Ética Cristiana - Sílabo
Ética Cristiana - Sílabo
Ética Cristiana - Sílabo
ÉTICA CRISTIANA
Escuela de Teología
Universidad de Montemorelos
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CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
I. GENERALIDADES
1. Ética Cristiana
La ética cristiana y la fe, están indisolublemente unidas. Lo que uno debe ser es
el resultado inevitable de la clase de Dios que uno adora. La dimensión vertical de
nuestra relación con Dios determina la relación horizontal con nuestros semejantes.
2. La ética filosófica
Ésta se basa en la razón humana. Es una ciencia del conocimiento práctico, por
lo tanto, la ética es para practicarse. Tomando en cuenta lo anterior, la ética estudia no
lo que son los actos humanos, sino lo que deben ser. El hombre es el sujeto de la ética,
pero el hombre libre y racional. Los animales, y los seres humanos privados de razón no
son responsables por sus actos y por lo tanto la ética no se interesa en ellos. El “menú”
de la ética filosófica es muy surtido:
a) Ética empírica
b) Ética de fines o bienes
c) Ética formal (Kant)
d) Ética valorativa
e) Ética utilitarista
f) Ética existencialista
g) Ética pragmática
h) Ética marxista
i) Ética tomista (católica)
j) Ética profesional:
Ética médica
Ética pastoral, etc.
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3. En la ética cristiana hay también seis enfoques:
a) Antinomianismo
b) Situacionismo
c) Generalismo
d) Absolutismo no conflictivo
e) Absolutismo conflictivo o ideal
f) Jerarquismo
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El problema moral tiene tres aspectos:
a) La esencia de lo moral
b) A obligatoriedad de lo moral
c) La realización de la moralidad
a) El individuo
b) La familia
c) El Estado
d) La iglesia
El individuo debe realizar las cuatro dimensiones axiológicas de lo bueno que son:
a) La justicia que es: Dar a cada quien lo que por derecho le pertenece.
b) La fortaleza: Regula el miedo y la debilidad.
c) La templanza: Regula las tendencias.
d) La prudencia: Virtud por la cual el hombre juzga y ordena lo conveniente
a un fin.
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CAPÍTULO II
I. INTRODUCCIÓN
Al principio afirmamos que la ética tiene que ver con lo que es moralmente bueno o
malo. La Ética Cristiana estudia lo que es bueno y lo que es malo para el cristiano.
Puesto que los cristianos aceptamos la Biblia como la revelación de Dios, la Palabra
de Dios será citada como la autoridad final para las conclusiones a que se lleguen en un
curso de ética.
1. La primera opinión:
2. La segunda opinión:
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3. La tercera opinión:
Protágoras, filósofo griego decía: “El hombre es la medida de todas las cosas”.
Esto significa que cada individuo pone la norma para su bien hacer. Lo que a mí
me parece correcto, es lo correcto. La verdad es que lo que para mí pareciera ser
correcto, para otra persona no siempre lo es. Esta teoría está contra el orden y la unidad.
Si todo mundo hiciera lo que a él parece ser correcto, la sociedad sería un verdadero
caos.
4. La cuarta opinión:
5. La quinta opinión:
Ciertamente, en algunos casos más vale ser moderado. Aún la Palabra de Dios dice:
“Que su moderación sea conocida por todos” (Fil. 4:5). Lo malo es que no hay común
acuerdo entre los pueblos de lo que es moderación o temperancia. Además, en tiempos
de guerra, cuando una nación invade a otra injustamente, no se puede matar
moderadamente en casos de defensa propia.
6. La sexta opinión:
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problemas con esto, no todos los placeres son buenos (sadismo), y no todos los dolores
son malos.
7. La séptima opinión:
8. La octava opinión:
Al haber visto los diversos puntos de vista humanos respecto a lo que es bueno y
correcto, estamos ahora en la plataforma adecuada para entender mejor el punto de
vista cristiano respecto a la ética. Como ya lo adelantamos, hay varias características
distintivas de la ética cristiana, las cuales se van a discutir brevemente en este capítulo.
Más adelante, se discutirán en forma más amplia cada una de ellas. Veamos, pues, las
características que distinguen a la ética cristiana:
Para el cristiano, un deber ético es algo que se debe hacer; es una orden divina.
Desde luego, los imperativos éticos que Dios da, están de acuerdo a su carácter moral
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inalterable. Dios dice: “Sed santos porque yo soy santo” (Lev. 11:45); “Sed perfectos
como vuestro padre que está en los cielos es perfecto” (Mat. 4:48).
Puesto que el carácter de Dios es inalterable, se sigue que las obligaciones morales
del cristiano están basadas en absolutos. Esto es: siempre son obligatorias para todos
donde quiera. “No matarás” siempre será incorrecto hoy y siempre y para todas las
naciones. Las obligaciones morales como: santidad, justicia, amor, verdad y
misericordia, son inmortales pues provienen del carácter y la naturaleza de Dios. Están
fundadas en verdades absolutas. Hay otras órdenes que vienen de la voluntad de Dios,
pero que no son necesariamente parte de su naturaleza, son obligatorias para el
creyente, pero no son absolutas. Deben ser obedecidas porque Dios las prescribió, pero
no las prescribió para todos los pueblos, todo el tiempo y en todos los lugares. Los
deberes absolutos morales, por el contrario, son obligatorios para todas las naciones, en
todos los lugares y todo el tiempo.
