El Trauma Oculto en La Infancia, Caps 1 y 2. Lecannelier (2018)

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| i | 4 o2° Clage A ! ecto | | El trauma oculto | f en la infancia q | Gufa cientificamente informada para k padres, educadores y profesionales k f I i ‘ I | Felipe Lecannelier i i ; | i { é iu L | Capieulo 1 3 i i 5 i F Q z a : i i a Uno de los principales (y més sinceros) historiadores de la ine fancia es Lloyd de Mausse, quien en su libro La evolucién de le ‘nfincia plantea que ala historia de la infancia es una pesadilla dela que hemos empezado a despertar hace muy poco. Cuante ins se retrocede en el pasaclo, ms bajo es el nivel de pucricul, tura (crianza) y més expuestos estén los nifios a la muerte vio. lenta, al abandono, los golpes, e terror y los abusos sexuales»?, No es el objetivo de este capitulo dar una descripcién cronolégica de la historia de la crianza clesde la etapa de los cazadlores-recoleccores hasta la etapa actual (hay muchos libros dedicados especficamente a este tema), sino més bien retratar, con algunos ejemplos de pricticas en diversos momentos, la aseveracién de lo que Lloyd de Mausse afirma en su cita, Par. tendo con solo un ejemplo especifico: en la Edad Media, el cmperar a caminar era requisito para que un nifo trabajara; dar azotescotidianos en al hogar o en la escuela era una pric, tica habitual en el siglo XVII. Otro de los grandes (y escasos) historiadores de la infan- cia Phillipe Aries, planted que en una época el abuso sexual, cometido esencialmente a través de tocaciones, era una «tra. dicién generaltzada» en las familias de los distintos estratos sociales. Alan Valentine, otto historiador, analizé 600 afios de cartas de padres asus hijos, y no enconeré en ninguna mensa Jes que incluyeran seguridad, contencién, catifo, compromiso ¥ dedicacién a sus hijos. Las palizas eran précticas tan comu. nes en la historia, que los adultos no dudaban en justficarlas como parte de su educacién moral y espiricual. ° Lede Mausc,TeBikaion of Childhood The Poyhohisory Pes, New Yr, 1974, 25 ‘Cuando uno se adentra en el pasado, més horribles eran. Jos castigos a os nifios, utilizando trabas en los pies, esposas, mordazas, 0 bien el encierro durante semanas en cubiculos. ‘En la Edad Media se permitia azotat a los nifios hasta sangrar, pero cuidando que no murieran. Ya en el Renacimiento, of Consejo era azotar a los nifios pero de un modo moderado, sin golpearlos en la cabeza o en la cara, por ejemplo, sino més bien en los costados, ya que eso no les causaria la muerte. En Jos siglos postetiotes (XVIII y XIX) se plantea que el uso del castigo severo fe mas bien reemplazado por el encierro, A los nifios se los solla encerrar en cuartos oscuros, donde podian permanecer horas. En otras ocasiones simplemente se los de- jaba solos largamente en su pieza, sin comida. Los datos histéricos muestran que hasta ances del siglo XX era también costumbre dejar solos a los nifios, micntras los padres saan fuera de la casa. Estos datos se han corroborado también por el hecho de que un gran niimero de nifios suftia cconstantes cafdas, quemacuras y ghogamientos (llegando in- cluso a la muerte). A nivel religioso, durante 800 afios se cxe~ y6 coménmente que el nifio nace «mancillado y corrompido por el pecadon, el que debe ser sacado de su cuerpo a través del dolor y el sactficio, De esto derivé una gran variedad de pricticas maltratadoras que ya se han enunciado. Més atin, la intensidad del llanco del nifio era considerada como una cexpresién del espirina demoniaco que aque! posefa, hasta el punto de que sil bebé no paraba de lorar, su muerte a manos de sus progenitores era el destino inevitable. Fs bien conocida la prictica de dejar al nifio envuclto cen fajas durante el primer afto. Se plantea que esta préctica tenfa el sentido de evitar que el nifio pudiera tomar alguna forma maligna, o excaparse como un animal, o arrancarse los ojos 0 los brazos, 0 tocarse los genitales, 0 simplemente de- formarse. La idea de la faja era envolver todo su cuerpo de un modo muy ajustado, privindolo de cualquier tipo de movi- miento, pareciendo un tronco de madera, pero muchas veces 6 provocéndole heridas en la piel e interrupcién de la cire Jacién, En tal creencia nuevamente subyace la idea del bebe como un set esencialmente maligno que debe ser amarrado para no dar tienda suelta a sus pasiones animales. Pero los expertos dan otra razén del uso generalizado durante siglos de la faja: permitéa a los adultos hacerse menos cargo y prestar ‘menos atencién a sus hijos. Los datos de la época demostra bban que esta préctica dejaba a los nifios mds pasivos, dormian toda la noche sin despertarse, lloraban menos, y en general mostraban una conducta més tranquila y obediente. Debido alo anterior era una préctica altamente recomendada en ml tiples paises y culturas por los médicos de la época, y todavia aieoeeel cn algunos blogs de crianza como contencién Oura de las précticas habituales era asustar a los niftos con misearas 0 aruendas fantasmales. Abundan Jas historias en las que monstruos, fantasmas 0 brujos se comian a los nie fi0s, o los raptaban, los hacian pedazos, les chupaban la sangre. En la Edad Media eran principalmente los brujos y los demo- nios, pero posceriormente se lleg6 incluso a acudir ala imagen dle Dios como un set capas de torturara los nifios. En épocas :més contemporineas se hablaba del «cucos o del «hombre del saco>. ‘Todas estas pricticas tenian,’en general, el objetivo de disciplinary controlar a un nifio que no era capa. de tener ma- rgjo de sus emociones, pudienco manifestar conductas abe- rrantes tales como Horat, no hacer caso a los adultos, ¢ incluso protestar por algo y, por ende, se explicaban siempre que eran para su propio beneficio, Dentro de este tipo de practicas, una ‘menos conocica, pero al parecer muy frecuente, eta mostratles cadéveres a los nifios de modo que aprendieran a superar el miedo a la muerte, Muchos padres solfan Hevar a sus hijos ala ‘morgue 0 a ccmenterios, y los hacfan ver y hasta tocar los ca- dice, par poiomente azotatlos con el objetivo de que no olvidaran lo que habian vis ‘aprendieran la i i en eaa ban visto, y aprendlieran la importancia 7 Incluso en las revisiones exhaustivas que se han hecho sobre las menciones de los nifios en la Biblia, se ha demostra- do que estén cargadas de temas relacionados con el sacrificio de Los nitios, lapidaciones, azotes, obediencia estricta, amor y respeto incondicional a los padres, y el rol del nifio como portador del nombre de su familia. ‘Otra forma de maltrato que se ejercié durante la histo- ria ¢5 lo que actualmente los psicblogos llaman sinversién de roles» 0 aparentalizacién». Aqui el nifio viene a ser el padre de sus padres. EI nfo viene al mundo a cuidar a sus padres y, por cende, debe ser representado como una versién en miniatura de cllos. Esa ¢5 una de las principales razones por las que se los vestfa igual que los adultos, o se les pedfa que se comportaran ‘con Jos mismos modales y actitudes que ellos. Pero Ia histo- ria relata casos un poco mas extremos (y hasta escabrosos) de ésia tendencia a la inversién de roles: en algunas ocasiones, los es y las nodiza solfan succionar los pechos del bebé, pen- sando que ellos levaban leche sobrante de sus madres. Incluso se reportan pricticas segiin las cnales los adultos solfan besar y lamer la boca de sus hijas, casi como una actitud de invertir el rol del adulto como un bebé que necesita todavia de la ora- idad para lograr satisfacci6n. ‘Un caso menos extremo ¢s la tendencia histérica de que Jos niios, desde muy corta edad, tienen que colaborar en las tareas del hogar, donde esta colaboracién no es una eayuda voluntariay, sino que es un deber a cumplir cotidianamente. Meredith Small una famosa etnopediatra relata casos de cier- tas culturas cazadoras-recolectoras que sobreviven en la actua- lidad, en donde los nifios deben cumplir tateas similares a las de los adultos, tales como cocinar, cargar cosas, cazar ys por sobre todo, cuidat de sus hermanos menores. Sin embargo, clla plantea que, aunque eso es cercano a lo que podriamos Sill Me Kids Ho Biolgy ane Culture Shape she Wy we Rae Young Children. Anchor, 2002. 