Hernan Disalvo Boll Gomez Galli 1999
Hernan Disalvo Boll Gomez Galli 1999
Hernan Disalvo Boll Gomez Galli 1999
ESTRATIGRAFÍA SECUENCIAL
Sedimentación DEL GRUPO SALTA, CON ENFA-
SIS EN LAS SUBCUENCAS DE
METAN-ALEMANIA, NOROESTE
ARGENTINO
Hernández, R.M.1, A. Disalvo2, A. Boll3, R. Gómez
Omil,4 y C.Gallli 1
1XR Exploracionistas Regionales y Servicios, s.r.l., Alsina,
Figura 1.
Secuencia Pirgua 2. Está integrada por dos ciclos grano mación Tunal (Piedra Blanca, Chuñapampa, Las Cha-
y estratocrecientes que se inician con depósitos de barreal cras, río Metán).
(río Sunchales, arroyo Las Pirguas, cerro Tin Tin, Isonza)
b) En zonas de borde de cuenca sin aporte clástico, como
y termina con depósitos de abanicos aluviales dístales,
es el caso de la dorsal Salto-Jujeña, los rasgos de exposi-
ríos entrelazados, abanicos terminales o eólicos. El pri-
ción asociados a esta discordancia están acentuados for-
mer ciclo mide hasta 600 m de espesor y el segundo de
mando paisajes kársticos (Cantera El Sauce).
100 a 150 m (Fig. 2). Generalmente limita por la base
con la secuencia anterior, pero hay posiciones, como c) En la zona de borde, con alto influjo de sedimentos
Chuñapampa, por ejemplo, en donde apoya directamente clásticos y alta tasa de subsidencia, esta discordancia es
sobre el Precámbrico, evidenciando una mayor distribu- difícil de identificar, debido al tectonismo "preolmédico"
ción areal con respecto a la Secuencia Pirgua 1. (Bianucci et al., 1981). Esto se observa en distintos perfi-
les en la zona de los Valles Calchaquíes, por ejemplo el
Supersecuencia Balbuena (75 Ma a 63 Ma)
río Tin-Tin y El Tonco. La geometría externa de la
Su límite superior corresponde a una discordan-
Supersecuencia es tabular y suavemente cuneiforme ha-
cia cuyas características varían según la posición dentro
cia los bordes y está constituida por cuatro secuencias
de la cuenca:
deposicionales equivalentes a las de tercer orden de Vail,
a) En el interior, esta discordancia se manifiesta como un cuyo arreglo es en onlap sobre la supersecuencia Pirgua o
contacto neto entre las calizas de la Formación Yacoraite más hacia los bordes sobre el Ordovícico o Precámbrico
que presentan rasgos de exposición subaérea en el techo (Fig. 2, 3, 4 y 5). Es característica la ciclicidad en los
y las facies lacustres someras suprayacientes de la For- depósitos de la Supersecuencia Balbuena (Boll y
267
pan a su vez en conjuntos de parasecuencias que son la
base para la correlación estratigráfica de detalle (Boll,
1991; Boll y Hernández, 1985) aquí empleada (Figs. 3,
4, 5 y 6). Uno o más conjuntos de estas parasecuencias
forman los cortejos sedimentarios que, a su vez constitu-
ye la herramienta básica utilizada para el análisis de la
dinámica de la cuenca, creando el marco de referencia
para el análisis de los sistemas deposicionales y su co-
rrespondiente asociación de facies.
Esta secuencia está conformada por cinco conjun-
tos de parasecuencias, separadas por superficies de inun-
dación (Figs. 4 y 5). En la secuencia 1 se han identifica-
do 4 sistemas deposicionales (Cuadro 2) en el cortejo
sedimentario de nivel bajo, mientras que en el nivel alto
está representado por un solo sistema deposicional. Esto
se define para una posición de centro de cuenca.
Secuencia Balbuena 2. El límite superior de la Secuen-
cia Balbuena 2 es una discordancia erosiva en las posi-
ciones de borde (Ej. El Tonco, Callejón, Palermo, Acay)
mientras que en la zona de interior de cuenca queda re-
presentada por brechas de exposición con desarrollo de
paleosuelos. Esta discordancia ha sido interpretada como
producto de una brusca desecación del lago debido a un
descenso del nivel de base (Figs. 4 y 5).
