Da-06-1987-03, Ayanca

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DIALOGO ANDINO N*6~ 1987 Departamento de Antropalgia, Geografae Historia Bacula de Estudios Anginos Universidad de Tarapacs,Ariea-Chile ISSN - 0716-2278 El sefiorfo de Ayanca enel reino Lupaca. Siglos XV-XVIT por WALDEMAR ESPINOZA SORIANO [BLSESORIODE AYANCA EN EL RENOLPACA SICLOS XV-XV Waldman ris RESUMEN Entrega los antecedentes hasta hoy recopilados sobre la parcialidad Ayanca, perteneciente alreino Lupaca, en los siglos XV-XVII. Enfatiza el rol de los caciques secundarios, “segun- Espino Soriano 1974: 364 Espinoza Soriano 1978 4B [BL SERORIODE AVANCA EN AEINO LUPACA.SIGLOS XV OVI Wada ina Sri (correspondiente a Urin Juli), donde todos “estaban revuelios”, entre ellos el ayllu Hila- sacari. Pero debido a un aumento excesivo de habitantes se vieron en la necesidad de divi- dirlos; y apartando muchos de ellos, posiblemente la mitad, crearon una nueva saya, la que al comienzo fue designada Hilasacari porque su primogenio y posteriores caciques prin pales decidieron que siempre fueran del ayllu del mencionado nombre. Su primer curaca- segunda-persona fue Tatapari®, Después, por razones atin ignoradas, fue llamada saya de Ayanca. EI dato induce a pensar que la saya de Ayanca es de fundacién muy reciente, qui- 24s de los dltimos altos del gobierno de Tupac Inca Yupanqui, 0 tal vez de la época de Huayna Capac. Cabalmente en un quipu que se remontaba alos tiempos de este titimo inca, Gare Dig de San Miguel vio en 1567 como los ayancasestaban conabilzas ant. los urinjuli He aqut tes testimonios muy valiosos proporcionados por otros tantos eximios conocedores de la historia oral y tradicional de Juli: 1.“"Tatapari, cacique principal que fue de la pareialidad de Hitasacari, que agora se lama de Los Ayancas deste pueblo de Juli. Y como el dicho Tatapari, cacique del tiempo del inga, de quien es //tataranieto el dicho don Juan Bautista Pari, (um. ta hauia ‘apartado de la parcialidad de Los Mochos deste pueblo, que ambos estaban revueltos, y por ser muchos se haufan dividido y apartado. Y 61 era cacique de la dicha parcialidad de Hila- sacari, que agora se nombra de Los Ayancas. Y por la dicha tradicién y antigualla de sus paulres ¢ indios viejos sabe que este Tatapari fue cacique de la dicha parcialidad del tiempo del inga; y que él fue hasta que murié sin contradicci6n alguna”. 2. “Que conocis a Tatapari el Viejo, cacique principal que fue desta parcialidad de Los Ayancas. Y entonces estaba junta con la de Los Mochos, y como eran muchos los apart6 el dicho Tatapari y era cacique dellos. ¥ se llamaba entonces la parcialidad de Hila- sacar, y agora se lama de Los Ayancas"”. 3. “Tatapari, cacique principal que fue de la parcialidad de Los Ayancas, al cual conocic este testigo. Y era ya de hasta doce afios este testigo cuando le conocié por tal cacique de la dicha parcialidad de Los Ayancas que entonces se llamaba Hilasacari,y apar- taron los indios della de Los Mochos que estaban juntos"*. En el libro de Garei Diez unas veces Ayanca emerge como parte de Juli Urinsaya, ¥y-en otras aparece desenvolviéndose como una parcialidad independiente. En otras oca- siones los propios mallcas del suyo de Juli manifestaron que la parcialidad de Ayanca ‘son urinsayas", pero que no conformaban parte de Juli Urinsaya, la cual estaba administrada por los curacas don Felipe Chuy y don Carlos Calisaya; mientras los ayancas tenian otros dos caciques exclusivos para ellos (don Ambrosio Tira y don Carlos Vieza). ¥ lo mismo acontecfa en Juli Anansaya. O sea que Anan Juli, Urin Juli y Ayanca constiufan “tres par- cialidades”: desunidas. Tal hecho tiene su explicacisn: los informantes aymaras querian expresar que Ayanca derivé de Urin Juli De ahi por qué los testigos que declararon en una informacién de 1624 también le apeltidan “parcialidad de Ayanca Urinsaya”. Lo que, de todas maneras, no indica que la saya de Urin Juli haya posefdo a su vez dos submitades: Urinsaya y Ayanca; ya que cada cual se regia con mallcos autGnomos, sin mas dependencia que de los reyes lupacas residen- tes en Chucuito. El que Garci Diez visitara en conjunto y no apartadamente a urinjulis y ayancas, pese a que cada urna se gobemaba por sus Curacas respectivos, revela que atin no se aba suscitado entre ellos un aislamiento profundo, de seguro por lo reciente de la erecci6n de Ia 4 Ct Dectaraci de don Temas Guancs Figui Juli, 1-TV-1624, resp 3:39 ® Garek Diez de San Miguel 1567: 65.66, © Vidnota 4 supra. 2 Declaaeién de Lope Manin, del aya Tcara de Aysmncs, resp. 3. Juli, LIV-1624: 44, ® Declaracion de Domingo Chanin, resp. 3. Juli -1V-1624: Sv » Gare Digs de San Miguel 1367: 14. Tod 115, 119. 49 “Diatc0o AxDiKO (CHEN N97 de Ayanca, Ellos se sentian y sus vecinos los vefan tan emparentados que, por lo que parece, ‘casi para todo se los tenfa en cuenta en bloque'!. Ayllus de la saya Ayanca ‘Ajustindonos al padrén del fray Pedro Gutiérrez Flores (1574) la saya de Ayanca se com- ponfa de seis hathas 0 ayllus: 1, Ancalle 4, Hilasacari 2. Pusiata 5. Sulcasacari 3. Iscara 6. Sulcanaca’* Monto que surge rotundamente confirmado en un auto de posesién de tierras del 19 de febrero de 1611, aunque colocados en otto orden: 1. Sulleasacari 4, Ancalli 2. Sulleanaca 5. Pusiata 3. Iscara 6. Hilasacari!? Realidad que se debe tener en cuenta, ya que las sociedades andinas, en sus deci- siones y superesiructura politica, observaban una jerarquia muy estricta, En tal aspecto, seguramente la relacién de Gutiérrez Flores es la vélida, Pero, por lo que consignan otros documentos, dicha cifra no parece ser exacta como tampoco son puntuales, las cantidades sefialadas para los ayllus de las demas sayas, tal como lo he comprobado én otro trabajo. (Para Anan Juli Gutiérrez Flores indica 13 ayllus y para Urin Juli otros 8). Asi por ejemplo, {en un memorial del 6 de febrero de 1606 don Carlos Vieza, cacique-segunda-persona de los ayancas, sostiene que, en su parcialidad, ten‘a siete ayllus, de los cuales slo enumera tres: Hilasacari, Sulcasacari y Sulleanaca'*, ‘Asimismo en otro auto despachado el 22 de febrero de 1622 por el alcalde ordi- nario de Juli, don Antonio Cusi Guallpa Inca, se norma que los ayllus Llanocrisa y Sulica- ‘naca den trabajadores para las chacras del enunciado don Carlos Viera!3. Aqui, como se Dercibe, se apunta otro ayllu: el de Llanocrisa, que podria ser el nimero 7 del tardioreclamo del aludido curaca. Cabe afadir, igualmente, como en abril de 1624 en un proceso sobre dicho caci- cazgo declaré “un indio que dijo Hamarse Domingo Chanina, y ques natural deste dicho pueblo, de la parcialidad de Los Ayancas, del ayllu Sulca Ayanca”™® ;Se trata de un ayllu mds, diverso a los ya catalogados 0 es una segunda forma de designar a alguno de los ya inveniariados; por ejemplo al de Sulcasacari, 0 al de Sulcanaca? En la categorizacién de las sayas de Juli a qué grupo pertenecfan los ayancas? Por Ja manera que los anota Garci Diez debieron estar en tercer puesto. Primero apunta a los, Anan Juli, al que también permanecian adscritos los mitmas chinchaysuyos; luego a los Urin Juliy por thimoa los ayancas, En la lista de Gutiérrez Flores también Se encuentran en tercer lugar. La misma disposicién debieron guardar sus curacas en las asambleas"?, Poblacién. Autosuficiencia. Trueque Por ahora es impracticable calcular el niimero de la poblacién Ayanca en los siglos XV y XVI (hombres, mujeres, nifos,j6venes, viejo. En un censo realizado cuando gobernaba 1 yids 19. Gtr Flores 1574: 368, ‘Ato de don Ambrosio Tir. Juli 19-11-1611: Memoria] de don Carlos Vicza, Chucuito, 611-1606: 23, ‘Auto del sleale ordinaro, don Antonio Curi Gualpa Inga. Juli, 221-1613: 2. 