Me 3

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 32

RAMO: ORIENTACIÓN EDUCACIONAL

UNIDAD II

LA ORIENTACIÓN ESCOLAR EN LA ADOLESCENCIA

Instituto Profesional Iplacex 1


1. ORIENTACIÓN ESCOLAR EN ENSEÑANZA MEDIA

En Enseñanza Media, la orientación se dirige a brindar asesoría a los establecimientos


educacionales, con la finalidad de que todos los alumnos y alumnas cuenten con una
instancia de reflexión e información acerca de los temas de su interés, y necesidades que
derivan de la etapa propia que están viviendo. En este sentido, nos referimos a la
adolescencia y a todos los “problemas” que de ella se puedan desprender, ya que es una
etapa especialmente sensible e importante en la vida del ser humano.

Es precisamente en esta etapa juvenil, donde la orientación pretende brindar apoyo a


ciertos aspectos, tales como:

a) El cuidado de la salud

El cuidado de la salud, está en directa relación con las enfermedades a las cuales
puede estar expuesto el estudiante durante esta etapa, además de la exposición a tóxicos o
sustancias adictivas. Esto apunta a desarrollar un programa de prevención, el cual pretende
enfatizar el autocuidado, es decir, que el adolescente se preocupe de su salud en forma
activa; que además, se oriente a la educación de padres con respecto al desarrollo de sus
hijos, y que le entregue al adolescente, las herramientas necesarias para que, respetando
sus valores familiares, llegue a una adecuada toma de decisiones, en lo que a su cuidado
personal, físico y psicológico, respecta.

b) El despertar del interés sexual

Este aspecto forma parte de la educación sexual, visto como un deber ineludible para
la familia, la escuela y la sociedad en su conjunto. Por esto, cada uno de los agentes
mencionados, debe contribuir, desde su especificidad, a que niñas, niños, adolescentes y
jóvenes, tengan la oportunidad de desarrollar esta dimensión fundamental de su ser, de
manera natural, reconociendo la trascendencia y el valor que implica en las relaciones
humanas el hecho de compartir y crecer; desarrollándose como hombres y mujeres;
informándose apropiada y oportunamente respecto de los contenidos relacionados con el
desarrollo sexual humano; teniendo la oportunidad de aprender a discernir y reflexionar a
partir de los valores asociados a la sexualidad y al amor; aprender a establecer relaciones de
colaboración, armonía, respeto, equidad y complementariedad con el otro sexo, entre otros.

c) Las expectativas educativas y laborales

Son fundamentales en el plano educativo y cobran vital importancia para el educando


durante la etapa de la adolescencia, ya que implican la necesidad de aprender a reconocer
las oportunidades de estudio y las posibilidades laborales, que van a estar enfocadas en
función de sus intereses y potencialidades.

Instituto Profesional Iplacex 2


La orientación escolar, puede llevarse a cabo tanto de manera individual, como grupal,
permitiendo ésta última, que el orientador se pueda crear una imagen general de los
aspectos en los cuales es necesario intervenir, pudiendo así, brindar una asesoría asertiva a
sus alumnos y alumnas.

La intervención que realice el orientador, debe procurar brindar a todos los alumnos y
alumnas información pertinente y clara, incentivando la reflexión personal, y dejando abierta
la posibilidad de realizar debates sobre algún tema de interés para los educandos, con el
propósito de estimularlos a expresarse de manera libre y responsable, siempre con el
respeto que cada uno de sus compañeros y profesores merece. Todo esto, va en directo
beneficio del alumno, ya que le permite ir formando sus propios criterios, y así, tomar
decisiones acertadas en aspectos esenciales para su desarrollo y adecuado
desenvolvimiento en la sociedad, lo cual cobrará aún más fuerza si en este proceso se
involucra a los padres y apoderados, realizando aportes e ideas, en apoyo a la formación y
proceso de orientación de sus hijos.

1.1. Orientación Escolar: Influencia en el Mejoramiento de la Calidad Educativa

La orientación ha significado un gran aporte a la educación, debido a su constante


preocupación por el individuo. Esto cobra aún mayor trascendencia en la actualidad, donde
se tiende a dar gran realce a los resultados académicos obtenidos por los alumnos, en
desmedro, muchas veces, del desarrollo integral que requiere el ser humano.

Al ser la orientación una disciplina fundamentalmente humanista, es la más indicada


para brindar respuestas a las necesidades de las personas. Esto justifica su razón de ser en
el ámbito educativo, a través de la existencia de departamentos de orientación al interior de
los establecimientos.

Al analizar más específicamente los aportes dados por la orientación al mejoramiento


de la educación, podemos mencionar en primer lugar, y como aporte fundamental, la
promoción del desarrollo pleno del educando, en directa relación con sus características
individuales y potencialidades que le distinguen de otros. La orientación es, en segundo
lugar, una gran contribución frente al tema de las repitencias y deserción escolar, ya que
lleva a cabo una labor preventiva ante esta problemática. Otro de sus aportes, es la
preocupación que brinda la orientación por ofrecer al educando la posibilidad de adquirir las
herramientas necesarias, que le permitan construir un futuro exitoso y conseguir el logro de
su felicidad. En cuarto lugar, podemos distinguir el hecho de que la orientación pretenda
brindar una sociedad justa a todos nuestros alumnos, aunque si bien la orientación en sí no
podrá cambiar esta realidad, ejerce una influencia para que se dé esta condición, la que se
obtiene a raíz de la obligatoriedad de la educación en nuestro país, donde todos los niños y
jóvenes se enfrentan al proceso educativo, y en el cual se requiere de un trabajo
interdisciplinario entre todos los agentes relacionados con la educación, incluida la
orientación.

Instituto Profesional Iplacex 3


Es importante señalar que el papel de la orientación en la institución educativa, es
abordado desde diversos ángulos y con distintos enfoques, sin embargo, corresponde a
todos los integrantes de la unidad educativa, una participación activa para el buen desarrollo
de ésta, sobre todo en tres áreas fundamentales que son:

Área cognitiva: cuya labor principal es ayudar a los alumnos en la toma de decisiones,
enseñarles técnicas de estudio y brindar asesoría en temas de interés vocacional y laboral,
entre otras.

Área afectiva: donde el orientador tiene la tarea fundamental de relacionarse con el alumno
e inmiscuirse en su realidad y de esta manera intercambiar conocimientos para ir creando y
fortaleciendo al educando, con las herramientas suficientes, que en definitiva le permitirán la
construcción de su futuro.

Área axiológica: es la que se relaciona con el aprendizaje de los valores que ayudarán al
alumno o alumna, a ser una persona positivamente integrada en la sociedad y preocupada
por el bien común del resto de las personas.

Es importante señalar el gran aporte de la orientación a la formación de los alumnos y


los beneficios que de ella se desprenden. Considerando que nuestra sociedad evoluciona
constantemente, se hace necesario que existan propuestas educativas acordes a las
demandas sociales y económicas actuales, sin olvidar ni supeditar la importancia de la
formación del alumno como ser humano. En este aspecto, la orientación tiene un papel
preponderante.

1.2. Orientación en la Institución Educativa

Dentro de los establecimientos educacionales, las áreas de intervención de la


orientación, se ven afectadas por las dificultades presentes especialmente en el plano de las
relaciones humanas, tanto entre compañeros, como entre profesores y alumnos.

Una realidad que preocupa a los docentes de muchos establecimientos, es el


problema de convivencia que presentan algunos alumnos al interior de las escuelas;
dificultades que se manifiestan generalmente, en peleas, insultos, violencia, falta de respeto
entre pares y hacia los profesores, incumplimiento de normas, entre otras. Todas ellas,
conductas que afectan el clima escolar. Es aquí, donde surge la necesidad imperiosa de que
el orientador intervenga, de manera tal que pueda prevenir, disminuir y anticiparse a la
aparición de otras alteraciones de la conducta.

No obstante, no podemos olvidar que existe otro grupo de alumnos, que si bien no
presentan conductas notoriamente desadaptadas, también deben ser objeto de preocupación
por parte de los profesores, ya que manifiestan conductas extremas de timidez, inseguridad y
retraimiento, observándose en ellos carencia de integración al grupo de pares, y una escasa
relación comunicativa con los profesores.
Instituto Profesional Iplacex 4
Además de evitar que se produzcan problemas de convivencia y de comportamiento
en los establecimientos, es tarea de la educación, socializar a los alumnos y brindarles las
herramientas necesarias para su desarrollo integral.

Es en el establecimiento donde se produce el primer aprendizaje social, en el cual el


alumno debe cumplir con las normas de comportamiento y exigencias de la sociedad. En la
escuela no sólo se le enseña a los alumnos la manera en que deben comportarse con los
demás dentro y fuera del colegio, sino también, la manera en que deberán actuar en el
futuro, a partir del “aquí y ahora”; instancia en que cada uno de los alumnos se ve inmerso,
quiéralo o no, en un contexto donde debe relacionarse con diferentes personas, que pueden
o no pensar de la misma manera, tener o no intereses comunes, ya que la escuela en sí es
un lugar de convivencia, en el que se ven comprometidas diferentes formas de ser, de
relacionarse y de interactuar con los demás, en definitiva, es una importante instancia de
aprendizaje social.

Durante la adolescencia puede resultar aún más compleja la convivencia en el colegio.


Y es aquí, donde el orientador debe procurar siempre, promover una convivencia positiva
entre alumnos, y entre éstos con los adultos, para lo cual es necesario que el docente se
sumerja en la tarea de comprender e intuir el estado de ánimo de los jóvenes, e interiorizarse
acerca de cuáles son los intereses a determinadas edades y los problemas que los
preocupan, debido a que son éstos, entre otros factores, los que pueden interferir en la
manera como se llevará a cabo la convivencia. Las relaciones sociales que se puedan
desprender en esta etapa, van a influir en el desarrollo de la personalidad del alumno.

