El Gobierno de Ramón Castilla Aportó A La Organización de

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El gobierno de Ramón Castilla aportó a la organización de 

la enseñanza
pública, la promulgación del Reglamento de Instrucción que fue dado en 1850;
con este reglamento quiso acabar con la desorganización
administrativa y pedagógica de años anteriores.
Este reglamento catalogado como la primera Ley de Instrucción Pública[1],
Escobar lo ilustra diciendo:
 
            “(…) Consta de 10 capítulos y 67 artículos donde se aborda la
clasificación de los planteles, se norma el funcionamiento de las escuelas,
colegios y universidades (…)” (1952:45)
 
Se debe tener en cuenta que la Educación de ese entonces se dividía en
privada y pública; ésta última se ofrecía en las escuelas, el grado de primaria;
en los colegios, secundaria  y superior en los Colegios Mayores y
Universidades[2].
 
Asimismo, de acuerdo a este reglamento, las universidades se vieron
implicadas pues incrementaron de cinco facultades a seis “(…) Ciencias
Eclesiásticas, Derecho, Medicina, Matemática, Ciencias Naturales, Filosofía y
Humanidades (…)” (Escobar 1952:51)
 
En el gobierno de Ramón Castilla,  El Ministerio de Instrucción, tuvo una
participación muy importante pues era el principal órgano ejecutivo y  tenía
una  sección General de Instrucción con filiales dependientes en cada capital
de Departamento.[3]
 
Es así que bajo el orden de este Reglamento, la enseñanza privada se
normaba por la reglamentación general, existiendo libertad para escoger el
método de enseñanza más adecuado que se dictaría en los colegios y los
textos que se creyeren más convenientes para utilizarlos.
Valcárcel lo describe diciendo:
 
“(...) Los artículos 48 al 53, estaban referidos al Magisterio, en el que se
vislumbraba el claro respeto a los derechos adquiridos. (..) en su artículo 52 y
53 establece la sanción para los docentes y alumnos (...)” (1975:60)
 
Asimismo, este reglamento hace hincapié que en el futuro los postulantes a
cargos pedagógicos deban rendir exámenes especiales que demuestren sus
conocimientos que han adquirido durante el proceso de formación profesional,
con estos exámenes lo que se quiere conseguir es una mejor enseñanza que
beneficiará a los alumnos, pues se demostrará las competencias y habilidades
de cada postulante.
 
Valcárcel menciona que se tomarán medidas correctivas para los alumnos pero
teniendo en cuenta no pasar los límites por parte de los docentes como es el
caso de la flagelación, palmeta, pues esta prohibido por las leyes 
En lo referente al financiamiento de la educación, este reglamento señala el
origen y el destino de los fondos para una mejor administración y un mejor
control.
 
“(…) acordando que las rentas dadas por el estado se administren por las
Tesorerías Departamentales y las de origen privado por  los respectivos
planteles, elaborado por el Director con el visto bueno del Presidente de la
Junta de Instrucción.”
(Escobar 1952:78)
 
Asimismo en el segundo gobierno de Ramón Castilla se promulgó el
Reglamento Liberal apoyado por un grupo de liberales. Este reglamento
mantiene la división de la educación, es decir “(…) Popular, impartida en las
escuelas, la Media en los colegios y la Especial impartida en las universidades,
escuelas e institutos profesionales.” (Escobar 1952:75)
 
La importancia de este Reglamento fue la búsqueda de una educación integral
de la persona y su desarrollo intelectual, impartiendo valores para el
crecimiento moral.
 
Dentro del género de la Educación Especial, estaban las Escuelas e Institutos
cuyo fin era el cultivo de la Educación científica de algunas profesiones. Estas
enseñanzas eran la condición necesaria para el ingreso a los centros, pues
debían de haber concluido la instrucción popular y la instrucción media[4].
 
Asimismo también Castilla promulgó una ley que reconocía al docente su
calidad profesional.  Como lo relata  Escobar “(…) profesión creadora de todas
las demás que existen en la sociedad” (1952:94), es decir declara la Ley en la
que honra al docente diciendo con palabras de Escobar “(…) profesorado es
carrera pública (…)” (1952:95).
 
 Aspecto educativo[editar]

Libro de Esclavitud en el Perú sobre la libertad de los esclavos.

Castilla, asesorado por expertos en el tema, abordó el problema educacional que desde la
fundación de la República se encontraba abandonado. El 14 de junio de 1850 dio el primer
Reglamento de Instrucción Pública, por el cual el Estado asumía la dirección y la
administración de la educación en el país. Empezó también a separar los tres grados de
educación que se daban en las escuelas, los colegios y las Universidades, aunque
mantuvo la existencia de los Colegios Mayores, uno de los cuales pasó a ser el Colegio
Guadalupe, lo que mantuvo la confusión existente desde la época colonial entre
enseñanza media y superior.

Por cierto, merece destacarse el importante desarrollo que durante esta época tuvo la
educación superior en los Colegios de San Carlos y de Guadalupe, así como en el Colegio
de la Independencia (Facultad de Medicina de San Marcos) que bajo la dirección del
doctor Cayetano Heredia inició la reforma de los estudios médicos en el Perú. También
destacó el Seminario de Santo Toribio.

Aspecto intelectual[editar]
Al amparo de la libertad individual, el orden interno y el progreso material, adquirieron gran
impulso las luchas ideológicas. Esta se dio entre los conservadores, liderados por el
sacerdote Bartolomé Herrera, y la segunda generación de liberales, representada por los
hermanos Pedro y José Gálvez Egúsquiza, Manuel Toribio Ureta y Domingo Elías.

Herrera enseñaba en el Convictorio de San Carlos y los hermanos Gálvez en el Colegio


Guadalupe, haciendo a cada uno de estos centros de estudios en la trinchera de la
respectiva ideología. Se produjeron así interesantes debates, como la cuestión de la
abolición de la esclavitud, por citar un ejemplo. En 1849, elegidos diputados los tres,
llevaron a la tribuna parlamentaria las discusiones ideológicas realizadas hasta entonces
desde la cátedra.

Otras obras[editar]

Estación San Juan de Dios en Lima, del ferrocarril de Lima al Callao, hacia 1870.

