Unir Correcto Sector Publico
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Resumen
La Nueva Gestión Pública parte de Las jerarquías piramidales en el sector público sin
agregan valor, sino retrasan la toma de decisiones . propone reformular las estructuras
de trabajo y convertirlas en una amplia red de interacción horizontal.
La nueva gestión pública tiene como objetivo crear una administración eficiente y eficaz que
que satisfaga las necesidades reales de los ciudadanos al menor costo posible, favoreciendo
para ello la introducción de mecanismos de competencia que permitan la elección de los
ciudadanos y a su vez promuevan el desarrollo de servicios de mayor calidad.
Sumado a ello sistemas de control que otorgan una plena transparencia de los procesos,
planes y resultados con el fin de perfeccionar el sistema de elección y favorezcan la
participación ciudadana.
Introducción
En la práctica generalidad de los textos clásicos de economía se detecta un dilema respecto al
tamaño óptimo del sector público y a la eficiencia mostrada en el desarrollo de sus funciones.
Inicialmente el debate se centra en seleccionar al gestor que mejor pudiese gestionar los
intereses de la sociedad: la función pública o la iniciativa privada. Las desigualdades de la renta
en la sociedad del siglo XIX, y el incumplimiento de la eficiencia de los mercados favorecieron
que el estado asumiese un papel más activo, intentado con su intervención enmendar las fallas
del mercado. Más tarde, en la década de los 70, se inicia la preocupación por las ineficacias
detectadas en la ejecución de los programas públicos, surgiendo el planteamiento de «los
fallos de la intervención del estado» en la economía, asociados a la burocracia, la competencia
política o derivados de la propia naturaleza de los bienes públicos.
La escasa credibilidad del sector público como gestor del bienestar ciudadano viene
acompañado de manifestaciones que exigen y obligan a que las instituciones públicas actúen
aplicando principios de economía, eficiencia y eficacia. Estas nuevas demandas, cada vez más
importantes como consecuencia de la magnitud del déficit público en prácticamente la
totalidad de países, tuvieron en un primer momento un importante impacto en los procesos
de construcción de políticas públicas, pero en la actualidad no se circunscriben únicamente a la
esfera política, sino que se han ampliado a todas las intervenciones de la administración en sus
diferentes órdenes territoriales. Así, las administraciones estatales, autonómicas, provinciales
y locales se ven envueltas en procesos de regeneración, de cambio. Nuevos patrones de
actuación y comportamiento, comunes internacionalmente, son los que han llevado a diseñar
un nuevo sistema operativo público, una nueva filosofía de trabajo: la nueva gestión pública.
El fin de esta nueva forma de actuar es la construcción de un sector público que opere
exclusivamente en aquellas áreas donde no exista un proveedor más adecuado y lo realice de
forma eficiente y eficaz. Para ello, compite o colabora con el sector privado (donde sea posible)
con el objetivo de satisfacer las necesidades públicas, otorgándoles a sus ciudadanos un papel
cada vez más activo en el campo público. Realizando, además, reformas internas encaminadas
a eliminar la burocracia, a la adopción de procesos más racionales, a una mayor autonomía en
la gestión, etc.
Pero, como se ha puesto de manifiesto en países pioneros como el Reino Unido, todos estos
cambios carecen de validez si no existe un fuerte control que permita contrastar la bondad de
la intervención pública. Así, en las últimas décadas han comenzado a perfeccionarse los
tradicionales sistemas de control orientados hacia la verificación del cumplimiento de la
legalidad, encaminándose asimismo a contrastar los principios de gestión.
El análisis de las principales teorías que sustentan este nuevo paradigma permitirá entender la
razón de cada una de las políticas o reformas que han tenido, tienen o tendrán lugar en las
administraciones. Hay que partir de la base de que la nueva gestión pública extrae las ideas
claves de distintos enfoques teóricos, analiza las características y aplica aquellas que le
permiten conseguir la intervención más adecuada para el bienestar de la sociedad en general.
Es precisamente la amplitud teórica sobre la que se fundamenta su marco de acción lo que le
permite no rechazar unas preferencias de actuación frente a otras por mera ideología, sino en
función del análisis de las distintas alternativas posibles
La nueva gestión
pública: evolución y
tendencias
Fundamentación
teórica
La nueva filosofía de gestión pública, utilizando palabras de Hood (1991, pp. 5-6), es un
matrimonio entre el Nuevo Institucionalismo y la Gerencia Profesional.