La revelación divina es general (Rom. 1:19 – 20) y especial (Rom 2:18; 3:2). La
revelación general contiene preceptos para todas las naciones; la revelación especial
contiene ordenanzas para el pueblo de Dios. En cualquier caso, las bases para la
responsabilidad ética del ser humano es la divina revelación. El fracaso en reconocer a
Dios como fuente de los deberes morales, no exonera a nadie (ya sean ateos o
creyentes) de su deber moral (Rom. 2:14,15). Esto es, que aún un incrédulo que no
posee la ley moral en su mente, la lleva en su corazón. Aunque no la conozcan por medio
de la razón, la conocen por causa de la inclinación natural.
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5. La ética cristiana es deontológica.
Con todo, la ética cristiana no hace a un lado los resultados. Simplemente porque
los resultados no determinan qué es lo correcto, no significa que no es correcto tomar
en cuenta los resultados. En efecto, los resultados de los actos son importantes. Un
cristiano debiera calcular en qué dirección está apuntando con su rifle antes de jalar el
gatillo. Los que hacen uso de la palabra, también deben tomar en cuenta el efecto que
sus palabras tienen sobre otros. Los cristianos tienen el deber de anticipar los resultados
si no son inmunizados contra enfermedades graves. Así, mientras que la ética cristiana
permite la vacunación contra graves enfermedades, no permite el infanticidio a fin de
purificar la cepa genética de la raza humana.
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en la Gran Guerra. Oliver North en su defensa ante el Senado de los Estados Unidos dijo:
“Señores, llegó el momento en que tuve que decidir entre mentir o salvar vidas”.
El registro bíblico presenta varios casos cuando ciertos individuos tuvieron que
mentir a fin de salvar vidas humanas:
Pero la pregunta que se antoja es: ¿es siempre correcto mentir para salvar vidas?
Veamos cómo se las arreglan cada uno de los seis diferentes sistemas éticos para dar
respuesta a esta interrogante.
1) El antinomianismo. Éste dice: “No hay leyes”. Así, pues, mentir para salvar
vidas no es ni bueno ni malo.
2) El generalismo. “Mentir generalmente es malo, pero no hay leyes universales
absolutas”. Como regla, mentir generalmente es malo, pero en casos específicos,
esta regla general puede ser transgredida. Hay que atenerse a los resultados de
la acción. Si los resultados son buenos, entonces mentir es correcto. Estos hasta
llegan a afirmar que un fin bueno justifica los medios.
3) El situacionismo. Este también dice: “Hay solamente una ley universal y
absoluta, la cual es el amor. Y cómo decir la verdad no es esta ley, por lo tanto,
mentir es correcto dependiendo de la situación”. Cualquier norma moral, excepto
la ley del amor, puede ser quebrantada en aras del amor.
4) El absolutismo no conflictivo. “Mentir es siempre malo”. Hay muchas leyes
morales absolutas que jamás entran en conflicto. Decir la verdad es una de estas
leyes, por lo tanto, jamás debe ser quebrantada. Así, el cristiano siempre debe
decir la verdad, no importa las consecuencias, Dios se va a encargar de los
resultados, o dará una tercera alternativa.
5) El absolutismo ideal o conflictivo. “Mentir es malo, pero es perdonable”. Hay
muchas normas absolutas que entran en conflicto, puesto que vivimos en un
mundo de maldad. En tal caso, hagamos el menor mal y no el mal mayor. Peco,
me arrepiento. Dios me perdona.
6) El jerarquismo. “Mentir algunas veces es correcto. No todas las normas tienen
la misma jerarquía”. Hay muchas leyes morales absolutas y algunas veces entran
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en conflicto inevitable. Lo que hay que hacer en este caso es cumplir la de mayor
rango o jerarquía.
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CAPÍTULO III
EL ANTINOMIANISMO
INTRODUCCIÓN
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c. El escepticismo. La idea central de esta filosofía es juicio suspendido en
todo. Los escépticos afirman que todo tiene dos lados, como una moneda.
Puesto ninguna conclusión final se puede lograr, es mejor suspender el
juicio. EN ética, tal razonamiento nos lleva a afirmar que nada debiera ser
considerado absolutamente bueno o malo, correcto o incorrecto.
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3. El antinomianismo en el mundo moderno.
Según este principio, debe vivir el grupo étnico que esté mejor capacitado. Y
puesto que la raza aria (blanca) es más bonita, por lo tanto, ésta debería
vivir. Al matar a los judíos, los negros y todos los que no son arios, estaba
haciendo una cosa correcta, pues de esta manera estaba ayudando a que el
proceso evolutivo se consolidara.
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a. El emotivismo. A. J. Ayer (1910 – 1970) argumentaba que todas las
declaraciones éticas son emotivas. O sea, que son realmente expresiones de
nuestros sentimientos. Así el mandato: “No matarás”, significa: “no me
agrada matar”. No hay, así como imperativos divinos. Todo es relativo a los
sentimientos individuales. Por lo tanto, no hay leyes objetivas obligatorias
para todos en cualquier parte del mundo.
Estos señores ateos son teóricos y prácticos, pues no creen que haya ningún principio
moral y que tenga sanciones divinas.
La mayoría de los antinomianos niegan que las personas puedan escoger vivir de
acuerdo a las normas morales. No hay leyes morales objetivas obligatorias para todos
los seres humanos.
Si existe cualquier ley moral, esta es temporal. La moral está basada en la costumbre
y las costumbres cambian de lugar y de tiempo en tiempo.
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4. No hay leyes contrarias a otras leyes.
La mayoría de los antinomianos no están en contra de la ley, sino que son personas
sin ley. No quiere decir esto que no se sujetan a las leyes civiles, o a las reglas familiares.
Ellos están conscientes que, sin ninguna clase de norma o ley, la sociedad no podría
funcionar. Pero mientras acepan las leyes de carácter positivo, niegan que haya alguna
ley divina o natural que sea obligatoria en su observancia.
