Accion de Tutela de Alexander Babilonia León

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Dr.

Jairo Bernabé Conde Causado


Abogado

SEÑOR
JUEZ CONSTITUCIONAL DE CARTAGENA (REPARTO)
CIRCUITO JUDICIAL DE CARTAGENA
E. S. D.

MEDIDA PREVIA PROVISIONAL-.

 REFERENCIA:
Accionante: ALEXANDER BABILONIA LEÓN
Accionada: MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL- El cual lo representada para el
acto acusado el señor Almirante EVELIO ENRIQUE RAMIREZ GAFARO comandante
de la ARMADA NACIONAL.
Derechos Violados: DERECHO FUNDAMENTAL AL DEBIDO PROCESO Y
DEFENSA, DERECHO AL TRABAJO DIGNO Y JUSTO Y A ELEGIR
LIBREMENTE OFICIO O PROFESIÓN, LIBRE DESARROLLO DE LA
PERSONALIDAD, AL DEBIDO PROCESO, IGUALDAD Y ACCESO A LA
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA.

A usted con el mayor de los respetos se dirige el doctor JAIRO BERNABE CONDE
CAUSADO, mayor de edad, Abogado en ejercicio, identificado con la Cedula de
Ciudadanía 11.165.No 440 de san Bernardo del Viento- Córdoba y Tarjeta Profesional
Nº 231421 del Consejo Superior de la Judicatura, domiciliado en la ciudad de Cartagena,
actuando en calidad de apoderado judicial del señor ALEXANDER BABILONIA LEÓN ,
persona mayor de edad, domiciliado y residenciado en esta ciudad; identificado con cedula
de ciudadanía No. 73.571.062 de Cartagena, conforme al poder que adjunto al presente
escrito, concurro hasta su honorable despacho, con la finalidad de formular ACCIÓN DE
TUTELA, consagrada en el artículo 86 de la Constitución Política y reglamentada por el
Decreto 2591 de 1991, contra del MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL- El cual lo
representada para el acto acusado el señor Almirante EVELIO ENRIQUE RAMIREZ
GAFARO comandante de la Armada Nacional, o quien haga sus veces al momento de la
notificación por ser sujetos activo de actos que violan los derechos fundamentales
constitucionales de DERECHO FUNDAMENTAL AL DEBIDO PROCESO Y
DEFENSA, DERECHO AL TRABAJO DIGNO Y JUSTO AL DEBIDO PROCESO,
IGUALDAD Y ACCESO A LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA, y cualquier otro
que resulte vulnerado por la entidad accionada Conforme a los siguientes:

HECHOS

PRIMERO. - El señor ALEXANDER BABILONIA LEÓN, ingreso a la Armada


Nacional, el día 12 de enero del año 1997
SEGUNDO. - en la actualidad hoy en el extracto de hoja de vida de la Armada Nacional de
mi apadrinado, se observa que sus clasificaciones desde el día 1 de agosto año 1997 hasta el
día 31 de Diciembre de 2019 su concepto siempre ha sido año por año de “BUENO” e
inclusive tres periodos el concepto fue de “MUY BUENO” e igual se observa en la misma
más de 114 de “felicitaciones”, durante su desempeño las cuales ha recibido desde y de
igual forma no tiene ni ha recibido ninguna clase de sanción, ni mucho menos
suspensión, concluyendo extracto de hoja de vida lo siguiente: “consagración al trabajo e
iniciativa y deseos de superación puestos de manifiesto durante el alistamiento y
presentación en las pasadas divisiones de personal presididas”
TERCERO: Mi poderdante el Suboficial Jefe BABILONIOA LEON ALEXANDER
mediante Resolución No 587 del 8 de Julio de 2020 de la Armada Nacional se le ordeno

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EL RETIRO del Servicio Activo de las Fuerzas Militares “por llamamiento a Calificar
Servicios.”
CUARTO; En numerosos fallos de tutela que se han pronunciado en relación con la
obligación de motivar en todo caso el retiro discrecional de miembros de la Fuerza Pública,
con relación con el retiro por llamamiento a calificar servicios, se ha analizado en respeto
de los derechos fundamentales al debido proceso, defensa y acceso a la administración de
justicia. Si bien es cierto que debido a la organización piramidal de la carrera militar y
policial no es posible que todos sus integrantes asciendan en el escalafón, también lo es que
la decisión de retiro del servicio activo debe ser motivada para evitar arbitrariedades que
difícilmente podrán ser cuestionadas ante la jurisdicción de lo contencioso administrativo,
al desconocer los móviles que justificaron la desvinculación.

Esta posición no ha sido insular o minoritaria, habida cuenta que diversas Sala de Revisión
de Tutelas han reconocido que los actos administrativos de retiro por llamamiento a
calificar servicios a miembros de la Fuerza Pública están sometidos, además de los
requisitos legales, a los principios de razonabilidad y proporcionalidad frente a la decisión
de desvinculación, razón por la cual deben ser motivados.

