Estandares ADA 2021
Estandares ADA 2021
Estandares ADA 2021
Estándares para la
Atención Médica
en la
Diabetes
Información del Curso
Abreviaturas
3
GLP-1 glucagon-like peptide-1 (péptido similar al glucagón tipo 1)
HAPO Hyperglycemia and Adverse Pregnancy Outcomes
IADPSG International Association of Diabetes and Pregnancy Study Groups
IAM infarto agudo de miocardio
IDF International Diabetes Federation
IMC índice de masa corporal
IMPROVE-IT IMProved Reduction of Outcomes: Vytorin Efficacy International Trial
ITG intolerancia a la glucosa
IV intravenosa
KDIGO Kidney Disease: Improving Global Outcomes
LEADER Liraglutide Effect and Action in Diabetes: Evaluation of Cardiovascular. Outcome Results
MODY mature onset diabetes of the young (diabetes juvenil de inicio en la madurez)
NGSP National Glycohemoglobin Standardization Program
SUSTAIN-6 Trial to Evaluate Cardiovascular and Other Long term Outcomes with Semaglutide
in Subjects With Type 2 Diabetes
TECOS Trial Evaluating Cardiovascular Outcomes with Sitagliptin
TSH thyroid stimulating hormone (hormona estimulante de la tiroides)
UKPDS U.K. Prospective Diabetes Study
VADT Veterans Affairs Diabetes Trial
VFG(e) volumen de filtración glomerular (estimado)
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Introducción
La diabetes tiene un gran impacto en la economía del sistema de salud. Los costes deri-
vados del tratamiento y la prevención de la diabetes se convierten en una de las princi-
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
pales partidas presupuestarias que deben asumir las sanidades públicas. Los pacientes
con diabetes tienen hospitalizaciones más prolongadas, esta enfermedad es la segunda
causa de muerte entre pacientes hospitalizados. Según la IDF, las estimaciones de 2019
en la región europea indican que el gasto sanitario total empleado en personas con dia-
betes ha sido de 161.400 millones de dólares. Europa es la región con el segundo mayor
gasto promedio sanitario en diabetes por persona (1). En España, se estima que los costes
directos de la asistencia sanitaria en diabetes corresponden al 8% del gasto total del Sis-
tema Nacional de Salud. Los costes farmacológicos fueron la categoría con mayor peso,
seguida por los costes hospitalarios (3).
2
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Temario
Clasificación 11
Diabetes tipo 1 13
Diabetes pancreática 20
Vacunas 27
Enfermedades autoinmunes 29
Cáncer 29
Deterioro cognitivo/demencia 30
3
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Pancreatitis 32
Fracturas 32
Deterioro sensorial 33
Enfermedad periodontal 34
Carbohidratos 37
Proteinas 39
Grasas 39
Micronutrientes y suplementos 39
Actividad física 40
Problemas psicosociales 43
6 Objetivos glucémicos 47
Objetivos glucémicos 49
Hipoglucemia 52
4
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7 La tecnología en la diabetes 55
Automonitoreo de la glucemia 55
Administración de insulina 59
Farmacoterapia 65
Cirugía metabólica 67
10 Enfermedad cardiovascular 77
Control de lípidos 81
Agentes antiplaquetarios 85
Enfermedad cardiovascular 87
11 Complicaciones microvasculares 92
Retinopatía diabética 98
5
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Hipoglucemia 139
6
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
1
Promoción de la salud y mejora
de la atención en la población
Las recomendaciones para la práctica clínica son clave para mejorar la salud de la
población; sin embargo, con el fin de conseguir resultados óptimos, la atención de la
diabetes debe ser personalizada para cada paciente. La ADA destaca la importancia de
la atención centrada en el paciente, definida como aquella que es respetuosa y sensible
a sus preferencias, necesidades y valores, y que garantiza que los valores de los pacientes
orienten todas las decisiones clínicas.
La diabetes implica una carga financiera importante para los individuos y para la sociedad.
Los costes económicos se han incrementado un 26% entre 2012 y 2017, como conse-
cuencia de una mayor prevalencia de la enfermedad y de un aumento en los gastos por
persona con diabetes. Resulta fundamental implementar estrategias de salud para reducir
estos costes y brindar un cuidado optimizado.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Una atención exitosa de la diabetes también requiere un enfoque sistemático para res-
paldar las iniciativas de los pacientes para modificar la conducta. Se ha mostrado que la
educación y el apoyo para el autocontrol de la diabetes de alta calidad mejoran el auto-
control por parte del paciente, la satisfacción y el control de la glucosa. Cuando no se
logran los objetivos del tratamiento, es importante evaluar la adherencia. En el caso de
que la adherencia sea del 80% o mayor, se debe considerar la intensificación del trata-
miento (aumento de la dosis o agregado de otra medicación). Cuando la adherencia es
baja, se debe tratar de identificar los obstáculos que la afectan, tratando de encontrar
un enfoque capaz de superarlos.
8
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
9
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
• Educación sobre salud: se define como el grado en el cual los individuos tienen la
capacidad para obtener, procesar y comprender la información y los servicios básicos de
salud, necesarios para tomar las decisiones apropiadas. La educación sobre salud se
asocia fuertemente con la capacidad de los pacientes para embarcarse en un tratamiento
y un autocontrol de la enfermedad. Es importante garantizar la provisión de información
fácil de comprender, y disminuir las complejidades innecesarias cuando se elaboran
planes de atención. Las intervenciones que abordan la escasa educación en salud parecen
eficaces para mejorar la evolución de la enfermedad.
10
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
2
Diabetes:
Clasificación y diagnóstico
Clasificación
La diabetes constituye un grupo de enfermedades metabólicas caracterizadas por
hiperglucemia crónica resultante de defectos en la secreción de insulina, en la acción de
la insulina o en ambos. Se clasifica en 4 categorías: tipo 1 (mediada por la destrucción
de las células β, lo que genera una deficiencia absoluta de insulina), tipo 2 (causada por
una pérdida progresiva de la función de las células β, asociada a resistencia a la insulina),
diabetes mellitus gestacional (DMG) y otros tipos específicos de diabetes por otras causas.
Sin embargo, algunos pacientes no pueden asignarse claramente a uno de estos grupos,
y el verdadero diagnóstico puede tornarse más evidente con la evolución en el tiempo.
Es, por lo tanto, más importante interpretar la patogenia de la hiperglucemia y tratarla
adecuadamente, que colocar un rótulo de un tipo particular de trastorno.
11
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Los mecanismos de daño y disfunción de las células β no están tan bien definidos en la
diabetes tipo 2. Se asocia fundamentalmente con defectos en la secreción de insulina
relacionados con inflamación y estrés metabólico entre otros factores, incluidos los ge-
néticos.
La medición de A1C ofrece algunas ventajas con respecto a la glucemia en ayunas, como
una mayor conveniencia al no requerir ayuno, mayor estabilidad preanalítica y menores
excursiones día a día durante situaciones de estrés o enfermedad (8). Dado que un gran
número de personas con diabetes permanecen en la práctica sin diagnosticar, la utiliza-
ción de un análisis con mayor practicidad, como es la A1C, podría ayudar a incrementar
la cantidad de casos detectados. Sin embargo, para evitar un error o una omisión en el
diagnóstico, el análisis de A1C se debe realizar con un método certificado por el Pro-
grama Nacional de Estandarización de la Glucohemoglobina (National Glycohemoglobin
Standardization Program, NGSP), y debe estar estandarizado según el análisis del Ensayo
12
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Una marcada discrepancia entre los niveles medidos de A1C y de glucemia plasmática
debe plantear la posibilidad de interferencia en el análisis de A1C debido a las variantes
de la hemoglobina (es decir, hemoglobinopatías), y considerar la utilización de un análisis
sin interferencia o los criterios de glucemia plasmática para diagnosticar diabetes. Es im-
portante destacar que los niveles de A1C pueden variar según la raza o el origen étnico
del paciente (9). Por ejemplo, los afroamericanos pueden tener niveles de A1C más ele-
vados que los blancos no latinoamericanos, pese a sus valores similares de glucosa en
ayunas y poscarga de glucosa. En situaciones asociadas con aumento del recambio de
eritrocitos, como drepanocitosis, embarazo (segundo y tercer trimestre), deficiencia de
glucosa-6-fosfato deshidrogenasa, hemodiálisis, una hemorragia o transfusión reciente,
o tratamiento con eritropoyetina, la glucación de la hemoglobina se ve afectada y solo
se debe utilizar el criterio de la glucemia plasmática para diagnosticar diabetes. La de-
terminación de A1C es también menos confiable que la glucemia en plasma en otras
condiciones, como el posparto, la anemia por deficiencia de hierro y los pacientes con el
VIH tratados con ciertos fármacos.
Para llegar al diagnóstico de diabetes mellitus se deben obtener dos resultados anormales
en la misma muestra (10) o en dos muestras separadas. Si se utilizan dos muestras sepa-
radas, se recomienda que el segundo análisis, que puede ser una repetición del inicial o
un análisis diferente, se realice sin demoras. Si dos análisis diferentes (como el de A1C y
el de glucemia en ayunas) superan el umbral diagnóstico cuando se utiliza la misma
muestra o con dos muestras diferentes, esto también confirma el diagnóstico. Si un pa-
ciente tiene resultados discrepantes en dos análisis distintos, se debe repetir el análisis
cuyo resultado supera el punto de corte. El diagnóstico se determina sobre la base del
análisis confirmado. Si, al repetir un resultado anormal, el segundo valor se encuentra
por debajo del punto de corte diagnóstico, se debe controlar atentamente al paciente y
repetir el análisis en 3-6 meses.
Diabetes tipo 1
Representa el 5-10% de las causas de diabetes y, en la mayoría de los casos, obedece a
la destrucción autoinmune de las células ß pancreáticas. La entidad se define por la
presencia de uno o más marcadores autoinmunes, como los autoanticuerpos anticélulas
de los islotes, anti-insulina, anti-GAD, antitirosinas fosfatasas o antitransportador de zinc.
La destrucción autoinmune de las células ß tiene múltiples predisposiciones genéticas y
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
se relaciona con factores ambientales que todavía no están bien definidos. Es de destacar
que los pacientes también son proclives a otros trastornos autoinmunes.
La tasa de destrucción de las células ß es variable. Suele ser rápida en niños y adolescentes,
que usualmente se presentan con cetoacidosis diabética como primera manifestación de la
enfermedad. En adultos suele ser más lenta; pueden retener una función suficiente de la cé-
lula ß para evitar la cetoacidosis, pueden permanecer en remisión o con bajos requerimientos
de insulina por muchos años y, con el tiempo, volverse dependientes de la insulina (11).
Con respecto a la realización de pruebas para detectar diabetes tipo 1 en individuos asin-
tomáticos, algunos estudios sugieren que la medición de autoanticuerpos contra los is-
lotes en familiares de pacientes con diabetes tipo 1 puede identificar a los sujetos en
riesgo. Estudios realizados en hijos de padres con diabetes tipo 1 y en la población ge-
neral encontraron que, de los individuos que desarrollaban positividad para dos autoan-
ticuerpos, casi el 70% manifestaba la enfermedad en un lapso de 10 años, y el 84%
dentro de los 15 años (12). El riesgo de diabetes tipo 1 aumenta a medida que crece el
número de autoanticuerpos relevantes detectados (13).
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
sivo de las células ß o, por lo menos, desacelerarlo. Varios estudios han demostrado que,
al identificar e intervenir en el estilo de vida de estos individuos, es posible evitar su pro-
gresión a diabetes hasta en el 58%. Es razonable anticipar que la detección y el trata-
miento de la prediabetes sea una estrategia eficiente para lidiar con la epidemia de esta
enfermedad.
Diabetes tipo 2
Representa el 90-95% de los casos de diabetes. Comprende a individuos que tienen
resistencia a la insulina y, generalmente, deficiencia relativa (en lugar de absoluta) de
insulina. A menudo, se asocia con una fuerte predisposición genética, incluso más que
la diabetes tipo 1. Sin embargo, los factores genéticos de la diabetes tipo 2 no están
completamente elucidados. El riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 aumenta con la edad,
la obesidad y la falta de actividad física. Con frecuencia, la enfermedad permanece sin
diagnosticar durante muchos años, porque la hiperglucemia se desarrolla gradualmente
y, en los primeros estadios, no suele ser lo bastante grave como para que el paciente
note los síntomas clásicos. De todos modos, incluso sin un diagnóstico, estos pacientes
tienen un mayor riesgo de complicaciones macrovasculares y microvasculares.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Si bien el límite de corte del índice de masa corporal (IMC) para detectar sobrepeso es
de 25 kg/m2, datos actuales sugieren que este punto debe ser más bajo para la población
de americanos de origen asiático. Es por esto que el límite se modificó a 23 kg/m2 (vs.
25 kg/m2), con el fin de reflejar la evidencia de que esta población se encuentra en mayor
riesgo de diabetes con niveles más bajos de IMC que la población general.
Ciertos fármacos, como los glucocorticoides, los diuréticos tiazídicos, algunos fármacos
para el VIH y los antipsicóticos atípicos, aumentan el riesgo de diabetes y se los debe
tener en cuenta al decidir si efectuar una prueba de detección sistemática.
Los individuos con el VIH tratados con antirretrovirales están expuestos a un mayor riesgo
de prediabetes y diabetes, por lo que se recomienda un protocolo de pruebas de detec-
ción sistemáticas. El análisis de A1C subestima la glucemia en personas con el VIH; por
lo tanto, no se lo recomienda para el diagnóstico y puede presentar problemas para el
control (18). El riesgo de diabetes aumenta con ciertos inhibidores de la proteasa y con
inhibidores nucleósidos de la transcriptasa inversa. Los inhibidores de la proteasa se aso-
cian con resistencia a la insulina y pueden llevar a apoptosis de las células ß pancreáticas.
Los inhibidores de la transcriptasa afectan la distribución de grasa (tanto lipohipertrofia
como lipoatrofia), lo que se asocia con resistencia a la insulina. En los pacientes con el
VIH, se deben realizar pruebas para detectar diabetes y prediabetes con un análisis de
glucosa en ayunas antes de iniciar el tratamiento antirretroviral, al momento de cambiarlo
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
y 3-6 meses después de iniciarlo o cambiarlo. Si los resultados iniciales son normales, se
aconseja verificar la glucosa en ayunas en forma anual. Si se detecta prediabetes, conti-
nuar midiendo los niveles cada 3-6 meses para controlar la progresión a diabetes. En pa-
cientes con hiperglucemia asociada al tratamiento antirretroviral, se puede considerar
cambiar el tratamiento, evaluando los posibles efectos adversos de los nuevos agentes
antivirales y los efectos en el control virológico del VIH.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
tección, publicaciones recientes sugieren que un umbral de corte de A1C de 5,5% de-
tectaría más del 90% de los casos, reduciendo la carga de los estudios de detección para
el paciente (23). Independientemente de la edad, la pérdida de peso o la falta de ganan-
cia de peso esperado son factores de riesgo de diabetes relacionada con la fibrosis quís-
tica y deben motivar su detección. El registro de pacientes de la fundación de fibrosis
quística (Cystic Fibrosis Foundation Patient Registry) (24) evaluó a 3553 pacientes y diag-
nosticó 445 (13%) casos de diabetes. El diagnóstico y el tratamiento tempranos de la
diabetes relacionada con la fibrosis quística se asociaron con la preservación de la función
pulmonar. El registro de pacientes de la sociedad europea de fibrosis quística (European
Cystic Fibrosis Society Patient Registry) comunicó un aumento en la diabetes con la edad
(aumentó un 10% por década), el genotipo, la disminución de la función pulmonar y el
sexo femenino (25).
Diabetes postrasplante
La diabetes postrasplante (DMPT) es aquella que aparece luego de un trasplante de
órganos, excluyendo a los pacientes con diabetes previa al trasplante que no fue
diagnosticada, como también a la hiperglucemia postrasplante que se resuelve para el
momento del alta.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
20
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
3
Prevención de la diabetes tipo 2
Un tratamiento estructurado sobre la conducta para bajar de peso, que incluya un plan
alimentario con reducción de calorías y actividad física, resulta fundamental para aquellos
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
con riesgo alto de desarrollar diabetes tipo 2 que tienen sobrepeso u obesidad. Las in-
tervenciones dietéticas pueden ser eficaces para evitar la progresión a diabetes tipo 2.
Sobre la base de estudios de intervención, gran variedad de patrones de alimentación
pueden ser apropiados para los pacientes con prediabetes (37), como la dieta medite-
rránea, las dietas bajas en calorías y bajas en grasas. La evidencia sugiere que es también
importante la calidad general de los alimentos consumidos, en particular, incluir cereales
enteros, legumbres, frutos secos, frutas y verduras, y disminuir, al mínimo, los alimentos
refinados y procesados (38). Se ha mostrado que el tratamiento médico nutricional per-
sonalizado resulta eficaz para disminuir la A1C en individuos con diagnóstico de predia-
betes.
Los programas de ejercicio de intensidad suficiente, como la realización de 150 min por
semana de actividad física de intensidad moderada, disminuyen el riesgo de diabetes.
Los ejercicios de resistencia tienen efectos beneficiosos sobre la circunferencia de cintura
y la sensibilidad a la insulina. Además de la actividad aeróbica, un esquema de actividad
física diseñado para prevenir la diabetes puede incluir ejercicios de resistencia. Se deben
interrumpir los lapsos prolongados de sedentarismo, ya que esto se asocia con niveles
moderadamente más bajos de glucosa posprandial. Los efectos preventivos del ejercicio
también parecen extenderse a la prevención de la DMG.
Los dietistas nutricionistas matriculados pueden ayudar a los individuos con prediabetes
a alcanzar sus objetivos de mejorar los hábitos alimentarios, aumentar la actividad física
y conseguir un descenso de peso. Por lo tanto, puede ser apropiado que se derive a los
pacientes a un dietista en el momento del diagnóstico y a intervalos regulares durante
todo su esquema terapéutico (40). Se pueden considerar otros profesionales de la salud,
como farmacéuticos o educadores especializados, para los programas de prevención.
Los instrumentos asistidos por la tecnología pueden permitir una administración eficaz
de las intervenciones sobre los hábitos de vida, contribuyendo a la pérdida de peso y,
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
por lo tanto, a un menor riesgo de diabetes. Estas intervenciones mediadas por la tec-
nología pueden proporcionar asistencia a través de teléfonos móviles, aplicaciones ba-
sadas en la web, redes sociales y telesalud (41).
Intervenciones farmacológicas
Una cuestión más difícil es determinar si el uso de medicación está garantizado para re-
trasar o prevenir la diabetes. Varios fármacos han demostrado exitosamente enlentecer
la progresión de la enfermedad, estos incluyen: metformina, inhibidores de la �-glucosi-
dasa, liraglutida, tiazolidinedionas e insulina. Varias medicaciones para perder peso, como
orlistat y fenteramina-topiramato, disminuyen la incidencia de diabetes en diversos gra-
dos en individuos con prediabetes. Algunos estudios de otros agentes farmacológicos
han demostrado cierta eficacia en la prevención de la diabetes con valsartán, pero no se
ha observado con ramipril, fármacos antiinflamatorios o vitamina D.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
4
Evaluación médica exhaustiva y de
enfermedades coexistentes
Para optimizar los resultados médicos y la calidad de vida relacionada con la salud, los
profesionales deben emplear un estilo de comunicación centrado en el paciente, utili-
zando un vocabulario centrado en la persona y basado en sus fortalezas, demostrar la
capacidad de escuchar activamente, averiguar las preferencias y convicciones del indivi-
duo, y evaluar el grado de alfabetización, las habilidades aritméticas y los posibles obs-
táculos que pudieran surgir en la atención.
Los individuos con diabetes deben asumir un papel activo en el manejo de su enferme-
dad. Se deben utilizar diferentes estrategias y técnicas para apoyar a los pacientes en sus
iniciativas de autocontrol, incluida la educación sobre capacidad para resolver problemas
en todos los aspectos del tratamiento. El objetivo de la comunicación entre el profesional
y el paciente es establecer una relación de colaboración para evaluar y abordar los obs-
táculos que puedan afectar el control de la enfermedad.
El lenguaje tiene un fuerte impacto sobre las percepciones y las conductas. En la atención
de la diabetes y la educación al respecto, el uso de un lenguaje que delegue el poder al
paciente puede contribuir a informar y motivar a las personas. Se recomienda utilizar un
lenguaje neutro, sin juicios de valor y basado en hechos, acciones. Se debe emplear un
lenguaje que no estigmatice, que esté basado en las fortalezas de las personas, que sea
respetuoso e inclusivo, y que imparta esperanza. El lenguaje debe promover la colabo-
ración entre pacientes y profesionales, y estar centrado en la persona (46).
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Vacunas
Al igual que en la población general, todos los niños y adultos con diabetes deben recibir
las vacunas de rutina según las recomendaciones específicas para la edad (48,49). A con-
tinuación, se analiza la importancia particular de vacunas específicas.
Vacuna antigripal
Se ha mostrado que la vacuna antigripal administrada a personas con diabetes disminuye
significativamente las hospitalizaciones por gripe y las relacionadas con diabetes (50).
Considerando los beneficios de la vacuna antigripal anual, se la recomienda para todos
los individuos de ≥6 meses de vida que no tengan una contraindicación. La vacuna an-
tigripal con virus vivo atenuado (live attenuated influenza vaccine, LAIV), administrada
por aerosol nasal, es una opción para los pacientes desde los 2 años hasta los 49 años
(salvo embarazadas), pero a los pacientes con cuadros crónicos, como la diabetes, se les
advierte que no deben recibir la LAIV y, en su lugar, se les recomienda la vacuna antigripal
inactiva o recombinante. Para individuos ≥65 años, puede haber un beneficio adicional
con la vacuna antigripal inactivada cuadrivalente.
Vacuna antineumocócica
Los pacientes con diabetes presentan un mayor riesgo de sufrir la forma bacteriémica de
la infección neumocócica, con una tasa de mortalidad de hasta el 50%. Hay dos tipos
de vacunas, la polisacárida antineumocócica de 23 serotipos (PPSV23) y la conjugada an-
tineumocócica de 13 serotipos (PCV13), con distintos calendarios para niños y adultos.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Vacuna antihepatitis B
Las tasas de hepatitis B son más altas en las personas con diabetes tipo 1 o tipo 2 que
en la población general. Esto puede deberse al contacto con sangre infectada o al uso
incorrecto del equipamiento (dispositivos de control de la glucosa o agujas infectadas).
Debido a la mayor probabilidad de transmisión, se recomienda administrar la vacuna an-
tihepatitis B a los adultos <60 años con diabetes. En adultos ≥60 años, la vacuna anti-
hepatitis B se puede administrar, a criterio del médico, en función de la probabilidad del
paciente de adquirir la infección.
Papilomavirus humano ≤26 años; entre 27-45 años 3 dosis en 6 meses 2 para mujeres
(PVH) pueden también vacunarse 3 para hombres
luego de una charla con
un profesional de la salud
Tétanos, difteria, tos ferina Todos los adultos. Embarazadas Cada 10 años 2 por efectividad,
deben recibir dosis extra 3 por seguridad
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Enfermedades autoinmunes
Las personas con diabetes tipo 1 se encuentran en mayor riesgo de padecer otras enfer-
medades autoinmunes, especialmente enfermedad tiroidea, enfermedad celíaca y ane-
mia perniciosa (deficiencia de vitamina B12) (52). A su vez, la diabetes tipo 1 también
puede ocurrir junto con otras enfermedades autoinmunes en el contexto de trastornos
genéticos específicos o de síndromes poliglandulares autoinmunes. Se debe considerar
realizar pruebas de detección de enfermedad tiroidea autoinmune a los pacientes con
diabetes tipo 1 poco después del diagnóstico y en forma periódica posteriormente. Se
deben realizar pruebas de detección de enfermedad celíaca ante la presencia de síntomas
gastrointestinales (diarrea, dolor abdominal) o signos (osteoporosis, deficiencias de vita-
minas o anemia por deficiencia de hierro). Se debe considerar la medición de los niveles
de vitamina B12 en los pacientes con diabetes tipo 1 con neuropatía periférica o anemia
no explicada.
Cáncer
La diabetes y el cáncer son enfermedades frecuentes que tienen un alto impacto en la
salud a nivel mundial. Datos epidemiológicos sugieren que las personas con diabetes tie-
nen un riesgo significativamente mayor de desarrollar distintos tipos de cáncer. Se diag-
nostica diabetes y cáncer a un mismo individuo con una frecuencia mayor de lo que se
esperaría por casualidad, incluso luego de ajustar por edad.
