Integración Metabólica, Ejercicio
Integración Metabólica, Ejercicio
Integración Metabólica, Ejercicio
FACULTAD DE MEDICINA
Departamento de Medicina Física y de Rehabilitación. Hidrología
Médica
TESIS DOCTORAL
PRESENTADA POR
Director
Madrid, 2019
TESIS DOCTORAL
INFLUENCIA DE LA ACTIVIDAD
FÍSICA SOBRE EL METABOLISMO
MUSCULAR Y SU VALORACIÓN POR
TÉCNICA DE 31P-RMN
MADRID 2005
A mis padres , Miren y Vicente, a quien todo debo
A las Profesoras Raquel Valero Alcalde, Susana Muñoz Lasa, a Fernando Gómez
Muñiz y al resto de mis compañeros del Departamento de Medicina Física y de
Rehabilitación por su amistad y apoyo brindado en todo momento.
A todas aquellas personas que en algún momento han colaborado en este proyecto.
τ Constante de tiempo
∆ GATP Energía libre de Gibbs
τPCr “τ” constante de resíntesis de PCr
[ADP] Concentración de ADP
[AMP] Concentración de AMP
[ATP] Concentración de ATP
2+
[Ca ] Concentración de Ca2+
[H+] Concentración de hidrogeniones
+
[K ] Concentración de ión potasio
-
[L ] Concentración de ión lactato
[Mg2+] Concentración del ión magnesio
[PCr] Concentración de PCr
[Pi] Concentración de Pi
1
H-RMN Resonancia Magnética Nuclear de Hidrógeno
31
P–RMN Resonancia Magnética Nuclear de Fósforo 31
acetil-CoA Acetil coenzima A
ADP Adenosina difosfato
AMP Adenosina monofosfato
ATP Adenosina trifosfato
BMI Body mass index
2+
Ca Ión calcio
cAMP Cíclico AMP
CK Creatinkinasa
CKc Creatinquinasa del citosol
CKem Creatinquinasa ectomitocondrial
CO2 Dióxido de carbono
Cr Creatina
CTE Cadena de transporte de electrones
CVmO2 Contenido venoso muscular de oxígeno
CVO2 Contenido de oxígeno en sangre venosa central
dif O2(a-v) diferencia arterio-venosa de oxígeno
DRESS Depth-Resolved Surface-Coil Spectroscopy
F-6-P Fructosa-6-fosfato
FADH2 Flavin-adenin-dinucleótido reducido
FC Frecuencia cardíaca
FID Free Induction Decay
FIO2 Fracción inspiratoria de oxígeno
G Gauss
G-6-P Glucosa –6-fosfato
GP Glucógeno-fosforilasa
GTP Trifosfato de guanosina
H+ Ión hidrógeno
H2O Agua
IMC Índice de Masa Corporal
IMP Inosina monofosfato
ISIS Image Selected In vivo Spectroscopy
IT Intracellular Threshold
K+ Ión potasio
L Lactato sanguíneo arterial
L- Ión lactato
LBM Masa magra corporal
LDH Lactato deshidrogenasa
MCV Máxima contracción voluntaria
Mg2+. Ión magnesio
MRI Imagen de resonancia magnética
MRSI Imagen espectroscópica en resonancia magnética
Na+ Ión sodio
NAD nicotin-adenin-dinucleótido
NADH nicotin-adenin-dinucleótido reducido
NH3 Amonio
NH4+ Amonio
NO Oxido nítroso
NRPB National Radiological Protection Board
O2 Oxígeno molecular
31
P Isótopo fósforo-31
PAM Presión arterial media
PCO2 Presión parcial de dióxido de carbono
PCr Fosfocreatina
PCrt1/2 Tiempo medio de PCr
PDE Fosfodiésteres
PDH Piruvato deshidrogenasa
PFK Fosfofructoquinasa
pHi pH intracelular
Pi Fósforo inorgánico
PME Fosfomonoésteres
PO2 Presión parcial de oxígeno
ppm Partes por millón
PRESS Point resolved spectroscopy
Q Gasto cardíaco
QM Flujo sanguíneo muscular
Qp Flujo sanguíneo pulmonar
RMN Resonancia magnética nuclear
RPT Resistencias periféricas totales
SPACE Spatial and Chemical Shift Encoged Exitation
SPARS Spatially Resolved Spectroscopy
STEAM Stimulated echo adquisition mode
Tº temperatura absoluta
T Tesla
t1/2 Tiempo medio
Torr Torricelli
UL Umbral de lactato
V Velocidad oxidativa
VDI Volumen de interés
Vm Velocidad oxidativa máxima
Vmax Velocidad oxidativa máxima
VO2 Consumo de oxígeno
VO2ex “exceso” de VO2
VO2ms Consumo de oxígeno intramuscular
VO2max Consumo de oxígeno máximo
VS Volumen sistólico
ÍNDICE
1
1. INTRODUCCION 6
2
4.2.4. Flujo sanguíneo muscular durante el ejercicio 44
4.2.5. Limitaciones en el transporte y utilización en las cinéticas de VO2ms 45
3
6.4.8. Disponibilidad del oxígeno 79
31
6.5. UTILIDAD DE P-RMN EN LAS ALTERACIONES MUSCULARES 79
6.5.1. Miopatias primarias 80
6.5.2. Miopatías secundarias 81
6.5.3. Procesos con limitada oxigenación tisular 82
7. HIPOTESIS Y OBJETIVOS 83
8. MATERIAL Y METODOS 86
8.1. SELECCIÓN DE LA MUESTRA 87
8.1.1. Criterios de inclusión 90
8.1.2. Criterios de exclusión 91
8.1.3. Grupos de estudio 92
8.2. MATERIALES 93
31
8.2.1. Espectrómetro de P-RMN 93
8.2.2. Ergómetro 93
8.2.3. Colocación de los equipos en la sala de examen 95
8.3. METODOLOGIA- PROTOCOLO DE EJERCICIO 96
8.3.1. Protocolo del ejercicio muscular 97
8.3.2. Cronología del protocolo 99
8.3.3. Elección del músculo 99
8.3.4. Incidencias durante el protocolo 99
8.4. ANALISIS DE LOS DATOS 102
8,4.1. Cálculo de las variables metabólicas 102
8.4.2. Cálculo de la potencia del ejercicio 103
8.4.3. Cálculo del trabajo realizado 104
8.4.4. Identificación del umbral de pHi y de Pi/PCr 105
8.4.5. Cálculo de los tiempos de estabilización al comienzo del ejercicio
constante (ON) 105
8.4.6. Cálculo de los tiempos medios de recuperación del ejercicio (OFF) 106
8.4.7. Velocidad inicial de recuperación de PCr 107
8.5. METODO ESTADISTICO 108
9. RESULTADOS 110
4
9.1. TABLAS 111
9.2. GRAFICOS 132
APENDICES 236
5
INTRODUCCIÓN
6
1. INTRODUCCION
Durante muchos años, las restricciones técnicas limitaron el tamaño de los imanes de alto
campo requeridos para espectroscopia por RMN. Los estudios musculares se limitaron en
esos años a biopsias de tejidos o preparaciones de músculos aislados1-7.
31
Los primeros estudios de P–RMN en músculo intacto fueron llevados a cabo por Chance y
col , Cresshull y col , Ross y col10, Eleff y col11, entre otros y permitieron estudiar la
8 9
31
La P–RMN ofrece la posibilidad de medir el ATP, la fosfocreatina (PCr) y el fósforo
inorgánico (Pi) que tienen un papel clave en la energética muscular, y el pH intracelular
(pHi), a través de series de espectros obtenidos durante el reposo, el ejercicio y en la
recuperación, en distintas condiciones.
A través del análisis espectral se puede estudiar la contribución de las distintas vías
metabólicas, oxidativas y glicolíticas durante un ejercicio; aunque pueda existir cierta
dificultad en la cuantificación del trabajo realizado. Los espectros obtenidos durante la
recuperación, con ciertas restricciones, se consideran reflejo de la capacidad oxidativa
muscular. Los cambios en estos parámetros pueden ser utilizados para la evaluación del
metabolismo energético alterado12.
7
31
un pequeño número de centros utilizan la P-RMN rutinariamente para la investigación
clínica del músculo esquelético.
Son muchos los procesos abordados desde el campo de la Medicina Física y Rehabilitación
en los que se aprecia una marcada limitación funcional no sólo asociada a la patología de
base del paciente, sino de aquella asociada a una limitación de la movilidad física y el estilo
de vida sedentario. Por tanto, es práctica habitual en Rehabilitación la prescripción de
programas de ejercicio físico que aumenten la tolerancia al esfuerzo de los pacientes y
mejoren la resistencia al trabajo físico.
No sólo debe atenderse a la mejoría del estado cardio-respiratorio; será necesario mantener
o mejorar la fuerza y la resistencia muscular que capacitará a los individuos para efectuar
tareas con un menor stress fisiológico y ayudará a mantener la independencia funcional en
sus actividades de la vida diaria27.
8
Aunque se comprenden pobremente los mecanismos fisiológicos que subyacen a las
consecuencias beneficiosas del entrenamiento33, se sugiere que una proporción importante
sus efectos deriva de cambios en factores periféricos más que centrales, incluyendo
adaptaciones celulares y enzimáticas que incrementan la capacidad oxidativa muscular. Por
tanto, uno de los objetivos del entrenamiento físico y su aplicación en Medicina Física y de
Rehabilitación, debería ser la mejoría del estado bioenergético del músculo esquelético
durante el ejercicio submáximo.
31
Distintos estudios han utilizado la P-RMN para monitorizar las adaptaciones metabólicas
del músculo esquelético al entrenamiento aeróbico34-37; sin embargo, mucho menos
conocida, es la repercusión del desacondicionamiento y reacondicionamiento físico38-41 en
los parámetros de 31P-RMN aunque deberían de manifestarse en direcciones opuestas.
Pocos estudios han valorado el papel de la actividad física sobre el músculo con técnica de
31
P-RMN. Consideramos que puede mostrarse sensible para valorar el estado de
acondicionamiento muscular asociado, y con este objetivo hemos desarrollado este
proyecto.
Con este fin, hemos realizado una revisión de la bioenergética muscular, de la regulación de
los sistemas energéticos y su relación con la respuesta metabólica y cardiovascular al
31
ejercicio, así como de las posibilidades de su estudio mediante la P-RMN. Esto nos ha
llevado a definir la hipótesis y plantear los objetivos de nuestro trabajo, para posteriormente
exponer y discutir los resultados que nos han permitido enunciar las conclusiones.
9
2. BIOENERGÉTICA DE LA CONTRACCIÓN MUSCULAR
La energía necesaria para la actividad física deriva de la hidrólisis del ATP a difosfato de
adenosina (ADP) y fosfato inorgánico (Pi) según la siguiente reacción:
ATPasa
4-
ATP + H2O ADP3- + Pi2- + H+ + Energía
Durante la actividad contráctil esta reacción está catalizada principalmente por la miosin
ATPasa y por las ATPasas involucradas en la homeostasis del calcio. La hidrólisis del ATP
en el citosol es una reacción lejana al equilibrio, y ocurre sólo cuando está emparejada a
otras reacciones o procesos tales como la generación de fuerza42.
La energía libre disponible, o energía libre de Gibbs, dirige estas reacciones emparejadas
desde la hidrólisis de ATP42.
donde las concentraciones metabólicas son las concentraciones totales en solución (la suma
de todas las especies iónicas) y ∆ G0ATP es la energía libre estándar (= RTLn Keq), R es la
constante del gas (1.99 cal..mol deg-1), T la temperatura absoluta, y Ln Keq es el logaritmo de
la constante de equilibrio determinada por condiciones de laboratorio. La constante de
10
equilibrio (Keq) representa la relación en condiciones de equilibrio entre los productos y los
reactantes. ∆ G0ATP en las condiciones estándar de laboratorio (T = 25º C, pH = 7, pMg = 3 y
[K+] = 100 mM) es de –32KJ/mol. A pH = 6.5 y pMg = 3, ∆ G0ATP disminuye (se hace menos
negativa) alrededor de 2 KJ/mol.
Los nucleótidos de adenina, junto con otros metabolitos directamente emparejados por
reacciones de equilibrio, que regulan el metabolismo del músculo esquelético durante la
actividad física42,43.
Figura 2.1 Papel del Ca2+ y de los metabolitos fosfato en la regulación de la fuerza y la producción de ATP en el
42
músculo esquelético. Modificado de Meyer RA
11
Las reservas musculares de ATP, incluso en el deportista bien entrenado, son suficientes
únicamente para mantener la actividad muscular durante escasos segundos (3 o 4), por lo
que se requiere un continuo aporte de ATP para mantener el metabolismo del músculo y
continuar desarrollando actividad motriz. Aunque se ha descrito una disminución significativa
en la concentración de ATP con la actividad muscular44,45 parece ser que el cambio que
experimenta dicha concentración es muy reducido46,47 o estadísticamente inexistente48,49, lo
que indica que el ATP se va regenerando casi completamente durante la actividad física.
Los músculos esqueléticos están compuestos por un número elevado de fibras musculares,
de las que existen varios tipos que difieren fisiológica y metabólicamente entre sí. Además,
los distintos músculos poseen proporciones variables de dichos tipos de fibras y esta
proporción varía de un individuo a otro. En general, y teniendo en cuenta sus propiedades
fisiológicas (velocidad de contracción) y metabólicas (capacidad oxidativa) se distinguen
cuatro tipos de fibras: I, IIA, IIB y IIC50-52.
12
2.3. MECANISMO ANAERÓBICO PARA LA PRODUCCIÓN DE ATP
Está integrado por dos sistemas energéticos: 1) El sistema energético del fosfágeno o vía
anaeróbica aláctica, integrado por el ATP y la fosfocreatina. 2) El sistema energético del
glucógeno y el ácido láctico o vía anaeróbica láctica, integrado por la glicólisis anaeróbica.
Los fosfágenos son compuestos con un grupo fosfato de alta energía. Además del ATP, el
fosfágeno de los músculos de los vertebrados es la fosfocreatina (PCr), que representa la
más inmediata reserva energética del músculo esquelético para la provisión de ATP al inicio
de la contracción muscular.
Las reservas de PCr del músculo esquelético exceden en cinco o seis veces a las de ATP;
además, la capacidad catalítica de la CK es varias veces superior a la velocidad máxima de
hidrólisis de ATP en el músculo activo53 y más alta que la síntesis de ATP54. Es decir, la
rápida degradación de la PCr al comienzo del ejercicio submáximo y durante el ejercicio de
alta intensidad ocurre porque la reacción tiene un potencial más elevado de transferencia del
grupo fosfato que el ATP. La energía libre de la hidrólisis de la PCr (-43 KJ mol-1) es mayor
que la del ATP (- 31 KJ mol-1), lo que facilita la transferencia de energía libre desde la PCr al
ADP54.
13
Debido a su significativa contribución a la producción de energía la concentración de PCr
([PCr]) puede verse reducida a menos del 40% de los niveles de reposo durante los 10
segundos del inicio de un ejercicio intenso55 .
El sistema del fosfágeno (ATP - PCr) representa la vía más rápida e intensa de obtención de
energía, pero sus limitadas reservas musculares sólo son suficientes para proveer fuerza
muscular máxima durante un periodo muy corto de tiempo, inferior a los 15 segundos.
El tejido muscular contiene gran cantidad de enzimas glicolíticos que unen una serie de
reacciones químicas diferentes que llevan a la formación de piruvato:
Glucógeno
ATP
↓
Glucosa → ← ATP
↓ → 4 ATP
2 Piruvato
2 Lactato
14
La acumulación intracelular de protones se ha involucrado con la fatiga muscular o
incapacidad del músculo para mantener una potencia determinada. Aunque existen diversos
mecanismos posibles para esta acción, la inhibición de enzimas clave (fosfofructoquinasa) y
la interferencia con las proteínas contráctiles del músculo se muestran como dos de las
consecuencias significativas de la excesiva producción de H+ en el músculo activo56,57. En
estas circunstancias, para que continúe la actividad muscular es imprescindible el aporte de
oxígeno para resintetizar el lactato a glucógeno (neoglucogénesis a través del ciclo de Cori)
y proveer energía por vía oxidativa.
En la figura 2.2 se muestra el esquema de la glicólisis anaeróbica con los enzimas que
intervienen. Por cada molécula de glucógeno se producen tres moléculas de ATP, mientras
que si se utiliza la glucosa extracelular se producen 2 moléculas de ATP.
EXTRACELULAR INTRACELULAR
(CITOSOL) Glucógeno (6C)
2
Glucosa 1 - fosfato (6C)
ATP ADP 3
Glucosa (6C) Glucosa (6C) 1 Glucosa 6 - fosfato (6C)
1 4
Fructosa 6 - fosfato (6C)
ATP
5
ADP
Fructosa 1:6 - difosfato (6C)
2 NAD+
6
SARCOLEMA
2 NADH
[2] Gliceraldehido 3 - fosfato (3C)
7
[2] 1:3 - Difosfoglicerato (3C)
2 ADP
8
2 ATP
[2] 3 - Fosfoglicerato (3C)
9
[2] 2 - Fosfoglicerato (3C)
10
[2] Fosfoenilpiruvato (3C)
11 2 ADP
12 2 ATP
Lactato [2] Lactato (3C) [2] Piruvato (3C)
2 NAD+ 2 NADH
Figura 2.2.- Esquema de la glicólisis anaeróbica. Los números dentro de círculos negros representan los
enzimas catalizadores: 1, hexoquinasa; 2, glucógeno fosforilasa; 3, fosfoglucomutasa; 4, fosfoglucoisomerasa; 5,
fosfofructoquinasa; 6, aldolasa; 7, gliceraldeído-3-fosfato deshidrogenasa; 8, 3-fosfogliceratoquinasa; 9,
fosfogliceromutasa; 10, enolasa; 11, piruvato quinasa; 12, lactato deshidrogenasa. (Modificado de Randle PJ,
58
Tubbs PK. Carbohidrate and fatty acid metabolism. Modificado de: Steiner DF and Freinkel N .1979
15
La glucogenolisis tiene una mayor capacidad que la PCr para aportar energía durante más
tiempo, aunque con menor rapidez e intensidad, continuando la refosforilación de ADP
durante el ejercicio máximo después de que las reservas de PCr se hayan agotado
prácticamente; es decir, constituye una vía de provisión de ATP menos rápida pero de
mayor duración que la del sistema del fosfágeno, pudiendo brindar de 30 a 40 segundos de
actividad muscular máxima. Sin embargo, durante el ejercicio de intensidad elevada el
sistema se autorregula. La glucogenolisis se activa también al comienzo de la contracción
muscular59,60. Los incrementos de AMP y Pi activan la glucógeno fosforilasa, mientras que
los aumentos de ATP la inhiben.
El acetil-CoA formado ingresa en el ciclo del ácido cítrico (ciclo de los ácidos tricarboxílicos o
ciclo de Krebs) descomponiéndose en CO2 y átomos de hidrógeno que ingresan en el
sistema de transporte de electrones (cadena respiratoria); al final del sistema y en presencia
de oxígeno se forma agua y ATP. La reacción puede resumirse en:
16
3ADP + 3Pi + NADH + H+ + ½ O2 ÅÆ 3ATP + NAD+ + H2O
Tal y como se muestra en la figura 2.3, en cada vuelta del ciclo se producen por cada
molécula de acetil-CoA tres moléculas de nicotin-adenin-dinucleótido reducido (NADH), una
molécula de flavin-adenin-dinucleótideo reducido (FADH2) y una molécula de trifosfato de
guanosina (GTP), con regeneración del intermediario oxalacetato
CITOSOL
MEMBRANA MITOCONDRIAL
CoA⋅SH
Citrato
Acetil - CoA
1 2
Oxalacetato Aconitato
NADH + H+
8 2
NAD+
Malato Isocitrato
NAD+
CICLO DEL
7 3
ÁCIDO CÍTRICO NADH + H+
Fumarato Oxalsuccinato
FADH2
6 3
FAD
Succinato α - Cetoglutarato
5 4
GTP NAD+
Succinil - CoA
GDP + Pi NADH + H+
Figura 2.3.- Representación esquemática del ciclo del ácido cítrico. Los enzimas del ciclo están representados
por números: 1, citrato sintasa; 2, aconilasa; 3, isocitrato deshidrogenasa; 4, α-cetoglutarato deshidrogenasa; 5,
succinato thioquinasa; 6, succinato deshidrogenasa; 7, fumarasa; 8, malato deshidrogenasa. Modificado de
62
Murray RK, Granner DK, Mayes PA, Rodwell VW. 1988
17
debido a su mayor complejidad, el tiempo entre el comienzo del ejercicio y el punto en el que
este sistema está operando a su completo potencial es de alrededor de 45 segundos63.
Por tanto, la vía oxidativa es más lenta que la anaeróbica, de mayor duración y más
económica, liberándose cantidades considerables de energía. Así como el rendimiento de la
glucogenolisis anaeróbica es de 3 ATP, el de la oxidación del glucógeno es de 36 ATP. En
cuanto a la oxidación de los ácidos grasos se obtiene un total de ATP de 8.5n – 7, siendo n
el número de átomos de carbono.
Una vez que cesa la actividad muscular la glucogenolisis se detiene y la recuperación de las
reservas energéticas inmediatas se realiza exclusivamente por vía aeróbica. La reacción de
la CK funcionará reponiendo las reservas de PCr cuando la carga de energía de la célula
aumente y exista suficiente energía libre disponible para refosforilar Cr:
18
3. REGULACIÓN DE LOS SISTEMAS ENERGÉTICOS
La reacción de equilibrio de la CK cataliza una reacción que mantiene constantes los niveles
de ATP frente a demandas variables. La rotura de la PCr ofrece un tampón al potencial de
descenso de la [ATP] durante el ejercicio, de tal forma que el incremento de las demandas
de ATP debidas a la contracción muscular produce un desplazamiento en la reacción con
disminución de la [PCr] sin cambios en la [ATP] (y en la energía libre del ATP). Las
concentraciones de PCr y de creatina reflejan la posición del equilibrio; éste viene definido
por la constante de equilibrio (Keq) y las concentraciones de otros reactantes y productos:
Por lo tanto, la relación celular de [PCr] / [Cr] a un pH conocido proporciona una buena
medida de la relación [ATP] / [ADP]. La [PCr] es un indicador sensible del estado energético
de la célula, debido a que los cambios en los flujos de ATP causan desplazamientos en el
equilibrio de la CK que se reflejan en la [PCr] 65.
La reacción consume protones, siendo su consecuencia una breve alcalinización del pH (0.1
pH unidades) que se observa al inicio de la contracción, y su correspondiente acidificación
tras la contracción, que coincide con la resíntesis de la PCr66,67. Este esquema sugiere un
papel estabilizador del pH, de la reacción de la CK61.
19
La reacción de equilibrio de la CK ofrece, además, una vía para calcular la concentración
citoplasmática libre, metabólicamente activa, del ADP del músculo esquelético61:
HÍGADO MÚSCULO
Creatina Contracción
ATP ADP
CKc
Creatina Fosfocreatina
H2O CKem
Creatinina
ATP ADP
La refosforilización del ADP por la PCr permite que el ATP sea reutilizado para la
contracción; ésto lleva a su vez a un incremento de la concentración de Pi ([Pi]), que es
sustrato y activador del enzima glicolítico fosfofructoquinasa (PFK). Además se genera ADP,
señal de activación para la fosforilación oxidativa65.
20
El músculo contiene también altos niveles del enzima adenilatoquinasa (mioquinasa) que
cataliza una reacción de equilibrio que liga la formación de monofosfato de adenosina (AMP)
a la generación de ADP:
adenilatoquinasa
ADP + ADP ATP + AMP
2
Keq = [ATP] . [AMP] / [ADP] = 1.05 (pH = 7; pMg = 3)
Cuando la [ADP] se eleva, la [AMP] también se eleva a niveles que activan dos vías
metabólicas: glicólisis y consumo de glucosa68. Existe una interrelación evidente entre el
conjunto de los metabolitos fosforilados de la célula muscular. Asumiendo el equilibrio de las
reacciones de la mioquinasa y de la CK y un pH constante, es posible calcular cambios en
todos los metabolitos mencionados como funciones de una depleción neta de fosfatos de
alta energía o de producción de Pi.
21
La interrelación entre la carga energética de la célula y la velocidad de hidrólisis de ATP y
de su resíntesis durante el ejercicio permite definir aquella situación en la que la velocidad
de producción de ATP se iguala a la de su utilización, que es el estado-estable del ciclo de
energía. Si la carga energética se eleva o cae desde el estado-estable, el ATP, el ADP y el
AMP actúan como activadores o inhibidores alostéricos de las reacciones enzimáticas
involucradas en la degradación y utilización de PCr, carbohidratos y grasas.
Es importante mencionar también que, en general, los cambios en el ATP son mínimos. Sin
embargo, el Pi (de la hidrólisis neta de PCr), el ADP (proporcional a Cr / PCr) y la energía
libre disponible de la hidrólisis (∆ GATP) cambian; de hecho, el cambio en ∆ GATP es
directamente proporcional al cambio en la PCr69,70. Por tanto hay una estrecha relación lineal
entre la depleción de fosfágenos y la ∆ GATP. Asimismo, la ausencia de eliminación de ADP
y AMP por la mioquinasa y la AMP desaminasa debería hacer caer la ∆ GATP cuando ocurre
una depleción de ATP42.
Por otra parte, el conjunto de metabolitos fosforilados forman una red, relacionada por
reacciones de equilibrio, cuyo estado viene definido por la energía libre citoplasmática de la
hidrólisis de ATP, por el pH y por el contenido total de nucleótidos de adenina y de Cr. La
hidrólisis neta de fosfágenos origina en primer lugar en una caída lineal en ∆ GATP y
posteriormente un depleción total de los nucleótidos de adenina. Los cambios en esta red de
metabolitos, junto con los cambios en el pH y en el Ca2+ pueden explicar muchos de los
procesos de control que estabilizan el ATP en el músculo esquelético durante el ejercicio 42.
Las demandas de ATP pueden cambiar casi instantáneamente (en milisegundos). Mientras
que la activación mitocondrial (activación del consumo de oxígeno (VO2)) que parece estar
directamente relacionado con los cambios en estado citosólico de fosforilación, tarda más
tiempo en lograr un estado-estable (t1/2 entre 18-30 segundos en humanos71; en la glicólisis
el t1/2 de activación es muy corto, y está relacionado con la contracción muscular de manera
22
independiente al estado energético y además puede responder en milisegundos. Muchos
estudios han demostrado acumulaciones significativas de lactato en los primeros 15
segundos de actividad en todos los tipos de fibras72.
Además, esta vía puede interactuar con la mitocondria mediante distintos mecanismos.
Cambiando el estado de fosforilación en el citosol, al producir ATP que modifica la actividad
de la mitocondria; produciendo equivalentes reducidos (NADH, FADH2) que pueden servir
para estabilizar el estado redox mitocondrial; y produciendo piruvato que puede servir como
sustrato o fuente para los intermediarios del ciclo del ácido cítrico73.
23
está estrechamente controlada y directamente relacionada con la demanda energética, la
glicólisis y la glicogenolisis están menos estrechamente controladas. El flujo glicolítico en
exceso a la demanda mitocondrial lleva a la producción de lactato simplemente porque la
LDH tiene el más alto Vmax de los enzimas glicolíticos y debido a la Keq (3.6 .104 m-1) y ∆G (-
6.0 Kcal) de la conversión de piruvato a lactato favorece la formación del producto 51,73
24
activa (GPa), mediado a través del cíclico AMP (cAMP) e inducido por la epinefrina, es sin
embargo demasiado lento par explicar la rápida glicólisis durante el comienzo del ejercicio
intenso. La interconversión puede ser activada también por el Ca2+ liberado desde el retículo
sarcoplásmico, cuya concentración aumenta con la actividad muscular. Así la conversión
mediada por el cAMP liga la epinefrina circulante con la glucogenolisis; mientras que las
activación por el Ca2+, empareja la glucogenolisis durante el ejercicio con la contracción73
La fosforilación oxidativa debe ser rigurosamente coordinada para lograr las demandas de
ATP del citoplasma; este proceso constituye una cuestión central en el campo de la
25
bioenergética celular. Los parámetros más relevantes para el control del metabolismo
oxidativo incluyen no sólo la liberación del ADP y Pi por la ATP-asa, sino también del
oxígeno desde la circulación capilar y la liberación de sustrato para formar NADH, como
indica la ecuación ya referida con anterioridad, donde el valor de 3 es aproximado74,75:
26
propuesto el Ca2+ intracelular como activador de las deshidrogenadas
81,82
mitocondriales .
27
escribir [ADP]=K*[Pi]/[PCr] y la velocidad de la ecuación de Michaelis-Menten puede ser
simplificada como:
V / Vm = 1 / [1 + Kx / (Pi / PCr)]
donde Kx es una constante. Así, para músculo esquelético la variable reguladora ADP está
reflejada por el cociente Pi/PCr, para un bajo V/Vm. Esta aproximación ha sido la base de un
número de estudios, cuyo propósito fue examinar y extender a condiciones in vivo el
significado predictivo del modelo propuesto80,90.
El modelo ofrece una relación análoga a la ley de Ohm en un circuito eléctrico donde el flujo
neto a través de una reacción o secuencia de reacciones (intensidad) es igual al producto de
un coeficiente de conductancia (C) por la fuerza conductora o voltaje (V1 –V2): I = (V1 –V2)
. (C)70. Transformado en modelo químico de metabolismo oxidativo en el músculo, describe
la corriente como la ATPasa citosólica. El voltaje, como la diferencia entre la energía libre
citoplasmática de la hidrólisis de ATP y la energía libre potencial disponible por la
mitocondria y la PCr representa la carga almacenada en el capacitador70.
28
asumiendo el equilibrio de la CK y con [ATP] constante y [PCr]+[Cr]=[PCr]+[Pi]; sustituyendo
las ecuaciones se observa que:
Estas dos teorías son las más extensamente citadas. En parte, la continua controversia entre
estos modelos propuestos puede ser atribuida al hecho de que ambos pueden explicar
adecuadamente los cambios observados experimentalmente en los fosfatos de alta energía
que ocurren en el músculo esquelético durante el ejercicio en estado-estable o la
estimulación87. Sin embargo, estos modelos respiratorios pueden ser examinados manipulando
el pH muscular69; la razón que subyace a este planteamiento es la diferente dependencia del
pH de ambos reguladores propuestos: ADP y ∆ GATP.
29
ácido tricarboxílico. Esto descubre un importante papel para la carnitina, además de su
función en la translocación mitocondrial del grupo acil de cadena larga76.
Cambios en los niveles de Ca2+ citosólico y mitocondrial regulan también enzimas del ciclo
como isocitrato deshidrogenasa y 2-oxoglutarato deshidrogenada; además, determinan la
velocidad de aporte de equivalentes reducidos a la cadena de transporte de electrones y el
nivel resultante de citocromo-c reducido, que influirá en la velocidad de respiración
mitocondrial96,101-103.
En tanto que está bien establecido que la limitación de oxígeno ejerce efectos reguladores
sumamente importantes bajo condiciones de hipoxia e isquemia cuando las demandas
basales de ATP llegan a estar comprometidas, es menos claro si los niveles intracelulares
de oxígeno son siempre lo suficientemente bajos en condiciones de normoxia para limitar la
máxima producción mitocondiral de ATP.
30
mitocondrial, [NADm+]/[NADHm], emparejada al potencial de fosforilación citosólico,
[ATP]/[ADP] . [Pi]. Con este planteamiento la velocidad de la fosforilación oxidativa va a
depender de tres factores interrelacionados93 del [NADm+]/[NADHm] que depende de la
disponibilidad de sustrato y del estado del metabolismo intermediario; del [ATP]/[ADP] . [Pi]
citosólico determinado por la demanda celular de ATP; y, la concentración de oxígeno
molecular
Así, cuando el trabajo aumenta de intensidad, aumenta también la utilización de ATP y con
ella todos los cambios compensatorios enunciados para estimular la fosforilación oxidativa y
equilibrar la demanda al aporte. Si la PO2 intramuscular disminuye al mismo tiempo que
aumenta el trabajo, hay una contribución adicional al desequilibrio entre el aporte y la
utilización de ATP, lo que requerirá aún una mayor compensación para estimular la
fosforilación oxidativa. La unión entre la disminución de PO2 y el aumento en la producción
de lactato, es el hecho de que los cambios que llevan a una disminución del [ATP]/[ADP] .
[Pi] citosólico son a su vez potentes estímulos de la actividad glicolítica y además de la
producción de lactato104,105.
31
4. RESPUESTA METABOLICA CARDIOVASCULAR AL EJERCICIO
Tanto en reposo como durante el ejercicio, el aporte de oxígeno y sustratos a los tejidos está
asegurado por la función del sistema cardiovascular. El ejercicio aumenta las demandas
musculares de oxígeno de manera proporcional a la intensidad del ejercicio. El VO2 en los
tejidos está determinado por la velocidad a la que es transportado a los mismos, la
capacidad de transporte de oxígeno por la sangre, y la cantidad de oxígeno extraído por los
tejidos. Viene expresado por el principio de Fick como sigue:
La respuesta metabólica del organismo puede estudiarse a través de la medición del VO2.
Una respuesta en estado-estable puede usarse para representar el coste calórico, o el coste
de oxígeno, con tal de que todo el ATP requerido para el ejercicio sea suplido por la
respiración. Se considera que existe una condición de VO2 en “estado-estable” cuando
durante el ejercicio son constantes el VO2 submáximo y la concentración de lactato51.
