CALIDAD DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
Mg. Genny Eulatth Vidal
OBJETIVO: Analiza la gestión de calidad de la educación universitaria y los retos del
siglo XXI resaltando sus componentes y ejes de calidad.
PRODUCTO: Mapa mental de la gestión de la calidad de la educación universitaria,
componentes y ejes.
La calidad de la Educación Superior es un concepto dinámico, multidimensional
y producto de acuerdos que responde a la tendencia mundial de control de la calidad y
mejora permanente de las organizaciones. De acuerdo a la UNESCO y diferentes
autores, este concepto integra criterios de pertinencia, relevancia, eficacia, eficiencia,
impacto, suficiencia y equidad; los cuales se derivan de la relación entre los recursos,
objetivos y productos del sistema educativo con las necesidades del entorno.
La universidad tiene un rol protagónico en la calidad de la Educación Superior
del país, este rol implica, básicamente, el abordaje de la calidad e investigación. Para
ello, es preciso que la universidad oriente su actuación a la sensibilización y formación
de cuadros de los administrativos, docentes e incluso discentes con el fin de lograr una
comunidad consciente de la importancia y deber ético con los pilares del quehacer
universitario: formación académico-profesional, investigación para la producción de
conocimientos y el compromiso con el desarrollo social responsable.
Fruto de esta tendencia es la Ley Universitaria peruana, Ley N° 23733 en la que
se vislumbra la decisión política de convertir a la universidad en un centro de creación y
promoción del conocimiento en el mundo globalizado y en el que la investigación,
articulada a la proyección social, sea una actividad fundamental. Esto se pone de
manifiesto en el Capítulo I, sobre disposiciones generales:
Artículo 1°.- Las Universidades están integradas por profesores, estudiantes y
graduados. Se dedican al estudio, la investigación, la educación y la difusión del
saber y la cultura, y a su extensión y proyección sociales. (…)
Artículo 2°.- Son fines de las Universidades:
a. Conservar, acrecentar y transmitir la cultura universal con sentido crítico y
creativo afirmando preferentemente los valores nacionales;
b. Realizar investigación en las humanidades, las ciencias y las tecnologías, y
fomentar la creación intelectual y artística;
1
c. Formar humanistas, científicos y profesionales de alta calidad académica, de
acuerdo con las necesidades del país, desarrollar en sus miembros los valores
éticos y cívicos, las actitudes de responsabilidad y solidaridad social y el
conocimiento de la realidad nacional, así como la necesidad de la integración
nacional, latinoamericano y universal;
d. Extender su acción y sus servicios a la comunidad, y promover su desarrollo
integral; (…)
Para representar el complejo escenario de la calidad de la educación
universitaria, hay que considerar que “la calidad educativa es un concepto dinámico y
producto de acuerdos entre actores, de los entornos y proyectos de las instituciones, y
de los valores y visiones de futuro que orientan sus actividades” (Alcántara, 2007). Por
lo tanto, la calidad debe ser un punto de referencia permanente de las instituciones de
Educación Superior, para que las funciones que estas realicen se orienten al
cumplimiento de su finalidad social. “En una institución cuya misión es la generación,
aplicación y transmisión de conocimientos, evaluar la calidad implicará que la
comunidad desarrolle actividades de investigación cuantitativa y cualitativamente
significativas. En cambio, si se trata de una institución que forma profesionales para
cierto sector de la economía, la calidad se manifestará en el conocimiento sólido con el
que egresen los estudiantes y en su capacidad para aportar un trabajo productivo.”
Alcántara (2007).
Se presentan fragmentos de los artículos de Armando Alcántara (2007) y de Violeta
Tapia (2013), para abordar con mayor profundidad la definición de la calidad y los retos
del siglo XXI de la educación universitaria; la gestión de calidad, los desafíos y
posibilidades, así como los componentes y ejes de la calidad de la educación
universitaria. Estos textos, seleccionados como una herramienta de apoyo para la
impartición del Curso Evaluación y Calidad Educativa de la Maestría en Psicología
Educativa de la Universidad Cesar Vallejo, se reproducen solo con propósitos
académicos y sin carácter de lucro.
