UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE DERECHO Y CC.PP

ESCUELA DE DERECHO

DERECHO COOPERATIVO

UNIDAD I.

SEMANA 04. EL ACTO COOPERATIVO

Mgtr. SALINAS SALIRROSAS SANTOS JAVIER

[email protected]
988 098 438

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1.- Aspectos generales de la teoría del acto jurídico o negocio
jurídico

Aunque existen muchas posiciones diversas entre los

civilistas respecto de la teoría del negocio jurídico según
Ospina & Ospina (2005), al punto que en algunos países
se habla de acto jurídico y no de negocio jurídico.

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 En los códigos civiles más antiguos de
Latinoamérica, que en gran parte se apoyaron en
el Código de Napoleón de 1804, se distingue entre
hechos jurídicos y actos jurídicos.

Los hechos jurídicos son situaciones de facto que

generan consecuencias para el derecho, pero en
las cuales no existe la voluntad de un ser humano
o de una persona jurídica para ocasionarlos, como
una catástrofe u otros hechos de la naturaleza.

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Es más, aunque existiera la voluntad de
generar esas situaciones de hecho, como en
el caso de un delito, las consecuencias
jurídicas se producirían independientemente
de la voluntad de los agentes.

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• Por el contrario, los actos jurídicos implican una voluntad consciente y
reflexiva de producir las consecuencias jurídicas, como en el caso de
la celebración de un contrato de compraventa.

• En los En los códigos más modernos, que siguen de cerca el BGB

alemán o el ZGB suizo, entre otros, así como en doctrinas más
recientes sobre el tema, se hace la diferencia entre hechos jurídicos,
actos jurídicos y negocios jurídicos.

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En los hechos jurídicos no interviene la voluntad humana, como los
que son ocasionados por la naturaleza;

En los actos jurídicos sí interviene la voluntad pero los efectos

jurídicos no son deseados o no se producen a causa de dicha
voluntad, como en los delitos;

En los negocios jurídicos, existe una voluntad consciente y reflexiva de

producir efectos para el derecho, como en los contratos.

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 2.- LOS ACTOS JURIDICOS COOPERATIVOS
• los actos cooperativos implican la voluntad de producir efectos
jurídicos para el derecho cooperativo.

• Aceptando que el acto cooperativo es una especie dentro de los

diferentes actos o negocios jurídicos que pueden existir en el
derecho, como son especies, también, el acto de comercio u otros,
resulta evidente que acudiendo a las definiciones de corte aristotélico
en las que se parte del genero próximo y se señala la diferencia

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específica, una definición de acto cooperativo nos llevaría a que el
género próximo sería el acto o negocio jurídico, y la diferencia
específica implicaría distinguirlo de otros tipos de actos como el acto
de comercio, los negocios civiles, las relaciones laborales y todas las
demás clases de actos o negocios jurídicos de derecho privado de los
cuales se sustraen los actos cooperativos por su especialidad.

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• Teniendo en cuenta los parámetros anteriores, es posible diferenciar,
por ejemplo, entre un contrato de mutuo civil entre particulares;

• Un mutuo comercial entre un banco y una persona natural cliente del

mismo; y

• Un mutuo cooperativo, como sería un crédito otorgado por una

cooperativa a un asociado.

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• De la misma manera, se puede diferenciar entre un contrato de
trabajo regido por la legislación laboral y un acto cooperativo de
trabajo, en una cooperativa de trabajo asociado.

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 3. Aplicación de los requisitos para la existencia y validez de los actos o
negocios jurídicos a los actos cooperativos

• El hecho de que existan diferencias específicas entre los actos o

negocios jurídicos de otras ramas de derecho privado y los actos
cooperativos, no significa que no haya muchos elementos en común
que deban tenerse en cuenta para avanzar en el desarrollo de la
teoría del acto cooperativo.

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• los requisitos para la existencia y validez aplicables a los actos o
negocios jurídicos en el derecho privado, son válidos para los actos
cooperativos.

• Sin embargo, en esta materia se abre todo un campo de investigación

para determinar cuáles son los requisitos especiales que pueden
tener los actos cooperativos, que los diferencien de los demás actos o
negocios jurídicos.

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• A manera de ejemplo:
• El acto fundacional o acuerdo cooperativo (como se le denomina en
algunos países latinoamericanos), mediante el cual se constituye una
cooperativa, sería un acto solemne, no simplemente consensual, pues
requiere de unas formalidades tales como la asamblea de
constitución, la aprobación del estatuto, la elección de los miembros
de los órganos de administración y vigilancia, y el acta de
constitución, entre otros, para su existencia.