Al respecto, consideramos que en un Estado social de derecho como lo es Colombia (art. 1°


de la CP), en donde la Carta Política goza de supremacía por ser considerada norma de
normas (art 4° ibídem), la expedición de actos administrativos exige contar con una
motivación que permita al interesado conocer las razones que llevaron a una entidad a tomar
una determinada decisión de retiro y, de esa forma, facultar a aquel para que cuente con
herramientas útiles que le ayuden a ejercer su derecho a la defensa y pueda cuestionar esa
decisión mediante un proceso contencioso administrativo.

Como lo honorable Corte Constitucional, la discrecionalidad absoluta no tiene cabida dentro


del Estado social de derecho porque esto eliminaría la justiciabilidad de los actos en que se
desarrollan las facultades del nominador, dado que al no existir una verdadera motivación del
retiro del servicio activo a los miembros de la Fuerza Pública, éstos quedarían sin la
posibilidad de ejercer un control al móvil real que generó su desvinculación de la institución.
Así, nos encontramos ante un sistema jurídico que propende por la discrecionalidad relativa
que desmarca el acto caprichoso del funcionario que lo expide, para que el afectado pueda
apreciar las circunstancias que rodearon la toma de decisión de retiro institucional1.

En la sentencia T-265 de 2013, donde la Corte señaló que pueden extraerse tres elementos
comunes a toda potestad discrecional, dentro de la cual incluyó la causal de llamamiento a
calificar servicios, a saber:

“i). Debe existir una norma de rango constitucional o legal que la contemple
expresamente. En virtud de los artículos 6, 121, 122 y 123 de la Carta, en un Estado de
derecho las autoridades solamente pueden actuar conforme las competencias que les han
sido otorgadas. Lo anterior tiene “por finalidad delimitar el campo de acción, función o
actividad que corresponde ejercer a una determinada entidad o autoridad pública,
haciendo efectivo de esta manera el principio de seguridad jurídica. En el Estado de
derecho la posición jurídica del individuo es diametralmente opuesta a la del
funcionario público. El individuo puede hacer todo aquello que no le esté expresamente
prohibido por la ley. En cambio, el gobernante, la autoridad, actúa siempre con
competencias que, en principio, son limitadas. Al individuo, al ciudadano lo que no le
está expresamente prohibido le está permitido. Al funcionario público lo que no le está
1
En la sentencia C-734 de 2000, la Corte precisó que “La discrecionalidad absoluta entendida como la
posibilidad de adoptar decisiones administrativas sin que exista una razón justificada para ello, puede
confundirse con la arbitrariedad y no es de recibo en el panorama del derecho contemporáneo. La
discrecionalidad relativa, en cambio, ajena a la noción del capricho del funcionario, le permite a éste
apreciar las circunstancias de hecho y las de oportunidad y conveniencia que rodean la toma de la decisión,
concediéndole la posibilidad de actuar o de no hacerlo, o de escoger el contenido de su determinación,
siempre dentro de las finalidades generales inherentes a la función pública y las particulares implícitas en la
norma que autoriza la decisión discrecional”.

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expresamente atribuido, le está prohibido. (…) La competencia es parte esencial del
debido proceso y presupuesto de validez de los actos que se profieren, pues si una
autoridad expide un acto sin tener facultades para hacerlo, éste es nulo”. Por esta razón,
para que una entidad pública pueda apartarse de los postulados generales y flexibilizar
su actuación mediante el ejercicio de facultades discrecionales, debe como mínimo estar
soportado en una norma legal o constitucional que la faculte expresamente.

ii). Su ejercicio debe ser adecuado a los fines de la norma que la autoriza. La Corte ha
manifestado que “la adecuación es la correspondencia, en este caso, del contenido
jurídico discrecional con la finalidad de la norma originante, en otras palabras, la
armonía del medio con el fin; el fin jurídico siempre exige medios idóneos y coherentes
con él”. Es claro entonces que “el derecho no es un fin en sí mismo sino un medio al
servicio de la sociedad. Por lo tanto, es necesario confrontar los móviles con los fines.
De allí surgen justamente las teorías del ´abuso del derecho´, y la ´desviación de poder´.
Ello es un principio básico del Estado Social de Derecho, para evitar que la
discrecionalidad se convierta en arbitrariedad. Todo acto del Estado debe estar
conforme con su finalidad esencial, ya que las potestades se conceden, no para que se
cesen a discreción, sin discernimiento, sino en vista de un fin determinado”. Sin
perjuicio de los objetivos de toda ley, de manera genérica la Constitución consagra
como fines de la actuación administrativa: i) la protección de la vida, honra, bienes,
creencias, y demás derechos y libertades de los residentes en Colombia (art. 2); y ii) el
interés general (art. 209). Así, para comprobar si una actuación cumple con este
requisito, se deberá verificar tanto el cumplimiento de los objetivos genéricos como los
específicos de la norma.

iii). La decisión debe ser proporcional a los hechos que le sirven de causa. La
determinación que se adopta debe guardar una medida o razón que objetivamente se
compadezca con los supuestos fácticos que la originan: “El principio de
proporcionalidad cumple dos funciones: i) en primer lugar, sirve de criterio de acción,
esto es, como sustento de las actuaciones de los distintos órganos del Estado, el cual se
realiza con su observancia y aplicación a cada caso concreto. ii) En segundo lugar, es
un criterio de control, pues debe adoptarlo el juez para efectos de evaluar la
proporcionalidad de la respectiva actuación administrativa”.