I. CALIDAD DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
Calidad de la educación superior, por Armando Alcántara Sanatuario
En la Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI se postuló que
la calidad de la educación superior era un concepto pluridimensional que debería
2
comprender “todas las funciones y actividades: enseñanza y programas académicos,
investigación y becas, personal, estudiantes, edificios, instalaciones, equipamientos y
servicios a la comunidad y al mundo universitario” (UNESCO, 1999, p.137). En la
Declaración se mencionan también diversas formas de evaluarla, así como las maneras
de crear organismos especializados para este fin dentro de contextos institucionales,
nacionales y regionales. Se hace hincapié en la participación activa de los actores en
las diversas etapas del proceso de evaluación, considerando la dimensión internacional
a través de la operación de diversos mecanismos de intercambio de conocimientos,
programas de movilidad de profesores y estudiantes, y los proyectos de investigación
internacionales.
El mismo documento considera que para lograr y mantener la calidad nacional, regional
o internacional se requieren ciertos elementos clave: la selección esmerada del personal
académico y su perfeccionamiento constante, incluida la metodología del proceso
pedagógico, y mediante la movilidad entre los países y los establecimientos de
enseñanza superior, y entre estos y el mundo del trabajo, así como la movilidad de los
estudiantes en cada país y entre los distintos países. Asimismo, las nuevas tecnologías
de la información y la comunicación (NTIC) constituyen un instrumento importante en
este proceso debido a su importancia en la adquisición de conocimientos teóricos y
prácticos (UNESCO, 1999).
Por su parte, Muñoz Izquierdo (1992) considera que la calidad de la educación superior
está representada por la medida en la que las IES cumplen con las funciones que la
sociedad les ha asignado. Tales funciones son de naturaleza académica, ocupacional,
distributiva, política y cultural. En ese sentido, sostiene que las IES deben satisfacer los
criterios siguientes: a) relevancia (o pertinencia); b) equidad; c) eficacia (o efectividad);
y d) eficiencia. En consecuencia, una educación es de calidad cuando:
Se propone satisfacer las necesidades reales de cada uno de los sectores
sociales a los que va dirigido (relevancia).
Las oportunidades de recibirla se distribuyen de acuerdo con las aspiraciones de
todos los sectores que integran la sociedad nacional (equidad).
Se alcanzan realmente los objetivos formalmente propuestos (eficacia).
Se imparte en la forma necesaria para optimizar el uso de los recursos
disponibles (eficiencia). (Muñoz Izquierdo, 1992, pp. 97-98).
Desde una perspectiva institucional, González y Ayarza (1997) llegaron a la conclusión
que el concepto de calidad en la educación superior no existe como tal, sino como un
3
término de referencia de carácter comparativo en el cual algo puede ser mejor o peor
que otro, dentro de un conjunto de elementos homologables, o en comparación con
cierto patrón de referencia —real o utópico— previamente determinado. Por tanto, en
rigor sólo se puede establecer que una institución es mejor que otra cuando son
homólogas en sus fines, concordantes en su misión y se encuentran en un contexto
similar.
A su vez, para María Dolores Sánchez Soler (1998), el concepto de calidad denota una
acepción de cualificación o de calificación dentro de una escala valorativa, pero también
implica opciones, preferencias e intereses en un espectro de posibilidades. Añade que
la calidad no hace sólo a la mejora en la eficiencia o eficacia en el logro de los productos
deseados, sino también en la definición cualitativa de esos mismos deseos, expresados
en objetivos o finalidades de la educación, en congruencia con las necesidades o
proyectos nacionales. De esta forma, No es sólo tener mejores acciones de difusión o
extensión, mejores productos de investigación o mejores egresados, lo cual es, sin
duda, necesario; sino que es también una definición cualitativa que hace a las opciones
de qué educación queremos, en función del país que deseamos. (Sánchez Soler, 1998,
p. 198).
