Estudios Publicos y Museos 24-12-2018
Estudios Publicos y Museos 24-12-2018
Estudios Publicos y Museos 24-12-2018
PÚBLICOS Y MUSEOS
VOLUMEN III
REFERENTES Y EXPERIENCIAS DE APLICACIÓN
DESDE EL CAMPO
COORDINADORA: LETICIA PÉREZ CASTELLANOS
VOLUMEN III
REFERENTES Y EXPERIENCIAS DE APLICACIÓN
DESDE EL CAMPO
COORDINADORA: LETICIA PÉREZ CASTELLANOS
Directorio
Secretaría de Cultura
Secretaria
María Cristina García Cepeda
Secretaria Técnica
Aída Castilleja González
Secretario Administrativo
Maribel Núñez-Mora Fernández
Subdirectora de investigación
Guadalupe de la Torre Villalpando
Secretaria Académica
Ma. de Lourdes González Jiménez
3
Coordinadora académica de la Licenciatura en Restauración
María de los Ángeles Hernández Cardona
Formación editorial
Erika Castillo Licea
Corrección de estilo
Silvia Arce Garza
4
Estudios sobre públicos y museos. Volumen III. Referentes y experiencias de apli-
cación desde el campo, es una publicación realizada por la Escuela Nacional de
Conservación, Restauración y Museografía del Instituto Nacional de Antropolo-
gía e Historia. Todos los derechos reservados.
ISBN: 978-607-539-226-4
5
Índice
Prólogo 8
Madelka Fiesco
Introducción
Leticia Pérez Castellanos 13
6
Estudios sobre públicos y museos
Semblanzas 265
Prólogo
Es para mí un honor el haber sido invitada a escribir el prólogo de este tercer volu-
men de la serie Estudios sobre públicos y museos. Aún recuerdo cuando leí, en los
años noventa, el libro Los museos y sus visitantes (1998) de Eilean Hooper-Greenhill.
Me pareció muy reveladora su tesis, la cual señalaba que si los museos querían ga-
rantizar su supervivencia en el siglo xxi debían demostrar su valor social. Aunque
todavía nos encontramos en medio de la encrucijada que Eilean planteaba, hemos
avanzado mucho en todo el mundo. Hoy existen numerosos estudios que permiten
demostrar las aportaciones de los museos a la sociedad.
En este sentido, me gustaría iniciar con una pregunta fundamental para quienes
nos dedicamos a la educación en museos: ¿Podemos hablar de “buenas prácticas”
en los museos sin realizar estudios de público?
Quizá para la mayoría de las personas interesadas en los temas de esta publicación,
la respuesta es un rotundo “no”. Tal vez piensen que esta pregunta ya no tiene rele-
vancia en la escena contemporánea de los museos. Desafortunadamente, desde mi
experiencia profesional, puedo asegurarles que el conocimiento y la inclusión de los
visitantes en la planeación y desarrollo de proyectos, sigue sin considerarse como
una necesidad en los museos mexicanos. Esta resistencia o desconocimiento se ha
traducido en la realización de exposiciones, programas o iniciativas que no com-
prendemos, no nos emocionan y no conectan con nuestras historias personales.
8
Estudios sobre públicos y museos
Ahora bien, ¿qué pasaría si todo el equipo del museo, desde los encargados de la se-
guridad hasta el director, reconociéramos el valor de escuchar y dialogar con nues-
tros públicos y los que no lo son? ¿Qué pasaría si dejáramos de ver a los visitantes
como “intrusos sospechosos”?, como los describe Graciela Schmilchuk en su artícu-
lo “Venturas y desventuras de los estudios de público” (1997).
Sentarnos a platicar u observar cómo se comportan las niñas, los niños, los jóvenes
y los adultos que nos visitan —o que aún no lo han hecho— nunca será una pérdida
de tiempo. Significa dejar nuestras “islas” o zonas de confort y salir al encuentro de
nuestros públicos de una manera honesta, pertinente y respetuosa. Por supuesto
que esto debe hacerse con objetivos claros y una estrategia definida.
¿Será posible que estos diálogos resulten en una revisión de nuestra misión y vi-
sión?, ¿en la exploración de nuevas formas de trabajar en equipo?, ¿de recono-
cer-nos y comunicar-nos? El entendimiento de las necesidades, preocupaciones
y sueños de nuestros visitantes ¿podría llevarnos a replantear las estructuras de
nuestras instituciones? Conocer mejor a nuestros públicos, ¿podrá contribuir a su
desarrollo? ¿Cómo lograrlo?
Estoy convencida de que los museos seguirán siendo relevantes en la medida en que
desarrollen su capacidad de análisis acerca de la sociedad y de la conciencia que ad-
quieran sobre la vida cotidiana de las personas.
Las valiosas aportaciones tanto de Eloísa Pérez como de Livier Jara provocan una re-
flexión, entre muchas otras, sobre las posibilidades de los estudios de público para
el desarrollo de audiencias, como podrían ser los jóvenes, mediante estrategias que
generan procesos participativos entre el museo y sus comunidades.
Espero que la lectura de esta publicación inspire a muchos colegas. Si nuestros lec-
tores no cuentan con la formación, los recursos o las herramientas metodológicas
necesarias, los invito revisar con cuidado este volumen —y los dos anteriores— para
aprender de sus autores y, por qué no, a ponerse en contacto con ellos. Sus sem-
blanzas y direcciones de correo electrónico se incluyen en la parte final de este libro.
Antes de concluir quiero subrayar que los estudios de público no terminan con el
análisis de la información ni con la presentación de los resultados. El reto es utilizar
la información generada para tomar decisiones fundamentadas y transformar esas
decisiones en acciones efectivas que beneficien a los visitantes. Pero aquí no acaba
la historia, porque también hay que tener la capacidad de medir el impacto de esas
acciones y aprender de nuestros errores.
Referencias
Introducción
La serie digital Estudios sobre Públicos y Museos constituye una publicación única
en su género en el ámbito de la museología mexicana y quizá de Latinoamerica,
ya que se trata de una obra específicamente dedicada a las labores de investiga-
ción sobre los públicos de los museos y otras instituciones afines, en el contexto
de habla hispana. La idea de generar una serie como esta surgió de mi experiencia
académica en el Posgrado en Museología de la Escuela Nacional de Conservación,
Restauración y Museografía (encrym) de la Ciudad de México, en donde imparto
materias relacionadas con el tema, y como una respuesta ante la escasez de recur-
sos en español relativos al contexto mexicano para usarse en el aula.
El primer volumen, titulado Públicos y museos: ¿Qué hemos aprendido?, vio la luz
en el 2016. En este presentamos artículos sobre los diversos aspectos y estrategias
comunicativas utilizadas por los museos, además de incluir un texto introductorio
sobre la definición y áreas de aplicación en este ámbito, y uno más con un enfo-
que cronológico. El segundo volumen, Apuntes para pasar de la teoría a la práctica,
editado en el 2017, expone los resultados del Curso Internacional de Estudios de
Públicos, impartido en la encrym en el 2015; asimismo, se entrelazan los artículos
teóricos desarrollados por las docentes del curso, con otros de corte práctico escri-
tos por los asistentes a esta experiencia formativa.
13
Estudios sobre públicos y museos
Con esta serie digital de Estudios sobre Públicos y Museos, la idea de contar con re-
ferentes para las clases y la capacitación de personal en el campo se ha consolidado.
Hemos visto el frecuente uso que se les da a los volúmenes anteriores por sus apor-
tes metodológicos e informativos. Por ello, en este volumen, además de presentar
una compilación de estudios de caso, se incluyen guías prácticas acerca de aspectos
tan esenciales como el muestreo, la observación o la valoración crítica.
En el segundo artículo, titulado "El Índice de Centralidad en los Públicos. Una he-
rramienta para valorar qué tanto se enfocan los espacios museales a sus públicos",
Manuel Gándara Vázquez y Leticia Pérez Castellanos del Posgrado en Museología
(encrym) presentan una herramienta para conocer el grado de centralidad que tie-
nen los llamados espacios museales en sus públicos, por medio de la creación de un
índice que permite la estandarización y comparación de casos, ya sea en el espacio
o en el tiempo. El Índice de Centralidad del Público (icp) es una propuesta original
que forma parte de las llamadas valoraciones críticas, es decir, la serie de herra-
mientas utilizadas por los profesionales de los museos y otro tipo de espacios afines
—entendidos en el texto como museales—, para autoevaluarse. Como nos relatan
los autores, el ejercicio tomó cuatro años desde su concepción y uso reiterado como
piloto hasta su publicación. El artículo ofrece la descripción conceptual que yace
tras el icp y su proceso de validación, así como las áreas de aplicación y resultados
a los cuales conduce; pero, más importante, provee del instrumento y su protocolo
para que los lectores puedan aplicarlo.
En una línea cercana, pero desde un abordaje distinto, Livier Jara García nos relata
cómo los métodos documentales pueden ayudar a plantear nuevas estrategias de
acercamiento a otros públicos, en su artículo “Nuevos acercamientos a los estudios
de los públicos juveniles. La experiencia de la investigación documental”. Su traba-
jo, también para obtener el grado de Maestra en Museología por la encrym, tomó
como caso de estudio al Museo de Arte Carrillo Gil, ubicado al sur de la Ciudad
de México, al cual no acuden muchos jóvenes. Una de las preguntas de Jara fue el
porqué de esta situación. Su preocupación la llevó a buscar alguna estrategia que
permitiera una relación más horizontal con este segmento de público. Encontró, en
los comités de asesores adolescentes, un medio a través del cual el museo podía
acercarse a la juventud. Dicha estrategia se ha utilizado en otros museos y latitudes
y es una nueva tendencia participativa, en la que ya no solo estudiamos al público
como algo ajeno a nosotros, sino que podemos considerarlo socio e interlocutor.
La sección abre con la propuesta de Patricia Aguilera titulada “La metodología ob-
servacional, una propuesta ad hoc para estudiar interacciones sociales en los mu-
seos y centros de ciencia”. En este artículo la autora analiza una de las dimensiones
de la visita a los museos que es de gran interés: la interacción guía-visitante. Ello en
el contexto de los museos y centros de ciencia, en los cuales este tipo de interacción
está presente en el día a día, y de la cual dependen en gran medida los resultados
que puedan alcanzarse en la visita y la experiencia que se derive. Cabe destacar que
muchos de los estudios sobre los públicos se han basado en el tipo de metodologías
que se aplican directamente con los visitantes, en particular al concluir la visita, y
algunas veces antes de iniciar, pero se hacen menos para valorar el durante, y me-
nos aún el tipo y características de esta interacción en las visitas mediadas, que
forman parte del contexto social de la visita. En la serie Estudios sobre Públicos y
Museos no teníamos representación de los museos y centros de ciencia y, por ello,
referí que este volumen se caracteriza por la diversificación de enfoques y contextos
que se abordan.
En el artículo titulado “Tras las huellas del jaguar. Los seguimientos al comportamien-
to de familias. El video como técnica en la evaluación sumativa de la exposición”,
Mildred Muñoz sitúa su aportación en el campo de la evaluación de exposiciones,
concretamente en la etapa sumativa.1 Además, estudia un tipo específico de públi-
co, las familias, y desde una técnica específica, el uso del video. En este trabajo nos
presenta una parte de los resultados de la investigación que conduce para obtener
1
Acerca de las etapas de la evaluación se pueden consultar: Pérez Castellanos (2016) y Pérez Santos (2000).
el grado de Maestra en Museología por la encrym. Muñoz realizó una exhaustiva in-
vestigación de esta exposición exhibida en el Zoológico de Chapultepec de la Ciudad
de México de marzo a diciembre del 2014. Con el uso de un abanico de técnicas pudo
conocer cuál era el comportamiento de las familias, y a partir de ello valorar los re-
sultados en su aprendizaje. Dada la extensión y detalle de su investigación, aquí nos
ofrece un bosquejo de cómo aplicó el análisis de los videos en sala para valorar los
comportamientos, y la manera en que incorporó esta técnica para realizar los segui-
mientos de las familias y obtener algunas conclusiones sobre el aprendizaje familiar.
Por su parte, María Dolores Nájera Contreras y Rubí Conde Martínez nos presentan
un ejercicio exploratorio para aproximarse a la evaluación de la exposición tem-
poral De vuelta a Columbus. En el centenario de la Intervención norteamericana de
1916, exhibida en el Museo Nacional de las Intervenciones (mni). Para ello, en su
artículo “Atreverse a evaluar: Un recuento de casos en el Museo Nacional de las In-
tervenciones”, utilizan el análisis de los comentarios de los visitantes. Cabe señalar
que la estrategia planteada se diseñó como una actividad participativa derivada de
la propia exposición y que resultara lúdica para los visitantes. Así, mediante “El co-
rreo villista”, se recabaron las opiniones. Este ejercicio es parte de los esfuerzos del
equipo del área de Comunicación Educativa a fin de plantear y desarrollar un Pro-
grama de Estudios de Públicos al interior del museo. Al utilizar la sugerente expre-
sión “atreverse a evaluar” implican los retos que han enfrentado, y muestran cómo
la evaluación no es una tarea fácil cuya inclusión en los trabajos cotidianos de los
museos podamos dar por sentada; al contrario, requiere planeación, seguimiento,
tiempos para la ejecución y determinación, a fin de que sus resultados se apliquen.
Recomiendo poner en diálogo este artículo con el de Pérez Santos, pues los lectores
encontrarán que varias de las sugerencias en este último tienen su aplicación en el
ejemplo del mni, como fue la colaboración entre el equipo que planteó la estrategia
evaluativa y el curador de la muestra.
La cuarta aportación de esta sección y última del volumen procede de las aproxima-
ciones desde la investigación cualitativa. En los estudios sobre los públicos de los
museos los enfoques cuantitativos han predominado tanto históricamente como
en número. Durante mucho tiempo se les tenía como la única alternativa “objeti-
va” y científica; pero también son populares porque derivan en reportes numéricos
fácilmente asimilables por las administraciones culturales o los inversionistas. Sin
embargo, no es poco lo que se ha aportado desde los enfoques cualitativos para
conocer las experiencias de los públicos, con recuentos de mayor profundidad y en-
tendiendo el sentido que estos actores confieren a su propia experiencia (Roberts,
1994; Davidson y Pérez, 2018).
Actualmente los estudios sobre los públicos de los museos hacen eco de la incorpo-
ración de nuevos temas, técnicas y preocupaciones presentes en otros ámbitos de
la investigación social. De esta manera, se abordan aspectos como el de las emo-
ciones, los recuerdos o las experiencias numinosas. Es en relación con estos y otros
aspectos que las técnicas cualitativas, como la entrevista en profundidad, ofrecen
una alternativa viable de comprensión e interpretación.
Una de las dificultades a las que se enfrenta todo editor y coordinador de un volu-
men como el presente, es la de mantener un estilo general y a la vez respetar la voz y
personalidad de quienes escriben cada uno de los artículos. En conjunto con los au-
tores y autoras decidimos respetar el estilo personal de cada uno, ya que este refleja
una toma de posición respecto a la investigación, la forma de generar conocimiento
o buscar la comprensión y aprehensión de la realidad. Los enfoques cualitativos, por
ejemplo, hacen uso de la reflexividad que involucra “una conciencia de identidad,
o del yo del investigador dentro del proceso de investigación” (Elliott, 2005: 153);
el investigador se pone en juego como una herramienta más del proceso y por ello
declara subjetivamente desde la primera persona los cuestionamientos, procesos y
reflexiones que ha llevado a cabo.2
Dado que en este volumen los autores procedemos de diversos contextos profesio-
nales, como las ciencias exactas, la arquitectura, la arqueología, la antropología o el
diseño gráfico, dimos un voto a la diversidad y no a la unificación de nuestros enfo-
ques. Asimismo, al titular al volumen Referentes y experiencias de aplicación desde el
campo, hemos querido denotar que nuestras aportaciones se derivan de escenarios
concretos y abordan realidades tangibles.
2
Para ahondar sobre el particular puede consultarse Gúber (2004).
Referencias
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Delhi: Sage.
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nal exhibitions, cultural diplomacy and the intercultural museum. Delaware:
Vernon Press.
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el trabajo de campo. Buenos Aires: Paidós.
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escalas”. Estudios sobre Públicos y Museos vol. i. Públicos y museos: ¿Qué hemos
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rado de https://revistas.inah.gob.mx/index.php/digitales/article/view/9117.
Pérez Santos, E. (2000). Estudios de visitantes en museos: metodología y aplicaciones.
Gijón. Asturias: Ediciones Trea.
Roberts, L. C. (1997). From Knowledge to Narrative: Educators and the Changing
Museum. Washington, D. C.: Smithsonian Institution Press.
I. Propuestas sistemáticas
desde y para la formación
Resumen Abstract
Aunque las investigaciones sobre el público de los Although research on museums’ audiences have a
museos tienen una historia de casi un siglo, y han history of almost a century, and have proved their
demostrado su capacidad para aportar resultados ability to deliver valid results for museum institu-
válidos para las instituciones museísticas, los museos tions, museums are reluctant, not only to launch
son reacios tanto a poner en marcha investigaciones research on audiences, but to apply knowledge de-
sobre el público como a aplicar los conocimientos rived from them. This article analyzes the possible
derivados de las mismas. En este artículo se analizan causes of this issues, and proposes a series of prin-
las posibles causas de esta situación y se proponen ciples upon which future audience research should
una serie de principios en los que deben apoyarse be based. Additionally, it underlines the need to
las investigaciones acerca del público en el futuro; reach a compromise between museum institutions
asimismo, se subraya la necesidad de alcanzar un and those responsible of managing them, and
compromiso por parte de las instituciones museísti- researchers or interested entities, so that these
cas, los responsables de la gestión de las mismas y research works turn into a source of valid data to
los investigadores o las empresas interesadas, con design activities with visitors. In summary, this ar-
el fin de que estas investigaciones se conviertan en ticle reviews the most controversial topics around
una fuente de datos válidos para poner en marcha these type of research, and some of the ethical and
actividades con el público. En síntesis, se repasan los deontological norms and principles of good prac-
temas más polémicos en torno a este tipo de investi- tice that will help establish the scope of audience
gaciones y algunas de las normas éticas, deontológi- research in museums in the future.
cas y principios de buenas prácticas, que ayudarán a
marcar los límites de las investigaciones del público
de los museos en el futuro.
Cuestionario de público del Laboratorio Permanente de Público de Museos en el Museo Nacional Centro de Arte Reina
Sofía, en Madrid, España. Fotografía: © Eloísa Pérez Santos.
26
Estudios sobre públicos y museos
Introducción
Las investigaciones y evaluaciones realizadas sobre el público se han extendido por
nuestros museos. Desde que Ives Gilman comenzó a estudiar a los visitantes, en
1916, hasta nuestros días, la Visitor Research o Investigación del público, se ha con-
figurado como una disciplina que ha dado soporte metodológico a este tipo de es-
tudios y cuyos resultados han permitido organizar y sistematizar una gran cantidad
de conocimientos sobre las características, los comportamientos y las experien-
cias de los visitantes de museos. A lo largo del tiempo, la investigación del público
ha sido capaz de desarrollarse como disciplina aplicada a un ámbito concreto con
características muy especiales como es el museo.
En especial durante los últimos años del siglo xx y la primera década del siglo xxi, se
han delimitado, con bastante precisión, los perfiles básicos de los visitantes de los
museos en casi todo el mundo. De esta forma, se han descrito sus características
sociodemográficas y psicológicas con precisión, lo que ha permitido tener un buen
conocimiento de la audiencia real y potencial de los museos. Las nuevas tecnologías
de la información y el surgimiento de las redes sociales han abierto la posibilidad de
estudiar a amplios grupos sociales hasta ahora inaccesibles (Villaespesa, 2013; Russo,
Watkins, Kelly y Chan, 2008; Kidd, 2011; Fletcher y Lee, 2012).
Al mismo tiempo, en los últimos 30 años los estudios de público han logrado desa-
rrollar una metodología propia cada vez más sofisticada tanto cuantitativa como
cualitativa. También la investigación desarrollada dio luz a propuestas teóricas que
han aportado un marco de referencia imprescindible para la interpretación de los
hallazgos obtenidos. Destacables son los avances en la comprensión de los fenó-
menos relacionados con la adquisición del conocimiento y el aprendizaje a partir de
los contenidos expositivos (Falk y Dierking, 1992), la evaluación del aprendizaje ba-
sado en la experiencia (mla, 2004; Laboratorio Permanente de Público de Museos,
2015) y el estudio de las condiciones que favorecen y potencian las sensaciones
Unidos realizar análisis del público, evaluar la efectividad de las exposiciones y pro-
gramas y aplicar los resultados a su elaboración (aam, 1992), y llegó a su máximo
exponente con la puesta en marcha del Programa de Evaluación de Museos (map),
por el cual se instó a todos los museos estadounidenses a someterse a una evalua-
ción sistemática de carácter institucional (aam, 2000).