De allí que la jurisprudencia constitucional haya reconocido una discrecionalidad relativa


aplicable aún a los actos administrativos de retiro de los miembros de la Fuerza Pública con
base en la causal de llamamiento a calificar servicios, dado que no es admisible dentro de un
Estado social de derecho que a los particulares se les impida conocer los motivos que llevaron
a una entidad pública a tomar una medida particular que los afecte.

Ahora, si bien entendemos el argumento sobre la estructura piramidal y jerarquizada que


tienen las Fuerzas Militares, lo cierto es que el acto de desvinculación por esa causal
mínimamente debe motivarse con la evaluación de la hoja de vida del uniformado,
además del cumplimiento de los requisitos objetivos de ley para obtener la asignación de
retiro. Dejar de hacerlo implicaría en la práctica que no siempre los mejores y los que tengan
más mérito asciendan y continúen en la carrera. De esta forma, lo que se pretende es evitar la
arbitrariedad que genera la falta de motivación del acto de retiro, proteger garantías
fundamentales y el principio democrático, así como el de publicidad.

En segundo lugar, la mayoría de la Sala indicó que no existía una línea jurisprudencial
consolidada acerca de la necesidad de motivar los actos administrativos de retiro por
llamamiento a calificar servicios y las condiciones en las cuales se configuraba un vicio por
desviación de poder que podía ser reprochado a través de la justicia administrativa, razón por
la cual aplicó los fundamentos señalados en la sentencia SU-091 de 2016 que cambió de
manera drástica la jurisprudencia pacífica de la Corte Constitucional en relación con la
exigencia de motivar los actos administrativos de retiro por llamamiento a calificar
servicios.

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La Corte, en las providencias de unificación 091 y 217 de 2016 no analizó en debida forma
las sentencias T-569 de 2008, T-655 de 2009, T-638 de 2012, T-719 de 2013 y SU-053 de
2015, cuando era imperativo hacerlo. Esos pronunciamientos mantienen una línea invariable
sobre el deber de motivar los actos administrativos que se basan en la causal de retiro por
llamamiento a calificar servicios. En dichas sentencias la Corte ha considerado que la mejora
en el servicio no basta como único motivo de desvinculación, como tampoco una antigüedad
de 15 años o más y el tener derecho a la asignación de retiro, porque esas razones pueden
esconder situaciones injustas y arbitrarias en perjuicio de los integrantes de la carrera especial
de la Fuerza Pública.

Otros ejemplos dicientes son las siguientes reseñas jurisprudenciales: (i) T-297 de 20092, que
se ocupó del estudio del retiro por llamamiento a calificar servicios sin motivación de un
Teniente Coronel de la Policía Nacional, oportunidad en la cual se concluyó que a pesar de ser
una facultad legítima del Gobierno Nacional para permitir la renovación del personal
uniformado, la falta de motivación constituye una vulneración de los derechos al debido
proceso y de acceso a la administración de justicia; (ii) T-824 de 20093, que también estudió
el retiro por llamamiento a calificar servicios sin motivación de un Mayor de la Policía
Nacional, señalando que el acto administrativo solo se ajusta a la Constitución cuando es
respetuoso de los principios de proporcionalidad y razonabilidad, está debida y
suficientemente motivado, y existe una relación directa entre dicha motivación y el
cumplimiento de los fines constitucionales que han sido asignados a la Fuerza Pública; y,
(iii) T-723 de 20104, que se ocupó del caso de un Teniente Coronel que pese a obtener las más
altas calificaciones en los últimos diez años de servicios, fue llamado a calificar servicios sin
que el acto de retiro institucional fuese motivado, por lo cual se concedió el amparo
esbozando que la desvinculación no podía realizarse sin una explicación clara y precisa que
además tuviera en cuenta la evaluación de la trayectoria profesional del uniformado en la
institución.

Especial pronunciamiento merece el precedente jurisprudencial establecido en la sentencia T-


265 de 2013, porque corresponde a una acción de tutela que presentó la Policía Nacional
contra una providencia judicial que había señalado la necesidad de motivar el acto de retiro de
un Coronel de esa institución que fue desvinculado mediante la causal de llamamiento a
calificar servicios. En esa oportunidad, la Sala Quinta de Revisión negó el amparo bajo el
argumento de que el acto de retiro debía ser motivado analizando la hoja de vida y los méritos
del oficial, sumado a los requisitos objetivos que establece la ley. Además, advirtió que no
pueden existir funcionarios con poderes ilimitados que en ejercicio de sus funciones expidan
actos administrativos que de alguna manera escapen a la órbita de control por parte de las
autoridades, toda vez que se estaría permitiendo indiscriminadamente la proliferación de actos
arbitrarios.