28 lamar trabajo infantile seuimiento de ests nos hasta adolescencia no demuestra que esta carga temprana de taka lesafecte en su desarollo socioemocional.Ellosloviven se ser parte de un clan o una familia, y s su deber hacer ne on ‘mas tareas que los adultos. : En un nivel ms profundo, observando de manera mu «specifica interacciones de padres y sus hijos pequefios, no es extrafio ver en Ja actualidad a nitios que constilan sw padres cuando estén llorando, o incluso bebés que se acerca besan y abrazan a sus cuidadores cuando perciben qu elle estén emocionalmente afligidos. En mi prfctica investigacivs durante la cual he tenido la oportunidad de analizar cientos de videos de interacciones, el consuelo del nifo hacia dl adul, to es mucho més frecuente de lo que se piensa, y puede tomar formas muy sutles. Recuerdo a umna madre muy afigida por su depresi6n posparto, que cada vez que mencionaba lo trite ¢ incapaz. que se sentia para cuidar a su hijo de 14 meses, el ni jugaba en el otto extremo de la sla, pero cada ver que Ja madre lloraba, el nifio se acercaba a ella y le mostraba un jnguete, o la empujaba para que fueran a jugar juntos, y al- unas veces simplemente la abrazaba y se quedaba tranquilo en sus brazos. Es més, si el lector hace el ejercicio de buscar por Google pinturas antiguas de interacciones madvelbebé verd muchas en donde la madre parece impévida, y es el nin quien I besa, la abraza y la mira. En la actualidad, se sabe ue este tipo de cuidado basado en lainversin de roles sacle ser perjudicial para ef desarrollo del nif, ya que en esas ins. tancias el menor es el que protege a adulta, y no a a inversa Lo anterior, cuando se repce a través del tiempo (como on patron de cuidado), suele deja al infante en una situacién de desproceccién y esrés no contenido, que afecta su nivel dese. guridad emocional. Como se entender ala hora de expicar el oncepro de apego, esto implica que el cuidadlo se transforma en uno donde es el adulto el que se apega al nifo (al buscar consuelo en este), y no ala inversa 2 ‘Aunque actualmente poseemos ee ae da tiempo que los padres pasan con sus hijos (ana hora al iene easel padtes, y dos a tres horas al dia en el caso de las madres) y esto estd siendo objeto de un intenso debate sobre ef bienestar de los nifios en el mundo moderno actual (como se analiza en mi libro A.M.A.R) la realidad es que is- téricamente, hasta los siglos XVIII y XIX, el nifio promedio de Familia acomodada era ctiado por nodtrias y después por sirvientes hasta que acudian a escuelas tipo Inna la ey én con los padres era mfnima, por no decir inexisten Eee a ora Es abandono fue més radical antes del siglo X, curando Ia venta y esclavizacion de los nifios era una pric- tica habitual. A veees se los wilizaba como rehenes poitiens 0 como moneda de cambio en ls guerra. Asimismo, enviar a Jos nifios a vivir con otras familia, por diversas razones, hacia parecer que en esa época el nifio era simplemente un objeto (a veces de menor categoria que los animales), del cual el padre ‘ta cl ducfio y, por ende, cenfa toda la libertad (y las leyes) para hacer de dl lo que le placiera, i aie did amamantamienco, que en a acwslided est ms que demostado que es exencil para fa vida y desarto lode nif, y Beate lca xin campat, onnincons Ly movimientos que promueven la lactancia prolongada, en los tiempos ancerioreseraconsideradalteralmente dina aberracién, Las madres entregaban a sus bebés a las nodrizas, quienes los amamantaban (y no solo es, ya que también es sabido queen siglos anteriores era mucho més alta la probabilidad de que un nifio muriera a manos de una nodriza que de e rad) Las rizas existen de los periodos cuando emerge la agricultura eee eae i afios antes de Cristo), y se plantea «que su mantencién era en gran parte debido al hecho de que alas madres (y a los padres) es resultaba repulsivo el acto de amamantamiento, Se pensiba que la leche de una nodriza de clase inferior era sangre que se transformaba en leche y que pa- saba al cuerpo del nifo, corrompiéndolo para siempre. A pesar 30 de esto, la mnayoria de las familias dejaba asus hijos con nodri- zas incluso con aquellas que no tenian los medios econdmices para hacerlo, Esta costumbre persistié en algunos paises de Europa (tales como Alemania), hasta principios del siglo XX. Un dato curios es el uso de los andaclores: hay registros hist6ricos de los siglos XVI a XIX de que los nifios ya usaban andadores de madera, y era costumbte tenerlos todo el dia dentzo de estos aparatos. Al igual que en la actualidad, se los justfcaba como medio para fortalecer la musculatura y el de- sarrollo psicomorriz del nifto, pero se plantea que de hecho se usaban para evitar que el nifio gateara, ya que esa conducca era ‘més propia de los eanimales», Muchos historiadores concuerdan en que el tema del abuso sexual es el menos registrado y conocido dentro de la historia de la infancia. Sin embargo, es bien sabido que en la Antigiedad el nifio vivia desde temprana edad en un mando de abuso y manipulacién sexual. En Grecia y Roma, los nifios eran uilizados como objetossexuales, bajo diferentes formas y Contextos. Se han registrado burdeles de nifios, o bien eran uti- lizados como esclavos sexuales; la relacién maestro-estudiante también solia ocurrit bajo un contexto de abuso sexual del primero hacia el segundo, ¢ incluso se plantea que los abusos ocuerfan desde los primeros meses de vida, a través de juegos Y tocaciones que sucedian, por ejemplo, en el momento del batio, Lo interesante de estos hechos es que en esas épocas los nifios estaban bajo el control absoluto de sus padres, por lo ue es imposible pensar que aquellos actos de abuso sexual no hhubieran ocurrido sin su consentimiento, Se plantea que pos- teriormente se fueron elaborando leyes, especialmente contra {a sodomia hacia los nifios. Otra forma de maltrato sexual, bastante generalizada, cra la castraci6n de los nifios. La raxén no es del todo conocida, pero se plantca que a muchos adultos les excitaban més ls nifios castrados, aunque otta causa estabe relacionada con la creencia de que ese procedimiento provegfa alos nifios de muchas enfermedades. 3 Posteriormente, el cristianismo introdujo la idea de que los nifios eran puros¢ inocentes, y que el ideal del hombre era alcanzar esa pureza. Con esto iba aparejada la nocién de que Jos nitios no comprenden a sexualidad, lo que desafortunada- mente conduj ala justificacién de que los abusos no tenfan repercusiones negativas en ellos y, por ende, no les hacia daiio, yaque no comprendian lo que les estaba sucediendo, En la ac- ‘ualidad, este sigue siendo el argumento de muchos pedéfilos. ‘Aunque se hipotetiza que desde la Edad Media los abu- 0s sextales fueron disminuyendo a través de leyes que prohi- bian (en cierta medida) el contacto carnal con nifios, a partir del siglo XVIII los abusos tuvieron un cambio hacia el castigo fisico en el nifio por tocarse los genitales. Desde el siglo XVII surgir las concepeiones de que la masturbacién cial para los nifios, pudiendo provocar locura, epi- lepsia, ceguera y hasta la muerte. Entonces, tanto médicos como padres los solfan castigar severamente por tocarse, le- gandb incluso a amenazarlos con cortarles los genitales. Para tal fin se practicaban intervenciones quirirgicas tales como la circuncisién, 0 el uso de aparatos como anillos con puntas 0 de protectores metilicos que se colocaban en el pene del nifio. ‘Un dato oculto y silenciado en el abuso sexual cra el cometido por los propios padres, y en general sesolia acusar a los criados de las casas como los principales causantes. El caso extremo de prictica dolorosa durance la historia de Ia infancia, es el infanticidio. Varios documentos (incluso actuales) han documentado que el infanticidio fue mucho més ‘comin de lo que se piensa, Sara Blaffer Hrdy’, una famosa an- trop/éloga que ha escrito exitosos libros sobre la evolucién hu mana y las relaciones padres-hijo, plancea que el infantcidio ‘era una prictica comiin entre nuestros antepasados, debido a razones puramente biolégicas y evolutivas, donde los padres > lalfer Hedy S., Mothers end Other The Bolutionary Origin of Mutual Ue derstanding, Belknap Pres, Harvard, 2009. 