En verdad pocas posturas éticas son totalmente sin mérito. Usualmente tienen
alguna verdad. El antinomianismo tiene algunas fracciones de verdad. Veamos algunas
de estas:
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IV. El antinomianismo bajo la crítica.
a. Es autodestructivo.
b. Muy subjetivo.
Es claro que en toda ética debiera haber un elemento subjetivo, pero eso
no quiere decir que toda la ética debe estar basada en el subjetivismo. Una ética
puramente subjetiva es como un juego sin reglas, que al fin de cuentas no es
juego alguno.
c. Es demasiado individualista.
d. No es efectiva.
e. Es irracional.
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contradictorias, como el antinomianismo pretende enseñar con su acendrado
relativismo ético.
RESUMEN Y CONCLUSIÓN
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CAPÍTULO IV
EL SITUACIONISMO
INTRODUCCIÓN
Fletcher dice: “Los antinomianos no tienen ninguna ley; y los legalistas tienen ley
para todo. El situacionismo tiene sólo una ley”. Fletcher tiene miedo tanto de la extrema
derecha en ética, como de la extrema izquierda. Entre estos dos polos el trata de
establecer firmemente una sola norma absoluta, y es el amor.
A los legalistas él los compara con los fariseos del tiempo de Cristo que tenían
613 leyes (mitzvot). Considera a los judíos, a los católicos y a los protestantes como
legalistas consumados. “Los judíos” –dice- “apedreaban a los homosexuales, y los
católicos los quemaban”. Ambos anteponían la ley al amor. Según Fletcher, los legalistas
creen en el amor al deber, mientras que los situacionistas mantienen el deber del amor.
Por otro lado, Fletcher critica a los antinomianistas. Los considera libertinos rematados,
sin ley alguna.
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1. El pragmatismo
2. El relativismo
Sólo hay un absoluto, todo lo demás es relativo. El mandato divino del amor es
inmutable en su “porqué”, pero contingente en su “qué” y “cómo”. Los situacionistas
evitarán a toda costa expresiones como: “nunc”, “siempre”, “perfecto”, “completo”.
3. El positivismo
4. El personalismo
Para el situacionismo no hay cosas inherentemente buenas; sólo las personas son
inherentemente valiosas. Las cosas han de ser usadas, las personas deben ser
amadas.
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b) La norma rectora de una decisión cristiana es el amor, y nada más que el
amor.
La justicia se define como el dar a otros lo que por derecho les pertenece, y lo
que por derecho les pertenece es el amor. Algunas veces, uno por responsabilidad
puede desobedecer una ley civil injusta. A veces el amor exigirá una revolución en
contra del Estado, si este ha rebasado los límites del amor.
Si esto no fuera cierto, dice Fletcher, ningún acto sería justificable. No quiere
decir esto que cualquier fin justifica a cualquier medio, sino sólo un fin amoroso
justificará cualquier medio. Así, será una acción buena y amorosa, sería robarle a un
presunto asesino su arma.
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los “porqué” se diría que son absolutos, pero el “cómo” es relativo. El amor es lo
último, pero cómo va uno a amar depende de las circunstancias inmediatas.
a) Un adulterio altruista.
El caso de la señora Bergmeier, una dama alemana que fue capturada por los
rusos cerca ya del fin de la Segunda Guerra mundial. Las reglas de las prisiones en
Ucrania permitían la liberación de las mujeres sólo en el caso de que la mujer
estuviera embarazada. En tal caso, era regresada por causa de su impedimento. Esta
dama, dándose cuenta de esta ley, sedujo a un guardia a tener relaciones con ella,
lo cual dio como resultado un embarazo. Las autoridades rusas la regresaron a
Alemania y de esta manera ella pudo unirse a sus dos pequeños y a su esposo. Dio
a luz y el niño fue parte de la familia.
b) Prostitución patriótica.
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c) Suicidio sacrificial.
¿Es moralmente incorrecto quitarse la vida? La ética de situación dice que no, si
el suicidio se hace por amor. Fletcher dice que si un hombre enfermo tiene sólo dos
alternativas: a) lo médicos le dicen que cuando más puede vivir tres años si toma
una medicina cara. En el curso de tres años va a acabar con su patrimonio y va a
dejar a su mujer e hijos en la calle. Lo otro es b) si no la toma, tendrá que morir. El
enfermo, por amor a los que quedan con vida y necesitan recursos, no compra la
medicina y muere. Lo hizo por amor y eso es lo que cuenta.
d) Aborto aceptable.
e) Asesinato misericordioso.
Fletcher presenta varios casos donde, según su ética, es correcto asesinar o matar a
unos por el bien de los demás. Cuenta el caso del primer oficial William Broilin quien,
en 1841 durante un naufragio, ordenó que algunos hombres fueran lanzados al mar
a fin de que el salvavidas no se hundiera y perecieran mujeres y niños ahogados. A
este oficial se le hizo un juicio y fue condenado por homicidio. De acuerdo a Fletcher
tal decisión fue injusta, pues si él cometió este asesinato, lo hizo por el bien de la
mayoría. Este fue un acto amoroso y, por lo tanto, correcto. Así mismo acepta como
correcto que una madre asfixie a su hijo llorón cuando todo el grupo acorralado y
escondido es buscado por una tribu salvaje de indios.
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EVALUANDO EL SITUACIONISMO
1. Lo positivo:
2. Lo negativo:
CONCLUSIÓN
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UN DESAFÍO A LA ÉTICA DE SITUACIÓN
“Dios es amor”. Juan 4:8. La palabra griega para amor es ágape. El amor de Dios,
el ágape, ¿qué es? Hay quienes hoy usan esta palabra, hombres y mujeres religiosos,
quienes afirman que la palabra amor es la clave de la ética situacional. Quisiera que
juntamente conmigo confrontemos este desafío hoy, porque como saben, estamos
viviendo en un mundo donde la “nueva moralidad” aparentemente ha triunfado. Hemos
llegado a un tiempo cuando los antiguos moldes se están desmoronando y estamos
enfrentando problemas reales por doquier en el afán de abrirnos paso, y de saber dónde
realmente estamos.
Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”. Hace unos días decíamos
que uno de los problemas reales en teología era que no hay un equilibrio entre lo
subjetivo y lo objetivo. Esto es debido al desarrollo de la idea de que la existencia
precede a la esencia. Esto también cierto con el asunto del que nos ocupamos en este
artículo. Notemos una vez más la pequeña frase: “Si me amáis”. Esta es la parte
subjetiva. Luego, “guardad mis mandamientos”. Esta es la parte objetiva. Estas dos van
juntas en las Escrituras. Éste, para nosotros, es el único curso seguro a seguir.
El pragmatismo,
Relativismo,
Decisión y
Personalismo.
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Por pragmatismo se entiende que debe responder afirmativamente a la pregunta
¿funciona? Esta nueva moralidad se dice estar fundamentada sobre su propia
funcionalidad, teniendo como única norma el ágape. Esto la expone a ser catalogada
como predominantemente subjetiva. Por relativismo e entiende que hay un rechazo
a una autoridad subjetiva como lo es la Biblia. Esta también es una premisa muy
peligrosa. Por decisión se entiende el decidir por uno mismo qué es la verdad digna
de fe, más bien que aceptar por fe una verdad revelada. Esto también es
inconsistente con la creencia en las Sagradas Escrituras. Por personalismo, se
entiende en ética, que la persona no es solamente el único factor importante, sino
que nada es intrínsecamente bueno o malo, excepto la ética del amor.
El Gran Inquisidor
Recientemente leí una historia que se encuentra en "La Leyenda del Gran
Inquisidor" por Dostoievski, un existencialista. La historia era acerca de Jesús, y de
cómo retornó a la tierra y de cómo fue hecho prisionero por el gran inquisidor. El
inquisidor acusó a Jesús de haber traído a los hombres el don de la libertad. La
libertad, un don demasiado peligroso, demasiado demandante para poder existir. La
iglesia, por tanto, había revisado las enseñanzas de Jesús, todo por interés de la
felicidad humana. Por lo tanto, la iglesia mantuvo a los hombres bajo la norma de la
ley, prohibiéndoles aventurarse al ámbito de la libertad. Las masas jamás deberán ser
inquietadas, dijo el Gran Inquisidor, por ninguna predicación sobre el amor, o ágape,
que los haga libres. Cuando el Gran Inquisidor terminó su diatriba, dice la historia,
Jesús no arguyó con el inquisidor, sino que suavemente lo besó. El inquisidor lo
despidió diciéndole que no volviese jamás.
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Supuestamente, esta historia revela un aspecto de Cristo que por milenios ha
sido desconocida y jamás vista. Es una historia muy vivaz, pero, ¿es Cristo así de veras?
Cuando Cristo venga, ¿besará simplemente al Gran Inquisidor quien quiere deshacerse
de Él? ¿Es esta nueva perspectiva una imagen verdadera del carácter de Cristo?
¿Colmará de besos a aquellos que han perseguido y mantenido en esclavitud a los
hombres? Esta es una noción equivocada acerca del amor de Cristo. Es una prevaricación
sentimental. Es una caricatura falsa que queda corta respecto a la verdad completa
acerca de Jesús, tal como se revela en la gran controversia entre Cristo y Satanás. La
mansedumbre de Cristo hacia sus perseguidores cuando estuvo en la tierra, tiene que
estar en equilibrio con el juicio final de aquellos mismos hombres. Pues debemos
recordar la parábola que el mismo Jesús pronunció acerca de los labradores malvados.
El clímax de la parábola es la pregunta: cuando el Señor de la viña viniere, ¿qué pensáis
que hará con estos labradores? Aquí nuevamente vemos el énfasis de Jesús de que
exista un equilibrio entre el amor y la mansedumbre, y entre el juicio y la ley.
Esta historia también trata de igualar por implicación que lo que la iglesia y Jesús
enseñan no son realmente lo mismo. Pero eso en modo alguno es así. La historia en
realidad evade la realidad de lo que las Escrituras y Cristo enseñan respecto a la ética.
Lo que hace en verdad es construir un hombre de paja y luego lo destruye.
Esta historia del Gran Inquisidor, por Dostoievski, existencial en tono, levanta
algunas preguntas éticas importantes. Esto es materia de estudio en las disciplinas
varias en las distintas universidades de este país. El problema de tales novelas que
tratan verdades a medias. Apelan al corazón humano, carnal, pues son una constante
excusa para el estilo de vida y la conducta que hasta ahora pareciera estar en
desarmonía con las normas de la sociedad.
Esta historia tiene que ver con tres asuntos de importancia en discusiones de
actualidad respecto a la nueva moralidad y la ética situacional. Primero, el don de la
libertad es enfatizado, el cual Cristo supuestamente apoya, hasta el punto de quebrantar
la ley. Segundo, la norma o regla de la ley es la que la iglesia ha puesto por su propia
iniciativa. Tercero, el principio del amor, que Cristo instituye en lugar de la ley, al besar
en la mejilla al Gran Inquisidor y luego partir para no volver jamás.
