Una Crítica de La Sociología de La Educación Crítica
Una Crítica de La Sociología de La Educación Crítica
Una Crítica de La Sociología de La Educación Crítica
REPORTE DE LECTURA
Una Crítica de la Sociología de la Educación
Crítica
ASIGNATURA
Sociología de la Educación
NOMBRE DEL ALUMNO
Luis Xavier Mosquera Córdoba
Tabla de contenido
1 INTRODUCCIÓN..................................................................................................................2
2 UNA CRÍTICA DE LA SOCIOLOGÍA DE LE EDUCACIÓN CRITICA..................................3
2.1 CONCLUSIONES..........................................................................................................7
2.2 BIBLIOGRAFÍA.............................................................................................................8
1 INTRODUCCIÓN
El mundo académico suele percibir la teoría crítica como un cuerpo teórico unido, a
pesar de que esta denominación abarca un gran abanico de distintos y variados
fenómenos. Esta percepción se debe probablemente al hecho de que todas las
diferentes formas de teoría crítica no quieren solamente comprender al ser humano en
su condición social, sino que ganan sus categorías desde la proyección de un estado
social deseable que no definen detalladamente para criticar y negar las condiciones
negativas e injustas imperantes en el mundo. Se trata de una teoría comprometida
contra todas las formas de opresión a favor de la libertad, la felicidad y el orden racional
de la sociedad.
b. seleccionar los sujetos más adecuados para las distintas posiciones sociales: una
distribución justa y meritocrática para los funcionalistas; clasista y reproductora para los
críticos.
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Pero mientras que para Parsons la función de la escuela era socializar a los jóvenes
en una institución de tipo universalista y meritocrática, que les prepara para un
mercado de trabajo competitivo y también meritocrático, las tradiciones críticas
consideran que la función de la escuela es ocultar la reproducción de las desigualdades
sociales, que de otra manera sería intolerable, y socializar a los hijos de las clases
populares para segmentos particulares del mercado de trabajo, básicamente
diferenciando entre cuello blanco y cuello azul, o mano de obra cualificada o sin
cualificar.
Por otro, diversas corrientes que se centran más en lo que sucede dentro del
sistema educativo, como (Bourdieu y Passeron 1973; Apple 1980; Willis 1988;
Bernstein 1989). De estos autores cabe destacar a Bourdieu por su esfuerzo en
desarrollar una teoría social más general (Bourdieu 1991). Todos ellos, con diferentes
sensibilidades y concepto teóricos, resaltan que la cultura de clase media domina la
escuela, por lo que los hijos de clase obrera se enfrentan a más dificultades para lograr
sus títulos educativos.
Ya avanzamos aquí que las prácticas educativas que parten de estas teorías
perpetúan las desigualdades sociales. Discursos sociales que incluyen la no posibilidad
del cambio, independientemente de las prácticas que se realicen, están influenciados
por esta perspectiva. Afectan a las personas que puedan padecer, o ser más
vulnerables a, la exclusión social, imponiendo desde la institución educativa la
negación de la posibilidad de superar la desigualdad social de partida. Evidentemente
esta perspectiva no afectará a aquellos colectivos que ya provienen de una situación
social privilegiada, la institución escolar les ayudará a seguir manteniéndola.
Desde esta perspectiva, tan clave es denunciar aquellos elementos del sistema que
promueven el mantenimiento de las desigualdades sociales como identificar los
elementos que contribuyen a superarla. Se trata de combinar el lenguaje de la crítica
con el lenguaje de la posibilidad (Aubert et al., 2004). Para los autores y autoras de las
ciencias sociales que parten de esta perspectiva, la educación puede ejercer una doble
función: por un lado se prepara a las personas para integrarse en la sociedad y por otro
se facilita el conocimiento crítico necesario para dotar de aquellos elementos
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Un punto que vale la pena destacar es que esta hipótesis pedagógica funcionalista
no es exclusiva de la sociología de la educación. Desde los informes de Condorcet, el
discurso político a favor de la escuela obligatoria supone que el orden social se
asegura fundamentalmente mediante la socialización de la infancia. La escuela seria el
instrumento de la sociedad para conseguir un orden social justo mediante la
socialización metódica de los niños. Este discurso es el de Durkheim y Parsons, y son
estas ideas las que se hallan en el centro de las reformas escolares del siglo XX. Los
discursos críticos no son sino modulaciones a partir de las investigaciones empíricas,
que proliferan sobre el sistema escolar desde los años cincuenta, se ve que los efectos
beneficiosos que se esperaban de la escolarización de hacían esperar, la escuela no
cumple los objetivos proclamados, mayor igualdad, justicia social y democracia. Con
estos datos en la mano, los críticos invierten el esquema funcionalista, manteniendo
sus ejes básicos de perpeturase y crear desigualdades.
2.1 CONCLUSIONES
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Por otro lado, hemos analizado la sociología de la educación que utiliza la pedagogía
crítica. Esta línea de la pedagogía se plantea señalar cómo se pueden superar las
desigualdades educativas y sociales. Para ello se plantean una serie de teorías y
conceptualizaciones que se pueden enmarcar en la perspectiva dual de la sociología,
en la medida que contemplan tanto la importancia de los sistemas, como de la acción
de las personas y colectivos en la construcción de la sociedad y de sus instituciones.
2.2 BIBLIOGRAFÍA
GIROUX, H. (1990): Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagogía crítica
del aprendizaje. Barcelona, MEC-Paidós, (p.o. 1988).