El Mensaje de Los Tres Ángeles

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UNIVERSIDAD PERUANA UNIÓN

FACULTAD DE INGENIERÍA Y ARQUITECTURA


E.A.P. Ingeniería de Alimentos

MONOGRAFÍA

El mensaje de los tres ángeles

Monografía presentada en cumplimiento parcial de la asignatura Interpretación Bíblica de


la Historia - Apocalipsis

Autoras
Alumnas: Ibeth Anny Coavoy Sánchez
Cinthya Karem Huaman Alvino
Ketty Nerida Toribio Romero

Profesor
Pr. Juan Marcelo Zanga Cespedes

Lima, Septiembre de 2012


ÍNDICE

I. Introducción___________________________________________________________3
II. Marco Teórico_________________________________________________________4
2.1 El mensaje del primer ángel (Apoc. 14: 6, 7)_______________________________________4
2.2 El mensaje del segundo ángel (Apoc. 14: 8)_______________________________________6
2.3 El mensaje del tercer ángel (Apoc. 14: 9-11)_____________________________________10
2.4 Interpretación de la Iglesia Adventista del Séptimo Día_____________________________14
2.4.1 El mensaje del primer ángel_______________________________________________________14
2.4.2 El mensaje del segundo ángel______________________________________________________15
2.4.3 El mensaje del tercer ángel________________________________________________________17

2.5 Interpretaciones pre-1844____________________________________________________20


2.5.1 Interpretaciones de protestantes ingleses no milleritas__________________________________20
2.5.2 Interpretaciones milleritas________________________________________________________21

2.7 El Mensaje de los Tres Ángeles en el Periodo de Consolidación Doctrinaria (1850-1863)__22


2.8 Comentarios Bíblico Adventista________________________________________________23
2.8.1 Apocalipsis 14: 6________________________________________________________________23
2.8.2 Apocalipsis 14: 7________________________________________________________________24
2.8.3 Apocalipsis 14:8_________________________________________________________________26
2.8.4 Apocalipsis 14:9________________________________________________________________31
2.8.5 Apocalipsis 14:10________________________________________________________________32
2.8.6 Apocalipsis 14:11________________________________________________________________32
2.8.7 Apocalipsis 14: 12_______________________________________________________________33
2.8.9 Apocalipsis 14:13________________________________________________________________35

2.9 Relación entre la Ley de Dios y el Mensaje de los Tres Ángeles_______________________36

III. Conclusiones________________________________________________________37
Referencias______________________________________________________________________38
I. Introducción

El mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12 expresa el llamamiento final


del cielo a todos los habitantes de la tierra para que renuncien a toda forma de
idolatría y falsedad, y adoren al Creador y acepten su evangelio eterno. En vista de
la amenaza final del anticristo, Dios requiere una fidelidad doble: fidelidad al
testimonio de Jesús y obediencia a los mandamientos de Dios (Apoc. 14:12).

Estos ángeles son símbolos de los movimientos religiosos cristianos. Su ubicación


en el tiempo es completamente evidente. El primer ángel anuncia que ha llegado el
juicio final (vers. 6,7) y el mensaje del tercer ángel es seguido por el regreso del
Señor. Por lo tanto, todos se proclaman entre 1844 y la segunda venida de Jesús.
Constituyen el último llamamiento de Dios a la humanidad.

Finalmente, estos tres mensajes se combinan en un triple mensaje. El primero, que


comienza en un momento específico de tiempo, proclama el evangelio eterno que
debe ser predicho hasta el fin del tiempo. El segundo ángel proclama un mensaje
específico acerca de Babilonia, un mensaje que evidentemente continuará hasta el
fin. De hecho, el segundo mensaje se fusiona con el primero. Y en un momento
posterior los sigue el tercer ángel con la amonestación en cuanto a la marca de la
bestia y a la destrucción final de todos los que adoren y reciban su marca (Apoc.
14:9). Como la ira de Dios (vers. 10) aparece también en las últimas siete plagas
(Apoc. 16:1-17), es evidente que este mensaje continua hasta el fin del tiempo.

El presente trabajo tiene como objetivo dar a conocer y predicar este triple mensaje
del tiempo del fin, y así formar un evangelio eterno del Creador.
II. Marco Teórico

2.1 El mensaje del primer ángel (Apoc. 14: 6, 7)


“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenia el evangelio eterno
para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y
pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su
juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las
fuentes de las aguas”

El punto central del libro de Apocalipsis es formal y sustancialmente el


capitulo 14. Es el capitulo especifico que trata acerca del juicio de Dios (vers. 7).
Viene después de que el anticristo (la bestia de la tierra) haya llevado a cabo su
apostasía y persecución de los santos (Apoc. 13). Estos capítulos (Apoc. 13; 14)
constituyen la elaboración detallada de Daniel 7 (Johnsson y otros 2008).

Es particularmente importante el paralelismo de los vaivenes del fanal de luz


profética entre el cielo y la tierra tanto en Daniel 7 como en Apocalipsis 13 y 14.
Daniel 7: 2-8 proporciona un compendio histórico de imperios mundanales seguidos
por el poder del “cuerno pequeño”. Este bosquejo representa una escena terrenal a la
que sucede históricamente una escena de juicio en el cielo (Dan. 7: 9, 10). Sin
embargo, Daniel 7: 11 vuelve a la tierra para proseguir con la acción del cuerno
pequeño, así como con su destino. Los versículos 13 y 14 se concentran en la escena
celestial de la venida de la venida de Cristo en juicio (Johnsson y otros 2008).

El anuncio del ángel se refiere directamente al comienzo de la sesión en el


tribunal celestial que presenta Daniel 7: 9, 10. Anuncia a toda la familia de la tierra
que ha comenzado el juicio final en el cielo. Este tribunal celestial comienza solo
después del surgimiento del anticristo (“cuerno pequeño” de Daniel 7) y su reinado
sobre las naciones por tres tiempos y medio proféticos, o 1260 días proféticos (Dan.
7: 25; Apoc. 12: 6, 14) (Johnsson y otros 2008).
Esto indica que la hora del juicio investigador de Dios en el cielo comenzaría
algún tiempo después de los 1260 años de intolerancia y de persecución religiosa
que terminaron en 1798 (Johnsson y otros 2008).

El llamamiento del primer ángel a temer a Dios y adorarlo como el Creador


de cielos y tierra en la hora del juicio celestial asocia al juicio con la creación: “Y
adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apoc.
14: 7) (Johnsson y otros 2008).

En los escritos de Moisés, los profetas y muchos salmos, aparece


repetidamente el Creador como juez y Salvador de su propio pueblo del pacto.
Específicamente, el ritual anual del día de la expiación (Lev. 16) destacaba la obra
de juicio de Jehová como el que separa a los adoradores del Creador
verdaderamente arrepentidos, de los adoradores impenitentes en el “sábado de
solemne reposo” (Lev. 23: 27-32). Los rituales de purificación del día de la
expiación apuntaban de esa manera hacia el gran día del Señor, al juicio que Dios
hacia de Israel como su profeso pueblo del pacto (Johnsson y otros 2008).

En el libro de Daniel la visión “para el tiempo del fin” (Dan. 8: 17) o para
“el tiempo señalado del fin” (vers. 19,) culmina en la predicción “hasta dos mil
trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”, literalmente, “será
justificado” o “vindicado” (Dan. 8: 14). La versión de los LXX traduce “será
purificado” (Johnsson y otros 2008).

Sobre la base del paralelismo entre Daniel 7 y 8, el evento de la


“vindicación” en el tiempo del fin del santuario de Dios de Daniel 8: 14 equivale a
la sesión del tribunal celestial de Daniel 7: 9, 10. El momento señalado para
comenzar este juicio es al fin de los 2300 días proféticos o años literales según el
principio día-año. Este periodo se inicio en el año 457 a.C. de acuerdo a la propia
explicación del ángel que aparece en la visión de Daniel 8 (Dan. 9: 24-27). El
periodo de 2300 años literales termina en 1844. Ese año marca el comienzo de la
sesión del juicio de Dios en el santuario celestial (Dan. 7: 9, 10; 8: 14, 17, 19). El
primer ángel anuncia este hecho: Ha llegado el juicio de Dios. En si mismo, un
conocimiento tal no tiene valor santificador a menos que se integre en la urgencia
del mensaje del primer ángel, “Temed a Dios, y dadle gloria… y adorad a aquel…”
(Apoc. 14: 7) (Johnsson y otros 2008).

Estas suplicas celestiales están expresadas en términos típicos del AT, y, por
lo tanto, deben ser entendidas en su marco dentro del pacto de gracia de Dios con el
Israel de la antigüedad. Moisés usa a menudo la expresión “temer a Dios” en
relación con la obediencia a los mandamientos de Dios por parte de un corazón
lleno de amor por Dios y por su obra de liberación (Deut. 5: 29). La expresión
hebrea “temer a Dios” se refiere a una reverencia temblorosa hacia Dios expresada
en una obediencia amante (Deut. 10: 12, 13). Sobre la base de la misericordiosa
liberación del éxodo, la suplica de Moisés a Israel fue: “A Jehová tu Dios temerás, a
el solo servirás, a el seguirás, y por su nombre juraras”. “Amaras, pues, a Jehová tu
Dios, y guardaras sus ordenanzas, sus estatus y sus mandamientos, todos los días”
(Deut. 10: 20; 11: 1) (Johnsson y otros 2008).

