El documento describe los principales tipos de riesgos bancarios como el riesgo de crédito, riesgo de liquidez, riesgo de mercado y riesgo operacional. También discute formas de mitigar y gestionar estos riesgos a través de medidas como normas de construcción, ordenamiento territorial, obras civiles y el uso de Atlas de Riesgo para identificar zonas vulnerables.
El documento describe los principales tipos de riesgos bancarios como el riesgo de crédito, riesgo de liquidez, riesgo de mercado y riesgo operacional. También discute formas de mitigar y gestionar estos riesgos a través de medidas como normas de construcción, ordenamiento territorial, obras civiles y el uso de Atlas de Riesgo para identificar zonas vulnerables.
El documento describe los principales tipos de riesgos bancarios como el riesgo de crédito, riesgo de liquidez, riesgo de mercado y riesgo operacional. También discute formas de mitigar y gestionar estos riesgos a través de medidas como normas de construcción, ordenamiento territorial, obras civiles y el uso de Atlas de Riesgo para identificar zonas vulnerables.
El documento describe los principales tipos de riesgos bancarios como el riesgo de crédito, riesgo de liquidez, riesgo de mercado y riesgo operacional. También discute formas de mitigar y gestionar estos riesgos a través de medidas como normas de construcción, ordenamiento territorial, obras civiles y el uso de Atlas de Riesgo para identificar zonas vulnerables.
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Concepto, importancia y características de los riesgos del
negocio bancario El concepto de riesgo bancario se refiere a todos los distintos tipos de riesgos que enfrentan las instituciones bancarias cuando llevan a cabo sus actividades. Normalmente, este varía dependiendo del tipo de negocios que desarrolle dicha institución. Un banco es un tipo especial de empresa, que capta dinero del público, estos recursos del exterior, conjuntamente con los recursos propios de la entidad son transferidos en forma de préstamos, a terceros, que pagan intereses por el uso del dinero. Así, usualmente los recursos con los que un banco genera sus ingresos son, en parte propios (patrimonio o capital), y mayoritariamente ajenos (depósitos del público). Por ello, dado que la mayoría del dinero que un banco administra no le pertenece, la gestión bancaria requiere un proceso constante de evaluación y medición de los riesgos a los que se exponen los recursos de los depositantes en las operaciones de la entidad.
Estos riesgos, en conjunto, se denominan riesgo bancario y su
administración suele ser regulada por los organismos supervisores de la banca (Superintendencias) en cada país individual. Una preocupación básica de estos organismos es asegurar que cada entidad bancaria pueda devolver los depósitos del público, lo que requiere de un nivel adecuado de capital para que, en caso de una pérdida, ésta se cubra con recursos propios y no con dinero del público. Por ello, cada entidad debe tener un capital proporcional a los recursos que arriesga y al nivel de riesgo al que los expone. Esta relación entre lo propio y lo arriesgado se conoce como Nivel de Solvencia, y determinar su proporción ideal es objeto de esfuerzos internacionales. 2- Tipos de riesgos bancarios: riesgo de crédito, riesgo de liquidez, riesgo de mercado, riesgo operacional, riesgo tecnológico, riesgo reputacional y riesgo de lavado de activos.
Riesgo de crédito: El riesgo de crédito supone una variación en los
resultados financieros de un activo financiero o una cartera de inversión tras la quiebra o impago de una empresa. Por tanto, es una forma de medir la probabilidad que tiene un deudor (derecho de pago) frente a un acreedor (derecho de cobro) de cumplir con sus obligaciones de pago, ya sea durante la vida del activo financiero o a vencimiento.
Este tipo de riesgo está relacionado directamente con los problemas que
pueda presentar la compañía, de una forma individual. En cambio, el riesgo de mercado (en el que se incluye riesgo de divisa, de precio, de volatilidad, etc.) tiene un componente de riesgo sistemático (es aquel que se deriva de la incertidumbre global del mercado que afecta en mayor o menor grado a todos los activos existentes en la economía).