El anterior precedente debió ser objeto de un especial análisis por la similitud fáctica y
jurídica con los casos que fueron objeto de estudio en el presente asunto, ya que la sentencia
SU-217 de 2016 terminó por desconocer el precedente jurisprudencial que la Corte
Constitucional había fijado sobre la materia. Es decir, se limitó a transcribir apartes de la
sentencia SU-091 de 2016 sin asumir la carga argumentativa suficiente en procura de
disciplinar el manejo del precedente constitucional que se pretendía unificar.

En tercer lugar, la SU-217 de 2016, al tomar como referencia las consideraciones expuestas
en la sentencia de unificación 091 de 2016 determinó que los actos de llamamiento a calificar
servicios, si bien están sometidos a la “eventualidad de un control posterior como todos los
actos administrativos”, no requieren de una motivación más allá de la extratextual. Sin
embargo, se mantiene la posibilidad de un control judicial posterior ante la jurisdicción de lo
contencioso administrativo, al señalar que esta figura no puede ser utilizada como una
herramienta de persecución por razones de discriminación o abuso de poder.

2
(MP Luis Ernesto Vargas Silva).
3
(MP Luis Ernesto Vargas Silva).
4
(MP Juan Carlos Henao Pérez).

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En consecuencia, la providencia propone que quienes consideren haber sido víctimas del uso
fraudulento o indebido de esa figura discrecional pueden hacer uso de los recursos pertinentes
que ofrece la jurisdicción contencioso administrativa, “y tendrá[n] a su carga la
demostración probatoria del uso de la herramienta para propósitos discriminatorios o
fraudulentos. De esta forma, no le corresponde a la Fuerza Pública la carga probatoria
sobre la motivación del acto de llamamiento a calificar servicios, que se presume responde a
las exigencia legal, pero en todo caso, debe responder a los alegatos que sobre uso
fraudulento se presenten”.

Por consiguiente, retiro por llamamiento a calificar servicios limita en el plano judicial la
carga de la prueba dejándola en manos del afectado con el retiro, de manera que genera una
imposición excesiva y olvida por completo el principio probatorio de la carga dinámica de la
prueba, el cual establece que la parte procesal que se encuentra en una situación más
favorable, es quien tiene que probar determinado hecho. Lo anterior, puesto que resulta
excesivo y desproporcionado dentro del sistema judicial, imponer de una manera drástica e
inflexible las reglas derivadas de la carga de la prueba, a quien se encuentra en dificultad de
probar.

En el caso de uniformados retirados por la causal llamamiento a calificar servicios, por regla
general, es la entidad quien está en mejor condición para probar los hechos, ya que los
documentos relevantes y los estudios previos, de haberlos, reposan en manos de la institución,
entonces resulta desproporcionado en contraposición con los derechos del afectado y contrario
al orden constitucional, fijar la carga de la prueba únicamente en el retirado.

Así las cosas, los derechos fundamentales de quienes adelantan la carrera especial en la
Fuerza Pública se verían perjudicados toda vez que la persona retirada de su cargo por esta
causal, no solo desconoce los motivos reales y específicos que llevaron a un posible uso
fraudulento o discriminatorio del llamamiento a calificar servicios, sino que adicionalmente,
debe recaudar las pruebas con el fin de demostrarlo.

El afectado sufre una vulneración desproporcionada de su derecho de defensa, porque


no sabe las razones que llevaron a su desvinculación del servicio activo, presupuesto
básico para cuestionar la actividad de la administración. Aunado a lo anterior, el
demandante tiene la carga de demostrar la desvinculación de la facultad discrecional,
obligación que es muy difícil de cumplir dado que no tiene en su poder los medios de
convicción.

Por consiguiente, los actos de retiro se adecuen a la Constitución deben respetar los principios
de proporcionalidad y razonabilidad, encontrarse debida y suficientemente motivados y existir
una relación directa entre la motivación y el cumplimiento de los fines constitucionales de la
Fuerza Pública

QUINTO.- La Resolución No 587 del 8 de Julio de 2020 de la Armada Nacional se le


ordeno EL RETIRO del Servicio Activo de las Fuerzas Militares “por llamamiento a
Calificar Servicios” viola derechos fundamentales a mi poderdante debido a que el acto
administrativo en mención no se ajusta a la Constitución ya que no respeta de los
principios de proporcionalidad y razonabilidad, y no se encuentra suficientemente
motivado, al no existir una relación directa entre dicha motivación y el cumplimiento de
los fines constitucionales que han sido asignados a la Fuerza Pública apreciándose una
falta de motivación del mismo y una desviación de poder.
FUNDAMENTOS JURIDICOS
 
Fundamento esta acción en el artículo 86 de la Constitución Política de 1991 y sus decretos
reglamentarios 2591 y 306 de 1992; decreto 1800 de 2000; 29 de la Constitución Política
Nacional.