 Se abolieron definitivamente los mayorazgos, lo que permitió el ascenso de nueva


gente a la alta vida social, en virtud del privilegio de la riqueza.
 Ante la queja de los agricultores por la falta de mano de obra en los campos, el
Congreso aprobó el 17 de noviembre de 1849 la Ley General de Inmigración, conocida
popularmente como la “ley china”, ya que patrocinaba la inmigración de chinos para
las labores agrícolas y la extracción del guano de islas. Así empezaron a llegar al país
los primeros trabajadores chinos o culíes. La tentativa de traer colonos europeos no
dio resultado por el momento.
 Se iniciaron los trabajos para dotar al Perú de Códigos republicanos que
reemplazaran a las leyes españolas que todavía regían en el país. Se formó una
Comisión de Juristas que redactó el proyecto del primer Código Civil, el que fue
aprobado por el Congreso y empezó a regir desde el 28 de julio de 1852,
permaneciendo vigente hasta 1936.
 Se dio impulso a la navegación a vapor, iniciada en 1840. La travesía ya no era
solo del Callao a Valparaíso, sino que se extendió a Panamá, aumentándose el
número de vapores.
 Se mandó construir el primer ferrocarril del Perú, que fue a la vez el segundo de
Sudamérica. Cubrió la ruta de Lima a Callao y se inauguró en 1851. 24
 Se reorganizó el servicio de correos, dándole la debida seguridad y garantía.
 Se implantó el primer telar mecánico, en 1847, el mismo que comenzó la
fabricación en serie de los primeros hilados y tejidos de algodón.
 Se crearon fábricas de bujías, ácido sulfúrico, cristales y papel. La primera fábrica
de papel la instalaron los propietarios del diario El Comercio de Lima.
 Se construyó el Mercado Central de Lima, reemplazando a los antiguos
mercadillos, que eran focos de enfermedades infecciosas.
 Se instalaron servicios de agua potable con tuberías de hierro en los puertos del
Callao, Arica e Islay.
 Se dieron los Reglamentos de Policía, Beneficencia Pública y Estadística.
 Se construyeron iglesias, hospitales, colegios, mercados, aduanas, cuarteles,
prefecturas, caminos y puentes en toda la República.
 Se repatriaron los restos de los presidentes José de La Mar y Agustín Gamarra.
Elecciones de 1850[editar]
Para las elecciones de 1850, Castilla auspició la candidatura del general José Rufino
Echenique, con el apoyo de sectores conservadores. Otros candidatos importantes fueron
el general Manuel Ignacio de Vivanco, apoyado por los conservadores; y Domingo Elías,
civil, fundador del Club Progresista, apoyado por hombres de negocio e intelectuales
liberales. También postularon los generales Antonio Gutiérrez de La Fuente, Miguel de
San Román y Pedro Pablo Bermúdez.

Echenique triunfó en esta elección, que a decir del historiador Basadre fue el primer
proceso electoral verdadero de la historia republicana del Perú, aunque con serios indicios
de malas maniobras.25 Echenique recibió el mando el 20 de abril de 1851 y su gestión se
convirtió de alguna manera en la prolongación del primer gobierno de Castilla, pero se vio
envuelto en el escándalo de la consolidación (o cancelación) de la deuda interna, en la que
sus allegados y amigos se beneficiaron económicamente, siendo el primer caso
escandaloso de corrupción en el Perú republicano

La revolución liberal de 1854[editar]


Artículo principal: Revolución Liberal de 1854
Alzando como bandera el repudio al escándalo de la consolidación se levantó en Ica el
líder civil Domingo Elías, pero fue derrotado por las fuerzas gobiernistas en la batalla de
Saraja, el 7 de enero de 1854. A este hecho siguió inmediatamente el levantamiento
en Arequipa, en cuyo manifiesto se acusó al gobierno de indolencia frente a los ultrajes
infligidos por el gobierno de Bolivia. El mariscal Castilla lideró la rebelión, desplazando a
Vivanco y contando con el apoyo de los jóvenes líderes liberales Pedro Gálvez
Egúsquiza y Manuel Toribio Ureta. A la rebelión se sumaron también Domingo Elías, el
general Miguel de San Román y el general Fermín del Castillo. Esta insurrección fue gran
movimiento popular que derivó en una guerra civil muy prolongada y costosa para el país.

Durante la lucha Castilla se declaró presidente provisorio; en Ayacucho decretó la


abolición definitiva del tributo indígena (5 de julio de 1854); luego derrotó a las fuerzas de
Echenique en Izcuchaca, marchando enseguida a Huancayo donde firmó el histórico
decreto aboliendo la esclavitud en el Perú (3 de diciembre de 1854). La victoria definitiva
de la revolución se consumó en las afueras de Lima, en la batalla de La Palma, donde las
tropas de Echenique fueron derrotadas (5 de enerode 1855). Al día siguiente se desató la
violencia y pánico en Lima, donde fueron asaltadas las casas de los “consolidados”.

En reacción a la abolición de la esclavitud los principales diarios de Lima se alarmaron de


las futuras consecuencias de la liberación de los esclavos, y los principales hacendados
del país formaron una junta presidida por Antonio Salinas y Castañeda, hacendado del
valle de Huaura, para plantear el monto de una indemnización y representar al latifundio
ante el gobierno.

Ese mismo año, los mismos hacendados impusieron al gobierno un reglamento de policía
rural muy estricto para prevenir los esperados desbordes consiguientes a la abolición.

Presidencia Provisoria (1855-1858)[editar]


Tras la batalla de La Palma, se instaló en Lima un gobierno provisional con Castilla como
Presidente y los liberales Pedro Gálvez, Manuel Toribio Ureta y Domingo Elías como
ministros, más el general Miguel de San Román que ocupó el ministerio de Guerra. Una
importante medida fue el decreto del 25 de marzo de 1855, firmado por Castilla y Pedro
Gálvez, que anunciaba la absoluta libertad en comunicación del pensamiento por medio de
la imprenta; se sumaba así a los importantes decretos liberales de la abolición de la
esclavitud y la contribución de indígenas.