32 ‘mataban a sus hijos por defecto genético, por falta de alimen- tacién y recursos para cuidarlos, o por la poca diferencia de edad entre los hijos (lo que imposibiliaba al adulto poder car- gary cuidar a dos bebés al mismo tiempo). Sus conclusiones, aunque fueron ampliamente criticadas, han sido confirmadas por muchas investigaciones, La realidad es que; hasta entrado el siglo XIX, el in fanticidio era un acto comiin y frecuente en las familias, En Giertas épocas, tales como la romana o la griega o durante la Edad Media, era hasta una norma y creencia comin matar a los nifios windescados», 0 como sacrificio a os dioses. Cémo solfa ocurtir? Aunque las précticas fueron variando a través de lahistoria, hay registros de que a los nifios se los lanzaba al rfo, envucltos y puestos en vasijas para que se murieran de hambre, abandonados en cerros y caminos para que fueran presa de Jas aves y ottos animales, o se fos congelaba, quemaba, 0 les pegaban hasta mararlo, e incluso se habla de una prictica que consistia en envolverlos en fajos y dos adultos los lanzaban de tun lugar a otz0, como por ejemplo de una ventana a otra Por qué ocurria el infanticidio? Generalmente, porque el bebé nacia con una malformacién congénita, 0 porque era ilegftimo, 0 con mayor probabilidad por ser mujer, por tener sus padres ya demasiados hijos y carecer de los medios para ctiar al recién nacido. Los bidlogos plantean esto como parte de lo que Ilaman «inversién parentabs, tema en el que no me dletendré sino més adelante. El punto es que muchas especies matan asus crfas, y la razén no detiva de algin instinto malig- 1, sino simplemente como expresién de un cilculo biolégico que cada ser vivo realiza en relacién a si tiene o no los medios para criar y desarrollar ala cria, de modo que llegue a la edad adulta y pueda pasar sus genes a la generacién siguiente. Si por algiin motivo interno o externo de la ctfa esto no es posible, el infanticidio es la accién Iégica resultante. Todos estos datos, algunos escabrosos, sobre la infan- cia en la historia, nos llevan a plantearnos ciertas preguntas 33 y reflexiones que no se pueden obviar. La primera pregunta «que subyace 2 todas estas précticas es: gpor qué los adultos no eran capaces de sentir empatia por sus hijos? Los datos mues- tran que incluso cuando los padres los azotaban, asimismo los rectiminaban por obligarlos a sentirse culpables o tristes por tenet que hacerles eso, Es decir, el adulto vefa incluso el ‘maltrato como una forma egoista de que el nifio provoca- ba malestar en el propio adulto. A su vez, no es de extrafar que si estas eran pricticas habituales que sufifan los nifios, cuando ellos se convertian en adultos, solfan repetirlas en sus propios hijos como parte de la tradicién de crianza, Es decir, es altamente probable que en un alto ntimero de familias se produjera lo que llaman una «transmisién intergeneracional de los malos tratoss, que continuaba generacién tras gene- racién, Estos malos tratos y el uso del ni6o como un objeto fue convirtiéndose en una norma de cuidado en los tiempos antiguos, lo que genera la reflexién inevitable de cudnco de ese acervo cultural sigue estando en nosottos, considerando que ocurrié durante siglos. A pesar de todo lo anterior, la imagen que se presenta de la historia de la infancia parece ser extremadamente negativa. En un excelente libro de Jeremy Rifkin llamado La efvilica- cién empdtied’, el autor muestra una serie de evidencias que dan cuenta de que a través de la historia la empatta hacia los nifias fue incremencindose siglo tras siglo, existiendo muchos periodos (como el Romanticismo) durante los cuales los nifios ‘eran considerados seres puros y especiales, porlo que el trato y cuidado adecuado eran mas bien la norma, incluso llegando a periodos en el siglo XIX donde la regla era dejarlos ser y hacer lo que quisieran, de modo de que pudieran expresar y desarro- llar toda su espiricualidad. Rifkin va mostrando cémo la con- ciencia empatica en todos los Ambitos de la vida es algo que va © Rif, J La colicin emp: lc erer aia una eonclenia glbal en we ‘mundo en ers, Pals, 2014, Ea surgiendo de un modo inevitable junto con el desarrollo de las culturas, y que en la actualidad estamos viviendo un impulso empético nunca antes visto en la humanidad (por ejemplo, hhacia los animales, la diversidad sexual, la teligiones y hacia Jos nifios). Por ende, se plantea que no era la falta de amor o ‘compasién, 0 que simplemente los odiaran o quisieran inftin- gitles dafio, sino més bien era la incapacidad de poder ver a los niftos como seres separados de los adultos, como seres con sus propias necesidades, emociones y preferencias. La historia ha mostrado que esta capacidad ha sido (y estd siendo) un logro de cientos de afios de historia humana, donde todavia estamos a medio camino de dlesarrollar una genuina empatia hacia la individualidad del ser del nifio, desde su propio mundo, Viendo todos estos datos histéricos puede sorprender- ‘nos menos ef hecho dle que, en la actualidad, el castigo, cl reto, la disciplina excesiva, el semiabandono de los nifios y muchas otras creencias inadecuadas sobre la crianva, sigan siendo algo natural en muchas familias, De las victimas podemos hasta ex. cuchar justiicaciones de ese trato, tales como: «mis padses nos egaban correazos, pero no me afects, ya que soy profesional ymuy exitoso». Un segundo aspecto a reflexionar es que si miramos la historia de la infancia con los ojos de la actuaidad, no queda ‘més que concluir que, alo menos hasta el siglo XVII, la mayo- ta de los nifios sufifa lo que hoy podemos llamar el wsindrome del nino maleado», o més directamente atin, la mayorfa de 4os nifios vivia traumatizado. No solo por la gran variedad de dobjetos que se usaban para castigarlos (Litigos, varas de hierro © madera, varias, palos, bastones, etc.) sino por la frecuencia cotidiana en que estos castigos eran impuestos. Cuentan en la biografa del famoso filésofo Voltaire que a él solfan catigaclo con varas todos los dias, desde temprana edad, sin razén mds que para «fortalecerle el carécters. Incluso, dos de los gran- des defensores histéricos de lainfancia, Jean Jacques Rousseau ¥ Michel de Montaigne, no fueron muy coherentes con sus 35 propias convieciones en relacién al respeto de la infancia. EL primero solfa dejar asus hijos en orfelinatos cuando nacian, y del segundo se sabe por algunos datos que, a pesar de que se decfa que dedicaba su vida a su hija, Hlendndola de estimulos positivos y carifio, expresando nunca haberla retado 0 castiga- do, ral conducta no fue tan asi. Por ende, pateciera que la hi toria de la infancia es en el fondo la «historia de una infancia traumatizada y dolorosa», Es decir, cargamos siglos de malos tratos hacia lainfancia en nuestro acervo cultural, pero donde todavia seguimos en la completa oscuridad es en el caso de los nifios que sufren traumas de manera constante y continua, y ese es el tema que profundizaremos en este libro. Esto nos lleva a otra pregunta: zeuéndo, entonces, se emperé a tomar conciencia del trauma cotidiano infringico a los nifios?, zcuindo se empez6 a hablar realmente de trauma infantil, ;qué sabemos de la historia del nifio traumatizado? A esto nos dedicaremos brevemente ahora. Datos histéricos sobre el estudio del trauma infantil En la historia sobre os inicios de la conciencia y del estudio del trauma, al igual que en cualquier forma de dolor infantil, solo encontramos negacién, rechazo, exclusiéa y prepotencia. Incluso en la actualidad estas acticudes siguen siendo parte del marco mental y emocional de muchos adultos (profesio- nales y no profesionales). Se considera que el primer estudio 6 registro sistemsico sobre el trauma fue realizado por el mé- dico francés Ambroise Tardieu, en 1860, cuando publica #s- studio médico-legal sobre las tratamientas y malas tratosejrcidos sobre los nios, Se rata de 32. casos, la mayoria de nifios me- nores de diez afios, y donde los padres fueron los principales perpetradores. Tardieu pudo identificar lo que ahora llama- rfamos maltrato fisico y negligencia, pero también encontrs casos de tortura (golpes fuertes y prolongados con un objeto, 36 quemaduras y desmutriciSn severa). La mitad de los ninos de Tardicu murieron a causa de los malos tratos. Lo que llarné Ia atencién a este médico, més all de lo impactante de las agresiones de los padres, era cémo ellos buscaban exculparse elo que habian hecho, dando argumentos tales como que el «nifio se habia caido» o que «se hizo una hetida jugandos, y explicaciones de ese estilo. Posteriormente, Tardieu empezd a tomar conciencia de que la violencia fisica no era lo nico que sufitan los nifios, yen su Estudio médico-legal sobre las agreso- nes a la decencia reporta cientos de casos de abusos sexuales perpetrados por los padres en nifios desde los primeros afios de vida hasta la adolescencia, En la actualidad, los aportes de «ste médico siguen siendo considerados, no solo como pione- 10s, sino como el punto de partida de la conciencia invisible de los multiples dolores y atrocidades que pueden suftir los nifios a manos de sus padres, En los tiempos de Tatdicu, otro médico, Paul Briquet, plantea la controversial tesis de que la principal causa dela his. teria infantil eran los abusos y maltratos de parte de sus padres y otros adultos. Su interés estaba més centrado en comprender la psicopatologia infantil, y esto lo llevé a analizar 87 casos de histeria en nifios menores de doce afios, de los cuales un tercio habfa sido victima constante de apremios fsicos, castigos des- medidos, 