Es importante que el profesor incentive en sus alumnos la capacidad de relacionarse


adecuadamente con las personas de su entorno, ya sea familia, amigos o adultos en general,
propiciando un clima de confianza, asumiendo un estilo de profesor democrático, procurando
con ello, transmitir confianza a los educandos, de tal modo que éstos se sientan aceptados
tal como son, y no discriminados entre sus compañeros. Esto requiere de parte del profesor,
mantener siempre una misma línea en su conducta, ser tolerante sin caer en la permisividad,
utilizar el refuerzo positivo con cada logro de los alumnos (por mínimo que éste sea), y
promover en la sala de clases un clima de libertad, acompañado del respeto justo entre cada
una de las personas.

Todo lo mencionado, propicia un estilo de enseñanza capaz de favorecer la


convivencia entre los alumnos de un establecimiento, permitiéndoles desarrollar actitudes
positivas que los acompañarán por toda la vida.

Es el profesor, con el apoyo del departamento de orientación, quien debe velar porque
se lleve a cabo de una manera positiva, la dinámica dentro del aula, procurando que en todo
momento se fomente el escuchar a cada uno, considerando los puntos de vista de cada
integrante del curso, y escogiendo para esto, todo tipo de actividades que le permitan tener
un acercamiento al curso.
Instituto Profesional Iplacex 5
Dentro del papel que le compete a los profesores en este aspecto, y que es de gran
importancia en educación, está la necesidad de guiar a los alumnos en el proceso de
adaptación; frente a esto, es indispensable brindar a los educandos la posibilidad de acceder
a aprendizajes significativos y funcionales, entendiéndose por significativo, al tipo de
aprendizaje que se relaciona con los intereses de cada alumno, así como también, que esté
en directa relación con los conocimientos previos y experiencia de cada uno. Al hablar del
carácter funcional de la educación, se hace referencia a la importancia de promover
aprendizajes que el alumno pueda utilizar en su diario vivir y en diferentes circunstancias.
Todo lo anteriormente señalado, tiene como finalidad contribuir a la adecuada adaptación de
los alumnos, tanto en el ámbito educacional como en el contexto social.

El orientador al igual que el resto de los docentes de un establecimiento, tienen una


gran responsabilidad con sus alumnos en la tarea de lograr que cada uno de ellos se adapte
de manera satisfactoria al proceso educativo, ya sea durante las horas propias de
orientación, o en cualquier otra instancia educativa.

Algunas de las actividades de orientación que el profesor puede llevar a cabo con sus
alumnos, son las conducentes a favorecer el cambio de conductas de ciertos alumnos que
tienden a ser impulsivos, poco reflexivos, con falta de juicio crítico; alumnos que se muestran
como incapaces de estar tranquilos o de concentrar la atención en una tarea específica. Para
estos casos es efectivo aplicar ciertas actividades, entre las que se destacan: desarrollar en
los alumnos la capacidad de darse instrucciones, o de pensar en voz alta, ante lo cual el
profesor debe actuar de la misma forma, de manera tal, de convertirse en un modelo para el
alumno, quien tiende a imitar las acciones de su profesor, recurriendo a palabras, gestos,
movimientos, entre otras. A medida que se va realizando la actividad en el tiempo, se va
eliminando la expresión de los pensamientos en voz alta, con lo cual, se habrá logrado
interiorizar en los alumnos la toma de conciencia de sus acciones.

Otra de las actividades propuestas, es favorecer en el aula un clima de bienestar entre


los alumnos; esto se puede lograr procurando que los estudiantes estén en una posición
cómoda, en silencio, en orden, idealmente con una música suave, es decir, crear un
ambiente propicio para la relajación. Esta simple actividad, realizada aunque sea por unos
pocos minutos, va a provocar sensaciones agradables, otorgándole un valor importante al
estar juntos y al compañerismo, además de propiciar buenas relaciones entre los miembros
del grupo curso.

Es el orientador en conjunto con el profesor, quien tiene la tarea de ir vigilando de


cerca las conductas de sus alumnos, sobre todo en circunstancias estresantes para ellos,
entendiéndose por éstas, el hecho de tener una evaluación o en el momento en que se va a
dar a conocer una calificación, sobre todo si es en voz alta. La forma en que el orientador
debe intervenir es convenciendo al alumno de que elimine los pensamientos negativos, que
de alguna manera condicionan la realidad. Es fundamental que el alumno tome conciencia de
sus capacidades y limitaciones, aprenda a controlar su frustración y valorar sus éxitos, pero
Instituto Profesional Iplacex 6
sin darle un mayor realce, siempre pensando en que cada logro o posible fracaso, no
afectarán en mayor medida a su existencia.

1.3. Organización de la Orientación Escolar

La orientación escolar requiere como ya se ha señalado, de un sólido apoyo y real


participación de todos los protagonistas del ámbito educativo; esto implica conocimiento,
compromiso y claro reconocimiento de las responsabilidades que deben tomarse en forma
conjunta. Es así, como se hace necesario hablar de la existencia formal y reconocida del
departamento de orientación, el cual debe estar constituido por un grupo de docentes y el
orientador, quienes conformarán un equipo de trabajo llevando a cabo la planificación,
programación y ejecución del rol fundamental que tendrá la orientación dentro del
establecimiento.

Los miembros del departamento de orientación deben contar con las instancias
necesarias para reunirse en forma permanente y periódica, a fin de llevar a cabo en forma
oportuna, la toma de decisiones necesarias para el logro de los objetivos propuestos.

La orientación escolar, debe organizarse mediante una planificación previa, factible de


ser modificada según las circunstancias que se presenten, de modo que el profesor vaya
determinando en qué aspectos intervenir, pudiendo priorizar para esto, algunos aspectos que
el estime necesarios, considerando las características de sus alumnos, junto con los
intereses de sus familias.

También, en relación a lo anterior, se requiere de un trabajo colaborativo entre


orientador, profesor jefe, profesores de asignaturas, directivos, etc. La instancia de
orientación puede darse en las horas destinadas para ello, en los consejos de curso, o en
cualquier momento que los profesores involucrados lo consideren necesario, a través del
orientador, un profesor tutor, o el mismo docente que en el fondo es y debe ser un profesor-
orientador.

Durante la puesta en práctica de las actividades, el profesor puede determinar los


criterios para llevar a cabo cada una de las actividades planificadas, lo cual se podrá realizar
de manera grupal, o en otras ocasiones, estableciendo equipos de trabajo según intereses,
por género, etc.

Para elaborar y estructurar un plan de orientación en el currículum escolar, o en el


proyecto educativo del establecimiento, es necesario considerar que:

1) El Plan de orientación debe incluir al menos los siguientes aspectos:

Instituto Profesional Iplacex 7


- Justificación basada en el contexto
- Objetivos claros y pertinentes
- Planificación general y definición de acciones prioritarias
- Estrategias de intervención
- Criterios de evaluación del plan

2) Al finalizar el período escolar, o al concluir el plan de orientación, el equipo de


trabajo debe presentar un informe que considere los siguientes aspectos:

- Modificaciones introducidas en el proceso de desarrollo del plan, programa y cambio, si


procede de la realidad educativa.
- Valoración del grado de consecución de los objetivos propuestos establecidos en el plan,
así como la implicación y participación de los diferentes profesionales que colaboran con
él.
- Conclusiones y propuestas de mejoramiento.

Dicho informe debe ser elaborado por todo el departamento y dado a conocer a toda la
comunidad educativa, es decir, directivos, docentes, padres y alumnos, a fin de contar con
nuevas propuestas, opiniones, mejoramiento de lo ya realizado, etc.

1.4. La Intervención del Departamento de Orientación

La orientación está al servicio de la educación de una manera integral y personalizada,


tanto como lo está al servicio de los aprendizajes y del currículo. Esto debido a que además
de los contenidos propiamente cognitivos, figuran en el proceso educativo, aquellos de
naturaleza transversal, tales como, actitudes, sentimientos y comportamientos; por ende,
debe atender el aspecto moral, emocional y relacional, que si bien no es una tarea única y
exclusiva de la orientación, pretende la óptima promoción personal del alumno.

Es necesario comprender que el departamento de orientación, no pretende hacer una


selección de los “mejores alumnos” para ayudarles a que cada uno de ellos pueda, a partir
de tests o entrevistas, optar por carreras brillantes y exitosas. Por el contrario, se debe tener
claro que la orientación está al servicio de la educación de todos los alumnos por igual,
respetando sus diferencias individuales.

Es preciso considerar que, en ocasiones se deberá efectuar un trabajo personalizado


con algunos alumnos, esto es sólo porque ellos pueden presentar ciertas dificultades de
comportamiento o aprendizaje, que le impiden desenvolverse correctamente en el proceso
educativo. Ante esto, es necesario recordar que en todo momento, la orientación se
constituye como un apoyo educativo.

Instituto Profesional Iplacex 8


“Al mencionar que la orientación forma parte constitutiva de la educación, es
preciso recurrir al análisis de ciertos elementos que la componen, los cuales deben
ser incorporados a la práctica docente. Entre estos elementos, se encuentra el
hecho de contar con la claridad suficiente de lo que implica la educación,
trasladando dicho concepto a la orientación y su implicancia en la vida de una
persona, pensando en que la educación debe tener como norte el orientar a los
alumnos para vivir, entregando aprendizajes funcionales relacionados con el
contexto general de los alumnos, y las posibilidades futuras para cada uno de ellos,
promoviendo en todo momento, el desarrollo social de los educandos”.