4 Declaracidn de Domingo Chanina. Jul, 1-1V-1624: 50 "7 Bn el suyo yreduecién de Juli se nomba,asimismo, otras parcaidades o mitades: a) a de Mocho, que tenia ‘sus especivosaylus, uno de ellos] Se Yauricopa y otro Moche.b)Iqualmente a ota parcilsdad de Guan: call, que le perenecia un alla de la misma denominaci. Pureceris indicar que en Jul existieron verse _mitades, pero ~por hoy~ es imposible suministar mde pormenores. Cf declaracién de don Juan Gusnca el aya Yeuricopa. fli -1V-1624: 38v. Declaracign de Miguel Caips, “ques natural del dicho pusblo, de la parcaldad de Los Guancollos, del syllu Guancollo™ Juli, I-1V-1624: 459, 50 EL SENORIO DE AYANCAEN BL REINO LUPACA, SILOS XV-XVI/ Walle ere Huayna Capac, en Juli se contabilizaron 3809 tributarios aymaras y mitmas, mAs 414 uros, sin computar a los que paraban en Sama, Moquegua, Torata, Larecaja, Capinota y Yungas de Chicanoma conirolando enclaves ecoldgicos"*. La totalidad del reino Lupaca alberzaba 100.000 habitantes. El quipo de la época de Huayna Capac, para el suyo 0 “provineia” de Juli, aroja las siguientes cifras de tributarios: ‘Anan Anansaya y Chambillas 1438 aymaras Juli Mitmas Chinchaysuyos 153, Uros 158 Total 1749 Urin Aymaras 1804 Juli Uros 256 Total 2060 Gran total 3809 tributarios!? Como se percibe, no se registra a los ayancas. En suma, la poblacién tributaria lupaca llogaba a 4.119 uros y 16.151 aymaras, o sea 20.270 mitayos que, adiciondndoles sus esposas, hijos, ancianos e invalidos alcanzarian los 100.000 individuos ya indicados. Una deduccién aproximada podria proyectar 25,000 personas para el suyo de Juli, de las cuales caso 6.000 pudieron pertenecer a Ayanca, por cuanto ésia no se habfa formado con la segregacién de Anan Juli sino de la de Urin Juli, En el alo de 1567 todavia se reputaba con 4.000 tributarios a los de la “provincia” de Juli, Tanto los urinjulis como los ayancas, de conformidad a sus propias confesiones, conformaban comunidades bastante autosuficientes. Hombres y mujeres sabfan con. feccionar sus vestimentas; todos usufructuaban chacras para cultivar y cosechar papa, quinua y cafiagua, aunque la mayor parte de los afios las heladas quemaban sus plantas. Al ‘maiz lo consegufan en los valles dé la costa intercambidndoto con ganado y lana, mediante tun sistema no constante de equivalencias. En épocas de largas sequias, por ejemplo, los agriculiores yungas solamente les entregaban una fanega y media de matz por cada cabeza de ganado (valorizadas, en 1567, enire seis y siete pesos cada una); pero en tiempos de bonanza agricola les daban hasta tes fanegadas. En cuantoa ganado no todos los disirutaban, no obstante de configura la principal “hacienda” o riqueza de la zona por ser el elemento primordial de trueque, de unsnime aceptacién. Sin ganado, en realidad, no hubieran podido sobrevivir con desahogo. No prac- ticaban otro tipo de contratos®’ Sucesién curacal El gobierno curacal funcionaba en forma dual en la totalidad de sus niveles. Es decir, cada mitad o parcialidad, de cualquier categoria tenfa dos mallcos o curacas simulténeamente: luno, e! principal, yl otro el secundario, El seftorio de Ayanca, por lo tanto, poseta dos jefes; Juli Anansaya y Juli Urinsaya igualmente dos, y la integridad del reino Lupaca también dos, Asi aparecen en la visita de Garci Diez de San Miguel. Precisamente en 1567 los mallcos de la patcialidad de Ayanca se Yamaban don Ambrosio Tira y don Carlos Vieza. En Anan Juli ‘se desempetaban como tales don Baltasar Paca y don Francisco Nina Chambilla®. Los cargos de mallcos de rein, saya y ayllu se transmitian de padres a hermanos chijos, siempre dentro de una misma familia compuesta. Y en defensa, por la posesién de ° Garci Dex de San Miguel 1567: 54 2 Thi 65-66. 2 id: 60 2 Bid: 120. 2 mit: 134 st “DInL0G0 ANDINO LL S629 dichos oficios, ponian muchisima energia y vehemencia. Un fiscal de la Audiencia de Charcas aclaré en cierta oportunidad que las querellas de los principales sobre “Ia sucesién de sus dignidades.....son como mayorazgos suyos”” Por tal motivo, cuando éstos se encon- traban en riesgo, solfan y acostumbraban pleitear en defensa de sus derechos, directamente através de procuradores. Durante la colonia tes sucesos fueron frecuentes™. En lo que toca ala sucesidn de aquellos seflores existen informes muy importantes en un memorial de 1623. Se asegura, técita y expresamente, que no heredaban el cargo solamente uno de los hijos de titular, sino todos, uno tras otro, por turno y sucesivamente; es decir igual a como imperaba en la costa de Lima-Chancay y sierra de Huarochiri, El documento exctama: “Tatapari, cacique principal y gouernador que fue de los dichos indios y repartimiento ‘en su gentilidad, el cual tuvo tres hijos lamados don Joan Bautista Pari y don Carlos Vieza y don Joan Alanoca, tos cuales le sucedieron en el dicho cacicazgo por muerte de su padre, Cada uno en su tiempo, por su mayorazgo gouernaron y usaron el dicho cacicazgo. ¥ todos tres son muertos sin dejar hijos"™. Oesta otra noticula: “Los cuales {tres hijos] sucedieron en el dicho cacicazgo por muerte [del titular] cada tuno en su tiempo sucesivamente, y usaron el oficio de gobernador de dicho pueblo, y don Carlos Vicza de segunda persona"™’, Realidad que se vigoriza con la siguiente cita referente a los citados caciques de Ayanca: “se sucedian unos a otros en Ia forma ordinaria de sucesi6n de cacicazgos™*. Alo ‘que otro papel afiade: “cada uno en el tiempo que le cupo gobemnar por muerte del otro conforme a la sucesién’™”. Lo que prueba que estamos frente a un modelo pananedino de. sucesiGn curacal, y no tinicamente circunscrito a Chancay, Lima y Huarochirt. Colaboradores interinos. Pisos ecoligicos Cuando por razones de deficiencia mental, invalidez fisica 0 extremada decrepitud del cacique titular, ya fuesen principales o sus segundas personas, se vetan imposibilitados de ‘manejar su unidad socio-politica, y siempre que no tuvieran hermanos ni hijos