La Secuencia Balbuena 2 posee mayor extensión
areal que la anterior y está integrada por dos secciones:
una basal de depósitos carbonáticos, clásticos tractivos y
pelitas intercaladas (CSNB); y una superior clástica y/o
carbonática agradante- progradante (CSNA).
El cortejo de nivel de base bajo (CSNB) esta cons-
tituido por un conjunto de parasecuencias, que han sido
Hernández, 1985), cuyo origen se vincula a cambios del depositadas en un ambiente de lago somero que hacia los
nivel de base ya sea por mecanismos eustáticos o bordes de cuenca se asocia a una planicie entrelazada. El
climáticos (Legarretta y Uliana, 1998, ver Fig. 3). clima fue árido evidenciado por la abundancia de
El estadio de sag fue interrumpido en el inicio de paleosuelos de caliche (Figs. 4 y 5; Cuadro 3).
la Secuencia 4 de Balbuena por la "tectónica Preolmédica",
que llega a su clímax en el techo de la Supersecuencia
Balbuena (Bianucci et al, 1981 o Ranquel II, Salfity et
al., 1984). Esta tectónica tiene expresiones magmáticas
como el basalto en la base de la Supersecuencia Santa
Bárbara en el río Capillas (Sierra de Zapla, Jujuy).
Secuencia Balbuena 1. La Secuencia Balbuena 1 com-
prende dos secciones: la inferior compuesta por facies
clásticas dominantes (Formación Los Blanquitos -parcial-
y/o Formación Lecho) y la sección superior constituida
por facies carbonáticas y pelíticas de la Formación
Yacoraite; entre ambas secciones media una superficie
de inundación. Estas secciones constituyen lo que deno-
minamos Cortejos Sedimentarios de Nivel Bajo y Alto
respectivamente (CSNB y CSNA) (Cuadro 2). Como se
mencionara anteriormente aquí y en otros trabajos sobre
estratigrafía secuencial aplicada al Grupo Salta. estas se-
cuencias son altamente cíclicas en distintas escalas y fre-
cuencias. La más elemental de todas ellas es el pulso de
inundación-somerizacion o Pac (Goodwin y Anderson,
1985) o parasecuencias, que generalmente no excede de
1,5 metros de espesor y es a partir de aquí que se realiza
la interpretación ambiental. Estas parasecuencias se agru-
268
Figura 2.
Figura 3.
269
270
Figura 4.
271
Figura 5.
272
Figura 6.
273
Figura 7.
274
Por su parte el cortejo de nivel alto (CSNA) mues- el techo. El límite superior es una discordancia de primer
tra una evolución de lago salobre a lago meromíctico per- orden.
manente, asociado a un cambio climático hacia condi- Esta disposición expansiva es interrumpida por
ciones más húmedas que produce un mayor aporte de bruscos desplazamientos de los depósitos hacia posicio-
aguas dulces y clásticos hacia la cuenca, inhibiendo la nes de mayor subsidencia, lo que posibilita dividirla en
generación carbonática. Posteriormente a este depósito ocho secuencias deposicionales equivalentes a las de ter-
el clima se tornó más árido nuevamente y se restablecie- cer orden de Vail, pero en este trabajo describiremos in-
ron las condiciones de generación carbonática (grainstone tervalos más grandes, por las siguientes razones:
y packstone oolíticos, de gastrópodos, etc.). La Secuen-
cia Balbuena 2 finaliza con una progradación de depósi- a) Las secuencias de tercer orden de la Supersecuencia
tos fluviales sobre depósitos lacustres (Figs. 4 y 5). Santa Bárbara son de reducido espesor y escasa resolu-
ción sísmica.
