Mateo 19.9 Parte 1
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Lección 3 Anotaciones
Cuando es discutido el tema del divorcio y las segundas nupcias, viene inmedia-
tamente a la mente un versículo, que es Mateo 19:9. Si algún pasaje necesita ser
entendido correctamente en un estudio de esta clase, nuevamente Mateo 19:9 es
el pasaje. Aunque otros puntos y pasajes deben venir al panorama, este versículo
lleva la carga principal. Nuestro propósito en esta lección y en la siguiente es
aprender lo que dice el pasaje.
I. Antecedente Histórico
La discusión de Jesús con los fariseos ocurre en el dominio de Herodes Antipas
quien había decapitado a Juan el Bautista por decirle que su matrimonio con He-
rodías era ilícito (Mr. 6:16-28). Aunque no hay indicación en el texto, es posible
que los fariseos pensaran que lo mismo le sucedería a Cristo al decir las mismas
cosas en la jurisdicción de Herodes.
Había dos escuelas de pensamiento principales sobre las causas del divorcio.
Aparentemente, un debate candente continuaba entre los judíos sobre la interpre-
tación de Dt. 24:1-4. A la cabeza de las discusiones estaban los rabinos Shammai
y Hillel quienes eran las cabezas de las escuelas rabínicas en Jerusalén cerca de
un siglo antes de Cristo.
Ambos eruditos enseñaban que el divorcio era lícito. El interrogante era con
respecto a la causa o los motivos. El rabino Shammai contendía que el divorcio
era lícito solamente por adulterio o algún pecado sexual. Su contención era más
bíblica solamente hasta el grado en que Moisés no aprobó el divorcio por cual-
quier causa. El rabino Hillel afirmaba que el divorcio era lícito por cualquier
causa (por ej. aún por sobresalar o cocinar mal la comida). Era la idea más popu-
lar. El divorcio por cualquier causa era practicado extensamente, especialmente
alrededor de Jerusalén. También había una tercera escuela dirigida por el rabí
Akiba la cual era muy similar a la de Hillel, pero decía que el divorcio era lícito
aún si un hombre encontraba a una mujer más agradable.
II. El Contexto
Nuestro estudio del versículo 9 se enriquecerá cuando tengamos un buen cono-
cimiento del contexto (v.3-12).
A. La Pregunta de los Fariseos (v.3). Los fariseos vinieron a Jesús y le pre-
guntaron, “¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?” Estaban
intentando ponerlo en conflicto con alguna o con ambas de las escuelas rabínicas.
Quizás lo que querían eran volver contra él a aquellos que sostenían la idea popular.
Obviamente, no estaban haciendo su pregunta con el deseo de conocer la verdad.
La pregunta parecía centrarse alrededor de Dt. 24:1-4, porque el versículo 7
indica que este estaba en sus mentes. El mismo parafraseo de sus preguntas nos
dice que la interpretación de Hillel estaba en sus pensamientos.
B. Jesús Contesta Por Medio de Apuntar a la Ley de Dios al Principio (v.4-6).
Jesús no se dirigió directamente al asunto centrándose alrededor de Dt. 24:1-4. Más
bien, les recrimina por la ignorancia de la ley original de Dios sobre el matrimonio
por medio de decir, “¿No habéis leído ...?”
El Señor no pone un pasaje contra otro (por ej. Gén. 2:24 vs. Dt. 24:1-4) como
veremos más tarde. Más bien, apunta a más allá de las costumbres, de los rabinos,
de las tradiciones y aún de Moisés, al principio (Gén. 1:27; 2:24). Por medio de
apuntar al principio, Jesús da cuatro razones de por qué uno no puede repudiar a
su cónyuge por cualquier causa.
1. Dios creó un hombre para una mujer (Gén. 1:27). No fueron creados
repuestos por si acaso el primer matrimonio no funcionaba. Dios nunca dijo, “Si
este matrimonio no funciona, trate con alguien más”.
