Responsabilidad Extracontractual en Accidentes de Tránsito

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RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL EN ACCIDENTES DE

TRANSITO EN CONCURRENCIA DE ACTIVIDADES PELIGROSAS:


CONSIDERACIONES DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA FRENTE A
LA CARGA DE LA PRUEBA EN COLOMBIA EN EL PERIODO
COMPRENDIDO ENTRE EL AÑO 2006 Y 201115

EDWAR MANUEL LÓPEZ SUÁREZ


FABIO RICARDO MARTÍNEZ ARDILA
YAQUELINE RINCÓN ARDILA
SONIA MARITZA ROJAS CARREÑO

RESUMEN:
La responsabilidad derivada del daño por actividades del hombre ha sido un tema que ha
preocupado a todas las civilizaciones, pero tal vez quien sentó las bases de la responsabilidad
para el derecho occidental ha sido el derecho Romano. Para hacer una referencia desde el
derecho comparado se puede hacer alusión al Código Civil Español que en su artículo 1902
señala que “El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia,
está obligado a reparar el daño causado”. Según el artículo, para que exista responsabilidad
civil es necesario que una acción u omisión antijurídica guarde en relación con un daño una
relación de causalidad, y que exista un factor de atribución de aquélla, que justificará la
imputación del daño al patrimonio de una persona. A su turno el código civil Francés en el
artículo 1382 preceptúa que: “Todo hecho del hombre que cause un daño a otro, obliga a
aquel por cuya culpa ha ocurrido, a repararlo. Lo que denota lo anterior es la tendencia de los
Códigos a seguir el sistema romano de la responsabilidad.

Actualmente el sistema de responsabilidad civil extracontractual se podría calificar como


diverso en cuanto a sus modalidades destacando posturas que van desde la responsabilidad
subjetiva basada en la culpa y el dolo, pasando por la responsabilidad presunta en los casos
de actividades peligrosas, hasta la responsabilidad puramente objetiva en la que solo debe
ocurrir el daño y no media la culpa o el dolo y ante la cual solo se exime el agente por la
ocurrencia de causas extrañas. Lo así anotado ha resultado en basamento de aspectos
relacionados con la carga de la prueba que no se compadecen con lo establecido en la
normativa civil, verbi gratia, el artículo 2341 del Código Civil, visto en concordancia con el
artículo 2356 de la citada norma.

15
Resultado del proceso de investigación formativa desarrollado en la Especialización en Derecho
Procesal Civil impartida por la Fundación Universitaria de San Gil y la Universidad Autónoma de
Bucaramanga.

51
El presente texto pretende la comprensión del sistema de responsabilidad que rige en el
derecho Colombiano, a partir del análisis de la norma y en relación con los criterios
jurisprudenciales adicionados a la luz del estudio de casos por la Corte Suprema de Justicia.
A su vez, comprende los elementos que llevan a unos criterios pendulares en relación con el
tema de la responsabilidad civil extracontractual y específicamente en cuanto a la carga de la
prueba. El tema así abordado, se torna útil para la academia en cuanto plantea el estudio de
la evolución de los criterios jurisprudenciales que suplen los vacíos de una norma en extremo
estática y positivista. Es así que, el tema objeto de la investigación deja entrever un punto
controversial, en el que se hace necesario profundizar en la responsabilidad civil
extracontractual en concurrencia de actividades peligrosas en accidente de tránsito, desde la
perspectiva probatoria bien cuando deba probar la parte demandada o la parte demandante,
para lo cual se ha pretendido lograr un objetivo general, como lo es, Analizar a partir de la
jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, a quién corresponde la carga de la prueba en
la responsabilidad civil extracontractual, en concurrencia de actividades peligrosas en
accidentes de tránsito, en Colombia en el periodo comprendido del 2006 al 2011. A su vez,
se pretendió lograr como objetivos específicos:

Identificar los antecedentes normativos y jurisprudenciales sobre la responsabilidad civil


extracontractual en concurrencia de actividades peligrosas en accidentes de tránsito.
Establecer los cambios que en materia probatoria ha tenido la jurisprudencia en los últimos
seis años (2006 al 2011), frente al tema de la responsabilidad civil extracontractual en
concurrencia de actividades peligrosas, en accidentes de tránsito.

Analizar los cambios de postura jurisprudencial de la Corte Suprema de Justicia sobre el tema
de la carga de la prueba en la responsabilidad civil extracontractual por accidentes de tránsito.
Además, resulta de vital importancia conocer el marco normativo que regula el aludido tema,
y su incidencia en la jurisprudencia colombiana en los últimos años.