En este sentido, el llamamiento del primer ángel de Apocalipsis 14 a temer a


Dios y darle gloria es también un llamamiento para que la iglesia cristiana responda
al sacrificio expiatorio de Cristo con una obediencia de corazón a los mandamientos
de Dios. El énfasis del ángel en adorar a Dios como Creador del cielo y de la tierra
(vers. 7) señala inconfundiblemente al descuido del cuarto mandamiento de la ley de
Dios, el precepto del sábado (Éxodo. 20: 8-11). El propósito del mensaje del primer
ángel para la restauración de la adoración verdadera es para preparar a los habitantes
de la tierra para la segunda venida de Cristo (Johnsson y otros 2008).

2.2 El mensaje del segundo ángel (Apoc. 14: 8)


“Otro ángel le siguió diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad,
porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su
fornicación”.
Para entender el significado de “Babilonia” y su caída es obligatorio
discernir la relación tipológica de la Babilonia del tiempo del fin con la antigua
Babilonia en la historia de Israel (Johnsson y otros 2008).

Las frases que usa el segundo ángel son una combinación de los oráculos de
condenación contra la antigua Babilonia pronunciados por Isaías y Jeremías. “Cayo,
cayo Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebranto en tierra” (Isa. 21: 9).
“Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida, para que no perezcáis a
causa de su maldad; porque el tiempo es de venganza de Jehová; le dará su pago.
Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová que embriago a toda la tierra; de su
vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las naciones” (Jer. 51: 7, 8)
(Johnsson y otros 2008).

Las correspondencias literarias y temáticas entre Apocalipsis 14: 8 y la


profecía del AT establecen la estructura fundamental de una tipología cristiana
(LaRondelle 1983, 35-59). La característica teológica de la antigua Babilonia es
evidente en el AT: Era la archienemiga tanto de Israel como de su Dios del pacto.
Oprimió al pueblo de Dios, los tomo cautivos, blasfemo del Dios de Israel y pisoteo
el templo de Dios desde los días de Nabucodonosor hasta los de Belsasar. De esa
manera Babilonia hizo guerra en dos frentes: contra Jehová, el Dios de Israel, y
contra el Israel de Dios. La sentencia de retribución de Dios fue causada por el mal
que Babilonia había cometido contra Sion (Jer. 51: 24), y contra el templo de Dios
(vers. 11). De esa forma, Babilonia fue la antítesis de Sion, el Israel de Dios. Dada
la relación teológica entre el Israel de la antigüedad y el pueblo de Dios del tiempo
del fin, el pueblo remanente final representa la consumación de la historia de la
salvación de Israel. Por eso existe la misma enemistad entre la Babilonia espiritual y
el remanente del nuevo pacto (Johnsson y otros 2008).

El cumplimiento en el nuevo pacto del conflicto final entre Israel (o Sion) y


Babilonia durante la era de la Iglesia no tiene restricciones étnicas ni geográficas.
En el Apocalipsis, Israel y Babilonia deben ser definidos teológica y
cristológicamente, es decir, por la relación que tienen con el Mesías Jesús. Los
términos nacionales del AT se aplican en Apocalipsis en una escala universal, con
relación a la iglesia universal de Cristo. Igual que la antigua Babilonia invadió la
tierra de Israel, destruyo su templo, y llevo en cautividad a su pueblo, la Babilonia
del tiempo del fin ataca y esclaviza a la iglesia universal de Cristo, vitupera el
templo del nuevo pacto en el cielo, y reemplaza la intercesión divina de Cristo con
un sistema falso de mediación y adoración (Apoc. 13 y 17). Babilonia es la
archienemiga de los fieles seguidores de Cristo (Apoc. 17: 6) (Johnsson y otros
2008).

La descripción simbólica de Babilonia en Apocalipsis 17 como la gran


“ramera” es lenguaje del pacto extraído de los profetas del AT.

Los profetas de Israel habían descrito repetidamente al pueblo del pacto


apostata como la “esposa” de Jehová, que en su tiempo había llegado a ser la gran
“ramera” sobre la tierra (Isa. 1: 21). Por consiguiente, Israel no eludiría su juicio, la
ira del Dios del pacto. El relato histórico de la reina Jezabel y de su cruel reinado
religioso sobre el reino septentrional de Israel constituye, en particular, el modelo o
tipo elegido de apostasía que se desarrollaría dentro de la iglesia cristiana y que
aparece en el libro del Apocalipsis. Esta es la misma apostasía que predijo Pablo en
2 Tesalonicenses. Expresamente, se acusa a la iglesia de Tiatira de tolerar “a esa
mujer Jezabel” y sus enseñanzas engañosas y falsa adoración (Apoc. 2: 20-23)
(Johnsson y otros 2008).

Según Johnsson y otros (2008), Apocalipsis 17 pinta a la nueva Babilonia


como una reina prostituta asesina en una antítesis exacta con la mujer pura de Dios,
cuyos hijos son perseguidos y muertos (Apoc. 12). De esa manera, en el Apocalipsis
Cristo relaciona a Babilonia con una iglesia infiel y caída, antes que con el imperio
romano.
Mientras que la mujer en Apocalipsis 12 es rescatada, la mujer de Apocalipsis 17 es
destruida por sus anteriores amantes (vers. 16). El drama profético en Apocalipsis
12 y 17 sugiere una repetición básica de la historia de Jezabel para el pueblo de
Dios del nuevo pacto (LaRondelle, 1992). Así como la prostituta estaba “sentada
sobre una bestia escarlata” (Apoc. 17: 3) en su guerra contra los seguidores de
Cristo (vers. 6), en su sentido mas amplio parece que Babilonia incluye a la Iglesia y
el Estado a escala mundial. Se dice que con la gran ramera Babilonia “han fornicado
los reyes de la tierra” (vers. 1, 2). La Babilonia apocalíptica, entendida como la
cristiandad apostata, culmina en una alianza de poderes eclesiásticos y políticos
civiles” para consolidar el dominio religioso sobre la política” (Johnsson y otros
2008).

El resultado será la muerte de muchos santos (Apoc. 17: 6). En el ultimo


mensaje de amonestación al mundo, el primer ángel pide la restauración de la
adoración apostólica pura (Apoc. 14: 6, 7).

Este llamamiento crea un nuevo Israel espiritual de Dios en el tiempo del fin.
El segundo ángel se refiere a los que rechazan y se oponen al reavivamiento del
evangelio eterno y promulgan un evangelio y un culto religioso falsificado, como la
Babilonia caída (vers. 8). Por eso, esta sentencia divina sobre Babilonia sigue a la
proclamación del ángel que crea al verdadero Israel del tiempo del fin.
El veredicto del ángel, “Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad” (vers. 8),
pronuncia una sentencia del tribunal divino y, por lo tano se relaciona,
principalmente, con la caída moral de Babilonia (Johnsson y otros 2008).

Esta sentencia puede compararse a la escritura del ángel en la pared del


palacio de la antigua Babilonia, escritura que solo pudo entender Daniel. Su
explicación a Belsasar fue: “Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto… Tu
reino ha sido roto, y dado a los medos y a los persas” (Dan. 5: 27, 28).
La caída histórica de Babilonia tuvo lugar inmediatamente después de que se
anunciase su caída moral (Dan. 5: 30, 31). El Apocalipsis distingue asimismo entre
la sentencia del tiempo del fin de la caída de Babilonia (Apoc. 124: 8; 18: 2-8), y la
destrucción real de Babilonia bajo la séptima plaga, cuando se haya terminado el
tiempo de gracia (Apoc. 16: 17-21). El segundo ángel llama al pueblo de Dios a
salir de la Babilonia caída, de manera que puedan eludir el participar en su
culpabilidad y juicio (Apoc. 18: 1-5) (Johnsson y otros 2008).

2.3 El mensaje del tercer ángel (Apoc. 14: 9-11)


Y el tercer ángel los siguió diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a
su imagen, y recibe su marca en su frente o en su mano, éste también beberá
del vino de la ira de Dios, vaciado puro en la copa de su ira. Y será
atormentado con fuego y azufre ante los santos ángeles y ante el Cordero. Y el
humo de su tormento sube para siempre jamás. Y los que adoran a la bestia y
a su imagen, y los que reciben la marca de su nombre, no tienen reposo ni de
día ni de noche.

Se dice que el tercer ángel “sigue” a los otros dos. Al mismo tiempo, su
mensaje forma una unidad inquebrantable con los mensajes del primer y segundo
ángel. Aunque aquí tenemos un orden secuencial irreversible, los tres continúan
volando como un triple mensaje unificado (Johnsson y otros 2008).