El gobierno convocó a elecciones para la reunión de una Convención Nacional o


Congreso, cuyo fin sería reformar la Constitución. Por primera vez se convocó a
elecciones con sufragio directo y universal: directo, pues no se elegiría a los Colegios
Electorales, sino directamente a los representantes del nuevo Congreso; y universal,
porque todos los peruanos votarían sin ninguna limitación, sin importar ser analfabeto o no
tener fortuna.
Realizadas las elecciones, la Convención Nacional se instaló el 14 de julio de 1855 y
ratificó a Castilla como Presidente Provisorio. Instalado su gobierno, Castilla, de
temperamento autoritario, se separó de sus ministros liberales y convocó a sus amigos. Se
iniciaba así el rompimiento con los liberales.

La Constitución Liberal de 1856[editar]

La Constitución de la República Peruana (1856). Esta constitución fue promulgada por el Presidente
Ramón Castilla.

Artículo principal: Constitución de la República Peruana (1856)

En la Convención Nacional surgió una disputa tensa entre la mayoría liberal y la minoría
conservadora partidaria de Castilla. El más notable de los tribunos liberales era José
Gálvez Egúsquiza. La Convención, además de funcionar como asamblea constituyente,
ejerció el Poder Legislativo en toda su extensión, dictando leyes de carácter permanente y
también de circunstancias. Por fin, después de grandes debates, en octubre de 1856 se
terminó de discutir la nueva Constitución, que debía reemplazar a la Constitución
Conservadora de 1839.

La Constitución de 1856, de tendencia liberal, limitó las atribuciones del poder ejecutivo,
estableciendo la vacancia de la Presidencia de la República por atentar contra la forma de
gobierno o disolver el Congreso. Estableció que el período presidencial duraría cuatro
años y no seis años como en la anterior Constitución; creó el Consejo de ministros;
suprimió los fueros personales, abolió la pena de muerte; estableció el sufragio popular
directo para todos los peruanos que supieran leer y escribir; restableció las Juntas
Departamentales y las Municipalidades. Los liberales no lograron imponer la libertad de
cultos, y el Estado continuó protegiendo la religión católica, no permitiendo el ejercicio de
otros cultos, pero se suprimió las vinculaciones y fueros eclesiásticos, así como los
diezmos y primicias.

El Presidente Castilla juró esta Constitución que fue promulgada el 19 de octubre de 1856,
pero expresó su disconformidad con ella, sobre todo por la disminución de las atribuciones
del presidente, aumentando así la situación de tirantez entre el Gobierno y el Congreso. La
Convención fue disuelta el 2 de noviembre de 1857 por una patrulla de soldados a órdenes
del coronel Pablo Arguedas, mientras Castilla se hallaba ocupado en el asedio de
Arequipa, en el marco de la guerra civil estallada el año anterior. Si bien Castilla condenó
este acto, era evidente que tal situación le convenía, tan así que una vez que retornó a
Lima no restituyó dicho parlamento.

Guerra civil de 1856-1858[editar]


Artículo principal: Guerra Civil Peruana de 1856-1858

Véase también: Sitio y Asalto de Arequipa

Los conservadores, descontentos con el régimen liberal imperante, se reunieron en torno


del general Manuel Ignacio de Vivanco y se alzaron contra el gobierno.

La rebelión estalló en Arequipa el 31 de octubre de 1856, donde en un acto público se


quemó la Constitución recientemente proclamada. De allí se extendió a Moquegua,
Ayacucho y Piura, y luego la escuadra se plegó al movimiento; entre los de los marinos
rebeldes se contaban Miguel Grau y Lizardo Montero. Aprovechando su dominio del mar,
los revolucionarios realizaron una expedición hacia el norte, pero fracasaron en su intento
de sublevar esa parte del Perú. De regreso, desembarcaron en el Callao y atacaron la
población, el 22 de abril de 1857, ataque que fue rechazado por el pueblo chalaco; en
premio a este acto, el Callao recibió la denominación de Provincia Constitucional, por
haber defendido el gobierno constitucional que representaba Castilla.

El asalto de Arequipa del 6 al 7 de marzo de 1858.

La rebelión quedó circunscrita a Arequipa, con escasas posibilidades de triunfo. Sin


embargo, el pueblo arequipeño decidió mantenerse en rebeldía. Para poner sitio a la
ciudad, desde Puno partieron las fuerzas gobiernistas a órdenes del general Miguel de San
Román. El pueblo arequipeño, espontáneamente, formó batallones, construyó defensas y
se aprestó a la lucha. En las cercanías de la ciudad se produjeron sangrientos encuentros.
Uno de ellos, producido en Yumina, el 28 de junio de 1857, fue considerado como un
triunfo por los vivanquistas, aunque estos no lograron romper el cerco que los gobiernistas
les tendieron. Castilla decidió tomar personalmente el mando del ejército y llegó por vía
marítima al teatro de operaciones; tras unirse a las fuerzas de San Román, puso sitio a
Arequipa.
Por fin, después de nueve meses de sitio, Castilla decidió el ataque a la ciudad. Se inició
en la noche del 5 de marzo de 1858 y duró hasta el mediodía siguiente, siendo
extremadamente sangriento. En la acequia de Santa Rosa la sangre corrió como agua.
Los defensores se aferraron tenazmente a sus defensas y hubo batallones enteros, como
el llamado "Columnas Inmortales", formado por los artesanos, que cayeron muertos
íntegramente sin retroceder. A las 11 y 35 de la mañana del 6 de marzo el ejército de
Castilla se reunió en la Plaza de Armas de Arequipa, culminando así la lucha. La rebelión
estaba vencida. Vivanco huyó a Chile.

Segunda Presidencia Constitucional (1858-1862)[editar]


Artículo complementario: Segundo Gobierno de Ramón Castilla (1858-1862)

La Banda Presidencial de Ramón Castilla.

Si bien la rebelión de Vivanco fracasó en el camino de los hechos, su intención, esto es,
acabar con la influencia de los liberales en las decisiones de gobierno, terminó por
imponerse. La Convención, disuelta en noviembre de 1857, no fue nuevamente convocada
e incluso fueron enviados al destierro los principales líderes liberales.

