Ansiedad Social - Sevilla
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699-712
Resumen
Durante mucho tiempo, la fobia social parecía haber sido olvidada por la
comunidad científica. Afortunadamente, desde principios de los noventa el
número de investigaciones y estudios han crecido considerablemente, y los prime-
ros datos nos indican que estamos en condiciones de ofrecer tratamientos eficaces
a los sufridores de este trastorno. En este artículo, se presenta un protocolo cogni-
tivo-conductual para tratar la fobia social generalizada. Esta manera de acometer
el tratamiento del trastorno se basa en los datos de la literatura científica más
reciente y en la experiencia clínica de los autores. El protocolo está formado por
distintos estadios. En el primero, se le enseña al paciente a saber en qué consiste su
problema y por qué sigue sufriéndolo. El segundo estadio está dedicado a la tera-
pia cognitiva como una manera de controlar el nivel de ansiedad. El siguiente paso
está orientado a hacer experimentos conductuales y exposición, y desde nuestro
punto de vista es el ingrediente más activo de todo el protocolo. Finalmente, el
último paso, trata de mantener y consolidar los éxitos y reducir las recaídas.
PALABRAS CLAVE: Fobia social, ansiedad social, exposición, terapia cognitivo-conductual.
Abstract
For a long time, social phobia had been neglected by the scientific community.
Fortunately, since the beginning of the 90’s the amount of research and studies
has increased considerably, and preliminary data indicate that we are able to
offer effective treatments for patients with this disorder. This paper presents a
cognitive-behavioural protocol to treat the generalized social phobia. This way of
treating social phobia is based on the most recent data in the scientific literature
and the clinical experience of the authors. The protocol has several steps. First, the
aim is to teach the patient to identify their problem and its causes. The second
step is dedicated to Cognitive Therapy as a way of controlling anxiety levels. The
following step deals with behavioural experiments and exposure therapy, and from
our point of view this is the most efficient ingredient of the protocol. Finally, the
last step tries to secure gains and to reduce relapse.
KEY WORDS: Social phobia, social anxiety, exposure, cognitive-behavior therapy.
Correspondencia: Juan Sevillá, Avd. Peris y Valero 194, 1º derecha, 46006 Valencia (Spain). E-mail:
cetecova@correo.cop.es
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Introducción
Tabla 1
Principales pensamientos en fobia social
Sobre la propia actuación «No sé qué decir», «siempre meto la pata», «tartamudearé y no me
entenderá», «me quedaré en blanco».
Sobre la percepción de los demás «Se van a dar cuenta», «me están mirando», «sabrán que estoy
de la propia actuación nervioso», «llamaré la atención».
Sobre el juicio negativo de los «Pensarán que soy raro, idiota, débil, que miento, que me estoy
demás insinuando, que escondo algo, que soy homosexual, que estoy
nervioso, que estoy haciendo el ridículo, que soy aburrido y que no
estoy a la altura».
Sobre ser rechazado «Me despreciarán», «no querrán hablar conmigo», «dejará de ser mi
amigo», «me despedirá», «me va a abandonar».
Sobre autodesprecio «Nadie tiene un problema como éste», «soy inútil», «no tengo
personalidad», «me pasa algo muy raro», «nunca lo superaré»,
«qué será de mí»
Sobre reacciones de ansiedad «¡Qué horror, me estoy poniendo rojo!», «estoy totalmente empapado
visibles de sudor», «la mano me tiembla tanto que no puedo sostener el vaso».
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res se cumplan y para reducir su ansiedad física, las personas con este problema
desarrollan una serie de maniobras de escape y evitación o conductas de seguridad,
que en realidad mantienen su problema. De especial importancia y con un grado
mayor de dificultad para ser evaluadas estarían las conductas de seguridad encu-
biertas. Por ejemplo, pensar con anticipación de qué tema se va a hablar, elegir con
gran detalle, palabra a palabra, lo que se va a decir, o revisar y evaluar cada frase
pronunciada. Estas conductas además suelen crear un grave problema en términos
de habilidad social que rompe completamente la comunicación con el interlocutor.
