comer, etc., en suma, actúan como recién nacidos (resuci-
que a los hijos más inteligentes de hombres libres o de es- tados) y aprenden de nuevo todos los gestos de la vida or-
clavos ricos. La duración de las ceremonias oscila entre dinaria; precisan para ello de varios meses. Antes se han
dos meses y seis años, según la tribu y los observadores. bañado en un río, se ha quemado la cabaña secreta. En de-
Éstas comprenden ritos negativos (tabúes) de todo tipoy finitiva, hay un doble escenario: ritos de separación del
ritos positivos. La secuencia de los ritos es la siguiente: se medio habitual, ritos de agregación a! medio sagrado; mar-
separa al novicio de su medio anterior (reclusión en el gen; ritos de separación del medio sagrado local; ritos de
bosque?", tras conducirle a él; lustración; flagelación; in- reintegración a! medio habitual. Pero de este paso a través
46. Edouard DE JONCHE, Lessociétéssecretesau Bas-Congo, Bruselas, parece inútil discutir las extrañas interpretaciones de M. de JONGHE,
1907; sólo con extremada prudencia cabe consultar a Leo FROBE:-¡¡US, loct.cit., p. 30, yde Leo FRüHENIUS, Iocr. cit.,passim.
DieMasken und Geheimbunde Afrikas, Halle, 1898;completar De long- 50. La anestesia del novicio es un elemento importante de los ritos de
he con H. NASSAU, Fetishism in West Africa, Londres, 1904, pp. 250 iniciación; en América se consigue mediante la ingurgitación de taba-
Yss., 263, y con PECHUEL-LoESCHE, Volkskunde van Loango, Stuttgart, co, de toloache, de peyotl; y en otros sitios, por medio de fumigaciones,
1907, página 452. flagelaciones, malos tratos, suplicios, etc. La finalidad es «hacer que
47. Cf su discusión,loc. cu., pp. 21-23. muera» el novicio, hacerle perder el recuerdo de su personalidad prime-
48. Este término es inexacto, porque todos los miembros corrientes de ra y del mundo anterior.
la tribu saben muy bien quién forma o no parte de la sociedad, a dife- 51. Cf., a este respecto, J. G. FRAZER, GoldenBough, t. ITI, p. 430, nota, y
rencia de 10que ocurre entre nosotros, donde se ignora, al menos en una nota de WFBSTER, Secretsocieties, p. 44, en la que muestra que con
teoría, quién es o no francmasón, por ejemplo. frecuencia se considera el blanco como el color que toman los muertos;
49. Dado que el primer acto de la mayoría de las ceremonias examina- por consiguiente, esta práctica indicaría también que el novicio está
das en este libro es una reclusión más o menos estricta y prolongada, «muerto».
122 LOS RITOS DE PASO 6. LOSRITOSDE1NIClACl(iN 123

del mundo sagrado le queda al iniciado una cualidad espe- tes bailan y enseñan a los novicios su danza, así como los
cial, mágico-religiosa. A este esquema responden asimis- secretos de la sociedad; 8.0 , todos los asistentes toman par-
mo las ceremonias de iniciación de los yaundé del Carne- te en una comida en común; 9.°, cada novicio recibe una
rún meridional" y, en general, de los pueblos del golfo de ropa ceremonial si tiene alrededor de doce años; si es aún
Guinea (sociedades purra, egbo, oro, mumo-jumbo, etc.). pequeño, tiene que esperar cierto número de años. El don
Para las sociedades secretas en Melanesia, remito al ex- de vestirse, con el que termina la iniciación, tiene lugar
celente libro de Codrington", en el que se hallarán des- otro día y siguiendo un ceremonial especial. Por tanto, hay
critas las ceremonias de iniciación en Fiji, en las islas claramente de nuevo ritos de separación, un período de
Bank y en las Nuevas Hébridas. No es cierto que estas so- margen y ritos de agregación?".
ciedades estén relacionadas con el totemismo". Recien- Lo mismo ocurre con las ceremonias fíjianas, en las
temente, R. Parkinsorr" ha aportado informaciones nue- que el novicio debe, entre otras cosas, pasar en medio de
vas sobre las sociedades secretas llamadas Dukduk en el dos supuestos cadáveres, pintados de negro de los pies a
archipiélago Bismarck y en las islas Salomón. Ésta es la la cabeza y con las entrañas fuera (que pertenecen a cer-
secuencia de los ritos, cuya variación, de una localidad a dos sacrificados)".
otra, es muy pequeña incluso en los detalles": 1.0 , se con-
duce al novicio al lugar sagrado; 2.°, allí recibe azotes de
vara, más o menos fuertes según la edad, asestados por el Sociedades políticasy guerreras
tubuan, especie de ogro divino; 3.°, a los alaridos del novi-
cio responden a lo lejos las lamentaciones de su madre y de La sociedad política, guerrera y saqueadora de los arcoi,
sus otros parientes; 4.°, el padrino distribuye regalos a los en Tahití y en otros lugares de Polinesia, comprendía siete
asistentes y se da de comer al novicio; 5.0 , el tubuan se des- clases, grados o escalones, cuyos miembros se distinguían
nuda por completo y los novicios reconocen que se trata mediante tatuajes progresivamente complicados y nume-
de un hombre; 6.°, las vestimentas del tubuan se mantie- rosos según se ascendía en la jerarquía?". Se reclutaba en
nen en pie gracias a su armadura, lo cual prueba que están
impregnadas de poder (mana melanesio); 7.0 , los asisten- 57. Los jóvenes de la península de la Gacela se afilian a la sociedad lla-
mada Marawot o Ingiet desde la infancia, mediante un don en moneda
local a la sociedad secreta por parte del padre o del tío; pero su novicia-
52. Cf para los detalles, FROBENlUS, loe.cu., pp. 67 -74, según ZENKER, do consiste en hacerles aprender danzas especiales muy complicadas,
Mitteil. aus den Deatsch.Schutzgeb., t. VIII (1895). dura mucho tiempo. Esta sociedad, por lo que de ella dice M. PARKIN-
53. Rev. H. CODRINGTON, The Melanesians, Oxford, 1891, pp. 69-100. SON, pp. 598 Y ss., me parece que entra más bien en la misma categoría
54. Sobre el totemismo melanesio, véase la discusión de A. LANG, So- que ciertas fraternidades mágico-médicas de los zuni.
cialOrigins, Londres, 1903, pp. 176-207. 58. Cf una descripción detallada, que completa las de Fison y loske, en
55. R. PARKINSON, Dreissig Iahre in der Súdsee, Stuttgart, 1907, pági- Basil THOMSON, The Fijians, Londres, 1908, pp. 148-157.
nas 567-612. 59. W. ELLlS, Polynesian Researches, Londres, 1829, in-S.", t.1, pági-
56. lbidem, pp. 582-586. nas 319-324.
124 LOSRITOSDE PASO 6. LOSRITOSDEINICIAClÓ~ 125

todas las clases de la sociedad general. Quienquiera que la donación de cerdos a los miembros de la sociedad (lla-
quisiera convertirse en miembro se exhibía vestido y mada suqe, huque, etc.) y comidas ceremoniales en co-
adornado de forma inhabitual, simulando por sus mane- mún, kole'", que recuerdan las potlateh de la Columbia
ras estar perturbado de espíritu. Tras lo cual, si le consi- Británica. Aunque el suqe sólo tenga una importancia so-
deraban útil, los areoi le adoptaban como servidor. Así, cial y económica, el elemento mágico-religioso queda en
pues, el primer acto consistía en mostrar que se difería él patente por cuanto el grado de riqueza, que condicio-
del vulgo, yyo veo en esta ceremonia un rito de separa- na el paso de un grado a otro (en las islas Banks hay 18),
ción voluntaria. Al cabo de cierto tiempo, era agregado el depende del mana del individuo y, además, cuanto más
novicio: 1.°, se le cambiaba el nombre; 2.°, debía matar a elevado es el rango de ese individuo en el suqe, tanto más se
sus hijos; 3.°, debía aprender cierta postura necesaria lo considera como poseedor de mana6 3, resultando así que
para cantar cierto canto sagrado; 4.°, se apoderaba del cada grado de suqe posee una cantidad de mana más o me-
vestido de la mujer del jefe y entraba así en la séptima cla- nos elevada, al modo como las fraternidades amerindias
se. El paso de un grado al siguiente se hacía así; 1.0, la reu- poseen manitu, orenda, naual, etc.
nión de todos los areoi en atuendo ceremonial; 2.°, invo-
cación al cerdo sagrado en los templos nacionales y
enumeración de los nombres de los candidatos con el Clases de edad
grado a que aspiraban; 3.°, entrada procesional al templo
y ofrenda al dios, por el candidato, de un cerdo sagrado, Por lo que concierne a la iniciación a las clases de edad,
que se mataba y comía en común o al que se dejaba en li- aquí sólo examinaré detalladamente las ceremonias de
bertad tras mutilarlo a modo de señal; 4.°, gran comida edad entre los massai; en el caso de varias tribus austra-
en común, con supresión de los tahúes sexuales yalimen- lianas, el hecho de que los ritos se repartan a lo largo de
ticios a que estaba obligado cada grado en época ordina- un período más o menos amplio ha hecho que Schurtz'?
ria; parece deducirse del texto de Ellis'" que no sólo había y webster'" tomen los ritos de iniciación al grupo totérni-
desenfreno heterosexual, sino también sodomía; 5.o, mú- co por ritos de paso a las sucesivas clases de edad.
sica, danza, representaciones dramáticas; 6.°, tatuaje del Entre los massai «la pubertad se produce hacia los
candidato según su nuevo grado. doce años»?"; la circuncisión de los muchachos tiene lu-
Las ceremonias de entrada y de paso de un grado a
62. Cf. ibídem, pp. 110-112, un pasaje muy interesante para el valor má-
otro en Melanesia'" son más simples. Los elementos cen- gico-religioso de las comidas ceremoniales en común.
trales son: un intercambio ceremonial de monedas 63. lbidem, p.103.
(Mota, islas de Banks) o de esteras (isla de los Leprosos); 64. H. SCHURTZ, loe. cit., pp. 141-151; introdujo además en su discu-
sión otra categoría, la de los grupos matrimoniales o fratrfas.
65. WEBSTER, loe. cit., pp. 84-85.
60. Cf. ELLI5, ibídem. p. 325. 66. M. MERKER, DieMasai, Berlín, 1904, p. 55; se trata sin duda de la pu-
61. CODRINGTON, TheMelanesians, pp. 101-115. bertad fisiológica, pero no se dice si es la de los chicos o la de las chicas.
126 I-OSIlJTOSDEPASO 6. LUS RlTOSDE INIClAU().'J 127

gar «a partir del momento en que son lo bastante fuertes, mento en que el pelo les vuelve a crecer lo bastante largo
es decir, entre doce y dieciséis años», a veces antes, si los como para poder trenzarlo, reciben el apelativo de il-mu-
padres son ricos, pero más tarde si son pobres, cuando ran, guerreros. En cuanto a las chicas: 1.°, se mata un
pueden disponer de medios para pagar los gastos de la buey o un carnero; 2.0, la operación se realiza en la casa;
ceremonia: prueba de que también aquíla pubertad so- 3.°, se tiñen la cabeza con hojas de palmera dum o con
cial difiere de la pubertad física. La circuncisión tiene lu- hierbas; 4.°, una vez curadas, se les hace contraer matri-
gar cada cuatro o cinco años, y todos los que son circun- monio'", Entre los massai alemanes la secuencia es la
cidados al mismo tiempo forman una clase de edad misma, salvo que: 1.0, después de la operación hay un
conocida por un nombre especial escogido por el jefe'", gran banquete, en el que participan los padres de los cir-
Entre los massai ingleses, un chico o una chica no pueden cuncisos y todos los hombres de la vecindad; 2.", los jóve-
ser circuncidados más que si su padre se ha sometido a nes guerreros (solteros) bailan y se divierten con sus jó-
una ceremonia llamada «paso del seto», en virtud de la venes amantes; 3.0, la reclusión de los operados dura siete
cual acepta convertirse en «un anciano" y llamarse en días; 4.°, el día de la primera salida matan un macho ca-
adelante el-padre-de (su hijo), cambiando, por tanto, de brío blanco, repartiéndose luego su carne y arrojando sus
categoría social'": la secuencia de las ceremonias es entre huesos al fuego. En cuanto a las chicas: 1.0, son circunci-
ellos la siguiente: l. o, todos los candidatos se reúnen, sin dadas varias a la vez; 2.°, se les afeita la cabeza; 3.°, per-
armas; 2. o) se embadurnan de arcilla blanca y durante dos manecen en su casa hasta que la herida haya cicatrizado;
o tres meses corren de kraal en kraal; 3.°, se les rasura la 4.°, se ciñen la cabeza con hierbas, entre las que clavan
cabeza, a continuación se mata un buey o un carnero; 4.°, una pluma de avestruz, y se embadurnan el rostro con ar-
al día siguiente van a cortar cada uno un árbol (aspara- cilla blanca; 5.", todas las mujeres del kraal participan en
gus, sp.) que las muchachas plantan ante la choza de cada una comida en común; 6.°, inmediatamente después, el
candidato; 5.°, al día siguiente se exponen al aire frío y se novio paga lo que aún adeuda de la dote y el matrimonio
lavan con agua fría (para insensibilizarse, Merker); 6.°, el tiene lugar en seguida?". De donde se deduce que las cere-
encargado de la operación corta el prepucio, colocando monias en cuestión, aunque sean independientes de la
sobre el lecho de cada joven la piel de buey que contiene pubertad, tienen al menos un carácter sexual, puesto que
la sangre derramada; 7.°, permanecen encerrados cuatro mediante su matrimonio se agregan los circuncisos a la
días; 8.°, luego salen e incordian a las chicas, y se visten sociedad sexual adulta. Obsérvese que cuando además
con frecuencia de mujeres; se retocan el rostro con arcilla la operación tiene como fin el matrimonio, ello ocurre
blanca: 9.°, se tiñen la cabeza con pajarillos y plumas de en la medida en que éste es una institución social, pero no
avestruz; una vez curados, se les afeita y, a partir del mo- como unión de sexos. Pues antes de la circuncisión, y a

67. !vlFRKER, ibídem, pp. 60-61. 69. Ibídem, pp. 296-299.