Una determinada calidad de la educación está condicionada, asimismo, por sus
referentes contextuales: políticos, económicos y socioculturales. La calidad actual del
sistema de educación superior es la resultante de un proceso histórico en que se han
conjugado factores tanto endógenos como exógenos a las instituciones, que han
afectado el desarrollo de las funciones académicas. (…)
La calidad no es algo acabado, sino una finalidad que se busca alcanzar mediante
acciones planeadas, es un desideratum que contribuye al crecimiento y el desarrollo de
las instituciones. La calidad es un objetivo que se debe buscar de manera constante,
pero que nunca puede lograrse en forma definitiva, puesto que los procesos educativos
son dinámicos y cambiantes, como lo es la sociedad en que están inmersos (Sánchez
Soler, 1989).
Francisco López Segrera (2001) coincide con algunos de los autores antes
mencionados, al señalar que la calidad de la educación superior es un concepto
multidimensional que depende en gran medida del entorno en un determinado sistema
o cometido institucional, o de las condiciones y normas en una disciplina determinada.
Sin embargo, apunta la necesidad de ser consciente de que la búsqueda de la “calidad”
4
tiene muchas facetas y va más allá de una interpretación demasiado estrecha de la
función docente de los distintos programas. Supone también, por lo tanto, que se preste
atención a las cuestiones referentes a la calidad de los alumnos y de las infraestructuras
y el entorno de la institución. Recuerda que el principal objetivo de la “evaluación de la
calidad”, según la UNESCO (1995), es lograr la mejora no sólo del centro mismo sino
de todo el sistema.
Roberto Ruiz (1999) sostiene que es posible diferenciar al menos seis formas distintas
de utilización del concepto “calidad” en la enseñanza superior:
1. La calidad como producción original: esta es la forma habitual que se utiliza en las
comunidades académicas, y suele asociarse con las instituciones o unidades de élite,
cuya producción suele evaluarse de acuerdo con estándares internacionales.
2. La calidad como resultado de la correlación entre metas, objetivos y resultados: el
concepto de calidad apunta aquí, fundamentalmente, a la existencia de un acuerdo
entre lo que se ofrece y lo que se produce, entre lo que se quiere y lo que se logra.
Es el tipo de calidad que suele aplicarse a instituciones o unidades académicas que
están estrechamente vinculadas al mundo del trabajo.
3. La calidad como la mayor o menor distancia con respecto a un modelo que se
considera como lo ideal o deseable para la institución o unidad académica: en este
caso, la calidad consiste en el grado en que una institución o unidad académica se
aproxima a lo que se ha definido como su prototipo. Obviamente, el modelo debe
definir en detalle las características universales y específicas que debe reunir cada
institución, surgidas de su propio proyecto.
4. La calidad como satisfacción de las necesidades del usuario; este concepto de calidad
está presente en mayor o menor calificación en todas las instituciones de educación
superior. Es ésta la razón para intentar evaluar la opinión de estudiantes,
empleadores, agencias de financiamiento, egresados, etc. Este concepto es más
pertinente para unidades académicas de claro perfil profesional o técnico.
5. La calidad como valor agregado: suele entenderse por “valor agregado”, a aquello
que el estudiante aprende durante su permanencia en la institución. Por lo tanto, la
calidad se centra aquí en el perfil individual del egresado. Se trata de un concepto
con mayor aplicación en instituciones o unidades académicas que enfatizan la
formación general y donde el perfil profesional es difuso o polivalente.