Al estar muy centrado en estos aspectos y en otros como las sensaciones fisiológi-
cas que notan, no «oyen» o procesan la información que les da el interlocutor con
todos los efectos negativos que esto implica.
Finalmente, en términos de consecuencias todas estas maniobras provocan en
el paciente una falsa sensación de control o autodominio y alivio del malestar. Este
efecto que en términos técnicos conocemos como refuerzo negativo es lo que fun-
damentalmente mantiene el problema.
Además de evaluar estos datos funcionales, es extremadamente importante
para el clínico averiguar también si el paciente está deprimido, si hay abuso de
alcohol u otras drogas y si su repertorio de habilidades sociales es adecuado. Este
último dato es particularmente relevante cara al enfoque terapéutico. Durante años
se asumió que Fobia Social y Déficit de habilidades sociales eran términos práctica-
mente sinónimos. Sin embargo, desde principios de los 90 (Heimberg et al., 1995)
sabemos que sólo el 18% de los fóbicos sociales realmente tienen un déficit de
habilidades sociales. Para conseguir todos estos objetivos, a menudo se necesitan
dos o tres sesiones de trabajo.
camos al paciente que reduciendo la credibilidad de los mismos, tendrá mayor con-
trol. La terapia cognitiva sería un procedimiento para analizar y someter a prueba
verbal o intelectual la veracidad de tales interpretaciones. A menudo, usamos el
símil del científico. De la misma manera que los científicos antes de aceptar una
hipótesis como veraz la someten a prueba en el laboratorio, vamos a someter a
prueba nuestras interpretaciones de las situaciones sociales, de lo que va a pasar o
de lo que van a pensar los demás, en vez de aceptarlo directamente. Si vemos que
son pensamientos infundados, buscaremos otros más realistas.
Resaltamos para el lector la manera en que se propone y se usa la terapia cog-
nitiva. No es un objetivo por si mismo, sino un medio para conseguir el objetivo
real, eliminar las conductas de seguridad. En nuestra opinión si no se consigue este
objetivo, el tratamiento tendrá poco o ningún éxito.
Les enseñamos a identificar con exactitud cuáles son los pensamientos que
vamos a analizar y modificar con la terapia cognitiva. Les educamos acerca su natu-
raleza automática, de cómo son muy creíbles y rápidos, que a veces se expresan de
una manera confusa, estando mal construidos sintácticamente, de que se mezclan
con otros tipos de pensamientos cualitativamente muy diferentes y que pueden
tener en ocasiones, forma de imagen.
Además de la entrevista en consulta, para atrapar los pensamientos resulta muy
útil utilizar autorregistros, reconstrucciones en imaginación de situaciones reales, y
reconstrucciones escenificadas de esas situaciones.
Tabla 2
Uso de la flecha descendente
→
Paciente Que estaba haciendo el ridículo
→
Terapeuta ¿Qué significa para ti hacer el ridículo?
→
Paciente Decir algo inadecuado
Con el objetivo de que este proceso sea más sistemático y simple, les propone-
mos cuatro parámetros o criterios en los que deben o pueden basarse las preguntas:
la objetividad, la emoción que suscitan, la utilidad que tienen, y la forma lingüística
(o semántica) de los pensamientos objeto de análisis. En la tabla 3, aparecen ejem-
plos de estas preguntas.
Buscar alternativas
Tabla 3
Ejemplo de preguntas de discusión para fobia social
natural, casi por inercia. Otro error característico es elegir una alternativa dema-
siado positiva, o rosa. Sería igualmente indemostrable que el paciente pasará de
creer «pensarán de mí que soy un incompetente» a tratar de creer «pensarán de mí
que soy genial». Las alternativas deben ser pensamientos que se desprendan de los
datos objetivos que nos proporcione la propia situación.