Otro de los elementos a considerar, dice relación con la característica que tiene la
orientación de brindar ayuda en los diversos ámbitos del ser humano, apoyándolo en todo
momento, frente a cada una de las decisiones a las cuales debe enfrentarse en
determinadas circunstancias. Esto nos lleva a considerar la necesidad de educar a los
alumnos para la toma de decisiones, ya que muchas de ellas, son opciones de vital
importancia para el desarrollo de la persona, pues están en directa relación con su futuro.

Por último, otro aspecto a tener en cuenta, es considerar a la orientación como parte
misma del proceso educativo, capacitando a los alumnos para que cuenten con instrumentos
que le permitan interactuar de la mejor manera en su proceso educativo. Es aquí donde se
incluyen diversas técnicas de estudio, enseñar a aprender, tener la capacidad de
autoevaluarse, entre otras, desarrollando las competencias con las cuales debe contar el
alumno para desenvolverse satisfactoriamente en su proceso educativo.

Cuando el alumno no posee las capacidades que le permitan contar con las
competencias anteriormente mencionadas, es necesario recurrir a la ayuda que pueda
brindar el profesor-orientador, proporcionando refuerzo y apoyo constante al alumno,
pudiendo éste necesitar ayuda, ya sea de manera permanente o bien, en alguna situación y
aspecto concreto.

Frente a esta temática, surge la necesidad de brindar a los alumnos un conjunto de


actividades, de manera tal, que les permita fortalecer sus aprendizajes. Para que se pueda
llevar a cabo esta ayuda hacia los estudiantes, es necesario realizar un trabajo cooperativo
entre cada uno de los miembros del cuerpo docente de un establecimiento, de lo contrario, el
orientador, no podrá llevar a cabo esta tarea como un ente aislado y sin el apoyo
interdisciplinario de los demás profesores de la institución educativa.

Estas actividades se constituyen de manera distinta de lo que se realiza en una clase


habitual, deben estar basadas en las características y necesidades propias de cada uno.
Bajo esta modalidad de trabajo, podemos distinguir variadas alternativas de intervención, las
cuales van a estar condicionadas por las propias demandas de los alumnos; este trabajo no
Instituto Profesional Iplacex 9
difiere mayormente del realizado al resto de la clase, la diferencia está dada por el tipo de
material a utilizar y la forma en que se llevan a cabo las actividades. Para ello, es
fundamental recurrir al asesoramiento de los demás profesores.

La puesta en práctica de estos procedimientos, debe ser apoyado por el departamento


de orientación, creando la conciencia en todos los profesores del establecimiento de que las
necesidades que presentan los alumnos son tarea de todos, y que dichas actividades pueden
llevarse a efecto a través de programas de orientación educativa, en conjunto con el equipo
de grupo diferencial existente en el establecimiento. Cada uno de los programas o
actividades, deben estar enfocados en brindar orientación, reforzar, guiar, apoyar y facilitar el
proceso de aprendizaje de los alumnos y alumnas.

Es el estudiante en este caso, al igual que en toda la educación, el objeto último de la


orientación. Es ella quien responde a la necesidad de facilitar a los alumnos el desarrollo
adecuado dentro del contexto social en general, estando presente en todo momento, como
en el caso de la ayuda que brinda al sujeto en pro de facilitarle a éste, su relación con el
mundo que lo rodea, sobre todo en momentos de mayor conflicto. La orientación también se
hace presente en circunstancias en que el alumno pueda sentirse en desventaja frente al
resto de sus compañeros, ya sea por causas físicas, sociales, netamente pedagógicas o
bien, cuando se produce alguna discriminación hacia los alumnos.

Aunque en ocasiones, el orientador puede tener sesiones de manera personal con sus
alumnos, al momento de realizar actividades de orientación, éstas pueden ser desarrolladas
con la totalidad de los alumnos de un curso, pudiéndose incluir la intervención de los padres,
la cual es primordial y cobra aún mayor importancia en la labor de orientación del proceso
educativo de sus hijos.

Las tareas de la orientación, deben llevarse a efecto de manera cohesionada con el


currículo del nivel educacional correspondiente, destacando siempre como fin último, el dar
énfasis al desarrollo integral de la persona, dando especial importancia a las actitudes de los
alumnos, valores y sentimientos, promoviendo el desarrollo de la personalidad, además del
aspecto cognitivo.

Existen algunos establecimientos donde lo más importante es desarrollar el aspecto


cognitivo, con lo cual se descuida la parte valórica y actitudinal de los alumnos, disminuyendo
la posibilidad de brindar una educación de manera integral a cada uno de los educandos. Es
fundamental recordar constantemente a los profesores y en función de la orientación
educacional, cual es la misión que a ellos como docentes les compete.

La orientación dentro de la institución educativa, se puede representar de la siguiente


manera:

Instituto Profesional Iplacex 10


ÁREA
COGNITIVA

Alumnos

ÁREA
Departamento de AFECTIVA Apoderados
Orientación

Profesores
 Orientador
 Profesores
 Guías o ÁREA
tutores AXIOLÓGICA
 Especialistas (Valores)

Vemos cómo el trabajo orientador se enfoca al desarrollo integral de los alumnos y


alumnas, propiciando la participación de profesores, padres y apoderados, y el conjunto de
integrantes de la comunidad educativa, quienes mediante una labor coordinada, con
objetivos claros y un conocimiento cabal de la organización educativa a la cual pertenecen,
pueden llevar adelante el logro de la metas propuestas en bien de los educandos, en todas
las etapas escolares, con las consiguientes necesidades que implica cada una de ellas, tanto
dentro como fuera de la sala de clases.

z
Realice ejercicio n°1

Instituto Profesional Iplacex 11


1.5. Orientación Educacional y Educación Integral

Saber cuál es el fin de la educación y hacia quién está dirigida, es una pregunta
frecuente que debe ser asumida por toda la comunidad educativa y la sociedad en general.

La orientación intenta dar respuesta a estas interrogantes, ya que es ella quien tiene
como fundamento, mostrar el sentido y fin de la educación, ante lo cual es necesario tener un
conocimiento previo del alumno y de las personas implicadas en el proceso educativo. La
respuesta frente a la interrogante anterior, está dada por un tipo de enseñanza basada en un
humanismo integral, para así brindar una educación global, con una visión clara de las
necesidades de los educandos.

En los Objetivos Fundamentales y Contenidos Mínimos Obligatorios (OF y CMO) para


Educación Media, se establecen las orientaciones sobre el conocimiento y el aprendizaje, lo
cual nos deja claramente manifiesto, que es primordial considerar que el hombre es un ser
que posee la capacidad de estar en constante apertura, hacia un sinnúmero de posibilidades
de lo que puede llegar a ser.

Bajo este modelo de educación, se debe prestar especial atención a la preocupación


por el desarrollo de todas las dimensiones y potencialidades del alumno; la orientación es la
responsable de cubrir las necesidades que le puedan surgir al alumno a lo largo del proceso
educativo, sean éstas, necesidades propias de la educación o bien, necesidades que van en
función de un adecuado desarrollo personal y su óptima inserción en la sociedad.

Para la obtención de lo anteriormente mencionado, es menester que exista un respeto


por el alumno como persona, debiendo valorarse a cada educando indistintamente, para así
lograr el perfeccionamiento intelectual y moral de éstos.

Con el fin de lograr brindar una educación integral basada en el humanismo, se debe
siempre considerar todos los aspectos del individuo como un todo, comprendiendo las
diferentes dimensiones del ser humano en beneficio de obtener la perfección para el logro de
una educación más humana, que favorezca la comunión entre las personas.

2. LA ORIENTACIÓN ESCOLAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DEL EDUCANDO

Como ya es sabido, la orientación está al servicio de un desarrollo completo del ser


humano, que en este caso es el estudiante. Para desarrollar tal principio, debe tomar en
cuenta una serie de elementos como los siguientes:

2.1. Desarrollo de la Autoestima y el Autoconcepto Positivo


Instituto Profesional Iplacex 12
En la adolescencia, el proceso de convertirse en persona pasa a través de una
encrucijada crítica: la de construir la propia identidad personal. Esta identidad es definición o,
mejor dicho, autodefinición de las personas ante otras personas, ante la sociedad, la realidad
y los valores. Es de naturaleza psicosocial y contiene elementos cognitivos. El adolescente
se observa y se juzga a sí mismo, a la luz de cómo percibe que le juzgan los demás; se
compara con ellos, y se contrasta también con el patrón de algunos criterios de valor para él
significativos.

El desarrollo del yo y de la identidad personal, se vincula estrechamente con la propia


historia del adolescente. Es en la adolescencia cuando el ser humano comienza propiamente
a tener historia, memoria biográfica, interpretación de las pasadas experiencias y
aprovechamiento de las mismas, para afrontar los desafíos del presente y las perspectivas
del futuro. El niño tiene memoria autobiográfica, pero todavía no la tiene organizada en un
relato personal, en una reconstrucción de su propia historia. Es en la adolescencia cuando
comenzamos a tejer nuestro propio relato personal, y ese relato es el que constituye nuestra
personal identidad.

En el desarrollo de la identidad la etapa adolescente es, sin duda, un momento clave y


también crítico. Es cuando el individuo alcanza ese punto que le permite vivir en sociedad y
relacionarse con los demás como una persona psicosociológicamente sana y madura. Es
también, cuando el adolescente trata de definir del modo más explícito sus opciones, sus
aspiraciones y, principalmente, sus amores, proyectando sobre el otro la imagen de sí
mismo, con el afán de definir su propia identidad.

El desarrollo de la identidad puede también presentarse como desarrollo del “yo”, el


que tiene varias funciones:

La unificación de las representaciones que el adolescente tiene acerca de sí mismo.