6. La calidad como un agregado de propiedades: es el concepto de calidad que exige
definir un conjunto de indicadores previos, los cuales se cuantifican con el fin de
clasificar las instituciones o unidades académicas de manera jerárquica. Este
5
concepto es más aplicable para aquellas actividades que originan productos
tangibles, tales como publicaciones o patentes (Ruiz, 1999).
Junto a tales dimensiones, se debe mencionar una más, a la que no suele prestársele
una atención suficiente: la congruencia entre procesos, resultados y demandas sociales.
La ANUIES [Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior-
México] considera también que la calidad es una entidad dinámica que se puede percibir,
inferir, e incluso llegar a medir, y sin embargo tal medición no se agota en la
cuantificación de aspecto alguno. (…)
La misma organización de universidades mexicanas reitera que la calidad educativa es
un concepto dinámico y producto de acuerdos entre actores, de los entornos y proyectos
de las instituciones, y de los valores y visiones de futuro que orientan sus actividades:
“La calidad constituye un punto de referencia importante y permanente de las IES para
la realización de sus funciones sustantivas y adjetivas, el cual les permite avanzar en el
cumplimiento de su finalidad social” (ANUIES, 2006, p. 82). En una institución cuya
misión es la generación, aplicación y transmisión de conocimientos, evaluar la calidad
implicará que la comunidad desarrolle actividades de investigación cuantitativa y
cualitativamente significativas. En cambio, si se trata de una institución que forma
profesionales para cierto sector de la economía, la calidad se manifestará en el
conocimiento sólido con el que egresen los estudiantes y en su capacidad para aportar
un trabajo productivo.
II. RETOS DE LA UNIVERSIDAD DEL SIGLO XXI
Benavides (2018), actual ministro de educación quien ejerció en el 2018 como
Superintendente de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria
(SUNEDU) manifiesta que la universidad responde a modelos y sentidos diferentes.
Entre los modelos de la universidad realiza una clasificación histórica e identifica,
básicamente, cuatro modelos: La universidad napoleónica, orientada a la formación de
funcionarios al servicio del país; la universidad humboldteana, con énfasis en la
investigación para el desarrollo; el modelo de Córdoba, reconoce la democratización,
autonomía y el rol social de la universidad; y la universidad para la competitividad, aspira
a la profesionalización y contribución al crecimiento económico. En cuanto a los sentidos
de la universidad, Benavides los clasifica a la universidad como la que forma
profesionales competentes, la que se orienta a la producción de conocimientos que
respondan a los problemas del país, y la que forma ciudadanos con una visión crítica
del país. Con estas dos clasificaciones, pone énfasis en la idea de que la universidad
6
debe ser un considerado un ente heterogéneo, pero que puede ser regulada para que
responda a los retos que enfrenta. Partiendo de esa idea de heterogeneidad, menciona
tres grandes retos para la universidad del siglo XXI: regulación de la heterogeneidad,
formación de la ciudadanía y promoción de la investigación frente a la diversidad de
modelos.
III. GESTIÓN DE CALIDAD DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
Ante los retos de la mejora de la calidad de la Educación Superior, la propia universidad
debe estar inmersa en este proceso de control de la calidad y mejoramiento de la
educación superior. Tapia (2013) explica los componentes y ejes de la calidad
educativa, así como indica qué entidades son las encargadas de gestionarla: desde la
UNESCO hasta los organismos nacionales, como el Sistema Nacional de Evaluación,
Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (SINEACE) y como órgano
operador, el Consejo de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Educación
Superior Universitaria (CONEAU).
La gestión de la calidad de la educación universitaria: desafíos y posibilidades,
por Violeta Tapia
Las grandes transformaciones científicas, tecnológicas, económicas y culturales en el
presente siglo constituyen los grandes desafíos que han tenido que enfrentar las
instituciones educativas, en especial, las universidades a nivel mundial y que colocan al
conocimiento como el factor principal de la competitividad entre las naciones. El contexto
global del presente siglo se caracteriza por cambios estructurales en todos los órdenes.