Secuencia Balbuena 3. La Secuencia Balbuena 3 tiene
escaso espesor (15,5 a 30 m máximo) y reducida exten- b) En afloramientos aislados no se pueden diferenciar a
sión areal. Está formada por dos conjuntos de qué secuencia pertenecen.
parasecuencias (Fig. 3), la primera correspondiente al c) Son difíciles de correlacionar con otras subcuencas del
registro de nivel bajo del lago con pelitas verdes y/o rojas Grupo Salta.
en interior de cuenca hasta conglomerados de relleno de
canales entrelazados en las zonas de borde. El superior Por lo tanto las agruparemos en tres, Santa Bárbara I
es producto del estado de nivel alto y esta constituido por (Compuesta por las Secuencias 1 y 2), Santa Bárbara II
facies de pelitas negras y grises en interior de cuenca que (Secuencias 3 y 4), Santa Bárbara III (Secuencias 5, 6, 7
gradan a areniscas laminadas muy finas hasta medianas y 8), que cumplen los siguientes requisitos:
producto de la desembocadura de los sistemas fluviales d) Constituyen muy buenas unidades de mapeo.
efímeros en el cuerpo de agua. En las zonas de baja
subsidencia alejadas del cuerpo de agua se depositaron e) Poseen suficiente contraste litológico para diferen-
facies carbonáticas de poca profundidad. El límite supe- ciarlas aún en afloramientos aislados.
rior es una superficie de erosión producto de un nuevo f) Tienen muy buena resolución sísmica, aún en borde de
descenso del nivel del lago. cuenca.
Secuencia Balbuena 4. Esta secuencia es la de mayor g) Se las puede correlacionar con otras subcuencas del
distribución areal de la Supersecuencia Balbuena. En la Grupo Salta.
subcuenca de Lomas de Olmedo se caracteriza por siete
conjuntos de parasecuencias, pero sólo se pudieron reco- Esta agrupación permite una mejor comparación
nocer cuatro en Metán-Alemanía. El primer conjunto de con las unidades litoestratigráficas. Aclaramos que los
parasecuencias corresponde al registro de nivel de base límites no son los mismos sobre todo en posiciones de
bajo y los tres restantes al nivel de base alto. Tienen una borde de cuenca, que las unidades litoestratigráficas de-
geometría tabular a suavemente cuneiforme y cada una bido a que éstas cortan líneas tiempo y se suprimen e
de ellas es traslapada por la superior, quedando la interdigitan unas con otras. Estos problemas no existen
parasecuencia basal restringida al interior de la cuenca con las secuencias definidas en el presente trabajo.
(Figs. 4 y 5). Desde el punto de vista tectónico, la Se- Santa Bárbara I. En el área analizada está constituida
cuencia 4 sigue dominada por la subsidencia termal pero casi exclusivamente por sedimentos clásticos, con espe-
un cambio importante comienza hacia el techo de la se- sor máximo de 200 m en su conjunto pero comúnmente
cuencia donde se manifiesta un nuevo episodio distensivo no superan los 100 m. Su geometría externa es compleja,
(Fase Preolmédica). Esta secuencia marca la mayor ex- debido a una reactivación del episodio distensivo, pero
tensión de los depósitos hacia el borde de la cuenca pero en regiones estables la geometría es cuneiforme con ter-
se nota también que la velocidad de generación de espa- minaciones de onlap sobre la secuencia anterior (Figs. 6
cio empieza a disminuir preanunciando la gran caída del y 7). El límite inferior es consecuencia de un brusco des-
nivel de base que limita la supersecuencia. censo del nivel de base regional, que habría provocado el
desplazamiento de los sistemas deposicionales a posicio-
Supersecuencia Santa Bárbara (63 a 49,5 Ma)
nes más subsidentes. Este hecho provoca un cambio
Se define a la Supersecuencia Santa Bárbara como
paleogeográfico marcado respecto a la Supersecuencia
un espeso conjunto de sedimentitas continentales clásticas,
Balbuena (Secuencia 4). En el campo este límite inferior,
que se encuentran limitadas en su base y techo por dis-
queda evidenciado por la desaparición de facies
cordancias de carácter regional (Hernández y Disalvo,
carbonáticas y fluviales asociadas, que son reemplazadas
1992). Se apoya en forma neta sobre la Supersecuencia
por facies lacustres de escasa profundidad, fluviales en-
Balbuena, o bien, en ausencia de ésta lo hace sobre el
trelazados y abanicos distales.
Precámbrico o Paleozoico, por ejemplo en el río La Viña.