0 fue sometido a experiencias de miedo. Otro 10% «ra producto de traumas diferentes al abuso y al castigo fisco, Posteriormente, en. 501 casos de histeria infantil encontrd que: alrededor del 75% eran causados por experiencias de abuso se- xual, Posteriormente, otros renombrados clinioos de la época, como Martin Charcot y Pierte Janet, xconocieron (aunque no de un modo tan tajante), que la histeria podia estar relacionada ¢€n muchos casos con el trauma temprano, tanto en los nifios ‘como en los adultos. Cabe remarcar que en esa época la histeria era como «el Santo Grial» de la comprensin de la psicopato- logia y es por esa razén que fue uno de los principales objetos de estudio de aquellas personas interesaclas en la salud mental. Eo Pero fue el padre del psicoanalisis, Sigmund Freud, quien en un principio acepté la tesis de que la etiologia de la hisceria tenia que ser producto de haber suftido algiin wauma duzante los primeros aftos de vida (mds especificamente, entre 1 afi y los ocho afios de vida). Sino ocurria en ese periodo, no habfa predisposicién a desartollar sintomas histéricos. Mas atin, Freud planteé que eran tres tipos de trauma los que pre- disponian a esta enfermedad: 1) abuso sexual aislado come- tido por algiin adulto extraiio; 2) abuso sexual cometido por algiin cuidador significativo; 3) abuso sexual cometido entre hermanos, donde el mayor repite el abuso suftido por sus pa- dres en su hermano menor. En ese momento, la conciencia empitica sobre el trauma se estaba expandiendo, permitiendo su reconocimiento, estu- dio y tratamiento, Pero es el mismo Freud quien la detiene cen aos posteriores, cuando asevera que el trauma temprano cs més el producto de la fantasia de la persona, Era tal la in- fhuencia que el psicoandlisis estaba ceniendo durante la primera itad del siglo XX, que la nocién dominante de que los malos trazos tenian su origen en la fantasia, pricticamente congelé el interés y estudio del uauma temprano en el desarrollo y salud mental de los nifos (incluso excluyendo a aquellos que plan- teaban la realidad del trauma infantil y sus efectos). A pesar de los horrores que dejaron los efectos psiquicos y emocionales cn fas dos guerras mundiales (lo que se Hamé el efecto Shell Schock) a través del famoso estrés postraumatico, no llegé en «xc tiempo a cautvar alos profesionales ¢ investigadores para profundizar en la emdtica del trauma. Sin embargo, se plantea que esto no solo se debié alas propuestas freudianas. Dos mo- delos mis ayudaron a enterrar el tema en esa época: el modelo de simulacién de Babinski, que proponfa que muchas de las experiencias traumaticas eran construidas debido a la suscep. tibilidad (algo similar a la postura de que los recuerdos trau- :aiticos pueden ser inducidos); y la postura alemana de que el trauma y el esttés postraumético provenia de personalidades 38 débiles y que eran una forma de compensacién (ganancia se- cundaria) al mostrar esos sintomas traumsticos. Lo interesante 5 que la conciencia empética hacia el ‘cuma no resurgié precisamente de la psicologia o de la psi quiatrfa, sino més bien de la pediatria. Analizando las radio- sraffas de fracturas y heridas, el pediatra John Caffey empez6 a nnotar que la forma y caractersticas de estas fiacturas se debian ala accién humana, y registré que cada vez.que estos nifis re- sresaban a sus casas, volvian al hospital con lesiones similares, Sus observaciones generaron un mayor interés en la temética, aunque todavia con mucha reticencia y rechazo de parte de sus pares profesionales. ste aporte, unido a los movimicntos sociales de inicios de la segunda mitad del siglo XX, en pro de la diversidad y los derechos de las mujeres, empezaron a desarrollar una creciente conciencia de que los malos tratos cxisten, son reales y mas frecuentes de lo que la gente piensa, La radiologia peditrica, en ese sentido, podia mostrar que los huesos del infante contaban una historia que los nifios no podian narrar y que los padres no querfan relatar ‘Un gran avance en la conciencia del dolor de la infan- cia fue la publicacién en 1962 de un libro que se llamd The Battered Child Syndrome (algo asi como cl esindrome del nitio ‘malttatados), publicado por Kempe y sus colegas, que definid al concepto como «una condicién clinica en nitios menores (usualmente menores de tres aiios), que han recibido serios abusos fisicos, generalmente de parte cle los padres o las fa- milias de acogidar. Aunque Kempe y sus colegas solo se refie- ten al maltrato fisico, reformulaciones posteriores ampliaron al s{ndrome a las categorias de «abuso infantil y negligencian {incluyendo el abuso sexual). Lo interesante es que, en algu- nna medida, se repite lo que ocurtié a fines del siglo XIX con ‘Tardieu, que parti6 focalizéndose solo en el abuso fisico, y con el tiempo empezé a incluir el abuso sexual, aunque en los textos de psiquiatria de la década de los setenta el abuso sexual fixe completamente subestimado, 39 Al parecer, a la conciencia empatica emergente del adulto hacia el dolor infantil le toma tiempo ir asimilando las diversas formas de vulneraciones a los nifios, ya que como vveremos en lo que actualmente se llama «trauma complejo, el maltrato fisico, el abuso sexual y la negligencia son solo una parte muy reducida de todo el espectro de malos tratos y traumas que se pueden experimentar. Es recién desde la década de los ochenta y noventa del siglo pasado que, a pesat de seguir existiendo resistencias de parte de la comunidad cientifica, se produjo un florecimiento de diversos estudios sobre abuso sexual, maltrato y negligencia, adicionéndose posteriormente la comprensién de la violencia intrafarniliar y otros tipos de crauma, Desde ese momento hasta la actualidad, los studios han ido evolucionando en tres direcciones: 1) conocer la pre- valencia de diferentes tipos de trauma en la infancia, wclizan- do muestras representativas de la poblacién; 2) conocer los ‘mecanismos, consecuencias y secuelas del trauma en el mundo emocional, psicoldgico, cognitivo y social del nifios 3) analizar los factores psicobiolégicos del trauma temprano. En el pre- sente libro se espera abarcar todos estos niveles, de un modo que al lector no le resulte difteil (ni aburrido) comprenderlos. Finalmente, cabe repetir que todos los autores mencio- nados anteriormente (desde Tardieu) han expresado haber sido excluidos, crticados y rechazados por sus pares, al poner en el tapete este tipo de fendmeno. Asimismo, ellos han ex- presado la idea de que en Ia historia de la infancia los malos tratos han sido més bien la norma que la excepcién. Por lo tanto, un primer paso hacia la ayuda del suftimiento en la infancia parte con crear una conciencia empdtica de que mu- chos niiios viven terrores que los adultos no queremos ver ni aceptar. Pero quizds una de las conciencias més dificiles de aceptar es que la fuente de esos terrores somos los mismos seres humanos. 40 Leer para creer: algunos datos epidemiolégicas sobre el trauma infantil éQué porcentaje de nifios ha sufrido trauma? :Qué tipos de trauma son més frecuentes? :A qué edad es més probable su- frir traumas severos? Depende del nivel socioeconémico o del ugar donde vive el nifio? zExisten factores que protegen al ‘trauma o su resolucién exitosa? Y, Finalmente, zpor qué se dice que el trauma es una epidemia oculea? Estas son preguntas dificiles de responder, principal ‘mente por el hecho de que, como mencionamos anteriormen- te, la temética del trauma es nueva en la conciencia de los investigadores y, por ende, los estudios son pocos, especial- ‘mente aquellos que buscan comprender la frecuencia y tipos de trauma durante los primeros afios de vida. En ese sentido, la mayoria de los estudios se concentran en nitios mayores de siete afios, 0 en adultos. En esta seccién haré todo lo posible por responder estas preguntas de acuerdo ala informacién dis- ponible, pero remarcando un dato que el lector no debe olvi- dar: el trauma temprano es mis frecuente y devastador para la vida, de lo que nunca se habia pensado. Antes de mostrarles algunas evidencias interesantes so- bre Ia existencia y frecuencia del trauma, especialmente en edades tempranas, es fundamental aclarar un hecho ya indis- cutible mencionado antetiormente: los tipos de trauma no son solo el maltrato fisico, el abuso sexual y la negligencia. A pesar de Jo que organistnos gubernamentales y no guberna- ‘mentales llevan proponiendo hace afos, tanto en sus.politicas piiblicas como en sus formas de tratamiento, esto no solo no tefleja Ia realidad de la vulneracién infantil, sino que més bien la restringe y la limita, tanto en su comprensién como en su