Historia de La Astronomía

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Historia de la astronomía

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Ilustración de la teoría geocéntrica.

Esfera armilar.

La historia de la astronomía es el relato de


las observaciones, descubrimientos y conocimientos adquiridos a lo largo de
la historia en materia astronómica.
La astronomía surge desde que la humanidad dejó de ser nómada y se
empezó a convertir en sedentaria; luego de formar civilizaciones o
comunidades empezó su interés por los astros. Desde tiempos inmemorables
se ha visto interesado en los mismos, estos han enseñado ciclos constantes e
inmutabilidad durante el corto periodo de la vida del ser humano lo que fue una
herramienta útil para determinar los periodos de abundancia para la caza y
la recolección o de aquellos como el invierno en que se requería de una
preparación para sobrevivir a los cambios climáticos adversos. La práctica de
estas observaciones es tan cierta y universal que se han encontrado a lo largo
y ancho del planeta en todas aquellas partes en donde ha habitado el ser
humano. Se deduce entonces que la astronomía es probablemente uno de los
oficios más antiguos, manifestándose en todas las culturas humanas.
En casi todas las religiones antiguas existía la cosmogonía, que intentaba
explicar el origen del universo, ligando este a los elementos mitológicos. La
historia de la astronomía es tan antigua como la historia del ser humano.
Antiguamente se ocupaba, únicamente, de la observación y predicciones de los
movimientos de los objetos visibles a simple vista, quedando separada durante
mucho tiempo de la Física. En Sajonia-Anhalt, Alemania, se encuentra el
famoso disco celeste de Nebra, que es la representación más antigua conocida
de la bóveda celeste. Quizá fueron los astrónomos chinos quienes dividieron,
por primera vez, el cielo en constelaciones. En Europa, las doce constelaciones
que marcan el movimiento anual del Sol fueron denominadas constelaciones
zodiacales. Los antiguos griegos hicieron importantes contribuciones a la
astronomía, entre ellas, la definición de magnitud. La astronomía
precolombina poseía calendarios muy exactos y parece ser que las pirámides
de Egipto fueron construidas sobre patrones astronómicos muy precisos.
La inmutabilidad del cielo, está alterada por cambios reales que el hombre en
sus observaciones y conocimiento primitivo no podía explicar, de allí nació la
idea de que en el firmamento habitaban poderosos seres que influían en los
destinos de las comunidades y que poseían comportamientos humanos y por
tanto requerían de adoración para recibir sus favores o al menos evitar o
mitigar sus castigos. Este componente religioso estuvo estrechamente
relacionado al estudio de los astros durante siglos hasta cuando los avances
científicos y tecnológicos fueron aclarando muchos de los fenómenos que en
un principio no eran comprendidos. Esta separación no ocurrió pacíficamente y
muchos de los antiguos astrónomos fueron perseguidos y juzgados al proponer
una nueva organización del universo. Actualmente estos factores religiosos
superviven en la vida moderna como supersticiones.
A pesar de la creencia común, los griegos sabían de la esfericidad de la Tierra.
No pasó desapercibido para ellos el hecho de que la sombra de la Tierra
proyectada en la Luna era redonda, ni que no se ven las mismas
constelaciones en el norte del Mediterráneo que en el sur. En el
modelo aristotélico lo celestial pertenecía a la perfección («cuerpos celestes
perfectamente esféricos moviéndose en órbitas circulares perfectas») mientras
que lo terrestre era imperfecto; estos dos reinos se consideraban como
opuestos. Aristóteles defendía la teoría geocéntrica para desarrollar sus
postulados. Fue probablemente Eratóstenes quien diseñara la esfera
armilar que es un astrolabio para mostrar el movimiento aparente de las
estrellas alrededor de la tierra.
La astronomía observacional estuvo casi totalmente estancada en Europa
durante la Edad Media, a excepción de algunas aportaciones como la de
Alfonso X el Sabio con sus tablas alfonsíes, o los tratados de Alcabitius, pero
floreció en el mundo con el Imperio persa y la cultura árabe. Al final del siglo X,
un gran observatorio fue construido cerca de Teherán (Irán), por el astrónomo
persa Al-Khujandi, quien observó una serie de pasos meridianos del Sol, lo que
le permitió calcular la oblicuidad de la eclíptica. También en Persia, Omar
Khayyam elaboró la reforma del calendario que es más preciso que
el calendario juliano acercándose al Calendario Gregoriano. A finales del
siglo IX, el astrónomo persa Al-Farghani escribió ampliamente acerca del
movimiento de los cuerpos celestes. Su trabajo fue traducido al latín en el
siglo XII. Abraham Zacuto fue el responsable en el siglo XV de adaptar las
teorías astronómicas conocidas hasta el momento para aplicarlas a la
navegación de la marina portuguesa. Esta aplicación permitió a Portugal ser la
puntera en el mundo de los descubrimientos de nuevas tierras fuera de Europa.

Índice

 1Astronomía pretelescópica
o 1.1Australia
o 1.2Mayas
o 1.3China
o 1.4Babilonia
o 1.5Grecia
o 1.6Mundo islámico
o 1.7Europa medieval
 2Astronomía moderna
o 2.1Renacimiento
o 2.2Siglo XVII
o 2.3Siglo XVIII
o 2.4Siglo XIX
 2.4.1Mito de la tierra plana
o 2.5Siglo XX
o 2.6Siglo XXI
 3Véase también
 4Referencias
 5Bibliografía
 6Enlaces externos

Astronomía pretelescópica[editar]

Stonehenge, 2800 a. C.: se supone que esta construcción megalítica se realizó sobre conocimientos
astronómicos muy precisos. Un menhir que supera los 6 m de altura indica, a quien mira desde el
centro, la dirección exacta de la salida del Sol en el solsticio de verano. Algunos investigadores
opinan que ciertas cavidades pudieron haber servido para colocar postes de madera capaces de
indicar puntos de referencia en el recorrido de la Luna.