La solemne advertencia del tercer ángel en Apocalipsis 14 constituye una


orden específica para la iglesia del tiempo del fin. Le permite a la iglesia hacer
frente a las exigencias totalitarias del anticristo (la “bestia” de Apoc. 13), y
amonestar contra la imposición de la marca de la “bestia” a todos los habitantes de
la tierra. El mensaje de amonestación alerta a los creyentes verdaderos de las
consecuencias ineludibles de beber el “vino” de Babilonia. Cualquiera que lo haga,
dice el ángel, “beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz
de su ira” (Apoc. 14: 10). La advertencia en cuanto a la ira “pura” de Dios (vers. 10)
sugiere que el juicio de Dios ya no contendrá su misericordia suavizadora como en
el pasado (Hab. 3: 2; Dan. 9: 11, 12, 16-18) (Johnsson y otros 2008).

El tercer ángel anuncia el juicio, las siete ultimas plagas, como el


derramamiento de la ira de Dios sobre Babilonia (Apoc. 15: 1; 16).

El tercer ángel formula la amenaza mas terrible que alguna vez haya sido
dirigida a los mortales. Como un mensaje indisolublemente estructurado, el
propósito claro de la triple amonestación de Apocalipsis 14: 6-12 es preparar a los
habitantes de la tierra para la segunda venida de Cristo (vers. 14-20). El tema central
del mensaje esta expresado en Apocalipsis 14: 12: “Aquí esta la paciencia de los
santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. Este texto
describe el resultado del triple mensaje de advertencia (vers. 6-11) (Johnsson y otros
2008).

A pesar de la fiera oposición por los poderes anticristianos de la bestia y su


imagen, a pesar de su amenaza contra los que rehúsen aceptar la marca de la bestia,
los santos de Dios perseveran o continúan adorándolo en “el temor del Señor”. El
llamamiento divino a temer a Dios y darle gloria (vers. 7) será eficaz, por cuanto en
todo el mundo habrá un remante fiel de verdaderos adoradores (vers. 12). El “temor
de Dios” recuerda la observancia de los sagrados mandamientos de Dios
(Deut. 5: 29), que presentan una revelación de la voluntad y el carácter de Dios
(Johnsson y otros 2008).

El llamamiento del ángel a adorar a Dios como el Creador de los cielos y la


tierra (Apoc. 14: 7) señala directamente al sábado como monumento
conmemorativo de la obra de la creación de Dios (Gén. 2: 1-3).

El pueblo remanente de Dios se caracteriza no solo por su obediencia a la ley


del pacto de Dios, sino también por mantener la “fe de Jesús” (Apoc. 14: 12). Una
fe así excluye la actitud de legalismo o de obras de justicia. Esta “fe de Jesús”
significa en el NT la fe que tiene como objeto a Jesús y a sus enseñanzas, ejerciendo
fe en Jesús como el Hijo de Dios y el Mesías (Juan 6: 29). En este sentido Cristo
elogio a la iglesia de Pergamo por guardar la fe en su nombre y en sus enseñanzas,
hasta el punto del martirio: “Retienes mi nombre, y no has negado mi fe” (Apoc. 2:
13) (Johnsson y otros 2008).

En Apocalipsis 14: 13 una voz del cielo dice que son bienaventurados los
que “de aquí en adelante mueren en el Señor”, es decir durante el conflicto final con
el reinado de la bestia. Se les asegura que “sus obras con ellos siguen”, lo que
significa que su fidelidad a los mandamientos de Dios y su fe viviente en Jesús en
las persecuciones del tiempo del fin acompañan a los santos al juicio y les traen la
recompensa de la aprobación divina. Esta en juego el destino eterno en la
confrontación final entre Cristo y el anticristo, la ultima gran prueba de fe en Jesús
(Johnsson y otros 2008).

Los fieles en Apocalipsis 14: 12 son el mismo grupo de creyentes que “el
remanente” de la simiente de la mujer en Apocalipsis 12: 17. Ambos pasajes de la
Sagrada Escritura destacan que el pueblo de Jesús del tiempo del fin guarda los
mandamientos de Dios por medio de una fe viva en Jesús y en su testimonio para
con ellos (Apoc. 19: 10).

Retienen o mantienen el mensaje el mensaje del evangelio apostólico, que


une la gracia salvadora de Dios con su sagrada ley como la norma del carácter en el
juicio (Rom. 2: 12-16). Por este testimonio sagrado de Jesús o “espíritu de
profecía”, los apóstoles y sus seguidores han sufrido persecución (Apoc. 1.6). La
iglesia de Cristo del tiempo del fin será leal tanto a los mandamientos de Dios como
al testimonio de Jesucristo (Apoc. 12: 17) (Johnsson y otros 2008).

El tercer ángel amonesta contra las terribles consecuencias de adorar a la


bestia y a su imagen, y de recibir la marca de la bestia en la frente o en la mano
derecha (Apoc. 14: 9, 10). Este conflicto trae a la memoria Apocalipsis 13: 15-17,
donde se describe la imposición mundial de la marca de la bestia sobre todos los
pueblos. La crisis final es claramente de importancia universal porque, en ultima
instancia, tiene que ver con el tema del culto verdadero o idolátrico (vers. 15; 14: 9).
Por lo tanto, la marca de la bestia se manifiesta en el contexto del culto religioso.
Una segunda bestia con dos cuernos semejantes a los de un cordero, que también es
denominado el “falso profeta”, puede obligar a todos a adorar a la bestia del mar por
medio del engaño de señales milagrosas (Apoc. 13: 13, 14; 19: 20).

En ultimo termino, la obediencia al culto de la bestia del mar se impondrá


por la promulgación política de la sentencia de muerte para todos los que no quieran
adorar a la imagen de la bestia (Apoc. 13: 15).

Finalmente, se implementara un boicot económico contra quienes no hayan


recibido la marca de la bestia (vers. 16, 17). Como consecuencia, la aceptación de la
marca de la bestia significa una confesión publica de fe y lealtad a la autoridad de
las fuerzas contrarias a Dios, ya sea por consentimiento (en la frente), o por un mero
acto de conformidad (en la mano derecha). Por otra parte, la advertencia del
mensaje del tercer ángel anuncia que los que posean la marca de la bestia incurrirán
en la ira de Dios sin mezcla de misericordia que será derramada en las siete últimas
plagas. La señal de Dios de aprobación y protección se llama “el sello del Dios
vivo”, que sus ángeles colocan en las frentes de todos los que rechazan la marca de
la bestia (Apoc. 7: 2, 3) (Johnsson y otros 2008).

Así como la marca de la bestia refleja el “nombre” o carácter del anticristo


(Apoc. 13: 17), el sellamiento de los siervos de Dios en Apocalipsis 7refleja la
confirmación de su carácter moral semejante al de Dios. Esto puede deducirse del
hecho de que al sello de Dios también se lo llama el nombre del Cordero y el
nombre del Padre (Apoc. 14: 1). La marca o el sello indica una relación de
pertenencia, ya sea a Cristo, el Cordero, o al anticristo, la bestia. Juan describe esta
antítesis de manera deliberada. Dios ha hecho del rechazo a la marca de la bestia un
requisito esencial de los vencedores (Apoc. 15: 2; 20: 4).
La marca es totalmente antitética con el sello colocado sobre los seguidores
del Cordero. Representa la mentalidad del anticristo, la disposición a la exaltación
propia y a la rebelión. Debido a que el sello de Dios del tiempo del fin representa el
reconocimiento divino de la obediencia de fe a los mandamientos de Dios (Apoc.
12: 17; 14: 12), la marca de la bestia representa una señal de la desobediencia a uno
o más de los mandamientos de Dios (Johnsson y otros 2008).

2.4 Interpretación de la Iglesia Adventista del Séptimo Día

2.4.1 El mensaje del primer ángel


El primero de los mensajes de los tres ángeles (Apoc. 14: 6-11) fue
aceptado por Guillermo Miller y sus seguidores (1831-1844) como el
llamamiento de Dios en el tiempo del fin para una reforma en la adoración y
en la verdadera preparación para la segunda venida de Cristo. Identifico la
frase “la hora de su juicio” (Apoc. 14: 7) con la escena del juicio de Daniel 7:
9, 10, y aplico “la hora” del juicio de Dios al papado, bajo la Revolución
Francesa. Sin embargo, en 1843 comenzó a interpretar la frase como una
amonestación del día del juicio que pronto vendría, la segunda venida de
Cristo. Elena G. de White aprobó esta interpretación de Apocalipsis 14: 7
como el mensaje correcto en el tiempo correcto, declarando: “la primera de
estas amonestaciones (en Apocalipsis 14) anuncia la llegada del juicio”.
También declaro, “Allí en los Estados Unidos durante el movimiento millerita
fue donde la profecía del mensaje del primer ángel tuvo su cumplimiento más
directo”. El mensaje del primer ángel de Apocalipsis 14: 7 fue tratado así
“como una representación simbólica de la experiencia misionera millerita”
(Johnsson y otros 2008).