Aun cuando existe buena voluntad entre los profesionales que trabajan en museos
hacia la investigación de público, en ocasiones estos profesionales desconocen sus
aspectos técnicos más elementales, mantienen ideas erróneas y prejuicios sobre
los mismos, o simplemente son escépticos e ignoran el beneficio de sus resultados.
Por lo expuesto, parece evidente que la investigación del público de los museos se
halla en un momento crucial de su supervivencia como disciplina, al menos en algu-
nos entornos donde los museos tienen estructuras muy tradicionales. Parece que la
democratización y apertura hacia la participación del público, lo que implica integrar
la evaluación y la investigación de los visitantes como base de las decisiones al más
alto nivel, encuentra resistencias sustanciales que serán difíciles de vencer sin un
cambio radical en la forma de gestionar este tipo de organizaciones (Davies 2005;
Esmel-Pamies, 2009).
Ante este argumento, cabe resaltar algunas consideraciones, como por ejemplo,
que existe un amplio rango de investigaciones y técnicas de evaluación que pueden
ser aplicadas en los museos, y sin ser necesariamente costosas, aportan una gran
cantidad de información especialmente útil para la gestión (análisis detallados de
las estadísticas realizadas, observaciones discretas hechas por el personal de sala,
pequeños estudios con muestreos rigurosos, etcétera). Igualmente, deben conside-
rarse las posibilidades de colaboración entre instituciones (redes de museos), que
pueden constituir un apoyo apreciable para poner en marcha este tipo de estudios.
Parece, por lo tanto, que como señala Prats (2003), más que un problema de pre-
supuesto nos hallamos ante una actitud, ya que la evaluación debe incorporarse al
proceso de creación de los productos del museo (exposiciones, actividades, publica-
ciones, páginas web, etcétera). De esta forma, sus resultados redundarán directa-
mente en el trabajo del museo y aportarán experiencia a sus profesionales, lo que,
desde todos los puntos de vista, conlleva beneficios sociales y económicos.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que las investigaciones y evaluaciones que so-
bre el público pueden llevarse a cabo en los museos, no tienen sentido sin la aplicación
de los conocimientos obtenidos en beneficio de una mejor comunicación entre las
instituciones museísticas y los visitantes de las mismas. Hacer investigaciones que
suponen un esfuerzo personal y económico importantes solo para “lavar la imagen
de las instituciones”, constituye un gasto innecesario además de un fraude hacia
los ciudadanos a los que van dirigido los estudios.
1
http://www.mecd.gob.es/cultura/areas/museos/mc/laboratorio-museos/inicio.html
33
Estudios sobre públicos y museos
Pero, ¿qué hace que los estudios de público sean efectivos? Según Reussner (2004),
a partir de su investigación en Australia y Nueva Zelanda, se trata de una combina-
ción de trece factores, de los cuales hay cuatro que discriminan a las instituciones
que sobresalen por sus buenas prácticas en investigación de públicos:
Los trece factores que determinan la efectividad de los estudios de público en los museos
(Reussner, 2004)
1. Calidad de la investigación: el nivel de rigor científico y la solidez del estudio, el nivel de
calificación y la experiencia del investigador.
2. Aceptación y apoyo de la investigación en toda la institución, como una contribución
legítima y valiosa al trabajo del museo.
Las reticencias ante los datos de las investigaciones son frecuentes. La palabra eva-
luación suscita a menudo desconfianza. Se concibe como un juicio, un examen o
una prueba a superar, como un proceso que puede sacar a la luz los errores cometi-
dos o los fallos de gestión y no como una herramienta de ayuda en la toma de deci-
siones. Algunas ideas erróneas sobre la evaluación y la investigación de público en
museos y exposiciones deben ser aclaradas y rebatidas, ya que encierran un desco-
nocimiento sobre lo que es la investigación de público en los museos y promueven
actitudes irracionales que redundan a la larga en una menor efectividad, una peor
imagen y un anquilosamiento de las instituciones museísticas.
Es una labor de todos los que nos dedicamos a este tema y de los responsables políti-
cos y los gestores, poner en marcha acciones para derribar las barreras actitudinales
que impiden la aceptación de este tipo de estudios, en todos los niveles y profesiona-
les que trabajan hoy en los museos. La evaluación debe entenderse como una herra-
mienta para la planificación y no como un instrumento de control a posteriori.
Por otra parte, los estudios de público potencian el cambio de estructuras obsoletas
a sistemas eficientes de trabajo en los museos. Así, la introducción de la evaluación
y el análisis del público en los procesos de producción de los museos pueden cons-
tituir una oportunidad para cambiar y modernizar viejas estructuras organizativas
que perpetúan sistemas jerarquizados de actuación basados en esquemas obsole-
tos incompatibles con los nuevos movimientos de participación social (Simon 2010;
Hooper-Greenhill, Sandell, Moussouri y O’Riain, 2000), potenciando la formación de
equipos multidisciplinares de diseño y producción de exposiciones, actividades y
programas museísticos (García Blanco, 1999).
Romanello (2013) señala que la inclusión de los estudios de público en una insti-
tución tiene un doble nivel de influencia. El primer nivel es el inmediato, se plasma
en las actividades que involucran directamente a los visitantes y sus experiencias
dentro del museo. El segundo nivel de impacto debe considerarse desde una pers-
pectiva más amplia, es la adopción de un paradigma interpretativo de orientación
al público que enfatiza el punto de vista de la audiencia en la conceptualización de
políticas y estrategias en museos e instituciones culturales.
Por todo ello, como afirma Reussner (2004), “la efectividad de la investigación de
público no debe ser responsabilidad exclusiva de los investigadores, sino un proble-
ma que concierne a la institución donde se lleva a cabo en su conjunto. Es impor-
tante hacer de la investigación de público una parte integral de la organización, de
sus actividades y de su cultura”.
39
Estudios sobre públicos y museos
Participante/usuario Consumidor/expectador
Sociología/Psicología Economía
Efectividad Eficacia
Autores como Wells y Butler (2002) consideran que el marketing está detrás de la
parte más descriptiva y demográfica de la jerarquía de evaluación centrada en el visi-
tante. Esta jerarquía muestra la importancia de evaluar las experiencias integrales del
visitante en entornos informales, el extenso rango de preguntas que se pueden for-
mular, los métodos que se pueden utilizar para comprender y la variedad de opciones
de evaluación del impacto de los programas de aprendizaje informal en los museos.
Aunque el marketing cultural puede dar respuestas a algunas de estas preguntas,
conforme subimos en la jerarquía, las medidas y los métodos aumentan su comple-
jidad. Los estudios de público como consecuencia de su interdisciplinariedad, a dife-
rencia del marketing, cubren todo el espectro de experiencias y variables evaluables.
Porque, como señala Schmilchuk (2004), la necesidad actual de hacer rentables las
instituciones no debe convertirse en la meta primordial de los museos, ni en el úni-
co propósito de los estudios de públicos que se propongan. El reto no es aumentar
audiencias… El reto es que la relación museo-sociedad sea el verdadero soporte y
fuerza de la institución.
Por ello, en la línea de Pérez Castellanos (2017), establecer una clara identidad, que
distinga a los estudios de públicos y sus propósitos de los estudios de mercado, es cla-
ve, a la vez que debe permitir el diálogo entre ambas áreas para un mayor beneficio,
principalmente de los ciudadanos a los cuales se debe el museo como institución.
Por otra parte, aunque los profesionales que trabajan en un museo no tienen que
ser expertos en este tipo de investigaciones, es necesario que, al menos, las personas
encargadas de los departamentos relacionados con los servicios al público (departa-
mentos de difusión, de educación, de atención al público) y los máximos responsables
de estas instituciones, tengan una formación específica sobre el tema que les permi-
ta conocer las principales fuentes documentales sobre informes y aplicaciones de la
investigación del público, formular objetivos específicos de investigación, interpretar
adecuadamente los resultados de las investigaciones y sacar conclusiones apropia-
das, valorar el alcance, la calidad y la utilidad de los estudios a realizar.
Respeto por los colegas, la investigación, los participantes, la sociedad, los eco-
sistemas, el patrimonio cultural y el medio ambiente.
Investigación sistemática: 1. Cumplir con los más altos estándares técnicos apropiados a
los evaluadores deben realizar los métodos que usan.
investigaciones sistemáticas
basadas en datos. 2. Explorar con el cliente las deficiencias y puntos fuertes de las
preguntas de evaluación y sus enfoques.
Respeto por las personas: 1. Buscar una comprensión integral de los elementos contex-
los evaluadores deben res- tuales de la evaluación.
petar la seguridad, la digni-
dad y la autoestima de los 2. Cumplir con la ética profesional actual, estándares y regu-
encuestados, participantes laciones con respecto a la confidencialidad, el consenti-
del programa, clientes y miento informado y los riesgos potenciales o daños a los
otras partes interesadas en participantes.
la evaluación.
3. Busca maximizar los beneficios y reducir cualquier daño
innecesario que pueda ocurrir en una evaluación y juzgar
cuidadosamente si los beneficios de la evaluación pueden
perderse frente a los riesgos potenciales.
Por otro lado, cualquier investigación con personas implica la asunción de algunos
principios éticos relevantes, como el respeto a la dignidad, la libertad, la autono-
mía y la intimidad de las personas. Seguir las recomendaciones éticas al realizar
una investigación de público redunda en la cooperación desinteresada de los par-
ticipantes, necesaria para aportar validez a los datos recogidos. Por ello, algunas
asociaciones profesionales como la British Museums Association (2003), han pro-
puesto normas específicas para la investigación de los públicos de los museos.
Parece claro, por consiguiente, que es necesario un compromiso por parte de las
instituciones museísticas, los responsables de la gestión de las mismas y los inves-
tigadores o las empresas interesadas en el tema, para que este tipo de investiga-
ciones y evaluaciones sean verdaderamente utilizadas como una fuente de datos
válidos en beneficio del público.
Referencias
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Integrity. Berlín: Brandenburg Academy of Sciences and Humanities.
American Association of Museums (1992). Excellence and Equity. Education and the
Public Dimension of Museums. Washington, D. C.: American Association of
Museums.
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ton, D. C.: American Association of Museums.
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British Museums Association (2003). Code of Ethics for Museums. Recuperado de
http://www.museumsassociation.org:1500/proof/download?id=1155827.
Bialogorski, M. y Cousillas, A. M. (2002). Gestión cultural y estudios de público en el
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Resumen Abstract
En este artículo se presentan las razones que ani- This article presents the reasons behind the creation
maron la creación de una herramienta para valo- of a tool that assesses the importance that various
rar la importancia que diversos espacios museales museum spaces place on their audiences, especially
dan a sus públicos, especialmente a aquellos que their visitors. For that, we consider several aspects
los visitan. Para ello, tomamos en consideración that influence their visit according to what has been
diversos aspectos que afectan su visita, de acuerdo pointed out by scholars of the visitor experience,
con lo señalado por autores estudiosos de la expe- as well as contributions of visitor studies. Firstly,
riencia de visita, así como desde los aportes de los we recount the design process of the Audience
estudios de públicos. En primer lugar, relatamos Centrality Index (aci), its conceptual foundations
el proceso de diseño de la herramienta Índice de and the transformations it went through from its
Centralidad en los Públicos (icp), sus fundamentos creation; then we present the instrument and its
conceptuales y las transformaciones que tuvo rollout protocol, validated through successive ex-
desde su creación; en segundo, presentamos el periences in several museum spaces, together with
instrumento con su protocolo de aplicación, el cual professionals from different fields who contributed
fue validado en sucesivas experiencias realizadas to enrich this tool.
en espacios museales diversos y acompañados por
profesionales de diferentes áreas que contribuye-
ron a enriquecer esta herramienta.
Exposición Picasso y Rivera. Conversaciones a través del tiempo, Palacio de Bellas Artes, 2017.
Fotografía: © Leticia Pérez Castellanos.
57
Estudios sobre públicos y museos
Existen indicadores que constatan este cambio. Por ejemplo, las misiones de los
museos se han transformado de dar prioridad a las colecciones o al patrimonio,
para incorporar a los públicos. Otro indicador es el balance entre el presupuesto y
el tiempo invertidos en las diferentes tareas del museo: el paulatino incremento
en el personal de departamentos educativos y de atención al público ha sido un
factor importante para balancear una situación en la que se otorgaban más recur-
sos a las colecciones, su conservación, investigación y exhibición. También existe
una mejora en los servicios que se proveen al público, reflejados en quioscos de
información, sistemas de reservaciones, departamentos de atención, y en brindar
herramientas para la interlocución, como buzones de quejas y libros de comenta-
rios. Finalmente, el surgimiento, crecimiento y paulatina consolidación de los estu-
dios de públicos, denota a su vez un interés por conocer a nuestros interlocutores y
por buscar adecuar las estrategias a sus necesidades, intereses, estilos diversos de
aprendizaje, etc. Una vasta literatura en el tema da cuenta de ello (Davidson, 2015;
Hooper-Greenhill, 2006; Pérez Castellanos, 2016; Pérez Santos, en este volumen).
Es así como hoy prácticamente todo museo clama que lo más importante son los vi-
sitantes. De manera reiterada se destaca que nos debemos a ellos y que el trabajo de
Al mismo tiempo, dentro de la propia profesión museística han surgido voces que
critican los enfoques excesiva, o exclusivamente, centrados en visitantes. Se consi-
dera que enfocar el trabajo de los museos ciento por ciento hacia el público lleva a
descuidar otras tareas sustantivas de la institución, o bien a adoptar un enfoque en
el que a los visitantes se les ve como clientes a complacer a toda costa, como sucede
en modelos más cercanos a las empresas comerciales o en modelos mercantiliza-
dos (Pinochet y Güell, 2014; Schmilchuk, 2004).
Opinamos que se pueden balancear tres aspectos de la centralidad del museo más
allá de solo los visitantes. Nuestra propuesta —en desarrollo— incluye mirar de
una manera integral la relación entre a) el patrimonio, b) los públicos y c) los profe-
sionales de los museos. De esta manera, plantear espacios museales centrados en
personas. No es el propósito de este artículo ahondar en este modelo, pero es nece-
sario mencionarlo porque el instrumento de centralidad que presentamos se aboca
a uno de estos tres aspectos: los públicos.
Públicos
Por otra parte, utilizamos el término espacio museal para ser más incluyentes, bus-
cando dar lugar a la gran variedad de espacios que, sin ser estrictamente considera-
dos como museos de acuerdo con la definición actual del Consejo Internacional de
Museos (icom), sí ponen en contacto al patrimonio, en sus diversas manifestacio-
nes, con públicos diversos a través de actos expositivos de comunicación.1
Como tal, surgió de un encuentro de ideas. Por un lado, a Manuel Gándara le preo-
cupaba contar con un mecanismo para diagnosticar rápidamente diversos aspec-
tos que influyen en la experiencia de visita, recogidos principalmente en autores
como Falk, Dierking y McLean, que combinó con los obtenidos en sus propias visitas
1
El desarrollo de esta idea se puede leer en: https://eldivanmuseologico.wordpress.com/?s=espacios+-
museales.
2
Un ejemplo de valoración crítica es el Marco de los Jueces de Excelencia desarrollado por Beverly Serrell
(2006) y una serie de profesionales de la ciudad de Chicago.
a museos. Inicialmente pensó en crear algo como “la evaluación clínica de un pa-
ciente”. Por su parte, para Leticia Pérez, era importante tener un instrumento de
medición que permitiera comparaciones en el tiempo, y entre casos, para utilizarlo
como diagnóstico, como una herramienta de autoevaluación, o comparativamente.
De ahí surgió la idea de crear un índice.3
El modelo contextual
Derivado de años de observación de públicos en los museos, el modelo contextual
de Falk y Dierking (2013), propone que la experiencia de visita es el resultado de la
interacción de tres contextos: el personal, el sociocultural y el físico. El físico es el
propio museo (o sitio patrimonial) en donde no solo importa la museografía, sino
las condiciones de comodidad, seguridad, orientación espacial y cognitiva: los visi-
tantes conciben al museo como una totalidad, que va más allá de las salas de exhi-
bición (en las que muchas veces se concentra la atención de los museógrafos), para
incluir a los estacionamientos, los baños, el guardarropa y demás servicios.
3
Dicho de una manera sencilla, un índice es un valor que permite comparar una observación respecto a otra
en el tiempo o en el espacio (la centralidad de un mismo espacio museal a lo largo del tiempo o la centrali-
dad de diferentes instituciones).
A estos dos últimos elementos (la composición del grupo y si se visita guiado o
no), les llamamos “estructura de visita”, que nos parece central: no importa con
qué cuidado se haya planeado la circulación en un museo o sitio patrimonial,
ya que la secuencia seguida por el público, su recorrido, dependerá si lo ha de-
terminado autónomamente o si la determinó un guía (puede ser presencial o
mediante un dispositivo como una audioguía).
Las observaciones de estos y otros autores (McLean, 1993; Serrell, 1998) permiten
llegar a una conclusión que en ocasiones no es bien recibida por los diseñadores de
exposiciones: en gran medida los visitantes son soberanos y harán del espacio lo
que su contexto personal y sociocultural determinen o permitan. Y no es que sean
un “mal público”, por no leer todas nuestras cédulas o no seguir la secuencia que di-
señamos: la mayoría vino a divertirse, y quizá, de paso, aprender algo; simplemente
así son (o “somos”, dado que nosotros también somos visitantes). Precisamente
en qué medida los espacios museales toman en cuenta esas características de-
terminará de forma considerable la satisfacción de la visita. Se ha observado, por
ejemplo, que a los visitantes les gusta tener alguna medida de control sobre lo
que hacen, poder tomar decisiones; también les gusta interactuar cuando van en
grupo. Y a todos les gusta sentirse bienvenidos, seguros y cómodos, con informa-
ción sobre qué ver y hacer. Diversos reactivos del instrumento intentan obtener
información sobre esas variables que afectan lo que ocurre durante la visita.
Otra implicación del modelo contextual de Falk y Dierking es que, en realidad, la vi-
sita no empieza cuando se paga la entrada, existe toda una fase previa, en la que se
tomó la decisión de ir al museo y se formuló una primera agenda de lo que sucedería
durante la visita. Estos objetivos y expectativas se cumplirán o serán realistas, de-
pendiendo de la información que los y las visitantes tengan sobre el museo o sitio
patrimonial mientras deciden si visitar o no. Por ello en el instrumento hay un grupo
de ítems destinados a determinar estas variables que impactan el antes de la visita.
4
Varios autores (por ejemplo, Knudson, Cable y Beck, 1995: 53-54), retoman la “jerarquía de necesidades de
Maslow”. Este modelo, que se expresa como una pirámide, pone en el primer eslabón las necesidades bási-
cas fisiológicas, de seguridad y confort; luego las sociales y las de autoestima; y en la cima, las de autorrea-
lización. Sostiene que mientras no se atiendan las necesidades básicas, no se lograrán las de nivel medio y
mucho menos las de nivel alto. Pretender que los públicos soporten condiciones de incomodidad, como las
filas interminables a pleno sol, para poder entrar a una exposición y aun así comprendan y asimilen lo que
se les presentará es no solo iluso, sino injusto.
Para apoyar la navegación, los espacios museales pueden emplear diferentes tipos
de dispositivos. El más popular (e importante), es un mapa general de áreas de ser-
vicio y salas, claramente visible al inicio del recorrido. El formato de este mapa es
importante: los estudios muestran que es preferible que esté en perspectiva isomé-
trica que en planta,5 su orientación debe estar hacia donde el público ve el espacio
y no hacia el Norte geográfico; debe contar con la indicación de “Usted está aquí” y
marcar claramente los destinos principales —puede hacerse utilizando como recurso
una “pieza maestra”, la cual representa una sala.
Nuestra capacidad de memoria es limitada, por ello, en espacios grandes como los
museos nacionales, es indispensable contar con versiones de ese mismo mapa en
puntos de bifurcación (distribuidores de los trayectos posibles) ya dentro del reco-
rrido; o bien proporcionar al visitante un mapa de mano, generalmente un folleto
de bajo costo, que se entrega junto con el boleto de admisión o se pueda solicitar
en un módulo de información. Actualmente algunos museos utilizan dispositivos
digitales con sistemas de georreferenciación —al estilo del popular Google Maps—
que permiten al visitante ubicar dónde está y planear una ruta hacia algún destino.
5
Sobre este término véase el protocolo de aplicación.
En los sitios arqueológicos y otros sitios patrimoniales este factor es clave, al grado
de afectar la seguridad del público.
