Scangarello, J. I. Ferreyra, Y. M. y Leliwa, S. (2016) - Psicología y Educación 3a Ed
Scangarello, J. I. Ferreyra, Y. M. y Leliwa, S. (2016) - Psicología y Educación 3a Ed
Scangarello, J. I. Ferreyra, Y. M. y Leliwa, S. (2016) - Psicología y Educación 3a Ed
Introducción
Desde el momento del nacimiento, el individuo habita un mundo donde existen otros
humanos relacionados entre sí. Esta trama intersubjetiva se ha conformado como tal a
partir de necesidades del hombre que han posibilitado la creación de la cultura,
objetos materiales y simbólicos cuyos objetivos son protegerse de la naturaleza y
regular las conductas para convivir. La cultura humana incluye costumbres,
tradiciones, objetos, leyes, instituciones sociales, el lenguaje, entre otras creaciones.
Así, el humano para ser tal debe vincularse con otros y establecer lazos sociales
integrándose a la cultura. Y este proceso requiere aprendizajes. Es el proceso de
constitución del sujeto y de su humanidad, proceso que diferencia al hombre de otros
seres vivos y que presenta particularidades según las épocas y momentos históricos
porque son las sociedades las que determinan lo indispensable para la conformación
de sus miembros. Conocer acerca del aprendizaje humano es una interesante aventura
que proponemos en este capítulo. Nos acercaremos a definir qué es el aprendizaje, sus
dimensiones, los factores que inciden sobre él, los tipos de aprendizajes, entre otras
cuestiones teóricas. Sin embargo no perderemos de vista que siempre es un sujeto
humano el que conoce y aprende, aspecto central cuando asumimos la tarea de
educar.
1 Doris Lessing (1919). Nació en Kermanshah, Persia, actualmente Irán. Escritora Británica, ganadora del Premio
Nobel de Literatura en 2007. Su interés por la Psicología se traduce en su exploración novelesca de la locura y el
autoanálisis. Gran parte de su obra está basada en la vida cotidiana de mujeres. Autora de Diario de una buena
vecina (1983) entre otras.
¿Cómo pensar el aprendizaje humano?
El ser humano puede definirse, de varias maneras. Una de ellas como un sujeto
epistémico. Denominamos sujeto epistémico (episteme significa ciencia) al sujeto que
conoce, que accede al conocimiento de su realidad natural, cultural y social. Este
sujeto aprende para integrarse a su medio, para encontrarle sentido y significado al
mundo. Es un sujeto curioso, que conoce, es un gran investigador. Este sujeto deseoso
de conocer, curioso e investigador ¿lo es siempre? ¿Qué es lo que hace posible que
aparezca el deseo de aprender? ¿Qué es lo que hace que algunos sujetos lo perciban y
otros no? ¿De qué depende que la misma persona sienta el deseo de aprender, de
conocer, de informarse en algunas situaciones y en otras no? ¿Qué sucede con este
deseo en la escuela? ¿Y en la vida cotidiana? ¿Cómo se hace para despertar ese deseo
de aprender? Si bien la formulación de estas preguntas indicaría un posicionamiento
teórico respecto de que es el aprendizaje, no es el objeto del presente capítulo debatir
sobre estas cuestiones. Hay múltiples definiciones de aprendizaje y muchas maneras
de pensar las actividades involucradas. Hay definiciones basadas en la Psicología
conductista, en las teorías psicogenéticas o en el psicoanálisis. Lo más importante es
plantearnos que hacemos cuando adoptamos una definición de aprendizaje, cual es la
posición ideológica que la sustenta y su influencia en nuestra práctica docente. En la
actualidad es necesario considerar, no solo las definiciones de aprendizaje sino
también las nuevas formas de aprender teniendo en cuenta, entre otras cuestiones,
los avances del conocimiento científico-tecnológico; la producción de aportes desde
otros campos o áreas hacia el aprendizaje; el conocimiento y su valor en las sociedades
actuales, entre otras. Es prioritario pensar el aprendizaje en el contexto de las nuevas
sociedades y específicamente de la sociedad del conocimiento, proponiéndose la
creación de una nueva cultura del aprendizaje. Cultura que ha de demandar a los
sujetos nuevos conocimientos, destrezas y actitudes. Sin embargo, esas demandas
sociales muchas veces exceden las capacidades de aprender de los sujetos lo que trae
como consecuencia un deterioro del aprendizaje. Tomando algunos aportes
vigotskianos, proponemos comprender el aprendizaje en el marco de procesos socio-
históricos, institucionales y subjetivos particulares.