El VO2 es también una medida adecuada del flujo metabólico cuando como consecuencia
del ejercicio aparece lactato en sangre. El lactato representa simplemente el vehículo para
transportar energía química potencial de una lugar a otro del organismo. En este caso, la
acumulación, y no la producción de lactato, representa la producción anaeróbica de energía
(1mM de ATP producido/mM de lactato acumulado). En términos de producción neta de
energía, el componente anaeróbico de lactato acumulado es pequeño en relación al del
metabolismo oxidativo51
32
4.1.1.1. Déficit y deuda de oxígeno.
Durante mucho tiempo se ha mantenido que el VO2 al comienzo del ejercicio era inadecuado
para lograr las demandas energéticas por lo que se producía un “déficit”, para el que el
organismo utilizaba sus reservas energéticas (o créditos). Tras el ejercicio el organismo
debía pagar sus “créditos” y el oxígeno extra consumido por encima del nivel de reposo
durante la recuperación era referido como “deuda”. Esta deuda fue estimada como una
medida del metabolismo anaeróbico durante el ejercicio. En todo caso, el retorno del VO2 a
los valores de reposo no se produce de forma inmediata sino más bien de forma curvilínea,
bien compuesta por un componente exponencial tras el ejercicio medio, o por dos
componentes exponenciales después de un ejercicio intenso51.
Actualmente se considera que la causa del VO2 post-ejercicio es el disturbio general que
ocasiona el ejercicio sobre la homeostasis celular, a través de distintos mecanismos: un
aumento de la temperatura tisular, un aumento de Ca2+ en la mitocondria tras el ejercicio,
cambios en los niveles de metabolitos y hormonas (aumento de ácidos grasos,
norepinefrina, catecolaminas, aumento de la permeabilidad de la membrana celular al Na+ y
al K+, hormona tiroidea, y glucocorticoides), pueden contribuir en parte al exceso de VO2
post-ejercicio.
33
constituye una vía importante de metabolismo como hemos comentado. Además, el lactato
puede también servir como precursor gluconeogénico o incorporarse a los aminoácidos y las
proteínas. La oxidación de lactato no origina en sí misma un elevado VO2 ya que sustituye a
otras sustancias como fuente de energía51.
Por tanto, el aumento de lactato durante el ejercicio significa que los mecanismos de
eliminación del mismo son inadecuados para acomodar el aumento en la producción de
lactato en el músculo y otros tejidos. Durante un ejercicio que demanda continuamente un
incremento en la potencia, la producción y liberación de lactato en sangre es más rápida que
el mecanismo de eliminación. Sin embargo, durante un ejercicio continuo submáximo los
niveles pueden estabilizarse o descender cuando los mecanismos de eliminación
compensan la producción aumentada51.
El consumo máximo de oxígeno (VO2max) puede ser definido como el más alto nivel
alcanzable de VO2 a pesar de aumentar la intensidad del ejercicio o la potencia. Cuando en
un ejercicio la intensidad se incrementa gradualmente del reposo hasta un nivel máximo, se
34
produce un aumento del VS durante la fase temprana, y un incremento casi lineal de la FC y
de la dif O2 (a-v) . Así, el VO2 pasa de un valor de 0.25 l/min en reposo a una valor que se
sitúa alrededor de los 3.0 l/min (varón, sedentario, 70 Kg de peso) o (43 ml/Kg/min) al
ejercicio máximo y que puede aumentar con el entrenamiento. El incremento del gasto
cardiaco se aproxima a 5 l/min por cada l/min de VO251.
El gasto cardíaco y la dif O2 (a-v) están relacionados. La dif O2 (a-v) depende de la velocidad
de difusión de oxígeno de la sangre hacia la célula y de la capacidad de la mitocondria para
usar el oxígeno. Pero también depende del flujo sanguíneo al tejido, y de la curva de
disociación de la hemoglobina, hemoglobina y mioglobina. Al aumentar la intensidad del
ejercicio a un nivel máximo, la extracción de oxígeno se incrementa en los músculos activos
y a la redistribución sanguínea origina una dif O2 (a-v) máxima de alrededor de 170 ml/O2 /L
de sangre.
35
4.1.3. Control del consumo de oxigeno y cinética de utilización
El ejercicio induce también un aumento en el flujo sanguíneo muscular (QM) que se refleja
instantáneamente en un aumento del flujo sanguíneo pulmonar (Qp). Este reflejará también
la perfusión proporcional a órganos y tejidos no activos y al volumen venoso vascular
situado entre los músculos activos y el pulmón. Además, el tiempo de tránsito entre el lecho
vascular muscular y el pulmonar hace que la influencia del contenido venoso muscular
(CVmO2) sobre el contenido de oxígeno en sangre venosa central (CVO2) se encuentre
retrasada.
36
donde δ es el término de retraso asociado con el tiempo de tránsito entre el lecho vascular
muscular y pulmonar, es decir de componente “cardiodinámico” de la respuesta del VO2, y τ
es la constante de tiempo del VO2 (Fig. 4.1).
Aunque la determinación del VO2ms tiene sus limitaciones asociadas fundamentalmente con
las técnicas utilizadas para este propósito, el modelo temporal de respuesta de la [PCr] en
31
músculo humano, estimada por P espectroscopia en resonancia magnética nuclear (31P-
RMN)78,108,109, y su emparejada exponencialidad con VO2ms en otras especies78, soportan la
aseveración de que la respuesta del VO2ms en humanos es monoexponencial durante el
ejercicio moderado.
110
Figura 4.1. Modificado de Rossiter H.B.,1999 . Las respuestas de VPO2 y [PCr] a un cambio de intensidad
moderada en el “work rate” para un sujeto. Las respuestas se superponen para mostrar la diferencia , caso A, y
la similitud, caso B de las mismas. A, muestra el VPO2 (•) ajustado a una monoexponencial. En B, se muestra el
desfase en el tiempo de tránsito entre el lecho vascular muscular y pulmonar
Aunque la τVO2 y la τPCr varían ampliamente entre sujetos, no hay diferencias significativas
entre ellas, ni entre el inicio del ejercicio (fase tránsito on, déficit de oxígeno) y la
37
recuperación inmediata (fase off , o de deuda de oxígeno). La τVO2 se encuentra entre los
30–40 segundos entre individuos jóvenes y sanos, y puede enlentecerse experimentalmente
76,78,111
(β-bloqueantes) . Tiende a ser más corta en sujetos entrenados y apreciablemente
más larga en sujetos sedentarios, ancianos, y pacientes con enfermedad
cardiorrespiratoria112. Además, no difiere apreciablemente entre intensidades de trabajo de
rango moderado; es decir, que la elevación transitoria temprana en el lactato sanguíneo
arterial (L-), frecuente a estas intensidades de esfuerzo, no parece influir de forma
significativa en la respuesta de VO2.78
La demostración de este curso exponencial del VO2ms durante el ejercicio apoya la discusión
de que la cinética del VO2ms esté determinada predominantemente, si no exclusivamente,
por mecanismos intracelulares78. Los mecanismos precisos que controlan la cinética
respiratoria muscular no están bien establecidos, aunque se han propuesto diversos
modelos de control (control por PCr, ADP, potencial de fosforilación, sustratos, disponibilidad
de oxígeno), como se ha expuesto previamente en el capítulo 3 .
En ejercicios cuya intensidad resulta en acidosis láctica, por encima del UL, las cinéticas de
VO2ms y de VO2 resultan más complejas78.
38
segunda fase del ejercicio moderado113,115, y se proyecta a un valor asintótico de estado-
estable. Hay una marcada asimetría entre el comienzo (tránsito on) y la finalización (tránsito
off) de la cinética de VO2; sin embargo, el tránsito off permanece bien descrito por la función
monoexponencial aunque ligeramente más lenta que para el ejercicio moderado113(Fig. 4.2).
113
Figura 4.2. Modificado de Özyner F., 2001 Perfiles de tránsito ON y OFF en perfiles de ejercicio severo (S),
muy intenso (VH), intenso (H) y moderado (M), para un sujeto.
Hay una “potencia crítica” que demarca los ejercicios intensos de los muy intensos, que se
corresponde con la más alta intensidad de trabajo a la cual puede alcanzarse un VO2 en
estado-estable, y coincide con la más alta intensidad de ejercicio en la cual L- arterial y la
concentración de hidrogeniones [H+] no continúan elevándose con el trabajo78. A más altas
intensidades (trabajo muy intenso) de ejercicio el componente lento de VO2 proyecta su
respuesta hacia el VO2max y la fatiga que resulta cuando se alcanza este punto. La adecuada
caracterización de la cinética del tránsito off requiere una doble exponencial113
39
Los mecanismos que controlan los componentes fundamental y lento de la respuesta de
VO2 por encima del umbral de lactato se encuentran en discusión(lactato sanguíneo,
reclutamiento progresivo adicional, de fibras musculares rápidas, aumento del trabajo de la
musculatura respiratoria y cardíaca). Sin embargo, se recoge en la literatura que la τ VO2
fundamental es similar al de la fase segunda del ejercicio moderado (por debajo del umbral
de lactato con τ VO2 y τ[PCr] estrechamente emparejadas, lo que sugiere un control del
ejercicio por la respiración mitocondrial78,113
40
4.2.2. Respuestas cardiovasculares al ejercicio
El objetivo del sistema cardiovascular es aumentar el flujo de sangre hacia los músculos en
actividad lo que se consigue incrementando la presión sanguínea de perfusión, que depende
inevitablemente de la presión arterial media. La presión arterial media (PAM) es igual al
gasto cardíaco (Q) multiplicado por las resistencias periféricas totales (RPT):
Con el ejercicio las resistencias vasculares periféricas disminuyen por la vasodilatación que
ocurre en el músculo activo. Desde el reposo al ejercicio máximo la caída en resistencias se
sitúa entre el 50-60% del valor de reposo. Estos cambios vasculares acomodan la elevación
del gasto cardíaco en 7 a 8 veces, con sólo un ligero aumento en la presión arterial media 51.
En una fase inicial del ejercicio aumenta el VS a expensas de la precarga. A medida que
aumenta la intensidad, los valores se estabilizan alcanzando una meseta aproximadamente
al 50% del VO2. A máxima intensidad, el incremento del gasto cardíaco se produce
prácticamente a expensas únicamente del aumento de la FC. Las modificaciones en el
volumen telediastólico y telesistólico conducen a un aumento progresivo en la fracción de
eyección51.
41
4.2.2.2. Redistribución del flujo sanguíneo
Durante el ejercicio, la sangre se redistribuye desde los tejidos inactivos a los tejidos activos
(músculos en actividad); el equilibrio entre los requerimientos para mantener la presión
sanguínea y los circulatorios de otros tejidos determinan el flujo sanguíneo muscular. Ciertas
áreas tienen un flujo sanguíneo preferente, como el cerebro y el corazón, lo que se
interpreta como un “mecanismo protector” asociado con la regulación circulatoria que
previene de la isquemia coronaria y del sistema nervioso central y mantiene el volumen
sanguíneo central. Durante el ejercicio estos mecanismos condicionaran el flujo sanguíneo a
los músculos cuando no pueden lograr simultáneamente las necesidades del corazón,
sistema nervioso central, músculos activos, pulmones y sistema termorregulador. Estas
modificaciones sobre el flujo sanguíneo limitan la intensidad del ejercicio así que el gasto
cardíaco máximo se logra sin que el corazón y los músculos alcancen el metabolismo
anaerobio para sostener el ejercicio117
42
También produce retención de agua y sales en el riñón incrementando así el volumen
sanguíneo51.
Toda la información disponible parece indicar que el aumento de flujo inducido por el
ejercicio al músculo esquelético es consecuencia de un sistema de control vascular local
dentro del músculo esquelético.
El flujo en el músculo esquelético es bajo en reposo (5-10 ml. min-1 . 100 g-1) debido al alto
tono vasomotor que hace posible una respuesta vascular graduada, que regula la perfusión
capilar en proporción a las demandas metabólicas cuando aumenta la actividad muscular. El
aumento de flujo observado al inicio de la actividad rítmica muscular se denomina hiperemia
(a veces hiperemia funcional o activa)118. Los mecanismos de control relacionados con esta
hiperemia incluyen un control metabólico, un control mediado por el endotelio, un control
miogénico, y la bomba muscular119,120.
43
musculares durante la contracción rítmica rellenándose la bomba durante la relajación
muscular119.
Dependiendo de la intensidad de trabajo el nivel del flujo sanguíneo se estabiliza entre los
30 – 90 segundos. En esta fase de estado-estable, otros métodos aparte de los ultrasonidos
como la termodilución122 pueden usarse para la determinación precisa del flujo sanguíneo.
Independientemente de la capacidad de ejercicio individual y del estado de entrenamiento la
intensidad del flujo sanguíneo está determinada primariamente por la potencia del ejercicio.
Cuando se realiza un ejercicio con una pequeña masa muscular los factores vasodilatadores
locales tienen una influencia predominante sobre la regulación del flujo. Cuando el ejercicio
realizado es intenso y están involucradas grandes masas musculares aunque los factores
44
locales que inducen una hiperemia son muy pronunciados su efecto es atenuado por la
actividad creciente del sistema nervioso simpático en su papel de vasoconstrictor120.
Si se utiliza como condición de control una modalidad diferente de ejercicio ,por ejemplo una
presión negativa aplicada sobre la región inferior del organismo mientras se efectúa un
ejercicio de bicicleta en supino, la oclusión vascular sobre una pierna sobreañadida a un
ejercicio de brazo antes de un ejercicio intenso; o el posicionamiento del brazo por debajo
del nivel cardíaco (comparado con posicionamiento superior) en un ejercicio de antebrazo
mejoran la cinética y no excluyen la limitación76.
45
Las limitaciones de la técnica utilizada para la estimación de la cinética del VO2ms
contribuyen a esta confusión.
Estudios que han utilizado la estimación del VO2ms a través de la determinación de la fase 2
del VO2 alveolar, han mostrado que la interrelación entre ambas es sensible a las diferencias
en las cinéticas de flujo de sangre muscular; y por tanto las estimaciones de VO2ms deberían
ser tomadas con precaución cuando la adaptación a la perfusión muscular difiere del
VO2ms76,94.
Si la estimación del VO2ms se hace a través del principio de Fick en un ejercicio voluntario, la
mezcla de sangre proveniente de músculos activos y no activos 46, puede introducir errores
en la estimación de la diferencia arterio-venosa de oxígeno de músculos involucrados en el
ejercicio. La heterogeneidad del reclutamiento motor y del aporte vascular pueden contribuir
a esta diferencia. Sin embargo, la estimulación eléctrica que recluta todas la fibras
musculares puede asegurar todo el aporte de sangre desde el músculo activo76.
46
adaptaciones metabólicas. Los resultados podrían indicar en principio que el aporte de
oxígeno al músculo activo es adecuado al comienzo del ejercicio para lograr las demandas
musculares, en tanto que el transporte de oxigeno parece lograr un estado-estable antes
que el VO276.
Sin embargo, el transporte de oxígeno puede no representar el flujo sanguíneo que llega al
músculo activo. Circunstancias en el ejercicio que aumentan el flujo sanguíneo aumentan a
su vez el VO2ms, aunque la respuesta cinética vascular sigue siendo más rápida. Esto indica
una sensibilidad de la cinética del VO2ms a la adaptación del flujo en estas circunstancias y
sugieren una diferente distribución en el flujo que va a fibras musculares activas frente a las
inactivas.
Así, para lograr un apropiado ajuste del flujo a la demanda, es requerido un mecanismo de
regulación local (combinado de bomba muscular y vasodilatación) que reduzca el flujo de
zonas hiperperfundidas e incremente el flujo de unidades vasculares hipoperfundidas76.
Las similitudes entre las cinéticas de la PCr y las de VO2 o VO2ms tanto en modelos
experimentales con animales o con humanos a través de un rango de intensidades de
trabajo94,126-128 se interpretan como evidencia de que los controladores metabólicos
determinan la velocidad de adaptación del VO270. Esta interpretación puede ser válida en
condiciones en que el O2 está presente en cantidades saturantes, pero no confirma que el
aporte de O2 sea adecuado76.
47
de PCr para compensar un mayor déficit de O2 frente a una mínima contribución de la
glycolisis anaerobia76.
La observación de diferentes niveles de PCr para la mismo VO2ms o VO2 bajo diferentes
condiciones de oxigenación arterial indica que el O2 puede ejercer un efecto modulador
sobre, o asociados con, el nivel de controladores metabólicos requeridos para lograr una
velocidad de respiración mitocondrial determinada129.
48
5. ESPECTROSCOPIA DEL FOSFORO-31 EN RESONANCIA MAGNETICA NUCLEAR
La generación de la señal de RMN puede ser inducida en ciertos núcleos atómicos que
poseen la propiedad llamada "spin" o de movimiento de rotación sobre su eje, y en cuanto
que son cargas en movimiento tienen asociado un momento magnético (µ). La aplicación de
un campo magnético externo B0, hace que estos núcleos sean alineados en orientaciones
específicas que representan niveles energéticos diferentes, determinadas por el número
quántico de spin I (Figura 5.1). En su interacción con el campo, los momentos magnéticos
nucleares se ven sometidos a un par de fuerzas que les obliga a girar en la dirección del
campo en un movimiento conocido como de precesión de Larmor132.
49
La perturbación necesaria para la generación de la señal RMN se logra cuando la muestra
se irradia con una radiofrecuencia exactamente igual a la frecuencia de Larmor del sistema.
Una vez desconectado el campo magnético oscilante B1, el componente neto de
magnetización vuelve gradualmente a su orientación original. Esto se refleja en la
disminución en amplitud que irá experimentando la señal de RMN y se manifiesta como una
corriente oscilante decreciente inducida en la bobina receptora. La señal inducida (Free
Induction Decay: FID) es la autentica señal de RMN133.
Figura 5.2 La suma de FIDs se transforma al dominio de la frecuencia para obtener el espectro
50
a acumular varias señales de FID de una misma muestra, como recurso para aumentar la
relación señal/ruido. Si se aplican pulsos sucesivos antes de que la magnetización
longitudinal esté totalmente recuperada, ocurre un efecto de “saturación nuclear”, este
efecto no es el mismo para todos los metabolitos, y debe ser tenido en cuenta para aplicar
factores de corrección a los datos134.
51
5.2. LA ESPECTROSCOPÍA DE RESONANCIA MAGNÉTICA NUCLEAR DE FÓSFORO 31
PARA EL ESTUDIO DEL MÚSCULO ESQUELETICO
31
La elección del fósforo P como isótopo para el estudio RMN del músculo presenta
1
múltiples ventajas :
31
5.3. P–RMN ESPECTRO DEL MÚSCULO ESQUELETICO
31
El espectro de P–RMN obtenido del músculo registra señales de los metabolitos
fosforilados con un papel central en el metabolismo energético in vivo. Por su carácter no
invasivo, se ha mostrado particularmente útil para monitorizar de forma seriada el
metabolismo muscular glicolítico y oxidativo durante el reposo, el ejercicio y la recuperación.
31
El espectro muscular de P–RMN contiene cinco picos principales, cuyas posiciones
relativas se encuentran referidas en la escala δ, a la posición que ocupa la señal
considerada como referencia. En tal espectro, el eje X representa la frecuencia relativa y el
eje Y la magnitud de la señal RMN. (Fig 5.3)
52
Figura 5.3 Espectro típico obtenido por RMN
• La señal de Pi muestra una dependencia clara respecto al pH del medio, dado que su
valor de pk=6.75 se encuentra en el intervalo en que se producen las variaciones
fisiológicas de pH6. A los valores de pH fisiológicos las especies presentes de Pi serán
H2PO4- y HPO42-, y la proporción de cada una de ellas viene determinada por el pH del
medio, de acuerdo con la expresión de Henderson - Hasselbach:
53
El diferente entorno químico en que se encuentra el núcleo de fósforo en cada una de
esas dos especies, hace que su señal se produzca a diferentes valores de la escala δ
para cada una de ellas, siendo la separación entre estas diferentes señales de 2.4 ppm.
Sin embargo, el rápido intercambio en el que se encuentran ambas especies, no
permite la observación individualizada por RMN de cada una de ellas y en su lugar
aparece una única señal en posición intermedia entre ambas. La posición exacta de
esta señal depende de la proporción de cada una de ellas134.
• Este fenómeno es de gran utilidad en la determinación del pHi, una de las aplicaciones
de la espectroscopia in vivo de P31. Sustituyendo las concentraciones de cada especie
por valores de desplazamiento químico del Pi en la expresión de Henderson -
Hasselbach, resulta pHi = pk + log [δ-δ2 / δ1-δ]; donde pk=6.75; y δ es el valor de
desplazamiento químico observado para la señal de Pi; δ1 y δ2 son los valores de
desplazamiento químico del H2PO4- y al HPO42-, respectivamente pHi = 6.75pk + log [δ-
3.27 / 5.69-δ] Fórmula de Radda136.
• Los tres grupos α, ß, y γ del ATP libre. Los picos de los grupos α y ß del ADP libre y el
del NAD se superponen a los del ATP α y ATPγ y sólo el pico del ATP ß es
representativo de la concentración intramuscular en ATP libre. Así para la estimación
del contenido de ATP de las células en estudio, se elige la banda ß del ATP, dado que
éste aparece en una región muy limpia del espectro134.
54
Además de las variaciones en el pHi otra condición fisiológica puede afectar las posiciones
de resonancia, es el contenido celular de magnesio. En particular, la frecuencia de
resonancia del ATP ß puede ser sensible a la unión al Mg2 137,138
y cambios en la [Mg2+]
como resultado del ejercicio o de patologías pueden hacer variar la frecuencia de resonancia
del ATP.
No todos los compuestos que contienen fósforo producen una señal visible en el espectro
RMN. Los metabolitos presentes a concentraciones de al menos 1 mM producen picos
suficientemente estrechos y con una relación señal/ruido suficiente para hacerse visibles.
Esto significa que en gran medida el fosfato mitocondrial puede ser invisible y que las
señales proceden fundamentalmente del citosol. Componentes fosforilados, normalmente en
el rango micromolar, tales como el ADP o AMP, no se presentan en suficiente cantidad para
su medición directa. Los niveles de estos metabolitos pueden solamente ser cuantificados
de forma indirecta usando niveles de metabolitos medibles y constantes de equilibrio
químico1.
Además de su concentración, es preciso tener en cuenta que sólo los metabolitos que están
31
libres, y no los asociados a estructuras macromoleculares o subcelulares, son visibles por
P- RMN. Esto explica que las estimaciones cuantitativas de estos metabolitos no siempre
31
coinciden con las obtenidas por métodos invasivos. Tanto éstos, como la P- NMR ofrecen
resultados similares en el contenido de ATP muscular; por lo que se asume que este
componente es completamente visible en el tejido139. Sin embargo el nivel de PCr es
relativamente más alto en 31 P- RMN, siendo atribuida esta diferencia a la rotura rápida de la
PCr por la reacción de la CK durante el procedimiento de toma de muestra136; además el
nivel de PCr se considera también completamente visible en RMN.
55
La contribución de otras fuentes de fósforo al espectro muscular es escasa y esto por varias
razones: El fosfato óseo está altamente inmovilizado, y la señal que puede ser detectada es
tan ancha que no produce una contribución efectiva al espectro. La concentración de fósforo
en el espacio extracelular constituye el 10% del volumen del tejido total, y su contribución es
despreciable en el espectro observado. No hay una significativa contribución desde la
sangre, pues la señal de 2,3-difosfoglicerato no puede ser vistas en el espectro6. La piel y la
grasa no producen señal significativa, pero en este caso es debido a la extremadamente
pequeña cantidad de metabolitos energéticos fosforilados presentes en esos tejidos
metabólicamente inactivos142.
31
La información obtenida del espectro P–RMN es tanto cualitativa (identificación de
metabolitos) como cuantitativa (medida de concentraciones).
Expresada esta relación PCr/S, Pi/S, ATPβ/S; se pueden cuantificar las concentraciones
relativas de cada metabolito de acuerdo con el mismo estándar interno. Además se puede
determinar la concentración de cualquiera de estos metabolitos en relación a sus valores de
reposo1.
La 31P–RMN permite también calcular los niveles absolutos de estos metabolitos; y debido a
la complejidad relacionada con el uso de una señal de calibración externa, la mayoría de los
estudios usan el pico de ATP como estándar interno. Las concentraciones metabólicas
derivan entonces de la razón entre los picos relevantes y el pico de ATP (PCr/ATPβ,
Pi/ATPβ). Sin embargo estos cálculos requieren ciertas asunciones. Se asume que la
concentración media de ATP en músculo esquelético es de 8.2 mmol/L de agua
56
intracelular61; que la concentración total de Cr es de 42.5 mmol/L de agua intracelular; el PCr
+ Pi es igual a 42.2 mmol/L de agua intracelular; y que estos componentes están
uniformemente distribuidos a través de 670 cm3 de agua intracelular; y que no hay cambio
en la Cr total durante el ejercicio. Se da un valor de 1.66 x 109 mol-1 61
para la constante de
equilibrio (Keq) de la reacción de la CK, calculada a pHi de 7, temperatura de 38º C, fuerza
2+
iónica de 0.25 y asumiendo 1 mmol de Mg . Como la reacción de la CK se mantiene
61
probablemente cercana al equilibrio , el valor de la razón de acción de masas se
aproximará a esta constante. Todas las asunciones anteriores permiten además calcular el
31
nivel de ADP y de la energía de libre (∆GATP) a pesar de que el espectro de P–RMN no
permite la determinación del pico correspondiente.
Los campos utilizados en resonancia magnética nuclear pueden ser creados por imanes
permanentes o bien por corrientes eléctricas. Los imanes permanentes logran el campo
magnético acumulando material que tiene de por sí propiedades magnéticas naturales. El
principal inconveniente que ofrecen es que los campos magnéticos posibles no sobrepasan
los 0.3 Teslas. Los electroimanes, es decir, aquellos que logran el campo magnético
mediante el paso de la corriente se dividen en dos tipos: el resistivo y el superconductivo.
Con el resistivo no se suelen superar fuerzas de campo superiores a 0.4 Teslas, en ellos su
problema principal es lograr una buena estabilidad del campo magnético.
57
El otro tipo de electroimanes es el superconductivo, basado en aprovechar las propiedades
de ciertos materiales (titanio) que, enfriados a temperaturas cercanas a cero absoluto, se
convierten en superconductores; es decir, pierden toda resistencia al paso de una corriente
eléctrica, con lo que se asegura un campo magnético permanente sin gasto eléctrico pero
con el coste que significa mantener el conductor a tan bajas temperaturas, lo cual se logra
mediante helio y nitrógeno. Los electroimanes superconductivos (solenoides) logran campos
magnéticos más elevados que los otros tipos de tomógrafos, consiguiendo una estabilidad
muy buena y siendo los utilizados en espectroscopia in vivo. Uno de los problemas prácticos
en cuanto al campo magnético es lograr en el volumen de exploración, la mejor uniformidad
del campo magnético. Esto se realiza mediante el diseño del conductor. Normalmente se
utiliza el diseño en solenoide o en anillos143.
Los sistemas de RMN utilizados comúnmente en clínica operan en su mayoría a 1.5 Teslas
y se destinan para usar el núcleo de 1H para la obtención de imágenes. Para efectuar 31
P–
RMN con estos sistemas se requiere un hardware y un software adicional y una bobina de
radiofrecuencia especializada; y para optimizar la prestación un segundo canal de
radiofrecuencia.
31
El P–RMN de músculo esquelético puede efectuarse también usando sistemas de RMN
experimentales con fuerzas de campo de hasta 4.7 Teslas pero el espacio en el interior del
imán es muy limitado. Estos modelos permiten solamente el estudio de las regiones más
dístales de las extremidades (antebrazo, pantorrilla) y en la mayoría de los casos una
posición fija horizontal del miembro, mientras que los sistemas clínicos con mayor espacio
permiten una mayor libertad en la posición61.
58
La principal ventaja de la utilización de fuerzas de campo más intensas es la mejoría en la
sensibilidad y en la resolución espectral; de modo que puede esperarse que la aplicación de
31
P–RMN in vivo al músculo esquelético humano con fuerzas de campo superiores (7 o 8
Teslas) permitirá el estudio más preciso del metabolismo muscular en el futuro
Para la localización del VDI se utilizan dispositivos conocidos como bobinas de superficie (o
antenas de superficie). Básicamente se trata de utilizar una bobina de material conductor,
que se dispone en la superficie del organismo en estudio, de forma que el órgano o tejido
del que se pretende recoger la señal de RMN quede centrado con la citada bobina. Las
dimensiones de la bobina están adaptadas a las dimensiones del tejido a estudiar (ej:
músculo) y muestrean selectivamente un área de un diámetro aproximadamente igual al de
la bobina y de una profundidad igual a su radio (semiesfera). (Figura 5.5) El volumen y la
59
localización espacial del tejido examinado puede variar cambiando el tamaño y la
localización de la bobina y/o alterando los límites regionales del área del campo homogéneo
dentro del hueco central del imán superconductor1,147.
Figura 5.5 Región espacial cuya señal RMN puede ser detectada por una bobina de superficie.
Uno de los principales inconvenientes del sistema es que la localización espacial que
consiguen es limitada y puede detectarse la señal de cualquier tejido que se encuentre
dentro de la zona sensible de la bobina. Esto justifica que este método de localización se
restrinja al estudio de tejidos y órganos periféricos. Las bobinas pueden ser empleadas no
sólo para la detección de la señal sino también como emisores de radiofrecuencia para la
excitación de la muestra. Lamentablemente la radiofrecuencia emitida es esencialmente no
homogénea, por lo que los spines de la muestra sufren distintos influjos de
radiofrecuencia134.
Con objeto de permitir una excitación más uniforme se aplica a la muestra distintas formas
de excitación (trenes de frecuencia, como el AHP (adiabatic half passage, tren de pulsos
que permite un excitación uniforme de 90º) y el AFP (adiabatic full passage, tren de pulsos
que permite un excitación uniforme de 180º). Nuevas técnicas de excitación como el BIR-1 y
BIR-4, que son pulsos adiabáticos compuestos permiten excitaciones uniformes para
cualquier ángulo deseado148.
60
fina lámina paralela a la superficie de la bobina, lo cual logra una mayor homogeneidad en el
VDI149. El mismo objetivo tienen las secuencias: VSE (Volume-selective excitation) la cual
permite seleccionar un VDI de forma cúbica, mediante tres gradientes de campo
ortogonales; SPACE (Spatial and Chemical Shift Encoged Exitation); SPARS (Spatially
Resolved Spectroscopy); PRESS (Point resolved spectroscopy); STEAM (Stimulated echo
adquisition mode).
Aunque estas aproximaciones son convenientes y sensibles, a veces es necesaria una mas
precisa localización espacial1. Así, se han desarrollado técnicas de gradiente de campo
magnético que permiten seleccionar un área particular en el tejido y obtener múltiples
espectros RMN de esa zona específica. Una técnica es la conocida como ISIS (“Image
Selected In vivo Spectroscopy”)150,151. Este método de localización espacial se basa en
extender a tres dimensiones la secuencia DRESS, lo que permite seleccionar las
dimensiones del VDI y posicionarlo sobre la imagen MRI estándar.
Mejores localizaciones en tejidos profundos se han obtenido a través del uso de bobinas
implantadas. Pequeñas bobinas de superficie son implantadas en los órganos de interés, y
así los espectros se pueden obtener en regiones más localizadas. Se han llegado a
desarrollar microbobinas (< 1mm de diámetro) que insertadas vía catéter permiten espectros
de volúmenes sumamente pequeños. Con modificaciones estas microbobinas pueden
utilizar las mismas técnicas de localización que las usadas con bobinas grandes152.
61
5.7.3. Cinéticas de reacciones químicas in vivo por 31P magnetization transfer
31
Además de las aplicaciones comentadas la P-RMN ofrece la única posibilidad de
determinar los flujos en vías bioquímicas in vivo por el método de transferencia de
magnetización153,154. La técnica involucra la perturbación de la magnetización de un sistema
de spin nuclear en un componente particular, y monitoriza cómo la influencia de esta
perturbación influye en la magnetización nuclear de este sistema de spin presente en otro
componente con el cual se encuentra en intercambio químico. Esta técnica es comúnmente
llamada traspaso de saturación (saturation transfer). Con éste método es posible estimar las
constantes de velocidad de la reacción de la CK, y así el flujo a través de esta reacción
136,154
. La técnica ha sido aplicada en músculo de animales y en músculo esquelético
humano. En ambos tipos de estudios de ha demostrado el equilibrio de la reacción de la CK,
y que el flujo a través de esta reacción es más rápido que la velocidad de intercambio del
ATP; y que este valor fue similar o incluso más alto durante el ejercicio155.
62
bajo condiciones controladas, aunque estas restricciones no se aplican a los miembros. Se
ha limitado la exposición a gradientes de campo para evitar la estimulación nervios
periféricos y músculos, particularmente el músculo cardiaco, por corrientes eléctricas
inducidas magnéticamente. La exposición a campos de radiofrecuencia está limitada para
evitar el excesivo calentamiento de los tejidos. Los protocolos utilizados en la rutina clínica
cumplen mayoritariamente estas recomendaciones17.
Una importante consideración sobre seguridad se origina por los materiales ferromagnéticos
situados en las proximidades del equipo de RMN. Es muy fácil que herramientas, llaves,
tijeras u otros objetos metálicos, se nos escapen de las manos debido a la intensidad de los
campos electromagnéticos, y se conviertan en peligrosos proyectiles. De forma similar, hay
que tener especiales precauciones cuando el sujeto tiene objetos metálicos en el cuerpo,
como clips metálicos, prótesis de cadera, marcapasos o metralla; generalmente la
exposición está contraindicada en estos sujetos. Aunque no se ha demostrado un efecto
dañino conocido sobre el feto, se restringe su uso en embarazadas de menos de tres
meses, a menos que haya una prescripción médica para ello. El NRPB recomienda que los
pacientes que son expuestos a exámenes de RMN deberían contar con la aprobación
médica de que su uso originará un probable beneficio neto para el paciente, o que forma
parte de un proyecto de investigación aprobado por un comité local de ética17.
63
6. CAMBIOS METABÓLICOS MUSCULARES: ESTUDIOS CON 31P-RMN
64
El Pi se transporta al interior de la mitocondria y por la reacción de la ATPasa eliminándose
del citoplasma. Por eso, es frecuente encontrar valores altos de Pi en músculos de
pacientes con enfermedades mitocondriales primarias, pero también en trastornos tales
como distrofias musculares, miopatías inflamatorias, lesiones musculares y denervación. En
estas situaciones puede estar implicada una disfunción mitocondrial secundaria asociada
con la degeneración de la célula muscular, pero otros mecanismos pueden ser también
importantes159,160.