PALABRAS CLAVE:
Responsabilidad civil extracontractual, Concurrencia de actividades peligrosas, Accidentes
de tránsito, Medios de prueba, Carga de la prueba.

ABSTRACT:
The derived responsibility of the damage for the man's activities has been a topic that it has
worried to all the civilizations, but perhaps who sat down the bases of the responsibility for
the western right it has been the Roman right. To make a reference from the compared right
one can make allusion to the Spanish Civil Code that in their article 1902 point out that "The
one that for action or omission causes damage to other, intervening blame or negligence, it
is forced to repair the caused damage". According to the article, so that civil responsibility
exists it is necessary that an action or omission artificial anti keeps in connection with a
damage a relationship of causation, and that an attribution factor exists of that that will justify
the imputation from the damage to the patrimony of a person. To their shift the civil code
Francés in the article 1382 precepts that: "The man's fact that causes a damage to other, forces
to that for whose blame has happened, to repair it. What denotes the above-mentioned is the
tendency of the Codes to follow the Roman system of the responsibility.

52
At the moment the system of responsibility civil contractual extra you could qualify as
diverse as for their modalities highlighting postures that go from the subjective responsibility
based on the blame and the deceit, going by the presumed responsibility in the cases of
dangerous activities, until the purely objective responsibility in the one that alone it should
happen the damage and he/she doesn't mediate the blame or the deceit and before the one
which alone the agent is exempted by the occurrence of strange causes. Him this way logged
it has been in basement of aspects related with the load of the test that you/they don't
sympathize with with that settled down in the normative one civil, verbi gratia, the article
2341 of the Civil Code, done in agreement with the article 2356 of the mentioned norm.

The article that intends, seeks the understanding of the system of responsibility that governs
in the Colombian right, starting from the analysis of the norm and in connection with the
approaches jurisprudenciales added by the light of the study of cases by the Supreme Court
of Justice. In turn, he/she understands the elements that take to some pendulous approaches
in connection with the topic of the responsibility civil extracontractual and specifically as for
the load of the test. The topic this way approached, you useful restitution for the academy as
soon as it outlines the study of the evolution of the approaches jurisprudenciales that you/they
replace the holes of a norm in static end and positivista. It is so, the topic object of the
investigation allows to see a controversial point, in which becomes necessary to deepen in
the responsibility civil extracontractual in concurrence of dangerous activities in traffic
accident, from the probatory perspective well when it should prove the demanded part or the
part plaintiff, for that which has been sought to achieve a general objective, as it is it, to
Analyze starting from the jurisprudence of the Supreme Court of Justice, it corresponds the
load of the test in the responsibility civil extracontractual to who, in concurrence of dangerous
activities in traffic accidents, in Colombia in the understood period of the 2006 at the 2011.

In turn, it was sought to achieve as specific objectives:


To identify the normative antecedents and jurisprudenciales about the contractual extra civil
responsibility in concurrence of dangerous activities in traffic accidents.
The changes that he/she has had the jurisprudence in the last six years in probatory matter to
settle down (2006 at the 2011), in front of the topic of the contractual extra civil responsibility
in concurrence of dangerous activities, in traffic accidents.
To analyze the changes of posture jurisprudencial of the Supreme Court of Justice on the
topic of the load of the test in the contractual extra civil responsibility for traffic accidents.
Also, it is of vital importance to know the normative mark that regulates the one mentioned
topic, and their incidence in the Colombian jurisprudence in the last years.

KEY WORDS:
Responsibility civil extracontractual, Concurrence of dangerous activities, Traffic accidents,
Test means, It loads of the test.

INTRODUCCIÓN
Con las interpretaciones del Código Napoleónico y posteriormente con el aporte del Código
civil Chileno, adaptado magistralmente por don Andrés Bello, se llega a la consagración del
Código Civil Colombiano. Desde este momento aparecen orientaciones en cuanto al daño y
la culpa como criterio de imputación sosteniendo así que no existía responsabilidad sin culpa.

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Posteriormente aparece la responsabilidad objetiva como una forma de ampliar las garantías
de las víctimas y afectado y más recientemente aparece la presunción de culpa, y algunos
elementos modificadores como las actividades peligrosas, la teoría del riesgo, la de la
responsabilidad objetiva y otras.

Lo cierto es que ante los vacíos que ha comportado la normativa, la jurisprudencia ha entrado
a interpretar asumiendo elementos doctrinales aplicables a cada caso. La aparición de nuevas
circunstancias que modifican el contexto del análisis, ha llevado también a variar las posturas
de la Corte Suprema de Justicia en una dinámica de péndulo que induce a la incertidumbre y
aleja de los postulados de seguridad jurídica ideales para generar confianza en el sistema
jurídico interno.

