Actividad Quimica-Tema 9-Daniela

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ACTIVIDAD QUIMICA ACTIVIDAD 9

EXPLOTACIÓN INFANTIL

5 ideas principales:

Imagina que tus hijos e hijas en lugar de levantarse cada mañana para ir al colegio y jugar,

tuvieran que ir a trabajar para ayudar a sostener a la familia. La explotación infantil es una

realidad en muchos países del mundo y las cifras de la Organización Internacional del

Trabajo (OIT) ilustran muy bien la situación:

En el mundo 218 millones de niños entre 5 y 17 años están ocupados en la producción

económica, y, entre ellos, 152 millones son víctimas de trabajo infantil.

1 de cada 5 niños en África está en situación de trabajo infantil.

La mayor concentración del trabajo infantil se produce en el sector de la agricultura (cultivo

de algodón, de café o de caña de azúcar), seguida de los servicios y la industria,

especialmente la minería (extracción de oro).

Las cifras nos muestran que la explotación infantil es un problema grave, pero no podemos

olvidar que detrás de cada número hay un niño o una niña que ha perdido su inocencia y

que vive en una situación de pobreza.

¿Qué es la explotación infantil?

La explotación infantil se puede definir como el trabajo que realizan los niños en el marco

de un sistema de producción. En algunos casos se utiliza el término explotación infantil

como sinónimo de trabajo infantil pero no es lo mismo, porque la explotación supone la

violación de algún derecho del niño. La explotación infantil, sin embargo, tiene muchas

formas:

Niños y niñas son obligados a trabajar y les quitan los ingresos.

Niños y niñas realizan trabajos peligrosos o que ponen en riesgo su salud.


Los menores son víctimas de las mafias, sufren esclavitud, son obligados a prostituirse o

reclutados de manera forzosa para combatir en la guerra.

Para identificar el trabajo infantil como explotación se deben dar una serie de criterios

como los siguientes:

Requerir dedicación exclusiva y no estar adecuadamente remunerado.

Impedir la escolarización y el pleno desarrollo del niño o niña.

Menoscabar la dignidad del niño o niña (esclavitud o explotación sexual).

Provocar estrés físico y psíquico.

Realizarse por niños y niñas a edades muy tempranas.

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¿Qué tipos de explotación infantil existen?

La explotación infantil no solo tiene la forma de trabajo infantil, sino que también se puede

hablar de otros tipos de explotación como el matrimonio forzoso. La mayor parte de las

víctimas de matrimonios forzosos son niñas y este tipo de matrimonio ha sido calificado por

la OIT como un tipo de esclavitud moderna.

En algunos países aunque se han regulado sanciones para evitar el matrimonio forzoso, es

difícil controlar una costumbre arraigada durante siglos, por lo que la labor de

sensibilización e información en escuelas es fundamental.

Causas de la explotación infantil

La explotación infantil, tal y como hemos visto, es una realidad para millones de niños y

niñas en el mundo y se debe a diversas causas como:

La pobreza en los hogares. Muchos de los niños y niñas que son víctimas de la explotación

infantil provienen de familias muy pobres que necesitan más sueldos para subsistir.

La cultura. En algunas zonas rurales de África se considera que, a partir de los 10 años, los

niños deben tener comportamientos de adulto y, por lo tanto, casarse y trabajar.


El género. En algunos países del mundo las niñas son consideradas inferiores y se las obliga

a realizar tareas domésticas o a trabajar fuera de casa, y, a la vez, se impide que acudan a la

escuela.

Consecuencias de la explotación infantil

La explotación infantil tiene, además, importantes consecuencias en muchos ámbitos como

los siguientes:

La perpetuación de la pobreza. La pobreza no solo es una causa de la explotación infantil,

sino que también es una consecuencia, porque los niños y niñas al tener que trabajar,

abandonan la escuela y no se forman para acceder a trabajos mejores.