Los tipos de cáncer asociados a un mayor riesgo con diabetes incluyen: hígado, páncreas,
endometrio, colon, recto, mama y vejiga. La relación entre cáncer y diabetes se debería,
en parte, a que ambas entidades comparten factores de riesgo, como edad, obesidad,
dieta y sedentarismo, pero también a factores relacionados con la diabetes. Los meca-
nismos posibles para una relación directa entre las dos enfermedades incluyen a la hipe-
rinsulinemia, la hiperglucemia y la inflamación (53).
Una alimentación saludable, el ejercicio físico, el control del peso y el abandono del ta-
baquismo reducen el riesgo y mejoran la evolución de la diabetes tipo 2 y ciertos tipos
de cáncer y, por lo tanto, son medidas que deben ser promovidas en todos los pacientes.
Se debe alentar además la realización de pesquisas apropiadas de cáncer según lo reco-
mendado para la población general en relación con la edad y el sexo.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Deterioro cognitivo/demencia
La diabetes se asocia con daño lentamente progresivo del cerebro. Se conoce actual-
mente que esta enfermedad constituye un factor de riesgo importante para deterioro
cognitivo leve y para enfermedad de Alzheimer subsecuente. Un metanálisis reciente de
estudios observacionales prospectivos en personas con diabetes mostró un riesgo 73%
mayor de todo tipo de demencia, un riesgo 56% mayor de demencia por Alzheimer y
un riesgo 127% mayor de demencia vascular en comparación con individuos sin diabetes
(54). A su vez, las personas con demencia por Alzheimer son más proclives a desarrollar
diabetes. Se han visto también anormalidades en las funciones mediadas por el lóbulo
frontal, como dificultades en la resolución de problemas, planificación, organización,
percepción, razonamiento y atención. El deterioro de la memoria verbal se ha asociado
asimismo con la duración de la diabetes tipo 2.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Hígado graso
La diabetes se asocia con el desarrollo de enfermedad por hígado graso no alcohólica,
incluidas sus manifestaciones más graves, como esteatohepatitis no alcohólica, fibrosis
hepática, cirrosis y carcinoma hepatocelular. Aproximadamente el 70% de las personas
con diabetes tipo 2 tiene hígado graso, y la enfermedad parece seguir un curso más
agresivo en los pacientes cn diabetes, con progresión a necroinflamación y fibrosis. Evi-
dencia reciente sugiere que no es la esteatosis per se, sino el desarrollo de disfunción
mitocondrial inducida por lipotoxicidad y la activación de mecanismos inflamatorios lo
que lleva al daño hepático progresivo. Las elevaciones inexplicables de las concentracio-
nes de transaminasas hepáticas se asocian significativamente con mayor IMC, circunfe-
rencia de cintura, triglicéridos e insulina en ayunas, y con menor colesterol HDL.
Los pacientes con diabetes tipo 2 o prediabetes y enzimas hepáticas elevadas o hígado
graso en una ecografía deben someterse a una evaluación para detectar esteatohepatitis
no alcohólica y fibrosis hepática, pero puede ser necesaria la derivación a un especialista
en hígado y una biopsia hepática para el diagnóstico definitivo (57). Las intervenciones
que mejoran las alteraciones metabólicas en pacientes con diabetes (pérdida de peso,
control de la glucemia y tratamiento con agentes específicos para la hiperglucemia o la
dislipidemia) también son beneficiosas para el hígado graso. Se ha demostrado que el
tratamiento con pioglitazona, vitamina E y liraglutida para la esteatohepatitis no alcohó-
lica comprobada por biopsia mejora la histología hepática, pero no se conocen los efectos
sobre la evolución clínica a más largo plazo. El tratamiento con otros agonistas del re-
ceptor del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1) y con inhibidores del cotransportador
de sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2) (dapagliflozina y empagliflozina) ha demostrado algunos
beneficios en estudios preliminares, pero, al menos en parte, es posible que estos estén
mediados por la pérdida de peso.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Pancreatitis
La diabetes se vincula a enfermedades del páncreas exocrino, como la pancreatitis, que
puede romper la arquitectura global o la fisiología del páncreas, lo que, a menudo, ge-
nera disfunción exocrina y endocrina a la vez (59). Las personas con diabetes tienen un
riesgo aproximadamente 2 veces más alto de desarrollar pancreatitis aguda. A su vez,
aproximadamente un tercio de los pacientes desarrolla prediabetes o diabetes después
de un episodio de pancreatitis aguda, por lo que es probable que la relación sea bidirec-
cional. Por otra parte, se ha comunicado que la pancreatitis puede ser más frecuente en
los pacientes con diabetes tratados con incretinas, aunque los resultados de los estudios
han sido diversos y la causalidad no se ha establecido.
Fracturas
Estudios observacionales y poblacionales han reportado un aumento en el riesgo de frac-
turas, especialmente de cadera, tanto en pacientes con diabetes tipo 1 como tipo 2. Los
pacientes con diabetes tipo 2 parecen tener una densidad mineral ósea mayor que la
población general y, sin embargo, esto no los protege de las fracturas. Los pacientes con
diabetes tipo 1 tienen mayor riesgo de fracturas y menor densidad mineral ósea compa-
rados con la población general. A pesar de ello, esta baja masa ósea no explica por com-
pleto el incremento en el riesgo de fractura. Por lo tanto, un deterioro en la calidad ósea,
más que una menor densidad mineral ósea, parece mediar el mayor riesgo de sufrir una
fractura tanto en pacientes con diabetes tipo 1 como tipo 2. Estudios recientes han de-
mostrado una asociación entre los productos de glucosilación avanzada y el riesgo de
fractura. Estos ensayos avalan la hipótesis de que el mal control glucémico y la hiperglu-
cemia crónica tienen un efecto perjudicial directo en la calidad ósea. Este mayor riesgo
de fractura se ha reportado también en pacientes con neuropatía autonómica, eventos
hipoglucémicos recurrentes, deficiencia de vitamina D y tratamiento con tiazolidinedio-
nas. Por lo tanto, se deben evaluar los antecedentes de fracturas y los factores de riesgo
en pacientes mayores con diabetes, y recomendar la medición de la densidad mineral
ósea, según la edad y el sexo. Se deben considerar la adopción de medidas destinadas a
la prevención de las fracturas como parte del cuidado de los pacientes con diabetes y la
suplementación de vitamina D (60). Para pacientes con diabetes tipo 2 con factores de
riesgo de fractura, las tiazolidinedionas y los inhibidores del SGLT2 se deben administrar
con cautela (61).
32
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Deterioro sensorial
La hipoacusia, tanto de alta frecuencia como de baja a media, es más habitual en per-
sonas con diabetes que en aquellas sin la enfermedad, y se observan asociaciones más
fuertes en estudios de personas más jóvenes. Más de dos tercios de los adultos con dia-
betes se ven afectados por cierto grado de deterioro de la capacidad auditiva, una fre-
cuencia 2 veces mayor que la de la población no diabética. Los mecanismos
fisiopatológicos propuestos incluyen las contribuciones combinadas de hiperglucemia y
estrés oxidativo a la microangiopatía coclear y la neuropatía auditiva (62). Se han repor-
tado distintos factores de riesgo asociados a deterioro de la capacidad auditiva en las
personas con diabetes como niveles bajos de colesterol HDL, antecedentes de enferme-
dad coronaria, neuropatía periférica y mala salud general (63). Estas observaciones avalan
la hipótesis de que la pérdida auditiva relacionada con la diabetes acompaña a un me-
canismo aterosclerótico que afecta al oído interno y que, además, puede ocurrir en forma
subsecuente a un evento isquémico. Se ha reportado también que la diabetes se asocia
con deterioro del olfato, pero no del gusto.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
aérea durante el sueño. La apnea obstructiva del sueño es más frecuente en obesos,
hombres y personas mayores. Constituye un factor de riesgo de ECV.
La prevalencia de apnea obstructiva del sueño en la población con diabetes tipo 2 puede
alcanzar el 23%, y la de cualquier trastorno respiratorio del sueño puede llegar al 58%.
Se deben considerar estudios de detección para pacientes con síntomas que sugieren
apnea obstructiva del sueño (p. ej., somnolencia diurna, ronquidos, apneas atestiguadas
por terceros). El tratamiento de la apnea del sueño mejora significativamente la calidad
de vida y el control de la presión arterial. Se ha observado también una mejora en la evo-
lución cardiovascular en los individuos con apnea del sueño tratados exitosamente en
comparación con aquellos sin tratamiento. Los datos acerca de un efecto del tratamiento
sobre el control de la glucemia son contradictorios (65,66).
Enfermedad periodontal
La falta de higiene oral se asocia con gingivitis, que puede progresar a una infección más
severa e inflamación llevando a la periodontitis. Los pacientes con diabetes y mal control
glucémico son más propensos a tener infecciones y, a su vez, la inflamación deteriora la
sensibilidad a la insulina, potencialmente empeorando el control metabólico. La enfer-
medad periodontal es más grave, y puede ser más prevalente, en pacientes con diabetes
que en aquellos que no sufren esta enfermedad. Afecta en forma adversa las evoluciones
de la diabetes, aunque los datos sobre los beneficios del tratamiento siguen siendo tema
de debate. En algunos estudios, el tratamiento periodontal intensivo se asoció con mejor
control glucémico y con reducción de los factores de inflamación. Se recomienda inte-
rrogar a los pacientes como mínimo anualmente acerca de si realizan una adecuada hi-
giene bucal diaria y si consultan con regularidad a un odontólogo para control. Se
recomienda también preguntar acerca de síntomas de afección de encías, como encías
sangrantes con el cepillado o encías rojas y edematosas. La educación del paciente con
diabetes debe incluir una explicación sobre las implicancias de la enfermedad sobre la
salud bucal, especialmente si el control glucémico no es adecuado (67).
34
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
5
Facilitar los cambios de conducta y el
bienestar para mejorar la evolución de
la salud
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
orientar las decisiones clínicas. Como puede mejorar los resultados y reducir los costes,
se recomienda que sea reembolsado adecuadamente por terceros a cargo de los servicios
de salud. Los obstáculos en la educación y apoyo para el autocontrol se observan a nivel
de los sistemas de salud, los prestadores de servicios de salud, los profesionales y los pa-
cientes, y es necesario identificarlos y abordarlos (68). Algunos de estos obstáculos se
pueden mitigar mediante la telemedicina.
Todos los individuos con diabetes tipo 1 y 2 deben recibir tratamiento nutricional perso-
nalizado, preferentemente con un dietista matriculado familiarizado con los componentes
fundamentales del plan alimentario. El tratamiento médico nutricional administrado por
un nutricionista matriculado muestra disminuciones de la A1C del 0,3-1% para personas
con diabetes tipo 1 y del 0,5-2% para personas con diabetes tipo 2.
36
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
El método del plato de diabetes se utiliza con frecuencia como una orientación básica
para la planificación de las comidas, ya que proporciona una guía visual que muestra
cómo controlar las calorías (presentando un plato más pequeño) y los carbohidratos (li-
mitándolos a lo que cabe en un cuarto del plato). El recuento de carbohidratos es una
habilidad más avanzada que permite planificar y controlar cuántos carbohidratos se con-
sumen en las comidas y los bocadillos.
Para promover el descenso de peso, mejorar el control metabólico y los factores de riesgo
cardiovascular, un plan alimentario individualizado que resulta en un déficit de calorías
en combinación con un incremento en la actividad física beneficia a personas con dia-
betes tipo 1, tipo 2 o prediabetes que tienen sobrepeso u obesidad. En personas con
prediabetes, un descenso de peso del 7-10% puede prevenir la progresión a diabetes.
Incluso a los individuos con prediabetes y peso saludable se les debe recomendar modi-
ficaciones en el estilo de vida, como ejercicios aeróbicos y de resistencia, y patrones ali-
mentarios saludables, como la dieta mediterránea.
Para muchos individuos con obesidad y diabetes tipo 2, es necesaria una pérdida de peso
de, al menos, el 5% para generar resultados positivos en el control de la glucemia, los
lípidos y la presión arterial. Sin embargo, los beneficios clínicos de perder peso son pro-
gresivos, y pueden ser apropiados objetivos más intensivos (es decir, 15%) para maximizar
el beneficio según la necesidad, la factibilidad y la seguridad. En individuos seleccionados,
un plan alimentario saludable en combinación con medicaciones que promueven el des-
censo de peso o la cirugía metabólica pueden ser necesarios para alcanzar y mantener
la pérdida de peso, disminuir la A1C y reducir el riesgo cardiovascular.
Carbohidratos
No hay estudios concluyentes con respecto a la cantidad ideal de carbohidratos, pero
controlar el consumo y considerar la disponibilidad de insulina son factores importantes
que afectan la respuesta glucémica luego de una ingesta y deben tenerse en cuenta a la
hora de elaborar un plan alimentario. El índice glucémico califica los alimentos basados
en carbohidratos según su respuesta glucémica posprandial, y la carga glucémica tiene
en cuenta tanto el índice glucémico de los alimentos como la cantidad de carbohidratos
consumidos. Los estudios han mostrado resultados contradictorios con respecto al efecto
37
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
del índice glucémico y de la carga glucémica sobre los niveles de glucemia en ayunas y
la A1C.
Las investigaciones indican que los planes alimentarios con bajo o muy bajo contenido
de carbohidratos para personas con diabetes tipo 2 tienen el potencial de mejorar el
control glucémico y reducir la necesidad de medicación antihiperglucémica. Los patrones
alimentarios restringidos en carbohidratos, particularmente aquellos considerados con
muy bajo contenido de carbohidratos (<26% de las calorías totales), demostraron eficacia
para reducir la A1C a corto plazo (<6 meses), con menos diferencias más allá de un año
(72,73). Como los estudios de investigación sobre algunos planes alimentarios con bajo
contenido de carbohidratos indican que existen problemas con el mantenimiento a largo
plazo, es importante volver a evaluar y personalizar la orientación del plan alimentario
en forma regular para aquellos interesados en este método. Es importante la supervisión
médica constante a fin de evaluar la necesidad de ajustar la dosis de insulina u otros fár-
macos antidiabéticos para prevenir hipoglucemias, como también para monitorizar la
presión arterial. Estos planes alimentarios no se recomiendan por el momento para mu-
jeres embarazadas o en periodo de amamantamiento, niños, personas con trastornos
alimentarios o enfermedad renal, y se los debe emplear con cautela en pacientes que
toman inhibidores del SGLT2 debido al posible riesgo de cetoacidosis.
En individuos con diabetes tipo 1 o en aquellos con diabetes tipo 2 que reciben un pro-
grama terapéutico flexible con insulina, el método de planificación de alimentos con re-
cuento de carbohidratos puede mejorar el control glucémico. Los individuos que
consumen alimentos que contienen más proteínas y grasas que lo habitual también pue-
den necesitar ajustes en la dosis de insulina prandial con el fin de compensar la hiper-
glucemia tardía que puede ocurrir 3 h o más luego de comer (37). El control de la
glucemia a las 3 h de una ingesta puede ayudar a determinar el requerimiento de un
ajuste adicional en la necesidad de insulina. En personas con dosis fijas de insulina se re-
comienda un consumo uniforme de carbohidratos con respecto a cantidad y momento
del día para adecuarlo a la aplicación de insulina.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Proteínas
En pacientes sin nefropatía diabética, no hay datos concluyentes que avalen una ingesta
ideal de proteínas. Por lo tanto, los objetivos de consumo de proteínas deben ser perso-
nalizados sobre la base de los patrones alimentarios actuales. Para aquellos con nefropatía
diabética (con albuminuria y TFG reducida), la cantidad de proteínas en la dieta se debe
mantener en el aporte dietético recomendado de 0,8 g/kg de peso corporal por día. No
se recomienda restringir la ingesta proteica por debajo de este rango, porque esto no
modifica las mediciones glucémicas, las mediciones de riesgo cardiovascular o la veloci-
dad de deterioro de la TFG, y puede aumentar el riesgo de desnutrición. En pacientes
con diabetes tipo 2, las proteínas ingeridas parecen aumentar la respuesta de la insulina
sin elevar las concentraciones de glucemia. Por lo tanto, no se deben utilizar fuentes de
carbohidratos con alto contenido de proteínas para tratar o prevenir la hipoglucemia.
Grasas
Tampoco hay datos concluyentes en cuanto a la cantidad ideal de grasas totales que
deben consumir las personas con diabetes; por lo tanto, los objetivos deben ser perso-
nalizados. La calidad de las grasas parece ser mucho más importante que la cantidad, y
el porcentaje total de grasas saturadas debe ser limitado. En personas con diabetes tipo
2, un patrón alimentario de estilo mediterráneo, rico en ácidos grasos monoinsaturados
y poliinsaturados, puede ser beneficioso para controlar la glucemia y los lípidos.
Micronutrientes y suplementos
No existen datos claros que indiquen un beneficio a partir de suplementos de vitaminas
o minerales en personas que no tienen deficiencias de base, por lo cual no se recomienda
39
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
La metformina se asocia con deficiencia de vitamina B12, y un informe del DPPOS sugiere
que se deben considerar análisis periódicos de niveles de vitamina B12 en pacientes tra-
tados con metformina, particularmente en aquellos con anemia o neuropatía periférica.
El consumo de endulzantes no nutritivos puede disminuir la ingesta total de calorías y
carbohidratos si sustituye a los endulzantes calóricos (azúcar) sin compensación mediante
la ingesta de calorías adicionales de otras fuentes alimenticias. Para aquellos que consu-
men bebidas endulzadas con azúcar en forma regular, una bebida baja en calorías o con
endulzantes no nutritivos puede servir como estrategia de reemplazo a corto plazo, pero
en general, se alienta a las personas a disminuir el consumo de bebidas tanto azucaradas
como con endulzantes no nutritivos, poniendo énfasis en el consumo de agua (75). Ade-
más, algunas investigaciones han mostrado que un consumo más elevado de bebidas
con endulzantes no nutritivos y azucaradas se puede asociar positivamente con el des-
arrollo de diabetes tipo 2, aunque hay una heterogeneidad sustancial que dificulta la in-
terpretación de los resultados.
Actividad física
El ejercicio físico cumple un rol mayor en la prevención y el control de la insulinorresis-
tencia, la prediabetes, la diabetes tipo 2, la DMG y las complicaciones relacionadas con
la diabetes.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
censo de peso. La presión arterial sistólica puede disminuir levemente con el ejercicio ae-
róbico. La actividad física es una herramienta importante que puede ayudar a la reducción
de peso. Estudios observacionales sugieren que mayores niveles de actividad física y en-
trenamiento se asocian con menor riesgo de mortalidad cardiovascular y de todas las
causas. A su vez, a mayor intensidad del ejercicio, mayor es el beneficio en la A1C y en
el estado físico. Por otra parte, el ejercicio reduce también los síntomas de depresión,
mejora la calidad de vida relacionada con la salud y retrasa el deterioro de la movilidad
en pacientes con diabetes tipo 2 (76,77).
Es conveniente aclarar que la actividad física debe llevarse a cabo con regularidad para
tener una continuación de los beneficios. La mayoría de las personas con diabetes pue-
den realizar ejercicio en forma segura tomando ciertas precauciones. La inclusión de un
programa de ejercicio u otras formas de incrementar la actividad física es crítica para el
cuidado óptimo de la salud de los individuos con diabetes tipo 2. Además, el ejercicio
regular puede prevenir la diabetes tipo 2 en individuos de alto riesgo. En la diabetes tipo
1, el ejercicio también puede mejorar varios marcadores importantes, como el nivel de
triglicéridos, el colesterol LDL, la circunferencia de cintura y la masa corporal.
Se debe recomendar a los adultos con diabetes que realicen, al menos, 150 min/semana
de actividad física aeróbica de intensidad moderada, distribuida en, al menos, 3 días/se-
mana, sin que transcurran más de 2 días consecutivos sin actividad. Las practicas más
breves (mínimo de 75 min/semana) de intensidad enérgica o el entrenamiento a intervalos
pueden ser suficiente para individuos más jóvenes y con mejor aptitud física. Los adultos
con diabetes deben realizar 2-3 sesiones/semana de ejercicio de resistencia en días no
consecutivos. Los ejercicios de resistencia más fuertes con pesas y aparatos con pesas
pueden mejorar el control de la glucemia y el peso, pero se recomiendan las actividades
de resistencia de cualquier intensidad para mejorar la fuerza, el equilibrio y la capacidad
para efectuar las tareas cotidianas. Los niños y adolescentes con diabetes, o con predia-
betes, deben realizar, al menos, 60 min/día de actividad aeróbica de intensidad moderada
o enérgica, con actividades intensas para fortalecer músculos y huesos, como mínimo, 3
días/semana (76).
Datos recientes indican que se debe alentar a todos los individuos a que disminuyan el
tiempo que permanecen sentados, interrumpiendo los lapsos de actividad sedentaria
cada 30 min, por ejemplo, pueden ponerse brevemente de pie, caminar o realizar otras
actividades físicas ligeras. Evitar los periodos sedentarios prolongados puede contribuir
a prevenir la diabetes tipo 2 para personas en riesgo y también contribuir a controlar la
glucemia para aquellos con diabetes (76).
Los ejercicios de flexibilidad y equilibrio son importantes para los adultos mayores con dia-
betes. Es frecuente que estos pacientes presenten limitación en la movilidad articular, que
resulta, en parte, de la formación de productos finales de glucosilación avanzada, los cua-
41
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
les se acumulan normalmente con la edad y que se aceleran con la hiperglucemia. Los
ejercicios de equilibrio pueden disminuir el riesgo de fracturas. Se recomiendan ejercicios
de flexibilidad y equilibrio 2-3 veces/semana para adultos mayores con diabetes. Se puede
incluir yoga y tai chi según las preferencias individuales para aumentar la flexibilidad, la
fuerza muscular y el equilibrio (76). Se recomienda evaluar la actividad física basal y el
tiempo en sedentarismo. En todos los individuos, se debe promover las actividades no se-
dentarias, como caminata, yoga, trabajo doméstico, jardinería, natación y baile.
No está claro que los pacientes asintomáticos se deban someter a una detección siste-
mática de enfermedad coronaria antes de realizar ejercicio, por lo que no se recomienda
la detección sistemática de rutina. Sin embargo, los profesionales deben realizar una
anamnesis minuciosa para evaluar los factores de riesgo cardiovascular. Se debe aconsejar
a los pacientes de alto riesgo que comiencen con periodos breves de ejercicio de baja in-
tensidad y que aumenten lentamente la duración y la intensidad, según su tolerancia.
En los pacientes que reciben insulina, estimuladores de la secreción de insulina o ambos,
la actividad física puede causar hipoglucemia, por lo que deben ingerir carbohidratos si
los niveles de glucosa antes del ejercicio son <90 mg/dl. En pacientes con diabetes tipo
1, el ejercicio puede empeorar la hiperglucemia y la cetosis; por lo tanto, la actividad in-
tensa debe evitarse si se presenta esta última alteración. En cuanto a las complicaciones
crónicas, no se recomienda el ejercicio aeróbico intenso o el ejercicio de resistencia si
existe retinopatía diabética proliferativa o no proliferativa grave, por riesgo de que pro-
voquen hemorragia vítrea o desprendimiento de retina. En caso de neuropatía periférica
se debe usar calzado adecuado y examinar los pies diariamente. La neuropatía autonó-
mica cardiovascular es un factor de riesgo independiente de muerte cardiovascular y de
isquemia miocárdica asintomática, por lo cual es importante realizar un examen para de-
tectar problemas cardiacos en los pacientes con neuropatía diabética autonómica antes
de que inicien una actividad física más intensa que la acostumbrada. No hay datos de
que el ejercicio intenso aumente la tasa de progresión de la nefropatía diabética.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
No hay evidencia de que los cigarrillos electrónicos sean una alternativa más saludable o
que faciliten el abandono del hábito. Por el contrario, evidencia reciente indica que el
uso de cigarrillos electrónicos o vapeo se asocia con un aumento en el riesgo de lesión
pulmonar y muerte (78). El contenido de tetrahidrocannabinol y de acetato de vitamina
E en estos productos estaría relacionado con esta lesión pulmonar. Por lo tanto, se des-
aconseja fuertemente el uso de cigarrillos electrónicos como alternativa al tabaquismo o
para dejar de fumar o con fines recreacionales.