Castilla optó por convocar a elecciones para un Congreso Extraordinario y para la elección
del Presidente Constitucional, ya que él era sólo Presidente provisional. Él mismo se
presentó como candidato, y los liberales lanzaron al general José Miguel Medina.
Realizadas las elecciones, triunfó Castilla. El nuevo Congreso se instaló en octubre de
1858 y proclamó a Castilla Presidente Constitucional, con un mandato de cuatro años.

El Congreso Extraordinario suspendió sus sesiones en mayo de 1859, anunciando su


reinstalación como Congreso Ordinario para julio del mismo año. Pero el gobierno frustró
tal iniciativa, decretando elecciones para nuevos representantes, que se reunirían en el
año siguiente. Castilla argumentó al respecto que solo al Ejecutivo competía convocar al
Congreso.

La Constitución moderada de 1860[editar]


En su segundo gobierno, Ramón Castilla prefirió rodearse de asesores moderados que
contribuyeran a aplacar la agitación política de la época. Entre ellos estuvieron Pedro Gálvez
Egúsquiza, Manuel Toribio Ureta, el propioDomingo Elias.

Artículo principal: Constitución Política del Perú (1860)

La Constitución liberal de 1856 no había satisfecho al país. El Congreso de 1860,


convocado por Castilla, se arrogó la facultad de Constituyente, procediendo rápidamente a
discutir y reformar la Constitución. Se produjeron grandes debates. Como líder de los
conservadores estuvo nuevamente Bartolomé Herrera, quien presidió el Congreso, aunque
en el bando de los liberales ya no estaban los hermanos Gálvez.

La nueva Constitución se promulgó el 13 de noviembre de 1860. Esta no fue ni liberal ni


conservadora, sino moderada. Estableció la pena de muerte; volvió al sistema de votación
indirecta; estableció el funcionamiento de dos cámaras en el Congreso; estableció que
para ser diputado se debía tener 25 años de edad y para senador 30; respetó las
Municipalidades; prohibió la reelección presidencial y sancionó la primacía de la religión
católica. Esta Constitución, más sensata y realista que las anteriores, ha sido la que más
tiempo ha regido en el Perú, pues duró hasta 1920.

Un grupo de liberales que quedaron en Lima, tramaron varias conjuras contra Castilla. El
25 de julio de 1860 un embozado a caballo intentó asesinar a Castilla en la Plaza Mayor de
Lima, logrando solo herirle con un disparo en el brazo. Y el 28 de noviembre del mismo
año, varios civiles armados y una parte del batallón Lima (que fue sacado de su cuartel
con engaños) atacaron el domicilio del presidente situado en la esquina de las calles
Divorciadas e Higueras; pero la tropa reaccionó y fue repelido el ataque.

Auge del guano[editar]


Artículo principal: Era del Guano
Carguío de guano en las islas Chincha, hacia 1866.

En 1857 se batieron todas las marcas en la venta del guano: este llegó a representar el
83 % de todos los ingresos estatales. El guano se convirtió prácticamente en el único
sostén del Estado. Empezaron entonces los problemas con los consignatarios, que
obtenían grandes ganancias. Como el tesoro público se hallaba siempre requerido de
dinero, los consignatarios adelantaban empréstitos al Estado a cuenta del guano que
explotarían en el futuro, con altos intereses, lo que a la larga traería la ruina económica al
país, al ser el guano solo una riqueza pasajera. Pero por lo pronto, el Perú disfrutaba de
los ingresos del guano.

A las alturas de 1860, el Perú exportaba, además de guano, el salitre procedente de


Tarapacá, bórax, plata, lanas. Importaba, en cambio, alimentos, ropa, muebles y artículos
suntuarios, tales como sedas, vinos y licores.

Se permite el ingreso de trabajadores chinos (culíes) para la explotación del guano a


través de "el enganche". El primero en traer chinos al Perú fue Domingo Elías.

La obra educacional[editar]
Castilla promulgó el 7 de abril de 1855 un nuevo Reglamento de Instrucción Pública, el
cual duraría hasta el gobierno de Manuel Pardo (1872-76). Este Reglamento estructuró
adecuadamente el sistema educativo, disponiendo que la instrucción pública tuviera tres
grados: la popular, la media y la superior. Se acabó así con la indefinición que existía en
dicho campo, pues hasta entonces no se diferenciaba la educación media de la superior.

La instrucción popular (primaria) debería de extenderse con carácter masivo y cumplir con
la disposición constitucional que garantizaba su gratuidad. Se dispuso la construcción de
locales escolares, pero no se dieron los medios necesarios para realizarlo, quedando
buena parte de esta reforma en el papel.

Asimismo, el Colegio Guadalupe dejó de proporcionar educación superior, siendo


dedicado desde entonces a dar instrucción media o secundaria, como hasta hoy viene
haciéndolo.
En cuanto a la educación universitaria, se consideró que la Universidad era un todo
orgánico constituido por cinco Facultades: Teología, Medicina, Jurisprudencia, Filosofía y
Letras y Ciencias Naturales y Matemáticas. Se dispuso que los antiguos Colegios
Mayores, por corresponder a estas facultades, se incorporasen a la Universidad. Pero
sucedió que ni la Universidad de San Marcos ni el Convictorio de San Carlos (a cuya
estructura correspondía las tres últimas facultades) aceptaron plenamente la reforma y se
aferraron a sus antiguos privilegios. Solo años después, en 1866, se completó esta
reforma, y el Convictorio se convirtió en la Facultad de Humanidades y Derecho de la
Universidad de San Marcos.

Política americanista[editar]
La política internacional de Castilla, en este segundo gobierno, tal como ya había ocurrido
en el primero, se inspiró en un profundo sentimiento de la solidaridad americana, y en una
conciencia siempre atenta al orgullo de la patria y la dignidad de la nación. Por entonces,
las grandes potencias europeas intervinieron en algunos países independientes de
América y la política de Castilla fue la de oponerse enérgicamente a esas pretensiones
convocando a la unidad americana.