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2. Los cónyuges deben unirse el uno al otro (Gén. 2:24). “Unir” significa
Anotaciones “ (kollavw, 2853), primariamente, encolar o cementar juntamente [Vine, W.E.,
Vine Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento
Exhaustivo, (Nashville: Editorial Caribe) 2000, c1999]. Dios tuvo la intención
de que el hombre se uniera su esposa (y viceversa) y que esta fuera una situación
permanente. Esa es la forma en que esto era al principio; la forma en que debería
haber sido entonces y la forma en que debe ser hasta que el mundo se acabe. Es
por esto que es incorrecto repudiar al cónyuge de uno por cualquier causa. Gén.
2:24 es el que determinará la actitud de un hombre hacia su esposa y su repudio
y no Dt. 24.
3. Un hombre y su esposa son una carne (Gén. 2:24). Uno es el único
número que no puede ser dividido (al menos en lo que se refiere a las personas).
“Uno” sugiere total posesión del uno para con el otro. Son uno en mente, espíritu,
metas, dirección, emociones, sentimientos y voluntad. Matthew Henry dijo, “Los
hijos de un hombre son pedazos de él mismo, pero su esposa es él mismo” (Vol.
5, Pág. 214).
4. Dios ha juntado al hombre y a la mujer en matrimonio. La palabra
traducida “juntado” (usada solamente aquí y en Mr. 10:9) significa “amarrar en
un yugo, enyuntar” (Thayer, Pág. 594). Cuando Dios los ha ligado, el hombre no
tiene derecho para repudiar a su cónyuge por cualquier causa.
C. Los Fariseos le Preguntaron Acerca de Moisés y de la Carta de Divorcio
(v.7-8). Ahora están intentando poner a Cristo en conflicto con Moisés. Por
medio de citar Dt. 24:1-4, ellos piensan que esta es sencillamente otra forma de
desacreditarlo en vista de que el respeto por Moisés estaba apoyado solamente
por Dios. Sin embargo, ellos habían pervertido a Moisés por hablar del divorcio
como un mandamiento.
¿Qué es lo que realmente dice Dt. 24:1-4? Moisés estaba tratando con las con-
diciones que seguramente iban a pasar. Nada es dicho de animarlos al divorcio y
a las segundas nupcias. El pasaje simplemente prohíbe las segundas nupcias de
la mujer repudiada con su primer marido. Nada es dicho acerca de la aprobación
de Dios del divorcio y su recasamiento con el segundo hombre. “No obstante,
en estos versículos el divorcio no es establecido como un derecho, todo lo que
es hecho es que en caso de un divorcio una reunión con la esposa divorciada está
prohibida” (Keil & Delitzsch, El Pentáteuco, Vol. III, Pág. 4179).
Este es un caso de “ley casuística”. La construcción es “Si ... Entonces ...” La
cláusula del “si” es llamada la “prótasis” y la cláusula del “entonces” la “apódosis”.
[prótasis – || 2. Ret. Primera parte del período en que queda pendiente el sentido,
que se completa o cierra en la apódosis. Biblioteca de Consulta Microsoft® En-
carta® 2003. © 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos].
Instrucciones en la forma:
“1Si un hombre toma una mujer y se casa con ella, pero después resulta que
no le gusta por haber encontrado en ella algo indecente, le dará por escrito
un certificado de divorcio y la despedirá de su casa. 2Ella, después que haya
abandonado la casa, podrá casarse con otro; 3pero si su segundo marido tam-
bién llega a despreciarla y le entrega un certificado de divorcio, despidiéndola
de su casa, o si este segundo marido se muere, 4entonces el que fue su primer
marido no podrá volver a casarse con ella debido al estado de impureza en
que ella se encuentra; esto sería un acto repugnante para el Señor, y ustedes
no deben deshonrar el país que el Señor su Dios les da en propiedad” — Dios
Habla Hoy - La Biblia de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades
Bíblicas Unidas) 1998. [Cfr. Traducción Kadosh Israelita Mesiánica – Diego
Ascunce (2009); y La Palabra de Dios Para Todos (PDT).