mayores de edad, se instauraba provisionalmente un administrador que los reemplazara, al que los espafioles dieron el nombre de gobernador. El cargo de los sustitutos tenia cardcter de temporal, hasta que los herederos legales adquirieran su mayoria. En tales situaciones se conceptuaba que el cacique principal titular, o su segunda- persona, no regia soto sino por intermedio de su referido gobernador. A sus chacras se las dia entre ambos mientras durara el trabajo del curaca interino, En cuanto al servicio, se hacfa lo mismo. Asf, nel caso de Ayanca, a fines del siglo XVI al segurda-persona propic- taro o titular se le sefialaron trabajadores sacados de dos ayllus (Sulcasacari y Sulcanaca); en tanto al interino se le dieron de cuatro ayllus (Iscara, Ancalli, Pusiata e Hilasacari)**, No conocemos fidedignamente si tal regulacién marchaba en forma permanente, o variaria, acaso segtin las coyunturas. ‘De la documentacién revisada se desprende que los repartos de tierras y desi nacién de servidores y bracers alos caciques se los verificaba anualmente, adjudicéndoles parcelas en diferentes parajes de conformidad a los perfodos de descanso de los suelos. En lo concerniente a energia humana se Io llevaba a cabo de acuerdo a rigurosos turnos equil brando el trabajo entre todos los varones aptos para ello. ‘La localizacién y tamano de aquelias chacras tampoco ha sido dable averiguar de manera definitiva e integral. En 1616 los topos 0 lotes perteneciemtes.a los cacigues-segun- 2 Infonne del fiscal Miguel Gomer de Sarai. La Pas, 1-X-1623: Sy. 2% Mamoral del protector icencialo Gabriel Sincher de Ojala. La Plata, 20-XI-1622:4v 25 Toterogatori de Juan Bastin Pari, Jol, -1V-1624:37. 2 Decline Hemando Tar Hg ip 3. uh 12 3 Declaracign de Lope Mari, resp. 3. Jel, FIV 4M Auto del doo Ambrosio Tira Tul, 19-T-161: 25. 1624: 420 52 'SENORO DE AYANCAEX HL REINO LUPACA, SIGLOS XV XVI Waidner Eines Srine das-personas de Ayanca, a juzgar por un auto del 1° de marzo, ascendian solamente rueve, de los cuales siete estaban situados en Ancohqui y cuatro en Paquipaqu®”. Pero, de todos modos, sus ubicaciones no eran fijas en esos lugares; se trata de tierras rotatorias de acuerdo a las técnicas de rotacién de cultivos y suelos. Empero, por analogia con lo que acaccia en otras sayas 0 mitades, debieron ser terrenos emplazados tanto en los bordes del lago Titicaca como en otros puntos marginales y quizd también en enclaves delimitados en la costa y ceja de selva, participando asf de una justa reparticién de terrenos en diversos pisos ecoldgicos, 0 sea en otros climas con dispari- dad de fauna y flora segiin las alturas de las mesetas, llanuras y cordilleras. En consecuen- cia, también tendrian su parte para la obtencidn de cloruro de sodio en Cachi o Salesgrande. En esta forma hasta lograrian coca y aji. A tales enclaves enviarian sus mitmas tanto es- tables como mitayos por turnos. iAlgunos de los enclaves agricolas de los ayancas estarfan tal vez en Tarata? Es factible. E} indicio que lleva a suponerio es in memorial de 1602 suscrito por su curaca- ssegunda-persona don Carlos Vieza. Cuenta allf que para recolectar los wributos del ayllu Hilasacari tuvo que enviar a un comisionado especial “a cobrar la tasa de los indios que residen en dicho valle” entatiza®. Casi nada se sabe del ganado comunal de la saya de Ayanca y muy poco del pri- vvado de sus curacas. En fo que incumbe a camélidos andinos (llamas y alpacas) se conoce que Juli y Acora fueron suyos ricos en tal rubro, “en tanta cantidad que los indios que lo guardan y los duefios de ellos no saben el mimero que tienen”®!. En 1567 Juli disfrutaba también de 1000 cabezas de ovejas de Castilla, que criaban colectivamente para suministrar carne a sus doctrineros, al igual que en Pomata” Curaeas y servicios personales EI sefior de los ayancas, de la misma manera que el de las otras sayas, tenfa sus propios ‘Ranados y tierras con su respectivo servicio de trabajadores yanas y mitayos facilitados por los ayllus de su seftorio, cada vez que el curaca los solicitaba. Le sembraban principalmente, papas y le refaccionaban su casa en ocasiones necesarias, Mientras duraba dicha ocupacin les retribufan con comidas, chicha y coca. Delos poseedores de ganado en la saya de Ayanca, a quienes tenian de SO cabezas arriba se les consideraba ricos. Pero no todos gozaban de similar monto de ejemplares. En la visita de 1574 el niimero fluctuaba de 50 1 459, lo que adivierte la existencia de una esti- mable diferencia de status dentro de los ricos: medianos, bajos y grandes™ Segiin la visita de 1567 el servicio y energia que brindaban a los caciques de ‘Ayanca ¢s como sigue: 1. A don Ambrosio Tira, cacique principal, le labraban y cosechaban 15 topos de tierra; y a don Carlos Vicza, que ejercia como segunda-persona, ot7os 15. 2. Tanio a don Ambrosio como a don Carlos les daban cuatro hombres de servicio, costumbre vetustisima que segufan practicando en pleno siglo XVI. No se trata de tun aporte anual de trabajadores, sino de una entrega muy antigua hecha una sola ver a los antepasados de los curacas en mencidn. Constitufan, pues, yanas heredi- tarios. 3. A cada sefior le tejfan una camiseia de cumbi, sin manta, para lo cual cada malico Jes facilitaba la lana de vicufia en cantidades suficientes. Como se ve, se componia de todo un tributo y servicio. Sin embargo, en épocas antiquisimas, antes de su segregacidn, habfan entregado a los antecesores de don Felipe 2 vio de repao de tetas Jul, L-T1616: 24 28 CF memonal de don Carlos Viera 1603: 2. 2 Gare Bice de San Miguel 1567-48, 2 Lae it. pagina 60 28 Cf Gari Disa de Sia Miguel 1567: 21 8 CEGatérez Flores 1574" 330-832, 355.358, 33 “DIALOGO ANDINO (CHILE) 6 1957" ‘Chuy, uno de 1os caciques de Juli Urinsaya, tres hombres; pero en 1567 ya no cumplian con tal produccién. Cosa comprensible porque Ayanca estaba ya separada de Urin Juli. Aparte de ello, 1os uros daban al cacique de Ayanca dos hombres de servicio, que afios después también se le quitaron, si bien no se especifican los motivos®, Separado del servicio que provenfan a su sefior principal y a su segunda-persona, Jos ayancas contribuian asimismo en beneficio de los dos mallcos mayores 0 reyes del Estado Lupaca (don Martin Cari y don Martin Cusi). Pero se trata de una labor en reunién con trabajadores procedentes de las sayas de Anan Juli y Urin Juli, sembréndoles y cos- echdndoles diez topos de tierras en reconocimiento por ser los jefes miéximos de sunaciona- lidad. Pero la simiente, igualmente, les proporcionaban los dos soberenos lupacas, ademas de la alimentacion y bebida por el lapso que demoraran las faenas. E! citado servicio fun- ccioné hasta los afios en que gobemaron los padres de don Martin Cari y don Martin Cusi jatuncuracas en 1567. A aquellos remotos reyes también les daban dos