La organización de las defensas de la propia identidad frente a las amenazas del mundo
exterior.
La disposición de estrategias de enfrentamiento para adaptarse a la realidad y también
para adaptarse activamente a las propias necesidades y aspiraciones.
La elaboración de la memoria autobiográfica de la persona y el proyecto de un futuro
satisfactorio.
La consolidación de la autonomía e individualización personal.

El concepto de “yo” o de “sí mismo”, constituye el elemento central de la identidad


personal. Es un conjunto de representaciones que hacen referencia al propio cuerpo, al
propio comportamiento, a la propia situación y a las relaciones sociales. Este concepto de sí
mismo o autoconcepto, es conocimiento y valoración personal que se relaciona directamente
con el autoconocimiento y autoestima.

Instituto Profesional Iplacex 13


La representación del propio cuerpo es un elemento esencial de ese autoconcepto en
la pre-adolescencia y la adolescencia. Los importantes cambios corporales que se producen,
desde el tamaño del cuerpo y la fuerza física hasta las nuevas sensaciones sexuales, ahora
posibles, requieren del adolescente una revisión y una adaptación de la nueva imagen de su
cuerpo. La adolescencia es una etapa en la que la preocupación por el propio físico pasa a
primer plano. Los principales aspectos de esta preocupación son:

a) La ansiedad por el propio atractivo físico y por la eficacia física: ansiedad reforzada por
los medios de comunicación que presentan un cierto ideal físico de hombre y mujer,
necesario para triunfar en la vida, según los modelos del momento.

b) La diferencia en los ritmos de crecimiento: por lo general, quienes experimentan un


crecimiento rápido, son aceptados por los adultos como maduros, a más temprana edad que
el resto de los jóvenes que aún no han alcanzado su desarrollo, lo cual les confiere más
ventajes y posibilidades, dentro de las cuales está la de ejercer un cierto liderazgo social
sobre sus compañeros.

Pero no sólo la imagen del propio físico constituye en la adolescencia un tema vital.
Particularmente destacada también, es la preocupación por el rol sexual. En general, el
adolescente y la adolescente tienen una enorme necesidad de reconocimiento por parte de
otros; necesitan ver reconocida y aceptada su identidad por las personas - adultos o
compañeros- que son significativas para ellos. Es este reconocimiento y aceptación, lo que
asegura un concepto positivo de sí mismo, una positiva autoestima.

Esta autoestima constituye precisamente uno de los indicadores más sensibles del
modo en que los adolescentes están construyendo su identidad personal.

La autoestima influye sobre el adolescente en:

- Cómo se siente
- Cómo piensa, cómo aprende y cómo crea
- Cómo se valora
- Cómo se relaciona con los demás
- Cómo se comporta

 Un alumno o alumna adolescente con autoestima positiva:

- Actuará independientemente
- Asumirá sus responsabilidades
- Afrontará nuevos retos con confianza
- Experimentará sentimientos positivos ante el éxito
- Se relacionará con los demás de forma sana y constructiva
- Reconocerá y demostrará, sin inhibición, sus sentimientos y emociones
- Tolerará bien la frustración
Instituto Profesional Iplacex 14
Por el contrario, un adolescente o una adolescente con autoestima negativa o deteriorada:

- Sentirá que los demás no le valoran


- No tendrá confianza en su capacidad y sus posibilidades
- Se sentirá impotente, incapaz de afrontar cualquier reto
- Será fácilmente influenciable por los demás
- Sus emociones y sentimientos hacia sí misma y hacia los demás, también serán negativos
- Eludirá las situaciones que le provoquen ansiedad
- Se pondrá a la defensiva y se frustrará con facilidad
- Echará la culpa a otros de sus debilidades

c) Elaboración de la Identidad: la construcción y desarrollo de la identidad personal, y dentro


de ella la autoestima, pueden y deben favorecerse en todos los ámbitos de la enseñanza.
Todas las áreas de la Educación Media, son terreno propicio para ello. Todo profesor debe
sentirse llamado a contribuir, a través de su propia materia, a desarrollar el sentido de la
identidad personal o, lo que es igual, a desarrollar una identidad personal con sentido,
significativa para cada cual. La educación es una actividad eminentemente interpersonal, y
en ella, si la comunicación es efectiva, se producirá espontáneamente una maduración del
educando, así como también, del propio educador.

Los adolescentes elaboran su propia identidad, en relación con cuatro condiciones o


aspectos que cabe definir como: vinculación, singularidad, autocontrol y referencia a
modelos. En relación con esos cuatro aspectos, todo profesor, puede desarrollar una línea
coherente de actuación educativa que ayude a sus alumnos a una maduración como
personas.

1) La vinculación: es la satisfacción que se obtiene al establecer vínculos que son


importantes para una persona y que los demás también reconocen como importantes. Un
alumno con problemas de vinculación, presentará algunos de los siguientes
comportamientos:

No puede comunicarse con facilidad, le cuesta escuchar a los demás y comprender sus
puntos de vista.
Es inhibido y tímido, elude de forma activa las situaciones sociales y es poco consciente de
los intereses y necesidades de los demás.
No cae bien a sus compañeros.
Rara vez, o nunca, se ofrece para ayudar a los demás.
Resulta incómodo a los adultos o, por el contrario, intenta captar su atención
continuamente.
Tiene dificultades para expresar sus ideas y sentimientos de manera directa y para pedir lo
que necesita.

Las actitudes que el profesor ha de tener frente a estos comportamientos son:


Instituto Profesional Iplacex 15
- Demostrar afecto, apoyo y confianza
- Hacer elogios reales. Evitar los ambivalentes
- Demostrar aprobación cuando se relaciona bien con los demás
- Prestar atención especialmente cuando lo necesiten
- Compartir intereses, aficiones y sentimientos

2) La singularidad: se obtiene como producto del reconocimiento y respeto por las cualidades
y atributos que hacen a cada cual diferente y singular. En el alumno adolescente, con escaso
sentido de singularidad, se observarán algunos de estos comportamientos:

Hablará negativamente de sí mismo y de sus logros.


Demostrará poca imaginación y rara vez propondrá ideas originales.
Hará las tareas como se le pidan, sin apenas aportar modificaciones de su propia cosecha.
Se sentirá incómodo cuando se le destaque o pregunte en clase.
Buscará con frecuencia el elogio o el reconocimiento, pero se sentirá confuso y lo negará, o
lo desmerecerá cuando lo consiga.
Hará alardes cuando no sea el momento.
Normalmente se adaptará a los deseos y a las ideas de otros, sobre todo si son sus
compañeros
Sigue a otros, pero raramente guía.
Se relacionará con los demás de forma poco espontánea y creativa.
Tenderá a clasificar a los demás de manera simplista y probablemente, será crítico con sus
características personales. Tratará de buscar aquellas cosas que le asemejen a los demás,
antes que aceptar sus diferencias.

El profesor, frente a estos comportamientos, deberá:

- Mostrar interés y respeto por sus puntos de vista.


- Crear un clima de confianza y apoyo en el que se sienta libre para expresar sus ideas.
- Que el alumno se sienta aceptado, incluso cuando haya que censurar su comportamiento.
- Poner de manifiesto lo positivo sobre lo menos positivo, ya sea referido a cualidades físicas,
académicas o personales. El profesor ayudará al alumno a verse con realismo, pero no con
pesimismo.

3) El autocontrol: se refiere a los recursos, oportunidades y capacidad del adolescente para


influir sobre su propia vida. Cuando experimenta estas cualidades en su vida, adquiere una
sensación de poder que se traduce en confianza en su propia capacidad.

Algunas conductas que pueden darse en los alumnos adolescentes con escaso
autocontrol, son:

Elude afrontar responsabilidades. Se echa para atrás en tareas que supongan un reto.

Instituto Profesional Iplacex 16


Hay que recordarle constantemente los deberes.
Es frecuente que abandone las tareas antes de terminar.
Le resulta difícil controlarse emocionalmente. Demuestra a menudo rabia, furia, miedo o
incapacidad para enfrentarse a la frustración, indicando una carencia de control personal.
Es excesivamente exigente o terco.
Quiere ser siempre el líder o hacer las cosas a su manera. Será inflexible y se negará a
discutir o negociar soluciones opcionales y a compartir la autoridad.

Las actitudes apropiadas del profesor frente a esos comportamientos, son las de:

- Enseñar al alumno a autovalorarse y autorreforzarse positivamente. Ayudarle a fijarse


metas razonables, a que se evalúe de forma realista y a que asuma su propia
responsabilidad.
- Hacer consciente al adolescente de su propio proceso de toma de decisiones, que le haga
capaz de ir haciéndose cargo de su propia vida.
- Reafirmar los éxitos que tenga para que se sienta cómodo asumiendo responsabilidades.
- Respetar el actual grado de competencia del adolescente. Eso aumentará su capacidad
en el uso de las habilidades precisas para afrontar aquellas situaciones que las requieran.

4) Los modelos o pautas: son puntos de referencia que proporcionan al adolescente


ejemplos adecuados, humanos, filosóficos y prácticos, que le sirvan para establecer su
escala de valores, sus objetivos e ideales propios. Algunos comportamientos que pueden
darse en el adolescente que manifiesta carencia de modelos o pautas, son:

 Se organiza mal tanto en tareas y en ideas, como en comportamientos. Suele ser un
desastre para su persona, sus cosas y sus trabajos.
 Le cuesta decidirse a hacer o decir algo. Suele confundirse con facilidad.
 Se muestra inseguro en los métodos y en los objetivos que elige cuando trabaja en equipo
con otras personas. Solicita continuamente normas e instrucciones y suele insistir en que
sólo hay una manera de hacer las cosas.
 Elude situaciones en su relación social que requieren de ciertos formalismos o se muestra
incómodo en ellas.

