Las Tardes Con Mi Primita
Las Tardes Con Mi Primita
Las Tardes Con Mi Primita
Soledad hab�a crecido y muy bien, siempre fue una ni�a algo mas alta que el
promedio y ahora me llevaba quiz� un par de cent�metros, ya ten�a catorce a�os. A
pesar de nuestros doce a�os de diferencia fuimos muy cercanos hasta que llego a la
pubertad. Tuvimos algunos juegos, en los que me ingeniaba para satisfacerme sin
forzarla, esa no era la idea, pero ella los coment� con toda inocencia a un
familiar y me complic� la existencia. As�, que me cerr� negando todo y opt� por
mantener prudente distancia para que las cosas no pasaran a mayores.
Hasta que un d�a perd� el control. Ella llego en la ma�ana, algo inusual, quer�a
ba�arse en la piscina. Llego con un vestido muy suelto, esos de verano que se sacan
por arriba. Tiende su toalla y se saca el vestido, ese fue el momento detonante. Al
sacarlo descubri� el bikini m�s diminuto que pudiera haber imaginado. Si bien a�n
no tenia senos, su pechos estaban ligeramente hinchaditos y los tri�ngulos de la
parte arriba apenas cubr�an la aureola de su pez�n. Deb�a ser de varios a�os atr�s,
cuando en realidad era casi un bebe. La trusa apenas cubr�a su monte de venus y era
obvio que hacia tiempo no lo usaba, pues mostraba marcas de bronceado de algo m�s
grande a excepci�n de su vientre que estaba sin broncear, las tiras con las que se
sujetaban ambas partes se ataban con las justas. Colapse de la tremenda erecci�n
que me produjo. Me estaba excitando a prop�sito? En unos d�as iba a cumplir los
once a�os. Me dijo que iba a broncearse conmigo. Yo atine a preguntarle si ten�a
bronceador, me contesto que ella tra�a su aceite para bebe, que eso la bronceaba
mejor y lo que quer�a era borrarse las marcas que le hab�a dejado su ropa de ba�o
entera, ahora quer�a usar bikini. Le ofrec� echarle el aceite. Ella acepto y fue
una experiencia de alto voltaje. Me dio la espalda y empec� por los hombros y
brazos� luego recorr� su espalda, pero como estaba sentada, le recomend� que se
pusiera boca abajo. Que as� estar�a mejor. Estaba perdido!
La trusa dejaba ver la mayor parte sus carnosas nalgas, con la desproporci�n de la
prenda y lo apretada que lo llevaba, parec�a el culo de alguien mucho mayor. No
pude evitarlo y me atrev� a tocarlas por primera vez en mi vida, ella se
sobresalt�, yo no detuve, para no evidenciar culpa, as� que ella me dejo seguir.
Cuando ya no pude seguir regode�ndome con su trasero, me pase a sus piernas, como
segu�a boca abajo, igual de rato en rato visitaba la colita. Hasta que tuve que
detenerme pues me dijo que iba a voltearse.
Ya boca arriba, le pregunt� si le echaba por adelante, ah� me mir� fijamente a los
ojos y se echo sin decirme nada. Hab�a sido suficiente, pero yo estaba encendido y
demasiado erecto. De pronto, con los ojos cerrados me dice: No me vas poner m�s
aceite? La emoci�n volvi� y empec� a frotar su vientre y bajar hasta sentir los
huesitos de su cadera, no me atrev�a a bajar m�s, rode� el triangulito de su trusa,
y me pase a las piernas, los muslos, las pantorrillas y me detuve haci�ndole un
masaje con aceite en los pies, eso la relajo mucho y me parece que la encendi� un
tanto, pues por primera vez sent� que su respiraci�n empezaba a agitarse y algunos
suspiros de placer. Aproveche para subir por sus muslos y echarle en la parte
interna acercando sistem�ticamente a la entrepierna, ella las separ� un poco y
llegue a rozarle la trusita por abajo. Ahora si estaba a mil. As� que me atrev� a
decirle si quer�a jugar al caballito, pero me dijo que quer�a tomar el sol. Yo ya
no pod�a m�s, as� que le dije que me iba a ducharme a mi cuarto, en realidad me iba
para meterme la gran paja de mi vida.
Correg�a con l�piz y borrador los trazos de la cartulina, as� que recostaba un poco
su vientre sobre la mesa de dibujo. El trasero estaba impresionante. Ella estaba de
espalda, met� la mano en mi pantal�n y acomod� m� verga hacia arriba. La choque
como de casualidad, apuntando mi pene erecto entre sus nalgas, la posici�n era
perfecta. Ella no se inmuto, sigui� con sus trazos. Unos cuantos choquecitos m�s,
era evidente que lo estaba sintiendo. Pero yo estaba algo t�mido a�n. Era cuesti�n
de determinaci�n. Finalmente le met� un gran arrim�n.
OK� pero d�jame tocarlo, mientras lo hago� por encima de tu pantlaon no m�s�
No� aqu� no� vete al ba�o
Vamos juntos�
Tengo que verlo me parece buenazo�ya, pero de lejos, m�ralo desde el ba�o
Me abro el pantal�n para sacarla y ella me detiene�
No sabes cuanto extra�e esa sensaci�n� a veces me met�a el dedo, pero no era lo
mismo. Tu pinga me encanta�
Vaya, no me imagine cuanto te gustaba� eso quiere decir que no has probado otra.
Algo as�.
Aproveche el momento para empujar un poco m�s, ella aspira fuerte y emite un gemido
profundo. Su vientre se tensa, yo acerco mis labios para besarla y relajarla un
poco. Ella abraza mi cuello, le pido que aguante un poco para que se acostumbre.
A�n no he traspasado su himen, esta algo estrecha, pero por suerte lubricada.
Mientras revoleteamos nuestras lenguas le hablo�
Yo usaba a Lorenzo para que me puntear�, siempre lo hacia con la ropa puesta, hasta
que un d�a meti� su hocico bajo mi falda, y me lamio sobre el calz�n, yo me lo
corr� a un costado un poquito y me leng�eteaba de lo mas rico�
Ella aprende solita a mover las caderas para meter y sacar, sin tener que
levantarse, es muy buena en lo que hace, contrae su abdomen lo expande. Se dobla
para besarme y me sigue contando, entre chupeteos, parece que eso aumenta su placer