piezas de ropa de cumbi. Se sabe que, en 1567, dichos reyes atin posefan sus topos 0 chacras de Juli**. Con todo, no podemos precisar cifras minucioses. El dato manifiesta simplemente que “el pue- blo de Juli”, en general, desde antes del incario acostumbraba ceder al rey lupaca 12 “indios de servicio” (sin compatar sus familiares) para cuidar su ganado y para que los enviara ala costa a traer maiz “y otras cosas", Por tralarse de criados hereditarics, su status debi6 ser de siervos. Los 12 yanas procedentes de Juli, en 1567. habfan aumentado a 60 personas, incluyendo a sus esposas ¢ hijos, ‘Los de Juli, de la misma forma, prestaban servicios personales al jatuncuraca de, ‘Chucuito Urinsaya como reconocimiento a su alta jefatura y poder. Le proporcionaban 11 hombres (cuatro para pastores y siete para chacareros en seis topos de ierras que el referido rmalleo pose‘a en Juli). Este, como seestilaba, les retribufa con ropa y “algunas cares”, Los de Juli paralelamente Ie daban al curaca de Chucuito Urinsaya seis piezas de ropa, la mitad de abasca (ordinaria) y la otra de cumbi (fina) en calidad de regalo, por cuanto el men- cionado jatunmallco no Jes suministraba la fibra textil*, ‘Dentro de la planificacién econdmica del Estado Inca, los ayancas debieron tam- bign contribuir, por turnos, con sus mitas al Cusco, manufacturando objetos, 0 viajando a la capital imperial para entregar energia como trabajadores en obras estatales, 0 participando en campafias guerreras, como lo hacian los demés varones aptos de otras sayas 0 parciali- dades lupacas”, Sucesores de Tatapari ‘Tatapari, “cacique principal y gobernador [segunda-personal] que fue de los indios y repar- timiento del pueblo de Juli en tiempo del inga” tuvo tres hijos que scbrevivieron a la con- ‘quista espa‘iola: don Juan Bautista Pari I, don Juan Alanoca y don Carlos Vicza. A los tres, ‘con adecuacién alas reglas de parentesco aymara, se es miraba como a hijos principales 0 “og(timos” de Tatapari, ya que los habia engendrado en su mujer principal, con la que, segin se insina, legaliz6 su matrimonio mediante el ritual catSlico". ‘Cuando murié Tatapari, los que le heredaron en el cacicazge fueron precisamente sus tres hijos, uno tras otro en concordancia a las normas de sucesién usuales en los Andes. ‘Al respecto se han encontrado seis lacénicas declaraciones que, por reveladoras merecen ser transcritas: 1. [Le sucedieron en el cacicazgo sus tres hijos] “cada uno en su tiempo sucesiva- mente, Y usaron el oficio de gobernador del dicho pueblo y don Carlos Vieza de segunda-persona” 35 Gare Diez de San Miguel 1567: 122 3 1yid: 33) 3 Tid: 39 4° fmerrogetorio de don Juan Bautista Pari TL, preg 2 Juli, 19-1624: 37 Loe at 34 [EL SESOIO DE AYANCA EN HL REINO LUPACA,SIGLOS XV VI Waldemar Epona Serine 2. “Los cuales sucedieron en el dicho cacicazgo por muerte de su padre, cada uno en su tiempo” 3. “Como haufan ido sucediendo en el cacicazgo del dicho Tatapari, su padre, los tunos y los otros por muerte el uno del otro conforme a la ley del cacicazgo" 4, “Los dichos sus hijos fueron sucediendo en el dicho cacicazgo cada uno en el tiempo que le cupo gobernar por muerte del otro conformea la sucesién. Y el dicho don Carles Vieza le oficié de segunda-persona”.* ..{ueron caciques de la dicha parcialidad por muerte del dicho su padre, cada uno ellos cuando le pertenecis gouernar por muerte del otro". 6. “Queste testigo vio como los dichos hijos de Tatapari gouernaban los indios de la dicha parcialidad por muerte de! dicho su padre, sucediendo el uno al otro con- forme alos cacicargos”.*6 En la década de 1560-1570. La visita de Garei Diez Implantado el colonialismo en et Peri, el reino Lupaca fue declarado encomienda del patri- ‘monio personal del emperador Carlos V, en poder de cuyos herederos se mantuvo hasta las postrimerias del Estado colonial, En consecuencia, las tasas tributarias de las sayas de Juli, seguidamente de deducir los egresos internos, se las enviaba a Espafia. Al respecto se cono- ce que por tal concepto, en 1567, Anan Juli entregaba 90 piezas de ropa y Urin Juli otros 114 trajes: total 206 piezas, la mitad de cumbé y lo restante de abasca; y al mismo tiempo la mitad de var6n y el remanente de mujer. Ademas Anan Juli rentaba 1.518 pesos de plata en ‘calidad de tributos también. Urin Juli otros 1.814 pesos, Para la mita minera de Potosi, Anan Juli se desprendia de 45 braceros, los mitmas chinchaysuyos de 3 y los urinjulis de 57: total 105 wabajadores mitayos” En cuanto a camélidos, la parcialidad de Ayanca, en 1567 posefa 8.221 cabezas de ‘ganado de comunidad, frente a la de Urinsaya que s6lo tenfa 3.886 y a la de Anansaya que disirutaba de 4.739 unidades entre llamas y pacos de ambos sexos*®. Tan enorme desigual- dad a favor de Ayanca es imposible de explicar por ahora. En suma, la totalidad del suyo de Juli gozaba de 16.846 animales provecdores de pelo y came. Por otro lado, para el servicio y atencién del tambo colonial de Chucuito tos ayan- ‘cas tenfan sefialado cien mitayos, que los mandaban para cumplir su labor por tandas. Se quejaban por ser una actividad muy drdua, ya que se les constreffa a caminar con sus mujeres ¢ hijos veinte loguas entre ida y vuelta, por apenas un salario consistente en un tomin por dfa sin computarles el tiempo de ida y retorno®. En pleno siglo XVI virreinal, tanto urinjulis como ayancas, por disposicién del ‘gobernador colonial de Chucuito se vefan forzados a “alquilarse” a distintos espafioles que ecesitaban cargueros y arrieros, Sin dicha obligatoriedad habria sido imposible lograr su ‘esfuerzo laboral por dos motivos: 1° porque el jomal lo recibfan los caciques para cubrir los ‘gastos que demandaban la construcci6n y mantenimiento de las iglesias. Desde luego que acostumbraban compensarles con algunos comestibles acorde con las practieas andinas de retribuciGn, Y 2° porque salir de sus ayllus significaba perder sus cosechas. Por las men- ccionadas razones los curacas se veian a veces en problemas, ya que no podian extracr tra- bajadores debido a la resistencia que ponfan. En tales situaciones, los caciques se veian compelidos a contatar (0 “alquilar”) otros. De todas maneras éstos también mostraban ‘ Memorial del protector Gabriel Séncher de Ojeda, La Plata, 20-XIL-1622: 1r-4v ‘© Declaracién de Temfs Guanca Higui, resp. 3, Jul, L1V-1624: 39. “ Declaraién de Lope Marin, resp. 5, Julie 1-1V-1634: 4. ‘8 Declaracién de Miguel Cutipa, resp. 3. del ayia Gusncolo, Jai, 1-TV-1604: 46. ‘8 Declaracion de Diego Vileacuips, resp. 3, Juli, LIV-1624: By. 7 Diez de San Miguel 1567: 67-69 Ibid: 123, 9 Thid: 119, 55 *DIALOGO ANDIKO (CHILE) 6,867 insatisfaccién porque el viaje de Juli al Cusco y de ahi a Potoss, transportando cestos de cova, escasamente les representaba 14 pesos, y’sin ninguna racign alimenticia, salvo