Actualmente, la responsabilidad civil extracontractual se cimenta en el artículo 2341 del


Código Civil Colombiano, bajo la premisa de que quien ha cometido un delito o culpa, que
ha inferido daño a otro, es obligado a indemnizar. Lo anterior permite, concluir que se
concentra en el citado artículo la consagración del régimen penal y civil y el elemento común,
es la conducta por acción u omisión por parte del demandado. Así las cosas incluso el
descuido o negligencia es generador de culpa. Ya se encuentra definido que la
responsabilidad civil exige como presupuesto que el agente con su conducta sea el causante
del daño, por sí mismo, por persona, cosa o actividad que esté bajo su responsabilidad o
autoridad. La responsabilidad termina sin embargo, siendo subjetiva en cuanto a la culpa u
objetiva al considerarse el riesgo como razón de la declaratoria.

Frente a la carga de la prueba, dependiendo del sistema de responsabilidad, ya sea subjetiva


u objetiva, se aborda el asunto. Si se parte del sistema de responsabilidad objetiva, el marco
de garantías del afectado se amplia, quedando al agente causante la única posibilidad de
exonerarse probando la ocurrencia de causa extraña o ajena a su conducta, como sucede en
los casos en que el agente desarrolla actividades esencialmente peligrosas. La
responsabilidad subjetiva atiende al comportamiento del agente, asociado a la culpa o al dolo
de tal manera, que se reprocha el actuar o el no haber actuado con diligencia y cuidado; en
principio, la victima tiene la carga de la prueba.

El sistema jurídico colombiano ha adoptado los dos regímenes de responsabilidad, (objetivo


y subjetivo) con otras variantes según las circunstancias que obran en cada hecho. Así por
ejemplo, se aplica el sistema de responsabilidad subjetiva que exige como presupuesto la
culpa probada (artículo 2341. C.C.); el sistema de responsabilidad extracontractual basado
en la culpa presunta (artículo 2347 C. Civil) donde una vez radicada la responsabilidad en el
agente, nace la responsabilidad civil, por la responsabilidad de cuidado sobre las personas o
actividades que originan el daño y por supuesto, la responsabilidad objetiva especialmente
para los casos de ejercicio de actividades peligrosas, en los cuales nace la responsabilidad
para quienes generan la situación de peligro y ante lo cual solo exonera de responsabilidad
la demostración de causa extraña.

En cuanto a la responsabilidad objetiva, el artículo 2356 del Código Civil, establece de


manera tácita una presunción de responsabilidad cuando los daños devienen o se generan de
actividades que implican peligro, que aunque no son evidentes surgen de esas situaciones y
la única manera de liberarse de la responsabilidad es demostrando la ocurrencia de caso

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fortuito, fuerza mayor o causas extrañas. La citada presunción implica frente a las causales
de exoneración, que la carga de la prueba frente a estos elementos radica en cabeza del
demandado, no obstante al demandante le incumbe probar por lo menos el daño y el nexo
entre este y el agente.

La aplicación de la responsabilidad civil extracontractual en caso de concurrencia con


actividades peligrosas ha variado y la Corte Suprema de Justicia, ha venido sosteniendo
posturas que varían en cada caso y bajo diversas consideraciones. Así ha considerado su
interpretación radical con apego al artículo 2356, para ir moderando su postura para decir
que no puede aceptar la teoría del riesgo16, al enfrentarse a la doctrina de la presunción de
culpabilidad. Frente a las anteriores doctrinas se ha movido la Corte en sus sentencias, sin
que se llegue a tomar una sólida postura. Lo anterior hace que también se vacile en cada caso
frente al problema de la carga de la prueba, máxime cuando las consideraciones están sujetas
a los criterios aparejados a la situación de riesgo, peligro, conducta eximente, riesgo asociado,
obligación de resultado, circunstancias de los agentes y los responsables, así como del
afectado con el daño. La norma presenta tal nivel de abstracción y ambigüedad al momento
de interpretarse frente al caso específico, que se está a merced de las posturas de la Corte,
que lo asume frente a cada caso. Esto tiende a generar inseguridad jurídica y falta de
confianza en el sistema responsabilidad imperante en el derecho colombiano.

