Castro-Klarén - El Cuzco de Garcilaso

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134 Raquel Ch.rng-Rorlriguez / Liorrrrgcuans y rlirurgacms aultural.

Pareja, Francisco de. Doctrinn ctistíana nruy útil y necesarin. Edición v EL CUZCO DE GARCILASO¡ EL ESPACIO
-Sala¡ninca:
estudio al cuidado de Luis Resines. Universiclad de Y EL TUGAR DEL CONOCIMIENTO
Salamanca, [15781 1990.
Williams,Jerry M. El teatro del Méúco colonütl. Época misionera. Nueva york:
Peter Lang, 1992. Sara Castro-Klarén
lohns Hopkins Uniaersity

1. Humanismo y renacimiento.
Mucho se ha dicho sobre el Inca y su formación intelectual denfro
de las corrientes humanistas del renacirniento europeo. A pesar de que
el Inca d,eja claras huellas de su filiación con el renacimiento italiano
al empezar su obra escrilural con la traducción al caste[ano (1590) de
Dialoghi d'amore (1535) de Yehudá Abravanel, más conocido dentro
del hispanismo por León Hebreo, en general se ha circunscrito la
relación de la obra del Inca con el renacimiento y el humanismo a las
manifestaciones de estos dos grandes momentos en la historia
intelectual de Europa y a sus manifestaciones en España. Dentro de
los parámetros de este abordaje al Inca se asume, a pesar del
inventario de sus libros, que como vivía en España y como escribía en,
castellano las fuentes y las influencias más poderosas en su obra'
tienen que haber sido los coetáneos que escribían en español. Así, pues,
tanto fosé Durand como Luis A. Arocena y Aurelio Miró Quesada se
concentran en los nombres y contactos que Garcilaso tuvo o pudo haber
tenido con el "docto coro de humanistas andaluces"l. Sin duda existe

I Hago aquí referenci¡ a la fundamental obra de


José Durand, a la discusión del tema en
el auto¡izado prólogo cle Aurelio Miró Quesada a la edición de la Biblioteca Avacucho de
los co¡nuttarios r¿al¿s, a Luis A. Arocena v al cuidadoso v erudito libro de Margarita
Zamora. Es notable que aunque Arocena reconoce la importanclr de las relaciones con
Italia, instado por un taiante comentario de Luis E, valcárcel, la circunferenci.r rjel
humanismo renacentista que domina en este libro es la que lvfarcelino lvtenéndez v
Pelayo, copiosamente citado, legó al hispanismo. Se t¡ata de un espacio intelectual
estrecho e hispanocéntrico, Así, pues, Arocena no va más allá de lo ya dicho por Marcel +
Bataillon y Américo castro sobre el eramismo en España, del ideal de renovación
intelectual de juan Luis Vives, de la heterodoxia de Juan Valdés. Litlia en forma muv .
inclusa con ta idea, lanzada y autorizada por Menéndez y pelavo, de que Garcilasoj
escribió una novela utópica al estilo de Tomás Moro. Tal vez el dato más importante que
aporta Arocena (30) en esa discusión es que Tomás Moro y su círculo de utopistas
conocieron y ctrltivaron al portugués Rafael Hitlodeo, hombre que fuera tripulante en
las naves de Vespucio y cuyas historias sobre las sociedades amerindias que vio andaban
en las manos de todos. Sin embargo, es el trabajo de Silvio Zavala, citado pero no
As¿dios a h helaogeneüad cultural 737
136SaraCastro-Klaré¡/ElCuzcodcGarcila*:elcspcioyellugardelconocimiento

una serie de razones históricas que exPlican este cerrado enfoque hi sp anismo .{g!g* et a h- id g-ql-%!A -ncSgglqniel. d-el h.isp1¡¡smo,
"
cr"ó q,ru la -coñ3if@rpación
.
de la crítica higtqriográr;ca ps¡
sobre España a exPensas de las obvias, abundantes y a mi modo de ver
determinantes relaciones con el hunranismo italiano. Estas razones l¡rs fuántes del Inca, y aet lncá mismo como fuente fidedigna para
tienen que ver con la historia del "hispanismo", "disciplina", valga I \istóriadores, arqueólogbs y otros estudiosos del imperio inca, hq
Foucauft, dentro de la cual cayeron los estudios literarios sobrel producido el tipó de estudio que se limita a cotejar las noticiag
América Latina desde su fundación en el siglo diecinueve. Vale lai Lmpíricas entre las obra de Garcilaso y las relaciones de otros ,,
pena notar que de todos los críticos de Garcilaso, es únicamente Luis E. "cránistas" -Blas Valera, Polo de Ondegardo, |osé de Acosta, las I
Valcárcel, quien aI dar una mirada al inventario de libros de Casas, Cieza de León, etc.-. Todo este trabajo ha construido una visión
Garcilaso y a las referencias desperdigadas Por su obra entera, no rrgg-X-ggmplgiar*g-unque deficiente y limiiadora, del trabajo de
vacila en óoncluir, enJ???r que "Para acercarse a la Europa culta, él r.siáTlyEñ&éi6n culrural que la obra de Garcilaso implica. Los
prefiere a los italianos" (ver Valcárcel 1939, citado en Arocena: 23). alcances y complejidades de Ia tarea que Garcilaso y Guamán Poma
Esta tendencia a cerrar y sellar el mundo del imaginario y del emprenden queda mejor delineada dentro de los parámetros de
pensamiento de los coloniales al ámbito cultural español es en "semiosis colónial" que últimamente ha elaborado Walter Mignolo3.
especial sorprendente en el caso del Inca, quien como- ya-lo he Para la buena suerte de la posteridad, la crítica establecida nos ha
seialado nolólo pone la primera piedra de su obra en relación con dejado, pues, lqs. relaciones con ltalia y el renacimimiento
Italia sino que á trar'és de todo su elaboración textual deia práqticamente intoéadas. Es para mí de especial interés esludiar la r