68. A. Hor.r.ts, The Masai, Oxford, 1905, pp. 294-295. 70. MERK.ER, loe.cit., pp. 60-66.
128 LOSRITOS DE PASO
6. LOS RITOS DF rNlC1M~J()N 129

partir de una edad que Merker no indica, las jovencitas clusión; se le enseñan los tabúes relativos al período de
viven en el kraal de los jóvenes guerreros (primera clase las reglas; 3.', chituumbu; conjunto de ritos del primer
de edad), teniendo cada una su o sus amantes, con la embarazo; el quinto mes se le afeita el pelo; el sexto, reclu-
condición absolutamente estricta de no quedar ernbara- sión; instrucción en las cosas de la maternidad yen los ta-
zadas". búes de las mujeres encintas; 4.\ wamwana: primer par-
La siguiente clase de edad para las chicas es la de las to; el derecho a reanudar las relaciones sexuales sólo le es
mujeres casadas; el pelo gris y la menopausia marcan la concedido al marido, tras pedírselo al jefe del poblado,
última clase de edad. Los varones han sido primero mo- cuando el niño puede sentarse o cuando tiene seis o siete
zos (aijoni), luego candidatos (siboli), durante dos años, meses. En todas estas ceremonias, la solidaridad sexual se
como guerreros, son novicios o aprendices (barnoti), expresa muy claramente". Se puede apreciar la extensión
convirtiéndose tras este período en guerreros propia- que alcanzan entre los wayao los «ritos de iniciación».
mente dichos (moráni). Siguen siéndolo hasta los vein- Entre algunos amerindios (arapaho", etc.), el paso de
tiocho o treinta años; luego se casan y se hacen adultos una clase a otra comporta un ritual de aspecto más mági-
(moruo)72. Como se ve, las ceremonias del matrimonio co-religioso, pero en la mayoría de los pueblos en que
tienen aquí, como en otros muchos pueblos, el carácter existen clases de edad son las proezas en la guerra o en ra-
de un rito de paso de una clase de edad a otra. zias, o también dones de todo tipo y el ofrecimiento de
No puedo dejar de referirme también a los ritos de los festines, lo que determina el progreso, sin que la edad en-
wayao, porque participan a la vez de los ritos de clases de tre nunca en juego de modo muy estricto.
edad y de los ritos de etapas y márgenes sucesivos del tipo
de los hallados, por ejemplo, entre los toda de la India. El
unyago de las muchachas wayao se divide en cuatro eta- Misterios antiguos
pas: 1.", chiputu; de la edad de siete, ocho o nueve años
hasta la primera menstruación; reclusión, instrucción de Paso a continuación a los ritos de entrada en el cristianis-
tipo sexual, deformación sistemática de los labios vagi- mo, el Islam y los misterios antiguos, por más que estos
nales de las pequeñas hasta siete centímetros de longitud últimos pertenezcan a la misma categoría que las frater-
e incluso más, danzas eróticas, etc.; se casa a la niña; 2.a , nidades mágico- religiosas de los indios pueblo. Pero el
matengusi; fiesta de la primera menstruación; durante el cristiano ha recibido tantos préstamos de los misterios
chiputu, la muchacha ha contraído matrimonio, pero a egipcios, sirios, asiáticos y griegos que resulta difícil
partir de las primeras reglas abandona a su marido; re-
73. K. WEULE, Wissenschaftliche Ergebnisse meiner ethnographischen
71. Ibídem, p. 83.
Forschungsreise in den Sudosten Ostafrikas, Berlín, 1908, Mitteil.
72. Ibídem. pp. 66-67; remito al libro de Merker para los detalles: casar-
Deutsch. Sehutzgeb. Ergánz.-Heft, núm. 1,4.", pp. 31-34.
se, entre los massai, supone cambiar de arriba abajo la manera de vivir, 74. Cf A. 1. KROEBER, «The Arapaho,),Bull. Am. Mus. Nat. Híst., Nue-
de modo muy distinto a como ocurre entre nosotros. va York, t. XVIIl (1904), pp. 156-158.
130 LOS RITOS DE PASO 6. LOSRIT05DEI!'óICIACION 131

comprender aquél sin tener en cuenta éstos. La finalidad El objeto principal de este libro es precisamente reaccio-
económica, bien especialmente agraria, bien económica nar contra el procedimiento «folclorista» o «antropoló-
general (multiplicación de todos los medios de subsisten- gico», consistente en extraer de una secuencia diversos
cia y de vida, animales, vegetales, fecundidad de la tierra, ritos, bien sean positivos o negativos, y considerarlos ais-
irrigación, etc., curso regular de los astros divinos que ladamente, privándoles así de su principal razón de ser y
condiciona la vida general), de los misterios antiguos de su situación lógica en el mecanismo de conjunto.
(Osiris, Isís, Adonis y Diosa siria, Atis, Dionisos, e inclu- Miss Harrison'" entiende por «misterio»: «un rito en el
so orfismo, etc.), ha quedado establecida por las investi- que se exhiben ciertos sacra que sólo puede ver aquel
gaciones de Mannhardt?", J. G. Frazer'", S. Reinach", adorador que haya experimentado una cierta purifica-
miss Harrison?", Goblet d'Alviella?", Fr. Cumont'", etc. ción», Yo entiendo por «misterios»: el conjunto de cere-
Pero los ritos que constituyen estas ceremonias sólo han moniasque, al hacerpasaral neófitodel mundo profanoal
sido bien estudiados en tanto que ritos simpáticos de mundo sagrado, leponen en comunicación directa, conti-
multiplicación o de fecundación y de coerción sobre el nua y definitiva con este último. La exhibición de los sa-
mecanismo cósmico y terrestre. cra, tanto en Eleusis corno en Australia (churinga, rombo
Sus secuencias, en cambio, apenas han sido examina- sagrado) o en América (máscaras, espigas sagradas, kat-
das'", cuando el estudio de ciertos rituales modernos co- cinas, etc.), es el rito culminante, pero no constituye por
nocidos con todo detalle (Australia, indios pueblo),así sí sola los «misterios». He aquí la secuencia de los ritos de
corno el de los documentos ritológicos antiguos (Egipto, iniciación en Eleusis 83: 1.0 ) se reúne a los candidatos, yel
India), prueba que el orden en que los ritos se suceden y hierofante, mediante una prohibición (tabú), coloca
deben ejecutarse es ya por sí mismo (en sus líneas prin-
cipales siempre, y a veces hasta en los menores detalles) 82. Loc.cit., p. 151.
un elemento mágico- religioso de esencial importancia. 83. Para los misterios de Eleusis he utilizado el ya citado libro de miss
Harrison; también: P. FOUCART, Recherches sur l'origineet la nature des
mysteresd'Eleusis: 1,«Le culte de Dionyssos en Attique», París, 1895, y
75. W. MANNHARD1; Wald und Feldkutte, 2." ed., Berlín, 1904. 11,«Les grands mysteres d'Bleusis», París, 1900, GOBLET n'ALvIELLA,
76. J. G. FRAZER, The Golden Boughy Adonis, Atis, Oeirís, 2. a ed., Lon- «De quelques problemes relatifs aux mysteres d'Eleusis», Rev. de l'hist.
dres, 1907. des Re/., 1902, t. XLVI, pp. 173-203 Y339- 362; 1903, t. XLVlI, pp. 1-33 Y
77. S. REINACH, Cultes, mythes et religions, 3 vols., 1906-1908; d. sobre 141-173; dejo de lado, en Cuanto carentes de toda relación con la inicia-
todo t. 1, pp. 85-122. ción propiamente dicha, las ceremonias de los 13 (partida de los efebos
78. Miss HARRISON, Prolegomenato the study ofgreek reíigion, Cam- hacia Eleusis) y 14 (porte de los sacra -hiera- a Atenas) Boédromion.
bridge, 1903. Como se sabe, el conocimiento de los ritos, la dirección de las ceremo-
79. GOBLET O'ALVIELLA, Revuede l'hist. des religíons, 1902 y 1903. nias, la protección de los sacra, etc., estaban reservados a ciertas fami-
80. Fr. CUMONT, Lesreligionsorientales dans lepaganisme romaín, Pa- lias (Bumolpidas, etc.): del mismo modo, en Australia, entre los pueblo,
rís, 1907. etcétera, los que «poseen los misterios» son determinados clanes (teté-
81. Miss HARRISON, loe. cít; p. 155, escribe incluso: «[el orden exacto micos o no). Sobre los instructores (mistagogos) cf. FOUCART, íoc. cit.,
de los diversos ritos de iniciación es ciertamente de poca importancia! », páginas 93-95.
132 LOS RITOS DE PASO 6. LOSRITOSDEINIClAClt)K 133

aparte a todos los que tienen impuras las manos y hablan nes a lo largo del camino: en el barrio de la Higuera sa-
de manera ininteligibles"; esta elección se registra tam- grada, en el palacio de Crocon (azafrán), en los dominios
bién en África, durante la iniciación a las sociedades se- de Raria (suelo sagrado), en el pozo Callichoros, en la
cretas, estando encargado de ella un sacerdote mago; 2.°, piedra de Deméter, etc., estaciones todas ellas que tienen
se introducía a estos neófitos en el Eleusinion y se sacrali- un carácter agrarío'", 7.°, entrada al interior del recinto,
zaban, al penetrar en el recinto, con un jarrón de agua sa- cuyos elevados muros tenían por objeto, como en Atenas,
grada situado junto a la puerta (ef. nuestras pilas de agua ocultar a los profanos lo que ocurría en el mundo sagra-
bendita); 3.°, ¡Alademysthai!: se lleva (¡corriendo?) a los do; la prohibición de entrar afectaba al temenos completo
neófitos al borde del mar; esta carrera recibe el nombre y tenía por sanción la muerte, al menos los días de miste-
de elasis, expulsión o destierro, sentido que vuelve a ha- rios. En cuanto a lo que venía después, carecemos de in-
llarse quizá en pompe": hasta ahora se ha interpretado formación sobre los detalles de las ceremonias. Se sabe al
este rito como un «alejamiento de las malas influencias, o menos que la iniciación comportaba'": a) un viaje a tra-
de los demonios, o del mal»; yo lo considero un rito de se- vés de una sala dividida en compartimentos sombríos,
paración del profano de su vida anterior, rito preliminar cada uno de los cuales representaba una región de los in-
reforzado por el siguiente; 4.°, baño en el mar; éste es un fiernos; la ascensión de una escalera; la llegada a regiones
rito de purificación; lo que se somete a lavado es la cuali- vivamente iluminadas y la entrada en el megaron con ex-
dad de profano e impuro del neófito; cada neófito llevaba hibición de los sacra"; b) una representación del rapto de
un cerdo al que bañaba al mismo tiempo que a sí mismo, Coré, con elementos desconocidos por los profanos y no
rito que recuerda un gran número de ritos melanesios'"; incluidos en la leyenda difundida entre el vulgo. Esta par-
5.°, retorno al Eleusinion y sacrificio, ceremonia que te responde exactamente a las representaciones de los ac-
clausura el primer acto. Los mystos que habían tomado tos de los antepasados del Alcheringa en ciertas ceremo-
parte en las ceremonias de los 15y 16 Boédromion y reci- nias australianas. La primera parte es asimismo casi
bido la instrucción en los pequeños misterios, los neófi- universal: los novicios, muertos ya para el mundo profa-
tos, no aparecían ya en público tras la carrera al mar y el no, recorren el Hades y renacen después, pero al mundo
sacrificio, sino que esperaban en retiro (tabúes alimenti- sagrado 90; 8. o, luego venían ritos de todo tipo, cánticos,
cios, etc.) la partida para Eleusis; 6.°,19-20 Boédromion,
procesión de Atenas a Eleusis (20 km), transportando sa-
87. Cf. sobre estas dos primeras estaciones, S. REINACH, loe. cít., 1. III,
cra y a Yaco hasta el Eleusinion, con numerosas estacio- páginas 102-104.
88. Cf. FOUCART, loe.cit., 1, pp. 43-74, Y11,pp. 137-139.
84. Cf. FOUCART, loe.cit., 1, pp. 31-33, Y11,pp. 110-111; GOBLET V'AL- 89. Sobre estos sacra y su carácter, véase HARRISON, loe. cit., pp. 158
VIELLA, loe.cit., pp. 354-355. 161.
85. HARRISON, loe.cit., p. 152, YS, REINACH, loe.cit., t. 11,pp. 347-362. 90. Por eso decía Plutarco: «iniciarse es morir»; en cambio, la inicia-
86. Cf.los trabajos citados de W. Bilis, Codrington, etc., y para Demé- ción a los misterios órficos era «un matrimonio sagrado» o un «naci-
ter-Cerda, GOBLET D'ALVIELLA, loe.cit., pp. 189-190. miento sagrado».
134 LOS RITOS DE PASO 6 LOS RlTOSDE INICIACION 135