31
Así, durante el ejercicio, la P-RMN muestra que la concentración de ATP permanece
estable, mientras que la PCr cae, y que el Pi producido por la hidrólisis de ATP aumenta de
65
forma inversa. El ADP citosólico calculado también se eleva inicialmente aunque puede
descender si el pHi disminuye. El pHi puede descender por activación de la glicolisis y la
producción de lactato161. El ejercicio intenso puede producir una severa acidosis intracelular
(pHi < 6).
La interrelación teórica entre trabajo y Pi/PCr fue también calculada para condiciones donde
el controlador metabólico no es sólo el ADP (ej: oxígeno, Pi, NaDH).
66
estado-estable, lo que permite periodos de tiempo más largos (de 3 a 6 minutos) para
31
obtener datos a cada nivel de trabajo. Varios estudios de P-RMN han mostrado que estos
protocolos de ejercicio llevan a un estado-estable de hidrólisis de PCr, cuya extensión
depende de la carga impuesta109,127,163. Otros estudios305, confirman en su estudio que los
niveles de PCr estado-estable tienen una interrelación lineal con intensidades de trabajo por
encima del umbral de lactato, mientras que los cambios de pHi no tienen un impacto en la
degradación de PCr. Recientemente se ha demostrado que164, han demostrado que en
ejercicios leves o moderados efectuados por debajo del umbral de lactato, los niveles de
PCr están linealmente relacionados tanto con el VO2 como con la potencia mecánica.
Al comienzo del ejercicio muscular aeróbico el VO2 incrementa para lograr un estado estable
en 2-3 minutos. Esta fase se representa como déficit de O2 y su magnitud está directamente
relacionada con la intensidad del ejercicio. Durante este periodo, la hidrólisis de PCr
contribuye sustancialmente a la resíntesis de PCr hasta que se adaptan el aporte de sangre
y el metabolismo mitocondrial; en este momento la concentración de PCr deja de disminuir y
alcanza un estado-estable113. En este estadio, la reserva de PCr se comporta como un
lanzadera para el transporte de fosfatos de alta energía entre los lugares de producción y
utilización de ATP, y el sistema de PCr-CK funciona como un tampón espacial165.
67
Binzoni y Cerretelli propusieron en 1994, una aproximación para describir la energética del
músculo esquelético durante la actividad aeróbica167. Según esta teoría, cuando se impone
una carga constante sobre el músculo, la hidrólisis de PCr se describe estrechamente
ajustada a una función mono-exponencial; cuya velocidad, es proporcional al consumo de
oxígeno en estado estable. En este modelo, el tiempo medio de la hidrólisis de la PCr (“τ” o
constante de velocidad) al comienzo del ejercicio de carga constante es independiente de la
carga; y los cambios en la carga impuesta, producen cambios en el consumo de oxígeno en
estado estable linealmente relacionados con la concentración de PCr. Esta aproximación
permite, además, describir sujetos en estado estable, caracterizados por el mismo consumo
de oxígeno tisular y la misma carga de trabajo, pero con valores diferentes de concentración
de PCr.
La participación del metabolismo glicolítico se valora por la disminución del pHi, ya que la
formación de lactato por la glicólisis está asociada con la producción de protones161. Durante
un ejercicio de alta intensidad pueden existir distintos niveles de acidosis en diferentes
células del mismo músculo o en diferentes músculos o porciones de un músculo (ej: cabeza
lateral y medial de gastrocnemius). El resultado puede ser un pico ancho de Pi asociado con
la heterogeneidad celular o, en algunos casos, dos o más picos de Pi “fenómeno de Pi
dividido”168. Sin embargo, los datos sugieren que el Pi dividido es más probablemente el
resultado de dos músculos adyacentes o partes de un músculo que responden de forma
diferente al ejercicio169
Una vez finalizado el ejercicio, la glicolisis cesa y la PCr usada durante la contracción
muscular es resintetizada inmediatamente a través de la reacción de la CK desde el ATP
sintetizado por la maquinaria mitocondrial. Diversos trabajos han demostrado la ausencia de
resíntesis de PCr durante la recuperación en condiciones de isquemia de un ejercicio
muscular170,171; y su recuperación a niveles normales una vez restablecido el flujo
sanguíneo. Por tanto, si como la literatura sugiere, la capacidad del metabolismo oxidativo
es la influencia dominante en la velocidad de resíntesis de PCr en la fase temprana de la
recuperación que sigue al ejercicio, su cinética ofrece información sobre la capacidad
oxidativa del músculo esquelético y todo cambio en esta capacidad debería manifestarse en
68
un cambio correspondiente en la capacidad para resintetizar PCr170. Varios estudios han
mostrado que la cinética de la recuperación post-ejercicio de la PCr contiene información
sobre la capacidad oxidativa muscular172-174.
El estudio de las cinéticas de recuperación de los metabolitos fosforilados y del pHi, una vez
cesa la actividad muscular, ofrece también información sobre el estado energético del
músculo. A diferencia de lo que ocurre durante el ejercicio, durante el periodo de
recuperación los cambios en las concentraciones de los metabolitos son independientes de
la masa muscular. Esta es una de las razones por las que resulta más fácil y practico
evaluar la bioenergética muscular durante la recuperación del ejercicio32.
Estas interrelaciones muestran que la τPCr puede ser usada como una estimación directa
de la capacidad oxidativa sólo cuando es medida tras ejercicios que originan limitados
cambios de PCr con homeostasis de pHi. Sin embargo, la velocidad de resíntesis de PCr
post-ejercicio de PCr está influenciada significativamente por el grado de acidosis que se
desarrolla durante el mismo, ya que un cambio en el pHi afectará al equilibrio de la CK y así
a la recuperación de la PCr170,178; de manera que los valores de pHi deben ser tenidos en
69
cuenta cuando se comparan resultados de estudios en los que los valores de pHi al final del
ejercicio son diferentes179. La velocidad inicial de resíntesis de PCr medida durante los
primeros segundos de recuperación está menos afectada por el pHi55, y puede ser calculada
usando el estado ejercicio-final como el primer punto de tiempo180. En general los tiempos
medios de recuperación de la PCr son muy variables en sujetos normales (0.5-1.2 min.)181.
La recuperación del ADP citoplasmático está menos afectado por las condiciones del pHi del
final del ejercicio que la PCr. En sujetos control, el tiempo medio inicial de recuperación del
ADP (los primeros 1.5 minutos) está poco afectado por el pHi o por la concentración de ADP
al final del ejercicio178. Después de su disminución inicial, la concentración de ADP puede
disminuir por debajo de su valor de reposo, la magnitud de este hundimiento está
relacionada con la acidosis inducida por el ejercicio178,182. Además, la velocidad inicial de
recuperación del ADP es una medida de comparación sensibles de la función mitocondrial
tanto en músculo esquelético normal como alterado. Para poder calcular adecuadamente la
constante de tiempo inicial, debe tenerse en cuenta el hundimiento inicial. Adecuadamente
considerada su ADPt1/2 es un índice sensible del metabolismo oxidativo y más deseable
para la evaluación diagnóstica que la PCr t1/2156.
La cinética de recuperación del Pi no está del todo aclarada. Se han observado cinéticas
más rápidas que las de PCr156 y en algunos casos se ha referido una pérdida transitoria de
la señal, atribuida por algunos autores a la redistribución del Pi en compartimentos
31
indetectables por P-RMN, tales como la mitocondria179,183, o bien asociada al incremento
concomitante en PME, sugiriendo que el Pi queda atrapado en los intermediarios de la
glicólisis184. Los complejos factores que parecen determinar la recuperación de Pi han
limitado su aplicación a la evaluación muscular en la enfermedad por 31P-RMN156.
70
6.3.4. Recuperación del pHi
La recuperación del pHi tiene un curso más lento que la de PCr. Al comienzo de la
recuperación, el pHi puede seguir descendiendo por la rápida repleción de la PCr, seguida
por una recuperación lineal en alrededor de 4-5 minutos184. La célula debe eliminar el
exceso de protones producido desde su citoplasma; y esta carga se estima en alrededor del
doble de la concentración de lactato al final del ejercicio185. La salida de protones de la
célula tiene dos componentes, uno pHi dependiente y otro pHi independiente185. Por tanto, la
cinética de recuperación del pHi tras el ejercicio parece mostrar un modelo complejo,
determinando factores diferentes al metabolismo mitocondrial; su uso práctico para la
evaluación clínica todavía debe ser investigado156.
31
La interpretación de los datos de un espectro o de una serie de espectros sucesivos de P-
RMN, tanto en personas sanas como en pacientes, debe tomar en consideración múltiples
factores intra y extramusculares que pueden afectar a las observaciones.
Se debe considerar que las actividades relativas de las vías oxidativas y glicolíticas
dependen de la intensidad y duración del ejercicio86; el protocolo de ejercicio puede ser
diseñado para acentuar una particular característica bioenergética. Los cambios metabólicos
registrados dependen del tipo de ejercicio muscular que se efectúa en el interior del imán
(isométrico, concéntrico, excéntrico)27. La eficiencia mecanoquímica (utilización, por unidad
de trabajo) de diferentes tipos de trabajo y las diferencias en el tipo de reclutamiento de
fibras en las distintas formas de trabajo muscular, pueden explicar las discrepancias
existentes entre algunas de las observaciones186,187.
71
eliminación de metabolitos (incluidos los H+) y la fosforilación oxidativa están anulados hasta
que el flujo sanguíneo se restaura188.
Las técnicas de localización y la mejora en los diseños de las bobinas han contribuido a
eliminar el problema. Las técnicas de localización que combinan métodos de imagen y
espectroscópicos, pueden usarse para estudiar la variabilidad metabólica dentro de un
músculo, obteniendo mapas de regiones de músculo activo durante el ejercicio, con
diferentes valores en PCr, Pi y pHi193. Estos estudios demuestran la posibilidad de localizar y
72
cuantificar la heterogeneidad de la respuesta metabólica al ejercicio determinada por
modelos de reclutamiento variables160.
No hay, sin embargo, un acuerdo general sobre el significado de la “división del Pi”. A favor
de la heterogeneidad debida a los tipos de fibras musculares, trabajos como el de Mizuno202,
en los que se bloquea farmacológicamente el reclutamiento de fibras tipo I, demuestra la
desaparición del doble pico. Además, las fibras inactivas no deberían producir pico visible de
Pi durante el ejercicio. Otros estudios apoyan la heterogeneidad dentro de la fibra
muscular29,203-205 obteniendo valores diferentes de Pi/PCr y similares de pHi en sujetos
entrenados en resistencia, frente a velocistas y sedentarios29, lo que habla en favor de la
distinta composición de las fibras en las diferentes poblaciones. Otros datos experimentales
apuntan como mecanismo más probable, la inclusión de grandes volúmenes de diferentes
grupos musculares trabajando a diferentes grados.169,200
La actividad o el entrenamiento pueden influir en la composición del tipo de fibras, pero hay
una determinación genética primaria. Estudios en animales han sugerido que el nivel de PCr
28,97,206
y de PCr/Pi son más altos en músculos con una alta proporción de fibras tipo II . En
humanos, la mayoría de los músculos son mixtos y hay sólo un 5-10% de variación en la
proporción de los tipos de fibras I y II. Hay estudios en los que se encontró una correlación
73
31
entre la composición del tipo de fibras y las observaciones de P-RMN en reposo207,
mientras que otros mostraron una correlación positiva entre la PCr/ATP, Pi/ATP, (PCr +
Pi)/ATP (pero no PCr/Pi) y el porcentaje de fibras tipo II en biopsias musculares206-208.
31
Uno de los principales desafíos en la evaluación de los datos de ejercicios de P-RMN es
determinar como interpretar los datos en relación al trabajo efectuado por un individuo en
ese particular protocolo de ejercicio. La misma cantidad de trabajo (o potencia) efectuada
31
durante un test P-RMN puede imponer una muy diferente exigencia metabólica sobre
músculos de diferentes personas, especialmente si existe debilidad muscular (ej: atrofia
muscular, enfermedad neuromuscular) 156,209,210.
Se han utilizado muy diferentes métodos de normalización fisiológica del trabajo efectuado:
en unos casos se estima el trabajo en relación a la fuerza generada durante la contracción
muscular; y en otros se considera el trabajo efectuado en relación a la masa muscular
medida directamente del área de sección transversa por 1H-RMN o de la circunferencia del
miembro211,212.
Los test de ejercicio “incremental” o en “rampa”, utilizando una resistencia que aumenta
progresivamente hasta que el sujeto no puede mantener el ritmo impuesto o elevar la carga,
74
están diseñados para ofrecer un número de datos individuales sobre un extenso rango de
niveles de ejercicio y permiten buscar la interrelación entre variables metabólicas215-217. A
niveles bajos de potencia, cada nivel representa un ejercicio en estado estable; pero a altos
niveles de trabajo no se consiguen las condiciones de trabajo estable.
31
Se ha utilizado la P-RMN para estudiar las diferencias en el metabolismo muscular,
particularmente del metabolismo oxidativo, entre atletas y no atletas. Las diferencias en los
parámetros metabólicos en sujetos entrenados han sido demostradas en reposo, aunque no
se ha aclarado si tales diferencias son atribuidas al entrenamiento o hay una predisposición
genética como ya se ha comentado28.
Parece demostrarse un menor descenso del pHi, una mayor pendiente entre la potencia y el
Pi/PCr, y una más rápida recuperación de la PCr en atletas entrenados en resistencia frente
a sujetos sedentarios. Estos datos apoyan la hipótesis de una mayor capacidad oxidativa en
los atletas176,223-225 siguiendo un ejercicio moderado.
75
alto al final del ejercicio y cinéticas más rápidas en la recuperación de PCr en los entrenados
en resistencia
Sin embargo, cuando el ejercicio que se efectúa es de más alta intensidad y el pHi diminuye,
los resultados son más conflictivos por la posible influencia de esta disminución de pHi sobre
la velocidad de recuperación de la PCr170,223 y por la gran variación entre los individuos en la
constante de velocidad de la recuperación de la PCr228. El hecho de que esta mejor
capacidad oxidativa muscular se haya podido demostrar en músculos no específicamente
entrenados para el evento atlético, ha sugerido que los resultados ofrecen la evidencia de un
componente genético en la performance atlética229.
El renovado interés por el efecto de las actividades de la vida diaria sobre el metabolismo
muscular es reflejado por los resultados de algunos autores233, y en las recomendaciones
sobre datos preliminares156, que apuntan la necesidad de la evaluación rutinaria de la
actividad física y la normalización del trabajo a la capacidad individual, como factores
importantes responsables de la gran variabilidad en los controles normales; hecho por otra
parte de indudable interés para los pacientes que siguen programas terapéuticos de
rehabilitación.
76
6.4.5. Edad y sexo
Se acepta comúnmente que los varones exhiben una mayor fuerza y capacidad muscular
que las mujeres246, y aunque estas diferencias pueden ser explicadas parcialmente en
términos de área de sección transversa muscular y entrenamiento, las posibles causas
metabólicas subyacentes no parecen claras. Se han mostrado diferencias en la capacidad
246,247
aeróbica entre varones y mujeres durante la contracción muscular en relación con
diferencias cuantitativas en la composición de fibras. Estudios de actividades enzimáticas
sobre muestras de biopsia indican contribuciones relativas similares del metabolismo
oxidativo248 más altas en mujeres, mientras que la capacidad glicolítica fue más pronunciada
31
en varones. La técnica de P-RMN ha sido utilizada en muy escasas ocasiones para
estudiar las diferencias energéticas musculares entre sexos, pero no se han demostrado
diferencias en el metabolismo aeróbico con relación al sexo246.
77
6.4.6. Nutrición e hidratación
Los mecanismos que llevan a la fatiga muscular son complejos y, probablemente, difieren
según las circunstancias. La 31P-RMN puede ser de utilidad en la evaluación de los aspectos
31
metabólicos relacionados con la fatiga muscular. En los primeros estudios de P-RMN se
observó que el ejercicio intenso asociaba una depleción de la PCr > 80% y una acidosis
severa< 6.2, junto con una depleción de ATP255, y se asoció la severa depleción metabólica
con la fatiga. La pérdida de ATP no fue referida como señal metabólica de fatiga pues
permanecía sin cambios en muchas condiciones de ejercicio.
Otros mecanismos son sugeridos como la depleción de la PCr como el aumento en [H+]256.
31
Sin embargo, no parecían los únicos; los estudios combinados de P-RMN,
electromiografía, y fuerza muscular durante la fatiga muscular y la recuperación mostraron
una alteración en la excitación-contracción muscular257; y por tanto la existencia de un
componente no metabólico de fatiga asociado a la alteración excitación-contracción258.
78
El H2PO4- ha sido el metabolito más estrechamente relacionado a la máxima capacidad de
generación de fuerza, no sólo durante el ejercicio sin también durante la fase de
recuperación junto con la falta de disponibilidad de ATP20; sin embargo su correlación con
valores electromiográfícos sugieren la participación de factores no metabólicos en el
desarrollo de la fatiga259,260.
Los estudios metabólicos de fatiga muestran una marcada variabilidad interindividual y una
dependencia respecto al protocolo en muchos estudios. Los fosfatos de alta y baja energía y
el pHi se correlacionarían con la fatiga en algunas circunstancias pero no en otras156.
31
La capacidad mostrada por la técnica de P-RMN en la valoración del metabolismo
energético muscular ha extendido su campo de aplicación desde la investigación hacia el
ámbito deportivo; y cada vez en mayor proporción ha demostrado su utilidad clínica.
31
En muchas formas de miopatía primaria la P-RMN va a ser capaz de identificar y evaluar
de forma precisa la alteración del metabolismo aeróbico y/o anaeróbico31,32,156,160; de ahí la
31
creciente aplicación de la P-RMN como herramienta diagnóstica y del seguimiento del
79
curso de la enfermedad muscular primaria. En otros casos una afectación muscular, incluso
no específica, va a ser secundaria a la afectación de otros órganos o sistemas (insuficiencia
cardíaca, renal ,tiroidea..); en muchos casos, además, la repercusión de una falta de
31
actividad física se va a añadir a los procesos anteriores. La P-RMN puede ser útil en la
monitorización de la eficacia de nuevas terapias especialmente las que afectan al
metabolismo oxidativo de forma primaria o secundaria.
Durante el ejercicio presentan una más rápida caída en el estado energético muscular en
relación a la limitación en sus capacidades oxidativas, y la recuperación de la PCr se ve
también afectada.
Los músculos con alteraciones de la glicólisis pierden su capacidad para producir ácido
láctico; así, los pacientes con enfermedad de McArdle muestran un incremento paradójico
en el pHi muscular10,156 e intolerancia al esfuerzo.
31
Más recientemente, la P-RMN se ha utilizado como medida objetiva de la respuesta al
tratamiento en ensayos terapéuticos156. Se han detectado mejorías en PCr/Pi en reposo y en
la velocidad de recuperación de PCr/Pi tras el ejercicio moderado tras la administración de
80
vitamina K3 y C en pacientes con déficit severo de complejo III de la cadena respiratoria; y
en la aplicación de otros tratamientos, como la administración de riboflavina y nicotinamida,
coenzima Q, dicloroacetato y esteroides con mejorías funcionales relacionadas con la mayor
tolerancia al esfuerzo156.
La sospecha de que en muchos casos de miopatía mitocondrial existe un defecto de
desacondicionamiento asociado al daño primario, ha llevado a plantear programas
terapéuticos de entrenamiento aeróbico264. La 31
P-RMN ha demostrado una más rápida
recuperación del t1/2 ADP de alrededor del 60% pero sin cambios en PCr/Pi en reposo; este
efecto de entrenamiento ha sido también observado en otras miopatías265
Otros procesos que pueden afectar al músculo han sido estudiados por 31P-RMN y revisados
en la literatura: La hipertermia maligna, el alcoholismo con rabdomiolisis asociada,
fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, o la monitorización de los efectos musculares de
agentes antitumorales que, bien por su efectividad, mecanismo de acción o efectos tóxicos
secundarios, pueden afectar el metabolismo muscular32,156,160.
81
6.5.3. Procesos con limitada oxigenación tisular
31
La P-RMN puede detectar las alteraciones metabólicas musculares en pacientes con
enfermedad vascular periférica, secundarias a la disminución de la síntesis oxidativa de ATP
por el aporte reducido de oxígeno y un incremento compensatorio en la síntesis de ATP por
la glicólisis anaeróbica y una mayor producción de ácido láctico266. Los resultados parecen
explicarse por la gran disminución en la masa muscular efectiva debida a la combinación de
atrofia y la disminución de la eficiencia metabólica266.
Los pacientes con Insuficiencia respiratoria crónica presentan también una intolerancia al
esfuerzo. La hipoxemia, el tratamiento farmacológico y el desacondicionamiento contribuyen
potencialmente a la disfunción muscular. Durante el ejercicio se observan los cambios
metabólicos relacionados con una menor capacidad oxidativa y una mayor participación de
la glicólisis267,268. La administración de oxígeno suplementario268,269 y el entrenamiento270
mejoran todos los parámetros metabólicos.
82
HIPOTESIS Y OBJETIVOS
83
7. HIPOTESIS Y OBJETIVOS
31
Después de la revisión bibliográfica sobre la aplicación de la técnica P-RMN a la
bioenergética muscular hemos comprobado la importancia de la información aportada por la
misma pues permite caracterizar el perfil metabólico muscular en distintas situaciones
clínicas.
Sin restar valor a las aportaciones realizadas por la técnica, es necesario también tener en
cuenta sus límites y el conjunto de circunstancias que pueden influir en la variabilidad de las
determinaciones.
La literatura considera que una de las fuentes de variabilidad es el estado de condición física
del individuo. Un mejor acondicionamiento físico podría condicionar un perfil metabólico
diferente al de los sujetos sedentarios y por tanto debería ser un factor a considerar cuando
se estudian los distintos individuos, para evaluar el estado muscular normal de los sujetos
sanos.
Para ello se han examinado diferentes procedimientos de estudio cuya aplicación se realiza
en diferentes condiciones de ejercicio y la recuperación del mismo.
Por ello la hipótesis que planteamos tiene en cuenta estas situaciones, y así entendemos,
que se obtendrán diferencias en los parámetros bioenergéticos musculares, observables y
cuantificables, entre dos grupos de individuos; uno considerado sedentario o de baja
actividad física y otro con un grado de actividad física moderada-alta.
Derivada de la hipótesis anterior, estimamos que las diferencias nos permitirán considerar la
actividad física como elemento a observar en la evaluación previa a todos los programas de
acondicionamiento físico.
84
Basándonos en estos planteamientos, los objetivos propuestos de estudio son los
siguientes:
31
- Demostrar con P-RMN la influencia de la actividad física sobre el perfil
bioenergético muscular.
85
MATERIAL Y MÉTODOS
86
8. MATERIAL Y MÉTODOS
Este estudio fue realizado en las instalaciones del Laboratorio de Biofísica de la Universidad
de Nancy (Francia) dirigida por el Dr. Escanyé, en colaboración con el Laboratorio de
Fisiología del Ejercicio Muscular dependiente de la Unidad de Fisiopatología Respiratoria,
Unidad 14 del Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Medica-Francia (INSERM),
dirigido por el Dr. Giménez.
Para su desarrollo se seleccionó una muestra de sujetos sanos, que dadas las
características del sistema pudieron efectuar un trabajo o ejercicio . Los sujetos realizaron
un ejercicio de flexión plantar sobre un ergómetro adaptado a un espectrómetro en dos
etapas sucesivas.
Para cada sujeto se realizó una historia clínica, un examen clínico y la evaluación de la
condición física.
En la historia clínica se recogieron las características físicas individuales así como todos
aquellos antecedentes médicos y/o quirúrgicos que pudieran influir en los resultados o
contraindicar la realización de la prueba. Se cumplimentó un cuestionario estándar, cuyo
modelo se adjunta (APENCICE I), que incluía los siguientes datos:
• Edad y sexo.
• Hábito tabáquico.
87
• Tratamientos médicos farmacológicos (Benzodiacepan, barbitúricos, ansiolíticos,
broncodilatadores, diuréticos, β-bloqueantes...).
88
Evaluación de la actividad física. Se valoraron dos aspectos: el nivel de actividad física
expresada en horas/semana; y el tipo de actividad física practicada, considerando no sólo la
actividad fisicodeportiva sino también la asociada a las actividades de la vida diaria (AVD).
Las actividades físicodeportivas se clasificaron en actividades de resistencia (endurance) o
de potencia. Así mismo, se consideró si la actividad se realizaba preferentemente con los
brazos o las piernas; y todas se valoraron en función de los equivalentes energéticos o MET.
1MET representa el gasto de energía en reposo, indicativo del consumo metabólico basal o
VO2 ( 1MET = 3.5 ml O2 /Kg peso corporal/minuto).
Para la estimación del coste energético de las actividades del sujeto se utiliza la escala de
Ainsworth143
2. El sujeto realiza además de las AVD, una AFD ocasional que no involucra
específicamente a las piernas
3. El sujeto realiza además de las AVD, una AFD regular que no involucra
específicamente a las piernas (ej: judo, frontón, tenis)
89
1. Menos de 3 h/s: Incluyó a los sujetos que realizaban las AVD y alguna actividad
física ocasional (caminar)
2. Entre 3 y 6 h/s: Incluyó a los sujetos que realizaban las AVD y actividad
físicodeportiva regular de 1-2 horas a la semana.
3. De más de 6 h/s: Incluyó atletas y sujetos que realizaban ejercicio regular o deporte
recreativo con entrenamiento durante más de 3 h/s.
• Dificultad subjetiva apreciada en la ejecución del protocolo: Fue valorada con una
escala puntuada de 1 a 10 con el fin de asegurar una mejor cooperación de los
mismos.
• Consentimiento informado.
90
- Sin antecedentes médicos de patología crónica en los diferentes órganos y
sistemas, que pudieran influir sobre el metabolismo muscular.
Nivel 1, de 3 a 6 h/s.
1. Sujetos que tras el interrogatorio y/o examen clínico no cumplieron con los criterios
de normalidad clínica establecidos, y que pudieron hacer sospechar en una
respuesta anómala cardiovascular o metabólica al esfuerzo.
4. Hábito tabáquico.
91
5. Contraindicaciones ligadas a la utilización de campos magnéticos intensos:
marcapasos, material osteosíntesis.
De los 35 sujetos seleccionados se excluyeron un total de ocho por los siguientes motivos:
92
Tabla 8.1. Características de los participantes en el estudio.
8.2. MATERIALES
8.2.1.Espectrómetro de 31P-RMN
Los estudios se realizaron en un espectrómetro experimental tipo Brüker Biospec BNT- 100.
Este espectrómetro multinuclear equipado con un imán horizontal superconductor de 40 cm
de diámetro que desarrolla un campo magnético de 2.4 Teslas. (Fig. 8.1)
93
La información espectral se obtuvo con pulsos de radiofrecuencia de 70 µs (70º) aplicados a
intervalos de 1s; cada espectro se obtuvo por la acumulación de FIDs (20 rastreos) para
mejorar la relación señal/ruido, que permitió la obtención de un espectro cada 30 s. El primer
espectro se obtuvo en reposo con la suma de 240 FIDs. En tanto que la frecuencia de los
pulsos no permite la obtención de espectros relajados, se aplicaron diversos factores de
corrección de relajación diferencial (factor de saturación) para cada pico: 0,225 -PCr; 0,264 -
Pi; 0,284 - ATP-α; 0,241 - ATP-β; 0,256 - ATP-γ; 0,244 - PME; 0,317- PDE.
94
8.2.2. Ergómetro
Consta de un pedal montado sobre una plancha de madera, adaptada al tamaño y forma del
imán; ligeramente elevado y con un recorrido lateral de 6 cm que permitía ser utilizado por
ambas piernas. El eje de giro del pedal permitía la alineación con el eje de giro del tobillo,
utilizando suplementos (plantillas) de espesor variable. Esta capacidad de ajuste permite
obtener una correcta carga fisiológica sobre la articulación del tobillo, y mantener el músculo
en una posición estable durante la captación por RMN
pe s b a
d
p
El sujeto se sitúa en sedestación sobre una camilla, reclinado 45º con respecto a la
horizontal y apoyado sobre un respaldo, con las extremidades inferiores extendidas a lo
95
largo del imán. El pie izquierdo se ajusta sobre el pedal en ángulo recto para realizar
movimientos de flexión plantar activa y de dorsiflexión pasiva. Una ligera flexión de rodilla
permite una mejor adaptación entre el captor de radiofrecuencia y la parte interna de la
pantorrilla.
Este sistema mecánico permitía cuantificar la potencia (el trabajo) del ejercicio. La correcta
ejecución de la maniobra exigía la fijación de la pelvis y la protección de la articulación de la
rodilla evitando las compensaciones de extensión de la cadera y/o rodilla durante la
realización de la maniobra de flexión plantar.
El trabajo realizado en cada maniobra podía ser cuantificado conociendo el peso desplazado
(peso del soporte más carga variable) y la distancia recorrida por éste.
Merece ser destacado que, dadas las características del procedimiento, y para evitar que se
produjeran accidentes; se impidió en la sala la colocación o existencia de todo tipo de
objetos ferromagnéticos que pudieran ser atraídos por el imán. Por es motivo todo el
material en la sala del examen debía ser amagnético (aluminio, cobre, inoxidable, plomo).
Por eso hubo que adaptar el material a las condiciones requeridas (camillas, clavos, cargas,
poleas).
96
Además, como se conoce suficientemente la acción del campo magnético alterando el
funcionamiento no sólo de todos los aparatos electrónicos, sino igualmente de todos los
aparatos con memoria magnética; se solventó el problema, disponiendo en una sala
contigua fuera del alcance del campo, los aparatos utilizados para el control del sujeto
durante la prueba, así como aquellos materiales que por su naturaleza ferromagnética no
podían ser introducidos en la sala del examen.
El protocolo se desarrolló en dos etapas sucesivas durante las cuales los sujetos
mantuvieron sus miembros inferiores en el interior del imán. Antes del comienzo del ejercicio
se adaptó la posición individual en el ergómetro con la técnica descrita anteriormente,
procurando el máximo contacto entre el músculo y la bobina para mejorar la calidad del
espectro obtenido.
Tras un minuto de pedaleo, durante el cual el sujeto trabajó contra el pedal, la resistencia se
aumentó de forma progresiva, añadiendo progresivamente sobre el soporte, cargas de 1 Kg
cada minuto. Una señal acústica emitida por un cronómetro ayudó al sujeto a mantener la
97
cadencia del pedaleo. El ejercicio finalizó cuando el sujeto no pudo mantener la cadencia o
no pudo desplazar el peso la distancia prefijada.
A partir de este momento y con el fin de estudiar la recuperación metabólica del músculo al
esfuerzo, el sujeto permaneció en la posición correcta de reposo en el interior del imán,
durante un tiempo de 8 minutos, mientras se realizaban los registros correspondientes a la
recuperación. Se consideraron los 8 minutos como tiempo suficiente para garantizar la
normalización de los espectros a condiciones de reposos.
Tanto durante el ejercicio como durante la recuperación del mismo se registraron los
parámetros metabólicos musculares, obteniendo espectros cada 30 segundos.
Tras 15 minutos de reposo, y tras constatar el retorno a los valores de reposo del espectro,
se procedió con el movimiento de flexión plantar sobre el pedal a la misma cadencia (30
flexiones/minuto), efectuado contra resistencia constante en esta ocasión.
Dos médicos estuvieron presentes durante toda la sesión para asegurar el buen desarrollo
del ejercicio y la vigilancia clínica de los problemas o incidentes que pudieran presentar los
sujetos. Se contó con material de reanimación y oxigenoterapia (carro de parada). Todos los
sujetos realizaron sin incidentes la totalidad del protocolo.
98
8.3.2. Cronología del protocolo
Para la puesta a punto de este trabajo, se realizaron seis ejercicios que permitieron
seleccionar la posición, la duración y la intensidad del ejercicio que permitiera captar en el
interior del imán un esfuerzo muscular reproducible y cuantificable. Estos ejercicios no han
sido contabilizados en los datos globales.
Fue elegido el músculo tríceps sural en razón de: su importante masa muscular, su
capacidad para realizar un trabajo (mediante flexión plantar) y por tanto originar
modificaciones espectroscópicas sensibles; por ser un músculo rico en fibras oxidativas; y
por el tamaño del imán que permitía la acomodación del miembro inferior en su interior.
El tríceps sural está compuesto por tres músculos: gemelo interno, externo y el soleo. En
razón a la posición del soporte de la bobina de radiofrecuencia en el interior del imán, es el
gemelo interno el músculo que ha sido estudiado, éste es lo suficientemente voluminoso
para permitir una buena resolución espacial.
Por ello la parte interna de la pantorrilla izquierda, correspondiente al gemelo interno, era
colocada contra la bobina. Cuanto más estrecho es el contacto entre la bobina y el músculo
mejor es la calidad del espectro.
El lugar correcto de contacto del captor de radiofrecuencia con la pierna se determinaba tras
la medición del perímetro de la pantorrilla izquierda, haciéndolo coincidir con la región de
mayor perímetro de la misma..
La muestra definitiva incluyó así 24 sujetos (12 FA y 12 C), ambos grupos estaban
constituidos por 8 varones y 4 mujeres. (Fig 8.3) (Tabla 8.2)
99
Mujeres C = 4 Mujeres FA = 4
17% 17%
Varones C = 8 Varones FA = 8
33% 33%
100
TABLA 8.2 DESCRIPTIVA DE LA MUESTRA
EDAD 37,00 8,35 1,70 31,00 36,00 7,82 2,25 28,00 38,00 9,07 2,61 27,00
TALLA 170,66 9,00 1,83 30,00 173,33 9,23 2,66 29,00 168,00 8,29 2,39 24,00
PESO 68,37 11,31 2,30 36,00 70,00 9,62 2,77 28,00 66,75 13,01 3,75 36,00
PERIMETRO 37,95 2,17 0,44 6,60 38,20 2,06 0,59 6,40 37,69 2,33 0,67 6,10
IMC 23,34 2,46 0,50 11,46 23,20 1,67 0,48 5,38 23,47 3,13 0,90 10,87
Se describen las variables de edad, talla (cm), peso (kg), perímetro máximo de la pantorrilla (cm) e Índice de Masa Corporal
(IMC)(Kg/cm2), para los dos grupos FA y C
101
8.4. ANÁLISIS DE DATOS
Los niveles de cada metabolito se estiman a partir de las áreas comprendidas bajo cada uno
de los picos del espectro, y se expresan como porcentaje del fosfato total o suma de todos
los compuestos detectados (S), en unidades adimensionales.