Frente a lo expuesto surge básicamente la siguiente pregunta que orientará y delimitará el


objeto y alcance del presente escrito:
¿CUÁLES HAN SIDO LAS CONSIDERACIONES DE LA CORTE SUPREMA DE
JUSTICIA FRENTE A LA CARGA DE LA PRUEBA EN COLOMBIA EN EL PERIODO
COMPRENDIDO ENTRE EL AÑO 2006 Y 2011 EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
EXTRACONTRACTUAL, EN CONCURRENCIA DE ACTIVIDADES PELIGROSAS EN
ACCIDENTES DE TRÁNSITO, EN COLOMBIA?

METODOLOGÍA

Esta investigación es de enfoque cualitativo, ya que se analizaron los elementos constitutivos


de la responsabilidad civil extracontractual en concurrencia de actividades peligrosas en
accidentes de tránsito, la carga dinámica de la prueba en dicha responsabilidad, es decir, a
quién corresponde probar, analizando los diferentes criterios, conceptos y conclusiones que
la jurisprudencia y la norma han desarrollado, lo que conlleva a su vez una investigación
longitudinal, ya que la muestra objeto fueron las sentencias o jurisprudencias relativas al
tema en el lapso de tiempo comprendido entre el año 2006 y 2011.

La muestra fueron las sentencias o Jurisprudencias de la Corte Suprema de Justicia en


responsabilidad civil extracontractual en concurrencia de actividades peligrosas en
accidentes de tránsito en Colombia, entre las que están:

Tabla 1: Jurisprudencias de la Corte Suprema de Justicia

16
SENTENCIA, 18 de noviembre de 1940

55
EXPEDIENTE FECHA MAGISTRADO
PONENTE
2002-00109-01 Diciembre 19 de 2006 Dr. Manuel Isidro Ardila
Velásquez
73268 3103 002 1997 Mayo 02 de 2007 Dr. Pedro Octavio Munar
03001 01 Cadena
2001-01054-01 Agosto 24 de 2009 Dr. William Namén Vargas

660013103003-200500024- Mayo 25 de 2011 Dr. Pedro Octavio Munar


01 Cadena
73449-3103-001- Noviembre 3 de 2011 Dr. William Namén Vargas
200000001-01
Fuente: www.cortesuprema.gov.co
Para realizar el estudio de las jurisprudencias revisadas, se aplicó un instrumento o esquema
en donde se destacan: ver anexo

HIPÓTESIS

La carga de la prueba en la responsabilidad civil extracontractual, en concurrencia de


actividades peligrosas en accidentes de tránsito, en Colombia, según la ley y la jurisprudencia
durante los años 2006 a 2011, le corresponde a:

1.- Al demandado en aplicación de la responsabilidad subjetiva o de culpa, pero este podrá


exonerarse si demuestra una causa extraña, esto es, la fuerza mayor o caso fortuito, la culpa
exclusiva de la víctima o la intervención de un tercero.

2.- Al demandante, cuando las dos partes concurren al hecho dañoso desplegando sendas
actividades peligrosa, la presunción de culpa que opera en contra de cada una de ellas se
puede aniquilar mutuamente, forzando al actor a demostrar la culpa del demandado,
probando el nexo causal del daño, es decir, al demandante le corresponde probar que existe
un el enlace que liga el hecho culposo con el daño causado. El vínculo existe entre la conducta
y el daño. El vínculo causal es indispensable por cuanto la conducta del demandado debe ser
la causa directa, necesaria y determinante del daño producido.

3.- Al demandante, si se aplica la teoría del riesgo, con la cual se pretende establecer quién o
quiénes son los responsables de un daño ocasionado a una persona natural o jurídica que no
tenía por qué soportarlo, es decir, una responsabilidad objetiva. En palabras más puntuales,
con la teoría del riesgo se acoge todos los que intervienen en la creación del riesgo y crearon
las condiciones para que el daño se produjese. Con esta teoría, todas estas personas son
responsables solidarios del daño ocasionado, situación que en el plano procesal invierte la
carga de la prueba, siendo el demandante quien debe probar.

El tema se abordará, desde los postulados generados por teóricos de diversas tendencias.
Entre ellos, se inicia con el profesor REGLERO CAMPOS quien define la responsabilidad

56
civil considerando que reside en la imputación y que “un determinado sujeto será
responsable de un incumplimiento de un deber o de una obligación, o de la causación de un
daño, siempre que dicho incumplimiento le sea imputable”17.