uno {que otro espariol “de buen corazén” que algunas veces les brindaba una mezquina porcién de comida y algo de coca, aunque normalmente no les daban nada, pese a que entre ida y regreso tardaban de ocho a nueve meses. Ciertamente que muchos quedaban para siempre cen Potosi “perdidos y huidos” engrosando el escuadrén de los forasteros. Otros pocos se reincorporaban a sus ayllus a los dos o tes atios. Tenian, pues, prdcticamente cl status de ccautivos. A lo cual hay que agregar que cuando a algtin trabajador se le perdia una llama de carga, el cacique responsable se veta presionado a pagarlo con el ganado de comunidad. Si Ja coca se mojaba, los espaifoles latigueaban a los arrieros para que devolvieran lo deterio- ado. En tales ocasiones los reintegros superaban el estipendio que percibfan®. En la década de 1560-1570 tanto urinjulis como ayancas y demas sayas elaboraban ropa para los mercadetes espafioles, quienes, para comprometer esta mano de obra barata, centraban en convivencia con los corregidores. Los honorarios por cada hechura consistfan cen dos pesos por pieza, cantidad que recepcionaba el eacique y su quipocamayoc. El dinero recogido lo empleaban en pagar al carpintero y albafil que edificaba el templo. Los tra- bajadores, en cambio, no vefan nada absolutamente, Hay que tener en cuenta que desde 1565 a abril de 1567 tenian ya confeccionadas 560 piezas, y por dichoafio habian ya comen- ‘zado 400 més para un espafiol que consigui6 que el corregidor, licenciado Estrada, lo impu- siera violentamente. E igual sucedfa a favor de un familiar del prior de los dominicos doc neros de Juli, al que le preparaban 200 piezas por coaccién del mencionado prior, quien convenci a los caciques. Desde luego que sélo algunos tejedores lo hacfan con buena voluntad; la mayoria laboraba a desgano*” ‘No estaban evidentemente dispuestos a trabajar manufacturando ropa ni hasta en el caso de recibir los dos pesos por cada vestimenta, ya que atin asf les resultaba gratis, por cuanto quienes no podian hacer su propio traje solamente por una manta (sin camiscta) entregaban dos beliones de lana hilada que costaba dos pesos, mas la alimentacién y la coca al confeccionador. Para los espafioles, en cambio, tenfan que preparar manta y camiseta por apenas dos pesos, cantidad que guardaban los caciques. Muchos no podian fabricar ropa a {os espatioles, porque a las justas les sobraba tiempo para hacer y arreglar las suyas, de sus céinyuges e hijos; por lo que buscaban a otros mediante contrato para que se las hicieran. A veces la vestimenta elaborada por los “alquilados” la llevaban a fos Yungas para intercam- biarla con productos alimenticios. Los ayancas, asimismo, contributan con sus camaricos (obsequios) y tasas tibu- tarias para sostener a los doctrineros de su pucblo, en cantidad proporcional con lo que aportaban los de Anan Juli y Urin Juli, En 1567, sin embargo, los curacas de Ias tres sayas en mencién hablaron sobre la actitud bastante buena de sus padres doctrinantes™. E122 de abril de 1567 Garci Dfez en Juli visit6 en grupo a los seftores de Urin y de Ayanca, pese a que cada saya tenia sus propios lideres, En primer término entrevist6 a sus dos caciques (don Ambrosio Tira y don Carlos Vicza) y luego a los principales 0 personas importantes de la aludida corporacién don Lorenzo Cutipa, dan Juan Pusiatahiguana, don Rodrigo Cusa, Crist6bal Asguata, don Crisibal Acacuti, don Juan Chualpa, Lope Cacana, Cristbal Chugui (marcacamayoc) y Alonso Paca, “todos principales indios de le parciali- dad de Ayanca”®*, En el referido afio los dos cacieazgos de los ayancas (el principal y el secundario) estaban cuestionados. Garci Diez de San Miguel investigé que pertenecian legalmente a dos hermanos suyos. También se hizo una pesquisa para indagar a quién correspondia el ayliu Ninacallo, disputado por los sefiores de las sayas de Anan Juli y Urin Juli 3 Bid: 120, 5 i 120-0, 2 Dd: 121 2 Bi 115, 119-120 8 Bid: 119. 59 Wid: 122. 56 [HL SERORIODE AYANCA ENE REINO LUPACA SILOS XV-VI/ Walder En Serine Los ayaneas ricos. 1570-1580. Epidemia En Potost y por orden del virrey Toledo los mitayos de Juli Chambilla y Juli Guancollo Pertenceian, a parti de 1572, a la parroguia de San Martin, lo que adviere que con los mitayos ayancas ocurria lo mismo®, Scgin oxo petitorio del aludido don Carlos Vicza (que persistentemente proferia ser el cacigque-segunda-persona propietario de la saya de Ayanca), el yacitado virrey Tole- do, en las disposiciones que emitié para la gobernacisn de Chucuito (1574-1576), en lo que atafie alas chacras y servicio de dicho cacique ordené lo siguiente: reservaric los ayllus de Hilasacari, Sulcasacari y Sulcanaca para que le trabajaran cinco topos de tierras localizadas, en La Estancia, otros cuatro topos en Ancohagui y uno més en Paquipaqui. [gualmente dos criados exceptuados de tasa, uno para la custodia de su ganado y otro para el resguardo de ‘su casa, aparie de una mitaya, con la prevencién de que los caciques de ayllu 0 hilacatas fucran los encargados de cumplirle con tales obligaciones®. En otra solicitud agrega que uienes le Iaboreaban sus parcelas y pastoreaban su ganado eran cuatro hombres viejos (de ‘50 alos arriba) exonerados de tributaciGn®. A la servidumbre en mencién, cada vez que se les requerfa, los mallcos le decfan “para que me ayude[n] en la chacara”®, lo que denota que se les consideraba como una eficiente fuerza aunilia. Fue también el virrey don Francisco de Toledo quien seftalé al cacique-segunda- persona de los ayancas ! salario de 50 pesos anuales, importe que don Carlos Vicza gozaba ¥ recibié por entero hasta 1596 (en que don Luis de Guzmén, gobemnador espafiol de Chocuito, nombr6 por gob_rnador o segunda persona inteina a don Leén Ano}, En 157461 fray Podro Gutiérrez Flores hizo un padrén de los “mil indios ricos” del reino Lupaca, cuya fortuna se mectfa de acuerdo al niimero de cabezas de ganado que tenia cada cual. En la primera tasa les fij6 tres pesos a los que posefan cincuenta unidades de camélidos, y un peso més por cada 50 que tuvicran en demasia, En la parcialidad de Ayanca cont6 seis dyllus con un total de 196 propietarios de ganado, en la siguiente forma, involu- crando sus tributos per cépita: AYLLU ANCALLY Ganado Nombre Pees Tomin.—Granos 200 Lesn Afio 5 5 53 200 Manin Haquiticona 5 5 518 181 Don Pablo Hancocaua 4 6 1 121 Francisco Chambilla 3 6 828 120 Caracara 3 6 828 100 Don Rodrigo Catana 3 6 828 37 Esteban Chanuy 90 Don Pablo Arita 80 Pedro Calisaya 80 Luis Chaco 27 5 128 AYLLU PUSIATA, Ganado Nombre Pesos Tomlin Granos 373 Domingo Vilca 8 3 618 300 Don Pablo Tambo 7 4 2 55 Cafete Domingues 1794, 1: 178, 5 Memorial de don Ca 5 Memorial de don Cselos Vices. 26-Vi-1613: 5? Memorial de don Carlos Viera. ul, 191-1618: 28v. © Memorial de don Carlos Viera, Chieuto, 20:1V-1615: 27 7 “PIAL0G0 aNDINO (CHILE Ganado 200 260 131 103 85. 