Tarea Académica Teoría Pentatónica

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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene como objetivo general analizar y desarrollar la Teoría


Pentatónica, la cual compre el sistema tradicional de la teoría del delito que es
“un sistema categorial, clasificatorio y secuencial en el que, peldaño a peldaño,
se van elaborando, a partir del concepto básico de acción, los diferentes
elementos esenciales comunes a todas las formas de aparición del delito”. El
método sistemático, al reunir y estructurar todos los elementos del delito en un
sistema dogmático permite seguir, en la interpretación y aplicación del Derecho
penal, un orden previamente marcado por la estructura del delito; es decir, si
concurre una acción, se examinará primero la tipicidad y luego la antijuricidad,
culpabilidad y demás presupuestos de la punibilidad.

Frente al clásico sistema tripartito en el que se diferencian los niveles


sistemáticos de la tipicidad, la antijuricidad y la culpabilidad, se han realizado
propuestas en el sentido de sustituir esta tripartición por una bipartición que
resalte el papel central de los conceptos básicos antijuricidad y culpabilidad, y
contemple el papel de otras categorías, como la tipicidad, en un segundo nivel,
subordinado3 La opción por uno u otro sistema va a depender en gran medida
de cómo se entiendan las relaciones entre tipicidad y antijuricidad.

Cuando los legisladores describen el comportamiento en un tipo criminal, en


realidad están realizando una tarea de selección. Según (Ortega Torres, 1996)
menciona que los comportamientos descritos en los tipos son aquellos que en
principio han sido previamente evaluados negativamente por los legisladores.
Por lo tanto, depende del tipo elegir los comportamientos que constituyen un
delito injusto en particular. Desde esta perspectiva, la tipicidad y la ilegalidad ya
no pueden entenderse como departamentos herméticos, sino como aspectos
parciales del juicio sobre contradicción a la norma.

En vista de tal dilema en el presente trabajo, será posible determinar los límites
del alcance del significado de culpa y culpa por el crimen, entender esto y
también estimarlo desde el punto de vista de la posición pentatónica que
proclama esto para la existencia. El delito debe presumir de cinco elementos:
comportamiento, tipo y tipicidad, ilegalidad, culpa y punibilidad, que se centran
en el desarrollo del sujeto en el elemento "culpa" con el fin de lograr la

1
comprensión e importancia del mismo en el desarrollo y existencia de todo lo
típico. y comportamiento ilegal, también es válido concluir que "no hay delito sin
culpa".

2
ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN..................................................................................................1

ÍNDICE GENERAL...............................................................................................3

Teoría Pentatónica...............................................................................................4

1 El delito..............................................................................................................4

1.1 Concepto......................................................................................................4

2. Teoría del delito................................................................................................5

2.1. Elementos del delito....................................................................................8

2.1.1. Positivos.............................................................................................8

2.1.1.1. Conducta..............................................................................12

2.1.1.2. Tipicidad...............................................................................15

2.1.1.3. Antijuridicidad.......................................................................16

2.1.1.4. Imputabilidad........................................................................16

2.1.1.5. Culpabilidad..........................................................................17

2.1.1.6. Punibilidad............................................................................18

2.1.2. Negativos.........................................................................................19

2.1.2.1. Ausencia conducta...............................................................19

2.1.2.2. Atipicidad y ausencia del tipo...............................................20

2.1.2.3. Ausencia de Antijuridicidad..................................................20

2.1.2.4. Inimputabilidad.....................................................................22

2.1.2.5. Inculpabilidad........................................................................23

3. Estructura para el análisis de los Casos penales..........................................25

CONCLUSIONES...............................................................................................27

APÉNDICES O ANEXOS...................................................................................28

BIBLIOGRAFÍA...................................................................................................29

3
TEORÍA PENTATÓNICA

1 El delito.

1.1 Concepto

La palabra delito deriva del latín delicto o delictum, del verbo delinqui o
delinquiere que significan desviarse, resbalar, abandonar y podrían
1
interpretarse como el abandono de la ley.

La noción del delito se encuentra ligada a la vida social y jurídica de cada


pueblo y cada siglo, de forma que lo penado ayer como delito se considere hoy
como lícito y viceversa, noción que ha ido evolucionando para su estudio.
Carrara, genuino representante de la Escuela Clásica, definió el delito así:

“La infracción de la Ley del Estado, promulgada para proteger la seguridad de


los ciudadanos, resultante de un acto externo del hombre, positivo o negativo,
moralmente imputable y políticamente dañoso”.2

De esta definición destaca, como esencial, que el delito es una violación a la


ley, no pudiéndose concebir como tal cualquiera otra no dictada precisamente
por el Estado, con Io cual separa, definitivamente, la esfera de Io jurídico de
aquellas otras pertenecientes al ámbito de la conciencia del hombre,
precisando su naturaleza penal, pues sólo esta ley se dicta en consideración a
la seguridad de los ciudadanos. Al precisar que tal violación debe ser resultado
de un acto externo del hombre, Carrara excluye de la tutela penal al
pensamiento y limita el concepto de acción al acto realizado por el ser humano,
único dotado de voluntad, acto de naturaleza positiva o negativa, con lo cual
incluye en la definición la actividad o inactividad, el hacer o el no hacer, en fin la
acción o la omisión, formas de manifestación de la conducta. La imputabilidad
moral fundamenta la responsabilidad del sujeto y, por último, la calificación de
dañosa (políticamente) da su verdadero sentido a la infracción de la ley y a la
alteración de la seguridad de los ciudadanos para cuya garantía fue dictada.

Para Franz Von Liszt el delito es un acto humano, culpable, antijurídico y


sancionado con una pena. Ernesto Von Beling lo define como la acción típica,
1
Ana Gamboa de Trejo, Derecho Penal (México: Oxford, 2010), p. 28.
2
Celia Blanco Escandón, Iniciación Práctica al Derecho Penal (México: Porrúa, 2008), p. 71.

4
antijurídica, culpable y subsumible bajo una sanción penal adecuada y que
satisfaga las condiciones de punibilidad. Edmundo Mezger lo considera una
acción típicamente antijurídica y culpable, concepto al que se adhiere Carlos
Fontán Balestra. Para Max Ernesto Mayer el delito es un acontecimiento típico,
antijurídico e imputable. Jiménez de Asúa lo estima como un acto típicamente
antijurídico culpable, sometido a veces a condiciones objetivas de penalidad,
imputable a un hombre y sometido a una sanción”.