danzas, procesiones, sobre los que no se tienen informa- La misma idea late también en los ritos de iniciación al
ciones precisas?'. culto de Atis. Recordemos en primer lugar que Atis, Ado-
Como se ve, la iniciación a los misterios de Eleusis res- nis y las divinidades de la vegetación en general mueren
ponde a grandes rasgos, en cuanto a la secuencia de los en otoño y renacen en primavera, y que las ceremonias
ritos, a ceremonias de la misma categoría que las ya exa- de su culto comportan: 1.0, la representación dramáti-
minadas. Esta misma secuencia la hallamos de nuevo ca de esa muerte, con tabúes funerarios (luto, etc.), la-
igualmente, junto a la dramatización de la muerte y rena- mentaciones; 2.°) el período de margen, con paralización
cimiento del novicio, en la iniciación al orfismo, a las so- de la vida ordinaria; 3.°, la resurrección, o más bien el re-
ciedades religiosas tracias, de Dionisos, de Mitra'" (ini- nacimiento. Así lo han establecido del modo más minu-
ciación por etapas), de Atis, de Adonis, de Isis, etc. La cioso Mannhardt, Frazer?" y sus discípulos, pero no han
iniciación a la «fraternidad isíaca» es bastante conocida, visto que estos conjuntos ceremoniales son conjuntos de
y «el paso por los elementos» de que habla Apuleyo ex- ritos de paso simultáneamente cósmico, religioso y eco-
presa, mejor aún que el viaje por el Hades'", la idea de nómico, que no constituyen más que una fracción de una
muerte del neófito, puesto que se admitía incluso, al pa- categoría mucho más amplia, cuya delimitación tiene por
recer, que se descomponía para a continuación recompo- objeto el presente libro. Así lo patentiza el hecho de que la
nerse y formar un individuo nuevo. muerte, el margen y la resurrección sean también ele-
mentos de las ceremonias del embarazo, del parto, de la
91. Por supuesto, la teoría de M. Foucart sobre el origen egipcio de los iniciación a sociedades sin finalidad agraria, de los es-
misterios de Eleusis no me parece admisible ni para el conjunto ni ponsales, del matrimonio y de los funerales", Dado que
para los detalles: lo que condiciona las semejanzas que M. Foucart in- Atis muere y luego renace, se concibe que los ritos de ini-
terpreta como préstamos no es sino la necesidad de expresar mediante
actos las ideas de paso de un estado a otro; ¿y cómo explicar la exacta ciación hagan también morir y renacer a su futuro adora-
similitud de los ritos griegos, egipcios o asiáticos con los de los austra- dor: 1.0, ayuna, es decir, hace que la impureza profana
lianos, los negros bantúes o guineanos y los indios de América del salga de su cuerpo; 2.°, come y bebe en los sacra (tambor
Norte?
y címbalo); 3.°, tras descender a una fosa, recibe sobre
92. Cf. sobre la iniciación a los siete grados y el paso sucesivo del alma
del neófito a través de las siete esferas planetarias, las referencias y la todo su cuerpo la sangre de un toro sacrificado encima de
discusión de CUMONT, loe.cit., Pp- 299-300y 310. él?" y sale luego de la fosa, rojo de pies a cabeza; 4.°, du-
93. Sobre estos viajes al país de los muertos, d. 1. DE FHICE, L'Autre rante varios días se le alimenta sólo con leche) como a un
monde, mythes et légendes, lepurgatoirede saint Patrice, París, 1906, que
no ha visto, sin embargo, que estos mitos y leyendas pueden, en algunos
casos, no ser sino los residuos orales de ritos de iniciación; pues no hay 94. J. G. FRAzER, Adonis, Atis, Osiris, 2.a ed., pp. 229-230.
que olvidar que, en las ceremonias de iniciación sobre todo, los ancia- 95. Véase más adelante, en el capítulo 9.
nos, instructores, jefes de ceremonias, etc., relatan lo que otros miem- 96. Carezco de espacio para discutir el tauróbolo y el crióbolo; pero me
bros de la «sociedad» ejecutan, cf., entre otros, mis Mythes et légendes parece que no se puede admitir ninguna de las interpretaciones pro-
d'Australie, cap. IX, «Mythe et Rite». Para la teoría general, véase el ca- puestas hasta ahora, dados ciertos paralelos semicivilizados y lo que
pítulo 8 del presente volumen. aquí se dice de los ritos de paso.
136 WS RITOS DE PASO 6. LOS RITOS DE INICIACIÓN 137

recién nacido. Me parece por consiguiente que el rito san- gunos semicivilizados, sino animistas'", como entre cier-
griento, en el que se ve por lo general un bautismo en el tos negros yamerindios; el primer rito es un rito de sepa-
sentido cristiano de la palabra, en cuanto rito de remi- ración; el segundo separa y agrega a la vez y equivale al
sión de los pecados (prestando crédito a informadores, marcado «J'PPO(Y~) de los misterios griegos y del cristia-
después de todo bastante recientes, como Clemente de nismo primitivo'": el tercer rito es un rito de agregación,
Alejandría, Firmicus Maternus, etc.), tenía originaria- en virtud sobre todo de la oración que le acompaña 100,
mente un sentido directo y material: el neófito salía en- Luego viene el período de margen: el catecúmeno, del
sangrentado de la fosa como el recién nacido sale ensan- mismo modo que el iniciado a los pequeños misterios,
grentado del cuerpo materno. puede asistir a las asambleas religiosas, tiene un lugar es-
pecial en la iglesia, pero debe retirarse antes del comienzo
de los verdaderos misterios (misa). Se le sometía periódi-
Religiones universalistas: el bautísmo camente a exorcismos con objeto de separarle cada vez
más del mundo no cristiano; se le instruía progresiva-
Bajo el influjo de cultos tanto asiáticos como griegos y mente, se le «abrían los oídos». Después de un último
egipcios, la comunidad de los cristianos, inicialmente exorcismo venía el effeta: el sacerdote, tras humedecer su
uniforme, se repartió poco a poco en clases correspon- dedo con saliva, tocaba la parte alta del labio superior y
dientes a los grados de los misterios'"; los ritos de admi- las orejas de cada catecúmeno; los candidatos se desnu-
sión se complicaron poco a poco y fueron sistematizados daban, se les ungía la espalda y el pecho con aceite consa-
en el ordo baptismi (comienzos del siglo XI) y en el ma- gradolOl) renunciaban a Satán, juraban su compromiso
nual sacramental de Gelasio. Gracias a la rápida difusión con Cristo y recitaban el Credo. Acaba con ello el período
del cristianismo, pronto llegó el momento en que no de margen, que comprende a la vez ritos de separación y
hubo más que niños para bautizar; pero el ritual conser- ritos preparatorios para la agregación; la duración de este
vó durante mucho tiempo numerosos rasgos que sólo período no estaba limitada; se podía permanecer en él
convienen a un bautismo de adultos. Es éste, por tanto, el hasta la víspera de la muerte. Luego venían los ritos de
que aquí examinaré. El primer grado era el de los catecú- agregación propiamente dichos. Se bendecía el agua'!",
menos; la entrada a este grado incluía: 1.°, la exsuflación,
con una fórmula de exorcismo; 2.o) el signo de la cruz so- 98. Cf sobre los orígenes de estos ritos animistas, HATCH, loe. cu., pá-
gina 20, nota 1, y S. REINACH, loe.cit., t. 1I, pp. 359-361 (abrenuntiatio).
bre la frente; 3.°, la administración de sal exorcizada. 99. Véase HATCH, loe. cit., p. 295 Ynota.
Como se ve, estos ritos no son ya directos como entre al- 100. DUCHENE, loe.cit., pp. 296-297.
101, Cf. el rito pueblo, citado más arriba, pp. 117-118, Yla secuencia en
97. Véanse los trabajos citados de Goblet d'Alviella, S. Reinach y Cu- la extremaunción, que es un rito de paso del mundo de los vivos cristia-
mont; también E, HATCH, The influence ofgreek ideas and usages upon nos al de los muertos cristianos.
the Christian Church (Hibbert Lectures, 1888), Londres, 1904, y 102. Véase DUCHtNE, loe.cít., pp. 311, 321, y DlETERICH,Mutter Erde,
DUCHtNE, Lesoriginesdu culte chrérien, 3. a ed., 1902. páginas 114-115, cuya interpretación sexual directa debe completarse
138 LOS RITOSDE PASO 6. LOSRITOSDEINIC¡ACIO~ 139

se rociaba con ella al catecúmeno y éste era así regenera- los misterios griegos e indicaba en todo caso que los
tus, reconcebido, según los propios términos de la oración «muertos» habían nacido a la luz del «verdadero día».
pronunciada durante el rito siguiente'?", Los bautizados Tal es el escenario del ritual romano; las mismas ideas
se quitaban sus vestidos para ponerse otros blancos con y la misma secuencia las volvemos a hallar en el ritual ga-
ayuda de sus padrinos y madrinas'?', Se agrupaban ante licano. No hay que olvidar, sin embargo, que toda esta sis-
el obispo, que los «marcaba» con el signo de la cruz, rito tematización del ritual del bautismo es relativamente re-
evidente de apropiación por la divinidad 105 y de agrega- ciente y que en los primeros siglos los ritos eran menos
ción a la comunidad de los fieles. Sólo entonces se admi- numerosos y menos complicados. Ha habido una pode-
tía a los neófitos a la comunión. Tras lo cual se les hacía rosa influencia del gnosticismo, que poseía también gra-
beber una bebida consagrada unos momentos antes, he- dos y ritos de iniciaciones sucesivas que entran en nues-
cha de miel, agua y leche, que Usener ha relacionado tro esquema de los ritos de paso'?", El bautismo cristiano
-equivocadamente según Duchéne- con los misterios de primitivo comprendía: 1.°, un ayuno; 2.0, una inmersión
Dionisos, y a propósito de la cual hay que destacar sobre o una aspersión de agua consagrada. Por lo demás, según
todo lo siguiente: era y es aún en muchas zonas rurales de los lugares y las épocas, se han ido añadiendo a la secuen-
Europa la bebida que se da a los recién nacidos, sin duda cia fundamental todo tipo de ritos de detalle (de purifica-
antes de la subida de la leche materna. El «renacimiento» ción, de exorcización, ete.) bajo el influjo de creencias y
lo marcaba finalmente una procesión de los bautizados, prácticas locales.
llevando cirios encendidos; la Gran Luz recordaba la de Tampoco sería nada difícil mostrar cómo el ritual de la
misa está constituido por una secuencia de ritos de sepa-
con lo siguiente: los catecúmenos, igual que el niño brahmán, están ración, de margen y de agregación; lo único que distin-
muertos y deben ser concebidos de nuevo. Obsérvese que en las más an-
tiguas iglesias cristianas, el baptisterio se hallaba en el exterior de la gue teóricamente la iniciación y la misa es que ésta es una
iglesia, de suerte que hasta la Edad Media los catecúmenos, penitentes, iniciación periódicamente renovada, como lo es también
recién nacidos y nuevos bautizados debían permanecer en una región el sacrificio del soma en la India védica y en general los
liminar. Por lo demás, los templos de todos los pueblos tienen también
sacrificios que tienen por objeto asegurar el curso nor-
un patio, un vestíbulo, una puerta giratoria, que impiden el paso brusco
de lo profano a lo sagrado. mal de las cosas a la vez cósmicas y humanas.
103. Elverbo regenerare debe tomarse en sentido literal. Como es sabido, la admisión al Islam se realiza me-
104. En las preguntas hechas al padrino y a la madrina, y en sus res- diante la circuncisión y el recitado de la fatiha; sin em-
puestas, es donde mejor se indica el destino primario de todo este ri-
tual; compárese, desde este punto de vista, el ritual ortodoxo y las prác-
bargo, un estudio detallado, tanto de relatos de notoria
ticas de los eslavos modernos. Carezco de espacio para un estudio del conversión como de las variaciones del ritual de la cir-
parentesco especial creado por el padrinazgo en los ritos de iniciación, cuncisión en los diversos pueblos musulmanes, haría ver
tanto semicivilizados como cristianos. que allí donde se registra tendencia a un desarrollo ri-
105. Cf. sobre el paso de la condición humana a la condición divina,
FARNELL, Evolution ofReligion, Londres, 1905, p. 49; S. REINACH, loe.
cit.,t.I,p.12í. 106. Cf., entre otros, GOBLET O'ALVIELI.A, loe. cu., pp. 145-146.
140 LOSRITOS DE PASO 6. LOS RITOS DE INICIACIÓN 141

