Exposición Criminalidad y Globalización

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CRIMINALIDAD Y GLOBALIZACIÓN.

Análisis sobre globalización y criminalidad. Primero, se realizarán unas anotaciones


generales sobre: ¿que entendemos por la crisis del derecho penal y la globalización? Dado
que la globalización económica y política ha traído como consecuencia aparejado una crisis
del derecho a penal; partiendo de ahí, se plantea lo que sería la nueva cuestión criminal, en
ese sentido es necesario plantear lo siguiente:

 ¿cómo se ha transformado los fenómenos criminales en el contexto de


globalización?,
 la nueva cuestión penal, para ver cómo se han afrontado estos fenómenos y la forma
como se ha venido haciendo y,
 una propuesta al final, el análisis, la conclusión, la síntesis Ferrajoli saca de esta
crisis del derecho penal.

Se caracteriza y sustenta una brecha que permanentemente se observa en el derecho, y es


esa brecha entre las prescripciones normativas y la capacidad que tiene el derecho para
cumplir sus propias promesas enunciadas en forma teórica en los textos públicos internos e
internacionales; L. Ferrajoli expone un contexto general alrededor de la globalización como
la era de los derechos, una época en la que el derecho internacional de los derechos
humanos adquiere un auge del derecho humanitario, en el cual, cada vez hay más códigos
jurídicos internacionales internos ya como derechos fundamentales constitucionales que
defienden la dignidad humana, a su vez eso se ha acompañado de un incremento de la
violación de los derechos humanos, de los derechos económicos, sociales y culturales. Así
las cosas, esa brecha entre el dicho jurídico y el hecho práctico, el hecho político y social se
ha venido ampliando.

De este modo se asienta el contexto la crisis del derecho en general, mostrando y diciendo
cómo estamos en el marco de los derechos, sin embargo, es un ideal abstracto universal, no
particular, no universal concreto, sino que se observa una “realidad” jurídica que tiene la
capacidad para volverse situación actual inminente, no sólo en términos del derecho
público internacional, sino también en el derecho interno alrededor del derecho
constitucional y el derecho penal. En términos jurídicos, Ferrajoli define la globalización
como un vacío del derecho público a la altura de los nuevos problemas, que los nuevos
poderes alrededor de la asociación de la esfera pública, que se traducen en la ausencia de un
derecho y sistemas de garantías idóneos para poder disciplinar los nuevos poderes
desregularizados y salvajes que actúan tanto en el mercado como en la política, alrededor
de lo que podría decirse actores aparentemente o abiertamente ilegales, hay unos que
aparentan ser legales y son realmente ilegales y otros que son abiertamente ilegales.

El derecho penal a nivel global:

I. No tiene la capacidad de prevenir la ocurrencia de nuevos delitos,


II. No es capaz de sancionar los delitos cometidos por los poderes cada vez más
globalizados.

Alrededor de estas dos funciones, partiendo y definiendo el derecho penal como la ley de
más débiles, es decir, aquella ley que tienen los que son víctimas de delitos y que por
definición tienden a estar en situaciones de debilidad y que el Estado en su conjunto a
nombre la sociedad tiende a nivelar no como un ejercicio de venganza sino como un
ejercicio de justicia.
En concreto, el autor diferencia las dos crisis del derecho penal:

 por un lado, la incapacidad de prevenir la ocurrencia del delito


 pero también, la incapacidad de prevenir la ocurrencia de penas arbitrarias, es decir,
de los excesos del derecho penal.

Entonces, el derecho penal ni es capaz de prevenir los delitos y no es capaz de prevenir que
él mismo sea sujeto de abusos políticos arbitrarios.

La nueva cuestión criminal

La dimensión más política de esta relación, alrededor de la globalización, la criminalidad se


ha transformado progresivamente en lo que él llama la criminalidad del poder, una
criminalidad que amenaza gravemente los derechos, la democracia y la paz, a ésta le suma
los poderes criminales. Así las cosas, se distinguen dos categorías principales:

I. la criminalidad organizada y,
II. los crímenes del poder.

Poe un lado, La criminalidad organizada es aquella que es abiertamente criminal y


indubitablemente se relaciona entre sí, y los crímenes del poder, los crímenes tanto del
mercado, como de los poderes políticos institucionales tanto a nivel estatal, como a nivel
internacional.