Todo este proceso de discutir los pensamientos negativos automáticos y bus-
car alternativas realistas se realiza siguiendo una aproximación graduada. En una
primera fase, es el terapeuta en consulta quien dirige y aplica las técnicas. A conti-
nuación, es el paciente quien en consulta toma las riendas del proceso. En un tercer
estadio, el paciente practica la estrategia en casa, pero en momentos de tranquili-
dad. Y finalmente lo traslada a las situaciones-problema reales para que le ayuden a
reducir su ansiedad y a arriesgarse a eliminar las conductas de escape-evitación. En
este punto el paciente está listo para la siguiente fase terapéutica.
Diversos autores (Butler, 1985) han señalado las dificultades técnicas y prácticas
que aparecen a la hora de aplicar exposición en vivo en fobia social. En nuestra
opinión estos son los principales problemas:
Aunque hay recursos clínicos para intentar paliar estas dificultades: usar expo-
sición imaginada, hacer exposición en la consulta reproduciendo situaciones reales
escenificadas, o incluso usar un grupo formal de habilidades sociales como un esce-
nario análogo de exposición en vivo, en nuestra opinión su eficacia es relativa. La
alternativa viene del enfoque cognitivo para la fobia social (Clark, 1997), el uso de
experimentos conductuales.
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Tabla 4
Ejemplos de experimentos conductuales
No saber qué Preparar temas de conversación con Ir a la situación sin ningún tema
decir, quedarme antelación. preparado.
en blanco. Hablar de temas que se domina. Obligarse a hablar del tema que
Poner excusas para no hablar: dolor de surja, sea el que sea.
cabeza, afonía. Evitar hablar del tema que se
Abandonar la situación domina.
momentáneamente. Mantenerse en la situación sin
Colocarse al lado de personas muy dejarla ni siquiera por un momento.
conocidas. Situarse al lado de personas que no
Quedar con varias personas a la vez (y conozca.
no con una a solas). Quedarse a solas con una persona.
Sudar Llevar mucha ropa o muy gruesa (para Usar ropa acorde con la
que no se vea el sudor). temperatura ambiente.
Llevar ropa muy ligera (para no sudar). Usar ropa según los gustos
Usar ropa de colores suaves (para que no personales.
se note la mancha de sudor). Tomar una cantidad de bebida
Beber bebidas frías. normal a temperatura ambiente.
No beber nada. Obligarse a beber.
Refrescarse en el baño. No ir al baño para refrescarse la
Mantener los brazos pegados al cuerpo. cara o las manos.
Mover los brazos con normalidad.
Moverse con naturalidad.
Desde un enfoque cognitivo (Clark, 1997; Wells, 1997) a la base de los pen-
samientos negativos automáticos existe una serie de creencias nucleares que sos-
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Esta es una técnica utilizada por los terapeutas racional-emotivos (Ellis, 1985).
El concepto básico consistiría en que el paciente afrontase voluntariamente, o más
bien crease situaciones, que para la mayoría de las personas fuesen incómodas
socialmente o incluso embarazosas. Estas situaciones, obviamente, nunca serán
groseras, inmorales o ilegales, sólo pintorescas. Ejemplos habituales usados en
nuestra práctica serían: usar ropa estrafalaria para una ocasión en concreto, pedir
información en un video club sobre películas X o intentar venderle el periódico del
día anterior a alguien por la mitad de precio.
Con estas peculiares tareas se intenta que el paciente comprenda que incluso
cuando hacemos cosas realmente extravagantes o ridículas, en realidad, no pasa
nada o casi nada. Aprender esto es crear músculo o anticuerpos emocionales en el
paciente reduciendo la probabilidad de recaída.
Prevención de recaídas
En la línea del excelente trabajo de Marlatt y Gordon (1985) la idea sería prever
situaciones de alto riesgo que podrían causar recaídas, preparar un plan de afronta-
miento basado en las estrategias aprendidas y ensayarlo en imaginación (y si algún
afrontamiento es posible, hacerlo en vivo).
Conclusiones
Tabla 5
Descripción, sesión a sesión, de nuestro protocolo de tratamiento
para la fobia social
2 EVALUACIÓN “ “ “ “
prevención de recaídas
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descripción sólo debería tomarse como lo que es, un ejemplo, no como una receta
para seguir estrictamente.
Referencias