 Siguiendo el espíritu de la unión americana afirmada en el Congreso de Lima de


1847, el ministro de Perú en Chile, Cipriano Coronel Zegarra, firmó en Santiago de
Chile, el 15 de septiembre de 1856, un tratado continental de alianza defensiva.
Además del Perú, suscribieron este tratado Chile y Ecuador.
 Se firmó en Washington, el 19 de noviembre de 1856, bajo la dirección del
representante diplomático peruano José Joaquín de Osma, un proyecto de alianza y
confederación americana, entre Perú, México, Nueva Granada, Venezuela, Costa Rica
y Guatemala, para hacer frente a las agresiones europeas.
 Se ayudó a Nicaragua, en dinero y gestiones diplomáticas, a hacer frente a la
invasión del filibustero norteamericano William Walker (1856). Con ese objeto, se
envió a América Central una misión diplomática presidida por Pedro Gálvez
Egúsquiza.
 Se ayudó económicamente a Costa Rica, también amenazada por el filibustero
Walker (1857).
 Se protestó enérgicamente contra la reincorporación de Santo Domingo a la
monarquía española como Protectorado (1861) y se apoyó la guerra iniciada por los
dominicanos contra los invasores, invitándose a los países americanos a una acción
conjunta contra la ocupación española.
 Se protestó contra la agresión franco española a México en 1861 y se envió una
misión presidida por Manuel Nicolás Corpancho, para que prestara al pueblo mexicano
y al gobierno de Benito Juárez, toda la ayuda posible del Perú frente a la agresión
europea. Cuando Napoleón III decidió instalar en México un trono para Maximiliano de
Austria, Corpancho protestó enérgicamente y apoyó abiertamente al gobierno
nacionalista de Juárez, por lo que el gobierno usurpador lo obligó a salir de México.
Corpancho pereció trágicamente durante su viaje de regreso al Perú, al incendiarse la
nave en que viajaba en el golfo de México.
 Se protestó en 1861 contra el proyecto del Presidente del Ecuador Gabriel García
Moreno de convertir a su país en un protectorado francés.
Desarrollo de la Amazonía[editar]

Estatua en honor a Castilla en la plaza homónima ubicada en Iquitos, ciudad que se beneficio


enormemente de sus políticas.

Castilla se mostró interesado por el desarrollo de la Amazonía peruana, continuando así la


política que iniciara en su primer gobierno. Para ello era de vital importancia obtener de
Brasil la libre navegación en el Amazonas a fin de lograr una salida al Océano Atlántico, ya
que la Convención de Comercio y Navegación de 1851 no había otorgado tal beneficio.
Después de lenta y laboriosa labor diplomática se consiguió el objetivo firmándose con el
Brasil la Convención Fluvial del 22 de febrero de 1858.

Conseguida la libre navegación en el Amazonas, Castilla se preocupó por el desarrollo de


la región para lo cual dio las siguientes medidas:

 Creó la Provincia Litoral de Loreto (2 de enero de 1857) y luego el Departamento


Marítimo y Militar de Loreto (7 de enero de 1861).
 Compró una flotilla fluvial compuesta por los
buques Morona, Pastaza, Napo y Putumayo para que patrullaran los ríos amazónicos.
 Creó el apostadero fluvial de Iquitos, situado en lo que hasta entonces era una
aldea de cabañas, y que empezó a desarrollarse hasta convertirse en una ciudad
importante del oriente peruano, verdadera hazaña humana creada en medio de la
selva.
Defensa nacional[editar]

La fragata Amazonas.

 La fragata Amazonas efectuó un viaje alrededor del mundo. Partió del Callao el 26


de octubre de 1856, al mando de José Boterín. Cruzó el Pacífico, bordeó la costa de
China, cruzó el estrecho de Singapur, llegó aCalcuta donde permaneció cuatro meses
en reparaciones; luego circunnavegó la costa oriental y sur de África, dobló el Cabo de
Buena Esperanza, se dirigió al norte, arribó a la isla de Santa Elena, pasó cerca de
las islas Azores, hasta llegar a Europa, anclando en Londres. Después enrumbó a
América del Sur; se dirigió a Río de Janeiro, siguió más al sur hasta doblar el estrecho
de Magallanes, y continuó hacia las costas de Chile, deteniéndose en Talcahuano, de
donde llegó al Perú, tocando Arica, y finalmente, al Callao, donde arribó el 29 de
mayo de 1858. Navegó más de 40.000 millas en 308 días y permaneció 272 días en
puerto.
 Se mejoró el armamento del ejército, en sus tres campos: la infantería, la caballería
y la artillería, adecuándola a la técnica moderna. Se envió a Europa al
coronel Francisco Bolognesi para la compra de cañones rayados,fusiles y otros
implementos bélicos.
 Se reorganizó el Colegio Militar, orientándosele a la preparación de ingenieros
militares y civiles.
 Se introdujo las brigadas de zapadores en el ejército.
Guerra con el Ecuador[editar]
Artículo principal: Guerra peruano-ecuatoriana (1858-1860)

En 1857, el Ecuador celebró un convenio con sus acreedores británicos adjudicándoles en


pago, territorios de Quijos y Canelos, que a juicio del gobierno del Perú le pertenecía,
basándose en la Real Cédula de 1802. Tras varios intercambios de notas la situación se
puso tensa. La cancillería ecuatoriana solicitó el retiro de Quito del ministro peruano Juan
Celestino Cavero. Se rompieron las relaciones diplomáticas. El Congreso autorizó a
Castilla emplear todos los medios a fin de alcanzar satisfacciones de parte del Ecuador,
incluyendo la guerra.

La primera medida que tomó Castilla fue decretar el bloqueo pacífico de toda la costa
ecuatoriana (26 de octubre de 1858). Guayaquil empezó a sufrir los estragos del sitio, por
lo que el comandante general de esa plaza, general Guillermo Franco, aceptó firmar un
armisticio con el jefe de la flota peruana, vicealmirante Ignacio Mariátegui (20 de agosto de
1859). Poco después Castilla aprobó la suspensión del bloqueo de toda la costa
ecuatoriana, para así facilitar un arreglo con el gobierno ecuatoriano. 26

Pero sucedió que el Ecuador entró en un período de anarquía política, ante el inicio de una
guerra civil en la que se establecieron cuatro gobiernos provisorios: un triunvirato en Quito,
presidido por Gabriel García Moreno, una jefatura suprema en Guayaquil, al mando
de Guillermo Franco y que dominaba toda la costa, un gobierno títere de Franco en
Cuenca y un gobierno federal en la provincia de Loja, al mando de Manuel Carrión, por lo
que el Estado ecuatoriano no tenía un gobierno legítimo. 27

El problema que se planteaba a Castilla era pues que, no habiendo un único gobierno
plenamente legítimo en el Ecuador, no era posible iniciar conversaciones, pues se corría el
riesgo de que una facción invalidase la que otra aceptase. No obstante, Castilla preparó la
expedición naval y militar contra el Ecuador, y el 29 de setiembre de 1859, se embarcó él
mismo. Dejó en el poder en Lima al doctor Juan Manuel del Mar.