Después del gran chasco de1844, un grupo pequeño de milleritas


estudio las profecías apocalípticas de Daniel y Apocalipsis. Reinterpretaron la
“purificación del santuario” en Daniel 8: 14 para indicar el juicio final o
investigador del ministerio de Cristo en el lugar santísimo del santuario
celestial, no la purificación de la iglesia o de la tierra en la segunda venida de
Cristo. Aplicaron la frase del primer ángel “ha llegado la hora de su juicio”
(Apoc. 14: 7) al comienzo de la obra celestial de juicio por Cristo en el año
1844 (Dan. 7: 9, 10), que duraría hasta el fin del tiempo de gracia. Esta
interpretación de Apocalipsis 14: 7 llego a ser el incentivo para preparar un
pueblo para el juicio final. En su centro estaba una vida de adoración,
santificada en armonía con la ley moral de Dios como se describe en
Apocalipsis 14: 12 (Johnsson y otros 2008).

Esta comprensión mas clara del mensaje del primer ángel de


Apocalipsis 14 revelo nuevos deberes y desempeño un papel importante en la
formación de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

2.4.2 El mensaje del segundo ángel


Lo mismo que con el mensaje del primer ángel, los milleritas aplicaron
el mensaje del segundo ángel a su propia situación histórica.

Antes de 1843 sostuvieron el punto de vista protestante general de que


la Iglesia Católica Romana era Babilonia. Se vio su caída (Apoc. 14: 8) como
la caída de Roma ante la dominación civil francesa en 1798.

Cuando las iglesias protestantes principales comenzaron a rechazar el


entusiasmo millerita acerca del inminente regreso de Cristo en 1843, Miller
comenzó a aplicar el mensaje de Cristo a la iglesia de Laodicea en Apocalipsis
3: 14-22 a las iglesias protestantes. Charles Fitch aplico el termino
“Babilonia” a las iglesias protestantes debido a su sectarismo, herejías y ansia
de poder. Para el verano de 1844 algunos lideres milleritas comenzaron a
pedir la separación de todas las iglesias. Se apoyo la separación con el
argumento teológico de que Babilonia era “la madre de las rameras y de las
abominaciones de la tierra” (Apoc. 17: 5). A las supuestas “hijas” se las veía
simbolizando las denominaciones protestantes petrificadas. Se presentaron sus
credos diferentes como la confusión de “Babilonia”. Por consiguiente, el
llamado celestial de Apocalipsis 18: 2, 4, “Salid de ella, pueblo mío”, se
interpreto como el llamamiento de Dios para dejar toda la religión organizada
en 1844 (Johnsson y otros 2008).

Al desarrollarse la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la palabra


“Babilonia” llego a aplicarse tanto a las iglesias protestantes como a la
católica, por haber formado alianzas ilícitas con los gobiernos seculares. La
“caída” de Babilonia (Apoc. 14:8) y el llamamiento celestial a “salir de ella”
(Apoc. 18: 4) se aplicaron ahora específicamente a la caída espiritual de las
iglesias protestantes después de su rechazo del llamamiento del primer ángel
para separarse de una unión pecaminosa con el mundo. El gran pecado del que
el segundo ángel acusa a Babilonia es que “ha hecho beber a todas las
naciones del vino del furor de su fornicación” (Apoc. 14: 8). Este “vino”
embriagador fue interpretado como “las falsas doctrinas” que están “en pugna
con las declaraciones mas claras de la Sagrada Escritura” (Johnsson y otros
2008).

Representando a los adventistas guardadores del sábado, J. N.


Andrews señalo varios errores esenciales que habían convertido a las diversas
facciones de la cristiandad en Babilonia: (1) la doctrina del bautismo infantil;
(2) la unión ilícita y criminal de la Iglesia con el poder civil del Estado,
haciendo que la iglesia pura llegara a ser la prostituta intolerante y
perseguidora de Apocalipsis 17; (3) la doctrina de un milenio de paz y
prosperidad sobre la tierra antes del advenimiento de Cristo; (4) el cambio del
cuarto mandamiento en una reivindicación del domingo como día de
descanso; (5) la doctrina de la inmortalidad natural del alma, derivada de la
mitología pagana; (6) la espiritualización de la segunda venida de Cristo
(Johnsson y otros 2008).
Al principio, la denominación “Babilonia” se creía que “se aplicaba
entonces mas particularmente a las iglesias de los Estados Unidos”, debido a
su rechazo de los mensajes de juicio dados por los milleritas. Por
consiguiente, la caída moral de Babilonia “no alcanzo su cumplimiento total
en 1844”. Babilonia aun no había embriagado a todas las naciones. La unión
de la iglesia con el mundo todavía no había alcanzado su culminación
(Johnsson y otros 2008).

De aquí que la caída moral de Babilonia se interpretase como un


proceso en marcha, que iba en aumento hasta ser universal. Elena G. de White
declaro: “El cambio es progresivo, y el cumplimiento perfecto de Apocalipsis
14: 8 esta reservado aun para lo porvenir. Ese seria el resultado de rechazar la
triple amonestación de Apocalipsis 14, y fue predicho en 2 Tesalonicenses 2:
9-12. Tal resistencia justifico un llamamiento final a salir de las iglesias
caídas, el “fuerte clamor” final de Apocalipsis 18: 1-5. Por ende, los pioneros
adventistas reconocieron que aun permanecía en las iglesias caídas gran parte
del pueblo de Dios, incluyendo ministros del evangelio (Johnsson y otros
2008).

El mensaje del segundo ángel es valido solo si sigue y acompaña la


proclamación autentica del evangelio apostólico del primer ángel (Apoc. 14:
6, 7). La adoración falsa queda desenmascarada de la manera más plena por
una demostración de la verdadera adoración (Johnsson y otros 2008).

2.4.3 El mensaje del tercer ángel


Entre los adventistas observadores del sábado apareció finalmente una
comprensión teológica del mensaje del tercer ángel durante una serie de
congresos bíblicos celebrados en 1848. Al desarrollarse su teología del
santuario, siguieron a Cristo por fe hasta el lugar santísimo. De Apocalipsis
11: 19 dedujeron la validez permanente del pacto de Dios con su arca sagrada,
que contenía el Decálogo. Considerando Apocalipsis 14: 12 como la verdad
central del mensaje del tercer ángel, identificaron los mandamientos de Dios
con los diez mandamientos. En 1846, Joseph Bates convenció a Jaime y Elena
White de que el cuarto mandamiento debía ser restaurado en la adoración
verdadera de Dios (Johnsson y otros 2008).

Elena G. de White veía el sábado como “el muro separador entre el


verdadero Israel de Dios y los incrédulos”, aunque reconocía al mismo tiempo
que “Dios tenia hijos que no reconocen ni guardan el sábado”. Este concepto
elevo la verdad del sábado a la condición de un mensaje de sellamiento (Apoc.
7: 2) o verdad probatoria para permanecer en la iglesia remanente de
Apocalipsis 14: 12 (Johnsson y otros 2008).

“La fe de Jesús” (vers. 12) se interpreto como “todas las enseñanzas de


Jesús en el Nuevo Testamento”, o “los preceptos y las doctrinas del
evangelio”. Aunque durante varios años la expresión “el testimonio de
Jesucristo” (Apoc. 12: 17) se uso como un sinónimo para “la fe de Jesús”,
surgió una nueva interpretación en la década de 1850. Entonces, “el
testimonio de Jesús” se vinculo con el don profético manifestado en el
ministerio y los escritos de Elena G. de White. Esta interpretación llego a ser
una señal identificadora de la proclamación misionera de al Iglesia Adventista
del Séptimo Día (Johnsson y otros 2008).

La interpretación de “la bestia y su imagen” (Apoc. 14: 9-11) llego ser


de importancia vital para la comprensión del mensaje del tercer ángel. En
1851 J. N. Andrews identifico la bestia de Apocalipsis 14: 9-11 con la bestia
de Apocalipsis 13: 1-10, que era un desarrollo profético de la cuarta bestia de
Daniel 7. Ambas bestias simbólicas (Dan. 7 y Apoc. 13) ascienden del mar.
Después de señalar otros cinco puntos de semejanza, Andrews concluyo
diciendo que (76), “la bestia es evidentemente la forma papal del cuarto
imperio; porque recibe su poder y su trono del dragón, la Roma imperial.
Versículo 2”. Como la Iglesia-Estado medieval, tendría autoridad sobre los
santos durante 42 meses (Dan. 7: 23-26; Apoc. 13: 5-8). Este periodo termino
en 1798 con la “herida mortal” (Apoc. 13: 3) de la cual se va a recuperar la
bestia. Andrews concluyo que “entonces, una imagen de la bestia debe ser
otro cuerpo eclesiástico revestido como poder y autoridad para matar a los
santos. Esto no puede referirse a otra cosa sino a la iglesia protestante,
corrupta y caída” (Johnsson y otros 2008).

