Hacia Una Ética Contextualista
Hacia Una Ética Contextualista
Hacia Una Ética Contextualista
May
Universidad Bíblica Latinoamericana
San José, Costa Rica
Con frecuencia se critica la ética deontológica que predomina tanto en las comunidades de
fe como en la academia, por ser moralista que, con pretensiones a priori y universalistas, no
sólo obvia las diferencias entre culturas y realidades históricas, sino que oprime o restringe
las posibilidades de vida. A lo mejor resulta superficial, o, a lo peor, un medio de control
social impuesto por elites religiosas y otras. La ética deontológica, con su énfasis en los
deberes universales determinados por encima de toda situación, circunstancia y realidad
histórica, es ética estática y preestablecida, incapaz de responder a las realidades históricas,
y que afirma papeles y relaciones sociales predeterminadas, conservadoras y tradicionales.
Se requiere otro tipo de ética que se base en otra epistemología. Según la teóloga brasileña
Ivone Gebara (1998), tal epistemología, y por tanto la ética, "es contextual". "Esto significa
que es una exigencia del momento histórico en que vivimos, y que se desenvuelve a partir
de contextos locales, aunque se conecta y se abre hacia una perspectiva global". (p. 99)
Creo urgente seguir la intuición de Gebara si la ética, tan necesaria hoy, ha de responder
relevante y significativamente a las múltiples realidades que marcan el mundo
latinoamericano al inicio del milenio.
Lehmann, amigo de Bonhoeffer, desarrolla toda una ética cristiana contextual en su libro
La ética en el contexto cristiano (1968). Se basa en la idea de que Dios es libre y que se
manifiesta en medio de las realidades históricas y las situaciones cambiantes de la vida. Por
tanto, dice Lehmann: "No hay principio formal de conducta cristiana porque la conducta no
puede ser generalizada. Y no puede serlo, porque la voluntad de Dios no puede ser
generalizada". (p. 82) La conducta cristiana consiste en actuar "de tal manera que Dios
reconozca que uno ha estado en la huella de su acción divina" en medio de la realidad
actual. (p. 151) Por eso, según Lehmann, la pregunta que propone la ética cristiana no es
"qué debo hacer", sino "Qué he de hacer yo, como creyente en Jesucristo y miembro de la
iglesia". (pp. 24, 134) La pregunta inquiere por lo que es responsable y adecuado según el
contexto actual, esto porque la ética "tiene que ver con relaciones y funciones, no con
principios y preceptos. (p. 135)
Así que, como decía San Agustín, "ama y haz lo que quieras" (p. 61) es la base de la ética.
Es decir, la ética no consiste en seguir un código de leyes; hacer eso lleva tanto al legalismo
como a la evasión personal por las decisiones que se toman. Más bien, la ética significa ser
responsable. Esta implica que no se puede evitar que las consecuencias sean moralmente
pertinentes, especialmente bajo las condiciones de la modernidad: "Mis decisiones y
acciones, que antes afectaban al círculo reducido de mi familia, mi pueblo o cuanto más mi
nación, entran a formar parte de una trama en la que millones de hombres (sic) sufren--o
disfrutan--las consecuencias". (p.13) Puesta en otra forma, Míguez dice: "la aceleración de
la vida moderna nos obliga a decidir, nos presiona a tomar en cuenta el significado de
nuestras acciones, nos exige un compromiso y requiere coherencia en nuestra conducta".
(p.21) Para Míguez, esto es lo que significa la ética. A la vez, nos exige nuevos
acercamientos a la teoría de la ética.
A pesar de estos esfuerzos seminales, durante los últimos treinta años pocos han trabajado
la idea de una ética contextual y la ética deontológica sigue siendo el marco teórico
fundamental de la ética.
Pensadores recientes
Sin embargo, durante la última década, algunos pensadores latinoamericanos han retomado
el contextualismo para romper esquemas deontológicos y tomar con seriedad el contexto
como moralmente relevante. Por ejemplo, los brasileños Jung Mo Sung y Josué Cândido da
Silva (1995) defienden "una postura ética que esté atenta a las situaciones concretas en que
se desenvuelve y los efectos de las acciones". (p. 113) Buscan una "ética de la
responsabilidad". En esta ética:
Desde Costa Rica, dos pensadores que están considerando la ética en términos no
deontológicos son Franz Hinkelammert y Jorge Arturo Chaves, ambos economistas con
preparación formal en teología.
Además, reclama que "no son las normas éticas las que están en cuestión...sino de hacerlas
efectivas frente a los efectos indirectos de la acción directa". (2001:18) No obstante, es
claro que los principios y las normas, que Hinkelammert asocia con "la ley" en el sentido
paulino, no son la preocupación principal. Incluso, según Hinkelammert, la ética de normas
puede reducirse a una ética funcional del sistema que violenta su propio propósito. En este
sentido, tal ética se convierte en una anti-ética. (p. 18) Sólo prestando importancia a los
efectos reales se puede comprender el verdadero sentido de la ética.