tual, por ejemplo en Asia Menor, en el Cáucaso, en Asia cilmente accesibles'?", y citaré la de la entrada a la secta de
Central, en la India, se distingue igualmente el esquema los sij ¡lO: se consagra, con oraciones, agua azucarada que
tripartito aquí destacado. se remueve con un pequeño puñal; se arroja esa agua a la
Volvemos a hallar también la misma secuencia en el cabeza y los ojos del neófito, que bebe lo que puede; luego
momento del paso de una religión a otra, consistiendo come, con los consagradores. una clase especial de «paté»:
entonces el rito de separación en la abjuración-'". En el «esto regenera al neófito», que, en respuesta a las cuestio-
ritual cristiano de la penitencia, por ejemplo, se conside- nes planteadas, debe decir, cualquiera que sea su naciona-
raba al penitente en el momento de volver a la religión lidad, que ha nacido en Patna, que vive en Aliwalia, lugar
primitiva como un cristiano que había perdido, por una de nacimiento y domicilio del gurú Govind Singh, y que
ti otra razón, su iniciación y se esforzaba por recuperarla; es el hijo de Govind Singh, el último de los Diez gurúes de
la instrucción religiosa y los exámenes eran sustituidos los sij, En las ceremonias de iniciación a la secta chamar
por «ejercicios ascéticos»: no casarse, romper un matri- del Sinnáráyani, hay un noviciado de cinco días; luego el
monio ya concertado, dimitir de sus funciones. austeri- neófito lava el dedo gordo del pie del gurú, se bebe el agua
dad alimenticia y suntuaria; en reurnen, se «separaba» y reparte pasteles entre los miembros de la cofradía; ade-
mucho más del mundo profano al penitente que al cate- más se quema alcanfor!", etc.
cúmeno; la penitencia terminaba con una imposición de La iniciación a las cofradías musulmanas recibe en Ma-
manos del obispo, con una confesión pública del peni- rruecos el nombre de ouird -descenso al abrevadero, acto
tente que, a continuación, debía ponerse de luto o retirar- de apagar la sed-, yel acto de beber o ingurgitar un líquido,
se a un convento, y con la ceremonia de reagregación a la o de recibirlo en la boca, es en efecto el rito de agregación
comunidad de los fieles, que incluía una amonestación, principal: para afiliarse a la orden de los aissaua, el neófito
una plegaria de «reconciliación» y, en España, la ceremo- abre mucho la boca y por tres veces el jefe de ceremonias le
nia de la indulgentia'?". . cen tal
escupe en la garganta; a este nto r se anañad en o t ros ll2 .

109. cr, entre otros, OLDENBERG, Le Bouddah, sa vie, sa doctrine, sa


Cofradías religiosas communaute, París, 2. a ed., 1902; sobre los ritos de iniciación a la secta
budista china, llamada Lung-hwa, d. DE GROOT,Sectarianism and reii-
gious persecution in China, t. 1,Ámsterdam, 1903, pp. 204-220.
Paso a continuación a los ritos de iniciación a las cofradías
110. J. C. OMAN, Cults, customs, superstitions oflndia, Londres, 1908,
religiosas. Dejaré de lado las ceremonias de entrada a las página 95.
cofradías budistas, sobre las que los documentos son fá- 111. Ceneus oflndia 1901, Ethnographical appendices, Calcuta, 1903,
páginas 173-174. Un gurú es una especie de sacerdote, de director de
107. Sobre el ritual de la abjuración del Islam, véase MONTET, en la Rev. conciencia y de moral, de confesor; recuérdese que no hay clero organi-
de I'Hist. des Re!., 1906, t. LIII, pp. 145-163, YEBERSOLD, ibid., t. LIV, pá- zado y jerarquizado en la India.
ginas 230-231. 112. CL MONTET, «Lesconfréries religieuses de l'lslam rnarocain», Rev.
108. DUCH.f:NE, Les origines du culte chrétien, 3.a ed., 434-445. de l'Hist. des Rel., 1902, t. XLV, p. 11; cf. también DouTTÉ, Merrákech,
142 143
LOS RITOS DE PASO 6. LOSRlTOSDE]}<ICIAUÓN

El ahd, o rito de iniciación, es, según Lane, aproxima- para empezar, la secuencia en la consagración de las vír-
damente el mismo para las diversas cofradías de El Cairo: genes católicas, según el Pontifical Romano"!": 1.0, las
el novicio se sienta en tierra frente al jerife y se dan la vírgenes acuden revestidas con el hábito del noviciado,
mano derecha, levantando los pulgares y apretándolos «sin velos, ni mantos, ni capuchones»; 2.°, encienden sus
uno contra otro bajo la manga del jerife, que recubre sus cirios y se arrodillan de dos en dos; 3.°, por tres veces el
manos, mientras el novicio repite tras el jerife ciertas fór- pontífice les dice: venid, y ellas se acercan a él en tres eta-
mulas sagradas un número determinado de veces. Luego, pas; 4.°, se ponen de pie en círculo y a continuación van
el nuevo iniciado besa la mano del jerife. Estos ritos son de una en una a prometerle la consagración de su virgini-
idénticos a los del contrato de matrimonio, salvo en que dad; 5.°, él les pregunta si aceptan «ser bendecidas, con-
las manos del novio y del representante de la novia están sagradas y unidas como esposas de N. S. Jesucristo»: «Lo
cubiertas por un pañuelo, las fórmulas SOn jurídicas y el deseamos»; 6.°, el obispo canta el VeniCreator spiritus y
novio sólo besa las manos de los asistentes si es de condi- bendice los futuros hábitos de las vírgenes; 7.°, se quitan
ción social inferior'!". sus vestidos habituales y se revisten con los otros; 8.°, el
En las ceremonias católicas de afiliación a una orden obispo bendice los velos'!", luego los anillos, luego las co-
religiosa hay siempre una parte que permanece fija de ronas; 9.°, las vírgenes cantan: «He despreciado el reino
una vez por todas conforme al ritual, sea romano, sea ga- del mundo y todo el ornamento del siglo [...] mi corazón
licano, etc., y una parte que varía con la orden religiosa. ya no se contiene, es al rey a quien me he consagrado. A
Así, por ejemplo, la entrada a los carmelitas comporta ri- Él, a quien he visto»; l O.", el pontífice reza, luego recita el
tos funerarios seguidos de ritos de resurrección. vere dignum...; vuelve a ponerse su mitra y dice: «Ven,
alma querida, tú serás mi trono; el rey ha buscado tu
unión»: 11.°, ellas se adelantan de dos en dos, se arrodi-
Vírgenes y prostitutassagradas llan, y «el pontífice coloca el velo sobre la cabeza de cada
una, lo hace descender sobre los hombros y sobre el pe-
Las vírgenes y prostitutas sagradas, para acceder a su cho y lo adelanta hasta los ojos, diciendo: "Recibid el velo
nueva situación, se someten también a ceremonias cons- sagrado como prueba de que habéis despreciado el mun-
truidas siguiendo el esquema de los ritos de paso. Ésta es, do yde que [...] os habéis [...] constituido como la esposa
de Iesucristo?»: 12. o, estando todas tapadas por sus velos,
página 103, nota 3. Sobre la saliva como rito de agregación, S. HART-
LAND, Légen~ ofPerseus, t. 11,Pp- 258-276; pero escupir sobre alguien es 114. MIGNE, Encyclopédie théologique, t. XVII; BOISSONNET, Díction-
a veces también un nto de separación, NASSAU, Fetishism in West Afri- nairedes cérémonieset des ritessacres(l. JII), col. 539-563.
ca, Londres, 1904, p. 213, Y de expulsión de la comunidad: gitanos, 115. No hay descripción antigua de estos ritos; en cualquier caso, este
[ourn. Gypsy-loreSoc., n. ser., 1. n (1908), p.18S. velamiento no tiene nada que ver con el velo, sustituto de la piel de car-
113. E. W. LANE, Manners and customs ofthe modern Bgyptians, ed. de nero romana, con que se cubría a los esposos durante el matrimonio
1895,8.°, pp. 252-253 Y174-175.
cristiano primitivo.
144 LOSRIlOS DE PASO 6. LOSRrJ'OSDEIC'JIClAOON 145

él las llama: «Venid a celebrar vuestras bodas, etc.», y les te con una cinta de oro y la expone ante la gente sobre una
pone el anillo en el anular de su mano derecha diciendo: tabla. Durante el primer coito, se coloca inicialmente un
«Yo os uno, etc.»: 13.0 ) idéntica ceremonia con la corona; sable entre las dos personas durante algunos minutos,
14.o) cantos litúrgicos, oraciones, aleluya, comunión, rito nupcial muy difundido en la India. En resumen, las
bendición, y en el caso de los conventos en que las monjas ceremonias de consagración a la divinidad no difieren
tienen derecho a comenzar las horas canónicas y a leer el más que en pequeños detalles de las ceremonias nupcia-
oficio en la iglesia, entrega ritual del breviario; 15.°,final- les ordinarias; lo mismo ocurre entre los kaikólan tejedo-
mente, entrega de las vírgenes consagradas a la abadesa. res':". Mejor aún, en las ceremonias de consagración de
Las ideas traducidas a la práctica son: la separación del las basavi (prostitutas sagradas) del distrito de Bellary se
mundo profano por el cambio de hábito y el cubrirse con pone aliado de la novicia sentada una espada que repre-
un velo; la agregación al mundo divino mediante un ma- senta al novio ausente y que aquélla empuña con la mano
trimonio con Jesucristo (el anillo y la corona son también derecha tras diversos ritos, se levanta y va a depositar la
los objetos rituales del matrimonio secular). Hay que se- espada en el santuario del dios; si se trata de una bailarina
ñalar que aquí los ritos de separación finalizan el período sagrada, el novio es sustituido por un tambor ante el que
de margen (noviciado), que está marcado por una se- aquélla se inclina. Las basavi llevan atado el táli Ytienen
mirreclusión; la reclusión completa sigue a la consagra- tatuados el tchakra (disco ahuecado en el centro) y una
ción, y tanto el noviciado como la consagración están concha (turbinellarapa):":
señalados también por una separación material (conven-
to, reja, etc.) del mundo profano.
Estamos mal informados sobre el ritual de consagra- Clases, castasy profesiones
ción de las prostitutas sagradas de la antigüedad 116. Cita-
ré en consecuencia algunos ritos hindúes. En la casta de Por más que la pertenencia a esta o aquella casta o clase
los kaikólan músicos, de Coimbatore, al menos una chi- social sea hereditaria, como lo es la pertenencia a los di-
ca de cada familia debe ser consagrada al servicio del versos grupos totémicos, mágico-religiosos, etc., es raro
templo como bailarina, música y prostituta. La primera que se considere al niño como un miembro propiamente
serie de ceremonias equivale a los esponsales, y la segun- dicho, «completo», desda su nacimiento. A una edad va-
daserie, al matrimonio: un brahmán le ata el táli (equiva- riable según los pueblos, le es preciso agregarse mediante
lente de nuestro anillo) alrededor del cuello como en los ceremonias que se distinguen de las anteriormente estu-
esponsales y el matrimonio; el tío materno le ciñe la fren- diadas en que el elemento mágico-religioso es en ellas
116. Aquí no me ocupo de la prostitución sagrada temporal (Mylitta,
Heliópolis, Anauis): cf. H. S. HARTtAND, At the temple of Mylitta, 117. E. THuRsToN, Ethnographie notes in Southern India, Madrás,
Anthropological Essays, presented to E.- B. 'Iylor, Oxford, 1907, pp. 189- 1906, pp. 29-30.
902. 118. Ibídem, p. 40;cf. también p. 41.
146 LOSRITOS DE PASO 6. LOSIOTOSDEINICIACIÚN 147