Entendiéndose que, el delito es un acto humano (acción u omisión) que causa


un riesgo o un daño. No existe delito si no tiene su origen en un
comportamiento humano. Los hechos de los animales y los eventos fortuitos
ajenos a la actividad humana no constituyen delitos.

2. Teoría del delito.

La teoría del delito es indispensable para explicar, analizar y familiarizarnos con


el delito. En ella se comprende el estudio de los elementos positivos y
negativos del delito, así como sus formas de manifestarse. Los elementos
positivos del delito configuran la existencia de éste, mientras que los elementos
negativos constituirán su inexistencia.

Esta teoría no sólo estudia el delito en particular, sino las partes comunes de
todo hecho delictivo, con el fin de determinar si existe o no un ilícito. Estas
partes o elementos son la conducta, la tipicidad, la antijuridicidad, la
imputabilidad, la culpabilidad, la punibilidad, así como sus elementos negativos,
ausencia de conducta, atipicidad, causas de justificación, inimputabilidad,
excusas absolutorias respectivamente.

En el estudio de la ciencia del derecho se han formulado diversas teorías que


expondré groso modo. La doctrina para conocer la composición del delito, ha
recurrido principalmente a dos concepciones: a) La totalitaria o unitaria, y b) La
analítica o atomizadora.

El pensamiento totalizador o unitario, considera al delito como un todo, como


un bloque monolítico indivisible, porque su esencia no está en cada elemento,
si no en el todo; los autores que defienden esta concepción, principalmente
Antolini y Carnelutti en Italia, y Schaffstein, Dahm y Kempermman en Alemania,

5
identifican al delito como una entidad esencialmente unitaria y orgánicamente
homogénea, es decir, la realidad del delito se encuentra intrínseca en su
unidad, y no se puede dividir.

El autor Maggiore explica esta teoría unitaria, en virtud de que ninguna de las
características del delito es un elemento si por tal se entiende una sección de
aquél; aspecto es todo el delito visto desde cierta perspectiva, así como todo el
prisma se ofrece a la vista en cada una de sus fases. Guissepe Bettiol es un
autor que también adopta esta idea unitaria la cual defiende manifestando que
la exasperación del método analítico considera el delito como una suma de
elementos dispersos y heterogéneos. 3 Sin embargo considero que tales
argumentos no son sólidos en virtud de que la teoría analítica no separa
elementos para dispersarlos sin sentido, sino que tiene el objetivo de
separarlos para su estudio, siempre entendiendo que existe la unidad entre
estas partes o elementos.

Así también, Cuello Calón sostiene que analizar los caracteres o aspectos del
delito, no significa negar su unidad. El delito no puede desintegrarse en
elementos distintos, es un todo unitario que presenta diversos aspectos o
facetas, cuyo estudio es una exigencia de método que nos permite un más
hondo conocimiento de su entidad.4

Hasta hace algunos años se estudiaba al delito como un ente monolítico, el


cual sólo se identificaba con lo contrario al derecho (lo antijurídico).

Dentro del estudio de la teoría del delito encontramos a las teorías causalista y
finalista de la acción. La teoría causalista, como explica Eduardo López
Betancourt, considera el delito como un comportamiento humano dependiente
de la voluntad (voluntario), que produce una determinada consecuencia en el
mundo exterior. Dicha consecuencia puede consistir tanto en el puro
movimiento corporal (delitos de mera actividad), como en este movimiento
corporal seguido del resultado ocasionado por él en el mundo exterior (delitos
de resultado).18 Tratando así a la conducta como factor causal del resultado,
sin tomar en cuenta la intención que llevó al sujeto a cometerla.

3
Eduardo López Betancourt, Teoría del Delito, 10° ed. (México: Porrúa, 2002), p. 4.
4
Roberto Reynoso Dávila, Teoría General del delito, 8° ed. (México: Porrúa, 2015), pp. 6- 7.

6
El sistema clásico del delito tiene como fundamento el concepto causal o
naturalístico de la acción, de ahí que se le denomine sistema causalista
naturalista: reduce la acción a un puro proceso causal que la voluntad ocasiona
en el mundo exterior: la voluntad sólo funge como “factor causal” mas no como
“factor de dirección”, de modo que, los causalistas explican la existencia de la
acción delictiva, cuando un sujeto tiene la voluntad de realizarla, sin tomar en
cuenta necesariamente la finalidad que se proponía al hacerlo, porque ésta no
pertenece a la conducta. Aun en la actualidad está teoría tiene un gran peso en
la dogmática penal.5

Por su parte la teoría finalista considera que la acción no es sólo un proceso


causalmente dependiente de la voluntad, sino por su propia esencia, ejercicio
de la actividad final. La finalidad obedece a la capacidad del hombre de prever,
dentro de ciertos límites, las consecuencias de su comportamiento causal y de
conducir el proceso según un plan a la meta perseguida mediante la utilización
de recursos. De esta manera es como también nos ilustra López Betancourt,
explicándonos que la finalidad obedece a la capacidad del hombre de prever,
dentro de ciertos límites, las consecuencias de su comportamiento causal y de
conducir el proceso según un plan a la meta perseguida mediante la utilización
de recursos. La acción es conducida, desde que el sujeto anticipadamente
piensa su objetivo, eligiendo los medios para lograrlo finalmente concluye su
objetivo con la realización de la acción manifestada al mundo exterior. 6 Para
esta corriente la acción es un comportamiento anticipado mentalmente, de
carácter consciente. De esta manera y a modo de síntesis podemos distinguir
entre ambas, en virtud que la primera, considera a la acción como mecánica:
un producto causal; en cambio la segunda determina dirección o propósito a
ese producto causal, es decir, existe una voluntad orientada en determinado
sentido.7

Ahora bien una vez que entendemos que la teoría del delito esta encausada al
entendimiento del hecho criminoso y para conocer cuando nos encontramos
ante un delito, propuse en este trabajo mostrar los elementos de acuerdo a la
teoría analítica, que configuran y en su caso descartan la presencia del delito.
5
Reynoso Dávila, Teoría general del delito, p. 12
6
Reynoso Dávila, Teoría general del delito, p. 13.
7
López Betancourt, Teoría del delito, p. 8.

7
2.1. Elementos del delito.

2.1.1. Positivos

Varios elementos concurren en el delito. Se habla de presupuestos generales y


especiales, datos positivos (aspecto positivo del delito) y datos o circunstancias
negativos (aspecto negativo del delito). Si aquéllos se reúnen sin que nada los
excluya, existe el comportamiento punible. Empero, puede suceder que,
habiendo delito, se haya extinguido la pretensión punitiva.