A su turno, para YZQUIERDO TOLSADA18 para que exista responsabilidad civil es


necesaria la constatación de una acción u omisión, la cual tendrá relación con un daño
mediante un nexo de causalidad. Adicionalmente debe verificarse si se da el adecuado factor
de atribución, que permitirá justificar la imputación del daño a un determinado patrimonio.
De igual manera, se analizará la teoría objetiva, la cual modifica relativamente la estructura
clásica de la responsabilidad postulando que el daño no se atribuya a un sujeto según la
participación que haya tenido en el, sino según criterios derivados del riesgo de utilización
de sustancias, máquinas o instrumentos. Por ello, se habla de la socialización de la
responsabilidad porque incluye conductas identificadas, como en el caso normal por la culpa
y también aquellas que han creado el riesgo del que se ha derivado el daño19.

Partiendo de la tesis dualista de la responsabilidad civil, es preciso hacer una clara distinción,
entre los efectos que genera el ejercicio de la autonomía de la voluntad privada materializada
en el acuerdo de voluntades que es ley para las partes (contratos) y los que se producen como
consecuencia de la voluntad del Estado plasmada en la ley20.

Se estudia en primer término, la legislación colombiana en cuanto regula la responsabilidad


civil en diversos apartes y en tópicos como las consecuencias del incumplimiento, los hechos
jurídicos, etc. Consecuencialmente se hará referencia al título XII que se ocupa “del efecto
de las obligacionesi” y el XXXIV de “la responsabilidad civil por los delitos y las culpasii y
los que definen la responsabilidad desde la tendencia subjetiva y objetivaiii.

Así mismo, se tendrá en cuenta la diversidad de posturas de la Corte Suprema de Justicia,


llegando al punto de quiebre de la jurisprudencia, cuando entiende la necesidad de unificar
posturas, en cuanto no puede seguir referenciando postulados y tendencias de época pretéritas
en las que los fallos polémicos se sustentaron en problemas que surgieron merced al progreso
que obligó a acoger teorías diversas como la teoría del riesgo, actividades peligrosas, culpa
presunta, entre otras.

Es así como ésta Corporación, en sentencia que se constituye en hito21, y que pese a la época,
ya expresaba, que si bien es consciente de cierta tendencia doctrinal a unificar los tipos de
responsabilidad, sobre la base de la existencia de algunos puntos de contacto, descarta la

17
REGLERO CAMPOS, L. F., “Conceptos generales y elementos de delimitación” en Tratado de
responsabilidad Civil, 3ª ed., Thomson Aranzadi, Pamplona, 2008, P. 52.
18
YZQUIERDO TOLSADA, M., Sistema de Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual,
Dykinson, Madrid: 2001, P. 109.
19
ROCA TRIAS, E.,en Derecho de daños. Textos y materiales, ROCA TRIAS, E y NAVARRO
MICHEL, M, 6ª ed, Ed. Tirant lo Blanch, Valencia, 2011, P.. 19 y ss.
20
GENEVIÉVE, VINEY, citado por Antonio Barreto, en Algunas consideraciones sobre el régimen
de incumplimiento contractual a partir del principio de reparación integral, Bogotá, Econta, Uniandes,
2003; P 6.
21
CORTE SUPREMA. Opcit, sentencia de febrero 19 de 1999,. Exp. 5099.

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validez de dicha opción, como quiera que es el propio legislador quien ha previsto
regulaciones autónomas.

Por ello, la Corte Suprema de Justicia, precisando la definición de responsabilidad


extracontractual, ha expresado que la jurisprudencia es el encuentro accidental fortuito de
una fuente de la obligación resarcitoria, generada por mandato legal y señala que: “como
desde antaño lo viene predicando la Corporación con apoyo en el tenor del artículo 2341 del
Código Civil, para que resulte comprometida la responsabilidad de una persona natural o
jurídica, a título extracontractual, se precisa de la concurrencia de tres elementos que la
doctrina más tradicional identifica como “culpa, daño y relación de causalidad entre aquélla
y este”. Condiciones estas que además de considerar el cuadro axiológico de la pretensión en
comentario, definen el esquema de la carga probatoria del demandante, pues es a este a quien
le corresponde demostrar el menoscabo patrimonial o moral (daño) y que este se originó en
la conducta culpable de quien demanda, porque al fin y al cabo la responsabilidad se engasta
en una relación jurídica entre dos sujetos: el autor del daño y quien lo padeció”22.

Para adentrarnos en el desarrollo del tema, es necesario detenernos a precisar, qué es la


responsabilidad civil, la cual es definida por la doctrina y jurisprudencia, como una fuente de
las obligaciones, “por cuanto somete a quien ha ocasionado un prejuicio a otro, a reparar las
consecuencias de ese daño. (…) Tal persona que resulta obligada a indemnizar es civilmente
responsable. (…) En consecuencia, se dice que una persona es civilmente responsable cuando
resulta obligada a reparar el perjuicio sufrido por otro”23.