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Veamos esto brevemente. La libertad es muy importante para todos. Es el
fundamento de la economía celestial y para la economía de la iglesia en la tierra. No
olvidemos que Dios valora tanto la libertad, que se las dio a sus criaturas cuando las
creó, y que si no hubiese habido libertad, no hubiese habido pecado. Pero,
¿concluiríamos que el pecado es bueno por ser hijo de la libertad? Obviamente no. El
situacionista reconoce lo absurdo de este razonamiento, por supuesto. Afirma que la
libertad debe estar acompañada de la responsabilidad (otro término existencialista), y
esto es cierto también. Pero ¿es esto suficiente? ¿Qué es responsabilidad? ¿Cómo puede
ser conocida con seguridad? Si los ángeles puros y santos tropezaron y cayeron en la
libertad y bajo la responsabilidad, ¿cómo puede el hombre pecador saber manejar
acertadamente y sin peligro estos dos dones de Dios?
¿Cuáles son los parámetros para actuar responsablemente? Una vez más
insistimos en lo que hemos hablado antes: debe haber una norma exterior por la cual el
amor y la responsabilidad sean guiados. ¿Cuáles son esos parámetros? ¿Nos vamos a
guiar por una compulsión exterior o por una dinámica interior? ¿Estaba el Gran Inquisidor
en lo correcto al mantener a los hombres bajo el arbitrio de la ley, prohibiéndoles
aventurarse al disfrute de la libertad? El beso de Cristo al Gran Inquisidor, ¿fue la
respuesta real indicando con esto que el amor y sólo el amor es única ética? O ¿es
nuestra responsabilidad conocida más bien por una feliz combinación de una norma
objetiva y una dinámica subjetiva? Como podemos ver, la historia no considera esta
posibilidad; sólo presenta medias verdades.
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El don precioso de la libertad es nuestro hoy, podemos escoger cuál será la
filosofía de nuestra vida, pero nunca olvidemos que somos responsables no sólo de la
elección, sino que cuando nuestro Señor venga, seremos también responsables de
aquello que hayamos escogido. Debemos tener cuidado de ejercer nuestra libertad para
escoger la filosofía para nuestra vida, si no, seremos culpables ante Dios por ello. Creo
que hemos hablado suficiente sobre la libertad.
Los otros dos asuntos en la historia conciernen a la relación que debe haber entre
la norma de la ley y el principio del amor. Si hemos de ser tenidos como responsables
delante de Dios por el uso de nuestra libertad, entonces debemos conocer cuál es nuestra
responsabilidad, y recordemos por siempre, que la ley y el amor no son enemigos. La
libertad no es incompatible con una norma exterior. Hay algunos elementos de la historia
del Gran Inquisidor, si esta se aplica a las tradiciones de los hombres, las cuales vician
tanto a los mandamientos de Dios como al amor de Dios. Cristo dijo que los hombres en
sus días invalidaban la ley de Dios, con sus tradiciones estaban pervirtiendo lo que era
el amor de Dios. Esto echó por la borda tanto el amor como la libertad. Lo mismo sucedió
en la Edad Media, y no puedo culpar al escritor de la historia del Gran Inquisidor por
señalar esto, pues no está realmente hablando de temas bíblicos. El meollo de la historia
del Gran Inquisidor, es que el amor y sólo el amor son suficiente para decidir todas las
cuestiones éticas. Esto, me parece, es una posición que uno que cree en la filosofía de
la Biblia nunca puede aceptar ni enseñar.
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simplemente un sistema de moralidad basado en reglas, regulaciones que carecen de
amor. No tienen relación con Cristo, y esto nos hace recordar de nuevo el texto: "Si me
amáis". Como pueden ver, aquí se ve lo subjetivo que tiene que combinarse con lo
objetivo: "guardad mis mandamientos". Si quieren tener una experiencia cristiana feliz,
tienen que unir los dos polos que hasta ahora se repelen: subjetivo con lo objetivo. Sólo
entonces podrán decir como David: "¡Cuánto amo yo la ley. Todo el día es ella mi
meditación!". Sólo así podremos declarar con el apóstol Santiago: "Así hablad y así orad,
como los que habéis de ser juzgados por la ley de libertad". Esta es verdadera libertad.
Simplemente era: "No puede haber libertad sin ley". Y yo añadiría, no puede
haber libertad sin ley y sin amor. Esta es la enseñanza bíblica auténtica. Esto hizo una
profunda impresión en mí cuando leí esto. Yo siendo un observador del sábado -me dije
a mí mismo- ¡Qué espléndida ilustración es esta acerca de la ley de Dios!
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Salmo 19:8, 10, declara: "Los mandamientos de Jehová son rectos que alegran el
corazón... dulces más que la miel y que la que destila el panal".
Fletcher usa varias situaciones que sorprenden en su libro, para probar que no
podemos guiar nuestra conducta por ninguna ley, aun la ley de Dios.
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¿no fue en verdad buena la acción realizada, la cual le permitió ir a vivir con su familia,
pues de otra manera moriría de hambre y de frío durante el invierno? Responsabilidad,
no sólo sentimiento se ve aquí, como alega Fletcher. Obvió las reglas de conducta que
penden siempre sobre la gente. Esta dama fue la señora Bergmeier, por cierto, fue una
situación especial. ¿Será que los motivos: ir a casa, estar con los suyos haría de su acto
(adulterio sacrificial), elogiable y correcto? ¿Anuló el mandamiento que dice: "No
cometerás adulterio", por el amor a sus hijos?
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de sacar a relucir lo del "adulterio sacrificial" de nuevo. ¿Por qué no ahora con el chofer?
Si fue correcto con el guardia y con el ranchero ¿por qué no ahora con el chofer?
Finalmente llega al pueblecito donde está su casa, donde viven sus hijos solos y
abandonados. Para ella ha sido un gran sacrificio llegar por fin a este lugar. De pronto
se da cuenta que no tiene como sostener a sus hijos aun cuando los halló con vida.