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La Constitución Política de Colombia en su artículo 2º, establece: el derecho de todas las
personas a que el Estado le garantice la efectividad de los principios, derechos y deberes
consagrados en la Constitución Política de Colombia. No bastó con la mera consagración,
sino que también implementó el Constituyente Primario, el mecanismo y herramienta de
protección más idónea que permite concretar la materialización de dicho cometido es decir
LA ACCIÓN DE TUTELA (ART. 86 DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL).

TUTELA COMO MECANISMO TRANSITORIO - Procede a pesar de existir otro


mecanismo de defensa para evitar la ocurrencia de un perjuicio irremediable / La solicitud
de amparo solo tiene la virtualidad de suspender los términos no de ampliarlos o
adicionarlos El amparo transitorio a que se refiere el artículo 8 del Decreto 2591 de 1991,
se abre paso en aquellos eventos en los que a pesar de existir otro mecanismo de defensa,
las condiciones que rodean el asunto, hacen imperiosa e impostergable la intervención del
Juez Constitucional en aras de impedir oportunamente la violación de los derechos
fundamentales y así, evitar la ocurrencia de un perjuicio irremediable. Y, es precisamente
por la naturaleza de los derechos que se persigue proteger que el artículo 8 del Decreto
2591 de 1991 habilitó al juez constitucional, para que en situaciones excepcionales como la
señalada, impartiera una medida de protección con efectos temporales, mientras el Juez
natural decide de manera definitiva el asunto. Circunstancia que solo puede ocurrir, si al
momento de instaurar el medio de control pertinente el actor cumple con los presupuestos
procesales exigidos por el ordenamiento jurídico para su ejercicio -ejemplo la caducidad-,
por ser éstos los que condicionan la admisibilidad de la demanda o impiden un
pronunciamiento de fondo por parte del operador jurídico. Por lo anterior, cuando el inciso
3 del artículo 8 del Decreto 2591 de 1991 establece que concedida la tutela como
mecanismo transitorio la acción correspondiente debe ejercerse en “un término máximo
de cuatro meses” debe entenderse que con la presentación de la solicitud se suspende el
término de caducidad de la acción principal, por lo que el beneficiado con la orden debe
ejercer el medio de control correspondiente dentro del plazo que falte para que opere la
caducidad de éste. Resalta la Sala que si bien la norma no lo dice así expresamente, dada la
transitoriedad de los efectos del amparo y la naturaleza supletiva, residual, excepcional y
subsidiaria de esta acción, hay que entender lógicamente que con ella no es viable sustituir
ni las vías ordinarias ni mucho menos los trámites y requisitos que deben seguirse en los
diferentes procesos, por lo que no puede entenderse en manera alguna que a través de la
tutela se consagre un término de caducidad especial, ya que la protección conferida no
puede ir en abierta contradicción con el ordenamiento jurídico. Pues, la tutela fue concebida
con el fin de evitar un daño irreparable más no con el objeto de implantar un régimen de
excepción, paralelo a los demás medios de control, a través del cual se puedan variar las
reglas previstas para el ejercicio de cada acción, al antojo del Juez constitucional. Hacerlo,
implicaría una práctica insana que devendría en la utilización indebida del mecanismo
constitucional y a la inutilidad e inoperancia de las demás acciones. Así, la correcta
interpretación de la disposición reseñada, impide entender que en aplicación del artículo 8°
del Decreto 2591 de 1991 se haya consagrado un plazo especial de caducidad para las
acciones ordinarias en favor única y exclusivamente del beneficiado con la protección
transitoria, pues esto equivaldría a permitir que con el referido mecanismo constitucional
sea posible eludir los requisitos de los distintos medios de control y revivir términos ya
fenecidos. En consecuencia, dada la precariedad del amparo y la incompetencia del juez de
tutela para variar las condiciones previamente impuestas por el legislador, la solicitud de
amparo, como ya se dijo, solo tiene la virtualidad de suspender los términos, más no
ampliarlos o adicionarlos y con ello premiar la desidia de los ciudadanos, por lo que si el
interesado no intenta la acción dentro de la oportunidad legal debe ser sancionado con la
expiración del plazo para interponer el medio de control. FUENTE FORMAL:
DECRETO 2591 DE 1991 - ARTICULO 8 INCISO 3.

En Este caso concreto la acción de tutela aparentemente no sería procedente, dado que
según la normas jurídicas podría acudir a otro mecanismo de defensa judicial para defender
los derechos que fueron vulnerados a mi poderdante , pues podría demandar ante la
jurisdicción de lo Contencioso Administrativo.