Los datos de PCr también se expresaron como porcentaje del valor de PCr en reposo
(%PCrrep) para conseguir el mismo valor (100%) de reposo para todos los sujetos.
PCr (t )
% PCrrep (t ) = 100 ∗
PCr (reposo)
De forma análoga para el Pi se expresó como %Pirep para conseguir el mismo valor (100%)
de reposo para todos los sujetos.
pH = 6,75 + log
(δ − 3,27 )
(5,69 − δ )
102
Para convertir las áreas bajo los picos en concentraciones, se considera que el pico de ATP-
β representa el ATP total. Este se estima en 8,2 mM94,109,255.
Las concentraciones de [Pi] y [PCr] se calculan como el producto de la relación entre áreas
al ATP y 8,2 mM.
∆G ATP = ∆G0 + RT ∗ ln
[ADP] ∗ [Pi ] + RT ∗ ln[10 −( pH −7 ) ]
[ATP ]
Se consideró la potencia máxima tolerada (PMT) como la carga máxima que cada sujeto
alcanzó al final del ejercicio. Para realizar comparaciones de la cinética del ejercicio a la
misma carga equivalente, se normalizan las variables para cada sujeto a porcentajes con
respecto a la PMT (100%). Se ajustan los valores de las variables metabólicas a los
103
diferentes porcentajes (a intervalos de 10%), calculando por interpolación lineal el valor
correspondiente
Por minuto cada sujeto realiza un trabajo de 0,906 watios .( El incremento de la carga
desplazada es de un kilo/min )
El trabajo máximo en watios realizado por cada sujeto (que corresponde al último minuto) se
calcula como:
nº de kilos levantado =(TDprog – 1). Siendo TDprog la duración del ejercicio incremental.
WmaxProg (J) = ∑1
TDprog
(13,5975 + 54,39 ∗ (TDprog − 1))
Durante el ejercicio constante el trabajo realizado en cada maniobra se cuantifica a partir del
peso desplazado (peso del soporte mas carga que levanta cada sujeto, 70% de la máxima
levantada en el incremental) y la distancia recorrida por éste, según la fórmula:
104
El trabajo en cada minuto sería :
El pHi y el Pi/PCr fueron representados gráficamente como función del porcentaje de la PMT
y expresados como porcentajes del trabajo máximo (%Wmax) realizado en el ejercicio
incremental. Se utilizó una regresión lineal en dos tramos para ajustar los datos y determinar
el punto en el cual las dos rectas de regresión se cruzaron. Dicho punto se denomina umbral
intracelular (IT) o umbral de ruptura234,276.
Se calculó el valor del pHi para el IT (IT pHi), que fue expresado en relación a la PMT; o
valor de %W para el IT Para la recta del primer tramo se calcula la pendiente pHi/%Wmax).
Se calculó el valor del Pi/PCr para el IT (IT Pi/PCr), que fue expresado en relación a la PMT;
o valor de %W para el IT. Para la recta del primer tramo se calcula la pendiente
%Wmax/(Pi/PCr)167.
105
PCr (t ) = R + D ∗ e − B∗t
Se define el τ PCr como el tiempo que tarda el PCr en llegar al valor D/2, así::
60 ∗ ln 2
T ½ (seg) = = τ PCrON
KPCr
Pi (t ) = R − D ∗ e − B∗t y Pi (t ) = R − D ∗ e− B∗t
PCr
106
Se aproximan los valores de PCr, por medio de una ecuación de regresión no lineal, hasta
conseguir el mejor ajuste (el mejor estadístico R-cuadrado), de la siguiente forma:
PCr (t ) = R − D ∗ e − B ∗t
Las cinéticas de la recuperación del Pi y del Pi/PCr se aproximan los valores a un modelo
monoexponencial por medio de una ecuación de regresión no lineal, hasta conseguir el
mejor ajuste (el mejor estadístico R-cuadrado), de la siguiente forma:
Pi (t ) = R + D ∗ e − B∗t y Pi (t ) = R + D ∗ e − B∗t
PCr
107
Vi%PCrrep = (%Pcrrep - %PCrfinal) * K PCr
Se utilizaron los programas SPSS versión 12.01 para Windows para el cálculo estadístico y
el programa StatGraphics Plus versión 5.1 para Windows para el cálculo de ecuaciones de
regresión y la comparación de las mismas.
El procedimiento empleado para hallar diferencias entre medias de variables entre grupos
FA y C fue la Prueba T para muestras independientes (T de Student). Se consideró
significativo un p-valor <0,05.
108
El estudio de las interrelaciones entre variables se realizó mediante el procedimiento de
Correlación Bivariada, que calcula el coeficiente de correlación lineal de Pearson, con sus
niveles de significación. Se consideró significativo una p-valor <0,05.
- Una tabla ANOVA para el modelo, con el F-ratio que nos da el nivel de
significación. Se considera significativo un p-valor <0,05.
109
RESULTADOS
110
9. RESULTADOS
9.1 TABLAS
Grupos FA y C, se realiza una ANOVA de las variables con el factor actividad física.
Suma de Media
cuadrados gl cuadrática F Sig.
EDAD Inter-grupos 24,000 1 24,000 ,334 ,569
Intra-grupos 1580,000 22 71,818
Total 1604,000 23
TALLA Inter-grupos 170,667 1 170,667 2,216 ,151
Intra-grupos 1694,667 22 77,030
Total 1865,333 23
PESO Inter-grupos 63,375 1 63,375 ,484 ,494
Intra-grupos 2880,250 22 130,920
Total 2943,625 23
PERIMETRO Inter-grupos 1,602 1 1,602 ,329 ,572
Intra-grupos 106,978 22 4,863
Total 108,580 23
IMC Inter-grupos ,433 1 ,433 ,068 ,796
Intra-grupos 139,159 22 6,325
Total 139,592 23
Estadístico de
Levene gl1 gl2 Sig.
EDAD ,820 1 22 ,375
TALLA ,188 1 22 ,668
PESO ,956 1 22 ,339
PERIM ,807 1 22 ,379
IMC 2,920 1 22 ,102
111
Duración de los ejercicios, Trabajo efectuado.
TDprog 14,81 ± 0,53 20,00 10,00 15,79 ± 0,86 20,00 12,00 13,83 ± 0,52 16,00 10,00
TDcons 14,38 ± 1,14 26,00 7,00 16,92 ± 1,85* 26,00 8,50 11,83 ± 0,91* 15,00 7,00
WmaxProg(W) 12,7 5± 0,48 17,45 8,39 13,64 ± 0,78 17,45 10,20 11,86 ± 0,47 13,82 8,39
Wcons(W) 9,03 ± 0,34 12,28 5,94 9,65 ± 0,56 12,28 7,21 8,40 ± 0,33 9,74 5,94
WmaxProg(J) 5943,13 ± 442,86 10605,90 2583,45 6789,57 ± 742,37 10605,90 3752,82 5096,69 ± 372,52 6744,24 2583,45
Wcons7min(J) 3791,44 ± 144,52 5158,89 2493,78 4054,77 ± 235,35 5158,89 3026,80 3528,10 ± 139,09 4092,85 2493,78
Wmaxcons(J) 8225,47 ± 946,92 17323,20 2850,04 10393,70 ± 1602,09* 17323,20 3675,40 6057,23 ± 572,90* 8185,69 2850,04
t-student (FA/C) *p<0,05, **p<0,01, ***p<0,001
112
Correlaciones entre el tiempo de duración de los ejercicios y las características
físicas.
113
Correlaciones entre el trabajo máximo realizado en los ejercicios y las características
físicas
TABLA 9.5. Correlaciones del Trabajo máximo con las variables antropométricas
WmaxProg WmaxCons
(J) (J) TALLA PESO PERIM IMC
WmaxProg(J) Correlación de Pearson 1 ,918(**) ,760(**) ,630(**) ,426(*) ,236
Sig. (bilateral) ,000 ,000 ,001 ,038 ,266
N 24 24 24 24 24 24
WmaxCons(J) Correlación de Pearson ,918(**) 1 ,756(**) ,671(**) ,524(**) ,313
Sig. (bilateral) ,000 ,000 ,000 ,009 ,136
N 24 24 24 24 24 24
TALLA Correlación de Pearson ,760(**) ,756(**) 1 ,796(**) ,501(*) ,284
Sig. (bilateral) ,000 ,000 ,000 ,013 ,178
N 24 24 24 24 24 24
PESO Correlación de Pearson ,630(**) ,671(**) ,796(**) 1 ,786(**) ,804(**)
Sig. (bilateral) ,001 ,000 ,000 ,000 ,000
N 24 24 24 24 24 24
PERIM Correlación de Pearson ,426(*) ,524(**) ,501(*) ,786(**) 1 ,750(**)
Sig. (bilateral) ,038 ,009 ,013 ,000 ,000
N 24 24 24 24 24 24
IMC Correlación de Pearson ,236 ,313 ,284 ,804(**) ,750(**) 1
Sig. (bilateral) ,266 ,136 ,178 ,000 ,000
N 24 24 24 24 24 24
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
* La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).
114
Correlaciones al final del ejercicio incremental
Correlaciones de Pearson entre las distintas variables metabólicas, al final del ejercicio
incremental. Se considera significativo con una p-valor <0,05.
115
Correlaciones al final del ejercicio constante
Correlaciones de Pearson entre las distintas variables metabólicas, al final del ejercicio
constante. Se considera significativo un p-valor <0,05.
REPOSO FINAL
GLOBAL
Media ± SEM Media ± SEM
116
Variables metabólicas en reposo del ejercicio incremental
Comparación de las variables metabólicas en reposo del ejercicio, con la condición actividad física.
117
Correlaciones entre IT y variables metabólicas al final del ejercicio
Se han realizado correlaciones de Pearson entre los IT y las distintas variables metabólicas,
al final del ejercicio incremental. Se considera significativo una p<0,05. Los resultados son
los siguientes:
TABLA 9.10. Correlaciones con IT
118
Variables metabólicas al final del ejercicio incremental
Comparación de las variables metabólicas al final del ejercicio, con la condición actividad física.
119
TABLA 9.12 Variables metabólicas del ejercicio constante
Global 24 sujetos
Reposo Final 7 min 3 min
Grupo CONTROL
Reposo Final 7 min 3 min
120
TABLA 9.13 Correlaciones durante el ejercicio constante (7 minutos)
τPCr τPi/PCr τPi PCr7min Pi/Pcr7min Pi/S7min pHi7min pHifinal IT-pHiW IT-Pi/PCrW
τPCr Correlación de Pearson 1 ,750(**) ,749(**) -,513(*) ,520(**) ,553(**) -,637(**) -,488(*) -,607(**) -,573(**)
Sig. (bilateral) ,000 ,000 ,010 ,009 ,005 ,001 ,015 ,002 ,003
N 24 24 24 24 24 24 24 24 24 24
τPi/PCr Correlación de Pearson ,750(**) 1 ,718(**) -,623(**) ,574(**) ,332 -,545(**) -,397 -,471(*) -,199
Sig. (bilateral) ,000 ,000 ,001 ,003 ,113 ,006 ,055 ,020 ,351
N 24 24 24 24 24 24 24 24 24 24
τPi Correlación de Pearson ,749(**) ,718(**) 1 -,523(**) ,403 ,395 -,480(*) -,422(*) -,297 -,297
Sig. (bilateral) ,000 ,000 ,009 ,051 ,056 ,018 ,040 ,158 ,159
N 24 24 24 24 24 24 24 24 24 24
PCr7min Correlación de Pearson -,513(*) -,623(**) -,523(**) 1 -,800(**) -,458(*) ,425(*) ,284 ,395 ,474(*)
Sig. (bilateral) ,010 ,001 ,009 ,000 ,025 ,039 ,179 ,056 ,019
N 24 24 24 24 24 24 24 24 24 24
Pi/Pcr7min Correlación de Pearson ,520(**) ,574(**) ,403 -,800(**) 1 ,811(**) -,645(**) -,638(**) -,629(**) -,644(**)
Sig. (bilateral) ,009 ,003 ,051 ,000 ,000 ,001 ,001 ,001 ,001
N 24 24 24 24 24 24 24 24 24 24
Pi/S7min Correlación de Pearson ,553(**) ,332 ,395 -,458(*) ,811(**) 1 -,596(**) -,685(**) -,579(**) -,736(**)
Sig. (bilateral) ,005 ,113 ,056 ,025 ,000 ,002 ,000 ,003 ,000
N 24 24 24 24 24 24 24 24 24 24
pHi7min Correlación de Pearson -,637(**) -,545(**) -,480(*) ,425(*) -,645(**) -,596(**) 1 ,745(**) ,557(**) ,593(**)
Sig. (bilateral) ,001 ,006 ,018 ,039 ,001 ,002 ,000 ,005 ,002
N 24 24 24 24 24 24 24 24 24 24
pHifinal Correlación de Pearson -,488(*) -,397 -,422(*) ,284 -,638(**) -,685(**) ,745(**) 1 ,655(**) ,620(**)
Sig. (bilateral) ,015 ,055 ,040 ,179 ,001 ,000 ,000 ,001 ,001
N 24 24 24 24 24 24 24 24 24 24
IT-pHiW Correlación de Pearson -,607(**) -,471(*) -,297 ,395 -,629(**) -,579(**) ,557(**) ,655(**) 1 ,664(**)
Sig. (bilateral) ,002 ,020 ,158 ,056 ,001 ,003 ,005 ,001 ,000
N 24 24 24 24 24 24 24 24 24 24
IT-Pi/PCrW Correlación de Pearson -,573(**) -,199 -,297 ,474(*) -,644(**) -,736(**) ,593(**) ,620(**) ,664(**) 1
Sig. (bilateral) ,003 ,351 ,159 ,019 ,001 ,000 ,002 ,001 ,000
N 24 24 24 24 24 24 24 24 24 24
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). * La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral).
121
TABLA 9.14 Tiempos medios para el ejercicio constante
122
TABLA 9.15 Correlaciones de τPCr para recuperación ejercicio incremental
123
TABLA 9.17 Correlaciones de τPCr para recuperación ejercicio grupo FA
124
TABLA 9.19 Valores de Vi%PCr en la recuperación
Vi%PCrrep I 77,122 ± 4,732 114,85 40,45 84,688 ± 6,960 114,09 40,45 69,556 ± 5,899 114,85 45,83
Vi%PCrrep CT 74,113 ± 10,185 276,96 28,88 90,933 ± 18,600 276,96 28,88 57,293 ± 6,035 107,11 31,56
Vi%PCrrep FA 87,811 ± 9,733* 276,96 28,88 84,688 ± 6,960* 114,09 40,45 90,933 ± 18,600* 276,96 28,88
Vi%PCrrep C 63,425 ± 4,320* 114,85 31,56 69,556 ± 5,899* 114,85 45,83 57,293 ± 6,035* 107,11 31,56
125
TABLA 9.20a Correlaciones de Vi %PCr para recuperación ejercicio incremental
126
TABLA 9.21a Correlaciones de Vi %PCr para recuperación ejercicio incremental
grupo FA
127
TABLA 9.22 Valores de Vi [PCr] en la recuperación
Vi[PCr] I 34,435 ± 2,664 58,847 12,923 40,958 ± 3,672 58,847 22,822 27,911 ± 2,908 48,407 12,923
Vi[PCr] CT 29,384 ± 2,611 54,976 12,467 34,695 ± 4,203 54,976 12,467 24,073 ± 6,035 40,965 13,817
Vi[PCr] FA 37,827 ± 2,806** 58,847 12,467 40,958 ± 3,672* 58,847 22,822 34,695 ± 4,2033* 54,976 12,467
Vi[PCr] C 25,992 ± 1,884** 48,407 12,923 27,911 ± 2,908* 48,407 12,923 24,073 ± 6,035* 40,965 13,817
128
TABLA 9.23a Correlaciones de Vi [PCr] para recuperación ejercicio incremental
129
TABLA 9.24a Correlaciones de Vi [PCr] para recuperación ejercicio incremental
grupo FA
130
TABLA 9.25 Valores metabólicos de la recuperación ejercicio incremental
PCr/S 0,423±0,005 0,130±0,010 0,4252±0,006 0,424±0,006 0,158±0,013** 0,4251±0,006 0,422±0,009 0,101±0,008** 0,4253±0,011
%PCrrep 100 30,75±2,36 100,4±0,5 100 37,67±3,37** 100,3±0,6 100 23,84±1,79** 100,6±0,8
Pi/PCr 0,169±0,008 3,132±0,327 0,161±0,016 0,160±0,010 2,189±0,273** 0,176±0,023 0,179±0,013 4,075±0,460** 0,146±0,023
Pi/S 0,072±0,004 0,342±0,013 0,057±0,006 0,068±0,004 0,308±0,014** 0,068±0,008 0,076±0,007 0,375±0,018** 0,047±0,007
%PCrrep 100 49,60±2,40 100,98±1,91 100 54,03±4,05* 94,86±1,95 100 45,18±2,03* 107,1±2,18
Pi/S 0,074±0,005 0,270±0,017 0,066±0,005 0,078±0,008 0,233±0,021* 0,070±0,008 0,070±0,008 0,307±0,023* 0,062±0,007
131
9.2 GRAFICOS
132
CINÉTICA DEL PCr/S EN EL EJERCICIO INCREMENTAL (24 SUJETOS)
Variable
dependiente
evolución EJERCICIO INCREMENTAL
1 PCr_0
2 0,50
PCr_10
0,45
3 PCr_20 0,40
4 PCr_30 0,35
5 PCr_40 0,30 GLOBAL
PCr/S
0,25
6 PCr_50
0,20
7 PCr_60 0,15
8 PCr_70 0,10
9 0,05
PCr_80
0,00
10 PCr_90 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 %
11 PCr_100
133
CINÉTICA DEL PI/S EN EL EJERCICIO INCREMENTAL (24 SUJETOS)
Variable
dependiente
evolución EJERCICIO INCREMENTAL
1 Pi_0
0,50
2 Pi_10
0,45
3 Pi_20 0,40
4 Pi_30 0,35
5 Pi_40 0,30 GLOBAL
Pi/S
0,25
6 Pi_50 0,20
7 Pi_60 0,15
8 Pi_70 0,10
9 0,05
Pi_80
0,00
10 Pi_90 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 %
11 Pi_100
134
CINÉTICA DEL ATPβ/S EN EL EJERCICIO INCREMENTAL (24 SUJETOS)
Variable
dependiente EJERCICIO INCREMENTAL
evolución
1 ATPb_0
0,20
2 ATPb_10 0,18
3 ATPb_20 0,16
4 ATPb_30 0,14
0,12 GLOBAL
ATP β /S
5 ATPb_40
0,10
6 ATPb_50 0,08
7 ATPb_60 0,06
8 0,04
ATPb_70
0,02
9 ATPb_80
0,00
10 ATPb_90 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 %
11 ATPb_100
135
CINÉTICA DEL pHi EN EL EJERCICIO INCREMENTAL (24 SUJETOS)
Variable
dependiente EJERCICIO INCREMENTAL
evolución
1 pH_0
7,2
2 pH_10
3 7,1
pH_20
4 pH_30 7,0
pH
6 pH_50 6,8
7 pH_60 6,7
8 pH_70 6,6
9 pH_80
6,5
10 pH_90 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 %
11 pH_100
136
COMPARACIÓN DE LAS PENDIENTES DEL EJERCICIO INCREMENTAL, EJERCICIO
CONSTANTE A LOS 7 MINUTOS Y AL FINAL DEL EJERCICIO
PROTOCOLO
0,2
CTE7min
0,16 CTEfinal
INCRfinal
pH/W2
0,12
0,08
0,04
0
0 0,3 0,6 0,9 1,2 1,5 1,8
%PCr/W2
137
PROTOCOLO
0,2
CTE7min
0,16 CTEfinal
INCRfinal
pH/W2
0,12
0,08
0,04
0
0 0,2 0,4 0,6 0,8
[PCr]/W2
138
COMPARACIÓN DE LAS PENDIENTES DE LOS EJERCICIOS INCREMENTAL Y
CONSTANTE CON RELACIÓN A LA ACTIVIDAD FÍSICA
INCREMENTAL + CONSTANTE
0,2
CONTROL
0,16 F. ACTIVOS
pH/W2
0,12
0,08
0,04
0
0 0,3 0,6 0,9 1,2 1,5 1,8
%PCr/W2
139
INCREMENTAL + CONSTANTE
0,2
CONTROL
0,16 F. ACTIVOS
pH/W2
0,12
0,08
0,04
0
0 0,2 0,4 0,6 0,8
[PCr]/W2
140
Pi/PCr VERSUS %Wmax
Se han calculado por regresión lineal las dos rectas que mejor se aproximan a los puntos de
Pi/PCr. Para la recta de la fase 1 se ha calculado, la pendiente denominada
%Wmax/(Pi/PCr), el punto de cruce IT para Pi/PCr (ITpipcr), y el punto de cruce IT para
%Wmax (IT%W).
100 fase
1
80 2
%Wmax
60
IT
40
20
0
0 0,4 0,8 1,2 1,6 2
Pi/PCr
Ejemplo del cálculo del IT para un sujeto de la muestra
141
pHi VERSUS %Wmax
Se han calculado por regresión lineal las dos rectas que mejor se aproximen a los puntos de
pHi. Para la recta de la fase 1 se ha calculado, la pendiente pHi/%Wmax (pend1pHi), el IT
para pHi (ITpHi ), y el IT para %Wmax (ITpHi%W).
7,3 fase
IT 1
7,1 2
6,9
pH
6,7
6,5
6,3
0 20 40 60 80 100
%Wmax
142
ESTUDIO DEL pHi EN EL EJERCICIO INCREMENTAL
EJERCICIO INCREMENTAL
7,2
7,1
7,0
6,9 F. ACTIVOS
pH
6,8 CONTROL
6,7
6,6
6,5
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 %
143
EJERCICIO INCREMENTAL CINÉTICA DEL PCr/S
EJERCICIO INCREMENTAL
0,50
0,45
0,40
0,35
0,30 F. ACTIVOS
PCr/S
0,25
CONTROL
0,20
0,15
0,10
0,05
0,00
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 %
144
EJERCICIO INCREMENTAL CINÉTICA DEL Pi/S
EJERCICIO INCREMENTAL
0,50
0,45
0,40
0,35
0,30 F. ACTIVOS
Pi/S
0,25
CONTROL
0,20
0,15
0,10
0,05
0,00
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 %
145
EJERCICIO INCREMENTAL CINÉTICA DEL Pi/PCr
EJERCICIO INCREMENTAL
5,0
4,5
4,0
3,5
3,0 F. ACTIVOS
Pi/PCr
2,5 CONTROL
2,0
1,5
1,0
0,5
0,0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 %
146
EJERCICIO INCREMENTAL CINÉTICA DEL %PCrrep
EJERCICIO INCREMENTAL
120
100
80
%PCr rep
F. ACTIVOS
60
CONTROL
40
20
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 %
147
EJERCICIO INCREMENTAL CINÉTICA DEL %Pirep
EJERCICIO INCREMENTAL
600
500
400
%Pi rep
F. ACTIVOS
300
CONTROL
200
100
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 %
148
INTERRELACIÓN ENTRE pHi y %PCr AL FINAL DEL EJERCICIO INCREMENTAL
Se ha estudiado la regresión lineal entre el pHi al final del ejercicio normalizado con el trabajo al
cuadrado (pHifinal/W2) con el porcentaje de PCrrep al final del mismo y también normalizado con W2
(%PCrfinal/W2). Se han obtenido las rectas de regresión para el grupo FA y para el C, y su coeficiente
de correlación r.
EJERCICIO INCREMENTAL
0,2
CONTROL
0,16 F. ACTIVOS
pHfinal/W2
0,12
0,08
0,04
0
0 0,3 0,6 0,9 1,2 1,5 1,8
%PCrfinal/W2
149
INTERRELACIÓN ENTRE pHi y [PCr] AL FINAL DEL EJERCICIO INCREMENTAL
Se ha estudiado la regresión lineal entre el pHi al final del ejercicio normalizado con el trabajo al
cuadrado (pHifinal/W2) con la concentración de PCr al final del mismo y también normalizado con W2
([PCr]final/W2). Se han obtenido las rectas de regresión para el grupo FA y para el C, y su coeficiente
de correlación r
EJERCICIO INCREMENTAL
0,2
CONTROL
0,16 F. ACTIVOS
pHfinal/W2
0,12
0,08
0,04
0
0 0,2 0,4 0,6 0,8
[PCr]final/W2
150
CINÉTICA DEL PCr/S EN EL EJERCICIO CONSTANTE (24 SUJETOS)
Variable
dependiente
cinetica
1 PCr_0
EJERCICIO CONSTANTE
2 PCr_0.5
3 PCr_1 0,50
4 PCr_1.5 0,45
5 PCr_2 0,40
6 PCr_2.5 0,35
PCr/S
7 PCr_3 0,30 GLOBAL
8 PCr_3.5 0,25
9 0,20
PCr_4
0,15
10 PCr_4.5
0,10
11 PCr_5 final
0 1 2 3 4 5 6 7 8
12 PCr_5.5
13 PCr_6
14 PCr_6.5
15 PCr_7
16 PCr_fin
151
CINÉTICA DEL Pi/S EN EL EJERCICIO CONSTANTE (24 SUJETOS)
Variable
cinetica dependiente
1 Pi_0
EJERCICIO CONSTANTE
2 Pi_0.5
3 Pi_1 0,40
4 Pi_1.5 0,35
5 Pi_2 0,30
6 Pi_2.5 0,25
Pi/S
7 Pi_3 0,20 GLOBAL
8 0,15
Pi_3.5
0,10
9 Pi_4
0,05
10 Pi_4.5 0,00
11 Pi_5 0 1 2 3 4 5 6 7 final
8
12 Pi_5.5
13 Pi_6
14 Pi_6.5
15 Pi_7
16 Pi_fin
152
CINÉTICA DEL Pi/PCr EN EL EJERCICIO CONSTANTE (24 SUJETOS)
Variable
cinetica dependiente
1 Pi/Pcr_0
2 EJERCICIO CONSTANTE
Pi/Pcr _0.5
3 Pi/Pcr _1
2,00
4 Pi/Pcr _1.5
5 Pi/Pcr _2 1,50
6 Pi/Pcr _2.5
Pi/PCr
7 Pi/Pcr _3 1,00 GLOBAL
8 Pi/Pcr _3.5
9 Pi/Pcr _4 0,50
10 Pi/Pcr _4.5
0,00
11 Pi/Pcr _5
0 1 2 3 4 5 6 7 final
8
12 Pi/Pcr _5.5
13 Pi/Pcr _6
14 Pi/Pcr _6.5
15 Pi/Pcr _7
16 Pi/Pcr _fin
153
CINÉTICA DEL ATP /S EN EL EJERCICIO CONSTANTE (24 SUJETOS)
Variable
dependiente
cinetica
1 ATPb_0 EJERCICIO CONSTANTE
2 ATPb_0.5
3 ATPb_1 0,30
4 ATPb_1.5 0,25
5 ATPb_2
0,20
6
ATPβ /S
ATPb_2.5
7 0,15 GLOBAL
ATPb_3
8 ATPb_3.5 0,10
9 ATPb_4 0,05
10 ATPb_4.5 0,00
11 ATPb_5 0 1 2 3 4 5 6 7 final
8
12 ATPb_5.5
13 ATPb_6
14 ATPb_6.5
15 ATPb_7
16 ATPb_fin
154
Cinética de PCr /S ejercicio constante
EJERCICIO CONSTANTE
0,50
0,40
0,30
PCr/S
F. ACTIVOS
0,20 CONTROL
0,10
0,00
0 1 2 3 4 5 6 7 final
8
155
EJERCICIO CONSTANTE Cinética del Pi/S
EJERCICIO CONSTANTE
0,40
0,35
0,30
0,25
F. ACTIVOS
Pi/S
0,20
CONTROL
0,15
0,10
0,05
0,00
0 1 2 3 4 5 6 7 final
8
156
EJERCICIO CONSTANTE CINÉTICA del Pi/PCr
EJERCICIO CONSTANTE
2,5
2,0
1,5
Pi/PCr
F. ACTIVOS
1,0 CONTROL
0,5
0,0
0 1 2 3 4 5 6 7 final
8
157
CINÉTICA DEL pHi EN EL EJERCICIO CONSTANTE (24 SUJETOS)
Medida: pHi
Variable
dependiente
cinetica EJERCICIO CONSTANTE
1 pH_0
2 pH_0.5 7,1
3 pH_1 7,0
4 pH_1.5
6,9
5 pH_2
pH
6 6,8 GLOBAL
pH_2.5
7 pH_3 6,7
8 pH_3.5 6,6
9 pH_4 6,5
10 pH_4.5 0 1 2 3 4 5 6 7 final
8
11 pH_5
12 pH_5.5
13 pH_6
14 pH_6.5
15 pH_7
16 pH_fin
158
ANOVA medidas repetidas Medida: pHi Pruebas de efectos intra-sujetos
Suma de Media
Fuente cuadrados tipo III gl cuadrática F Significación
cinetica Greenhouse-Geisser ,310 3,467 ,089 4,272 ,005
cinetica * FA/C Greenhouse-Geisser ,130 3,467 ,037 1,789 ,148
Error(cinetica) Greenhouse-Geisser 1,595 76,281 ,021
EJERCICIO CONSTANTE
7,1
7,0
6,9
F. ACTIVOS
pH
6,8
CONTROL
6,7
6,6
6,5
0 1 2 3 4 5 6 7 final
8
159
INTERRELACIÓN ENTRE pHi Y %PCr A LOS 7 MINUTOS.
Se ha estudiado la regresión lineal entre el pHi a los 7 minutos del ejercicio normalizado con la
potencia al cuadrado (pHi7m/W2) con el porcentaje de PCr7m a los 7 minutos del mismo y también
normalizado con W2 (%PCr7m/W2 Se han obtenido las rectas de regresión para el grupo FA y para el
C, y su coeficiente de correlación r
EJERCICIO CONSTANTE
0,2
CONTROL
0,16 F. ACTIVOS
pH7min/W2
0,12
0,08
0,04
0
0 0,3 0,6 0,9 1,2 1,5 1,8
%PCr7min/W2
160
INTERRELACIÓN ENTRE pHi y [PCr] A LOS 7 MINUTOS.
Se ha estudiado la regresión lineal entre el pHi a los 7 minutos del ejercicio normalizado con la
potencia al cuadrado (pHi7m/W2) con la concentración de PCr a los 7 minutos del mismo y también
normalizado con W2 ([PCr]7m/W2). Se han obtenido las rectas de regresión para el grupo FA y para el
C, y su coeficiente de correlación r.
EJERCICIO CONSTANTE
0,2
CONTROL
0,16 F. ACTIVOS
pH7min/W2
0,12
0,08
0,04
0
0 0,2 0,4 0,6 0,8
[PCr]7min/W2
161
INTERRELACIÓN ENTRE pHi y %PCr AL FINAL DEL EJERCICIO CONSTANTE
Se ha estudiado la regresión lineal entre el pHi al final del ejercicio normalizado con la potencia al
cuadrado (pHifinal/W2) con el porcentaje de PCrrep al final del mismo y también normalizado con W2
(%PCrfinal/W2). Se han obtenido las rectas de regresión para el grupo FA y para el C, y su coeficiente
de correlación r
EJERCICIO CONSTANTE
0,2
CONTROL
0,16 F. ACTIVOS
pHfinal/W2
0,12
0,08
0,04
0
0 0,3 0,6 0,9 1,2 1,5 1,8
%PCrfinal/W2
162
INTERRELACIÓN ENTRE pHi y [PCr] AL FINAL DEL EJERCICIO CONSTANTE
Se ha estudiado la regresión lineal entre el pHi al final del ejercicio normalizado con la potencia al
cuadrado (pHifinal/W2) con la concentración de PCr al final del mismo y también normalizado con W2
([PCr]final/W2). Se han obtenido las rectas de regresión para el grupo FA y para el C, y su coeficiente
de correlación r
EJERCICIO CONSTANTE
0,2
CONTROL
0,16 F. ACTIVOS
pHfinal/W2
0,12
0,08
0,04
0
0 0,2 0,4 0,6 0,8
[PCr]final/W2
163
EJEMPLO DE LA EVOLUCIÓN DE %PCr A PARTIR DE 9 MINUTOS
110
100
90
80
%PCr rep
70
60
50
40
30
20
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16
Tiempo (min.)