La salud de niños y niñas. Los menores que son explotados no se han desarrollado del todo

desde un punto de vista físico y psicológico y el trabajo que realizan puede afectar de forma

negativa a su salud, por ejemplo, los niños y niñas que trabajan en minas en condiciones

insalubres, pueden sufrir problemas respiratorios.

Los efectos psicológicos. Un niño o niña que trabajan desde los 10 años o antes, se ve

obligados a madurar de forma prematura, sin poder jugar y desarrollar las habilidades

características de la infancia. Esto supone que los niños y niñas afectados, en el largo plazo,

puedan tener una autoestima baja, problemas para adaptarse a la sociedad, etc.

¿Qué se puede hacer para erradicar la explotación infantil?

Las medidas que se pueden tomar contra la explotación infantil dependen de un esfuerzo

común tanto de gobiernos como de ciudadanos para lograr terminar con el problema.

Algunas de las acciones que se pueden realizar son:

La firma de acuerdos internacionales que regulen la prohibición del trabajo infantil y otras

formas de explotación como el matrimonio forzoso de niños y niñas.

Establecimiento por la normativa de una edad mínima para trabajar.

Favorecer el acceso a la educación gratuita y de calidad para todos los niños y niñas.
Realizar acciones de sensibilización tanto en escuelas para niños y niñas, como en talleres

para adultos y profesorado.

Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en concreto el número 8 habla del

trabajo decente como meta. Para alcanzar esa meta es necesario que se luche contra el

trabajo infantil para lograr erradicarlo y que los niños y niñas puedan continuar acudiendo a

la escuela y formándose para salir de la pobreza en la que viven y tener un futuro mejor.

RESUMEN:

La explotación infantil es un término que incluye tanto el trabajo forzoso hasta la

explotación sexual, el reclutamiento de niños soldado o la esclavitud doméstica. En todo el

mundo, 85 millones de niños y niñas son víctimas de alguna forma de explotación infantil.

Se trata de una de las violaciones de derechos humanos más graves que los adultos pueden

ocasionar a las niñas y niños a día de hoy.

¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES CAUSAS DE LA EXPLOTACIÓN INFANTIL?

Desde Save the Children llevamos a cabo programas para erradicar las causas que hacen a

los niños vulnerables frente a la explotación infantil y trabajamos para que los Gobiernos de

los países de destino establezcan sistemas de identificación y protección especiales para los

niños y niñas víctimas de trata ; para prevenir la utilización de niños como soldados y para

que cuando han sido víctimas de reclutamiento forzoso, cuenten con sistemas de protección

que les permitan recuperar sus vidas. Centramos nuestros esfuerzos en apoyar a los niños

trabajadores para que no tengan que renunciar a una educación de calidad y en hacer todo lo

posible para prevenir que el matrimonio infantil acabe con la infancia de las niñas.

La pobreza.

La discriminación.

La falta de políticas sociales y de acceso a una educación adecuada y de calidad.


7 FORMAS DE EXPLOTACIÓN INFANTIL

La trata infantil: Este negocio mueve 23 millones y medio de euros al año. La pobreza, la

globalización y la consiguiente demanda de mercancías y mano de obra baratas han

provocado una demanda sin precedentes de menores trabajadores.

La explotación sexual: Cerca de 1,8 millones de niños en todo el mundo son explotados

sexualmente con fines comerciales. La mayoría de ellas, son niñas, obligadas por adultos a

ejercer la prostitución o utilizadas en la industria pornográfica y en el turismo sexual.

Niños soldados: Desde guerras como Angola, Afganistán, Sierra Leona o Sudán del Sur han

utilizado a los más pequeños para la primera línea de batalla. Hoy día, 300.000 niños y

niñas menores de 15 años están relacionados de algún modo con las fuerzas armadas.

Algunos tienen solo 7 años.

Matrimonio infantil: Se prevé que durante la próxima década 100 millones de niñas serán

forzadas a casarse antes de cumplir los 18 años.