En gran parte del área yace sobre rocas carbonáticas con En posiciones proximales de la cuenca y de alta
signos de exposición o bien sobre facies de areniscas que subsidencia (Fig. 7), como por ejemplo al sur del Valle
reemplazan lateralmente a las calizas. La arquitectura del Tonco y río Tin-Tin, el límite inferior se identifica
general es traslapante hacia los bordes de la cuenca y su por:
geometría externa es cuneiforme en la base y tabular en
275
Figura 8.
a) Aumento granulométrico al iniciarse el depósito de la tría tabular y produce extensas planicies de fango y
Secuencia Santa Bárbara 1, b) disminución del conteni- barreales salinos que evolucionan a sistemas lacustres
do calcáreo en las sedimentitas y menor desarrollo de permanentes. Dentro de esta etapa se puede diferenciar
paleosuelos tipo caliche, siendo reemplazados por un primer intervalo caracterizado por una fuerte genera-
vertisoles, c) la geometría de los bancos es irregular, con ción de espacio para la acumulación de sedimentos con
ausencia de la tabularidad que caracteriza a la desarrollo de importantes espesores pelíticos. En el se-
Supersecuencia Balbuena. En posiciones de menor gundo intervalo, progradan clásticos más gruesos en las
subsidencia este límite se manifiesta por erosión parcial zonas de aporte o se desarrollan facies más profundas en
de la Supersecuencia Balbuena (e.g. cerro Quitilipi, El el cuerpo de agua.
Callejón) o por desarrollo de paleosuelos múltiples (e.g.
El Cardenal). Santa Bárbara II. Se caracteriza por un amplio desarro-
llo de facies de arcilitas, margas y vaques rojas, deposita-
El límite superior de estas secuencias queda evi- das en ambientes similares a las unidades anteriores, pero
denciado por la brusca aparición de sedimentitas fluvia- sin desarrollo de sistemas lacustres hasta el tope del in-
les en todas las posiciones de la cuenca, pero se destaca tervalo, donde se desarrolla un sistema lacustre de gran
en El Ayuso, Tin-Tin, Chuñapampa, etc. extensión areal, cuyo registro constituye un excelente ni-
En Santa Bárbara I podemos separar dentro de las vel guía, tanto en afloramientos como en subsuelo, que
secuencias cortejos sedimentarios. El cortejo sedimentario recibe el nombre de «Faja Gris». En distintas posiciones
de nivel de base bajo se registra en las posiciones más de la cuenca yace sobre el intervalo Santa Bárbara I, y el
subsidentes de la cuenca, asociado a zonas de fallas y límite queda evidenciado por la superposición de arenis-
tiene geometría cuneiforme. Fue depositado por ríos de cas y areniscas conglomerádicas sobre depósitos fluvia-
alto gradiente, planicies entrelazadas y abanicos aluviales les o de planicie de fango (e.g. El Ayuso, Valle Encanta-
que interdigitan con abanicos terminales arenosos y do e Isonza). En la zona del Valle de Lerma aparecen
barreales hacia el centro de la cuenca. En zonas de me- facies de barreales y ríos efímeros superpuestos a facies
nor subsidencia sólo se desarrollan paleosuelos múltiples de lago somero y lago permanente (e.g. Chuñapampa,
o exposición y se produce erosión de la secuencia ante- Tilián, Osma y La Viña). En posiciones de menor
rior. subsidencia y los bordes de la cuenca, yace sobre la
Supersecuencia Balbuena por tener mayor extensión areal
El cortejo sedimentario de nivel alto es de geome-
276
que la unidad anterior. terior de cuenca. Sus espesores en conjunto llegan a más
de 200 m (Fig. 6). Muestran una ciclicidad de orden me-
Las dos secuencias que contiene esta unidad evo-
nor inducida por cambios climáticos. Esta unidad marca
lucionan en forma similar, desde planicie de fango a lago
una etapa de gran expansión en el relleno de la cuenca,
somero en posición de centro de cuenca y desde ríos en-
lo que provoca que se deposite también sobre depósitos
trelazados a planicie de inundación y barreales en las
precámbricos y paleozoicos, además de apoyar general-
zonas de borde de cuenca. El cortejo sedimentario de ni-
mente sobre la unidad Santa Bárbara II. Son depósitos
vel bajo esta integrado por sedimentos clásticos arenosos
acumulados bajo condiciones de clima húmedo, en am-
con buena selección y madurez textural formados por ríos
bientes de abanico aluvial, fluvial entrelazado, lacustre
entrelazados arenosos y abanicos terminales. A medida
efímero y lacustre permanente.