Problemas psicosociales
El bienestar emocional es una parte importante del tratamiento de la diabetes. Los pro-
blemas psicológicos y sociales pueden alterar la capacidad del individuo o de la familia
para cumplir con los cuidados que requiere la diabetes, y esto puede afectar el estado
de salud. Los profesionales deben considerar la evaluación de síntomas de angustia, de-
presión, ansiedad, trastornos alimentarios y alteraciones cognitivas utilizando instrumen-
tos estandarizados y convalidados apropiados. Los momentos clave para la evaluación
sistemática del estado psicosocial son: en la consulta inicial, a intervalos periódicos, ante
hospitalizaciones o ante cambios en la enfermedad, en el tratamiento o la aparición de
complicaciones (79). Se recomienda incluir a los familiares y a las personas que atienden
al paciente en esta evaluación. Los cambios significativos en las circunstancias de la vida,
llamados comúnmente determinantes sociales de la salud, afectan, de manera conside-
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Trastornos de ansiedad
Los síntomas y trastornos de ansiedad son frecuentes en personas con diabetes, con pre-
valencias de hasta el 19%. Las preocupaciones frecuentes específicas de la diabetes son
temores relacionados con la hiper o hipoglucemia, con no alcanzar los objetivos de con-
trol glucémico y con las inyecciones o infusiones de insulina. El miedo a la hipoglucemia
y la incapacidad para advertir la hipoglucemia suelen ocurrir en forma simultánea, y las
intervenciones dirigidas a tratar una de ellas, a menudo, benefician a las dos. Se reco-
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Depresión
Los antecedentes de depresión, la depresión actual y el tratamiento con antidepresivos
son factores de riesgo para el desarrollo de diabetes tipo 2 si el individuo tiene otros fac-
tores de riesgo, como obesidad y antecedentes familiares de diabetes. A su vez, los sín-
tomas y trastornos depresivos afectan a 1 de cada 4 pacientes con diabetes tipo 1 o 2.
Por ello, se indica la detección sistemática de síntomas depresivos en esta población de
alto riesgo, incluidas personas con prediabetes o con DMG. Independientemente del tipo
de diabetes, las mujeres tienen tasas significativamente más altas de depresión que los
hombres.
45
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
46
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
6
Objetivos glucémicos
El análisis de A1C está sujeto a limitaciones. Los cuadros que afectan el recambio de eri-
trocitos (anemia hemolítica y de otros tipos, transfusión de sangre reciente, tratamiento
con fármacos que estimulan la eritropoyesis, enfermedad renal en fase terminal y emba-
razo) pueden generar discrepancias entre el resultado de la A1C y la media real de glu-
cemia. Se deben considerar las variantes de la hemoglobina, particularmente cuando el
resultado de la A1C no se correlaciona con los niveles de automonitorización del pa-
ciente. Los afroamericanos tienen niveles más elevados de A1C que los blancos.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Para muchas personas con diabetes, la monitorización de la glucosa resulta clave para
alcanzar los objetivos glucémicos. La AMG es un componente integral del tratamiento
eficaz de pacientes que reciben insulina. El CCG ha surgido como un método comple-
mentario para evaluar los niveles de glucosa. Integrar los resultados de la AMG y del
CCG en el tratamiento de la diabetes puede ser útil para orientar el tratamiento médico
nutricional y la actividad física, prevenir la hipoglucemia y ajustar la medicación. La fre-
cuencia y el momento de la AMG, o la consideración del uso del CCG, deben estar su-
jetos a las necesidades y los objetivos específicos del paciente.
El CCG permite generar informes para que el profesional determine el tiempo en el rango
buscado (TRB) y evalúe la hipoglucemia, la hiperglucemia y la variación glucémica. Nuevos
datos indican que el TRB es una métrica útil del control glucémico que se correlaciona
con los niveles de A1C y el riesgo de complicaciones (80). El TRB es un criterio de valo-
ración aceptable para los ensayos clínicos que se están realizando. Los datos publicados
sugieren una fuerte correlación entre el TRB y la A1C, con un objetivo de 70% en el TRB
que coincide con una A1C de ~7%. Además, el tiempo por debajo del objetivo (<70 y
<54 mg/dl y el tiempo por encima del objetivo (>180 mg/dl) son parámetros útiles para
una nueva evaluación del esquema terapéutico.
El consenso internacional sobre el TRB ofrece una guía sobre los parámetros de medición
estandarizados del CCG (81). Estos parámetros incluyen: número de días de CCG usado
(se recomiendan 14 días), porcentaje de tiempo en que el dispositivo de CCG está activo
(se recomienda 70% de datos de 14 días), media de glucosa, indicador de control de la
glucosa, variabilidad glucémica (%CV, objetivo ≤36%), tiempo por encima del rango
buscado (TER): % de lecturas y tiempo >250 mg/dl y >181-250 mg/dl, TRB: % de lecturas
y tiempo entre 70 y 180 mg/dl, tiempo por debajo del rango buscado (TDR): % de lec-
turas y tiempo entre 54-69 mg/dl y <54 mg/dl.
Para que estos parámetros sean más viables, se recomiendan informes estandarizados
impresos con indicadores visuales, como el perfil de glucosa ambulatoria (PGA). Se reco-
mienda que el TRB sea >70%, el TER por encima de 180 mg/dl sea <25% y por encima
de 250 mg/dl, <5%. A su vez, lo deseable es que el TDR con valores <70 mg/dl sea <4%,
y con valores por debajo de 54 mg/dl sea <1% (81).
En resumen, para evaluar el control de la glucemia, tanto la A1C como otros parámetros
de medición (p. ej., TRB) son estrategias válidas, y se deben determinar, al menos, 2 veces
al año en pacientes que han alcanzado los objetivos y llevan un control estable, y como
mínimo cada 3 meses en aquellos cuyo tratamiento ha cambiado recientemente o que
no cumplan los objetivos glucémicos.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Objetivos glucémicos
En general, independientemente de la población atendida, resulta fundamental que los
objetivos glucémicos estén entrelazados en la estrategia total centrada en el paciente.
Por ejemplo, en niños muy pequeños, la seguridad y la simpleza pueden ser más impor-
tantes a corto plazo que un control perfecto. Asimismo, en adultos mayores sanos, no
hay ninguna necesidad empírica de relajar el control. Sin embargo, el profesional debe
trabajar con el individuo y considerar el ajuste de los objetivos o la simplificación del es-
quema, si este cambio es necesario para mejorar la seguridad y la adherencia.
Por lo tanto, se ha demostrado que alcanzar el control glucémico con objetivos de A1C
<7% disminuye las complicaciones microvasculares de la diabetes tipo 1 y tipo 2 cuando
se instituye tempranamente en el curso de la enfermedad (82). Este es el objetivo de
A1C propuesto por la ADA para la mayoría de los pacientes adultos.
Estudios más recientes en diabetes tipo 2, diseñados fundamentalmente para evaluar los
efectos de un control más estricto de la glucemia sobre las complicaciones cardiovascu-
lares, también encontraron un beneficio más modesto sobre las complicaciones micro-
vasculares. Estos ensayos fueron el ACCORD, el ADVANCE (Action in Diabetes and
Vascular Disease: Preterax and Diamicron MR Controlled Evaluation) y el VADT (Veterans
Affairs Diabetes Trial), y mostraron que los niveles más bajos de A1C se asociaban con
menor comienzo o progresión de las complicaciones microvasculares. En el estudio AD-
VANCE, se redujo significativamente el desarrollo de albuminuria con A1C <6,5%, re-
sultados similares a los hallados en el VADT, con A1C promedio de 6,9%. En relación
con el riesgo cardiovascular, los resultados de estos estudios sugieren que se debe tener
cautela cuando se trata la diabetes en forma intensiva para alcanzar objetivos de A1C
49
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
próximos a la normalidad en personas con diabetes tipo 2 de larga data, con ECV o con
un riesgo significativo de la enfermedad. Sin embargo, al momento de la realización de
estos ensayos, los agonistas del receptor del GLP-1 y los inhibidores del SGLT2 no estaban
aprobados. En consecuencia, estos agentes con un beneficio cardiovascular y renal com-
probado parecen ser seguros en este grupo de pacientes de alto riesgo. Los ensayos clí-
nicos que los examinaron no fueron diseñados para analizar una A1C más alta frente a
una más baja; por lo tanto, más allá de los análisis a posteriori de estos ensayos, no te-
nemos evidencia de que sea la disminución de la glucosa con estos agentes lo que con-
fiere el beneficio renal y cardiovascular.
Con respecto a la diabetes tipo 2, existen datos de que el tratamiento más intensivo de
la glucemia puede disminuir las tasas de ECV a largo plazo en pacientes con diagnóstico
reciente de la enfermedad. Estudios recientes sugieren que los pacientes con diagnóstico
a menor edad presentan una carga mayor de enfermedad cardiaca y años de vida per-
didos. Por ende, para la prevención de las complicaciones tanto microvasculares como
macrovasculares de la diabetes, se recomienda fuertemente superar la inercia terapéutica
y tratar a cada paciente hasta que alcance el objetivo buscado (84).
50
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Los resultados de mortalidad del ACCORD y los análisis de subgrupo del VADT sugieren
que los riesgos potenciales de un control glucémico intensivo pueden superar las ventajas
en algunos pacientes. Aquellos con diabetes prolongada, antecedentes comprobados de
hipoglucemia grave, aterosclerosis avanzada o edad avanzada/fragilidad pueden bene-
ficiarse con objetivos menos intensivos.
Por lo tanto, en pacientes con diabetes de reciente diagnóstico, el control glucémico in-
tensivo podría tener beneficios en cuanto a las complicaciones macrovasculares, mientras
que, en individuos con enfermedad de larga data, comorbilidades asociadas, tendencia
a la hipoglucemia y complicaciones micro o macrovasculares sería apropiado adoptar ob-
jetivos menos estrictos de control metabólico (como A1C <8%).
Los inhibidores del SGLT2 o los agonistas del receptor del GLP-1 son fármacos con be-
neficios comprobados sobre la ECV para pacientes con ECV establecida o indicadores de
alto riesgo. Estos beneficios no dependen de la disminución de la A1C, por lo que se
puede considerar indicarlos a personas con diabetes tipo 2 y ECV, independientemente
del nivel de A1C actual o del objetivo de A1C. Sobre la base de estas consideraciones,
se pueden considerar 2 estrategias: si el paciente ya recibe tratamiento doble o múltiples
tratamientos reductores de la glucosa y no un inhibidor del SGLT2 o un agonista del re-
ceptor del GLP-1, considerar el cambio a uno de estos agentes con beneficio cardiovas-
cular comprobado. En pacientes con ECV y A1C en el objetivo deseado, comenzar a
administrar inhibidores del SGLT2 o agonistas del receptor del GLP-1 para conseguir un
beneficio cardiovascular.
La diabetes es una enfermedad crónica que avanza a lo largo de décadas. Por ello, un
objetivo que podría ser apropiado para un individuo al principio de la enfermedad puede
cambiar con el tiempo. Los pacientes con diagnóstico reciente o aquellos sin cuadros co-
existentes que limiten su expectativa de vida pueden beneficiarse con un control intensivo
que, según se ha comprobado, previene las complicaciones microvasculares. Tanto los
51
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
En individuos con valores preprandiales de glucosa dentro del objetivo, pero niveles de
A1C por encima de este, una recomendación razonable es controlar la glucemia pos-
prandial 1-2 h después de comenzada la comida; un tratamiento dirigido a disminuir
estos valores a <180 mg/dl puede contribuir a bajar la A1C.
En resumen, en adultos con diabetes, se recomienda mantener una A1C <7%, la gluce-
mia capilar preprandial entre 80 y 130 mg/dl y la glucemia capilar posprandial <180
mg/dl. Los objetivos deben ser personalizados en función de la duración de la enferme-
dad, la edad/expectativa de vida, los cuadros coexistentes, ECV comprobada o compli-
caciones microvasculares avanzadas, la incapacidad para advertir la hipoglucemia y las
consideraciones personales para cada individuo. Para determinados pacientes pueden
ser apropiados objetivos glucémicos más o menos estrictos. El objetivo de glucemia pre-
prandial recomendado es de 80-130 mg/dl según datos recientes que indican que se
pueden mantener objetivos preprandiales menos estrictos sin afectar el control metabó-
lico general medido por A1C. Si se utiliza un indicador ambulatorio del perfil de glu-
cosa/manejo de glucosa para evaluar la glucemia, un objetivo paralelo es un TRB >70%,
con un tiempo por debajo del rango <4%.
Hipoglucemia
La hipoglucemia es una realidad frecuente en la vida de los pacientes con diabetes tipo
1 y tipo 2 sin reserva pancreática; el 10% de sus controles glucémicos son inferiores a
50 mg/dl. Las hipoglucemias graves son responsables del 2-4% de las muertes en indi-
viduos con diabetes tipo 1. Toda hipoglucemia en pacientes con diabetes se produce por
un aumento relativo o absoluto de insulina o de fallas en la contrarregulación.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
En el paciente con diabetes tipo 1 y en la tipo 2 con deficiencia grave de insulina, la in-
capacidad para advertir la hipoglucemia (o la insuficiencia autonómica asociada con hi-
poglucemia) puede comprometer profundamente el control estricto de la diabetes y la
calidad de vida. Este síndrome se caracteriza por una liberación deficiente de hormonas
contrarreguladoras y por una disminución de la respuesta autonómica. Si un paciente
no puede advertir la hipoglucémica o tiene uno o más episodios de hipoglucemia nivel
3 se debe volver a evaluar el régimen de tratamiento y considerar aumentar los objetivos
glucémicos. Se debe asesorar a los individuos que no son conscientes de su hipoglucemia
o que han sufrido un episodio de hipoglucemia nivel 2 para que eleven sus objetivos glu-
cémicos durante, al menos, varias semanas, con el fin de revertir parcialmente la incapa-
cidad de advertir la hipoglucemia y disminuir el riesgo de episodios futuros.
Los niños pequeños con diabetes tipo 1 y las personas mayores son particularmente vul-
nerables debido a su capacidad limitada para reconocer los síntomas de hipoglucemia y
comunicar bien sus necesidades. La educación de los pacientes, las intervenciones sobre
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
la dieta (p. ej., un refrigerio al acostarse para prevenir la hipoglucemia nocturna), el ejer-
cicio físico, el ajuste de la medicación, el control de la glucosa y la vigilancia clínica siste-
mática pueden mejorar la evolución de los pacientes.
El tratamiento de elección para el individuo consciente con glucemia <70 mg/dl es la in-
gestión de glucosa (15-20 g), aunque se puede utilizar cualquier carbohidrato que con-
tenga glucosa. En cambio, la adición de grasa puede retardar primero y después
prolongar la respuesta glucémica aguda. Después de 15 min, si la hipoglucemia persiste,
se debe repetir el tratamiento. En la diabetes 2, las proteínas ingeridas pueden aumentar
la respuesta de la insulina sin elevar las concentraciones de glucosa plasmática. Por lo
tanto, no se deben utilizar fuentes de carbohidratos con alto contenido de proteínas
para tratar o prevenir la hipoglucemia. Cuando la glucosa vuelve a los niveles normales,
se debe aconsejar al paciente que consuma una comida completa o un refrigerio para
prevenir la hipoglucemia recurrente.
Se debe prescribir glucagón a todos los pacientes con riesgo importante de hipoglucemia
nivel 2 o 3 y se debe instruir a las personas que atienden al paciente o a los miembros
de la familia acerca de su administración. Además del polvo de glucagón para inyecciones
tradicional, que debe ser disuelto en líquido para ser administrado, el glucagón intranasal
y la solución de glucagón para la inyección subcutánea han sido aprobados reciente-
mente por la FDA.
Las nuevas tecnologías basadas en el CCG y la bomba asistida por CCG pueden ser útiles
para prevenir la hipoglucemia (88,89). Se han realizado estudios controlados aleatoriza-
dos en niños y adultos con diabetes tipo 1 utilizando el CCG en tiempo real. La mayoría
de los estudios que abordan la hipoglucemia demostraron una disminución significativa
en el tiempo que la glucemia estaba entre 54 mg/dl y 70 mg/dl. Hasta la fecha, ningún
estudio ha comunicado una disminución en la hipoglucemia nivel 3. En un solo estudio
que utilizó el CCG de lectura intermitente, los adultos con diabetes tipo 1, A1C cercana
al objetivo y alteración de la capacidad para advertir la hipoglucemia no mostraron nin-
gún cambio en la A1C, pero se observó una disminución en el nivel de hipoglucemia
nivel 2. En general, el CCG en tiempo real parece ser una herramienta útil para disminuir
el tiempo que las personas con incapacidad para advertir la hipoglucemia pasan en el
rango hipoglucémico.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
7
La tecnología en la diabetes
Automonitorización de la glucemia
La AMG es uno de los avances técnicos más importantes en el manejo de la diabetes de
las últimas décadas, que permite tener conocimiento de las excursiones diarias de la glu-
cemia obtenidas en un entorno natural. Permite evaluar la respuesta individual al trata-
miento y determinar si se están alcanzando los objetivos de control. La información
obtenida a través de la AMG en distintos puntos del día es útil para evitar las hipogluce-
mias o realizar ajustes del tratamiento en momentos de hiperglucemia. La frecuencia y
el momento de la AMG deben estar sujetos a las necesidades y los objetivos específicos
del paciente.
Dado que la precisión de la AMG depende del instrumento y del paciente, se debe veri-
ficar que los pacientes reciban instrucción constante y una evaluación regular de la téc-
nica, los resultados y su capacidad para utilizar los datos (incluida la carga y la capacidad
para compartirlos, si corresponde) con el fin de ajustar el tratamiento. El uso óptimo de
la monitorización requiere que tanto el paciente como el profesional revisen e interpreten
los datos en forma adecuada, de modo de asegurar que se utilice de una manera eficaz
y oportuna. Ciertas características del medidor, como el uso de dispositivos de punción
digital que son menos dolorosos y la capacidad de volver a aplicar sangre en una tira
con una muestra inicial insuficiente, también pueden ser beneficiosas para los pacientes
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
y pueden facilitar su uso. Se les debe enseñar a los pacientes a utilizar la información
que proporciona la monitorización para ajustar la ingestión de alimentos, el ejercicio
físico o el tratamiento farmacológico, con el fin de alcanzar las metas específicas. En pa-
cientes con diabetes tipo 1, existe también una correlación entre la frecuencia de la AMG
y los niveles de A1C.
En pacientes que reciben múltiples dosis de insulina o utilizan bomba de insulina, la AMG
permite controlar y evitar la hipoglucemia y la hiperglucemia asintomáticas. En esta po-
blación, se recomienda realizar AMG antes de las comidas y los refrigerios, en ocasiones,
después de comer, al acostarse, antes de realizar ejercicio, cuando se sospecha glucosa
baja en sangre, después de tratar la hipoglucemia hasta que se encuentran normoglu-
cémicos, y antes de tareas exigentes, como conducir.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Cuando se utilizan correctamente, los monitores de CCG en tiempo real o los de escaneo
intermitente son un instrumento útil para disminuir o mantener los niveles de A1C o re-
ducir la hipoglucemia en adultos y niños con diabetes que están en tratamiento con in-
sulina (múltiples inyecciones, infusión continua u otros), y pueden reemplazar a la AMG.
Para lograr un beneficio máximo, los dispositivos de CCG en tiempo real se deben utilizar
en forma diaria o casi diaria. En el caso de los dispositivos con escaneos intermitentes,
los escaneos deben ser frecuentes, como mínimo, cada 8 horas.
El acceso a los dispositivos de CCG se debe considerar desde el momento del diagnóstico
de diabetes que requiere tratamiento con insulina (91). Esto permite controlar estrecha-
mente los niveles de glucosa con ajustes de la dosis de insulina y modificaciones de los
hábitos de vida, y elimina la carga de un control frecuente con AMG. La interrupción del
acceso al CCG se asocia con un empeoramiento de los resultados; por lo tanto, es im-
portante que los individuos que utilizan un CCG puedan acceder constantemente a los
dispositivos.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
En general, se mostró disminución de la A1C en los estudios donde la A1C basal era más
alta. En estudios de adultos donde la reducción en los episodios de hipoglucemia fue el
criterio primario de valoración, se observaron disminuciones significativas en individuos
con diabetes tipo 1 (93,94). A su vez, estos dispositivos pueden ser particularmente útiles
en pacientes tratados con insulina que no advierten su hipoglucemia o tienen episodios
frecuentes, aunque los estudios no cuentan con la potencia suficiente como para mostrar
reducciones uniformes en la hipoglucemia grave (nivel 3). Los datos de estudios obser-
vacionales muestran que el CCG en tiempo real puede ser usado por pacientes <8 años
y que su uso permite conocer los patrones glucémicos. Los beneficios del CCG se asocian
con la adherencia al uso constante del dispositivo.
Los estudios en personas con diabetes tipo 2 son más heterogéneos, pero también se
observó que el CCG en tiempo real resultó útil para disminuir los niveles de A1C. Estudios
en individuos con diabetes tipo 2 tratados con agentes orales, con insulina o sin ella, no
muestran reducciones en las tasas de hipoglucemia.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
CCG profesional
Los dispositivos de CCG profesionales, que proporcionan datos retrospectivos para el
análisis, ya sea cegados o sin cegar, se pueden utilizar para identificar patrones de hipo-
glucemia e hiperglucemia. Pueden ser particularmente útiles para evaluar periodos de
hipoglucemia en pacientes tratados con fármacos que pueden causar hipoglucemia, con
el fin de ajustar las dosis. El uso del CCG profesional siempre debe estar acompañado
con análisis e interpretación para el paciente, junto con educación según necesidad para
ajustar la medicación y cambiar hábitos de vida.
Administración de insulina
Jeringas y plumas de insulina
Tanto las jeringas como las plumas son eficaces y seguras para la aplicación de insulina.
Cuando se elige entre una jeringa y una pluma, se deben tener en cuenta las preferencias
del paciente, el coste, el tipo de insulina, el esquema de dosificación y las capacidades
de autocontrol. En los pacientes con problemas de destreza o disminución de la visión,
se puede considerar el uso de plumas o elementos auxiliares para la inyección de insulina,
de modo de facilitar la administración de dosis precisas.
Los pacientes tratados con insulina deben realizarse un examen de los sitios de inyección/
infusión de insulina de forma sistemática, al menos, una vez por año y si existen proble-
mas clínicos relacionados con la administración de insulina. Las plumas inteligentes pue-
den ser útiles en algunos pacientes para contribuir con recomendaciones de dosificación.
Se pueden programar para calcular la dosis y proporcionar informes de datos que se pue-
den descargar. Se han elaborado calculadoras de bolos para asistir en las decisiones sobre
las dosis. Estas se encuentran sujetas a la aprobación de la FDA para garantizar la segu-
ridad. Se debe permitir a los pacientes competentes que utilizan dispositivos para la dia-
betes que los empleen en un contexto hospitalario, donde cuenten con la supervisión
adecuada.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Bombas de insulina
La mayoría de los adultos, niños y adolescentes con diabetes tipo 1 deben recibir trata-
miento intensivo con insulina, ya sea con múltiples inyecciones diarias o con una bomba
de insulina. Una revisión sistemática y un metanálisis recientes concluyeron que el trata-
miento con bomba tiene ventajas moderadas para disminuir la A1C (-0,30%) y para re-
ducir las tasas de hipoglucemia grave en niños y adultos (98). Por lo tanto, se lo puede
considerar como una opción para todos los adultos, niños y adolescentes con diabetes
tipo 1 que son capaces de manejar sin riesgos el dispositivo. No existe un consenso para
decidir cuál es la mejor forma de administración de insulina para un determinado pa-
ciente. Por ello, a menudo, la elección entre múltiples inyecciones o bomba de insulina
se basa en las características individuales del paciente y con cuál de ellas tiene más pro-
babilidades de beneficiarse.
El tratamiento con bomba se puede iniciar con éxito en el momento del diagnóstico. Los
aspectos prácticos del inicio del tratamiento con bomba son: evaluación de la disposición
del paciente y la familia, selección del tipo de bomba y de su configuración inicial, edu-
cación del paciente/la familia sobre las posibles complicaciones de la bomba (p. ej., ce-
toacidosis diabética con falla en la configuración de la infusión). Las complicaciones de
la bomba incluyen: problemas en la configuración de la infusión (desplazamiento, oclu-
sión), lo que genera el riesgo de cetosis y cetoacidosis; lipohipertrofia o, con menos fre-
cuencia, lipoatrofia (99).