indicaciones mu)' claras de sus decisivos contactos e' intereses *ur,"tu como el Inca, siendo parte del renacimiento, se aProvecha del
fundacionales en la cultura del renacimiento fuera de España, unf redescubrimiento de Roma y ia antigüedad meditprránea para
renacimiento, por decir así, ex-ótico a España. Es cierto que losl hablar, es decir, escribir su propio imperio peidido, un imperio en
estudicisos del inca mencionan a Ficino, a Castiglione; estudian su ruinas pero localizado como punto de partida (origen) del -presente;
neoplatonisrno, mencionan la novela bizantina, las novelas italianas,, un presente que, como ya lo ha visto David Brading, se pódría ofrecer,
¡o*br"t a Giovanni Botero, Ariosto. Presentan también listas de los (¿uiópicamenteZ) a manera de un nueuo sacro imperio (ver Brading:
historiadores romanos en el inventario del Inca -IasVidas paralelas de 255-272).
Pluta¡co, las Vidas de los doce emperadores de Suetonio,Ia Historia de. En este corto trabajo tan sólo puedo emPezar a desbrozar algunas
Roma de Polibio, los comentarios de iulio César- pero hasta hoy no se. ideas sobre la representación del Cuzco en los Comentarios reales
han hecho estudios comparativos que incidan en la representación del (1609).Mis inquietudes vienen en cierta manera nutridas de la
imperio Inca a trat'és de una creativa romanización sólo posible en el problemática de la rePresentación del-espacio que hoy tratan los
clima de un renaci-miento que se inventa a partir de la invención y estudios postcoloniales. Me interesan el problema de nombrar y la
apropiación de un pasado mundo antíguo:¿. construcción de los espáóiós coloniateÁ en hitos de lná"rñjéva
- iubjetividad. En éspecial, en el caso de Garciláso, me interesa Ia idea
\,
Él reciente trabajo de )osé Antonio Mazzotti (1993), una
indagación concienzuda sobre las fuentes retóricas del Inca en las dél-espacio como lugar gnoseológico Porque, como esPero poder '
práciicas culturales quechuas, viene a romPer con el cerco del denrostrar en lo que sigue, ese "Cuzco que fue otra Roma"(S) figura en