En historia de la astronomía, la astronomía pretelescópica son las


observaciones, instrumentos, teorías, conceptos astronómicos desarrollados en
las distintas civilizaciones durante el período histórico que precede a la
aparición y uso del telescopio refractor. Los telescopios refractores cohabitaron
con las últimas observaciones pretelescópicas. Fueron rápidamente utilizados a
gran escala por los observadores como Galileo en 1609 con
su perspicillum apuntando hacia el cielo.
Diferentes lugares arqueológicos son considerados por algunos como lugares
para la observación astronómica. Entre los más antiguos se encuentran:

 Abu Simbel en Egipto
 Stonehenge en Gran Bretaña
 Angkor Wat en Camboya
 Kokino en Macedonia del Norte
 Goseck en Alemania
 Chichén Itzá en México
 Medicine Wheels en Estados Unidos
 Cañón del Chaco en Estados Unidos
 Externsteine en Sajonia, Alemania
 Nabta Playa en Alto Egipto
Estos lugares no se pueden calificar como observatorios propiamente dichos,
ya que su función principal era religiosa y la observación se limitó a la
localización ritual de alineaciones solares, a veces lunares o planetarias
(Venus) en los momentos de su salida y puesta de estos astros en ciertas
épocas del año. Su estudio depende más de la arqueoastronomía.
Australia[editar]
Esta sección es un extracto de Astronomía aborigen australiana[editar]
La astronomía aborigen australiana es la parte de la cultura aborigen
australiana relacionada con los hechos astronómicos, como el Sol y la Luna,
las Estrellas, los planetas, y la Vía Láctea, y sus movimientos en el firmamento.
Dado que la cultura aborigen australiana es la más antigua de las civilizaciones
aún continuadas, se ha dicho que los aborígenes australianos bien podrían
haber sido los primeros astrónomos de la historia.1
Algunos grupos de Aborígenes australianos utilizan los movimientos de los
cuerpos celestiales como calendario. A menudo se atribuyen significados
religiosos o mitológicos a los fenómenos astronómicos y a los cuerpos
celestiales. Hay mucha diversidad de tradiciones astronómicas en Australia,
cada una con su particular expresión cosmológica. Sin embargo, parece haber
líneas comunes entre los distintos grupos.
Mayas[editar]
Esta sección es un extracto de Astronomía maya[editar]
Jaina/Desire Charnay.

La astronomía maya forma parte de una tradición más amplia. En los pueblos


mesoamericanos, la observación de los astros era de vital importancia para el
desarrollo de la vida material y espiritual compartida por las demás sociedades
de Mesoamérica, aunque posee ciertas características que la hacen única. Una
de ellas, la más representativa, es el empleo del calendario de Cuenta Larga,
por el que los mayas del período clásico pudieron hacer estimaciones de más
largo plazo.
Los mayas, hicieron cálculos exactos, de los periodos sinódicos
de Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Calcularon con exactitud, los
períodos de la Luna , el Sol y de estrellas como las Pléyades, a las que
llamaban Tzab-ek (estrella cascabel) y marcaba los inicios de festividades
rituales. El Tzol'kin de 260 días es uno de los calendarios más enigmáticos en
cuanto su origen, algunos postulan que se basa en una aproximación a la
gestación humana. y otros autores lo relacionan con ciclos de astros visibles
desde la tierra. También hay una hipótesis formulada por el geógrafo Vincent
Malmstrom en la que su origen estuvo determinado por los ciclos del Sol por el
cenit de la región sur del Estado Mexicano de Chiapas (Izapa) y de la nación de
Guatemala a unos 15º norte, en donde los mismos días que ocurren (29 de
abril el primero y 13 de agosto el segundo) tienen un intervalo de 260 días
entre uno y otro.
La Vía Láctea era parte central de su Cosmología y la llamaban,
aparentemente, Wakah Chan, y la relacionaban con Xibalbá, incluso los Kiche'
de Guatemala aún la llaman Xibalbá be o camino a el inframundo. Tenían un
Zodiaco, basado en la Eclíptica, que es el paso del Sol a través de las
constelaciones fijas. Este se encuentra en la Estela 10 de Tikal y la 1 de Xultún,
ambos yacimientos la zona de Petén, en Guatemala y también en el Códice
Grolier
Los conocimientos astronómicos mayas eran propios de la clase sacerdotal
pero el pueblo todo los respetaba y conducía su vida de acuerdo a sus
predicciones. Mucho del mismo conocimiento perduró aún después de la
conquista, practicándose en la clandestinidad y posteriormente, mezclándose
con los rituales de la vida diaria del pueblo maya, muchos de las cuales siguen
vigentes en la actualidad
Los sacerdotes conocían los movimientos de los cuerpos celestes y eran
capaces de aproximarse a la predicción de los eclipses y el curso del planeta
Venus visto desde la tierra. Esto les daba un especial poder sobre el pueblo
que los consideraba así íntimamente ligados a las deidades.
Muchas de las deidades recibían distintos nombres y propiedades, por ejemplo
a Venus la llamaban los mayas Ah-Chicum-Ek', la gran estrella de la mañana, y
Xux ek, la estrella avispa. Estrella se dice en maya "ek" y es también el apellido
de muchas personas de la región maya.
De los códices mayas conocidos el de Dresde es esencialmente un tratado de
astronomía.
En conclusión, los mayas fueron reconocidos por sus escritos, la arquitectura y
sus obras de arte, sus cálculos matemáticos, llenos de simbolismos y
representaciones fantásticas sobre el pasado, presente y el futuro de su
sociedad.2
China[editar]
Esta sección es un extracto de Astronomía china[editar]

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en


una publicación acreditada.
Este aviso fue puesto el 14 de abril de 2019.