menor, siendo por el contrario de mayor importancia el noviciado), en el Japón, ete. Las señales exteriores son
elemento político-jurídico y social general. Entre los le- aquí los blasones, a los que corresponden la representa-
kugnen, de la Columbia británica 119, hay cuatro clases: ción del tótem en el caso de las clases totémicas, y las es-
clase de los jefes (hereditaria), de los nobles (hereditaria), carificaciones, tatuajes, etc., en el caso de las clases de
de los plebeyos y de los esclavos; hay endogamia de clase edad y sociedades secretas. La imposición del blasón es
y un rígido protocolo en la vida cotidiana (lugar en la claramente, como la de la marca totérnica, etc., un rito de
mesa, ete.). La pertenencia a esta o aquella clase viene in- agregación del mismo tipo que la «marca» de los miste-
dicada por el nombre; de ahí la ceremonia de la denomi- rios: sólo las formas varían según los pueblos y el género
nación, posterior siempre a las ceremonias de la puber- de grupo restricto':".
tad. El padre organiza un gran festín; una vez reunidos La pertenencia a la casta es, por definición, heredita-
todos los invitados, lleva a su hijo, acompañado por los ria; además, cada casta está especializada profesional-
padrinos, al tejado de la casa (cuyo interior está excavado mente y tiene su lugar asignado en una jerarquía preci-
en el suelo); luego canta y baila uno de los cánticos y dan- sa 121. Así pues, la agregacion a la casta sólo se presenta en
zas de la familia. Después viene una distribución de rega- condiciones definidas: l. o) agregación del niño; estas ce-
los en nombre de los antepasados. El padre solicita a una remonias pertenecen a la categoría de las ceremonias
cuarentena de miembros de la alta nobleza que sirvan de de la infancia estudiadas en el capítulo 5. Por supuesto,
testigos. Dos jefes de edad avanzada se adelantan, dejan- la utilización ritual de los instrumentos especiales de la
do que el joven se sitúe entre ambos, y el más viejo pro- profesión adquiere aquí un lugar importante; no es ya,
clama en voz alta el nombre y los títulos del antepasado como en los pueblos sin castas, un rito simpático ordina-
escogido por el padre para su hijo; por lo general, son los rio, sino un verdadero rito de agregación del individuo
del abuelo. El consentimiento de los asistentes se expresa a una colectividad delimitada; 2.°, no se puede pasar
mediante aplausos y gritos. Nueva distribución de regalos de una casta inferior a una superior) sino solamente ir de
a los asistentes, y si el padre es rico, a los plebeyos llegados arriba abajo. De donde se sigue que los ritos de agrega-
a curiosear. A continuación viene la comida en común y ción) o bien se simplifican) o incluso giran: pues es a la
en adelante sólo se conocerá al joven por el nombreyel tí- casta inferior a la que se honra, no a los recién llegados.
tulo así adquiridos. Se trata, como puede verse, de una Por otra parte, ciertas castas, en algunas regiones de la
forma semicivilizada de ceremonias minuciosamente ela- India, son primariamente tribus; en este caso) los ritos de
boradas en otros muchos lugares, como en la Europa de la agregación parecen hacer abstracción de la valoración
Edad Media (cf. su semejanza con la vigilia de armas y el
120. Desarrollaré este punto en mis «Débuts du Blason» en prepara-
ción; cf. mientras tanto mi «Héraldisation de la marque de propriété»,
119. C. HIU- TOUT, «Report on the Ethnology of the South-Eastern París, Revue Héraldique, 1906.
Tribes ofVancouver-Island, British Columbia», Journ. Anthrop. Inst., 121. Sobre la teoría de las castas, consúltase: C. BOUGLÉ, Essais sur le
tomo XXXVII (1907), pp. 308-310. régime des castes, París, 1908.
148 tos RITOSDE PASO 6. LOSRITOSDEINICIAClÜ~ 149

basada en la casta, para conservar únicamente los carac- carácter especial. El aprendizaje, antaño, si no implicaba
teres de las ceremonias realizadas en lugares distintos a la una separación del medio anterior, terminaba con ritos
India para la agregación de un extranjero al clan o ala tri- de agregación (comida en común, etc.). Como es sabido,
bu 122; en fin, los ritos de separación desempeñan aquí un e! reclutamiento de las corporaciones estaba estricta-
importante papel, por más que e! elemento consciente y mente reglamentado. No obstante, no hay por qué pensar
voluntario pueda estar ausente; cada casta está separada que hoy en día han desaparecido todas las barreras en el
de las demás por tabúes, y basta tocar a un individuo de interior de las mismas profesiones u oficios, o entre los
una casta inferior, comer con él, o acostarse en su cama, o diversos oficios y profesiones. Los obstáculos opuestos al
entrar en su casa, para ser automáticamente expulsado de paso de uno a otro no tienen sin duda nada de ritual, pero
la propia casta sin que ello implique, por otra parte, la conviene, sin embargo, decir aquí algunas palabras, por-
agregación a la casta de! individuo al que se ha tocado. que esta forma nueva corresponde a tendencias que se
Ocurre con frecuencia en este caso, por ejemplo en Ben- expresan también en ritos de paso, aunque sobre otras
gala 123 , que el sin-casta se haga musulmán, al no admitir bases. Así, por ejemplo, e! ayudante (tanto e! pinche de
e! Islam, al menos en teoria yen algunas regiones de la In- herrero como e! peón de carpintero, etc.) tiende a seguir
dia, la jerarquía de las castas. Asimismo, en las cofradías siendo ayudante toda su vida, sin que pueda pasar, cua-
religiosas budistas verdaderas o en las «sectas» resultan- lesquiera que sean sus aptitudes personales y salvo oca-
tes del compromiso, en grados diversos, entre el hinduis- siones excepcionales (a veces por matrimonio), a la sec-
mo, e! brahmanismo, e! budismo y el Islam -como el ar- ción adyacente (herrero, carpintero, etc.). La forma
yasamadj, el sináráyani, etc.-, pueden entrar individuos aguda de esta tendencia se ha manifestado frecuente-
de todas las castas. mente en los Estados Unidos, en forma, por ejemplo, de
En fin, la entrada en las profesiones comportaba entre lucha entre los peones de albañil y los albañiles, que
nosotros ceremonias especiales, incluyendo algunos ri- prohibían a aquéllos servirse de los instrumentos propios
tos al menos de naturaleza religiosa, sobre todo cuando de éstos'>' (paleta, etc.). Como ha demostrado C. Corné-
las corporaciones coincidian con cofradias religiosas de lisscn!", esta distinción no depende de aptitudes perso-
nales (fuerza, destreza, etc.), sino más bien de una espe-
122. Para casos de este tipo (comida en común, rito de agregación ali- cie de presión tradicional que obliga al individuo a
mentaria especial), d. RISLEY, The tribes and castes ofBengal, Calcuta, progresar únicamente en el marco de la estrecha sección
1896, LlI, pp. 41, 49, etc. Recuérdese que la agregación a la casta puede
hacerse también mediante el matrimonio. En las tribus de los Nilghiri
en que ha debutado; se es aprendiz de peón-albañil o
Hills, las jóvenes cambian de casta en virtud del matrimonio; de ahí la aprendiz-albañil: y toda la vida ulterior depende de este
ceremonia llamada «el Tajo tribal»: las mujeres de la tribu preparan una
comida a la que invitan a la novia, apartándola así de su casta primitiva
y admitiéndola en la suya. 124. Bull. Bur. ofLabor, nov. 1906, Was., pp. 746-747.
123. Cf. A. VAN GENNEP, «Pourquoi on se fait musulman au Bengale», 125. C. CORNÉUSSEN, Théorie du salaire et du travaii salarié, Pa-
Revue des ldées del 15 de diciembre de 1908, pp. 549 Yss. rís, 1908, pp. 173-201.
150 LOSRITOSDE PASO 6. LOS RITOS DE lNIClACIÓl\ 151

primer paso. Pero en el interior de los ayudantes y de los aprender para actuar como brahmán. Dicho de otro
obreros o artesanos se pasa con bastante facilidad de una modo, en el interior del mundo sagrado en que vive el
categoría amplia a otra: de peón-albañil a ayudante de brahmán desde su nacimiento hay tres compartimentos:
cantero; de carpintero de armar a carpintero de muebles uno preliminar, hasta el upanayama (introducción ante
o ebanista. Por otra parte, si se examinan todos los nive- el preceptor); otro, liminar (noviciado); el último, postli-
les salariales teniendo en cuenta todos sus factores, se minar (sacerdocio). La sucesión de estos períodos es para
constata que oscilan entre dos extremos, mínimum y el brahmán idéntica a la que vive un hijo de rey semicivi-
máximum, y que también aquí existe un margen que se lizado: ambos evolucionan siempre en el interior del
trata de franquear antes que el individuo alcance la plena mundo sagrado, mientras que un no-brahmán o un ne-
satisfacción de sus necesidades en un país, época y oficio gro cualquiera no evolucionan, salvo durante períodos
dados 126. especiales (iniciación, sacrificio, etc.) , más que en el inte-
La clase de los brahmanes, de los «dos-veces-nacidos», rior del mundo profano.
marca la transición entre la casta y la profesión mágico- Las ceremonias comprenden'<": la tonsura, el baño, el
sacerdotal. Este término de «dos-veces-nacido» indica cambio de vestido, la toma de posesión del corazón,
claramente el verdadero papel de los ritos de paso, en el el cambio de nombre, el apretón de manos: el niño está
sentido de que el brahmán, que pertenece a su casta por muerto. Yanovicio (brahmacarín), se le somete a tabúes
nacimíento y es agregado a ella por los ritos de la infan- de todo tipo: se le instruye en la literatura sagrada,
cia, se ve después sometido a ceremonias de iniciación en aprende las fórmulas y los gestos. La unión del niño y del
las que muere al mundo anterior y renace al mundo nue- preceptor se identifica a un matrimonio; luego, el pre-
vo, ceremonias que le otorgan el poder de entregarse a la ceptor «concibe» en el momento en que coloca la mano
actividad mágico-religiosa en que consiste su especiali- sobre el hombro del niño; al tercer día, cuando se recita
dad profesional. Al ser el brahmán un sacerdote-innato, el savitri, el niño renace; según otros textos, el nacimien-
no cabe en modo alguno hablar de una ordenación del to del brahmán tiene lugar «en el momento en que el sa-
brahmán, en el sentido católico del térmlno!": pero, crificio se inclina hacia él». Así, contrariamente a lo que
piense lo que piense C. Bouglé'?", el noviciado y la inicia- se ha constatado en el caso de las ceremonias de inicia-
ción son necesarios, sobre todo a causa de la importancia ción australianas, congoleñas, etc., la muerte del novicio
de las fórmulas y de su «pronunciación correcta» en el ri- no dura todo el tiempo del noviciado. El del brahmán se
tual brahmánico. Se nace brahmán, pero es preciso prolonga hasta un momento cuya época no precisan los
textos. Luego viene la ceremonia del «retorno» (samá-
126. Ibidem, p. 658. vartana): el novicio se despoja de las insignias del novi-
127. Cf BURNOUF, Essai sur le Véda, pp. 283-285, YBOUGLÉ, Régime
ciado (cinturón, bastón, piel de antílope) y las arroja al
des castes, pp. 73-76.
128. Ibídem. p. 77. Mi interpretación concilia los puntos de vista de
Burnoufy de Oldenberg. 129. Cf ÜLDENBERG, La religion du Véda, París, 1903, pp. 399-402.
152 LOSRITOS DE PASO 6. LOSRITOS DE INIClAClÓ\l 153