Por estas razones, las variables bajo el subtema “orientación espacial y cognitiva”
del icp ocupan un lugar importante.
los que interesa comunicar (Ham, 2013).6 En México hemos adaptado esta estrate-
gia con el nombre de Divulgación Significativa, la cual recoge los modelos de Ham
y los complementa con otros pensados para el contexto de los sitios arqueológicos
(Gándara, 2016a y 2018).
Aunque hemos mejorado mucho en este rubro en México, no es raro asistir a exposi-
ciones en donde hay un tópico claro, pero no necesariamente un mensaje o mensa-
6
Este autor prefiere el término “tema” (en inglés theme) al que uno de nosotros había usado al traducir sus
ideas al español, el de “tesis”. Ham señala que “tesis” corre el riesgo de hacer pensar a los intérpretes —la
gente que diseñará y presentará esos mensajes— en cuestiones demasiado académicas y acartonadas,
suficientemente solemnes como para ameritar ser llamadas “tesis”. Los temas, para él, son simplemente
ideas completas, preferiblemente con contenidos contundentes, que toquen las emociones y provoquen la
reflexión (Ham, comunicación personal a Manuel Gándara, octubre del 2017, Ciudad de México.). Nosotros,
aunque respetamos por supuesto la opinión del creador del término, pensamos que hay un riesgo de que
“tema” se confunda con otra acepción que la palabra theme tiene en español, que es la de “tópico”. Y, mien-
tras que cualquier exposición tendrá seguramente un “tópico” —es decir, el tema sobre el que trata— no
todas tienen siempre una idea central (tesis). Precisamente el que una exposición tenga tópico, en general
relacionado a las colecciones que presenta, pero a veces no tenga un tema (“tesis”), es una indicación de que
en ese museo o sitio patrimonial no se considera tan importante contribuir a la comprensión o provocación
de ideas, sino solamente a la contemplación, elemento que impacta la comunicación, aspecto que nuestro
instrumento intenta detectar.
jes centrales y mucho menos una lógica clara de cómo está organizado el contenido.
Nuestro instrumento intenta detectar este elemento clave además de otros dos que
también destacan. Uno tiene que ver con la calidad comunicativa de los medios em-
pleados y, de manera central, el cedulario; el otro con la capacidad de producir un
impacto relevante en los visitantes con lo que se les presenta.
Especialistas como Serrell (2015) han mostrado que mientras más largas y poco
atractivas sean las cédulas, menor número de personas las leerán. Falk y Dierking
mostraban que, en promedio, en muchos de los museos que estudiaron solamente
diez por ciento del público lee las cédulas; y que, de los que lo hacen, la mayoría no
le dedica más que diez segundos a cada una (1992: 70-71). Prácticamente nadie lee
todas las cédulas. De manera evidente, estos hallazgos apuntan a la necesidad de
diseñar cédulas eficaces, relevantes y atractivas, en lugar de pensar en eliminarlas.
El segundo factor, el de la relevancia, tiene que ver con lo que autores como Ham
(2014) entienden como “creación de significados propios” o establecimiento de ligas
7
Supuestamente un estudiante universitario lee alrededor de 200-250 palabras por minuto; esta cantidad se
reduce con niveles de escolaridad bajos.
8
Estos datos aplican independientemente del tipo o tamaño del museo (excepto cuando se ha viajado desde
otra ciudad con la meta de visitar un museo o sitio patrimonial).
intelectuales y emocionales con lo que se presenta. Esto se facilita si los textos in-
terpelan a los visitantes, los remiten a experiencias que pudieron haber tenido, los in-
vitan a reflexionar y crear su propio punto de vista, usan analogías, van de lo conocido
a lo desconocido y, en lo posible, estimulan sus emociones.
Proceso de validación
Consideramos el icp como una herramienta en construcción con un formato cola-
borativo aún en discusión. Creemos que la versión aquí publicada es “final”, pero
estamos abiertos a seguir incorporando pequeños ajustes que calibren este índice
tal como se ha hecho en el tránsito, desde su creación hasta la actualidad.
La primera versión diseñada por Gándara en julio del 2014 contenía una aprecia-
ción binaria (“sí / no”), la que aplicamos en el taller “La divulgación del patrimonio:
un enfoque centrado en el público”, en Villahermosa, Tabasco. La calificación bina-
ria provocaba incertidumbre al no poder responder con puntuaciones intermedias,
por lo que después incorporamos las calificaciones con 1, .5 o 0, para cuantificar y
generar un número total (ideal si todos los criterios alcanzaran el 1 de calificación);
al mismo tiempo optimizamos la redacción de los reactivos para su mejor compren-
sión. El diseño de la presentación del instrumento también tuvo cambios; para ma-
yor claridad utilizamos sangrías en algunos reactivos cuya calificación depende de
si el criterio superior está presente o no. Por ejemplo, no es posible calificar ciertos
criterios del mapa de mano si este no se ofrece (anexo 2). Guardamos cada versión
con un número consecutivo, la aquí publicada es la novena versión.
Por otro lado, cuando diferentes personas de distintas áreas de un mismo espacio
museal utilizaron el instrumento fue posible afinar su confiabilidad interna. Así lo
hicimos en el Museo Nacional de las Culturas, aquí cada equipo aplicó de mane-
ra independiente el instrumento; al terminar comparamos las calificaciones. En la
mayoría de los reactivos hubo coincidencia en las puntuaciones otorgadas, con una
variabilidad de +/- .5; sin embargo, la sección “El público como objetivo de la comu-
nicación” presentó variabilidades mayores que rayaron en el franco desacuerdo.
Figura 3. Aplicación del instrumento en la Zona Arqueológica de Palenque, Chiapas, noviembre del 2014.
Fotografía: © Leticia Pérez Castellanos.
72
Estudios sobre públicos y museos
Componentes generales
Se trata de un cuestionario de 118 reactivos divididos por temas que abordan
diversos aspectos de la experiencia antes, durante y más allá de la visita. El instru-
mento incluye una sección cuantitativa —columna de la extrema derecha— en la
cual se calificará con 0 la ausencia del criterio, con 0.5 cuando el parámetro está
presente pero no es suficiente, y 1 cuando el parámetro sí está presente. También
se incluye una sección cualitativa para anotar criterios que no se contabilizan en
el total, pero de interés para el análisis; por ejemplo, el costo de la entrada, o el
estilo de los textos en sala.
perfecta, dado que muchas veces, incluso a pesar de su intención, los museos tie-
nen que operar con condiciones adversas.
Cómo se aplica
Necesitamos ponernos en el lugar de los visitantes, tal como lo solicitan algunos
otros instrumentos de valoración crítica (cf. Serrell, 2006). Necesitamos salir del
escritorio y aproximarnos al espacio museal con ojos frescos. Como primer paso,
impriman el protocolo (anexo 1) y su instrumento (anexo 2) para leerlos con aten-
ción. A continuación, consigan una tabla de clip, tomen un lápiz y salgan a la calle;
lleguen al espacio como lo haría cualquier visitante.
El cuestionario está organizado por las etapas de la visita: antes, durante y más allá
de la visita; sin embargo, no necesariamente se podrá responder las primeras pre-
guntas con las primeras impresiones. Si dudan sobre qué responder, o piensan que
necesitan recorrer todo el espacio para tomar las decisiones sobre sus respuestas,
háganlo, y vuelvan después sobre sus pasos para llenar los reactivos faltantes.
Calificaciones
Se valoran siete secciones y se contabilizan los subtotales; en la tabla resumen se
suman los resultados. Al total posible (100), se le restan aquellos rubros calificados
como N/A; reiteramos, si no existe un mapa general de la institución, no hay forma
de valorar si el mapa sugiere recorridos, por lo cual sería injusto calificar a esa insti-
tución sobre los 100 reactivos.9 El porcentaje final se obtiene al dividir el total entre
la máxima calificación posible en el caso de estudio (esto es, después de restar los
N/A) y al multiplicarlo por 100. En el anexo 1, titulado Protocolo de aplicación, deta-
llamos esta operación y damos un ejemplo práctico.
El índice está calculado sobre 100%; entre más cercana sea la calificación a este
porcentaje, mejor será el desempeño de la institución. El 100% se ubica al centro
de un diagrama concéntrico en el que los públicos ocupan un lugar preponde-
rante (figura 1). Cuanto más nos alejemos del 100, menos enfocados y centrados
estaremos en ellos.
9
Recordemos que, aunque el instrumento cuenta con 118 ítems, algunos son enteramente cualitativos y no
se consideran para la suma total.
Algunos resultados
De acuerdo con nuestra experiencia, una de las ventajas del instrumento es que, si el
personal del propio museo lo aplica, casi de inmediato se generan efectos positivos:
se dan cuenta de aspectos de su museo que no conocían. La razón no es que hayan
estado distraídos o indiferentes, lo atribuimos a lo que uno de nosotros (Gándara)
llama la “maldición de la cotidianidad”: el hecho de que al convivir tanto con algo
(o con alguien), eso acaba siendo prácticamente invisible, simplemente se le da por
sentado. Si, adicionalmente, el personal en cuestión labora en áreas en las que tiene
poco contacto con los visitantes y con las salas de exposición, entonces lo que prima
es un recuerdo de algún momento previo del museo —que puede ser de hace mu-
chos meses— que ya no responde a la realidad. Y de ahí surgen sorpresas: los baños
ya no están en el mejor estado posible o alguna cédula está parcialmente ilegible, o
no hay dónde sentarse durante el recorrido. Observar la manera en que el personal
atiende al público y los pequeños detalles que pueden empañar una visita, son sufi-
cientes como para motivar un cambio actitudinal.
Pero los efectos no quedan ahí. Nos ha tocado ver que muchos de los problemas
detectados durante la aplicación del instrumento se pueden corregir fácilmente y,
es más, casi de manera inmediata y con poco costo. Quizá no sean las soluciones
definitivas o las más atractivas, pero son eficaces.
seguí en línea recta hacia lo que parecía la sala de inicio del museo. Rebeca me de-
tuvo, diciendo que esa era una sala de exposiciones temporales, en la que en ese
momento estaban desmontando algo. “Correcto”, contesté, pero como público yo
no sé eso, así que “me jala” la puerta abierta y nada me indica que caminaré treinta
metros “de balde”. Por supuesto, yo sabía —porque había trabajado antes en el mu-
seo—, que la exposición permanente inicia en el primer piso, para lo que hay que
tomar el elevador o subir las escaleras. Rebeca invitó “vamos por el elevador”, pero
yo tomé otra dirección, diciendo “no sé dónde está el elevador”, no estaba indicado.
Ya dentro del elevador, presioné el botón del segundo piso, a lo que Rebeca rápida-
mente corrigió: “No, la exposición inicia en el segundo piso”, yo de nuevo contesté,
“pero no sé eso”. Evidentemente, había problemas de orientación cognitiva y espa-
cial. Rebeca es una mujer muy ejecutiva, con gran capacidad de acción. La siguiente
vez que visité el museo, había letreros, hechos de manera casera, indicando el inicio
del recorrido y, dentro del propio elevador, uno indicado en qué piso estaba qué
(figura 4). Pérez constató que meses más tarde, estos fueron reemplazados por
otros permanentes ya con un diseño ad hoc.
El segundo ejemplo es el del Museo Nacional de las Culturas del Mundo. Nueva-
mente en la voz de Gándara:
Este museo tiene varios años en reestructuración, pero estaba concentrando toda
la atención en las nuevas salas y de nuevo se habían perdido de vista elementos
como la orientación cognitiva y espacial. El público no sabía qué había, en dónde,
o cómo llegar a las diferentes áreas. Solamente en alguna de las escaleras había
un letrero, colocado ahí por los policías que custodian esa área, indicando que no
había paso —con lo que le ahorraban el esfuerzo de la subida a los visitantes—.
Al hacer un recorrido con la museógrafa, quien, por supuesto conoce al dedillo el
edificio, pero tomando ahora el rol de una visitante más, fue evidente que había
varias bifurcaciones clave en donde se requería de apoyos de orientación. Aunque
en un principio tenía resistencia de poner algo “provisional” (porque decía, con
razón, que en este México lo “provisional” se eterniza), en pocos días había reali-
zado con su equipo nuevas cédulas de orientación espacial, con lo que la visita se
facilitó mucho (figura 5).
nos hemos reído tanto porque hasta que no analizamos de esta forma lo que a dia-
rio vemos, nos damos cuenta de los atropellos que estamos cometiendo con el pú-
blico […]. Para Casa Museo salieron cosas muy buenas, ya hoy se fueron a modificar.
Entre ellas un espacio para guardar bultos, un poste para delimitar con una cuerda
el mobiliario de la sala y así dar acceso a una vitrina, un portacedulario para acercar
un texto que esta imposible de leer porque está emplazado en un lugar muy distan-
te, y algunos detalles más (Rebeca Perales, comunicación personal, Villahermosa,
julio del 2014).
Reflexiones finales
Consideramos a la versión actual del instrumento (9.0) como una versión de traba-
jo. Continuar aplicándolo de forma experimental por diferentes equipos de trabajo
puede ayudarnos a detectar áreas para afinar o mejorar. Pensamos que, en esta ver-
sión, los efectos que produce son positivos. Como mostramos, en particular puede
generar un cambio positivo en la cultura institucional, además de señalar proble-
mas y dificultades factibles de resolver en el corto plazo y con bajos costos.
79
Estudios sobre públicos y museos
Esto no significa que pensamos que los museos sean espacios escolares o que deban reproducir las prác-
10
ticas de la educación formal. Por el contrario, nos parece que por fortuna abonan a tipos de aprendizaje
alternativos y a una forma de aprender diferente, que el modelo contextual de Falk y Dierking, brevemente
resumido arriba, caracteriza en general. Concordamos con Ham en que la intención no necesariamente es
la instrucción a la manera escolarizada (que implica una relación asimétrica entre los polos del proceso y
donde la motivación no necesariamente es intrínseca); más bien en esencia se trata, siguiendo a Freeman
Tilden, fundador de la tradición interpretativa, de provocar a una reflexión propia, de la que se generen nue-
vos significados personales (Ham, 2013).
directamente con otro debate: si en los museos de arte hay espacio o no para la
interpretación o es suficiente la contemplación y si se busca facilitar o promover
algún tipo de aprendizaje. Esta es una polémica fascinante, pero no es nuestro ob-
jetivo resolverla con el instrumento. Dicho de otra manera: si el museo intenta co-
municar algo y proporcionar una experiencia de visita agradable y cómoda, en la
que el público y sus necesidades son una preocupación, entonces el instrumento es
aplicable. Por ejemplo, pensamos que la exposición Picasso y Rivera. Conversaciones
a través del tiempo (fotografía que abre este artículo), sí se plantea este tipo de ob-
jetivos de comunicación.
Seguramente nuevas aplicaciones a rangos cada vez más amplios de espacios mu-
seales permitirán definir sus limitaciones. Nuestra intención ha sido aquí el compar-
tirlo y estimular su discusión. Por supuesto, con la crítica colectiva de la comunidad
de museos y sitios patrimoniales podrá mejorarse sin duda. ¡Todos los comentarios
son bienvenidos!
Agradecimientos
Los autores agradecen a Rebeca Perales, del Instituto de Cultura de Tabasco, la invita-
ción para impartir el Taller para el que creamos el instrumento, así como la posibili-
dad de sus primeras aplicaciones. Al programa Promep (hoy Prodep) de la Secretaría
de Educación Pública, así como al Instituto Nacional de Antropología e Historia, el
financiamiento para los proyectos Metodología para el diagnóstico, monitoreo y eva-
luación de los efectos de la divulgación en sitios patrimoniales y museos y Nuevas es-
trategias y nuevas tecnologías para la divulgación del patrimonio cultural. Ambos nos
permitieron realizar temporadas de campo en sitios arqueológicos y probar el instru-
mento en nuevos contextos. También a nuestros socios o cómplices en los diferentes
casos de estudio y ejercicios realizados en el posgrado en Museología,11 y en otras
instancias nacionales12 e internacionales.13 Agradecemos al Posgrado en Museología
de la encrym el apoyo para la realización de este trabajo.
Posgrado en Museología. encrym: Curso “Comunicación educativa”, semestre 2015-2, práctica de verano,
11
ciudad de Aguascalientes, julio del 2015; Curso Internacional de Estudios de Públicos, semestre 2015-2;
Curso “Públicos y museos: técnicas de investigación”, semestre 2016-1; Curso “Introducción a los estudios
de públicos en museos, semestre 2017-1 y 2; Curso “Divulgación Significativa 2016”, Museo y Zona Arqueo-
lógica de Templo Mayor, 19 de noviembre de 2017. Proyecto “Metodología para el diagnóstico, monitoreo y
evaluación de los efectos de la divulgación en sitios patrimoniales y museos: caso Palenque (noviembre del
2014) y Xochicalco (julio del 2015). Diplomado introductorio a la Museología. encrym, diciembre del 2014.
Curso taller “La divulgación del patrimonio: un enfoque centrado en el público”, Instituto de Cultura de Tabasco,
12
verano del 2014. Curso “Los estudios de público y la importancia de los visitantes”, Escuela de Antropología
e Historia del Norte de México, Chihuahua, abril del 2015. Curso Taller sobre Divulgación Significativa, Mu-
seo Nacional de las Culturas del Mundo, semestre 2016-2, Ciudad de México. Taller Seminario “Estudios de
públicos en museos y zonas arqueológicas”, Facultad de Antropología, Universidad Autónoma de Yucatán,
julio del 2017.
Curso en línea “Estrategias desde los enfoques centrados en los públicos”. Taller ilam, 2015 y 2016. Curso-ta-
13
ller “Cómo diagnosticar la comunicación en sitios patrimoniales y museos”. ii Simposio Internacional de Pes-
quisa en Museología, Universidad de São Paulo, octubre del 2015. Práctica previa en el Museo de Historia de
Arrecife. Taller “Centrarse en los visitantes: mejorando la comunicación en museos patrimoniales”, Servicio
de Patrimonio, Cabildo de Lanzarote, Arrecife, 23 de noviembre de 2016.
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B. Procedimiento de aplicación
Este diagnóstico consiste en valorar, mediante una serie de preguntas que se respon-
den categóricamente, si la institución considera los diversos aspectos que influyen en
la experiencia de visita. Se trata de elementos a determinar por observación directa,
o bien por búsquedas en internet, o consultando con el personal del espacio museal.
Es importante que quien lo llene se ponga en los zapatos del visitante, que salga del
museo y se aproxime a este con ojos frescos, como si no lo conociera, y que la valo-
ración se haga desinteresadamente. Aunque el orden del instrumento corresponde
al orden de la visita —antes, durante y más allá— es posible que algunos elemen-
tos no se puedan valorar sino hasta finalizar un recorrido. Por ello se sugiere leer
detenidamente todos los reactivos, caminar desde el acceso al lugar, ir llenando los
rubros que sean posibles, y después volver sobre aquellos aspectos que quedaron
pendientes o no se resolvieron.
Las casillas que requieren una calificación cuantitativa son las de la extrema de-
recha. Se solicitan también algunos datos cualitativos en una segunda columna a
la izquierda. Cualquier nota u observación adicional deberá registrarse al final del
instrumento.
7. Sugerencias para una mejor visita: se refiere a estrategias que pueden usar
los visitantes dependiendo de su tiempo o interés: rutas temáticas, recorri-
dos para 30 minutos, 1 hora o 2 horas.
19. Accesibilidad para personas con movilidad reducida: se relaciona con las
rampas o elevadores para personas en sillas de ruedas, que usan bastones o
muletas de forma temporal o permanente o para mujeres embarazadas.
24. Sugerencias de estrategias de visita: trata sobre sugerencias para los vi-
sitantes de cómo efectuar mejor su visita. ¿Se recomienda iniciar por las
partes más alejadas?, ¿por el último piso? En sitios en el exterior ¿se reco-
mienda llevar agua, sombrero?
32. Orientación del mapa: señala que cuando los mapas están orientados al norte
(una convención en arquitectura, geografía, arqueología) es muy difícil para el
usuario ubicar en dónde está —no cuenta con los conocimientos para desci-
frarlo— por lo tanto, se recomienda que los mapas se orienten con relación a
la persona que los está viendo y con la perspectiva de lo que ve hacia enfrente.
44. Indicación “Usted está aquí”: es una manera fácil de indicar en un plano en
dónde se encuentra ubicada la persona en relación con otras áreas del edificio/
zona.
84. Mensaje principal, idea para llevar o tesis: trata de las exposiciones que han
sido diseñadas con objetivos comunicativos expresos en las que se busca que
los visitantes aprendan algo, se lleven consigo alguna idea o incluso cambien
sus actitudes y comportamientos, y buscan tener mensajes contundentes.