Tanto Andrews como Bates coincidían en que la imposición de la


marca de la bestia era una “institución del papado impuesta por el
protestantismo”. Andrews interpreto la “marca” como la imposición del
domingo en oposición a los santos que están dedicados a guardar los
mandamientos de Dios. “A pesar de que el cuarto mandamiento en los
términos mas claros prescribe la observancia del día de descanso santificado
del Señor, casi todo el mundo ahora se maravilla tras la bestia y observa el
festival pagano del domingo que ha puesto la gran apostasía como un sustituto
del santo sábado”. Sin embargo, noto que “la observancia del domingo no
constituye aun la marca de la bestia y no lo será hasta tanto se promulgue el
decreto que induzca a los hombres a venerar ese día de reposo idolátrico.
Llegara el momento cuando ese día se transformara en una prueba, pero esa
época no ha llegado aun” (Johnsson y otros 2008).

Con esta interpretación del mensaje de los tres ángeles como el último
mensaje de amonestación, los adventistas del séptimo día creen que están en
“una plataforma inamovible y solida; la teología del santuario y la verdad del
sábado se unen para incluir la “verdad presente”. La oportunidad del mensaje
del tercer ángel, que existe la restauración del evangelio y de la adoración
apostólica, destaca más completamente contra el auge de la teología liberal
moderna y el evolucionismo, que espiritualmente los relatos de la creación de
Génesis 1 y 2. Una característica del mensaje adventista del séptimo día se
encuentra en el hecho de que “hace frente directamente a la herejía clave de
nuestra era, la teoría de la evolución, e invita a todos los que lo deseen a salir
Babilonia, salir de la apostasía, aceptar la verdadera señal de lealtad al Dios
viviente, el Creador” (Johnsson y otros 2008).

Elena G. de White subrayo la unión inseparable del sábado y los


mensajes de los tres ángeles de la siguiente manera: “Separad el sábado de los
mensajes, y pierde su poder; pero cuando esta conectado con el mensaje del
tercer ángel, lo asiste un poder que convence a incrédulos e infieles, y los
conduce con fuerza para permanecer, vivir, crecer y florecer en el Señor”
(Johnsson y otros 2008).

Por lo tanto, según la teología adventista del séptimo día, aceptar el


descanso del séptimo día incluye aceptar la escatología del triple mensaje de
Apocalipsis 14. Sin embargo, por encima de cualquier reforma de la
adoración, el mensaje de los tres ángeles transmite el llamamiento urgente a
elegir a Jesús como Señor personal y Salvador y a permanecer leales a el
durante la crisis final (Apoc. 14: 1-5) (Johnsson y otros 2008).

2.5 Interpretaciones pre-1844

2.5.1 Interpretaciones de protestantes ingleses no milleritas


El mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6-12, fue interpretado
de diferentes formas entre los círculos protestantes ingleses no milleritas de
fines del siglo XVIII y XIX.

 El mensaje del primer ángel


La misión del primer ángel (Apoc. 14:6, 7) fue vista por los
protestantes no milleritas como cumplida por los emperadores orientales,
por Carlomagno, y por algunos obispos del siglo octavo; por los
valdenses y albigenses, John Wickliffe, Juan Huss, y Jerónimo de Praga;
por Martín Lutero y la Iglesia Luterana; y por la Biblia y las Sociedades
Misioneras y el creciente interés en las profecías bíblicas (Timm 2004).
 El mensaje del segundo ángel
La misión del segundo ángel (Apoc. 14:8) fue comúnmente
relacionada por los protestantes no milleritas como cumplida por los
valdenses y albigenses, Juan Huss, y Jerónimo de Praga; por Martín
Lutero, Ulrico Zwinglio, y Juan Calvino; y por la caída del papado en la
Revolución Francesa. La expresión “Babilonia” de este texto fue
usualmente aplicada a la iglesia de Roma y al papado (Timm 2004).

 El mensaje del tercer ángel


La misión del tercer ángel (Apoc.14: 9-12) fue vista por los
autores protestantes no milleritas como ya cumplida en Martín Lutero, y
por la iglesia de Inglaterra, o los ministros del evangelio. En cuanto a la
“bestia” (vs. 9) fue usualmente identificada como el papado, la expresión
completa “La bestia y su imagen” (vs.9) fue aplicada a todos aquellos
(incluido los protestantes) que seguían los principios del papado (Timm
2004).

2.5.2 Interpretaciones milleritas


Los tres mensajes angélicos de Apocalipsis 14:6-12 también
recibieron atención por los autores milleritas.

 El mensaje del primer ángel


La comprensión millerita del mensaje del primer ángel giró a través
de los años desde un énfasis más evangélico basado en “el evangelio
eterno” que un énfasis más adventista basado en la “hora de su juicio”.
Los milleritas, para principios de la década de 1840, tendieron a definir la
misión de este ángel con énfasis en la predicación evangélica “evangelio
eterno” (vs.6). Desde principios de la década de 1840 en adelante, ellos
tendieron cada vez más a ver la misión de la proclamación de “la hora del
juicio de Dios” (vs. 7) por el movimiento del segundo advenimiento de
fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX (Timm 2004).
 El mensaje del segundo ángel
Los autores milleritas generalmente siguieron la tradición protestante
de aplicar el término Babilonia al Catolicismo Romano. Sin embargo,
para el verano de 1843, las milleritas ampliaron significativamente su
posición para incluir, además del Catolicismo Romano, a todos los
protestantes que no hubiesen aceptado la doctrina de la inminente y
literal segunda venida de Cristo (Timm 2004).

 El mensaje del tercer ángel


El mensaje del tercer ángel fue visto por los milleritas, como la
última advertencia del juicio de Dios que era proclamado al mundo por el
movimiento del segundo advenimiento de la primera mitad del siglo
XIX. Mientras que Miller entendió que la “bestia” y “su imagen” (vs. 9)
eran respectivamente el paganismo y el papado, Fitch aplicó estas
expresiones sólo al papado (Timm 2004).

2.7 El Mensaje de los Tres Ángeles en el Periodo de Consolidación Doctrinaria


(1850-1863)
Durante la década de 1850 e inicios de 1860, los lideres adventistas
sabatistas estudiaron profundamente el mensaje de los tres ángeles. Sus
investigaciones confirmaron la comprensión de la ubicación cronológica de la
misión de esos ángeles y perfeccionaron el conocimiento de los componentes
básicos de estos mensajes evangélicos (Timm 2004).

La misión del primer ángel era vista como cumplida por la predicación
millerita con énfasis especial en la proclamación “la hora del juicio”. Esa
proclamación era considerada como anunciando el fin de los 2300 días de Dan 8:14,
en el otoño de 1844, que marco el inicio del juicio investigador de los santos en el
santuario celestial (Timm 2004).
La predicación del segundo mensaje angélico era vista como llevando a
muchos milleritas, en 1844, a salir de la esclavitud babilónica de las iglesias. En
1850, cerca de 200 persona que habían dejado esas iglesia ya habían abrazado la
proclamación adventista sabatista posterior a 1844 del tercer mensaje angélico, esa
proclamación fue entendida como el suscitar el pueblo remanente, comprometido en
restaurar las verdades bíblicas, en el contexto del tiempo del fin, a despecho de la
oposición de la “bestia y a su imagen” (Timm 2004).

2.8 Comentarios Bíblico Adventista


De acuerdo con Nichol y otros (1996), la interpretación del mensaje de los tres
ángeles es el siguiente:

2.8.1 Apocalipsis 14: 6


Vi: Comienza una nueva escena. Los acontecimientos representados en esta
visión preceden cronológicamente a los que Juan ha descrito en el vers. 1-5.

Por en medio del cielo: El ángel del cap. 8: 13 también apareció volando
por en medio del cielo. La extensión de su vuelo indica los alcances
mundiales de la obra y el mensaje de este ángel. Su obra crece y se
desarrolla hasta que la ve y la oye toda la humanidad.

Otro: Gr. állos, otro de la misma clase. Aunque algunos mensajes omiten
esta palabra, la evidencia textual se inclina por retenerla. Ya han sido
mencionados muchos ángeles, de manera que el adjetivo es "otro" no sería
totalmente necesario.

Ángel: Esta es una visión simbólica. El ángel representa a los siervos de


Dios ocupados en la tarea de proclamar el Evangelio eterno, especialmente
los asuntos mencionados en este versículo, en un tiempo cuando la hora del
"juicio ha llegado" (ver. 7). Por supuesto, también es cierto que ángeles
literales ayudan a los hombres en la tarea de proclamar el Evangelio, pero
esta no es la idea que predomina aquí.
Eterno: Gr. aiÇnios. Las Escrituras hablan en otro lugar del "Evangelio de
la gloria" (2 Cor. 4: 4; 1Tim. 1: 11); pero el "evangelio eterno" sólo se usa
aquí en relación con el Evangelio de la gracia de Dios, pues no hay sino un
solo Evangelio para salvar a la humanidad, el cual continuará hasta que haya
gente que salvar. Nunca habrá otro Evangelio igual.

Predicarlo: Gr. evaggelízÇ, "proclamar buenas nuevas".

Moradores de la tierra: Según lo indican las frases siguientes, aquí se


presenta una proclamación mundial del Evangelio.

Toda nación: La universalidad de mensajes se destaca con esta frase y las


siguientes.