Trabajo infantil forzoso por endeudamiento: Es un tipo de explotación en la que el menor

contrae una deuda con su patrón y es obligado a trabajar hasta que pague lo que debe. Se da

a menudo en países como India, Nepal, Pakistán y Bangladesh.

Trabajo forzoso en la mina y en la agricultura: A pesar de que la mina es uno de los trabajos

más peligrosos del mundo, 200.000 niños y niñas trabajan en la mina en África occidental y

un millón de menores están en minas y canteras de Asia y Sudamérica. Además, dl trabajo

agrícola es una realidad para 132 millones de niños y niñas menores de 15 años en todo el

mundo. Algunos en condiciones de esclavitud inexorablemente peligrosas.

Esclavitud doméstica: Esta es la realidad de más de 40 millones de niños y niñas: trabajan

como empleados domésticos y 10 millones permanecen ocultos tras las puertas. Este tipo de

explotación infantil sucede en su mayoría a niñas que sufren castigos extremos como golpes

con planchas ardiendo, flagelaciones y quemaduras con agua hirviendo.

OPINION PERSONAL:
Desde hace 20 años, cada 16 de abril se conmemora el Día Mundial contra la Esclavitud

Infantil en honor a la memoria del niño pakistaní Iqbal Masih, quien empezó a trabajar a los

cuatro años de edad y fue asesinado un día como hoy de 1995, cuando solo contaba 12 años

de edad. Desde el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la

Infancia (UNICEF) se indica que “es difícil determinar qué se entiende por esclavitud

infantil”. Según la propia organización, los principales sectores de explotación de niños y

niñas son el matrimonio infantil, la utilización de niños como jinetes de camellos, los niños

soldados, los esclavos sexuales y trabajos en condiciones duras y peligrosas (sector rural,

industria, servicio doméstico, servicios y trabajo en la calle). Todas estas actividades

realizadas por niños y niñas en edades que van desde los 5 hasta los 18 años.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que actualmente unos 168 millones

de niños son víctimas de trabajo infantil en el mundo, de los cuales 85 millones de ellos

sufren las peores formas de trabajo infantil. Asimismo, la Oficina de Naciones Unidas

contra la Droga y el Delito (UNODC) indica en su último informe que la población infantil

representaba en 2013 casi una tercera parte de todas las víctimas de trata de personas en el

mundo (20% niñas y 8% niños). Una cifra que ha aumentado alarmantemente respecto a las

cifras de 2004, donde existía un 13% del total (10% niñas y 3% niños). Por regiones, en

África subsahariana y América Central y el Caribe, los niños y niñas suponen más del 60%

de todas las víctimas expuestas a sufrir algún tipo de explotación. Las mujeres y niñas son

explotadas principalmente para matrimonios forzados y esclavitud sexual, mientras que los

hombres y niños son captados en su mayoría para trabajos forzosos en distintos sectores.

Almudena Olaguibel, especialista de políticas de Infancia en UNICEF, señala que “la

mayoría de los niños que trabajan en condiciones penosas, lo hacen en el sector de la

agricultura (59%). Las tareas oscilan entre sembrar, cosechar, manejar pesticidas y cuidar
del ganado. El 11% lo hacen en el sector de la industria (talleres, minas, canteras y en la

construcción)”. Además, destaca que “estos datos son de sectores legales. La explotación

sexual, en sus distintos tipos como la pornografía infantil o el turismo sexual, que mueve

millones de euros, está escondida”.

El que todavía en pleno siglo XXI existan este tipo de explotaciones se debe, en opinión de

Olaguibel, a que “los niños constituyen una mano de obra barata y, para algunas

actividades, su pequeño tamaño o ligereza los hacen muy valiosos (minería, manufactura).

El caso de la esclavitud sexual es muy especial”, prosigue la especialista de políticas de

Infancia en UNICEF, “pues aunque suele estar prohibido expresamente en casi todos los

países del mundo, la ley de la oferta y la demanda hace que esté aumentando el número de

niños y niñas víctimas de este tipo de explotación”. Además, añade Olaguibel, “hay muchas

formas de acceder a estos menores para explotarlos, como son las nuevas tecnologías o los

viajes turísticos, que hacen que aumente la demanda de niños y niñas”.