La armada peruana la conformaban 15 buques, que transportaban a seis mil soldados.


Como el propósito de Castilla no era el de humillar al Ecuador ni de arrebatarle territorio,
envió una nota a cada uno de los jefes de las facciones ecuatorianas, dándoles un plazo
de 30 días para que llegaran a entenderse y conformaran un gobierno legítimo; en caso de
no ocurrir ello, anunció su propósito de reanudar las operaciones militares. 28

Pintura anónima del siglo XIX, que representa la toma de Guayaquil por parte de las fuerzas
peruanas en 1860.

Finalizado el plazo y al no producirse la solución del conflicto interno en Ecuador, la


escuadra peruana se presentó en Guayaquil el 12 de noviembre de 1859, sin hacer fuego.
Los defensores del puerto quisieron negociar y Castilla exigió que se permitiera el
desembarco de sus tropas, lo que fue aceptado. Las tropas peruanas se posesionaron de
las alturas de Mapasingue (25 de noviembre), desde donde se dominaba Guayaquil y sus
accesos. Como los gobiernos del Guayas, Azuay y Loja llegaron a unificarse
momentáneamente bajo el mando de Franco, Castilla decidió entenderse con este jefe
antes que con García Moreno, que tenía el gobierno de Quito. 29 En efecto, este último
tenía el respaldo de la capital de la república (por ende sede principal del gobierno
ecuatoriano) y de gran parte de la sierra ecuatoriana. Pero a pesar ello, prefirió Castilla
llegar a acuerdos con Franco, pues ambos estaban confabulados. El presidente peruano
ofrecía respaldar la jefatura del general ecuatoriano, siempre y cuando reconociera la
cédula misional de 1802.30

Así pues, con la autorización de Franco, las tropas peruanas entraron en Guayaquil el 7 de
enero de 1860, sin necesidad de disparar un balazo. El 25 de enero Castilla firmó con el
gobierno de Franco el Tratado de Mapasingue, en el que, esencialmente el Ecuador
reconocía la validez de la Real Cédula de 1802, y por tanto la soberanía peruana sobre los
territorios de Quijos y Canelos; declaraba nula la adjudicación de territorios hecha a sus
acreedores ingleses y se establecía que dentro de dos años una Comisión especialmente
nombrada por los dos países procedería a señalar los límites entre ambos Estados.
Castilla no quiso mostrarse implacable o feroz con Ecuador y antes de marcharse,
obsequió uniformes, calzados y fusiles al ejército franquista. 31

No obstante, Franco no era el gobernante legítimo del Ecuador, sino apenas un dictador
secesionista en Guayaquil, y fue derrotado por las tropas del gobierno de Quito, presidido
por García Moreno, el 26 de septiembre de 1860. Este gobierno desaprobó el Tratado,
firmado por Franco, tan pronto como Castilla se marchó; el Congreso peruano, ya en el
gobierno de San Román, también lo desaprobó en 1863. 32

El problema con el Ecuador se prolongaría por mucho tiempo más, volviéndose un asunto
centenario. En el Perú se ha reprochado a Castilla no haberle dado solución entonces,
teniendo todo a su favor para hacerlo. Los continuos problemas limítrofes entre ambos
países darían lugar a una nueva guerra peruano-ecuatoriana en 1941, conocida como
la Guerra del 41.33

Otras obras y hechos importantes[editar]


Edificio de la Penitenciaría de Lima, considerado el más sólido de la capital. Foto de 1875.

 Se creó la Dirección de Obras Públicas encargada del progreso urbano e industrial


del país.
 Se culminó la instalación del alumbrado a gas en Lima (1855), siendo esta la
primera ciudad de Sudamérica que tuvo tal iluminación.
 Se inauguró el servicio de agua potable en Lima (1857).
 Se fundó la Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia en 1857 y se
nombró al Presidente Ramón Castilla como su primer Presidente Nato.
 Se estableció el servicio telegráfico en Lima y Callao, siendo la primera línea
establecida en Sudamérica (1855).
 Se inauguró el ferrocarril de Lima a Chorrillos cuya estación en Lima estaba en el
antiguo convento de la Encarnación (1858).
 Se construyó la Penitenciaría Central de Lima, bajo la dirección de Mariano Felipe
Paz Soldán. Concebida como centro de trabajo y readaptación, fue inaugurada por el
propio presidente el 23 de julio de 1862, y durante mucho tiempo fue el edificio más
sólido de la capital. Asimismo, se construyeron varios centros penitenciarios en el
interior del país.
 Se construyeron los muelles del Callao, Chorrillos, Pisco y Paita, y el dique flotante
del Callao.
 Se fundó la Compañía de Bomberos Voluntarios Unión Chalaca Nº 1, la primera de
su género en Sudamérica. (1860).
 Se expidió el primer Reglamento de Carruajes.
 Se mejoró el sistema de correos estableciéndose el franqueo con estampillas.
 Se inauguraron en Lima los monumentos a Simón Bolívar y a Cristóbal Colón.
 Se instaló la Bolsa de Comercio de Lima.
 Se fundó el Club Nacional en 1855.
Ramón Castilla en 1864.