164
TIEMPO MEDIO DE τ%PCrrep PARA LAS RECUPERACIONES DE AMBOS EJERCICIOS
τ%PCrrep I 41,04±3,03 72,24 21,86 33,57±3,92* 67,42 21,86 48,51±3,60* 72,24 29,02
τ%PCrrep CT 34,8±3,4 85,93 15,95 25,0±2,6** 36,00 15,95 44,5±4,9** 85,93 21,90
T de Student entre FA/C *p<0,05, **p<0,01, ***p<0,001
T pareada entre I/CT ªp<0,05, ªªp<0,01, ªªªp<0,001
120 120
100 100
80 80
%PCr rep
%PCr rep
F. ACTIVOS F. ACTIVOS
60 60
CONTROL CONTROL
40 40
20 20
0 0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 0 1 2 3 4 5 6 7 8
GRÁFICO 9.28 TIEMPO MEDIO DE τ%PCrREP PARA LAS RECUPERACIONES DE AMBOS EJERCICIOS
165
TIEMPO MEDIO DE τPi/PCr PARA LAS RECUPERACIONES DE AMBOS EJERCICIOS
τPi/PCr I 17,76±1,08ª 35,20 11,16 17,31±0,86 21,76 11,16 18,22±2,02 35,20 11,37
τPi/PCr CT 20,9±1,0ª 28,42 11,23 19,0±1,2 22,76 11,23 22,8±1,4 28,42 13,52
5 5
4 4
3 3
Pi/PCr
Pi/PCr
F. ACTIVOS F. ACTIVOS
CONTROL CONTROL
2 2
1 1
0 0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 0 1 2 3 4 5 6 7 8
GRÁFICO 9.29 TIEMPO MEDIO DE τPi/PCr PARA LAS RECUPERACIONES DE AMBOS EJERCICIOS
166
TIEMPO MEDIO DE τPi PARA LAS RECUPERACIONES DE AMBOS EJERCICIOS
τPi I 33,63±2,44 70,02 17,45 27,36±1,89** 36,39 17,45 39,89±3,76** 70,02 20,31
τPi CT 29,3±2,2 55,80 13,07 24,5±2,2* 38,18 13,07 34,0±3,5* 55,80 17,68
0,45 0,45
0,40 0,40
0,35 0,35
0,30 0,30
0,25 F. ACTIVOS 0,25 F. ACTIVOS
Pi/S
Pi/S
0,20 CONTROL 0,20 CONTROL
0,15 0,15
0,10 0,10
0,05 0,05
0,00 0,00
0 1 2 3 4 5 6 7 8 0 1 2 3 4 5 6 7 8
GRÁFICO 9.30 TIEMPO MEDIO DE τPi PARA LAS RECUPERACIONES DE AMBOS EJERCICIOS
167
COMPORTAMIENTO DEL pHi PARA LAS RECUPERACIONES DE AMBOS EJERCICIOS
INCREMENTAL 6,738±0,046ªªª 6,542±0,043ªªª 105,0±13,87 ***6,900±0,035ª ***6,698±0,050 87,5±15,42 ***6,576±0,054ªªª ***6,387±0,031ªª 122,5±22,60
CONSTANTE 6,92±0,030ªªª 6,70±0,046ªªª 112±19 6,97±0,023ª 6,76±0,036 97±26 6,86±0,053ªªª 6,63±0,082ªª 130±28
7,2 7,2
7,1 7,1
7,0 7,0
6,9 6,9
F. ACTIVOS F. ACTIVOS
pH
6,8
pH
6,8
CONTROL CONTROL
6,7 6,7
6,6 6,6
6,5 6,5
6,4 6,4
0 1 2 3 4 5 6 7 8 0 1 2 3 4 5 6 7 8
GRÁFICO 9.31 COMPORTAMIENTO DEL pHi PARA LAS RECUPERACIONES DE AMBOS EJERCICIOS
168
EVOLUCIÓN DEL [ADP] EN EL EJERCICIO INCREMENTAL Y SU RECUPERACIÓN
140 140
120 120
100 100
F. ACTIVOS
80 80 F. ACTIVOS
[ADP]
[ADP]
CONTROL
60 60 CONTROL
40 40
20 20
0 0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 % 0 1 2 3 4 5 6 7 8
169
EVOLUCIÓN DEL [ADP] EN EL EJERCICIO CONSTANTE Y SU RECUPERACIÓN
180 180
160 160
140 140
120 120
[ADP]
[ADP]
80 CONTROL 80 CONTROL
60
60
40
20 40
0 20
0 1 2 3 4 5 6 7 final
8 0
0 1 2 3 4 5 6 7 8
170
EVOLUCIÓN DEL ∆GATP EN EL EJERCICIO INCREMENTAL Y SU RECUPERACIÓN
-30 -30
-32 -32
-34 -34
∆ GATP
-36
∆ GATP
-36 F. ACTIVOS
F. ACTIVOS
-38 -38 CONTROL
CONTROL
-40 -40
-42 -42
-44 -44
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 % 0 1 2 3 4 5 6 7 8
171
EVOLUCIÓN DEL ∆GATP EN EL EJERCICIO CONSTANTE Y SU RECUPERACIÓN
-32 -32
-34 -34
-36 -36
∆ GATP
F. ACTIVOS
∆ GATP
-38 F. ACTIVOS
CONTROL -38
CONTROL
-40
-40
-42
-42
-44
0 1 2 3 4 5 6 7 final
8 -44
0 1 2 3 4 5 6 7 8
172
DISCUSIÓN
173
10. DISCUSIÓN
En este trabajo hemos estudiado la influencia de la actividad física sobre los índices
31
metabólicos musculares a través P-RMN en un grupo de 24 sujetos sanos. Esta técnica
nos ha permitido observar, durante el ejercicio y su recuperación, los cambios rápidos en los
parámetros energéticos musculares de forma directa, continua, repetible y lo que puede ser
más importante, de modo no invasivo.
31
Un problema importante para el diseño y la interpretación de los estudios de P-RMN es la
31
variabilidad interindividual de resultados en sujetos normales . El carácter anormal de las
concentraciones y de las cinéticas se define por comparaciones con los valores controles; la
especificidad y la sensibilidad del parámetro obtenido dependerá entonces de los umbrales
elegidos con ayuda estadística. Sin embargo, la considerable variabilidad de estos
parámetros en la población “normal” hace difícil la elección de umbrales. 31,32,300
Muchas de las razones para esta gran variabilidad intersujetos no son completamente
explicables pero pueden influir factores derivados de la propia técnica y factores individuales
de la muestra estudiada: factores genéticos277, grupo muscular investigado175, edad de los
sujetos235,240, grado de entrenamiento36,227, dieta previa y la influencia de enfermedades
sistémicas concomitantes; aspectos ya comentados en los capítulo 5 y 6 de este trabajo.
Una característica frecuente de los estudios de RMN es el reducido tamaño de las muestras
objeto de estudio. La carestía del procedimiento, el tiempo utilizado para el estudio de cada
174
individuo, la dificultad en la obtención de los datos y el escaso número de unidades RMN
disponibles han podido contribuir a este hecho32.
Todas estas circunstancias nos han obligado a definir los criterios de inclusión que debían
cumplir los sujetos sometidos al estudio.
Para la valoración del tipo de actividad realizada en nuestro trabajo se consideraron aquellas
actividades que involucraban primariamente a las extremidades inferiores, debido a que los
músculos evaluados en nuestro protocolo de estudio eran los músculos de la pantorrilla.
175
sujetos tipo 4 que realizaban actividades de alta intensidad (igual o superior a 6 METs)
durante más de 3 horas.
Para valorar la intensidad de la actividad física realizada se realizó una estimación de los
equivalentes metabólicos (METS) de las distintas actividades realizadas143. Esta intensidad
de ejercicio de 6 METs puede mejorar el estado físico en muchos sujetos sedentarios278; y
es superior al de 5 METs233, utilizado en algunos trabajos para calificar los sujetos como
acondicionados.
Para poder comparar los resultados de nuestra población hemos utilizado parámetros de
carga para la normalización de los datos. En general, estos procedimientos aunque
aconsejados no siempre han sido utilizados en la literatura y se basan en parámetros
antropométricos o en parámetros de carga.
En este trabajo hemos utilizado el test de ejercicio “incremental, en rampa” que nos ha
permitido, además, analizar los parámetros metabólicos durante el desarrollo del ejercicio
94,216,220,234,237,262
. La máxima potencia alcanzada individualmente por cada sujeto (potencia
máxima tolerada-PMT), permite el cálculo por aproximación y la posterior comparación,
durante la evolución del ejercicio, de los parámetros metabólicos a un mismo estrés relativo.
Por otro lado, el modelo de reclutamiento desarrollado por las fibras musculares durante los
niveles graduados de ejercicio isotónico submáximo, junto con la riqueza en fibras oxidativas
lentas del músculo estudiado163,279,280 parecen presentar este modelo, como bien adaptado,
para la consecución de los objetivos propuestos en nuestro trabajo.
176
RMN desarrollado en nuestro laboratorio no disponía de la mecánica necesaria para estas
determinaciones.
Los ejercicios tuvieron una duración variable. El desarrollo total del ejercicio incremental,
mostró una duración total o potencia máxima tolerada (PMT) algo superior para los sujetos
FA (FA = 15.79 ± 0.86 min. y C = 13.83 ± 0.52 min.) pero no significativamente diferente
(Tabla 9.3) y la potencia máxima alcanzada fue también algo superior. El trabajo realizado
por cada individuo fue proporcional a su duración, con un Wmax promedio de 6789 ± 724 J
para los sujetos FA y de 5096 ± 372 J para los sujetos control. El limitado número de sujetos
pudo contribuir a la ausencia de diferencias estadísticamente significativas en la duración
del ejercicio.
La potencia media del ejercicio constante se situó en 9.65 ± 0.56 W en los sujetos FA y en
8.40 ± 0.33 en los C. Sin embargo, la duración del ejercicio constante y por tanto el trabajo
realizado fue, significativamente superior en los sujetos físicamente activos, con una
duración media de 16.92 ± 1.85 min que representó un trabajo medio de 10393 ± 1602 J;
frente a los sujetos control con una duración media de 11.83 ± 0.91 min y un trabajo medio
de 6057 ± 572 J.
En ambos ejercicios la duración total mostró una interrelación positiva con las variables
antropométricas individuales de talla, peso, perímetro de la pantorrilla; de forma que fue
177
superior en los sujetos más altos, más pesados y con un perímetro mayor en su pierna, para
los dos protocolos de esfuerzo (Tablas 9.4 y 9.5).
Esta relación explica las diferencias intersujetos en la duración del ejercicio, pero dada la
homogeneidad de las muestras respecto a las características físicas, no explica las
diferentes duraciones del ejercicio en los dos grupos estudiados.
Otros factores como la motivación del sujeto, la técnica o táctica utilizada en el ejercicio, la
función de enzimas musculares, el suministro de oxígeno y sustratos pueden estar
relacionados con la mayor PMT y sobre todo con la significativa mayor duración del ejercicio
submáximo en el grupo de sujetos físicamente activos de la muestra.
Los mecanismos de fatiga muscular han sido ampliamente estudiados pero su etiología no
ha sido aún aclarada285-287. Se han involucrado tanto factores centrales, que alterarían la
transmisión neuromuscular; como factores periféricos, entre los que se considera el fallo de
la excitación-contracción como el mecanismo principal que lleva a las fatiga285. La
acumulación intramioplasmática de Pi debida la rotura de PCr y la limitación en la
disponibilidad de ATP20 han sido los factores más investigados. Los estudios in vitro así lo
31
demuestran y han sido los estudios de P-RMN los que han tratado de poner en evidencia
este fenómeno inhibitorio del Pi en condiciones fisiológicas36,88,157,288,289. La reducción de las
reservas de glucógeno pueden jugar un papel importante en el desarrollo de fatiga290, por su
papel de fuente de ATP al retículo sarcoplásmico. Una aproximación combinada de registros
de 31P-RMN y EMG, debería mejorar y arrojar luz a nuestra comprensión de los mecanismos
de fatiga muscular humana.
178
10.3. EJERCICIO INCREMENTAL
Durante el desarrollo del ejercicio incremental y hasta el final del ejercicio se ha estudiado la
evolución de los parámetros metabólicos, Pi/S, PCr/S, ATP/ y pHi (Gráficos 9.1- 9.4)
Vamos a referirnos a continuación a los parámetros Pi/S, PCr/S y ATP/S como Pi, PCr y
ATP. Con objeto de facilitar comparaciones se han calculado las concentraciones de los
metabolitos [PCr], [Pi] y [ATP] como se ha reflejado en material y métodos.
Dada la variabilidad interindividuos de los datos de reposo y final del ejercicio, y con objeto
de facilitar el estudio estadístico de los datos espectrales de PCr y Pi, se normalizaron sus
valores respecto a los resultados obtenidos en reposo presentándose en ocasiones como
porcentajes de estos cambios37,70,110,291.
179
Al finalizar el ejercicio fueron evidentes correlaciones entre distintas variables metabólicas;
valores mayores de PCr (o una depleción menor) al final del ejercicio se asoció a un valor de
Pi menor, una disminución menor del pHi y valores de Pi/PCr menores (Tabla 9.6) .
La variabilidad en las respuestas metabólicas al final del ejercicio podría reflejar las
diferentes propiedades intrínsecas de las fibras musculares, pero también podría influir la
intensidad del trabajo realizado.
Una mayor intensidad de trabajo (una mayor carga) podría asociarse a una mayor depleción
de PCr. Todos los sujetos realizaron un ejercicio máximo; y sin embargo, el grupo de sujetos
entrenados alcanzó una PMT algo mayor con valores finales de PCr algo mayores.
Los autores han demostrado que la interrelación persiste para cada sujeto
independientemente del protocolo usado; y por tanto, permite comparar los cambios
metabólicos inducidos por el ejercicio en diferentes protocolos de esfuerzo. También
sugieren que todo cambio en la pendiente indica una modificación en la producción de
energía del músculo.
Hemos aplicado esta aproximación a nuestros resultados, comparando las pendientes entre
los dos protocolos de ejercicio propuestos en este trabajo. Para el cálculo de las pendientes
hemos estimado el valor de PCr expresado tanto en porcentaje con respecto al reposo
(%PCr) como con su concentración [PCr] mM.
180
Estos resultados nos estarían mostrando un comportamiento similar de los sujetos de la
muestra en los dos protocolos a estudio; pero también estarían mostrando las diferencias en
el comportamiento de los sujetos FA frente a los C.
El objetivo de estudiar las interrelaciones internas entre las variables metabólicas sería el
proponer una estrategia de estandarización, que permitiera conocer el estado del músculo215
En este contexto, ha sido propuesto también, utilizar el umbral intracelular (IT) calculado en
el ejercicio incremental, como un índice de la capacidad oxidativa216
La pendiente inicial de esta interrelación fue de (%Wmax /(Pi/PCr = 114.089 ± 7.7) y ha sido
usada como índice del potencial oxidativo muscular167, es decir como indicador de la
capacidad máxima del músculo para producir ATP por oxidación 36.
El potencial de la pendiente inicial de Pi/PCr como indicador del potencial oxidativo, fue
desarrollado por Chance y col294 sobre la teoría que responsabiliza al ADP como potencial
181
regulador de la fosforilación oxidativa294. Durante el ejercicio moderado, en el que se alcanza
un estado-estable, un incremento en Pi/PCr se correla con un incremento en ADP. En estas
condiciones, en las cuales el aporte de oxígeno y la concentración de sustratos no están
limitados, la interrelación entre la potencia y el Pi/PCr o [ADP] se aproximan a una hipérbola
tipo de Michaelis-Menten, cuya porción inicial es esencialmente lineal. La asíntota de esta
hipérbola rectangular294 corresponde a la máxima velocidad de la fosforilación oxidativa
(Vmax).
Al comienzo del ejercicio observamos en los sujetos un incremento transitorio del pHi; un
efecto que previamente ha sido descrito como una alcalinización transitoria y una respuesta
bifásica del pHi37,109,166,274 originada por la hidrólisis de PCr al comienzo del ejercicio.
Después de esta respuesta bifásica inicial, el pHi permaneció estable, sin modificaciones
significativas respecto al reposo, a pesar de aumentar la carga impuesta sobre el músculo
hasta un nivel de potencia en el cual el pHi comenzó a descender progresivamente hasta el
final del ejercicio (Gráfico 9.4.)
Para el conjunto de la muestra el pHi umbral (IT-pHi), individualmente calculado para cada
sujeto se situó al 60,57 ± 4,60% de Wmax (pHi = 7,004 ± 0,009); es decir a un nivel de
trabajo relativo similar al umbral de Pi/PCr (IT-PCr). Varios estudios previos han situado por
medición espectroscópica el IT pHi en un rango entre el 47%94 y el 60 - 80% del pico de
trabajo, durante un ejercicio muscular progresivo163,166,276. (Gráfico 9.8)
En nuestro trabajo la localización individual de los umbrales (Pi/PCr %W, pHi %W) fue muy
variable (Gráficos 9.7 y 9.8). Contribuyó a esa variabilidad la condición de actividad física,
que separó a los dos grupos de la muestra. Además, en general los IT-Pi/PCr tendieron a
anticiparse respecto a los IT-pHi, pero esta anticipación fue mayor en la población de sujetos
físicamente activos (FA, Pi/PCr %W = 67,38% ± 2,64; pHi %W = 76,30% ± 4,67)
182
Umbrales coincidentes como los observados en nuestro trabajo, fundamentalmente en los
sujetos control, de IT-Pi/PCr y IT-pHi; fueron documentados en los resultados de distintos
trabajos experimentales216,234,276. Estos autores relacionaron el IT pHi con los cambios en
Pi/PCr, tras la realización de un protocolo de ejercicio isotónico progresivo sobre músculos
de la pantorrilla y flexores plantares, argumentando que un aumento acelerado de Pi y de la
hidrólisis de PCr durante el ejercicio intenso puede estimular la glucolisis de forma
desproporcionada a través de la activación de la fosfofructokinasa. El incremento resultante
en ácido láctico e hidrogeniones puede causar una acelerada caída en el pHi y el
coincidente umbral 216.
Con estos datos los autores definieron tres fases del metabolismo durante el ejercicio. Una
primera fase altamente oxidativa, una fase intermedia con inflexión en la relación Pi/PCr y
una fase altamente glicolítica en la que aparecía un umbral de pHi y durante la cual la fatiga
llega a ser significativa.
183
Las diferencias entre estos estudios han sido atribuidas al menos en parte al tipo de
protocolos utilizado, al tipo de ejercicio o el tipo de músculo investigado216. Factores como el
flujo sanguíneo y el tipo de fibras muscular podrían influir significativamente en el momento
de aparición de estos puntos de inflexión durante el ejercicio progresivo167.
Factores como los que acabamos de enunciar han podido contribuir en nuestro estudio a la
localización más tardía, es decir, a un más alto porcentaje sobre el trabajo máximo del IT-
pHi en la población de sujetos FA de nuestra muestra.
En nuestro caso, hemos podido ajustar individualmente los IT-Pi/PCr y IT-pHi en los dos
grupos de la muestra; sin embargo, en el grupo de sujetos FA el umbral pHi % W se situó
por encima del 90% W en 2 sujetos y en otro caso no llegó a ser localizado.
Una segunda desventaja atribuida al uso de los umbrales en los protocolos incrementales,
es su incapacidad para detectar cambios en el potencial oxidativo en ciertos estadíos de
enfermedad donde el eflujo de protones (y además el pHi intracelular) están afectados. Se
incluyen la enfermedad vascular periférica, HTA, hipertiroidismo, y algunos casos de
miopatía mitocondrial, enfermedad de McArdle, o deficiencia de FFK304; en estos casos la
falta de cambio en el pHi umbral no debería ser apropiada para detectar diferencias en la
capacidad oxidativa.
184
En recientes trabajos Schocke y col.166,305, han registrado disminuciones significativas en el
pHi durante ejercicios isotónicos incrementales de los músculos de la pantorrilla no
asociados a una aceleración de la hidrólisis de PCr. A una intensidad de trabajo del 66% de
la potencia en pico, el pHi disminuyó sin un incremento asociado en la hidrólisis de PCr
durante el ejercicio166. En otro estudio, los mismos autores, han obtenido los mismos
resultados durante una serie de ejercicios de flexión plantar305. Se discute con estos
resultados el papel regulador de la PCr sobre la fosforilación oxidativa, introducido por
Mhaler en 1985106.
Tomada en conjunto, esta información ofrece un perfil metabólico del músculo esquelético
humano desde el reposo al ejercicio que provoca la fatiga.
El estudio de la evolución del ejercicio señaló diferencias en la localización de los IT- Pi/PCr
y los IT-pHi respecto al trabajo máximo; es decir en la pendiente inicial de %Wmax/Pi/PCr
que podrían ser también explicadas por una mayor capacidad oxidativa en el grupo de
sujetos FA (Gráficos 9.7; 9.8). El nivel del IT-Pi/PCr en los sujetos C (IT-Pi/PCr = 46.05% ±
2.64 Wmax). El IT- pHi en este grupo C se situó al mismo nivel de trabajo relativo, como
185
hemos comentado previamente, (IT-pHi= 44,84% ± 4,67 Wmax), con un valor pHi = 6,99 ±
0,012.
El IT-Pi/PCr se situó a un mayor porcentaje del trabajo máximo (67,38% ± 2,64 Wmax) en el
grupo de sujetos FA; y aún correspondió a un mayor porcentaje el IT-pHi (76,30% ± 4,67
Wmax) que asoció un valor de pHi = 7,017 ± 0,012 en los sujetos FA. Los valores de Pi/PCr
al IT fueron de 0,723 ± 0,039 y de 0,636 ± 0,039, para los sujetos FA y C respectivamente.
La localización de los IT Pi/PCr y pHi entre el 65-76% del Wmax en los sujetos FA frente a
los IT de C en 44-48% de Wmax, podría ser explicada por el retraso en la participación de la
vía glucolítica en el aporte de energía, por la mayor capacidad oxidativa en este grupo de
sujetos.
Al final del ejercicio incremental, observamos un ambiente metabólico diferente entre ambas
muestras de sujetos
El cociente Pi/PCr al final del ejercicio fue también menor en la población FA (FA- Pi/PCr =
2,1893 ± 0,27; y C- Pi/PCr = 4,07 ± 0,46) (p < 0,002); además estos sujetos registraron una
significativa menor acidificación (FA-pHi = 6,9 ± 0,03 y C-pHi = 6,57 ± 0,05) Tabla 9.11
186
Los niveles de ATP se mostraron constantes a los largo del ejercicio en ambos grupos de
sujetos. Tampoco se demostraron diferencias entre los grupos al final del ejercicio
demostrando que la provisión de energía estuvo asegurada a lo largo del trabajo.
El estudio de las pendientes de pHi /W2 frente a PCr / W2 (Gráficos 9.15a, 9.15b) ha
mostrado diferencias significativas al final del ejercicio incremental en la población de
sujetos FA frente a los C.
Una mayor pendiente como la observada en los individuos activos de nuestro trabajo, se
asociaría según esta aproximación a una mayor participación de las vías oxidativas
musculares en la obtención de energía.
187
La adaptación del músculo esquelético al entrenamiento aeróbico, y la resultante mayor
capacidad oxidativa, ha sido bien descrito en animales310 y en el hombre. Los cambios
incluyen una mayor densidad capilar y mitocondrial en el músculo que en otros grupos de
sujetos310,311. La actividades de enzimas oxidativos, como enzimas del ciclo del ácido cítrico
y la cadena de transporte de electrones312, son también mayores. Esto origina una menor
utilización del O2 por la cadena respiratoria para mantener un nivel de VO2230. Además, los
músculos requieren un menor porcentaje de su máxima capacidad respiratoria para efectuar
el mismo trabajo submáximo230.
31
Un menor descenso de PCr ha sido observado también por técnica de P-RMN tras la
estimulación crónica de músculo esquelético en perros, que produce habitualmente grandes
modificaciones del músculo hacia un tipo de fibras lentas con mayor capacidad para la
fosforilación oxidativa320.
188
Estos trabajos pueden explicar las diferencias en el comportamiento de los parámetros de
Pi/PCr y pHi en los sujetos físicamente activos y los controles de nuestro estudio, como
derivadas de una adaptación tipo entrenamiento en endurance.
Un menor aumento de Pi/PCr y un mayor pHi podría ser consecuencia de las adaptaciones
cardiovasculares al entrenamiento en endurance en grandes grupos musculares; incluyendo
un mayor gasto cardíaco máximo, un mayor consumo de oxígeno máximo y un mayor flujo
sanguíneo a los músculos102,231.
El pHi y Pi/PCr en el umbral han sido utilizados en algunas publicaciones, como marcadores
de la función mitocondrial; y han sido comparados con la composición de fibras musculares
y marcadores enzimáticos del ciclo del ácido tricarboxílico (citrato sintetasa, CS) en
muestras de biopsia. Se han encontrando correlaciones significativas entre la actividad CS,
el Pi/PCr216,231, y la composición del tipo de fibras204.
189
31
Distintos trabajos con técnica de P-RMN han demostrado el efecto de las adaptaciones
periféricas musculares tras el entrenamiento en endurance, sobre las modificaciones en los
parámetros metabólicos observadas durante el ejercicio incremental270,321,322.
322 321
Stratton y col y Minotti , en distintos trabajos, investigaron la respuesta del Pi/PCr y del
pHi al ejercicio progresivo en los músculos flexores de la muñeca, tras el entrenamiento de
la musculatura del antebrazo no dominante (el brazo dominante se utilizó como control), en
pacientes con insuficiencia cardiaca321,322. Tras el entrenamiento, la duración del ejercicio
incrementó significativamente, y los valores de Pi/PCr fueron menores y de pHi mayores a
niveles submáximos; atribuyendo este efecto los autores a una mejor capacidad oxidativa
local. La pletismografía no mostró un aumento del flujo tras el entrenamiento321 .En nuestro
trabajo no se han realizado mediciones de flujo local, por lo que no se puede valorar la
influencia del flujo sanguíneo sobre los parámetros metabólicos implicados.
Los resultados fueron interpretados por los autores como consecuencia de que los cambios
fisiológicos beneficiosos del entrenamiento ocurren a nivel muscular durante el ejercicio
submáximo. El aumento en VO2 fue interpretado como consecuencia de los cambios
musculares mencionados. Los autores sugirieron, además, que el desacondicionamiento
físico puede intervenir la alterada bioenergética muscular de pacientes con EPOC
190
ofrecer un estímulo de entrenamiento en el miembro dominante, y además, que este efecto
de entrenamiento afecta de forma primaria al metabolismo aeróbico.
Con el ejercicio la PCr disminuyó hasta un 49,60 ± 2,40 % del valor de reposo, mientras que
Pi aumentó, alcanzándose la estabilización de los valores de los parámetros metabólicos en
menos de 2 minutos. La Pi/PCr mostró una cinética algo más lenta (Gráficos 9.16 – 9.18).
Estos valores de Pi, PCr, Pi/PCr se mantuvieron estables en el conjunto de la población
durante los 7 minutos estudiados y no se demostraron diferencias significativas en las
determinaciones de los metabolitos fosforilados entre los valores mostrados a los siete
minutos y los mostrados al final del ejercicio. Los valores de reposo, a los 3 y 7 minutos y al
final del ejercicio se recogen en la Tabla 9.12.
191
Los niveles de estabilización fueron significativamente diferentes en los sujetos FA frente a
los C, con valores de PCr más elevados y niveles de Pi y Pi/PCr más bajos en los sujetos
FA. (Gráficos 9.20 - 9.22).
Todos los sujetos efectuaron el ejercicio a un mismo nivel de porcentaje respecto a sus
posibilidades de potencia individuales; en general, aun cuando las diferencias no fueron
significativas, el nivel de potencia (watios) del trabajo en los sujetos FA fue algo superior que
en los sujetos C.
31
Como en nuestro trabajo distintos estudios de P-RMN han mostrado que la hidrólisis de
PCr se estabiliza frente a un ejercicio de carga constante de mediana intensidad109,127,163. En
la mayor depleción de PCr podría haber influido la intensidad de ejercicio individual148,175,
aunque en conjunto ésta resultó algo mayor en el grupo de FA.
La respuesta al ejercicio constante del pHi en nuestro estudio fue también bifásica, como en
el ejercicio incremental; con una ligera alcalosis en el primer minuto de ejercicio que se
siguió de una ligera acidificación muscular. En el conjunto de la población el pHi se acidificó
ligeramente a lo largo del ejercicio, sin mostrar diferencias significativas frente al reposo al
final del mismo (pHi al reposo=7,01 ± 0,021 y pHi final=6,92 ± 0,03). (Gráfico 9.23) Los
resultados también mostraron que l acidificación fue significativa al final del ejerciciom para
los controles (C- pHi al final=6.86 ± 0,053; P < 0.001), pero que no mostró diferencias con el
grupo de sujetos FA (FA-pHi al final = 6.97 ± 0,03. (Gráfico 9.24)
Hay que tener en cuenta que, el nivel de trabajo en el que se situó el IT pHi durante el
ejercicio incremental se localizó en la población de FA por encima de este nivel (FA-ITpHi
76.30 ± 4,67 %), mientras que en la población C se situó muy por debajo (C-ItpHi 46.05 ±
2.64 %) como ha sido anticipado.
Estas diferencias en los IT frente a la carga del ejercicio en ambos grupos de sujetos
justifican una apreciable aunque no significativa mayor acidificación en los sujetos control.
192
Hemos estudiado también, en este protocolo constante, el comportamiento de las
pendientes pHi /W2 frente a PCr / W2, (Gráficos 9.25a, 9.25b, 9.26a y 9.26.b) en las dos
poblaciones. Los resultados obtenidos han sido similares a los obtenidos en el ejercicio
incremental; los sujetos FA han mostrado una mayor pendiente asociada a una menor
contribución glicolítica en el metabolismo muscular que explicaría también el ambiente
metabólico diferente de estos sujetos al 70% de PMT
Los resultados de nuestro trabajo durante la transición al comienzo del ejercicio de la PCr y
el Pi mostraron una evolución que se ajustó a una función mono-exponencial con valores de
τ (constante de velocidad) τPCr= 37.3 ± 2.3; τPi= 33.09 ± 2.00 ; τPi/PCr= 45,5 ± 3,0 en el
conjunto de la muestra estudiada (Tabla 9.14). Cinéticas más rápidas (τ PCr menores) se
asociaron con valores de estabilización más altos de PCr, pHi y más bajos de Pi, y Pi/PCr
(Tabla 9.13)
Los valores de τPCr de este estudio se correspondieron con valores cinéticos similares
observados en diversos trabajos por técnica de RMN de alta resolución, con constantes de
tiempo calculadas de aproximadamente 30 segundos48,128,201,292,293.
Otro área para la cual los autores proponen el interés de esta aproximación es el estudio de
la hipoxia tanto aguda como crónica. En estas últimas condiciones otro factor relevante que
puede afectar a la “τ” es la PO2 de los tejidos328.
193
La posible influencia de la intensidad del ejercicio sobre la cinética de PCr ha sido estudiada
en algunos trabajos en los que someten al músculo a distintos niveles de carga, los
resultados parecen indicar que las cinéticas son independientes de la carga.
Así, Yoshida y col.330 estudiaron el músculo triceps sural con una bobina de 8 cm de
diámetro, a tres intensidades de esfuerzo, 18%, 39% y 60% de la máxima intensidad
alcanzada en un ejercicio incremental, durante 4 minutos y τPCr= 27-33 s y τPi= 17-31s;
también se estudió la recuperación del ejercicio. Los autores concluyeron que en general el
curso de la PCr tanto en el comienzo del ejercicio como en la recuperación no fueron
afectadas por la intensidad del esfuerzo. Observaron también que la interrelación entre el
cambio de PCr y pHi fue similar e independientemente de la intensidad del ejercicio.
Así, Marsh y col.128 fijaron la intensidad del ejercicio sobre el 90% del IT obtenido del estudio
de un protocolo incremental realizado previamente, los valores de pHi se mantuvieron
constantes en los 5 minutos que duró el ejercicio. En su trabajo se obtuvieron valores
medios de τPCr= 33.5 s y τPi= 32,1 en 5 sujetos sobre músculos flexores de muñeca. No se
encontraron diferencias significativas con los datos de la recuperación de PCr y Pi en el
mismo ejercicio.
McCann y col.48 estudiaron también los músculos flexores de muñeca, con una bobina de
2,5 cm de diámetro, a intensidades de trabajo moderadas e intensas. El trabajo moderado
resultó en una τPCr= 33 s y τPi= 38s estabilizándose las variables en 90s; cuando la
194
intensidad fue alta no se consiguió una estabilización de PCr que siguió descendiendo a lo
largo del ejercicio.
Unas τPCr = 26,3 ± 17,3 s y τPi = 30,7 ± 22,5 s fueron los resultados obtenidos por Barstow
y col.109 en 5 sujetos con un ejercicio de flexión plantar de 6 minutos de duración, realizado a
un 60% de la MPT lograda en un test incremental en un ejercicio en rampa; aunque los
sujetos lograron una estabilidad para la PCr, en dos sujetos se produjo una relativa acidosis
respecto al valor de reposo (pHi = 6.85 y 6.92).
31
La determinación de los umbrales resultó dificultosa en nuestro trabajo de P-RMN. El
procedimiento de cálculo de este umbral precisa un estudio previo de los espectros durante
la obtención de los datos y luego un ajuste individual para cada sujeto de la muestra. El
análisis no es por tanto inmediato.
195
10.4.2. Influencia de la actividad física en el ejercicio constante
Una “τ” más rápida en la población activa significaría una mayor rapidez en los procesos
regenerativos de ATP en estos sujetos328 que dependen a su vez de reacciones enzimáticas
de las mitocondrias. Una respuesta más rápida podría ser debida a una mayor actividad
enzimática y/o a una mayor concentración de mitocondrias funcionalmente idénticas; en este
último caso, para sostener una potencia submáxima(W) dada, la masa mitocondrial
necesitaría activarse en menor extensión, lo que a su vez implicaría un tiempo menor para
alcanzar el estado estable; y una mayor concentración de PCr una vez alcanzado el estado
estable306,328. El mayor potencial aeróbico muscular (debido a las mejores propiedades
aeróbicas y /o a una mayor densidad mitocondrial) haría necesarias concentraciones
menores de ADP para sostener el mismo consumo de oxígeno muscular 306,328.
Cinéticas más rápidas y valores de estabilización menores de PCr como los encontrados en
nuestro trabajo han sido asociados a una mayor capacidad aerobia en sujetos entrenados
en endurance.
196
también significativamente mayores en estos sujetos y la Pi/PCr alcanzada durante el
ejercicio fue significativamente menor. Los autores sugirieron que las diferencias podrían
explicarse por la mayor capacidad oxidativa de los músculos de los corredores de larga
distancia, con mayor distribución de fibras lentas.
En un estudio más reciente Yoshida y col.37 compararon las respuesta energética muscular
del bíceps femoral en tres grupos de sujetos, sedentarios, esprinters y corredores de larga
distancia, a 1,63W (18-23% de PMT) y a 4,90W (54-70% de PMT) durante 4 minutos,
sugiriendo de nuevo que las diferentes respuestas encontradas en los corredores de larga
distancia frente a los sujetos control podían ser atribuidas a su mayor capacidad para el
metabolismo aeróbico. Los resultados mostraron que a una intensidad de trabajo dada, el
nivel de PCr de corredores de larga distancia fue significativamente mayor que la de los
sedentarios; y que las cinéticas de tránsito del ejercicio y las de la recuperación para la PCr
y Pi fueron también significativamente más rápidas en estos sujetos. Tanto durante el
ejercicio como luego, durante la recuperación, los corredores de larga distancia y los
esprinters mostraron una significativa menor acidificación que los sujetos sedentarios.
