El Comportamiento de Los Gatos
El Comportamiento de Los Gatos
El Comportamiento de Los Gatos
COMPORTAMIENTO
DE LOS GATOS
Entender a tu gato te puede ayudar mucho para poder proporcionarle los mejores
cuidados y alimentación posible. Para conseguirlo es necesario que lo observes y
sepas interpretar su lenguaje, que principalmente va asociado a la posición y
movimiento de sus orejas, ojos, expresión facial y postura corporal.
1. LA COMUNICACIÓN NO VERBAL
- Cuando están erectas, apuntando hacia arriba, indican que están tranquilos.
- Si están erectas pero apuntando hacia los lados, significa que están enfadados.
- Las orejas bajas y hacia los lados, connotan ansiedad y actitud defensiva.
La convivencia entre felinos no acostumbra a ser fácil. Las peleas y riñas entre
ellos pueden convertirse en una actividad frecuente, y ser provocadas por diversos
motivos.
Los gatos que han sido castrados o que desde pequeños han convivido en familia,
toleran mucho más el hecho de compartir su hogar con otras mascotas. Las
peleas suelen desembocar en una lucha y demostración de fuerza que se
caracteriza por el pelo erizado, los maullidos, los arañazos y los bufidos. Estos son
algunos de los motivos:
- Conflictos territoriales.
Los gatos son increíblemente sensibles, pero tienen muy marcado el sentido del
territorio. Los cambios en su entorno físico o social pueden provocarles reacciones
extremas que, aunque nos puedan parecer sorprendentes, son del todo normales.
EL MIEDO O LA DEFENSA
Si tu gato siente un miedo extremo, puede soplar, dar golpes con las patas y huir.
Cuando los gatos defienden su territorio se pueden poner al acecho, emitir un
sonido penetrante o aullar, e incluso saltar sobre lo que ellos perciben como un
intruso. El miedo y la defensa del territorio pueden provocar que tu gato muerda.
LAS CAUSAS
4. COMPORTAMIENTOS DESTRUCTORES
Cuando los gatos se afilan las garras, no lo hacen sólo para mantenerlas en buen
estado, sino sobre todo para marcar su territorio dejando señales visibles y
olfativas. Incluso algunos gatos muerden materiales como el cuero, el cartón o los
tejidos.
Para evitar que tu gato arañe cojines, muebles, e incluso las paredes de tu casa
con la excusa de afilar sus garras, debes facilitarle una alternativa. Una buena
técnica es ofrecerle, por ejemplo, un trozo de tela o alfombra viejas, un tronco de
madera de corteza suave, trozos de madera tierna o cuerda de sisal. Prueba a
colocárselos en diferentes lugares y posiciones, tanto horizontal como
verticalmente.
Hasta que tu gato se incline por su opción preferida, te recomendamos que cubras
las zonas delicadas de tu casa con láminas de plástico que no sean rígidas, para
protegerlas de posibles arañazos.
La única solución para garantizar que tu gato no muerda o se trague cartón, goma,
cables, hilos de coser, u otros objetos que pueden llamarle la atención, es
mantenerlos fuera de su alcance.
Y si detectas que el comportamiento destructivo de tu gato no se apacigua con
algunas de estas soluciones, te recomendamos que acudas al veterinario para que
pueda analizar estas actitudes desde una perspectiva profesional.
Las emociones hacen que tu gato sienta el impulso de actuar en respuesta ante
una situación, además de definir cómo se siente una vez que ha reaccionado. Por
ejemplo, la emoción negativa o adversa del miedo puede llevar a tu gato a
defenderse, mientras que las sensaciones positivas que siente cuando lo acaricias
puede ayudarlo a ser más sociable.
Un estudio reciente ha demostrado que todos los gatos poseen siete sistemas
fundamentales básicos que activan su capacidad de reacción, según la
información que los sentidos transmiten a su cerebro. Estas “siete maravillas”
incluyen un sistema “búsqueda” para encontrar comida, un sistema “miedo”
mediante el que responden a los acontecimientos inusuales que les pueden
resultar peligrosos, un sistema “juego”, y un sistema “cuidados” con el que educan
a sus pequeños y establecen relaciones sociales vitales.
En las personas, las zonas del cerebro humano que han tenido una evolución más
reciente, pueden transformar este potencial emocional en emociones más
elevadas, como son el amor, la vergüenza, el desprecio, la inquietud, etc.