 Se promulgaron el Código Penal y el Código de Enjuiciamientos, el 1 de octubre de


1862, para que rigieran desde el año siguiente. Reemplazaron a la legislación penal
española vigente hasta entonces.
 Por ley del 24 de mayo de 1861 se realizó el censo del país, que arrojó un total de
2.487.916 habitantes en 1862. Sus cifras por distritos fueron publicadas por Mariano
Felipe Paz Soldán.
 Se elaboró el Mapa General del Perú, a cargo de Mariano Felipe Paz Soldán.
 Se creó el departamento de Cajamarca (por decreto de 11 de febrero de 1855 y
ratificado por Ley de 30 de setiembre de 1862) y el departamento de Piura (por Ley de
30 de marzo de 1861), ambos desgajados del departamento de La Libertad.
 La vida intelectual y, en particular, los estudios jurídicos se enriquecieron, en 1860,
con la aparición de dos libros notabilísimos: el Diccionario de la Legislación
Peruana de Francisco García Calderón Landa, y el Tratado de Derecho Civil de Toribio
Pacheco y Rivero.
Las elecciones de 1862[editar]
Al finalizar en 1862 el segundo gobierno de Castilla, se vislumbró una enconada lucha
electoral entre tres candidatos: el mariscal Miguel de San Román, el general Juan Antonio
Pezet y el doctor Juan Manuel del Mar; el primero contaba con el apoyo oficial de
gobierno. Pero la lucha desapareció cuando falleció Del Mar y Pezet se unió a San
Román, aceptando ser su vicepresidente. Los liberales apoyaron también a San Román.

Realizadas las elecciones, resultó elegido San Román como presidente; para primer
vicepresidente el general Pezet, y para segundo vicepresidente el generalPedro Diez
Canseco.

Presidencia Provisoria (1863)[editar]


Efigies de Ramón Castilla en elPanteón de los Próceres en Lima.

Al fallecer el mariscal Miguel de San Román el 3 de abril de 1863 tras apenas seis meses


de gobierno, Castilla asumió por cuarta vez la presidencia, en forma interina, pues ninguno
de los dos vicepresidentes se hallaban en Lima. Se temió que Castilla se perpetuase en el
poder, pero solo permaneció por unos días hasta el regreso de Pedro Diez Canseco, el
segundo vicepresidente, el 9 de abril, quien igualmente asumió el poder de manera
transitoria, por ausencia del primer vicepresidente, Juan Antonio Pezet, que había viajado
a Europa por motivos de salud. Pezet volvió y asumió el poder el 5 de agosto de ese año;
de acuerdo a la Constitución, debía culminar el período de San Román.

Últimos años[editar]
En 1864 Castilla fue elegido senador por Tarapacá y presidente de su cámara; desde esa
posición condenó la política internacional del gobierno de Pezet frente a la agresión de la
escuadra española del Pacífico, por lo que fue apresado y desterrado hasta las playas
del Peñón de Gibraltar, en febrero de 1865. Pero esta medida no favoreció al gobierno,
pues de todas formas Pezet fue derrocado, gracias a la chispa revolucionaria que dejó
encendida Castilla antes de partir al destierro, lo que daría lugar al surgimiento de figuras
pertenecientes a una nueva generación. En su ausencia se produjo el Combate del Dos de
Mayo, última acción de la flota española de aguas peruanas, que fue celebrado como una
victoria por el Perú y sus aliados sudamericanos.

A su regreso al Perú, el 17 de mayo de 1866, Castilla fue objeto de homenaje en Lima,
ocasión en la cual dijo al momento de alzar la copa: «Brindo, señores, por los viejos que
conquistaron la independencia y por los jóvenes que el 2 de mayo supieron consolidarla».
Pero se opuso al presidente Mariano Ignacio Prado y fue deportado a Chile; desde allí, ya
septuagenario, se rebeló en defensa de la Constitución moderada de 1860, que el
gobierno intentaba reemplazarla por laConstitución liberal de 1867. Desembarcó
en Pisagua (puerto de Tarapacá, entonces territorio peruano) con una pequeña escolta,
regresando de este modo al Perú con el propósito de tomar por quinta vez las riendas del
gobierno. Murió durante el viaje hacia la ciudad de Arica, en el valle de Tiliviche, el 30 de
mayo de 1867, y sus últimas palabras fueron: «Un mes más de vida Señor y haré la
felicidad de mi patria, sólo unos días más».

Descendencia[editar]

Doña Francisca Diez Canseco de Castilla, esposa del presidente Ramón Castilla.

Casado con la dama arequipeña Francisca Diez-Canseco y Corbacho, hija del general
Manuel José Diez-Canseco Nieto y hermana de los presidentes Francisco y Pedro Diez
Canseco Corbacho. No tuvo descendencia en ella. Sin embargo, tuvo tres hijos naturales
reconocidos (dos antes de casarse y uno durante su matrimonio), y algunos señalan que
hubo otros tres no reconocidos.

Los tres hijos reconocidos que tuvo antes de su matrimonio con Francisca, fueron los
siguientes:

 El primero, Manuel Castilla, nacido en 1825, fruto de su relación con María de


Cárdenas Rivera, que contrae matrimonio en 1850 con Francisca Sotomayor y procrea
un hijo, Baldomero. A través del hijo mayor de Baldomero, Dámaso Castilla Loayza, la
descendencia directa del Mariscal continua hasta la actualidad.
 El segundo, Federico Castilla, nacido en 1833 producto de sus relaciones con
Francisca Villegas. Llegó a ser capitán de corbeta de la armada peruana y murió
repentinamente de una enfermedad, el 31 de mayo de 1860, dejando una bebé de tres
meses, fruto de su matrimonio con Dominga Irribarren. La niña falleció también
algunos años después.
 El tercero, Juan Castilla, nacido en 1851 de sus relaciones con Carolina Colichón.
Desde los cuatro años (posiblemente a causa del matrimonio de su madre) vivió en
casa de doña Francisca, quien lo crio como a un hijo. Siendo adolescente, Juan partió
a Londres, París y Madrid a estudiar, y se graduó de tenedor de libros (lo que hoy se
llama contador). Cuando Castilla falleció en 1867, Juan se hallaba en Londres y doña
Francisca hizo un esfuerzo enorme para que mantuviera sus estudios. En 1870 retornó
al Perú y se dedicó a los negocios. Al estallar la guerra con Chile se alistó en la
defensa de Lima, y como Ayudante Mayor del coronel César Canevaro, murió en
la Batalla de San Juan y Chorrillos, el 13 de enero de 1881.34

Asimismo, Castilla y su esposa criaron a dos sobrinas como si fueran sus hijas adoptivas:
María Mercedes y María de los Angeles Diez Canseco de Olazábal. Ellas eran hijas
de Manuel Diez Canseco Corbacho, hermano de doña Francisca. Castilla las desposó con
dos de sus secretarios: Mercedes con el doctor Manuel Yrigoyen Arias, quien llegó a ser
un brillante diplomático, y Angelita con el capitán Manuel Velarde Seoane. La familia que
más destacó fue la de los Irigoyen Diez Canseco, que se ha prolongado hasta la
actualidad.35

Efigie de Castilla[editar]

Monumento al Mariscal Ramón Castilla, Plaza Chile, ciudad de Buenos Aires.