Dependiendo de los autores, se les llama “mensajes principales”, “mensaje o
idea para llevar” o “tesis”. Este último término proviene de la tradición de la
interpretación temática aplicada a parques naturales que después se exten-
dió a la interpretación del patrimonio o incluso del arte.
96. Ayudas técnicas para personas con discapacidad: la Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad llama a los dispositivos comuni-
cativos enfocados a este sector del público "Ayudas técnicas" para la comu-
nicación, entre las cuales se pueden considerar: cédulas en braille (cédulas
táctiles), comunicación en video mediante la lengua de señas o signos (cada
país tiene su propia lengua: en México es Lengua de Señas Mexicana), los
macrotipos (texto con el tamaño de letra más grande, lo usan principalmen-
te personas con debilidad visual), dispositivos multimedia de fácil acceso, sis-
temas auditivos (como el Siri de la marca Iphone), el lenguaje sencillo (para
personas con discapacidad intelectual), medios de voz digitalizada (discapa-
cidad auditiva), dispositivos táctiles, como maquetas, mapas, esculturas, en-
tre otros. 14
Agradecemos la asesoría e información brindada para este tema (reactivos 19, 83 y 96) por Ingrid Hernán-
14
89
Figura 2. “Usted está aquí”, imagen disponible en el sitio web:
http://www.josedetorre.es/usted-esta-aqui-mejora-la-experiencia-de-tus-usuarios/.
90
Estudios sobre públicos y museos
D. Calificaciones
El instrumento está diseñado para obtener una calificación numérica del 100%.
Esta máxima calificación idealmente se ubicaría al centro de un diagrama concén-
trico con los públicos en el centro y en la mira (figura 1). Cuanto más nos alejemos
del 100% menos enfocados y centrados estamos en ellos.
Nº Sección Subtotal
V. Ergonomía y accesibilidad
A.
B. 100
C.
D.
E.
Anexo 2.
Fecha:
Instrucciones: En las columnas del área cuantitativa, tacha el valor que corresponda. Selecciona 1
cuando haya presencia de la característica, .5 si la presencia no es clara y 0 para ausencia. Algunos rubros
sólo permiten presencia / ausencia (1=Sí, 0=No) En las casillas en gris indique directamente los datos
que se solicitan. Algunos elementos admiten la calificación N/A "No aplica". Las celdas cruzadas con
diagonal, no admiten valor.
a) Antes de la visita
I. Información sobre la institución y acceso Área cuantitativa
1 Existe información en Internet 1 .5 0
2 Existe información en publicaciones periódicas 1 .5 0
3 Existe información en guías locales 1 .5 0
4 En las cercanías a la institución existe información sobre cómo llegar 1 .5 0
5 En la entrada se indican claramente los requerimientos de admisión 1 .5 0
(gratuidad, precio, etc.)
6 En la entrada se ofrece información sobre la agenda sobre actividades 1 .5 0
7 Se ofrecen sugerencias para un mejor visita 1 .5 0
8 Es gratuito todos los días de la semana 1 / 0
9 En caso contrario ¿Cuántos días a la semana es gratuito? 1 2 3 4 5 6 7
10 ¿Cuál es el costo de admisión? En caso de costos diferenciados indique: $____ $_____ $____
b) Durante la visita
II. Vocación de servicio – atención al público Área cuantitativa
20 En el guardarropa el servicio es bueno 1 .5 0 N/A
86 Las partes principales de la exposición son claras para los visitantes -ejes
1 .5 0 /
temáticos, áreas, salas-
87 En caso afirmativo, indique cuáles son:
1.
2.
3.
88 Los textos están libres de términos especializados, o cuando se usan, se aclararan 1 .5 0 /
89 La extensión de los textos introductorios es de máximo 200 palabras 1 .5 0 /
90 La extensión de los textos temáticos es de máximo 150 palabras 1 .5 0 N/A
112 En estas redes sociales, ¿Se da respuesta a las inquietudes del público? ¿Hay
1 .5 0 N/A
diálogo?
113 Existe una tienda oficial 1 .5 0 /
114 La memorabilia permite llevarse "el museo a casa" 1 .5 0 N/A
115 Existen otros materiales de divulgación que los visitantes pueden adquirir 1 .5 0 /
116 En caso afirmativo ¿cuáles son?
1. 2. 3.
4. 5. 6.
117 Se ofrece la posibilidad de mantener el contacto con los visitantes -lista de
1 .5 0 /
correos, actualizaciones-
118 Existe una sociedad de amigos u otros grupos organizados que se relacionan
1 .5 0 /
con el museo
Subtotal (11):
Observaciones. (Indique cualquier comentario adicional que le gustaría reportar y que la guía no cubre):
Nº Sección Subtotal
I. Información sobre la institución y accesibilidad
II. Vocación de servicio –atención al público
III. Orientación espacial -wayfinding- y orientación cognitiva
IV. Calidad de los servicios
V. Ergonomía y accesibilidad
VI. El público como objetivo de la comunicación
VII. Al terminar la visita
A.
B. 100
C.
D.
E.
Manuel Gándara Vázquez y Leticia Pérez Castellanos. Instrumento de centralidad en los públicos y protocolo de aplicación V. 9,
18/12/2018. Posgrado en Museología, encrym, inah, México.
Resumen Abstract
Si bien existen muchos manuales que explican los Although there are many manuals that explain me-
métodos y técnicas para realizar un muestreo en lo thods and techniques to carry out a sample study
general, son escasos los documentos que abordan in general, documents addressing sample study
una metodología de muestreo aplicándolo a casos methodology applied to particular cases of visitor
particulares de estudios de público en museos. La rea- studies are scarce. The undertaking of a visitor study
lización de un estudio de público se puede dividir en can be divided into four phases: 1. Design and prepa-
cuatro etapas: 1. Preparación y diseño; 2. Recolección ration; 2. Data gathering; 3. Analysis of results and 4.
de datos; 3. Análisis de los resultados y 4. Redacción Final report and socialization of results. In the case of
del informe final y socialización de los resultados. En quantitative studies, one of the most important deci-
el caso de los estudios cuantitativos, una de las de- sions a researcher has to make in the data gathering
cisiones más importantes que el investigador debe phase is the sample, that is, deciding how many indi-
tomar en la etapa de recolección de datos es el mues- viduals an instrument will be applied to and how hey
treo, es decir, decidir a cuántas personas se aplicará el will be selected. The first question refers to the size
instrumento y de qué forma serán seleccionadas. La of the sample, and the second to the way it will be
primera pregunta se refiere al tamaño de la muestra, selected using the sampling method. This article in-
y la segunda a la manera en que esta muestra será tends to answer both questions by proposing an ade-
seleccionada utilizando un método de muestreo. El quate sample process for visitor studies in museums.
presente artículo trata de responder ambas pregun-
tas proponiendo un proceso de muestreo adecuado
para los estudios de públicos en museos.1
1
Este tema surgió de la invitación de la Maestra Leticia Pérez Castellanos, profesora-investigadora de la encrym,
con la que he colaborado hace más de un año en temas relacionados con estudios de público. En junio del
2017 la Maestra Pérez Castellanos impartió el curso de verano “Estudios de públicos en museos y zonas
arqueológicas” a estudiantes y trabajadores de museos en las instalaciones de la Universidad Autónoma de
Yucatán, en Mérida. De igual forma, en octubre del 2017, fui invitado a dar la clase “Técnicas de muestreo
aplicadas a estudios de público” a estudiantes de la Maestría en Museología en la encrym.
Ejercicio de aplicación de encuestas en el Gran Museo del Mundo Maya, en Mérida, Yucatán.
Fotografía: © Leticia Pérez Castellanos.
103
Estudios sobre públicos y museos
Para comenzar, se señalará que existen dos grandes tipos de investigaciones en las
ciencias sociales en general y en los estudios sobre públicos de museos en particular:
las investigaciones cualitativas y las investigaciones cuantitativas. Los estudios
cualitativos se interesan por explicar la realidad a través de la narración de los
fenómenos y más que cuantificar las veces que un fenómeno o un dato se repite,
buscan explicar este fenómeno en su contexto o situación particular. Los estudios
cuantitativos, en cambio, buscan identificar relaciones entre variables y medir la
fuerza de esas relaciones.
Figura 1. Fases de los estudios de público. Fuente: Taller “Estudios de públicos en museos y zonas arqueológicas”,
impartido por Leticia Pérez Castellanos, junio del 2017.
Encuesta
Cuantitativa Cuestionario
Sondeo
menudo con una sola pregunta y con respuestas de opción múltiple para ser
respondidos de manera rápida. Buscan tendencias e información de coyuntura con
el fin de “explorar” la opinión pública sobre algún tema. La encuesta es larga y toma
más tiempo responderla porque, por lo general, contiene muchos reactivos. Busca
datos específicos de una población y su objetivo es más bien identificar y conocer
un aspecto de un fenómeno a profundidad y, en algunos casos, generar modelos
teóricos o metodologías nuevas. Por ejemplo, la teoría del consumo cultural de
Bourdieu (1991) utilizó una encuesta para recolectar una parte de sus datos.
Representatividad
No existencia de sesgos, es decir, escasa distorsión entre la
población-universo y la muestra
Precisión, que es dada por el tamaño de la muestra. Mientras más
pequeña es la muestra, mayor es la imprecisión
Tamaño de la muestra
Esta última característica de las muestras nos lleva a la pregunta ¿a cuántos
individuos hay que aplicar el cuestionario? La respuesta depende de si se conoce o
no, el tamaño de la población-universo. En el caso de los museos, se refiere al número
total anual de visitantes. Entonces, tomando en cuenta la teoría estadística, se
tienen dos fórmulas para calcular el tamaño de la muestra. Si se conoce el tamaño
de la población, se usa la fórmula 1, y si no se conoce, se usa la fórmula 2 (figura 2).
Fórmula 1:
donde:
n= tamaño de la muestra
N= tamaño de la población-universo
Z= es la desviación del valor medio de la muestra que aceptamos para lograr el nivel
de confianza deseado. Este valor dependerá del nivel de confianza que queramos.
A mayor nivel de confianza, mayor será el tamaño de la muestra. Los valores más
frecuentes son:
Nivel de confianza 90% -> Z=1,645
Nivel de confianza 95% -> Z=1,96
Nivel de confianza 99% -> Z=2,575
Por lo general se usa un nivel de confianza del 95%.
p= proporción esperada. En muchas ocasiones no se tiene este dato, por lo que se
usa el 50% que es igual a 0.5
q= 1-p
d= margen de error máximo que se admite. Por lo general es del 5% (0.05). A menor
margen de error, mayor será el tamaño de la muestra.
Fórmula 2
Muestreo no
Conveniencia A criterio Por cuotas Bola de nieve
probabilístico
De igual forma, en la selección de la muestra existen errores que hay que tratar de
evitar (Pérez Santos, 2015: 23):
Aleatorio sistemático
Consiste en extraer las unidades muestrales de la población-universo de manera
sistemática (una de cada X unidades o individuos). Para eso se debe calcular el coe-
ficiente de elevación (k), que es el intervalo con el cual se seleccionarán las unida-
des muestrales. El coeficiente de elevación se calcula dividendo el tamaño total de la
población-universo (N) entre el tamaño de la muestra (n). Este es el método de mues-
treo más adecuado para aplicar en estudios de públicos en museos y se explica con
mayor detalle más adelante.
111
Estudios sobre públicos y museos
Aleatorio estratificado
En ciertos casos es necesario respetar alguna característica de la población-univer-
so que es relevante para el investigador: edad, nivel socioeconómico, salón de cla-
ses, etc. Es decir, se divide a la población en estratos y el tamaño total de la muestra
es distribuido entre los estratos de manera proporcional al tamaño de cada estrato.
Por ejemplo, supongamos que el número total anual de visitantes en un museo es
de 500 000 visitantes con un tamaño de muestra de 384 visitantes. Se sabe que el
70% de la población son grupos escolares y el 30% son visitantes individuales. La
muestra (n= 384) deberá ser dividida de tal manera que el 70% de los cuestionarios
sean administrados a grupos escolares y el 30% a visitantes individuales. Es decir,
la muestra deberá ser dividida en función de la proporción de cada estrato. Como
es un muestreo probabilístico, cada individuo de cada estrato deberá ser elegido de
forma aleatoria.
Por conveniencia
Es el tipo de muestreo en donde no se eligen las unidades muestrales, sino que se
trabaja con las que hay disponibles.
Por criterio
En este método de muestreo es el investigador el que selecciona, basado en su jui-
cio, a las unidades muestrales. También es llamado método por juicio.
Por cuotas
Consiste en dividir a la población en grupos homogéneos tomando en cuenta al-
guna característica importante para la investigación (ejemplo: hombres y mujeres;
visitantes extranjeros y nacionales). Luego se asignan cuotas y porcentajes a obte-
ner en cada grupo (ejemplo: 50% hombres y 50% mujeres). Las unidades muestrales
son seleccionadas al interior de cada grupo hasta que se consiga la “cuota” del 50
por ciento.
Bola de nieve
Este método no probabilístico consiste en seleccionar unidades muestrales o indivi-
duos que, por sus características particulares, llevarán al investigador a conocer otros
individuos con características iguales y así sucesivamente hasta que se obtenga el
tamaño de la muestra.
¿Cuántos?
Para estimar el tamaño de la muestra:
Paso 1
Se debe identificar el número total anual de visitantes al museo, es decir, el tamaño
de la población-universo. Se puede tomar el año natural (enero-diciembre) inme-
diato anterior al año de realización del estudio o el promedio de los dos o tres años
anteriores. Por ejemplo: si se realiza el estudio en marzo del 2018, se deberán tomar
los meses enero-diciembre del 2017 o el promedio anual de visitantes consideran-
do el 2015, 2016 y 2017. De igual forma es necesario conocer la afluencia mensual
y, si es posible, la semanal, de todo el año anterior. Estos datos servirán más adelan-
te para responder a la pregunta: ¿cómo seleccionar a los individuos?
Paso 2
Una vez que se conoce el número total de visitantes por año (tamaño de la pobla-
ción-universo= N), se calcula por fórmula estadística el tamaño de la muestra. Se
puede aplicar la fórmula de manera manual o se puede usar la calculadora estadís-
tica localizada en www.netquest.com. Se sugiere usar un margen de error del 5% y
un nivel de confianza del 95 por ciento.
Paso 3
Calcular el coeficiente de elevación a través de la siguiente fórmula:
-
donde:
k= coeficiente de elevación
-
promedio diario de visitantes en un museo abierto 300 días
al año, donde N= tamaño de la población-universo o número
total de visitantes al año
Paso 4
Se estima el número de días al año necesarios para obtener el tamaño de la muestra
(n). Si se considera realizar 25 cuestionarios diarios, la fórmula es:
donde:
D = número de días al año necesarios para obtener el número de visitantes que
el tamaño de la muestra señala
n = tamaño de la muestra
cd = número de cuestionarios por día que pueden ser aplicados
Paso 5
Una vez determinado el coeficiente de elevación (uno de cada X visitantes) y el nú-
mero aproximado de días que se requerirá para levantar la muestra, lo que sigue
es determinar los días o semanas del año en los que se aplicarán los cuestionarios.
Para ello es importante conocer las temporadas de alta y baja visitación al museo.
Si no se tienen datos estadísticos precisos, una entrevista con algún trabajador del
museo puede bastar para conocer los tiempos de mayor y menor afluencia. Los días
de aplicación del cuestionario deben distribuirse a lo largo del año de tal manera
que se cubran las temporadas altas, medias y bajas de público. De igual forma, de-
ben aplicarse tanto en el horario matutino como en el vespertino para tener una
muestra lo más representativa posible del espectro de visitantes.
Paso 1
Tomando como ejemplo el Museo Nacional de Antropología en México, se sabe,
según estadísticas oficiales del inah, que el número de visitantes anuales del 2015
y 2016 fue de 1 963,021 y 1 712,645, respectivamente. El promedio de estos dos
años es 1 837,833, equivalente al tamaño de la población-universo (N= 1’837,833)
(tabla 2).
Paso 2
Se determina el tamaño de la muestra con la calculadora estadística en línea en
www.netquest.com considerando un nivel de confianza del 95% y un margen de
error del 5%. El tamaño de la muestra resulta ser de 385 individuos (n= 385).
Paso 3
Se calcula el coeficiente de elevación (k) con la fórmula:
donde:
k= coeficiente de elevación
Así,
Es decir, se aplicará el cuestionario a uno de cada 245 visitantes que salgan del
museo. Esto podría parecer demasiado, pero cuando se considera que el promedio
diario de visita en el Museo Nacional de Antropología es de 6126 personas, significa
que en un día se podrán administrar 25 cuestionarios (6126 / 245= 25). Este método
permite que, en los días de mayor afluencia, el número de cuestionarios sea mayor
y en los días de baja afluencia, el número de cuestionarios también disminuya, ga-
rantizando, de esta manera, la representatividad de la muestra.
Paso 4
Se calcula el número aproximado de días al año requerido para obtener el tamaño
de la muestra (n= 385), considerando que se realizan 25 cuestionarios por día. Se
aplica la fórmula:
donde:
D = número de días al año necesarios para obtener el número de visitantes que
el tamaño de la muestra señala
n = 385
cd = 25
Así,
Paso 5
Una vez determinado el número de días necesarios para alcanzar la muestra, el
último paso es seleccionar los días del año en los que se hará el muestreo. Para esto
es importante conocer las estadísticas anuales de visitantes e identificar las tempo-
radas de visita alta, media y baja (figura 5).
Tabla 3. Distribución de días para aplicar los cuestionarios a lo largo del año.
Conclusión
Si bien existen varios métodos para realizar un muestreo, el método aleatorio siste-
mático ha demostrado ser el más adecuado para estudios cuantitativos de público,
ya que permite garantizar la representatividad de todos los públicos y generalizar
los hallazgos de la muestra a toda la población.
En ocasiones los museos no cuentan con el personal o los recursos para administrar
cuestionarios en las fechas que se debería, por lo que una alternativa podría ser ad-
ministrarlos solo en dos ocasiones: temporada alta y temporada baja. En caso de que
no se tenga ninguna idea de las estadísticas anuales de visitantes, la recomendación
es contabilizar los visitantes durante un año y después realizar el estudio de público.
Existen otras consideraciones que no se tocaron en este artículo por no ser ello su
objetivo. Sin embargo, son cuestiones importantes que se deben tomar en cuenta
en los estudios cuantitativos, como son el diseño del cuestionario, el análisis esta-
dístico de los resultados o la capacitación de encuestadores.
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Referencias electrónicas
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Agradecimientos
Agradecemos las observaciones oportunas que a este artículo hizo la Maestra Leticia
Pérez Castellanos.
II. Aproximaciones
prospectivas:
hacia la identificación
de nuevos públicos
Resumen Abstract
En el marco de las propuestas de la museología con- In the last two decades, visitor studies as a tool for
temporánea y los nuevos esquemas de gestión es- museographic planning, design, and evaluation have
tratégica de museos, los estudios de públicos como become common practice in light of proposals for
herramientas para la planeación, diseño y evaluación contemporary museology and the new schemes of
museográficos se han hecho una práctica recurrente strategic management. However, these studies have
en las últimas dos décadas. Sin embargo, estos estu- seldom been applied to built heritage,1 and even less
dios, escasamente se han aplicado para la gestión del frequently to industrial port heritage. This article re-
patrimonio inmueble y, menos aún para el patrimo- ports the results of the Encuesta de Públicos Semana
nio industrial portuario.1 En el presente artículo se re- Santa-Pascua. Verano e invierno (api Tampico, 2015),
portan los resultados de la investigación Encuesta de conducted in a trial phase in the Ex Aduana Marítima
Públicos Semana Santa-Pascua. Verano e invierno (api de Tampico (eamt) historic building. It explores the
Tampico, 2015), realizados en una fase piloto, del edi- universe of industrial port heritage and discovers the
ficio histórico de la Ex Aduana Marítima de Tampico great interest locals and visitors have on it. What can
(eamt), que explora el universo del patrimonio indus- be inferred from this study is that there is a demand
trial portuario y descubre el gran interés que tiene la for attention and review of industrial heritage sites,
población local y los visitantes en él. Con este estudio which can be accomplished from a museum perspec-
se puede inferir que hay una demanda por su atención tive, treating this building as a symbol and a historical
y revisión, la cual óptimamente se puede hacer desde reference for the Port of Tampico, but also as a form of
una perspectiva museológica, tratando a este inmueble knowledge and aesthetic enjoyment of the industrial
como símbolo y referente histórico del puerto de Tam- site landscape.
pico, pero también como una forma de conocimiento y
disfrute estético del paisaje industrial portuario.