Las nuevas formas de producción y de trabajo han traído consigo nuevos paradigmas
educativos y evaluativos a fin de garantizar la calidad de la educación en todos los
niveles educativos en la medida que esta es considerada clave del desarrollo de la
persona y de la sociedad en su conjunto, así como para ejercer el pleno ejercicio de la
democracia y equidad social.
Esta situación ha tenido gran impacto social y ha suscitado de manera creciente una
exigencia a nivel mundial de mejoramiento de la calidad de las universidades, por el
compromiso social de rendición de cuentas que conlleva. La universidad se encuentra
inmersa en el contexto de la globalización, de la internacionalización debiendo asumir
el desafío pluralista de la modernidad y su integración exitosa. Ello plantea nuevas
formas de producción del conocimiento enmarcadas en un proyecto de desarrollo
nacional orientado a la integración nacional y la interdependencia mundial.
7
Desde esta perspectiva, las universidades y los gobiernos han asumido la calidad
educativa como un reto para el logro de objetivos y políticas educativas, habiendo tenido
esta una notable expansión a partir de la década de los noventa. Cabe señalar las
contribuciones de la UNESCO en el marco de las macrotendencias globales, en la
creación del Espacio Europeo de Educación Superior (1999) para el cual se desarrolló
el Proyecto Alfa Tunning y derivó el Proyecto de América Latina de Formación
Académica que busca la convergencia de estudios académicos en base a competencias
y brindar posibilidades de articulación entre sistemas de educación superior. (…)
1. Concepto, componentes y ejes de calidad
(…) la UNESCO declara que la calidad puede entenderse como “la adecuación del Ser
y Quehacer de la Educación Superior a su Deber Ser”. A partir de estas declaraciones
(…) se han identificado los siguientes componentes y ejes de la calidad:
Componentes
Ser, se refiere a los resultados que se derivan del trabajo universitario.
Deber Ser, constituido por las intenciones de las instituciones representadas en
su misión, objetivos, perfil del egresado y normatividad.
Quehacer, involucra la estructura funcional de la institución, es decir forma de
organización de las funciones fundamentales: currículo, planes de estudio,
proyectos de investigación, extensión universitaria y proyección social; además
de actores del trabajo universitario, estudiantes, docentes, autoridades, personal
administrativo.
Querer Ser, conformado por aquello que la propia institución desea lograr o el
punto en que se desea lograr en un plazo determinado y que se refleja en su
misión y en el proyecto general de desarrollo.
Ejes de calidad
Equidad y cobertura: La equidad en el acceso de la educación superior hace
referencia a la consideración sin ninguna discriminación de los méritos, la
capacidad, los esfuerzos, la perseverancia y la determinación de los
responsables. La cobertura se refiere a hacer accesible la enseñanza superior a
todos para formar una masa crítica de personas calificadas y cultas que
promuevan en sus países un auténtico desarrollo endógeno y sostenible.
Eficiencia y eficacia: Una educación superior eficaz ha de preservar y desarrollar
sus funciones fundamentales de: a) docencia, en cuanto a la formación de
profesionales cualificados; b) investigación, en sus diferentes modalidades y en
8
todas las disciplinas; c) difusión o extensión en la divulgación de los
conocimientos, del quehacer educativo y de los productos y logros de ese
quehacer a sus propias comunidades, a otras comunidades educativas y a la
sociedad en general; d) articulación o vinculación con los problemas de la
sociedad y del mundo del trabajo. Al mismo tiempo, la eficiencia de la educación
superior se debería mostrar en la obtención de los recursos necesarios, en una
gestión debidamente racionalizada y en una utilización sana.
Pertinencia y trascendencia: La pertinencia se refiere a la adecuación entre lo
que la sociedad espera de las instituciones y de lo que estas hacen a su servicio.