La bomba de insulina se puede utilizar con eficacia y sin riesgos en jóvenes con diabetes
tipo 1. Los ensayos controlados que compararon infusión de insulina subcutánea conti-
nua y múltiples inyecciones con análogos de la insulina muestran una mejoría del control
glucémico, menor riesgo de hipoglucemia y cetoacidosis, mejor calidad de vida y reduc-
ción de complicaciones a largo plazo en los tratados con bomba de insulina. Sobre la
base de una decisión compartida entre el paciente y el profesional, se pueden considerar
las bombas de insulina para todos los pacientes pediátricos. En particular, el tratamiento
con bomba puede ser el modo preferido de suministro de insulina para niños <7 años
(100).
El tratamiento con bomba de insulina puede ser favorable para ciertos pacientes con de-
ficiencia de insulina, por ejemplo, aquellos con diabetes tipo 2 de larga duración, los que
se han sometido a una pancreatectomía o los individuos con fibrosis quística. Para los
individuos mayores con diabetes tipo 1, el tratamiento constante con bomba de insulina
resulta beneficioso y se debe permitir el acceso a él o continuar con él.
El tratamiento con bomba de insulina se puede considerar como una opción para todos
los adultos, niños y adolescentes con diabetes tipo 2 u otras formas de diabetes que re-
ciben múltiples inyecciones diarias de insulina y que son capaces de manejar sin riesgos
el dispositivo. El uso de bombas de insulina en pacientes que requieren insulina con
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
cualquier tipo de diabetes puede mejorar la satisfacción del paciente y simplificar la te-
rapéutica.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Atención hospitalaria
Los pacientes que utilizan dispositivos para la diabetes deben ser autorizados a emplearlos
en un contexto hospitalario, donde esté disponible una supervisión adecuada.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
8
Manejo de la obesidad para el tratamiento
de la diabetes tipo 2
Se debe calcular el IMC anualmente, o, si corresponde, con más frecuencia (105), así
como también evaluar la trayectoria para definir opciones terapéuticas. Algunas situa-
ciones clínicas, como la presencia de insuficiencia cardiaca coexistente o de cambios de
peso inexplicables, pueden justificar mediciones y evaluaciones del peso más frecuentes.
Si el deterioro de la salud se asocia con aumentos o pérdidas de peso significativos, se
debe considerar la evaluación intrahospitalaria del paciente, centrada específicamente
en la asociación entre el uso de medicación, el consumo de comida y el estado glucémico.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
El estudio Look AHEAD evaluó los efectos de una intervención intensiva sobre los hábitos
de vida sobre la morbilidad y mortalidad cardiovascular en individuos con sobrepeso u
obesidad y diabetes tipo 2. Si bien no hubo diferencias significativas en relación con el
objetivo primario entre el grupo de intervención y el grupo de cuidado habitual, sí se
pudo demostrar la factibilidad de conseguir y mantener un adelgazamiento a largo plazo.
En el grupo de intervención intensiva sobre los hábitos de vida, la media de descenso de
peso promedio fue de 4,7% a los 8 años. Aproximadamente el 50% de los participantes
de este grupo bajaron ≥5% del peso inicial y el 27% descendieron ≥10% a los 8 años.
También requirieron menos medicaciones para reducir la glucosa, la presión arterial y los
lípidos que los asignados a la atención habitual (106). Otros beneficios incluyeron mejoras
en la movilidad, la función física y sexual, y la calidad de vida relacionada con la salud.
El descenso de peso se puede lograr con programas para modificar los hábitos de vida
que consiguen un déficit de energía de 500-750 kcal/día o que proporcionan 1200-1500
kcal/día para mujeres y 1500-1800 kcal/día para varones. Las dietas que ofrecen la misma
restricción calórica, pero difieren en su contenido de proteínas, carbohidratos y grasas
son igualmente eficaces para conseguir un descenso de peso. Cualquier cambio de con-
ducta que crea un déficit calórico, independientemente de la composición de macronu-
trientes, genera pérdida de peso. La elección de la dieta se debe basar en el estado de
salud y las preferencias del paciente, incluida una determinación de la disponibilidad de
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
alimentos y de otras circunstancias culturales que pueden afectar los patrones dietéti-
cos.
Las intervenciones intensivas sobre los hábitos de vida deben incluir ≥16 sesiones en 6
meses y deben estar a cargo de profesionales capacitados en sesiones individuales o gru-
pales. Se deben evaluar frecuentemente el nivel de motivación individual, las circunstan-
cias de vida y la disposición para realizar los cambios dirigidos a conseguir una pérdida
de peso, junto con el estado de salud. Para pacientes que alcanzan los objetivos de adel-
gazamiento a corto plazo, se deben prescribir programas más amplios para mantener el
peso (≥1 año), que incluyan un contacto, al menos, mensual alentando el control cons-
tante del peso, la dieta reducida en calorías, altos niveles de actividad física y otras estra-
tegias de autocontrol (seguimiento del consumo de alimentos, contar los pasos, etc.).
Se puede prescribir una intervención a corto plazo (3 meses) con dietas estructuradas,
con muy bajo contenido de calorías, a pacientes cuidadosamente seleccionados (como
aquellos que requieren perder peso antes de una cirugía y aquellos que necesitan mayor
pérdida de peso y mejoras glucémicas) por profesionales capacitados en centros médicos
y con un control riguroso. Cuando se las integra con apoyo y asesoramiento sobre la
conducta, las dietas estructuradas muy bajas en calorías, típicamente 800-1000 kcal/día
utilizando alimentos con alto contenido de proteínas y productos de reemplazo de ali-
mentos, pueden aumentar el ritmo o la magnitud de la pérdida de peso inicial y de las
mejoras glucémicas en comparación con las intervenciones convencionales sobre la con-
ducta. Cuando se interrumpen las intervenciones de alta intensidad, la recuperación del
peso es mayor, por lo que se debe proporcionar un programa amplio de mantenimiento
a largo plazo.
Las disparidades que generan obstáculos en la salud basadas en la raza o etnia, el estatus
socioeconómico, el sexo, la discapacidad u otros factores pueden aumentar los riesgos
de diabetes y sus complicaciones. Se deben evaluar los factores sistémicos, estructurales
y socioeconómicos que impactan en la elección de los alimentos, en el acceso a alimentos
saludables y en otros patrones de comportamiento, como la disponibilidad de lugares
seguros al aire libre para realizar actividad física, el acceso al cuidado de la salud y el con-
texto social (4).
Farmacoterapia
Cuando se eligen medicaciones para reducir la glucemia, se deben escoger fármacos que
promuevan el descenso de peso o que sean neutrales para el peso, como la metformina,
los inhibidores de la �-glucosidasa, los análogos del GLP-1, los miméticos de la amilina,
los inhibidores del SGLT2 y los inhibidores de la DPP-4. Se debe tratar de evitar los fár-
macos asociados a incremento de peso, como los secretagogos de la insulina, las tiazo-
lidinedionas y la insulina. Siempre que sea posible, se debe tratar de reducir al mínimo o
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
brindar alternativas a las medicaciones que favorecen el aumento de peso, como los an-
tipsicóticos atípicos, los antidepresivos, los glucocorticoides, las progesteronas inyecta-
bles, los anticonvulsivos, por ejemplo, la gabapentina, y diversos antihistamínicos y
anticolinérgicos (107).
Se han aprobado distintos fármacos para adelgazar, tanto a corto como a largo plazo,
para ser usados como coadyuvantes de la dieta, el ejercicio y la terapia conductual. Están
indicados en pacientes con IMC ≥27 kg/m2 y uno o más cuadros asociados relacionados
con la obesidad, como diabetes tipo 2, hipertensión y dislipidemia, y para individuos con
IMC ≥30 kg/m2 (108). Estos incluyen: la fentermina, el orlistat, la combinación de fen-
termina con topiramato, la combinación de naltrexona con bupropión, y la liraglutida.
La lorcaserina no es más un fármaco aprobado para el tratamiento de la obesidad.
La fentermina está indicada como tratamiento a corto plazo (≤12 semanas). Los funda-
mentos para administrar medicación para adelgazar son ayudar a los pacientes a cumplir,
de manera más uniforme, con las dietas bajas en calorías y reforzar los cambios en los
hábitos de vida. Los posibles beneficios se deben sopesar con respecto a los riesgos po-
tenciales de la medicación. Si la respuesta de un paciente a estos fármacos se considera
insuficiente (descenso de peso <5%) después de 3 meses, o si existe algún problema de
seguridad o de tolerancia en cualquier momento, la medicación se debe suspender y se
debe considerar la administración de fármacos o métodos terapéuticos alternativos. Estas
medicaciones están contraindicadas para mujeres embarazadas o que tratan activamente
de concebir un hijo.
Al comenzar con medicación para perder peso, se debe evaluar la eficacia y la seguridad,
al menos, 1 vez por mes, durante los primeros 3 meses y, al menos, cada 3 meses, a
partir de entonces. Los ensayos clínicos publicados muestran, de manera uniforme, que
las personas que responden en forma temprana tienen una mejor evolución a largo plazo
(54-56). A menos que las circunstancias clínicas (como una mala tolerancia) u otras cues-
tiones (como gastos o preferencias del paciente) sugieran lo contrario, las personas que
consiguen una pérdida de peso temprana suficiente al iniciar una medicación crónica
para adelgazar (típicamente definida como una pérdida de peso <5% después de 3
meses de uso) deben continuar con la medicación.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Cirugía metabólica
Diferentes cirugías gastrointestinales diseñadas originalmente para tratar a pacientes con
obesidad mórbida se asociaron también con dramáticas mejorías en el control metabólico
de la diabetes o con la prevención de la progresión de la ITG en individuos con obesidad
severa. Según el tipo de procedimiento quirúrgico, se puede alcanzar la remisión de la
enfermedad en un alto porcentaje de pacientes. En estos contextos, dicho procedimiento
se denomina cirugía metabólica.
En los últimos años, se ha acumulado una gran cantidad de evidencia, inclusive datos de
ensayos clínicos de asignación aleatorizada, que demuestran que la cirugía metabólica
permite conseguir un mejor control de la glucemia y disminución de los factores de riesgo
cardiovascular en pacientes con obesidad y diabetes tipo 2, en comparación con diversas
intervenciones médicas o sobre los hábitos de vida (109). En estudios observacionales
sin asignación aleatorizada, se demostró también una mejoría en las complicaciones mi-
crovasculares y macrovasculares de la diabetes, en la ECV y en el riesgo de cáncer. Los
estudios de cohorte que procuran emparejar a los participantes con cirugía y sin ella su-
gieren que el procedimiento puede disminuir las tasas de mortalidad a largo plazo (110).
Sobre la base de estos datos, actualmente, se considera que se debe recomendar la ci-
rugía metabólica como una alternativa para tratar la diabetes tipo 2 en pacientes con
IMC ≥40 kg/m2 (IMC ≥37,5 kg/m2 en estadounidenses de origen asiático) y en adultos
con IMC 35,0-39,9 kg/m2 (32,5-37,4 kg/m2 en estadounidenses de origen asiático) que
no consiguen una pérdida de peso perdurable y mejorías en las enfermedades coexis-
tentes (incluida la hiperglucemia) con métodos no quirúrgicos. A su vez, se debe consi-
derar la cirugía metabólica como tratamiento para adultos con diabetes tipo 2 e IMC
30,0-34,9 kg/m2 (27,5-32,4 kg/m2 en estadounidenses de origen asiático) que no consi-
guen una pérdida de peso perdurable y una mejoría en las enfermedades coexistentes
(incluida la hiperglucemia) con métodos no quirúrgicos razonables (109,111).
Las tasas de remisión sostenida de la diabetes a 5 años oscilan entre el 30% y el 63%
(109). Los datos disponibles sugieren un deterioro de la remisión de la enfermedad a lo
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
largo del tiempo: el 35-50% o más de los pacientes presentan recurrencias luego de
haber alcanzado la remisión. Las tasas de remisión tienden a ser más altas con procedi-
mientos que abarcan porciones del intestino delgado, y menores con procedimientos
que solo limitan el estómago; por ejemplo, la mediana del periodo libre de la enfermedad
después de un bypass gástrico en Y de Roux es de 8.3 años. Sin embargo, con recurrencia
de la diabetes o sin ella, la mayoría de los pacientes sometidos a cirugía mantienen una
mejoría sustancial del control glucémico desde el nivel basal durante, al menos, entre 5
y 15 años (109,112-113). La edad más joven, una menor duración de la diabetes (p. ej.,
<8 años), el tratamiento sin insulina, el mantenimiento de la pérdida de peso y el mejor
control de la glucemia se asocian, de manera uniforme, con tasas más elevadas de remi-
sión de la enfermedad o con menor riesgo de recidiva. La cirugía metabólica puede me-
jorar los perfiles metabólicos en pacientes con diabetes tipo 1 y obesidad mórbida, pero
se necesitan mayores estudios para evaluar definitivamente la función de este procedi-
miento en estos pacientes.
Los problemas a largo plazo asociados a la cirugía metabólica son: síndrome de vaciado
gástrico rápido (náuseas, cólicos, diarrea), deficiencias de vitaminas y minerales, anemia,
osteoporosis y, en raras ocasiones, hipoglucemia grave por hipersecreción de insulina.
Las deficiencias nutricionales y de micronutrientes a largo plazo, y las complicaciones re-
lacionadas con ellas, se observan con una frecuencia variable que depende del tipo de
procedimiento y requiere suplementos de vitaminas/nutritivos de por vida (115). La hi-
poglucemia posprandial es más probable con el bypass gástrico en Y de Roux. Se debe
suministrar apoyo para los hábitos de vida a largo plazo, y efectuar controles sistemáticos
de los micronutrientes y el estado nutricional a los pacientes después de la cirugía. Los
pacientes sometidos a cirugía metabólica pueden correr un mayor riesgo de abuso de
sustancias, entre ellas, drogas, alcohol y tabaquismo. Otros riesgos posibles que han sido
descritos son agravamiento o nueva aparición de depresión, ansiedad o de ambas, e
ideas suicidas.
Las personas candidatas para una cirugía metabólica deben ser sometidas a una evalua-
ción exhaustiva de salud mental. Se debe postergar la cirugía en pacientes con antece-
dentes de alcoholismo o abuso de sustancias, depresión significativa, ideas suicidas u
otros cuadros mentales hasta que se hayan abordado completamente estos problemas.
Los individuos con psicopatología preoperatoria deben ser evaluados en forma regular
después de la cirugía para optimizar el tratamiento de la salud mental y garantizar que
los síntomas psiquiátricos no interfieran con el descenso de peso y los cambios en los
hábitos de vida.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
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Abordajes farmacológicos para el
tratamiento de la glucemia
En personas con diabetes tipo 1, el tratamiento con análogos de la insulina se asocia con
menos hipoglucemia y aumento de peso, además de una A1C más baja que las insulinas
humanas. La mayoría de los individuos con diabetes tipo 1 deben emplear análogos de
la insulina de acción rápida para disminuir el riesgo de hipoglucemia. Además, los aná-
logos basales de acción más prolongada (glargina U-300 o degludec) pueden inducir un
riesgo más bajo de hipoglucemia que la glargina U-100. Pese a las ventajas de los aná-
logos de la insulina en pacientes con diabetes tipo 1, en algunos casos, el coste o la in-
tensidad de tratamiento requerida resultan prohibitivos. Existen múltiples abordajes para
el tratamiento con insulina, y el precepto central en el tratamiento de la diabetes tipo 1
es que se administre alguna forma de insulina en un esquema planificado y adaptado a
cada paciente individual para mantenerlo seguro, sin cetoacidosis diabética y sin hipo-
glucemia significativa, tomando todas las medidas posibles para alcanzar los objetivos
glucémicos.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
porcentaje de tiempo dentro del rango glucémico, disminución de los niveles promedio
de glucosa y A1C, y menor porcentaje del tiempo en hipoglucemia comparado con el
uso de bomba mejorada con sensor (118).
El manejo intensivo de insulina con bomba de infusión continua y CCG deben conside-
rarse en la mayoría de los pacientes. Los sistemas automáticos de administración de in-
sulina se pueden considerar en adultos con diabetes tipo 1 que tienen la capacidad para
usarlos, con el fin de mejorar el TRB, y reducir la A1C y la hipoglucemia (118).
En general, los pacientes con diabetes tipo 1 requieren un 50% de su insulina diaria
como basal y un 50% como prandial. Los requisitos diarios totales de insulina se pueden
estimar sobre la base del peso: las dosis típicas varían de 0,4 a 1,0 unidades/kg/día. Una
dosis inicial típica en pacientes metabólicamente estables es de 0,5 unidades/kg/día (116).
Las dosis de insulina prandial se deben ajustar en función del consumo de carbohidratos,
los niveles de glucemia preprandial y la actividad física prevista. Los individuos entrenados
en el recuento de carbohidratos deben recibir educación para estimar también el conte-
nido de grasas y proteínas en los alimentos (119).
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Enfermedad cardiovascular
asociada o indicadores de Insuficiencia cardiaca Enfermedad renal crónica
alto riesgo
Considerar un análogo del Preferir un inhibidor del Sin albuminuria: (TFG ˂60
GLP-1 con probado beneficio SGLT2 con probado beneficio ml/min/1,73 m2) y, por ende,
en enfermedad en esta población con mayor riesgo de eventos
cardiovascular o un cardiovasculares: análogo
inhibidor del SGLT2 con del GLP-1 o inhibidor del
probado beneficio en SGLT2 con probado
enfermedad cardiovascular beneficio en enfermedad
cardiovascular
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Para pacientes sin ECVA comprobada, indicadores de riesgo alto de ECVA, insuficiencia
cardiaca o enfermedad renal crónica, la elección de un segundo fármaco para sumar a
la metformina se basa en la eficacia, en evitar los efectos secundarios (en particular, la
hipoglucemia y el aumento de peso), en los costes y en las preferencias del paciente
(121,122). Se aplican consideraciones similares en pacientes que requieren un tercer me-
dicamento para alcanzar los objetivos glucémicos. Cuando la reducción del riesgo de
hipoglucemia es una prioridad, se puede optar como segunda línea de tratamiento entre
inhibidores de la DPP-4, tiazolidinedionas, inhibidores del SGLT2 o agonistas del receptor
del GLP-1. Si la prioridad es minimizar el aumento de peso o promover el descenso, pre-
ferir entre un agonista del receptor del GLP-1 con buena eficacia para disminuir de peso,
o un inhibidor del SGLT2. En cambio, si el coste es un problema importante, considerar
el agregado de una sulfonilurea o una tiazolidinediona.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
logos basales de acción prolongada (glargina U-100 o detemir) disminuyen más el riesgo
de hipoglucemia sintomática y nocturna que la insulina NPH. Además, los análogos ba-
sales de acción más prolongada (glargina U-300 o degludec) pueden inducir un riesgo
más bajo de hipoglucemia que la glargina U-100 cuando se administran en combinación
con agentes antihiperglucémicos orales. Si bien existen datos que indican una menor hi-
poglucemia con los análogos de la insulina basal más nuevos, de acción más prolongada,
en la práctica, es posible que estos efectos sean moderados en comparación con la in-
sulina NPH. Los profesionales de la salud deben ser conscientes del posible exceso de in-
sulina basal durante el tratamiento con insulina. Los signos clínicos que deben alertar
sobre un posible exceso de insulina basal incluyen una dosis basal >0,5 unidades/kg, alta
diferencia entre los valores de glucemia al acostarse y la mañana o entre posprandial y
preprandial (p. ej., diferencial de glucosa al acostarse-por la mañana ≥50 mg/dl), hipo-
glucemia (consciente o inconsciente) y alta variabilidad (126).
Muchos individuos con diabetes tipo 2 pueden necesitar dosis de insulina antes de las
comidas además de la insulina basal, para alcanzar los objetivos glucémicos. Una dosis
de 4 unidades o 10% de la cantidad de insulina basal en la comida más importante o en
aquella con mayor oscilación posprandial es una estimación segura para iniciar el trata-
miento. Después, el esquema de insulina prandial se puede intensificar según las nece-
sidades del paciente. Actualmente se encuentran disponibles varios preparados de
insulina concentrada. Estos preparados concentrados pueden ser más convenientes y có-
modos para inyectar, y mejorar la adherencia para individuos con resistencia a la insulina
que requieren grandes dosis de insulina.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
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Enfermedad cardiovascular
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
La presión arterial se debe medir en cada visita clínica de rutina. Cuando se halla una
presión arterial elevada (≥140/90 mmHg), se la debe confirmar mediante múltiples lec-
turas, con mediciones en días separados, para diagnosticar hipertensión. La automoni-
torización de la presión en el domicilio y el control ambulatorio durante 24 h pueden
ofrecer pruebas adicionales de la hipertensión “de bata blanca” y “enmascarada”, y de
otras discrepancias entre la presión arterial en la consulta y la real. Todos los pacientes
hipertensos con diabetes deben controlarse la presión arterial en su domicilio (129). Ade-
más de confirmar o refutar un diagnóstico de hipertensión, la evaluación en el domicilio
puede ser útil para controlar el tratamiento antihipertensivo y mejorar la adherencia al
tratamiento.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
tratamiento intensivo con un objetivo de presión sistólica de 120 mmHg disminuyó casi
un tercio los eventos cardiovasculares con respecto a un objetivo de 140 mmHg. Sin em-
bargo, en este estudio, no se incluyeron pacientes con diabetes.
Para clarificar los objetivos óptimos de presión arterial en pacientes con diabetes, los me-
tanálisis han clasificado los ensayos clínicos según la media de presión arterial basal o la
media de presión arterial alcanzada en la rama de intervención (o de tratamiento inten-
sivo). Sobre la base de estos análisis, el tratamiento antihipertensivo parece ser benefi-
cioso cuando la media de la presión arterial basal es ≥140/90 mmHg o la media de la
presión arterial intensiva alcanzada es ≥130/80 mmHg (129-131). Entre los ensayos con
menor presión arterial basal o alcanzada, el tratamiento antihipertensivo disminuyó el
riesgo de ACV, retinopatía y albuminuria, pero los efectos sobre otros parámetros de
ECVA e insuficiencia cardiaca no fueron evidentes. Estos resultados muestran de manera
uniforme que tratar a los pacientes con presión arterial basal ≥140 mmHg para alcanzar
objetivos <140 mmHg resulta beneficioso, mientras que los objetivos más intensivos pue-
den ofrecer beneficios adicionales, aunque probablemente menos sólidos.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Un inhibidor de la ECA o un ARA II, en la dosis máxima tolerada que se indica para tratar
la presión arterial, es el tratamiento recomendado de primera línea para la hipertensión
en pacientes con diabetes y albuminuria (proporción albúmina-creatinina urinaria ≥30
mg/g), con el fin de reducir el riesgo de enfermedad renal progresiva. Si no se tolera una
clase de estos fármacos, se debe cambiar a la otra. No se recomienda la administración
de ambos combinados debido a la falta de un beneficio añadido sobre la ECVA y la mayor
tasa de eventos adversos, como hiperpotasemia, síncope y daño renal agudo. Es impor-
tante la detección y el tratamiento de estas alteraciones, porque tanto el daño renal
agudo como la hiperpotasemia pueden aumentar los riesgos de episodios cardiovascu-
lares y muerte. Por lo tanto, se deben controlar la creatinina sérica y el potasio durante
el tratamiento con un inhibidor de la ECA, un ARA II o un diurético, particularmente en
pacientes con disminución de la TFG que se encuentran en mayor riesgo.
En general, es necesario el tratamiento con múltiples fármacos para alcanzar los objetivos
de presión arterial. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, no se deben admi-
nistrar combinaciones de inhibidores de la ECA con ARA II, ni combinaciones de inhibi-
dores de la ECA o ARA II con inhibidores directos de la renina, debido a la falta de un
beneficio añadido sobre la ECVA y a la mayor tasa de episodios adversos.
Cada vez más datos sugieren que existe una asociación entre un aumento de la presión
durante las horas de sueño y la incidencia de eventos de ECVA. La administración de, al
menos, un antihipertensivo al acostarse mejora el control de la presión arterial y parece
disminuir los eventos cardiovasculares.
La hipertensión resistente se define como una presión arterial ≥140/90 mmHg, pese a
una estrategia terapéutica que incluye el manejo apropiado de los hábitos de vida más
un diurético y otros dos agentes antihipertensivos pertenecientes a distintas clases en
dosis adecuadas. Antes de diagnosticar hipertensión resistente se debe descartar falta
de adherencia a la medicación, hipertensión de bata blanca e hipertensión secundaria.