Durante el ejercicio el Pi/PCr mostró una cinética más lenta de alrededor de 57 segundos, y
más ajustada a una función lineal que exponencial con valores de estabilización más bajos
en los atletas.
El estudio de la cinética evolutiva del ejercicio a carga constante muestra además un ligero
aumento en los valores de PCr a partir del minuto 9 aproximadamente y hasta el final del
ejercicio en varios sujetos de nuestro estudio. (Gráfico 9.27)
Son escasos los trabajos experimentales que hayan descrito un comportamiento similar de
la PCr al ejercicio y este hecho ha sido escasamente investigado165,331. El fenómeno resulta
paradójico pues ocurre en una situación de alta demanda de ATP y la resíntesis neta de PCr
se observa usualmente durante la recuperación post- ejercicio tan pronto como el músculo
disminuye o deja de producir trabajo mecánico. Se ha sugerido que la resíntesis neta de PCr
197
observada durante la fatiga mecánica tras la estimulación directa del músculo gastrocnemius
de rata podría ocurrir en fibras inactivadas como resultado de la fatiga muscular; lo que
también era sugerido por el hecho de que el aumento de PCr no se acompañaba de una
mejoría en la producción de fuerza331. Resultados sobre músculo gastrocnemius de rata
eléctricamente estimulado, demuestran que la resíntesis de PCr no ocurre cuando el
músculo es estimulado en situaciones de isquemia; y que por tanto, este fenómeno
paradójico está exclusivamente ligado a la producción oxidativa de energía y podría ocurrir
en fibras inactivas de forma similar a la resíntesis post-ejercicio165
Al finalizar el ejercicio los resultados de las variables metabólicas PCr, Pi, pHi , ATP no se
mostraron significativamente diferentes a las observadas a los 7 minutos. Los sujetos
físicamente activos mostraron valores significativamente más altos de PCr, pHi , y más bajos
de Pi. Estos datos fueron utilizados para calcular el inicio de la recuperación.
10.5. RECUPERACION
De hecho, la τPCr está relacionada con el VO2 en pico173,176 y con el VO2max174; está acortada
en músculo humano entrenado en endurance como consecuencia de una mejoría en la
función mitocondrial176,177,333; presenta correlación con la actividad citrato sintetasa172,239; y
198
finalmente en estudios sobre ratas, se muestra independiente a un rango extenso de
frecuencias de estimulación indicando una interrelación con la capacidad oxidativa
muscular83.
Estas interrelaciones muestran que la τPCr puede ser usada como una estimación directa
de la capacidad oxidativa sólo cuando es medida tras ejercicios que originan limitados
cambios de PCr con homeostasis de pHi. Sin embargo, un cambio en el pHi afectará al
equilibrio de la CK y así a la recuperación de la PCr255,274,334-336.
Por tanto, bajo condiciones severas de ejercicio, es decir, asociado a grandes variaciones
metabólicas, con acidosis significativa y una gran cantidad de PCr consumida al final del
ejercicio, el uso de la τPCr como reflejo directo del metabolismo oxidativo resulta
cuestionable92.
Las τPCr calculadas presentaron valores muy variables, que se situaron en un rango entre
15.11 y 85.93, para las dos poblaciones de sujetos y tras las dos intensidades de ejercicio.
Tras el ejercicio constante donde se realizó un trabajo submáximo las τPCr, resultaron
significativamente más rápidas en la población de sujetos FA, frente a la población C (FA-
τPCr = 25.0 ± 2.6; C-τPCr = 44.5 ± 4.9) ( p< 0,01); además, estas diferencias se
mantuvieron también en la recuperación del protocolo incremental (FA-τPCr = 33.57 ± 3.92;
C-τPCr =48.51 ± 3.60) (p< 0,05) donde se realizó un trabajo de máxima intensidad. Por
tanto, las diferencias en las τPCr, se relacionaron más con la condición de actividad física de
los sujetos que con la intensidad del ejercicio efectuado.
Las cinéticas de recuperación de Pi/PCr (τPi/PCr) resultaron algo más rápidas en los sujetos
FA en ambas condiciones de ejercicio (Gráfico 9.29)
199
Los sujetos FA presentaron cinéticas de recuperación de Pi (τPi) a su vez, que resultaron
significativamente más rápidas frente a la población C en ambas intensidades de ejercicio.
Para el ejercicio CT la τPi resultaron en valores para los sujetos FA- en τPi = 24.5 ± 2.2; y
C-τPi =34.0 ± 3.5 (p< 0,05), y en el ejercicio I, con FA- τPi = 27.36 ± 1.89; y C- τPi =39.89 ±
3.76) (p< 0,01) (Gráfico 9.30)
10.5.2. Influencia del ambiente metabólico final del ejercicio sobre la cinética de
recuperación de la PCr
Las cinéticas más rápidas en los sujetos físicamente activos de nuestra muestra, en ambos
protocolos, podrían responder a una mejor capacidad oxidativa en esta población. Sin
embargo, otras circunstancias, como la acidificación del medio intracelular o la intensidad de
la depleción de PCr observada durante el ejercicio, podría estar influyendo en los resultados,
provocando una más lenta recuperación de PCr fundamentalmente en los sujetos control.
Como se ha referido anteriormente, el ejercicio constante finalizó con una ligera acidificación
del medio intracelular en el conjunto de la población estudiada FA y C ( CT-pHi =6.92 ±
0,03); pero más intensa en la población control (FA-pHi = 6.97 ± 0,023; C-pHi = 6,86 ±
0,053) (Gráfico 9.31). Pero fue durante la recuperación, donde el pHi alcanzó su valores
mínimos.
El decremento del pHi durante la recuperación debería ser visto como el resultado de la
rápida resíntesis de PCr que puede ser descrita por la reacción de la CK. El pHi mínimo
representa la máxima concentración de H+ durante la fase de recuperación en la cual ocurre
la resíntesis de PCr.
La mayoría de los estudios de resíntesis de PCr refieren solamente el pHi final del ejercicio
en sus trabajos; para algunos autores, el uso del pHi mínimo es más deseable que el pHi
200
final del ejercicio para evaluar el efecto del pHi ([H+ ]) sobre la cinética de recuperación de la
PCr179,337. Estos autores han demostrado más altos coeficientes de correlación entre el pHi
mínimo y la τPCr, que con el pHi final durante ejercicios severos y exhaustivos, sugiriendo el
gran efecto de este pHi mínimo sobre la recuperación.
Además, los sujetos FA mostraron una menor acidificación al final del ejercicio incremental y
un pHi mínimo superior. Así en los sujetos FA, el I-pHi = 6,9 ± 0,035 y el I-pHi min = 6.698 ±
0,05. Para los sujetos C, el I-pHi = 6,576 ± 0,054 y el I-pHi min = 6.387 ± 0,031 (p< 0,001
Las comparaciones de los pHi entre los dos protocolos de ejercicio I y CT demostró que la
acidificación resultante al final del ejercicio fue significativamente mayor en el ejercicio
incremental tanto en los sujetos C como en FA. Los valores de pHi de este último grupo,
resultaron más elevados (valor medio de 6.9).
Por tanto, el ambiente metabólico diferente al finalizar los protocolos, condicionado quizás
en parte por el distinto comportamiento de las dos poblaciones de sujetos, y también por las
intensidades de los ejercicios ha podido contribuir a las cinéticas más lentas
fundamentalmente en la recuperación de PCr en los sujetos control.
Considerando la sensibilidad de la τPCr con los parámetros de depleción de PCr al final del
ejercicio y pHi final y pHi mínimo, se estudió la posible interrelación entre estas variables.
201
intracelular, pHi final y pHi mínimo, significando que una mayor acidosis se asoció con
valores más altos de τPCr. También se demostró una interrelación significativa entre la τPCr
con la cantidad de PCr consumida (% PCr del reposo), lo que ilustró que un incremento en
el consumo de PCr durante el ejercicio se acompañó con un aumento de los valores de
τPCr. (Tabla 9.15 y 9.16.)
Sin embargo, el estudio de las interrelaciones de la τPCr con los parámetros metabólicos
anteriores en los dos grupos de la muestra, no demostró significación en los sujetos FA,
pero sí en los sujetos C. (Tabla 9.17 y 9.18) Una menor acidificación y una menor depleción
de PCr en el grupo de FA puede contribuir a explicar esas diferencias. Los resultados
anteriores confirman por otra parte, la influencia del estado metabólico del final del ejercicio
sobre la recuperación de PCr en los sujetos C, pero no se puede descartar sobre los
sujetos FA.
Observaciones similares a las expuestas en este trabajo han sido han sido referidas por
Roussel y col228, al estudiar la interrelación entre los parámetros cinéticos de recuperación
de la PCr (τPCr) y el estado metabólico del final del ejercicio bajo condiciones de acidosis
inducidas por intensidades de trabajo moderadas e intensas. Los autores definen, además,
un conjunto de ecuaciones, con los parámetros metabólicos interrelacionados, para permitir
comparaciones entre músculos control, enfermos y entrenados. También destacan, que
otros parámetros de la cinética de la PCr post-ejercicio, como la velocidad inicial de
recuperación de la PCr, que se presentaron constantes e independientes de las condiciones
metabólicas del final del ejercicio; podrían ser usados, adicionalmente, en la identificación de
disfunciones en la vía metabólica oxidativa.
Estos resultados son similares a los obtenidos por otros autores en músculos de pantorrilla y
antebrazo189,340,341.
202
Aunque cabría esperar en los resultados del trabajo de Takahashi y col49, cinéticas algo
más rápidas a intensidades de trabajo bajas, como consecuencia de la posiblemente mayor
capacidad oxidativa de los sujetos entrenados; los resultados de la KPCr no se mostraron
diferentes para los mismos niveles de PCr entre atletas y controles, lo que fue atribuido a la
posible heterogeneidad de la muestra en la población control.
Cinéticas más lentas de recuperación de la PCr han sido relacionadas a una más lenta
recuperación del pHi debido al desplazamiento, pHi dependiente, del equilibrio de la
CK55,147; Otros autores atribuyen las diferencias obtenidas a la afectación de la actividad
mitocondrial por el estado metabólico del final del ejercicio70,86.
Ciertas consideraciones deben llevarnos a analizar nuestros resultados con precaución. Así,
los valores de pHi mínimo de 6.50 – 6.80 y los valores de pHi al final del ejercicio de 6.75-
6.90 , como los calculados en este trabajo parecen afectar sustancialmente el equilibrio de la
CK49.
Además, las depleciones importantes de PCr como las aquí recogidas (%PCr rep = 30.75%
± 2.36) han podido contribuir a cinéticas más lentas. Las correlaciones demostradas entre
los valores finales de ejercicio y la τPCr confirman esta relación. La depleción de PCr y la
disminución del pHi resultaron ser menores al final del ejercicio constante; sin embargo, la
interrelación entre la τPCr y las variables en el final del ejercicio se mantuvieron en el
conjunto de la población estudiada.
Contrastados así los resultados de este trabajo con estudios previos ya referidos, se podría
pensar que el ambiente metabólico presente al final del ejercicio ha podido contribuir a las
cinéticas más lentas de recuperación de PCr.
Sin embargo, no hemos podido demostrar esta interrelación y el ambiente metabólico entre
los sujetos FA, en ninguno de los dos niveles de intensidad de ejercicio. La menor
acidificación y la menor depleción de PCr finales en estos sujetos, han podido contribuir a
cinéticas más rápidas que a su vez han podido implicar una más alta capacidad metabólica
integrada en esta población de sujetos, y no sólo una mayor capacidad oxidativa.
203
El desconocimiento hasta la fecha, de los mecanismos que subyacen a la recuperación de la
PCr, ha hecho común el ajuste de la cinética de la PCr a funciones matemáticas basadas en
reacciones químicas de primer orden, como el modelo de cinética monoexponencial,
utilizado en este trabajo.
Uno de los modelos utilizados para describir la recuperación de la PCr es una ecuación
biexponencial332. La aplicación de este modelo se basa en que cuando la contracción es
intensa y el pHi y / o la [ATP] cambia significativamente, aparecen en la resíntesis de PCr
dos fases; una fase inicial rápida, seguida por una segunda fase de más lenta. La función es
mejor descrita por una doble exponencial55,172,244,344,345.
31
En los primeros estudios P-RMN en los años 80274,335,346 se sugirió el impedimento de la
resíntesis de PCr al menos durante una parte del proceso de recuperación; pero fueron los
resultados de Mc Cann y col 199548, los primeros en demostrar el papel de la acidosis en el
proceso de resíntesis. La demostración de correlaciones entre el pHi y la cinética del
PCr49,347,348 reforzó el papel del pHi en la inhibición de los últimos estadíos de su
recuperación.
Se ha apuntado también la posibilidad de que esta fase de más lenta resíntesis de la PCr
puede haber sido causada por una pérdida del pool de nucleótidos de adenina durante el
ejercicio; una reducida [ATP] debería manifestarse por una menor capacidad para
refosforilar creatina170.
204
10.5.3. Velocidad inicial de la recuperación de la PCr
Diversos autores han estudiado la velocidad inicial de la resíntesis de PCr sugiriendo que
esta fase inicial no está afectada por la acidosis intracelular, y por tanto permanece
constante, independientemente de las condiciones metabólicas dentro de la célula muscular
al final del ejercicio55,228.
Como producto de la KPCr (constante de velocidad) por el PCr consumido al final del
ejercicio, expresado como porcentaje respecto al valor de reposo. (Vi-%PCr); y como
producto de la KPCr por la concentración de PCr (Vi-[PCr]). Esta última aproximación es
utilizada frecuentemente en la literatura55,228,233, y se ha demostrado útil para comparar la
recuperación de sujetos con distintos niveles en su estado físico233.
Los resultados de Vi-%PCr, fueron significativamente diferentes entre las dos intensidades
de ejercicio, incremental y constante; pero su cinética se mostró significativamente más
rápida en los sujetos FA, en ambas intensidades de ejercicio. (Tabla 9.19). No se ha
mostrado ninguna correlación entre este parámetro y el pHi del final del ejercicio, ni en los
distintos protocolos ni en las distintas poblaciones Tabla 9.20a y 9.20b
205
Sin embargo, si se mostró una correlación entre este parámetro y el pHi del final de los
ejercicios incremental y constante. La Vi[PCr] no se mostró correlada con el pHi en los
sujetos FA, pero sí con los sujetos C en el ejercicio incremental, por lo que no podemos
descartar la influencia del pHi en esta población. (Tabla 9.23a,b, 9.24a,b)
Resultados equivalentes a los nuestros fueron obtenidos por Roussell y col228, sobre 13
sujetos que efectuaron un ejercicio moderado y un ejercicio pesado. Fue descrita una gran
variabilidad interindividual (coeficientes de variación : 43 contra 57% para ejercicio ligero y
pesado, respectivamente) y entre protocolos, confirmando además que el pHi jugó un papel
significativo en determinar la velocidad de recuperación de PCr durante el ejercicio de alta
intensidad.
Los autores concluyeron que la Vi-PCr fue siempre constante independientemente de las
condiciones metabólicas dentro de la célula muscular al final del ejercicio (ViPCr mM/min
=13.7 ± 4.9 y 18 ± 10.1 para ejercicio ligero y pesado respectivamente; coeficiente de
variación de 36 y 54% en ambas intensidades respectivamente); si bien, la velocidad inicial
de resíntesis de PCr se mostró simultáneamente correlada con el pHi y la cantidad de PCr
consumido al final del ejercicio228.
En las condiciones en las que el pHi descendió la cinética de recuperación de la PCr se hizo
más bifásica, mejor ajustada (p < 0.05) a una función bi-exponencial. La KPCr mostró que la
velocidad de resíntesis de la PCr fue más lenta debido a la acidosis intracelular, y que
subestimó la estimación de la capacidad oxidativa muscular (Vmax) en el músculo
gastrocnemius de ocho participantes (19 a 27 años). La Vi-PCr fue estimada desde la KPCr
mostrando cinéticas significativamente más lentas en el protocolo en que el pHi descendió.
31
La técnica P-RMN utilizada en el trabajo de Walter y col, permitió, adicionalmente, el
cálculo directo de la ViPCr sobre los primeros 12 segundos de la recuperación; que
demostró que las cinéticas no fueron significativamente diferentes; y por tanto la falta de
influencia del pHi sobre ellas.
206
Los autores sugieren que cualquier modelo que use la KPCr para predecir la capacidad
oxidativa puede producir una subestimación en la valoración.
Cinéticas más rápidas de ViPCr en los sujetos físicamente activos que las de los controles,
como las observadas en el presente estudio, han sido demostradas también por Tartaglia y
col233, en el único estudio de los revisados hasta el momento, en el que se intenta la
correlación entre el niveles de estado físico de los sujetos (METS) con los parámetros
metabólicos durante la recuperación.
La aproximación utilizada por los autores para su cálculo, aunque equivalente, fue diferente
a la utilizada en el presente trabajo; y explica las diferencias en los valores obtenidos. A
pesar de que el pHi descendió al final del ejercicio, los resultados cinéticos de la
recuperación son explicados por los autores por la mayor capacidad oxidativa de los sujetos
acondicionados.
Se incluye una tabla resumen de los valores metabólicos de la recuperación. (Tabla 9.25 y
9.26)
207
muscular. Las cinéticas de resíntesis de PCr en estos sujetos fueron más rápidas en ambas
intensidades de ejercicio aun cuando el pHi disminuyó, como ha sido ya comentado.
Cinéticas más rápidas de resíntesis de PCr son admitidas tras ejercicios submáximos en
atletas entrenados en endurance176,350,351; además tanto en los sujetos de esta muestra
como en los atletas entrenados, debería ser evidente una más alta velocidad inicial de
resíntesis de PCr cuando el ejercicio disminuyó el pHi, dado que el efecto inhibitorio del pHi
parece centrado en los estadios tardíos de la recuperación170. Por otro lado, aunque el
VO2max no fue valorado en nuestro trabajo y aún cuando la mayoría de los atletas
entrenados poseen altos niveles de potencia aeróbica, esta mayor potencia aeróbica no es
el único hecho asociado con el entrenamiento en endurance170.
31
Distintos trabajos de P-RMN han estudiado las cinéticas de recuperación de PCr en
individuos entrenados en endurance en los que se hace evidente la disminución del pHi37,223;
y en muy pocos, además, se ha investigado la interrelación entre la potencia aeróbica y la
resíntesis de PCr en ejercicios de alta intensidad49,347,349.
La recuperación de la PCr tras el ejercicio fue estudiada por Yoshida y col, 1993223 en el
bíceps flexor femoral de cinco corredores de larga distancia y seis controles, a una
intensidad absoluta de 20 Kg/m/min .
208
ejercicio, fueron atribuidas a la mayor capacidad oxidativa de los corredores de larga
distancia, pero no resultado de las diferencias en la intensidad de trabajo.
31
Los estudios de P-RMN parecen confirmar la interrelación entre VO2max y τPCr a
intensidades medias de ejercicio, pero en ejercicios de más alta intensidad los resultados no
siempre confirman esta interrelación. En general los ejercicios intensos que envuelven
grandes masas musculares presentan mejores interrelaciones entre VO2max y τPCr que los
ejercicios que utilizan pequeñas masas musculares351.
Los autores interpretaron esta respuesta, como un posible reflejo de una capacidad
incrementada de los corredores para restaurar el pHi, una conocida capacidad de los
individuos con un elevado VO2max.170,347,349; y no necesariamente sólo de una mayor
capacidad oxidativa muscular.
209
PCr no fue más rápida en aquellos individuos con un MAP elevado cuando el ejercicio fue
de suficiente intensidad como para inducir un declive en el pHi.
El VO2max resultó ser un pobre predictor de la recuperación de PCr, bien por la gran
variabilidad de este parámetro con ejercicios que originan una disminución significativa del
pHi170,228; o bien, entre otras razones, al diferente estado metabólico muscular del final del
ejercicio en los sujetos, a pesar de su alto VO2max170,347.
13 pacientes de EPOC y 8 controles fueron los estudiados en el trabajo de Sala y col270. Los
autores refieren también una mejor cinética de resíntesis de PCr tras el entrenamiento con
una τPCr que disminuyó un 35%. Para su evaluación realizaron previamente un ejercicio de
carga constante para mantener el Pi/PCr entre 1 ± 0.5 y así el pHi por encima de 6.90 en el
primer espectro de la recuperación.
210
correlación significativa entre los METs y los índices de recuperación: τPi, τPCr, ViPCr, pHi
final del ejercicio y depleción de PCr. Explicados la mayor capacidad oxidativa de los sujetos
acondicionados.
Los resultados de nuestro trabajo durante la recuperación de los dos protocolos de ejercicio
pueden apoyarse en estos trabajos, sugiriendo una mejor respuesta metabólica adaptativa
local en los sujetos físicamente activos,
Como refieren Tartaglia y col233, el nivel de actividad física debería ser tenido en cuenta
31
cuando se interpretan los datos de P-RMN en sujetos sanos y en pacientes con diversas
enfermedades.
El análisis de los espectros permitió calcular las ([ADP]) y [∆ GATP ], necesitando par ello
realizar ciertas asunciones (ver material y métodos).
La cinética del [∆ GATP ] siguió en su evolución a la PCr a lo largo de los dos protocolos de
ejercicio y durante la recuperación de los mismos. La evolución de la [ADP] tuvo un curso
211
diferente. Al comienzo del ejercicio experimentó un aumento lineal con la intensidad del
ejercicio; pero posteriormente la influencia de las variaciones del pHi modificaron su cinética.
Tanto la PCr, como el ADP y ∆ GATP han sido objeto de estudio como implicados en el
control de la fosforilación oxidativa. En circunstancias de pHi neutro el comportamiento de
los tres elementos ha sido indistinguibles; pero su cinética se modifica en circunstancias en
que el pHi varía.
31
La P-RMN ha sido utilizada para investigar cómo responden cada uno de estos factores
involucrados en el control oxidativo 94,109,127,328.
No ha sido objeto de este estudio el analizar estos posibles controladores, pero hemos
recogido en gráficos el comportamiento cinético de los mismos durante los protocolos de
ejercicio incremental y constante; y durante la recuperación de los ejercicios respectivos.
Gráficos 9.32 – 9.35
212
CONCLUSIONES
213
11. CONCLUSIONES
1º La respuesta cinética al ejercicio de las variables metabólicas estudiadas PCr, Pi, y pHi
ha resultado ser diferente en los sujetos físicamente activos de la muestra frente a los
sujetos control .
214
6º Tras la realización del ejercicio incremental, la acidificación es mayor que después de
completar el ejercicio constante. Pero en ambos protocolos los individuos físicamente
activos mostraron valores de pHi superiores, este hecho contribuye a cinéticas más lentas
en la recuperación de los sujetos control.
7º La duración del ejercicio y por tanto el trabajo efectuado por los sujetos físicamente
activos fue significativamente superior en el ejercicio constante, lo que interpretamos como
una mayor resistencia al ejercicio por parte de estos sujetos. Sin embargo, estas diferentes
duraciones no pueden ser explicadas por las modificaciones de los parámetros metabólicos
estudiados; pudiendo estar más relacionada la aparición de fatiga, con mecanismos
neuromusculares.
215
BIBLIOGRAFÍA
216
12. BIBLIOGRAFIA
1.- Sapega AA, Sokolow DP, Graham TJ, Chance B. Phosphorus nuclear magnetic resonance: a
non-invasive technique for the study of muscle bioenergetics during exercise. Med Sci Sports
Exerc 1987; 19(4):410-420.
2.- Burt CT, Glonek T, Barany M. 31P nuclear magnetic resonance detection of unexpected
phosphodiesters in muscle.Biochemistry 1976; 5:4850-52.
3.- Burt CT, Clonek T, Bárány M . Analysis of Phosphate Metabolites, the Intracellular pH, and the
State of AdenosineTriphosphate in Intact Muscle by Phosphorus Nuclear Magnetic Resonance.
J Biol Chem 1976; 251:2584-2591.
4.- Dawson MJ, Gadian DG, Wilke N . Contraction and recovery of living muscles studied by 31P
nuclear magnetic resonance. J Physiol (London) 1977; 267:703-735.
5.- Dawson MJ, Gadian DG, Wilkie DR . Muscular fatigue investigated by phosphorus nuclear
magnetic resonance. Nature 1978; 274:861-866.
6.- Hoult DI, Busby SJW:, Gadian DG, Radda GK, Richards JH, Seeley PJ. Observation of tissue
metabolites using 31P nuclear magnetic resonance. Nature 1974; 252:285-287.
7.- Yoshizaki K. Phosphorus Nuclear Magnetic Resonance Studies of Phosphorus Metabolites in
Frog Muscle. J Biochem 1978; 84:11-18.
8.- Chance B, Eleff S, Leigh JS Jr . Noninvasive, nondestructive approaches to cell bioenergetics.
Proc Natl Acad Sci USA 1980; 77:7430-7434.
9.- Cresshull I, Dawson MJ, Edwards R, Gadian DG, Gordon R, Radda GK, Shaw D. Human
muscle analysed by 31P nuclear magnetic resonance in intact subjects. J Physiol (London)
1981; 317:18P.
10.- Ross BD, Radda GK, Gadian DG, RockerG, Esiri M, Falconer-Smith P, Falconer-Smith J.
Examination of a case of suspected McArdle"s syndrome by 31P magnetic resonance. N Engl J
Med 1981; 304(22):1338-1342.
11.- Eleff S, Sokolow D, Sapega A, Torg J, Leigh J, Chance B. Non-invasive assesment of high
energy phosphate metabolism in exercising muscle using NMR spectroscopy. Med Sci Sports
Exerc 1981; 13:88-.
12.- Gadian DG. Magnetic resonance spectroscopy in disorders of O2 delivery and utilisation. Adv
Exp Med Biol 1997;428:545-552.
13.- Blei ML, Conley KE, Kushmerick MJ . Separate measures of ATP utilization and recovery in
human skeletal muscle. J Physiol (London) 1993; 465:203-222.
14.- Cardus J, Marrades RM, Roca J, Barbera JA, Diaz O, Masclans JR, Rodriguez-Roisin R.
Effects of F(I)O2 on leg VO2 during cycle ergometry in sedentary subjects. Med Sci Sports Exerc
1998; 30(5):697-703.
15.- Walter G, Vandenborne K, Elliott M, Leigh JS. In vivo ATP synthesis rates in single human
muscles during high intensity exercise. J Physiol (London) 1999; 593(3):901-910.
16.- Kemp GJ, Roussel M, Bendahan D, Le Fur Y, Cozzone PJ . Interrelations of ATP synthesis and
proton handling in ischaemically exercising human forearm muscle studied by 31P magnetic
resonance spectroscopy. J Physiol (London)2001; 535(pt 3):901-28.
17.- Cox IJ . Development and applications of in vivo clinical magnetic resonance spectroscopy.
Prog Biophys Mol Biol 1996; 65(1-2):45-81.
18.- McCully K, Mancini DM, Levine S . Nuclear Magnetic Resonance Spectroscopy. Its Role in
Providing Valuable Insight Diverse Clinical Problems. Chest 1999; 166: 1434-1441.
217
19.- Dobbins RL, Malloy CR . Measuring in-vivo metabolism using nuclear magnetic resonance. Curr
Opin Clin Nutr Metab Care 2003; 6(5): 501-9.
20.- Giannesini B, Cozzone PJ, Bendahan D . Non-invasive investigations of muscular fatigue:
metabolic and electromyographic components. Biochimie 2003; 85:873-883.
21.- Shalin, Kent J, Söderlung K, Tonkonogi M, Hirakoba K . Phosphocreatine content in single
fibers of human muscle after sustained submaximal exercise. Am J Physiol 1997; 273(42):
C172-C178.
22.- Rico-Sanz J . Creatine reduces human muscle PCr and pH decrements and P(i) accumulation
during low-intensity exercise. J Appl Physiol 2000; 88(4):1181-91.
23.- Casey A, Greenhaff PL . Does dietary creatine supplementation play a role in skeletal muscle
metabolism and performance?. Am J Clin Nutr 2000; 72(2 Suppl):607S-17S.
24.- Francaux M, Demeure R, Goudemant JF, Poortmans JR. Effect of exogenous creatine
supplementation on muscle PCr metabolism. Int J Sports Med 2000; 21:139-145.
25.- Larson DE, Hesslink RL, Hrovat MI, Fishman RS, Systrom . Dietary effects on exercising
muscle metabolism and performance by 31P-MRS. J Appl Physiol 1994; 77(3):1108-1115.
26.- Matheson GO, Allen PS, Ellinger DC, Hanstock Ch C, Gheorghiu D, McKenzie DC, Stanley C.
Skeletal muscle metabolism and work capacity: a 31P-NMR study of Andean natives and low
landers. J Appl Physiol 1991; 70(5):1963-1976.
27.- Walker PM, Brunotte F, Rouhier-Marcer I, Cottin Y, Casillas J-M, Gras P, Didier JP. Nuclear
Magnetic Resonance Evidence of Different Muscular Adaptations After Resistance Training.
Arch Phys Med Rehabil 1998; 79:1391-1398.
28.- Maurer J, Konstanczk P, Sollner O, Ehrenstein T, Knollmann F, Wolff R, Vogl TJ. muscle
metabolism of professional athletes using 31P-spectroscopy. Acta radiol 1999; 40(1):73-7.
29.- Bernus G, DeSusoJMG, Alonso J, Martin PA, Prat JA, Arus C, . 31P-MRS of quadriceps reveals
cuantitative differences between sprinters and long distance runners. Med Sci Sports Exerc
1993; 25(4):479-484.
30.- Mattei JP, Bendahan D, Cozzone PJ . P-31 Magnetic Resonance Spectroscopy. A tool for
diagnostic purposes and pathophysiological insights in muscle diseases. Reumatismo 2004;
56(1):9-14.
31.- Bendahan D, Mattei JP, Kozak-Ribbens G, Cozzone PJ. Non invasive investigation of muscle
diseases using 31P magnetic resonance spectroscopy: potential in clinical applications. Rev
Neurol (Paris) 2002; 158(5-1):527-40.
32.- Taylor AW, Phil D . Clinical utility of muscle MR spectroscopy. seminars in musculoskeletal
radiology 2000; 4(4):481-502.
33.- ACSM's Guidelines for Exercise Testing and Prescription. 6th edition. Philadelphia. Lippincott,
Williams & Wilkins. 2000 .
34.- Johansen L, Quistorff B. 31P-MRS characterization of sprint and endurance trained athletes. Int
J Sports Med 2003; 24(3):183-9.
35.- Laurent D, Bernus G, Alonso J, Lebas JF, Arus C, Gonzalez de Suso JM, Rossi A. Effect of
training on the calf muscle energy metabolism. A 31P-NMR study on four elite down hill skiers
challenged with a standardized exercise protocol. Int J Sports Med 1992; 13(4): 313-8.
36.- Kent-Braun JA, McCully KK, Chance B . Metabolic effects of training in humans: a 31P-MRS
study. J Appl Physiol 1990; 69(3):1165-1170.
37.- Yoshida T. The rate of phosphocreatine hydrolysis and resynthesis in exercising muscle in
humans using 31P-MRS. J Physiol Anthropol Appl Human Sci 2002; 21(5):247-55.
38.- Kitahara A, Hamaoka T, Murase N, Homma T, Kurosawa Y, Ueda C, Nagasawa T.
218
Deterioration of muscle function after 21-day forearm immobilization. Med Sci Sports Exerc
2003; 35(10):1697-702.
39.- Zange J, Muller K, Schuber M, Wackerhage H, Hoffmann U, Günther RW:, Adam G. Changes in
Calf Muscle Performance, Energy Metabolism, and Muscle Volume Caused by Long Term
Station Space Station MIR. Int J Sports Med 1997; 18(Suppl.4):S308-S309.
40.- Kent-Braun JA, Miller RG, Weiner MW . Magnetic resonance spectroscopy studies of human
muscle. Radiol Clin North Am 1994; 32(2):313-335.
41.- Jubrias SA, Esselman PC, Price LB, Cress ME, Conley KE . Large energetic adaptations of
elderdy muscle to resistance and endurance training. J Appl Physiol 2001; 90(5):1663-70.
42.- Meyer RA, Foley JM . Cellular process integrating the metabolic response to exercise. In:
Rowell LG, Shepherd JT. Hanbook of physiology. Section 12: Exercise: Regulation and
Integration of Multiple Systems. New York: Oxford University Press.p. 841-869. 1996; .
43.- Maughan R, Gleeson M, Greenhalf PL . Biochemistry of Exercise and training. Oxford University
Press. 1997; .
44.- Jansson E, Dudley GA, Norman B, Tesch PA. Relationship of recovery from intense exercise to
the oxidative potential of skeletal muscle. Acta Physiol Scand 1990; 139:147-152.
45.- Casey A, Consantin-Teodosiu D, Howell S, et al. Metabolic response of type I y II muscle fibres
during repeated bouts of maximal exercise in humans. Am J Physiol 1996; 271(34):E38-E43.
46.- Tesch PA, Thorsson A, Fujitsuka N . Creatine phosphate in fibre types of skeletal muscle before
and after exhaustive exercise. J Appl Physiol 1989; 66(4): 1756-1759.
47.- Bogdanis, Gregory C, Nevill ME, Boobis LH, Lakomy HKA . Contribution of phosphocreatine
and aerobic metabolism to energy supply during repeated sprint exercise. J Appl Physiol 1996;
80(3):876-884.
48.- McCann DJ, Molé PA, Caton JR . Phosphocreatine kinetics in humans during exercise and
recovery. Med Sci Sports Exerc 1995; 27(3):378-387.
49.- Takahashi H, Inaki M, Fujimoto K, Katsuta S, Izumi A, Mamoru N, Yuji I. Control of the rate of
phosphocreatine resynthesis after exercise in trained and untrained human quadriceps
muscles. Eur J Appl Physiol 1995; 71 (5): 396-404.
50.- Olmo J. Análisis de la fuerza muscular de los atletas españoles de alto nivel estudiada
mediante técnicas isocinéticas. Tesis Doctoral. Ucm .Madrid. 1996.
