La Constitucion Escrita

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Sentido y Valor de una Constitución Escrita

Una Constitución escrita y contenida en un documento conciso que puede ser


comentado y recordado más fácilmente que una Constitución formada a lo largo de
una serie de controversias y compromisos parece especialmente adecuada para un
país donde el pueblo está llamado a gobernar.
James Bryce, Constituciones flexibles y constituciones rígidas.

Para entrar a considerar las Constituciones Escritas, primeramente, es necesario


conocer el lugar que estas ocupan en el Derecho Constitucional. La Constitución
Escrita es un elemento -sin duda esencial- del Derecho Constitucional, por ello hay
que distinguir el Derecho Constitucional como un conjunto, de la Constitución
Escrita como un elemento integrante del todo. Esta contiene un número
circunscripto de normas constitucionales que revisten una importancia especial. En
efecto, la Constitución Escrita se convierte en el instrumento donde consta lo más
significativo del Derecho Constitucional. Sin embargo, no todo el Derecho
Constitucional está escrito ni, por lo tanto, está en la Constitución, ni todo el
Derecho Constitucional escrito está en la Constitución Escrita pues esta contiene
sólo parte de las normas constitucionales.

Trazar una división categórica entre Constituciones Escritas y No Escritas sólo por
referencia a su apariencia externa resulta bastante superficial porque a primera vista
nada definitivo nos dice el hecho que una Constitución este escrita y otra no. En
este sentido HORWILL, con ironía expresa que “ algún desconocido dividió las
Constituciones en Escritas y No Escritas, y desde entonces la clasificación fue
tomada en serio de manual en manual ”.

La Constitución Escrita, como formulación documental de normas relativas al


ordenamiento jurídico fundamental del Estado, constituye un tipo constitucional bien
delimitado. La existencia de Constituciones Escritas cuyas normas no fueron
sistematizadas en forma de documento codificado (caso de la Leyes
Constitucionales francesas de 1875) o que no establecieron un procedimiento
parlamentario especialmente agravado para su modificación, nos señala que puede
independizarse la idea de Constitución Escrita del carácter codificado y/o rígido que
puedan tener, es decir que se trata de un concepto relativamente autónomo. En
efecto, de la forma Escrita de la Constitución se deriva un complejo de implicancias
y consecuencias, con relevancia suficiente que justifica un tratamiento por separado
del fenómeno de las Constituciones Escritas.
Llama la atención que la doctrina constitucional en general no haya reparado en
encarar los estudios constitucionales desde la rica perspectiva que ofrecen las
Constituciones Escritas, afanandose más bien en incluir la perturbadora existencia
del sistema constitucional britanico que por su caracter de excepcion no puede
servir de fundamento para una Teoría de la Constitución.

Son pocos los autores que abordaron sus análisis constitucionales desde la
perspectiva que ofrecen las Constituciones Escritas.
El movimiento político-ideológico que dio origen en el siglo XVIII a las
Constituciones Escritas, junto a la formulación por escrito de las normas
constitucionales perseguía la codificación, la rigidez, la solemnidad y la supremacía
jurídica del documento constitucional, dando lugar a un fenómeno único y complejo
cuya finalidad era la limitación del poder del Estado, la certeza de ciertos derechos
de la persona, la libertad económica, etc. En otros términos diremos que
históricamente las Constituciones Escritas de las Revoluciones Burguesas del Siglo
XVIII se presentan como un fenómeno complejo en el que la forma escrita de los
preceptos constitucionales se integró con otros elementos (rigidez, codificación, etc.)
que es necesario distinguir y separar para comprender.

Las Constituciones Escritas abarcan una familia muy amplia de Constituciones,


pues prácticamente la absoluta mayoría de los países hace uso de la escritura para
formalizar sus leyes constitucionales, dentro de la cual puede haber Constituciones
codificadas o no codificadas, Constituciones rígidas o flexibles. Por ello, aunque por
lo general van íntimamente ligadas, no debe confundirse la Constitución Escrita con
las codificadas o dispersas o con la rigidez o la flexibilidad.

La formulación por escrito de las normas fundamentales de la estructura y


organización del Estado se ha convertido en una técnica constitucional
universalmente difundida que se ha emancipado de la ideología que le vio nacer,
siendo empleada hoy por sistemas políticos de todo signo. Precisamente,
desentrañar las virtualidades de la forma escrita de las Constituciones es el objeto
de este estudio.

Vemos que no basta que algunas normas constitucionales de un Estado sean


volcadas al papel para que exista una Constitución Escrita, en efecto, una
recopilación por escrito de prescripciones de naturaleza política, por ejemplo, en un
compendio de preceptos relativos a las organizaciones políticas o de ordenamientos
sociales nos da un documento escrito, sin duda, pero no una Constitución Escrita.
Una Constitución Escrita nos revela la presencia de ciertas notas características.

1) Una Constitución Escrita supone que un cuerpo al que se reconoce


facultades legislativas constituyentes, dicte un conjunto en cierto modo
hermético de preceptos con la voluntad política de expresar, preferentemente
por normas legales escritas y con un sentido unitario, los contenidos que
estima constitucionalmente relevantes. “ La ley escrita-subraya SANCHEZ
AGESTA- destaca una voluntad explícita y deliberada del legislador”.
2) Desmenuzando la noción veremos que es preciso que los preceptos escritos
tengan sustancia de “ley”, en el sentido de regla de derecho general.

Para lo cual el órgano debe manifestar la voluntad política de dictar un acto


de naturaleza legislativa. “ La exigencia de una Constitución Escrita” -
expresa SCHMITT- lleva como último resultado a considerar la Constitución
como una ley. Aun cuando se haya erigido como convenio entre Príncipe y
Representación Popular, sólo debe poder ser cambiada en vía legislativa.

Constitución se convierte, pues en =ley, si bien es cierto, -añade- ley de una


clase especial, y se coloca como lex scripta en contraposición a Derecho
consuetudinario.
3) En efecto, en esto radica la nota típica de las Constituciones Escritas: el
desplazamiento de la costumbre como forma de normación constitucional
requiriendo en su lugar normas voluntariamente creadas a priori y por obra de
la razón plasmadas por escrito.

Kelsen admite que la importancia del Derecho escrito es ser Derecho


establecido por órganos especiales que significa la superación del Derecho
consuetudinario.

La Constitución escrita implica que las normas, aunque tengan sustancia


constitucional, que surjan de la costumbre o los usos no revestirá carácter
formalmente constitucional, por lo tanto, no pueden producir los efectos
jurídicos propios de aquella, o sea, no tiene valor jurídico las costumbre o
usos constitucionales que infrinjan normas contenidas en la Constitución
Escrita. Podemos decir que la Constitución Escrita se opone a las formas
constitucionales consuetudinarias, en consecuencia, ocupa una posición
superior respecto de estas. La forma escrita al aportar precisión y fijeza a la
ley constitucional, contribuye a potenciar la idea de supremacía que
políticamente corresponde a una Constitución.

4) Por último, es también definitorio de las Constituciones Escritas su dictado en


momentos temporalmente delimitados y una cierta unidad de contenido.

Sergio M. Díaz Ricci. (2005). Sentido y Valor de una Constitución Escrita. 2020, de
Revista Jurídica Sitio web: https://ijeditores.com/articulos.php?
idarticulo=62989&print=2#indice 1

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