Tal Perjuicio, puede derivarse como consecuencia del incumplimiento de un contrato o puede
surgir de un hecho cualquiera, sin que tenga que mediar un contrato entre la persona que
causo el perjuicio y a quien se le causo el daño.

Lo anterior ha permitido establecer una distinción, entre lo que conocemos como


responsabilidad civil contractual y responsabilidad civil extracontractual. Para que se pueda
hablar de la primera, se requiere que exista un contrato válido entre las partes y que el
perjuicio sufrido por una de ellas resulte del incumplimiento del contrato, ya total, parcial o
por su cumplimiento tardío.

En cuanto a la responsabilidad civil extracontractual, la debemos entender como la carga de


asumir las consecuencias patrimoniales derivadas de un hecho dañoso que procede del
despliegue de una conducta humana, propia o de un tercero, o de la intervención de cosas
animadas e inanimadas24; que se encuentra regulada en el libro cuarto, titulo XXXIV,
artículos 2341 a 2360, del Código Civil Colombiano, siendo el desarrollo del conocimiento
para resolver los conflictos que surgen entre los particulares sobre esta materia netamente
Jurisprudencial, en especial de la Corte Suprema de Justicia.

22
Ibid, Exp. 5012, sentencia de octubre 25 de
1999.
23
TAMAYO LOMBANA, Alberto, Temis, 1998, P. 3
24
MARTÍNEZ RAVE y MARTÍNEZ TAMAYO, 2003, P. 28

58
Durante el desarrollo jurisprudencial de la Corte Suprema de Justicia, se han formado
divisiones a su interior con tendencia a establecer cuál de las dos teorías de las escuelas,
objetivista y subjetivista, es la que debe ser aplicada en los casos de responsabilidad civil
extracontractual cuando existe concurrencia de actividades peligrosas en accidentes de
tránsito. La primera de ellas, encuentra sustento en una responsabilidad sin culpa, ni presunta
ni probada. (….)“ la victima solo tienen que probar el perjuicio y la relación de causalidad.
En definitiva se prescinde del elemento culpa. (...) el demandado responde sin culpa,
responde por el resultado. Es una responsabilidad que se fundamenta en el vínculo material
de causalidad entre el hecho o actividad del demandado y el perjuicio sufrido por la
víctima”25.

Dicha teoría establece que, tanto la parte demandante como la demandada, deben probar que
la acción desplegada por su adversario tuvo el mayor grado de injerencia como generador del
hecho dañino, para que sea hallado como responsable de los daños y perjuicios que se
ocasionaron, como consecuencia del despliegue de dicha acción.

Cosa diferente se plantea en la teoría de la responsabilidad subjetiva, la doctrina y la


jurisprudencia, la han determinado como aquella, en la cual (…) “Se presume la culpa del
demandado y por lo tanto el demandante está exonerado de aportar prueba. Le basta con
demostrar el perjuicio y la relación de causalidad entre la actividad del demandado y el daño
sufrido por él, que es la víctima”26, quien solo debe activar el aparato judicial demostrando,
el daño que se le ha causado y nexo causal entre la conducta desplegada por el agente que
causa el daño, para que se exima de probar la responsabilidad que tuvo el demandado o agente
del daño, quien puede solo exonerarse de pagar los daños y perjuicios causados, probando,
ausencia de culpa por cuanto actuó con cuidado y diligencia; la culpa exclusiva de la víctima,
el hecho de un tercero como causante del daño, fuerza mayor o caso fortuito, como agente
determinante del daño que se causó.

Descendiendo del plano conceptual al análisis de las distintas posturas que sobre la materia
ha adoptado nuestro máximo Tribunal de la jurisdicción ordinaria, durante el periodo 2006 a
2011, debe señalarse en línea de principio, que si bien la Corte Suprema de Justicia, a lo largo
de los años consolidó la teoría de la responsabilidad subjetiva, como herramienta de solución
para los diversos problemas jurídicos derivados de accidentes de tránsito en concurrencia de
actividades peligrosas, admitió igualmente la posibilidad de que ambas partes concurrieran
en la producción del hecho dañoso, y por ende, se aniquilaran las presunciones de culpa que
pesaba sobre cada una de las partes, debiendo en consecuencia el actor probar la culpa del
demandado.