aprovechado por Arocena, el que cuntiene ideas capaces de abrir nuevos e importantes I
caminos en ei estudio de Gariilaso y el renacimiento europeo. Al respecto habría 9ue
3Mignolo 1989 y 1993 elal)ora el concepto "semiosis colonial" para pcrmitir dar.cucnta de
trabaiar también con la obra de O'Gorman (r., bibliog.).
I p-aétoS de transculh¡ración que acceden más allá dcl discurso v su fntima relación con
2Ma:zzotti 1996. en su incisiva lectura de la representación ¡¡arcilasiana de las murallas incluir
ios sistemas escrihrrales europe"os. El concePto de "semiosis colonial" nos p'ermite
de Sagsawaman, mueslra cómo Garcitaso at hacer del trueno un mero instrumento del dcntro de la zona de contacto no sólo las respucstas de los amerindios al reto de la
sol adapta la iconografía andina a la imagen de Jripitcr cargando su relámpago. Mazzotti cultur.r europea sino muy en especial la adaptación V transformación de los sistemas
nota el mismo de "romaniz¿ción" del Cuzco al que apunto aquÍ' sinrbólicos amerinctios y europeos en manos de suietos colonialcs como Garcilaso'
Proceso
1 38 S¿ra Castro-Kla¡én / El Cuzco da Garcútt: el *pacto y tl lugat rlel conoamento
A!"drbs ¿ h heterogenedad cultural
139
los Comentarios como lugar sacro en cuanto aparece inscrito,
from' vet realized bv, the process
arqtritectónicamente, en virtud de un mancomunaáo conocimie¡rto ililir:;ti;ited of signaling and
religioso-práctico básico para la construcción del imperio (¿estado?) Dentro de este esquema humanista
Garcilaso
andino. angular con su relación ie la ,,Funda;tó;".¿;;;;, pone su piedra
cí"d*
2. El Cuzco y el humanismo.
a la que re dedica ros capíruros
iü | iv;r del Libro I de ra,lf,".iot,,
?arte. EI significado de esta .r".rutluo'* piimera
idea fundacional de. separar
cifra para Garcilaso en la
Erwin Panofski, en su ya clásico Meaning in the Visual Arts, nos I" ;;;;üra de la cultura y dar así
paso a ta emergencia de un
r.ecuerda que históricamente el término humanitas "had two clearly ora"" i"io.d irü;;;r'¿ luliro,,,r
distinguishable meanings, the first arising from a contrast between :::l5lyte.re-presentado
conocrcra versión del mito de
.,J"ilr_o cuzqueño. En ta muy
en ut
man and what is less than human; the second belween man and, what
aparece glosando v citando al -tío,cuzco';;'ü" d;.,i;r¿
tundación aer
is more. In the first case humanifas means value, in the second a ancestrar se de¡a bien üo q.u
limitation" (Panofski: 4). Para Cicero humanitas era la cualida,J que :::::
d^", ta ltegada'd-e vrrn*
oec¡r, er generoso y magnífico,
i"*, fárüior*"nte apelado Cápac, es
Huanacauri, la zona eia ,,montaña d";;;¡;;;ü"1"..o
distinguía a los homo humanos de los bárbaros y de las gu'iu, ál valle
vulgares porque estos últimos carecían de pietas. Los valores huñra¡ros habitado, pero todavía
brava,,(3g). Este espacio
complementaban la eclucación con la urbanidad y se daban en la t u,'ur,i.u;;, ;;J."j;
tul"r,"o éapac y Mama *:;":""Í;"r,
"o
malezas" de entre las cuales
culh¡ra en cuanto concepto opuesto a ¡utura (panofski: 2). arrancarán familias que luego Ocllo no sólo
El concepto renacentista de humanitas revivió la antítesis
.onu".ri.iuí .ira"il.or] ,rno
p i edras que q ued arían.
con vertú as en ciudacr er. "ri
y barbarie (feritas) y Io sobrepuso a la
clásica .entre civiiización dan los fundadores es la construc.i;;;;;", ru rugr'l;' o'rl"n'q.,"
ántítesis medieval entre /¡urna nítas y clíainitas. tvfarsilio Ficir.ro la traza de cómo las. debían ¡,"..J y chozas ,,dando el Inca
definió al hombre en términos de un alma racional que participaba fsé). ;parece pues el trazo del
Cuzco desde sus inic.
del intelecto de Dios, pero dentro (atrapada) de .rn clerpo. Es pues o tras ci ud ad ;;l::T:u:;i:l, ::fü:lJ",T::l :
desde esta ambivalente concepción de humanitas que naáe el
humanismo renacentista. El humanista rechaza la autoiidad, pero
magnÍfico, ",se" ^perfila
"i
.orn.o ,i¡fuiiu.iJ g"."ral de las ñf"xi:,;
andinas"(4O). El Cuzco y el valle urbes
respeta la tradición (Panofski: 3). se hace entonces posible c{istinguir entero
espacios. rugroaor-"n
entre la esfera de Ia naturaleza v la de la cultuia. La culturi es miro por er .*r:olJ¿T; J: fjt"?:[t:
espacio hollado y diseña,Jo
-esre
po. lds f"ni"lor"r. Es más, el trazo
aquello que, a ciiferencia de lo natural, siernpre accesible a los Cuzco es de sello inca:^": del
sentidos hunranos, es sólo visible, es decir, accesible a la conciencia, di."ir.,g porque aparece descle
fornra consunrada, un conrienzo en
per
en los "records left bv man" (Panofski: 5). ú¡ricamente los objetos
creatlos por la y l.r intc.ligencia del honrbre contiene,n,
. ; ;; j; T ;fi ::;: :: -',XT' ii" TL",t,,'""iJ' :.t :n ** i
,i
-
i
11
representan, una^"nb
experimentos fallidos y.con..el
idea diferente, distinta a la c{e su existencia tienrpo *prnAo, a la manera
sucesivas creaciones de ros de las
material. Los objetos (culturales) contiene¡r y evocan la percepción c.le dioses aél nipui'vnrr, porque er
ciudad en sÍ e.xpresa e,inscribe trazo de ra
relaciones de significación. Es rJecir que lós objetos *ltrrr"lo, no, sostiene el régimen incaico. por
t^
";g;i;;;tó" ili,ii;;ffi;ñ"
permiten sep(rrar el concepto o idea que se expresa de los mec{ios que monumento de "records" clue dan
ro ,iii",
r"r resr.s constittrven un
la-representan. Al respecto explica panosfski que: ,,to perceive ihe tiempo y hacen de ese ti"*po
senticro al pasado y humanizan
el
relation of construction is to separate the idea of the function to be pr"á*;;ir;el
presente y futuro. El
fullfilled from the means of fullfillment [...1. Man,s signs and :1"..
d:¡
cirldld- aparece a manera de entelequia
que se adelanra
su tunción cabal de centro imperial, a
structures are records because, or rather in so far as, they express devenir a"r ,i"*p" o".o rigura el
a*',, J'" "i
u;ffib['"1T:rT?l:
"'
1 40 s¡ra C¿srro-Krarén / EI Cuzco trc ()arctrtso: el tspaco y e! lugar tlet ürtocim'nto
Asedios a la hetercgeneirlod cullurul 1,41