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La ley casuística no demanda ni aprueba la prótasis, sino que declara que cuando
suceden aquellas cosas entonces (la apódosis) aquí está lo que la ley dice que debe Anotaciones
ser hecho. Por ejemplo, si usted pide prestado mi carro yo le puedo decir, “Si
usted tiene un choque, entonces debe llamar a la policía”. No dije que tendrás un
choque, ni sugerí que aprobaría tal cosa. Solamente dije que si eso sucede, entonces
debes llamar a la policía. Ex. 21:10 es un pasaje con esta clase de construcción –
[“Si toma para sí otra mujer, no disminuirá a la primera su alimento, ni su ropa,
ni sus derechos conyugales” LBLA]. “Si toma para sí otra mujer” no manda ni
aprueba la poligamia. Más bien, si él toma otra mujer entonces no debe disminuir
su alimento, vestido y deber conyugal con la primera esposa. También considere
los v.18-20. Otro ejemplo serían las leyes regulando el castigo por homicidio, el
cual obviamente no se justifica.
La Reina-Valera parece indicar que Dios aprueba a un hombre repudiando a
su esposa por cosa indecente y que ella puede volverse a casar con un segundo
hombre cuando dice “le escribirá carta de divorcio ... podrá ir y casarse con otro
hombre” (Dt. 24:1-2, énfasis mío DVR). No obstante, LBLA declara simplemente
esto como una cosa que el hombre hace, antes que decir que él puede hacerlo. Se
lee: “y le escribe certificado de divorcio ... y llega a ser mujer de otro hombre”.
Ninguna traducción indica que Dios aprueba al hombre repudiando a su esposa o
a ella casandose otra vez con el segundo hombre.
“El lector cuidadoso notará que la traducción de la RV y LBLA difieren mate-
rialmente. En la RV se lee en la segunda parte del v.1: “[entonces] le escribirá
carta de divorcio’, etc., la LBLA tiene ‘y le escribe‘, etc., mientras que el Hebreo
original no tiene ‘entonces’, sino simplemente la conjunción ‘y’. Ciertamente no
hay mandamiento en las palabras de Moisés, pero por otro lado, un claro propósito
de traducir lo anterior es más difícil en el caso del marido” (ISBE, Vol. II, Pág. 863).
Dt. 24:1-3 constituye la prótasis, declarando simplemente que el hombre que
repudia a su esposa y ella se vuelve a casar con otro hombre y este la repudia o
muere. Esto es declarado sin comentario acerca de la aprobación de Dios. Entonces
el v.4 constituye la apódosis, declarando lo que puede o no puede ser hecho en el
evento de que ocurran las cosas previamente mencionadas.
LEY CASUISTICA
SI .... (v.1-3)
(Prótasis)
Hay una lección práctica de Dt. 24. Hoy día se dice mucho acerca de la pobre
parte inocente a quien no se le pudo ayudar siendo repudiada. Ciertamente Dios
no la castigará por no permitirle que se vuelva a casar. No obstante, la mujer de
Dt. 24 estaba en una situación tal. Aunque no se le podía ayudar siendo repudiada,
no obstante se envilecía si se volvía a casar.
Jesús dijo que Moisés les “permitió” repudiar a sus esposas (Mat. 19:8). El
divorcio ya era una práctica común en Israel mucho antes de que Moisés escribiera
Dt. 24. Dios (y Moisés) toleraron el divorcio por cualquier causa aún cuando él no
lo aprobó, porque Jesús dijo “mas al principio no fue así”. También, Dios aborrece
el repudio (Mal. 2:16). A través del Antiguo Testamento Dios toleró muchas cosas
que no aprobó (por ej., la poligamia).