En este orden de ideas, la Corte Suprema, en innumerables pronunciamientos asumió tal


posición, entre ellos, el de 19 de diciembre de 2006, en el cual precisó que:

…El quiebre de la sentencia del Tribunal se ha dado justamente porque no cayó en


la cuenta de que tal cosa no fue así, pues al resultado dañoso cuya reparación se
demanda no sólo concurrió el comportamiento negligente de la víctima, cual se verá

25
TAMAYO. Opcit. P. 27
26
Ibid, P. 24

59
líneas después, sino también la culpa de los demandados, que amén de presunta -a
ojos del tribunal- encuentra corroboración en las probanzas, es apenas obvio que el
fallo de primer grado debe revocarse, para que en su lugar proceda la Corte a examinar
la controversia tomando en consideración esos aspectos litigiosos27.

Tal postura fue ratificada en posterior providencia de 2 de mayo de 2007, en la cual sostuvo
además, que al Juez le corresponde la tarea de valorar de acuerdo a los elementos de juicio
existentes en el proceso, si ha de operar la aniquilación de la presunción que favorece a la
víctima, para una vez en este punto, ponderar la incidencia de la actividad desplegada por las
partes en la producción del hecho dañoso.

Al respecto puntualizó que:


“…la aniquilación de la presunción de culpas por concurrencia de actividades
peligrosas en la generación de un daño, presupone que el juez advierta, previamente,
que en las específicas circunstancias en las que se produjo el accidente, existía cierta
equivalencia en la potencialidad dañina de ambas”28.

De lo anterior se observa con meridiana claridad, que, si bien se mantenía la postura


tradicional de la teoría de la responsabilidad subjetiva ante la concurrencia de actividades
peligrosas, la Corte ya advertía la necesidad de un cambio en cuanto a la valoración e
incidencia de la actividad desplegada por los implicados en la producción del daño, esto es,
sin lugar a dudas, un viraje casi imperceptible hacia la teoría de la responsabilidad objetiva,
sin dejar de lado la culpa como elemento esencial o característico de la responsabilidad a la
luz del artículo 2356 del Código Civil, del cual devenía la carga de la prueba en cabeza del
demandado, quien solamente podía exonerarse de pagar los daños y perjuicios causados,
probando que actuó con cuidado y diligencia, o que el daño se produjo por la culpa exclusiva
de la víctima, el hecho de un tercero, fuerza mayor o caso fortuito.

Ahora bien, la Corte Suprema de Justicia, en trascendental decisión del 24 de agosto de


200929, reiterada en providencias de 25 de mayo30 y 3 de noviembre de 201131, dio un giro
radical en cuanto al tema objeto de estudio, partiendo de la base que si bien la conducción de
vehículos automotores lleva implícita per se una actividad peligrosa, no por ello, debe
presumirse que quien la desarrolla lo hace con negligencia o malicia, es decir, que la
obligación de reparar el daño no puede partir de la presunción de culpabilidad por el solo
hecho del despliegue de la actividad peligrosa, pues en tal situación, solo serían reparables
los eventos en que mediara la culpa del agente, sino que por el contrario, el deber de reparar
deviene del ejercicio de la actividad misma.

Al respecto, esa alta Corporación señaló en la primera de las providencias citadas, que: “…la
culpa, no estructura esta responsabilidad, tampoco su ausencia demostrada la excluye ni
27
SALA DE CASACIÓN CIVIL, M.P. Manuel Isidro Ardila Velázquez, Radicado
200200109-01
28
Ibid, M.P. Pedro Octavio Munar Cadena, Radicado 1997- 03001 01
29
Ibid, M.P. William Namén Vargas, Radicado 2001-01054-01
30
Ibid, M.P. Pedro Octavio Munar Cadena, Radicado 2005- 00024- 01
31
Ibid, M.P. William Namén Vargas, Radicado 2000-00001-01

60
exime del deber de reparar el daño, esto es, no es que el legislador la presuma, sino que carece
de relevancia para estructurarla o excluirla, en cuanto, el deber resarcitorio surge aún sin
culpa y por el solo daño causado en ejercicio de una actividad peligrosa en consideración a
ésta, a los riesgos y peligros que comporta, a la lesión inferida y a pesar de la diligencia
empleada”.

Esta nueva postura, sin lugar a dudas sugiere como la misma Corte lo apuntala en la citada
providencia, que, excluida la culpa como elemento preponderante o esencial de la
responsabilidad por el ejercicio de una actividad peligrosa como la conducción de vehículos
automotores, necesariamente ha de indagarse sobre cada una de las conductas desplegadas
por los implicados en el hecho, valorándolas y ponderándolas de acuerdo a las reglas propias
que gobiernan cada caso en particular, amén de determinar su eficiencia en la producción del
daño, esto es, si la conducta del agente fue la causa eficiente de éste, o qué grado de incidencia
en él ha de atribuírsele a cada una de las partes, para en determinado momento proceder a la
pertinente graduación de la responsabilidad, y por ende, a la respectiva tasación de los
perjuicios causados.