intervencién. Esta concepcién ha sido llamada «el modelo lé- sico del evento tinico», La tabla 2 muestra un listado actualizado sobre los distintos tipos de trauma que se pueden experimentar en la 4a Infancia. Algunos parecen més graves que otros, pero los tres clementos a tener en cuenta pata realizar esa evaluacién de gravedad, ademés del tipo de trauma, es su severidad, edad de ocurrencia y cronicidad. Por severidad se refiere a la gravedad del trauma cometido en el sentido de cuanto des- estabiliza las eapacidades de enfientamiento del nifio (eviden- temente no ¢s lo mismo maltracar a un nifio golpedndolo en Ja cara, que someterlo a una violencia fisiea de golpes con objetos y quemaduras); la edad de ocurrencia es otro ele- ‘mento esencial, ya que las capacidades de enfientar un evento ‘traumdtico son bastante diferentes si eres un bebé de cinco meses 0 un escolar de doce afios. Desde este punto de vista se entiende que a menor edad, menos capacidad de regular y enfientar el evento traumdtico, y peores consecuencias a corto y largo plazo. Como veremos més adelante, la edad en Ja que ocurte la experiencia dolorosa es muy importante a la hora de identificar la forma como el nifio va aprendiendo a enfrentarla, y por ende, cémo va organizando su personalidad a wavés de la vida, Finalmente, se encuentra la cronicidad, que se reficre justamente a.una de las caracteristicas del T¢ y es la frecuencia y cotidianeidad de la experiencia traumati ca sufrida, Los efectos y experiencia del trauma son bastante diferentes a la situacién de una nifa que experimenté toca- ciones de parte de un familiar adulro una sola vez, a un nifio que es obligado por su padre a observar cada noche cémo él abusa de sus hetmanas. Aunque experiencias aisladas pueden tener efectos traumatizantes muy nocivos, la experiencia co- tidiana de vivir wens el trauma hace una gran diferencia a la hora de analizar las consecuencias a corto y largo plazo en el desarrollo y adaptacién de la persona. Pero aqui nuevamente debo advertir al lector que el hecho de que un nifio haya sido dejado solo todo un dia en su casa (negligencia), no implica en absoluto que esa sea la dinica experiencia devastadora que viva (sino todo el contrario). a Llama la atencién que aunque estos tres factores sue- Jen ser considerados fundamentales a la hora de evaluar el ‘efecto del trauma, se haya dejado de lado lo que acualmente c plantea es EL factor decidor de los efectos del dolor en la infancia, a saber, el escudo protector que proporciona la segu- ridad del apego de los cuidadores principales, antes, durante y después de las experiencias trauméticas, Se dedicaré un ca- piculo a este tema esencial para comprender la dindmica de la constelacién traumatica. ‘Tabla 2: Tipos de trauma Tipo de Trauma ‘Abuso sexual Caracteristicas Incluye formas de contacto directo (cocaciones, penetracién, masturbacién, sexo oral), 0 vicarias (obligar al nifio a observar nes sexualles, sea directamente 0 a través de peliculas o imagenes). Casos mds extremos son torturas sexuales (obligar a participar en actos sexuales extremos). aci Malerato fisico | Cualquier accién fisica hacia 1 nifio que le provoque dolor (pegarle con la mano 0 pies, © utilizando diversos objetos, cempujarlo, trarle cosas, tirarle 1 pelo, las orejas, quemarlo, zamarreatlo, amenazatlo con cuchillos u otros elementos). a Negligencia Existen varios tipos de negligencia. Aqui se refiere a negligencia fisica (no proveer de necesidades basicas de sobrevivencia), negligencia emocional (cuidadores fisicamente presentes, pero emocionalmente ausentes ¢ indiferentes). ‘Accidente auromovilistico y/o similares ‘Ser testigo o experimentar directamente un accidente en un algin vehiculo motorizado, incluyendo Iesiones en el nifo ylo sus cuidadores, ‘Abandono Dejar al nifio con otras personas por un periodo considerable ilimitado de tiempo. “Muerte de un cuidador significativo Muerte por enfermedad, accidente o violencia de uno 0 ambos cuidadores significativos. Bullying escolar Ser victima de repetidos episodios de intimidacién fisica, psicoligica, social 0 sexual, especialmente desde los primeros afios. Enfermedad de un. cuidador significative ‘Convivencia con un cuidador que presente una enfermedad que genete suftimiento para el nitfo, sea por negligencia, tratos inadecuados, o por ser testigo del dolor ¢ impedimento del adulto (por ejemplo, Alzheimer, demencia seni, cdncer, enfermedades psiquistricas). Hlospitalizacin Haber suftido una o varias hhospitalizaciones, que incluyeran procedimientos ylo cirugfas invasivas, especialmente de larga duracién (més de una semana), y durante los primeros afios de vida, “Testigo de violencia incrafamiliar “Testigo directo o indirecto de escenas de violencia fisica, emocional o sexual entre los cuidadores (golpes, peleas fsicas ylo verbales, violacin, torcuras), consumo de drogas 0 alcohol en el hogar con consecuencias violentas, 0 cualquier otro evento atemorizante para el nifio (fiestas violentas, discusiones descontroladas), Procedimientos quirirgicos invasivos Misma sicuacién que la anterior, pero que no necesariamente haya incluido hospitalizaciones prolongadas, Violencia comunitaria Ser testigo y/o victima de peleas callejeras, balazos, protestas violentas, asaltos, venta de drogas, persecuciones en vehfculos (especialmente donde hayan estado involucrados alguno de los cuidadores principales), exc. 4 6 Presenciar actividad de la policta Ser testigo y/o victima de violencia policial,por ejemplo: detenciones, peleas con la policia, allanamientos, persecuciones (especialmente donde hayan estado involucrados algunos de los cuidadores principales). ‘Tener a uno 0 varios cuidadores privados de libertad Ser testigo de la detencién dal cuidador o que se encuentre ptivado de libertad (con o sin posibilidad de poder visitarlo), Desastres naturales ‘Terremotos, huracanes, tsunamis, tempestades, erupciones volcfnicas, lluvias incensas, etc. ‘Actos de terrorismo 0 vandalismo extremo Presenciar o experimentar cestallidos de bombas, ataques, explosiones, atropellamientos masivos, secuestros, trata de personas, ee, ‘Cambios constantes € impredecibles en el cuidado y el contexto Cambios constantes ¢ impredecibles de domicilio, ciudad 0 pais, y/o conductas de cuidado extremadamente impredecibles y ambivalentes de parte de los cuidadotes significativos. ‘Cafdas accidentales Caidas accidentales que impliquen dolor acompafiado de alguna herida con caracteristicas de sangramiento 6 fractura/quiebre (por ejemplo, caida en bicilera, de la cama, en un cerro, etc). 46 Uno de los estudios més recientes sobre el trauma en ‘a infancia temprana, realizado en 2010 por Briggs-Cowan’ y colaboradores, en el que se evalué a mil nifos, se encontxd que 1 26% ya habia experimentado algtin tipo de trauma durante los primeros tres afios de vida, y el 14% habia sulfido algtin tipo de violencia. Una de las conclusiones del estudio es que siun infante ha suftido algin tipo de experiencia raumética durante los primeros afios de vida, tiene una alta probabilidad de que pueda estar suftiendo dos o tres tipos mas de experien- cias dolorosas, Para no aburrir con datos y més datos, resumo aqui, de forma simple, algunas evidencias que demuestran que el tratt- ‘ma infantil s algo oculto, sobre lo cual no se suele informar*s > Alrededor de un billén de nifios suftieron violencia en el afio 2016, > 18% de padres de nifios de dos a cuatro afios reports quel nifo ha sido golpeado con un objeto, 0 maltratado ‘con toda la fuerza posible, en el lapso de un mes. > Las experiencias trauméticas suelen repetitse a través de generaciones, a menos que no se realice algiin tipo de incervencién que rompa el ciclo del trauma, > Sehaestimado que 2.2 millones de nifios se encuentran n situacién de institucionalizacién, aunque se plantea que esta cfa esté enormemente subestimada, 7 Briggs Gowan etal, Prevalence ofespoure t potentially mers eens in a ‘ealy birch exhort of very young children in the northeastern United Sates Journal of Traumatic Sress 23, 725-733, 2010, 4 (AWA T, Lieberman AF, Clini implicationsof cum ses fom bro age ft, Moov Review of Clinical Pychology, 6, 469-94, 2010, inkshor D., Orme RK Thunes, HA, Po ctinizaton and manana in national longeudialebore, Development and Psychopathology 19, 149-166, 2007; FinkethorD,, Onntod ®. K., “Tarn HA, Pop-isimtion and tum nc national longitudinal are; Develop, ‘ment and Pchopathogy, 19, 149-166, 2007; Lyons Rushet als The rd andes fon mental aed aniona disorder: Repre ofthe tak force of be World Anocarion of leit Mena Heal; Infant Mental eae Journal, 38 (6, 695-705, 2017, "7 48 EI 18% de nifios entre los uno