“PERMITIO”
NO NO SI
D. Jesús Enseña Su Ley (v.9). Jesús dijo, “Y yo os digo ...” A pesar de sus
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prácticas, de la tolerancia de Moisés y la interpretación de los rabinos, esta es su
ley. Repudiar el cónyuge de uno por cualquier causa y volverse a casar resulta en Anotaciones
adulterio. En vista de que la fornicación es una violación del principio de Gén.
2:24, el Señor permite el divorcio por esa causa. El significado y aplicación de
este versículo será tratado con más detalle en la siguiente lección.
A. Rechazaremos Mas Que Mat. 19:9. Si Mat. 5:32 y 19:9 no son parte del
Nuevo Testamento, entonces tampoco lo es todo el libro de Mateo. Si eso es verdad,
entonces también debemos rechazar Marcos, Lucas y Juan. Es interesante notar
que todos los evangelios fueron escritos después de Pentecostés.
B. Contraste en Mateo 5 y 19 Con la Ley de Moisés. En ambos pasajes Jesús
coloca su enseñanza en contraste con la ley de Moisés. En Mat. 5 él empezaría
diciendo, “Oísteis que fue dicho a los antiguos ...” y luego en contraste diría,
“Pero yo os digo ...” Esto es hecho al menos seis veces en este capítulo (v.21-22;
27-28; 31-32; 33-34; 38-39; 43-44). Mientras es verdad que Jesús trata en parte
con la interpretación de los rabinos en este capítulo, hace contrastes definidos con
la ley de Moisés.
Los fariseos vieron un contraste en la enseñanza de Cristo y la de Moisés (Mat.
19:7). Dijeron que Moisés había “mandado” dar una carta de divorcio. Jesús más
correctamente dijo que Moisés “permitió”. No obstante, hay aún un contraste,
porque dijo, “Y yo os digo ...” (v.9, énfasis mío DVR).
C. La Enseñanza de Jesús se Aplica Ahora. Una ley puede ser declarada antes
de que entre en vigencia (por ej. Mr. 16:16). En vista de que Jesús tenía y tiene
toda autoridad, los discípulos debían enseñar a aquellos que fueran bautizados a
“que guarden todas las cosas” que él “mandó” (Mat. 28:18-20).
La ley y los profetas fueron enseñados hasta Juan, pero desde entonces el reino
de los cielos era predicado (Luc. 16:16). Justo dos versículos después está un
versículo paralelo a Mat. 19:9 (Luc. 16:18).
Si vamos a creer que Mateo 19:9 no es parte del Nuevo Testamento porque fue
hablado antes de Pentecostés, soy llevado a preguntar acerca de un número de
otros pasajes. Me pregunto acerca de Mateo 18:17; Juan 3:5; Mateo 7:21; Juan
14:6; Lucas 22:30; Mateo 28:18-20 y Mateo 13 (las parábolas del reino); ¿son
estos explicaciones de la ley de Moisés? ¿Se aplican hoy día? Tome tales pasajes
como Mateo 5:28; si este no es aplicable hoy en día, entonces ¿cuándo se aplicó?
Ciertamente no era parte de la antigua ley.
D. Si No Es Aplicable Ahora, Nunca lo Fue. Si Mateo 19:9 no se aplica hoy día,
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nunca se aplicó. Ciertamente no era parte de la ley del Antiguo Testamento. Bajo
Anotaciones esa ley el fornicario era muerto (Dt. 22), de esta manera no se necesitaba que se le
repudiara. No podría aplicarse en el futuro, porque en el cielo no hay matrimonio
(Mat. 22:30). De esta manera, tendríamos un pasaje sin sentido.
Solo porque aquellos escritores después de Pentecostés nunca mencionaron
la excepción (por fornicación) no significa que Mat. 19:9 no sea obligatorio, en
algo más que el hecho de que Jesús no mencionó la muerte como causa para las
segundas nupcias no quiere decir que Rom. 7:1-4 no se aplica.