35 67 50 50 100 50 80 50 53 39 62 100 50 60 50 50 Ganado 251 250 230 223 221 185, 174 175 172 181 140 150 138, 138 130 126 120 115 14 7 70 81 56 Nombre Pesos ‘Tomin Agustin Calla Don Rodrigo Cauana Cristébal Vicza Don Rodrigo Arocutipa Martin Calisaya Jerénimo Chino ‘Mateo Anu Garefa Suni Suni, infiel Martin Calisaya Yuera Domingo Huachani Domingo Sacaca Lorenzo Auauiri Martin Yapotama Juan Bautista Pusiatayguana Cristébal Cutipa Marcaguanaco Scacallo Martin Yuera Ambrosio Caa wean aan AYLLUISCARA Nombre i Tomin Gonzalo Quiquijana ‘Alonso Paco ‘Lope Martin Ticona ‘Tomas Hututi Cutipa Guanca Paulo Urana Diego Anu Diego Caua Pancowa Yapotoma Lorenzo Paco Francisco Cutipa Francisco Callisaya Martin Ticona Don Garcia Capa ‘Don Rodrigo Cussa Garefa Yuera Domingo Cara Pedro Tucacani Domingo Callisaya Don Rodrigo Calisaya Manvel Chanuy Pedro Cutipa Cuti Calpa WUUELEUAWA RRA RUUD DAQDAADADADARAVUANUNES 58 Granos S13 9-2/3 828 8.2/3 Granos 9.28 9-23 S18 518 5.18 5-13 5-18 EL SURORODE AVANCAEN HL REINO LUPACA IGLOS XV2CVI/ Waldner Ganado Nombre Pesos ‘Tomin —Granos 4 Tomas Ticona 50 Tomds Chanuy 50 Francisco Iscara 50 Don Pablo iguana 50 Diego Aroma Inga 88 Chicha 60, Diego Condori 60 Ambrosio Tico 5T Domingo Calisaya 50 Tomas Cutipa 50 Tomés Charata 100 Tomas Cutipa 50 Pedro Cutipa 65 Cutt 88 Domingo Cutipa 90 Francisco Cura 60 Amdrés Sasi 50 Alonso Guatari 8 Martin Copatalta 90 Pedro Lianca 33 Pedro Manasu Ticona 50 Sasicutipa 2 Hemando Pacocaua 50 Pedro Churata 50 Beraldino Cachi 50 Pacoguanaco 100 z 228 Ganado Nombre Pesos Tomlin Granos 195 Callisaya 4 6 1 m Domingo Anaua 4 6 1 163 Don Alonso Pirca 4 6 1 150 ‘Alonso Cutipa 4 6 i 150 ‘Andrés Cauana Cutipa 4 6 1 136 Diego Quinaya 3 6 828 149 Chabina 3 6 828 132 Alonso Cutt 3 6 8-28 134 Martin Callocondori 3 6 828 126 Lorenzo Antacaue 3 6 828 100 ‘Alonso Pacosayra 3 6 828 129 Lorenzo Chatalla 3 6 828 106 Capia 3 6 8.23 144 Garefa Pacocutipa 3 6 8.28 n Lucas Martin Aroata 56 ‘Tomés Calisaya 50 Antonio Ticona % Martin Curivitea 55 Calisaya 80 Esteban Alcaman 2 Bartolomé Calisaya 9 *BIALDGO ANDINO (CHILD 6187" Ganado Nombre Pesos Tain Granos 83 Lorenzo Chaquiguana 2 ‘Lucas Anu 70 Gonzalo Pucho 50 Domingo Pongo 59 Domingo Visa 65 Hemando Cutipa 85 Vilaampara Cutipa n Martin Calloire 50 Domingo Apao 40 Lorenzo Céndor 3 Alonso Calisaya 66 Don Garcia Yucra 60 ‘Alonso Cutipa 60 Ninacalla 80 Toms Calisaya 50 Tomés Ticona e 1 7-28 AYLLU SULCASACARI Ganado Nombre Pesos Tomin —Granos 459 Guaraguarani Callisaya 10 2 5 400 Pedro Chanscopa 9 2 10-28 302 Ambrosio Chino 8 3 1B 368 ‘Alonso Topo 8 3 O18 327 Conquita 7 4 2 304 Caromacaha is 4 2 285 Bon Gabriel Tangui 6 4 923 175 Lorenzo Copa 4 6 1 170 ‘Andrés Piico 4 6 ni 158 Andrés Apassa 4 6 of 153, Mastin Yucra 4 5 1 180 Pircacutipa 4 5 1 150 Gonzalo Pacollucho 4 5 1 135 Lope Panisapana 3 6 828 135 Juan Anacasi Condor 3 6 828 330 Nicolds Callisaya 3 6 8.273 120 Domingo Cutipa 3 6 828 106 Don Gémez Palca 3 6 828 116 Chura Apasa 3 6 825 102 Ticona 3 6 828 56 Chiruca 16 Sebastiin Cutipa 95 ‘Aypotoma 6 Tomas Sacari n Yampacutipa 70 Hemando Condorcallo B ‘Andrés Cuaquira 80 Lorenzo Pino 80 Diego Cutipa 50 Aquisi 60 Ganado 250 150 168, 158. 120 100 105 109 109 102 30 100 70 100 52 108 B 100 82 6 37 EL SHRCRIO DE AYANCA EN EL REINO LUPACA,SIGLOS XV-2V1I/ Wadena Ens Sarin Nombre Pesos Tomin — Grancs Lorenzo Yauri Coaquira Lope Martin Hurcosa Pedro Churata ‘Martin Sinani ‘Tomas Pinco Alanoca Don Suan Curopanta Diego Aquisi Tomas Yucra Martin Cutipa Don Juan Chura Tomas Pari 13 4 1p AYLLU SULCANACA Nombre Pesos Tomin — Granos Melchior Carita 6 6 9213 Gaspar Churata 4 6 1 Don Rodrigo Laquisi 4 6 1 Martin Asiro 4 6 1 Don Gonzalo Yampacutipa 3 4 128 Tomés Tlachura Lorenzo Mamani Don Rodrigo Chura Andrés Chanuy ‘Tomés Coaquira Andrés Yanarico Manin Paconayra Lope Acosi ‘Tomas Cuturi Don Gabriel Visa Cutipa ‘Simén Calisaya Don Juan Iguana Lazaro Tiquillacagua Jerénimo Churata Martin Antichanuy Susana Catipa Condori Alonso Pacoticona Domingo Suachachi Don Cristobal Chuqui Ticona Alonso Cutipa Lorenzo Pongo Calisaya Carita 2B 5 «128 a DIALOG ANDING (CHAD 36 198" En sintesis, los ricos de la saya de Ayanca del suyo de Juli debian entregar como tasa tributaria 365 pesos de plata ensayadat” ‘Como es compresible, contiguo a ellos vivian una apreciable cantidad de ayancas “pobres”, es decir hogares con una exigua o quien sabe nada de lamas ni pacos, si bien rninguno carecfa de chacras y semillas ni de la ayuda de sus vecinos (ayno). El reino Lupaca cconstitufa, pues, una sociedad escindlida en clases, conde la posicién de los individuos es- taba predeterminada, vitalmente, conforme al niimero de cabezas de ganado poseidas por cada familia, En los primeros dias de agosto de 1578 un fuerte catarro azot6 a los habitadores de Juli. Por entonces los ayancas formaban ya parte de la parroquia de San Juan, “que ¢s la ‘menor del pueblo”, administrada por el jesuita Andrés Ldpez, El mencionado sacerdote solo en acho dias confesd a 250 ayancas enfermos. A los fallecidos orden6 enterrarlos de tres en tues, y hasta de seis en seis. La mortalidad fue enorme", ‘Otros descendientes de Tatapari Don Juan Bautista Pari I, hijo de Tatapari, se casé legitimamente con dofia Blanca Titima, cn la que procreé a dofta Isabel Ilacana. (Esta iba a enlazarse en sus afios mozos con don Bartolomé Chanina; los que a su vez fueron padres de don Juan Bautista Pari Il, que exami- naremos més adelante)®, Don Juan Alanoca, que ocupé el cargo de cacique-gobernador de Ayanca hasta 4que falleci6, tuvo un hijo llamado don Domingo Anaba, quien le sucedié en el puesto de Segunda-persona, hasta que se hizo cargo su hermano don Carlos Vicza Hay un dato que, en forma insdlita ¢ inverosfmil, atribuye a don Juan Alanoca haber sido el creador dela saya de Ayanca y, por consiguiente, su primer curaca, Se trata de don Hernando Tarqui Hiqui, del ayllu Mocho y parcialidad del mismo nomibre, que cx- resa: “Que el dicho don Juan Alanoca, como tal cacique apart6 los indios ayancas de 1a parcialidad de Los Mochos que entonces estaban juntos, y tos dividi6. Y se llamaba entonces Ta parcialidad y ayllu que hoy llaman Ayancas, Hilasacaris porque este tes- tigo to vio y se hall6 presente a ello y le conocié gobernar como cacique la dicha parcialidad, que la gobem6 por muerte de Tatapari, su padre, cacique que fue de la dicha parcialidad, a quien conocié este testizo, que fue cacique della en el tiempo del ‘nga Es, innegablemente, una versiGn confusa, oscura y entremezclada, que no encaja con la verdad de los hechos, debido a la senectud del declarante. Don Domingo Anaba, por su parte, dej6 un hijo legitimo nombrado don Bartolomé Chanina, el que, como ya dijimos, se matrimonis con dofia Isabel Illacana, hija de Juan Bautista Pari 1°. Hacia 1590 