Mapa chino del siglo VII que muestra las constelaciones del Polo Norte

La astronomía china es considerada más antigua que la desarrollada en la


antigua Europa y el Oriente Próximo, aunque es poco lo que se conoce sobre
ella, y ha evolucionado de manera independiente. Los expertos consideran que
los chinos eran los observadores de fenómenos celestes más perseverantes y
precisos de todo el mundo, incluso antes de los estudios astronómicos de los
árabes medievales.3
Los chinos consideraban que la estructura del universo era como una fruta que
colgaba de lo que se conoce en occidente como la estrella polar y describieron
284 constelaciones distribuidas en 28 «casas», templos o cuadrículas que
ocupaban todo el firmamento. En el 2357 a. C. habían desarrollado uno de los
primeros calendarios solares de los que se tiene noticia. Del 2137 a. C. data el
primer registro de un eclipse solar. Desde el 1766 a. C. utilizaban un calendario
lunar con un ciclo de 19 años, coincidente con el de Metón de Atenas del 432
a. C. En el IV a.C. constataron la existencia de manchas solares, su
descubridor Shi Shen catalogó en el 350 a. C. 800 estrellas en el
primer catálogo de estrellas, titulado el Gan Shi Xing Jing. En el 100 a. C.
descubrieron la brújula, comparando su direccionamiento, aún incierto, con las
posiciones solares y estelares.
Inicialmente concebían una tierra y un cielo planos, separados por 40.000 km.
Creían que el Sol, al que calculaban un diámetro de unos 625 km, giraba en el
cielo excéntrico respecto de la vertical de China, de modo que, cuando se
acercaba se hacía de día y, cuando se alejaba, de noche. Esto no explicaba el
tránsito solar por el horizonte, de forma que tuvieron que curvar tal concepción
en dos semiesferas concéntricas, calculando el radio de la terrestre en 30.000
km. No se conoce la forma de deducir tales dimensiones. Tal vez la de la Tierra
fuese consecuencia del cálculo de la curvatura de cada grado de su
circunferencia.

Observatorio astronómico Cheomseongdae (siglo VII) en Corea del Sur.

Aunque los chinos fueron de los primeros astrónomos en documentar la


actividad estelar, algunos de los observatorios astronómicos terrestres más
antiguos que han existido, o existen aún en día, se encuentran
en Corea, Egipto, Camboya, Inglaterra o Alemania. Sin embargo, China tiene
un número importante de observatorios pretelescópicos, como el antiguo
observatorio de Pekín, construido en el siglo XIII y equipado con una gran
colección de instrumentos revolucionarios, tales como una esfera armilar,
un cuadrante, un sextante y un teodolito.
A partir del siglo II se llega a una concepción totalmente esférica, a partir de la
cual inventan la esfera armilar, formada por reglas anulares de cálculo y
medición, que representan el recorrido celestial aparente de los distintos astros,
vistos desde la Tierra. Este instrumento fue también asumido por
los científicos europeos dos siglos después de manera independiente. Aún se
desarrolló más la visión cósmica de los chinos, que llegaban a explicar que el
universo era una especie de huevo descomunal (es decir, una forma cóncava,
lo que la asemeja a la concepción sumeria del universo, heredada por los
asirio-babilonios y asumida por el judaísmo, aunque los chinos no creían que
flotase «entre dos aguas», sumergido en ellas) cuya yema era la Tierra,
aunque ellos la situaban en el centro, sola y pequeña, y no en un foco de la
elíptica u ovoide. Estos descubrimientos, que podemos considerar confucianos,
se trastocaron a partir de la visión taoísta, según la cual, consecuencia de la
contradicción entre el movimiento y la inmovilidad, el yin y el yang, y «Lo
Absoluto» (o «Lo Infinito», con un sentido cósmico generatriz; en chino Tai-chi)
el universo estaba formado por fuego, tierra, metal, agua y madera,
mutuamente generadores y mutuamente aniquiladores, y que, por todo ello, era
amorfo, infinito y superficial, es decir, vacío en su interior. Obsérvese que
ambas concepciones concuerdan, parcialmente, con las actuales, aunque
fueron incapaces de conseguir una imbricación integradora de ellas,
unificándolas.
En el 336, Ju Jsi determinó la precesión de los equinoccios en 1 grado cada 50
años. En el 635 concluyeron que la cola de los cometas siempre apunta en
dirección opuesta a la situación relativa del Sol. En el 1006 observaron
una supernova que se podía ver durante el día, lo que no ha vuelto a ocurrir
desde entonces. En el 1181 registraron la explosión de otra supernova, a partir
de la cual se formó la Nebulosa del Cangrejo. El filósofo Zhu Xi (1131-1200)
concebía el universo originado a partir de un caos primordial de materia en
movimiento, cuya rotación hizo separar los elementos. Los más pesados, como
la Tierra, ocuparon el centro, y los más livianos los bordes. Así establecía una
jerarquía, según sus pesos relativos, de estrellas, Sol, planetas, Luna, nubes,
aves, árboles, mamíferos, reptiles e insectos reptantes (en chino yuan-yuan,
insulto con el que denominaban a los bárbaros, por lo que no sabemos si
existían hunos o Xiongnu amarillos y blancos, o si confundían razas y culturas
distintas, como los t'u-kiu o turcos, bajo la misma denominación) etc.
Obsérvese la interrelación con la nueva concepción budista, la religión oficial
de China desde el siglo V, con todo ello.
Babilonia[editar]
Esta sección es un extracto de Astronomía babilónica[editar]

Según la cosmogonía babilónica, el dios Marduk creó los cielos y la Tierra tras derrotar a Tiamat,


el Caos primordial (representado aquí como un dragón).

La astronomía babilónica designa las teorías y


métodos astronómicos desarrollados en la antigua Mesopotamia, región
situada entre los ríos Tigris y Éufrates (en el actual Irak) y donde se
desarrollaron algunas de las civilizaciones precursoras de la astronomía
occidental. Entre estas civilizaciones se destacan los sumerios, los acadios,
los babilonios y los caldeos. La astronomía babilónica cimentó las bases de la
astronomía de civilizaciones posteriores como la griega, la hindú, la de
los sasánidas, la del imperio bizantino y la de los sirios así como la astronomía
medieval musulmana y europea.4
Los autores clásicos griegos y latinos citan frecuentemente astrónomos de
mesopotamia llamándolos «caldeos», los cuales eran en realidad sacerdotes y
escribas especializados en la astrología y otras formas de adivinación.
Entre el siglo VIII y VII a. C., los caldeos desarrollaron un
acercamiento empírico a la astronomía, elaborando una cosmología que detalla
una versión ideal del universo. También desarrollan la astrología, ligada a la
posición de los planetas, se basa sobre un razonamiento lógico, contribución
decisiva a la astronomía y a la filosofía de la ciencia. Para algunos pensadores
e investigadores esta podría ser la primera revolución científica. 5
Las técnicas y métodos desarrollados por la astronomía babilónica serían
retomados en gran medida por la astronomía clásica y helenística.
Grecia[editar]
Esta sección es un extracto de Astronomía de la Antigua Grecia[editar]

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una publicación acreditada.
Este aviso fue puesto el 14 de abril de 2019.

Representación moderna de la complejidad del sistema ptolemaico, que utiliza epiciclos para


representar el movimiento aparente de los planetas ("errantes" en griego) sobre la esfera de
las estrellas fijas, con la Tierra en el centro del Universo.
Ilustración del sistema ptolemaico.