La nueva criminalidad organizada ha estado muy vinculada al proceso de globalización, por


lo tanto, encontramos básicamente:

 Narcotráfico,
 Trata y tráfico de personas,
 Los contrabandos.

La encabezan actores abiertamente ilegales, básicamente los carteles, los traficantes


de uno y otro, como los traficantes de armas y demás.

Realidad política y económica (Colombia)

Ese es un poco lo que hemos conocido e infortunadamente Colombia ha sido un


epicentro de esa narcocriminalidad organizada de carácter transnacional con los
carteles que periódicamente hemos venido padeciendo, como por eje:

 El Cartel de Medellín, el Cartel de Cali, también se habla del Cartel de Bogotá, el


Cartel de la Costa, y eso se ha venido transformando, pero no son cárteles sólo con
epicentro en estos territorios, sino que tiene la capacidad de irradiar mercados
globales en Europa, Asia, Estados Unidos, y el resto de américa.

Del otro lado tenemos los crímenes del poder, alrededor de los cuales se articula en
los siguientes:

 Primero, está el poder económico transnacional, que aprovechando los resquicios


del derecho internacional arrasan y devastan las economías nacionales y los
recursos naturales, entre ellos, las mineras, de las empresas agroindustriales
internacionales, alrededor de los cuales Colombia también ha vivido esos procesos
de crimines del poder económico, por ejemplo:

 con el asesinato de sindicalistas por parte de Coca-Cola. “Coca – Cola, es


acusada de contratar asesinos del grupo paramilitar Autodefensas Unidas
de Colombia (AUC) para asesinar a 9 líderes sindicales en sus plantas
embotelladoras entre 1990 y 2002”.
 Chiquita Brands: “En 2007, la bananera Chiquita Brands Internacional
fue condenada por la justicia de Estados Unidos a una multa de 25 millones
de dólares por la financiación de paramilitares en Colombia.
 por los desplazamientos y masacres y alianzas con paramilitares e incluso
con guerrilla que ha desarrollado multinacionales mineras como Anglo Gold
Ashanti y otras, nosotros hemos tenido también una expresión de esa
criminalidad de poder económico dirigida por las multinacionales, que
aprovechando los vacíos que da el derecho internacional para efectos de la
responsabilidad penal, la cual es individual por definición, es decir, se
atrincheran en dinámicas corporativas para ejercer este tipo de criminalidad.
 La tercera criminalidad, la que se conoce como la criminalidad política. Es
alrededor de los fenómenos de macro corrupción institucional de Estados
con capacidad de incidencia global, pero también de instituciones
internacionales incluyendo Naciones Unidas con algunos fenómenos, pero
sobre todo gobiernos con capacidad potencias globales, con capacidad de
hacer daño y de infringir bienes jurídicos esenciales como los derechos
humanos en escala global y planetaria y ahí se habla por eje., en estos
momentos, de gobiernos como el de EEUU que reiteradamente ha violado el
derecho internacional y con ello ha generado violaciones a los derechos
humanos en países sujetos víctimas de su ocupación militar como: Siria,
Irak, Afganistán e incluso Colombia con el “Plan Colombia”.

Estas tres criminalidades se imbrican y se interrelacionan entre sí, para


proveer en el contexto de la globalización actual política una red que a veces
es invisible pero que es muy clara y que ocurre y que se transforma , por
ejemplo vemos como el Cartel de Medellín tiene una expresión política en
sectores del Uribismo; el Cartel de Cali tiene una expresión política de
sectores del Partido Liberal y terminan permeando o siendo permeados a su
vez por los crímenes del poder, poderes criminales y poderosos criminales
en apariencia legales tienden a mantener niveles de impunidad constante. En
este sentido, también la transformación de los fenómenos criminales han
mostrado un carácter clasista, en donde cada vez son más peligrosos los
sectores de las élites criminales históricamente peligrosos en sectores
populares casi siempre asociados a delitos contra el patrimonio económico.