El delito es un fenómeno unitario, que se integra de una vez, no por adición de


componentes que acudan sucesivamente. No obstante, es pertinente estudiarlo
en cada uno de sus elementos, mediante un ejercicio de abstracción. De las
teorías que se ocupan en este asunto, la más aceptada durante mucho tiempo
fue la "heptatómica", difundida por el profesor Celestino Porte Petit, que
sostuvo la existencia de siete elementos: conducta ó hecho, tipicidad,
antijuridicidad, imputabilidad, culpabilidad, condiciones objetivas de punibilidad
y punibilidad. Cada uno de estos datos puede ser eliminado por una
circunstancia o causa excluyente.8

En tanto la ley sustantiva penal no contiene una definición del delito que
muestre todos sus elementos, tema que concierne a la doctrina, la explicación
más común de lo que constituye el delito, se apoya en la conocida teoría
pentatómica del delito. De acuerdo con esta teoría, el delito es el acto o la
conducta típica antijurídica, culpable y punible. Es pentatómica porque habla de
cinco elementos esenciales del delito:

1. Conducta. 2. Tipicidad. 3. Antijuridicidad. 4. Culpabilidad. 5. Punibilidad.

La culpabilidad, dentro de esta teoría, presupone la presencia de otro concepto


muy importante: la imputabilidad. Si consideramos a la imputabilidad en sí
misma otro elemento esencial del delito como lo propone la autora Celia Blanco
Escandón, queda el listado de los elementos esenciales como sigue:

1. Conducta. 2. Tipicidad. 3. Antijuridicidad. 4. Imputabilidad 5. Culpabilidad.

6. Punibilidad.9

8
Sergio García Ramírez, Derecho Penal (México: Porrúa, 2007), p. 79.
9
Blanco Escandón, Iniciación Práctica al Derecho Penal, p. 72.

8
El cuadro anterior es una reproducción depurada de la concepción realizada
por el maestro Luis Jiménez de Asúa, que precisó al delito como “…un acto
tópicamente antijurídico, culpable, sometido a veces a condiciones objetivas de
punibilidad, imputable a un hombre y sometido a una sanción penal…”.

La teoría lógico-matemática del derecho penal propuesta por Elpidio Ramírez y


Olga Islas, considera a partir de un claro enfoque finalista, la conveniencia de
una distinción entre el delito y el tipo penal propiamente, aclarando que el tipo
se da en la ley penal, en tanto que el delito lo encontramos en el mundo
material, es decir, en la realidad. Por consecuencia, los presupuestos y
elementos de uno y otro, aun cuando son coincidentes, aluden a circunstancias
relativamente distintas; esto es, al tipo, a la descripción contenida en algún
ordenamiento legal, y el delito, a las circunstancias de hecho al momento de la
consumación del delito.

Ahora bien, en virtud de que los elementos integrantes del delito deben ser
congruentes con los correspondiente al tipo, siendo estos, el deber jurídico, el
bien jurídico, el sujeto activo, el sujeto pasivo, el objeto material, la voluntad
dolosa o voluntad culposa, la actividad o inactividad, el resultado, las
referencias de tiempo, ocasión o lugar, la lesión o puesta en peligro del bien
jurídico y la violación del deber jurídico. Elementos a los cuales debe sumarse
lo relativo a la punibilidad, que constituye conjuntamente con el tipo, a la ley
penal, pues resultaría absurdo pretender tutelar un bien jurídico penal, sin
plantear una determinada punibilidad en la ley penal que contenga al tipo que
lo recoja.

Siendo preciso entonces, afirmar que el abogado penalista en esta nueva era
de la justicia penal, para tener una comprensión completa de su actuar (ya sea
como juez, ministerio público, asesor jurídico o defensor), debe de conocer
primeramente los conceptos fundamentales que estarán ligados con su actuar
diario en el sistema de procesamiento penal acusatorio, lo cual radica en los
elementos que integran la teoría del delito.

De lo anterior se desprende la necesidad de mencionar los numerales 11 y 12


del Código Nacional de Procedimientos Penales (DOF del 17 de julio de 2016),
que hacen alusión a dos principios que imperan en el proceso:

9
Artículo 11. Principio de igualdad entre las partes. Se garantiza a las partes, en
condiciones de igualdad, el pleno e irrestricto ejercicio de los derechos
previstos en la Constitución, los Tratados y las leyes que de ellos emanen.

Artículo 12. Principio de juicio previo y debido proceso. Ninguna persona podrá
ser condenada a una pena ni sometida a una medida de seguridad, sino en
virtud de resolución dictada por un Órgano jurisdiccional previamente
establecido, conforme a leyes expedidas con anterioridad al hecho, en un
proceso sustanciado de manera imparcial y con apego estricto a los derechos
humanos previstos en la Constitución, los Tratados y las leyes que de ellos
emanen.

En efecto, dichos principios dan claridad a la importancia de los lineamientos


del delito, siendo que para activar o hacer efectivos los derechos que se
encuentran latentes en los dispositivos aludidos, es necesario contar con el
conocimiento y puntualizar en su momento una acusación, defensa o
resolución, ya sea el caso, en consecuencia, el deber de realizar un estudio
dogmático breve y preciso en los casos penales que les toque intervenir, sobre
todo si la argumentación jurídica ahora deberá de realizarse de forma oral en
un proceso penal en el que se deberán respetar los principios constitucionales
y reproducidos en el ordenamiento legal secundario de procedimientos
penales, siendo el de inmediación, contradicción, publicidad, continuidad y
concentración.

Los operadores jurídicos antes de comenzar a realizar el estudio dogmático del


delito deben de concentrarse, primeramente, en los presupuestos del mismo,
en donde posiblemente encontrarán una respuesta breve para decidir sobre la
estrategia respectiva de acuerdo al rol que desempeñen en el proceso penal
acusatorio.

La teoría del caso no se ve únicamente desde el plano jurídico nacional, la


perspectiva puede radicar en el terreno de lo internacional, tal como lo
podemos observar en el Estatuto de Roma (ECPI), en el que se articula la
responsabilidad internacional penal individual generada por la comisión de un
hecho punible en su Parte III, en sus artículos 22 y 33, titulada “De los
principios generales de derecho penal”. Esta Parte está integrada por “una

10
serie de normas de nítido contenido penal material, cuyo alcance no se limita a
la descripción de los crímenes de competencia de la Corte, sino que se
extiende a la determinación de los principios garantísticos delimitadores del
ejercicio del poder punitivo de la Corte, así como los presupuestos que
fundamentan la responsabilidad de los sujetos sometidos a su jurisdicción, sin
olvidar, además, la relación de penas aplicables”. En consecuencia, el ECPI
contiene un verdadero Código Penal Internacional que contiene lo que en la
actualidad se denomina la parte general en donde se regulan el principio de
legalidad de los delitos y de las penas, el error, las distintas eximentes,
etcétera, y la parte especial donde se tipifican los distintos delitos de
competencia del Tribunal Penal Internacional. Sin la parte general no podrían
ser aplicados los distintos delitos por el Tribunal Penal Internacional.
Evidentemente la aplicación de los criterios normativos de los elementos que
integran la teoría del delito es parte sustancial para formar parte de un proceso
penal en esta Corte Internacional.