Frente a estos comportamientos, el profesor debe:

- Comprender los valores de los alumnos y alumnas, y crear un clima de confianza y apoyo
en el que se sientan libres para expresar y modificar esos valores.
- Comportarse como persona “significativa”, que influye en la formación del concepto de sí
mismo de los alumnos. Ha de mostrar coherencia entre lo que piensa, dice y hace,
proporcionando experiencias que no infundan ansiedad, confusión o inseguridad.
- Comprometer y hacer partícipes a los alumnos y alumnas en el establecimiento y logro de
objetivos. De esta manera se sienten más responsables, reforzando el sentido de sí
mismos.

Instituto Profesional Iplacex 17


- Dar normas claras y sencillas, empleando el tiempo necesario, para que puedan entender
con facilidad las nuevas tareas de clase y las propias de cada uno.
- Mostrarles que son responsables de las consecuencias de su comportamiento.

El profesor u orientador puede desarrollar, con el grupo-clase o con determinados


alumnos individualmente, ciertas actividades específicamente enfocadas a la mejora de su
autoestima y a la construcción de su identidad personal. Para realizar esas actividades,
seguramente necesitará del asesoramiento y apoyo del profesor especialista, del psicólogo y,
en general, del Departamento de Orientación. Hay distintas actividades a través de las cuales
puede favorecerse esto. Algunas de ellas consisten en juegos en el sentido amplio del
término: juegos sociales, de simulación o de roles. A través de ellos, el adolescente
experimenta con las múltiples facetas de su personalidad posible, examina sus propias
preferencias y valores, experimenta también, en situación simulada no peligrosa, cuáles son
las posibles reacciones de otros participantes en la situación.

Son actividades que no necesitan una preparación especial en el profesor. Basta con
sentido común, tacto, prudencia y un saber hacer educativo general.

2.2. Desarrollo de Habilidades Sociales y de Adaptación

Entre las preocupaciones mayores de los tutores y profesores, están algunas


conductas problemáticas que determinados alumnos muestran en el ámbito escolar, y con
las que a veces no saben qué hacer. Las agresiones, riñas, insultos, transgresión de las
normas, faltas de respeto, indisciplinas, preocupan a los profesores, primero por ser
comportamientos indeseables, y en segundo lugar, porque perjudican extraordinariamente el
clima de aprendizaje. Con algunos grupos de adolescentes, la indisciplina puede llegar a
constituir un problema de primer orden, que desencadena otros y que puede llegar a hacer
imposible ya no sólo el aprendizaje, sino la convivencia misma. La acción tutorial y
orientadora tiene que ver, desde luego, con tales conductas problemáticas, una vez
aparecidas, pero sobre todo, ha de desarrollarse en líneas coherentes de intervención que se
anticipen a la aparición de las mismas.

Por lo general, los profesores se preocupan más por los comportamientos excesivos
que por los comportamientos inhibidos. Se preocupan por los alumnos inquietos, nerviosos,
agresivos, que trastornan el orden de la clase y perjudican el desarrollo del trabajo docente,
descuidando a aquellos estudiantes tímidos, inseguros, que no se integran en el grupo, que
se relacionan poco con los compañeros y con el profesor, pero que no molestan. En todo
caso, tanto los excesos como los déficits de comportamiento, han de ser objeto de la
atención del profesor. Pero éste, no sólo debe prestar atención a los problemas cuando
surgen, sino que debe anticiparse a ellos, con una acción positiva que puede resumirse en
educar para la convivencia, en enseñar a convivir.

Instituto Profesional Iplacex 18


Por otra parte, los problemas de violencia, de indisciplina o mala convivencia, no
deben verse como problemas internos del aula o del centro. El establecimiento educativo y el
aula, son el espacio en el que esos problemas surgen a veces, pero por ser un espacio
educativo, tiene que ser también el lugar en el que esos problemas deben encontrar un
tratamiento adecuado y, en consecuencia, deben encontrar su solución. La escuela tiene que
ser ante todo, escuela de convivencia: de una convivencia razonable, pacífica, en la que los
intereses y puntos de vista divergentes se negocien a través del diálogo racional y se
enmarquen en normas de comportamiento que sirvan para el respeto recíproco.

“La escuela es un lugar para la educación en la convivencia y un lugar donde se


convive. El aprendizaje de la convivencia en la escuela se produce no tanto a través
de la instrucción explícita, sino a través del modo en que en ella se convive.
Comunicarse, cooperar, ser solidario, respetar las reglas, es algo que además de ser
objeto de enseñanza, ha de constituir el entramado de la vida escolar”.

Enseñar a convivir, tiene que ver con una de las funciones esenciales de la institución
escolar: la de contribuir a la socialización de los alumnos.

Educar es socializar, y en la Educación Media el objetivo del trabajo del orientador, y


en general del profesor, es educar a los alumnos en esta capacidad para una buena
convivencia, y no sólo el tratar de evitar comportamientos hostiles o desintegradores.

Las enseñanzas de la Educación Media tratan de responder a las demandas de la


sociedad y de la cultura de nuestro tiempo. De esta forma, el aprendizaje en esta etapa debe
contribuir al proceso de socialización de los alumnos, a su futura integración en el mundo del
trabajo, a la asimilación de los saberes cívicos y al aprecio del patrimonio cultural de la
sociedad a la que pertenecen y de la que habrán de ser en su vida adulta; esto quiere decir,
miembros activos y responsables.

El aprendizaje de la convivencia en el ámbito educativo es esencial. La escuela


constituye para los niños y adolescentes el primer espacio público en el cual se encuentran
con las exigencias de la sociedad, con normas institucionales de comportamiento y
funcionamiento, con el grupo de sus compañeros de igual edad y con la sociedad de los
adultos. La escuela es un lugar de aprendizaje para la convivencia, no sólo en el sentido de
que al adolescente se le enseñe cómo ha de convivir fuera de ella, o cómo ha de convivir en
el futuro, sino sobre todo, en el sentido de que es un lugar de convivencia, en el que se pone
en práctica un determinado modo de relacionarse, de cooperar con los demás o, por el
contrario, de chocar con ellos.

Instituto Profesional Iplacex 19


La adolescencia es un fragmento de la vida, que se presenta como una realidad total y
compleja. Llegar a intuir el estado de ánimo de los alumnos adolescentes, es una habilidad
que el profesor aprende lentamente y con la práctica. Para promover adecuadamente una
buena convivencia entre los adolescentes, y entre ellos con los adultos, en un
establecimiento de Enseñanza Media, es necesario conocer cuáles son los temas
dominantes de las relaciones de convivencia en los adolescentes, cuáles son los problemas
de éstos y también, cuáles son los recursos de que disponen y las fuentes principales de
influencia en su comportamiento.

2.2.1. El Desarrollo Social en la Adolescencia

Las relaciones sociales en la adolescencia están vinculadas muy de cerca a otros


procesos evolutivos, sobre todo, al desarrollo de la personalidad. Los elementos evolutivos
de la identidad personal tienen componentes de relación social y, a su vez, las relaciones
sociales desempeñan un gran papel en la formación de la identidad.

El espacio social donde tienen lugar las interacciones con otras personas, va pasando
de la familia (único grupo de referencia en los primeros años de la vida del niño) a la escuela
(espacio social e institucional de interacción más amplio), que incorpora nuevos compañeros
y nuevos adultos.

Con la adolescencia este espacio social e institucional se amplía, extendiéndose en


cierto modo a la sociedad entera, por mediación de grupos de amistad y de la subcultura
juvenil, lo que significa el comienzo del debilitamiento del referente familiar. Los rasgos más
destacados de la nueva situación social del adolescente, son la emancipación de la familia y
la adquisición de autonomía personal e independencia social.

La emancipación familiar no se produce en todos los adolescentes de la misma


manera y tiene mucho que ver con el tipo de disciplina familiar. Los adolescentes se hacen
más independientes en familias con padres democráticos, que en familias con padres
autoritarios.

El momento de mayor tensión entre padres e hijos coincide con la pubertad, debido a
que el adolescente comienza a experimentar que con sus propias fuerzas puede alcanzar
sus deseos; el rol infantil de satélite de los padres, deja de ser adaptativo y se torna
insostenible. Es entonces cuando la relación se hace más lejana y se deteriora la
comunicación. Por otra parte, esta salida de la órbita de los padres coincide con el ingreso a
otra órbita de influencia: la del grupo de compañeros. En realidad, lo que hace el adolescente
en la familia es redefinir sus posiciones dentro de ella. En todo caso, un comportamiento
familiar de orientación igualitaria y democrática, contribuye a evitar graves conflictos, a
pacificar y hacer más cómodas las relaciones con los hijos de esta edad.

Instituto Profesional Iplacex 20


Paralelamente a la emancipación familiar, el adolescente establece lazos más
estrechos con el grupo de compañeros. Éstos y la amistad más íntima con alguien del mismo
o de otro sexo, constituyen una experiencia decisiva y una característica fundamental de las
relaciones sociales en la adolescencia. La interacción con los compañeros en la
adolescencia se da fundamentalmente en el grupo; éste pasa a ser la institución
socializadora por excelencia, donde el adolescente comparte sus sentimientos, deseos,
dudas, temores y proyectos. Compartirá con sus compañeros y éstos le ayudarán
decisivamente a configurar su propia identidad.

No siempre la adolescencia culmina con el logro de la independencia; la sociedad no


lo facilita. Es paradójico que, la sociedad exige independencia al adolescente, pero en
determinadas condiciones y según pautas impuestas que en definitiva, suponen
dependencia.

La falta de una clara definición familiar y social, de la transición de la dependencia


infantil a la independencia adulta, hace aparecer comportamientos típicos de la edad
adolescente, que la sociedad define como desviados o problemáticos y que pueden ser
considerados como conductas de transición. Un cierto grado de conflicto parece inevitable:
obedece a la necesidad del adolescente de redefinir sus posiciones en la familia.