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• Además, a este acto o negocio jurídico cooperativo se le aplicarían los
requisitos de validez comunes a los actos o negocios jurídicos, tales
como la capacidad legal de los contratantes, la ausencia de vicios del
consentimiento, el objeto licito y la causa lícita (en los países que
acogen las teorías causalistas).

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• volviendo al elemento causa, para los países cuyas legislaciones
acogen las teorías causalistas, las finalidades del acto cooperativo que
son las de ser sin ánimo de lucro, con ánimo de servicio, de
satisfacción de las necesidades y aspiraciones económicas sociales,
culturales o ambientales de sus asociados, serían una diferencia de
fondo con los demás actos o negocios jurídicos, como los mercantiles,
cuya causa o finalidad es precisamente el lucro y no el servicio.

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El instituto jurídico del acto cooperativo, fue
propuesto por primera vez, en 1954 por el jurista
mexicano Antonio Salinas Puente que lo definió
como el:

“supuesto jurídico, ausente de lucro y de

intermediación, que realiza la organización
cooperativa en cumplimiento de un fin
preponderantemente económico y de utilidad
social”.

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A su turno, enseña Armando Arturo Moirano que:

"para llenar sus fines, la cooperativa se vale del llamado «acto

cooperativo» que es toda operación realizada entre las cooperativas y
sus asociados, en cumplimiento del objeto social, sin fines de lucro, y
cuyo excedente por exceso de percepción o exceso de retención, si lo
hubiere, deducido..., se devuelve a los asociados en concepto de
retorno...”.

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Por su parte, Elsa Cuesta enumera las siguientes características del acto
cooperativo:

“a) actuación en conjunto:… se opera con otro. Lo adquirido o

producido en conjunto a través de la cooperativa será distribuido entre
los asociados…

b) distribución: la cooperativa no efectúa una venta a sus asociados: la

mercadería es de los asociados que operan por medio de la
cooperativa…

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c) distribución al costo:... el precio final o definitivo será igual al costo
del producto más los gastos inherentes a su propia organización…
d) actos de administración:… la organización administra los bienes de
los asociados… No hay venta, los bienes se distribuyen al costo, no hay
intermediación u operación de mercado…
e) solidaridad, satisfacción de necesidades individuales comunes: es el
objeto del acto cooperativo…
f) bienestar general”.

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En función de lo anterior, la citada autora distingue “los siguientes
elementos integrantes del concepto de acto cooperativo de carácter
tipificante:

1) necesidades individuales comunes (presupuesto y objeto básico del

acto cooperativo);
2) ausencia de finalidad de lucro (como sistema económico y
socialmente más justo para concretar el bien particular del grupo por
medio de la satisfacción de las primeras);

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3) solidaridad (como valor esencial permanente e indispensable para el
logro de la integración social, el bienestar particular de los miembros
del grupo y el general de la comunidad);
4) integración social (del grupo a través del espíritu de colaboración
activo y como técnica de transformación de la sociedad política en
comunidad); y
5) bienestar general (como fin del sistema)”.

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4. La clasificación de los actos o negocios jurídicos y la clasificación de los
actos cooperativos

• Existen numerosas clasificaciones de los actos o negocios jurídicos.

• Entre las más conocidas, están las que los diferencian según los
requisitos para su perfeccionamiento: hay actos o negocios
consensuales, solemnes y reales (estos últimos todavía en algunos
países).
• Según la ejecución de las obligaciones que surgen de los mismos, se
clasifican en actos de ejecución instantánea y de ejecución tracto-
sucesiva (como el caso del contrato de arrendamiento cuyas
obligaciones no se ejecutan en un solo momento sino en forma
sucesiva).

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• Según las cargas económicas que generan para las partes, se habla de
actos gratuitos y actos onerosos.
• Según la posibilidad de discutir las obligaciones de las partes, se
clasifican en contratos de libre discusión o de adhesión; en estos
últimos, como sucede con los contratos de transporte aéreo, por
ejemplo, solo cabe la adhesión, pues en la práctica no se da la
oportunidad de negociar las cláusulas del contrato a los usuarios de
los servicios aéreos.

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• A los actos cooperativos les son aplicables estas clasificaciones, las
cuales nos permiten decantarlos aún más.
• Por ejemplo:
• El acto fundacional o acuerdo cooperativo, que como lo sustentamos
más adelante, consideramos que forma parte de los actos
cooperativos, sería un acto solemne, oneroso (por los aportes que
deben hacer los asociados en desarrollo del principio de participación
económica de los mismo), de ejecución tracto sucesiva.

