Práctica 1: Equilibrio de Formación de Complejos.
Práctica 1: Equilibrio de Formación de Complejos.
Práctica 1: Equilibrio de Formación de Complejos.
Informe de Práctica
Laboratorio de Química Analítica II
Agosto-Diciembre 2021
Equipo 1
Zulema Anayanzín Orta Salomón
Ángela Michel Gutiérrez Leal
Enrique Alejandro Delgado Durón
ANTECEDENTES.
Uno de los tipos de reacciones químicas que pueden servir como base de una determinación
volumétrica es aquella que implica la formación de un complejo o ion complejo soluble
pero ligeramente disociado. un ejemplo es la reacción del ion plata con el ion cianuro en la
que se forma un complejo muy estable, el Ag (CN)2- :
Las titulaciones complejométricas son útiles para determinar un gran número de metales.
Se puede lograr selectividad mediante el uso adecuado de agentes enmascarantes (la
adición de otros agentes complejantes que reaccionan con los iones metálicos que
interfieren) y por control de pH, ya que la mayoría de los agentes complejantes son ácidos o
bases débiles cuyos equilibrios están influidos por el pH.
En este sentido se puede decir que el número de enlaces covalentes que tiende a formar un
ion metálico con las especies dadoras de electrones se define como su número de
coordinación. Los valores típicos de coordinación son 2 (geometría lineal), 3 (geometría
triangular), 4 (geometrías planar cuadrada o tetraédrica), 6 (geometría octaédrica) y 8
(geometría cúbica).
Las moléculas o iones que rodean el ion metálico en un complejo se conocen como agentes
acomplejantes o ligandos (de la palabra latina ligare, que significa “unir”). Por ejemplo,
hay dos ligandos NH3 unidos a la Ag + en el ion [Ag (NH3)2]+. Los ligandos son
normalmente aniones o moléculas polares; además, tienen al menos un par no compartido
de electrones de valencia.
Puesto que los iones metálicos (en particular los iones de metales de transición) tienen
orbitales de valencia vacíos, pueden actuar como ácidos de Lewis (aceptores de pares de
electrones). Debido a que los ligandos tienen pares de electrones no compartidos, pueden
actuar como bases de Lewis (donadores de pares de electrones).
Los ligandos como el NH3 y Cl-, se llaman ligandos monodentados. Estos ligandos poseen
un solo átomo donador y pueden ocupar un solo sitio de una esfera de coordinación. Ciertos
ligandos tienen dos o más átomos donadores que se pueden coordinar simultáneamente a un
ion metálico, por lo que ocupan dos o más sitios de coordinación.
A éstos se les llama ligandos polidentados. Debido a que parecen sujetar el metal entre dos
o más átomos donadores, los ligandos polidentados también se conocen como agentes
quelantes.
Un ligando de este tipo es la etilendiamina. Este ligando, que se abrevia “en”, tiene dos
átomos de nitrógeno que tienen pares de electrones no compartidos. Estos átomos
donadores están lo suficientemente alejados uno de otro como para que el ligando pueda
envolver al ion metálico y los dos átomos de nitrógeno coordinarse simultáneamente con el
metal en posiciones adyacentes.
La etilendiamína se ha dibujado como dos átomos de nitrógeno conectados por una línea.
La etilendiamina es un ligando bidentado (ligando con dos dientes”) que puede ocupar dos
sitios de coordinación.
Este ion, que se abrevia EDTA4-, tiene seis átomos donadores, y puede envolver un ion
metálico usando los seis átomos donadores, como se muestra en la figura.
En general, los agentes quelantes forman complejos más estables que los ligandos
monodentados afines. Los agentes quelantes se suelen emplear para impedir una o más de
las reacciones ordinarias de un ion metálico sin retirarlo realmente de la solución. Por
ejemplo, con frecuencia un ion metálico que interfiere con un análisis químico se puede
convertir en un complejo y eliminar de esta manera su interferencia. En cierto sentido, el
agente quelante oculta el ion metálico.
Otro tipo de complejos importantes son los que se forman entre los iones metálicos y
compuestos orgánicos cíclicos conocidos como macrociclos (compuestos que contienen
nueve o más átomos en el ciclo). Los compuestos macrocíclicos forman cavidades
tridimensionales que pueden albergar iones metálicos del tamaño adecuado. Los ligandos
conocidos como criptandos (ligandos multidentados policiclicos) son un buen ejemplo de
ellos, siendo los denominados éteres coronas los mejores ejemplos. Son altamente
selectivos y estables.
Un complejo será más estable cuanto mayor sea la carga del catión, mientras menor sea el
radio y mientras más orbitales vacíos tenga (mayor capacidad de aceptar electrones). Por
otro lado, mientras mayor sea la capacidad dadora de electrones de un ligando, mayor será
su fuerza de enlace.
• Efecto quelato
• Efecto estérico
• Efecto quelato
Cuantas más uniones presentes un mismo ligando con el catión central, más difícil será
romperlas, y, por tanto, más estable será el complejo. La estabilidad de un complejo
aumenta en general, si se sustituyen n ligandos monodentados por un ligando n-dentado.
Si los ligandos son de gran volumen, es posible que los impedimentos estéricos eviten que
entre el número apropiado de ligandos.