51.- Brooks GA, Fahey TD, White PH, Baldwin KM. Exercise Physiology. Human Bioenergetics and
Its Applications. 3rd ed. New York. McGraw-Hill. 2000.
52.- Lopez de Rego J. Estudio de los cambios morfológicos y funcionales de las fibras musculares
estriadas esqueléticas en atletas de élite. Tesis Doctoral. UCM Madrid. 1998.
53.- Wegener G, Krause U . Environmental and exercise anaerobiosis in frogs. In: Hochaachka PW,
Lutz PL, Sick T, et al., editors. Surviving hypoxia: mechanisms of control and adaptation. Boca
Raton (FL):. CRC Press 1993; 217-236.
54.- McFarland EW, Kushmerick MJ, Moerland TS . Activity of creatine kinase in a contracting
mammalian muscle of uniform fiber type. Biophys J 1994; 67: 1912-1924.
55.- Walter G, Vanderborne K, McCully KK, et al. Noninvasive measurement of phosphocreatine
recovery kinetics in single human muscles. Am J Physiol 1997; 272(41):C525-C534.
56.- Metzger JM, Fitts RH . Role of intracellular pH in muscle fatigue. J Appl Physiol 1987;
62(4):1392-1397.
57.- Spriet LL, Lindinger MI, McKelvie RS, et al. Muscle glycogenolysis and H+ concentration during
maximal intermittent cycling. J Appl Physiol 1989; 66(1):8-13.
219
58.- Steiner DF, Freinkel N . Handbook of Physiology I. American Physiological Society.
Washington, DC. 1979; .
59.- Hultman E, Sjoholm H . Energy metabolism and contraction force of human skeletal muscle in
situ during electrical stimulation. J Physiol 1983; 345:525-532.
60.- Jacobs I, Tesch PA, Bar-Or O, et al. Lactate in human skeletal muscle after 10s and 30s of
supra maximal exercise. J Appl Physiol 1983; 55(2):365-367.
61.- Heerschap A, Houtman C, Zandt HJA, Van den Bergh AJ, Wieringa B . Introduction to in vivo
31P magnetic resonance specroscopy of (human)skeletal muscle. Proc Nutr Soc 1999;
58(4):861-70.
62.- Murray TW, Granner DK, Mayes PA, Rodwell W. Harper´s Biochemistry. Appleton & Lange.
1988; .
63.- Bangsbo J . Muscle oxygen uptake in humans at onset and during intense exercise. Acta
Physiol Scand 2000;168:457-464.
64.- Jeneson JAL, Westerhoff HV, Kushmerick MJ . A metabolic control analysis of kinetic controls in
ATP free energy metabolism in contracting skeletal muscle. Am J Physiol Cell Physiol 2000;
279: C813-C832.
65.- Kushmerick MJ, Conley KE . Energetics of muscle contraction: the whole is less than the sum of
its parts. Biochem Soc Trans 2002; 30(2):227-231.
66.- Adams GR, Foley JM, Meyer RA . Muscle buffer capacity estimated from pH changes during
rest-to-work transitions. J Appl Physiol 1990; 69(3):968-972.
67.- Meyer RA, Adams GR, Fisher MJ, Dillon PF, Krisanda JM, Brown TR, Kushmerick MJ. Effect of
decreased pH on force and phosphocreatine in mammalian skeletal muscle. Can J Physiol
Pharmacol 1991; 69:305-310.
68.- Goodyear LJ, Kahn BB . Exercise, glucose transport, and insulin sensitivity. Annu Rev Med
1998; 49:235-261.
69.- Connett RJ . Analysis of metabolic control: new insights using scaled creatine kinase model.
Am J Physiol 1988;254(R.I.C. Physiol. 23):R949-R959.
70.- Meyer RA . A linear model of muscle respiration explains mono-exponential phosphocreatine
changes. Am J Physiol 1988; 254(Cell Physiol. 23):C548-C553.
71.- Paganelli W, Pendergast D, Koness J, Cerretelli P. The effect of decreased muscle energy
stores on the VO2 kinetics at the onset of exercise. Eur J Appl Physiol 1989; 59:321-326.
72.- Gottschalk ME, Kemp RG . Interaction of dinucleotides with muscle phosphofructokinase.
Biochemistry 1981;20:2245-2251.
73.- Connett RJ, Sahlin B . Control of glycolisis and glycogen metabolism.In: Rowell LG, Shepherd
JT. Hanbook of physiology. Section 12: Exercise: Regulation and Integration of Multiple
Systems. New York: Oxford University Press.p.870-911. 1996; .
74.- Chance B, Leigh JS, Clark BJ, Maris J, Kent J, Noika S, Smith D. Control of oxidative
metabolism and oxygen delivery inhuman skeletal muscle: A steady-state analysis of the
work/energy cost transfer function. Proc Natl Acad Sci USA 1985;82:8384-8388.
75.- Chance B, Leigh J, Kent J, Mc Cully K, Nioka S, Clark BJ, Maris Jm. Multiple controls of
oxidative metabolism of living tissues as studied by 31P MRS. Proc Natl Acad Sci USA 1986;
83: 9458-62.
76.- Tscharovsky ME, Hughson RL . Interaction of factors determining oxygen uptake at the onset of
exercise. J Appl Physiol 1999; 86(4): 1101-1113.
77.- Kemp GJ . Studying metabolic regulation in human muscle. Biochem Soc Trans 2000;
28(2):100-103.
220
78.- Whipp BJ, Rossiter HB, Ward SA . Exertional oxygen uptake kinetics: a stamen of stamina?.
Biochem Soc Trans 2002; 30(2):237-247.
79.- Brown GC . Control of respiration and ATP synthesis in mammalian mitochondria and cells.
Biochem J 1992;284:1-13.
80.- Jeneson JAL, Wiseman RW, Westerhoff HV, Kushmerick MJ. The signal transduction function
for oxidative phosphorylation is at least second order in ADP. J Biol Chem 1996; 271:27995-
27998.
81.- Conley KE, Blei ML, Richards TL, Kushmerick MJ, Jubrias SA . Activation of glycolysis in
human muscle in vivo. Am J Physiol 1997; 273:C306-C315.
82.- Greenhaff PL, Campbell-O'Sullivan SP, Consantin-Teodosiu D, Poucher SM, Roberts PA,
Timmons JA, . An acetyl group deficit limits mitochondrial ATP production at the onset of
exercise. Biochem Soc Trans 2002; 30(2):275-280.
83.- Harkema SJ, Meyer RA . Effect of acidosis on control of respiration in skeletal muscle. Am J
Physiol 1997;272(41):C491-C500.
84.- Nioka S, Argov Z, Dobson GP, Forster RE, Subramanian HV, Veech RL, Chance B. Substrate
regulation of mitochondrial oxidative phosphorylation in hypercapnic rabbit muscle. J Appl
Physiol 1992; 72(2):521-528.
85.- Jeneson JAL, Westerhoff HV, Brown TR, Van Echteld CJA, Berger R . Quasi-linear relationship
between Gibbs free energy of ATP hydrolysis and power-output in human forearm muscle. Am
J Physiol 1995; 268(37):C1474-C1484.
86.- Kemp GJ, Radda GK . Quantitative interpretation of bioenergetic data from 31P and 1H
magnetic resonance spectroscopic studies of skeletal muscle: an analytical review. Magn
Reson Q 1994; 10 (1):43-63.
87.- Kushmerick MJ, Meyer RA, Brown RL . Regulation of oxygen consumption in fast- and slow
twitch muscle. Am J Physiol 1992; 263(Cell Physiol. 32):C598-C606.
88.- Miller RG, Boska MD, Moussavi RS, Carson PJ, Weiner MW . 31P nuclear magnetic resonance
studies of high energy phosphates and pH in human muscle fatigue: comparison of aerobic and
anaerobic exercise. J Clin Invest 1988;81:1190-1196.
89.- Thompson CH, Kemp GJ, Sanderson AL, Radda GK. Skeletal muscle mitochondrial function
studied by kinetic analysis of postexercise phosphocreatine resynthesis. J Appl Physiol 1995;
78(6):2131-2139.
90.- Chance B, Leig JS, Kent J, McCully K. Metabolic control principles and 31P NMR. Federation
Proc 1986; 45:2915-2920.
91.- Idström JP, Harihara V, Chance B, Scherstén T, Bylund-Fellenius AC . Energy metabolism in
relation to oxygen supply in contracting rat skeletal muscle. Federation Proc 1986; 45:2937-
2941.
92.- Meyer RA . Linear dependence of muscle phosphocreatine kinetics of total creatine content. Am
J Physiol 1989; 257(Cell Physiol. 26):C1149-C1157.
93.- Wilson DF . Factors affecting the rate and energetics of mitochondrial oxidative
phosphorylation. Med Sci Sports Exerc 1994; 26:37-43.
94.- Barstow T J, Buchthal SD, Zanconato S, Cooper B al. Changes in potential controllers of human
skeletal muscle respiration during incremental calf exercise. J Appl Physiol 1994; 77(5):2169-
2176.
95.- Meyer RA, Foley JM . Testing models of respiratory control in skeletal muscle. Med Sci Sports
Exerc 1994; 26:52-57.
96.- Wilson DF, Rumsey WL . Factors modulating the oxygen dependence of mitochondrial oxidative
221
phosphorylation. Adv Exp Med Biol 1988; 222:121-31.
97.- From AHL, Zimmer SK, Michurski SP, et al. Regulation of the oxidative phosphorylation rate in
the intact cell. Biochemistry 1990; 29:3731-3743.
98.- Hansford RG . Role of calcium in respiratory control. Med Sci Sports Exerc 1994; 26:44-51.
99.- Rajagopalan B, Conway MA, Massie B, Radda GK. Alterations of Skeletal Muscle Metabolism in
Humans Studied by Phosphorus 31 Magnetic Resonance Spectroscopy in Congestive Heart
Failure. Am J Cardiol 1988; 62:53E-57E.
100.- Timmons J,A, Poucher SM, Consantin-Teodosiu D, Worral V, Macdonald IA, Greenhaff PL, .
Substrate availability limits human skeletal muscle oxidative ATP regeneration at the onset of
ischemic exercise. J Clin Invest 1996; 97:879-883.
101.- Achten E, Van Cauteren M, Willem R, Luypaert R, Malaisse WJ al, Van Bosch G, Delanghe G.
31P-NMR spectroscopy and the metabolic properties of different muscle fibers. J Appl Physiol
1990; 68(2):644-649.
102.- Minotti JR, Jhonson EC, et al . Training-induced skeletal muscle adaptations are independent of
systemics adaptations. J Appl Physiol 1990; 68(1):289-294.
103.- Moreno-Sanchez R, Hogue BA, Hansford RG . Influence of NAD-linked dehydrogenase activity
on flux through oxidative phosphorylation. Biochem J 1990; 268:421-428.
104.- Katz A, Sahlin K . Regulation of lactic acid production during exercise. J Appl Physiol 1988;
65:509-518.
105.- Katz A, Sahlin K . Role of oxygen in regulation of glycolysis and lactate production in human
skeletal muscle. Exerc Sports Sci Rev 1990; 18:1-28.
106.- Mahler M . First-order kinetics of muscle oxygen consumption, and an equivalent
proportionality between QO2 and phosphoryl creatine level. J Gen Physiol 1985; 86:135-165.
107.- Barstow T J, Lamarra N, Whipp B . Modulation of muscle and pulmonary O2 uptakes by
circulary dynamics during exercise. J Appl Physiol 1990; 68(3):979- 989.
108.- Molé PA, Coulson RL, Caton JR, Nichols BG, Barstow TJ . In vivo 31P-NMR in human muscle:
transient patterns with exercise. J Appl Physiol 1985; 59(1):101-104.
109.- Barstow T J, Buchthal S, Zanconato S, Cooper B al. Muscle energetics and pulmonary oxygen
uptake kinetics during moderate exercise. J Appl Physiol 1994; 77(4):1742-1749.
110.- Rossiter HB, Ward SA, Doyle VL, Howe FA, Griffiths JR, Whipp B, . Inferences from pulmonary
O2 uptake with respect to intramuscular [phosphocreatine] kinetics during moderate exercise in
humans. J Physiol (London) 1999; 518(3): 921-932.
111.- Argov Z, Bank WJ, Maris J, Eleff S, Kennaway NG, Olson RE, Chance B. Treatment of
mitochondrial myopathy due to complex III deficiency with vitamins K3 and C: a 31p-MRS
follow-up study. Ann Neurol 1986; 19:598-602.
112.- Puente-Maestu L, Sanz ML, Sanz P, Nuñez A, Gonzalez F, Whipp BJ, . Reproducibility of the
parameters of theon-transient cardiopulmonary responses during moderate exercise in patients
with chronic obstructive pulmonary disease.Eur J Appl Physiol 2001; 85:434-441.
113.- Özyner F, Rossiter HB, Ward SA, Whipp B. Influence of exercise intensity on the on- and off-
transient kinetics of pulmonary oxygen uptake in humans. J Physiol (London) 2001; 533(3):
891-902.
114.- Paterson DH, Whipp BJ . Asymetries of oxygen uptake transients at the on-and offset of heavy
exercise in human. J Physiol (London) 1991; 443:575-586.
115.- Barstow T J, Molé PA . Linear and nonlinear characteristics of oxygen uptake kinetics during
heavy exercise. J Appl Physiol 1991; 71:2099-2106.
222
116.- Doyle VL, Rossiter HB, Howe FA, Ward SA, Whipp BJ, Griffiths JR, . . Proc Int Soc Magn
Reson Med 1999; 4:A1527.
117.- Janicki JS, Sheriff DD, Robotham JL, Wise RA. Cardiac outpout during exercise: contributions
of the cardiac, circulatory, and respiratory systems. In: Rowell LG, Shepherd JT. Hanbook of
physiology, Section 12: Exercise: Regulation and Integration of Multiple Systems. New York:
Oxford University Press. p. 1996; .
118.- Laughlin MH, Korthuis RJ, Duncker DJ, Bache RJ. Control of blood flow to cardiac and skeletal
muscle during exercise.In: Rowell LG, Shepherd JT. Hanbook of physiology. Section 12:
Exercise: Regulation and Integration of Multiple Systems. New York: Oxford University Press. p.
705-769. 1996; .
119.- Delp MD, Laughlin MH . Regulation of skeletal muscle perfusion during exercise. Acta Physiol
Scand 1998; 162:411-419.
120.- Saltin B, Radegran G, Koskolou MD, Roach RC. Skeletal muscle blood flow in humans and its
regulation during exercise. Acta Physiol Scand 1998; 162: 421-436.
121.- Gill RW . Measurement of blood flow by ultrasound: Accuracy and sources of error. Ultrasound
Med Biol 1985;11:625-641.
122.- Andersen P, Saltin B . Maximal perfusion of skeletal muscle in man. J Physiol (London) 1985;
366:233-249.
123.- Blomstrand E, Radegran G, Saltin B . Maximun rate of oxygen uptake by human skeletal
muscle in relation to maximal activities of enzymes in the Krebs cycle. J Physiol 1997; 501:455-
460.
124.- Richardson RS, Poole DC, Knight DR, Kurdak S, Hogan MC, Grassi B, et al. High muscle blood
flow in man: Is maximal O2 extraction compromised?. J Appl Physiol 1993; 75:1911-1916.
125.- Grassi B . Muscle O2 uptake kinetics in humans: implications for metabolic control. J Appl
Physiol 1996;80(3):988-998.
126.- Barstow TJ, Casaburi R, Wasserman K . O2 uptake kinetics and the O2 deficit as related to
exercise intensity and blood lactate. J Appl Physiol 1993; 75(2):755-762.
127.- Binzoni T, Ferretti G, Schenker K, Cerretelli P. Phosphocreatine hydrolysis by 31P- NMR at the
onset of constant-load exercise in humans. J Appl Physiol 1992; 73(4):1644-1649.
128.- Marsh GD, Paterson DH, Potwarka JJ, Thompson CH. Transient changes in muscle high-
energy phosphates during moderate exercise. J Appl Physiol 1993; 75(2):648-656.
129.- Haseler LJ, Richardson RS, Videen JS, Hogan C. Phosphocreatine hydrolysis during
submaximal exercise: the effect of FIO2. J Appl Physiol 1998; 85(4): 1457-1463.
130.- Bloch F, Hansen WW, Packard M . Nuclear induction (letter to the editor). Phys Rev 1946;
69:127.
131.- Purcell EM, Torrey HC, Pound RV . Resonance absortion by nuclear magnetic moments in a
solid. Phys Rev 1946; 69:37.
132.- Gutierrez G, Andry JM . Nuclear magnetic resonance measurements-Clinical applications. Crit
Care Med 1989;17(1):73-82.
133.- Brady TJ, Koutcher JA . Nuclear Magnetic Resonance(NMR) in Clinical Diagnosis. Adv Intern
Med 1986;31:419-447.
134.- García Segura JM . Espectroscopía in vivo por resonancia magnética nuclear. Madrid: Eudema
S.A. 1991; .
135.- Slichter S . Principles of Magnetic Resonance. New York, Springer-Verlag. 1980; .
136.- Meyer RA, Kushmerick MJ, Brown TR . Application of 31P-NMR spectroscopy to the study of
223
striated muscle metabolism. Am J Physiol 1982; 242(Cell Physiol. 11):C1-C11.
137.- Iotti S, Tarduci R, Gottardi G, Barbiroli B. Cytosolic free Mg2+ in the human calf muscle in
different metabolic conditions: in vivo 31P MRS and computer simulation. Proc Int Soc Magn
Reson Med 1999; 7:1540.
138.- Park JH, Niermann K, Das A, Carr B, Olsen N . Abnormalities in magnesium (Mg2+) and ATP
levels in muscle disorders: dermatomyositis and fibromyalgia. Proc Int Soc Magn Reson Med
1999; 7:1536.
139.- Gadian DG . NMR and its Application to Living Systems. 2nd ed. Oxford: Oxford Science
Publications. 1995; .
140.- Hutson S, Williams G, Berkich D, LaNoue K, Briggs RW . A 31P NMR study of mitochondrial
inorganic phosphate visibility: effects of Ca2+, Mn2+ and the pH gradient. Biochemistry 1992;
31:1322-1330.
141.- Iotti S, Lodi R, Gottardi G, Zaniol P, Barbiroli B . Inorganic phosphate is transported into
mitochondria in the absence of ATP biosynthesis: an in vivo study in the human skeletal
muscle. Biochem Biophys Res Commun 1996; 225:191-194.
142.- Wilkie DR, Dawson J, Edwards RHT, Gordon RE, Shaw D . 31P NMR studies of resting muscle
in normal humansubjects. Adv Exp Med Biol 1984; 170:333-346.
143.- Ainsworth BE, Haskell WLl, Leon AS . Compendium of physical activities:classification of energy
costs of humanphysical activities. Med Sci Sports Exerc 1993; 25:71-80.
144.- Kaminsky P, Robin-Lherbier B, Walker P, Brunotte F, Escanye JM al, Klein M, Forret J. Muscle
bioenergetic impairment in hyperthyroid man: a study by 31P NMR spectroscopy. Acta
Endocrinol (Copenh) 1991; 124(3):271-277.
145.- Kaminsky P, Robin-Lherbier B, Brunotte F, et al. Energetic metabolism in hypothyroid skeletal
muscle, as studied by phosphorus MRS. J Clin Endocrinol Metab 1992; 74(1):124-9.
146.- Quistorff B, Nielsen S, Thomsen C, Jensen KE, Henriksen O . A simple calf muscle ergometer
for use in a standard whole-body MR scanner. Magn Reson Med 1990; 13:444-449.
147.- Styles P, Scott PA, Radda GK . A method for localizing high resolution NMR spectra from
human subjects. Magn Reson Med 1985; 2:402-409.
148.- Tannus A, Garwood M . Adiabatic pulses. NMR in Biomedicine 1997; 10:423-434.
149.- Bottomley PA, Foster TB, Darrow RD . Depht-resolved surface-coil spectroscopy (DRESS) for
in vivo H-1, P-31, and C-13 NMR. J Magn Reson 1984; 59:338-342.
150.- Brown T . Practical aplications of chemical shift imaging. NMR in Biomedicine 1992; 5:238-243.
151.- Ordidge J, Connelly A, Lohman J . Image selected in vivo spectroscopy (ISIS). A new technique
for spatially selective NMR spectroscopy. J Magn Reson 1986; 66:283-294.
152.- Gillies RJ, Raghunand N . Nuclear Magnetic Resonance (NMR) Spectroscopy in the Study of
Whole-animal Metabolism. R encyclopedia of life sciences 2001; 1-6.
153.- Brindle KM . NMR methods for measuring enzyme kinetics in vivo. Prog NMR Spectr 1988;
20:257-293.
154.- Rudin M, Sauter A . Measurement of reaction rates in vivo using magnetisation transfer
techniques. NMR: Basic Principles and Progress 1992; 27:257-293.
155.- Horska A, Fishbein K, Fleg JL, Spencer R. The relationship between creatine kinase reaction
kinetics and exercise intensity in human forearm is unchanged by age. Proc Int Soc Magn
Reson Med 1999; 7:1537.
156.- Argov Z, Lofberg M, Arnold DL . Insights into muscle diseases gained by phosphorus magnetic
resonance spectroscopy. Muscle Nerve 2000; 23(9):1316-34.
224
157.- Wilson JR, McCully KK, Mancini DM, Boden B, Chance B . Relationship of muscular fatigue to
pH and diprotonated Pi in humans: a 31P-NMR study. J Appl Physiol 1988; 64(6):2333-2339.
158.- Thompson CH, Kemp GJ, Barnes PR, Rajagopalan B, Styles P, Taylor DJ, Radda GK. Uraemic
muscle metabolism at rest and during exercise. Nephrol Dial Transplant 1994; 9:1600-1605.
159.- Zochodne DW, Thompson RT, Driedger AA, Strong MJ, Gravelle D, Bolton CF, . Metabolic
changes in human muscle denervation: topical 31P NMR spectroscopy studies. Magn Reson
Med 1988; 7:373-383.
160.- Kent-Braun JA, Miller RG, Weiner MW . Human Skeletal Muscle Metabolism in Health and
Disease: Utility of Magnetic Resonance Spectroscopy. Exerc Sports Sci Rev 1995; 305-343.
161.- Taylor DJ, Fleckenstein JL, Lodi R . Imaging and spectroscopy of muscle. In: Karpati G, Hilton-
Jones D, Griggs R,eds. Disorders of Voluntary Muscle. Cambridge, UK: Cambridge University
Press. 2001; .
162.- Chance B, Eleff S, Leigh JS Jr, Sokolow D, Sapega A . Mitochondrial regulation of
phosphocreatine/inorganic phosphate ratios in exercising human muscle : a gated 31P NMR
study. Proc Natl Acad Sci USA 1981; 78:6714-6718.
163.- McCreary C R, Chilibeck PD, Marsh GD, Paterson DH, Cunningham DA, Thompson RT, .
Kinetics of pulmonary oxygen uptake and muscle phosphates during moderate-intensity calf
exercise. J Appl Physiol 1996; 81(3):1331-1338.
164.- Francescato MP, Cettolo V, Di Prampero PE . Relationships between mechanical power, O(2)
consumption, O(2) deficit and high-energy phosphates during calf exercise in humans. Pflugers
Arch 2003; 445: 622-628.
165.- Giannesini B, Izquierdo M, Cozzone PJ, Bendahan D. Metabolic underpinnings of the
paradoxical net phosphocreatine resynthesis in contracting rat gastrocnemius muscle. Biochim
Biophys Acta 2002; 1553:223-231.
166.- Schocke MFH, Esterhammer R, Kammerlander Ch, Rass A, Kremser Ch, Fraedrich G, Jaschke
WR. Hig-energy phosphate metabolism during incremental calf exercise in humans measured
by 31 phosphorus magnetic resonance spectroscopy (31P MRS). Magn Reson Imaging 2004;
22: 109-115.
167.- Kent-Braun JA, Miller RG, Weiner MW . Phases of metabolism during progressive exercise to
fatigue in human skeletal muscle. J Appl Physiol 1993; 75(2): 573-580.
168.- Park JH, Brown RL, McCully K, Cohn M, Haselgrove J, Chance B, . Functional pools of
oxidative and glycolitic fibers inhuman muscle observed by 31P magnetic resonance
spectroscopy during exercise. Proc Natl Acad Sci USA 1987;84:8976-8980.
169.- Gang Z, Gheorghiu D, Arnold DL, Allen PS. The discrimination of different muscle-group-work
rates in the calf during plantar flexion (abstract). Proc Soc Magn Reson Med 1993; 3:1139.
170.- McMahon S, Jenkins D . Factors affectinng the rate of phosphocreatine resynthesis following
intense exercise. Sports Med 2002; 32(12):761-84.
171.- Kemp GJ, Taylor AW, Radda GK . Control of Phosphocreatine Resyntesis during Recovery
from Exercise in Human Skeletal Muscle. NMR Biomed 1993; 6:66-72.
172.- Paganini AT, Foley JM, Meyer RA . Linear dependence of muscle phosphocreatine kinetics on
oxidative capacity. Am J Physiol 1997; 272(41):C501-C510.
173.- Whipp BJ, Rossiter HB, Ward SA, Avery D, Doyle VL, Howe FA, Griffiths JR. Simultaneus
determination of muscle 31P and O2 uptake kinetics during whole body NMR spectroscopy. J
Appl Physiol 1999; 86(2):742-747.
174.- Thompson CH, Kemp GJ, Rajagopalan B, Radda GK. Abnormal ATP turnover in rat leg muscle
during exercise and recovery following myocardial infarction. Cardiovasc Res 1995; 29:344-349.
225
175.- Taylor DJ, Kemp GJ, Radda GK . Bioenergetics of skeletal muscle in mitochondrial myopathy. J
Neurol Sci 1994;127:198-206.
176.- McCully KK, Boden BP, Tuchler M, Fountain M, Chance B . The wrist flexor muscles of elite
rowers measured with magnetic resonance spectroscopy. J Appl Physiol 1989; 67(3):926-932.
177.- McCully K, Natelson BJ, Iotti S, Sisto S, Leigh J . Reduced oxidative muscle metabolism in
chronic fatigue syndrome. Muscle Nerve 1996; 19:621-625.
178.- Argov Z, De Stefano N, Arnold DA . ADP Recovery After a Brief Ischemic Exercise in Normal
and Diseased Human Muscle-a 31P MRS Study. NMR Biomed 1996; 9:165-172.
179.- Iotti S, Lodi R, Frassineti C, Zaniol P, Barbiroli B . In vivo Assessment of Mitochondrial
Functionality in Human Gastrocnemius Muscle by 31P MRS. The role of pH in the Evaluation of
Phosphocreatine and Inorganic Phosphate Recoveries from Exercise. NMR Biomed 1993;
6:248-253.
180.- Kemp GJ, Thompson CH, Barnes PRJ, Radda GK. Comparisons of ATP Turnover in Human
Muscle During Ischemic and Aerobic Exercise Using 31P Magnetic Resonance Spectroscopy.
Magn Reson Med 1994; 31:248-258.
181.- Boska MD, Nelson JA, Sripathi N, Pipinos II, Shephard AD, Welch KM, . 31P MRS studies of
exercising human muscle at high temporal resolution. Magn Reson Med 1999; 41:1145-1151.
182.- Wackerhage H, Hoffmann U, Essfeld D, Leyk D, Mueller K, Zange J, . Recovery of free ADP, Pi,
and free energy of ATP hydrolysis in human skeletal muscle. J Appl Physiol 1998; 85(6):2140-5.
183.- Iotti S, Funicello R, Zaniol P, Barbiroli B. Kinetics of post-exercise phosphate transport in human
skeletal muscle: an in vivo 31P-MR spectroscopy study. Biochem Biophys Res Commun 1991;
176(3):1204-1209.
184.- Bendahan D, Confort-Gouny S, Kozak-Reiss G, Cozzone PJ. Pi trapping glycogenolytic
pathway can explain transient Pi disappearance during recovery from muscular exercise. FEBS
lett 1990; 269(2):402-405.
185.- Kemp GJ, Thompson CH, Taylor DJ, Radda GK. Proton efflux in human skeletal muscle during
recovery from exercise. Eur J Appl Physiol 1997; 76:462-471.
186.- Ryschon TW, Fowler MD, Wysong RE, Anthony A, Balaban RS . Efficiency of human skeletal
muscle in vivo: comparison of isometric, concentric, and eccentric muscle action. J Appl Physiol
1997; 83(3):867-874.
187.- Combs CA, Aletras AH, Balaban RS . Effect of muscle action and metabolic strain on oxidative
metabolic responses in human skeletal muscle. J Appl Physiol 1999; 87(5):1768-75.
188.- Mainwood GW, Renaud JM . The effect of acid-base balance of fatigue on skeletal muscle. Can
J Physiol Pharmacol 1993; 63:403-416.
189.- Blei ML, Conley KE, Odderson IBR, Esselan P. Individual variation in contratile cost and
recovery in a human skeletal muscle. Proc Natl Acad Sci USA 1993; 90:7396-7400.
190.- Booth W, Baldwin KM . Muscle plasticity: energy demand and supply processes. Hanbook of
physiology. Section12: Exercise: Regulation and Integration of Multiple Systems. New York:
Oxford University Press. p. 1075-1123. 1996; .
191.- Jeneson JA, Wiseman RW, Kushmerick MJ . Non-invasive quantitative 31P MRS assay of
mitochondrial function in skeletal muscle in situ. Mol Cell Biochem 1997; 174:17-22.
192.- Ratkevicius A, Mizuno M, PovilonisE, Quistorff B. Energy metabolism of the gastrocnemius and
soleus muscles during isometric voluntary and electrically induced contractions in man. J
Physiol (London) 1998; 507(Pt 2): 593-602.
193.- Taborsky P, Sotornik I, Kaslikova J, Shuck O, Hajek M, Horska A, . 31P MRS investigation of
skeletal muscle metabolism in uraemic patients. Nephron 1993; 65:222-226.
226
194.- Bernús G, Alonso J, Gonzalez de Suso JM, Prat J, Arus C . Phosphorus-31 Nuclear Magnetic
Resonance Spectroscopy of the Quadriceps Muscle of Elite Athletes. Biological Sciences IV
1991; 164-165.
195.- Boicelli CA, Baldassarri AM, Borsetto C, Conconi F. An Approach to Non invasive Fiber Type
Determination by NMR. Int J Sports Med 1989; 10(1):53-54.
196.- Chance B . Noninvasive Aproaches to Oxigen Delivery and Cell Bioenergetics in Functioning
Muscle. Clin J Sport Med 1992; 2(2):132-138.
197.- Kushmerick MJ, Moerland T, Wiseman RW . Mammalian skeletal muscle fibers distinguished by
contents of phosphocreatine, ATP, and Pi. Proc Natl Acad Sci USA 1992; 89:7521-7525.
198.- Taylor DJ, Crowe M, Bore PJ, Styles P, Arnold DL, Radda GK, . Examination of the energetics
of aging skeletal muscle using nuclear magnetic resonance. Gerontology 1984; 30:2-7.
199.- Vandenborne K, McCully K, Chance B . Metabolic heterogeneity in human calf muscle during
maximal exercise. Proc Natl Acad Sci USA 1991; 88:5714-5718.
200.- Johnson R, Arnold D, Leger G . Splitting of the phosphate peak in exercising muscle is due to
macroscopic not microscopic heterogeneity. Proc Soc Magn Reson Med 1990; 2:866.
201.- Yoshida T, Watari H, Tagawa K . Effects of active and pasive recoveries on splitting of the
inorganic phosphate peak determined by 31P-NMR spectroscopy. NMR Biomed 1996; 9:13-19.
202.- Mizuno M, Justesen LO, Bedolla J, Friedman DB, Secher NH al, Quistorff B, . Partial
curarization abolishes splitting of the inorganic phosphate peak in 31P-NMR spectroscopy
during intense forearm exercise in man. Acta Physiol Scand 1990;139:611-612.
203.- Lam EWN, Hannam AG . Regional 31P MRS of exercising human masseter muscle. Arch Oral
Biol 1992;37:49-56.
204.- Mizuno M, Secher H, Quistorff B . P-NMR spectroscopy, vs EMG, and histochemical fiber types
of human wrist flexormuscles. J Appl Physiol 1994; 76(2):531-538.
205.- Shunk K, Losch OKreitner KF, Kersjes W, Schadmand-Fischer S, Thelen M . Contributions of
DinamicPhosphorus-31 Magnetic Resonance Spectroscopyto Analysis of Muscle Fiber
Distribution. Invest Radiol 1999;34(5):348-356.
206.- Meyer RA, Brown TR, Kushmerick MJ . Phosphorus nuclear magnetic resonance of fast- and
slow-twitch muscle.Am J Physiol 1985; 248(Cell Physiol.17):C279-C287.
207.- Kuno S . Heterogeneity of Muscle Energetics in Human Muscle Fiber Type Using 31P Nuclear
Magnetic Resonance. Clin J Sport Med 1991; 1(4):247-50.
208.- Takahashi H, Kuno SY, Katsuta S, Shimojo H, et al . Relationship between fiber composition
and NMR measurements in human skeletal muscle. NMR Biomed 1996; 9:8-12.
209.- Boska MD . ATP Production Rates as a Function of Force Level in the Human
Gastronenemius/Soleus Using 31P MRS. Magn Reson Med 1994; 32:1-10.
210.- Kemp GJ, Campbell CB, Thompson CH, Taylor AW, Radda GK . ATP Production and
Mechanical Work in Exercising Skeletal Muscle: A Theoretical Analisis Applied to 31P Magnetic
Resonance Spectroscopic Studies of Diayzed Uremic Patients. Magn Reson Med 1995; 33:601-
609.
211.- Bendahan D, Badier M, Jammes Y, et al. Metabolic and myoelectrical effects of acute
hypoxaemia during isometric contraction of forearm muscles in humans: a combined 31P MRS
surface electromyogram (MRS-SEMG) study. Clin Sci (Colch) 1998; 94:279-286.
212.- Bendahan D, Jammes Y, Salvan AM, Badier M, Confort-Gouny S, Guillot C, Cozzone PJ.
