Isaias
Isaias
Isaias
Como profeta facultado por Dios, Isaías comenzó su ministerio en 740 a.C., el año que
murió el rey Uzías.
Características
Obediente:
Por cuanto hablar de Israel no es nada fácil, más cuando se dice que su historia
comienza con el pacto de Dios con Abraham. El Antiguo Testamento narra la historia
de un pueblo, al que se le da el nombre de Israel. Dicho pueblo tiene la convicción de
ser elegido por Dios. Tal como se conoce, entre Dios y los israelitas se da un pacto de
alianza. Sin embargo, este pueblo se revelaba constantemente contra Dios y dar una
palabra de juicio resultaba ser un compromiso con lo oyentes, por lo tanto, Isaías nunca
tuvo miedo a decir el mensaje que el Señor le mandaba a su pueblo.
Humildad:
El profeta Isaías recibió una visión de Dios, de su gran poder, su gloriosa Majestad y su
Santidad purificadora. Dar un vistazo a la majestad de Dios lo llevó a tener una
perspectiva humilde de sí mismo y su sociedad. “¡Ay de mí! Porque perdido estoy,
pues soy hombre de labios inmundos y en medio de un pueblo de labios inmundos
habito” (Is 6:5). Cuando entendemos quién es Dios y dónde nos encontramos respecto
a Él, nuestros valores y nuestra ética de trabajo se transforman.
Autoridad:
El profeta ordenó que sus profecías fueran registradas para las generaciones futuras:
“Ahora ve, escríbelo en una tablilla delante de ellos… para que sirva en el día postrero
como testigo para siempre. Porque este es un pueblo rebelde, hijos falsos, hijos que no
quieren escuchar la instrucción del Señor” (Is 30:8, 9).
Insistente:
En el momento del ministerio de Isaías, Judá era una nación injusta y pecaminosa. Sin
embargo, Isaías creía que Judá era la nación escogida por Dios, y sería justificada por
Él. Muchos comentaristas describen a Isaías como el evangelista de Judá, porque trabajó
incansablemente para hacer que el pueblo se volviera a Dios.