Partiendo de estas ideas, la Teoría del Delito permite realizar un análisis sobre
la infracción de manera escalonada y sistematizada que facilita tanto la
interpretación de las normas penales como la correcta fundamentación de las
sentencias. Cuando un ciudadano puede conocer los lineamientos por dónde
un determinado Juez emitirá una decisión judicial, se dice que se está más
cerca de alcanzar la seguridad jurídica, y esto es precisamente lo que permite
hacer la denominada Teoría del Delito.

Por un lado, la importancia de la teoría del delito radica en su función


garantista, ya que se erige como una barrera frente a la intervención violenta
del poder penal, pues permite ofrecer criterios válidos a los jueces para los
supuestos que se presenten, y permite garantizar predictibilidad en las
resoluciones que se emitan.

El derecho en la actualidad es argumentación, y como tal, la teoría del delito


presenta las herramientas necesarias para que pueda ser argumentado
correctamente, por lo que la aplicación de dicha teoría sirve para la práctica de
los abogados, en un ejercicio que intenta fundamentar la prueba al momento de
su presentación en el juicio oral, y sus alegatos en la fase de clausura de los
debates del juicio. Además, permite la elaboración sistematizada de las
11
denuncias y querellas de manera que los tipos penales queden correctamente
identificados y las conductas típicas puedan ser subsumibles con mayor
facilidad de argumentación, lo que a todas luces facilita la tarea probatoria.

Continúo explicando cada uno de estos elementos:

2.1.1.1. Conducta.

- La conducta tiene varios sinónimos que son utilizados por diversos autores,
se encuentran el de hecho, acción, acto, etcétera, pero estas expresiones no
contemplan la posibilidad de una inactividad, por ello resulta más conveniente
la denominación de conducta. La conducta puede ser cometida por acción o
por omisión, está última a su vez se subdivide en omisión simple y comisión por
omisión.

En el entendido que para que estemos ante la presencia de un delito es


necesaria una conducta humana, se afirma que éste abarca dos posibilidades:
un hacer positivo o un no hacer. La primera constituye la acción y la segunda la
omisión señaladas en los artículos 1 y 15 del Código Penal vigente.

Como he mencionado diferentes autores emplean diferentes vocablos para


referirse a la conducta, entre ellos el “hecho”, sin embargo, Jiménez de Asúa
manifiesta que el primer carácter del delito es ser un acto y que se emplea esta
palabra y no hecho, porque hecho es todo acontecimiento de la vida y lo mismo
puede proceder de la mano del hombre que del mundo de la naturaleza. En
cambio acto supone la existencia de un ser dotado de voluntad que lo ejecuta.
10
Y esto es de nuestro interés puesto que el Derecho regula actos humanos y
no hechos en general donde no participa el hombre.

Ahora bien, esta acción consiste en un acto de voluntad, su exteriorización


mediante un hacer o mediante inactividad, y el resultado será la modificación
producida en el mundo exterior o el peligro creado con dicha conducta. De lo
que se desprende el nexo causal entre la acción y el resultado. Jimenez de
Asúa nos indica que el acto es “la manifestación de la voluntad que, mediante
acción, produce un cambio en el mundo exterior o que por no hacer lo que se

10
Luis Jiménez de Asúa, Principios de Derecho Penal (Buenos Aires: Sudamericana, 1990), p.
210.

12
espera deja sin mudanza ese mundo externo cuya modificación se aguarda”.
De esto se concluye que la conducta tiene tres elementos:

1) Un acto positivo o negativo (acción u omisión); 2) Un nexo causal; 3) Un


resultado.

La acción cuando se exterioriza en un hacer, se define como aquella actividad


que realiza el sujeto, produciendo consecuencias en el mundo jurídico, en
dicha acción debe darse un movimiento por parte del sujeto. Al darse esta
actividad voluntaria realizada por el sujeto, consta de un elemento físico y de
un elemento psíquico, el primero es el movimiento y el segundo la voluntad del
sujeto; esta actividad voluntaria produce un resultado y existe un nexo causal
entre la conducta y el resultado. Porte Petit en cuanto a esto indica: “La acción
consiste en la actividad o hacer voluntarios, dirigidos a la producción de un
resultado típico o extra típico. Es por ello, que da lugar a un tipo de
prohibición”.11

Encontramos entonces que esta conducta de acción primeramente sólo es


atribuible a seres humanos que tienen por facultad la voluntad y esta voluntad
se refiere al querer de la acción, por eso se dice que existe una relación de
causalidad, asimismo, se presenta en ese querer un aspecto psicológico o
psíquico y un aspecto físico.

En cuanto a la conducta por omisión, dice Cuello Calón: “es la inactividad


voluntaria cuando existe el deber jurídico de obrar”. Por su parte Maggiore
expresa que: “es toda conducta humana, dolosa o culposa, que sin necesidad
de una acción material (movimiento corpóreo), produce algún cambio en el
mundo exterior”.12 De esto puede entenderse que estos delitos de omisión se
caracterizan por la inactividad del sujeto cuando estaba obligado por la ley a
realizar una acción, esta inactividad puede presentarse de dos formas, en lo
que se conoce como omisión simple o comisión por omisión.

La primera consiste en omitir una ley, violando una ley preceptiva, mientras que
los segundos, en realizar la omisión con un resultado prohibido por la ley. En
otras palabras, los delitos de omisión simple los constituye la inactividad del
11
Celestino Porte Petit Candaudap, Apuntamientos de la Parte General de Derecho Penal
(México: Porrúa, 1983), p. 300.
12
López Betancourt, Teoría del delito, pp. 99-100

13
sujete, por ejemplo, el no denunciar un delito estando obligado a hacerlo.
Mientras que la comisión por omisión la inactividad del sujeto causa un cambio
material en el exterior, un ejemplo es la madre que no alimenta a su pequeño
hijo, al abstenerse de realizar una conducta exigida por la ley, se está violando
una norma perceptiva y con esta inactividad al producir la muerte del menor se
está violando una norma prohibitiva de “no matar”. 13

El segundo elemento enlistado en supra líneas es el nexo causal o también


conocido como relación de causalidad, el cual establece la relación entre la
acción y el resultado, de acuerdo con el autor Lopez Betancourt existen
diversas teorías respecto a la causalidad de la conducta y el resultado; una es
la generalizadora, la cual toma en cuenta todas las condiciones como causa
del resultado, y la individualizadora que considera sólo a una de las
condiciones como productora del resultado, en relación a una característica
temporal, cuantitativa o cualitativa.