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Sobre el particular y siguiendo reiterada jurisprudencia de La Honorable Corte
Constitucional es procedente anotar, que si bien mi poderdante puede acudir a AL
MEDIO DE CONTROL DE NULIDAD Y RESTABLECIMIENTO DEL
DERECHO, para que se le reconozca sus derechos violados incluso a que se le
indemnice por los perjuicios causados, también es cierto que la acción de tutela no puede
desecharse de plano, pues el juez de tutela Constitucional al analizar este caso en concreto,
estaría en la obligación de verificar si el medio ordinario MEDIO DE CONTROL DE
NULIDAD Y RESTABLECIMIENTO DEL DERECHO, De él se dispone en efecto,
serviría para proteger de manera inmediata, eficaz y completa los derechos fundamentales
violados, o si por el contrario, aún en el evento de que la misma prosperara, tal objetivo no
se alcanzaría, entonces se estaría ocasionando un perjuicio irremediable a mi apadrinado
Es por ello que Al efectuar un análisis profundo es fácil concluir que aún en el evento en
que el MEDIO DE CONTROL DE NULIDAD Y RESTABLECIMIENTO DEL
DERECHO, llegara a prosperar en el futuro incierto, los efectos de la decisión judicial
ordinaria no alcanzarían a proteger los derechos fundamentales DERECHO
FUNDAMENTAL AL DEBIDO PROCESO Y DEFENSA, Y DERECHO
FUNDAMENTAL AL TRABAJO DIGNO Y JUSTO. De manera inmediata, eficaz y
completa; lo anterior por cuanto la violación permanecería indefinidamente vigente en sus
efectos, causando un perjuicio irremediable a mi poderdante.
 
DERECHOS VULNERADOS
Finalmente encontramos el Artículo 29. El debido proceso se aplicará a toda clase de
actuaciones judiciales y administrativas (…) Es nula, de pleno derecho, la prueba obtenida
con violación del debido proceso.
La corte se ha pronunciado diciendo: “Las autoridades judiciales incurren en
desconocimiento del precedente, cuando profieren sentencias sin tener en cuenta los
parámetros establecidos en los precedentes constitucionales, respecto de la necesidad de
motivar los actos administrativos de retiro del servicio de miembros de la Fuerza Pública,
en uso de la facultad discrecional, cuando dicha decisión no hace explícitas las razones por
las que se abstienen de seguir la jurisprudencia en vigor, y no demuestran que la
interpretación alternativa que se ofrece desarrolla y amplía de mejor manera el contenido de
los derechos, principios y valores constitucionales objeto de protección”.
“La Corte Constitucional reconoce la facultad discrecional con que cuenta la Fuerza
Pública para retirar del servicio a sus miembros, decisión que, en principio, es adoptada en
aras del mejoramiento del servicio a ella encomendado. Además, esta Corte ha admitido
que los actos administrativos de retiro discrecional de la Fuerza Pública no necesariamente
deben motivarse en el sentido de relatar las razones en el cuerpo del acto como tal, pero sí
les es exigible que estén sustentados en razones objetivas y hechos ciertos”.
Por considerarlo pertinente, me permito citar la sentencia T-824/09, M.P Luis Ernesto
Vargas Silva, en la cual se analiza la facultad discrecional en el ejercicio de la figura del
llamamiento a calificar servicios. En esta sentencia la Corte resuelve una acción de tutela
interpuesta por una Mayor de la Policía Nacional que no fue convocada para curso previo
de capacitación para ascenso pese a que sus compañeros de promoción si fueron llamados,
y a pesar de las numerosas condecoraciones y felicitaciones que figuraban en su hoja de
vida. Por esta razón, la Mayor solicitó la reconsideración de dicha decisión, pero al poco
tiempo fue retirada por llamamiento a calificar servicios. El acto administrativo por medio
del cual fue retirada la accionante carecía de los motivos por los cuales se tomó dicha
decisión, y así mismo, la actora desconocía el concepto de recomendación de retiro de la
respectiva junta de evaluación. Por esta razón, la Corte indicó que “el retiro del servicio
activo de oficiales de la Policía Nacional por llamamiento a calificar servicios, es una
modalidad de desvinculación adoptada mediante decreto expedido por el Gobierno
Nacional, que implica el cese de la obligación de prestar servicios a la institución
(MINISTERIO DE DEFENSA DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA, 1993)135. Esa