Riesgo de liquidez: El riesgo de liquidez hace referencia a la dificultad de
una empresa para poder hacer frente a sus obligaciones de pago a corto plazo debido a la incapacidad de convertir sus activos en liquidez sin incurrir en pérdidas.
Una buena gestión del riesgo de liquidez en las empresas implica el
mantenimiento de suficiente efectivo en caja, así como la posibilidad de acceder a créditos financieros o tener capacidad para liquidar sus activos con cierta inmediatez.
Riesgo de mercado: es el riesgo de incurrir en pérdidas por variación del
precio de mercado de posiciones mantenidas en cartera como consecuencia de un movimiento adverso de las variables financieras – factores de riesgo – que determinan su valor de mercado. Riesgo operacional: Es la posibilidad de sufrir pérdidas debido a la falta de adecuación o a fallos de los procesos internos, personas o sistemas internos, o bien a causa de acontecimientos externos. Incluye el riesgo legal, pero excluye el riesgo estratégico y reputacional.
Riesgo tecnológico: El riesgo tecnológico es aquel que nace y se
desarrolla en el ámbito donde se va a llevar cabo su implementación y por tanto, su uso.
Riesgo reputacional: es la posibilidad de pérdida o merma en la
reputación de una organización de forma que afecte de forma negativa a la percepción que el entorno social tiene sobre la misma. Este daño reputacional puede producir una pérdida directa o indirecta del valor de una compañía.
La reputación es un concepto difícil de gestionar y complicado de medir
con fiabilidad. Si bien, es un elemento clave, ya que la pérdida de la misma puede poner en jaque a cualquier tipo de compañía.
Riesgo de Lavado de Activos: es el riesgo inherente que tienen y afrontan
permanentemente las entidades supervisadas por su misma naturaleza de negocios; de ser utilizadas, consciente o inconscientemente, para el Lavado de Activos, Dinero y para el Financiamiento al Terrorismo. 3-Formas de mitigación, control y gestión de los riesgos La prevención y mitigación en Gestión de Riesgos de origen natural trata de reducir los riesgos y, en el caso de que algún fenómeno se traduzca en desastre, no perjudique con toda la intensidad que podría hacerlo. Con la prevención de riesgos se aplican medidas para evitar que un evento se convierta en un desastre. Con la mitigación de riesgos se aplican acciones para reducir la vulnerabilidad a ciertos peligros. En este sentido, cabe tener en cuenta que el estándar de referencia en esta área es la ISO 31000.
Con el Risk Management, los gobiernos desarrollan y ejecutan políticas
públicas para reducir los niveles de riesgo. La prevención y mitigación de riesgos de origen natural puede realizarse a través de los siguiente elementos, entre otros:
Normas de construcción.
Ordenamiento territorial.
Obras civiles para reducir niveles de peligro.
Políticas públicas.
Atlas de Riesgo
El Atlas de Riesgo
El Atlas de Riesgo está integrado por distintos de mapas que identifican los
niveles de peligro, vulnerabilidad y riesgo a los que una comunidad está expuesta. A partir de la información proporcionada por esta herramienta se pueden tomar decisiones para la prevención y mitigación. Esta herramienta para la Gestión de Riesgos también permite estimar las pérdidas económicas, daños a la población, afectaciones a la infraestructura, bienes y servicios. El Atlas de Riesgo “identifica las zonas susceptibles de recibir daños por los embates de los fenómenos naturales, e incluye un anexo que enumera las medidas de mitigación previas a la ocurrencia de una catástrofe, las cuales sirven para evitar los daños, minimizarlos o resistirlos en mejores condiciones”, de acuerdo al Gobierno de México. Entre los beneficios de esta herramienta para la Gestión de Riesgos se encuentran los siguientes:
Identificar los tipos de riesgos de origen natural, las zonas que
afectan, su nivel de riesgo y las medidas de mitigación a aplicar.
Identificar las zonas que pueden ser urbanizadas sin que estén expuestas a riesgos.
Entender el peligro asociado a los fenómenos naturales.
Conocer la vulnerabilidad al peligro en la zona donde se realizan las
actividades cotidianas.
Obtener información de los desastres para estar preparados y