Y el tercero de estos elementos, el resultado, es la acción que deber ser


sancionada por la ley penal. Maggiore define al resultado como “la
consecuencia de la acción, que la ley considera decisiva para la realización del
delito, o lo que es lo mismo, la realización del tipo de delito fijado por la ley, el
resultado es el efecto voluntario en el mundo exterior, como efecto de la
actividad delictuosa”. Para Jiménez de Asúa, el resultado sólo puede ser
incriminado si existe “un nexo causal o una relación de causalidad, entre el acto
humano y el resultado producido. Existe esa relación causal cuando no se
puede suponer suprimido el acto de voluntad, sin que deje de producirse el
resultado concreto. Esta es la prueba hipotética negativamente formulada, más
que una definición de la causalidad.” 14 De las consideraciones anteriores, se
desprende que cuando la conducta produce una mutación en el mundo exterior
o un resultado, este debe unirse a una conducta (de acción u omisión) por
medio de un nexo causal.

13
López Betancourt, Teoría del delito, p. 102.
14
Pavón Vasconcelos, Manual de Derecho Penal Mexicano, p. 264

14
2.1.1.2. Tipicidad

Cuando el Estado considera que una conducta es dañina para ciertos bienes
que debe proteger (como la vida, la salud, la libertad de las personas, el
patrimonio, etc.) crea lo que se conoce como tipo legal. El tipo legal es la
descripción que la ley hace de un hecho que lesiona o bien, en algunos casos,
pone en riesgo a los bienes jurídicamente tutelados. Siguiendo este orden de
ideas, para que un hecho sea típico, éste deberá adecuarse exactamente a la
descripción que el mismo haga del Código penal vigente. Hay dos conceptos
importantes de entender:

Tipo: Es la descripción de una conducta en los preceptos legales. Es una


definición de cada uno de los delitos.

Tipicidad: Es la adecuación de una conducta concreta a la descripción legal


formulada en abstracto a través de cada uno de los tipos penales contenidos
en la legislación penal vigente.

La tipicidad es un elemento esencial del delito ya que no hay delito sin tipicidad
y la analogía no está permitida, esto de acuerdo al Principio de legalidad, bien
enunciado en los artículos 1 y 2 de la Ley Sustantiva Penal:

Principio de legalidad. Artículo 1.- A nadie se le impondrá pena o medida de


seguridad, sino por la realización de una acción u omisión expresamente
prevista como delito en un ley vigente al tiempo de su realización, siempre y
cuando concurran los presupuestos que para cada una de ellas señale la ley y
la pena o la medida de seguridad se encuentren igualmente establecidas en
ésta.

Principio de tipicidad y prohibición de la aplicación retroactiva, analógica y por


mayoría de razón. Articulo 2.- No podrá imponerse pena o medida de
seguridad, si no se acredita la existencia de los elementos de la descripción
legal del delito de que se trate. Queda prohibida la aplicación retroactiva,
analógica o por mayoría de razón, de la ley penal en perjuicio de persona
alguna.

Los preceptos anteriores consagran no sólo el principio de tipicidad, sino


también el principio de legalidad establecido en el artículo 14 constitucional. La

15
ley penal debe establecer con todo rigor los delitos mediante tipos bien
determinados.

2.1.1.3. Antijuridicidad.

Comúnmente se suele señalar como antijurídico lo que es contrario al derecho.


En materia penal, la antijuridicidad radica en la violación del bien protegido en
el tipo penal respectivo.

Mariano Jiménez Huerta dice que es el elemento de la antijuridicidad, el del


contenido más rico y de horizontes más amplios de los que subyacen en la
estructura de los tipos penales y motivan su creación; y también aquel que
mayor profundidad ofrece, pues mece su cuna en la convivencia humana, su
evolución y desarrollo va íntimamente unida a la de la cultura imperante en
cada ciclo de la historia y a la de su lenta pero incesante transformación. De
ahí que sea también el más conflictivo, pues bien puede afirmarse en torno al
mismo que no está, ni lo estará nunca, la última palabra dicha. 15 Puede
entenderse que se le considere con tal importancia, puesto que un sujeto al
oponerse a las normas de la cultura tuteladas por el Derecho, está
oponiéndose no sólo a la ley sino a la colectividad que crea esas leyes.

2.1.1.4. Imputabilidad

La imputabilidad es la capacidad de entender y querer las cosas, el poder


comprender el alcance de los actos realizados, además del deseo de
realizarlos y la voluntad de llevarlos a cabo. Así, imputar un hecho a un
individuo implica atribuírselo para poder hacerle responsable del mismo.

El Diccionario Jurídico define la imputabilidad como “la capacidad,


condicionada por la madurez y salud mentales, de comprender el carácter
antijurídico de la propia acción u omisión y de determinarse de acuerdo a esa
compresión”. Así también, el individuo requiere de dos condiciones para que se
presente la imputabilidad; estas son: edad biológica y edad mental. Es básico
que se consideren estás dos condiciones para que haya imputabilidad,
asimismo, el hombre debe ser capaz de querer el resultado delictivo, y de
entender, en el campo del Derecho Penal, para que sea sujeto imputable. 16
15
Reynoso Dávila, Teoría general del delito, pp. 87-88.
16
López Betancourt, Teoría del delito, pp. 180-181.