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modalidad de desvinculación procede cuando se dan los requisitos objetivos de retiro, a
saber: (i) que el oficial haya cumplido el tiempo de servicio que prescribe el ordenamiento
jurídico para acceder a una asignación de retiro y; (ii) que la Junta Asesora del Ministerio
de Defensa Nacional para la Policía Nacional haya dado su concepto previo favorable
(MINISTERIO DE DEFENSA DE LA REPUBLICA DE 135 Al respecto, también se
puede consultar los Decretos 573 y 574 de 1993. 80 COLOMBIA, 2000)136.
Así mismo, de conformidad con la jurisprudencia sobre la materia, el llamado a calificar
servicios constituye una facultad legítima del Gobierno Nacional para permitir la
renovación del personal uniformado de la Policía Nacional y la búsqueda de los fines que la
constitución ha confiado a dicha institución, razón por la cual (i) no puede ser ejercida con
otra finalidad y; (ii) debe sustentarse en razones del buen servicio ya que de lo
contrario podría implicar la afectación de la especial protección al trabajo y a la
estabilidad en el mismo.” (CORTE CONSTITUCIONAL COLOMBIANA, 2009)137
Así mismo, la Corte Constitucional reiteró los pronunciamientos realizados en las
sentencias C179/06, T-1168/08, T-1173/08, y T-279/09 entre otras, en cuanto a la
importancia de la motivación de los actos administrativos, incluso los discrecionales,
como garantía de los derechos al debido proceso y defensa. En este sentido, la Corte ha
señalado que “un acto de retiro discrecional solo se ajusta a la Constitución cuando (i) es
respetuoso de los principios de proporcionalidad y razonabilidad; (ii) se encuentra debida y
suficientemente motivado, de conformidad con el concepto previo emitido por la Junta
Asesora o comité de evaluación, según el caso y; (iii) existe una relación directa entre dicha
motivación y el cumplimiento de los fines constitucionales de la Fuerza Pública (CORTE
CONSTITUCIONAL COLOMBIANA, 2009)138.
Igualmente, el acto administrativo que dispone el retiro de un miembro de la fuerza pública,
debe estar debidamente motivado, pues él contribuye a efectivizar los derechos
fundamentales a la defensa y al acceso a la administración de justicia.” (CORTE
CONSTITUCIONAL COLOMBIANA, 2009)139 Por lo anterior, el llamamiento a calificar
servicios es un acto de retiro discrecional que solo se ajusta a la Constitución cuando es
respetuoso de los principios de proporcionalidad y razonabilidad, está debida y
suficientemente motivado, y existe una relación directa entre dicha motivación y el
cumplimiento de los fines constitucionales de la Fuerza Pública. Por ende, en el caso
concreto la Corte consideró que dichos requisitos no se cumplían en el acto de retiro,
ordenando a la entidad accionada motivar el acto de retiro y colocar en disposición de la
actora el informe con fundamento en el cual la Junta Asesora del Ministerio de Defensa
Nacional, recomendó su retiro del servicio activo de la Policía Nacional por llamamiento a
calificar servicios. Sobre las funciones y composición de la Junta Asesora del Ministerio
de Defensa Nacional para la Policía Nacional, se puede consultar los Decretos 1512 de
2000 “Por el cual se modifica la estructura del Ministerio de Defensa Nacional y se dictan
otras disposiciones.” y 1932 de 1999 “Por el cual se modifica la estructura del Ministerio de
Defensa Nacional y se dictan otras disposiciones”. 137 Corte Constitucional. Sentencia T-
824/09, M.P Luis Ernesto Vargas Silva. 138 Sentencia T-297 de 2009. 139 Corte
Constitucional. Sentencia T-824/09, M.P Luis Ernesto Vargas Silva. 81.
Es importante resaltar que al momento de fijar la parte resolutiva de la sentencia, la Sala
señaló a pie de página que “Aunque en las sentencias T-967 de 2001 y T1168 de 2008 se
ordenó, respectivamente, el reintegro del accionante y se confirmó la sentencia que había
igualmente ordenado el reintegro del peticionario, y en las sentencias T-569 de 2008 y T-
1173 de 2008 se dispuso subsidiariamente el reintegro del actor, la Sala Tercera de
Revisión acoge en esta oportunidad la posición adoptada en la sentencia T-297 de 2009,
entre otras razones, por ser esa la última tesis asumida por la Corte Constitucional.
Con fundamento en los hechos y Fundamentos Jurídicos anteriormente expuesto me
permito con mi acostumbrado respeto solicitarte las siguientes:

Dirección: Centro Calle de la Moneda Edificio Godin Segundo Piso Oficina 2-08 - Cel: 301 7727780
Email: [email protected]
Cartagena – Colombia
Dr. Jairo Bernabé Conde Causado
Abogado
MEDIDA PREVIA PROVISIONAL
 
DE CONFORMIDAD CON EL ARTÍCULO 7. DEL DECRETO 2591 DE 1991 DE
MANERA RESPETUOSA ME PERMITO DE SOLICITARLE MEDIDA PREVIA
PROVISIONAL  PARA EVITAR UN PERJUICIO IRREMEDIABLE  EN ARAS DE
PROTEGER LOS  DERECHOS FUNDAMENTALES CONSTITUCIONALES DE
DERECHO FUNDAMENTAL AL DEBIDO PROCESO Y DEFENSA, DERECHO
AL TRABAJO DIGNO Y JUSTO Y A ELEGIR LIBREMENTE OFICIO O
PROFESIÓN, LIBRE DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD, AL DEBIDO
PROCESO, IGUALDAD Y ACCESO A LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA y
CUALQUIER OTRO QUE RESULTE VULNERADO POR LA ENTIDAD
DEMANDADA, PARA EVITAR PERJUCIOS IRREMEDIABLES. por consiguiente, le
solicito ORDENE LA SUSPENSION de manera provisional y POR ENDE DEJAR SIN
EFECTOS POR UN TERMINO MAXIMO DE CUATRO MESES la Resolución No 587
del 8 de Julio de 2020 de la Armada Nacional se le ordeno EL RETIRO del Servicio
Activo de las Fuerzas Militares “por llamamiento a Calificar Servicios.”, mediante la cual
fue retirado el Suboficial Jefe BABILONIOA LEON ALEXANDER y por consiguiente
se reintegre al cargo y grado que venía ejerciendo, sin solución de continuidad,
reconociendo todos los salarios y prestaciones sociales dejadas de pagar desde el día que se
notificó su retiro.