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• Para quienes constituyen la cooperativa sería de libre discusión, para
quienes ingresen posteriormente sería de adhesión; y una vez se
asocien, en cada asamblea se vuelve para ellos, nuevamente, de libre
discusión (concretamente cuando se discute una reforma estatutaria
que modifica el acuerdo cooperativo).

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• dentro de las numerosas formas de clasificar los actos o negocios
jurídicos tiene especial importancia la planteada por Ospina & Ospina
• (2005) que los divide en actos unipersonales y convenciones,
dependiendo del número de partes que intervienen en el mismo: si
es una sola: unipersonales; si son dos o más: convenciones.

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• Los actos jurídicos o negocios jurídicos unipersonales consisten en
manifestaciones de voluntad de una sola persona, mientras que las
convenciones son acuerdos de voluntades de dos o más personas.
• Los actos o negocios jurídicos unipersonales, a su turno, se clasifican
en simples y complejos o colectivos.
• Ejemplo de actos jurídicos o negocios jurídicos simples son el
otorgamiento de un testamento o el reconocimiento de un hijo, al
igual que la aceptación de una herencia o su repudio.
• Ejemplos de actos o negocios jurídicos unipersonales colectivos son
las decisiones que toman los órganos de una persona jurídica, como
sería el caso de una reforma del estatuto o la elección de directivos.

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En consecuencia, cuando una asamblea aprueba los estados
financieros de la cooperativa, no se está ante un acuerdo de voluntades
de los asociados que asisten a dicha reunión; sino ante una
manifestación de la voluntad de la persona jurídica (cooperativa) a
través de su órgano máximo que es la asamblea.
De manera similar, cuando un consejo de administración expide un
reglamento de crédito, se trata de un acto cooperativo unipersonal
colectivo.

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Por su parte, las convenciones implican el acuerdo de voluntades de
dos o más partes, como en la compraventa, el arrendamiento, o en la
constitución de una sociedad o una cooperativa, que serían actos
jurídicos o negocios jurídicos plurilaterales de organización.
Siguiendo los lineamientos anteriores, cuando se constituye una
cooperativa los fundadores están ejerciendo su derecho fundamental
de asociación consagrado en todas las constituciones políticas de los
países latinoamericanos, pero todavía no existe la persona jurídica
cooperativa. Se trata de una asociación de hecho.

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Esta asamblea de constitución no se va a regir por el derecho civil ni el
mercantil sino por el derecho cooperativo y en nuestra opinión,
configura un verdadero acto cooperativo entre los fundadores.
En este sentido debería quedar incluido en la Ley Marco para las
Cooperativas de América Latina, aun cuando no se trata de una
relación jurídica entre la cooperativa (que todavía no existe
formalmente) y sus asociados, ni entre cooperativas entre sí en
desarrollo del objeto social; sino un acto entre los asociados
fundadores, exclusivamente.

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Cuando después de constituida la cooperativa y obtenida la
personalidad jurídica respectiva, una persona natural o jurídica solicita
su vinculación y es admitida, estamos ante un acuerdo de voluntades
para crear obligaciones (contrato); se trata del primer acto cooperativo
entre el solicitante (nuevo asociado) y su cooperativa.

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Por su parte, cuando un asociado manifiesta su voluntad de retirarse,
por tratarse del derecho fundamental de libre asociación (libertad
negativa), no se requiere de aceptación por parte de ningún órgano de
la cooperativa, pues nadie podría obligar al asociado a permanecer si
quiere ejercer su libertad negativa de asociación.
Por lo tanto, aquí, a diferencia de la admisión, no hay un acuerdo de
voluntades, no existe un acto jurídico bilateral sino una manifestación
unilateral de voluntad, es decir, un acto cooperativo unipersonal
simple.

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Este también es un acto cooperativo aunque paradójicamente no lo
parezca, pues es una relación jurídica entre el asociado y su
cooperativa en desarrollo del objeto social.
En efecto, se trata de la puesta en práctica del primer principio
universal cooperativo: adhesión voluntaria y abierta, que implica no
solo la voluntad de ingresar a una cooperativa y permanecer en esta
(libertad positiva de asociación), sino también el derecho inalienable de
no ingresar o de retirarse en todo momento (libertad negativa de
asociación).