agua; se baña y se reviste con nuevas ropas!"; Helo ya ran tiros de fusil, se hacen explotar petardos, se cantan
reintegrado en la sociedad sagrada general, por separa- canciones nupciales, incluso eróticas, aunque durante la
ción del margen, también él sagrado. comida, la presencia de los sacerdotes amigos del cura y
la de sus ayudantes o padrinos consiga calmar el entu-
siasmo ritual. Las autoridades eclesiásticas han consegui-
La ordenación del sacerdote y del mago do, por lo demás, hacer que desaparezcan estas costum-
bres en algunas diócesis, pero en otras -como la de
No insistiré en el noviciado y las ceremonias de ordena- Salzburgo, por ejemplo- se siguen manteniendo.
ción de los sacerdotes católicos y ortodoxos. Puede reco- En mi opinión, hay actualmente pocos grupos que po-
nocerse en ellas la misma secuencia de ritos de separa- sean un ritual tan preciso de lo puro y de lo impuro como
ción, de margen y de agregación, pero sistematizada, los subba o sabeos de los alrededores de Bagdad. En el
siguiendo direcciones propias':", La «tonsura», que es a momento del paso de uno de los grados eclesiásticos a
la vez un rito de separación y de agregación (al igual que otro, el bautismo desempeña un importante papel, al
cubrirse con un velo), es el rito principal, dado que consti- igual que en toda la vida de los novicios, diáconos, sacer-
tuye una señal permanente. Una vez ordenado, aún debe dotes y obispos. El novicio debe ser hijo legítimo de sa-
el sacerdote decir su primera misa y este acto ritual ad- cerdote o de obispo y carecer de todo defecto corporal; si
quiere también, en algunos casos, la forma de un matri- tras un examen se le juzga digno, recibe un bautismo es-
monio. Frecuentemente se combina con ritos nupciales pecial, estudia de siete a diecinueve años y luego es orde-
locales, como en algunas comunas del TiroP32; en ellos, nado diácono. Al cabo de seis meses o un año, si el pueblo
una jovencita, hermana o parienta próxima del cura, de reunido lo quiere, se le ordena sacerdote. Se le encierra en
edad comprendida entre los ocho y los doce años, perso- una cabaña de cañas; no debe ensuciarse ni dormir du-
nifica a la Iglesia. De igual modo que si se tratara de una rante siete días y siete noches; cambia cada día de vestido
novia ordinaria, se pugua por «robarla», es decir, por lle- y debe dar limosnas. «El octavo día se celebran funerales
varla a un mesón distinto de aquel en que se ha preparado en su honor, puesto que se le considera muerto; después
la comida nupcial que sigue a la primera misa; se dispa- de lo cual, se dirige al río en compañía de cuatro sacerdo-
tes, que le administran el bautismo.. Durante los sesenta
días siguientes se baña tres veces al día; si tiene una polu-
130. Cf OLDENBERG, loco cit., p. 350. Para otros detalles, véase
V.HENRY, La magie dans l'Indeantique, París, 1904, pp. 84-85, etc. ción nocturna, debe reanudar de nuevo su jornada; los
131. Véase, entre otros, BOISSONNET, íoc. cit., cols. 985-1032 Y cok días en que su madre o su mujer menstrúan tampoco le
1032-1043, las «ordenaciones generales» que corresponden a las cir- cuentan, etc.; de tal forma que para llegar a los sesenta
cuncisiones, matrimonios, etc., múltiples sincronismos. Para los gra-
días libres de toda mancha necesita a veces cuatro o cin-
dos y el ritual antiguos (romano, galicano y oriental), véase DUClIÉNE,
loco cít., pp. 344-378. co meses. Tabúes alimenticios; limosnas. El acto especial
132. F.F.KOHL, Die Tíroíer Bauernhochzeit, Viena, 1908, pp. 275-281. del sacerdote es administrar el bautismo. El del obispo
154 LOS RITOS DE PASO 6. LOSRITOS DE INICIACIÚN 155

es administrar el matrimonio. El obispo es elegido por muertes temporales; 3.0 , se retira al bosque, la soledad, la
los sacerdotes; separación sexual durante dos meses; tundra, ete.; se somete a privaciones diversas, a un entre-
bautismo; explicación en público de los libros sagrados; namiento psicológico y neuropático; 4.°, diversos espíri-
asistencia (rito obligatorio) a la muerte de un «buen tus) antropomórficos o animales, enemigos o protectores)
soubba», que se encarga de transmitir un mensaje a la di- aislados o numerosos, se le aparecen cada vez con más fre-
vinidad Avather; tres días después, plegaria por ese cuencia y le enseñan las cosas del oficio, etc.; 5.°) o bien el
muerto; bendición (rito obligatorio también) del matri- chamán muere y su alma se traslada al país de los espíritus,
monio de un sacerdote; un bautismo de todos los sacer- de los dioses, de los muertos, para aprender su topografía
dotes es el rito final':", y asimilar los conocimientos necesarios para domeñar los
Con la iniciación del mago entramos en una categoría malos espíritus y atraerse la ayuda de los buenos; 6.°, el
de hechos de carácter híbrido. En efecto, los magos no es- chamán vuelve a la vida) renace; luego vuelve a su casa o va
tán sometidos a ritos de unión a un grupo humano deter- de pueblo en pueblo, etc. En fin, hecho importante, aun-
minado, salvo cuando, como en la América Norocciden- que no distintivo del chamanismo: la «chamanizacióm). o
tal, forman una especie de clase o incluso de casta. Pero conjunto de actos del chamán durante una ceremonia)
tienen que agregarse al mundo sagrado, lo cual no puede comprende la misma secuencia: trances, muerte, viajes del
hacerse más que poniendo en práctica el esquema de los alma al otro mundo, retorno, aplicación al caso especial
ritos de paso. (enfermedad, etc.) de los conocimientos adquiridos en el
Para los australianos) remito a las fuentes citadas en una mundo sagrado: es, por tanto, un equivalente exacto del
monografía de Mauss'P"; en ella se verá que el mago aus- sacrificio de tipo clásico.
traliano cambia de personalidad, a veces hasta el punto de Veamos ahora la iniciación de un piaye caribe: 1.°) se
morir para a continuación resucitar (extracción de órga- va a vivir con un «anciano», a veces durante diez años;
nos; viaje en sueños al otro mundo, etc.). El chamán ura- hasta los veinticinco o treinta años se somete a pruebas, a
lo-altaico I 3 5 : 1.0 , es nervioso e irritable desde su juventud; un ayuno prolongado) etc.; 2.o, los ancianos piayes se reú-
2.0 , es «poseído» varias veces por espíritus (alucinaciones, nen) se encierran en una cabaña, azotan al novicio con un
fobias, epilepsia, trances, catalepsia, etc.); de ahí la idea de látigo y le hacen bailar hasta que cae desvanecido; 3.", se
le somete a un «vaciado de sangre» por hormigas negras,
se le hace «ir arriba y abajo» mientras se le fuerza a tragar
133. N. SIOUFFI, Études sur la relígion des Soubbas, pp. 66-72.
134. M. Mxuss, L'origine des pouvoirs magiques dans les sociétés aus-
jugo de tabaco; 4.°) se le somete a un ayuno de tres años)
traíiennes, París, 1904. progresivamente menos riguroso, y absorbe, de cuando
135. Este esquema es la sustancia de varios capítulos de un libro, desde en cuando, jugo de tabaco':". El sentido interno de esta
hace tiempo en preparación, sobre Le Shamanisme chez les populations
de l'Burope et de l'Asie septentrionales, basado sobre todo en los docu-
mentos rusos, finlandeses y húngaros. Por supuesto, las variaciones de 136. LAFITAU, Moeurs des SauvagesAmériquains, París, 1724, t.I, pági-
detalle entre los diversos pueblos son considerables. nas 330-334; cf. p. sig., otras descripciones (Moxas, ete.).
156 LOS RITOS DE PASO 6. LOSRITOSDEINICIAClÚN 157

secuencia ritual lo ponen de relieve estas descripciones mismo tipo. Lo que aquí nos importa es la constatación,
de Van den Steinen: 1.0, se extenúa y se hiperestesia a! no- en los detalles de estas ceremonias, de una secuencia
vicio; 2.°, éste se duerme y muere; 3.°, su alma sube al cie- idéntica a las de muchos otros pasos de un estado a otro.
lo y luego vuelve a bajar; 4.°, se despierta y resucita con-
vertido en piayev", Entre los warundi, del África Oriental
alemana':", se llega a ser kiranga (sacerdote-maga-bru- Laentronizacióndeljefey delrey
jo): 1.0, por herencia y ordenación: el padre o la madre
entrega la lanza sagrada al hijo o la hija primogénitos an- Todo lo que acabamos de decir de los sacerdotes y los
tes de morir; 2.°, por haber sido herido por un rayo; 3. 0
, magos se aplica igualmente al jefe y al rey, cuyo carácter
por una vocación súbita: «Durante una de las "ceremo- sagrado, y a veces divino, ha sido sobradamente puesto
nias de la lanza", un joven o una joven se levanta brusca- de relieve por J. G. Prazer"!". También las ceremonias de
mente, se sitúa frente al kiranga oficiante, o más bien entronización 141 0 de coronación presentan la mayor se-
frente a la lanza sagrada, se inclina hacia él o ella, le mira mejanza en sus detalles esenciales y en sus secuencias
fijamente con toda la energía de su ser hasta que él (o ella) con las ceremonias de la ordenación. Se pueden conside-
empieza a temblar y cae finalmente desvanecido, como rar dos casos: o bien el sucesor es entronizado en vida de
muerto... se acuesta a la persona desvanecida sobre una su predecesor) o bien lo es tras la muerte de éste. A veces
estera, se la lleva con precaución a su casa, donde duerme incluso, la sucesión se abre con un rito especial en el que
de tres a cuatro días. Cuando vuelve en sí es ya en adelan- el sucesor da muerte a su predecesor. En ambos casos
te persona sagrada, sacerdote o sacerdotisa-esposa del hay, como en la iniciación y la ordenación, entrega y
dios. Se llama a los vecinos y vecinas; se realiza la "cere- apropiación de los sacra, aquí llamados regalia: tambo-
monia de la lanza" y el nuevo kiranga preside y oficia por res, cetro , corona, «reliquias de los antepasados»!",
vez primera». Por consiguiente, hipnosis, muerte, mar- asiento especial, que son a la vez signo y receptáculo del
gen y resurrección. «Esta idea de una muerte momentá- poder real-mágico-religioso.
nea es un tema general tanto de la iniciación mágica El período de margen lo volvemos a hallar también
como de la iniciación religiosa», señalan con razón Hu- aquí, en forma de preparación y retiro, con tabúes de todo
bert y Mauss 139, que citan hechos esquimales, chames, tipo e instrucción especia!, a veces desde la infancia; es el
griegos, indonesios, melanesios y nortearnerindios del
140. J. G. FRAZER, The Golden Bough y Lectures on the early history of
137. K. VON DEN STEIN.EN, Unter den Naturvotkem Zentral Brasiliens, the kingship, Londres, 1905.
z.' ed., Berlín, 1897, pp. 297-298,300-301 (Bakairi, Aueto, etc.). 141. Prefiero este término al de coronación, pues con mucha más fre-
138. J. M. M. VAN DER BURGT, L'Urundi et les Warundi (extracto del cuencia que una cinta o una corona, la insignia de la realeza suele ser un
Dictionnaire Kirundi), Bois-le-Duc, 1904, p. 107. asiento especial.
139. H. HUBERT y M. MAUSS, «Esquisse d'une théorie générale de la 142. Cf. mi Tabou, Tot. Madag., pp. 115-117, Ysobre los regalía en ge-
magie», Année sociologique, t. VII (1904), pp. 37-39. neral como receptáculo del poder real, FRAZER, Kingship, pp. 120-124.
158 LOSRITOS DE PASO 6. LüSRITOS DElNIClACIÚN 159