“Las condiciones socio-históricas del momento actual dan cuenta de
profundos cambios. Y hoy, en la sociedad contemporánea, no podemos
negar los cambios y avances de la ciencia, la tecnología. A partir de la
aparición del cine y la televisión, la cultura de la palabra escrita pierde
su monopolio frente al imperio de la imagen. Esta transformación básica
en los modos de receptar información recibe todo tipo de valoraciones.
Consecuentemente, no podemos negar nuevas prácticas sociales”.
(Leliwa, S. 2010)2
Es lícito pensar que las situaciones reales de aprendizaje en las aulas, no pueden ser
explicadas sólo desde las teorías psicológicas del aprendizaje y que es necesario
considerar otras dimensiones. Se propone, entonces, entender el aprendizaje escolar
inscripto en procesos socio-históricos, institucionales y subjetivos particulares. Las
condiciones históricas sociales de la actualidad están teñidas por un profundo cambio
en la cultura, donde encontramos una marcada ausencia de la palabra, sustituida por
una cultura de la imagen, propia de los escenarios postmodernos. Hay una
profundización de las desigualdades sociales, conforme a la distribución de la riqueza
que genera diferentes posibilidades, no sólo de acceso a los bienes materiales sino
también, de acceso a los bienes simbólicos. Unido a esto se encuentran dificultades en
los procesos identificatorios y de pertenencia a las instituciones que perturban los
logros de los aprendizajes. En síntesis, comprendemos el aprender como un proceso
personal y social en el cual el sujeto conforma su propia subjetividad y a la vez
construye su matriz de aprendizaje, conjunto de experiencias que conforman modos
de aprender a aprender y de abordaje de la realidad. La matriz de aprendizaje es
resultado del intercambio entre el sujeto y el mundo, es efecto del aprender,
determinando los nuevos aprendizajes y las formas de vincularse con el mundo, de
percibir, registrar e interpretar la información disponible. Para finalizar es interesante
la opinión de Pozo, I (2000) que nos dice: “Parece que cada vez aprendemos menos
porque cada vez se nos exige aprender más cosas y más complejas. En nuestra cultura
del aprendizaje, la distancia entre lo que deberíamos aprender y lo que finalmente
conseguimos aprender es cada vez mayor.”4
4 Pozo Municio Ignacio (2000). Aprendices y maestros. La nueva cultura del aprendizaje. Madrid. Ed. Alianza (pág
37).
¿Qué significa aprender? ¿Por qué aprendemos?
En la actualidad son las neurociencias las que estudian estas cuestiones. Se trata de un
amplio campo de investigación que presenta diversas ramas según los temas que
investigue. Encontramos la neurociencia social, la neurolingüística, la neuroeducación,
entre otros. Dentro de este campo es la neurociencia cognitiva la que nos interesa
particularmente como docentes ya que estudia la estrecha relación entre genética y
experiencia y explica los cambios neuronales cuando un individuo incorpora nueva
información y aprende o cuando desarrolla alguna habilidad o destreza. Así, explican
cómo se crean circuitos neuronales, el fortalecimiento o no de las conexiones
existentes y hasta la aparición de neuronas nuevas. Estas conexiones favorecen el
aprendizaje, la atención, la memoria, la inteligencia. Estas investigaciones nos
permiten pensar que un ambiente con abundantes estímulos, posibilitará que el
sistema neurológico del sujeto en formación realice múltiples conexiones nerviosas y
pueda lograr aprendizajes diferentes y cada vez más complejos. A modo de cierre
parcial de lo abordado hasta aquí, decimos que el aprendizaje humano es un proceso
complejo atravesado por múltiples dimensiones (afectivas, cognitivas, socioculturales
entre otras); es idiosincrásico y contextualizado en un tiempo y espacio; El aprendizaje
es el proceso por el cual el sujeto humano adquiere el lenguaje de su época y de su
cultura lo
6 En el último capítulo profundizaremos algunas cuestiones más relativas al funcionamiento del cerebro. 7 Citado en
Ortiz de Maschwitz Elena (2004). El cerebro -En la educación de la persona-Ed Bonum. Bs. As. (Pág. 137).