De esta manera se principió.a poblar nuestra los comentarios. No tengo aquí lugar donde investigar este se8undo
ciucrad imperial, ciudad
dividida en dos -eáios qie llainan H";;;¿;;i;ñ.;;1{;;in tema, es decir, la función narratológica del Cuzco en cuanto centro de
Cur.o
.oajo)' Esta división de iiudad no irr" p"." que ros
de una m¡tad se la narrativa; queda sólo asentado el lugar del Cuzco en cuanto espacio
aveñtajasen de la otra mitad en exencior,es'y
pree.minenciai ,ino qr" toao, fundacional y escenario de la historia inca.
fuesen iguales como hermanos(40).
3. Problema de método y conocimiento.
En su explicación recarca el tío el concepto t
funcramental que anima er
espacio urbano inca: inscribir el orden sócial,
r.rr pra.ti.ur] a ord,en No dejo de tener aguda conciencia del probler:ra metodológico que
arquitectónico. A mi parecer, Garcilaso conjuga ""
aquí la concepción der de inmediato se me presenta. Hoy comprendemos muy claramente, Por
urbanismo del humanismo itariano con ra versión
y sentido del cuzco. oigamos otra vez al ancesrral
inca de ra fundación los trabajos recientt's de santiago Agurto calvo (cuzco, Ia traza
que: "sólo quiso er Inca que hubiera esta divisiór.
tr;;;;" exprica urbana de la ciudad htca,1980), R. Tom Zuiderna (Inca ciailization ín
Je'pu"uto y Cuzco,1990), Víctor Angles Vargas (Hístorin del Cuzco incaico,1989),
diferencia de nombres, alto y bajo para que quedase
de que a los unos había conv".uao el Rey y a
perpetu) memoria Gasparini y Margolies (Arquitectura inca, 1977) y Leonardo Miño
los otros'la Reina,,(40, Gariés (El manejo del espacio en el imperio inca,1994), que el Cuzco y
que tuesen "corno etbiaáo derecho y uiirquiu.ao,, sus alrededores eran comprendidos y utilizados Por los incas en cuanto
*j:rlr ff)jit_.
v,,ta')' Asi, pues, el urbanismo inca constituye, como
I

dirá Gi¡cilaso categoría de espacio sagrado. Esta contprensión moderna de un


p.ágina-s. después, una manera de escritura,
de simbolización espacio cultural "sagrado" no coextenso con el orden de nuestras
sistemática. de las prácticas socio-religiosas
y gnoseorógicas (10g). propias sacralizaciones, encuentra su posibilidad escritural a partir
Más adelante entraré en más deülres sóuie la
visián dei espacio de las noticias y.relaciones que del Cuzco nos dan los cronistas y entre
u¡bano que nos lbga Garciiaso, pero por el momento
n"cesito acrara¡ ellos figura prominentemente carcilaso. De hecho, la descripción del
algunos otros preliminares a este esfudio.
i Acllahuasi, la disposición de las calles que estaban detrás de las
una somera revisión de la literatura existente muestra canchas principales situadas alrededor de la plaza central que
que Ia I

del Cuzco que ha perdurado hasta nuestros


:_t]:T días coincide o está t' figuran en Miño Garcés y Angles Vargas, están tomadas de Garcilaso,
oasaoa en el retrato que de la ciudad se hace
en los Comentarios quien a su ve3 se sirve de Cieza, a quien cita con amplitud. Asi, pues,
reales4. sin duda, ron más ir,fluyentes
lo.s capíhrlos posteriores en que el palimpsesto resulta inevitable. Toda lectura moderna de Garcilaso
describe los edificios del cuzco, e-r plan de ra ciucraá
y L"r-;;: que cre esta descle ya impregnada e informada por los Comentarios al
su arquitectura se hacÍan. Queda la visión-versión
de Garcilaso a haberse éstos filtrado en los estudios sobre arquitectura, etnografia e
pesar del debate que por un racro cuestiona la
certeza .rJñ;;, de sus historia necesarios a cualquier investigación sobre el tema. Pero la
noticias y por otro lo re-autoriza con excavaciones
u.quuot?gi.as como visión-versión que del Cuzco entrega Garcilaso va más allá de los
las que condujo Luis E. Valcárcer en relación
a los basamentos de ras datos e interesa de por sí por haber él nacido y crecido en la ciudad,
torres en Saqsawaman (véase Valcárcel 1935 y
A.gt*, t;;;;s 1990). por ser miembro de una importante panakn, por haber habitado en uno
Cuzco tigura en los comentarios como escena¡io
iie lus eñtradas y, de los palacios de la ciudacl y por el cariz fu¡rdador de su escritura
por los ejércitos incas 0éase r.sion;'ro*"norr
:it,l:r*li:':iil
qe los ceremoniales con que se
marcaban er calenrdario, acti'idades
y sobre el imperio,
que constituven gran parte der grueso "narrativo"
crel primer tomo de 4. El Cuzco en el saber nuestro.
4 Para dar una
idea soméra de.ra bibriografía reciente véase
Angres Vargas r9g9, Miño Así, pues, es indiscutible hoy que no sólo la ciudad era sagrada,
Agnrto Calvo, Gasparini y Margiies 1977 y t98',Hyslop
!1t.ur: ir&,l, .d0;;natmenre sino que los cerros y colinas a su alrededor eran lugar de veneración y
el tundamental libro de Tom Zuiáema ilet, y to_úien
ISSO. peregrinaje. sabemos también que la famosa varita de la fundación
Ascdios a Io hclcrogmeídad cullurol 143
Sara C¿stro-Klarón I El Cvzco dc Garcihv,: cl cs1ac¡o v .l lugor dcl eonocinialo
742