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Tradicionalmente se ha distinguido entre actos cooperativos de
servicios y actos cooperativos de trabajo, según la clase de
cooperativas; pero como queda expuesto en los párrafos anteriores, la
clasificación de los actos cooperativos es tan variada como la de los
actos o negocios jurídicos, en general.

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5. La definición de acto cooperativo en la Ley Marco Para las Cooperativas
de América Latina y algunas legislaciones latinoamericanas

Al hacer un análisis sistemático de las diferentes definiciones de acto

cooperativo que se han consagrado en las leyes latinoamericanas, se
encuentra que de manera general estas no se contradicen, sino que se
complementan.

Lo anterior hace que el concepto original se haya enriquecido y

extendido a nuevos actos jurídicos para los cuales no se concibió
inicialmente.

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La intuición que se tiene al hacer este análisis de derecho comparado,
es la de que el acto cooperativo se va extendiendo hacia la teoría
general del negocio jurídico y que va alimentándose de esa teoría, y a la
vez, desarrollándola.

En este orden de ideas, se encuentra que el artículo 7 de la Ley Marco

para las Cooperativas de América Latina define el acto cooperativo de
la siguiente manera:

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• “Son actos cooperativos los realizados entre las cooperativas y sus
socios o por las cooperativas entre sí en cumplimiento de su objetivo
social y quedan sometidos al Derecho Cooperativo.”

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Si observamos la anterior definición de acto cooperativo, encontramos
que hace referencia a una sola clase de actos o negocios jurídicos:
las convenciones.
Deja de lado los actos unipersonales complejos de las cooperativas.
Ejemplos de este tipo de definición son las leyes de Brasil, Argentina,
Venezuela y Colombia, entre otras.

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Sin embargo, la Ley de Sociedades Cooperativas de México de 1994, es
un ejemplo de definición del acto cooperativo que contempla, también,
los actos jurídicos unipersonales, al preceptuar en su Artículo 5 que:
“Se consideran actos cooperativos los relativos a la organización y
funcionamiento interno de las sociedades cooperativas.”

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La Ley de cooperativas de Paraguay (438 de 1994), en su artículo 8,
dispone que: ..
“El primer acto cooperativo es la Asamblea Fundacional y la aprobación
del Estatuto…”
Lo cual amplía el espectro de la definición tradicional del acto
cooperativo, que parte de la cooperativa ya existente como persona
jurídica, pues al momento del acto fundacional solo habría una
asociación o sociedad de hecho.

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• Por su parte, el inciso 5 del Artículo 9 de la ley 18.407 de Uruguay,
demuestra la relación existente entre la teoría general del negocio
jurídico y el acto cooperativo, al disponer lo siguiente:
• “En todo lo no previsto en las leyes cooperativas se aplicarán al acto
cooperativo los principios generales en materia de negocio jurídico en
general y de los contratos en particular, en lo compatible y en cuanto
correspondiere o fuere pertinente.”

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• Como se desprende de las definiciones de acto cooperativo que se
acaban de transcribir, la noción original de acto cooperativo que
acogieron las primeras legislaciones cooperativas latinoamericanas
que lo contemplaron, al igual que la que actualmente está consagrada
en la Ley Marco para las Cooperativas de América Latina, han sido
objeto de ulteriores desarrollos que implican al menos una discusión
académica y doctrinaria para revaluar la definición de acto
cooperativo y delinear su desarrollo futuro.

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 6. Conclusiones

La teoría del acto cooperativo y el concepto que se ha tenido del

mismo en las diferentes legislaciones latinoamericanas, ha seguido de
cerca la teoría del negocio jurídico.

Esto implica que para el desarrollo futuro de la teoría del acto

cooperativa, el analizarlo a la luz de la teoría el negocio jurídico
contribuiría a extender sus alcances y a completar dicha teoría.

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• Hasta ahora en la teoría general del acto cooperativo se han tenido en
cuenta aspectos fundamentales de la teoría del negocio jurídico, pero
existen otros aspectos que bien valdría la pena analizar y explorar
más a fondo, como la clasificación de los negocios jurídicos en actos
unipersonales y convenciones, o en actos consensuales y solemnes, o
de ejecución instantánea y de tracto sucesivo, entre otras
clasificaciones.

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Así mismo, asuntos como los requisitos para la existencia y validez de
los actos cooperativos podrían arrojar particularidades que ayuden a
conceptualizar en forma más precisa las especificidades de esa
institución jurídica propia del derecho cooperativo.

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