Violencia Silenciosa en La Escuela Silen
Violencia Silenciosa en La Escuela Silen
Violencia Silenciosa en La Escuela Silen
Violencia silenciosa en la
escuela
Dinámica del Acoso escolar y laboral
Editorial Bonum
INTRODUCCIÓN
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relación son dinámicas y cambiantes, como consecuencia de las características
que constituyen su contexto y de la propia dinámica interna.
Las relaciones interpersonales son consustanciales con los procesos de
intervención educativa y en los últimos años, los problemas de convivencia en
la escuela trascienden a la sociedad en general, al convertirse en centro de
atención de los medios de comunicación, quienes en muchos casos, contribuyen
a magnificar el problema, entorpeciendo la posibilidad de una respuesta
educativa más idónea.
Ya con evidencia se observa un deterioro en la forma de relacionarse los
distintos actores de la comunidad educativa. Sabemos que indisciplina y
violencias en la escuela han existido siempre, pero casi sin darnos cuenta
comenzamos a percibir un clima escolar que progresivamente dificulta el
desarrollo de las clases.
El desinterés, la indisciplina y las violencias de parte del alumnado, junto
a la permanente desautorización familiar y social, hacen que en lo buenos
educadores se observe un evidente deterioro personal y profesional, como lo
evidencia el reciente estudio (2005-2006) que realizamos a más de 400 docentes.
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La pretensión de salir del aula es compartida por el 68% de los docentes peruanos, del
40% de los brasileños y del 36% de los uruguayos que participaron de la encuesta,
cuyo alcance comprendió a casi 13.000 maestros y profesores de la región.
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Este proceso de victimización, que en Latinoamérica ha sido poco estudiado y
menos aun denunciado, explica por qué en muchos casos se lo justifica como un
elemento consustancial al trabajo (Piñuel, 2003) y no se lo reconoce atentando
contra la dignidad y salud del profesional de la educación.
Hoy es necesario hacer una nueva lectura de la sociedad y del ámbito
educativo, y a partir de ella, reconocer al fenómeno de la violencia interpersonal
como un nuevo desafío, que tiene que ver con la autoestima, el desarrollo
personal, el rendimiento y la permanencia en las escuelas. Sólo investigando
con seriedad, capacitando a los profesionales de la educación y buscando metas
comunes con la familia, podremos prevenir y enfrentar estas viejas y nuevas
violencias.
La convivencia se aprende, se va construyendo, y la escuela puede y
debe constituirse en lugar idóneo, para que los alumnos aprendan las actitudes
y conductas básicas de la convivencia y los docentes se realicen personal y
profesionalmente, pero fundamentalmente, debe ser un ámbito donde personas
distintas con intereses diferentes puedan encontrarse y estar bien. Podemos dar
un gran ejemplo.