de conocimiento "divina" mientras que al mismo tiempo enfatiza la


del Cuzco se hundió en una zona pantanosa y que los incas desecaron Ia
magnanimidad v sapiencia de Manco Inca en Ia escena en que se le
ciénaga para rellenarla 1' hacer de ella la "plaza" o- espacio abierto
bautiza, es decir, es investido con el tíh¡lo de Cápac.
centril ',ákededor" del cual se dispusieron los grandes edificios hoy
La ubicación del Coricancha -templo del sol- constituye otro
conocidos como "palacios de los Inkas"' Desecaron el pantano
eiemplo de correspondencias de conocimientos. Se fijó de acuerdo con
mediante la canaliiación de dos arroyos, a los cuales no sólo les
observaciones astronómicas. Fue, así, punto de mira astronómica y
pusieron piso de piedra enlozada, sino también techo. Este expendio
cenfro de todo el sistema de ceques. Garcilaso indica claramente que
de trabajoen los arroyos que llevarían agua a la ciudad no es otra cosa
él comprende que los grandes edificios del Cuzco oorpaban sus lugares
qrr" ottó indicio del carácter sacro y culto,_en el sentido humanístico
asimétricos debido a complejas razones que reunían conocimientos
de Ia palabra, del plan general de la ciudad. Miño Garcés (25) aPunta
prácticos con expresiones religiosas, los que a su vez se condicionaban
que
mutuamente. Al hablar del calendario inca y de cómo conocieron el
el aeua, teniendo una presencia preponderante en la geografia del valle del movimiento de los astros, Garcilaso ¡ndica una vez más que la
óní.o,'ut forma de iíos, manántüles, canales de riego y lluvia, era de arquitectura y disposición de la ciudad correspondía a una empresa
pri-oi¿iul importancia en la cultura Inca. En efecto, es impresionarrte la de conocimiento que rebasaba toda dimensión meramente
Lran cantidad de artovos v fuentes que -como adoratorios- se mencionan habitacional. Apunta que "dejaron escritos" los solsticios con "señales
En la relación de ceqúes y huacas hechas por Cobo (1964: Caps. XIII al
grandes y notorias, que fueron ocho torres" (104)5.
XVI), lo cual es compiobaáo por Zuidema (1989: 353) cuando hace el mapa
de los ceques del Cuzco. De acuerdo con Zuidema '1986, fueron las danzas las.que en su
organización y distribución a través del calendatio expresaron el
sin embargo, sabemos que lo más importante resPecto al sitio escogido sistema bi y cuatripartito al mismo tiempo que en su Perfomance
por los inias para el aientamiento de su capital, es_lo relativo.a la permitían la apropiación del pueblo del sentido estruch¡rador de la
iácil vinculación de los distintos pisos ecológicos. La altitud de la realidad. En el Cuzco el espacio físico se integraba al sistema
ciudad la coloca en el corazón del piso templado quechua, al centro de cosmológico de los ceques al mismo tienrpo que la distribución
una d.iversidad de ruchos ecológicos que podían controlar fácilmente asimétrica y cuatripartita de los ceques gobernaba tanto el sistema
(Miño Garcés: 27). hidrológico como el de caminos r{yslop 1990:67). Todo este complejo
Miño Garcés, además, muestra que el Cuzco se encuentra sih¡ado de conocimiento tenía por eje el remplo del sol -Coricancha- desde el
en "un límite de múltiples connotaciones: isotérmico, geográfico, cual el inca equipado con los quipus, los ceques y el calendario de
etnográfico, agrológico, climático" Q9)' Es, pues, cla:o que la ceremonias MIRABA la organización profunda del imperio como en un
selecáón del lugar noes nada fortuit4 sino más bien el producto de un libro abierto. Por lo tanto, no está equivocada la intuición de
largo y profunáo CONOCIMIENTO de las condiciones ambientales Garcilaso cuando dice que escribían con las torres y los observatorios
aela áona andina. Pero lo que más pesa sobre la concepción del Cuzco solares.
es que su existencia cuaja una epistemologia que tiende a la No hace falta recordar que cuando Miño Garcés acusa la
integración sistemática de sus saberes, Al respecto, la etnohistoria necesidad de cncontrar unas formas más adecuadas de representar
mod-erna confirma lo que nos dice el tío ancestral en el mito de la
5 Miño Carcós (80-8D se queja de r: ,e los estudios que se han hecho sobre et Cuzco
fundación del Cuzco, ei decir, que además de la selección del lugar, la
tienden a ser funcionalistas )'que en cuanto tales segmentan y compartimentalizan una
organización espacial del cuzco fue deliberada, planificada realidad compleja y altatnente integrada. El busca una visión más iniegral gue
coiscientemente, y se llevó a cabo en coniunción o expresión represenle el espacio inca como conjunción de rnúltiples conocimienlos astronómicos,
realizadora de categorÍas que regularon toda la culrura inca: arriba y cosmológicos y prácticos que se explican mutu¡mcnle. Miño encucntra en el método y
abajo, bipartición y cuatripartición. No es, Pues, de lla¡nar. la los estudios de 7-uidenra la capacidad de aquilatar la mmpleiidad del ordenamiento del
atención que la fábuia de fundación considere toda esta coordinación Cuzco, las panacas v cl sist<'ma dc los ccqucs.
l{.t Sara C¿stro-Kl¡rtn / Et Cu:co dc Cdrc,ld-{d: r/ us¡lrcrrr y r/ llg at id ton,,c¡ntit:ntt ¡ls¿dios ¿ la hcterogeneidad uiltural
145