Lapsley y Oldfield (2001, p. 217) indican que, frente a la teoría de la elección racional, donde se
asume que las decisiones colectivas son solo agregados de los intereses individuales, el Nuevo
Institucionalismo considera que las instituciones públicas son importantes para entender y
explicar las interacciones entre los individuos, pues están dotadas de una lógica propia que
condiciona las preferencias individuales. Y es que como Serna (2001) indica, se define el
concepto de institución como el conjunto de valores, normas, reglas, rutinas y procesos, que se
desarrollan en un determinado entorno organizativo y que inciden directamente en la
actuación desarrollada por los distintos actores implicados, dirigiendo y limitando su
comportamiento.
Dentro de la amplia variedad de enfoques o teorías económicas sobre las que se construye el
Nuevo Institucionalismo, Hood (op. cit., pp. 5-6) destaca su formación a partir de las ideas de la
Teoría de la Elección Pública, la Teoría de los Costes de Transacción y la Teoría de la Agencia.
Doctrinas que persiguen reformas administrativas mediante ideas como la competencia,
elección, transparencia y control. Así, los partidarios del Public Choice focalizan en la relación
entre propiedad pública o privada en el desarrollo de la actividad pública, siendo la delegación
de autoridad y las divergencias en la consecución de los objetivos, el campo de estudio de la
Teoría de la Agencia y los Costes de Transacción.
Por su parte, la gerencia profesional, definida principalmente a partir de las ideas de los Neo-
Tailoristas (Pollitt, 1993), se centra en el estudio de la organización burocrática interna de la
administración. Abogando por romper el supuesto mito de las diferencias de gestión entre el
sector privado y el sector público (Arellano, 2002, p. 10). A continuación, se analizan más
detenidamente cada una de estas teorías.
Para realizar un análisis más concreto, hemos procedido a examinar cada uno de los enlaces
independientemente.
Los ciudadanos eligen a representantes políticos de acuerdo con los objetivos plasmados en un
programa electoral, cuyo íntegro cumplimiento queda a merced de la existencia de grupos
organizados de poder con intereses propios, la obtención de minoría parlamentaria, o la
función de utilidad del partido gobernante en su totalidad, o de cada miembro político
individualmente. Esto se deriva en una relación de agencia, donde los ciudadanos aportan su
capital de forma coercitiva, y los políticos toman decisiones que pueden no generar un
beneficio colectivo para la ciudadanía.
La función política se encarga de diseñar programas o políticas, fijando los objetivos a alcanzar,
siendo los gestores la mano ejecutora de las actividades que permitan su logro. Ante esta
división de funciones, la relación principal-agente tiene pleno sentido, pues son numerosos los
factores que pueden originar desviaciones por parte de los gestores de las pautas marcadas
por los políticos. Es latente en la bibliografía presupuestaria que la función de utilidad de los
gestores viene definida por la necesidad de incremento de poder a través de su partida en
presupuestos; por el número de niveles jerárquicos bajo su control; la posible mejora de la
relación laboral o su vinculación a la escena política. Anteponer su función de utilidad a los
objetivos políticos, partiendo de la inexistencia de controles exhaustivos, es misión posible.
La unión de estos dos niveles complica la relación de agencia, pues existen múltiples agentes
en la relación ciudadano - administración, con distintas funciones de utilidad cada uno, que
pueden ocasionar graves distorsiones en los principios que deben guiar a la administración en
su actuación. También puede hablarse de un tercer eslabón en la cadena, en aquellos bienes o
servicios donde además se produce una separación entre su provisión y su producción,
consecuencia de la decisión de comprar en vez de hacer.
de agencia entre los distintos niveles de administración, las cuales, además, pueden producir
importantes divergencias entre los servicios recibidos por habitantes de las distintas
comunidades y provincias que forman el territorio español.
Estas relaciones de agencia, que pueden venir ocasionadas como consecuencia de las
funciones de utilidad que presente un ámbito respecto a otro, se verán agravadas cuando el
partido en el gobierno de la de ámbito superior difiera en orientación política de la de nivel
inferior.
Estos conflictos de carácter político entre distintas administraciones, término utilizado por
Palacios Gómez (1994, p. 97), provocan mayores diferencias entre los ciudadanos derivados de
la consecución de beneficios partidistas, en numerosas ocasiones alejados del interés general.
Bajo las propuestas de esta teoría, es esencial la existencia de un adecuado sistema de control,
así como una perfecta delimitación de la responsabilidad de los agentes. Todo ello facilitaría
una mejor comunicación con los ciudadanos, favoreciendo la transparencia administrativa.