Según el historiador Jorge Basadre, Ramón Castilla es en resumen lo mejor de los


primeros cincuenta años de la República peruana. Es aquella figura a la que todos
llaman taita (padre), el libertador del negro, el redentor del indio, un hombre realmente muy
sencillo y del pueblo, y que llegó con su nombre muy adentro de las multitudes. Patriota a
carta cabal, su amor al Perú no solo fue de “palanganada” (jactancia), sino que lo
demostró en la práctica con creces, como militar y gobernante. Supo ser al mismo tiempo
caudillo y estadista, y trajo orden y prosperidad al Estado, por eso al grito de “¡Viva
Castilla!” la gente se iba a matar, y al mismo grito se hicieron y deshicieron revoluciones
hasta el mismo día de su muerte.36 Pero este mismo caudillo y estadista, que le tocó
gobernar en medio de la prosperidad económica del guano que a tantos enriquecieron,
murió pobre y con deudas, y por ello el poeta Carlos Augusto Salaverry dijo:
La pluma de la historia dirá un día,
Cuando su cetro la verdad recobre:
"Fue tan patriota como se podía,
Y aunque el oro a sus plantas esparcía;
El pueblo le bendijo: murió pobre."

Leyendo su biografía podemos decir: «Aquí se aprende a triunfar». Con el vencedor de


Barón, de Yungay, de Intiorco, de Cuevillas, de Pachía, de San Antonio, de Carmen Alto,
de Izcuchaca, de La Palma, de Arequipa, de Mapasingue, cabe decir: He aquí un guerrero
peruano cuya exaltación puede hacerse sin lamentaciones de “yaraví”. 37

La casa de Castilla[editar]
Ya como presidente, Castilla tuvo dos casas en Lima: una en Chorrillos, probablemente en
la calle del Tren, y otra en la calle Divorciadas e Higueras (actual intersección de los
jirones Cuzco y Carabaya). La primera fue totalmente destruida por la barbarie chilena
durante la guerra del Pacífico, mientras que la segunda sobrevive hasta la actualidad
aunque en precarias condiciones, a la espera de su restauración. Es una antigua casa
colonial que data del siglo XVII. Castilla la adquirió en 1850, de la testamentaria de don
Mariano de la Puente, por 20.000 pesos. Tras el fallecimiento de Castilla, su viuda doña
Francisca Diez Canseco, agobiada por las deudas de su esposo, vendió la propiedad por
30.000 pesos. Después de pasar por una serie de propietarios, fue adquirida por el Estado,
yendo a manos del INC (actualmente Ministerio de Cultura). 38

Homenajes[editar]
la Tumba de Mariscal Ramón Castilla, en el Panteón de los Próceres en lima.

Por ley aprobada en el Congreso de la República el 25 de junio de 1867 se dispuso que el
Poder Ejecutivo tomara las disposiciones necesarias para los funerales de Castilla, que se
realizarían en Lima. El gobierno del coronel Mariano Ignacio Prado (contra el que se había
sublevado) ordenó gastar 16 mil soles en el mausoleo del Mariscal que debía llevar la
inscripción: «El Perú al Gran Mariscal Ramón Castilla». Una comisión del Congreso asistió
a los funerales, y a la viuda, doña Francisca Diez Canseco, le fue asignado un montepío
como si su esposo hubiera muerto en guarnición. La muerte de Castilla causó honda
repercusión en todo el país y paralizó por algún tiempo la ofensiva de los opositores al
gobierno, previo al estallido de la revolución que tuvo como focos a las ciudades de
Arequipa y Chiclayo.

El 9 de diciembre de 1940 el teniente coronel del ejército argentino Raúl Aguirre Molina
pronunció el siguiente discurso al entregar una placa conmemorativa al monumento de
Castilla:
En mi tierra, en su más bello ambiente, el de los gauchos, un criollo conquista fama y nombradía,
cuando en las justas camperas, no pudiendo dominar la ferocidad del redomón, el jinete cae a tierra
con las riendas en la mano. Castilla sublimizó la proeza. Cuando su trompa de órdenes tocó ¡Alto! Al
final de la jornada, el jefe hecho pie a tierra, apoyó la cabeza sobre el pecho de su ayudante, y,
como buen soldado de caballería murió con las riendas en la mano. 39

Aparte de ese mausoleo suntuoso erigido en el Cementerio Presbítero Maestro, tardó


mucho tiempo en levantarse en el centro de Lima un monumento digno de la memoria del
Gran Mariscal. El primero fue inaugurado en 1915, en laPlazoleta de La Merced (Jirón de
la Unión, frente a la Basílica de La Merced), y fue obra del escultor limeño David Lozano.
Este monumento, de dimensiones modestas, representa una efigie pedestre de Castilla, en
actitud sencilla.

El gran monumento representativo debió esperar más tiempo. En 1967, al celebrarse el


centenario de la muerte de Castilla, se eligió a la Plaza Unión (situada en el cruce formado
por las Avenidas Alfonso Ugarte, Argentina y Emancipación) como lugar donde debía
erigirse la estatua ecuestre del Gran Mariscal, cuya ejecución se encargó al escultor
pisqueño José Luis Peña y Peña. Era entonces Presidente de la República el
arquitecto Fernando Belaúnde Terry y alcalde de Lima el doctor Luis Bedoya Reyes. El
monumento se inauguró en 1969 y se cambió el nombre de dicho espacio público por el de
Plaza Castilla, pero es un nombre poco usado actualmente.

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