Ahora habrá una boca más que alimentar. Será muy duro luchar para lograr que no
mueran de hambre. Pero hay en el poblado algunos hombres quienes se interesarían en
usar de ella por dinero. De esta manera podría vivir y hasta ahorrar algo en el Banco. Al
ver que su cuenta aumenta, se convence de que le conviene seguir este patrón de
conducta. Así demuestra amor por sus hijos, pues no los ha dejado morir de hambre y
de frío. Así razona y decide que la cosa más amorosa que puede hacer en favor de sus
hijos, es dedicarse a esta "nueva profesión" como prostituta y enviarles a sus niños el
dinero logrado por su nuevo "trabajo".
Esto es llevar la historia al absurdo, ¿no es cierto? Pero díganme, ¿en qué punto
la historia comenzó a ser absurda? ¿con el ranchero, con el camionero o con los hombres
de la villa donde vivía? ¿o sería cuando como prisionera le comenzó a coquetear al
guardia? ¿qué con las declaraciones de la señora White cuando dice que "debemos
preferir la muerte que cometer un acto malo?". Permítanme decirles que de la manera
cómo piensan y actúan los defensores de la Ética de Situación, jamás entre ellos habrá
un mártir cristiano. No habrá uno solo, jamás. Imagínense la situación de José ante la
mujer de Potifar. ¡Qué situación la suya! El no acceder lo llevó a la prisión por catorce
años. ¿No hubiera sido mayor bien el escoger el estar en la casa de Potifar que en la
cárcel? ¿No hubiera sido mayor bien para Juan Bautista cerrar la boca y no denunciar
los pecados de Herodes, que ir a la cárcel y luego de ahí no salir jamás sino sólo su
cabeza en un plato? Piensen en todo el bien que podría haber hecho predicando en lugar
de estar confinado en una oscura y húmeda celda. Los mártires en los días de la Roma
pagana, ¿fueron tan tontos en no dejar caer unas gotitas de incienso en el altar de los
dioses en lugar de ser lanzados a las fieras o sufrir la espada del verdugo? ¿Cómo se
conducirá el pueblo de Dios en el tiempo de angustia? ¿Se mantendrán sus pies firmes
sobre la cáscara del plátano o de mango de la Ética de Situación en esos días aciagos?
Jesús estuvo dispuesto a ir a la cruz por su firme convicción de la dignidad de la ley. Sí,
estas experiencias arrojan luz sobre la débil base en la que se apoya la ética de "el amor
y el amor sólo".
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Siete fallas de la Ética de Situación
Las ocho deficiencias de la Ética Situacional que anotamos aquí dejan ver a las
claras, por qué no podemos guiar nuestros actos por principios aparentemente lógicos,
pero que relativizan el carácter absoluto de los mandamientos de la ley de Dios.
2. La ética del "amor y nada más" comete el error de tomar las excepciones,
aferrarse a ellas, haciéndolas reglas de conducta general. Cuánto más razonable,
sería dejar que las reglas generales de moralidad, los diez mandamientos
normaran la conducta y que se relativizaran las pocas excepciones según tuviese
lugar.
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supervivencia como nación. No somos tan altruistas como pareciera. No puede
haber discusiones éticas, internacionales, o en cualquier otro lugar, a menos que
estén apoyadas por la dignidad de la ley.
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única norma, significaría que nosotros seríamos Dios, quien ordena todas las
cosas de acuerdo a su voluntad amorosa. Pero no somos Dios.
No pienso que los Adventistas del Séptimo Día, con una sana experiencia
cristiana, están dispuestos a caer en esta arena movediza de falsos valores, e ir por la
vida tambaleándose como borrachos, dando bandazos aquí y allá en cada situación que
se les presente. Esta filosofía ciertamente no suena bien.
Quiero que mediten y piensen por qué la ética de situación está basada sobre el
concepto que les permite a ustedes tomar la Biblia y hacer con ella como les plazca, de
tal manera que ustedes mismos lleguen a ser la autoridad final, en lugar del mensaje
que Dios les da en Su libro. La pregunta permanece: ¿Creen ustedes como jóvenes que
son, que pueden tomar la posición de que la Biblia es lo que realmente dice ser? Es muy
simple. ¿O piensan que de algún modo su experiencia es de mayor autoridad que la
norma y la autoridad que proviene del libro de Dios? Creo que este es el meollo del
asunto. Debemos trazar una clara línea demarcatoria y saber de qué lado estamos.
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CAPÍTULO V
GENERALISMO
INTRODUCCIÓN
Las posturas éticas pueden ser clasificadas o divididas en dos clases amplias: Las
que creen en las reglas éticas obligatorias y las que creen que tales reglas no existen.
El primer grupo puede ser subdividido en aquellos eticistas que creen que hay leyes
éticas universales y obligatorias, y el segundo grupo, aquellos que creen que sólo hay
leyes generales. A esta última posición se le llama generalismo y que, tradicionalmente,
incluye a los utilitaristas.
I. EXPLICANDO EL GENERALISMO
Los utilitaristas no son antinomianistas, puesto que creen en el valor de las leyes
éticas como medio para ayudar a los individuos a determinar cuál acción probablemente
les acarreará mayor bien para el mayor número de personas. Por otro lado, los
generalistas no son absolutistas, puesto que niegan que haya normas éticas universales
obligatorias que representan valores intrínsecos. Es cierto que algunos utilitaristas dicen
que las normas no debieran ser transgredidas, pero no es por causa del valor intrínseco
de las normas, sino por el valor intrínseco de los buenos resultados que provienen por
guardar las reglas. En otras palabras, el acto no es juzgado por su valor intrínseco
universal, sino por sus resultados. No significa esto que los utilitaristas no tengan ningún
absoluto, pues dicen no tener normas absolutas, pero sí fines absolutos. Mediante estos
resultados absolutos se juzgan todas las acciones.