cual le permite pensar, significar la realidad y comunicarse con otros y cuyo efecto son
transformaciones permanentes de si y del mundo. Y es justamente este aprendizaje lo
que caracteriza su humanidad diferenciando al hombre de otros seres vivos ya que es el
único animal que no solo hace sino que piensa en lo que hace. El aprendizaje se
produce durante toda la vida tanto en situaciones formales (escuela) como en
situaciones informales (vida cotidiana) involucra la totalidad del sujeto. Puede ser
voluntario y explícito o involuntario e implícito.
Hasta aquí hemos expuesto algunas ideas referentes al aprendizaje en general, pero el
aprendizaje escolar requiere otro tratamiento dado la complejidad que presenta. Tal
como lo hemos expresado, el aprendizaje es influido por procesos socio-históricos y en
el caso del aprendizaje escolar debemos considerar que se produce dentro de una
institución social que es la escuela. Las instituciones son creadas por las sociedades
para satisfacer determinadas necesidades. Como las sociedades van modificándose,
también lo hacen sus instituciones. La institución escolar fue creada respondiendo a un
mandato social: la formación de ciudadanos, y para ello debía organizar y asegurar la
transmisión de conocimientos y saberes. Como cada institución es portadora de un
mandato social y establece con esa sociedad un contrato fundacional, tiene la
responsabilidad de utilizar sus recursos para lograr su cumplimiento. (Frigerio, Poggi,
Tiramonti 1999)8. En el marco de esta institución educativa, el aprendizaje adquiere
una peculiar conformación debido, justamente, a que aquí se ponen en juego vínculos
personales, sociales y debe cumplirse con los mandatos de las políticas educativas del
momento.
8 Frigerio, Poggi, Tiramonti (1992). Las instituciones educativas. Cara y ceca. Elementos para su gestión.
Buenos Aires. Ed. Troquel
de atribuirle un significado.
Uno de los objetivos de este texto es el de colaborar con los docentes y con la
formación de los futuros docentes aportando a la reflexión sobre las prácticas de la
enseñanza. Con esa intención y la de continuar buscando aportes para una mejora
sustantivas de las prácticas de la enseñanza, recurrimos una vez más a los aportes de la
Psicología, específicamente, a las teorías psicológicas del aprendizaje. Es fundamental
aclarar que la presentación de las principales contribuciones de las diferentes teorías y
sus autores, son sólo recortes de la realidad y que no resuelven todos los planteos
acerca de la enseñanza. Constituyen una información necesaria pero no suficiente para
las intervenciones didácticas. No obstante, es importante poder reflexionar sobre los
supuestos de las diferentes teorías (conductismo, cognitivismo; procesamiento de la
información, entre otras) acerca de los modos de conocer del hombre y tomar
conciencia de las teorías que subyacen en nuestra práctica. También es importante
señalar que no es posible una transferencia mecánica de las teorías a la práctica del
aula, pero sí percibir en qué medida éstas facilitan la comprensión de los procesos de
aprendizaje en la escuela. Asimismo recordar, que muchas de las teorías psicológicas
del aprendizaje fueron construidas en laboratorios o situaciones experimentales como
modelos explicativos. Muchas de estas teorías, algunas ya mencionadas en el capítulo
1, promovieron y ampliaron la relación de la Psicología a las prácticas de la enseñanza,
a la Educación. Las teorías del aprendizaje son muchas pero en general, con relación a
los procesos de aprendizaje, comparten la idea de que éstos y la experiencia juegan un
papel fundamental en el desarrollo de los sujetos. Al mismo tiempo, las teorías han
formulado principios y leyes que intentan explicar los diferentes procesos de
aprendizaje. Intentaremos, entonces, mostrar un panorama que recorra algunos de los
aportes de psicólogos pioneros, especialmente, en lo que refiere a
los procesos cognitivos, es decir, aquéllos por los cuales un sujeto aprende, conoce el
mundo que lo rodea. Pensar el papel de las teorías psicológicas del aprendizaje,
implica, entre otros aspectos, comenzar por plantearse acerca de las concepciones que