que aumenta el nivel de base se evidencia una pérdida en
la madurez textural y un aumento en el contenido pelítico El registro del cortejo sedimentario de nivel bajo
(Figs. 6 y 7). En la región central de la cuenca se desarro- de la unidad Santa Bárbara III se inicia con el desarrollo
lla una planicie pelítica salina, con cuerpos de agua ais- de un barreal, donde pequeños ríos intracuencales depo-
lados. A través de un límite neto aparece el tercer cortejo sitan aislados cordones de arena. A medida que aumenta
sedimentario representado por una expansión del siste- el nivel de base, las facies lacustres someras reemplazan
ma lacustre y asociado a condiciones climáticas más be- a los barreales que son desplazados hacia los bordes de
nignas. cuenca. Las secuencias que componen la unidad S.B. III
finalizan en el cortejo sedimentario de nivel de base alto,
Santa Bárbara III. Está compuesta por facies pelíticas
constituido por facies lacustres y de planicies algáceas,
verdes y grises que lateralmente gradan a areniscas y are-
que hacia los bordes gradan a pequeños cuerpos deltaicos
niscas conglomerádicas de color gris claro a blanqueci-
y planicies entrelazadas. Los paleosuelos del tipo Gley
no. Son equivalentes a la Formación Maíz Gordo en in-
caracterizan a este cortejo sedimentario.
Figura 9.
Secuencia Lumbrera 1. La Secuencia Lumbrera 1 ha reactivación interdigitados con una extensa planicie de
sido dividida en dos intervalos de menor jerarquía, que fango. Esta asociación ha sido clasificada como cortejo
son equivalentes con las secuencias deposicionales de ter- sedimentario de nivel bajo. La segunda etapa de
cer orden de Vail, cuyo límite está marcado por la retrac- agradación se caracteriza por la pérdida de competencia
ción de un cuerpo lacustre somero denominado «Faja de los sistemas fluviales lo que provoca el depósito de
Verde I». El límite superior de la Secuencia Lumbrera 1 corrientes efímeras, con escasos depósitos encauzados
(faja verde II) constituye un excelente nivel guía en toda pobres en arena asociado lateralmente a planicies de fan-
la cuenca y está evidenciado por el reemplazo de facies go áridas y salinas. Este depósito constituye el cortejo
de pelitas negras y verdes (centro de cuenca) asociado sedimentario agradante. La tercera etapa (cortejo
lateralmente con facies fluviales efímeras (borde de cuen- sedimentario de nivel de base alto) es la expansión lacus-
ca) por facies de margas y arcilitas rojas. tre asociada a condiciones climáticas más benignas, evi-
denciada por facies de planicie interfluvial (pelitas ver-
La primera etapa de acumulación de la Secuencia
des) asociado lateralmente (borde de cuenca) a depósitos
Lumbrera 1 está representada por sistemas fluviales de
de ríos entrelazados areno-conglomerádicos de tipo hú-
carga de lecho, con dominio de erosión y superficies de
278
Figura 10.
medo. Esta etapa finaliza con un depósito de vaque are- ción superior de la Secuencia Pirgua 2, en la subcuenca
nosa fina muy calcárea con rizoconcreciones de gran ex- de Alemanía (río Las Conchas), presenta el vulcanismo
tensión areal, que refleja una discordancia estratigráfica volumétricamente más importante denominado Basalto
o superficie de no depositación. de Las Conchas (Reyes y Salfity, 1973), con edades
isotópicas de 76 Ma a 78 Ma (Valencio et al, 1976 y Re-
Edad del Grupo Salta yes et al., 1976). En base a estos datos se ha realizado
Los depósitos de la Supersecuencia Pirgua poseen una posible correlación con la carta de los ciclos globales
intercalaciones de vulcanitas en la base de la Secuencia (Haq et al., 1987) en donde se estima que la Secuencia
1, conocidos como Basalto de Isonza, con una edad Pirgua 1 ha sido depositada en el intervalo Valanginiano-
isotópica entre 114 ± 5 Ma y 96 ± 5 Ma (Barremiano- Turoniano y, la Secuencia Pirgua 2, en el Santoniano-
Albiano; Valencio et al., 1976). También han sido Campaniano (Fig. 1).
descriptas vulcanitas en el área del Cadillal (provincia
de Tucumán) conocidas como Complejo Alto de las Sali- En la Supersecuencia Balbuena se cuenta con nu-
nas, con edades entre 128 Ma y 103 Ma (Valanginiano- merosos datos paleontológicos, pero no se ha podido pre-
Aptiano; Bossi, 1969 y Bossi y Wampler, 1969). La por- cisar la edad de la misma; en la Secuencia 1 y 2 se ha
279
Figura 11.