La influencia de los amigos no hace decrecer la de los padres. Ambas influencias


tienden a corroborarse y complementarse recíprocamente, formando parte de un proceso en
el que el adolescente consolida tanto sus competencias específicas como su competencia
general frente al entorno social. De hecho, las contradicciones entre los valores del grupo y
los de la familia suelen afectar a aspectos superficiales como el modo de vestir, las aficiones
o los gustos, pero no tanto a los valores. Por lo general, el adolescente observa el criterio de
los padres con preferencia al de los compañeros en decisiones que afectan a su futuro,
mientras que sigue más a los compañeros en opciones sobre sus deseos y necesidades
actuales.

La existencia de normas es especialmente importante para el adolescente, porque le


dan seguridad y le permiten confiar en que no será rechazado por el resto del grupo. Las
normas, a su vez, están relacionadas con los “valores” o lo que el grupo considera digno de
tener en cuenta (estilo de peinarse, vestirse, aficiones, tipo de música, etc.). Pero una
disciplina bien encauzada no resta libertad al adolescente ni merma su espontaneidad,
siempre que se eviten los extremos; la postura adecuada por parte del adulto y del profesor,
es no criticar ni excusarlo todo.

z
Realice ejercicio n°2

Instituto Profesional Iplacex 21


a) Papel de los profesores

El profesor de Educación Media, como objetivo específico dentro de su respectiva


área, debe tratar que los alumnos sean capaces de relacionarse y comunicarse
adecuadamente con las personas de su entorno, estimulando el sentido de la libertad y
responsabilidad en relación con el entorno social y el respeto a las normas de convivencia
democrática. Toda la acción educativa ha de contribuir a ello, tanto la desarrollada en las
áreas de enseñanza obligatoria, como la ejercida a través de la tutoría y la orientación.

El estilo de enseñanza debe lograr un clima agradable, activo y alegre que haga
satisfactorio el trabajo escolar, y ayude a resolver las diferentes situaciones conflictivas del
grupo, fomentando un ambiente de convivencia productiva de manera que puedan
alcanzarse todos los objetivos instructivos y educacionales del currículo escolar. También ha
de favorecer que el adolescente realice libremente lo que debe hacer, ayudándole a tomar
conciencia de sus posibilidades y limitaciones, proporcionándole los medios para que sepa y
pueda hacer buen uso de su libertad. Obviamente, es un estilo democrático el que favorecerá
la buena convivencia.

Los siguientes, son algunos de los comportamientos concretos a través de los cuales
todo profesor puede favorecer un buen espíritu de convivencia y unas relaciones cómodas en
el grupo, donde todos se sientan a gusto:

 Comunicar confianza, seguridad y optimismo a los alumnos. No actuar de forma


precipitada.
 Aceptar al alumno tal como es, manteniendo un trato cordial con todos y evitando las
preferencias.
 Mantener pautas de continuidad o consistencia en su conducta y en el control de la
clase.
 Ser tolerante sin olvidarse de la disciplina adecuada. Ante situaciones de indisciplina
el profesor debe mostrarse sereno, calmado y a la vez, enérgico, con autodominio
suficiente para valorar correctamente la conducta, y no mostrarse ni excesivamente
benévolo ni demasiado duro.
 Utilizar incentivos positivos, valorando los éxitos por pequeños que sean.
 Establecer niveles adecuados y realistas tanto en los logros académicos como en las
conductas sociales y adaptarlos a las posibilidades reales de los alumnos.
 Evitar amenazas innecesarias y poco prácticas.
 Asignar a los alumnos tareas apropiadas e interesantes que les faciliten el éxito.
 Coordinarse y estar abierto a colaborar con todas las personas implicadas en el
proceso educativo.
 Adaptarse a las nuevas situaciones que se plantean en la enseñanza: participar en
proyectos de innovación, de reforma, de formación permanente, entre otras.
Instituto Profesional Iplacex 22
 Dar a la clase un clima de libertad dentro de un orden, de entusiasmo activo, de
sinceridad y respeto, ya que como resultado de un estilo de enseñanza que favorezca
la convivencia, los alumnos desarrollarán actitudes positivas.

Las pautas de comportamiento aconsejables para todo profesor, sobre todo en lo que
concierne a mejorar la dinámica del grupo o clase, han de ser cuidadosamente observadas
principalmente por el orientador, al que corresponde una especial responsabilidad en
conseguir una buena conexión del grupo de alumnos, así como un clima general de
cooperación, disciplina, respeto recíproco y buena convivencia. En la hora de consejo de
curso, puede desarrollar sesiones específicamente encaminadas a mejorar las relaciones de
convivencia.

Son muchas y variadas las actividades que puede desarrollar para ello: sesiones de
mesa redonda, en las que unos alumnos o grupos de alumnos presentan y representan
posiciones divergentes o contradictorias acerca de algún tema, sesiones de lluvia de ideas,
en las que se dé rienda suelta a toda clase de propuestas, tan originales e innovadoras como
sea posible, sin someterlas a crítica alguna, o el estudio común de casos a partir de hechos
reales, por ejemplo, de las noticias del día o de hechos ficticios, o también el juego de roles y
dramatización de una determinada situación, asumiendo distintos alumnos los papeles
correspondientes a los personajes de una situación y tratando cada uno de vivir a fondo su
papel y de sostener un diálogo apasionado con los demás.

El profesor debe escoger aquellas actividades que mejor se adapten a las


necesidades de los alumnos y a su propia capacidad para liderar el grupo. El conocimiento
de principios elementales, o mejor aún, de técnicas específicas de dinámica de grupos,
puede serle de enorme utilidad. En estas actividades, como en otras, será conveniente, por
lo demás, que el profesor se deje guiar y asesorar por el profesor de la especialidad de
Psicología y Psicopedagogía en el caso de contar con este tipo de asesoría, ya sea dentro o
fuera del establecimiento educacional.

El profesor enseña a convivir, principalmente, introduciendo factores que mejoren el


clima y la dinámica del aula.

b) Cómo mejorar la dinámica del aula

Esto es posible a través de las siguientes estrategias:

 Establecer normas claras de funcionamiento elaboradas por todos, y enunciadas de


forma positiva. La discusión en sesiones de orientación y consejos de profesores de
ciertas normas es muy provechosa, pues ayuda a descubrir si una determinada norma
emana del grupo entero, o procede sólo de determinados alumnos que dominan al
resto.
Instituto Profesional Iplacex 23
 Crear un clima de confianza, explicando el porqué de las cosas, y aceptando las
sugerencias de los adolescentes. Informarles de la responsabilidad en el ejercicio de
los derechos y deberes que les corresponden como miembros del grupo.
 Favorecer conductas de compañerismo respetando los subgrupos existentes.
 Rechazar la organización de actividades grupales que sean discriminatorias por
razones étnicas, de sexo o de status social.
 Organizar actividades complementarias, tanto fuera como dentro de la clase, que
favorezcan la comunicación y la relación entre los alumnos.
 Favorecer actividades cooperativas para prevenir y evitar la segregación de alumnos
con dificultades de integración.
 Buscar y acordar entre todos, las normas de disciplina imprescindibles, así como las
sanciones correspondientes.
 Organizar la clase de manera que sean los propios alumnos los que contribuyan a
estructurarla: respecto a trabajos, tiempos, encargos, libertades y responsabilidades.

2.2.2. La Enseñanza de la Capacidad de Adaptación

En buena medida las dificultades para comportarse bien, se relacionan con las
dificultades para adaptarse bien. Adaptarse a la vida, al medio, a las circunstancias, forma
parte del equipamiento necesario a todo ser vivo para sobrevivir. Muchos de los problemas
que padecen adolescentes y jóvenes inadaptados, y de los problemas que ellos a su vez
traen a otras personas, proceden sencillamente de la incapacidad de adaptación; dicha
incapacidad es disfuncional.

En ningún modo hay que interpretar la inadaptación juvenil, como síntoma de una
sana rebeldía frente a los mayores, o a la sociedad establecida, como una negación reflexiva
y consciente de los valores en uso, de los tópicos, de los convencionalismos.

Cierto grado de rebeldía, el rechazo de determinados valores, la crítica bien utilizada,


el tomar distancias frente a las generaciones adultas, a los poderes dominantes, o a la
sociedad en su generalidad, es un síntoma de madurez, y es una forma de adaptación a un
entorno, a una sociedad, considerados por lo demás, adversos. Porque adaptarse, y lo
mismo autorregularse, no es plegarse en una actitud pasiva, dócil y débil, resignada a las
reglas y las condiciones dominantes. En su sentido completo, la capacidad de adaptación,
incluye no sólo la adaptación de uno mismo a las demandas del medio, sino también, la
adaptación del medio a las propias necesidades y demandas. La persona con capacidad de
adaptación y autorregulación sabe desenvolverse activamente en un entorno vivo,
cambiante, resistente hasta cierto punto a los propios esfuerzos para cambiarlo, pero
también flexible y susceptible de transformación a consecuencia de la acción humana,
individual o colectiva.

Instituto Profesional Iplacex 24


La adaptación es, por tanto, una relación dinámica, en la que la persona trata tanto de
adaptar el mundo que le rodea como a ella misma. En esa relación dinámica, a veces difícil,
el individuo funcionalmente adaptado no se quiebra, ni siquiera cuando fracasa en sus
intentos de modificación del medio exterior. Es capaz de encajar las adversidades y fracasos,
de responder a los obstáculos y amenazas, y, sobre todo, de no perderse en reacciones
desorientadas, perturbadoras para sí mismo y acaso para los demás y, desde luego,
ineficaces, que no le reportan beneficio alguno al no modificar favorablemente las
condiciones exteriores. Por otro lado, enseñar a adaptarse no se refiere solamente al
alumno, a una actividad que el profesor tenga que realizar para que sus alumnos mejoren las
relaciones con el medio escolar y extraescolar. No sólo el alumno es susceptible de mejora;
lo es también el medio, la vida en el aula. El objetivo de mejorar la adaptación de los alumnos
incluye necesariamente mejorar el ambiente y adaptarlo a sus necesidades.