se sostienen del aprendizaje, qué y cómo aprende un sujeto y cuál es la utilidad de
estos aportes en los ámbitos educativos. Los aportes de la Psicología del aprendizaje
invitan a la reflexión acerca de lo que subyace a las propuestas didácticas: qué
enseñamos y para qué lo enseñamos. Nos interesa particularmente trabajar con
información que invite al docente y/o futuro docente al desafío de conocer la mente
humana: los procesos por los que conocemos el mundo que nos rodea, aprendemos,
pensamos, es decir, la naturaleza de la inteligencia humana, particularmente en su
manifestación en la escuela. Esta información será un insumo para promover -en
docentes, alumnos, futuros docentes- la reflexión acerca de su propia práctica,
ayudando a comprender la multiplicidad de factores implicados en el proceso de
aprendizaje, proceso que, sostenemos, resulta una construcción continua a lo largo de
toda la vida de los seres humanos. Para comprender la problemática del aprendizaje
muchos autores aportan diferentes categorías teóricas. Estas categorías poseen una
gran potencialidad explicativa, pero a la hora de pensar en el aprendizaje escolar,
aunque resulta necesario su conocimiento, son insuficientes en relación a la
complejidad que dicho proceso tiene dentro del aula. Si bien las teorías psicológicas
del aprendizaje han sido durante mucho tiempo los fundamentos teóricos más fuertes
que se encontraban para entender el aprendizaje, las mismas adolecen de ciertas
limitaciones. Algunas de esas limitaciones, expresadas por Pérez Gómez, A.9 dan
cuenta que las teorías del aprendizaje son aproximaciones parciales a la cuestión del
aprender. No pueden abordar ni explicar la complejidad y totalidad de factores
personales, materiales, metodológicos o institucionales que intervienen; algunas
teorías han elaborado sus conceptos a partir de investigaciones realizadas en
laboratorio, en situaciones controladas y artificiales y por lo tanto muy alejadas del
aprendizaje escolar; cuando se trata del aprendizaje escolar es preciso tener en cuenta
que al producirse dentro de una institución social, ésta tiene una clara función
determinada por la sociedad en un momento determinado y con fines particulares. El
aprendizaje escolar está fuertemente condicionado por su carácter evaluador.
9 Sacristán, J. y Pérez Gómez, A. (1992). Comprender y transformar la enseñanza. Ed. Morata. Madrid.
La necesidad de conocer las teorías del aprendizaje para enseñar requiere que las
mismas cumplan, al decir de Sacristán y P. Gómez, dos condiciones fundamentales,
una la de contener de forma integral las distintas manifestaciones, procesos y tipos de
aprendizaje y la otra, la de mantenerse apegado a lo real, para poder entender y
explicar la complejidad de los procesos de aprendizajes áulico. No obstante lo
expresado, es necesario identificar las ideas más potentes que puedan aportar las
teorías, teniendo presente la clasificación que nos propone Pérez Gómez, (1994).El
autor distingue dos amplios enfoques:
• Teorías Cognitivas: durante el siglo XX, y como reacción a las interpretaciones del
aprendizaje inspiradas en el conductismo se desarrollan y se transforman diversas
teorías psicológicas que englobamos, en términos generales, dentro de la corriente
cognitiva.
10 Iván Petróvich Pavlov (1849-1936), fisiólogo; discípulo de Ivan Sechenov y ganador del Premio Nobel en 1904 por
sus investigaciones sobre el funcionamiento de las glándulas digestivas. Trabajó de forma experimental y controlada
con perros, a los que incomunicaba del exterior en el laboratorio que se pasó a llamar “las torres del silencio”.
Comenzó a estudiar teología, pero la dejó para comenzar medicina y química en la Universidad de San Petersburgo.
Tras terminar el doctorado en 1883, amplió sus estudios en Alemania donde se especializó en fisiología intestinal y
en el funcionamiento del sistema circulatorio.
en la situación experimental un perro escuchaba las pisadas de la persona que
habitualmente venía a alimentarlo, salivaba antes de que se le ofreciera efectivamente
la comida; no obstante, si las pisadas eran de un desconocido, el perro no salivaba.