2.8.2 Apocalipsis 14: 7


Gran voz: Los mensajes del primero y del tercer ángel se proclaman a "gran
voz" (vers. 9). La "gran voz" indica que el mensaje se proclamará en tal
forma que todos podrán oírlo. También se destaca la importancia del
mensaje.

Temed: Gr. fobéÇ, "temer", "reverenciar". Fobéo no significa aquí sentir


temor de Dios, sino acercarse a él con reverencia y respeto. Incluye el
pensamiento de absoluta lealtad a Dios, en una sumisión a Dios, en una
sumisión completa a su voluntad. (Deut. 4: 10).

Dios: El mensaje de temer a Dios es especialmente oportuno en el período


representado por la predicación de este ángel, porque los hombres se han
entregado a la adoración de los dioses del materialismo y el poder y muchos
otros que han inventado.

Gloria: Gr. dóxa (Rom. 3; 23). Aquí significa sin duda "honor", "alabanza",
"homenaje".

Hora: O "tiempo", no es hora literal. Entendida así, es posible comprender


la clase "hora de su juicio" se refiere al tiempo, en sentido general, cuando se
efectuará el juicio, y no necesariamente al momento exacto cuando
comenzará el juicio. En esta forma es posible que el mensaje del primer
ángel fuera proclamado en los años que precedieron a 1844, aun cuando la
verdadera obra de juicio aún no había comenzado "juicio".

Juicio: Gr. krísis, "la acción de juzgar", en contraste con kríma, "la sentencia
del juicio”. Los expositores adventistas del séptimo día entienden que el
juicio que aquí se menciona fue el que comenzó en 1884, representando
simbólicamente por la purificación del santuario terrenal (Dan. 8: 14). Puede
deducirse que no se refiere al ejecutivo cuando venga Cristo y todos
recibirán su retribución, porque los mensajes de los tres ángeles (Apoc. 14:
6-12) preceden a la segunda venida de Cristo (vers. 14). Además, el mensaje
concerniente al juicio es acompañado por una exhortación y una
amonestación que revelan que el día de la salvación aún no ha pasado. Los
hombres pueden aún buscar a Dios y escapar de la ira que vendrá. La
predicación de Guillermo Miller y sus colaboradores en el período desde
1831 hasta 1884, respecto a la terminación de los 2.300 días en 1844, puede
considerarse históricamente como el comienzo de la predicación del mensaje
del primer ángel.

Pero ese mensaje ha tenido validez desde entonces, y continuará teniéndola


hasta que caiga el telón que pondrá fin a la oportunidad de salvación para el
hombre.

Ha llegado: O "ha venido".

Adorad: Gr. proskunéo, "rendir homenajes", "adorar". La adoración a Dios


contrasta con la adoración a la bestia (cap. 13: 8, 12) y su imagen (vers. 15).
En la crisis que pronto vendrá, los habitantes de la tierra tendrán que
escoger, como lo hicieron los tres fieles hebreos de la antigüedad, entre el
culto al verdadero Dios y el culto a los dioses falsos (Dan. 3). El mensaje del
primer ángel tiene el propósito de preparar a los seres humanos para que
hagan la debida elección y permanezcan firmes en el tiempo de la crisis.
Hizo el cielo y la tierra: El Creador del universo es el verdadero y único
objeto de adoración. Ningún hombre ni ningún ángel es digno de adoración.
Esta prerrogativa sólo pertenece a Dios. El poder de crear es uno de los
rasgos distintivos del verdadero Dios, en contraste con los dioses falsos
(Jer.10: 11-12). La exhortación a adorar a Dios como el Creador ha llegado a
ser especialmente oportuno desde los años siguientes a la predicación inicial
del mensaje del primer ángel, debido a la rápida propagación de la teoría de
la evolución. Además, la exhortación a adorar a Dios como el Creador de
todas las cosas, indica que debe prestarse la debida atención al monumento
que recuerda las obras creadas por Dios: el sábado del Señor (Exo. 20: 8-11).
Si el sábado hubiese sido guardado como era el propósito de Dios, hubiera
servido una gran salvaguardia contra la credulidad y la evolución. El sábado
será un punto especial controversia en la crisis final que se avecina (Apoc.
13: 16).

2.8.3 Apocalipsis 14:8


Otro ángel: Los manuscritos presentan diversas variantes de esta frase. Sin
embargo, la evidencia textual se inclina por el texto "otro segundo ángel".

Le siguió: Gr. aklouthéÇ, "acompañar", "seguir" (Mat. 19: 27-28, donde la


palabra tiene la idea de acompañar personalmente a Jesús). Parece tener
ambos significados en estos versículos. Cronológicamente, el segundo ángel
sigue al primero, pero también es cierto que el primer ángel continúa su
ministerio cuando el segundo ángel se le une. En ese sentido el mensaje del
segundo ángel acompaña al del primero.

Diciendo: Los mensajes del primero y el tercer ángel son proclamados con
"gran voz" (ver. 7, 9). El mensaje relativo a la caída de Babilonia se
proclama más tarde con "voz potente" (cap. 18: 1-2).

Ha caído, ha caído: Mejor, "cayó, cayó". Algunos manuscritos omiten la


repetición del verbo, pero la evidencia textual establece su presencia. El
pasaje parece ser un eco de Isa. 21: 9, que en hebreo repite el verbo, pero que
en algunos manuscritos de la LXX lo pone una sola vez. La repetición hace
más enfático el mensaje. Babilonia es un término abarcante que Juan utiliza
para describir a todas las organizaciones y los movimientos religiosos que
han apartado de la verdad. Este hecho nos obliga a considerar esta "caída"
como progresiva y también acumulativa.

Esta profecía de la caída de Babilonia ha hallado su cumplimiento en el


alejamiento de la pureza y sencillez del Evangelio que se ha generalizado en
el protestantismo (Apoc. 14: 4). El mensaje de que cayó Babilonia fue
predicado por primera vez por el movimiento adventista de los milleristas
entre junio y agostos de 1844, y se aplicó a las iglesias que rechazaban el
mensaje del primer ángel en cuanto al juicio (vers. 7). Este mensaje tendrá
una creciente aplicación a medida de que se acerque el fin, y se cumplirá
plenamente con la unión de diversos 843 elementos religiosos bajo la
dirección de Satanás (cap. 13: 12-14; 17: 12-14). El mensaje del cap.18: 2-4
anuncia la caída completa de Babilonia y exhorta al pueblo de Dios que aún
está esparcido en las diversas organizaciones religiosas que componen a
Babilonia, a separarse de ellas.

Babilonia: La antigua ciudad llamada Babilonia hallada en ruinas y


desolación en los días de Juan (Isa. 13: 19). Como sucede con muchos otros
términos y expresiones de Apocalipsis, la importancia de este nombre (Hech.
3: 16) puede entenderse mejor si se considera el papel histórico que
desempeño en los tiempos de AT. La designación "misterio: Babilonia" (cap.
17: 5) específicamente identifica el nombre en forma figurada (Apoc. 1: 20;
17: 5).

Bab-ilu (Babel o Babilonia) significa en el idioma babilónico "puerta de los


dioses"; pero los hebreos despectivamente lo asociaban con balal, palabra
que en su idioma significaba "confundir" (Gén. 11: 9). Los gobernantes de
Babilonia sin duda llamaron a su ciudad "puerta" de los dioses porque
deseaban considerarla como el lugar donde los dioses se relacionaban con
los hombres para dirigir los asuntos de la tierra (Juec. 9: 35; Rut 4:1; 1 Rey.
22: 10; Jer. 22: 3); por lo tanto, este nombre parece haber reflejado la
pretensión de los reyes babilónicos de que habían sido comisionados para
gobernar el mundo por mandato divino (Gén. 11: 4).

Babilonia fue fundada por Nimrod (Gén. 10: 10). La ciudad fue desde el
principio emblema de incredulidad en cuanto al verdadero Dios y desafío de
su voluntad (Gén. 11: 4-9), y su norte fue un monumento de su plan maestro
para obtener el control de la raza humana, así como Dios se proponía actuar
por medio de Jerusalén. Por esta razón, durante los tiempos del AT las dos
ciudades simbolizaron, respectivamente las fuerzas del mal y del bien que
obraban en el mundo. Los fundadores de Babilonia intentaron establecer un
gobierno enteramente independiente de Dios, y si él no hubiese invertido,
finalmente hubieran logrado desterrar la justicia de la tierra (Dan. 4: 17).
Entonces Dios decidió que era necesario destruir la torre y esparcir a sus
constructores (Gén. 11: 7-8). Después de un período de éxito transitorio
siguió otro de más de mil años de decadencia y sujeción a otras naciones
(Dan. 2: 37).