Naturalmente, la adaptación de adolescentes y jóvenes (o respectivamente, el


problema de los “inadaptados”), no depende exclusivamente del establecimiento educativo.
Factores tan importantes, o más que el ambiente educativo son, la familia, la calle, el grupo
de compañeros, la influencia de los medios de comunicación, etc. A menudo, el aula o el
establecimiento educativo es el lugar donde vienen a percutir los problemas originados en
otra parte. También es cierto que otras veces van a parar a la familia o a la calle, problemas
que no han sido adecuadamente tratados en el aula; además, situaciones sociales tan
variadas como el anonimato de las grandes aglomeraciones urbanas, las condiciones
mínimas de calidad de vida y pobreza, el atraso económico y cultural de zonas marginales, o
el escape fácil de la realidad a través del alcohol y las drogas, son la respuesta de
comportamientos no sólo inadaptados e inadaptantes, sino socialmente desviados o
agresivos, que pueden desarrollarse también en el establecimiento educativo, y frente a los
cuales el profesor tiene posibilidades muy limitadas.

Es de temer, además, que la ampliación de la educación obligatoria y gratuita hasta


los dieciséis o diecisiete años, produzca como efecto colateral que muchos de los problemas
de adolescentes en esas edades, que actualmente se encuentran fuera de la escuela,
vengan a repercutir y a estar presentes también dentro del ámbito escolar. Es un efecto,
seguramente, indeseable para los profesores, pero no tan indeseable si se considera la
sociedad en general y, sobre todo, si se considera para el propio bien de los jóvenes. Para
éstos, y también para la sociedad, es mucho mejor que los problemas de inadaptación social
aparezcan y se den en un lugar educativo, que fuera de él. Los establecimientos educativos
deben ser espacios en los cuales sea posible afrontar estos problemas y no sólo eso, sino
también, anticiparse a ellos.

Instituto Profesional Iplacex 25


“La extensión de la educación obligatoria hasta los diecisiete años implica
ciertamente, una exigencia mayor para los centros educativos y para los profesores.
Pero constituye también, por parte de la sociedad, una prueba de confianza en las
instituciones educativas, a las que se les considera capaces de abordar problemas y
metas sociales con los jóvenes, mejor que otras instituciones”.

Desde ese punto de vista, y aunque ello signifique una mayor cuota de
responsabilidad por parte de los profesores, ha de considerarse positivo que éstos, cada vez
más, se vean solicitados a impartir una enseñanza no sólo en tal o cual materia, sino la
enseñanza básica de la vida: enseñar a comportarse, a adaptarse.

De todas formas, la vida escolar y académica plantea a los alumnos demandas y


desafíos que no siempre son asumidos apropiadamente y que pueden generar inadaptación.
La actividad de aprendizaje no siempre es fácil. El estrés, la tensión emocional, la sensación
de incapacidad o imposibilidad, el temor al fracaso, la vergüenza ante los compañeros y ante
los adultos, e incluso, el sentimiento de culpa ante el fracaso o ante el incumplimiento de las
obligaciones como alumnos, acompañan a menudo a las actividades escolares. Para algunos
alumnos la experiencia de un rendimiento insuficiente suele llevar aparejado un sentimiento
de pérdida de prestigio, de status, de pertenencia, de pérdida de afecto por parte de las
personas adultas significativas, y de pérdida de la propia autoestima.

La inadaptación, a su vez, desmotiva al alumno, que pierde interés respecto tanto a


los contenidos de aprendizaje, en cuanto a los modos de aprender, a las actividades que se
desarrollan en el aula. Y no sólo pierde motivación: pierde también recursos intelectuales,
rinde menos en la adquisición tanto del pensamiento formal y abstracto, como en
capacidades de carácter instrumental, seguramente porque afronta los aprendizajes con un
patrón de pensamiento impulsivo, irreflexivo, sin las necesarias estrategias de atención,
búsqueda, discriminación y autocorrección. En el extremo, el alumno abandona el
establecimiento educativo, o abandona determinadas materias, que han perdido todo interés
para él o que renuncia a aprobar. A partir de este momento, y sea cual sea el origen de la
inadaptación, en el ámbito escolar o fuera de él, el abandono a que ha llevado la
inadaptación escolar, en la mayoría de los casos, evolucionará hacia una inadaptación
también social.

Hay muchos elementos en el currículo de la Educación Media, que se relacionan con


enseñar a adaptarse. Algunos de ellos están expresamente enunciados en áreas concretas,
pero no hay necesidad alguna de que el currículo establecido para la materia de la propia
docencia fije objetivos, contenidos o criterios de evaluación en este ámbito, como para que el

Instituto Profesional Iplacex 26


profesor se considere llamado a desarrollar una línea coherente de enseñanza, a fin de que
los alumnos desarrollen la capacidad de adaptarse.

Es preciso destacar que el principio de un aprendizaje significativo y funcional, es uno


de los principios consustanciales al currículo establecido, y contribuye de forma directa a una
mejor adaptación de los alumnos, tanto en el medio educativo, como en el medio social, ya
que:

a) Contribuye a la adaptación al medio educativo, porque el aprendizaje funcional y


significativo hace más atractiva la vida escolar y académica, despierta el interés de los
alumnos, favorece su incorporación activa a las actividades del aula y fuera de ella, favorece,
en suma, una mejor integración en la vida del aula, y mediante todo ello, contribuye a evitar
anticipadamente la indisciplina, los actos de agresión o violencia, el abandono escolar y, en
general, todos los comportamientos de inadaptación escolar.

b) Contribuye también a una mejor adaptación e integración en el medio social, pues se trata
de aprendizajes precisamente orientados a esa integración, aprendizajes que instruyen a los
adolescentes en su modo diario de vida, de relación con los demás, con los adultos y con los
compañeros, de afrontamiento y resolución de situaciones problemáticas, de expresión,
comprensión y comunicación; en una palabra, aprendizaje de todo aquello que es
precisamente la antítesis del comportamiento asocial o antisocial que sigue a la inadaptación.

Conviene que los profesores tengan siempre presentes algunas reglas de actuación
que contribuyan a la creación de un ambiente satisfactorio y grato en el aula, un ambiente
motivador para los alumnos, no frustrante, y favorecedor, por tanto, de una actitud positiva de
los alumnos al aprendizaje. Algunas de esas reglas son:

- No fijar metas de logro demasiado altas. Las metas que se fijan a los alumnos han de
requerir de ellos algún esfuerzo, pero no tanto que, desde sus posibilidades actuales, sea
del todo imposible o improbable llegar a alcanzarlas.

- El trabajo bien hecho y el buen comportamiento han de ser positiva y explícitamente


aprobados, y no simplemente ignorados en un silencio del profesor que de modo explícito
reprueba, condena y castiga lo mal hecho, pero calla ante el buen rendimiento y el buen
comportamiento.

- Es mejor ignorar las conductas levemente perturbadoras que se produzcan en el aula,


pues condenarlas sólo sirve a menudo para centrar en ellas su atención y con eso mismo,
exacerbarlas.

- La corrección de errores de los alumnos, partiendo de sus ideas previas, es un


procedimiento educativo de primer orden, cuando se hace sin humillar a los alumnos,
conduciéndoles al conocimiento a través del cual descubren por sí mismos sus errores
cometidos, para que puedan corregirlos concientemente.
Instituto Profesional Iplacex 27
- Es preciso diseñar y desarrollar actividades escolares y también juegos de naturaleza
cooperativa que den lugar a una mejor comunicación entre los compañeros, y a actitudes
que por sí mismas, son incompatibles con los enfrentamientos y la hostilidad.

- Los adolescentes, aparentemente esquivos, suelen ser sumamente sensibles a la atención


afectuosa por parte de los adultos. Los profesores deben tener un comportamiento
afectuoso y respetuoso con sus alumnos, incluso cuando adoptan actitudes de firmeza.

- Es preferible siempre una estrategia de incentivos y, respectivamente de retirada de los


mismos, antes que una estrategia de castigos.

El profesor u orientador, debe desarrollar una línea de actuación coherente, igual que
los demás profesores, en la tarea de enseñar a los alumnos a adaptarse; tiene
responsabilidades específicas que cumplir, sea en la hora de consejo de curso o fuera de
ella, tanto con el grupo, como con cada uno de los alumnos que tiene encomendados. El
desarrollo ordinario de la función orientadora no requiere especial preparación del profesor.
Todo adulto bien formado, profesor o profesora, es capaz de desempeñar bien esas
funciones. Para organizar adecuadamente la hora de orientación, seguramente necesitará
inspirarse en libros o programas, que por otro lado, puede fácilmente tener a su disposición.
Además, para los casos más complejos y difíciles, necesitará, desde luego, el asesoramiento
del Departamento de Orientación; o bien, será oportuno transferir el caso a ese
departamento.

2.3. Desarrollo de la Motivación Escolar

El universo escolar, es el universo paralelo al otro gran mundo del niño, el universo
familiar; así, escuela y familia son los lugares donde el niño encuentra sus fuentes de
motivación básica.

La motivación escolar es un proceso por el cual se inicia y dirige una conducta hacia el
logro de una meta, la aprehensión, comprensión e incorporación en este caso, de un
determinado conocimiento. La vida escolar trae al niño un universo amplio de conocimientos,
algunos de los cuales llaman su atención o interés y otros no tanto, siendo necesario, más
allá de los intereses particulares, cierto estado de motivación interior del niño hacia la vida
escolar.