En general, se deben identificar y abordar los obstáculos para la adherencia a la medica-
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
ción (como los costes y los efectos secundarios). Los antagonistas del receptor de mine-
ralcorticoides son eficaces para el tratamiento de la hipertensión resistente en pacientes
con diabetes tipo 2 cuando se los añade al tratamiento existente con un inhibidor de la
ECA o un ARA II, un diurético tiazídico y un calcioantagonista dihidropiridínico. Los an-
tagonistas del receptor de mineralcorticoides también disminuyen la albuminuria y tienen
beneficios cardiovasculares adicionales. No obstante, si se adicionan a un esquema con
inhibidores de la ECA o ARA II pueden aumentar el riesgo de hiperpotasemia.
Control de lípidos
En los pacientes con diabetes, existen múltiples alteraciones en el metabolismo de los lí-
pidos como resultado de una combinación de factores, como deficiencia de insulina, in-
sulinorresistencia e hiperglucemia. La dislipidemia de la diabetes tipo 2 está caracterizada
por un aumento en las lipoproteínas ricas en triglicéridos (VLDL, IDL, partículas remanen-
tes), bajos niveles de colesterol HDL, y aumento en las partículas de LDL pequeñas y den-
sas. Estas últimas son también más aterogénicas, porque son más susceptibles a la
oxidación y glucación. Contribuyendo a estas anormalidades cuali y cuantitativas existe,
además, una menor actividad de la lipoproteinlipasa, con una mayor actividad de la lipasa
hepática y de la proteína de transferencia de ésteres de colesterol, y esta última es res-
ponsable del traspaso de triglicéridos y ésteres de colesterol de las VLDL e IDL a las LDL
y HDL.
Las intervenciones sobre los hábitos de vida, incluidos el plan alimentario, el aumento
de la actividad física, el descenso de peso y el abandono del consumo de tabaco, pueden
permitir que algunos pacientes disminuyan los factores de riesgo de ECVA y el colesterol
LDL. Las recomendaciones alimentarias deben centrarse en la aplicación de una dieta
mediterránea (135) o en el patrón dietético DASH, en la reducción del consumo de grasas
saturadas, de colesterol y de grasas trans, y en el aumento en el consumo de estanoles/es-
teroles vegetales, ácidos grasos omega-3 y fibras viscosas (avena, legumbres, cítricos).
En pacientes con niveles elevados de triglicéridos (≥150 mg/dl) o niveles bajos de coles-
terol HDL, la optimización del control glucémico y la intensificación en los hábitos de
vida puede mejorar los niveles de estos lípidos.
En los adultos con diabetes, es razonable realizar un perfil de lípidos (colesterol total, co-
lesterol LDL, colesterol HDL y triglicéridos) en el momento del diagnóstico, en la evalua-
ción médica inicial y, al menos, cada 5 años a partir de entonces. También se debe solicitar
un perfil lipídico de inmediato antes de iniciar el tratamiento con estatinas. Una vez que
un paciente comienza a tomar una estatina, se deben evaluar el perfil lipídico 4-12 se-
manas después de iniciado el tratamiento, ante cualquier cambio en la dosis y según las
circunstancias particulares (p. ej., para controlar la adherencia y la eficacia).
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
El tratamiento de alta intensidad se define como aquella dosis de estatina que disminuye
el colesterol LDL ≥50%. Incluye a la atorvastatina 40-80 mg/día y a la rosuvastatina 20-
40 mg/día. El tratamiento de intensidad moderada es el que reduce el colesterol LDL en
un 30-49%. En este grupo, se ubican la atorvastatina 10-20 mg/día, la rosuvastatina 5-
10 mg/día, la simvastatina 20-40 mg/día, la pravastatina 40-80 mg/día, entre otras. En
general, no se recomienda el tratamiento con estatinas en dosis bajas para pacientes con
diabetes, pero en ocasiones, es la única dosis que un paciente puede tolerar. Para pa-
cientes que no toleran la intensidad propuesta de la estatina, se debe administrar la dosis
máxima tolerada.
Se considera actualmente que el inicio del tratamiento (y la dosis inicial de estatina) de-
pende fundamentalmente del estado de riesgo y no del nivel de colesterol LDL. En cuanto
a la clasificación según el riesgo cardiovascular, se definen dos grupos amplios de pa-
cientes: aquellos con ECVA comprobada y los pacientes sin ella; a menudo, el tratamiento
se menciona como prevención “secundaria” y “primaria”, respectivamente. Como el
riesgo es más alto en pacientes con ECVA, se indica un tratamiento más intensivo, y se
ha mostrado que este resulta beneficioso en múltiples ensayos aleatorizados.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Para pacientes con diabetes <40 años o diabetes tipo 1, con factores de riesgo adicionales
para ECVA, el paciente y el profesional deben considerar estatinas en intensidad mode-
rada, además del tratamiento sobre los hábitos de vida.
En los últimos años, grandes ensayos aleatorizados han investigado los beneficios de
sumar agentes distintos de las estatinas al tratamiento hipolipemiante, incluidos aquellos
que evaluaron una mayor disminución del colesterol LDL con ezetimiba o con inhibidores
de PCSK9. Todos los ensayos observaron un beneficio significativo en la disminución de
los episodios de ECVA que se relacionaron directamente con el grado de mayor dismi-
nución del colesterol LDL. Para pacientes con diabetes y ECVA considerada de muy alto
riesgo, si el colesterol LDL es ≥70 mg/dl con la dosis máxima tolerada de estatinas, con-
siderar la incorporación de un tratamiento adicional para reducir el colesterol LDL (como
ezetimiba o un inhibidor de PCSK9). Ezetimiba puede ser preferible debido a su coste
más bajo. El estudio IMProved Reduction of Outcomes: Vytorin Efficacy International Trial
(IMPROVE-IT) demostró que el tratamiento combinado de simvastatina de intensidad
moderada (40 mg) con ezetimiba 10 mg redujo significativamente los eventos cardio-
vasculares con respecto al tratamiento con simvastatina sola. Este beneficio se observó
también en la subpoblación de pacientes con diabetes.
83
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Por su parte, el estudio ODYSSEY OUTCOMES enroló más de 18.000 pacientes (28,8%
con diabetes) con antecedentes de un síndrome coronario agudo reciente, que fueron
aleatorizados a recibir el inhibidor de PCSK9 alirocumab o placebo junto con dosis má-
ximas toleradas de estatinas. Luego de un seguimiento promedio de 2.8 años, se observó
que el compuesto final primario (muerte por enfermedad coronaria, infarto de miocardio
no fatal y ACV isquémico fatal o no fatal) ocurrió en un 9,5% en la rama de alirocumab
vs. 11,1% en la rama de placebo, con diferencia estadísticamente significativa. El trata-
miento combinado con alirocumab más estatinas dio como resultado una reducción ab-
soluta mayor en la incidencia del criterio primario de valoración en pacientes con diabetes
(2,3%) que en aquellos con prediabetes (1,2%) o normoglucemia (1,2%) (139).
Para pacientes con niveles de triglicéridos en ayunas ≥500 mg/dl, evaluar si existen causas
secundarias de hipertrigliceridemia y considerar el tratamiento médico (con derivados
del ácido fíbrico o aceite de pescado) para reducir el riesgo de pancreatitis. La hipertri-
gliceridemia moderada (triglicéridos entre 175 y 499 mg/dl) se debe abordar con cambios
en la dieta y en los hábitos de vida, incluida la pérdida de peso y la abstinencia del alcohol,
evaluar factores secundarios, como enfermedad hepática o renal crónica, hipotiroidismo,
síndrome nefrótico, y se debe evitar la medicación que pueda elevar los triglicéridos.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Existe un mayor riesgo de desarrollar nueva diabetes con el uso de estatinas, lo que puede
estar limitado a las personas con factores de riesgo para diabetes. Sin embargo, la re-
ducción en la tasa de eventos cardiovasculares con estatinas supera ampliamente el riesgo
de nueva diabetes, incluso en pacientes con el riesgo más alto. Estos pacientes pueden
beneficiarse con pruebas de detección de diabetes durante el tratamiento con estatinas.
En cuanto al uso de estatinas y la función cognitiva, existen varias líneas de evidencia
que no respaldan esta asociación. Los datos publicados no muestran un efecto adverso
de las estatinas sobre la cognición, inclusive entre pacientes tratados para alcanzar niveles
muy bajos de colesterol LDL, o en pacientes en donde se incorporó ezetimiba o inhibi-
dores de PCSK 9 (141). Por lo tanto, la inquietud acerca de que las estatinas u otros
agentes reductores de lípidos podrían causar disfunción cognitiva o demencia no está
respaldada por evidencia, y no debe impedir su administración a individuos con diabetes
y riesgo alto de ECVA (141).
Agentes antiplaquetarios
La aspirina ha demostrado ser eficaz para reducir la morbilidad y mortalidad cardiovas-
cular en pacientes de alto riesgo, como aquellos que han tenido un infarto de miocardio
o un ACV (prevención secundaria). La ADA avala el uso de bajas dosis de aspirina (75-
162 mg/día) como estrategia de prevención secundaria en pacientes con diabetes y ECVA
previa.
Sin embargo, existe controversia con respecto a sus beneficios para la prevención primaria
tanto en individuos con diabetes como sin esta enfermedad. Datos obtenidos de meta-
nálisis previos indican que la aspirina disminuye el riesgo de eventos vasculares serios,
especialmente infarto de miocardio no fatal, con poco efecto sobre la mortalidad por
enfermedad coronaria o el ACV. Más recientemente, el estudio ASCEND (A Study of Car-
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
En pacientes que han sufrido un síndrome coronario agudo, se debe administrar un an-
tagonista del receptor P2Y12 en combinación con aspirina durante, al menos, un año, y
es posible que los beneficios se observen más allá de este periodo. Los datos avalan la
administración de ticagrelor o clopidogrel si no se ha realizado una intervención coronaria
percutánea, y clopidogrel, ticagrelor o prasugrel si se efectuó esta intervención. En pa-
cientes con diabetes e infarto de miocardio previo (1-3 años antes), añadir ticagrelor al
ácido acetilsalicílico disminuye significativamente el riesgo de eventos isquémicos recu-
rrentes, incluida la muerte por ECV y enfermedad coronaria.
Se puede considerar el tratamiento antiplaquetario doble a largo plazo (con bajas dosis
de aspirina y un inhibidor del receptor P2Y12) en pacientes con intervención coronaria
previa, alto riesgo isquémico y bajo riesgo de sangrado con el objetivo de disminuir los
eventos cardiovasculares mayores. Esta recomendación surge de los estudios TEMIS y
TEMIS-PCI que evaluaron el agregado de ticagrelor al tratamiento con aspirina compa-
rado con el uso de aspirina sola en pacientes con diabetes y enfermedad coronaria estable
(143). Se debe considerar la terapia combinada de aspirina con dosis bajas de rivaroxabán
en pacientes con enfermedad coronaria estable o enfermedad arterial periférica y bajo
riesgo de sangrado para prevenir eventos adversos mayores en las extremidades y eventos
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Enfermedad cardiovascular
La enfermedad arterial coronaria es la causa más importante de morbilidad, mortalidad
y costes médicos de la diabetes. El diagnóstico temprano para evitar la progresión y apa-
rición de eventos clínicos tiene un atractivo intuitivo. Sin embargo, hasta el momento,
no se ha demostrado que la realización de pruebas de detección de enfermedad coro-
naria en individuos asintomáticos ofrezca un beneficio evolutivo en estos pacientes.
En los pacientes con ECVA comprobada, se debe considerar el tratamiento con aspirina,
estatinas y un inhibidor de la ECA o un ARA II si son hipertensos, para disminuir el riesgo
de nuevos eventos. El tratamiento con inhibidores de la ECA o con ARA II es claramente
favorable para los pacientes con nefropatía diabética o hipertensión, y estos agentes se
recomiendan para tratar la hipertensión en pacientes con ECVA comprobada (en parti-
cular, enfermedad coronaria) (133). Se deben administrar �-bloqueantes a pacientes con
angina activa o con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección reducida. En pacientes
con infarto de miocardio previo, se debe continuar el tratamiento con �-bloqueantes por
3 años luego del evento.
Con respecto a los inhibidores de la DPP-4, hasta el momento, no se han mostrado be-
neficios cardiovasculares en comparación con el placebo. El estudio más reciente, CA-
ROLINA, demostró la no inferioridad de linagliptina en relación con la glimepirida en los
resultados cardiovasculares, a pesar de una menor tasa de hipoglucemia en el grupo con
linagliptina.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Los resultados del Trial to Evaluate Cardiovascular and Other Long-term Outcomes with
Semaglutide in Subjects With Type 2 Diabetes (SUSTAIN-6) fueron compatibles con los
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
del ensayo LEADER. La semaglutida es un antagonista del receptor del GLP-1 que se ad-
ministra una vez por semana. Sin embargo, la lixisenatida no demostró superioridad en
los eventos cardiovasculares. En el estudio que evaluó la administración semanal de exe-
natida de liberación extendida, se observó que los episodios cardiovasculares adversos
graves eran numéricamente menores que con el placebo, aunque esta diferencia no fue
estadísticamente significativa. No obstante, la mortalidad por cualquier causa fue menor
en el grupo de exenatida. En el estudio PIONEER-6, la semaglutida vía oral no fue inferior
al placebo para el criterio primario de valoración compuesto de muerte cardiovascular,
infarto de miocardio no fatal o ACV no fatal.
En resumen, ahora hay grandes ensayos controlados de asignación aleatorizada que co-
munican disminuciones estadísticamente significativas en los episodios cardiovasculares
con 3 inhibidores del SGLT2 (empagliflozina, canagliflozina y dapagliflozina) y con ago-
nistas del receptor del GLP-1 (liraglutida, semaglutida, albiglutida y dulaglutida). Los me-
tanálisis de los ensayos comunicados hasta la fecha sugieren que los agonistas del
receptor del GLP-1 y los inhibidores del SGLT2 disminuyen el riesgo de episodios cardio-
vasculares ateroscleróticos adversos mayores en un grado similar en pacientes con dia-
betes tipo 2 y ECVA comprobada (149). Los inhibidores del SGLT2 también parecen
reducir el riesgo de hospitalización por insuficiencia cardiaca y progresión de la enfer-
medad renal en pacientes con ECVA establecida, múltiples factores de riesgo de ECVA o
nefropatía diabética (150).
Por lo tanto, en pacientes con diabetes tipo 2 y ECVA comprobada, múltiples factores
de riesgo de ECVA o nefropatía diabética, se recomienda un inhibidor del SGLT2 con be-
neficio cardiovascular comprobado para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares ad-
versos mayores y la hospitalización por insuficiencia cardiaca. En pacientes con diabetes
tipo 2 y ECVA comprobada o múltiples factores de riesgo de ECVA, se recomienda un
agonista del receptor del GLP-1 con beneficio cardiovascular comprobado para reducir
el riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores. Para muchos pacientes resulta
apropiado un inhibidor del SGLT2 o un agonista del receptor del GLP-1.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Se observó una menor incidencia de insuficiencia cardiaca con inhibidores del SGLT2. En
el estudio EMPA-REG OUTCOME, la incorporación de empagliflozina a la atención habi-
tual generó una disminución significativa del 35% en las hospitalizaciones por insufi-
ciencia cardiaca en comparación con el placebo. Si bien la mayoría de los pacientes del
estudio no tenían insuficiencia cardiaca en el momento de la incorporación, este bene-
ficio fue uniforme en pacientes con antecedentes de insuficiencia cardiaca y sin ellos. De
manera similar, en el CANVAS y en el DECLARE-TIMI 58, se observaron disminuciones
del 33% y el 27% en las hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca, respectivamente,
con inhibidores del SGLT2 frente al placebo. Otros datos del ensayo CREDENCE con ca-
nagliflozina demostraron una disminución del 39% en las hospitalizaciones por insufi-
ciencia cardiaca. Estos hallazgos indican con claridad beneficios importantes con los
inhibidores del SGLT2 en la prevención de las hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
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Complicaciones microvasculares
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
En los pacientes con diabetes tipo 2, la albuminuria puede estar presente en el momento
del diagnóstico de la diabetes, y puede reflejar la presencia de ECV. En ausencia de in-
tervenciones específicas, el 20-40% de los pacientes con diabetes tipo 2 con albuminuria
progresarán a nefropatía manifiesta; el 20%, a insuficiencia renal dentro de los 20 años,
con un deterioro de la TFG que es variable de individuo a individuo.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
El daño renal agudo se diagnostica por un aumento sostenido del 50% o más en la cre-
atinina sérica durante un periodo breve, lo cual también se refleja como una disminución
rápida en la TFGe. Las personas con diabetes se encuentran en riesgo más alto de daño
renal agudo que aquellas sin diabetes. Otros factores de riesgo son enfermedad renal cró-
nica preexistente, y tratamiento con medicación que causa daño renal (p. ej., agentes an-
tiinflamatorios no esteroides) o que alteran la perfusión renal y la hemodinamia intrarrenal.
La identificación y el tratamiento oportunos del daño renal agudo son importantes, porque
este cuadro se asocia con mayores riesgos de enfermedad renal crónica progresiva y de
otros parámetros de salud desfavorables. A su vez, muchos agentes antihipertensivos (p.
ej., diuréticos, inhibidores de la ECA y ARA II) pueden reducir el volumen intravascular, la
perfusión renal o la TFG. Sin embargo, pequeñas elevaciones de la creatinina de hasta un
30% del basal con el uso de inhibidores de la ECA o ARA II no deben confundirse con
daño renal agudo. En consecuencia, estos fármacos no deben suspenderse ante eleva-
ciones menores de la creatinina (<30%) en ausencia de depleción de volumen.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Intervenciones terapéuticas
Con respecto al tratamiento, la optimización del control glucémico y el control de la pre-
sión arterial son fundamentales para prevenir el desarrollo o la progresión de la nefropatía
diabética. En cuanto a las intervenciones nutricionales, para personas que no requieren
diálisis, el consumo de proteínas en la dieta debe ser de 0,8 g/kg de peso corporal por
día. Para pacientes en diálisis se deben considerar niveles más altos de proteínas. No se
recomienda disminuir la cantidad de proteínas en la dieta por debajo del aporte dietético
recomendado de 0,8 g/kg de peso corporal por día, porque esto no modifica las medi-
ciones glucémicas, las mediciones de riesgo cardiovascular o el deterioro de la TFGe. En
algunos pacientes con TFGe reducida, puede ser necesario limitar el consumo de sodio
y potasio de la dieta.
Algunos fármacos reductores de la glucosa también tienen efectos renales que son di-
rectos, es decir que no están mediados por la glucemia. Por ejemplo, los inhibidores del
SGLT2 disminuyen la reabsorción tubular renal de glucosa, la presión arterial sistémica,
la presión intraglomerular y la albuminuria, y retrasan la pérdida de la TFGe mediante
mecanismos que parecen independientes de la glucemia (154,155). Datos recientes in-
dican que reducen un 50% el estrés oxidativo en los riñones e impiden el aumento del
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
angiotensinógeno (156). Los agonistas del receptor del GLP-1 también tienen efectos di-
rectos sobre los riñones, y se ha comunicado que mejoran las evoluciones renales en
comparación con el placebo (157).
Se deben considerar los inhibidores del SGLT2 y los agonistas del receptor del GLP-1 para
pacientes con diabetes tipo 2 y enfermedad renal crónica que requieren otro fármaco
sumado a la metformina para alcanzar el objetivo de A1C, o para aquellos que no pue-
den utilizar o tolerar la metformina. Los inhibidores del SGLT2 reducen los riesgos de
progresión de la enfermedad renal, episodios de ECV e hipoglucemia. Se sugieren los
agonistas del receptor del GLP-1, porque disminuyen los riesgos de episodios de ECV e
hipoglucemia y es posible que retrasen la progresión de la enfermedad renal (158).
Varios grandes ensayos que evaluaron la evolución cardiovascular en pacientes con dia-
betes tipo 2 y alto riesgo de ECV o con ECV existente (EMPA-REG, CANVAS, LEADER,
SUSTAIN-6) examinaron los efectos renales como criterios secundarios de valoración. En
comparación con el placebo, la empagliflozina disminuyó el riesgo de que apareciera
una nefropatía nueva o se agravara una existente un 39% y redujo el riesgo de duplica-
ción de la creatinina acompañada por una TFGe ≤45 ml/min/1,73 m2 un 44%. La cana-
gliflozina disminuyó el riesgo de progresión a albuminuria un 27% y el riesgo de
disminución de la TFGe, enfermedad renal terminal o muerte por enfermedad renal ter-
minal un 40%. A su vez, la liraglutida disminuyó el riesgo de que apareciera una nefro-
patía nueva o se agravara una existente un 22%; y la semaglutida disminuyó el riesgo
de que apareciera una nefropatía nueva o se agravara una existente un 36%.
Estos análisis estuvieron limitados por la evaluación de poblaciones del estudio que no
fueron seleccionadas principalmente por la presencia de enfermedad renal y por el exa-
men de los efectos renales como criterios secundarios de valoración. Sin embargo, todos
estos ensayos incluyeron a gran cantidad de personas con enfermedad renal en estadio
3a. Además, los análisis de subgrupo del CANVAS y el LEADER sugirieron que los bene-
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
ficios renales de la canagliflozina y la liraglutida eran tanto o más importantes para los
participantes con enfermedad renal crónica en la incorporación, y en el CANVAS fueron
similares para los participantes con ECVA o sin ella en la incorporación.
Recientemente, el Canagliflozin and Renal End points in Diabetes with Established Neph-
ropathy Clinical Evaluation (CREDENCE), un ensayo controlado con placebo de canagli-
flozina en adultos con diabetes tipo 2, albuminuria ≥300 mg/g y TFGe 30-90 ml/min/1,73
m2, se interrumpió en forma prematura debido a una eficacia positiva en la enfermedad
renal. Se mostró una disminución del riesgo del 32% para el desarrollo de enfermedad
renal terminal con respecto al control (146). Además, se redujo un 30% el desarrollo del
criterio primario de valoración compuesto de enfermedad renal terminal, duplicación de
la creatinina sérica o muerte renal o cardiovascular. Este beneficio se observó en >99%
de los pacientes con antecedentes de tratamiento con un inhibidor de la ECA o un ARA
II. Se observaron beneficios claros sobre los parámetros cardiovasculares que mostraron
una disminución del 31% en la muerte cardiovascular o la hospitalización por insuficien-
cia cardiaca, y una disminución del 20% en la muerte por causa cardiovascular, el infarto
de miocardio no fatal y el ACV no fatal (146,159).
Para los pacientes con diabetes tipo 2 y enfermedad renal crónica, la selección de fár-
macos dependerá de las enfermedades coexistentes y del estadio de la enfermedad renal.
Considerar un inhibidor del SGLT2 en pacientes con una TFGe ≥30 ml/min/1,73 m2 y al-
búmina urinaria >300 mg/g de creatinina. En estos mismos pacientes, considerar el uso
de un inhibidor del SGLT2 para la disminución adicional del riesgo cardiovascular. En pa-
cientes con enfermedad renal crónica que presentan un elevado riesgo de eventos car-
diovasculares, el tratamiento con un agonista del GLP-1 reduce el punto final renal,
principalmente la albuminuria, el riesgo de progresión de albuminuria y los eventos car-
diovasculares. Los inhibidores del SGLT2 pueden ser más útiles para pacientes en alto
riesgo de enfermedad renal crónica (es decir, con albuminuria o un antecedente de pér-
dida de la TFG), porque parecen tener efectos beneficiosos considerables sobre la inci-
dencia de enfermedad renal crónica. La empagliflozina y la dapagliflozina están
aprobadas con una TFGe ≥45 ml/min/1,73 m2, mientras que la canagliflozina se aprobó
recientemente para iniciarse con niveles ≥30 ml/min/1,73 m2.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
veles de presión arterial <140/90 mmHg para disminuir la mortalidad por ECV y retrasar
la progresión a enfermedad renal crónica en todas las personas con diabetes (153). Los
fármacos que bloquean el sistema renina-angiotensina-aldosterona proporcionan un be-
neficio nefroprotector adicional, además de los efectos para bajar la presión arterial. Esta
propiedad ha sido demostrada para los inhibidores de la ECA y para ARA II. Son los agen-
tes de primera línea preferidos para el tratamiento de la presión arterial en pacientes con
diabetes, hipertensión, TFGe <60 ml/min/1,73 m2 y albuminuria ≥300 mg/g de creatinina,
debido a sus beneficios comprobados para prevenir la progresión a enfermedad renal
crónica. Con niveles más bajos de albuminuria (30-299 mg/g de creatinina), se ha mos-
trado que el tratamiento con un inhibidor de la ECA o un ARA II disminuye la progresión
a albuminuria más avanzada (≥300 mg/g de creatinina) y los episodios cardiovasculares,
pero no la progresión a enfermedad renal terminal. Por lo tanto, se recomiendan inhibi-
dores de la ECA o un ARA II para el tratamiento de pacientes con niveles de excreción
urinaria de albúmina moderadamente elevados (30-299 mg/día), y se lo recomienda fuer-
temente para niveles más altos (>300 mg/día).