Ferrajoli plantea a partir de ahí lo que llama una nueva cuestión penal, mostrando cómo ha
habido lo que se denomina inflación penal, lo que otros llaman el populismo punitivo y es
esa criminalización de conductas masivas muchas veces ligadas a sectores populares, sin
embargo, hay situaciones que podrían resolverse por vía de querellas e incluso por el
derecho policivo, la conciliación y la justicia restaurativa. En Colombia, por ejemplo
hablamos del populismo punitivo alrededor de:

 La violación de niños
 De la violencia y de los feminicidios y la violencia de género, que no
necesariamente es populismo, porque atiende el enfoque diferencial, pero sí como
una tendencia a criminalizar el aborto o el consumo de estupefacientes; esta deriva
de lo que alude al proceso inflacionista del derecho penal, en última lo que hace es
que bajo el fenómeno de la prescripción de los procesos, con la excusa de que hay
saturación judicial, precisamente porque sé vuelven y se tipifican como delitos una
serie de conductas que podrían manejarse en otros sentidos, terminan por traducirse
en una impunidad del poder criminal y del poder macro de los crímenes del poder,
y una excesiva carga sobre los sectores populares alrededor de los delitos asociados
al patrimonio económico derivados muchas veces de pobreza, entonces, hay un
desplazamiento discursivo también a nivel global y lo estamos viendo como por
ejemplo con el tema de las migraciones, cómo los niños están encarcelados en
EEUU y en Israel, como si migrar fuera un delito, y eso tiene connotaciones
políticas, porque alrededor de eso también están escalando gobiernos de extrema
derecha con carácter fascista, que se alimentan del temor público de los sectores
populares más integrados a la sociedad, que le atribuyen la culpa de su situación al
último de la fila y no ellos con el penúltimo lugar y no a los factores de
concentración de la riqueza y el equilibrio del poder, también es una estrategia de
impunidad; y no solo de extrema derecha, sino de extrema izquierda, que se
aprovechan de todas estas debilidades de carácter social, apropiándose del discurso
social y la realidad del ciudadano común permanece igual o peor en cualquiera de
ambos extremos.
 A nivel por ejemplo del prohibicionismo, de la criminalización penal de conductas
como el consumo de estupefacientes, se explica claramente que son fenómenos o
medidas criminogeneticas, en el sentido en que antes de prevenir el delito lo crean;
es muy claro para el autor que la prohibición del consumo de drogas, lo único que
hace es elevar las rentas de las organizaciones macro criminales alrededor de
fenómenos como la corrupción y a la vez genera una economía política de la lucha
antidrogas por medio del control de presupuestos - alrededor de US $418 millones
esto sólo para lucha antidrogas- destinados entre comillas para la seguridad y
narcotráfico, entonces por punta y punta se produce un enriquecimiento de las élites
al prohibir la el consumo y como consecuencia se aumentan los precios,
aumentando la tasa de rentabilidad de los traficantes, pero también se aumentan los
presupuestos de las autoridades destinadas a controlar justamente el consumo, que
se traduce en contrataciones estatales multimillonarias, por ejemplo, el glifosato,
dispositivos de seguridad, entre otros.

Ferrajoli propone un programa:

1. El primero a nivel interno, como estamos en el marco de la globalización, donde es


imposible distinguir entre la dimensión global y la dimensión de internacional y la
dimensión nacional, pero sabiendo que son ámbitos que todavía existen y que
integrados articulan la globalización jurídica y política el derecho penal, plantea
por un lado un derecho penal mínimo a nivel interno, en el que se concentren los
bienes jurídicos más esenciales y básicamente dirigido a controlar los fenómenos de
corrupción del poder o de criminalidad del poder tanto económico y político.
2. A desregularizar las conductas que lo único que hacen es que crear los poderes
abiertamente criminales como son los narcotraficantes, concentrarse en la
corrupción política y la corrupción empresarial y,
3. a nivel global, plantea la necesidad de expandir las funciones de la Corte Penal
Internacional no sólo hacia los crímenes contra la humanidad, no solamente los
generados en el derecho internacional humanitario, sino también hacia otros
crímenes globales como el terrorismo internacional, el narcotráfico, el tráfico ilícito
de armas, las organizaciones mafiosas multinacionales, los delitos contra el medio
ambiente, la salud, los golpes de Estados, las tentativas golpistas, violencia de
género que bajo como autoridad o persecución subsidiaria cuando las autoridades
territoriales estatales no son capaces de garantizar la seguridad.

En el caso colombiano tenemos, si se quiere, una clase de sociedad criminal, una


clase política criminal muy asociada a la criminalidad global y a los poderes y a los
excesos políticos ya los crímenes globales.

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