a cinco afios, ya presenta trastornos en su salud mental, y el 9% evidencia trastornos graves. El 489% de los nisios que ha sufrido diversos traumas ya presenta un apego desorganizado (término que se explicard més adelante). Un alto porcentaje de nifios no suele sufrir traumati- zaciones aisladas, sino que alrededor del 45% de niios durante los primeros cinco afios de vida ya ha experi- mentado a lo menos cuatro tipos de traumatizaciones. En un estudio a gran escala, realizado en dos mil niifios, entre los dos y los diecisiete afios, se encontré que cl 70% ha experimentado un trauma, el 64% haa vivido dos eventos trauméticos y el 18% més de cuatro eventos. Los autores del estudio concluyen que la victimizacién es una condicién mas que un evento. as vulneraciones més severas suelen ocurrir durante Jos primetos cinco afios de vida. F175% de los nifios que mueren por maltrato de parte de sus cuidadores principales son menores de cuatro aos. El petiodo de mayor abuso ocurre entre los cero y los doce meses de edad. 1Los efectos més nocivos de la violencia intrafamiliar ocurte durante los primeros cuatro afios (debido a que cl infante no puede escapar o alejase de la situacién de violencia y, por ende, sucle ser un testigo directo de la misma). Los efectos més nocives del trauma provienen de los, cuidadores principales y del contexto de apego (sea de bido a que son los perpetradores del trauma o debido a que niegan, invalidan, silencian 0 castigan la experien- cia de dolor). Los adultos que han sufrido trauma en su infancia icluyen dl 100% del sistema carcelatio. > Haber suftido cuatro 0 mds traumas en la infancia se relaciona con las principales enfermedades fisicas y psicoldgicas sufridas en la infancia (tema que abordaré en el capitulo siguiente). > EL 81% de las personas que suelen ser diagnosticadas con trastornos de personalidad, suftié varios traumas antes de los siete afios. > E1 28% de las mujeres reportan haber experimencado algiin tipo de abuso sexual (y el 169 de los hombres). > Haber sufrido experiencias traumaticas durante los primeros tres afios produce efectos de alto riesgo en la adolescencia, de mayor gravedad que si el trauma ‘ocurrié con posterioridad a esa edad (abuso dealcohol,, dogas, violencia, bullying, autolesiones, conductas de extremo riesgo). > Haber suftido cuatro o mis traumas durante los pri- eros afios de vida genera una epidemia que produce nds dafio (y més costo econémico) que el cincer y las enfermedades cardiacas. Dar toda esta informacién (jy existe muchas més!) no tiene solo el objetivo de informarles sobre lo que se sabe acer- cca de las estadisticas ocultas del trauma, sino también para prepararlos para poder comprender ofmo es que el wauma s tan frecuente y por qué tiene esos efectos tan masivos en cl cuerpo y la mente de las personas. El lector lo puede consi- derar como una introduccién para lo que viene, ya que todos estos datos solo permicen dar un punto de parcida y, lo que es més importante: tratar de comprender Ia experiencia fisica, emocional, psicoldgica y social de lo que ¢s vivir el camino vital del aura. 9 Capitulo 2 EL DOLOR EN LA INFANCIA ORGANIZA EL CUERPO Y TA MENTE DEL NINO «Estar atrapade en la selva» Se han usado varias metiforas para comprender cémo es la experiencia de vivir en un estado de trauma. El objetivo de es- tas metéforas es buscar sensibilizar y entender una experiencia que quizés puede ser ajena al lector, por lo que es vilido bus- car una forma mas comprensible para explicar este fendmeno dolotoso, Me ha parecido que el estar atrapado en una selva es una buena metéfora, Solo imaginen lo siguiente: de un momento a otro, un nifio se encuentra atrapado en una selva peligrosa, Se encuen- tra abandonado y se siente solo, y no hay nadie a quien pedir ayuda, y la soledad y el temor se acrecientan. Con el paso del ticmpo, esta experiencia se convierte en lo que llamamos un «sentido crénico de peligro». Es decir que su cetebro, st cuer- po y su mente siempre estin alertas,a a espera de que en cual- quier momento cualquier peligro puede acechar, debido a que ya ha experimentado situaciones similares, tales como el verse atacado por un animal o caerse en un acantilado, o pasar horas sin poder comer o, simplemente, sentirse constantemente solo y abandonado. A estas alturas, ya el cerebro tiene registrado que el peligro es inminente en cualquier momento, por lo que Ja amigdala se encuentra activada constantemente, el cortisol no para de secrerarse y cl sistema simpético esté siempre en alerta, generando una sensacién de alta frecuencia cardiaca, sudoracién y respiracién agitada. El cuerpo se siente siempre rigido (para estaren alerta), y a mirada esté atenta y registran- do constantemente el ambiente, por si algo pudiera pasar. Pste estado ecrénico de peligro» va paulatinamente desgastando la vida de la persona. El sistema inmunolégico decae, el sistema 33 de estrés entra en un estado de sobrecarga, el pensamiento y la planificacién dejan de hacer su funcién (debido a que ‘el estado de peligro/sobreactividad de la amigdala apaga el pensamienco y ki rellexién). Como sigue pasando el tiempo, a expectativa de ayuda por parce de otra persona empieza a desvanecerse, El nifio recuerda a sus figuras significativas, las afiora, pero ya empieza a asumir que ellos no vendrin a salvarlo, A veces, también espera que ottas personas, que ‘no son sus padres, puedan venir a ayudarlo (un tfo, una hermana, una profesor/a) y, al pasar el tiempo, cualquier persona que lo saque de la selva puede ser una salvacién, La actitud de estar hiperalerta sigue siendo una forma de anticipar el peligro y eso se observa en que él tiene siempre el cuerpo rigido, sobrerreacciona frente a cualquier ‘© movimiento que provenga de la selva. Su expectativa de ayuda en los otros empieza a desaparecer completamente, ¥ eso aumenta su soledad y desesperanza, Como el peligro acecha y el nifio ya ha vivido varias situaciones muy ries- gosas, sin darse cuenta empieza a desplegar «estrategias de sob revivencia». Si siente que tiene la fuerza para pelear, en- tonces se enfienta a sus peligros con agresién, con rabia, y eso le hace sentirse mis empoderado (aunque en el fondo siga sintiendo mucho miedo). Si ocurre que el peligro es muy dificil para Al, entonces escapa, y se salva momentineamente (ambas estrategias del cerebro limbico). Pero si en ocasiones el peligro esté por sobre lo que él puede manejar y ya no es posible pelear o escapar, cl nifio simplemente cae en un es- tado de anestesiamiento, en el cual se resigna para el dolor y siente que su cuerpo se enlentece, que el tiempo pasa mis lento y que incluso no es a él a quien le estén inftingiendo dafio, Su frecuencia cardiaca baja, su respiracién también y su cerebro secreta opidceos (que son anestesiantes naturales). En ese momento d adopta una aetitud no consciente de con- gelamiento, desconectindose de su vida interna y de su rea- Tidad externa. Pero también adopta esta actitud de absoluta 5 inmovilidad, quizés como una estrategia pata que el atacante no se percate de que él se encuentra cerca; otras veces adopta esta apticud congelada porque sabe que no va a poder hacer nada contra el ataque y el dolor. De ese modo, el cuerpo y el cetebro dejan de estar tan alertas, la secrecién de cortisol baja, la frecuencia y la respiracién también, la amigdala sigue activa, pero sin poder conectarse-con la neocorteza, la que empieza paulatinamente a apagarse. Entonces, nuestro nifio comienza a resignarse a que no podrd protegerse del am- biente peligroso, y su sentido de vida, su planificacién para cl futuro y su capacidad para buscar una solucién de salida yA no parecen ser aspectos relevantes para su sobrevivencia, En algunas ocasiones se aferra a otros animales que quizés pudieran ayudarlo, y en otras el nifio hace todo lo que el animal quiere para complacerlo, y de ese modo evitar que no lo siga dafiando. Pero el tiempo pasa y ya no son solo los animales reales a los que les tiene miedo, sino que basta sentir el crujir de un drbol moviéndose, o el olor de algin animal, 0 el recuerdo de un ataque, o la imagen repentina de un perpetrador para que el nifio vuelva a experimentar nucvamente todo el dolor, la confusién, el miedo, casi como si su cerebro estuviera actuando de un modo exactamente igual a como ocurrié el peligro en el pasado (y el pasado se convierte en el presente). Ahora los miedos no solo vienen de la realidad externa, sino que también de su propia expe- riencia interna, Finalmente, el nifio aprende a vivir como si no viviera realmente (se activa su sistema parasimpati- 0), como si las cosas ya no importaran (incluso aquellas ‘que