Figura 12.
Figura 13.
facies clásticas psamíticas. Las primeras tienen buen de- op. cit.). Por un lado se destacan los intervalos
sarrollo en la rampa carbonática que rodea la Dorsal Sal- carbonáticos y pelíticos de la F. Yacoraite que deberían
to-Jujeña y han resultado productivas en los yacimientos ser particularmente efectivos para los reservorios areno-
de Anticlinal Cuchuma y Lumbreras, específicamente los sos y, por otro lado, las potentes secuencias pelíticas de la
niveles de grainstone oolítico y en menor medida las fa- supersecuencia Santa Bárbara que son sello en los yaci-
cies pelíticas (Gómez Omil y Albariño, op. cit.). Las fa- mientos Cuchuma y Lumbreras.
cies clásticas se asocian a sendas caídas del nivel de base,
Generación y Migración. Los datos de vitrinita obteni-
correspondientes a los límites de secuencia 3 y 4, que
dos de perfiles de superficie demuestran valores de Ro
permitieron la acumulación de espesos intervalos de are-
inmaduros, inferiores a 0,6%. Sin embargo, en ciertos
niscas eólicas y fluviales en posiciones internas de cuen-
ejes sinclinales del sector oriental de la subcuenca de
ca, de hasta 20 m de potencia, con buenas propiedades
Metán, Gómez Omil y Albariño (op.cit.) definieron que
petrofísicas, rodeadas por facies pelíticas negras (Figs. 4
el inicio de generación tuvo lugar en el Mioceno Supe-
y 5 ).
rior en coincidencia con la sedimentación del Araucanense
Roca Sello. Se reconocen dos tipos de roca sello que han (F. Río Guanaco), producto de una intensa deformación
demostrado efectividad en yacimientos de esta subcuenca tectónica durante el Mioceno que permitió la depositación
como en la de Lomas de Olmedo (Gómez Omil y Boll, de importantes molasas sinorogénicas, con notables va-
282
Figura 14.
riaciones de espesor entre las posiciones anticlinales y están relacionados a estructuras anticlinales correspon-
sinclinales. Como consecuencia de ello, sólo aquellos dientes a la IV Región, definida por Gómez Omil y Boll
sinclinales de magnitud regional que alcanzaron (op.cit.). Estos anticlinales, generalmente fallados, se vin-
soterramientos superiores a los 3200 m para sus niveles culan a fenómenos de inversión tectónica y tectónica de
generadores y que tuvieran cantidad y calidad suficiente lámina delgada en el ámbito de la Cordillera Oriental y
de roca madre, fueron capaces de generar y expulsar hi- habrían comenzado a conformarse antes de la genera-
drocarburos, como es el caso de los yacimientos Cuchuma ción de los hidrocarburos (Gómez Omil y Albariño, op.
y Lumbreras. Sin embargo los volúmenes acumulados en cit).
ambos han resultado exiguos, a pesar de hallarse en ple-
na zona de cocina (migración corta). Por esta razón las Llenado de las trampas. Estas trampas han mostrado
migraciones largas tendrían escasa posibilidad de ser efec- hasta ahora, en el mejor de los casos, un llenado muy
tivas, a lo que se debe sumar la ausencia o escasa conti- inferior al cierre estructural, como es el caso de los yaci-
nuidad de los carriers ya sean estos arenosos o mientos de Cuchuma y Lumbreras, del orden del 10%.
carbonáticos. Más eficientes debieron ser las fracturas en Mientras que otras grandes estructuras perforadas como
las facies carbonáticas. las de Yatasto, con producción no comercial o, la de Co-
ronel Moldes, sin rastros de hidrocarburos, demuestran
Trampa. Los hidrocarburos descubiertos hasta el presente
283
Figura 15.
Figura 16.