La astronomía griega recibió importantes influencias de otras civilizaciones de


la antigüedad, principalmente la India y Babilonia. Durante la época
helenística y el imperio romano, muchos astrónomos trabajaron en el estudio
de las tradiciones astronómicas clásicas, en la Biblioteca de Alejandría y en
el Museion.
Uno de los primeros en realizar un trabajo astronómico fue el
científico Aristarco de Samos (310-230 a. C.) quien calculó las distancias que
separan a la Tierra de la Luna y del Sol, y además propuso un modelo
heliocéntrico del sistema solar en el que, como su nombre lo indica, el Sol es el
centro del universo, y alrededor del cual giran todos los otros astros, incluyendo
la Tierra. Este modelo, imperfecto en su momento, pero que hoy sabemos se
acerca mucho a lo que hoy consideramos como correcto, no fue acogido
debido a que chocaba con las observaciones cotidianas y la percepción de la
Tierra como centro de la creación. Este modelo heliocéntrico está descrito en la
obra El arenario de Arquímedes (287-212 a. C.).
El modelo geocéntrico fue una idea original de Eudoxo de Cnido (390-
337 a. C.) y años después recibió el apoyo decidido de Aristóteles y su escuela.
Este modelo, sin embargo, no explicaba algunos fenómenos observados, el
más importante de ellos era el comportamiento diferente del movimiento de
algunos astros cuando se comparaba este con el observado para la mayoría de
las estrellas. Estas parecen siempre moverse todas en conjunto, con la misma
rapidez angular, lo que hace que, al moverse, mantengan «fijas» sus
posiciones unas respecto de las otras. Por esta razón se les conoció siempre
como «estrellas fijas». Sin embargo, ciertos astros visibles en el firmamento
nocturno, si bien se movían en conjunto con las estrellas, parecían hacerlo con
menor velocidad (movimiento directo). De hecho, se observa cierto retraso
diario respecto de ellas; pero, además, y solo en ciertas ocasiones, parecen
detener el retraso e invertir su movimiento respecto de las estrellas «fijas»
(movimiento retrógrado), para luego detenerse nuevamente, y volver a retomar
el sentido del movimiento de ellas, pero siempre con un pequeño retraso diario
(movimiento directo). Debido a estos cambios aparentemente irregulares en su
movimiento a través de las estrellas «fijas», a estos astros se les denominó
estrellas planetas (estrellas errantes) para diferenciarlas de las otras.
Ptolomeo fue el autor de un tratado sobre astronomía conocido como
el Almagesto (en árabe «Al», seguido de un superlativo griego que significa
'grande'). Aquí puede encontrarse el catálogo de estrellas de Hiparco, en los
libros VII y VIII. Aunque Ptolomeo afirmaba ser su observador, muchas
evidencias apuntan a Hiparco como su verdadero autor. El catálogo contiene
las posiciones de 850 estrellas en 48 constelaciones. Las posiciones de las
estrellas se dan en coordenadas eclípticas universales. En este trabajo propuso
un modelo geocéntrico del sistema solar, que fue aceptado como modelo en
el mundo occidental y los países árabes durante más de 1300 años.
El Almagesto también contiene un catálogo de 1025 estrellas y una lista fija de
48 constelaciones.
Epiciclos de Ptolomeo.

Fue Ptolomeo quien se dio a la tarea de buscar una solución para que el
sistema geocéntrico pudiera ser compatible con todas estas observaciones. En
el sistema ptolemaico la Tierra es el centro del universo y la Luna, el Sol,
los planetas y las estrellas se encuentran fijas en esferas de cristal girando
alrededor de ella; para explicar el movimiento diferente de los planetas ideó un
particular sistema en el cual la Tierra no estaba en el centro exacto y los
planetas giraban en un epiciclo alrededor de un punto ubicado en la
circunferencia de su órbita o esfera principal (conocida como 'Deferente').
Los epiciclos habían sido una idea original de Apolonio de Pérgamo (262-
190 a. C.) y mejorada por Hiparco de Nicea (190-120 a. C.). Como el planeta
gira alrededor de su epiciclo mientras el centro de este se mueve
simultáneamente sobre la esfera de su deferente, se logra, por la combinación
de ambos movimientos, que el planeta se mueva en el sentido de las estrellas
'fijas' (aunque con cierto pequeño retraso diario) y que, en ocasiones, revierta
este movimiento (de retraso) y parezca (por cierto período de tiempo)
adelantarse a las estrellas fijas, y con esto se logra explicar el movimiento
retrógrado de los planetas respecto de las estrellas (ver figura a la derecha). El
esquema ptolemaico, con todo y sus complicados epiciclos y deferentes, fue
aceptado por muchos siglos por variadas razones pero, principalmente, por
darle a la raza humana una supremacía y un lugar privilegiado o 'central' en el
universo.
Otros estudios importantes durante esta época fueron la composición de la
tierra, la compilación del primer catálogo de estrellas, el desarrollo de un
sistema de clasificación de las magnitudes de los brillos estelares basado en
la luminosidad aparente de las diferentes estrellas, la determinación del ciclo de
Saros para la predicción de los eclipses solares y lunares, entre muchos otros.
Mundo islámico[editar]
Esta sección es un extracto de Astronomía islámica[editar]

Este artículo o sección tiene referencias, pero necesita más para


complementar su verificabilidad.
Este aviso fue puesto el 4 de agosto de 2017.
Una de las láminas de un astrolabio planisférico andalusí.