 
PETICIÓNES
De manera respetuosa solicito a usted su señoría, Tutelar los derechos fundamentales al
señor ALEXANDER BABILONIA LEÓN , persona mayor de edad, domiciliado y
residenciado en esta ciudad; identificado con cedula de ciudadanía No. 73.571.062 de
Cartagena al: DERECHO FUNDAMENTAL AL DEBIDO PROCESO Y DEFENSA,
DERECHO AL TRABAJO DIGNO Y JUSTO Y A ELEGIR LIBREMENTE
OFICIO O PROFESIÓN, LIBRE DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD, AL
DEBIDO PROCESO, IGUALDAD Y ACCESO A LA ADMINISTRACIÓN DE
JUSTICIAY CUALQUIER OTRO QUE RESULTE VULNERADO POR LA
ENTIDAD DEMANDADA.
PRIMERA.- DEJAR SIN EFECTOS POR UN TERMINO MAXIMO DE CUATRO
MESES la Resolución No 587 del 8 de Julio de 2020 de la Armada Nacional se le ordeno
EL RETIRO del Servicio Activo de las Fuerzas Militares “por llamamiento a Calificar
Servicios.”, mediante la cual fue retirado el Suboficial Jefe BABILONIOA LEON
ALEXANDER y por consiguiente se reintegre al cargo y grado que venía ejerciendo, sin
solución de continuidad, reconociendo todos los salarios y prestaciones sociales dejadas de
pagar desde el día que se notificó su retiro.

SEGUNDA. - De acuerdo con lo anterior se reintegre al cargo y grado que venía ejerciendo
el Suboficial Jefe BABILONIOA LEON ALEXANDER, sin solución de continuidad,
reconociendo todos los salarios y prestaciones sociales dejadas de pagar desde el día que se
notificó su retiro.
TERCERA. - Que, para todos los efectos salariales y prestacionales, se entienda como
efectivamente laborado, el tiempo transcurrido entre el Retiro y el Reintegro a la
Institución.
CUARTA. - Que se me reconozca personería en calidad de apoderado judicial de la parte
demandante
QUINTA-. Ante la violación de derechos fundamentales de primer nivel acá presentados,
se dé cumplimiento inmediato al fallo proferido.

Dirección: Centro Calle de la Moneda Edificio Godin Segundo Piso Oficina 2-08 - Cel: 301 7727780
Email: [email protected]
Cartagena – Colombia
Dr. Jairo Bernabé Conde Causado
Abogado
JURAMENTO.

Manifiesto bajo la gravedad del juramento que no he presentado otra acción de tutela por
los mismos hechos ni derechos de esta Acción de Tutela
PRUEBAS
Como fundamento probatorio de mi petición anexo:
1. Copia de la cedula de ciudadanía del Sr. Demandante.

2. Extracto de hoja de vida del Sr. ALEXANDER BABILONIA LEÓN.

3. Copia de la Resolución No 587 del 8 de Julio de 2020 de la Armada Nacional se le


ordeno EL RETIRO del Servicio Activo de las Fuerzas Militares “por llamamiento a
Calificar Servicios.”, mediante la cual fue retirado el Suboficial Jefe BABILONIOA
LEON ALEXANDER

ANEXOS
1. Poder conferido a mi favor y Copia de la tutela y sus anexos (documentos relacionados
en el acápite de pruebas) de la tutela para el correspondiente traslado a las partes
accionadas.

2. Copia de la tutela y sus anexos para el archivo del Juzgado.

NOTIFICACIONES

EL SUSCRITO Y MI PODERDANTE: En la secretaría del juzgado o en mi oficina de


abogado: Centro calle de la Moneda, Edificio Godin segundo piso, oficina 208 correo
electrónico [email protected] Cel: 3017727780. Cartagena de Indias
D.T. y C.

ACCIONADOS:
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL: ARMADA NACIONAL: Ac. 26 #69 - 76
Edificio Elemento - Torre Agua- Tel. 3692000 Ext. 11112-10506-10508 Línea Celular
Institucional 3145952587
Email: [email protected]
Email [email protected]
Bogotá D.C

Del Señor Juez,

_____________________________________
JAIRO BERNABE CONDE CAUSADO
CC. 11.165.440 de san Bernardo del Viento- Córdoba
T.P. 231421 del C.S. de la J.

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Email: [email protected]
Cartagena – Colombia

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