1
La Coordinación Nacional de Museos y Exposi- 1
The Coordinación Nacional de Museos y Exposi-
ciones del Instituto Nacional de Antropología ciones del Instituto Nacional de Antropología
e Historia cuenta desde el 2012 con un archivo e Historia has a digital archive since 2012 that
digital donde se ubica el único estudio publicado includes the only sttudy pulished to date about
a la fecha sobre públicos en un museo marítimo audiences in a maritim museum (Rodríguez y
(Rodríguez y Sabido, 2007). Sabido, 2007).
Visitante respondiendo una encuesta.
Fotografía: © Leticia Pérez Castellanos.
124
Estudios sobre públicos y museos
Antecedentes
Como muchas ciudades costeras del siglo xix, Tampico, ubicada en el norte de la
República Mexicana, debe su auge al movimiento económico y social que generó su
puerto a finales de ese siglo, cuando Porfirio Díaz impulsó, durante su gobierno, una
política de modernización de la infraestructura como palanca de desarrollo indus-
trial de la nación mexicana, en la que se inscribió la creación, entre otros puertos de
altura,2 del puerto de Tampico.
El Puerto de Tampico fue construido con los criterios más avanzados de la ingeniería
civil y la logística del transporte de cargas de finales del siglo xix, transformando
geográfica y culturalmente, la margen norte del río Pánuco, ubicado en los límites
de los estados de Tamaulipas y Veracruz, en el litoral del Golfo de México.
2
La generación de puertos construidos durante el gobierno de Porfirio Díaz incluye, además del de Tampico,
a los puertos de Salina Cruz, Coatzacoalcos, Manzanillo, Mazatlán, Guaymas y Progreso, así como la mo-
dernización del Puerto de Veracruz, en el que se incluyó el ferrocarril como parte de la cadena logística del
transporte de carga y de pasajeros desde los litorales hacia el interior del territorio nacional.
3
Cerca de 17 000 metros cuadrados de construcción. La superficie total del monumento histórico incluye el
edificio de la Aduana y su bodega cuatro, más las bodegas tres y dos.
126
Estudios sobre públicos y museos
128
Estudios sobre públicos y museos
Tres años más tarde, en el 2006, la eamt abrió sus puertas al público. Con el fin de
ofrecer algún atractivo a los visitantes del edificio histórico, en colaboración con su
patronato, se tomó la decisión de habilitar un pequeño museo de colección parti-
cular, que exhibiera, con fotografías, reproducciones gráficas, ilustraciones, videos
de producción precaria y algunos objetos de escaso valor histórico, la historia de la
Victoria de Tampico (1829). Dicho evento aconteció años antes de la construcción
de la eamt y muestra un acontecimiento histórico, que, si bien es relevante a la In-
dependencia de México y a la ciudad de Tampico, no tiene ninguna relación con el
patrimonio industrial portuario en donde hoy se aloja, y no responde a la nostalgia
de la vida y cultura portuaria perdida, reclamada por su ciudadanía, como mostra-
ron los resultados de la encuesta realizada.
Cierro este apartado comentando que el trabajo que se presenta no ha sido un es-
fuerzo individual, sino que ha sumado las voluntades y el interés de varias personas
que aportaron, no solo su tiempo y esfuerzo, sino también la confianza y el impulso
necesario para realizar una investigación extensa, en un tema poco común dentro
de la gestión portuaria.4
4
La Encuesta de Públicos de la eamt durante el 2015, no hubiera sido posible sin el apoyo y la confianza que
me brindó Fernando Gamboa, director general de Fomento y Administración Portuaria de la Coordinación
General de Puertos y Marina Mercante. Asimismo, estoy profundamente agradecida con Claudia Fernández
Pecero, gerente de comercialización de api Tampico, por su entusiasmo y pasión en el proyecto y porque su
participación fue clave en la aplicación del estudio, así como a su equipo de trabajo, Edith Núñez López y
Mónica Zamarripa Schulte. A Teodoro Cantú Cantú, encargado de la dirección general de la api Tampico,
por su apoyo durante el periodo de desarrollo de mis prácticas profesionales en el 2015. Al Dr. Jesús Orozco
Alfaro, director general de api Tampico (2016-2017) por su autorización para la publicación de los resultados
que hoy se comparten, así como por su interés en los mismos. A las alumnas de la carrera de Comercio Inter-
nacional de la Universidad Autónoma de Tampico, Karen Leal Maldonado, Danira Lugo Torres y Karla Peralta
Benítez, a quienes también comparto mi agradecimiento por su dedicación al aportar su tiempo y talento
como encuestadoras.
Propósito de la investigación
La Encuesta de Públicos fue diseñada durante el curso optativo de la Maestría en
Museología “Públicos y museos: Técnicas de investigación” en la Escuela Nacional de
Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete” del Insti-
tuto Nacional de Antropología e Historia. Dicho trabajo también formó parte de las
prácticas profesionales de la maestría en Museología de la autora, en colaboración
con la Administración Portuaria Integral de Tampico S. A. (api Tampico)5 en el 2015.
5
La hoy Ex Aduana Marítima de Tampico, dependiente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes,
quedó bajo la responsabilidad de la api Tampico, mediante el título de concesión correspondiente.
6
Debido a los resultados preliminares obtenidos del análisis de los reactivos de los dos primeros periodos,
se consideró la posibilidad de llevar a mayor detalle su análisis, por lo que de común acuerdo entre la in-
vestigadora y el cuerpo docente de la encrym, se decidió que estos se incluyeran en la primera fase de la
investigación para obtener el grado de maestría (Suárez, 2018).
7
El concepto puerto-ciudad se acuñó durante la década de 1970 en los campos de la logística portuaria, el
urbanismo y la geografía humana. Se trata de un concepto territorial limítrofe entre el puerto como frente
marítimo o fluvial y la ciudad, en el que ocurre “una interfase problemática y controversial entre las funcio-
nes portuarias y los bordes del entorno urbano de una ciudad” (Hoyle, 2013), y en el que el puerto “debe
convertirse en la fuerza dinámica central y el principio organizador de la ciudad portuaria, y no debe seguir
siendo una ‘función oculta’, un simple apéndice” (Reeves, Broeze y McPherson, 1989).
8
También conocido como muestreo por conveniencia.
tionarios aplicados
aplicados
Duración promedio de
Periodo de aplicación
tionarios
Visitantes durante el
la encuesta (minutos)
cuestionarios
por aplicador
Promedio de
aplicadores
Número de
por dia
vacacional
periodo
Periodo
POST
PRE
PRE POST PRE POST
marzo al 12
Santa
de abril
julio al 16
de agosto
Del 15 de 21 7,067 1 7 50 50 2 2 2 2
diciembre al
Invierno
5 de enero
de 2016
740 38 17
Se planeó una estrategia integral que consideró los aspectos metodológicos de cada
una de las etapas de la investigación que quedaron plasmadas en el documento
Protocolo de aplicación de la Encuesta de Públicos de la eamt (api Tampico, 2015), en
el que se incluyó el planteamiento de objetivos y preguntas de investigación, dise-
ño de cuestionarios, definición de número y horarios de aplicadores, capacitación
a aplicadores, aplicación de cuestionarios, control durante ese periodo, entrega y
resguardo de los datos.
Tabla 3. Lista de reactivos claves. Encuesta de públicos eamt, 2015. api Tampico/C. M. Suárez
Reactivo Cuestionarios Tipo de reactivo Pregunta del cuestionario
136
Estudios sobre públicos y museos
Los reactivos R24 al R29 no se reportan en este artículo por ser temas asociados con la visita
turística a Tampico, no relacionados directamente con la eamt.
Los reactivos faltantes, se refieren a las respuestas abiertas "Otro" y "No sabe/no contestó" que
no incluímos en este cuadro que contiene los principales.
138
Figura 8. Visitantes y actividad portuaria sobre el río Pánuco desde terraza sur de la eamt.
Fotografía: © Constanza Suárez.
139
Estudios sobre públicos y museos
propias palabras (reactivos R6 pre, R13 pre y R17 post), se analizaron mediante seis
categorías representativas del universo de significados con unidades de sentido que
permitieron, posteriormente, un análisis binario (motivos e intereses estéticos, his-
tóricos, científicos, económicos, sociales y afectivos) como se verá más adelante en el
apartado de resultados de la encuesta.
Asimismo los reactivos cerrados (como, por ejemplo, edad, nivel de estudios y ocupa-
ción) en combinación con los abiertos (R6, R13, R17), posibilitaron la interpretación
en profundidad y la comprensión a detalle de las secciones de la encuesta. Para el
caso del reactivo post R18, relativo a lo que los visitantes consideran como más sig-
nificativo de su visita, se generó un análisis de acuerdo con las siguientes categorías:
paisaje/puerto/río/barcos; edificio/arquitectura; objetos particulares; historia/guías;
y Museo de la Victoria, combinado con los reactivos cerrados de lugar de residencia.
Por otra parte, y para los reactivos del muestreo post (R19 y R20) relacionados con
lo que más les disgustó y las sugerencias, estos se agruparon en temas específicos
como equipamiento, servicios, museología, conservación, mantenimiento y limpie-
za, y otros, sin ninguna combinación con reactivos cerrados.
9
Peter Howard (2003: 102) hace una reflexión muy interesante sobre los diversos y variados intereses y mo-
tivaciones que las personas que están dispuestas a gastar su tiempo, dinero y esfuerzo en el patrimonio
histórico o cultural, tienen y quieren de él, dependiendo su cercanía con el monumento.
10
Aquí consideramos el concepto de “monumento” según la idea de Alöis Riegl (1903), identificado como
materia y símbolo, con la capacidad de generar discursos sobre la realidad con visos de adquirir cartas de
naturaleza.
Motivos de la visita
El principal motivo de visita resultó ser por “diversión o entretenimiento”, seguido
de “conocer el edificio” y, en tercer lugar, por “aprender”.
Recurrencia en la visita
Una quinta parte del total de la muestra indicó que esta era la segunda vez que
visitaban el edificio, refiriendo que el principal motivo de recurrencia fue por motivos
afectivos, es decir, aquellos motivos relacionados con “pasear con la familia”, “el re-
cuerdo” y “la nostalgia”.
Intereses y expectativas
Los reactivos abiertos R13 (pre y post) y el cerrado R16 (pre), nos orientaron en cuanto
al interés o expectativa que tienen los públicos sobre la eamt. El interés científico fue
el más significativo, es decir, aquellos intereses en el conocimiento marítimo-por-
tuario (los barcos, los muelles, la infraestructura, la importancia del puerto de Tam-
pico) y la arquitectura del edificio (construcción, materiales, funcionamiento).
El segundo lugar fue el interés histórico, pero siempre asociado con la identificación
de la eamt como un elemento del patrimonio industrial portuario al tener curiosi-
dad sobre temas como el movimiento portuario, su valor como monumento, la evo-
lución de la tecnología marítima, la economía marítima y portuaria, Porfirio Díaz y
el desarrollo del puerto.
Este interés por la eamt como representación del patrimonio histórico industrial
portuario se refuerza con las respuestas al reactivo cerrado R16 (pre) que contem-
pló 12 opciones, entre las cuales —de mayor a menor— se obtuvieron los siguien-
tes resultados: la primera expectativa es “conocer el edificio histórico”; la segunda
“conocer el puerto”; la tercera “conocer el río Pánuco”; la cuarta la “historia maríti-
mo-portuaria”; la quinta “conocer la historia de la ciudad de Tampico”; y en último
lugar de las doce opciones “visitar el Museo de la Victoria” .
Es importante destacar que si bien lo que consideramos como interés sobre el cono-
cimiento marítimo-portuario en el análisis del reactivo abierto R13, no se confirma
con los resultados del reactivo R16 pre, por lo que se puede interpretar que el interés
científico-cultural se impone al interés histórico sobre el tema marítimo-portuario,
o también, otra posible lectura sería que su interés está directamente orientado al
conocimiento del puerto y su cultura actualizada, más que a su historia.
144
Estudios sobre públicos y museos
La mayoría de los participantes son visitantes regionales foráneos para los periodos
vacacionales de semana santa y verano (62 y 68%, respectivamente), mientras que
durante el invierno representó 38%, es decir, viven fuera del área conurbada de Tam-
pico, principalmente en las ciudades de la región huasteca, y forman parte del turis-
mo carretero que vacaciona en Tampico y las playas de Miramar en Ciudad Madero.
Asimismo, los resultados nos orientan a pensar que la mayoría fueron jefes de fa-
milia (hombres y mujeres) entre los 21 y 46 años, y son empleados de una empresa
(para el caso de los varones) o trabajan en el hogar (para el caso de las mujeres). Más
de la mitad tienen nivel de estudios de licenciatura y preparatoria.
Conclusiones
La aplicación de estudios de públicos como herramienta para la gestión del patri-
monio, nos permitió identificar resultados claves para su planeación en el marco de
un modelo de gestión participativa en la que los usuarios tienen voz para expresar
la valoración y significación que tiene el patrimonio industrial portuario para ellos.
Estos resultados nos muestran el interés de los visitantes por acceder al conoci-
miento de la cultura marítimo-portuaria a través de su visita a la eamt (R13 pre y
post y R16 pre), y que la totalidad de encuestados tendría interés en regresar a visi-
tarla (R16 y R17 post), principalmente por razones estéticas.
Por otra parte, los visitantes que regresaron a visitarla lo hicieron por motivos afec-
tivos (R6), haciendo referencia a vivir la experiencia de visitar la eamt y, también,
hacen referencia clara del recuerdo y la nostalgia por otros tiempos, cuando la ac-
tividad portuaria y la ciudad convivían abiertamente, como lo narra la historia con-
tada por los guías.
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museo-del-fuerte-de-san-juan-de-ulua.
Resumen Abstract
La diferencia de edad que nos separa de los jóvenes The age difference that separates us from youth
dificulta el diálogo y, por ende, la comprensión de sus makes dialogue difficult, therefore the understanding
necesidades. Como sociedad, a menudo segregamos of their necessities. As a society, we often segregate
las opiniones o puntos de vista de los adolescentes, tal the opinions or point of view of teenagers, perhaps
vez porque no se consideran equivalentes a los de un because they are not considered equivalent to those
adulto, pues pensamos que sus ideas son cambiantes of adults as they are assumed to be changing and
y que son parte de un proceso en formación. De algu- part of a growing process. Somehow, there is a simi-
na manera esta situación es similar en los museos de larity in contemporary and modern art museums in
arte moderno y contemporáneo en México, donde los Mexico, where younger audiences are seldom taken
jóvenes son poco tomados en cuenta, falta de consi- into consideration, which reflects into low atten-
deración que se manifiesta en baja asistencia juvenil dance and very few activities dedicated to them. The
y escasas actividades dedicadas a ellos. La situación se situation is made worse by the lack of cultural poli-
agrava debido a la falta de políticas culturales enfoca- cies aimed at enabling younger audience inclusion.
das en propiciar mayor inclusión juvenil. Sin embargo, However, there are museums in other countries
hay algunos museos en otros países del mundo que that have activities for the youth, like the teenage
realizan actividades de participación para los jóvenes, counselor groups (gaa), which intend to create and
como los grupos asesores adolescentes (gaa), con los maintain a reciprocal relation with younger audiences,
cuales pretenden crear y mantener una relación recí- convinced that there is value in this effort. This ar-
proca con sus públicos juveniles, convencidos de que ticle describes the research experience of this kind
este es un esfuerzo valioso. En el presente artículo of proposal for its possible application in the Museo
se describe la experiencia de investigación de este de Arte Carrillo Gil de la Ciudad de México, with the
tipo de propuestas para su posible aplicación en el objective of showing that documental research and
Museo de Arte Carrillo Gil de la Ciudad de México, case studies from other museums fit in the wide
con el objetivo de mostrar que las investigaciones field of visitor studies, and allow us to think and recog-
documentales y los estudios de casos de otros mu- nize new alternatives to convene audiences not yet
seos se insertan en el vasto campo de los estudios existing in museums.
de públicos y nos permiten pensar y reconocer nue-
vas alternativas para la convocatoria de públicos aún
inexistentes en los museos.
150
Estudios sobre públicos y museos
Introducción
Todos fuimos jóvenes y en su momento disfrutamos y sufrimos la adolescencia. For-
mamos parte de un grupo de amigos con los que compartimos aventuras, apren-
dimos que el amor a veces duele, que nuestras decisiones tienen consecuencias, y
que la libertad y la responsabilidad van de la mano. Algunas veces lo aprendimos
por las buenas, otras no, pero definitivamente sabemos lo que se sentía tener 15
años y pensar en nuestros días por venir. Sin embargo, como adultos parece que esa
empatía no es suficiente para poder comprender las necesidades y gustos de esos
adolescentes que vemos hoy en día en un centro comercial o platicando afuera del
cine. El tiempo ha pasado y eso ha creado una brecha generacional. Además, la tec-
nología y los hábitos sociales se han transformado hasta llegar a un punto en el que
nos alejamos de la posibilidad de entender todas esas emociones e impulsos que los
dominan, lo que en muchos casos impide el reconocernos en ellos y poder comenzar
un verdadero diálogo.
Un caso en México
Durante tres años y medio (enero, 2012- junio, 2015) de trabajo en el Museo de Arte
Carrillo Gil pude constatar la baja asistencia de grupos de jóvenes de nivel secun-
daria y preparatoria, lo cual es de llamar la atención cuando consideramos que, de
acuerdo con el inegi (2017), en nuestra ciudad los jóvenes y adultos jóvenes entre
15 y 29 años representan casi el 26% de la población.
Esta situación me hizo preguntarme, ¿qué se puede hacer para invitar a los jóvenes
a ser parte del museo? Y, en todo caso, ¿por qué es importante intentarlo? Estas
preguntas me llevaron a iniciar una investigación de tesis para acreditar la maestría
en Museología titulada “Carrillo Gil, joven y contemporáneo. Proyecto de confor-
mación de grupo de asesores adolescentes en el Museo de Arte Carrillo Gil”. Esta
investigación surgió con la intención de sustentar un proyecto de gestión que me
permitiría (o eso pensaba), proponer la creación de un grupo de asesores adoles-
centes en el museo, con el propósito de que su presencia poco a poco invadiera ese
recinto. Con el tiempo me di cuenta de que, como suele suceder en los senderos
de la investigación, el desarrollo de la misma me fue guiando hacia nuevos e ines-
perados caminos que se alejaron de esa intención inicial y me hicieron repensar el
quehacer del museo desde nuevas miradas que, como desarrollaré a continuación,
involucran no solo a los visitantes jóvenes, sino a toda la organización institucional
y al contexto social y político en el que esta se desenvuelve.
El Museo de Arte Carrillo Gil (macg) es una institución pública que abrió sus puertas
en 1974 con la misión de albergar, investigar y difundir las obras de la colección que
el Dr. Alvar Carrillo Gil donó al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.1 Ubi-
cado al sur de la Ciudad de México, su vocación a lo largo del tiempo se ha exten-
dido para dar lugar no solo a exposiciones de su colección original sino a muestras
temporales de artistas modernos y contemporáneos, que hoy es reconocido como
1
Sitio oficial del macg http://www.museodeartecarrillogil.com/.
Lo anterior no quiere decir que esta labor de acercamiento a los públicos jóvenes
sea irrealizable, sino que describe las dificultades del contexto al que se enfrentan
los proyectos que se plantean iniciar investigaciones documentales sobre el tema.
155
Estudios sobre públicos y museos
Años más tarde, en el Reino Unido, durante el periodo de gobierno conocido como
New Labour —encabezado primero por Tony Blair y más adelante por Gordon
Brown (1994-2010)—, se promovió la realización de acciones para jóvenes desde
las instituciones culturales, en el marco de una política cultural que pretendía
brindar una mayor justicia social, y la inclusión de grupos que habían sido margi-
nados en este tema. Dicha iniciativa dio impulso a una gran cantidad de estudios
relacionados con la interacción de los jóvenes en las instituciones culturales, los
cuales sirvieron para dar forma a programas y actividades que actualmente se lle-
van a cabo en museos de esa región y que nos sirven como referencia de estudio.
Una manera de llevar a cabo este proceso es invitar a los jóvenes a compartir sus
opiniones y reflexiones en el contexto del museo. En este sentido, un grupo ase-
sor adolescente puede permitir que el museo reciba este tipo de colaboraciones en
voz de sus propios interlocutores. Llamamos grupos asesores adolescentes (gaa) a
la organización de comités o grupos sociales, más o menos estructurados depen-
diendo de cada museo, en los que se dan cita jóvenes de cierto rango de edad, con
características culturales, educativas y socioeconómicas semejantes, quienes son
seleccionados mediante un proceso interno del museo para asistir a actividades
especiales diseñadas por la institución con el objetivo de fomentar su interés. En
estos espacios de diálogo e intercambio con el museo, los jóvenes pueden co-crear
y participar en actividades específicas de la institución (Jara, 2017: 44).