Tal situación, evidentemente impone a cada uno de los implicados, el deber de probar que el
hecho dañoso ocurrió en virtud de la actividad desplegada por su contraparte, y si bien no se
llega al punto de la carga de la prueba bajo el régimen de la culpa probada -por obvias
razones-, consideramos que el deber probatorio de los intervinientes se equipara en aras de
demostrar la responsabilidad eficiente en la producción de daño, sin que ésta situación
modifique en forma alguna la postura tradicional que de antaño ha tenido la Corte, respecto
a que solo exonera de la responsabilidad el elemento extraño, esto es, la fuerza mayor o el
caso fortuito, la intervención de la víctima o de un tercero, pero bajo el entendido que actúa
como causa única y exclusiva o, mejor la causa extraña impide la imputación causal del daño
a la conducta del supuesto autor, advirtiéndose claro está, que también queda excluida la
noción de culpabilidad frente a este preciso aspecto.

Así las cosas, en lo referente al tema central de ésta investigación -carga de la prueba-, debe
considerarse que más que un cambio en estricto sentido, lo que ha perfilado la jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia, es un mayor compromiso de las partes enfrentadas en la litis
de cara a la prueba de los supuestos de hechos que configuren bien las pretensión o la
excepción de mérito, circunstancia que bien puede interpretarse como un acercamiento entre
el principio del “onus probandi incumbit actori” establecido en el artículo 177 del C.P.C. y
el inciso primero del artículo 167 del Código General del Proceso, y el principio de la “carga
dinámica de la prueba” establecido en el inciso segundo del citado artículo 167.

En este punto, es bueno recordar que, el fin primordial del proceso, no es otro que decidir la
controversia planteada con base en los medios de prueba debidamente recaudados, los cuales
vale decir, son aquellos que han sido aportados en su mayoría por las partes como
consecuencia de su actividad probatoria. Lo anterior, por cuanto en la actualidad se advierte
con alarmante frecuencia, que, el fracaso bien sea de una pretensión o de una excepción en
los procesos de responsabilidad civil bajo los supuestos analizados en precedencia, va
directamente ligado a la inactividad probatoria, o lo que es mucho más grave, al completo
desconocimiento de qué y cómo se debe probar, aspectos estos que sin lugar a dudas, quedan

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aún más al descubierto ante la desaparición o inaplicación de las presunciones que antes le
favorecían.

CONCLUSIONES

Finalmente y a manera de conclusión, la carga de la prueba en la responsabilidad civil


extracontractual, en concurrencia de actividades peligrosas en accidentes de tránsito bajo la
actual posición jurisprudencial de la Corte Suprema de Justicia, corresponde a ambas partes,
dado que al no existir presunción de culpas que deban aniquilarse, quien demanda debe
demostrar el hecho dañoso, el daño y el nexo causal; a su vez, quien es demandado, deberá
demostrar que el hecho dañoso acaeció por fuerza mayor o caso fortuito, culpa exclusiva de
la víctima o la intervención de un tercero.

En otras palabras, corresponde a cada parte probar la incidencia o no de su conducta de cara


a la responsabilidad en la producción del daño, teniendo en cuenta su intervención en la
creación del riesgo o de las condiciones para que éste se produjese, dejando de un lado
cualquier noción de culpabilidad, pues ésta no tiene ninguna incidencia de cara a definir la
responsabilidad de los actores en conflicto.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

CÓDIGO CIVIL COLOMBIANO. Bogotá: Leyer. 2012.

CÓDIGO CIVIL ESPAÑOL. Ministerio de Justicia. 1989. P. 522. Disponible en internet:


http://www.mjusticia.gob.es/cs/Satellite/es/1288774423012/ListaPublicaciones.html
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Civil. Exp. 5099, sentencia de febrero
19 de 1999.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala Civil. Exp. 5012, sentencia de octubre 25 de 1999.

REGLERO CAMPOS, L. F., Conceptos Generales Y Elementos De Delimitación, En


Tratado De Responsabilidad Civil, T. I.,Thomson Aranzadi, 3ª edición, Pamplona, 2008.

ROCA TRIAS, E. y NAVARRO MICHEL, M., Derecho De Daños. Textos y


Materiales, Tirant lo Blanch, 6ª edición. Valencia, 2011.

YZQUIERDO TOLSADA, M., Sistema de Responsabilidad Civil Contractual y


Extracontractual, Dykinson, Madrid, 2001.

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