pueden ser positivas), y siente que ya no siente; quizés, para sentir algo, ahora es él quien busca pelear con algunos animales, 0 busca alguna comida 0 bebida que le permita dormir y dejar de sentir toda la constelacién de experiencias fisicas, emocionales y mentales que ya se han metido en su piel (viviendo solo con su cerebro reptilian y Kmbico, es decir, como se veré ahora, son los cerebros encargados de 38 las emociones, la proteccién, los vinculos y Ia homeostasis bisica del organismo), En ese estado, ef nirto ba perdido Ia capacidad de diferenciar lo que es seguro de lo que es peligroso. El cerebro y ef cuerpo en dolor Para conocer el cerebro en dolor, es importante saber ciertos aspectos bisicos de a anacomfa y fancidn de las principales ‘reas cerebrales, El cerebro humano se va desarrollando desde abajo hacia arriba, desde ls funciones més basicas para I so- brevivencia, pasando por las funciones emocionales y sociales, y finalizando en las funciones cognitivas y abstractas, Si hacen lejercicio de empusar su mano e imaginar que su puto es el cerebro, entonces podrin imaginar que la parte de la mufieca y la palma es lo que se llama el «cerebro reptilian», el dedo gordo es lo que se llama el xcerebro limbico» y los dedos res- tantes son lo que se conoce como «neocorteza». El cerebro reptiliano ya se encuentra desarrollado cuan- do nacemos (se desarrolla durante el embarazo), y es la capa més antigua y bésica para nuestra supervivencia. Bsté locali- zado en el allo cerebral, justo donde nuestra espina dorsal termina, En general, es el que se encarga de las funciones bé- sicas de la vida (y las que necesita el recién nacido para vivit) tales como respirat, comer, dormir, Horar, sentir la temperatu- ra, sentir hambre y dolor Bs el drea que le da encrgfa a nuestro cuerpo, coordindndose con nuestro corazén, pulmones, sste- ma endocrino y sistema inmune. En el fondo, es el encargado de mantener la homeostasis del cuerpo. Como se veri: ms adelante, aunque as funciones de este cerebro parecen simples y biisicas, juegan un rol fundamental en la recuperacién del bienestar de las personas con trauma, y actualmente se consi- dera fundamental para la salud fisica y mental del ser humano. El segundo cerebro esté arriba del cerebro repiliano y se Je suele Hamar «cerebro Kmbico» (se desarrolla especialmente 56 durante los primeros seis afios, pero continiia viéndose afec- tado por las experiencias a través de toda la vida); alli operan todas las funciones emocionales y sociales bisicas. Este cerebro actiia como nuestra «sefial de alarma> cuando existen situacio- nes de peligro y amenaza, pero también nos indica las situacio- nes de placer y agrado, Algunas persons lo llaman el «cerebro mamifero», ya que es propio del salto evolutivo, desde vivir con el agua a pasar a ser sujetos terrestres y sociales. Asi como dl cetebro reptiliano juega un rol muy importante para com- prender la constelacidn traumdtica sobre la base del funciona- Iiento homeostitico basico del cuerpo, el cerebro limbico es csencial para comprender las reacciones emocionales del trau- ima y, por sobre todo, los efectos que las experiencias de apego temprano tienen en cémo se va formando esta constelacién traumatica, donde la experiencia temprana va moldeando las reacciones emocionales del miedo y el peligro, desarrollando tun sentido visceral y corporal de seguridad emocional. Asi mismo, en este cerebro se encuentcan programadas una ser de estrategias de accién y reaccién que se prenden cuando el organismo se encuentia en situaciones de peligro, tales como las propias del trauma (por ejemplo, escapar y correr cuando ‘vemos a alguien con actitud clara de que quiere asaltarnos).. Finalmente tenemos la neocorteza, propia de los seres hhumanos (y de nuestros primos, los simios y otros mamiferos sociales), donde yace el razonamiento, l planificacién, el «via- jea través del tiempos, la reflexién, la empatia, el lenguaje y la capacidad de darle significado a la vida. Esea estructura del ce- rebto es la que nos permite tomar acciones reflexionadas, an- ticipar y planificar la vida, regular nuestras emociones y poner cen el lenguaje lo que nos ocurte a nivel afectivo. La neocorteza se desarrolla durante los primeros veinticinco aftos de nuestra vida, pero al igual que el cerebro limbico se puede ver afectado por los eventos durante todo el ciclo vital. Algunos investiga- dores actuales plantean que el grosor de nuestra neocorteza cs una de las caracteristicas que nos hace iinicos y diferentes 37 del resto de las especies de nuestro planeta (es interesante no- tar que los perros también tienen un tamafio considerable de neocorteza, considerando el hecho de que son seres vivos que fueron «creados y criados» por nosotros y para nosotros). El cerebto ha evolucionado en gran parte para anticipar el peligro y la novedad. Veamos cémo funciona en condicio- nes cle peligro en una persona que no ha suftido trauma. Por cjemplo, una persona va caminando por una calle oscura y se da cuenta de que en la vereda del fiente viene un sujeto que tiene ciertas catactersticas que, para esa persona, lo hacen pa- recer peligroso. Sibitamente, esa persona cruza la calle hacia usted. En ese preciso instante (¢ incluso unos milisegundos antes), se activa el cerebro Iimbicos més especificamente, dos pequeitas éreas con forma de almendra que se llaman «amig- dala». La amigdala, aunque pequefia en su tamafio, es una de las Areas que mayores conexiones tiene con el resto del cerebro. Una de sus funciones principales es detectar sefiales de peligro 6 cualquier sefial que ayude a la sobrevivencia, de modo de «avisar» al resto del cerebro y al cuerpo que es necesario reac- cionar. Cuando la amigdala se aprendes, en general pueden ocurrit dos caminos, Uno es lo que se conoce como «la via répiday. En ese ceso se activan procesos fisiolégicos para mo- vilizar el cuerpo de modo que pueda sobrevivir; por ejemplo, Ja amigdala acelera la frecuencia cardiaca, y la respiracién, ac- tiva el sistema de estrés (que veremos mds adelante), y envia conexiones al cerebro reptiliano y al sistema simpético para realizar la accién de escapar. Pero resulta que fa persona que cruza la calle aceleradamente resulta ser un excompaiiero de universidad, que se aproxima a saludarlo, En ese momento, a activacién de la amigdala toma otto camino, la «via lentavs ahora, se envian conexiones a la neocorteza para evaluar si se supuesto ladtén es, en verdad, un excompafiero, La neocorteza realiza un proceso més lento, pero consciente al analizar con mayor detenimiento lo que est4 ocurriendo; vale decir, que la situacin no es peligrosa, lo que desactiva a amigdala. Fl punto 38 inceresante en este caso, y que seri de mucha utilidad cuando vayamos adentrindonos en una comprensién de la constela- cién traumitica, es que cuando la amigdala se prende, se suele apagar la neocorteza, y viceversa. Pero qué hubiera ocurrido si la persona era en verdad un ladrén dispuesto a asaltar? La amfgdala continta su accién de via répida, preparando a la persona para realizar una accién de sobrevivencia, que en este caso puede ser cotter o pelear. Pero, més ain, como la amigdala tiene fuerces conexiones con el hipocampo (asociada a la memoria), el cerebro de la persona registra la informacién y queda sensibilizado para fururas oca- siones en las que pueda estar en una calle con poca luminosi- dad o en situaciones de similares caracteristicas. B qué ocurre en el caso de un nifio pequefio que no tiene muy desarrollada la neocorteza? Vamos a pensar en una situacién donde un infante de dos afos esté junto a su madre, y sibitamente llega alguien que no conoce, no saluda ala 1 dre y no mira al infante. En ese momento también se activa Ja amigdala, pero la diferencia es que el infante necesita de la ‘madre para apagarla, y de ese modo va adquiriendo un sentido de seguridad con ella, cén sus figuras significativas y posterior- mente con el mundo, Eso es, en el fondo, el apego. Compliquemos un poco mis las cosas: gqué pasa si infante vive repeticlas experiencias de peligro y la fuente de ese peligro son justamente las personas que lo tienen que cuidar? Por ahora podemos decir que la amigdala entra en un estado de constante actividad, el infance va desarrollando paulatinamen- te una sensacién crénica de peligro, junto a fuertes emociones de miedo, caos, confusién y soledad. La neocoreeza empicza progresivamentea apagarse, no permitiendo que el nifio pue- da usar sus capacidades cognitivas para lidiar con el peligro, ni con el presente, ni con el futuro, ni en la rclacién con los otros. De ese modo, se esté gestando lo que hemos llamado constelacién