Aunque la capacidad para formar complejos es común a todos los iones metálicos, los
complejos más numerosos e interesantes son los que forman los elementos de transición.
Los científicos han reconocido desde hace mucho tiempo que las propiedades magnéticas y
el color de los complejos de metales de transición están relacionados con la presencia de
electrones d en los orbitales metálicos.
Ya hemos señalado que la capacidad de un ion metálico para atraer ligandos como el agua
en torno a sí mismo se puede ver como una interacción ácido-base de Lewis.
Se puede considerar que la base (es decir, el ligando) dona un par de electrones a un orbital
vacío apropiado del metal. Sin embargo, podemos suponer que gran parte de la interacción
atractiva entre el ion metálico y los ligandos que lo rodean se debe a las fuerzas
electrostáticas entre la carga positiva del metal y las cargas negativas de los ligandos. Si el
ligando es iónico, como en el caso del Cl - o del SCN, la interacción electrostática se
produce entre la carga positiva del centro metálico y la carga negativa del ligando. Cuando
el ligando es neutro, como en el caso del H 2O o del NH3, los extremos negativos de estas
moléculas polares, que contienen un par de electrones no compartido, están orientados
hacia el metal. En este caso la interacción atractiva es del tipo ion-dipolo En ambos casos el
resultado es el mismo; los ligandos son atraídos fuertemente hacia el centro metálico. El
conjunto de ion metálico y ligandos tiene menos energía que las cargas totalmente
separadas.
La teoría del campo cristalino explica satisfactoriamente muchas propiedades de los
compuestos de coordinación, entre ellas su color y su magnetismo. En este modelo la
interacción entre el ion metálico y el ligando se considera que es electrostática. Los
ligandos producen un campo eléctrico que causa un desdoblamiento de la energía de los
orbitales d del metal. La serie espectroquimica enumera los ligandos en orden de su
capacidad para desdoblar la energía de los orbitales d en los complejos octaédricos.
Los ligandos de campo fuerte crean un desdobla miento de la energía de los orbitales d
suficientemente grande para superar la energía de apareamiento de espines. En este caso,
los electrones d se aparean de preferencia en los orbitales de más baja energía para producir
un complejo de espín bajo. Cuando los ligandos ejercen un campo cristalino débil, el
desdoblamiento de los orbitales d es pequeño. Los electrones ocupan entonces orbitales d
de más alta energía en vez de aparearse en el conjunto de más baja energía y producen un
complejo de espín alto.
Casi todos los compuestos de los metales de transición tienen color, una característica que
los distingue de la mayor parte de los compuestos de los elementos representativos. En los
compuestos de los metales de transición, los orbitales d suelen dividirse en dos grupos de
orbitales separados por la energía de desdoblamiento, ∆ oct (de un complejo octaédrico), que
corresponde a longitudes de onda de la luz de la región visible. La absorción de luz visible
provoca transiciones electrónicas entre los orbitales de estos grupos.
MATERIALES Y REACTIVOS
Materiales: Reactivos:
7 vasos de precipitado Cloruro de Níquel
4 probetas Amoniaco
Varilla de vidrio Etilendiamina
Parrilla con agitador magnético Dimetilglioxima
Cianuro de Potasio
PROCEDIMIENTO
OBSERVACIONES
En medio acuoso el catión del metal de transición se encuentra solvatado formando un
complejo acuo. las reacciones por formación de complejos son un desplazamiento de
ligandos por otros ligandos; en esta sustitución, el color cambia debido a la transición
electrónica cambiante dentro del níquel.
En la primera parte se observa la formación del complejo para cada uno de los vasos,
identificando el color que corresponde según el ligando: verde para la solución de cloruro
de níquel; azul claro cuando el ligando es Amoniaco y denotando ser un ligante
monodentado; en el caso de la Etilendiamina se obtienen tres colores que van del azul
verdoso, al azul oscuro y al final morado. Esto sucede debido al efecto quelante que posee
la en y su clasificación bidentada, encapsulando así al metal en la esfera.
BIBLIOGRAFÍA
- Day, J., & Underwood, L. (1969). Química Analítica Cuantitativa (5.a ed.). Pearson
Education.
Geoquímica ICT.
http://depa.fquim.unam.mx/amyd/archivero/Complejosysunomenclatura_13378.pdf
ANEXOS
► Preparación de soluciones
Moles de En = ( 2Lmoles En
solución )
( 0.2 L de solución )= 0.4 mol En
g soluto
% en masa = x 100
g disolución
200 g
g de DMG = = 2 g DMG
100
Dimetilglioxima Puede provocar irritación a la piel, Contacto con los ojos: En caso de
ojos y tracto respiratorio. contacto con los ojos, enjuagar
inmediatamente con abundante agua
y buscar atención médica.
Contacto con la piel: Lavar
inmediatamente con abundante agua
durante al menos 15 minutos. Se
necesita atención médica inmediata.
Ingestión: NO provocar el vómito.
Llamar inmediatamente a un médico
o a un centro de información
toxicológica.
Inhalación: Transportar a la víctima
al exterior. No utilizar el método
boca a boca si la víctima ha ingerido
o inhalado la sustancia; administrar
la respiración artificial con ayuda de
una mascarilla de bolsillo dotada de
una válvula unidireccional u otro
dispositivo médico para
reanimación respiratoria apropiado