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G.E. More dice que: “Las normas no debieran ser transgredidas a menos que
entren en conflicto”. “Algunas normas generales no debieran jamás ser
quebrantadas”.
d) John Austin. Este autor va más allá cuando afirma: “Ninguna norma general debe
ser quebrantada”.
a) El fin no justifica los medios. El utilitarismo cree que el fin justifica los medios.
b) El generalismo no tiene normas universales.
c) Los actos, según el utilitarismo, no tienen valor intrínseco.
d) El fin es un término ambiguo, hay que definirlo mejor.
e) La necesidad de normas éticas, que regulen sus relaciones interpersonales.
f) La necesidad de una norma absoluta, la cual no tienen.
CONCLUSIÓN
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conflictos morales. Sin embargo, puesto que no tiene un principio moral absoluto, sus
puntos de vista tienden a ser reducibles al antinomianismo. A menos que haya
prescripciones morales objetivas, de contenido sustantivo que sean obligatorias para
todas las personas, entonces en cualquier momento es posible que cualquier acción sea
justificada.
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CAPÍTULO VI
ABSOLUTISMO NO CONFLICTIVO
INTRDUCCIÓN
La premisa básica, como ya la vimos al principio de este curso, es que todos los
conflictos morales son aparentes y no reales. El pecado es evitable, afirma. Hay
absolutos morales que no admiten excepciones y estos nunca entran en conflicto entre
sí. Respecto a la pregunta clásica de si debemos mentir alguna vez para salvar una vida,
este enfoque ético responde: NO. La importancia de este tajante no, hunde sus raíces
en la tesis de San Agustín hallada en sus libros “Contra la Mentira” y “Respecto a la
Mentira”. A veces se ha catalogado a Agustín entre los situacionistas por su frase célebre:
“Ama y haz lo que quieras”. Agustín creía que el amor es la consumación de todas las
virtudes, pero no las consume a estas. Más bien, la caridad implica las otras virtudes.
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evitaría que los ladrones lo asaltaran y lo mataran. Esto no es mentir, dice
Agustín.
Mentir para evitar un rapto, o aun para salvar una vida, es estrictamente
prohibido, según San Agustín. Este razonamiento lo hereda de Platón, pues este
decía que uno debiera esforzarse en preservar la castidad tanto del alma como
del cuerpo. Pero cuando no se pueden proteger ambas, insistía en que hay que
preservar la primera, pues todos sabemos intuitivamente que el alma debe ser
preferida al cuerpo. En este caso la única alternativa es permitirse uno el pecar
o permitir que otro peque. En pocas palabras, cometer un pecado para evitar otro
pecado, todavía es pecado. Agustín decía que el mentir es como una telaraña que
enreda más y más, pues el mentir lleva a otras mentiras y así sucesivamente.
En el caso de las parteras, Agustín dice que Dios no bendijo a las parteras
por su mentira sino por su misericordia hacia los niños. No fue recompensada su
falsedad, sino su misericordia. Y en el caso de Lot, Agustín afirma que uno jamás
debiera cometer un gran crimen a fin de evitar que otro cometa un crimen mayor.
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Dios no tolera el quebrantar ninguna de sus leyes sean éticas o naturales.
Los deberes morales no admiten excepciones. Por lo tanto, mentir para salvar
una vida siempre será malo.
3. John Murray
John Murray es uno de los militantes modernos del absolutismo no
conflictivo. Este autor elabora cuidadosamente cómo él le haría para mantener
la "santidad de la verdad", aun en situaciones las cuales parecería justificable el
mentir. Ofrece dos razones y son: 1) Dios es la verdad absoluta, 2) La verdad
es la esencia de Dios. Y puesto que el mandamiento de decir la verdad es ley
absoluta de Dios, no se permiten las excepciones.
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platónica, pagana y cristianizada por S. Agustín. El afirmaba, además, que Dios bendice
el acto misericordioso, pero la mentira no. Sin embargo, fue la mentira de Rahab la que
salvó a los espías en Jericó.
1. Dios en ninguna parte promete que siempre intervendrá para salvarnos de los
conflictos morales.
2. Los tres hebreos ante el horno de fuego, no esperaban que Dios los iba a salvar
del tremendo dilema en que se hallaban.
3. Una tercera alternativa no siempre es posible. (Caso de Abraham e Isaac).
4. El silencio no siempre es posible. (Caso de Samuel cuando fue a Belén a ofrecer
sacrificio en casa de Isaí).
RESUMEN Y CONCLUSIÓN
A pesar de sus aspectos positivos, hay algunas diferencias serias en esta posición.
No es realista, es inmisericorde y no tiene éxito en evitar la modificación inevitable de
sus absolutos a fin de dar una respuesta adecuada a los numerosos conflictos reales
hallados en la Biblia. No hay duda que estos conflictos morales que registra la Biblia, no
son el ideal de Dios, pues vivimos en un mundo caído, y, si la ética cristiana se adecúa
al mundo real en que vivimos, no debemos basarnos en absolutos no conflictivos. Habría
que hallar una manera aceptable para preservar los absolutos, mientras que también
hallamos una respuesta adecuada para cada situación moral.
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CAPÍTULO VII
ABSOLUTISMO CONFLICTIVO
INTRODUCCIÓN
Este tipo de ética tiene su origen en la antigua Grecia (las tragedias de Sófocles
y Eurípides), y fue incorporado a la teología por los reformadores. Halla expresión ahora
en el pensamiento existencialista moderno. La frase: "El menor de los males" es una
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expresión característica. Los reformadores decían: "El pecado es inevitable, pero ha sido
conquistado por lo que pasó en la cruz".