Cuando Nabuconodosor II reconstruyó a Babilonia, ésta llegó a ser una de


las maravillas del mundo antiguo. Su plan de que su reino fuera universal y
eterno (Dan. 3: 1; 4: 30), tuvo éxito hasta cierto grado, pues en esplendor y
poder el nuevo Imperio Babilónico sobrepujó a sus predecesores; sin
embargo, también llegó a ser la orgullosa y cruel opresora. Conquistó al
pueblo de Dios y puso en peligro el propósito divino para este pueblo. Pero
Dios humilló a Nabuconodosor con una dramática serie de acontecimientos,
y sometió su voluntad. Pero sus sucesores se negaron a humillarse delante de
Dios (Dan. 5: 18-22), y finalmente Babilonia fue pesada en las balanzas del
cielo y hallada falta, y el reino fue "roto" por el decreto del Vigilante divino
(Dan. 5: 26-28). Babilonia fue durante cierto tiempo la capital del Imperio
Persa, pero fue destruida por Jerjes. A través de los siglos la ciudad
gradualmente fue perdiendo su esplendor e importancia, hasta que a fines del
siglo I d. C. virtualmente dejó de existir (Apoc. 18: 21).
Desde la caída de la antigua Babilonia Satanás siempre ha procurado regir el
mundo por medio de diferentes potencias, y probablemente lo hubiera
logrado hace mucho de no ser por las repetidas intervenciones divinas
(Dan. 2: 39-43). Su tentativa más audaz y que casi logró completo éxito fue
hecha, sin duda, por medio del papado, especialmente durante la Edad Media
(Dan. 7: 25). Pero Dios ha intervenido para evitar el triunfo de todas las
subsiguientes amenazas al cumplimiento final de sus propósitos (Apoc. 12:
5, 8, 16), y por eso las naciones nunca han podido "pegarse" 844 la una con
la otra (Dan. 2: 43). El mal contiene el germen de la división; pero cerca del
fin del tiempo se permitirá que Satanás logre una unión que por un corto
período parecerá ser un completo éxito (Apoc. 16: 13-14, 16; 17:12-14).

A fines del siglo I d. C. los cristianos ya se referían a la ciudad y al Imperio


Romano con el nombre críptico de Babilonia (1 Ped. 5: 13). En ese tiempo
la ciudad de Babilonia, una vez esplendorosa, yacía en ruinas casi
totalmente; era un lugar deshabitado, un verdadero símbolo de la suerte que
le espera a la Babilonia espiritual de los últimos días. Los judíos sufrieron
intensamente bajo la mano despiadada de Roma así como habían sufrido
bajo Babilonia, y los cristianos también sufrieron repetidas persecuciones a
manos de Roma. Por esto, tanto para los judíos como para los cristianos el
nombre Babilonia llegó a ser un término apropiado y acusador para describir
a la Roma imperial.

El nombre "Babilonia" aparece con frecuencia como una clave en los


primeros siglos del cristianismo, en la literatura judía y cristiana, para
referirse a la ciudad de Roma y al Imperio Romano. Por ejemplo, el libro V
de los Oráculos sibilinos, una obra judía seudoepigráfica que data de
alrededor del 125 d.C., presenta algo que tiene el propósito de ser una
profecía de la suerte de Roma, estrechamente paralela con la descripción de
la Babilonia simbólica del Apocalipsis. Habla de Roma como de una
"ciudad impía" que ama la "magia", se deleita en "adulterios" y tiene "un
corazón sanguinario y una mente impía". El escritor observa que "muchos
fieles santos de los hebreos han perecido" a manos de ella, y predice su
desolación final: "En viudez te sentarás en tus riberas . . . Pero tú has dicho,
soy única, y ninguno traerá sobre mí la ruina; pero ahora Dios . . . te
destruirá a ti y a todos los tuyos" (Apoc. 18: 5-8). En 2 Baruc, otra obra
seudoepigráfica del siglo I o II d. C., el nombre Babilonia se usa para
referirse a Roma como lo hace el Apocalipsis (cap. 11: 1-3). Y el escritor
del MidrashRabbah judío, en el comentario de Cant. 1: 6, dice: "el lugar de
Roma lo llamaron Babilonia". Tertuliano, que vivió a fines del siglo II,
declara específicamente que el término Babilonia se refiere en el Apocalipsis
a la ciudad capital de la Roma imperial.

Por lo tanto, Babilonia ha sido reconocida literal y simbólicamente desde


hace mucho como la enemiga tradicional de la verdad y del pueblo de Dios.
Babilonia, como se usa en el Apocalipsis, simboliza desde la antigüedad
hasta el fin del tiempo a todas las organizaciones religiosas apóstatas y a sus
caudillos. Una comparación de los muchos pasajes del AT donde se exponen
detalladamente los pecados y la suerte de la Babilonia literal, demuestra
cuán apropiada es la aplicación figurada de este nombre (Isa. 47: 1). Un
examen de éstos y otros pasajes revela también la importancia de un estudio
cabal del AT respecto a la Babilonia literal como un marco histórico para
comprender la importancia de los pasajes del NT que se refieren a la
Babilonia simbólica.

La gran ciudad: El adjetivo "grande" se aplica a Babilonia en todo el libro


de Apocalipsis (cap. 16: 19; 17: 5, 18: 18: 2, 10, 21).

Beber: Símbolo que describe la aceptación de las falsas enseñanzas y la


política de Babilonia. "Ha hecho beber a todas las naciones" sugiere que se
emplea la fuerza. Elementos religiosos presionarán al Estado para que éste
imponga sus decretos por la fuerza.
Todas las naciones: Una descripción de los alcances universales de la
apostasía. La sustitución de las leyes de Dios por leyes humanas y la
sanción de decretos religiosos de parte del Estado, llegará a ser general.

Vino del furor: Esta figura tal vez proviene de Jer. 25: 15, donde se le
ordenó a este profeta: "Toma la copa del vino de este furor, y da a beber de
él a todas las naciones". Al ofrecer su vino a las diversas naciones, Babilonia
no tiene el propósito de causar furor, pues ella afirma que el beber de su vino
traerá paz a las naciones (Apoc. 13: 12); sin embargo, beber de él traerá
sobre las naciones la ira de Dios.

Fornicación: Simboliza la relación ilícita entre la iglesia y el mundo, o entre


la iglesia y el Estado. La iglesia debe estar casada con su Señor; pero
cuando busca el apoyo del Estado, abandona a su legítimo marido, y
mediante su nueva relación, comete fornicación espiritual.

2.8.4 Apocalipsis 14:9


La bestia: La segunda bestia ordena que los hombres adoren a la primera
bestia Debe notarse que esta amonestación tendrá aplicación después de que
se haya curado la herida de muerte, y se forme la imagen de la bestia, y la
marca de la bestia llegue a ser un asunto de capital importancia. El mensaje
del tercer ángel, como se predica actualmente, es una advertencia en cuanto
a los conflictos que están por llegar, una advertencia que hará entender a
todos los hombres qué es lo que está comprometido en la lucha que ha
comenzado y qué los capacitará para hacer una elección inteligente.

Y a su imagen: La conjunción "y" identifica a los adoradores de la bestia


con los de la imagen. Una conjunción adicional identifica a estos adoradores
con los que reciben la marca. La bestia y la imagen se unen en sus
propósitos y prácticas, y en su exigencia de que los hombres reciban la
marca de la bestia. Por lo tanto, el que adore a la bestia, también adorará la
imagen de la bestia y llevará su señal.
2.8.5 Apocalipsis 14:10
Vino de la ira: O vino que es la ira. Los que beben del vino del furor de la
fornicación de Babilonia, beberán también del vino de la ira de Dios. La
amonestación es evidente.

Vaciado: El verbo griego significa mezclar, especialmente vino con agua, o


verter vino en la copa. Hay aquí un juego de palabras que se reproduce
aproximadamente: "que ha sido mezclado sin mezcla". Es decir, de la ira es
puro, sin dilución. La figura quizá provenga de Salmos 75: 8, donde el vino
indudablemente está mezclado con especias para aumentar su poder
embriagador.

El cáliz de su ira: O "cáliz de su indignación".

Será atormentado: Gr. basanízÇ que significa "torturar", "atormentar",


"afligir". Las últimas siete plagas caerán sobre los adoradores de la bestia y
su imagen (Apoc. 16: 2). Además, estos seguidores de la bestia se
levantarán en la segunda resurrección para recibir su castigo final. No es
claro a cuál fase del castigo se está refiriendo Juan; quizá a las dos, pues en
ambas habrá tormento. La primera termina con la muerte cuando Jesús
aparezca viniendo del cielo; la segunda, con la muerte eterna.

Delante de: Las plagas y la destrucción de los impíos después de los mil
años acontecerán en esta tierra; pero en el segundo caso el campamento de
los santos estará en la tierra. Cristo estará con su pueblo, y sin duda también
habrá muchos ángeles.

2.8.6 Apocalipsis 14:11


Por los siglos de los siglos: Gr. eis aiÇnas aiÇnÇn, literalmente "para siglos
de siglos". La expresión significa de por sí muchos siglos. El asunto al cual
se refiere es el tormento de los adoradores de la bestia en un lago de fuego y
azufre. La vida humana en un medio tal sería sumamente breve, pero si se
usa la expresión eis ton aiÇna, "por el siglo", es posible concluir que el
castigo sólo será momentáneo. La expresión compuesta demuestra que el
tormento será por cierto período, pero, por supuesto, no interminable. Esto
es evidente por otros pasajes de las Escrituras que demuestran que la suerte
final de los impíos será el aniquilamiento total.
La figura del humo que sube para siempre sin duda proviene de Isa. 34:10,
donde se describe la desolación de Edom. El antiguo profeta no vio en
visión fuegos interminables porque después de la conflagración, de la cual
dice "perpetuamente subirá su humo", la tierra se convierte en un desierto de
desolación habitado por animales salvajes (vers. 10-15). Lo que la figura
denota es completa destrucción.