16
La imputabilidad presupone que una persona tiene capacidad de querer y
conocer, es decir, capacidad volitiva e intelectiva, de actuar y de entender, para
que puedan imputársele o atribuírsele moralmente sus actos, por tener
conciencia de la bondad o la maldad de sus acciones. Capacidad de entender,
como facultad intelectiva, es la posibilidad de conocer, comprender y discernir
los motivos de la propia conducta y, por lo tanto, apreciarla, sea en sus
relaciones con el mundo externo, sea en su alcance, sea en sus
consecuencias. Capacidad de querer es la posibilidad de determinarse
basándose en motivos conocidos y seleccionados, de elegir la conducta
adecuada al motivo más razonable, y, por consiguiente, de abstenerse y de
resistir a los estímulos de los acontecimientos externos. 17

2.1.1.5. Culpabilidad

Para que un hecho sea considerado un delito se requiere que además de ser
típico y antijurídico sea culpable, es decir, que pueda reprochársele al sujeto
activo el haber actuado en contra de lo establecido por las normas penales. No
sólo se requiere atribuir el presunto delito, sino poder reprochar el mismo. La
culpabilidad implica un juicio de reprobación de la conducta del autor fundado
en su comportamiento contrario al orden jurídico penal. El artículo 18 del
Código Penal vigente establece que los delitos pueden ser:

a) Dolosos o intencionales.- Obra dolosamente el que, conociendo los


elementos objetivos del hecho típico de que se trate, o previendo como posible
el resultado típico, quiere o acepta su realización.

b) Culposos, no intencionales o imprudenciales.- Obra culposamente el que


produce el resultado típico, que no previó siendo previsible o previó confiando
en que no se produciría, en virtud de la violación de un deber de cuidado que
objetivamente era necesario observar.

Entendiéndose que, el dolo se presenta cuando el sujeto realiza la conducta


queriendo el resultado y la culpa se presenta cuando la persona no quiere
producir el resultado pero obra de forma imprudente, imprevista, negligente, sin
cuidado, sin reflexión o sin pericia y causa un daño. La imprudencia supone un
actuar irreflexivamente, sin precaución ni cautela. La negligencia equivale a un
17
Reynoso Dávila, Teoría general del delito, p. 189.

17
descuido, a la omisión de la atención y diligencias debidas. La impericia es la
condición exigida al agente en el sentido de que por su oficio o profesión debe
18
tener determinadas habilidades y conocimientos.

2.1.1.6. Punibilidad

La conducta típica, antijurídica, culpable, realizada por un imputable debe ser


además punible, es decir, debe estar amenazada por una pena o sanción para
constituir un delito.

Cabe aclarar, por ejemplo, que una acción puede ser antijurídica y culpable,
además realizada por un imputable y no ser una conducta delictuosa, ya que
podríamos estar hablando de una infracción civil o administrativa. Algunos
términos que son necesarios para entender el concepto de punibilidad son:

• Punibilidad: Es la amenaza de una pena que contempla la ley para aplicarse


cuando se viole la norma.

• Punición: Consiste en determinar la pena exacta al sujeto que ha resultado


responsable por un delito concreto.

• Pena: Es la restricción o privación de derechos que se impone al autor de una


delito. Implica un castigo para el delincuente y una protección para la sociedad.
El concepto de pena causa controversia dentro del planteamiento o la
orientación de nuestro sistema penal que se basa no en el castigo sino en la
readaptación social del delincuente.

• Sanción: De manera genérica, el término sanción se usa como sinónimo de


pena, pero propiamente, pena es el término o concepto de índole penal y
sanción es mucho más amplio y aplicable a otras esferas del Derecho. Sin
embargo, nuestro propio código al sentir que el concepto pena implica, como
decíamos, cierta contradicción con el fundamento de readaptación social, utiliza
el concepto sanción además del concepto pena.

De manera que, la conducta humana debe ser antijurídica, debe estar en


contraposición a una norma jurídica. Para hablar de antijuridicidad en materia
penal, debe ser contraria a la ley penal. Además de ser antijurídica, debe estar
18
Blanco Escandón, Iniciación Práctica al Derecho Penal, p. 165.

18
prevista en la ley como delito, es decir, que sea un acto típico. El acto típico y
antijurídico debe ser imputable a un ser humano a quien se le pueda atribuir la
responsabilidad del hecho. Ese acto típico y antijurídico deberá ser imputable a
alguien por dolo o culpa, es decir, hablamos de la culpabilidad. Finalmente, ese
acto típico, antijurídico y culpable tendrá que ser sancionado: punibilidad. Si no
hay punibilidad no existe delito. Si tenemos la presencia de todos estos
elementos habrá delito. Si falla alguno de ellos, no hay delito. 19

2.1.2. Negativos

La doctrina jurídico- penal considera que a cada elemento del delito


corresponde un aspecto negativo, el cual impide su integración. De acuerdo al
listado anterior expongo a continuación ahora los aspectos negativos de cada
aspecto positivo:

2.1.2.1. Ausencia conducta.

Es el aspecto negativo del elemento esencial del delito que aparece al


presentarse ciertas causas de exclusión: puede que por determinadas
circunstancias no es posible, afirmar que realmente las cometió. Así ocurre por
ejemplo en los casos en que un sujeto actúa impulsado por una fuerza física
humana irresistible, por una energía de la naturaleza, por estar en un estado de
sonambulismo, etc.

Los actos no voluntarios, los movimientos reflejos, no son acciones en sentido


penal. Los actos que escapan a todo control del querer no pueden atribuirse a
la voluntad y por lo tanto, no pueden constituir delito. De manera que, no hay
acción o conducta cuando se es violentado por una fuerza exterior que no
puede resistir, pues supera la voluntad del sujeto de tal modo que es incapaz
de autodeterminarse. De acuerdo a la doctrina y la jurisprudencia, debe
entenderse que el sujeto actuó en virtud de una fuerza física exterior
irresistible, cuando sobre él se ejerce directamente una fuerza superior a las
propias, a la cual se ve sometido, por cuya circunstancia su acto es
involuntario. Lo que quiere decir que la integración de esta figura requiere que
la fuerza sea material, física, producida por hechos externos y que quien la
sufre no puede resistirla y se ve obligado a ceder ante ella. Por fuerza física
19
Blanco Escandón, Iniciación Práctica al Derecho Penal, p. 72.

19
exterior irresistible, debe entenderse cierta violencia hecha al cuerpo del
agente, que da por resultado que éste ejecute, irremediablemente, lo que no ha
querido ejecutar. 20

2.1.2.2. Atipicidad y ausencia del tipo.

Tipicidad es la adecuación de la conducta al tipo, es decir, cuando falta alguno


de los elementos que requiere el tipo, surge la atipicidad. La ausencia de tipo
es la inexistencia del mismo. Esto es, que en la legislación vigente no existe la
descripción legal (tipo) de una determinada conducta.

