Sentencia 2

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De este modo, se muestra que si una mujer ha decidido participar en el

mercado laboral, la probabilidad de que se encuentre desempleada es mayor si


es casada y si tiene a su cargo hijos menores de 2 años. El manejo del hogar y
el cuidado de los hijos, se resalta, restringen las alternativas laborales de las
mujeres, lo que se refleja no solo en la decisión de participación laboral sino
también en la probabilidad de desempleo1. Adicionalmente, se encuentra que
el tamaño de los mercados locales tiene un efecto importante tanto sobre la
probabilidad de desempleo como sobre la duración de la búsqueda de empleo,
de forma que entre más grande sea la economía de la ciudad menos tiempo
tardan las mujeres en encontrar un puesto de trabajo2.

Uno de los estudios agrupa las 21 ciudades principales del país en cuatro
grandes regiones, con similitud entre las localidades reunidas en cada
conjunto, con el fin de explicar la forma en que influyen las diferencias
regionales en la brecha de desempleo entre mujeres y hombres 3. Como
resultado, se evidencia que las condiciones familiares inciden de forma
semejante en las cuatro macrorregiones. En este sentido, los autores revelan
que las mujeres jefas de hogar, las casadas y aquellas con niños hasta de 10
años de edad tienen mayor probabilidad de desempleo que los hombres en
idénticas condiciones4.

Desde otra perspectiva, un artículo encontró que en los vecindarios de


Medellín la disponibilidad de fuentes de trabajo cercanas a los hogares está
íntimamente ligada a la posibilidad de menor desempleo de las mujeres, en
especial de las de escasos recursos5. En este se muestra que para las madres
casadas y las que no tienen hijos, de los vecindarios de ingresos más bajos,
que deciden trabajar, tener más fuentes de empleo reduce bastante la

1 “Los roles de proveedoras de cuidado y de responsables por el manejo del hogar hacen que tengan más
dificultad en encontrar trabajos que les permitan compatibilizar dichos roles con los requerimientos de la
vida laboral”. Ibíd., p. 93.
2 Ibíd., p. 94. Los autores subrayan, sin embargo, que también hay otros factores locales que generan efectos
diferentes por género. Así, por ejemplo, las ciudades de la Costa Atlántica, que son de bajo desempleo en
general, muestran las brechas de desempleo por género más grandes, mientras que las ciudades de la Zona
Cafetera (Manizales, Pereira y Armenia), que se caracterizan por desempleo alto, tienen brechas mucho
menores. Ibíd., p. 95.
3 Duque, Juan C.; García, Gustavo A.; Herrera-Idárraga, Paula; López-Bazo, Enrique, “Heterogeneidad
regional en las diferencias por género de las tasas de desempleo”, en Arango Thomas, Luis Eduardo; Lora,
Eduardo y Castellani, Francesca, Ob. Cit., pp. 101-134.
4 Lora, Eduardo, “Desempleo femenino en Colombia: visión panorámica y propuestas de política”, en Arango
Thomas, Luis Eduardo; Lora, Eduardo y Castellani, Francesca, Ob. Cit., p. 13.
5 Morales, Leonardo Fabio; Cardona-Sosa, Lina, “Calidad de los vecindarios y oferta laboral femenina en un
contexto urbano: un caso aplicado a la ciudad de Medellín”, en Arango Thomas, Luis Eduardo; Lora, Eduardo
y Castellani, Francesca, Ob. Cit., pp. 171-206.
probabilidad de desempleo. En el mismo sentido, se deja evidenciado que la
mayor proporción de fuentes de trabajo induce a mujeres con hijos a trabajar
más horas6. Por último, uno de los capítulos 7 identificó que la existencia de
centros de cuidado infantil, que atienden sin costo, 8 horas diarias, 5 días a la
semana a menores de cinco años de edad, en vecindarios de bajos ingresos,
aumenta la probabilidad de que las mujeres con niños estén dispuestas a
trabajar8.

En este orden de ideas, el desempleo femenino en Colombia es un fenómeno


complejo, dependiente de varios factores, que demanda un análisis también
más amplio. Ninguno de los trabajos publicados en el libro encontró que las
protecciones legales a la trabajadora embarazada sean la causa principal del
fenómeno. Esto no quiere decir, por supuesto, que no constituyan un factor
relevante y que no pueda resultar representativo en otras investigaciones,
quizá más concentradas en tales aspectos. En todo caso, elementos como el
estado civil de la mujer, su situación familiar, el hecho de tener hijos,
particularmente de primeras edades, la no cercanía a su domicilio de puestos
de trabajo o la ausencia de facilidades para que sus niños sean cuidados a
bajos costos mientras laboran, se plantean como los factores más recurrentes
para explicar el desempleo femenino.

11. Con independencia de lo anterior, lo que está claro es que no existe la


evidencia con la que afirmaba contar el Fallo, pues no se observa
específicamente que la asignación al empleador de cargas económicas por el
despido de la trabajadora embarazada, cuando no conocía su estado,
desestimule la contratación de mujeres y fomente su desempleo. Por lo tanto,
la Sentencia de forma injustificada suprime una de las protecciones hasta
ahora existentes a la maternidad, sin que pueda asegurarse que ello genere más
empleo para las mujeres. En este sentido, el empleador es el verdadero
beneficiado con la decisión, pues sus costos se disminuyen, sin que exista
certeza de que esto cree como correlato mayores oportunidades

6 Lora, Eduardo, “Desempleo femenino en Colombia: visión panorámica y propuestas de política”, en Arango
Thomas, Luis Eduardo; Lora, Eduardo y Castellani, Francesca, Ob. Cit., p. 18.
7 Cardona-Sosa, Lina; Morales, Leonardo Fabio, “Efectos laborales de los servicios de cuidado infantil:
evidencia del programa Buen Comienzo”, en Arango Thomas, Luis Eduardo; Lora, Eduardo y Castellani,
Francesca, Ob. Cit., pp. 207-230.
8 Lora, Eduardo, “Desempleo femenino en Colombia: visión panorámica y propuestas de política”, en Arango
Thomas, Luis Eduardo; Lora, Eduardo y Castellani, Francesca, Ob. Cit., pp. 18-19.

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