Estas observaciones lo inspiraron para llevar a cabo numerosos estudios que fueron la
base del Condicionamiento Clásico. Se negó a explicar el Condicionamiento Clásico
según la opinión corriente de que la salivación del perro frente a un indicador
cualquiera se debe a su expectativa de que habrá de recibir alimento. Rechazó toda
explicación basada en una supuesta conciencia del perro, apegándose estrictamente a
las explicaciones fisiológicas. Nunca se consideró un psicólogo, y hasta el fin de sus días
sostuvo que era un fisiólogo. Hoy se estima que la obra de Pavlov ha sido precursora,
ya que fue el primero en efectuar investigaciones sistemáticas acerca de muchos
fenómenos importantes del aprendizaje, como el condicionamiento, la extinción y la
generalización del estímulo.
Reflejos condicionados: Pavlov había observado que en los perros (animales con los
que experimentaba) se producían secreciones gástricas con el alimento durante el
proceso de digestión, y después de varios ensayos, sólo la presencia del
experimentador parecía tener influencia sobre el organismo, ya que esto solo era
suficiente para provocar el fenómeno de secreción. Por ello las denominó secreciones
psíquicas ya que no se encontraban razones fisiológicas que las justificaran. El autor
formula una interpretación fisiológica de las actividades registradas en los hemisferios
cerebrales con el objeto de evitar la utilización de conceptos subjetivos en el estudio
de los fenómenos. De allí que sus estudios no fueran considerados por él como
psicológicos. Profundizó su unidad de análisis en los reflejos considerando que existían
diferentes tipos de reflejos: a) los reflejos innatos cuya relación con el organismo se
daba en términos de totalidad, y que referían a lo que había denominado conducta
instintiva. Son conductas incondicionadas, es decir que ocurren naturalmente, y b) los
reflejos condicionados o el resultado de la adaptación del organismo a cierto medio
ambiente, a través de la cual ayudan a preservar su existencia. Son las conductas
condicionadas, es decir aprendidas. En el caso del experimento de Pavlov, las
conductas condicionadas aparecen frente a un estímulo neutro.
El experimento de Pavlov: Durante los primeros años del siglo XX, Iván Pavlov se
encontraba realizando experimentos sobre la secreción de jugos gástricos en perros
luego de la alimentación. Observó que el período variaba
continuamente. Al comienzo salivaban mientras se los alimentaba. Luego comenzaron
a salivar cuando veían el alimento. Y posteriormente salivaban solamente al ver a la
persona que los alimentaba. Pavlov decidió estudiar estas inesperadas respuestas de
los animales y diseñó su experimento. A partir de la asociación de tres elementos: la
comida, un sonido (campanilla o timbre) y la salivación, Pavlov condicionó al animal
para responder al escuchar el sonido. La comida es un estímulo incondicionado (EI). El
sonido es un estímulo neutro (EN) y la salivación es una respuesta incondicionada (RI).
Para obtener una respuesta condicionada del animal, es decir que responda frente a
un estímulo inicialmente neutro (sonido), debía repetir la presentación simultánea de
la comida y el sonido.
11 John Broadus Watson nació en Greenville (Carolina del sur) el 9 de enero de 1878 y falleció en Nueva York en
septiembre de 1958.
Watson estudia la existencia de reflejos incondicionados o innatos en los niños,
diferenciándolos de los que fueran aprendidos o condicionados, estableciendo así una
diferencia entre conducta innata o aprendida, condicionada e incondicionada. Así
infiere que si toda conducta puede llegar a condicionarse, la Psicología debería
permitir predecir y controlar la conducta. Watson postula que el objeto de estudio de
la Psicología es la conducta observable y que la conducta es la actividad del organismo
en su conjunto; las funciones fisiológicas como el comportamiento son actividades de
estructuras físicas que como tales, pueden ser estudiadas por los métodos objetivos y
rigurosos de las ciencias naturales y que la introspección, por ser un método subjetivo,
carece de validez científica.