Diferenciar la atipicidad y la ausencia del tipo es importante, la Suprema Corte


de Justicia de la Nación ha determinado que dentro de la teoría del delito, una
cuestión es la ausencia de la tipicidad o atipicidad y otra diversa la falta de tipo
(inexistencia del presupuesto general del delito), pues la primera, supone una
conducta que no llega a ser típica por la falta de alguno o algunos de los
elementos descriptivos del tipo, ya que con referencia a las calidades en los
sujetos, de referencias temporales o espaciales, de elementos subjetivos,
etcétera, mientras la segunda, presume la ausencia total de descripción del
hecho en la ley.

2.1.2.3. Ausencia de Antijuridicidad.

Existirá ausencia de antijuridicidad en los casos en que la conducta típica esté


en aparente oposición al derecho y sin embargo no puede ser considerada
antijurídica por la presencia de una causa de justificación o también llamada
causa de licitud, cuando una persona realiza una conducta que causa un daño
o lesiona un derecho, pero dicho actuar está permitido por la ley, decimos que
el sujeto actúa amparado por una causa de justificación. Las causas de
justificación de acuerdo con el Código Penal en su artículo 29, apartado B, son:

a) Legítima defensa. Se presenta la legitima defensa cuando: “Se repela una


agresión real, actual o inminente y sin derecho, en defensa de bienes jurídicos
propios o ajenos, siempre que exista necesidad de la defensa empleada y no
medie provocación dolosa suficiente e inmediata por parte del agredido o de su
defensor. Se presume que existe legítima defensa, salvo prueba en contrario,

20
Reynoso Dávila, Teoría general del delito, p. 66.

20
cuando se cause un daño a quien por cualquier medio trate de penetrar o
penetre, sin derecho, al lugar en que habite de forma temporal o permanente el
que se defiende, al de su familia o al de cualquier persona respecto de las que
el agente tenga la obligación de defender, a sus dependencias o al sitio donde
se encuentren bienes propios o ajenos respecto de los que exista la misma
obligación. Igual presunción existirá cuando el daño se cause a un intruso al
momento de sorprenderlo en alguno de los lugares antes citados en
circunstancias tales que revelen la posibilidad de una agresión”.

b) Estado de necesidad. En el mismo ordenamiento citado en supralineas nos


indica que este supuesto se da cuando: “El agente obre por la necesidad de
salvaguardar un bien jurídico propio o ajeno, de un peligro real, actual o
inminente, no ocasionado dolosamente por el sujeto, lesionando otro bien de
menor valor que el salvaguardado, siempre que el peligro no sea evitable por
otros medios y el agente no tuviere el deber jurídico de afrontarlo”.

c) Cumplimiento de un deber- El agente realice una acción o una omisión


atendiendo a su deber jurídico, siempre que exista necesidad racional de la
conducta empleada para cumplirlo;

d) Ejercicio de un derecho- Cuando el agente realice una acción o una omisión


atendiendo a su derecho, siempre que exista necesidad racional de la conducta
empleada para ejercerlo;

e) Consentimiento presunto- Cuando el hecho se realice en circunstancias tales


que permitan suponer fundadamente que, de haberse consultado al titular del
bien o a quien esté legitimado para consentir, éstos hubiesen otorgado el
consentimiento.

2.1.2.4. Inimputabilidad

El aspecto negativo de la imputabilidad es la inimputabilidad, es decir, cuando


una persona no es imputable. Los menores de 18 años, las personas que
padecen trastornos psiquiátricos o mentales, así como aquellas que padecen
retraso intelectual no son imputables. La ley sustantiva penal nos ilustra al
respecto. Artículo 65.- Si la capacidad del autor sólo se encuentra
considerablemente disminuida, por desarrollo intelectual retardado o por

21
trastorno mental, a juicio del juzgador se le impondrá de una cuarta parte de la
mínima hasta la mitad de la máxima de las penas aplicables para el delito
cometido o las medidas de seguridad correspondientes, o bien ambas,
tomando en cuenta el grado de inimputabilidad, conforme a un certificado
médico apoyado en los dictámenes emitidos por cuando menos dos peritos en
la materia.

Luego entonces, se entiende que aquel que realice un hecho típico sin tener la
capacidad de comprender el carácter ilícito de aquél o de conducirse de
acuerdo con esa comprensión, en virtud de padecer trastorno mental o
desarrollo mental retardado, a no ser que el agente hubiere provocado su
trastorno mental dolosamente.

Para algunos penalistas la embriaguez, el sueño, el hipnotismo y el


sonambulismo son aspectos negativos de la conducta por estar la conciencia
suprimida y han desaparecido fuerzas inhibitorias. Otros los sitúan como
causas de inimputabilidad, cuyo amplio estudio compete fundamentalmente a
la Criminología y a la Medicina Legal. En estos casos corresponderá a la
pericia psiquiátrica determinar si existe grave perturbación de la personalidad,
anulación de la inteligencia y supresión del libre funcionamiento de la voluntad,
para determinar la inimputabilidad. Para que opere se debe anular totalmente la
voluntad del agente, suprimiendo la conciencia del mismo e impidiéndole la
valoración de sus actividades para dejarlas reducidas a mero producto de sus
impulsos, privándole del normal ejercicio de sus facultades mentales. 21

2.1.2.5. Inculpabilidad.

Cuando a una persona no puede reprochársele el haber actuado en forma


aparentemente delictuosa, aparece la inculpabilidad como elemento negativo
de la culpabilidad. Los casos de inculpabilidad o causas de inculpabilidad de
acuerdo al artículo 29 de la ley sustantiva penal en su inciso C, son:

a) Estado de necesidad disculpante o exculpante- Se obre por la necesidad de


salvaguardar un bien jurídico propio o ajeno, de un peligro real, actual o
inminente, no ocasionado dolosamente por el sujeto, lesionando otro bien de

21
Reynoso Dávila, Teoría general del delito, pp. 192-193.

22
igual valor que el salvaguardado, siempre que el peligro no sea evitable por
otros medios y el agente no tuviere el deber jurídico de afrontarlo.

b) Inimputabilidad y acción libre en su causa- Al momento de realizar el hecho


típico, el agente no tenga la capacidad de comprender el carácter ilícito de
aquél o de conducirse de acuerdo con esa comprensión, en virtud de padecer
trastorno mental o desarrollo intelectual retardado. No procederá la
inculpabilidad, cuando el agente al momento de realizar el hecho típico,
hubiese provocado su trastorno mental para en ese estado cometer el hecho,
en cuyo caso responderá por el resultado típico producido en tal situación.

c) Error de prohibición- El agente realice la acción o la omisión bajo un error


invencible, respecto de la ilicitud de la conducta, ya sea porque el sujeto: 1).
Desconozca la existencia de la ley; 2). El alcance de la ley; o 3). Porque crea el
agente que está justificada su conducta.