equivalente del noviciado. Otro período de margen es el Luego, el monarca reinante le presentaba al pueblo, le to-
que transcurre entre la muerte del predecesor y el acceso maba en sus brazos y hacía sobre él los pases que conce-
al trono del sucesor (sede vacante). Se manifiesta en la den el fluido vital. El rito siguiente consistía en otorgar los
vida general por una suspensión de la vida social del mis- nombres y título del nuevo faraón, dispersándose luego
mo género que la de los novicios de que más adelante ha- entre grandes gritos y saltos (¡rituales?), mientras se le-
blaremos. vantaba acta de los nombres y títulos a fin de que nadie los
La referencia a descripciones detalladas nos hará ver ignorara. Luego, el rey proclamado «recibía las coronas
fácilmente que el esquema propuesto es válido también de los jefes de las moradas divinas», es decir, de los dioses,
aquí!4'; sólo citaré dos casos, el de la entronización del fa- coronas sostenidas por una cinta sagrada; almismo tiem-
raón en el antiguo Egipto y el del hagan de los habbé, en po, se le entregaban los otros regalía (colmillo, látigo, ce-
la cuenca del Níger. En esta misma categoría entran las tro); luego venía la «reunión de las dos regiones» (Egipto
ceremonias de la investidura, de la entrega temporal de del sur y del norte) por sus diosas, que las transmitían al
poderes, etc. El mecanismo está aquí también condicio- nuevo faraón, el cual tomaba posesión de las mismas me-
nado por la separación del medio anterior y la agregación dianteunacircunvalación, «lavuelta almuro»,del mismo
progresiva o inmediata a un medio nuevo, originaria- modo que el muerto convertido en dios «tomaba pose-
mente el medio sagrado. siór» de las moradas de Horus y de Sito El rey se dirigía
Ésta es la secuencia ritual durante la entronización del luego procesionalmente al santuario del dios y este último
faraón, según la excelente monografía de A. Moret'v'. El «le abrazaba, dándole así el fluido vital» y quedando con-
futuro faraón nacía dioS 145 ; sin embargo, entre su naci- solidada la diadema sobre la cabeza. Era la consagración
miento y el momento de su entronización debía haber definitiva, equivalente a la transcripción de los nombres y
perdido su carácter sagrado absoluto, puesto que el pri- títulos. Estos ritos datan de la más remota antigüedad y se
mer rito le «purificaba», es decir, le reagregaba al mundo han mantenido hasta la época de los tolomeos y parcial-
sagrado y le volvía a identificar con los dioses al ser ama- mente en Etiopía. Había finalmente peregrinajes a diver-
mantado':" por una diosa, entre otros procedimientos. sos santuarios, festejos públicos sufragados por el rey, do-
taciones religiosas, reparaciones en los templos, etc.
143. Cf. para una buena descripción secuencial, PATTAS, Le sacre et Vemos, por tanto, que la ceremonia se inicia con un rito
couronnementde LouisXVI,précédé de recherches sur lesacredes Roisde de separación de lo profano, continúa con ritos de agre-
Prance depuis Clovis, etc., París, 1775.
144. A. MORET, Du caractére religieux de la royauté pharaonique, París,
gación a lo sagrado, ritos de toma de posesión del mundo
1903, pp. 75-113; idénticas secuencias y ritos de detalle para la inaugu- divino y terrestre, y que todo ello se realiza por etapas;
ración del templo; d. A. MORET, Rituel du culte divín journalier, París, por lo demás, carecemos de informes sobre los períodos
1902, pp. 10-15; ef. también ibídem, pp. 25-26, nota 1, 101,29-32 Yla
pI. 1,en cuatro cuadros que responden a las cuatro fases de la secuencia.
de margen.
145. Sobre la teogamia, d. Royautépharaonique, pp. 49-52 Y59-73. Los habbé de la Meseta nigeriana están gobernados por
146. Sobre la lactancia divina, ibídem, pp.63-65 Y222. hogones, que tienen un carácter a la vez político, jurídico y
160 LOS RITOS DE PASO 6. LOSRlTOSDE!NIClAn6N 161

religioso y son tanto grandes-sacerdotes corno reyes ele- La excomunión y la exclusión


gidos. Los regalla son, al mismo tiempo, los sacra del tem-
plo en que habita: collar con un ópalo, brazalete de hierro La contrapartida de los ritos de iniciación son los ritos
en la pierna derecha, anillo de cobre en la oreja derecha y de destierro, de expulsión y de excomunión, que son
anillo de plata en el dedo medio de la mano izquierda, se- por esencia ritos de separación y de desacralización.
ñales evidentes de la agregación a la divinidad: luego, una Los de la Iglesia católica son bastante conocidos. Es
caña especial, vestidos especiales, etc. No se le debe tocar, interesante señalar que, como ha visto bien Rob. Smith 148)
y su nombre anterior a la entronización no debe ya ser el principio de la excomunión y de la consagración
pronunciado: sólo se le habla en el viejo dialecto sarakolé: es el mismo: poner aparte un objeto o un ser determi-
tiene derecho a las primicias y está sometido a régimen nados: de ahí la identidad de cierto número de ritos de
alimenticio especial. Hay un hagan por tribu o clan y un detalle.
gran-hogan; el primero es entronizado mediante la entre- El orden en que he clasificado las diversas sociedades
ga de las insignias y la conducción al templo que le servirá especiales para examinar sus ritos de admisión no está
en adelante de residencia. Tras la defunción de un gran- basado en el azar, sino en la distinción precisa de los ele-
hagan hay tres años de interregno durante los que se mentos que caracterizan a cada una de ellas. Lo cual im-
oculta su muerte al pueblo. A continuación se anuncia plica que no admito la clasificación ni las teorías de
dicha muerte, se solicita su opinión a la divinidad, hay Schurtz, corno tampoco las de Webster. Este último, so-
grandes fiestas y bailes públicos, el Consejo procede a la bre todo, ve degeneraciones donde yo tiendo a ver formas
elección y se le entregan al nuevo hagan sus insignias. inaugurales. En cuanto a Schurtz'?", impresionado por la
«Acompañado por la muchedumbre de dignatarios y de sorprendente semejanza que presentan entre sí los ritos
jóvenes bailando, el nuevo hagan se dirige entonces al de iniciación a las sociedades totémicas, a las fraternida-
templo de la divinidad, cabaña muy adornada que en ade- des, a las sociedades secretas y a las clases de edad, ha de-
lante será su habitación sagrada. Este paseo es considera- rivado de tal semejanza la identidad de las instituciones
do corno el cortejo funerario del hagan: pues desde su en- enumeradas. Se podría llegar lejos por este camino, pero
trada en la casa hogonal, tras haber tornado posesión de no puede extrañar que la teoría de Schurtz me parezca
los "signos de alianza", el servidor gran-sacerdote de la di- inadmisible'>", dado que el objeto del presente volumen
vinidad es considerado como muerto por su familia» 147.

147. 1. DESPLAGNES, Le Plateau Central Nigérien, París, 1907, pp. 321- 148. Rob. SMITH, Die Religion der Semíten, pp. 118-119.
328; en una tribu de la llanura del Barasana, los Udio de Uol, las cere- 149. H. SCHURTZ, Altersklassen und Miinnerbünde, p. 392.
monias son un poco diferentes e incluyen, entre otros, un rito de 150. Inaceptable, por demasiado estrecha, es la teoría de FRAZER, The
rechazo sobre el que puede verse mi Religions, Moeurs et Légendes, Golden Bough, t. 1,pp. 344 Yss., retomada por HUBERT y MAUSS, .. Essai
pp. 137-154. También aquí se considera al hogon como muerto para su sur la nature et la fonction du sacrifíce», Année sociologique, 1. TI, p. 90
medio anterior. de la separata, de que los ritos de iniciación tienen por objeto introducir
6. LOSRITOSDEINICIACI(l;..J 163
162 LOS RITOS DE PASO

es precisamente mostrar que se trata más bien, en esos medios de subsistencia), llevándoselo luego al bosque
casos como en muchos otros, de una categoría perfecta- sagrado», por más que tengan además plantaciones es-
mente caracterizada de ritos, cuya semejanza deriva de peciales que les suministran los alimentos necesarios-?'.
que tienen un mismo objeto. De igual manera, en el archipiélago Bismarck, los
A lo largo de toda la duración del noviciado, los víncu- miembros del Duk-duk y del Ingiet pueden, durante ce-
los ordinarios, tanto económicos como jurídicos, se remonias de iniciación, robar y saquear cuanto quieran
modifican, a veces incluso se rompen por completo. Los en las casas y plantaciones, pero cuidándose de dejar in-
novicios están fuera de la sociedad, y la sociedad carece tactos los bienes de los otros miembros de la sociedad
de todo poder sobre ellos, tanto más cuanto que son secreta'V, Allí, como en toda Mclanesia, estas exaccio-
propiamente sagrados y santos, y, en consecuencia, in- nes han adoptado la forma de entregas forzadas en mo-
tangibles y peligrosos como lo serían los dioses. De neda local.
suerte que si, por una parte, los tabúes, en tanto que ri-
tos negativos, levantan una barrera entre los novicios y
la sociedad general, por otra, ésta carece de defensa El período de margen
contra las empresas de los novicios. Así se explica, con
la mayor simplicidad del mundo, un hecho que ha sido El carácter casi general del hecho en cuestión es por lo de-
destacado en numerosos pueblos y que ha permanecido más suficientemente conocido-"; pero para comprender
incomprensible para los observadores. Me refiero a que su mecanismo en el caso indicado, conviene recordar que
durante el noviciado los jóvenes pueden robar y saquear una licencia general, una suspensión de la vida social,
a su antojo, o alimentarse y engalanarse a expensas de la marcan igualmente los interregnos y el período de mar-
comunidad. Dos ejemplos bastarán por el momento. En gen entre los funerales provisionales y los funerales defi-
Liberia, mientras que por una parte se instruye a los jó- nitivos. Así podría quizá explicarse también, al menos en
venes vai en las costumbres jurídicas y políticas de su parte, la licencia sexual que en cierto número de pueblos
pueblo, por otra «no parece que, por lo que se refiere a impera entre el comienzo de los esponsales y la termina-
los novicios en cuanto tales, se considere el robo como
151. J. BÜTTIKOFER, Reisebilder aus Libería, Leiden, 1890, t. JI, pági-
un delito, pues se entregan, bajo la dirección de sus pro-
nas 305- 306.
fesores, a ataques nocturnos contra los pueblos de la ve- 152. Cf R. PARKINSON, Dreissig Iohre in der Südsee, Stuttgart, 1907,
cindad, y roban, con artimañas o a la fuerza, todo lo que páginas 609- 61 O.
pueda servir para algo (arroz, plátanos, gallinas y otros 153, En el África Occidental francesa, la marca de iniciación es la cir-
cuncisión, y el derecho al robo para los novicios dura desde el comienzo
de la cicatrización de la verga hasta su cicatrización completa, o sea, al-
un alma en un cuerpo; si así fuera, se encontraría toda una serie de ritos rededor de tres semanas. LAsNET, Missionau Sénégal, París, 1900, p. 50
(peul), 65 (Iaobél, 77 (toucouleurs), 89 (malinké), 101 (soninké), 127
precisos del cambio de alma, análogos a los de algunas ceremonias mé-
(khassonké), 145 (séreresj.etc.
dicas.
164 LOS RITOS DE PASO

cióndel matrimonio mediante apropiación de la mujer


por un hombre determinado (Australia, etc.). Si la sus- 7. Los esponsales y el matrimonio
pensión de las reglas ordinarias de vida no conduce siem-
pre a tales excesos, no por ello constituye menos un ele-
mento esencial de los períodos de margen.

Por lo que se refiere al tema del presente capítulo, abun-


dan los documentos detallados, faltan las monografías
explicativas y difieren extremadamente las interpretacio-
nes ofrecidas. También aquí se descubre el esquema de
los ritos de paso, y se cae en la cuenta de la necesidad
de las secuencias rituales. La razón de que los teóricos se
hayan perdido en interpretaciones estrechas, aunque con
frecuencia complicadas, estriba en que han considerado
los ritos aisladamente, en lugar de comparar entre sí las
ceremonias completas.
Hemos visto la admisión del niño a la adolescencia por
medio de la pubertad social. El estadio siguiente es la
edad madura, cuya más clara señal es la fundación de una
familia. Este cambio de categoría social es el más impor-
tante, porque acarrea para uno de los dos cónyuges al
menos un cambio de familia, de clan, de pueblo, de tribu;
a veces) incluso, los nuevos esposos van a vivir a una casa
nueva. Este cambio de domicilio queda indicado en las
ceremonias,de talforma que los ritos de separación se re-
lacionan siempre esencialmente con este paso material.
165
. . CONCLUSIONES 261