Así, cuando la motivación hacia la vida escolar es positiva, el niño puede realizar sus
tareas escolares con un rendimiento de bueno o muy bueno, se relaciona bien con sus pares,
establece buenos vínculos con sus maestros, y van surgiendo en él intereses respecto
algunas áreas en particular, la música, la matemática, la lengua, las ciencias sociales, etc.

Este proceso involucra variables tanto cognitivas como afectivas: cognitivas en cuanto
a las habilidades de pensamiento y conductas instrumentales para alcanzar las metas
Instituto Profesional Iplacex 28
propuestas (el aprendizaje escolar); afectivas, en tanto que comprende elementos como la
autovaloración, autoconcepto, y es esta parte específicamente, la que se relaciona con la
motivación previa que el individuo, en este caso el niño, debe tener para que esté vivo en él,
el deseo de aprender nuevas cosas. Ambas variables actúan en interacción, a fin de
complementarse y hacer eficiente la motivación, proceso que va de la mano de otro,
esencial dentro del ámbito escolar: el aprendizaje.

Hay motivación cuando el niño desea ir al colegio y se siente orgulloso de él, cuando
tiene allí una importante vida social, esto sería en otros términos, semejante a lo que en el
ámbito laboral se conoce como cultura organizacional, hay culturas que favorecen la
identificación del empleado con su tarea y con su empresa. En el ámbito escolar, es
necesario todo un conjunto de cosas, ya que aquí la cultura es la escuela, su dirección, sus
profesores y los niños que asisten a ella.

Dentro del estudio de variables motivacionales afectivas, las teorías de la motivación,


postulan que la valoración propia que un estudiante realiza, se ve afectada por elementos
como el rendimiento escolar y la autopercepción de habilidad y de esfuerzo.

Entre ellos, el elemento central es la autopercepción de habilidad, debido a que, en


primer lugar, existe una tendencia en los individuos por mantener alta su imagen, estima o
valor, que en el ámbito escolar significa mantener un concepto de habilidad elevado; y en
segundo lugar, el valor que el propio alumno se asigna, es el principal activador del logro de
la conducta, el eje de un proceso de autodefinición y el mayor ingrediente para alcanzar el
éxito.

Esta autovaloración, se da a partir de determinado desarrollo cognitivo. Esto es,


autopercibirse como hábil o esforzado, es sinónimo para los niños, de poner mucho
esfuerzo, ser listo, se asocia con el hecho de ser hábil. La razón se basa en que su
capacidad de procesamiento, aún en desarrollo, no les permite manejar un control personal
ni valorar las causas de éxito o fracaso, y por tanto, establecer relaciones causales.

A medida que transcurre el tiempo, en los niveles medio superior y superior de


educación, habilidad y esfuerzo no son sinónimos; el esfuerzo no garantiza un éxito, y la
habilidad empieza a cobrar mayor importancia. Esto se debe a cierta capacidad cognitiva que
le permite al sujeto hacer una elaboración mental de las implicaciones causales que tiene el
manejo de las autopercepciones de habilidad y esfuerzo. Dichas autopercepciones, si bien
son complementarias, no presentan el mismo peso para el estudiante; de acuerdo con el
modelo, percibirse como hábil (capaz) es el elemento central. En este sentido, en el contexto
escolar los profesores valoran más el esfuerzo que la habilidad. En otras palabras, mientras
un estudiante espera ser reconocido por su capacidad (que es importante para su estima), en
la sala de clases se reconoce su esfuerzo.

El juego de valores habilidad/esfuerzo, empieza a ser riesgoso para los alumnos;


cuando se tiene éxito, decir que se invirtió poco o nada de esfuerzo implica brillantez, esto
Instituto Profesional Iplacex 29
es, ser muy hábil. Cuando se invierte mucho esfuerzo no se ve el verdadero nivel de
habilidad, de tal forma que esto no amenaza la estima o valor como estudiante. En este caso
el sentimiento de orgullo y la satisfacción es grande. Esto significa que en una situación de
éxito, las autopercepciones de habilidad y esfuerzo, no perjudican ni dañan la estima ni el
valor que el profesor otorga.

Sin embargo, cuando la situación es de fracaso, las cosas cambian. Decir que se
invirtió gran esfuerzo implica poseer poca habilidad, lo que genera un sentimiento de
humillación. Así, el esfuerzo empieza a convertirse en un arma de doble filo y en una
amenaza para los estudiantes, ya que éstos deben esforzarse para evitar la desaprobación
del profesor, pero no demasiado, porque en caso de fracaso, sufren un sentimiento de
humillación e inhabilidad.

Dado que una situación de fracaso pone en duda su capacidad, es decir, su


autovaloración, algunos estudiantes evitan este riesgo, y para ello, emplean ciertas
estrategias como la excusa y manipulación del esfuerzo, con el propósito de desviar la
implicación de inhabilidad.

En términos generales, se puede afirmar que la motivación es la palanca que mueve


toda conducta, lo que nos permite provocar cambios tanto a nivel escolar como de la vida en
general. Pero el marco teórico explicativo de cómo se produce la motivación, cuáles son las
variables determinantes, cómo se puede mejorar desde la práctica docente, etc., son
cuestiones no resueltas, y en parte, las respuestas dependerán del enfoque psicológico que
adoptemos. Además, como afirma Núñez (1996) la motivación no es un proceso unitario,
sino que abarca componentes muy diversos que ninguna de las teorías elaboradas hasta el
momento ha conseguido integrar, de ahí que uno de los mayores retos de los investigadores
sea el tratar de precisar y clarificar qué elementos o constructos se engloban dentro de este
amplio y complejo proceso que etiquetamos como motivación. Sin embargo, a pesar de las
discrepancias existentes, la mayoría de los especialistas coinciden en definir la motivación
como “Un conjunto de procesos implicados en la activación, dirección y persistencia de la
conducta”.

Si nos trasladamos al contexto escolar, y consideramos el carácter intencional de la


conducta humana, parece bastante evidente que las actitudes, percepciones, expectativas y
representaciones que tenga el estudiante de sí mismo, de la tarea a realizar, y de las metas
que pretende alcanzar, constituyen factores de primer orden que guían y dirigen la conducta
del estudiante en el ámbito académico. Pero para realizar un estudio completo e integrador
de la motivación, no sólo debemos tener en cuenta estas variables personales e internas,
sino también, aquellas otras externas, procedentes del contexto en el que se desenvuelven
los estudiantes, que están influyendo y con las cuales interactúan.

Tradicionalmente, ha existido una separación casi absoluta entre los aspectos


cognitivos y los afectivo-motivacionales a la hora de estudiar su influencia en el aprendizaje
escolar, de forma que unos autores han centrado sus estudios en los aspectos cognitivos,
Instituto Profesional Iplacex 30
olvidando casi por completo los otros, o viceversa. En la actualidad, no obstante existe un
creciente interés en estudiar ambos tipos de componentes de forma integrada.

Se puede afirmar que el aprendizaje se caracteriza por ser un proceso cognitivo y


motivacional a la vez; en consecuencia, en la mejora del rendimiento académico se deben
tener en cuenta, tanto los aspectos cognitivos como los motivacionales. Para aprender es
imprescindible “poder” hacerlo, lo cual hace referencia a las capacidades, los conocimientos,
las estrategias, y las destrezas necesarias (componentes cognitivos), pero además, es
necesario “querer” hacerlo, tener la disposición, la intención y la motivación suficientes
(componentes motivacionales). Los especialistas más destacados en este tema son por
ejemplo, Paris Lipson y Wixson (1983), Pintrich (1989), Pintrich y De Groot (1990) quienes
manifiestan que, para tener buenos resultados académicos, los alumnos necesitan poseer
tanto “voluntad” como “habilidad”, lo que conduce a la necesidad de integrar ambos
aspectos.

Por otra parte, también se debe resaltar que el aprendizaje escolar, desde una visión
constructivista, no queda en absoluto, reducido exclusivamente al plano cognitivo en sentido
estricto, sino que hay que contar también con otros aspectos motivacionales como las
intenciones, las metas, las percepciones y creencias que tiene el sujeto que aprende, lo que
demuestra la enorme interrelación que mantienen el ámbito cognitivo y afectivo-motivacional
en los seres humanos. Aquí se tratan como determinantes del aprendizaje escolar ambos
aspectos, y no como tradicionalmente ha venido haciéndose, ya que se pretende destacar
los procesos motivacionales sobre los cognitivos.

Es necesario centrarse fundamentalmente, en analizar aquellas variables que juegan


un papel más relevante en la motivación del estudiante, tanto desde una perspectiva
personal como contextual, así como la intervención instruccional que el profesor puede
desarrollar dentro del aula para mejorar la motivación de sus alumnos, uno de los principales
problemas actuales de la docencia, lo que redundará con toda seguridad en un incremento
del rendimiento escolar.

Estos planteamientos quedan recogidos en la figura que se presenta a continuación, donde


se especifican las variables contextuales y personales que deben ser analizadas. Dichas
variables constituyen los elementos claves de toda situación educativa o grupo-clase,
profesor, alumnos, contenido, etc.

Instituto Profesional Iplacex 31


VARIABLES VARIABLES
CONTEXTUALES PERSONALES

AMBITO AMBITO
El Profesor AFECTIVO/
COGNITIVO
(poder) EMOCIONAL
(querer)

Percepciones y
Los iguales
Conocimientos creencias:
(pares) De sí mismo.
(Autoconcepto)

Destrezas/ De la tarea. (Metas


de aprendizaje)
Contenido/ Habilidades
Tarea “reales”
Emociones

z
Realice ejercicio n°3

Instituto Profesional Iplacex 32

También podría gustarte