este conocimiento integral dentro de los parámetros cle las ciencias


7. El Cuzco y el problema del conocimiento.
sociales, e'l sociólogo contenrporáneo se ciesctrbre ante el mismo
problema de traducción cultural que enfrentó Garcilaso y que quiso Desde las primeras páginas de los co¡nentarios, Garcilaso
resolver al escribir sus conrcntarioi reales, glosanclo alternativamente
piantea su .obra como parte de un problema de conocimiento y
de entreambas culturas, construyendo textoi y subtextos que oscilaran traducción de categorías gnoseológicas más que de contenidos. En este
entre la coherencia y la contradicción para ásí clejar espacios vacíos sentido, al posttrlar otros modos de saber similarmente autorizados
desde los cuales fuera posibre.leer diaiógicamenté. E* lo que sigue por sus propias prácticas, Garcilaso podría haberse anticipado a la
veremos cónro Garcilaso despliega la materialidad social dél cuico, noción de Lévi-strauss respecto a la ciencia (lógica) de lo cóncreto, a
e.clificio_por edificio, en relación con las soluciones que encuentra pesar de que el referente del antropólogo francés en cuanto al
dentro l9s parámetros de un humanlsmo renacentistá que propone conocimiento por analogía sean las culturas amerindias de la zona
-{e
:l_-!91"_del pasado en cuanto éste constituye el conocimienio de los arnazónicab' No quiero aquí decir que Garcilaso describe un
RECORDS de la actividad humana que nos enaltece y diferencia de conocimie¡rto analógico en la sociedad inca. euiero rnás hacer notar
los "naturales". que lo que él propone es simplemente la aalidez de otro modo de conocer
igualmente humano y fructífero. su primer asedio tiene lugar a lravés
6. El "plano" del Cuzco. del problema del lenguaje, no sólo e¡r relación con t¡áducciones
imperfectas y no confiables del quechua al casteilano, sino
Mientras que hoy terremos planos abstractos para visual izar ra espeuialmente en relación con el problema de nombrar. El territorio,
irregularidad del trazo de la ciudad en que algunos estucliosos han
entero ha sido el lugar de una habitación humana tan antigua, es
querido ver la tbrma de.un puma sagradó, el támaño y figura cre las
decir qtre los "records" humanos son tantos y tan profundos que el no
car¡chas, las misteriosas honracinas en los "lienzos,' o
-.,.ár, durante
los tres sigios posteriores a la conquista no se reva.tó un solo plano
saber descociificar la topología andina es en sí un gran eicollo al
o conocimento del espacio-lugar en sí y de la cultura que lo articula.
ilustración del Cuzco. Gasparini yMargolies notan que sólo tenemos
Así, pues, sus capÍfulos sobre el Cuzco siempre empiezin por decirnos
descripciones verbales, las que a su veiit spiraron vários dibujos
que qué significa el nombre.del lngar. cuzco por ejempro, significa ombligo
imitan la visión de un pájaro de alto vuelo. Los autores de en el lenguage secreto de los incas (hoy se cree qué es el puquina). peio
Arquitectura htcn no vacilan en calificar estas representaciones cle saber esá triducción de lengua a léngua no basta. Falta saber el
fantásticas. son ellas interpretaciones e,r.opeás basaclas en la PORQUÉ de ese nombrar, yá q,r" ,.,o i"v uada que materialmente
fórmuia que originó Ramusio en 1556, la cual fue repeticla por siglos
al determine,ese apelativo para el lugar (.o hav iunción de signo
misnro tiempo que. sirvió trazar las ciudacies espatroks en natural)' Cuzco no quiere decir pantano, ni cerro, ni manantial,
-para
América. "This rvidelv disseminateci 'scene n.u", ,""n' first características naturales e importantes del lugar. Cuzco quiere decir
appearecl in the book of Antoine de pinet (156.t) with the legend ,ll
ombligo porque su diseño, largo v afilado no sólo se correiponde a la
51scho..cittá_principalle della provincia clel peru,,, (Casp'arini y forma larga y angosta del territorio dei imperio sino .1.," ubicado
lvlargolies 1980: b3). La ciudad aparece tocla labrada u,., piect.a y
es en el centro de ese territorio tal y como Io está el ornbligo "riá
en el cuerpo
completamente rectangular. Las calles son derechas y tienen acequias
(lue-corren por el medio. En la distancia hav.,r, *rrio clue
rodeia la 6 Ver "Totemisnr and the savage Min,l"
en Lévi-strauss. como se recorclará en su
con torres v *n gran palacio .oronaúo cle una .nor*a cúpula.
luctacl L'studio sobre totemismo, Lévi-strauss pc'rsuasivamente argunlenta que en las
Este Cuzco no es otro que la represerrtación cle la idea ¡enacentista sociedades "primitivas" se encuentra en función una rique-a de conócimientos
de
orden y regularidad urbana. pentland en lg21 produce el primer dibujo biológicos v zoológicos de características sistemáticas retarlorasá los conocimientos de las
y plano del Cuzco hecho a base de instrumenüs (ib¡ri.). sociedades modernas. "Every investigation into social organization, religious life, ritual
activity and mvthical thought demands a thorough acquaintance with ethno-
minerology, ethno-zoology, ethno-botany" (32).
,146 Sara CasEo-Klarén / El Cuzco dc Garcilax: cl *¡ucio y el lugat dcl conocimicnlo A*dios e la hctoogeneídad cuhural 747