trías, castas, clases profesionales. En el interior de cada


10. Conclusiones sociedad aparecen a continuación la clase de edad, la fa-
milia, la unidad político-administrativa y geográfica res-
tringida (provincia, comuna). Aliado de este complejo
mundo de los vivos está el mundo anterior a la vida y el de
después de la muerte. Tales son los puntos de referencia
constantes, a los que se han añadido los acontecimientos
particulares y temporales: embarazo, enfermedades, peli-
gros, viajes, etc. Ysiempre un mismo fin ha condicionado
una misma forma de actividad. Para los grupos, como
para los individuos, vivir es un incesante disgregarse y re-
constituirse, cambiar de estado y de forma, morir y rena-
Tenemos ya terminado nuestro rápido examen de los ci- aro Es actuar y luego detenerse, esperar y descansar, para
clos ceremoniales por los que pasa el hombre en todas las más tarde empezar de nuevo a actuar, pero de otro modo.
circunstancias graves de su vida. Se trata apenas del esbo- y siempre hay nuevos umbrales que franquear, umbrales
zo de un amplio cuadro, cada uno de cuyos detalles ten- del verano o del invierno, de la estación o del año, del mes
dría que ser cuidadosamente estudiado. odela noche; umbral del nacimiento, de la adolescencia o
Hemos visto al individuo categorizado en comparti- de la madurez; umbral de la vejez; umbral de la muerte, y
mentos diversos, sincrónica o sucesivamente, y obligado, umbral de la otra vida -para quienes creen en ella.
para pasar de uno a otro a fin de poder agruparse con in- Ciertamente, no soy el primero al que han llamado la
dividuos categorizados en otros compartimentos, a so- atención las analogías, bien de conjunto, bien de detalle,
meterse, desde el día de su nacimiento al de su muerte, a quepresentan entre sí varios elementos de las ceremonias
ceremonias frecuentemente distintas en sus formas, se- aquí examinadas. Así, por ejemplo, Sidney Hartland 1,
mejantes en su mecanismo. Ora el individuo estaba solo Fustel de Coulanges y Santer han observado la semejan-
frente a todos los grupos, ora como miembro de un grupo za existente entre ciertos ritos de iniciación y ciertos ritos
determinado estaba separado de los demás. Las dos gran- del matrimonio; ¡. G. Frazer-, la que se da entre ciertos ri-
des divisiones primarias eran: bien de base sexual, hom- tos de la pubertad y de los funerales; Ciszewski", entre
bres por una parte, mujeres por otra; bien de base mági-
co-religiosa, lo profano de un lado, lo sagrado del otro. l. SIDNEY HARTLAND, The Legend ofPerseus, Londres, 1895, t. 11, pé-
Estas dos divisiones atraviesan todas las sociedades, de un ¡iDas 335, 355, 398-399, etc.
2. J. G. FRAZER, The Golden Bough, z.- ed., pp. 204-207, 209, 210 Y ss.,
extremo a otro del mundo y de la historia. Luego están los
-418,etc.
grupos especiales que sólo algunas sociedades generales 3. CISZEWSKI, Künstliche Verwandschaft bei den Südslaven, Leipzig,
comparten: sociedades religiosas, grupos totémicos, fra- 1897, pp. 14,31,36,53,54,107-111, 1l4, etc.

260
262 LOS RITOS DE PASO ro. CONCLUSIONES 263

ciertos ritos del bautismo, de la confraternización, de la ración, corno la reclusión temporal, los tabúes alimenti-
adopción y del matrimonio; Diels\ seguido por A. Diete- cios y sexuales, los han encontrado repetidos Frazer y
rich" y por R. Hertz", entre ciertas ceremonias del naci- Crawley en un gran número de ciclos ceremoniales.
miento, de la iniciación, del matrimonio y de los funera- Diels, A. Dieterich y en general todos los que se han ocu-
les, a las que Hertz' añade las de la inauguración de una pado más especialmente de las religiones clásicas han
nueva casa (pero sin demostración) y del sacrificio; Go- demostrado la importancia en estas religiones de los ri-
blet d' Alviella", las del bautismo y de la iniciación; tos llamados de purificación (unción, lustración, etc.).
H. Webster, entre los ritos de iniciación a las sociedades Era indefectible que al aislar un rito determinado, el in-
secretas y los de la ordenación del chamán'', etc. tercambio de sangre, por ejemplo, y al tratarlo monográ-
Pero excepto Hertz, que se ha interesado por la se- ficamente, salieran a la luz semejanzas más amplias,
cuencia de los ritos funerarios y ha hecho alusión a lo puesto que se superponían los contextos.
que llama «el estado transitorio. del período que va del Un verdadero ejército de etnógrafos y de folcloristas
matrimonio al nacimiento del primer hijo!", y que res- ha demostrado que en la mayoría de los pueblos se hallan
ponde al «estado transitorio» de los muertos en Indone- ritos idénticos con vistas a un fin idéntico y en todo tipo
sia (sobre todo en Borneo), todos estos sabios, al igual de ceremonias. Así se han echado abajo, gracias inicial-
que Crawley' 1, no han llegado a percibir más que seme- mente a Bastian, luego a Tylor, a A. Andree y a J. G. Fra-
janzas de detalle. Así, por ejemplo, la comida en común zer, un gran número de teorías unilaterales. El interés ac-
(el sacrificio de comunión de Rob. Smith), la alianza por tual de esta orientación radica en que permitirá a la larga
la sangre y otros muchos ritos de agregación han sumi- determinar ciclos culturales y áreas de civilización. _
nistrado a Sidney Hartland material para varios capítu- El objeto del presente libro es muy distinto. No son los
los interesantes. Del mismo modo, ciertos ritos de sepa- ritos en su detalle lo que nos ha interesado, sino más bien
su significación esencial y sus situaciones relativas en
4. DIELS, Sybyllinische Bliitter, p. 48. conjuntos ceremoniales, en secuencia. De ahí ciertas des-
5. A. DIETERICH, Mutter Erde, Leipzig, 1905, pp. 56-57.
6. R. HERTZ, «Contribution a une étude sur la représentation collective aipciones un poco largas, a fin de mostrar cómo los ritos
de la mort», Année Sociologique, 1907, pp. 117, 126-127. eleseparación, de margen y de agregación, tanto provi-
7. Loe. cit., p. 104. sionales como definitivos, se sitúan los unos respecto a
8. GOBLET D' ALVIELLA, «De quelques problemas relatifs aux Mysteres
los otros con vistas a un fin determinado. Su lugar varía
d'Eleusis», Rev.de l'Hist. des Religions, 1902,1. Il, p. 340.
9. H. WEBSTER, Primítive seeret societies, Nueva York, 1908, p. 176, según se trate del nacimiento o de la muerte, de la inicia-
nota2. ción o del matrimonio, etc., pero únicamente en los deta-
10. Loe.cit., p. 130, notaS. lles. Su disposición tendencial es en todas partes la mis-
11. E. CRAWLEY, The MysticRose, Londres, 1905, señala las semejanzas
formales de los ritos del matrimonio y de los funerales, p. 369, Ydel ma-
ma y, bajo la multiplicidad de formas, se halla siempre,
trimonio y la iniciación, p. 236; sobre este último punto, d. también sea conscientemente expresada, sea en potencia, una se-
S. REINACH, Cultes, Mythes et Religions,1.1(París, 1905), p. 309. cuencia tipo: el esquema de losritosdepaso.
264 LOS RITOSDE PASO 10. CONCLUSIONES 265

El segundo hecho a señalar, y cuyo carácter general no material de los clanes es también muy precisa 13, yen caso
parece haber percibido nadie, es la existencia de los márge- de marcha, cada grupo australiano acampa en un lugar
nes, que a veces adquieren una cierta autonomía: novicia- determinado':' (en la guerra: gentes romanas, Grecia,
do, noviazgo, embarazo, luto. Esta interpretación permite massai, nandi, tuaregs, etc.). En suma, el cambio de cate-
orientarse fácilmente, por ejemplo, en la complicación de goría social implica un cambio de domicilio, hecho que se
los ritos preliminares al matrimonio y comprender la ra- expresa mediante los ritos de paso en sus diversas formas.
zón de ser de sus secuencias. Lejos de mí pretender, como ya he dicho en varias oca-
Un tercer punto, en fin, que me parece importante es la siones, que todos los ritos del nacimiento, de la inicia-
identificación del paso a través de las diversas situaciones ción, etc., no sean más que ritos de paso, ni que todos los
sociales con el paso material, con la entrada a un pueblo O pueblos hayan elaborado para el nacimiento, la inicia-
a una casa, con el paso de una habitación a otra, o a través ción, etc., rituales de paso caracterizados. Así, por ejem-
de calles y plazas. Ésa es la razón de que, con tanta fre- plo, puede ocurrir que las ceremonias funerarias espe-
cuencia, pasar de una edad, de una clase, etc., a otras se cialmente, en virtud del tipo local de creencias acerca del
exprese ritualmente mediante el paso bajo un pórtico'? o destino después de la muerte, no presenten sino unos po-
mediante una «apertura de puertas». Sólo muy raramente cos elementos del esquema-tipo y consistan más bien en
se trata aquí de un «símbolo»; el paso ideal es propiamen- procedimientos de defensa contra el alma del muerto o
te, para los semicivilizados, un paso material. En efecto, en reglas de profilaxis ante la muerte-contagio. Pero aun
entre los sernicivilizados, en el interior de la organización así, conviene desconfiar: ocurre muchas veces que el es-
social general, hay una separación material de los grupos quema no aparece en una descripción, ya corta, ya resu-
especiales. Los niños viven hasta una edad determinada mida, de las ceremonias funerarias en un pueblo dado,
con las mujeres; los jóvenes de uno y otro sexo viven apar- pero se distingue muy bien cuando se estudia una des-
te de las personas casadas, a veces en una casa especial, o cripción detallada. Asimismo, ocurre con frecuencia que
en un barrio, o un kraal especiales; en el momento del ma- no se considere impura a la mujer durante su embarazo,
trimonio, uno u otro de los cónyuges, cuando no los dos, o que todo el mundo pueda asistir al parto, que no es en-
cambia de residencia; los guerreros no frecuentan a los tonces sino un acto ordinario, doloroso pero normal.
herreros, y a veces cada clase profesional tiene asignada su Pero en este caso se hallará el esquema traspuesto a los ri-
residencia (suks); en la Edad Media, los judíos estaban re- tos de la infancia, o a veces incluido en las ceremonias del
cluidos en sus guetos, al modo como los cristianos de los noviazgo y del matrimonio.
primeros siglos vivían en barrios apartados; la separación
13. Véase el reparto de los clanes en las aldeas pueblos; cf., entre otros,
C. MTNDELEFF, «Localization ofTusayen clans», XIXth Ann. Rep. Bur.
12. TRUMBULL ha señalado incluso, The Threshold covenant, pági- Ethnol., t. n, Wash. 1900, pp. 635-653.
nas 252-257, la identificación entre la mujer y la puerta en los chinos, los 14. Cf., entre otros, HOWITT, Native tribes ofSouth EastAustralia, pági-
griegos, los hebreos, etc. nas 773-777 (Camping rules).
266 LOSRITQSDE PASO . . CONCLUSIONES 267

En efecto, en algunos pueblos al menos, las distincio- Cualquiera que sea la complicación del esquema, des-
nes no se corresponden con las habituales entre nosotros, de el nacimiento hasta la muerte, se trata de un esquema
o en la mayoría de los pueblos, y a las cuales responden casi siempre rectilíneo. En algunos pueblos, sin embargo,
los capítulos de este libro. Hemos dicho, por ejemplo, que como los lushei, presenta una forma circular, de manera
entre los toda hay, desde la adolescencia de los padres que todos los individuos pasan sin fin por una serie de es-
hasta el nacimiento del primer hijo, un ciclo de ceremo- tados y de pasos, de la vida a la muerte y de la muerte a la
nias que forma un todo y en el que supondría un corte ar- vida. Esta forma extrema, cíclica, del esquema ha adqui-
bitrario la separación en ceremonias preliminares a la rido en el budismo una dimensión ética y filosófica, y en
pubertad, de la pubertad, del matrimonio, del embarazo, Nietzsche, en la teoría del Eterno Retorno, una dimen-
del parto, del nacimiento y de la infancia. Este encabalga- sión psicológica.
miento se halla en muchos otros grupos; pero, en defini- En fin, la serie de los pasos o tránsitos humanos se re-
tiva, ello no afecta a este ensayo sistemático. Pues si bien laciona también en algunos pueblos con la de los pasos o
el esquema de los ritos de paso se presenta en este caso transiciones cósmicas, con las revoluciones de los plane-
bajo otro aspecto, no por ello deja de existir, y elaborado tas, con las fases de la Luna. Y es sin duda una idea gran-
con nitidez. diosa la de vincular las etapas de la vida humana a las de
Se impone otra observación general. La observación la vida animal y vegetal, relacionándolas luego, por una
precedente obliga a caer en la cuenta de que la posición especie de adivinación precientífica, con los grandes rit-
relativa de los comportamientos sociales varía, pero el es- mos del Universo.
pesor de sus separaciones varía también, yendo desde el
de una simple línea ideal hasta el de una amplia región
neutra. De suerte que se podría trazar para cada pueblo
algo así como un diagrama en el que las cimas superiores
de la línea en zigzag representarían los estadios, y las ci-
mas inferiores, las etapas intermedias; estas cimas serían
bien puntos, bien rectas horizontales más o menos largas.
Así, por ejemplo, en algunos pueblos no encontramos,
por así decirlo, ritos de esponsales, sino una comida en
común en el momento de la conclusión del acuerdo preli-
minar, comenzando las ceremonias del matrimonio in-
mediatamente después. En otros, por el contrario, desde
los esponsales a corta edad hasta el retorno a la vida co-
mún de los jóvenes esposos, hay toda una serie de etapas,
cada una de las cuales posee una autonomía relativa.

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