En historia de la astronomía, la astronomía islámica, árabe o musulmana es el


trabajo astronómico dentro del mundo islámico, especialmente durante la Edad
de Oro del islam (siglo VIII a siglo XVI) y transcrito en su mayoría en árabe.
Estos descubrimientos fueron realizados principalmente en los sultanatos
de Oriente Medio, Asia Central, Al-Ándalus, el norte de África, y más tarde
en China e India.
En sus inicios, la astronomía en el mundo islámico llevó a cabo una trayectoria
similar a otras ciencias en el islam, la asimilación de conocimientos extranjeros
y la composición de estos elementos dispares para dar a luz a una tradición
original. Las principales contribuciones son indias, persas y griegas, conocidas
y asimiladas por traducciones.6 Posteriormente, la astronomía árabe ejerce a
su vez una influencia significativa en las astronomías india 7 y europea8 e
incluso en la astronomía china.9
Tradujeron el Almagesto; dieron nombre y catalogaron muchas estrellas
visibles a simple vista en el cielo, como Aldebarán (a Tauri) o Altair (Aquilae α),
y varios términos astronómicos como «alidada», «acimut» o «Almicantarat»,
que evidencian por su morfología su origen árabe. 10
Dentro de sus principales exponentes se encuentran Al-Battani (858-929), Al
Sufi (903-986) y Al-Farghani (805-880), una autoridad en el sistema solar.
Estos conocimientos llegan a Europa Central con las
invasiones turcas de Europa Oriental a lo largo del siglo XV.
Con cerca de 10 000 manuscritos en el mundo, muchos de los cuales no han
sido objeto de un inventario bibliográfico, el cuerpo astronómico árabe es uno
de los componentes de la literatura científica medieval mejor conservados. A
pesar de las lagunas bibliográficas, los textos estudiados hasta la fecha
proporcionan una imagen fiable de la actividad astronómica de los pueblos de
habla árabe.11
Europa medieval[editar]
La mayoría de los eruditos medievales creían que Dios creó el universo de acuerdo a principios
geométricos y armónicos. La ciencia, en particular la geometría y la astronomía, estaba vinculada
directamente a lo divino. Buscar estos principios, por tanto, sería buscar a Dios.

A pesar de la creencia popular de que la Edad Media era una época oscura


para el conocimiento, investigaciones han revelado una imagen más compleja
del estudio y la enseñanza de la astronomía en el período comprendido entre
los siglos IV y XVI.12
Europa Occidental entró en la Edad Media con grandes dificultades que
afectaron la producción intelectual del continente. Los tratados astronómicos
avanzados de la antigüedad clásica se escribieron en griego y, con el declive
del conocimiento de ese idioma, solo se pudieron estudiar resúmenes
simplificados y textos prácticos. Los escritores más influyentes que
transmitieron esta antigua tradición en latín fueron Macrobio , Plinio , Marciano
Capella y Calcidio.13 En el siglo VI, el obispo Gregorio de Tours señaló que
había aprendido astronomía leyendo a Marciano Capella, y pasó a emplear
dicho conocimiento para describir un método por el cual los monjes podían
determinar el tiempo de oración por la noche mirando las estrellas. 14 A pesar de
ello, muchos libros de la Alta Edad Media apoyaron la esfericidad de la Tierra. 15
En el siglo VII, el monje inglés Beda publicó un texto titulado Sobre el cálculo
del tiempo que proporcionaba a los eclesiásticos el conocimiento astronómico
práctico necesario para calcular la fecha correcta de la Pascua mediante un
procedimiento llamado computus . Este texto siguió siendo un elemento
importante de la educación del clero desde el siglo VII hasta mucho después del
surgimiento de las universidades en el siglo XII.16
La variedad de escritos romanos antiguos supervivientes sobre astronomía y
las enseñanzas de Beda y sus seguidores comenzó a estudiarse seriamente
durante el RENACIMIENTO DEL SIGLO VIII patrocinado por el
emperador Carlomagno.17 Con las reformas de Carlomagno, la astronomía
recuperó su rango como disciplina de enseñanza, el emperador ordenó que
todas las iglesias catedralicias crearan escuelas donde la astronomía se
sumaría a las disciplinas tradicionales (geometría, aritmética y música) para
reformar el quadrivium.18 En el siglo IX, en Europa Occidental circulaban
técnicas para calcular la posición de los planetas y aunque los eruditos
medievales reconocieron sus defectos, los textos que describen estas técnicas
continuaron siendo copiados reflejando un interés en los movimientos de los
planetas y en su significado astrológico.19

Fresco de Gerberto de Aurillac en la Catedral de Bobbio con el astrolabio esférico que perfeccionó y
su De geometria

Sobre la base de este trasfondo astronómico, en el siglo X, eruditos europeos


como Gerberto de Aurillac (Papa Silvestre II) comenzaron a viajar a España y
Sicilia para buscar conocimientos que habían oído que existían en el mundo de
habla árabe. Allí encontraron por primera vez varias técnicas astronómicas
prácticas relacionadas con el calendario y el cronometraje, sobre todo las
relacionadas con el astrolabio . Pronto, estudiosos como Hermann de
Reichenau estaban escribiendo textos en latín sobre los usos y la construcción
del astrolabio y otros, como Walcher de Malvern, estaban usando el astrolabio
para observar el tiempo de los eclipses con el fin de probar la validez de las
tablas computísticas.20 Hermann de Reichenau fue uno de los primeros eruditos
cristianos en estimar la circunferencia de la Tierra con el método
de Eratóstenes. La esfera armilar fue reintroducida en Europa Occidental a
través de Al-Ándalus a finales del siglo X gracias a los esfuerzos de Gerberto
de Aurillac, el más tarde papa Silvestre II. 21 El papa Silvestre II aplicó el uso de
tubos de observación con su esfera armilar para fijar la posición de la estrella
polar y registrar las mediciones de los trópicos y el ecuador. 22
En el siglo XII, los eruditos viajaban a España y Sicilia para buscar textos
astronómicos y astrológicos más avanzados, que tradujeron al latín del árabe y
el griego para enriquecer aún más el conocimiento astronómico de Europa
Occidental. La llegada de estos nuevos textos coincidió con el auge de las
universidades en la Europa medieval, en la que pronto encontraron un hogar. 23
Reflejando la introducción de la astronomía en las universidades, Juan de
Sacrobosco escribió una serie de libros de texto de introducción a la
astronomía influyentes: la Esfera , un Computus, un texto sobre el Cuadrante y
otro sobre Cálculo.24
En el siglo XIV, Nicole Oresme, más tarde obispo de Liseux, demostró que ni los
textos bíblicos ni los argumentos físicos presentados contra el movimiento de la
Tierra eran demostrativos y adujo el argumento de la simplicidad para la teoría
de que la Tierra se mueve, y no los cielos. Sin embargo, concluyó que "los
cielos se mueven y no la tierra: porque Dios estableció el mundo que no se
moverá".25 Por otro lado, el cardenal Nicolás de Cusa sugirió en algunos de sus
escritos científicos que la Tierra giraba alrededor del Sol y que cada estrella es
en sí misma un sol distante.