Si los errores a que se refieren los incisos anteriores son vencibles, no


procederá la inculpabilidad.

d) Inexigibilidad de otra conducta- Cuando el agente, en atención a las


circunstancias que concurren en la realización de una conducta ilícita, no le sea
racionalmente exigible una conducta diversa a la que realizó, en virtud de no
haberse podido conducir conforme a derecho.

6. Excusas absolutorias.- Las excusas absolutorias son la razón para que a


pesar de haberse integrado un delito, carezca de punibilidad y por ello
entonces no habrá delito. Jiménez de Asúa dice que son excusas absolutorias
las causas que hacen que a un acto típico, antijurídico, imputable a un autor y
culpable, no se asocie pena alguna por razones de utilidad pública. 22 Es decir,
son aquellas circunstancias que se encuentran específicamente establecidas
por la ley y por las cuales no se sanciona al sujeto. Estas son:

a) Extinción por muerte. De acuerdo al Código Penal en su artículo 98, la


muerte del inculpado extingue la pretensión punitiva; la del sentenciado, las
penas o las medidas de seguridad impuestas, a excepción del decomiso y la
reparación del daño.

22
López Betancourt, Teoría del delito, p. 268.

23
b) Amnistía. El Artículo 104 del ordenamiento citado en supra líneas nos indica
que la amnistía extingue la pretensión punitiva o la potestad de ejecutar las
penas y medidas de seguridad impuestas, en los términos de la Ley que se
dictare concediéndola.

c) Indulto. El artículo 103 del citado ordenamiento indica que el indulto extingue
la potestad de ejecutar las penas y las medidas de seguridad impuestas en
sentencia ejecutoria, salvo el decomiso de instrumentos, objetos y productos
relacionados con el delito, así como la reparación del daño. Es facultad
discrecional del Titular del Ejecutivo conceder el indulto

d) Perdón. El artículo 100 del mencionado nos dice que el perdón del ofendido
o del legitimado para otorgarlo, extingue la pretensión punitiva respecto de los
delitos que se persiguen por querella, siempre que se conceda ante el
Ministerio Público si éste no ha ejercitado la acción penal, o ante el órgano
jurisdiccional antes de que cause ejecutoria la sentencia. En caso de que la
sentencia haya causado ejecutoria, el ofendido podrá acudir ante la autoridad
judicial a otorgar el perdón. Ésta deberá proceder de inmediato a decretar la
extinción de la potestad de ejecutar las penas y medidas de seguridad.

e) Prescripción. El artículo 105 de este ordenamiento dispone que la


prescripción es personal y extingue la pretensión punitiva y la potestad de
ejecutar las penas y las medidas de seguridad, y para ello bastará el transcurso
del tiempo señalado por la ley.

d) Reconocimiento de inocencia. Cualquiera que sea la pena o la medida de


seguridad impuesta en sentencia que cause ejecutoria, procederá la anulación
de ésta, cuando se pruebe que el sentenciado es inocente del delito por el que
se le juzgó. El reconocimiento de inocencia produce la extinción de las penas o
medidas de seguridad impuestas y de todos sus efectos, esto de acuerdo al
artículo 99 del citado ordenamiento legal.

3. Estructura para el análisis de los Casos penales

Los temas de la teoría del delito antes tratados deben ser aplicados en el
análisis de los casos penales y siguiendo nuestra pos- tura de ceñirnos a la
teoría pentatómica para estructurar el delito. A continuación, proponemos un

24
estructura clara y pragmática para que los operadores del nuevo sistema de
justicia penal pue- dan organizar su teoría del caso en el procedimiento penal
acusatorio acorde a los mismos:

Estudio dogmático

1) Conducta o hecho. Razonar y explicar:

a) Por qué el caso concreto es una conducta o es un hecho.


b) En caso de que sea un hecho, razonar cada uno de sus elementos:
conducta, resultado material y nexo de causalidad.
c) Si opera o no alguna causa de ausencia de conducta.

2) Tipicidad. Razonar y explicar:

a) Por qué el caso concreto encuadra al tipo penal específico, para ello se
deberán explicar los elementos objetivos, subjetivos y normativos.
b) Las agravantes del delito, si en el caso concreto se llegan a presentar.

3) Antijuridicidad. Razonar y explicar:

a) Por qué la conducta en el caso concreto es antijurídica.


b) Por qué operarían o no las causas de justificación del delito.

4) Culpabilidad. Razonar y explicar:

a) Por qué el sujeto activo es imputable o inimputable o si se presenta la


acción libre en su causa.
b) Por qué la conducta es dolosa, culposa o preterintencional.
c) Si opera o no el error de prohibición de tipo o el error de prohibición o la
no exigibilidad de otra conducta.

5) Punibilidad. Razonar y explicar:

a) La sanción penal establecida para el caso concreto.


b) Si opera o no alguna excusa absolutoria.

25
CONCLUSIONES

El presente trabajo se ha desarrollado en respuesta a la teoría pentatónica


logrando ubicar la culpabilidad en su dimensión exacta como uno de los
elementos integrales de todos los delitos, que desde el punto de vista de la
teoría pentatónica, también se ajusta al comportamiento, tipo y tipicidad e
ilegalidad, de manera similar se ha realizado un estudio de los componentes de
la culpa, tales como: el fraude, sus clases , la culpa y sus clases, la
intencionalidad y la exigibilidad de un comportamiento, en el caso específico de
una determinada persona, también se observaron los aspectos negativos del
fraude, como el error, el no exigibilidad de otros comportamientos y falta de
previsión de lo que no es humanamente previsible, a la vez que esperamos una
humilde contribución al entorno académico de nuestra universidad y facultad de
derecho, el grado de culpa también ha sido establecido se relaciona desde un
punto de vista procesal y la incidencia de n importante en el campo de la
responsabilidad penal, porque incluso en la práctica se ha confundido que una
persona es culpable y, por lo tanto, responsable, la cuestión de la culpabilidad y
También se analizó la reprimenda y se basó en los criterios de los diversos
autores que se ocupan del tema, así como en los establecidos por los diversos
órganos que conforman la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación. La esencia básica del dogma penal se ha presentado en varias
posiciones sobre la estructura del delito; sin embargo, la estructura que
consideramos la más efectiva para el estudio dogmático de casos penales
deriva de la teoría pentatómica de cinco elementos y de acuerdo con ella
podemos definir el crimen como un comportamiento o hecho típico que es
ilegal, culpable y punible. su respectivo aspecto negativo.

26
APÉNDICES O ANEXOS

27
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