Historia Del Sistema de Trasmisión de Un Vehículo

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HISTORIA DEL SISTEMA DE TRASMISIÓN DE UN VEHÍCULO

APELLIDOS Y NOMBRES: QUEVEDO MATHEUS ANDRE HERTS

Durante los años nos hemos preguntado constantemente si debemos elegir


una transmisión automática o manual al momento de adquirir un auto. Pero
antes de elegir debemos entender cómo han evolucionado los sistemas de
engranaje automático en los autos y de qué manera hoy en día se enfocan a
una experiencia de manejo mejor y más rápida.

Este artículo no pretende convencerlos de que solamente adquieran


automóviles con transmisiones automáticas. Sin embargo sí pretendemos
explicar cómo, gracias a la tecnología, se ha hecho cada día más pequeño el
abismo de desempeño entre ambos tipos de equipamiento de los autos.

PRIMERAS TRANSMISIONES AUTOMATICAS

General Motors introdujo la primera transmisión semiautomática en 1937,


con un sistema planetario o de satélites, denominada AST por sus siglas en
inglés (Automatic Safety Transmission). Esta caja de velocidades contaba con
4 posiciones frontales y un clutch que funcionaba con base en la fricción.

Desde el comienzo, esta transmisión fue etiquetada como un fracaso.


Además de ser un sistema muy poco confiable, se ofrecía como una opción
adicional que costaba $80 dólares, pero tenía un costo para la armadora de
$140 dólares. Tampoco fue muy popular con los clientes, por lo que se
descontinuó tan sólo dos años después.
En 1940, la transmisión AST evolucionó a la transmisión Hydra-Matic, la
primera transmisión totalmente automática, que no requería un clutch y
contaba con un funcionamiento hidráulico.

EL PRIMER CAMBIO CONSIDERABLE

Durante los años 50 aparecieron las primeras transmisiones automáticas con


convertidores de torque. Fueron desarrolladas por Borg Warner con la
intención de utilizarlas en automóviles de las marcas Ford y Studebaker.
Mientras tanto otras marcas continuaban comprando a General Motors las
cajas Hydro Matic. Incluso marcas como Lincoln, a pesar de ser una división
de Ford, continuaban utilizando la tecnología anterior.

Para la década de los años sesenta, la mayoría de las transmisiones en los


autos eran de torque de tres velocidades, dejando atrás a las de presión.

MAYOR NUMERO DE VELOCIDADES

En los años setenta, apareció un nuevo jugador: las transmisiones con


Overdrive o Sobre Marcha, que contaban con 4 velocidades frontales o en
algunos casos hasta cinco. Estas transmisiones ofrecían un mejor
desempeño, así como una reducción de consumo de combustible,
comparado con las transmisiones automáticas de 3 velocidades.
Para 1985, cerca del 90% de los autos nuevos contaban con este tipo de
transmisiones. Cabe mencionar que fueron dominadoras hasta alrededor de
2005, año en el cual conocimos las transmisiones con cambios selectivos y
hasta las que contaban con un clutch electrónico.

ERA MODERNA

Uno de los cambios más significativos desde los años 80, es el número de
marchas frontales con las que cuentan las transmisiones automáticas
modernas. Podemos encontrar hasta de 10 velocidades en autos y
camionetas cargados de tecnología.

Hoy en día, las transmisiones son controladas mediante la información que


recibe una computadora, la cual es enviada por una serie de sensores. Esto
genera que la computadora corte el clutch (las que cuentan con él) o que
genere la presión suficiente para que los engranajes cambien.

Estas transmisiones dependen directamente de un líquido de transmisión


automática para su correcto funcionamiento. Con esto evitan que la fricción
incremente la temperatura de la misma.

Hay dos tipos básicos de transmisiones automáticas: la automática


tradicional, la cual está conectada al motor a través de un convertidor de par
hidráulico; otra es la automática de doble embrague, la cual se basa (como su
nombre lo indica) en un par de embragues. Ambas pueden cambiar de
marcha sin la intervención directa del conductor. Este proceso se realiza
hidráulica o electrónicamente al monitorear algunos parámetros
importantes, como la posición del acelerador, la velocidad a la que va el
automóvil y las revoluciones por minuto del motor. En algunos modelos
automáticos, los engranajes se pueden seleccionar manualmente, usando
una palanca de cambio o unas paletas (levas) montadas trás del volante.

AVANCES

El día de hoy, ya contamos con una visión muy clara del futuro: transmisiones
o cajas de velocidades sin engranajes, con un sistema de poleas, bandas y un
cono que controla la relación torque – velocidad final de la transmisión.

Estas transmisiones son conocidas por sus siglas en inglés como CVT
(Continously Variable Transmission) o en español, Transmisión
Continuamente Variable.

En ellas, la polea “fija”, controla la velocidad de la banda, mientras que en el


lado opuesto dos conos, colocados de manera opuesta, reducen e
incrementan su distancia para cambiar la relación del engranaje. Mientras
que hace años, una transmisión requería un engrane por cada marcha, hoy
en día solamente requiere dos piezas bien colocadas.

A diferencia de la tecnología anterior, que en ocasiones tiene un


funcionamiento que era descrito como brusco, las transmisiones CVT, ayudan
al vehículo a proporcionar un manejo suave para sus pasajeros.

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