Identificados los aspectos fundamentales de las teorías básicas que han dado lugar a la nueva
gestión pública, debe indicarse que cada una de ellas aporta elementos significativos que
permiten obtener «un gobierno que cueste menos y trabaje mejor» (Gore, 1993). Las líneas
principales de actuación dentro de cada una de las teorías analizadas diseñan las distintas
acciones que deben realizarse para lograr la reforma del sector público se encuentran
resumidas en el Cuadro
1. Teniendo en cuenta, como señala Barzelay (2003), que «si Pilares de la nueva gestión
pública concebimos a la nueva gestión pública como un debate en torno a estas cuestiones,
debemos descartar de inmediato definiciones formales, como que la nueva gestión pública sea
una corriente internacional, un conjunto de ideas novedosas, un modelo de organización de
servicios públicos, o una pura teoría. Todas estas definiciones, que estimulan la literatura en
este campo, serían secundarias frente a la tarea central de hallar las mejores respuestas, según
las circunstancias, a las cuestiones de cómo estructurar, gestionar y controlar, individual y
colectivamente, los sistemas burocráticos públicos».
Para Leeuw (1996, p. 92) la nueva gestión pública enfatiza en la aplicación de los conceptos de
economía, eficiencia y eficacia en la organización gubernamental, así como en los instrumentos
políticos y sus programas, esforzándose por alcanzar la calidad total en la prestación de los
servicios, todo ello, dedicando menor atención a las prescripciones procedimentales, las
normas y las recomendaciones.
El actual sistema de actuación pública se mueve en un nuevo escenario con dos diseños
básicos de coordinación. En primer lugar, el sector público reduce las diferencias respecto al
sector privado en términos de personal, sistemas de remuneración y métodos de gestión; y, en
segundo lugar, existe una disminución del volumen de reglas y procedimientos que articulan la
actuación de gestión de los departamentos, sujetos a reglas uniformes para contratar e incurrir
en costes (Dunleavy y Hood, 1994, p. 10).
Podríamos resumir que la nueva gestión pública persigue la creación de una administración
eficiente y eficaz, es decir, una administración que logre satisfacer las necesidades reales de los
ciudadanos al menor costo posible, favoreciendo para ello la introducción de mecanismos de
competencia que permitan la elección de los usuarios y a su vez promuevan el desarrollo de
servicios de mayor calidad. Todo ello rodeado de sistemas de control que otorguen una plena
transparencia de los procesos, planes y resultados, para que perfeccionen el sistema de
elección y favorezcan la participación ciudadana.
La nueva gestión pública: evolución y tendencias
Introducción de técnicas privadas
Respecto a las técnicas privadas que son importadas a la administración, vamos a distinguir en
su análisis dos tipos: técnicas referidas a la dirección, y técnicas referidas al control y medición
de los resultados. El hecho de diferenciarlas no supone que se consideren técnicas aisladas,
sino interrelacionadas entre sí.
En la nueva gestión pública se distingue las decisiones relacionadas con la oferta de los
servicios públicos, de las decisiones relacionadas con la forma de gestionarlos e incluso de
producirlos. Esto exige el uso de técnicas directivas desarrolladas que permitan tomas de
decisiones precisas.
La planificación y programación anual, o plan operativo, con una fuerte vinculación al proceso
de elaboración del presupuesto, que concreta las líneas de actuación a corto plazo cuya
responsabilidad es del gestor público.
Además, estas técnicas directivas están muy vinculadas a los procesos de control y medición de
los resultados, con el fin de detectar si existen holguras entre los objetivos planificados y los
conseguidos, así como sus causas, lo que facilitaría, iniciar acciones correctoras para la solución
de los mismos; y, por otro lado, las mejores prácticas para aprender de ellas.
Pero el mayor o menor éxito futuro de los procesos de control y evaluación esta unido al
desarrollo, aplicación y perfeccionamiento de técnicas ya utilizadas en el ámbito privado.
Técnicas de control y medición de los resultados que tienen cada vez mayor importancia
dentro del proceso de rendición de cuentas. Estas técnicas pueden clasificarse en herramientas
de información de carácter interno y procedimientos de control. Las herramientas de
información serán aquellas utilizadas por la administración para cuantificar y medir los
resultados alcanzados en términos monetarios y técnicos, convirtiéndose los procedimientos
de control en mecanismos de verificación de dicha información.
Conclusiones
La nueva gestión pública: evolución y tendencias que debe destacarse el retraso con el
que las técnicas de control han comenzado a aplicarse en relación a otros países con
mayor tradición democrática como el Reino Unido o los Estados Unidos.
Mayor descentralización
Un cambio de estructuras
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Para la Nueva Gestión Pública son más importantes los resultados que el cumplimiento
férreo de los procedimientos
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Actividades
Asignatura Datos del alumno Fecha
Evaluación y Gestión de Apellidos: Plaza Galdo
la Calidad de Servicios 12/07/2021
Públicos Nombre: Alexandra María
c
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
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Actividades