En cuanto a las principales actividades que se realizan en los grupos asesores ado-
lescentes analizados encontramos las siguientes: la exploración de temas del arte
contemporáneo, diálogo con artistas locales, actividades creativas a partir del es-
tudio de las colecciones del museo, formación de aprendices o guías de museos y
creación de contenidos para blogs o medios digitales. Todas ellas podrían ser im-
plementadas en el Museo de Arte Carrillo Gil por ser acordes con su misión. Por
medio de estas actividades los museos propician el diálogo, la expresión creativa y
el aprendizaje compartido, alentando así los procesos de inclusión y participación.
Se desprende entonces que, el museo, para que sea socialmente relevante, tendría
que enfocar esfuerzos en permitir que los visitantes, en este caso los jóvenes, desa-
rrollen un sentido de apropiación y pertenencia del recinto. Nina Simon (2010) pro-
puso que la apropiación del museo es resultado de la participación activa, ya que
esto permite al visitante generar experiencias que lo vinculan con los contenidos y
con otros visitantes, creando así un sentido de comunidad. Conforme a lo dicho por
Simon, Jara (2017:12) aplica los tres valores institucionales que son la base de los
proyectos participativos:
Sin embargo, en el análisis de la situación actual del Museo de Arte Carrillo Gil,
encontramos diversos motivos para pensar que las políticas públicas en las que se
inscribe —como son su ubicación geográfica, las limitaciones de su inmueble, los
presupuestos restringidos, la falta de continuidad a los proyectos de mediano plazo
o la resistencia natural a la creación de nuevas dinámicas de trabajo— podrían no
resultar las idóneas para iniciar un proyecto con jóvenes.
A manera de conclusión
La realización de estudios de públicos desde metodologías documentales, nos brin-
da nuevas formas de pensar el museo y a sus potenciales públicos desde diferentes
perspectivas, aplicando revisiones de casos de estudio de otros países, como la que
se presenta en este texto. Con ello se amplían las posibilidades para que los museos
puedan atraer a nuevos públicos; sin embargo, es muy importante tomar en cuenta
que al hacer traducciones o versiones locales de los proyectos de otros países, se
requiere hacer una revisión del contexto y pertinencia del museo en particular, así
como de la misión y visión que la institución tenga.
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un grupo de asesores adolescentes en el Museo de Arte Carrillo Gil. (Tesis de
Maestría). Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Ma-
nuel Del Castillo Negrete” del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Resumen Abstract
El presente texto muestra un método y técnica de This text presents a method and an observation
observación: la metodología observacional, para ana- technique: observational methodology, to analyze
lizar las dinámicas de interacción social guía-visitante the guide-visitor social interaction dynamics in
en escenarios naturales como los museos y centros natural stages, like museums and science centers
de ciencias (mcc), con el objetivo de conocer cómo se (mcc) with the aim of learning about how they
comportan y qué papel desempeñan los actores invo- behave and what role the actors in this stage play.
lucrados en estos escenarios. Asimismo, se propone la Likewise, it proposes the construction of a system
construcción de un sistema de categorías (sc) ad hoc of bespoke categories (sc) that can be used as an
que pueda utilizarse como instrumento de evaluación instrument of evaluation and research method to
y método en investigaciones para cuantificar y cualifi- quantify and qualify the existence and develop-
car la existencia y desarrollo de patrones conductuales ment of behavioral patterns in guides, to foster
en los guías, para propiciar experiencias significativas meaningful experiences for audiences.
en el público.
165
Estudios sobre públicos y museos
Introducción
En los trabajos e investigaciones revisados acerca de las interacciones sociales que
ocurren en los museos, están los que se llevan a cabo entre guías1 y visitantes, y los
estudios versan en torno a cómo esas interacciones pueden llegar a ser significa-
tivas para el público. Los guías tienen la encomienda, entre otras tareas, de “hacer
notar” todo aquello que los visitantes no reconocen o es evidente en las exposi-
ciones acerca de la ciencia (Gomes da Costa, 2016). Lo anterior se ha reconocido a
través de observaciones, a partir de las cuales se ha planteado que los guías ayudan
a clarificar las ideas de la ciencia en las exhibiciones, sin que ello implique en los
visitantes tener un conocimiento previo del tema. Por ello, el público los reconoce
como personas cercanas a la ciencia y a los científicos.
1
La palabra guía es el nombre genérico con el que se conoce a los sujetos a quienes se les capacita ex profeso
para interactuar cara a cara con los visitantes en los museos.
y “medir”. Por ende, la idea central de este texto nace de la necesidad de mostrar
un método de observación rigurosa, sistemática y confiable para determinar qué
conductas de la interacción guía-visitante podrían ayudar a entender la dinámica
social que ocurre en los mcc.
Esto hace que se privilegie el espacio físico, sobre el espacio onírico o el espacio cog-
noscitivo, dentro de los llamados de la acción simbólica en el museo (Annis, 1986).
Al final, el espacio físico o pragmático, como lo denomina Annis, se reduce al mon-
taje de exposiciones con exhibiciones interactivas que, en muchas ocasiones, no
cumplen con el objetivo para el cual fueron diseñadas: la presentación de un tema
científico. Este propósito incumplido es minimizado y termina por resolverse con la
intervención de los guías, quienes a través de la interacción cara a cara y recursos
discursivos compensan las explicaciones que la exposición por sí misma no ofrece.
De esa manera, en la mayoría de los mcc que he observado en México y algunas otras
partes del mundo, se considera a los guías como comodines que pueden suplir el
2
En este texto, cuando se haga referencia a los museos y centros de ciencia, se escribirán las siglas mcc.
3
Una manera de establecer un diálogo diferente con los visitantes y mostrar las otras caras de la ciencia y sus
valores desde la comunicación pública de la ciencia, es a partir de pensar en la etiqueta AEIOU, la analogía
vocal de las siglas en inglés de: “Awareness of science (conocimiento científico); Enjoyment or other affec-
tive responses to science (el placer o respuestas de tipo emocional hacia la ciencia); Interest in science; the
forming, reforming or confirming of science-related Opinions (or attitudes) (interés por la ciencia con la fi-
nalidad de cambiar de actitudes o tener opiniones); y Understanding of science (comprensión de la ciencia)”
(Burns, 2003: 190).
Lo anterior revela que uno de los objetivos institucionales de la mayoría de los mu-
seos, “acercar a la gente no especializada al mundo de la ciencia para mostrarles
que esta forma parte de su vida cotidiana”, no ha correspondido con la realidad,
porque sigue fomentándose en los visitantes la participación uno a uno y en solita-
rio derivado de la manera cómo se diseñan las exposiciones.
171
Estudios sobre públicos y museos
mientos se identificó como una unidad conductual, susceptible de medirse para en-
contrar constantes e identificar patrones conductuales. En suma, a través de cada
unidad, podría ver cuadro a cuadro las interacciones sociales guía-visitante como si
fueran fotografías.
entre otros factores. La cuestión es: ¿cómo hacerlo de manera sistemática para re-
coger datos que posibiliten el análisis de conductas, patrones y secuencias?
Una respuesta fue la Metodología Observacional (mo), un método y técnica para re-
cabar, analizar y evaluar4 las conductas de los individuos in situ. Más allá de tomar
notas en una bitácora, se trata de la medición de unidades de conducta delimita-
das que pueden transformarse en frecuencias de ocurrencia (Anguera, 1991; San-
toyo y Espinosa, 2006). Por consiguiente, la mo se “caracteriza por estudiar in situ, el
comportamiento individual o social de los organismos, preservando su naturaleza
espontánea, cotidiana y continua a lo largo del tiempo” (Santoyo y Espinosa 2006:
52) para registrarlos y cuantificarlos y así analizar sus relaciones de secuencialidad,
asociación y covariación (Anguera, 2011).
La observación como técnica necesita recabar datos y/o información de las conductas,
4
Evaluar, en este apartado, se refiere a la forma en que los datos conductuales que se obtienen a partir de la
observación de los sujetos, permite el análisis e interpretación de los mismos.
El diseño metodológico
En esta investigación se siguió una estructura clásica de diseños metodológicos ob-
servacionales a partir de tres criterios: 1) unidades del estudio; 2) temporalidad; y
3) dimensionalidad (Anguera 2011). Las unidades del estudio5 (unidades obser-
vadas), con dos posibilidades, unidades ideográficas y nomotéticas. Ideográficas,
cuando actúa solo una unidad, ya sea un participante, una diada o varios partici-
pantes. Nomotético, cuando existe una pluralidad de unidades e interesa el estudio
de cada una de manera independiente. En nuestro caso es ideográfica, porque la
5
Las unidades de estudio no deben confundirse con los participantes del estudio.
6
En este estudio la unidad de observación está constituida por episodios: “Un episodio es un periodo de
tiempo durante el cual un individuo o grupo de individuos están ocupados con una determinada tarea o
persiguen una meta común” (Schoenfeld, 1985: 29, en Wilson, 1993).
7
Es importante señalar que el cruce de los tres criterios, idiográfico vs. nomotético, puntual vs. seguimiento y
unidimensional vs. multidimensional, arroja ocho combinaciones, que corresponden a los ocho diseños ob-
servacionales, que pueden utilizarse según sea la pregunta que se quiere resolver y son: I/P/U, I/P/M, I/S/U,
I/S/M, N/P/U, N/P/M, N/S/U, N/S/M (Anguera, 2011).
En función de lo anterior se siguieron estos pasos (figura 4): 1. Datos sin analizar
exhaustivamente: es la información que contienen las grabaciones en audio y vi-
deo, y después se analiza en distintos niveles. El objetivo es reducir y recoger datos
para obtener registros narrativos. 2. Registro narrativo: son cada una de las sesiones
2. Mostrar MOS
3. Nombrar NOM
4. Comprobar COM
5. Contrastar CON
Preguntar
8
El trabajo puede recuperarse en el siguiente enlace: http://oreon.dgbiblio.unam.mx/F/9XCCRF6N11VT5Y
JBPBB9RF98FBR5DQ4QIRTCIPMP28YESJPN75-68347?func=full-set-set&set_number=016666&set_
entry=000001&format=999
Introducir el nombre de la autora "Patricia Aguilera Jiménez" y seleccionar la categoría "sustentante"
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9
Algunos autores se refieren a este tipo de validez con el nombre de validez de contenido, pues la definen
como la representatividad o adecuación muestral del contenido que se mide con el contenido del universo
(Kerlinger, 2002). Para validar las conductas, los expertos fueron elegidos porque tienen la característica
de haber sido guías durante más de 15 años en los museos de ciencia: Museo Universum, Museo de la Luz
(ambos museos de ciencia de la unam) y el Museo Trompo Mágico, en Jalisco.
10
Para este estudio se obtuvo una concordancia entre observadores, es decir, se evaluaron los acuerdos y
desacuerdos. Este punto siempre se ha acompañado de “duras y virulentas controversias, no solo por la
incidencia de diversos factores que le acompañan, sino en su concepto y estadísticos que suministran datos
al observador” (Anguera, 1988, p. 94).
11
Se define como la proporción de acuerdos observados (po), corregida por los acuerdos aleatorios (pc) que
arroja un índice de concordancia más riguroso. Los valores del índice Cohen son: < 0, sin acuerdo; 0 a 0.2
insignificante; 0.2 a 0.4 bajo; 0.4 a 0.6 moderado; 0.6 a 0.8 bueno; 0.8 a 1 muy bueno.
A este respecto los autores mencionan: “[...] puede ser que no encontremos una razón teórica para utilizar la
12
codificación por intervalos; sus méritos son todos prácticos. Requiere solo lápiz, papel y algún instrumento
simple como temporizador. No se precisa de medios electrónicos sofisticados u ordenadores. Además [...]
en ocasiones los observadores encuentran más fácil categorizar intervalos para identificar más fácil cuándo
empiezan los eventos codificables” (Bakeman y Gottman, 1989: 89).
2. Organiza- Describir la
ción de la ac- forma en la
tividad desde que el museo
la práctica establece el
del escenario procedimiento
natural en el de cómo de-
museo. ben realizarse
demostracio-
nes científicas.
Conclusiones
Una de las bondades de haber elegido la metodología observacional para el análisis
de las interacciones guía-visitante en escenarios naturales como los mcc, ha sido el
soporte técnico y científico a la dura crítica que se hace a este tipo de investigaciones
—los estudios observacionales de conductas en contextos naturales—. No obstante
esta situación, cada vez más países con una mayor tradición en realizar estudios de
visitantes en escenarios para la comunicación pública de la ciencia, como los mu-
seos de ciencia, planetarios, acuarios, jardines botánicos, talleres de ciencia, ferias de
ciencia, entre otros, aprecian los avances del campo metodológico al utilizar estrate-
gias que permiten tener un rigor en la forma de observar las interacciones sociales.
En ese sentido, analizar las conductas de los guías permitió detectar la existencia de
patrones de conducta que no son directamente perceptibles para obtener patrones
secuenciales útiles para comprender los procesos y dinámicas sociales que ocurren
en estos lugares. Lo anterior nos ha dado las primeras piezas del rompecabezas de los
“mapas” conductuales, y así objetivar la forma en que cada una de estas repercute en
otras cuando se vive la experiencia de visitar estos espacios.
Referencias
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ticipación de los visitantes: el caso del Museo de la Luz. En S. Herrera-Lima y
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Aguilera-Jiménez, P. (2017). Los guías de los museos de ciencia como mediadores en
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Siglo xxi Editores.
Burns, T. W., O' Connor, T. W. y Stocklmayer, S. M. (2003). Science Communication: a
Resumen Abstract
Observar el comportamiento de las familias ha sido Observation of family groups has been a constant
una constante en la investigación de los estudios de in research for visitor studies interested in learning
visitantes que se interesan en conocer este perfil por about this profile through observation in museums
medio de la observación en los museos y espacios de and informal learning spaces. Currently, museum
aprendizaje informal. Actualmente los profesionales professionals are focused in studying the complex-
de museos están enfocados en estudiar la comple- ity of their interactions to understand the way they
jidad de sus interacciones para comprender de qué construct meanings as they go through exhibitions.
manera estos grupos construyen significados al re- To analyze the path of a family group requires ob-
correr sus exposiciones. Analizar el recorrido de un servation of several individuals at once, so video
grupo familiar requiere observar a varios individuos as a tool allows to reach levels of detail that could
al mismo tiempo y el video como herramienta per- not be achieved by direct observation, but once
mite alcanzar niveles de detalle a los que difícilmen- video ensures access and storage to visitor walks,
te se podría acceder con la observación directa. Pero where do we begin the analysis of a family path?
una vez que el video nos asegura el resguardo y What aspects should we consider as we observe the
acceso a los recorridos de los visitantes, ¿de dón- behavior of a family in an exhibition, following the
de partimos para analizar un recorrido familiar?; walkthrough really helps us measure family learn-
¿qué aspectos debemos considerar al observar el ing? This article contributes some answers to these
comportamiento de una familia en una exposi- questions through the description of a case of sum-
ción?, ¿el seguimiento de recorridos en realidad mative evaluation that integrates video observation
nos ayuda a medir el aprendizaje familiar? Este ar- in its research method.
tículo contribuye con algunas respuestas a estas
interrogantes, mediante la descripción de un caso
de evaluación sumativa, que integra la observa-
ción en video en su método de investigación.
188
Estudios sobre públicos y museos
Introducción
Este artículo tiene como propósito exponer parte del trabajo de titulación realizado
para obtener el grado de Maestría en Museología por la Escuela Nacional de Conser-
vación Restauración y Museografía (encrym).1 Dicho trabajo consiste en una evalua-
ción sumatitva de la exposición temporal Tras las huellas del jaguar que se presentó
de marzo a diciembre del 2014, en la antigua estación del tren del Zoológico de Cha-
pultepec de la Ciudad de México. Esta investigación tiene un enfoque mixto porque
más que buscar una muestra representativa de la numerosa afluencia de visitan-
tes que caracteriza a este zoológico, se propone comprender la naturaleza de una
visita familiar, para detectar el cumplimiento de los objetivos sugeridos de apren-
dizaje sobre el jaguar y su conservación en México; y, de esta manera, valorar su
desempeño exclusivamente en este perfil de visita tan recurrente.2
Los avances que comparto están enfocados en una sola de las técnicas empleadas:
la observación a través de video de los comportamientos de 24 familias durante
su visita a esta exposición. En primer lugar, me interesa dar un breve panorama
del estado de la cuestión relacionado con la observación como técnica de inves-
tigación para el estudio del aprendizaje familiar en museos, retomando solo los
elementos teóricos clave que contribuyeron en el análisis de las observaciones.
En segundo lugar, considero necesario describir a grandes rasgos la metodología
de investigación que fue utilizada, con el propósito de dar un mayor contexto a lo
aquí presentado. En tercer lugar, me enfoco en el análisis de la información con
base en la observación en video sobre los comportamientos de las familias que
participaron en esta evaluación. En cuarto lugar, describo los resultados obtenidos
1
El trabajo de titulación se llama: Aprendizaje, familias y evaluación en la exposición temporal: Tras las hue-
llas del jaguar, Zoológico de Chapultepec, 2014. Bajo la dirección de la Maestra Leticia Pérez Castellanos.
2
En 1998 la psicóloga Lucy Reidl detectó que la modalidad de visita que predominaba en el Zoológico de
Chapultepec (96%) eran grupos de familias (esposa, hijos y hermanos) con cinco integrantes; además, los
describió de clase media baja, cuya motivación de visita eran el esparcimiento y descanso.
190
Estudios sobre públicos y museos
Estado de la cuestión
La evaluación del aprendizaje de las familias es un tema que cuenta con numerosas
referencias en la literatura de museos. Durante más de treinta años de trabajo, la
manera en que se ha enfocado el estudio de la familia en el museo ha tenido etapas
de transición.
¿Qué se ha dicho sobre aspectos útiles a observar, relacionados directamente con es-
tudios de familias en museos?
Sobre los comportamientos observables de interacción en las familias relacio-
nados con el aprendizaje, Hilke (1988) afirma que las familias funcionan como
un sistema de aprendizaje porque llegan al museo con recursos propios que han
desarrollado durante años a lo largo de su vida familiar, los cuales utilizan de forma
espontánea dentro del museo; esta autora sugiere que las familias recurren a dos
estrategias para la exploración de una exposición. 1. Las estrategias personales,
que se refieren a comportamientos autónomos, es decir, que no requieren la aten-
ción de otra persona para tener éxito; consisten en recolectar de primera mano
información de la exposición (buscar, leer o manipular); obedecen a intereses
personales de aprendizaje y pueden tener lugar en presencia de otros miembros
de la familia. 2. Las estrategias de cooperación, las cuales sin importar qué tan
individual sea la búsqueda de información, la experiencia social es inevitable; los
individuos son influidos por la presencia de otros miembros de la familia, ya que
de manera requerida o espontánea los integrantes del grupo intercambian expe-
riencias a través de comportamientos, como pedir información, hacer declaracio-
nes o responder.
Por otro lado, el proyecto de investigación pisec (Borun et al., 1998), buscó una co-
rrelación entre el comportamiento observable de las familias y un aprendizaje me-
dible. En su primera fase se definieron tres niveles de aprendizaje: identificación,
descripción, interpretación-aplicación. Estos tres niveles de aprendizaje fueron re-
lacionados con cinco comportamientos definidos como indicadores de desempe-
ño: preguntar, responder y comentar-explicar, leer en silencio y leer en voz alta. La
autora afirma además que las familias que alcanzaron niveles altos de aprendizaje
permanecieron más tiempo en las exhibiciones.
3
El índice de velocidad de barrido no se puede aplicar a este estudio porque aunque hay 56 visitantes adul-
tos en el grupo de familias, no se realizaron conteos de tiempos individuales, con excepción de las paradas
especiales.
Además, afirma que la primera motivación para poner atención es el valor perci-
bido en el elemento que se exhibe; es decir, el visitante de manera consciente o
inconsciente establece una relación de utilidad-satisfacción que dicho elemento le
ofrece (por ejemplo un objeto, un interactivo o un cedulario), a cambio del tiempo y
esfuerzo que le implica acceder a él (porque está lejos, porque es difícil de entender
o por la extensión del texto). Es por ello que observar la manera en que los visitan-
tes, o en este caso las familias, recorren o circulan en una exposición también nos
puede ofrecer información importante; por ejemplo, sobre los elementos que les
resultan más atractivos y que por lo tanto tienen más posibilidades de facilitar el
aprendizaje sobre los contenidos de la exposición.
