Caso Caterpillar
Caso Caterpillar
Caso Caterpillar
En el presente abordaremos el fraude que se llevó a cabo en la empresa Caterpillar S.A. con la
intención de demostrar que, si en compañías grandes y prestigiosas como está el fraude es
fácilmente realizable, existen mayores oportunidades de llevarlo a cabo en las empresas más
pequeñas.
Caterpillar es una de las mayores empresas dedicadas a la fabricación de maquinaria pesada
del mundo. En el año 2012, esta empresa fue protagonista de uno de los mayores fraudes
registrados en los últimos años.
Caterpillar realizó la compra de la empresa ERA Mining Machinery Ltd y su filial Siwei,
encargada de la fabricación de soportes de techos hidráulicos para la industria carbonera por
alrededor de 653 millones. Ese mismo año, Caterpillar registró en sus estados financieros del
último trimestre una caída de un 55% en sus ganancias.
La razón de esto fue que, en noviembre del año 2012, Caterpillar fue capaz de detectar la
diferencia que existía entre el inventario en libros (lo registrado contablemente) y el inventario
físico real de la empresa china. Esto quiere decir que, en sus estados financieros, la empresa
Siwei fingía tener una mayor cantidad de inventario de lo real y, por lo tanto, inflaba el valor
de sus activos al hacer a la empresa más llamativa para su compra. Además, se comenta que
otro método que utilizaron fue la incorrecta asignación de costos para lograr beneficiarse del
incremento de valorización debido a la inflación.
Cabe precisar que la aprobación de esta toma de decisiones fue, en su mayoría, realizada por
la gerencia y los altos directivos de la empresa Siwei.
Ante esta situación, uno cuestiona cómo una empresa tan prestigiosa internacionalmente
no pudo lograr percibir este fraude a tiempo, pues este es un tema aún complicado de
entender. Caterpillar contrató a Ernst & Young y Deloitte Touche Tohmatsu, dos de las más
grandes auditoras, para que supervisen esta operación. Sin embargo, debido a
descoordinaciones o tal vez porque la empresa no requirió un análisis profundo antes de la
compra, se produjo este error. Ahora bien, la segunda interrogativa que se tiene al analizar
este caso es cómo se puede comprobar si las auditoras actuaron o no con dolo, pues, de ser
así el caso, ya no se hablaría de un error, sino de un fraude contable corporativo. Entonces,
frente a este caso, nos hemos cuestionado si es responsabilidad del auditor no haber
detectado el fraude.
Lo más evidente es creer que sí tuvo responsabilidad frente a esta situación, pues es deber del
auditor realizar distintos procedimientos para asegurar que las aseveraciones de los estados
financieros se cumplan y no presenten errores significativos que distorsionen la realidad de la
empresa. En ese sentido, los procedimientos realizados por el auditor no habrían sido
suficientes para detectar el fraude. Como se describió en líneas anteriores, la diferencia
principal entre fraude y error es que el primero se da con intención o dolo , mientras que el
segundo es sin intención. El auditor está inminentemente sujeto al riesgo de no poder detectar
estos elementos que impactan en los estados financieros al distorsionarlos.
En mérito a lo dispuesto en la NIA 240 “Las responsabilidades del auditor relativas al fraude en
una auditoría de estados financieros” el auditor no es responsable de no detectar fraude; no
obstante, debe estar alerta a indicios de este.
En esencia, para poder evitar esta situación, el auditor debe diseñar procedimientos que
puedan detectar distorsiones, ya sea por fraude o errores significativos e indagar ante la
gerencia si cree que hubo fraudes en la empresa.
Definitivamente el fraude es difícil de detectar cuando es elaborado por la alta gerencia, como
en el caso presentado, pues generalmente entre estos miembros es más fácil esconder este
tipo de situaciones.
A fin de alcanzar a detectar posibles situaciones de fraude, es necesario que la administración
diseñe controles que permitan detectar esta actividad.
Así también, se debe inculcar en los trabajadores a través de capacitaciones lo que significa
ser ético en el trabajo y qué consecuencias traería consigo la realización de fraude. Esto se
relaciona con el hecho de crear canales de comunicación para que el mismo personal pueda
realizar denuncias de manera anónima para situaciones que consideren extrañas en la
empresa. La compañía también debe tener cuidado con sus activos; por ello, dentro de los
sistemas de información, se debe tener cuidado con el uso de contraseñas de modo que exista
un acceso restringido a la información.
Los auditores, ya sean internos o externos, pueden ayudar a la detección de fraudes o errores;
no obstante, es muy complejo poder detectarlos en la realidad.
Es importante que la auditoría se realice de acuerdo a las NIA’s (Normas Internaciones de
Auditoría) para asegurar que los estados financieros se encuentren libres de errores
significativos que distorsionen la toma de decisiones de los usuarios.
Asimismo, es necesario no solo que se corroboren saldos y datos del periodo a revisar, sino
también que se realicen comparaciones con los saldos anteriores.
En todo momento se debe tener un escepticismo profesional con el personal de la empresa, y
realizar exhaustivas revisiones de documentación y/o registros contables. Se debe conocer
muy bien el sector en donde se desenvuelve el cliente y el negocio, de modo que se puedan
tener presente los posibles riesgos que debe afrontar el auditor y pueda mantenerse en modo
alerta frente a estos.
En conclusión, existen diversos tipos de fraude que puede cometer una entidad o un miembro
de ella, ya sea por ambición personal, exigencia de la gerencia o directorio, problemas
económicos, etc.; no obstante, una vez cometido el acto es imposible revertir el daño, lo que
perjudica no solo a la organización misma, sino también a los clientes, proveedores y, sobre
todo, a los inversionistas de la entidad.
Como se ha podido indicar líneas arriba, en el caso analizado, Caterpillar, aun teniendo dos de
las mejores auditoras supervisando su operación, no fue capaz de escapar a esta situación. Es
importante mencionar que la repercusión de lo sucedido no fue muy sentida debido a que la
empresa se enfrentaba con el mayor auge en su historia, ya que había alcanzado un
crecimiento en sus ventas del 15% respecto al año anterior. Sin embargo, no todas las
empresas poseen la misma suerte y, si una entidad reconocida internacionalmente como
Caterpillar con todos los instrumentos que tiene para poder detectar un posible fraude fue una
víctima, es comprensible lo complejo que debe ser para empresas e inversores más pequeños
enfrentar situaciones parecidas.
Como se ha señalado, si bien el auditor no tiene responsabilidad frente al fraude, debe estar
alerta a indicios de este, de igual manera que la administración de la empresa.
Por tal razón, a través de canales de comunicación entre el personal y la entidad, uno de los
objetivos gubernamentales debe ser combatir el fraude contable y fomentar una política de
ética dentro de la organización para que no exista más incidencia de fraudes corporativos. De
igual manera, el auditor debe realizar procedimientos eficaces que permitan detectar indicios
de fraude; para ello, debe conocer al cliente y a su sector