de un hombre y así es como Garcilaso lo entiende (43). Tal de las oquedades en las orejas entre incas e incas por privilegio (51).
comparación implica, Pues, que los incas tenían dentro de su sistema Confirma Garciiaso el estatus de observatorio astrológico y sagrado
de óonocimiento instrumentos que les permitían no sólo medir del Cuzco al añadir que "para verificar el solsticio se ponía un inca en
distancias, sino conceptualizarlas en formas geométricas. Después de cierto puesto al salir el sol y al ponerse y miraba a ver si salía" (105).
esta aclaración, Garcilaso Pasa a hablar de cómo todo el imperio Sigue Garciiaso, en su ordenamiento del Cuzco, no el derrotero de
estaba organizado por el sistema decimal, lo que permitía un Ia continuidad en el espacio de los otros edificios del Cuzco, sino el
constante censo, registro y renovación del conocimiento del imperio en camino que las unidades de conocimiento le marcan. Así, pues,'el
expansión, es decir, que los principios de organización del esPa€io, los próximo tema a tratarse es el calendario compuesto de meses lunares
mápas, están siempre atados al conocimiento posible de adquirir, y años solares 1'la compaginación que de esa diferencia se hacía entre
acumular y renovar por medio del sistema decimal. Contar los los incas.
números permitía medir. Medir distancia Parece haber sido forma La razón y orden del discurso garcilasiano pasa de las torres que
primordial de conocer y organizar. Medir permitía encontrar permiten obsen'ar el solticio al calendario, y de éste a las columnas
correlativos. Separar y diferenciar. de piedra labrada ubicadas en el rectángulo central del Cuzco, por
En su constante ProcuPación por acceder al conocimiento inca, medio de las cuales se verifica el equinoccio. Explica que:
Garcilaso discurre sobre el estado del conocimiento cientÍfico entre sus
antecesores y se pregunta cómo fue que sin tener escritura alcanzaron Para verificar el equinoccio tenían columnas de piedra riquísimante
labradas, puestas en los templos o plazas que habla ante los templos del
los conocimientos que fuvieron. A pesar de su "rusticidad alcanzaron sol. L¡s sacerdotes [...J tenían cuidado de mirar cada día la sombrá que la
los incas a conocer los movimientos del sol, los solsticios y columna hacía. Tenían las columnas puestas en el centro de un cerco
equinoccios". Este conocimiento, escribe Garcilaso: redondo muy grande que tomaba todo el ancho de Ia plaza o de los patios,
Por medio del cerco echaban por hilo, de oriente a poniente, una rayd que
Io dejaron escrito con señales grandes y notorias, qu9 !:9t9n ocho torres por larga experiencia sablan dónde habían de poner en un punto al otro.
que lábraron al oriente y ocho al poniente de la ciudad del Cu:co, puestas Por la sombra que la columna hacÍa sobre la raya veían que el equinoccio
de cuatro en cuatro, dos pequeñás de a tres estados poco más de alto en se iba acercando [...1. Sin hacer sombra en ninguna parte decían que aquel
medio de olras dos granáes: las pequeñas estaban a ocho o oeinte píes la día era el equinoccial. Entonces adornaban las columnas con todas las
una de la otra, a los iados otro tanto espacio, estaban las otras dos torres flores y yerbas olorosas que podían haber y ponían sobre ellas la silla del
grandes, que eran mucho ma)'ores que las que en España se¡vían de sol y decían que aquel día se asentaba el sol con toda su luz, de lleno en
átahya, y estas grandes servíin de guardar y dar aviso para.descubrir lleno, sobre aquellas columnas (106).
me¡oi laó torres pequeñas. El espacio que entre las pequeñas.había, por
doáde el sol pasába'al salir y al ponerse, era el punto de los solsticios; las Vemos, pues, que el espacio era una especie de hoja en limpio en
unas torres dLl oriente corrépondían a las otrai del poniente del solsticio la gue se escribía la organización social al repartir la habitación de
vernal o hiemal" (105, énfasis mío).
los comunes entre hanan y hurin, al distribuir los espacios para las
canchas de las panaka y su sucesión en el tiempo ya que hasta se
Así, pues, vemos que Garcilaso, sin decirlo abiertamente, está
dejaron espacios vacíos para las panaka que habrían de venir, al
ocupado en enfregarnos un Cuzco que era obsen'atorio astronómico y poner observatorios astrológicos en todas las plazas y ante todos los
ceremonial y no una ciudad renacentista en donde el "city scaPe" templos del sol que a semejanza del Cuzco -ciudad o libro modelo- se
denota otro uso del espacio, otro tipo de habitación humana u otro erigían en el imperio. Un espacio así concebido no permite la idea de
tipo de valor. Si los incas la habitaban era Porque ellos mismos,-es "landscape". Es más, un esh¡dio más prolijo de la representación del
dicir sus cuerpos, eran parte de esa estructura sacra. La sacralidad y Cuzco en los Comentarios reales muestra que Garcilaso humaniza,
escrituración del cuerpo queda clarantente descrita en la escena en que tanto en el sentido ciceroniano como en el moderno, estos espacios al
Manco Cápac ordena las distinciones en el corte de pelo y el tamaño presentarlos como escenarios de ritos, ceremonias o danzas. Es decir,
As¿dios a b hetuoget*l;l cvllural 149
/ El Cu:co tic Garcilaso: el esgcio y el hrgar dtl conocintrento
sara c¡srro-Kl¡r én
148
convertido
en su función detallada del jardín cle oro en el Templo del sol al saberlo
oue los edificios y plazas del Cr'rzco aParecen siemPre en rústico y sámi áriclo huerto cie hortalizas de los pa.Cres
dominicos.
i*i,i"..""i-f .árl.tiua. Son espaciós imperiaies en su majestaci,
concuerda con ¿urdema en
C."ná" ál p"ru, al describir las fuentes con caños de oro que regaban
concepción y úso. De este modo, Garcilaso ",
estos jardin"i qrre todo, hasta los azadones' eran de oro' y en que
ajeno' intenta dar ¡azón de una "r, una de
aror,to, aor, Lr, método completamente hoy nt hay ni rastio de sus manantiales. "Y no alcancé más de
."iof"iu integración de conocimientos en los Andes y su ellás t...1 lás otras se habían perdido por no saber de dónde las traÍan
en el Cuzco'
,"prér.tltu.ión emble¡nática decir de dóncle ni por dónde
en que se manifiesta y se concentra el
i-.j p"tq* no hallaron indio que s"piese
El Cuzco en ctlanto lugar iba il agua de aquella fuente" (168)'
recortádo en piezas ntonumentales que
conocimiento inca
"pu,.tJ si h"ubo alguien que fundara e hiciera uso amplio- de una visión
."qri"rur, cada .,na'capítulo aParte', No hay en los físico-espacial
-Comentarios funcionalista (Ñ,falinüski) y sin embargo integrada del Cuzco,
éste
ninquna descripción geieral y sistemática del aspecto ¡rrs 6¿¡r:ilaso. El Cuzco aP¡rrece en sus Comentarios
dividido en una
¿" i" .i"a"a.U aesciipción del Acllahuasi es lo que *á: t-" acerca a serie de edificios dotados todos de una función institucional y
su tamaño' o Ia
trnaclescripcióntotaliz^adora(ojoctepájaro)delaciudad'Esposible y
;u.i;"r cá;unto de sus calles, phzls' caminos' usnus' acequias .og"iti"" específica. Lo que los diferencia no es tanto
lleno de interrupciones' 6o[;" q,r. fueron cons'truidos. A pesar de que el trabajo de. cantería
ec{ificios. El resto de la ciudud uput"." "r,
u'uríu, ur, al Cur.o de Garcilaso no hav estilos' Porqu-e
la ciudad es
en el interior del templo. del no se
¿;;;il"* suspende la miracla ctetenida del destino de la eterna y sirve de modelo para todas-las otras' En el Cuzco
destrucción'
sol varias veces Para dar cuenta de su registrá hechos pertinentei de subjetividad privada Porque es una
y esto es así porque no es el ojo ciud'rd en
nlancha de oro que rePresentaba al Sol ciüaaa por la que entran y salen los ejércitos del inca' ulra
il;il;;it".i.t¿o, sino una visión y memoria gnoseo-lógica' La e i¡stitucionales. Pareciera.Que l-1
Hila otros d;,; r'egistran los actos óolectivos
ógSónfCtóN no está bajo el dominio de la mirada. Ia agricultur'r, .iiriOr, huinanista del pasado, los "records" que los otros hicieron en el
el calendario, que
temas: los dioses, su sentidó y su cnlto, p"t"J", t i zo de ellás humanos en la misma medida en el
de Ia y se
ios e¡ercitos,las pannka' Del áltar del Sol Pasamos al.aposento ionocimiento de ese pasado constiluye nuestra humanidad
de mujer; de ahí
L;"; t contemplanlos su intagen pintada cómo rostroy Garcilaso lleva la combina con el .or,."pio inca de g'uardar "records" escribiendo en el
vamos al aposento cte Venirs y las estrellas de las ;;;";i" por medio de ios edificios q.re et una sola instancia combinan
mirada al techo ornaclo con rePresentaciones en plata diversos conocimientos y práctiias culturales. La melancolía
de
;"rii"rru, grandes y chicas a senrejanza del cielo estrellado". Garcilaso no es tanto por ior bienes materiales perdidos cuanto
Io es