No hay que negar que este tipo de ética tiene sus méritos, pero se le hacen serias
objeciones. Primero veamos los aspectos positivos, para después considerar los aspectos
negativos de esta postura ética.
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b. Concibe un realismo moral insoslayable.
A pesar que defienden en forma tenaz los valores morales absolutos, los
absolutistas conflictivos saben que viven en un mundo real donde tienen lugar
los conflictos morales y que no todo es blanco y negro; hay zonas grises. Esto es
encomiable, pues no desconocen esta realidad.
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no es moralmente pecaminoso. ¿No fue esto acaso a lo que Jesús se refirió en
Mateo 12: 3-8?
Segundo, será que Jesús nunca pecó porque Dios no le permitió confrontar
ningún conflicto moral a fin de conservarlo libre de pecado. En efecto, esto es lo
que los absolutistas no conflictivos alegan y dicen que Dios tiene una tercera
alternativa. El caso de Daniel y de los tres hebreos es un ejemplo, dicen.
RESUMEN Y CONCLUSION
El absolutismo conflictivo cree que hay muchos absolutos morales y que a veces
estos entran en conflicto. Este punto de vista está enraizado en la premisa de que las
leyes de Dios son absolutas y por lo tanto no pueden ser violadas. Por otra parte,
reconoce que nuestro mundo es un mundo caído. En un mundo tal, los dilemas morales
tienen lugar. Cuando esto sucede, los conflictos inevitables tienen lugar y es nuestra
obligación hacer el menor mal de los dos. Sin embargo, debemos reconocer un acto tal
como pecaminoso. Lo que hay que hacer en este caso es, confesar nuestros pecados a
Dios, pedir perdón y aceptarlo.
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CAPÍTULO VIII
EL JERARQUISMO
a. San Agustín
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califica el suicidio de Sansón como moralmente justificable. El también afirma
que los casos de Abraham y Jephté fueron correctos, ya que obedecen a un voto
o a una orden de parte de Dios. En armonía, pues, con el jerarquismo actual,
Agustín cree que es el mayor bien y no el menor mal hay que hacer, cuando
confrontamos situaciones de normas en conflicto. En otras palabras, cuando dos
deberes morales chocan, el creyente está exento del deber de realizar el menor,
por virtud de dar obediencia al deber mayor.
b. Charles Hodge
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b) Hay conflictos morales inevitables en la vida.
Hay ocasiones en que el cristiano se ve confrontado ante graves conflictos
morales. En tal caso, no puede tomar las dos alternativas; sólo una. En el caso
de Abraham quien recibió la orden de sacrificar a su hijo, pero el mandamiento
estipula: “no matarás". Si no lo sacrificaba, desobedecía un mandato de Dios; si
lo hacía, transgredía un mandamiento de la santa Ley de Dios. El hecho de que
Dios intervino milagrosamente, y se hizo una excepción, indica que el hombre no
puede cumplir los dos requerimientos a la vez.
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c) Misericordia sobre veracidad
Es cierto que la Biblia condena el engaño y la mentira. Por otro lado, es
claro que la Biblia registra casos en que se justifica el mentir a fin de salvar vidas.
El caso de Rahab la ramera de Jericó (Jos.6:17). También el caso de las parteras
de Egipto (Éxodo. 1). No es lo mismo o igual mentir para salvar joyas que mentir
para salvar vidas.
4. Objeciones al jerarquismo
Como las otras orientaciones, el jerarquismo también recibe ciertas críticas. Las
objeciones se hacen a este punto de vista ético son las siguientes:
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su propia jerarquía de valores basado en sus propios y particulares preferencias,
entonces sí, esto es subjetivismo. Pero esto no es lo que el jerarquismo enseña.
Segundo, en el jerarquismo el cristiano no decide por sí mismo cuáles son las
prioridades éticas, es Dios quien establece la pirámide de valores de acuerdo a
su propia naturaleza.
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confrontado las más difíciles situaciones que nosotros como sus seguidores
tenemos que confrontar. Sí, Jesús enfrentó conflictos morales reales. San Pablo
dice que Cristo "fue tentado en todo" (Heb. 4:15). He aquí unos ejemplos: 1)
Regulaciones respecto al sábado, 2) problemas con asuntos del gobierno y los
tributos (Mat. 22). Pero el mayor conflicto que Jesús tuvo que afrontar fue la
cruz. Tuvo que morir injustamente. El conflicto se desarrolló entre la misericordia
y la justicia, dos normas que chocaban.
a. Evita el relativismo
En contraste con el antinomianismo, el situacionismo y el generalismo, el
jerarquismo evita el caer en el pantano del relativismo. Se mantiene firme en los
principios morales basados en el absoluto e inmutable carácter de Dios. Estos
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principios morales son absolutos en su origen, en su esfera y en sus prioridades.
Son objetivos, proposicionales y de contenido sustantivo. Más aun, no exenta a
nadie; se aplican a todos en todos los lugares y ocasiones.
CONCLUSION Y RESUMEN
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En tales conflictos, estamos obligados a seguir la más alta de las normas
morales.
Cuando seguimos la ley, norma, o principio más alto, no somos
responsables por no observar la ley, norma, o principio más bajo en la
escala moral que el mismo Dios ha puesto.
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BIBLIOGRAFÍA
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http://www.feyrazon.org/Barriolamoralcristiana.htm
http://www.arzobispadodelima.org/doctrinadelafe/2009/La_moral_cristiana_en
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Beach, Bert. The Christian and Politics. Recuperado de Internet el 1 de febrero de 2011
de http://dialogue.adventist.org/essays/Beach.htm
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