Astronomía moderna[editar]
Renacimiento[editar]

Imagen del sistema copernicano. Extraída de la obra: De revolutionibus orbium coelestium.

Dibujos realizados por Galileo para representar su observación de la luna a través del telescopio


(1616).

Durante el siglo XV hay un crecimiento acelerado del comercio entre las


naciones mediterráneas, lo que lleva a la exploración de nuevas rutas
comerciales hacia Oriente y a Occidente, estas últimas son las que permitieron
la llegada de los europeos a América. Este crecimiento en las necesidades de
navegación impulsó el desarrollo de sistemas de orientación y navegación y
con ello el estudio a fondo de materias como
la geografía, astronomía, cartografía, meteorología, y la tecnología para la
creación de nuevos instrumentos de medición como compases y relojes.
En el siglo XV se renovó el interés en el estudio de los cielos gracias, en parte,
a la escuela de traductores de Toledo, creada por el rey Alfonso X el
Sabio (1221-1284) quienes empiezan a traducir antiguos textos astronómicos.
Personajes como Johann Müller Regiomontano (1436-1476), comenzaron a
realizar observaciones astronómicas y a discutir las teorías establecidas al
punto que Nicolás de Cusa (1401-1464), en 1464 planteó que la Tierra no se
encontraba en reposo y que el universo no podía concebirse como finito,
comenzando de alguna manera a resquebrajarse el sistema imperante hasta
ese momento.
Nicolás Copérnico (1473-1543) retoma las ideas heliocentristas y propone un
sistema en el cual el sol se encuentra inmóvil en el centro del universo y a su
alrededor giran los planetas en órbitas con «movimiento perfecto», es decir
circular. Este sistema copernicano, sin embargo, adolecía de los mismos o más
errores que el geocéntrico postulado por Ptolomeo, en el sentido de que no
explicaba el movimiento retrógrado de los planetas y erraba en la predicción de
otros fenómenos celestes. Copérnico, por tanto, incluyó igualmente epiciclos
para aproximarse a las observaciones realizadas.
Tycho Brahe (1546-1601), hombre acomodado y de vida disipada, fue un gran
observador del cielo y realizó las más precisas observaciones y mediciones
astronómicas para su época, entre otras cosas porque tuvo la capacidad
económica para construir su propio observatorio e instrumentos de medición.
Las mediciones de Brahe no tuvieron, sin embargo, mayor utilidad hasta
que Johannes Kepler (1571-1630) las utilizara. Kepler gastó muchos años
tratando de encontrar la solución a los problemas que se tenían con el sistema
enunciado por Copérnico, utilizando modelos de movimiento planetario
basados principalmente en los sólidos perfectos de Platón. Con los datos
completos obtenidos después de la muerte de Brahe, llegó por fin al
entendimiento de las órbitas planetarias, probando con elipses en vez de los
modelos perfectos de Platón, y pudo entonces enunciar sus leyes del
movimiento planetario.

 Los planetas giran alrededor del Sol en órbitas elípticas estando este
en uno de sus focos.
 Una línea dibujada entre un planeta y el Sol barre áreas iguales en
tiempos iguales.
 Publicada años después al mundo (1619): El cubo de la distancia
media al sol es proporcional al cuadrado del tiempo que tarda en
completar una órbita.
Galileo Galilei (1564-1642) fue uno de los defensores más importantes de la
teoría heliocentrista. Construyó un telescopio a partir de un invento del
neerlandés Hans Lippershey y fue el primero en utilizarlo para el estudio de los
astros, descubriendo los cráteres de la Luna, las lunas de Júpiter, las manchas
solares y las fases de Venus. Sus observaciones tan solo eran compatibles con
el modelo copernicano.
El trabajo de Galileo lo enfrentó a la Iglesia católica, que ya había prohibido el
libro de Copérnico De revolutionibus orbium coelestium. Después de varios
enfrentamientos con los religiosos en los cuales fue respaldado por el
papa Urbano VIII, y a pesar de que se le pidiese moderación en la difusión de
sus estudios, Galileo escribió Diálogos sobre los dos máximos sistemas del
mundo. En esta obra ridiculizó la posición de la Iglesia a través de Simplicio el
Simplón. Por esta desobediencia fue llevado a juicio en donde fue obligado a
abjurar de sus creencias y posteriormente recluido bajo arresto domiciliario,
que duró el resto de su vida.26 Murió con la bendición papal a los 88 años. A
finales del siglo XX el papa Juan Pablo II pidió disculpas al mundo por esta
injusticia que su Iglesia había cometido contra Galileo.
Siglo XVII[editar]

Isaac Newton (1643-1727).

A partir de los desarrollos técnicos, ópticos y de las nuevas teorías


matemáticas y físicas se dio un gran impulso a las ciencias y en el tema que
nos toca a la astronomía. Se descubrieron y catalogaron miles de objetos
celestes. Aparecen en el siglo XVII grandes hombres constructores de lo que
hoy conocemos como astronomía moderna: Johannes Hevelius (observaciones
de la luna y cometas), Christian Huygens (anillos de Saturno y Titán), Giovanni
Domenico Cassini (satélites de Saturno), Ole Rømer (velocidad de la luz a
partir de los eclipses de los satélites de Júpiter en 1676) y John
Flamsteed (fundador del Observatorio de Greenwich en 1675).
Dentro de este ambiente Isaac Newton promulgó sus tres leyes que quitaron
definitivamente el empirismo en la explicación de los movimientos celestes.
Estas leyes son:

 Un cuerpo permanece en reposo o en movimiento en línea recta y a


una velocidad constante a menos que una fuerza externa actúe
sobre él.
 La fuerza aplicada por un cuerpo sobre otro, genera una fuerza de
igual magnitud sobre el primero pero en dirección contraria.
Se dice que Newton fue inspirado por la caída de una manzana para imaginar
el efecto de la gravedad, aunque está comprobado que esto es tan solo una
leyenda, sirve como herramienta para entender la fuerza de la gravitación: la
misma fuerza gravitatoria que hace caer la manzana se extiende hacia la Luna
y si no fuera por ella la Luna escaparía de la órbita terrestre. La Ley de la
gravitación universal dice que:
Dos cuerpos se atraen uno al otro con una fuerza que es directamente proporcional a la masa de
cada uno e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa.