Con esta revisión de la literatura se detectaron cuatro aspectos clave a observar, los
cuales son:
Este artículo, además de identificar estos cuatro aspectos clave para observar y ana-
lizar los recorridos de los visitantes, propone un método para sintetizar los recorri-
dos de un grupo familiar ya que los seguimientos de recorridos regularmente se
hacen a individuos y no a grupos, pues la observación directa dificulta seguir a varios
individuos al mismo tiempo; sin embargo, esto es algo posible con la observación en
Metodología de evaluación
La evaluación sumativa para esta exposición tuvo como propósito valorar en qué
medida la exposición cumplía con los objetivos sugeridos de aprendizaje sobre el ja-
guar y su conservación en México, en las familias que la visitan, con el fin de mejorar
el desempeño de este programa educativo. Los objetivos de aprendizaje correspon-
den a cuatro temas de la exposición: Características naturales de la especie; Pre-
sencia del jaguar en nuestra cultura; Conservación del jaguar en bosques y selvas;
Bienestar de los jaguares en los zoológicos (figura 2).
197
Estudios sobre públicos y museos
4
Para quienes deseen saber más sobre esta técnica pueden consultar: Adelman, L. M., Falk, J. H. y James,
S. (2000). Impact of National Aquarium in Baltimore on visitors' conservation attitudes, behavior, and
knowledge. Curator: The Museum Journal, 43 (1), pp. 33-61.
199
Figura 4. Ubicación de las cámaras de video.
200
Estudios sobre públicos y museos
Dibujo de jaguar
Registro de conversaciones
Mapa de significado
Registro fotográfico de la familia
personal
b) Cronograma de trabajo
17-20 Julio 24-27 Julio 31-3 Agosto 7-10 Agosto 14-17 Agosto
(piloto) (piloto) (piloto) (estudio) (estudio)
Jueves Jueves Jueves Jueves Jueves
10-15 hrs. 10-15 hrs. 10-15 hrs. 10-15 hrs. 10-15 hrs.
30 24 24 24 38
Análisis de la información
¿Cómo analizar la interacción de las familias durante su recorrido?
Anteriormente se ha mencionado que las familias utilizan estrategias individuales
y cooperativas para explorar la exposición (Hilke, 1988). Estos conceptos fueron un
punto de referencia importante del cual partí para comenzar a desarrollar un lista-
do de posibles comportamientos a observar en los recorridos. Sin embargo, tam-
bién consideré necesario consultar otros textos para comparar cuáles habían sido
los comportamientos observados en otras investigaciones (Borun et al., 1998; Cho-
ya, 2008; Benlloch y Williams, 1998; Studart, 2000) y completar la lista. Beaumont
(2004) afirma que las categorías de codificación del comportamiento observable
son diferentes en cada autor a pesar de enfocarse en temas similares; no hay sis-
temas de medición estandarizados que puedan ser usados de manera similar por
diferentes observadores. De manera que cada investigador elige sus códigos de ob-
servación según las necesidades o intereses de su investigación; también es común
que los autores retomen y adapten códigos de observación desarrollados y generen
un sistema de codificación nuevo.
Por otro lado, es evidente que las familias además de mostrar comportamientos in-
dividuales o grupales de interacción, en la exposición demuestran comportamientos
sociales, los cuales no pueden ser ignorados porque están intercalados con sus es-
trategias de interacción y de manera indirecta influyen en su recorrido; lo queramos
o no, estas estrategias de convivencia forman parte de las cualidades de una visita
familiar y por lo tanto no pueden ser simplemente excluidas. Dierking (1989) hace
referencia a estos comportamientos al decir que las familias ven a los museos como
espacios de aprendizaje, pero también como espacios sociales en donde pueden
hacer algo como familia y por ello llevan a cabo una variedad de actividades de ges-
tión social como disciplina, alimentación, chequeo de los niños, etc. Tener en cuenta
todos los aspectos de su recorrido refleja en sí una postura de inclusión.
205
Estudios sobre públicos y museos
Durante este proceso fue necesario desarrollar una serie de conceptos que sirvieron
como guía para unificar los criterios que se aplicarían en todos los recorridos. Esto
no fue tan sencillo, hubo un proceso de reflexión y revisión constante; los conceptos
utilizados fueron:
Parada grupal. Lugares en donde dos o más de los integrantes del grupo rea-
lizan algún comportamiento de interacción colectiva relacionada con los ele-
mentos de la exposición durante un mismo periodo de tiempo superior a dos
segundos; su duración se cuenta desde que el primer integrante comienza la
interacción (se detiene con las dos plantas de los pies puestos sobre el piso,
cabeza en dirección hacia el elemento expositivo) hasta que el último la ter-
mina. Las señalo con números.
en el diagrama con un círculo pequeño; estas paradas son alternas a las para-
das familiares y su duración no se suma al tiempo del recorrido familiar.
Con una línea continua se unieron cada una de las paradas tratando de respetar
la dirección del desplazamiento del grupo; como no todas las familias entran y sa-
len de la exposición como un grupo cohesionado, se usó una línea punteada para
señalar la parte del recorrido en el que alguno (s) de los integrantes no estaban
dentro de la exposición (figura 6). A la par de la elaboración de estos diagramas, se
registró el tiempo para cada parada grupal, parada social, parada especial y el tiem-
po total de permanencia (desde que el primer visitante entra hasta que el último
sale); asimismo se hicieron relaciones de tiempo frente a cada elemento expositivo
(objetos de la colección, cedularios, videos, objetos manipulables o gráficos ante-
riormente descritos) (tabla 2).
208
Estudios sobre públicos y museos
1.15%
7.11%
Paradas grupales
13.32% Paradas sociales
Paradas especiales
Desplazamiento
65.97%
Figura 7. Distribución de comportamientos. Más de la mitad del tiempo promedio que una
familia permanece en la exposición lo dedican a estrategias de interacción social.
8.8%
Coversaciones
Lecturas sociales
52%
39.2% Lecturas especiales
211
Estudios sobre públicos y museos
Los seis lugares con mayor poder de retención fueron determinados por el mayor
tiempo invertido: Ruleta características del jaguar (1', 28"), Objetos de enriqueci-
miento (54"), Jaguares pintos y negros (52"), Pantalla características, Pujadera o ron-
cadera, gráfico. El valor del jaguar en México (los tres con 41"), Pantalla conservación
(39"), Tantos nombres como manchas (38").
Es importante aclarar que los resultados presentados en el presente artículo son pre-
liminares, pueden tener ligeras variaciones una vez concluido el trabajo de titulación.
214
Estudios sobre públicos y museos
Algunas de las exhibiciones con mayor éxito en su poder de atracción o retención, así
como de comportamientos de aprendizaje, coinciden con las cualidades de exposi-
ciones amigables con las familias (Borun et al., 1998). Elementos expositivos como
Jaguares pintos y negros, La mordida más poderosa, Objetos de enriquecimiento y
Ruleta características del jaguar, ofrecían la oportunidad de agruparse alrededor, de
interactuar varios integrantes a la vez, de ser cómodos para niños y adultos, de fo-
mentar la discusión entre ellos, y retaban a distintos estilos y niveles de aprendizaje, o
se podían asociar con conocimientos o experiencias previas. Todo ello, al parecer, fue
más significativo para las familias.
El uso de video, además de ser un buen apoyo para llevar a cabo el registro de las
observaciones porque se pueden consultar las veces que sea necesario, ofrece la
oportunidad de detectar y corroborar detalles que no son percibidos a simple vista,
pero que son relevantes para la investigación. La observación como técnica de in-
vestigación que se apoya en una grabación de video, ofrece todas las cantidades o
las cualidades que el interés del investigador se proponga observar.
Por ejemplo, en este trabajo se detectaron ciertos patrones de interacción que aun-
que no parecían relevantes a simple vista, sí contribuían a definir la personalidad
de cada grupo familiar y el carácter de los recorridos, por lo cual se consideran im-
portantes para este estudio. La interacción entre miembros de la familia durante su
visita a una exposición ha sido motivo de discusión para numerosos autores (Dia-
mond, 1986; Hilke, 1988; Dierking, 1989; McManus, 1995; Swartz y Crowley, 2004).
En la literatura se percibe un interés por tratar de establecer lo que Cone y Kendall
(1978) llaman "patrones de interacción" entre los integrantes de la familia, los cua-
les puedan ayudar a delinear y de cierta forma tratan de predecir el comportamien-
to de las familias para lograr que el diseño de las exposiciones sea más eficiente en
cuanto al aprendizaje de grupos familiares.
Los padres de bebés o niños pequeños de entre 1 y 3 años de edad, tienden a recorrer
la exposición de manera individual; ocasionalmente intercambian comentarios en-
tre ellos o se reúnen en algunos puntos; no demuestran muchos comportamientos
de mediación con los pequeños aun cuando los llevan en brazos. A diferencia de los
padres con niños de entre 4 y 7 años, en donde su papel de mediadores es claramen-
te visible, se perciben como una familia integrada y difícilmente se separan; suelen
En las familias cuyos padres tienen hijos en distintas etapas, generalmente niños con
hermanos adolescentes o jóvenes (13-20 años), las cosas cambian. Los niños son los
que se tienen que integrar a un ambiente de adultos y competir por la atención de
sus padres, quienes ya no están enfocados solo en ser mediadores; incluso el moni-
toreo se reduce porque la prioridad de los padres en esta etapa de su vida familiar es
satisfacer intereses personales sobre los contenidos de la exposición. Los hermanos
mayores ocasionalmente interactúan con los niños, pero están más interesados en
explorar e intercambiar comentarios con sus padres.
El comportamiento de los padres más que estar determinado por la edad de los
niños presentes en el grupo, está determinado por el grado de madurez que el gru-
po ha alcanzado en su vida familiar; esta etapa determina los patrones de interac-
ción —en y con la exposición— que los padres asignan a sus hijos, los cuales son
independientes a la presencia de otros integrantes de la familia extendida que los
acompañen. En general los hijos menores se deben adaptar a estos patrones aun
cuando no correspondan a su edad; deben de competir con sus hermanos mayores
por la atención de sus padres y desarrollar habilidades para integrarse en el grupo.
Cuando fueron los tíos los que acompañaban a una familia nuclear, ellos demos-
traron respeto por el patrón de interacción que mantuvieron los padres, fueron
atentos con la seguridad de los niños, con frecuencia los tomaron de la mano pero
no buscaron ejercer un papel de enseñanza o mediación con ellos aunque los pa-
dres no estuvieran cerca; más bien procuraron satisfacer sus propios intereses so-
bre lo que la exposición les ofrecía, continuamente se adelantaban o retrasaban
para explorar de manera individual la exposición y esto no cambio incluso cuando
tuvieron a sus sobrinos tomados de la mano; ocasionalmente leyeron para el gru-
po, pero no se dedicaron a la enseñanza de los niños con el mismo interés como
lo hicieron los padres.
Por su parte Briseño-Garzón (2010) asegura que la participación de los abuelos, so-
brinos y otros parientes adultos o jóvenes en la crianza, educación y aprendizaje de
los niños, es positiva porque fomenta la convivencia y con ello el aprendizaje, tanto
de los contenidos de la exposición, como de aspectos socioculturales que definen
la identidad de los niños. Por ello una visita al museo es una oportunidad para que
los niños aprendan a negociar con los intereses de todos los miembros de la familia.
Como se puede apreciar, hasta el momento el interés por estudiar los patrones de
interacción familiar se ha dirigido principalmente a las interacciones nucleares con
especial énfasis en la manera en que los padres enseñan a sus hijos sobre los con-
tenidos de las exposiciones y cómo ellos responden a los propósitos de sus padres.
Esto, como se dijo anteriormente, quizá se debe a que la enseñanza es resultado de
la interacción espontánea entre aquellos que han estado en la tarea de aprender
juntos por muchos años (Hilke,1988).
Es probable que cuando los primos, tíos, abuelos, parejas u otros miembros de fa-
milia extendida comparten la visita con una familia nuclear, la intimidad de la en-
señanza paterna se vea afectada, pero no por ello la interacción se desvanece; por el
contrario, se nutre y surgen nuevas oportunidades de aprendizaje para todos los in-
tegrantes del grupo, aprendizajes relacionados tanto con los contenidos de la expo-
sición, como de las posibles experiencias que les pueden ofrecer la convivencia con
los familiares que los acompañan. Quizá por ello aunque hay un menor desarrollo
en la literatura sobre las interacciones extendidas, se puede notar una tendencia a
relacionarlas con aspectos menos cognitivos y más sociales. Los patrones de inte-
racción extendida son un tema nuevo por explorar que puede aportar información
relevante, para comprender la manera en que su interacción o convivencia influye
en el aprendizaje del grupo familiar y cómo aprovechar esta información para me-
jorar la eficiencia de las exposiciones durante la visita de estos grupos.
Nota: Para la toma de video se informó a los públicos sobre las grabaciones en sala
con un cartel en el acceso de la exposición, mientras que para las grabaciones de
audio personales se obtuvo consentimiento directo de los participantes.
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Resumen Abstract
En este artículo se muestra el trabajo realizado en el This article shows the work conducted in the area of
área de Comunicación Educativa del Museo Nacional Educational Communication in the Museo Nacional
de las Intervenciones, a través del Programa de Estu- de las Intervenciones, through its recently created
dios de Públicos, de reciente creación, a fin de brindar Visitor Studies Program, in order to offer a view of
un panorama de los distintos casos en los que se han the different cases to which visitor studies tools have
aplicado las herramientas de los estudios de públicos. been applied. We will focus particularly on an explo-
Particularmente nos enfocaremos en un ejercicio de ration exercise, based on the curatorial objectives of
exploración, a partir de los objetivos curatoriales the temporary exhibition De vuelta a Columbus. En
de la exposición temporal De vuelta a Columbus. el centenario de la Intervención Norteamericana de
En el centenario de la Intervención Norteamericana 1916 and the opinion of visitors gathered with that
de 1916 y las opiniones de los públicos que se re- objective.
cabaron con este motivo.
224
Estudios sobre públicos y museos
El área de Comunicación Educativa del mni cuenta, desde el 2014, con el Progra-
ma de Estudios de Públicos (pep), concebido como una manera formal de evaluar
la oferta cultural y educativa del museo, pues dentro del archivo del área educati-
va solo se disponía de algunos conteos de públicos en las actividades culturales y
estadísticas de las visitas guiadas, pero de ningún informe que diera cuenta de las
características de los visitantes del museo.
Los estudios de públicos se efectúan desde “un punto de vista amplio” para obtener
un “conocimiento sistemático” (Pérez, 2016: 21). Algunos proyectos colaborativos,
concebidos en el mni, desde este enfoque, son el Estudio de Públicos de la Noche de
Museos 2014, a cargo de la maestra Leticia Pérez Castellanos, de la Escuela Nacional
de Conservación, Restauración y Museografía (ecnrym) y el Estudio Mercadológico
del Museo Nacional de las Intervenciones, realizado por la historiadora Katia Teo-
docio Licona durante 2015 y 2016. Gracias a estas investigaciones, obtuvimos un
perfil de públicos de los eventos culturales, conocimos los atributos que algunas
personas destacan del mni y qué museos de la delegación Coyoacán visitan, entre
otros resultados.
algunos proyectos del pep cuyo alcance se delimitó a corto plazo, así como los objeti-
vos, técnicas empleadas, colaboradores que nos apoyaron y principales aportaciones
que obtuvimos (tabla 1). 1
Evaluación de Indagar sobre Mapeos de Alumnos de la Escuela Se identificó que los escolares
la exposición los referentes significado secundaria No. 49 relacionaban la palabra
temporal La previos que personal Defensores de Churu- “masonería” con “lugar para
masonería en poseen los busco hacer masa” o “fábrica de ma-
la época de la públicos cauti- zos” (entre otras asociaciones)
Independen- vos respecto a
cia (2015) los conceptos Esta cuestión se tomó en
clave pre- cuenta principalmente
sentados por para trabajar en las visitas
el curador1 guiadas
1
Gaspar Hernández Ranulfo, historiador e investigador del mni.
Como se aprecia en la tabla referida, una de las líneas de acción del pep se enfo-
ca en la evaluación de las exposiciones temporales. Estas permiten a los visitantes
del mni adentrarse en temáticas paralelas al discurso museográfico, o bien conocer
cuál es la relevancia de ciertas conmemoraciones históricas. En los siguientes pun-
tos del artículo ahondaremos en un caso: la muestra De vuelta a Columbus. En el
centenario de la Intervención Norteamericana de 1916.
La muestra dedicada a este tema integró ochenta piezas como libros, documentos,
testimonios visuales y sonoros, con la finalidad de rememorar los “escenarios de
la intervención” (Navarro, 2016a: 1) (figura 1). Fue visitada por 40 263 personas de
abril a noviembre del 2016.
Prometo no darme por vencido. Pos como si allí estaban el sacrificio de miles y miles
de mis muchachitos que pelearon y murieron por un ideal al lado de su General
Francisco Villa. Por eso seguimos en la braga. Me duele mucho la sangre que México
derramó por la causa de los pobres. La sangre que esta lucha le costó a mi pueblo. Sé
que mi causa es la justa, la causa de los pobres. He luchado para que en el país haya
justicia. Justicia como yo la entiendo. Que no haya hambre y haya educación para
mis hermanos de raza. Y óigalo bien, seguiré peleando hasta la muerte.2
2
Fragmento del guion General Pancho Villa, interpretado por el actor Ulises Mendoza Jiménez que se presen-
tó los domingos durante la temporada de la exposición conmemorativa de la Intervención Norteamericana
de 1916.
229
Estudios sobre públicos y museos
3
La figura mítica de Pancho Villa como ícono de identidad nacional y masculinidad en México y en la frontera
México-Estados Unidos a través de la literatura y el cine, documento electrónico disponible en <https://
repositories.lib.utexas.edu/bitstream/handle/2152/23474/CHAVEZ-DISSERTATION-2013.pdf?sequen-
ce=1&isAllowed=y>.
Un ejercicio de indagación
Las opiniones de los públicos que acudieron a la exposición temporal fueron recaba-
das a través de un libro de comentarios y la estrategia denominada “Correo Villista”
(figura 2). El objetivo de esta fue propiciar en las personas una reflexión en torno a
Francisco Villa —como personaje central de la Expedición Punitiva—, para identificar
con qué imágenes o asociaciones se quedaban después de apreciar la exhibición. Al
final del recorrido se colocó una cédula con el siguiente texto:
Aunado a ello, se instaló una base para colocar el libro de comentarios y un buzón
para que los visitantes depositaran ahí su parte de guerra. En la cédula también
se encontraba la definición de este concepto: “Escrito breve en el que se describía
cómo había sucedido alguna batalla”.
232
Estudios sobre públicos y museos
Por otro lado, propuso en el guion museológico estas líneas temáticas para el reco-
rrido (Navarro, 2016a: 1, 2):
Temática 1: “Los factores que llevaron a Pancho Villa a ordenar al ataque a Colum-
bus, sus alcances políticos y sus limitaciones prácticas, así como su retirada
estratégica”.
4
La transcripción se presenta de manera literal entre comillas. Se modificaron algunos aspectos como el uso
de mayúsculas y minúsculas, acentuación, puntuación y ortografía para una mejor comprensión del texto.
“Mi general Francisco Villa: hago de su conocimiento que en este siglo xxi que
me tocó vivir aún siguen interviniendo los norteamericanos en las decisiones
que solamente nos competen, pero debido a la actitud permisiva de los actua-
les gobiernos mexicanos”.
“¡Te necesitamos mi general Villa! para limpiar nuestro México de tanto co-
rrupto en el poder”.
“Es maravilloso conocer y recordar un poco de la tenacidad de los antiguos
mexicanos. Hoy en día nos hacen falta líderes como esos para sacar a patadas
a los que enturbian nuestro país. Otro mundo es posible. ¡Despierta, México
libre!”.
“México necesita otro Villa para cambiar la situación económica y política del
país ¡Viva Villa!”.
“Mi general Villa: Le informo que se ha perdido el nacionalismo y que hemos
tenido pésimos gobiernos desde su partida. El pueblo sigue oprimido y sin
oportunidades. Pero estamos listos para rescatar a la nación y seguimos en
espera de sus indicaciones. Villista del 2016”.
A partir de estas opiniones, conformamos una nube con algunos de los epítetos,
atributos y conceptos asociados a Villa (figura 3). Prevaleció la palabra “héroe”;
otras nociones fueron “humano”, “justicia”, “libertad” y “lucha”. De ahí que algunas
personas expresaron que “lo necesitamos” y pidieron que vuelva para “poner orden”
o “salvarnos”:
Lo anterior contrasta con otras conclusiones a las que llegaron algunos visitantes,
quienes apreciaron de manera distinta al “héroe” y “leyenda” de la Intervención
Norteamericana de 1916:
237
Estudios sobre públicos y museos
“Felicidades han permitido con esta exposición mirar a Villa con otros ojos.