Una lacra, la esclavitud infantil en cualquiera de sus formas, sobre la que los países

industrializados o desarrollados parecen no darse cuenta de su existencia o sobre la que,

sencillamente, hacen la vista gorda. Amparo Medina, responsable para temas a nivel global

de Save the Children, indica que “se trata de una realidad poco visibilizada; pero el no saber

no puede venir motivado por él prefiero no saber, por lo que es indispensable que las

políticas públicas incluyan campañas dirigidas a sensibilizar en este sentido”. Por ello, para

conseguir su erradicación en cualquiera de sus formas: bien sea exploración laboral,

explotación sexual infantil, trata de menores, esclavos domésticos, utilización de niños

soldados. Es fundamental, en opinión de Medina, “articular el trabajo en los ámbitos en los

que se desarrolla la esclavitud infantil: trabajo con las familias para amentar los ingresos

económicos de las mismas; cambio de patrones sociales y culturales de tolerancia hacia la


violencia y la explotación de niñas y niños; fortalecimiento de los gobiernos para

identificar, prevenir y atender los casos de explotación infantil en los países, o promover y

facilitar el acceso de los niños a la educación”.

La educación es un punto fundamental para lograr disminuir la existencia de la esclavitud

infantil. Joaquín Nieto, director de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo

para España (OIT), apunta que “el desarrollo de políticas de acceso a la educación es una de

las mejores forma de combatir el trabajo infantil, porque donde hay un maestro o maestra es

porque existe una escuela a la que deben asistir los niños y las niñas de ese entorno. Y

entonces, los maestros son conocedores de la asistencia o no a la escuela por parte del

menor. Un conocimiento que ayuda a que si el niño o la niña falta a clase, se pongan en

contacto con su familia y se interesen de por qué ha faltado. Una relación que puede

descubrir si ese niño está trabajando y, si es así, denunciarlo ante las administraciones

sociales para corregir esa situación”.

Pero no solo hay que combatir la esclavitud infantil en aquellos países en los que se

produce de manera visible y clara. Desde sociedades como la nuestra se puede enseñar a

nuestros hijos, dentro del entorno familiar, a poner su granito de arena para dificultar la

expansión de este tipo de prácticas. Nieto expone que, “como padres, sería interesante que

animáramos a nuestros hijos a preguntarse de dónde provienen algunas de las prendas que

compran. Que se pregunten sobre el precio de las cosas”. E insiste en que “compramos

aquello que cuesta menos, sobre todo los adolescentes; pero cuando compras una prenda

que tiene un precio tan reducido, no es explicable”. Así, Nieto pone el ejemplo de la

fabricación de una prenda de algodón. “Para que una prenda de algodón llegue al mercado”,

explica el representante de la OIT, “ha tenido que cultivarse el algodón, recogerlo, hilarlo,

tejerlo, diseñarlo, transportarlo hasta una sitio y venderlo”. En su opinión, “todo esto
supone mucho tiempo de trabajo. Si esto luego vale nada o casi nada, a cuánto se reparte el

precio de la hora de trabajo. Los padres pueden hablar con sus hijos del precio y lo que

conlleva la fabricación de la ropa que se compran. No para darles una idea del trabajo

infantil, que lo puede haber, y adulto. Sino para enseñarles de que hay trabajo infantil a los

que todavía se les paga menos que a los adultos. Esta es una labor educativa que los padres

podrían hacer. Estamos en una cadena de suministro global y en un proceso global. Por lo

tanto, hay que pensar en términos globales para descubrir esas realidades y actuar en

consecuencia”.

BIBLIOGRAFIA:

https://elpais.com/elpais/2017/04/16/mamas_papas/1492322256_876489.html

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