Asimismo, una institución tiene trascendencia cuando es capaz de contribuir al
desarrollo del conjunto del sistema educativo tanto nacional como internacional
y al mejoramiento de la calidad de vida de todos y cada uno de los ciudadanos.
Al vincular los componentes con los ejes de calidad, la UDUAL y RIEV proponen la
siguiente definición de calidad educativa: “La integración y adecuación del Ser,
Quehacer, Deber ser y Querer Ser de un programa educativo, una dependencia o una
institución”.
Ser: En función de los resultados, productos que denotan la eficacia en el
desarrollo de sus funciones.
Quehacer: En función de su estructura funcional que muestra la eficiencia de la
organización y recursos.
Deber Ser: En función de la intencionalidad que incorpora la pertinencia, equidad
y cobertura.
Querer Ser: En función de su visión que se alcanza por medio de un proyecto
general de desarrollo de corto, mediano y largo plazo.
Resumiendo, el concepto de calidad aplicado al servicio público de la educación superior
hace referencia a la síntesis de las características que permiten reconocer un programa
académico específico o una institución de determinado tipo y hacer un juicio sobre la
distancia relativa entre el modo cómo en esa institución o programa académico presta
dicho servicio y lo óptimo que corresponde a su naturaleza.
2. Los procesos de gestión de la calidad (…) de la educación superior para la
mejora continua
Desde una perspectiva integral, la gestión de la calidad comprende un conjunto de
estrategias (políticas, acciones, y procedimientos) que apuntan al control, la garantía y
la promoción de la calidad de la institución en todos sus niveles para asegurar una
9
mejora progresiva con miras a la excelencia: “la excelencia de una organización
depende de su capacidad de crecer en la mejora continua de cada uno de los procesos
que rigen su actividad diaria” (Vilca, 2010).
La gestión de la calidad es una actividad de tipo directivo en varios niveles de una
organización, orientada a lograr de manera sistemática un incremento de la calidad de
lo que dicha organización se propone. El mejoramiento continuo es una incesante
búsqueda de problemas y sus soluciones.
Las políticas y sistemas educativos deben ser objeto de atención, sistematización,
razonamiento y de juicios de valoración, tanto de los responsables que los elaboran o
aplican como de los usuarios; es decir, de la sociedad que conforma una nación, al
mejorar la calidad de vida de las personas a nivel local y regional y su competitividad a
nivel nacional e internacional.
La gestión de la calidad se comprende a partir del análisis relacional entre los distintos
factores que componen una institución universitaria, considerando su consistencia
externa e interna. La consistencia externa se refiere a aquella entre el grupo de
referencia institucional, fines y propósitos, disciplinario, profesional o tecnológico y las
demandas del mercado laboral, la comunidad académica y el entorno socioeconómico.
La consistencia interna se refiere a la traducción de dichas exigencias en función de las
prioridades y principios de la institución expresada a través de la coherencia de la misión
y visión y la estructura académica, organizacional y de gestión administrativa académica
y financiera.
ANTOLOGÍA DIDÁCTICA
Alcántara Sanatuario, Armando. (Diciembre, 2007). Dimensiones de la calidad en
educación superior. Reencuentro, núm. 50, pp. 21-27. Universidad Autónoma
Metropolitana Unidad Xochimilco. Distrito Federal, México.
https://www.redalyc.org/pdf/340/34005004.pdf
Tapia, Violeta. (2013). La gestión de la calidad de la educación universitaria: desafíos y
posibilidades. Cultura, Ciencia y Tecnología, ASDOPEN-UNMSM Nº 3. Enero - Junio
2013. https://docplayer.es/22826573-La-gestion-de-la-calidad-de-la-educacion-
universitaria-desafios-y-posibilidades.html
REFERENCIAS
Benavides, Martín. (2018). ¿Cuáles son los retos de la educación superior en el Perú?
En CADE Educación 2018. Perú. https://www.youtube.com/watch?v=y8o7ge_7dm8
10