Reposo: Gr. anápausis, "cesación", "descanso", "refrigerio". El significado


es que el castigo será continuo hasta que sobrevenga la muerte.

De día ni de noche: Las horas no cuentan; el tormento es continuo.

Adoran a la bestia: Se repite la identificación quizá para añadir énfasis. El


tercer ángel proclama una amenaza sumamente terrible. Los habitantes de la
tierra no tendrán excusa si "adoran a la bestia y a su imagen". Deben dedicar
todos sus esfuerzos para descubrir la identidad de la bestia, su imagen y su
señal, y conocer sus artificios y procedimientos.

2.8.7 Apocalipsis 14: 12


Paciencia: Gr. hupomon'. La traducción "perseverancia" o "aguante" sería
aquí más adecuada. "Aquí está la perseverancia de los santos". El contexto
llama la atención a la intensa lucha contra la bestia y su imagen. Se hará
todo esfuerzo posible para obligar a que el remanente se una con el
movimiento promovido por la segunda bestia; incluso será amenazado con
aislamiento y muerte (Apoc. 13: 11-17); Satanás obrará al mismo tiempo con
todo "engaño de iniquidad" (2 Tes. 2: 10; Mat. 24: 24) para hacer que
parezca que el poder de Dios se manifiesta en ese movimiento. Pero en
medio de todo perseverará hasta el fin el fiel remanente y mantendrá su
integridad. Su firmeza a toda prueba merece una alabanza especial.

Guardan los mandamientos de Dios: Esta declaración es muy significativa


por el contexto en que se halla. El mundo, cautivado por los engaños de
Satanás, se inclinará delante de la bestia y su imagen, y cumplirá sus
dictados y decretos, pero los santos se negarán a cumplir sus exigencias
porque guardan los mandamientos de Dios. El asunto crucial del conflicto
será el cuarto mandamiento de la ley de Dios. Los cristianos concuerdan en
términos generales en cuanto al carácter obligatorio de los otros nueve
mandamientos; pero a principios de la era cristiana se comenzó a poner a un
lado el sábado, séptimo día de la semana, y a sustituirlo por la observancia
del primer día de la semana como día de culto. Los cristianos que observan
el domingo presentan diversas razones por las cuales observan el primer día
de la semana en lugar del séptimo, y por qué se sienten autorizados para
despreciar las exigencias del mandamiento original. Algunos afirman que
los Diez Mandamientos fueron abolidos junto con todas las leyes
ceremoniales del AT; Otros sostienen que el elemento temporal del cuarto
mandamiento es ceremonial, pero que la orden de observar un día en siete es
una obligación moral. Estas opiniones no se basan en las Escrituras. El
punto de vista de la iglesia de Roma es que ella transfirió el carácter sagrado
de un día al otro por autoridad divina. Pero los protestantes no pueden
aceptar esta posición, porque la Biblia y solamente la Biblia es su regia de
fe. El asunto llegará a su punto culminante cuando Babilonia la grande se
imponga sobre el Estado para que éste haga de la observancia del domingo
un asunto de ley civil, obligatoria, y decida castigar a todos los que no le
obedezcan. En esa hora tenebrosa los hijos de Dios se aferrarán a la Biblia y
no le rendirán homenaje a ningún poder, excepto a Cristo. Entre los muchos
rasgos característicos que podrían habérsele mencionado al profeta, se le
indicó que destacase dos predominantes: la observancia de los
mandamientos de Dios y la fe de Jesús.

La fe de Jesús: O "fe en Jesús". El texto griego puede entenderse en ambas


maneras, aunque generalmente se prefiere la segunda. En cuanto a la
diferencia entre las dos expresiones y la importancia de la fe en la
experiencia cristiana. La fe de Jesús y la observancia de los mandamientos
representan dos aspectos importantes de la vida cristiana. Los
mandamientos de Dios son un reflejo de su carácter, pues exponen la norma
divina de justicia que Dios anhela que alcance el hombre, pero que debido a
su condición pecaminosa no puede lograr. "La mente carnal… no se sujeta a
la ley de Dios, ni tampoco puede" (Rom. 8: 7). A pesar de sus mejores
esfuerzos, el hombre continuamente está destituido de la gloria de Dios; pero
Jesús vino para capacitar a los seres humanos y restaurarlos a la imagen
divina. Vino para mostrar cómo es el Padre, y en este sentido amplió el
significado de la ley moral o Diez Mandamientos. Los hombres pueden
guardar los requisitos divinos por medio del poder de Cristo y reflejar así la
imagen divina.
La iglesia remanente honra los mandamientos de Dios y los observa, no con
un sentido legalista sino como una revelación del carácter de Dios y Cristo,
que mora en el corazón del verdadero creyente.

2.8.9 Apocalipsis 14:13


Una voz: Esta voz no es identificada, pero indudablemente es distinta de la
voz del tercer ángel.

De aquí en adelante: Se refiere sin duda a período de los mensajes de los


tres ángeles, dentro del cual se halla el tiempo de la persecución que desatará
la bestia y su imagen, cuando se impongan es aislamiento social y la
sentencia de muerte. Los que mueran en este tiempo descansarán por un
momento, hasta que pase la indignación. Y luego tendrán el privilegio de
participar de la resurrección especial, la que precederá a la resurrección
general de los justos.

En el Señor: No se bendice a todos los muertos sino únicamente a los que


mueren "en el Señor", o sea a los que murieron con su fe puesta en Jesús.

Trabajos: Gr. kopos, "labor cansadora", "cansancio", "esfuerzo agotador".


La muerte es un descanso de la fatigosa labor de la vida.

Con ellos siguen: Esta expresión se ha interpretado de dos maneras: (1)


algunos, basados en el texto griego que dice literalmente "con ellos siguen",
o los acompañan, consideran que Juan se refiere al abandono de las cargas
de esta vida y la continuación de actividades en el mundo futuro. No hay
duda de que la actividad cesa durante el período entre la muerte y la
resurrección porque es un lapso de inconsciencia y quietud; pero el cielo será
un lugar de agradable actividad. (2) Otros interpretan que "sus obras con
ellos siguen" se refiere a la influencia que deja tras sí una buena persona
cuando muere.

2.9 Relación entre la Ley de Dios y el Mensaje de los Tres Ángeles


El tercer ángel con los mandamientos de Dios y la fe de Jesús da el último
mensaje de misericordia al mundo mientras que nuestro Sumo Sacerdote ministra en
nuestro favor delante del arca que contiene los mandamientos (Timm 2004).

La perpetuidad de la ley de Dios y del sábado fue también indirectamente


relacionadas con el mensaje del tercer ángel por la noción, que la bestia de dos
cuernos mostrara su poder opresor cambiando el Día de Reposo (sábado) por el
domingo (Timm 2004).
III. Conclusiones

Al finalizar el presente trabajo monográfico, llegamos a concluir que los tres


ángeles de Apocalipsis 14, representados como volando por en medio del cielo,
simbolizan la obra de aquellos que proclaman los mensajes de los ángeles primero,
segundo y tercero.

Las evidencias de la verdad permanente y siempre viva de estos grandes


mensajes, que tanto significan para la iglesia, que han despertado tan intensa
oposición de parte del mundo religioso, no están extintas.

Satanás trata constantemente de arrojar sombra alrededor de estos mensajes,


para que el pueblo de Dios no discierna claramente su significado, su tiempo y
lugar; pero esos mensajes viven y han de ejercer su poder sobre nuestra experiencia
religiosa mientras dure el tiempo.

Nuestro mensaje es un mensaje de vida o muerte, y debemos hacerlo


aparecer como es el gran poder de Dios. Entonces el Señor lo hará eficaz. Debemos
presentarlo en toda su fuerza reveladora. Los mensajes del primer ángel y del
segundo, están ligados con el mensaje del tercer ángel, para formar una
proclamación: el evangelio eterno, con un cierto énfasis en el tiempo del fin.
Referencias

Johnsson W, Hasel G, LaRondelle H. 2008. Teología: Fundamentos bíblicos de nuestra fe.


México: Gema Editores. 242 p.

Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: Apocalipsis (447). Grand


Rapids, MI: Libros Desafío.

Nichol F, Ampuero V, Vyhmeister N. 1996. Comentario Bíblico Adventista del Séptimo


Día: La Santa Biblia con Material Exegético y Expositivo. Argentina: Asociación
Casa Editora Sudamericana. 1198 pág.

Timm A. 2004. El santuario y el Mensaje de los Tres Ángeles. Perú: Centro de aplicación
Editorial Imprenta Unión. 409 p.

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