Newton realizó muchos otros trabajos en astronomía, como la modificación del


diseño de los telescopios de la época en un modelo por él llamado reflectores
newtonianos; escribió Philosophiae naturalis principia mathematica, en ella
expuso sus leyes y explicó la dinámica del sistema solar.
Siglo XVIII[editar]
La teoría de Newton tomó tiempo para establecerse en
Europa. Descartes planteaba la teoría de vórtices y Christiaan
Huygens, Gottfried Wilhelm Leibniz y Jacques Cassini habían aceptado solo
partes del sistema de Newton, prefiriendo su propia filosofía. No fue sino
hasta Voltaire que se publicó un experimento sobre las mareas en 1738. 27
Finalmente en 1748, la Academia de las Ciencias francesa ofreció una
recompensa para la resolución de las perturbaciones de Júpiter y Saturno que
finalmente fue resuelto por Euler, Joseph-Louis de Lagrange (1736-1813)
y Laplace, estableciendo las bases del sistema solar.
Siglo XIX[editar]

Forma de la Vía Láctea deducida por W. Herschel a partir del recuento de estrellas en el cielo.

La observación astronómica cada vez más detallada permitió el descubrimiento


de objetos celestes diferentes a las estrellas fijas, los planetas y cometas.
Estos nuevos objetos observados eran como parches de luz que por su
aspecto se les dio el nombre de nebulosas. El alemán Friedrich Wilhelm
Herschel (1738-1822) fue uno de los primeros en estudiar estos objetos,
músico de profesión, finalmente abandonó las notas por las estrellas, su
hermana Caroline Herschel (1750-1848), trabajó con él realizando barridos de
zonas del cielo, con lo cual dibujaron un mapa de la galaxia con un gran
número de estrellas observadas. Herschell también realizó otros importantes
descubrimientos como Urano, Sus lunas Titania y Oberón y las lunas de
Saturno Enceladus y Mimas.
Durante el SIGLO XVIII uno de los objetivos de los estudios astronómicos fue el
de calcular las distancias en el universo. El sistema de medición fue la paralaje,
que mide el movimiento de una estrella con respecto a las estrellas vecinas
cuando se observa desde dos puntos diferentes. La primera distancia a una
estrella medida con este método fue realizada por Friedrich Bessel (1784-1846)
en 1838 fue a 61 del Cisne (constelación) obteniendo una distancia de 11 años
luz y, posteriormente, Alfa Centauro con una distancia de 4,3 años luz.
Mito de la tierra plana[editar]
Artículos principales: Tierra plana y  Mito de la creencia en una Tierra plana.

Mapa de la Tierra plana de Rowbotham

A partir del siglo XIX, surgió el mito histórico que sostenía que la doctrina
predominante durante la Edad Media era que la Tierra era plana. Uno de los
primeros defensores de este mito fue el escritor estadounidense Washington
Irving, quien sostuvo que Cristóbal Colón tuvo que superar la oposición de los
eclesiásticos para obtener el patrocinio de su viaje de exploración, 28 a pesar de
que los eruditos eurpeos del siglo XV sabían que la Tierra era esférica.29 En
1834, pocos años después de la publicación del libro de Irving, Jean Antoine
Letronne, un académico francés de fuertes ideas antirreligiosas, tergiversó a
los padres de la iglesia y sus sucesores medievales como creyentes en una
Tierra plana en su Sobre las ideas cosmográficas de los padres de la iglesia. 30
El origen del movimiento que defiende que la Tierra es plana se encuentra en
la obra del inventor socialista31 inglés Samuel Birley Rowbotham quien sostenía
la creencia de que la Tierra era un disco plano centrado en el polo norte y
cerrado en su límite sur por un muro de hielo, con el Sol, la Luna, los planetas y
las estrellas a tan solo unos centenares de millas sobre su superficie. Al
respecto publicó en 1849 un panfleto de 16 páginas, al cual convirtió en libro en
1865. Este sistema ideado por Rowbotham, al cual llamó Astronomía Zetética,
se basa casi enteramente en pasajes bíblicos. 32 Rowbotham y sus seguidores
alcanzaron notoriedad al enzarzarse en debates públicos escandalosos con los
científicos destacados de su tiempo. Tras la muerte de Rowbotham, sus
seguidores crearon la Sociedad Zetética Universal, publicando una revista
titulada The Earth Not a Globe Review, y permanecieron activos hasta bien
entrado el siglo XX.
Siglo XX[editar]
Expansión del universo.

La teoría heliocéntrica llega al siglo XX en todo su esplendor, el sol es el centro