don Domingo Anaba estaba ya muy viejo, si bien se le consideraba ‘gobernador tiular segunda-persona en el pueblo de Juli. Continuamente wafa consigo a su vastago don Bartolomé Chanina, que también iba a ser gobernador en el mismo vecindario®. Un testigo revela que don Domingo Anaba se volvié ciego® y que sucumbid ‘cuando atin estaba vivo don Carlos Vieza, motivos por los cuales éste pasé a ejercer el ca- cicazgo®. # Gutiree Flores 1574: 330°392, 355-355, 346, © Ler 1578: 38-381, © Deelwacién de Tomds Guanca Hig, Juli, -1V-1624: 40e-40v. ‘ Intemogatoi de J.B, Par IL. Juli, 19-1-1624: 37 4 Declaracién de Hemando Targa gui, resp. 3. Juli, 1-1V-1624: 40 © Smuomogatori de J.B, Par, preg. 2. uli, 191-1624: 37. © Declarscien de Joan Copa exp. 2 La Plata, 10AX-1626: hy. 8 Destaracién de Domingo Chenin, rp 3 Juli, 11V-1624: 50v. 9 Memorial de don 3B. Par I. AR 1625: 70 62 Sin embargo don Bartolomé Chanina, estando ya casado con dofa Isabel Illacana fue edmitido como gobemador-segunda-persona en cl pueblo de Juli. Pero el corregidor Luis de Guzman le quit6 el oficio por no haber podido enterar dos mil pesos que debia dela tasa, Al anciano don Domingo Anaba, entretanto, se lereputaba como el gobernador titular de los ayancas. En lugar de Chanina nombré a don Carlos Vieza, quien ibaa tener el oficio hasta su fallecimiento”, Otros Caciques-segundas-personas interinos De los tres hijos legitimos de Tatapari, el tercero y iltimo ~ton Carlos Vicza- fue el iinico que ocupé mas largamente el cargo de segunda-persona de la parcialidad de Ayanca”®, El ‘mismo conviene que cuando posefa y gobernaba a los “siete” ayllus (sic) de su saya tenia acceso a doce topos de chacras. Pero hacia 1596, debido a su extremada vejez se hizo imprescindible relevarle ofcialmente de sus funciones, designando en su reemplaz un ‘cacique interino con el titulo de gohernador-segunda-persona’?, En tal sentido fue el corregidor o gobernador espattol de Chucuito, don Luis de Guzman, cl que dioadon Pedro Cutipa, cacique principal de Juli Anansaya, esa designacién yyademds el nombramiento de capitin de los 2.200 mitayos que, en 1596, despaché desde su provincia a las minas ¢ ingenios de Potosi. Y precisamente cuando Cutipa se hallaba ejer- ciendo dicho puesto, éste murié en a mencionada villa de Potost. Por cierto que dejaba varios hijos legflimos que ansiaban sucederle y heredarle; mientras don Carlos Vicza proseguia vivo, pero decrépito y sin descendencia directa e imposibilitado para cumplir sus compromisos de cobracior de tributos. Por aquellos dias no pod enterar 2.000 pesos de las tasas que adeudaban los tributarios ayancas” nize los retofios de don Pedro Cutipa haba uno lamado don Juan Chaca Cutipa, ¢l primogénito, al cual se le conceptuaba con derecho para sucederle en el citado cacicazgo. ero estimando su minorfa de edad, irs affos més 0 menos, el corregidor de la provincia de ‘Chucuito nombré como gobernador-segunda-persona (interino) a don Leén Anu, en aten- cin a su habilidad y suficiencia, solicitando al vireey de Lima, don Luis de Velasco, la confirmacién det referido puesto. La legalizacién del titulo de Anu urgia para evitar las pérdidas en la recaudacién de las tasas reales y el cumplimiento de fas mitas, ya que sin Cacique tales actividades resultaban imposibles de levarse a cabo. Le6n Anu, como se ve, fue investido en forma transitoria hasta que don Juan Chaca Cutipa adquiriese la edad ¢ idoneidad para ser tal cacique. La designacién de Anu la hizo el corregidor después de inguirir qué persona de la mencionada parcialidad era el pariente mAs cercano del curaca difunto, separadamente de aptitud y capacidad, para lo cual consulié a varios ancianos y a los sacerdotes de la Compafia, docirineros de Juli. Asf fue como Leén Anu, el 24 de mayo de 1598, fue encumbrado al alto sitial de gobernador de los ayancas. Se le ordené que administrara y guiase a sus subordinados en la misma forma que lo habia hecho don Pedro Cutipa, es decir “Teniendo particular cuidado de que tengan pulicfa y vivan con todo buen concierto yy acudan a las cosas de Dios Nuestro Sefior y de la doctrina, y que sean industriados fen las cosas de nuestra santa fe catélica, castigando por todo rigor y evitando los, dolitos de idolatrias y borracheras y todos ofensas de [sic] Dios Nuestro Seftor, pro- ccurando reducillos y que todos estén en sus pueblos conde sean doctrinados, favore- cciendo {a] los pobres y viudas y acudir con toda puntualidad al servicio de Su Majes- tad, cobranza de sus reales tasas, las cuales traerd por sus tercios a esta Real Caxa 7 towerogatrio de don J B, Pai, preg. 2, Jali, 191-1624: 37. Dedaracin de Manin Pace; La Plata, 10-TX- 1626: 75, Ea oe informs de 1626 ice que don Jusn Alancea fue gcbemdor del pueblo de Juli desde 1586 {), En cambio Bartolomé Chanina y Domingo Anabe aparece como personas que nunca eercieron el pusto de eaiguestislares Gaterogatorio de Banoloms Chania, La Plata, 41X-1626: 6-76), 7 Declaration de Lope Mi 1V-1694% 4, ® Memorial de don Cad 1606: 250-24 % Memorial de Bartolomé Chania, junio de 1625: Tor. 63 "DIALOG ANDINO (CHL 61887" cumpliendo sus mandamientos y de mis subcesores. ¥ tendré cuidado particular de que los espatioles pasajeros sean bien servidos y aviados. ¥ en todo procederé como de él confi6. E trataré [a) los dichos indios con amor y suavidad, favoreciéndolos y ampardndolos en todos sus negocios” Por su trabajo y ocupacién de gobernador-segunda-persona de los ayancas se le asigné como salario anval la mitad de To que percibfa don Pedro Cutipa. La otra mitad, de- positada en la Real Caja, se destinaba al menor de edad, todo de acuerdo a la tasa que regta para la gobernaci6n de Chucuito. En cuanto a mitayos, para su servicio y trabajo de chacras, asimismo la mitad de conformidad a la tasa, por cuanto la otra mitad quedaba para el men- cionado menor y su madre y demés hijos que dej6 el occiso; desde luego retribuyendo 0 agando a dichos servidores lo que se acostumbraba en Juli. Y por tltimo el corregidor ispuso que la toialidad de pobladores, principales, alcaldes, hilacatas y marcacamayos de la parcialidad de Ayanca acataran a don Ledn Anu como a gobernador de la mencionada saya, acadiendo a sus mandamientos y lamamientos, entregindole las tasas wibutarias en plata y ropa, so pena de castigo. Los malices de hatha (ayllu) que integraban la citada par- cialidad fueron apercibidos para aceptarlo como tal gabernador. Y a lmismo se le permitis tener su diiho o asiento. En fin, se le debfa guardar la integridad de honras, mercedes, fran- quezas, libertades, prerrogativas ¢ inmunidades inherentes a su cargo. Pero eso sf, el nom- bramiento quedaba sujet a raiicacién por parte del virey del Pend en un plazo de cuatro meses’, Por otro lado, si bien es verdad que don Carlos Vieza no tenia hijos; en cambio si