Gracias a los investigadores por su dedicación”.
“A pesar de ser bastante breve, la exposición ayuda a la comprensión de un
suceso histórico, a parte, se muestra a Villa como la figura histórica más allá
de cualquier leyenda”.
“Excelente exposición, brinda y nos ilustra sobre una versión más humana del
General Villa, ahora aprecio de manera distinta su valor”.
Cabe destacar que, si bien hemos apuntado que en el imaginario literario y cinema-
tográfico el general de la División del Norte también ha sido asociado con atributos
negativos como ignorante, bárbaro, bandido y sin educación, solamente en un co-
mentario de los 298 registros analizados se señaló lo siguiente: “No fuiste un héroe,
fuiste un criminal, Villa. Una vergüenza para México”.
Además de las categorías que hemos descrito, conformamos otras relacionadas con
las historias de vida de las personas. Por ejemplo:
#Todossomosvilla
Gracias al trabajo cotidiano en Comunicación Educativa, sabemos que los estudian-
tes de secundaria y preparatoria acuden al mni entre semana en compañía de sus
profesores para alguna visita guiada y también suelen realizar recorridos por su
cuenta en parejas o grupos de amigos. Principalmente a partir de los jueves, viernes
y durante el fin de semana, por los pasillos del Ex Convento de Churubusco, resue-
nan las risas y bromas de los jóvenes que interactúan a su manera con el patrimo-
nio que resguarda el museo. En ocasiones, participan en algún taller didáctico para
entretenerse y acuden básicamente para cumplir con alguna tarea escolar.
Este sector fue uno de los que más visitó la muestra De vuelta a Columbus… dado
que las temporadas de mayor afluencia en el mni van acorde con los ciclos escolares
de enero a mayo y de agosto a diciembre. Durante estos periodos, los meses con
mayor registro de públicos son enero y noviembre. Por ejemplo, en enero del 2016
acudieron 23 420 personas y en noviembre, 17 131; en comparación, en ese mismo
año, el mes de menor afluencia fue julio, con 4 241 visitantes, de acuerdo con las
estadísticas brindadas por el equipo de la Subdirección de Seguridad del museo.
¿Cómo expresaron su opinión los jóvenes? A través del Netspeak, que está confor-
mado por palabras, abreviaciones, caracteres especiales, acciones, acrónimos y más
referencias que las personas emplean al comunicarse por medio de internet y otras
comunicaciones digitales.5 Este tipo de lenguaje se aprecia en algunas frases obte-
nidas en el análisis que llevamos a cabo; no se realizó un cruce de información con
datos sociodemográficos (como la edad) que también plasmaron las personas en el
libro de comentarios, pero es posible inferir que fueron jóvenes quienes expresaron
su particular punto de vista:
Al mismo tiempo, realizamos un conteo de los emoticones que plasmaron los jóve-
nes, como signos que representan gráficamente un estado de ánimo. Enseguida se
exponen algunos de ellos, así como frases donde se emplearon:6
5
Véanse https://dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles/netspeak y https://www.urbandictionary.
com/define.php?term=netspeak.
6
Véase http://www.fundeu.es/recomendacion/emoticono-mejor-que-emoticon/.
Así pues, vemos que el Hashtag permitió a los públicos (principalmente jóvenes es-
tudiantes) resumir o abreviar su percepción de la exposición: de los datos históricos
duros a una frase o reflexión concreta.
7
Véase http://www.fundeu.es/recomendacion/etiqueta-mejor-que-hashtag-958/.
Conclusiones
El libro de comentarios puede representar un recurso tradicional en el contexto actual
de exposiciones interactivas y plataformas tecnológicas de los museos. Sin embar-
go, constituye también un “pulso” de las personas que permite evaluar hasta qué
punto se comunicaron de manera clara los objetivos curatoriales a través de los
recursos didácticos y museográficos. En el caso que hemos analizado en este artículo,
apreciamos que las personas identificaron a Francisco Villa como figura principal de
Con la valoración positiva que externaron, los públicos reforzaron la percepción del
Centauro del Norte como héroe popular y leyenda. Incluso, se constató que tuvieron
un “impacto afectivo” (Pérez, 1998: 150) respecto a los contenidos de la exposición,
pues rememoraron anécdotas personales. En este sentido, la estrategia denomina-
da “Correo Villista” cumplió con el objetivo de generar una reflexión más allá de una
opinión. Así pues, los trabajadores de museos damos por sentado que cumplimos
cabalmente con nuestra labor, pero los visitantes siempre tendrán la última palabra
y nos marcarán la pauta para futuros proyectos expositivos.
Agradecimientos
La conformación del pep contó con el respaldo de los directivos del mni, quienes
han demostrado disposición para implementar acciones que mejoren la calidad
de los servicios brindados a los visitantes. Los proyectos de dicho programa se
han desarrollado gracias al trabajo comprometido de los colaboradores de servi-
cio social y prácticas profesionales de instituciones como la Universidad Nacional
Autónoma de México, la Universidad Pedagógica Nacional y la Universidad Au-
tónoma Metropolitana: Andrea Mendiola Hernández, Claudia Alejandra Fuentes
Díaz, Ofelia León Martínez, Ingrid Guadalupe Hernández Gómez, Rebeca Morales
Serrat, Rubí Conde Martínez, Cristina Lourdes Guzmán Pérez, Gustavo González
Palafox, Gustavo Javier Helguera Salas, Jorge Arturo Garibay Ramírez.
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Inédito.
Resumen Abstract
En este artículo se presenta una experiencia de In this article, I present my experience of applying
aplicación de los datos de un estudio de visitantes the data from a Visitors Study into the resolution
para la resolución de un cuestionamiento de orden of a question pertaining museum theory, and the
museológico, y los retos, referentes y resultados sur- challenges, references and results obtained from
gidos de tal ejercicio. Se trata de un esfuerzo deriva- such exercise. The Visitors Study was performed for
do de un estudio interinstitucional en torno a una a Mexican international touring exhibition, and the
exposición mexicana de itinerancia internacional, a results obtained were analyzed through Grounded
partir de cuyos datos de campo desarrollé, con ayu- Theory in order to create a typology of the ways in
da de ejercicios de teorización anclada, una tipología which materiality plays a role in the visitor’s mu-
para visibilizar las diferentes maneras en las que la seum experience.
presencia material de las piezas tiene un papel rele-
vante en la experiencia del visitante.
247
Estudios sobre públicos y museos
Para la recolección de datos, Davidson y Pérez diseñaron el guion para una entrevis-
ta a profundidad semiestructurada, con un cuestionario como guía y con un ritmo
basado en la narrativa del visitante. La mayoría de estas entrevistas fueron conducidas
de manera presencial por Alice Meads, entre dos y seis semanas después de la visita
a alguna de las tres sedes. Las duraciones oscilaron entre veinticinco-treinta minu-
tos y una hora. Mi participación en esta etapa se limitó a la aplicación telefónica
de algunas entrevistas y a la transcripción de muchas de ellas, especialmente de la
sede de Melbourne.
Wellington 23 11 12
Melbourne 23 13 10
Sydney 11 9 2
Seguimiento Wellington 11 3 8
Seguimiento Melbourne 9 4 5
Seguimiento Sydney 5 4 1
La investigación que en este texto presento fue, en suma, un estudio de las narra-
tivas ofrecidas por los visitantes entrevistados, de cuyos discursos intenté destilar
los efectos que tienen en ellos la materialidad y presencia de los objetos expuestos,
y plantear una tipología para abarcar el rango de estas experiencias, lo que en el
1
Si bien en el entorno nacional es más común denominar a esta cultura como mexica, a lo largo de este texto
se utilizará el término aztecas, en congruencia con el título de la exposición y por ser este el término más
difundido y conocido fuera de las fronteras nacionales.
Una de las primeras investigaciones sobre el tema tuvo lugar en Estados Unidos,
con visitantes a nueve de los museos del Instituto Smithsoniano en Washington.
Fue llevado a cabo por Pekarik, Doering y Karns (1999), quienes hicieron un extenso
estudio para conocer las experiencias que los visitantes reconocían como satisfac-
torias, ya fuera antes o después de realizar su visita. Para obtener sus resultados,
estos investigadores llevaron a cabo una encuesta a un total de 2 828 visitantes,
con cuestionarios de opción múltiple. A partir de este universo destacaron diversos
tipos de experiencias que los visitantes reportaron como satisfactorias, las que a su
vez se resumieron en cuatro grandes categorías: experiencias objetuales, experien-
cias cognitivas, experiencias introspectivas y experiencias sociales.
Del estudio detallado que hicieron de sus resultados se desprende que el perfil del
visitante tiene un papel fundamental en el tipo de experiencia que reconoce como
más satisfactoria. Hubo, por ejemplo, visitantes más inclinados a disfrutar la recep-
ción de información novedosa o la ampliación de su comprensión sobre un tema, lo
cual los decantaba por el campo de las experiencias cognitivas; otros preferían ver
objetos auténticos, o notorios por su belleza y, por lo tanto, citaban más frecuen-
temente las experiencias objetuales. En la mayoría de los museos las experiencias
objetuales fueron las predominantes en la elección de los entrevistados. Los auto-
res encontraron también que el perfil del tipo de experiencia satisfactoria era con-
gruente con todos los visitantes de cada museo; es decir, cada museo tiene un tipo
de experiencia que ofrece, en virtud de su misión y su colección, y los visitantes que
acuden lo hacen con una expectativa de satisfacción definida de antemano por los
perfiles institucionales.
Publicado unos años después, pero basado en una investigación de tesis de maes-
tría de 1998, un aporte relevante desde el campo mexicano es el de María Olvido
Moreno Guzmán, cuyo libro Encanto y desencanto. El público ante las reproducciones
en los museos: tres casos del Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México
(2001), se fundamenta en un estudio de público y una semblanza histórica de las
reproducciones de objetos en museos de México. En él, Moreno analiza las reaccio-
nes de los visitantes mexicanos ante tres reproducciones en el Museo Nacional de
Antropología (mna), ubicadas en las salas Mexica, Maya y Culturas de Oaxaca, y se
pregunta las razones detrás de la existencia de las reproducciones. El suyo es un
análisis que se interesa directamente en la historia y potencial de la materialidad
en el museo, si bien limitado al entorno de las réplicas.
2
Véase https://sic.cultura.gob.mx/publicaciones_ep.php.
3
Véase http://www.estudiosdepublico.inah.gob.mx/.
Hasta este punto, todos los estudios citados se han tratado de acercamientos a visi-
tantes para evaluar sus respuestas ante una exposición o museo ya establecido. En
contraste, recurrí a la consulta de un artículo sobre los textos enfocados en objetos
en el Museo Británico, en el que miembros del equipo de interpretación (Batty et al.,
2016) evaluaron el éxito de una iniciativa que ellos tomaron para aumentar el invo-
lucramiento de los visitantes con los temas de una sala.
Su premisa fue que los visitantes al museo esperan una cierta satisfacción emo-
cional, intelectual y estética, a partir de una narrativa coherente (ibidem: 73). El
principal proveedor de estas satisfacciones es el objeto, percibido como contador
4
Es decir, se concentró en la experiencia vivida y expresada por los sujetos para llegar a las descripciones del
fenómeno (cf. Latham, 2013: 5-6).
Las frases compartidas por los entrevistados fueron codificadas de esta manera, y
del mapa resultante pude distinguir dos grandes grupos: por un lado, experiencias
de encuentro que detonaron reacciones relacionadas con la lógica y el conocimien-
to de una cultura; por el otro, los encuentros que rebasan el contenido curatorial
propuesto en la exposición y toman un carácter más emotivo, con una relevancia
más cercana a la persona que observa.
Dentro del primer grupo están las experiencias detonadas a partir de la valoración
estética de las piezas, su apreciación por las combinaciones y sumas entre objetos
contiguos, expresiones de comprensión debidas a la comparación de lo observado
con objetos familiares y, por último, las deducciones alcanzadas a partir de la ma-
teria. Entre las reacciones despertadas, estas últimas fueron las más estimulantes,
pues en ellas estaba implícita la emoción particular del visitante al poder llegar de
manera personal a una conclusión acerca de la naturaleza histórica de la pieza, o las
características culturales y sociales del grupo que la elaboró. Presento un ejemplo:
ser completamente extraño, por lo que fue bueno que estuviera ahí. Porque te daba
la sensación de entender que debe haber sido bastante impactante ver a alguien
usándolo, y el casco del caballo también; eso era muy raro. Era realmente horrible,
era espeluznante ver la armadura de ese caballo. Y luego ver en el mismo cuarto la
armadura y las plumas y los palos que los aztecas tenían, y cómo eso era completa-
mente… Sí, eso nunca iba a funcionar, ¿verdad?
E. (visitante de Sydney).
Las cosas que creo que no esperaba ver fueron los … pienso que estaban hechos de
obsidiana… los cuchillos de los sacerdotes que, bueno, obviamente ves todas estas
cosas en la escuela, sobre los cuerpos siendo lanzados desde lo alto de la pirámide,
pero el hecho de verme confrontado con los cuchillos reales que la gente usaba para
hacer esto fue… Ciertamente recuerdo eso […]. Aquí está en directo y físicamente...
ya sabes, un objeto real y tangible de una cultura que felizmente mataba a miles
de personas en el nombre de una religión, y hacía rodar sus cuerpos por el lado del
templo (risas). Pues ahí está, eso fue definitivamente la respuesta emocional más
fuerte que tuve ante un objeto.
G. (visitante de Wellington).
Las memorias compartidas por los entrevistados al respecto del impacto del entor-
no o atmósfera fueron tan recurrentes que se volvieron un código independiente
dentro del análisis, difícilmente clasificable dentro de los dos conjuntos simples y
simétricos mencionados líneas arriba, lo que demuestra una vez más la naturaleza
imperfecta e inacabada de las tipologías y, en general, de todo ejercicio de interpre-
tación de la realidad. El otro elemento recurrente en la narración de los visitantes
que no se inclinó a la división radical entre lo racional y lo emotivo fue el de la ex-
periencia sensorial, en la que el efecto del encuentro con un objeto se experimen-
ta de manera física en el cuerpo del visitante, o como una curiosidad puramente
material: son referencias a la solidez, a una memoria que no es únicamente visual,
sino del cuerpo, y la necesidad de experimentar el tocar, explorar texturas, sentir el
volumen y las densidades de las piezas, combinado todo esto con la satisfacción de
que una acción semejante pudo llevarse a cabo con la ayuda de una réplica.
En el proceso de trabajo directo con las narrativas de los visitantes resultaba siem-
pre emocionante encontrar el reflejo casi exacto de algún fenómeno citado por
otros autores en estudios de museos, cronológica y geográficamente alejados de
las sedes de Aztecs… en Australasia. Por ejemplo, los visitantes entrevistados por
Latham describían su encuentro con el objeto “real”, como si se tratara de una per-
sona o ente vivo (2013:13), lo que concordaba con las múltiples menciones de los
visitantes de Aztecs… en cuanto a su sorpresa al poder ver las cosas “in the flesh” (en
carne propia, en persona), como en el caso de la cita de G. de Wellington. Otro punto
de coincidencia entre los visitantes entrevistados en Australia y Nueva Zelanda en
el 2014, y aquellos evaluados por Pekarik, Doering y Karns en Estados Unidos en la
década de 1990, tiene que ver con las maneras en las que el impacto material se
torna en deseo de posesión. Pekarik, Doering y Karns crearon una subcategoría den-
tro de las experiencias objetuales denominada “pensar cómo sería poseer este tipo
de cosas” (1999:157); misma que encontró varias expresiones dentro de mi caso de
estudio, de las que destaco la siguiente:
Hubo un par (de piezas) en las que puedo recordar que dije “¡me gustaría llevárme-
las a casa! Una era la gran pieza que era parte de un muro, que había estado en el
colegio donde educaban a los niños de elite. Es una pieza alta y grande; se sostiene
sola y es muy escultural. Me encantó esa […]. Así que pensé, “sí, no me cabría en el
bolsillo, pero estaría muy bien”.
W. (visitante de Melbourne).
Conclusiones preliminares
Mi propósito en este texto no ha sido el de detallar los resultados obtenidos a tra-
vés de esta investigación, ni mucho menos proponer una metodología particular,
sino el ilustrar mediante esta experiencia el proceso de transformación de los datos
concretos de una investigación colectiva en un cuerpo de información que alimente
una investigación individual, con temáticas que en ocasiones se separan tangen-
cialmente de la intención original de la recolección de los datos. Todo esto con base
en la aproximación inductiva, la metodología cualitativa y la teorización anclada
con apoyo de software especializado.
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ción ‘America’s Museums’, 128 (3), verano de 1999, pp. 163-183.
Hooper-Greenhill, Eilean (2000). Museums and their visitors, Londres: Routledge.
Knell, Simon (2007). “Museums, Reality and the Material World” Museums in the
Material World. Londres-Nueva York: Routledge, pp. 21-28
Latham, K. (2013). Numinous experiences with museum objects. Visitor Studies, 16
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Meads, A. (2015). Aztecs at Our Place: Meaning-Making in an International Touring
Exhibition. (Tesis de maestría), Nueva Zelanda. Museum and Heritage Stu-
dies-Victoria University of Wellington.
Moreno Guzmán, M. (2001). Encanto y desencanto. El público ante las reproduccio-
nes en los museos: tres casos del Museo Nacional de Antropología de la Ciudad
de México. México: inah.
Las referencias de las entrevistas citadas se encuentran en: Davidson, L., Meads,
A. y Camacho Rodríguez, R. E. (s. f.). Aztecs master.nvp, análisis y entrevistas, do-
cumento interno de trabajo. En L. Davidson y L. Pérez Castellanos (investigadoras
titulares). Proyecto: Cultural Diplomacy, Exhibitions, Audiences: A Case Study of
Aztecs. Conquest and Glory in Australasia, Nueva Zelanda-México: Universidad de
Victoria-encrym-inah. Las entrevistas citadas en este trabajo respetan la glosa
original de los entrevistados.
Semblanzas
265
Estudios sobre públicos y museos
nio Nacional, la Agencia Española de Coo- Ha realizado más de tres docenas de pro-
peración Internacional y la Red de Centros gramas interactivos multimedia para mu-
Culturales de España en Iberoamérica, seos. Fue director de la enah y del Centro
entre otras. Asimismo, ha sido conferen- de Tecnología y Medios Educativos de la
ciante invitada en numerosos congresos sep. Introdujo en México la estrategia co-
y encuentros científicos tanto en España nocida como interpretación temática para
como en otros países iberoamericanos la educación patrimonial, a partir de la
como México, Venezuela y Argentina. En- que desarrolló una versión aplicable al
tre sus publicaciones destaca Estudios de contexto latinoamericano: la llamada di-
visitantes en museos: metodología y aplica- vulgación significativa, que ha aplicado en
ciones (Editorial Trea), así como la colabo- el diseño conceptual del Museo de Yaxca-
ración en las relativas al lppm “Conociendo bá y el Museo de Frontera. Ha sido becario
a nuestros visitantes” o “La experiencia de Fullbrigth y Conacyt. En el 2007 recibió el
la visita al museo”, además de numerosos Premio al Académico Distinguido, de la
artículos científicos y divulgativos. Universidad de Nueva Inglaterra, en Aus-
tralia. Perfil Deseable Prodep y miembro
del sni nivel 2. Actualmente es profesor
Manuel Gándara Vázquez del Posgrado en Museología de la Escuela
[email protected] Nacional de Conservación, Restauración y
Museografía del inah.
Doctor en Diseño y Nuevas Tecnologías
por la Universidad Autónoma Metropolita-
na-Azcapotzalco, y doctor en Antropología Leticia Pérez Castellanos
por la Escuela Nacional de Antropología e [email protected]
Historia (enah), con estudios de posgrado
en Antropología y en Filosofía de la Cien- Maestra en Museología por la Escuela Na-
cia en la Universidad de Michigan. Investi- cional de Conservación, Restauración y
gador de tiempo completo en el Instituto Museología (encrym-inah), doctorante en
Nacional de Antropología e Historia (inah) Ciencias Antropológicas en la Universidad
desde 1972. Arqueólogo de formación Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. Se ha
original, ha investigado sobre teoría ar- desempeñado en los campos profesional,
queológica; y más recientemente, sobre la docente y de investigación en el área de los
divulgación como herramienta de conser- estudios de público en museos y en expo-
vación del patrimonio arqueológico, par- siciones internacionales. Colaboró en la re-
ticularmente mediante el uso de nuevas estructuración de las salas Introducción a
tecnologías y estrategias de comunicación. la Antropología y Poblamiento de América