del universo y todo gira alrededor de él incluidos todos los objetos del espacio
profundo dentro de los cuales se encontraban unas nebulosas muy especiales
llamadas nebulosas espirales.
El descubrimiento y estudio de las estrellas variables (estrellas que varían en
brillo periódicamente), iniciado principalmente por Harlow Shapley (1885-1972)
llevó a descubrir un tipo especial de ellas cuya característica era que los
cambios de brillo estaban relacionas con su luminosidad intrínseca, como la
estrella prototipo se encontró en la constelación de cefeo se les denominó
Cefeidas. Al conocer su luminosidad de un objeto celeste basta aplicar la ley
del cuadrado inverso que dice que el brillo disminuye de acuerdo al cuadrado
de la distancia para calcular la distancia a la que se encuentra del observador.
Shapley encontró que los cúmulos globulares, grupos de millones de estrellas
que forman un cúmulo compacto y redondo que giran alrededor de los centros
galácticos, están mucho más alejados del Sol que del centro de la galaxia y de
esta manera el sistema solar debería estar localizado en la periferia lejos del
centro del universo alrededor del cual giran los cúmulos globulares y los demás
astros observados.
A principios del siglo pervivía la teoría de los universos isla esbozada
por Kant en la cual las nebulosas espirales eran universos islas separados de
la vía láctea a la cual pertenecía el sol, esta teoría fue fuertemente apoyada por
Herschel pero no se tenían pruebas que la sustentaran. Estas pruebas
llegarían a partir de las observaciones de Edwin Hubble (1889-1953) realizadas
en el observatorio de Monte Wilson.
Hubble, el 19 de febrero de 1924, escribió a Shapley su contradictor quien
defendía la existencia de una sola galaxia: «Seguramente le interesará saber
que he hallado una variable cefeida en la nebulosa de Andrómeda». De esta
manera se reveló que las nebulosas espirales no eran simples cúmulos de gas
dentro de la vía láctea sino verdaderas galaxias independientes o como Kant
describió «universos isla».
Durante esta época Albert Einstein expuso su Teoría de la Relatividad
General de la que se deduce que el universo no es estático sino que se
expande, Einstein sin embargo le introdujo una constante llamada cosmológica
para «detener» la expansión y adecuar su teoría a los conocimientos del
momento.
Los descubrimientos de Hubble estimularon el estudio de las nebulosas
espirales, el joven Vesto Slipher quien trabajaba en el observatorio Lowell bajo
las órdenes del tristemente célebre Percival Lowell, estaba encargado de su
estudio, durante sus investigaciones encontró que dichas nebulosas espirales
tenían un corrimiento al rojo persistente en sus espectros (un objeto que se
aleja del observador alarga las longitudes de onda por él emitidas corriéndose
hacia el rojo en el espectro estudiado). Sin embargo Slipher no encontró la
explicación a su hallazgo. En un trabajo independiente Hubble al medir las
distancias de 25 galaxias encontró una correlación directa entre su distancia y
el grado de corrimiento o en otras palabras la velocidad a la que se alejan.
El hombre que fusionó los resultados de las investigaciones de Slipher, Hubble
y Einstein fue un matemático sacerdote llamado Georges Lemaitre (1894-1966)
quien en 1927 publicó un artículo donde desarrollaba la relación del corrimiento
al rojo con un universo en expansión. Cuando su artículo se divulgó la
comunidad científica concluyó que si el universo se encuentra en expansión
alguna vez debió estar unido en un punto de luz al cual llamó singularidad o
«átomo primordial» y su expansión «gran ruido». El astrónomo Fred
Hoyle (1915-2001) —contradictor de esta teoría— la llamó despectivamente
«Big Bang», que es como se conoce en la actualidad a la teoría más aceptada
como origen del universo.
Si se tiene que el universo se expande hacia todos lados a partir de un
momento inicial se cree que esta expansión puede ser constante o detenerse
en algún momento determinado, una u otra posibilidad dependerá de la
cantidad de materia presente en el universo y si la fuerza de gravedad entre
ella será suficiente para contraer la materia o no, esta cantidad no se ha
determinado. En la actualidad se ha demostrado que la expansión del universo
se está acelerando. Estos últimos hallazgos aún están bajo intenso estudio
para lograr aclarar el futuro del universo, nuestra galaxia, nuestro Sol y nuestra
casa, la Tierra.
Siglo XXI[editar]
En la actualidad sabemos que habitamos un minúsculo planeta de un sistema
solar regido por el Sol que avanza en el primer tercio de su vida y que está
localizado en la periferia de la Vía Láctea, una galaxia espiral barrada
compuesta por miles de millones de soles, que posee como las demás galaxias
un agujero negro súper masivo en su centro y que forma parte de un conjunto
galáctico llamado Grupo Local, el cual, a su vez, se encuentra dentro de un
supercúmulo de galaxias. El universo está constituido por miles de millones de
galaxias como la Vía Láctea y se le ha calculado una edad entre 13 500 y
13 900 millones de años, y su expansión se acelera constantemente.
Muchos adelantos científicos y técnicos nos abren nuevas ventanas al estudio
del espacio: tenemos poderosos telescopios terrestres y
orbitales, sondas interplanetarias llegan a los confines del sistema solar
y robots se encuentran en la superficie de otros mundos aumentando la
capacidad del ser humano de su maravilloso entorno astronómico.

Véase también[editar]
 Historia de la gnomónica
 Historia del telescopio
 Historia de la observación de Marte
 Historia de la observación lunar
 Arqueoastronomía
 Gran Historia

Referencias[editar]
1. ↑ Antes de Galileo Archivado el 9 de noviembre de 2009 en Wayback Machine. Ray
Norris, en el programa ABC Message
2. ↑ «Astronomía Maya». Archivado desde el original el 3 de octubre de 2015.
Consultado el 6 de marzo de 2015.
3. ↑ Needham, Volumen 3, p.171
4. ↑ Pingree, David (1998): The legacy of Mesopotamia.
5. ↑ Brown, D. (2000): Mesopotamian planetary astronomy-astrology.
6. ↑ (Gingerich, abril de 1986, p. 74)
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20. ↑ McCluskey (1999) Astronomies and Cultures in Early Medieval Europe.
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22. ↑ Darlington, Oscar G. "Gerbert, the Teacher," The American Historical
Review (Volume 52, Number 3, 1947) pp. 669–670
23. ↑ McCluskey (1999) Astronomies and Cultures in Early Medieval Europe.
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24. ↑ Pedersen, Olaf (1985). "In Quest of Sacrobosco". Journal for the History of
Astronomy. 16: 175–221.
25. ↑ Nicole Oresme, Le Livre du ciel et du monde, xxv, ed. A. D. Menut and A. J.
Denomy, trans. A. D. Menut, (Madison: Univ. of Wisconsin Pr., 1968), quotation at
pp. 536–7.
26. ↑ Daniel Delgado. «8 de enero: Muere Galileo Galilei». muyhistoria.es.
27. ↑ Bryant, Walter W. (1907): «Historia de la astronomía», página 53.
28. ↑ Irving, Washington (1835). A History of the Life and Voyages of Christopher
Columbus 1. Filadelfia: Carey, Lea & Blanchard.
29. ↑ Grant, Edward (1994), Planets. Stars, & Orbs: The Medieval Cosmos, 1200–
1687, Cambridge: Cambridge University Press, pp. 620–622, 626–630
30. ↑ New York Public Library, M. (Antoine-Jean); Fagnan, Edmond (1881). Œuvres
chooises de A.-J. Letronne ... Paris, E. Leroux. Consultado el 12 de septiembre de
2021.
31. ↑ «The plane truth: a history of the flat-earth movement». www.cantab.net.
Consultado el 12 de septiembre de 2021.
32. ↑ Internet Archive, Christine (2007). Flat Earth  : the history of an infamous idea.
London : Macmillan. ISBN 978-1-4050-4702-9. Consultado el 12 de septiembre de 2021.

Bibliografía[editar]
 Hetherington, Barry (1992): A Chronicle of Pre-Telescopic
Astronomy. Londres: John Wiley & Sons, 1992. ISBN 0-471-95942-1.

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