Chaves (1999) se preocupa por una ética ubicada entre "las absolutizaciones de lo existente,
por un lado, y los sueños irrealizables, por otro". (p. 134) Esto lo lleva a señalar la
importancia de la "factibilidad" en el quehacer ético. Si una política o conducta no es
posible, verdaderamente realizable o "factible," no puede ser considerada como ética,
aunque Chaves insiste en la importancia de evitar el conformismo. Su punto es que la ética
y las mediaciones que propone como políticas y conductas reales, no pueden ser abstractas
sino enraizadas en, y respuestas a, la realidad concreta. En ese sentido, para Chaves el
problema de las mediaciones es "el verdadero problema de las decisiones éticas. Es al nivel
de las situaciones particulares donde se decide la suerte de la ética...".(p. 138) Esto significa
que la ética no consiste en la aplicación de normas o principios universales, sino en un
proceso de "invención ética".
Así que Chaves avala una ética contextualista o situacionista que enfatice la historicidad de
la ética. Darse cuenta de la historicidad de la ética:
Finalmente, regreso a Ivone Gebara. La ética según las feministas tiene que romper
esquemas deontológicos porque sus premisas básicas--deberes universales formulados a
priori como principios, normas y reglas absolutos--son reflejos claros del patriarcalismo.
Como dice Gebara (1998), "Universalización significa que se toma el conocimiento
masculino como paradigmático". (p. 95) La consecuencia es la sofocación de las
diferencias y el forzamiento de todos en un mismo molde. Más bien, como indiqué al
comienzo de este artículo, Gebara reclama una epistemología contextual para proponer la
ética:
La ética surge, entonces, no en forma a priori y universal, sino desde la realidad misma.
Conclusión
En estos pensadores de la ética vemos esfuerzos por romper esquemas deontológicos, para
mover la ética en direcciones historizadas y contextualistas. Me parecen importantes sus
esfuerzos. Con demasiada frecuencia la ética no sólo se hace estática en medio de
realidades cambiantes y progresivas, sino se convierte en una "anti-ética", porque los
principios y las reglas valen más que la humanidad que supuestamente defienden. Más
bien, se requiere una ética dinámica que responda ante contextos y personas reales, para
ayudarles a discernir cómo vivir creativa y responsablemente ante Dios, la comunidad y
ante sí mismas. Se puede hacer esto sólo cuando la persona humana real--no los principios,
las reglas y las normas--es el sujeto histórico, el centro de la discusión y preocupación
éticas; sólo cuando se evalúan las implicaciones y las
__________________
6
He trabajado la ética contextualista en May 1998. Específicamete, propongo una "ética de
la responsabilidad".
consecuencias de las decisiones en términos de vidas concretas. Esto exige que la ética
comprenda el contexto mismo como fuente de normatividad, algo imposible a priori a las
realidades concretas. Por tanto, hay que des-reglamentar o des-naturalizar la ética para
contextualizarla. Sólo la ética que toma en serio la historia como moralmente relevante,
puede dejar de ser abstracta y convertirse así en el centro vital de discernimiento en medio
de las posibilidades y las ambigüedades históricas que caracterizan la vida real.
Bibliografía
Chaves, Jorge Arturo. 1999. De la utopía a la política económica. Para una ética de las
políticas económicas. Salamanca: San Esteben-EDIBESA.
Duque, José y Germán Gutiérrez, eds. 2001. Itinerarios de la razón crítica. Homenaje a
Franz Hinkelammert en sus 70 años. San José: DEI.
Gebara, Ivone. 1998. Intuiciones ecofeministas. Ensayo para repensar el conocimiento y la
religión. Montevideo: Doble clic.
Hinkelammert, Franz J. 1995. Cultura de la esperanza y sociedad sin exclusión. San José:
DEI.
__________________. 2001. "Una nueva ética del bien común para evitar la debacle". En:
Ambientico 89 (Febrero).
May, Roy H. 1998. Discernimiento moral. Una introducción a la ética cristiana. San José:
DEI-UBL.
Moreno Rejón, Francisco. 1986. Salvar la vida de los pobres. Aportes a la teología moral.
Lima: CEP.
Sobrino, Jon. 1977. Cristología desde América Latina (Esbozo a partir del seguimiento del
Jesús histórico), segunda edición. México: Ediciones CRT.
Sung, Jung Mo y Josué Cândido da Silva. 1995. Conversando sobre ética e sociedade.
Petrópolis: Vozes.
http://www.pensamientos.com/Roy/Humanidades.htm