Edward Thorndike fue quien elaboró los conceptos básicos del condicionamiento
operante, pero se le atribuye a Burrhus F. Skinner el desarrollo de esta teoría. Al estilo
del conductismo tradicional, Skinner experimenta con animales y posteriormente con
individuos. Para Skinner el condicionamiento clásico explicaba sólo una parte del
aprendizaje de las conductas, es decir, se asociaban las conductas ya existentes con
estímulos nuevos. Skinner se interesa entonces por la adquisición de conductas nuevas
y por lo que sucede después de las respuestas. En el condicionamiento operante se
controlan las consecuencias de las conductas. Las consecuencias de la conducta de una
persona pueden ser muy variadas, pueden ser atractivas o antipáticas, agradables o
desagradables, placenteras o no. Skinner propuso operar sobre esas consecuencias
utilizando reforzadores. Denomina reforzadores a aquellas consecuencias que
fortalecen o consolidan una conducta, cuando una conducta se mantiene en el tiempo
se puede suponer que algo la refuerza. Los reforzadores pueden ser positivos o
negativos. Los reforzadores positivos
12 Burrhus Frederic Skinner nació en Pensilvania el 20 de marzo de 1904 y murió en Massachusetts en 18 de agosto
de 1990. Fue un psicólogo que propuso el uso de técnicas para modificar el comportamiento. Utilizó la llamada caja
de Skinner para realizar estudios experimentales del comportamiento animal. Uno de los estudios más famosos fue
cuando condicionó el comportamiento de una paloma. Skinner supuso que las acciones que los animales realizaran
mediante las cuales obtuvieran el alimento, serían las actividades que se mantendrían en el tiempo. La comida
actuaba como reforzador. Los descubrimientos realizados con animales en laboratorio se trasladaban luego al
aprendizaje humano.
refieren al fortalecimiento de una conducta por la presentación de un estímulo
positivo para la persona. Como ejemplo de reforzadores positivos podemos considerar
el dinero, las alabanzas, elogios, regalos, premios. Los reforzadores negativos
fortalecen la conducta por la eliminación o evitación de un estímulo desagradable para
la persona. Como ejemplo podemos decir que si una persona puede escapar de una
situación que le resulta incómoda o displacentera, es posible que reitere la conducta
en situaciones parecidas. Es la situación de un alumno que, como castigo, es retirado
de la clase por conversar. Si su conducta se repite, está siendo reforzada. El alumno
evita estar en clase. Muchas veces se confunde reforzamiento negativo y castigo.
Las ideas conductistas han tenido una enorme influencia y una fuerte tradición en la
Psicología de la Educación en el período que se extiende desde la década de 1950
hasta principio de los setenta. Para estos estudiosos del aprendizaje, la enseñanza
consiste en preparar un programa instruccional teniendo en cuenta las respuestas de
los alumnos y el modo en que éstas serán reforzadas. Los docentes deben
proporcionar los contenidos y disponer los reforzamientos más adecuados. Uno de sus
principios expresa que “una conducta nueva se aprenderá con más rapidez si quien
aprende es reforzado por cada respuesta correcta” (Woolfolk 1990). Estos son
programas de reforzamiento continuo pero también existen otros programas de
reforzamiento intermitente, es decir, que refuerzan conductas con alguna frecuencia y
no siempre que se presenten. El aprendizaje ha sido uno de los temas que más han
investigado los conductistas. Sostienen que las conductas humanas son aprendidas
dependiendo de las circunstancias ambientales, y que el aprendizaje es un cambio
duradero de la conducta. Para lograrlo es preciso que el maestro utilice los
procedimientos y técnicas adecuadas planificando cada una de las situaciones.
Particularmente, a estas teorías no les interesaba cómo se producía el aprendizaje,
sino fundamentalmente, el producto. Esto con el fin de promover estímulos para una
mayor eficiencia en los resultados.
Bibliografía
Dabas, Elina –Comp. (1998). Los contextos del aprendizaje– Situaciones socio- psico-
pedagógicas. Nueva Visión.
Frigerio, Poggi, Tiramonti (1992). Las instituciones educativas. Cara y ceca. Eementos
para su gestión. Buenos Aires. Ed. Troquel
García Márquez, Nélida (1997). Quiero aprender, dame una oportunidad -propuesta
teórico-práctica para resolver las dificultades en el aprendizaje escolar. Ed. Gedisa.
Pozo Municio, I. (2000). Aprendices y maestros. La nueva cultura del aprendizaje. Ed.
Alianza. Madrid.