Retinopatía diabética
La retinopatía diabética es la causa más importante de ceguera en los adultos. Constituye
una complicación vascular altamente específica de la diabetes tipo 1 y 2, y su prevalencia
está fuertemente relacionada con la duración de la enfermedad. Luego de 20 años de
diabetes, casi todos los pacientes con diabetes tipo 1 y más del 60% de aquellos con
diabetes tipo 2 tendrán algún grado de retinopatía. Además de la duración de la diabetes,
otros factores que aumentan el riesgo de retinopatía o se asocian con él son hipergluce-
mia crónica, nefropatía, hipertensión y dislipidemia (161).
98
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
damental la vigilancia regular para detectar tempranamente a los individuos con retino-
patía que amenace la visión a fin de ofrecer un tratamiento que pueda evitar la pérdida
visual. Los exámenes deben ser realizados con pupila dilatada por un oftalmólogo con
conocimientos y experiencia en el diagnóstico de la retinopatía diabética. Se recomienda
realizar las pruebas de detección poco después del diagnóstico de la enfermedad en los
pacientes con diabetes tipo 2 y dentro de los 5 años de enfermedad, en los pacientes
con diabetes tipo 1. Si no hay evidencia de retinopatía en uno o más exámenes oculares
anuales y la glucemia está bien controlada, se deben considerar exámenes cada 1 o 2
años. Si se observa cualquier nivel de retinopatía diabética, se deben repetir los exámenes
con dilatación retiniana, al menos, anualmente. Si la retinopatía progresa o amenaza la
visión, se requerirán exámenes más frecuentes.
Los programas de telemedicina que utilizan la fotografía retiniana convalidada con lectura
a distancia a cargo de un oftalmólogo o un optometrista, y la derivación oportuna para
un examen ocular integral cuando está indicado, pueden ser una estrategia sistemática
apropiada para detectar retinopatía, especialmente en zonas donde no es fácil contar
con profesionales idóneos en oftalmología. Las fotografías de fondo de ojo de alta cali-
dad pueden detectar la mayoría de las retinopatías diabéticas clínicamente significativas.
Las fotografías retinianas no sustituyen a los exámenes oculares exhaustivos, que deben
realizarse, al menos, inicialmente y con intervalos regulares a partir de entonces, según
lo recomiende un oftalmólogo. Los sistemas de inteligencia artificial que detectan reti-
nopatía diabética y edema macular diabético más que leves, autorizados por la FDA, re-
presentan una alternativa frente a los métodos tradicionales de detección sistemática.
Sin embargo, todavía no se han determinado por completo los beneficios y el uso óptimo
de este tipo de estudios. No se deben utilizar en pacientes con retinopatía conocida, tra-
tamiento previo de la retinopatía o síntomas de deterioro de la visión. Los resultados de
los exámenes visuales deben documentarse y transmitirse al médico que ha realizado la
derivación.
El embarazo se asocia con una rápida progresión de la retinopatía diabética. Las mujeres
con diabetes tipo 1 o tipo 2 preexistente que planifican un embarazo o que están em-
barazadas deben recibir asesoramiento sobre el riesgo de desarrollo o progresión de la
retinopatía diabética. Además, la implementación rápida de un tratamiento glucémico
riguroso en el contexto de una retinopatía se asocia con agravamiento temprano de esta
última. El examen de la visión debe hacerse antes del embarazo o en el primer trimestre,
y después se debe controlar a las pacientes cada trimestre y durante el año posterior al
parto, según lo indicado por el grado de retinopatía. Las mujeres que desarrollan DMG
no requieren exámenes oculares durante el embarazo y no parecen encontrarse en mayor
riesgo de desarrollar retinopatía diabética durante el embarazo.
Estudios, como el DCCT y el UKPDS, han demostrado que el control intensivo de la dia-
betes, con el objetivo de alcanzar niveles de glucosa próximos a la normoglucemia, evita
o retrasa la progresión de la retinopatía. Las intervenciones para controlar la presión ar-
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Dos de los principales motivos para realizar pruebas de detección de retinopatía diabética
son prevenir la pérdida de la visión e intervenir terapéuticamente cuando esta se pueda
prevenir o revertir. Dos grandes ensayos, el Estudio de Rretinopatía Diabética (Diabetic
Retinopathy Study, DRS) y el Estudio de Tratamiento Temprano de la Retinopatía Diabética
(Early Treatment Diabetic Retinopathy Study, ETDRS), avalan firmemente las ventajas te-
rapéuticas de la cirugía de fotocoagulación con láser. La fotocoagulación panretiniana
con láser se indica para reducir el riesgo de pérdida de la visión en pacientes con retino-
patía diabética proliferativa de alto riesgo y, en algunos casos, retinopatía diabética no
proliferativa grave.
En caso de pacientes con edema macular, datos actuales demuestran que los agentes
anti-FCVE intravítreos proporcionan un régimen terapéutico más eficaz para el edema
macular con compromiso del centro que la monoterapia o incluso que el tratamiento
combinado con láser. El anti-FCVE mejora la visión y ha reemplazado la necesidad de fo-
tocoagulación con láser en la gran mayoría de los pacientes con edema macular diabé-
tico. En la actualidad, existen tres agentes anti-FCVE para el tratamiento del edema
macular diabético con compromiso del centro macular: bevacizumab, ranibizumab y afli-
bercept. Por lo tanto, las inyecciones intravítreas de anti-FCVE se indican para el edema
macular diabético con compromiso del centro macular, que ocurre por debajo del centro
foveal y puede amenazar la visión de lectura. La presencia de retinopatía no es una con-
traindicación para el tratamiento con aspirina como protección cardiaca, ya que este tra-
tamiento no aumenta el riesgo de hemorragia retiniana.
100
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Neuropatía diabética
La neuropatía diabética abarca varios trastornos diferentes que afectan distintas partes
del sistema nervioso: nervios proximales, distales, somáticos y autonómicos. Puede pre-
sentarse en forma aguda y autolimitante, o en forma crónica e incipiente. A su vez, puede
ser focal, como la mononeuritis, que involucra nervios únicos, o la neuropatía de atra-
pamiento (como el síndrome del túnel carpiano), o difusa. Las formas más comunes com-
prenden a la polineuropatía simétrica distal sensomotora y a la neuropatía autonómica.
No se dispone aún de un tratamiento específico para el daño del nervio que subyace en
esta patología, salvo el control de la glucemia. Se ha demostrado que el control de la
glucemia puede prevenir con eficacia la neuropatía diabética periférica y la neuropatía
autonómica cardiovascular en pacientes con diabetes tipo 1, y que puede retrasar la pro-
gresión en forma moderada en la diabetes tipo 2, pero no revierte la pérdida neuronal.
Varios estudios observacionales sugieren que los síntomas mejoran también evitando las
fluctuaciones extremas de la glucemia. Por lo tanto, el primer paso en el tratamiento del
paciente con neuropatía es lograr un control glucémico óptimo y estable. No ha habido
estudios de prevención categóricos con respecto al abordaje de otros factores de riesgo;
sin embargo, el control de los lípidos y de la presión arterial, el cese del tabaquismo y la
restricción al consumo excesivo de alcohol están también recomendados.
En todos los pacientes, se deben realizar pruebas de detección para la polineuropatía si-
métrica distal en el momento del diagnóstico de diabetes tipo 2 y 5 años después del
diagnóstico de diabetes tipo 1, y al menos 1 vez al año, a partir de entonces, usando
pruebas clínicas sencillas. La función de fibras pequeñas se evalúa con la prueba de sen-
sación de pinchazo y de temperatura; la función de fibras grandes, con la prueba de per-
101
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Es importante recordar que los pacientes con diabetes pueden presentar otras formas
de neuropatías no diabéticas que deben ser excluidas para establecer el diagnóstico di-
ferencial. Se debe evaluar la presencia de deficiencia de vitamina B12, hipotiroidismo,
insuficiencia renal, así como también interrogar acerca del uso de medicaciones neuro-
tóxicas o consumo excesivo de alcohol, entre otros.
Para pacientes con polineuropatía simétrica distal dolorosa es útil el tratamiento farma-
cológico de los síntomas, dado que pueden calmar el dolor y mejorar la calidad de vida.
Entre los agentes propuestos que han demostrado eficacia, la pregabalina y la duloxetina
han recibido la aprobación de la FDA, la Health Canada y la Agencia Europea de Medi-
camentos para tratar el dolor neuropático en la diabetes. La gabapentina también ha re-
sultado eficaz para controlar el dolor en la neuropatía diabética y puede ser más
económica. Se recomienda pregabalina, duloxetina o gabapentina como tratamiento far-
macológico inicial para el dolor neuropático en la diabetes. El opioide tapentadol cuenta
con la aprobación reglamentaria en los Estados Unidos y en Canadá, pero los datos sobre
su uso son más débiles. No se lo recomienda en general como tratamiento de primera o
de segunda línea. La administración de cualquier opioide para el dolor neuropático cró-
nico entraña el riesgo de adicción y se la debe evitar. Se recomienda una estrategia far-
macológica personalizada y escalonada, prestando cuidadosa atención a la mejoría de
los síntomas, la adherencia a la medicación y los efectos secundarios de los fármacos
para conseguir la reducción del dolor y mejorar la calidad de vida (164,165). Los antide-
presivos tricíclicos, la venlafaxina, la carbamazepina y la capsaicina tópica, si bien no han
sido aprobados para el tratamiento de la neuropatía diabética dolorosa, pueden ser efi-
caces y se los puede considerar como alternativas terapéuticas.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
del tratamiento de las lesiones en los pies pueden reducir sustancialmente las tasas de
amputación.
Las causas más frecuentes que interaccionan y finalmente resultan en ulceraciones son
la neuropatía, la deformidad y el trauma. El primer paso para prevenir las lesiones en los
pies es la identificación de los factores de riesgo para el desarrollo de úlceras. Estos in-
cluyen: amputación previa, antecedente de úlceras en los pies, neuropatía periférica con
pérdida de la sensibilidad protectora, deformidad del pie, callosidades preulcerosas, en-
fermedad arterial periférica, deterioro de la visión, nefropatía diabética (especialmente
pacientes en diálisis), mal control glucémico y tabaquismo (166).
Todos los pacientes con diabetes deben someterse a un examen completo de los pies, al
menos, una vez al año. Para evaluar el riesgo, se deben averiguar antecedentes de úlceras
o amputaciones en los pies, los síntomas neuropáticos y vasculares periféricos, las alte-
raciones visuales, las nefropatías, el tabaquismo y las prácticas de cuidado de los pies.
Se debe realizar una inspección general de la integridad de la piel y de cualquier defor-
midad musculoesquelética. Los componentes clave del examen del pie del paciente con
diabetes incluyen: inspección de la piel, evaluación de deformidades en los pies, evalua-
ción neurológica (estudio con monofilamento de 10 g con, al menos, una evaluación
más: pinchazos, temperatura, vibración), y un examen vascular que incluya los pulsos en
las piernas y los pies. El monofilamento de 10 g es el estudio más útil para diagnosticar
pérdida de la sensibilidad protectora. Idealmente se lo debe acompañar con la evaluación
de la sensibilidad vibratoria con diapasón, percepción de sensación de pinchazo con al-
filer, sensación de temperatura y reflejos aquilianos. Una sensación de monofilamento
ausente sugiere pérdida de la sensibilidad protectora, mientras que, al menos, dos prue-
bas normales (y ninguna anormal) lo descarta (167,168). Es importante subrayar que,
en los pacientes con insensibilidad, deformidades o antecedentes de úlceras, debe rea-
lizarse un examen de los pies en cada consulta.
Los pacientes deben ser advertidos sobre los factores de riesgo para el desarrollo de ul-
ceraciones. Deben comprender las implicaciones de las deformidades en los pies, la pér-
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Para las personas con neuropatía o signos de aumento de la presión plantar (p. ej., eri-
tema, calentamiento o callos) es adecuado el calzado para caminar que se ajuste bien al
pie o el deportivo que acolche los pies y redistribuya la presión. Las personas con defor-
midades óseas (p. ej., dedos en martillo, extremos prominentes de los metatarsos o jua-
netes) pueden necesitar calzado muy amplio o profundo. Se recomienda el uso de
calzado terapéutico especializado para los pacientes en alto riesgo, incluidos aquellos
con neuropatía grave, deformidades en los pies o antecedentes de amputación. Se re-
comienda un enfoque multidisciplinario para individuos con úlceras y pies de alto riesgo
(p. ej., pacientes en diálisis, aquellos con pie de Charcot, úlceras previas o amputación)
(168).
El uso del tratamiento con oxígeno hiperbárico como complemento para mejorar la ci-
catrización de las heridas y prevenir amputaciones en los pacientes con úlceras de pie
diabético está fundado en evidencia contradictoria. En un estudio de asignación aleato-
rizada, no se demostró una disminución en la indicación de amputación ni facilitó la ci-
catrización de la herida en comparación con una atención integral de la herida. El
tratamiento con oxígeno hiperbárico debe constituir un tema de decisión compartida
antes de ser considerado para determinados pacientes con úlceras de pie diabético.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
12
Diabetes en adultos mayores
Función neurocognitiva
Los adultos mayores con diabetes se encuentran en mayor riesgo de deterioro cognitivo
y de confinamiento a una institución específica. La presentación del deterioro cognitivo
varía de una disfunción ejecutiva sutil a la pérdida de la memoria y a demencia manifiesta.
La diabetes aumenta la incidencia de demencia por cualquier causa, mal de Alzheimer y
demencia vascular. A su vez, un mal control de la glucemia se asocia con un deterioro
de la función cognitiva, y la mayor duración de la diabetes agrava esta función. No obs-
tante, los estudios que examinaron los efectos de un control intensivo de la glucemia y
la presión arterial para alcanzar objetivos específicos no han demostrado una disminución
en el deterioro de la función cerebral (56).
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Hipoglucemia
Los adultos mayores están más expuestos a sufrir hipoglucemia por muchas razones, por
lo cual se deben identificar y abordar los episodios de hipoglucemia en cada visita de ru-
tina. Por su parte, el deterioro cognitivo predispone a la hipoglucemia, y, a su vez, la hi-
poglucemia grave se ha vinculado a un mayor riesgo de demencia. Por lo tanto, es
fundamental evitar la hipoglucemia en esta población. Un aspecto importante para mi-
tigar el riesgo de hipoglucemia es determinar si el paciente saltea comidas o repite, en
forma inadvertida, la dosis de la medicación. Los objetivos glucémicos y las estrategias
farmacológicas se deben ajustar para minimizar la aparición de hipoglucemia.
Para pacientes mayores con diabetes tipo 1, el CCG puede ser otro método para reducir
el riesgo de hipoglucemia. El estudio WISDM en adultos �60 años con diabetes tipo 1
demostró que el CCG logró reducir el tiempo en hipoglucemia comparado con la AMG
capilar (171). Por lo tanto, se debe considerar el uso del CCG en esta población a fin de
reducir el riesgo de hipoglucemia. Si bien la base de evidencia actual para adultos ma-
yores es, fundamentalmente, para la diabetes tipo 1, el CCG podría ser una opción en
adultos mayores con diabetes tipo 2 que utilizan múltiples inyecciones diarias de insulina.
Objetivos de tratamiento
Los objetivos de control glucémico en los adultos mayores con diabetes van a estar in-
fluenciados por el riesgo de hipoglucemia, por la presencia de comorbilidades y por la
expectativa de vida. En individuos mayores en buen estado general, funcionales, sin de-
terioro cognitivo y con una expectativa de vida razonable, se buscarán niveles de gluce-
mia similares a los requeridos en adultos jóvenes (<7-7,5%). En el caso de pacientes con
complicaciones avanzadas de la diabetes, enfermedades asociadas que limitan la espe-
ranza de vida o deterioro cognitivo o funcional, es razonable establecer objetivos glucé-
micos menos estrictos evitando la hipoglucemia (169).
Los beneficios del tratamiento de la hipertensión arterial en los pacientes de edad avan-
zada han sido ampliamente establecidos, incluso en pacientes muy mayores (>80 años).
107
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Existen menos datos con respecto a los beneficios del tratamiento hipolipemiante. El uso
de estatinas y la administración de ácido acetilsalicílico pueden beneficiar a aquellos in-
dividuos con una expectativa de vida que alcanza, al menos, el lapso de los ensayos de
prevención primaria o de intervención secundaria.
Por lo tanto, en pacientes sanos, con pocas enfermedades crónicas simultáneas, con un
estado cognitivo y funcional intacto, y una expectativa de vida más prolongada, un ob-
jetivo razonable de A1C sería <7-7,5%, con una glucemia en ayunas o preprandial entre
80 y 130 mg/dl y una glucemia al acostarse de 80-180 mg/dl. Se recomienda mantener
niveles de presión arterial <140-90 mmHg, y adicionar una estatina, a menos que exista
contraindicación o intolerancia. En pacientes con un estado de salud más complejo, con
varias enfermedades crónicas simultáneas o deterioro cognitivo de leve a moderado, con
una expectativa de vida intermedia y vulnerabilidad a la hipoglucemia, sería razonable
considerar una A1C <8%, con una glucemia en ayunas o preprandial de 90-150 mg/dl
y al acostarse de 100-180 mg/dl. Se recomienda mantener la presión arterial por debajo
de 140-90 mmHg, y considerar la adición de estatinas. En caso de pacientes con varias
enfermedades crónicas en fase terminal, deterioro cognitivo moderado o grave, con ex-
pectativa de vida limitada, se debe evitar depender de la A1C; las decisiones sobre el
control glucémico deben basarse en evitar la hipoglucemia y la hiperglucemia sintomá-
tica. Se recomienda mantener la glucemia en ayunas y preprandial en 100-180 mg/dl, la
glucemia al acostarse en 110-200 mg/dl, la presión arterial <150-90 mmHg, y considerar
la posibilidad de un beneficio del uso de estatinas como prevención secundaria. En todos
los casos, se debe evitar la hiperglucemia que puede causar deshidratación, mala cicatri-
zación de heridas o complicaciones hiperglucémicas agudas (169).
En adultos mayores con diabetes tipo 2, sobrepeso u obesidad y que puedan realizar
ejercicio, se debe considerar implementar intervenciones en el estilo de vida focalizadas
108
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
En el análisis estratificado por edad de este estudio, los pacientes mayores (60-70 años)
presentaron beneficios comparables a los de los pacientes más jóvenes. La intervención
en el estilo de vida produjo beneficios en resultados relevantes para el envejecimiento,
como una mejor función física y calidad de vida.
Tratamiento farmacológico
Se debe prestar especial atención a la indicación y el control del tratamiento farmacoló-
gico en esta población. Para pacientes con mayor riesgo de hipoglucemia, se prefieren
las clases de medicación con bajo riesgo de hipoglucemia. El exceso de tratamiento es
frecuente en los adultos mayores, y se lo debe evitar. Se recomienda reducir la intensidad
o simplificar los regímenes complejos para disminuir el riesgo de hipoglucemia y la poli-
farmacia, si esto se puede conseguir dentro del rango personalizado de A1C. Es impor-
tante adecuar la complejidad del régimen terapéutico a la capacidad de autocontrol de
un paciente mayor. Se deben establecer objetivos glucémicos personalizados y ajustarlos
periódicamente sobre la base de las enfermedades crónicas coexistentes, la función cog-
nitiva y el estado funcional (169). Es importante considerar los costes de la atención y las
normas de la cobertura del seguro de salud cuando se elaboran los planes terapéuticos,
con el fin de reducir el riesgo de falta de adherencia relacionada con los costes.
109
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
tratamiento, o suspender el tratamiento del todo. Los estudios que evaluaron protocolos
donde se disminuye la intensidad del tratamiento demuestran que esto es seguro y, po-
siblemente, beneficioso para los adultos mayores (173).
Por lo tanto, en pacientes sanos, con pocas enfermedades crónicas coexistentes y con es-
tado cognitivo y funcional intacto, puede ser necesario simplificar el esquema terapéutico
en caso de hipoglucemia grave o recurrente si usan insulina, oscilaciones amplias de la
glucosa o luego de una enfermedad aguda, y puede requerirse bajar la intensidad si se
observa hipoglucemia grave o en presencia de polifarmacia. Los pacientes con varias en-
fermedades crónicas coexistentes o con deterioro cognitivo leve o moderado pueden ne-
cesitar simplificar el tratamiento si hay hipoglucemia grave o recurrente con insulina, si
no pueden manejar la complejidad de un esquema con insulina o si hay un cambio signi-
ficativo en las circunstancias sociales, como la pérdida de un cuidador o dificultades fi-
nancieras. Considerar bajar la intensidad o dejar de prescribir el tratamiento si hay
hipoglucemia grave o recurrente con medicaciones distintas de la insulina, oscilaciones
amplias de la glucosa o polifarmacia. En pacientes que reciben atención en un centro es-
pecializado para rehabilitación a corto plazo, el control de la glucemia es importante para
la recuperación, la curación de las heridas, la hidratación, y para evitar infecciones. Si el
esquema terapéutico se volvió más complejo durante la hospitalización, en muchos casos,
es razonable restablecer el esquema previo a la hospitalización durante la rehabilitación.
En pacientes muy complejos, con enfermedades crónicas en fase terminal, deterioro cog-
nitivo moderado o grave, no hay un beneficio con el control glucémico riguroso en esta
población y es importante evitar la hipoglucemia. Simplificar el esquema si el paciente re-
cibe insulina y desea disminuir la cantidad de inyecciones y controles de glucemia con
punción digital por día. Bajar la intensidad o suspender el tratamiento si recibe fármacos
distintos de la insulina con un alto riesgo de hipoglucemia en el contexto de disfunción
cognitiva, depresión, anorexia o un patrón irregular de comidas. En pacientes al final de
la vida, el objetivo es proporcionar comodidad y evitar las intervenciones que causen dolor
o molestias. Se debe evitar la hipoglucemia y la hiperglucemia sintomática (174).
En cuanto a los fármacos, la metformina sigue siendo el agente de primera línea, pero puede
estar contraindicada en caso de insuficiencia renal, TFG <30 ml/min/1,73 m2 o insuficiencia
cardiaca significativa. Se puede suspender provisoriamente antes de los procedimientos, du-
rante las hospitalizaciones y cuando la enfermedad aguda puede comprometer la función
renal o hepática. Si se administran tiazolidinedionas, se debe tener mucha cautela en pa-
cientes con insuficiencia cardiaca o en riesgo de ella, osteoporosis, caídas o fracturas. Tener
en cuenta el riesgo de hipoglucemia asociado a las sulfonilureas; se las debe administrar
con cuidado y preferir las de corta acción. Los inhibidores de la DPP-4 tienen menos efectos
secundarios y mínimo riesgo de hipoglucemia, pero mayores costes. No aumentan los epi-
sodios cardiovasculares adversos importantes. A lo largo de los estudios con esta clase de
fármacos, parece no haber interacción por grupo de edad. Sin embargo, los estudios no
tienen poder suficiente para detectar diferencias en estos casos.
110
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Por su parte, los agonistas del GLP-1 requieren determinada capacidad visual, motora y
cognitiva para su aplicación, aunque pueden ser beneficiosos en pacientes con ECVA es-
tablecida. Considerando sus efectos secundarios gastrointestinales, es posible que no
sean los fármacos preferidos para los pacientes mayores que están experimentando una
pérdida de peso inexplicable. En cuanto a los aspectos cardiovasculares, los análisis es-
tratificados en varios ensayos con este tipo de fármacos indican interacciones complejas
con la edad. En el estudio LEADER, los pacientes ≥60 años con ECV establecida tuvieron
una evolución adversa, excepto en el subgrupo ≥75 años. Una tendencia similar se ob-
servó en el estudio Harmony con albiglutida, comparando participantes �65 años vs. 65-
75 años.
Los inhibidores del SGLT2 pueden ser convenientes para pacientes con ECVA establecida,
insuficiencia cardiaca o enfermedad renal crónica. Los análisis estratificados de los
ensayos con esta clase de fármacos indican que los pacientes mayores tienen iguales o
más beneficios que los pacientes más jóvenes. Sin embargo, los efectos secundarios,
como la pérdida de volumen, pueden ser más frecuentes en los adultos mayores.