Poseia un sobrino amado don Bartolomé Chanina, marido de dofia Isabel Tllacana, que descendia directamente de Tatapati, y, por lo tanto, con opcidn a ocupar el cargo. Pero don Luis de Guzman lo pospuso, segiin se colige por juzgarlo incapaz de poder recolectar las tasas de dicho repartimiento, Chanina y Viva, por entonces, ni siquiera reclamaron’®, Ahora veamos la Iinea de los caciques interinos. Del primero de sus antepasados que se tiene noticia es de un tal don Ambrosio Chino Apaza, un principal del pueblo de Juli adscrito a la parcialidad de Ayanca Urinsaya. Un testigo asegura que procedia de caciques pertenecientes a su citada saya desde la época de tos incas. Chino Apaza fue padre de don Leén Anu, a quien sucedis interinamente en el cacicazgo”’, Don Leén Anu desde luego no era un hombre cualquiera. Habia sido ya fiscal en al pueblo de Juli, puesto del cual to ascendieron al de gobernador-segunda-persona de los ayancas por decisién del enunciado don Luis de Guemén"®, Don Leén Anu Gonzalo Gutiérrez dle Figueroa, visitador general de Ia provincia de Chucuito, firmé un auto en Juli el 14 de julio de 1599 disponiendo la ejecucién y cumplimiento de! titulo y nom- bramiento despachado por la autoridad espatiola de la citada gobemacién. El visitador convalid6, pues, la designacién de gobernador a favor de don Leon Anu mientras durara la minorfa de edad de don Juan Chaca Cutipa. Aftadi6 que alos que lo desacataran, aparte de las sanciones contenidas, en el documento en mencidn, se agregarian 50 pesos de oro para la Camara de Su Majestad. Todos los papeles originales fueron entregados a don Ledn Anu”, Hacia 1599 el titular y anciano don Carlos Vieza, “cacique del pueblo de Juli, dela parcialidad de los ayancas”, condicién legal en la que le reconocian las autoridades coionia- les y nativas, decidié emitir algunas disposiciones. Por esa fecha la cobranza de los tributos 2 Tuto de gobemador de los eysness. Chucuto, 24-V-1S98: 9-10, 73 Loc. cit 7 Cf Declarsign de Carlos Llaiquecho, natural de Copacabana. La Plata, 10-1X-1626: 8 77 Inerrogatrio de Baltasar Cutipa, preg. 2. La Pata, 91-1624: 52. Dedlaracign de Juan Bautista Yucra; La Plata, 151-1624: 55 28 Declaracign de Carlos Liriguocho. La Plata, 10-2X-1626: Sv " Confinmaciém expedida por el visitor Gonalo Gutirez do Figueroa. Jeli, 14-VU-1599: 106-10 4 BL SERORIODE AYANCA BEL REINOLUPACA.SIOLOS XV Waldner Epis Sire resultaba problemiética en Jo que respecta a los ayancas que paraban en Tarata. Con aquella finalidad envi6 a un regidor llamado Mendoza Callizaya garantizando con una autorizacién del gobernador espatiol. Debia juntar la tasa de los ayancas alli residentes. Logr6,en efecto, recaudar 70 pesos corrientes de los pecheros ausentes y presentes, arrebatindole incluso con furia a un tal Francisco Vilca, del ayllu Hilasacari, que andaba huido. Sin embargo, €! mencionado regiclor, que se queds en Tarata, no querfa devolver dicho monto a don Carlos Vicza. Por cuyo motivo, éste pidié al corregidor un auto para que Domingo Chura Apaza pudiera cobrar los 70 pesos, tinico modo de cancelar las tasas que adeudabe desde 1595 hasta fines de 1598. Vicza debia mucha camtidad de pesos por concepto de rezagos". E] mismo afio de 1599, el 30 de octubre, el conde de La Gomera, flamante gober- nador colonial de Chucuito, decreté que Vicza posefa autoridad para recorrer todos los pueblos y lugares para recabar las tasas atrasadas, que ten‘a obligatoriamente que depositar cen la Caja Real de Chucuito®. Por su parte, a comienzo de 1600, el protector de los naturales de la misma provincia, Juan Sdenz de Aramiburd, pidi6 al virrey Luis de Velasco la contir- macién del cargo de cacique-segunda-persona en beneficio de don Ledn Anu, quien venia cejerciéndolo desde hacia tres afios® El primer mandatario colonial efectivamente, mediante una real provisién que rubricé en el puerto del Callao el 24 de febrero revalidé y aprobs el nombramiento a favor de Anu, mientras durara la minorfa del nito don Juan Chaca Cutipa. En consecuencia, el agraciado fue facultado por el més alto poder virreinal para actuar. “on todas las cosas y casos a él anejas y concemientes, segtin y de la manera que lo uusan, pueden y deben usar los demas gobernadores de caciques de los otros reparti- mientos de indios de este reino. E mando al gouernador {espatiol] ques o fuere de la dicha prouincia y a otras cualesquier justicias e jueces de su Majestad que guarden y cummplan y hagan guardar y cumplir mi provisién segiin y de la manera que en ella se contiene y declara, sin ir ni venir contra ella en manera alguna so pena de cada qui- nientos pesos de oro para la Cémara de Su Majestad"®, Desde entonces y oficialmente a don Leén Anu invariablemente se le decta “caci ‘que-segunda-persona deste pueblo de Juli de la parcialidad de los ayancas’*, El 30 de octubre de 1602 el conde de La Gomera, en consideracién a que don Carlos Vicza era el cacique-segunda-persona propietario de los ayancas y don Leén Anu gobernador de los mismos, ordené que a éste sc Ie entregara la mitad de las chacras, es decir Cinco topos, so pena de despojerle de sus parcelas y otras amenazas. El encargado de llevar acjecucién tal decreto fue el alcalde mayor de Juli don Sancho Cutipa, que debia comunicar al gobernador colonial de su cumplimiento. Como se ve, los alcaldes del Cabildo de Natu- rales tenfan més autoridad que los caciques; los varayos estaban investidos de competencia judicial, mientras los curacas s6lo actuaban como empleados administrativos*®, Pero transcurridos algunos aftos, el 6 de febrero de 1606 don Carlos Vieza planes dos cuestiones ante cl doctor Espinosa Saravia, teniemte general de la provincia de CChucuito: 1° se presents como cacique-segunda-persona titular. Y 2? manifest6 que cuando 1 mandaba y gobernaba solo, en su parcialidad de Ayanca poseéa 12 topos de chacras, los cuales, ahora, se los habia tomado todo y arbitrariamente don Leén Anu. Pedfa, consecuen- temente, la restitucién de 6 topos que le correspondia, y también la mitad de los ayllus que integraban la referida saya, que le tocaban legalmente para su servicio: Hilasacari, Sul- casacari y Sulcanaca, El gobernador Anu, por lo tanto, debia gozar y usulructuar la otra mitad, Expresd andlogamente que estaba, en realidad, destituido de su cargo desde 1597, 8 Memorial de don Carlos Viera. Juli, 20-X-1602: 22 Decreto dat Conde de La Gomer. Sui, 3-X-1602: 22v. 2 Real provisin del vicrey Luis de Velaso, El Callao, 24-1-1600: 9 * Vesta Excelenciaconfinma aden Len Anu el nombramiento de gouermador agut insert deel pueblo de Juli de ls parealidad de Anansaya por la menor edad del caciqu, Fl Callao, 24-1-1600: 10v.-I1r. * Cana de pago. Juli 1L T1618: 12 * Decreto del conde de La Gomera, Juli, 0-X-1602: 23. 65

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