traumética 0 trauma complejo. En los nifios y adultos que han experimentado suftimiento, los tres cerebros 39 mencionados anteriormente no suclen estar coordinados 0, ids atin, fancionan casi de manera independiente; puesto de ‘otto modo, el cerebro en dolor es un cerebro fragmentado, {Como es vivir con un cetebro fragmentado? Veamos tun ejemplo: un adolescente lamado José ha suftido diferentes situaciones dolorosas en su vida, Desde los dos hasca los cinco afios es testigo de constantes malas tratos psicoldgicos y fisicos de parte del padre hacia la madre, Fila decide denunciarlo, por lo que el padre abandona el hogar y se va a vivir a otra Giudad, perdiendo el contacto con su hijo por vatios aftos. La madre se queda sola con el nifio y su hermano, dos afios me- nor que él. Dadas las condiciones en las que queda la familia, Ja madre cae en depresién y descuida a los nifios, tanto en su alimentacidn como en sus cuidados médicos. Para salir de su ‘estado depresivo, la madre empieza a salir en las noches, abusa del alcohol y tiene relaciones esporddicas con hombres, a los que invita a la casa. A los siete afios del nifio, la madre enta- bla una relacién més estable con un hombre (quien también tiende a beber de forma constante). Este hombre se va a vivir a fa casa y su relacién con los nifios es muy distante y fria en algunas ocasiones, y agresiva y maltratadora en otras, siempre dependiendo de si ha consumido no alcohol, Debido a la vida dificil de los nifios, ena de indiferencia y malos tratos, ellos van otganizéndose de manera muy independiente, salen de La casa cuando quieren, Hlegan a la hora que desean y tratan cde pasar el mayor tiempo posible en el colegio 0 en casas de amigos. Ya con trece afios, José experimenta una experiencia ‘muy traumética para él, La nifia que le gustaba empieza a salir con uno de sus amigos. José no entiendelo que le ocurte, pero durante las noches y al despertar siente fuertes palpitaciones fen su corazén, no puede respirar y experimenta constantes temblores en su cuerpo (la actividad del cerebro reptiliano). Sus amigos le preguntan qué le pasa, ya que lo ven muy decai- do, callado e inmerso en sf mismo, alo que él respond que no entiende lo que le ocurre, solo que no puede respirar y siente o que el coraz6n sele va a salir por la boca (el cerebro teptiliano no puede conectarse con el cerebro limbico, por lo que José no puede sentir sus sensaciones como emociones, tales como tristeza o rabia). Durante las noches trata de pensar qué hacer con esa sensacién corporal que siente, pero se queda en blan- co, y no se le ocurre nada. Sus amigos le dicen que vaya a ver a tun médico, pero dl simplemente no puede pensar ni planificar nada (el cerebro reptiliano no puede conectarse con el cerebro emocional, el cual no puede activar la neocorteza para pensar, reflesionar y hacer un plan de lo que le ocurre). José siente a veces que lo que le ocurre no fuera parte de él, como que las sensaciones vienen de pronto, sin poder amticiparlas ni contro~ Jarlas, como que otra persona estuviera comandando lo que a lle pasa, Aqui tenemos el ejemplo de un cerebro que no pue- de funcionar en armonfa, donde cada parte funciona de modo independiente, o bien solo funciona uno de los cerebros, pero los otros parecicran estar dormidos. Pucden eaistir casos en los que el nifio logra identificar que lo que le ocurre es arabia contra mi amigo», pero no es capaz. de pensar ms allé de la rabia, y explota y lo agrede, Es decir, el cerebro reptiliano puede coordinarse con el imbico, pero la neocorters es ineapaz de regular y rellexionar de manera rno impulsiva, de modo que el nifio pueda realizar una accién iis racional y planificada, Por ende, el trauma, especialmente siocurre en las etapas tempranas de la vida, puede ir fragmen- tando la coordinaci6n del cerebro, haciendo que la persona experimente sensaciones 0 emociones intensas, confusas, in comprensibles, que lo eahogan», y él o ella se sente atrapado/a cn su experiencia desorganizada, He visto nifios, incluso me- nores de seis afios, que me dicen cosas tales como: «siento que viene como un fuego, y me controla, y no sé qué hacer» Fs importante remarcar algo que se veri més adelante: sila neocorteza del nifio no esté activada, y el cerebro emocio- ral no puede identificar que la taquicardia y el ahogo son en el fondo emociones que el nifio siente, entonces en este caso 6 (y en muchos otros similares), no tiene sentido buscar entrar en razén, o dar consejos ylo sermones abstractos, hacerlo ‘eentrar en raz6ne, 0 mostratle la realidad de las cosas («ya co- nocers a otra nitia», «él no es un buen amigo»), ya que el cerebro de José no se encuentra activo para comprender eso. Primero hay que tratar de conectar el sistema reptiliano con 1 cerebro cmocional («me da rabia y pena que mi amigo se haya inyolucrado con la nifia que me gusta»), pero eso no lo puede hacer él simplemente verbalizindolo: tiene que sentirse seguro, protegido, cuidado por personas a su alrededor. Esto se comprenderé cuando entremos en el «terreno del apegor, Por lo canto, la comprensién del cerebro traumatizado permite dar nuevas luces de la manera como hay que com- ptender a los nifios en dolos, y por eso trataremos de ir un poco ins alld, para revisar lo que algunas investigaciones nos dicen al respecto. El étea de las neurociencias, con sus miiltiples subsreas (neurociencia cognitiva, afectiva, del desarrollo, neuromar- keting, etc.) y su impresionante tecnologia para comprender cada vez de modo més especifico la actividad y Funcionamien- to del cerebro, ha generado toda una nueva visién del «cerebro traumatizado». A pesir de que la mayorfa de los estudios ha sido realizada en adultos y adolescentes, nuevas investigacio- nes en nifios han permitido comprender los efectos tempranos del erauma, y sus consccuencias para la salud mental y fisiea, a.cotto y largo plazo. Dado que estos estudios novedosas son esenciales, se describirin algunos de modo que el lector pueda comprender cémo es cl cerebro en dolor, y cémo eso nos per- smite comprender el hecho de que este cambia en su modo de funcionar cuando se han experimentado situaciones traumsti- cas, Explicaré algunos descubrimientos relevantes en adultos, para después pasar los hallargos en nifios. ‘Algunos estudios han realizado la prueba de evaluar a adultos que han sufrido trauma, y se les pide que recuer- den y relaten ese evento, estando al interior de una méquina a (sciner) que permite mostrar en imagenes la actividad ce- rebral bajo determinadas tareas (examen llamado «imagen por resonancia magnética funcional). Asimismo, se evalian repistros fsioldgicos tales como su frecuencia cardiaca y pre- sidn sanguinea. Los resultados de algunos estudios han sido sorprendentes, ya que se encontré que se activaba la amfgdala (de la que ya hemos hablado), que reacciona de forma extrema- cdamente répida en momentos de peligro (antes incluso que el sujeto sea consciente del peligro), y envia sefales al cuerpo para prepararse frente al datio, La amigdala es como nuestra sefial dealarma que moviliza diversas partes del cuerpo (relacionadas con el movimiento, con el estrés, con la frecuencia cardiaca, la presién sanguinea y la provisién de oxigeno a los misculos), para enfrentar la situacién traumatica. Los estudiosos han de- mostrado que petmite activar una accién muy propia de los mamiferos en peligro que se llama «peleat/escapar». Lo interesarite para entender un aspecto esencial del trauma es que el cerebro se activé como si el dao fuera presen- tey real, independiente de que hubieran pasado afios desde el o los eventos trauméticos. Es como si el cerebro siguiera funci nando en «modo peligro en la selva», y ese es un aspecto central para comprender la constelacién traumética de los nifios y los adultos, El pasado se experimenta como el presente con tan solo recordar la experiencia dolorosa, y el cerebto y el cuerpo actitan acorde a e50, Otro descubrimiento importante (relaci nado con el tipo de ayuda que se debe implementar en estas personas) es que la actividad del 4rea del cerebro que se dedica al lenguaje se encuentra altamente disminuida. Qué significa eso? Que cuando experimentamos sicuaciones trauméticas es- pecialmente crénicas (que se repicen en el tiempo), existe una dificultad para poder poner esas experiencias en palabras. Esto explica por qué a muchos adultos y nifios les es tan dificil ver- balizar la/s experiencia/s dolorosas, y aquellas se quedan en un nivel emocional o somiético (en el cuerpo). Muchas personas sienten sus emociones cadticas, desorganizadas, impulsivas y 8

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