O"tp.iet ¿! tas estiellas entrantos aÍ aposento demal lllnpn' donde ruinas es


la por el conocinriento perdido; y su lamento Por el.Cuzco. en
Carcilaso aprovecha para explicat y cóttegir entendicla
irluyot porquu con las matanzas de Atahualq" y J1s 9n l9t españoles
naturaleza tiipartita de lllttpn
(relámp-ago' trtteno ." :?y?' y no una los'orepnei han sido trágicamente ciezmados. "Se habÍan acabado
los orejones
162). Como tan sólo eso le
iriniclad al estilo ciel Espíritu Sa^to, Ios maestros v sacercloteJ que en aouella república.hlfíu".y
.ru.,p"r*iticlosenelTemploclelSol'GarcilasonosPaseaporsalas ei compleio de edificios-libro que
impiae al Cuico voiver a sei ¡amás
;;;íJ, las qrre a diferencia de las plazas llenas de gente.entregadas fuÉ cuando los que sabían leerio lo hacían virar con sentido v
en el recuerdo mudas y
u .ar"^oniot", y danzas di'"'ersas, aParecen significación. Q.te.ia la fragmentaria aunque fundacional descripción
hasta fantasmales' cle Garcilaso a contraPelo de Ia ocuoación española que
no suPo
a otra Roma'
Pocossonlosmomentosqueenlare-constntccióndelCuzcoenel
de quien reconocerla como asiento gnoseológico, es decir' como
recuerdo de Garcilaso están asociados a la subjetividad cuyo rescate le diera a Europa un espléndiclo re-nacimiento'
recuerda.Elemparejamientodesentimientoalespacioevocadosólosu
aDarece cuando bu..iluso comPara la grandeza
del momunento con
;ñ;il;ul á"r.lso. La melan"olí" tin" la noticia y evocación
I 50 S¿ra Castro-Kl¡ré n / EI Cuzco d¿ Cttrcílaso: el spacio y el lugar rld conocimiento Ascdios a ln hetcrogendlarl cullurul
151

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