En cuanto a la simplificación del esquema con insulina, el tratamiento con una inyección
de insulina basal 1 vez/día se asocia con efectos secundarios mínimos y puede ser una
opción razonable para muchos pacientes mayores. Se puede cambiar el horario de apli-
cación a la mañana en lugar de al acostarse. Se ajusta la dosis según la glucemia en ayunas
con un objetivo de 90-150 mg/dl, según el estado general del paciente. Las inyecciones
diarias múltiples de insulina pueden ser demasiado complejas para el paciente anciano
con complicaciones de la diabetes avanzada, enfermedades crónicas coexistentes que li-
mitan la expectativa de vida o estado funcional limitado. Si la dosis de insulina con las co-
midas es >10 unidades por dosis, considerar disminuir un 50% y agregar otro fármaco.
Si la insulina con las comidas es ≤10 unidades por dosis, se puede suspender la insulina y
agregar otro fármaco. Se sugiere no utilizar insulina de acción corta al acostarse (174).
La población de pacientes >65 años con diabetes tipo 1 está aumentando; las recomen-
daciones con respecto a una evaluación geriátrica exhaustiva, y una personalización de
los objetivos y tratamientos también se aplican a estos individuos. Con el fin de evitar la
cetoacidosis diabética, los adultos mayores con diabetes tipo 1 necesitan alguna forma
de insulina basal, incluso cuando no son capaces de ingerir alimentos. La insulina se
puede administrar a través de bombas o inyecciones. El CCG puede cumplir una función
muy importante para mejorar la A1C, reducir la variabilidad glucémica y disminuir el
riesgo de hipoglucemia. La administración de insulina puede volverse más difícil a medida
que surgen complicaciones, deterioro cognitivo y deterioro funcional. Esto aumenta la
importancia de los cuidadores en la vida de estos pacientes. Se recomienda educar al
personal de apoyo relevante y a los profesionales de los centros de rehabilitación y de
atención a largo plazo con respecto a las dosis de insulina y al uso de bombas y CCG,
como parte de la educación general sobre diabetes.
111
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Situaciones particulares
En cuanto al tratamiento de la diabetes en el contexto de la atención a largo plazo, es
decir, geriátricos y centros de atención especializada de enfermería, se debe considerar
dar pautas educativas sobre la enfermedad al personal de dichas instituciones y estrate-
gias de alerta para notificar a los médicos ante problemas con el manejo de la glucemia.
Es preciso evaluar minuciosamente a los pacientes con diabetes que residen en institu-
ciones de cuidados a largo plazo para determinar los objetivos glucémicos y elegir los
agentes reductores de la glucosa apropiados para su estado clínico y funcional.
112
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
13
Diabetes en niños y adolescentes
Diabetes tipo 1
Es la forma más común de diabetes en la infancia y la adolescencia, y su incidencia está
aumentando en la mayoría de las poblaciones del mundo. Los niños tienen necesidades
y características que requieren diferentes normas de atención. El profesional debe con-
siderar los aspectos específicos del control y tratamiento de estos pacientes, como los
cambios en la sensibilidad a la insulina según la madurez sexual y el desarrollo físico, la
capacidad de controlar por cuenta propia la diabetes, la supervisión en guarderías y es-
cuelas, y la especial vulnerabilidad neurológica a la hipoglucemia y posiblemente la hi-
perglucemia, como también a la cetoacidosis diabética (175).
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Se recomienda que los jóvenes con diabetes tipo 1 participen en 60 min/día de actividad
aeróbica de moderada a intensa, incluidos ejercicios de resistencia y de flexibilidad. Es
importante instruir a los pacientes acerca de los patrones frecuentes de glucemia durante
el ejercicio y después de éste, que pueden incluir una hiperglucemia transitoria inicial se-
guida de hipoglucemia. La actividad física se debe postergar cuando hay hiperglucemia
marcada (glucemia ≥350 mg/dl), cetonas urinarias moderadas o ambas. También se debe
instruir a las familias sobre la prevención y el tratamiento de la hipoglucemia durante el
ejercicio y después , verificar que los pacientes tengan un nivel de glucosa antes del ejer-
cicio de 90-250 mg/dl y acceso a carbohidratos. Se debe proporcionar a los pacientes
estrategias para prevenir la hipoglucemia durante el ejercicio, después de este y durante
la noche posterior, lo que puede incluir bajar la dosis de insulina prandial con la comida
o refrigerio anterior al ejercicio (y, si es necesario, el posterior), aumentar el consumo de
carbohidratos, consumir un refrigerio al acostarse, utilizar un CCG o reducir las dosis de
insulina basal. Un control frecuente de la glucosa antes del ejercicio, durante este y des-
pués, con CCG o sin él, es importante para prevenir, detectar y tratar la hipoglucemia y
la hiperglucemia con el ejercicio.
Evaluación psicosocial
Tanto en el momento del diagnóstico como durante la atención de seguimiento de rutina,
es importante evaluar los problemas psicosociales y familiares que pueden afectar el cum-
plimiento del tratamiento de la diabetes, y proporcionar las derivaciones apropiadas a
profesionales capacitados de salud mental, preferentemente con experiencia en la dia-
betes infantil. Se debe considerar a los profesionales de salud mental como miembros
integrales del equipo multidisciplinario que asiste al paciente. Estos factores psicosociales
se relacionan significativamente con falta de adherencia, un control subóptimo de la glu-
cemia, peor calidad de vida y tasas más altas de complicaciones agudas y crónicas de la
enfermedad.
114
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
rencia prematura de los cuidados al niño puede dar como resultado la falta de adherencia
por la exigencia extrema y el deterioro en el control de la glucemia. Los profesionales de
la salud deben evaluar la seguridad alimentaria, la estabilidad de la vivienda/falta de
hogar, la alfabetización en salud, las barreras financieras, el apoyo social/comunitario y
aplicar esta información en las decisiones terapéuticas.
Los jóvenes con diabetes tipo 1 están más expuestos a sufrir trastornos alimentarios que
pueden tener efectos negativos graves a corto y a largo plazo sobre la evolución de la
enfermedad. Por lo tanto, es importante realizar estudios sistemáticos a los jóvenes con
diabetes tipo 1 para detectar trastornos alimentarios, a partir de los 10-12 años de edad,
mediante instrumentos, como el Diabetes Eating Problems Survey-Revised. Es importante
reconocer también la conducta particularmente peligrosa de omitir la insulina para no
engordar.
Control de la glucemia
La mayoría de los niños y adolescentes con diabetes tipo 1 deben recibir tratamiento con
regímenes intensivos de insulina, a través de múltiples inyecciones diarias o una infusión
de insulina subcutánea continua. Deben controlarse ellos mismos los niveles de glucemia
varias veces por día (hasta 6-10 veces/día), entre ellas antes de las comidas, antes de
acostarse y según sea necesario en situaciones clínicas específicas, como durante el ejer-
cicio físico, al conducir o para detectar síntomas de hipoglucemia.
Cuando se utiliza en forma apropiada, el CCG en tiempo real es una herramienta útil
para disminuir o mantener los niveles de A1C o reducir la hipoglucemia (176). Por su
parte, cuando se utiliza en forma apropiada, el CCG intermitente puede ser útil para re-
emplazar la AMG. El CCG en tiempo real está aprobado a partir de los 2 años de edad,
y el CCG intermitente a partir de los 4 años. Los beneficios del CCG se correlacionan
115
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
con la adherencia al uso constante del dispositivo. Se recomienda utilizar, cuando sea
posible, las mediciones derivadas del CCG en los últimos 14 días, incluye los tiempos en
el rango, por debajo y por encima del rango, en conjunto con la A1C. Los estudios indi-
can una relación entre el TRB y la A1C, pero todavía no se conocen cuáles son los obje-
tivos ideales de tiempo en el rango que deben ser utilizados en niños.
La diabetes tipo 1 se puede asociar con efectos adversos sobre la cognición durante la
infancia y la adolescencia. Algunos de los factores que contribuyen a los efectos adversos
sobre el desarrollo y la función del cerebro son menor edad o cetoacidosis diabética al
comienzo de la enfermedad, hipoglucemia grave antes de los 6 años, e hiperglucemia
crónica. Las nuevas modalidades terapéuticas, como los análogos de la insulina de acción
rápida y prolongada, los avances tecnológicos (p. ej., los monitores continuos de glucosa,
las bombas de insulina con suspensión al detectar niveles bajos de glucosa, los sistemas
automáticos de administración de insulina) y la educación intensiva pueden mitigar la
incidencia de hipoglucemia grave (116,175). Datos recientes con dispositivos e insulinas
más nuevos indican que el riesgo de hipoglucemia con menor A1C es más bajo que
antes. La mayor utilización de esquemas en bolo basal, las bombas de insulina, la moni-
torización frecuente de la glucemia, el establecimiento de objetivos y la mejor educación
de los pacientes desde la niñez hasta la adolescencia se han asociado con más niños que
alcanzan los objetivos de glucosa recomendados por la ADA, particularmente en familias
en que tanto los padres como el niño con diabetes participan en forma conjunta de las
tareas relacionadas con el manejo de la enfermedad. Una menor A1C en adolescentes y
adultos jóvenes se asocia con un riesgo y una tasa de complicaciones microvasculares y
macrovasculares más bajos, y demuestran los efectos de la memoria metabólica (83).
Los objetivos deben ser individualizados y puede ser razonable reducirlos según la relación
riesgo-beneficio. Se deben modificar en niños con hipoglucemia frecuente o incapacidad
para reconocer la hipoglucemia. Se debe tener especial consideración del riesgo de la
hipoglucemia en los niños pequeños (<6 años), ya que, con frecuencia, ellos mismos no
están en condiciones de reconocer, expresar o atender su hipoglucemia. Sin embargo,
los niños pueden alcanzar los objetivos de A1C, incluso los menores de 6 años, sin un
mayor riesgo de hipoglucemia grave. Como se mencionara previamente, el uso de CCG
disminuye la A1C y aumenta el tiempo en el rango, y en los menores de 8 años, se asocia
con menor riesgo de hipoglucemia. Por lo tanto, una A1C <7% es apropiada para mu-
chos niños.
Para los pacientes que no pueden expresar sus síntomas de hipoglucemia, son incapaces
de advertir la hipoglucemia, no tienen acceso a análogos de la insulina, tecnología avan-
116
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Se pueden sugerir objetivos más estrictos de A1C razonables (como <6,5%) para deter-
minados pacientes si esto no implica el riesgo de hipoglucemia significativa, un efecto
negativo sobre el bienestar o una carga excesiva en la atención, o para quienes tienen
factores no glucémicos que disminuyen la A1C (p. ej., vida más corta de los eritrocitos).
También pueden ser apropiados objetivos más bajos durante la fase de“luna de miel”.
La glucemia posprandial debe medirse cuando existe disparidad entre los valores pre-
prandiales de glucemia y los niveles de A1C, y para evaluar las dosis de insulina prepran-
dial en pacientes con esquemas en bolo basal o con bomba.
117
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Las personas diagnosticadas con diabetes tipo 1 durante la infancia tienen un alto riesgo
de ECV subclínica y clínica temprana. El proceso aterosclerótico comienza en la niñez. La
detección temprana de la dislipidemia y su tratamiento adecuado son fundamentales
para reducir el riesgo cardiovascular. Se deben realizar los primeros análisis de lípidos
cuando se ha alcanzado el control glucémico inicial y la edad es ≥2 años. Si el colesterol
LDL inicial es ≤100 mg/dl, los siguientes estudios se deben efectuar a los 9-11 años de
edad. Los estudios iniciales se pueden efectuar con un nivel de colesterol no HDL sin
ayuno, y confirmarlos con un panel de lípidos en ayunas. El colesterol no HDL es un factor
118
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
En jóvenes con diabetes sigue siendo importante evitar factores de riesgo adicionales de
ECV; por lo tanto, se debe recomendar el abandono del tabaquismo, y desalentar el há-
bito en los que no fuman. Además, fumar se ha asociado con la aparición de albuminuria;
por lo tanto, evitar el tabaco es fundamental para prevenir las complicaciones tanto mi-
crovasculares como macrovasculares. Se debe desalentar también el uso de cigarrillos
electrónicos. Considerando la evidencia reciente de los CDC acerca de muertes relacio-
nadas con el uso del cigarrillo electrónico (78), no se debe aconsejar a nadie que utilice
estos dispositivos para dejar de fumar o como droga recreativa.
Complicaciones microvasculares
Los niños y adolescentes no están exentos de las complicaciones microvasculares crónicas
de la diabetes, por lo que la ADA recomienda la realización de pruebas de detección.
Para la evaluación de la nefropatía, se deben considerar pruebas anuales para detectar
albuminuria, con una muestra única de orina tomada al azar para determinar la propor-
ción albúmina-creatinina, al llegar a la pubertad o a los ≥10 años, lo que ocurra primero,
una vez que el niño ha sufrido diabetes durante 5 años. Se debe estimar la TFG mediante
ecuaciones a partir de la creatinina sérica, la talla, la edad y el sexo al comienzo, y repe-
tirse según esté indicado sobre la base del estado clínico, la edad, la duración de la dia-
betes y los tratamientos. Se necesitan mejores métodos para detectar la pérdida
temprana de la TFG, ya que la TFGe es inexacta a un valor de >60 ml/min/1,73 m2.
Cuando se confirma la presencia de albuminuria, se debe iniciar tratamiento con un in-
hibidor de la ECA o un ARA II. Es importante también mantener un buen control glucé-
mico y de la presión arterial.
119
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
A medida que los adolescentes realizan la transición a la edad adulta, los profesionales
de la salud y las familias deben reconocer sus aspectos vulnerables y prepararlos para el
proceso. Una planificación exhaustiva y coordinada, empezando temprano y con atención
constante, facilita la transición adecuada de la atención pediátrica a la adulta.
Diabetes tipo 2
La incidencia de diabetes tipo 2 está aumentando de manera alarmante en la población
pediátrica como consecuencia del incremento de la obesidad infantil, que ha alcanzado
proporciones epidémicas en muchos países. Según la base de datos SEARCH, la preva-
lencia de diabetes tipo 2 en personas <20 años se cuadriplicará en 40 años, suponiendo
un aumento anual del 2,3%. Los datos sugieren que, en los jóvenes, la diabetes tipo 2
no solo difiere de la tipo 1, sino también de la tipo 2 de los adultos, y tiene características
particulares como un deterioro más rápido de la función de las células � y un desarrollo
acelerado de complicaciones de la diabetes (178). Puede ser difícil realizar el diagnóstico
diferencial con la diabetes tipo 1, pero esto es importante, porque las comorbilidades
asociadas y el esquema terapéutico son distintos entre un tipo u otro de diabetes.
Estudios diagnósticos
La ADA recomienda realizar estudios para detectar diabetes o prediabetes a los niños con
sobrepeso (IMC > percentilo 85 para edad y sexo) u obesidad (IMC > percentilo 95 para
edad y sexo) con uno o más de los siguientes factores de riesgo: antecedentes familiares
de diabetes tipo 2, raza o etnia de alta prevalencia, signos de insulinorresistencia o condi-
ciones asociadas con insulinorresistencia (acantosis nigricans, síndrome de ovario poliquís-
tico, hipertensión arterial, dislipidemia, bajo peso al nacer), y antecedentes de madre con
diabetes durante la gestación. Las pruebas de detección deben comenzar a los 10 años de
edad o al inicio de la pubertad, y repetirse cada 3 años o con más frecuencia si el IMC está
aumentando. Para detectar prediabetes o diabetes se pueden utilizar la glucosa plasmática
en ayunas, la glucosa plasmática a las 2 h durante una PTOG de 75 g y la A1C (179). A su
vez, en niños y adolescentes con sobrepeso/obesidad en quienes se está considerando el
diagnóstico de diabetes tipo 2, se debe analizar un panel de autoanticuerpos pancreáticos
con el fin de descartar la posibilidad de diabetes tipo 1 autoinmune.
120
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Tratamiento
El tratamiento de la diabetes tipo 2 de comienzo en la juventud debe incluir una inter-
vención sobre los hábitos de vida, educación para el autocontrol de la diabetes y trata-
miento farmacológico. Se debe apuntar a una disminución de 7-10% del peso corporal,
fomentando los patrones alimentarios saludables que subrayen el consumo de alimentos
ricos en nutrientes de alta calidad, y que disminuyan la ingesta de alimentos hipercaló-
ricos con escasos nutrientes, particularmente las bebidas con azúcares añadidos. Se debe
alentar la práctica de, al menos, 60 min de actividad física de moderada a intensa por
día, ejercicios de fuerza, al menos, 3 días por semana, y a que disminuyan sus conductas
sedentarias.
Los objetivos glucémicos deben ser personalizados y tener en cuenta los beneficios a
largo plazo de controles más estrictos, como también el riesgo de efectos adversos, como
la hipoglucemia. Un objetivo de A1C razonable para la mayoría de los niños y adoles-
centes con diabetes tipo 2 tratados con fármacos orales solos es <7%. Pueden ser apro-
piados objetivos de A1C más estrictos (como <6,5%) para ciertos pacientes
seleccionados, si esto se puede conseguir sin una hipoglucemia significativa u otros efec-
tos adversos del tratamiento. Los pacientes apropiados pueden ser aquellos con diabetes
de poca duración y menor grado de disfunción de las células �, y los tratados con inter-
venciones sobre los hábitos de vida o metformina solamente que consiguen una mejora
significativa del peso. Pueden ser apropiados objetivos menos estrictos de A1C (como
7,5%) si hay un mayor riesgo de hipoglucemia. Los objetivos de A1C para pacientes que
reciben insulina deben ser personalizados, teniendo en cuenta las tasas relativamente
bajas de hipoglucemia en la diabetes tipo 2 de comienzo en la juventud. La A1C se debe
medir cada 3 meses. Los esquemas de AMG en el domicilio deben ser personalizados, y
tener en cuenta el tratamiento farmacológico del paciente (178).
Los fármacos aprobados para su uso en esta población son la metformina, la insulina y
la liraglutida. El tratamiento farmacológico se debe iniciar junto con las intervenciones
en los hábitos de vida en el momento del diagnóstico. El tratamiento inicial debe consi-
derar que, a menudo, el tipo de diabetes es incierto en las primeras semanas, debido a
superposiciones en la presentación, y que un porcentaje sustancial de jóvenes con dia-
betes tipo 2 se presentan con cetoacidosis clínicamente significativa. Por lo tanto, el tra-
tamiento inicial debe abordar la hiperglucemia y los trastornos metabólicos asociados,
independientemente del tipo final de diabetes, con ajustes cuando se ha establecido la
compensación metabólica y la información ulterior, como los resultados de los autoanti-
cuerpos de los islotes, se encuentra disponible.
121
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
deben recibir tratamiento inicial con insulina basal mientras se comienza a administrar
metformina y se la ajusta hasta la dosis máxima tolerada para alcanzar el objetivo de
A1C. En pacientes con cetosis/cetoacidosis, se debe iniciar el tratamiento con insulina
subcutánea o intravenosa para corregir rápidamente la hiperglucemia y el trastorno me-
tabólico. Una vez que se resuelve la acidosis, se debe administrar metformina mientras
se continúa con el tratamiento con insulina subcutánea. El tratamiento inicial también
debe ser con insulina cuando no está clara la distinción entre diabetes tipo 1 y diabetes
tipo 2.
Cuando el objetivo de A1C ya no se alcanza con metformina (con insulina basal o sin
ella), se debe considerar el tratamiento con liraglutida en niños ≥10 años si no tienen
antecedentes médicos o familiares de carcinoma medular de tiroides o de neoplasia en-
docrina múltiple tipo 2. Un ensayo clínico reciente en niños de 10-17 años con diabetes
tipo 2 demostró que el agregado de liraglutida subcutánea (hasta 1,8 mg/día) a la met-
formina (con insulina basal o sin ella) es seguro y eficaz para reducir la A1C (180). En los
pacientes tratados con insulina basal que no cumplen con el objetivo de A1C, se debe
cambiar a múltiples inyecciones diarias con insulina basal y preprandial. En pacientes ini-
cialmente tratados con insulina y metformina, que cumplen con los objetivos de glucosa
según la monitorización de la glucemia en el domicilio, se puede ajustar la insulina a lo
largo de 2-6 semanas disminuyendo la dosis un 10-30% a intervalos de varios días. El
uso de medicación que no ha sido aprobada por la FDA para jóvenes con diabetes tipo
2 no se recomienda fuera de los ensayos de investigación (178).
Las bombas de insulina pueden ser consideradas como una opción en aquellos pacientes
en tratamiento con múltiples inyecciones de insulina y que puedan manejar con seguri-
dad el dispositivo. Si bien los datos sobre el CCG en pacientes pediátricos con diabetes
tipo 2 son escasos, este sistema se puede considerar en aquellos individuos que requieran
un control glucémico frecuente para el manejo adecuado de la enfermedad.
122
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
El consumo de proteínas debe cumplir con el aporte diario recomendado de 0,8 g/kg/día.
La proporción albúmina-creatinina urinaria y la TFG se deben determinar en el momento
del diagnóstico y anualmente a partir de entonces. En pacientes (salvo embarazadas) con
diabetes e hipertensión, se recomienda un inhibidor de la ECA o un ARA II para aquellos
con proporción albúmina-creatinina urinaria moderadamente elevada (30-299 mg/g de
creatinina), y se los recomienda fuertemente para individuos cuya proporción albúmina-
creatinina urinaria es >300 mg/g de creatinina o cuya TFGe es <60 ml/min/1,73 m2. Se
recomienda la derivación a un nefrólogo cuando la etiología sea incierta o cuando se
observe un agravamiento de la proporción albúmina-creatinina urinaria o una disminu-
ción de la TFG.
En cuanto a la neuropatía, todos los pacientes deben someterse a estudios para detectar
neuropatía mediante un examen de los pies en el momento del diagnóstico y en forma
anual. El examen debe incluir inspección, evaluación de los pulsos pedales, pruebas de
sensación de pinchazo y de monofilamento de 10 g, pruebas de sensación de vibración
con un diapasón de 128 Hz y reflejos aquilianos. La prevención se debe centrar en al-
canzar los objetivos glucémicos. Para la retinopatía, los estudios de detección se deben
realizar mediante un fondo de ojo con pupila dilatada o con fotografía retiniana, en el
momento del diagnóstico o poco después, y en forma anual a partir de entonces. Se re-
comienda optimizar la glucemia para disminuir el riesgo de retinopatía o retrasar su pro-
gresión. Se pueden considerar exámenes menos frecuentes (cada 2 años) si el control
glucémico es adecuado y el examen ocular es normal.
123
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
cada consulta, se debe realizar la detección de síntomas de apnea del sueño, y se reco-
mienda la derivación a un especialista pediátrico en sueño y una polisomnografía, si está
indicado. Cuando se comprueba apnea obstructiva del sueño, se la debe tratar.
La diabetes tipo 2 de comienzo en la juventud se asocia con una carga de riesgo micro-
vascular y macrovascular significativa, y con un aumento sustancial en el riesgo de mor-
bimortalidad cardiovascular a una edad más joven que si la diabetes es diagnosticada
más adelante en la vida. Es probable que este mayor riesgo se relacione con la exposición
más prolongada a la hiperglucemia y a otros factores aterogénicos, como resistencia a la
insulina, dislipidemia, hipertensión e inflamación crónica, durante toda la vida. Las inter-
venciones intensivas sobre los hábitos de vida centradas en la pérdida de peso, la dislipi-
demia, la hipertensión y la disglucemia son importantes para prevenir la enfermedad
macrovascular manifiesta en los primeros años de la edad adulta.
Factores psicosociales
La consideración del contexto sociocultural y las iniciativas para personalizar el trata-
miento de la diabetes tienen una importancia crítica para reducir, al mínimo, los obstá-
culos para la atención, mejorar la adherencia y aumentar al máximo la respuesta al
tratamiento. Se debe evaluar el contexto social, incluidos la posible inseguridad alimen-
taria, la inestabilidad de la vivienda y los obstáculos económicos. Se recomienda utilizar
124
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
125
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
14
Diabetes y embarazo
La epidemia actual de obesidad y diabetes genera más mujeres con diabetes tipo 2 en
edad fértil, muchas de las cuales pueden embarazarse sin haber sido previamente diag-
nosticadas. Es importante identificar tempranamente a estas mujeres, porque están ex-
puestas a mayor riesgo de anormalidades congénitas en la descendencia, a
complicaciones por la diabetes y porque requieren un tratamiento rápido y un control
cercano durante el embarazo para restaurar la normoglucemia. Por lo tanto, en mujeres
con factores de riesgo clásicos para diabetes tipo 2, se recomienda realizar pruebas de
detección de diabetes en la primera consulta prenatal utilizando los criterios diagnósticos
estándar. Las mujeres con diabetes durante el primer trimestre deben recibir un diagnós-
tico de diabetes manifiesta, no gestacional. La DMG es la diagnosticada durante el se-
gundo o tercer trimestre del embarazo.