Combined electromyogrphy-31P - Magnetic resonance spectroscopy study of human muscle
fatigue during static contraction. Muscle Nerve 1996;19:715-721.
213.- Fowler MD, Ryschon TW, Wysong RE, Combs CA, Balaban RS . Normalized metabolic stress
227
for 31P-MR spectroscopy studies of human skeletal muscle: MVC vs. muscle volume. J Appl
Physiol 1997; 83(3):875-883.
214.- Richardson RS, Haseler LJ, Nygren A, Blumi S, Frank LR . . J Appl Physiol 2001; 91:845-853.
215.- Bendahan D, Confort-Gouny S, Kozak-Reiss G, Cozzone PJ. Heterogeneity of metabolic
response to muscular exercise in humans. New criteria of invariance defined by in vivo
phosphorus-31 NMR spectroscopy. FEBS lett 1990;272(1-2):155-158.
216.- Chilibeck PD, McCreary C R, Marsh GD, Paterson DH, Noble EG, Taylor DJ, Thompson RT.
Evaluation of muscle oxidative potencial by 31P- MRS during incremental exercise in old and
young humans. Eur J Appl Physiol 1998; 78:460-465.
217.- Thompson RT, Muirhead N, Marsh GD, Gravelle D, Potwarka JJ, Driedger AA, . Effect of
anaemia correction on skeletal muscle metabolism in patients with end-stage renal disease:
31P magnetic resonance spectroscopy assessment. Nephron 1996; 73:436-441.
218.- Lodi R, Kemp GJ, Muntoni F, Thompson CH, Rae C, Taylor J, et al. Reduced cytosolic
acidification during exercise suggests defective glycolytic activity in skeletal muscle of patients
with Becker muscular dystrophy. An in vivo 31P MRS study. Brain 1999; 122:121-130.
219.- Lodi R, Taylor DJ, Tabrizi SJ, Hilton-Jones D, et al . Normal in vivo skeletal muscle oxidative
metabolism in sporadic inclusion body myositis assessed by 31P-MRS. Brain 1998; 121:2119-
2126.
220.- Fowler MD, Ryschon TW, Wysong RE, Combs CA, Balaban RS . Normalized metabolic stress
for 31P-MR spectroscopy studies of human skeletal muscle: MVC vs. muscle volume. J Appl
Physiol 1997; 83(3):875-883.
221.- Nishida M, Nishijima H, Yonezawa K, Sato I, Anzai T, Okita K, Yasuda H. Phpsporus -31
magnetic resonance spectroscopy of forearm flexor muscles in student rowers using an
exercise protocol adjusted for differences in cross-sectional muscle area. Eur J Appl Physiol
1992; 64(6):528-533.
222.- Erkintalo M, Bendahan D, Mattei JP, Fabreguettes C, Vague P, Cozzone PJ, . Reduced
metabolic efficiency of skeletal muscle energetics in hyperthyroid patients evidenced
quantitatively by in vivo 31P-MRS. Metabolism 1998; 47:769-776.
223.- Yoshida T, Watari H . Metabolic consequences of repeated exercise in long distance runners.
Eur J Appl Physiol 1993; 67:261-265.
224.- Hands LJ, Bore PJ, Galloway G, Morris PJ, Radda GK . Muscle metabolism in patients with
peripheral vascular disease investigated by 31P nuclear magnetic resonance spectroscopy.
Clinical Science 1986; 71,283-290.
225.- Hands LJ, Sharif MH, Payne GS, Morris PJ, Radda GK . Muscle ischaemia in peripheral
vascular desease studied by 31P-magnetic resonance spectroscopy. Eur J Vasc Surg 1990;
4(6):637-642.
226.- Crowther GJ, Jubrias SA, Gronka RK, Conley KE. A "functional biopsy" of muscle propierties in
sprinters and distance runners. Med Sci Sports Exerc 2002; 34(11):1719-24.
227.- Guthrie BM, Frostick SP, Goodman J, et al. Endurance trained and untrained skeletal muscle
bioenergetics observed with magnetic resonance spectroscopy. Can J Appl Physiol 1996;
21(4):251-263.
228.- Roussel M, Bendahan D, Mattei JP, Le Fur Y, Cozzone PJ . 31P magnetic resonance
spectroscopy study of phosphocreatine recovery kinetics in skeletal muscle: the issue of
intersubject variability. Biochim Biophys Acta 2000; 1457:18-26.
229.- Park JH, Brown RL, Park CR, Cohn M, Chance B . Energy metabolism of the untrained muscle
of elite runners as observed by 31P magnetic resonance spectroscopy: Evidence suggesting a
genetic endowment for endurance exercise. Proc Natl Acad Sci USA 1988; 85:8780-8784.
228
230.- Minotti JR, Johnson EC, Hudson Tr L, Sibbitt RR, Wise LE, Fukushima E, Icenogle V. Forearm
metabolic asymmetry detected by 31P-NMR during submaximal exercise. J Appl Physiol 1989;
67(1):324-329.
231.- Marsh GD, Paterson DH, Thompson RT, Cheung PK, MacDermid J, Arnold JM, . Metabolic
Adaptations to Endurance Training in Older Individuals. Can J Appl Physiol 1993; 18(4):366-
378.
232.- Brosseau O, Mahdjoub R, Seurin MJ, Tthiriet P, Gozal D, Briguet A, . Kinetics of anaerobic
metabolism in human skeletal muscle: influence of repetitive high-intensity exercise on
sedentary dominant and non-dominant forearm. A 31P NMR study. Biochimie 2003; 85:885-
890.
233.- Tartaglia MC, Chen JT, Zografos MA, Taivassalo T, Arnold DA, Argov Z, . Muscle phosphorus
magnetic resonance spectroscpy oxidative indices correlate with physical activity. Muscle Nerve
2000; 23:175-181.
234.- Zanconato S, Buchthal S, Barstow TJ, Cooper B al. 31P-magnetic resonance spectroscopy of
leg muscle metabolism during exercise in children and adults. J Appl Physiol 1993; 74(5):2214-
2218.
235.- Taylor DJ, Kemp GJ, Thompson CH, Radda GK. Ageing: effects of oxidative function of skeletal
muscle in vivo. Mol Cell Biochem 1997; 174:321-324.
236.- Shin-ya Kuno, Takahashi H, Fujimoto K, Akima H, Miyamaru M, Nemoto I, Itai Y. Muscle
metabolism during exercise using phosphorus-31-nuclear magnetic resonance spectroscopy in
adolescents. Eur J Appl Physiol 1995; 70:301-304.
237.- Petersen SR, Gaul CA, Stanton MM, Hanstock CC. Skeletal muscle metabolism during short-
term, high- intensity exercise in prepubertal and pubertal girls. J Appl Physiol 1999; 87(6):2151-
2156.
238.- Binzoni T., Ngo L, Janssen M, Hiltbrand E, Bianchi S, Cerretelli P, Graveron-Demilly D. Age
dependence of human gastrocnemius Mg2+: fitting 31P-NMR espectra using quantum
mechanics-based prior knowledge. J Physiol Anthropol Appl Human Sci 2001; 20(5):275-283.
239.- McCully KK, Fielding RA, Evans WJ, Leigh JS, Posner JD . Relationships between in vivo and
in vitro measurements of metabolism in young and old human calf muscles. J Appl Physiol
1993; 75(2):813-819.
240.- McCully KK, Forciea MA, Hack LM, et al. Muscle metabolism in older subjects using 31P
magnetic resonance spectroscopy. Can J Physiol Pharmacol 1991; 69:576-580.
241.- Schunk K, Pitton M, Duber C, Kersjes W, Schadmand-Fischer S, Thelen M, . Dynamic 31P
MRS of the quadriceps muscle: effects of age and sex on spectroscopic results. Invest Radiol
1999; 34:116-125.
242.- Coggan AR, Abduljalil AM, Swanson C, Earle MS, Farris WL, Mendenhall LA, Robitaille PM.
Muscle metabolism during exercise in young and older untrained and endurance-trained men. J
Appl Physiol 1993; 75(5):2125-2133.
243.- Horska A, Fishbein KW, Fleg JL, Spencer RG. The relationship between creatine kinase
kinetics and exercise intensity in human forearm is unchanged by age. Am J Physiol 2000;
279(2):E333-9.
244.- Conley KE, Jubrias SA, Esselman PC . Oxidative capacity and ageing in human muscle. J
Physiol 2000;526.1:203-210.
245.- Kutsuzawa T, Shioya S, Kurita D, Haida M, Yamabayashi H . Effects of age on muscle energy
metabolism and oxygenation in the forearm muscle. Med Sci Sports Exerc 2001; 33(6): 901-6.
246.- Mattei JP, Bendahan D, Roussel M, Lefur Y, Cozzone PJ . Gender modulates the energy cost
of muscle contraction in untrained healthy subjects. A 31P magnetic resonance spectroscopy
229
analysis. FEBS lett 1999; 450:173-177.
247.- Kent-Braun JA, Ng AV, Doyle JW, Towse TF. Human skeletal muscle responses vary with age
and gender during fatigue due to incremental isometric exercise. J Appl Physiol 2002; 93:1813-
1823.
248.- Lundin S, Thoren P. Renal function and sympathetic activity during mental stress in
normotensive and spontaneously hypertensive rats. Acta Physiol Scand 1982; 115:125-134.
249.- Smith SA, Montain S, Matott RP, Zientara GP, Jolesz FA, Fielding RA, . Effects of creatine
supplementation on the energy cost of muscle contraction: a 31P-MRS study. J Appl Physiol
1999; 87(1):116-23.
250.- Vandenberghe K, Van Hecke P, Van Leemputte M, Vanstapel F, Hespel P . Phosphocreatine
resynthesis is not affected by creatine loading. Med Sci Sports Exerc 1999; 31(2):236-242.
251.- Gupta RK, Mittal RD, Agarwal KN, Agarwal DK. Muscular sufficiency, serum protein, enzymes
and bioenergetics studies (31P MRS) in chronic malnutrition. Acta Paediatr 1994; 83:327-331.
252.- Argov Z, Chance B . Phosphorous magnetic resonance spectroscopy in nutritional research.
Ann Rev Nutr 1991;11:449-464.
253.- Montain SJ, Smith SA, Mattot RP, Zientara GP, Jolesz FA, Sawka MN, . Hypohydration effects
on skeletal muscle performance and metabolism: a 31P-MRS study. J Appl Physiol 1998;
84(6):1889-94.
254.- De Bisschop E, Allein S, Van der Niepen P, et al. Effect of amino acid administration on uremic
muscle metabolism: a 31P spectroscopy study. Kidney Int 1997; 51:1182-1187.
255.- Taylor DJ, Styles P, Matthews PM, Arnold DA, Gadian D, Bore PJ, Radda GK. Energetics of
human muscle: exercise-induced ATP depletion. Magn Reson Med 1986; 3(1):44-54.
256.- Chase P, Kushmerick MJ . Effects of pH on contraction of rabbit fast and slow skeletal muscle
fibres. Biophys J 1998; 53:935-46.
257.- Miller RG, Giannini D, Milner-Brown HS, Layzer RB, et al . Effects of fatiguing exercise on high-
energy phosphates, force, and EMG: evidence for three phases of recovery. Muscle Nerve
1987; 10:810-821.
258.- Moussavi RS, Carson PJ, Boska MD, et al. Non-metabolic basis of fatigue in exercising human
muscle. Neurology 1989; 39:1222-1226.
259.- Beliveau L, Helal JN, Gaillard E, et al. EMG spectral shift and 31P NMR determined intracellular
pH in fatigued human biceps brachii muscle. Neurology 1991; 41:1998-2001.
260.- Laurent D, Portero P, Goubel F, Rossi A. Electromygram spectrum changes during sustained
contraction relted to proton and diprotonated inorganic phosphate accumulation: a 31P nuclear
magnetic resonance study on human calf muscles. Eur J Appl Physiol 1993; 66:263-268.
261.- Haseler LJ, Hogan MC, Richardson RS . Skeletal muscle phosphocreatine recovery in exercise-
trained humans is dependent on O2 availability. J Appl Physiol 1999; 86(6):2013-2018.
262.- Hogan MC, Richardson S, Haseler LJ . Human muscle performance and PCr hydrolysis with
varied inspired oxygen fractions: a 31P-MRS study. J Appl Physiol 1999; 86(4):1367-1373.
263.- Younkin DP, Berman P, Sladky J, Chee C, Bank WJ, Chance B, . 31P NMR studies in
Duchenne muscular dystrophy: age related metabolic changes. Neurology 1987; 37:165-169.
264.- Miller RG . Role of fatigue in imiting physical activities in humans with neuromuscular diseases.
Am J Phys Med Rehabil 2002; 81(suppl):S99-107.
265.- Taivassalo T, De Stefano N, Chen J, Karpati G, Arnold DL, Argov Z, . Short-term aerobic
training response in chronic myopathies. Muscle Nerve 1999; 22:1239-1243.
266.- Kemp GJ, Hands LJ, Ramaswami G, Taylor AW, Nicolides A, Amatos A, Radda GK. Calf
230
muscle mitochondrial and glycogenolytic ATP syntesis in patients with claudication due to
peripherical vascular disease analysed using 31P magnetic resonance spectroscopy. Clin Sci
(Lond) 1995; 89:581-590.
267.- Thompson CH, Davies RJO, Kemp GJ, Taylor DJ, Radda GK, Rajagopalan B, . Skeletal muscle
metabolism duringexercise and recovery in patients with respiratory failure. Thorax 1993;
48:486-490.
268.- Levy P, Wuyam B, Pepin JL, Reutenauer H, Payen JF . Skeletal muscle abnormalities in
chronic obstructive lung disease with respiratory insufficiency. Value of P31 magnetic
resonance spectroscopy. Rev Mal Respir 1997; 14(3):183-91.
269.- Payen JF, Wuyam B, Levy P, Reutenauer H, Stieglitz P, Paramelle B, Le Bas JF. Muscular
metabolism during oxygen supplementation in patients with chronic hypoxemia. Am Rev Respir
Dis 1993; 147:592-598.
270.- Sala E, Roca J, Marrades RM, Alonso J, et al. . Effects of endurance training on skeletal muscle
bioenergetics in chronic obstructive pulmonary disease. Am J respir crit care med 1999;
159:1726-1734.
271.- Kaminsky P, Melone M, Brunotte F, Escanye JM, Robin B, Floquet J, Duc ML. Spectroscopie en
RMN du Phosphore: Sonintérêt dans le diagnostic des myopathies métaboliques. Une
observation de maladie de Mac Ardle. Presse Med 1990;19(23):1091-1093.
272.- Kaminsky P, Escanye JM, Klein M, Robin-Lherbier B, Walker P al . Spectroscopy of phosphorus
in nuclear magnetic resonance. General review of clinical applications to the study of human
skeletal muscle. Rev Med Interne 1991; 12:128-138.
273.- Kaminsky P, Robin-Lherbier B, Fener P, Jouannay P, Walker P, Klein M, Escanyé JM.
Anomalies de la bioénergétique musculaire dans une maladie de steinert. Rev Neurol (Paris) ; .
274.- Taylor DJ, Bore PJ, Styles P, Gadian DG, Radda GK . Bioenergetics of Intact Human Muscle A
31P Nuclear Magnetic Resonance Study. Mol Biol Med 1983; 1:77-94.
275.- Veech RL, Lawson JWR, Cornell NW, Krebs HA. Cytosolic phosphorylation potential. J Biol
Chem 1979;254:6538-47.
276.- Marsh GD, Paterson DH, Thompson CH, Driedger AA. Coincident thresholds in intracellular
phosphorylation potential and pH during progressive exercise. J Appl Physiol 1991; 71(3):1076-
1081.
277.- Iyengar MR, Coleman DW, Butler TM . Phosphocreatine, a High-energy Phosphate in Muscle,
Spontaneously Forms Phosphocreatine and Creatinine Under Physiological Conditions. J Biol
Chem 1985; 260(12):7562-7567.
278.- General Principles of Exercise Prescription. In ACSM´S Guidelines for Exercise Testing and
Prescription.American college of sports medicine 6º ed. Lippincott Williams and Wilkins
Baltimore. 2000; .
279.- Price TB, Kamen G, Damon BM, Knight CA, Applegate B, Gore JC, Eward K. Comparison of
MRI with EMG to study muscle activity associated with dynamic plantar flexion. Magn reson
imaging 2003; 21:853-861.
280.- Vandenborne K, Walter G, Ploutz-Snyder L, Dudley G, Elliott MA, De Meirleir K, . Relationship
between muscle T2*relaxation properties and metabolic state: a combined localized 31P-
spectroscopy and 1H-imaging study. 2000; 82:76-82.
281.- Haseler LJ, Richardson RS, Videen JS, Hogan MC. Phosphocreatine hydrolysis during
submaximal exercise. J Appl Physiol 1998; 85(4): 1457-1463.
282.- Terjung RL, Mathien GM, Erney TP, Ogilvie RW. Peripheral Adaptations to Low Blood Flow in
Muscle During Exercise. Am J Cardiol 1988; 62:15E-19E.
283.- Ugurbil K, Petein M, Maidan R, Michurski S, From AH . Measurement of an individual rate
231
constant in the presence of multiple exchanges: application to myocardial creatine kinase
reaction. Biochemistry 1986; 25:100-107.
284.- Isabel Mº Alguacil Diego . Estudio de la modificaciones inmunológicas producidas por la
actividad física. Tesis Doctoral. UCM. 2004; .
285.- Fitts RH . Cellular mechanisms of muscle fatigue. Physiol Rev 1994; 74:49-94.
286.- Westerblad H, Allen DG, Bruton JD, Andrade FH, Lannergren J . Mechanisms underlying the
reduction of isometric force in skeletal muscle fatigue. Acta Physiol Scand 1998; 162:253-260.
287.- Allen DG, Westerblad H . Role of phosphate and calcium stores in muscle fatigue. J Physiol
(london) 2001;536:657-665.
288.- Mancini DM, Coyle E, Coggan A, Beltz J, Ferraro N, Montain S, Wilson JR. Contribution of
intrinsic skeletal muscle changes to 31P NMR skeletal muscle metabolic abnormalities in
patients with chronic heart failure. Circulation 1989;80(5):1338-1346.
289.- Weiner MW, Moussavi RS, Baker AJ, Boska MD, Miller RG . Constant relationships between
force, phosphate concentration, and pH in muscles with differential fatigability. Neurology 1990;
40(12):1888-1893.
290.- Chin ER, Allen DG . Effects of reduced muscle glycogen concentration on force, Ca2+ release
and contractile protein function in intact mouse skeletal muscle. J Physiol 1997; 498:17-29.
291.- Rossiter HB, Ward DS, Kowalchuk JM, Howe FA, Griffiths JR, Whipp B, . Dynamic asymmetry
of phosphocreatine concentration and O2 uptake between on- and off-transients of moderate-
and high- intensity exercise in humans. J Physiol 2002; 541:991-1002.
292.- Yoshida T, Watari H . Exercise- indued splitting of the inorganic phosphate peak: investigation
by time resolved 31P- nuclear magnetic resonance spectroscopy. Eur J Appl Physiol 1994;
69:465-473.
293.- Yoshida T, Watari H . Effect of circulatory occlusion on human muscle metabolite during
exercise and recovery. Eur J Appl Physiol 1996; 75:200-205.
294.- McCully KK., Kakihira H, Vanderborne K, Kent J. Noninvasive measurements of activity-induced
changes in muscle metabolism. J Biomechanics 1991; 24 Suppl 1,153-161.
295.- Brown RL, Park JH, Park CR, McCullY KK, Chance B . NMR observed phosphate metabolism
during exercise of untrained muscle in athletic and non-athletic subjects. Federation Proc (Abs)
1987; 46:2027-28.
296.- Eleff SN, Kennaway NG, Buist NR, Darley-Usmar VM, Capaldi RA, Bank WJ, Chance B. 31P-
NMR study of improvement on oxidative phosphorylation by vitamins K3 and C in a patient with
a defect in electron transport at complex III in skeletal muscle. Proc Natl Acad Sci USA 1984;
81:3529-3533.
297.- Miller RG, Carson PJ, Robabe RS, Moussavi S, Boska MD . The use of magnetic resonance
spectroscopy to evaluate muscular fatigue and human muscle disease. Appl Radiol 1989;
March:33-38.
298.- Zatina MA, Berkowitz HD, Gross GM, Maris Jm, Chance B . 31P nuclear magnetic resonance
spectroscopy: noninvasive biochemical analysis of the ischemic extremity. J Vasc Surg 1986;
3:411-420.
299.- Knuttgen HG, Sahlin B . Muscle metabolites and oxygen uptake in short-term submaximal
exercise in man. J Appl Physiol 1972; 32:690-694.
300.- Mattei JP, Kozak-Ribbens G, Roussel M, Le Fur Y, Cozzone PJ, Bendahan D, . New
parameters reducing the interindividual variability of metabolic changes during muscle
contraction in humans. A (31)P MRS study with physiological and clinical implications. Biochim
Biophys Acta 2002; 1554:129-36.
232
301.- Wilson JR, Fink L, Maris J, Ferraro N, Power-Vanwart J, Eleff S, Chance B. Evaluation of
energy metabolism in skeletal muscle of patients with heart failure with gated phosphorus-31
nuclear magnetic resonance. Circulation 1985; 71(1):57-62.
302.- Payen JF, Wuyam B, Reutenauer H, Laurent D, Levy P al . Impairment of muscular metabolism
in chronic respiratory failure. A human 31P MRS study. NMR Biomed 1991; 4(1):41-45.
303.- Systrom DM, Kanerek DJ, Kohler SJ, Kazemi H. 31P nuclear magnetic resonance spectroscopy
study of the anaerobic threshold in humans. J Appl Physiol 1990; 68(5):2060-2066.
304.- Kemp GJ, Taylor AW, Styles P, Radda GK. The Production, Buffering and Efflux of Protons in
Human Skeletal Muscle during Exercise and Recovery. NMR Biomed 1993; 6:73-83.
305.- Schocke MF, Esterhammer R, Arnold W, Kammerlander Ch, Burtscher M, Fraedrich G, Jaschke
WR. High-energy phosphate metabolism during two bouts of progressive calf exercise in
humans measured by phosphorus-31 magnetic resonance spectroscopy. Eur J App Physiol
2005; 93:469-479.
306.- Cerretelli P, Binzoni T . The Contribution of NMR, NIRS and their Combination to the Functional
Assessment of Human Muscle. Int J Sports Med 1997; 18(Suppl. 4):S270-S279.
307.- Hochachka PW, Matheson GO . Regulating ATP turnover rates over broad dynamic work
ranges in skeletal muscles. J Appl Physiol 1992; 73:1697-1703.
308.- Menard MR, Penn AM, Lee JWK, Dusik LA, Hall LD . Relative Metabolic Efficiency of
Concentric and Excentric Exercise Determined by 31P Magnetic Resonance Spectroscopy.
Arch Phys Med Rehabil 1991; 72:976-83.
309.- Miller RG, Boska MD, Moussavi RS, Carson PJ, Weiner MW . 31P Nuclear Magnetic
Resonance Studies of High Energy Phosphates and pH in Human Muscle Fatigue. Comparison
of Aerobic and Anaerobic Exercise. Neurology 1988;81:1190-1196.
310.- Gollnick PD, Hermansen L . Biochemical adaptations to exercise: anaerobic metabolism. Exerc
Sports Sci Rev 1973; 1:1-43.
311.- Rossiter HB, Howe FA, Ward DS, Kowalchuk JM, Griffiths JR, Whipp B, . Intersample
fluctuations in phosphocreatine concentration determined by 31P-magnetic resonance
spectroscopy and parameter estimation of metabolic exercise in humans. J Physiol 2000;
528:359-369.
312.- Davies KJA, Packer L, Brooks GA. Biochemical adaptation of mitochondria, muscle, and whole-
animal respiration to endurance training. Arch Biochem Biophys 1981; 209(2):539-554.
313.- Ravalec X, Te Tallec N, Carré F, Certaines J, Le Rumeur E . Improvement of muscular
oxidative capacity by training is associated with slight acidosis and ATP depletion in exercising
muscles. Muscle Nerve 1996; 19:355-361.
314.- Kushmerick MJ, Meyer RA . Chemical changes in rat leg muscle by phosphorus nuclear
magnetic resonance. Am J Physiol 1985; 248(Cell Physiol.17):C542-C549.
315.- Constable SH, Favier R, McLane JA, Fell RD, Chen M, Hollosky JO, . Energy metabolism in
contracting rat skeletal muscle :adaptation to exercise training. Am J Physiol 1987;
253:(22):C316-C322.
316.- Baldwin KM, Klinkerfuss GH, Terjung RL, Mole PA, Hollosky JO . Respiratory capacity of white,
red and intermediate muscle: adaptive response to exercise. Am J Physiol 1972; 222(2)373-
378.
317.- Dudley GA, Abraham WM, Terjung RL . Influence of exercise intensity and duration on
biochemical adaptations in skeletal muscle. J Appl Physiol 1982; 53:844-850.
318.- Holloszy JO . Biochemical Adaptations in Muscle: Effects of exercise mitochondrial oxigen
uptake and respiratory enzime activity in skeletal muscle. J Biol Chem 1967; 242(9):2278-2282.
233
319.- Kuno S, Akisada M, Mitsumori F . Phosphorus-31 nuclear magnetic resonance study on the
effects of endurance training in rat skeletal muscle. Eur J Appl Physiol 1992; 65(2):197-201.
320.- Clark BJ, Acker MA, McCully K, Subramanian HV, Hammond RL, Salmons S, Chance B. In vivo
31P-NMR spectroscopy of chronically stimulated canine skeletal muscle. Am J Physiol 1988;
254(Cell Physiol. 23):C258-C266.
321.- Minotti JR, Johnson EC, Hudson TL, Zuroske G, Murata G, Fukushima E, Cagle TG. Skeletal
muscle response to exercise training in congestive heart failure. J Clin Invest 1990; 86(3):751-
758.
322.- Stratton JR, Dunn JF, Adamopoulos S, Kemp GJ, Coats AJ, Rajagopalan B, . Training partially
reverses skeletal muscle metabolic abnormalities during exercise in heart failure. J Appl Physiol
1994; 76(4):1575-1582.
323.- Mc Cully K, Clark A, Kent J, Wilson DF, Chance B . Biochemical adaptations to training:
implications for resisting muscle fatigue. Can J Physiol Pharmacol 1991; 69:274-278.
324.- Appell HJ . Muscular atrophy following immobilisation. Sports Med 1990; 10:42-58.
325.- Chati Z, Zannad F, Jeandel C, Lherbier B, Escanye JM, Robert J, Aliot E. Physical
deaconditioning may be a mechanism for the skeletal muscle energy phosphate metabolism
abnormalities in chronic heart failure. Am Heart J 1996; 131:560-566.
326.- LeBlanc A, Rowe R, Evans H, West S, Shackelford L, Schneider V, . Muscle atrophy during
long duration bed rest. Int JSports Med 1997; 18(suppl 4):S283-S285.
327.- Vandenborne K, Elliott MA, Walter GA, Abdus S, Okereke E, Shaffer M, Tahernia D.
Longitudinal study of skeletal muscle adaptations during immobilization and rehabilitation.
Muscle Nerve 1998; 21:1006-1012.
328.- Binzoni T, Cerretelli P . Bioenergetic approach to transfer function of human skeletal muscle. J
Appl Physiol 1994;77(4):1784-1789.
329.- Gariod L, Binzoni T, Ferretti G, Le Bas JF, Reutenauer H, Cerretelli P. Standarisation of
31phosphorus-nuclear magnetic resonance spectroscopy determinations of high energy
phosphates in humans. Eur J Appl Physiol 1994;68:107-110.
330.- Yoshida T, Watari H . 31P-Nuclear Magnetic resonance spectroscopy study of the time course
of energy metabolism during exercise and recovery. Eur J Appl Physiol 1993; 66:494-499.
331.- Le Rumeur E, Le Moyec L, Toulouse P, Le Bars R, de Certaines JD . Muscle fatigue unrelated
to phosphocreatine and pH: an "in vivo" 31-P NMR spectroscopy study. Muscle Nerve 1990;
13(5):438-444.
332.- Nevill A M, Jones DA, McInyre D, Bogdanis GC, Nevill ME . A model for phosphocreatine
resynthesis. J Appl Physiol1997; 82(1):329-335.
333.- McCutcheon LJ, Byrd SK, Hodgson DR. Ultrastructural changes in skeletal muscle after
fatiguing exercise. J Appl Physiol 1992; 72(3):1111-1117.
334.- Sahlin K, Harris RC, Hultman E . Resynthesis of creatine phosphate in human muscle after
exercise in relation to intramuscular pH and availability of oxygen. Scand J Clin Lab Invest
1979; 39:551-558.
335.- Arnold DL, Matthews PM, Radda GK . Metabolic recovery after exercise and the assessment of
mitochondrial function in vivo in human skeletal muscle by means of 31P NMR. Magn Reson
Med 1984; 1:307-315.
336.- Sahlin B, Harris RC, Hultman E . Creatine kinase equilibrium and lactate content compared with
muscle pH in tissue samples obtained after isometric exercise. Biochem J 1975; 152(2):173-80.
337.- Iotti S, Funicello R, Zaniol P, Barbioli B. The rate of phosphate transport during recovery from
muscular exercise depends on cytosolic [H]: a 31P-NMR spectroscopy study in humans.
234
Biochem Biophys Res Commun 1991; 178:871-877.
338.- Jansson E, Dudley GA, Norman B, Tesch PA. Relationship of recovery from intensive exercise
to the oxidative potential of skeletal muscle. Acta Physiol Scand 1990; 139:147-152.
339.- Argov Z, Bank WJ, Maris J, Peterson P, Chance B . Bioenergetic heterogeneity of human
mitochondrial myopathies: phosphorus magnetic resonance spectroscopy study. Neurology
1987; 37:257-262.
340.- Mancini DM, Walter G, Reichek N, et al. Contribution of skeletal muscle atrophy to exercise
intolerance and altered muscle metabolism in heart failure. Circulation 1992; 85:1364-1373.
341.- McCully KK, Iotti S, Kendrick K, Wang Z, Posner JD, Leigh J, Chance B. Simultaneous in vivo
measurements of HbO2 saturation and PCr kinetics after exercise in normal humans. J Appl
Physiol 1994; 77(1):5-10.
342.- Laurent M, Thiaudière E, Diolez Ph, Gerville-Réache L. Parameter estimation in modeling
phosphocreatine recovery in human skeletal muscle. Eur J Appl Physiol 2004; 91:419-424.
343.- Iotti S, Gottardi G, Clementi V, Barbiroli B. The mono-exponential pattern of phosphocreatine
recovery after muscle exercise is a particular case of a more complex behaviour. Biochim
Biophys Acta 2004; 131-139.
344.- Harris RC, Edwards HT, Hultman E . The time course of phosphorylcreatine resynthesis during
recovery of the quadriceps muscle in man. Pflugers Arch 1976; 367 (2):137-42.
345.- Bogdanis GC, Nevill ME, Boobis LH, Lakomy HKA, Nevill AM . Recovery of power output and
muscle metabolites following 30s of maximal sprint cycling in man. J Physiol (London) 1995;
482(2):467-480.
346.- Dawson MJ . The relation between muscle contraction and metabolism: studies by 31P nuclear
magnetic resonance spectroscopy. Adv Exp Med Biol 1988; 226:433-448.
347.- Cooke SR, Petersen SR, Quinney HA . The influence of maximal aerobic power on recovery of
skeletal muscle following anaerobic exercise. Eur J Appl Physiol 1997; 75: 512- 519.
348.- Jubrias SA, Crowther GJ, Shankland EG, Gronka RK, Conley KE . Acidosis inhibits oxidative
phosphorylation in contracting human skeletal muscle in vivo. J Physiol 2003; 553(Pt 2):589-
599.
349.- Newcomer BR, Boska MD, Hetherington HP . Non-Pi buffer and initial phosphocreatine
breakdown and resynthesis kinetics of human gastrocnemius/soleus muscle groups using 0.5 s
time resolved 31P-MRS at 4.1T. NMR Biomed ; 12:545-51.
350.- McCully KK, Vandenborne K, DeMeirleir K, Posner JD, Leigh JS . Muscle metabolism in track
athletes, using 31P magnetic resonance spectroscopy. 1992; 70(10):1353-9.
351.- Riemens SC, van Tol A, Scheek LM, Dullaart RP. Plasma cholesterol ester transfer and hepatic
lipase activity are related to high-density lipoprotein cholesterol in association with insulin
resistance in type 2 diabetic and non-diabetic subjects. Sports Med 2001; 31(1):1-11.
235
APENDICES
236
APENDICE I
FECHA: NOMBRE:
SEXO:
EDAD: ENFERMEDAD PULMONAR SISTEMA NERVIOSO
TALLA: Disnea al esfuerzo Antecedentes
PESO: Tos Patologías degenerativas (ELA)
ESPESOR Expectoración crónica Neuropatías periféricas
TRICIPITAL:
PLIEGUE: Asma Síndrome compresión
ACTIVIDAD FISICA: Exposición profesional Miopatías
< 3 h/s Otras APARATO LOCOMOTOR
3-5 h/s CARDIOVASCULAR Enf. reumáticas
> 5 h/s Cardiopatía Dispositivos metálicos osteosíntesis
TABACO: Trastornos ritmo Patologías:
No fumador Hipertensión arterial Ósea
5-10 cg/d Vasculopatia periferica EEII Muscular-tendinosa
11-20 cg/d Arterial Articular
> 20 cg/d Venoso Ligamentosa
Exfumador Marcapasos ENDOCRINOS
ALCOHOL: Válvulas protésicas metálicas Tiroides
No bebe DIGESTIVO Diabetes
Poco 2Vvino Regimen nutricional glucogenosis
Mucho Vegetariano TOLERANCIA AL ESFUERZO
MEDICACIÓN:
Ansiolítico Alteraciones hepáticas ECG
Barbitúrico Trastornos de malabsorción
Benzodiazepan ENF. RENAL
Otros HEMATOLÓGICOS
237
DATOS EJERCICIO
INCIDENCIAS:
Consentimiento
informado.
238
APENDICE II
239
APENDICE III
3-
240