El estudio Hyperglycemia and Adverse Pregnancy Outcomes (HAPO) demostró, por pri-
mera vez, en forma concluyente, que existe una fuerte asociación continua entre los ni-
veles de glucosa maternas y una evolución perinatal desfavorable. Los riesgos maternos,
fetales y neonatales aumentan continuamente en función de la glucemia materna entre
las semanas 24-28 de gestación, incluso con niveles de glucemia por debajo de los con-
siderados diagnósticos de diabetes. Estos resultados han llevado a reconsiderar cuidado-
samente los criterios diagnósticos para la DMG. Se recomienda, por lo tanto, la detección
de DMG en embarazadas sin diabetes previa conocida a las 24-28 semanas de gestación
Actualmente la ADA recomienda que las pruebas de detección de DMG se pueden rea-
lizar con cualquiera de estas dos estrategias: PTOG de 75 g en “1 paso”; o método “en
2 pasos” con una prueba de 50 g (sin ayuno) seguida por una PTOG de 100 g para aque-
llas con resultados positivos.
126
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
El método de 1 paso fue propuesto por una reunión de consenso de los International
Association of Diabetes and Pregnancy Study Groups (IADPSG). Establecen realizar una
PTOG de 75 g, con medición de la glucemia plasmática en ayunas, a 1 h y a las 2 h, a
las 24-28 semanas de gestación en mujeres sin diagnóstico previo de diabetes manifiesta.
La PTOG se debe realizar por la mañana después de un ayuno nocturno de, al menos, 8
h. El diagnóstico de DMG se determina cuando se alcanza o supera cualquiera de los si-
guientes valores de glucemia: en ayunas: ≥92 mg/dl, 1 h ≥180 mg/dl, 2 h ≥153 mg/dl.
Si bien esta estrategia puede aumentar la prevalencia de DMG, sobre todo porque se re-
quiere solo un valor anormal para determinar el diagnóstico, se recomendaron estos
cambios considerando los aumentos de obesidad y diabetes en un intento de mejorar la
evolución gestacional de las mujeres y sus hijos y porque estos criterios fueron los únicos
basados en parámetros de evolución del embarazo. No obstante, faltan datos sobre cómo
el tratamiento de un umbral más bajo de hiperglucemia afecta el pronóstico de diabetes
futura para la madre, y de futura obesidad, riesgo de diabetes u otras consecuencias me-
tabólicas para el niño.
Por otra parte, los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health, NIH) de
los Estados Unidos realizaron una conferencia de desarrollo de consenso y recomendaron
continuar con el método “en 2 pasos”. Esta estrategia comprende la realización de una
prueba de carga de glucosa de 50 g (sin ayuno), con medición de la glucemia plasmática
a 1 h (Paso 1), a las 24-48 semanas de gestación en mujeres sin diagnóstico previo de
diabetes manifiesta. Si el nivel de glucosa plasmática medido 1 h después de la carga es
≥130, 135 o 140 mg/dl, proceder con la PTOG de 100 g (Paso 2). La PTOG de 100 g se
debe realizar en ayunas. El diagnóstico de DMG se determina cuando se alcanzan o se
superan, al menos, 2 de las 4 mediciones siguientes: en ayunas ≥95 mg/dl, 1 h ≥180
mg/dl, 2 h ≥155 mg/dl, 3 h ≥140 mg/dl según los criterios de Carpenter-Coustan. El NIH
tuvo en cuenta para su decisión de recomendar el método “en 2 pasos” la ausencia de
intervenciones de ensayos clínicos que muestren los beneficios de la estrategia “en 1
paso” y el potencial de consecuencias negativas de identificar un grupo nuevo y grande
de mujeres con DMG. El tratamiento de un umbral más elevado de hiperglucemia ma-
terna, según lo identificado por el método en 2 pasos, disminuye las tasas de macrosomía
neonatal, recién nacidos grandes para la edad gestacional y distocia de hombros, sin au-
mentar los nacimientos pequeños para la edad gestacional. El American College of Obs-
tetricians and Gynecologists (ACOG) respalda el método “en 2 pasos” (181), pero señala
que, para diagnosticar DMG, se puede utilizar un solo valor elevado, en lugar de dos.
127
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
A las mujeres con DMG se les deben realizar pruebas para detectar diabetes persistente
a las 4-12 semanas posparto, utilizando la PTOG y criterios diagnósticos para no emba-
razadas. A estas mujeres se les deben realizar pruebas de detección de por vida, al menos,
cada 3 años para controlar el desarrollo de diabetes o de prediabetes. En aquellas a las
que se les diagnostica prediabetes, es aconsejable iniciar intervenciones sobre los hábitos
de vida, metformina o ambas para prevenir la diabetes.
A partir del comienzo de la pubertad o en el momento del diagnóstico, todas las mujeres
diabéticas en edad fértil deben recibir asesoramiento acerca de los riesgos de malforma-
ciones asociados con embarazos no planificados y un inadecuado control glucémico. Se
debe discutir la importancia de la planificación familiar utilizando métodos anticoncep-
tivos eficaces (inclusive los anticonceptivos reversibles de larga duración) hasta que la pa-
ciente desee embarazarse y tenga un buen control metabólico. El asesoramiento previo
a la concepción debe abordar la importancia de un control glucémico lo más cercano a
lo normal como sea posible sin riesgos, en forma ideal, una A1C <6,5%, para reducir el
riesgo de anomalías congénitas, preeclampsia, macrosomía y otras complicaciones.
El control antes de la concepción debe incluir los cuidados habituales recomendados para
todas las mujeres que planean un embarazo y aquellos que son propios de las pacientes
con diabetes. Los riesgos específicos de la diabetes sin controlar son aborto espontáneo,
anomalías fetales, preeclampsia, macrosomía, muerte fetal intrauterina, hipoglucemia
neonatal e hiperbilirrubinemia neonatal, entre otras. Además, la diabetes durante el em-
barazo aumenta el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 más adelante en la vida de los
hijos. El asesoramiento debe incluir la importancia de alcanzar los objetivos de control
glucémico, con especial atención en los aspectos nutricionales, la educación acerca de
la enfermedad y la identificación de comorbilidades y complicaciones.
El control previo a la concepción habitual debe incluir una revisión de los hábitos nutri-
cionales, asesoramiento nutricional en caso de sobrepeso/obesidad o bajo peso, correc-
ción de deficiencias nutricionales y recomendación de ejercitación regular. Se recomienda
la prescripción de vitaminas con, al menos, 400 mg de ácido fólico y 150 μg de yoduro
de potasio. Se debe desaconsejar el tabaquismo, el consumo de alcohol y de drogas re-
128
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Las mujeres con diabetes preexistente deben recibir tratamiento, en forma ideal, en una
clínica multidisciplinaria que incluya un endocrinólogo, un especialista en medicina ma-
terno-fetal, un nutricionista y un educador en diabetes. Varios estudios han mostrado
una mejor evolución de la diabetes y del embarazo cuando la atención se ha administrado
desde antes de la concepción y durante el embarazo, con un grupo multidisciplinario
centrado en un mejor control de la glucemia. Sin embargo, no existe un consenso sobre
cómo debe ser la estructura de este equipo de atención multidisciplinario.
129
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
En forma similar a los objetivos recomendados por el ACOG (los límites superiores son
los mismos que para la DMG), la ADA recomienda para mujeres con diabetes tipo 1 o
tipo 2 los siguientes objetivos de control glucémico: un nivel de glucosa en ayunas 70-
95 mg/dl, 1 h después de las comidas 110-140 mg/dl, y 2 h después de comer 100-120
mg/dl, si se los puede alcanzar sin riesgo de hipoglucemia. Los límites inferiores se basan
en el promedio normal de glucosa en el embarazo. Estos límites inferiores no se aplican
para las pacientes con diabetes tipo 2 controladas con dieta.
Debido a los aumentos en el recambio de eritrocitos asociados con el embarazo, los ni-
veles de A1C descienden durante la gestación. Además, como la A1C representa un pro-
medio, es posible que no capture por completo los parámetros glucémicos
fisiológicamente relevantes en el embarazo, especialmente la hiperglucemia posprandial,
que induce macrosomía. La A1C se debe utilizar como medición secundaria, junto al au-
tocontrol de la glucemia. El objetivo de A1C ideal recomendado en el embarazo es de
<6%, si esto puede conseguirse sin hipoglucemia significativa, pero el objetivo se puede
subir a <7%, si es necesario para prevenir la hipoglucemia, lo que, además de las secuelas
habituales, puede aumentar el riesgo de bajo peso al nacer. Considerando la alteración
en la cinética de los eritrocitos durante el embarazo y los cambios fisiológicos en los pa-
rámetros glucémicos, puede ser necesario controlar los niveles de A1C con más frecuen-
cia que lo habitual (p. ej., mensualmente).
Se pueden utilizar los tiempos en el rango para evaluar el control glucémico en pacientes
con diabetes tipo 1, pero no proporcionan datos a tener en cuenta para abordar la hi-
poglucemia o hiperglucemia de ayuno o posprandial. No hay datos que avalen el uso
del tiempo en el rango en mujeres con diabetes tipo 2 o DMG. Los objetivos de tiempo
en el rango para mujeres embarazadas con diabetes tipo 1 que utilizan CCG son (81):
130
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Tratamiento de la DMG
Después del diagnóstico, el tratamiento comienza con dieta, actividad física y manejo
del peso según el valor de antes de la gestación, y con el control de la glucosa que pro-
cura alcanzar los objetivos recomendados por la Quinta conferencia taller internacional
sobre diabetes mellitus gestacional: en ayunas ≤95 mg/dl, 1 h después de las comidas
≤140 mg/dl, o 2 h después de las comidas ≤120 mg/dl. Del 70% al 85% de las mujeres
pueden controlar la DMG con modificación de los hábitos de vida solamente. Los límites
inferiores del objetivo glucémico definidos anteriormente para la diabetes preexistente
se aplican para la DMG tratada con insulina.
131
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
y menos aumento de peso materno que la insulina; sin embargo, puede aumentar lige-
ramente el riesgo de prematurez. La metformina atraviesa la placenta, y los niveles en la
sangre del cordón umbilical son más altos que los niveles simultáneos de la madre. En
los análisis del estudio Metformin in Gestational Diabetes: The Offspring Follow-Up (MiG
TOFU), realizado en hijos de 7 a 9 años de edad, los de 9 años expuestos a la metformina
para el tratamiento de la DMG eran más grandes (según varias mediciones) que aquellos
expuestos a la insulina. En dos ensayos controlados aleatorizados de metformina admi-
nistrada durante el embarazo para el síndrome de ovario poliquístico, el seguimiento de
los hijos a 4 años mostró un mayor IMC y más obesidad en los hijos expuestos a la met-
formina. Un estudio de seguimiento a 5-10 años mostró que la descendencia expuesta
a metformina tuvo un IMC más alto, relación peso-talla y circunferencia de cintura más
elevadas, y un incremento en la masa grasa (183). Se necesitan nuevos estudios de re-
sultados a largo plazo en los hijos. Cuando la metformina se administra para tratar el
síndrome de ovario poliquístico e inducir la ovulación, se la debe suspender al final del
primer trimestre.
Hay algunas mujeres con DMG que requieren tratamiento farmacológico y que pueden
no ser capaces de utilizar insulina en forma segura y eficaz debido a costes, barreras del
lenguaje, dificultades en la comprensión o influencias culturales. En estas situaciones,
los agentes orales pueden ser una alternativa luego de discutir con la paciente los riesgos
conocidos y la necesidad de mayores datos de seguridad a largo plazo en la descenden-
cia. Sin embargo, debido al riesgo potencial de restricción del crecimiento o acidosis en
el contexto de insuficiencia placentaria, la metformina no debe utilizarse en mujeres con
hipertensión, preeclampsia o en riesgo de restricción del crecimiento intrauterino (184).
132
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
objetivos glucémicos. Sin embargo, no todas las bombas híbridas de circuito cerrado son
capaces de alcanzar los objetivos en el embarazo.
Las mujeres con diabetes tipo 1 tienen mayor riesgo de hipoglucemia durante el primer
trimestre. La hipoglucemia frecuente se puede asociar con restricción del crecimiento in-
trauterino. La resistencia a la insulina desciende rápidamente con la expulsión de la pla-
centa, y las mujeres se vuelven muy sensibles a la insulina; por ello, requieren mucha
menos insulina que en el periodo preparto. Es importante educar a las pacientes y los
miembros de su familia acerca de la prevención, el reconocimiento y el tratamiento de
la hipoglucemia. El embarazo es un estado cetógeno, y las mujeres con diabetes tipo 1
(y, en menor medida, aquellas con diabetes tipo 2) se encuentran en riesgo de cetoaci-
dosis diabética con niveles más bajos de glucemia que fuera del embarazo. Las mujeres
con diabetes preexistente, en especial con diabetes tipo 1, necesitan tiras de cetona en
su casa, y educación sobre la prevención y detección de la cetoacidosis diabética. Ade-
más, la implementación rápida de un control glucémico riguroso en el contexto de una
retinopatía se asocia con agravamiento de este cuadro.
133
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
yormente a mujeres con hipertensión crónica se vio que, apuntar a una presión arterial
diastólica de 85 mmHg durante el embarazo, se asoció con menor probabilidad de des-
arrollar hipertensión materna acelerada y con ningún efecto adverso comprobable para
los lactantes, en comparación con la búsqueda de una presión arterial diastólica más ele-
vada. La media de la presión arterial sistólica alcanzada en el grupo tratado en forma
más intensiva fue 133,1 ± 0,5 mmHg, y la media de la presión arterial diastólica conse-
guida en ese grupo fue 85,3 ± 0,3 mmHg. La Society for the Study of Hypertension in
Pregnancy avala un enfoque similar, y recomienda específicamente el tratamiento anti-
hipertensivo para mantener la presión arterial sistólica entre 110 y 140 mmHg y la presión
arterial diastólica entre 80 y 85 mmHg. Por lo tanto, la evidencia actual respalda que se
controle la presión arterial para que se mantenga en esos niveles, con un objetivo de
110-135/85 mmHg (186). Los niveles <120/80 mmHg pueden asociarse con deterioro
del crecimiento fetal, especialmente en el contexto de insuficiencia placentaria.
Algunos de los antihipertensivos de los que se sabe que son eficaces e inocuos en el em-
barazo son metildopa, labetalol, diltiazem, clonidina y prazosina. El uso crónico de diu-
réticos no está recomendado durante el embarazo, porque se ha asociado con una
restricción del volumen de plasma de la madre que podría reducir la perfusión entre el
útero y la placenta. Las estatinas también deben evitarse en el embarazo. Se recomienda
que las pacientes que tuvieron hipertensión gestacional y preeclampsia se controlen los
niveles de presión arterial posparto durante 72 h en el hospital y durante 7-10 días des-
pués. Para estas mujeres se recomienda un seguimiento a largo plazo, ya que tienen
mayor riesgo cardiovascular de por vida.
Atención posparto
En pacientes con diabetes tipo 1 o tipo 2 preexistente, la sensibilidad a la insulina dismi-
nuye rápidamente luego del alumbramiento. Por lo tanto, los requerimientos de insulina
deben ser ajustados, porque pueden llegar a ser la mitad de los requerimientos antes
del embarazo. La sensibilidad a la insulina vuelve a los valores pregestación en el trans-
curso de 1-2 semanas.
Se debe fomentar la lactancia en todas las pacientes. La lactancia materna puede conferir
beneficios metabólicos a largo plazo tanto para la madre como para el niño. En pacientes
134
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Como la DMG puede representar diabetes tipo 2 preexistente sin diagnosticar, se deben
realizar pruebas de detección de diabetes persistente o de prediabetes a las mujeres con
DMG 4-12 semanas después del parto, con una PTOG de 75 g, utilizando criterios para
no embarazadas. Se recomienda la PTOG en lugar de la A1C en la consulta de las 4-12
semanas después del parto, porque la A1C puede estar persistentemente afectada (dis-
minuida) por el aumento en el recambio de eritrocitos relacionado con el embarazo o
con la pérdida de sangre que ocurre en el parto. Si la PTOG es normal, se deben realizar
análisis para pesquisar diabetes cada 1-3 años a partir de entonces, según los factores
de riesgo.
Las mujeres con antecedentes de DMG tienen un riesgo mucho mayor de conversión a
diabetes tipo 2 con el tiempo. Este riesgo es 10 veces mayor que el de las mujeres sin
DMG. El riesgo absoluto se incrementa en forma lineal a lo largo de la vida de la mujer,
y es aproximadamente del 20% a los 10 años, del 30% a los 20 años, del 40% a los 30
años, del 50% a los 40 años, y del 60% a los 50 años (187). El riesgo es significativa-
mente menor en mujeres que siguen patrones alimentarios saludables. El aumento de
peso entre embarazos o posparto se asocia con mayor riesgo de evoluciones adversas
en embarazos posteriores y con progresión más temprana a diabetes tipo 2. Tanto la
metformina como la intervención intensiva sobre los hábitos de vida previenen o retrasan
la progresión a diabetes en mujeres con prediabetes y antecedentes de DMG. En estas
mujeres, la intervención sobre los hábitos de vida y la metformina disminuyeron la pro-
gresión a diabetes un 35% y un 40%, respectivamente, a lo largo de 10 años en com-
paración con el placebo (43).
135
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
15
Control de la diabetes en el
paciente hospitalizado
Se sabe que las personas con diabetes están más expuestas a ser hospitalizadas de nuevo
a los 30 días del alta. Los equipos especializados en diabetes que atienden a pacientes
con la enfermedad durante su estancia en el hospital pueden mejorar las tasas de nuevas
hospitalizaciones y reducir el coste de la atención. Por lo tanto, se debe considerar la
consulta con un equipo especializado en manejo de la diabetes o la glucosa siempre que
sea posible (189).
136
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Distintos estudios han tratado de evaluar el efecto del tratamiento intensivo de la gluce-
mia y la evolución hospitalaria. El mayor estudio realizado fue el Normoglycaemia in In-
tensive Care Evaluation and Survival Using Glucose Algorithm Regulation (NICE-SUGAR).
Este estudio multicéntrico y multinacional enroló 6104 participantes graves y comparó
el efecto de un control glucémico intensivo (objetivo: 81-108 mg/dl, glucemia media al-
canzada: 115 mg/dl) con un control glucémico convencional (objetivo: 144-180 mg/dl,
glucemia media alcanzada: 144 mg/dl). La mortalidad a 90 días fue significativamente
mayor en el grupo intensivo que en el convencional tanto en pacientes quirúrgicos como
clínicos, como también la mortalidad por causas cardiovasculares. La hipoglucemia grave
también fue más común en el grupo tratado en forma intensiva.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
glucémicos >250 mg/dl pueden ser aceptables en pacientes con enfermedad terminal y
corta expectativa de vida. En estos pacientes suelen ser más apropiados esquemas de in-
sulina menos intensivos para reducir al mínimo la glucosuria, la deshidratación y las al-
teraciones electrolíticas.
Fuera de las unidades de atención crítica, la inyección subcutánea es la forma más común
de aplicación de insulina. Los esquemas que utilizan análogos de la insulina e insulina
humana permiten un control glucémico similar. Un régimen basal más insulina de co-
rrección en bolo es el tratamiento preferido para pacientes sin enfermedad grave con
mala ingesta oral o que no ingieren nada por esta vía. Un régimen de insulina con com-
ponentes basales, nutricionales y de corrección es el tratamiento de elección para pa-
cientes con buena ingesta nutricional. Se desaconseja enfáticamente el uso exclusivo de
escalas móviles como método de control de la glucemia en el paciente hospitalizado
(188,190). Para todos los pacientes hospitalizados con diabetes tipo 1, es necesario un
régimen de insulina con componentes basales y de corrección, con la incorporación de
insulina prandial si el paciente está comiendo.
Para realizar la transición del tratamiento con insulina intravenosa a insulina subcutánea,
se recomienda administrar la insulina basal subcutánea 2-4 h antes de suspender la in-
travenosa, a una dosis de un 60-80% de la dosis diaria de infusión. Nuevos estudios res-
paldan la administración de insulina en circuito cerrado, con dispositivos vinculados de
bomba/sensor, para controlar la glucemia en ciertos grupos de pacientes hospitalizados
138
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
con diabetes. Todavía resta por determinar el efecto del tratamiento con circuito cerrado
sobre los resultados clínicos, la mejor aplicación de estos dispositivos y la relación coste-
eficacia de este método.
Hipoglucemia
Los pacientes con diabetes o sin ella pueden experimentar hipoglucemia en el hospital
asociada a múltiples factores. Cada hospital debe adoptar e implementar un protocolo
para el tratamiento de la hipoglucemia. Se debe establecer un plan para prevenir y tratar
la hipoglucemia en cada paciente. Los episodios de hipoglucemia en el hospital se deben
documentar en la historia clínica y controlar. Es importante identificar los factores des-
encadenantes, como reducción repentina de la dosis de corticoides, reducción de la in-
gestión oral, vómitos, interrupción inesperada de la nutrición oral, enteral o parenteral,
alteración de la capacidad del paciente para comunicar los síntomas, daño renal agudo,
entre otros.
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Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
Situaciones especiales
Para los pacientes que reciben alimentación enteral o parenteral que requieren insulina,
esta debe dividirse en componentes basales, prandiales y de corrección (192). Es parti-
cularmente importante que los pacientes con diabetes tipo 1 continúen recibiendo insu-
lina basal, incluso aunque se interrumpa la alimentación.
La mayoría de los pacientes que reciben insulina basal deben continuar con su misma
dosis de basal, mientras que la dosis por el componente nutricional diario total se debe
calcular como 1 unidad de insulina por cada 10-15 g de carbohidratos de la fórmula. Se
recomienda insulina NPH 2-3 veces por día para cubrir los requerimientos. La insulina de
corrección también se debe administrar por vía subcutánea cada 6 h usando insulina hu-
mana regular o cada 4 h con una insulina de rápida acción. Si se interrumpe la infusión
enteral, administrar infusión de dextrosa al 10% en forma inmediata para prevenir la hi-
poglucemia.
Para pacientes que reciben alimentación periférica continua o parenteral central se puede
añadir insulina regular humana a la solución, en particular si se han necesitado >20 uni-
dades de insulina de corrección en las 24 h previas. Se ha recomendado una dosis inicial
de 1 unidad de insulina humana regular por cada 10 g de dextrosa, y se la debe ajustar
140
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
En relación con las normas para la atención perioperatoria, el objetivo glucémico debe
estar entre 80 y 180 mg/dl. Un control más riguroso no mejoró las evoluciones de los
pacientes y se asoció a mayor hipoglucemia. La metformina se debe suspender 24 h
antes de la cirugía. Los inhibidores del SLGT2 se deben suspender 3-4 días antes. En la
mañana del procedimiento quirúrgico, suspender cualquier agente hipoglucemiante oral
y administrar la mitad de la dosis de NPH, el 75-80% de las dosis de un análogo de la
insulina de acción prolongada o insulina basal en bomba. Controlar la glucemia, al
menos, cada 2-6 h mientras el paciente no reciba alimentación oral, y administrar insulina
de acción breve según necesidad. En pacientes sometidos a cirugía general (no cardiaca),
la insulina basal más preprandial de acción corta o rápida (bolo basal) se ha asociado
con mejor control de la glucemia y con tasas más bajas de complicaciones perioperatorias
que el régimen tradicional en escala móvil.
141
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
En pacientes con diabetes, la tasa de nuevas hospitalizaciones es del 14% al 20%, casi
el doble que la de los pacientes sin diabetes. Esto refleja la mayor carga de la enfermedad
para los pacientes, y tiene importantes implicaciones económicas. Los factores de riesgo
para nuevas hospitalizaciones son: sexo masculino, mayor duración de la hospitalización
previa, cantidad de hospitalizaciones anteriores, cantidad y gravedad de las enfermedades
coexistentes y menor nivel socioeconómico o educativo. Las consultas médicas progra-
madas en el hogar y el seguimiento ambulatorio oportuno disminuyen las tasas de nuevas
hospitalizaciones. Algunas estrategias para prevenir nuevas internaciones pueden incluir
programas de intervención dirigidos a pacientes con diabetes tipo 1 proclives a la cetosis
o iniciar tratamiento con insulina en pacientes con A1C >9% en el ingreso.
142
Estándares para la Atención Médica en la Diabetes 2021
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